El ensayista francés doctor Laurent Guyénot (1960) publicó en unz.com en Noviembre del año pasado el siguiente análisis que presentamos traducido. Aquí el autor prosigue sus investigaciones revisando con una lógica clara lo que el texto bíblico entrega al investigador, lo cual reafirma las hipótesis que pretende demostrar, en este caso enfocándose en el concepto de "holocausto" y las motivaciones que están en su base, en su uso por parte de una divinidad, y en toda una violencia autorizada y fomentada, de todo lo cual forma parte el mito menos verificado de la Historia reciente, y en cómo la actual política israelí tiene la más pura raigambre bíblica.
Un Holocausto de Proporciones Bíblicas
por Laurent Guyénot
11 de Noviembre de 2019
Sangre Judía para Sión
"Holocausto" es un término tomado de la Biblia hebrea (en la traducción griega) que designa al sacrificio religioso de animales que son quemados completamente en un altar. El primer holocausto registrado en la Bibliaes realizado por Noé en Génesis cap. 8. En un rapto de ira, Yahvé se dice a sí mismo (Gén. 6:7): "Y dijo Yahvé: Borraré a los hombres que he creado de la faz de la Tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el animal y hasta el ave de los cielos; porque me arrepiento de haberlos hecho". Pero después de ahogar a casi todas sus criaturas en una inundación, Yahvé lamenta haberse arrepentido de crearlos, cuando Noé le ofrece un enorme holocausto. "Y Yahvé percibió el aroma agradable, y dijo Yahvé para sí: Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud"(Gén. 8:21). Yahvé ha sido adicto al "aroma agradable" de carne carbonizada desde entonces. Según el libro de Esdrás, un holocausto gigantesco fue ofrecido a Yahvé por los judeo-babilónicos que (re)colonizaron Palestina, en preparación para la (re)construcción del Templo (7:12-15).
¿Por qué, entonces, fue escogido el nombre "holocausto" para designar la destrucción de "seis millones" de judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial? Todo lo de importancia en la historia de Israel recibe un nombre bíblico, incluso la política de disuasión nuclear de Israel, la "Opción Sansón". ¿Pero por qué "holocausto"? ¿En qué sentido el "Holocausto"es un holocausto? La implicación obvia es que la muerte de millones de judíos europeos complació a Yahvé, y, por consecuencia, apresuró el cumplimiento de su promesa mesiánica. Tan evidente como es, esa implicación es por supuesto indecible en términos explícitos. Sólo será susurrada crípticamente entre iniciados (lea por ejemplo acerca de las polémicas declaraciones de Irving Greenberg en Wikipedia). En el mejor de los casos, puede estar disimulada en términos religiosos: "El Estado de Israel es la respuesta de Dios para Auschwitz", en la fórmula trinitaria de Abraham Herschel que vincula a Yahvé (el Padre), Israel (el Hijo), y el Holocausto(el Espíritu Santo) [1].
[1] Abraham Herschel, Israel: An Echo of Eternity, 1969, p. 115.
Pero en su libro "The Holocaust Victims Accuse", el rabino anti-sionista Moshe Shonfeld se acerca a la escandalosa afirmación de que los sionistas necesitaban seis millones de judíos cremados para la fundación del Estado judío: "Los líderes sionistas vieron el derramamiento de sangre judía del Holocausto como grasa para las ruedas del Estado nacional judío". (Lea una revisión del libro de Moshe Shonfeld aquí [2], y consiga el libro en PDF aquí [3]).
[2] http://www.ihr.org/jhr/v01/v01p178_Shonfeld.html
[3] https://www.truetorahjews.org/images/holocaustvictims.pdf
¿Hay algunos hechos que respalden la teoría de que las élites sionistas voluntariamente sacrificaron a los judíos alemanes en el altar del sionismo? Pienso que los hay. Podemos comenzar con la declaración de guerra publicada en la primera página del británico Daily Express el 24 de Marzo de 1933, por iniciativa del abogado sionista de Wall Street Samuel Untermeyer: "La gente israelita de todo el mundo declara la guerra económica y financiera contra Alemania". Las palabras fueron cuidadosamente escogidas para implicar a los 400.000 judíos de Alemania entre los conspiradores en contra del Estado y el pueblo alemán: "Los Judíos de Todo el Mundo Se Unen en Acción", decía el titular, mientras que el artículo insistía: "Catorce millones de judíos dispersos por todo el mundo se han agrupado como un solo hombre... para apoyar a los 600.000 judíos de Alemania". Esa declaración, oída fuerte y clara en Alemania, fue una provocación destinada a poner a los judíos alemanes en peligro extremo, en un momento en que "ni un pelo de la cabeza de un judío ha sido tocado", como señaló Goebbels.
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Muchos judíos, debe ser dicho, protestaron por la irresponsabilidad de la llamada de las élites financieras judías a un boicot. El rabino estadounidense Harry Waton escribiría en 1939 en su Programa para los Judíos:
"Mediante este estúpido boicot ellos agravan la posición de los judíos en Alemania. En su vanidad y su estupidez los judíos en este país [EE.UU.] no comprenden cuán inhumano y cruel es sacrificar a los judíos en Alemania para satisfacer una vanidad estúpida y demente. (...) Seis años pasaron desde que los judíos de fuera de Alemania declararon la guerra en contra de la Alemania Nacionalsocialista y la Italia Fascista. Los judíos nunca admitirán que los recientes pogroms tuvieron mucho que ver con su estúpido boicot" [4].
[4] Harry Waton, A Program for the Jews and an Answer to All Anti-Semites, 1939 (archive.org), p. 48.
Ni tampoco ellos admitirían, por supuesto, que los pogroms fueron el resultado pretendido del boicot, como el necesario pretexto requerido para escalar la guerra económica hacia una militar, lo que a su vez atraería el infierno contra los judíos alemanes.
Cómo Hitler Fue Atrapado por Su Propia Profecía
Predeciblemente, cinco días después de la declaración del boicot, Hitler anunció un contra-boicot de los negocios judíos en Alemania como una "medida defensiva". Al mismo tiempo, él advirtió que "la judería debe reconocer que una guerra judía en contra de Alemania provocará severas medidas contra la judería en Alemania"[5].
[5] Jeffrey Herf, The Jewish Enemy: Nazi Propaganda during World War II and the Holocaust, Harvard UP, 2006, p. 39.
El 30 de Enero de 1939, en un último intento para disuadir a Inglaterra de declarar la guerra contra Alemania, Hitler le envió una advertencia desde la tribuna del Reichstag. Después de recordar que él a menudo había sido un profeta, como cuando predijo su propio ascenso al poder, Hitler añadió:
"Quiero una vez más ser un profeta. Si la judería y la finanza internacional de dentro y fuera de Europa tuviera éxito en sumergir a los pueblos de la Tierra nuevamente en una guerra mundial, el resultado no será la bolchevización de la Tierra, y así una victoria judía, sino la aniquilación [Vernichtung] de la raza judía en Europa".
Aquella "¡Profética advertencia para la judería!", como el encabezado del Völkische Beobachterlo puso el día siguiente, fue ampliamente distribuída y discutida. Como si fuera en respuesta a eso, Inglaterra declaró la guerra el 3 de Septiembre de 1939. El World Jewish Congress (fundado en 1936 para congregar a la judería del mundo en contra de Hitler) inmediatamente manifestó que apoyaba incondicionalmente a Gran Bretaña.
Hitler repitió su profecía el 30 de Enero de 1941, esa vez en el discurso acerca de Estados Unidos. El New York Timesrespondido con un artículo que fue equivalente a desafiarlo a que actuara según su palabra: "No hay un solo precedente para probar que él mantendrá una promesa o cumplirá una amenaza. Si hay alguna garantía en su registro, de hecho, es que lo único que él no hará es lo que él dice que hará"[Herf, op. cit., p. 78].
Estados Unidos entró en la guerra en Diciembre de 1941. Pocos días más tarde, durante la reunión de la Cancillería del Reich del 12 de Diciembre de 1941 [6], según el diario de Goebbels, Hitler declaró que su profecía "no era simplemente una frase. La guerra mundial está aquí, y la aniquilación [Vernichtung] de los judíos debe ser la consecuencia necesaria". Nuevamente, Hitler debería haber considerado lo obvio: él estaba siendo empujado para actuar en base a su propia profecía.
[6] https://en.wikipedia.org/wiki/Reich_Chancellery_meeting_of_12_December_1941
Ese mismo año de 1941, en respuesta a una petición para rescatar a los judíos de Europa, Nathan Schwalb, jefe de la Agencia Judía en Suiza, la rechazó con la siguiente justificación: "Si no producimos sacrificios, ¿con qué conseguiremos el derecho a sentarnos a la mesa cuando ellos hagan la distribución de naciones y territorios después de la guerra? (...) sólo a través de la sangre la tierra será nuestra" [7].
[7] Reb Moshe Shonfeld, The Holocaust Victims Accuse: Documents and Testimony of Jewish War Criminals, 1977, p. 24.
Ya en 1938 los sionistas anglo-estadounidenses habían saboteado la Conferencia Internacional de Evian sobre Problemas Políticos y Económicos Causados por la Expulsión de Judíos desde el Reich, y también la decisión de las democracias occidentales de abrir sus fronteras para los judíos de los que Alemania estaría encantada de deshacerse, porque, dijo David ben-Gurión, aquello "pondrá en peligro la existencia del sionismo" [8]. Los judíos alemanes fueron obligados a convertirse al sionismo y emigrar a Palestina —pero los británicos sólo permitían cuotas limitadas—, o a quedarse para morir en los campos de concentración nacionalsocialistas; en ambos casos, para el beneficio último del sionismo. Cuando estalló la guerra, permanecían en Alemania unos 275.000 judíos que, por falta de una visa concedida por un país extranjero, fueron incapaces de emigrar. Eso había sido planificado por los sionistas anglo-estadounidenses.
[8] Alan Hart, Zionism: The Real Enemy of the Jews, vol. 1: The False Messiah, 2009, p. 164.
Fue hecho todo lo posible para intensificar la furia alemana contra los judíos. A comienzos de 1941 apareció el folleto de 96 páginas del hombre de negocios judío estadounidense Theodore Kaufman "Alemania Debe Perecer", apoyando "la extinción de la nación alemana y su erradicación total de la Tierra, de toda su gente", mediante la esterilización de todos los varones alemanes menores de 60 años, y de todas las mujeres menores de 45, lo que podría hacerse en menos de un mes por unos 20.000 cirujanos. "En consecuencia, en el lapso de dos generaciones (...) la eliminación del germanismo y sus portadores habrá sido un hecho consumado" [9]. Entrevistado por el Canadian Jewish Chronicle, Kaufman habla de la "misión"de los judíos de guiar al género humano hacia la "paz perpetua"; gracias a ellos, "de manera lenta pero segura el mundo se desarrollará como un paraíso"; pero por el momento, "esterilicemos a todos los alemanes, y las guerras de dominación mundial se acabarán" [10]. El libro de Kaufman fue revisado positivamente en el New York Times y el Washington Post. En 1944 sería comentado por Louis Nizer en su influyente libro ¿Qué Hacer con Alemania? (muy alabado por Harry Truman). Nizer rechazó la solución de Kaufman como exagerada, pero recomendó la pena de muerte para 150.000 alemanes, y "batallones laborales"para centenares de miles más [11].
[9] Theodore Kaufman, Germany Must Perish, 1941 (archive.org), p. 30.
[10] «"Hitler Will Be Nothing but a Rosebud", Says the Author of "Germany Must Perish"», The Canadian Jewish Chronicle, 26 Sept. 1941, citado en Brandon Martinez, Grand Deceptions: Zionist Intrigue in the 20th and 21st Centuries, 2014.
[11] Louis Nizer, What to Do with Germany?, 1944 (archive.org), pp. 98–107.
Louis Marschalko, en su libro The World Conquerors: The Real War Criminals (1958) [12], se refiere a algunos escritores judíos bien publicitados que apoyaban una "solución final" para la "cuestión alemana": León Dodd, quien en How Many World Wars (Nueva York, 1942), proclama que ninguna Alemania y ninguna raza alemana debe quedar después de la guerra; Charles Heartman, quien en There Must Be No Germany After This War (Nueva York, 1942) también demanda la exterminación física del pueblo alemán; Einzig Palil, quien en Can We Win the Peace? (Londres, 1942) pidió el desmembramiento de Alemania y la demolición total de la industria alemana; e Ivor Duncan, quien, en la edición de Marzo de 1942 del Zentral Europa Observer, demandó la esterilización de 40 millones de alemanes, estimando el costo total en 5 millones de libras esterlinas [13].
[12] PDF en castellano en https://741bfbe5-7a8c-4bc2-9c0e-bc9df74eb427.filesusr.com/ugd/f5429a_f56edd8a3ecb4f2a9672d63ebc7b2837.pdf
[13] Louis Marschalko, The World Conquerors: The Real War Criminals, 1958 (archive.org), p. 105.
Poco después de los desembarcos en Normandía, Roosevelt y Churchill discutieron el futuro de Alemania en la Segunda Conferencia de Quebec del 11 de Septiembre de 1944, y firmaron un proyecto desarrollado bajo el liderazgo de los judíos estadounidenses Henry Morgenthau Jr., ministro de Hacienda, y su asistente Harry Dexter White. Aquel Programa Sugerido de Post-Rendición para Alemania, o Programa para Impedir que Alemania Comience una Tercera Guerra Mundial, "está buscando convertir a Alemania en un país primordialmente agrícola y pastoral en su carácter", mediante el desmantelamiento y transporte a las naciones Aliadas de "todas las plantas industriales y todo el equipamiento no destruído por la acción militar", a la vez que pedía el "trabajo alemán forzado fuera de Alemania". La revelación de ese demencial "Plan Morgenthau" por parte del Wall Street Journal (23 de Septiembre) impulsó a los nacionalsocialistas a una desesperada mentalidad de lucha a muerte, y a una furia aún mayor en contra de los judíos [14].
[14] Citado en David Irving, Nuremberg: The Last Battle, 1996, p. 20.
Entretanto, en 1944 un nuevo esfuerzo de parte de la administración Roosevelt para abrir las fronteras de países Aliados para los refugiados judíos fue otra vez abortado por sionistas estadounidenses. Cuando Morris Ernst, enviado por Roosevelt a Londres para discutir el proyecto, volvió con el acuerdo británico para darle la bienvenida a 150.000 refugiados, Roosevelt quedó satisfecho: "150.000 a Inglaterra, 150.000 para corresponder a eso en Estados Unidos, unos 200.000 ó 300.000 en otras partes, y podemos comenzar con medio millón de ese oprimido pueblo". Pero una semana más tarde Roosevelt anunció a Ernst el abandono del proyecto "porque el insistente liderazgo judío dominante de Estados Unidos no lo respaldará". Los sionistas, dijo Roosevelt, «saben que pueden reunir vastas sumas para Palestina diciendo a los donantes: "No hay ningún otro lugar donde estos pobres judíos puedan ir". Pero si hay un asilo político mundial, ellos no pueden recolectar su dinero». Incrédulo, Ernst llamó a sus contactos judíos. Él escribió en sus memorias que "los activos líderes judíos me condenaron abiertamente, se burlaron y luego me atacaron como si yo fuera un traidor. Durante una cena fui abiertamente acusado de fomentar ese plan de una emigración más libre [a EE.UU.] para socavar al sionismo político" [15].
[15] John Mulhall, America and the Founding of Israel: An Investigation of the Morality of America's Role, 1995, p. 109.
Los mismos judíos que habían presionado tan duro hasta los años '30 a favor de la irrestricta emigración judía hacia Estados Unidos ahora querían que los judíos permanecieran atrapados en Alemania, hasta que los sobrevivientes pudieran ser forzados a ir a Palestina.
¿Cómo, de otra manera, podrían ellos sacar provecho de un número de muertos de seis millones de judíos? Seis millones es el número en el que ellos habían quedado de acuerdo hacía mucho tiempo para el holocausto fundador de Israel, parece (lea "262 Referencias a Seis Millones de Judíos entre 1900 y 1945" [16]). El 31 de Octubre de 1919, por ejemplo, en un artículo titulado "¡La Crucifixión de Judíos Debe Detenerse!" [17], el periódico American Hebrew había advertido de "este amenazado holocausto de vidas humanas” acerca de"seis millones"de judíos europeos (una cifra repetida siete veces en una página) que "están siendo impulsados hacia la tumba ... a través de la horrorosa tiranía de la guerra y una fanática sed de sangre judía", y concluyó que "Israel es merecedor de un lugar bajo el Sol". La "sangre judía"se refería en este caso a los pogroms por parte de contrarrevolucionarios rusos y ucranianos, que produjo 6.000 víctimas dicho año, un número decepcionante.
[17] http://www.jrbooksonline.com/HTML-docs/The%20Crucifixion%20of%20Jews%20Must%20Stop.htm
Desde que Theodor Herzl usó como trampolín para el sionismo el Caso Dreyfus, se tuvo por entendido que "el anti-semitismoes una fuerza propulsora que, como la ola del futuro, llevará a los judíos a la Tierra Prometida", como Herzl escribió en su diario. "El anti-semitismo ha aumentado y continúa aumentando, y así también yo"[18]. Lógicamente, la fuerza impulsora será proporcional a la violencia del anti-semitismo, es decir, al número reportado de sus víctimas y al horror gráfico de su destino.
[18] Complete Diaries of Theodore Herzl (1960), vol. 2, p. 581, citado en Alan Hart, Zionism, The Real Ennemies of the Jews, vol. 1, The False Messiah, 2009, p. 163. Los 5 volúmenes de los diarios de Herzl están en https://archive.org/details/TheCompleteDiariesOfTheodorHerzl_201606/page/n3/mode/2up
Los Buenos Judíos de los Nacionalsocialistas
Los judíos que más sufrieron bajo la Alemania Nacionalsocialista no fueron los judíos sionistas. Los judíos sionistas fueron considerados por los nacionalsocialistas como los buenos judíos [19]. Y por buenas razones: ellos aplaudieron las leyes de Núremberg de 1933, y protestaron en contra del boicot económico impuesto por judíos estadounidenses. La Federación Sionista de Alemania envió un memorándum para "el Nuevo Estado Alemán" (fechado el 21 de Junio) condenando el boicot, y expresando simpatía por la ideología nacionalsocialista:
"Nuestro reconocimiento de la nacionalidad judía proporciona una relación clara y sincera con el pueblo alemán y su realidad nacional y racial, precisamente porque no tenemos el deseo de tergiversar esos fundamentos, porque nosotros, también, estamos en contra del matrimonio mixto y estamos por mantener la pureza del grupo judío y rechazamos cualquier contravención en el dominio cultural"... "La realización del sionismo sólo podría ser frustrada por el resentimiento de judíos del extranjero en contra del desarrollo alemán. La propaganda de boicot —tal como está actualmente siendo llevado adelante en contra de Alemania de muchas formas— es en esencia anti-sionista" [20].
[19] Lenni Brenner, Zionism in the Age of Dictators, 1983.
[20] Lucy Dawidowicz, A Holocaust Reader, 1976, pp. 150–155.
Un prominente líder de la judería alemana, Joachim Prinz, futuro presidente del American Jewish Congress, escribió en su libro Wir Juden (Nosotros los Judíos) publicado en Berlín en 1934: "Queremos que la asimilación sea reemplazada por una nueva ley: la declaración de pertenencia a la nación judía y a la raza judía. Un Estado construído sobre el principio de la pureza de la nación y la raza sólo puede ser honrado y respetado por un judío que declara su pertenencia a su propia clase" [21].
[21] Citado en Israel Shahak, Jewish History, Jewish Religion: The Weight of Three Thousand Years, 1994, p. 86.
Eso no fue simplemente oportunismo. Siempre había existido afinidad entre el racismo judío y el alemán, hasta el punto que el rabino Waton (citado anteriormente) afirmó que "el Nacionalsocialismo es una imitación del judaísmo"[22]. No fue Hitler sino Zeev Jabotinsky quien escribió en su Carta sobre la Autonomía, unos veinte años antes de Mein Kampf:
"Un judío criado entre alemanes puede asumir las costumbres alemanas, las palabras alemanas. Él puede estar totalmente imbuído con ese fluído alemán pero el núcleo de su estructura espiritual siempre permanecerá judío, porque su sangre, su cuerpo, su tipo racial físico son judíos. (...) Una preservación de la integridad nacional es imposible excepto por una preservación de la pureza racial" [23].
[22] Harry Waton, A Program for the Jews, op. cit., p. 54.
[23] Lenni Brenner, 51 Documents: Zionist Collaboration with the Nazis, 2002, pp. 7–20.
Así, fue muy lógico que Reinhardt Heydrich, el jefe del Servicio de Seguridad de la SS, escribiera en 1935 en Das Schwarze Korps, la publicación SS:
"Debemos separar al judaísmo en dos categorías: los sionistas y aquellos que favorecen el ser asimilados. Los sionistas adhieren a una posición racial estricta, y emigrando a Palestina ellos están ayudando a construír su propio Estado judío. (...) No puede estar distante el tiempo cuando Palestina otra vez podrá aceptar a sus hijos que han estado perdidos para ella durante más de mil años. Nuestros buenos deseos conjuntamente con nuestra oficial buena voluntad irán con ellos" [24].
[24] Citado en Heinz Höhne, The Order of the Death’s Head: The Story of Hitler’s SS, 2001, p. 133.
A 60.000 sionistas alemanes ricos se les permitió reacomodarse con su fortuna en Palestina bajo el Acuerdo Haavara, una contribución decisiva para la colonización judía de Palestina [25]. Como Hannah Arendt recordó en 1963, "todas las principales posiciones en la designada por los nacionalsocialistas Reichsvereinigung [organización obligatoria de todos los judíos en la Alemania Nacionalsocialista, que seleccionaba a los judíos para la emigración] estaban en manos de sionistas". Eso creó "una situación en la cual la mayoría no-seleccionada de judíos inevitablemente se encontró enfrentada a dos enemigos: las autoridades nacionalsocialistas y las autoridades judías"[26]. Los sionistas y los nacionalsocialistas estaban unidos en contra de la noción misma de asimilación y la abominación del matrimonio mixto.
[25] Tom Segev, The Seventh Million: The Israelis and the Holocaust, 1993 .
[26] Hannah Arendt, Eichmann in Jerusalem: A Report on the Banality of Evil, 2006, pp. 136–138.
Decir que Hitler fue un sionista sería exagerado, pues él escribió en 1923:
"Pues mientras el sionismo intenta hacer que la otra parte del mundo crea que la auto-conciencia nacional del judío encuentra satisfacción en la creación de un Estado Palestino, los judíos otra vez muy astutamente embaucan a los estúpidos goyim. Ellos no piensan en construír un Estado judío en Palestina a fin de que lo puedan habitar, sino que sólo quieren una organización central de sus estafas internacionales, dotada con prerrogativas, fuera del alcance de otros: un refugio para bribones sentenciados y una escuela para futuros canallas"[27].
[27] Adolf Hitler, Mein Kampf, Reynal & Hitchcock, 1941 (archive.org), pp. 447–448.
Sin embargo, entre 1933 y 1938 Hitler consideró a los sionistas alemanes como aliados ideológicos y estratégicos en su deseo de librar a Alemania de sus judíos. Y no hay duda de que la mayoría de los judíos que murieron bajo el Nacionalsocialismo estaban entre los judíos asimilacionistas, aquellos que no tenían simpatía por el sionismo, y a quienes los sionistas consideraban como apóstatas y traidores a su raza.
Eso, creo, explica por qué el "Holocausto"es llamado así: la idea de que los judíos asimilacionistas deben perecer es consistentemente bíblica. Dicha noción viene directamente del Deuteronomio: "Si tu hermano, el hijo de tu padre o de tu madre, o tu hijo o hija, o la cónyuge que tú abrazas, o tus amigos de más confianza, intentan secretamente seducirte, diciendo: "Vamos y sirvamos a otros dioses" (...) debes matarlos a pedradas, ya que han intentado apartarte de Yahvé tu dios. (...) Todo Israel, escuchando acerca de esto, estará temeroso, y ninguno de ustedes hará nuevamente una cosa tan malvada" (Deuteronomio 13:7-12).
Y si en un pueblo, «los sinvergüenzas que hay entre ti han inducido al mal camino a sus conciudadanos, diciendo: "Vamos y sirvamos a otros dioses", entonces tú debes pasar a cuchillo a los habitantes de ese pueblo; tú los debes colocar bajo la maldición de destrucción, al pueblo y todo en él. Tú debes amontonar todo su botín en la plaza y debes quemar la ciudad y todo su botín, ofreciéndole todo ello a Yahvé tu dios. Debe ser una ruina para siempre, y nunca reconstruído» (Deuteronomio13:13-17). O, según otra traducción: "El pueblo entero debe ser puesto al fuego como una ofrenda quemada para Yahvé tu dios".
El Gobierno de Terror de los Levitas
En términos bíblicos, la asimilación significa "servir a otros dioses". Los judíos que buscan la asimilación merecen la muerte, y su muerte servirá de ejemplo para el resto. Cuando en el siglo II a.C. algunos israelitas dijeron: "Hagamos alianza con los gentiles que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellos muchas veces el infortunio nos ha alcanzado", los Macabeos "se organizaron como una fuerza armada, derribando en su cólera a golpes a los pecadores, y a los renegados en su furia" (1 Macabeos 1:11 y 2:44), y establecieron su teocracia Hasmonea [28].
[28] Norman Cantor, The Sacred Chain: The History of the Jews, 1995, pp. 55–61.
Aterrorizar a los judíos hasta la sumisión para el estricto estado de separación y la endogamia es lo esencial del pacto yahvista. La Torá muestra que el gobierno de terror de Yahvé se basa en el sacrificio de judíos asimilacionistas y rebeldes. En el libro de Números, cuando un israelita tuvo las agallas para comparecer ante Moisés con su esposa madianita, Fineas, nieto de Aarón, "tomó una lanza, siguió al israelita hasta la alcoba, y allí los atravesó a ambos, al israelita y a la mujer, por el estómago". Yahvé felicitó a Fineas por tener "el mismo celo que yo tengo", y, como una recompensa, dio "a él y sus descendientes después de él (...) el sacerdocio para siempre", es decir, "el derecho a realizar el ritual de expiación para los israelitas" (Números25:11-13). Consideremos cuidadosamente el hecho de que, según la Biblia, el sacerdocio Aaronita era una recompensa por el doble asesinato de un israelita asimilacionista y su esposa no-judía.
Aun más reveladora es la historia de Éxodo cap. 32. Después del episodio del Becerro de Oro, Moisés conspira con los hijos de Leví que se congregaron en torno a él:
«Entonces Moisés les dijo: —Así dice Yahvé, el dios de Israel: "Tome cada uno de ustedes la espada, regresen al campamento, y vayan de puerta en puerta, matando cada uno de ustedes a su hermano, amigo o vecino". Los levitas cumplieron las órdenes de Moisés, y ese día murieron como tres mil hombres. Entonces Moisés dijo a los levitas: "Ustedes hoy acaban de ser consagrados a Yahvé con sangre, tal vez con la sangre de un hijo o de un hermano. Por eso hoy él les da la bendición» (Éxodo32:27-29).
En recompensa por haber matado a 30.000 israelitas "apóstatas", los levitas reciben su privilegio como la clase sacerdotal hereditaria, una oligarquía sostenida por las otras tribus. Aquí está cómo parafrasea el erudito bíblico Karl Budde este episodio, la historia fundadora de la institución de los levitas:
"Aquí tenemos, de hecho, el momento preciso del origen de Leví, y así es cómo debe ser comprendido. A la llamada de Moisés los fieles de todas las tribus se apresuran donde él y le prestan su brazo incluso en contra de sus propios parientes. Aquellos así examinados y probados permanecieron de ahí en adelante unidos, y formaron una nueva tribu, Leví. (...) Leví es de esta manera, por así decirlo, el cuerpo de guardias, los elegidos de esos fieles a Yahvé que se congregan en torno a Moisés, renunciando a los viejos lazos de tribu y familia" [29].
[29] Karl Budde, Religion of Israel to the Exile, New York, 1899 (archive.org), p. 82.
En Númeroscaps. 16-17 un grupo de 250 levitas, guiados por Coré, son exterminados por haberse rebelado contra Moisés y Aarón. "Apártense de esa comunidad porque la voy a exterminar en todo el campamento", dijo Yahvé, y "Entonces brotó un fuego de Yahvé que devoró a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso" (16:20-35). "Al día siguiente, toda la comunidad de los israelitas se puso a murmurar contra Moisés y Aarón: —¡Ustedes, decían, son los que han dado muerte al pueblo de Yahvé!". Entonces Yahvé dijo: "Quitaos de en medio de esa turba, que voy luego a destruírla", y una plaga mató a 14.700 de ellos (Núm. 17:6-14).
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Lo que estos episodios subrrayan es que la autoridad de Yahvé y de su élite que seleccionó a los levitas se fundamenta enteramente en la violencia y el terror en contra de los propios israelitas. También muestra que la Alianza se basa en la permanente amenaza de destrucción. Los judíos que desafían a sus élites representativas y que socializan con sus vecinos no-judíos, que comen con ellos, que se casan con ellos, y que, al hacer todo eso, muestran respeto hacia sus dioses, son las heces de los judíos, los traidores a Yahvé y a su raza. Ellos merecen ser eliminados sin piedad, cuanto más que ponen en peligro a toda la comunidad al atraer la furia de Yahvé.
Yahvé les enseña a los judíos que la amistad con personas no-judías es una traición del convenio, y serán castigados con el desastre, posiblemente con su exterminio. Josué, el sucesor de Moisés, dijo a los israelitas que habían tomado posesión de Canaán:
"Nunca se mezclen con los pueblos que todavía quedan junto a ustedes. No pronuncien los nombres de sus dioses, no juren por ellos, no los sirvan y no se dobleguen ante ellos. (...) si ustedes se hacen amigos con el resto de esas naciones que todavía viven al lado de ustedes, si ustedes se casan con ellas, si ustedes se relacionan con ellas y ellas con ustedes, entonces sepan con toda seguridad que Yahvé su dios dejará de desposeer a esas naciones delante de ustedes, y para ustedes ellas serán una trampa, un escollo, espinas en sus costados y cardos en sus ojos, hasta que ustedes dejen de existir en este buen país dado a ustedes por Yahvé su dios (...) Pues si ustedes violan el convenio que Yahvé su dios ha impuesto sobre ustedes, si ustedes van y sirven a otros dioses y se inclinan ante ellos, entonces la cólera de Yahvé será provocada en contra de ustedes y ustedes rápidamente perecerán del buen país que él les ha dado" (Josué23:12-16).
La conquista de la Tierra Prometida por parte de Josué es la fórmula para la colonización sionista, y la mentalidad no ha cambiado. El sionismo, la ideología fundadora del Estado judío, es una versión secularizada del yahvismo. Su concepto de carácter de nación judía es estrictamente bíblico, y por consiguiente intensamente etnocéntrico y xenofóbico. Y así es natural que un sionista como Benzion Netanyahu (el padre de Benjamin) considerara que para un judío casarse con una persona no-judía es "incluso desde un punto de vista biológico, un acto de suicidio" [30]. Golda Meir, Primera Ministra de Israel de 1969 a 1974, supuestamente formuló la misma idea en términos más evocativos: "Casarse con una persona no-judía es unirse a los seis millones [de judíos exterminados]" [31]. En otras palabras, aquellos judíos asimilacionistas que rompieron el convenio endogámico bien podrían ser holocausteados, en lo que a Israel se refiere. ¡Eso es muy bíblico!
[30] Benzion Netanyahu, The Founding Fathers of Zionism (1938).
[31] Citado en Edgar Morin, Le Monde Moderne et la Question Juive, 2006.
El Psicopático Paradigma Bíblico
En el "Holocausto" de la Segunda Guerra Mundial los judíos no fueron muertos por otros judíos, como en los pasajes bíblicos anteriormente citados. Pero desde el punto de vista bíblico, lo mismo da, porque es siempre Yahvé quien golpea a los israelitas, ya sea que él esté usando a Moisés (un asesino fugitivo desde el principio), o enviándoles plagas, piedras desde el cielo o ejércitos extranjeros. Para castigar a David por haber ordenado un censo nacional (contar a los judíos muertos está bien, pero no a los vivos), Yahvé le da la elección: "¿Qué prefieres: tener tres años de hambruna ocurriéndole a tu país, escapar durante tres meses delante de un ejército perseguidor, o tener tres días de epidemia en tu país?". David escogió la epidemia, que produjo setenta mil muertos (2 Samuel 24:13), pero Yahvé igualmente podría haber utilizado a un ejército extranjero.
Cada vez que los israelitas son atacados, lo es porque Yahvé quiere castigarlos por su rebeldía e idolatría. Fue Yahvé quien envió a los asirios a destruír el reino del Norte de Israel para castigar a los israelitas por su "idolatría" (2 Reyes cap. 17; Amós3:14), y fue Yahvé quien movió al ejército babilónico a destruír los pueblos de Judá, "por las malvadas acciones que ellos cometieron para provocar mi ira, yendo y ofreciendo incienso y sirviendo a otros dioses" (Jeremías44:3).
La verdadera relación de causa y efecto entre el pluralismo religioso y la campaña babilónica en contra de Jerusalén fue, de hecho, exactamente la opuesta de lo que la Biblia afirma. En el mundo antiguo la diplomacia internacional estaba estrechamente relacionada con la tolerancia religiosa: las naciones mostraban su respeto mutuo respetando a los dioses de otras. El rey judío Manasés es culpado por los escribas bíblicos por haber hecho "lo que desagrada a Yahvé, emulando las repugnantes costumbres de las naciones que Yahvé había desposeído para los israelitas", adorando a "todo el ejército de los cielos" (2 Reyes21:2-3). Pero su largo reinado de 55 años fue un período de excepcional paz y prosperidad. Por contraste, su nieto Josías, quien es alabado por quitar del templo "todos los objetos de culto que habían sido hechos para Baal, Asera y todo el ejército de los cielos", y por exterminar a todos los sacerdotes "que le ofrecieron sacrificio a Baal, al Sol, la Luna, las constelaciones y todos los astros del cielo" (2 Reyes 23:4-5), atrajo el desastre a su reino por su arrogante política de exclusivismo y provocación hacia Babilonia.
Pero las lecciones de la Historia no aparecen entre los escribas bíblicos. La enseñanza de ellos no es sólo históricamente engañosa sino que es un insulto para el sentido común y el sentido moral, que enseña que la sociabilidad (el compartir comidas, el ocasionalmente casarse con otros, etc.) fomenta la confianza y la paz civil, mientras que el estado de separación crea desconfianza y conflicto. El mensaje de Yahvé es una receta para la catástrofe (shoah en hebreo). Equivale a decirle a los judíos: "No socialicen con sus vecinos sino que desprecien sus tradiciones, y, si es posible, desposéanlos o extermínenlos. Si, después de eso, ellos los violentan a ustedes, es vuestra culpa: ustedes no han obedecido de manera suficientemente escrupulosa". Tal es la demente "sabiduría" internalizada por los judíos durante cien generaciones.
Con sus mentes enmarcadas por el paradigma bíblico, los judíos no son fácilmente persuadidos de que pueden tener alguna responsabilidad colectiva por la persecución que les acontece. Después de todo, incluso los Gentiles ahora les dicen que "el judío, ese objeto de tanto odio, no es perfectamente inocente, ni inofensivo" (Jean-Paul Sartre, Réflexions sur la Question Juive, 1946) [32]. Asegurados por su tradición y sus líderes de la inocencia perfecta de su comunidad, los judíos naturalmente miran a sus críticos como irracionales y patológicos. Está —les parece a ellos— en la naturaleza de los no-judíos odiar a los judíos. "La judeofobia es una variedad de demonopatía", escribió León Pinsker (un doctor en medicina). "Como una aberración psíquica, es hereditaria, y como una enfermedad transmitida durante dos mil años, es incurable" [33]. Lo que los judíos tienen que hacer, entonces, es protegerse, incluso preventivamente, del odio de los no-judíos, y cualquier forma de engaño o coerción que ellos tengan que utilizar al hacer eso, es mera auto-defensa. "Para el judío el mundo es una jaula llena de bestias salvajes", escribió Henry Miller [34].
[32] Jean-Paul Sartre, Réflexions sur la Question Juive (1946), 1985, p. 183.
[33] Leon Pinsker, Auto-Emancipation: An Appeal to His People by a Russian Jew (1882), en
www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Zionism/pinsker.html.
[34] Henry Miller, Tropic of Cancer, citado en Josh Lambert, Unclean Lips: Obscenity, Jews, and American Culture, New York UP, 2013, p. 125.
Al igual que la mayoría de los rasgos de la psicología colectiva judía, éste es un patrón cognitivo aprendido de la Biblia. Una buena ilustración de ello es la completa oscuridad que existe en la serie causal de acontecimientos entre, por un lado, el final del libro del Génesis, cuando José arruinó a los campesinos de Egipto, los forzó a la deuda y finalmente a la esclavitud, mientras enriquecía a los miembros de su tribu, y, por otra parte, el comienzo del libro de Éxodo, cuando un rey de Egipto "que nunca había escuchado acerca de José", en vista de que los israelitas habían llegado a ser "más numerosos y más fuertes que nosotros", decidió tomar medidas "para impedirles aumentar más, ya que si la guerra estallase, podrían engrosar las filas de nuestros enemigos" (Éxodo 1:9-10). Considerando la actividad parasitaria de la tribu de Jacob, las preocupaciones del rey y su decisión de cobrar impuestos a los israelitas con trabajo forzado pueden parecer enteramente justificadas; pero porque José, el especulador con bienes, es el santo de Yahvé, actuando para la prosperidad del pueblo escogido de Yahvé, su comportamiento está fuera de reproche, y el Faraón es por consiguiente presentado como irredimiblemente malo. Pensemos en eso: es perfectamente apropiado que el Faraón sea visto como el prototipo bíblico de Hitler, quien quiso reducir la influencia judía en Alemania y tuvo motivos para temer que los judíos pudieran "engrosar las filas de sus enemigos".
Otra ilustración simbólica de la forma en que la Torá inhibe cualquier consideración de la responsabilidad de Israel en la hostilidad de las naciones, se encuentra en el profético pequeño libro de Abdías: Esaú es culpado por Yahvé por su resentimiento contra su hermano Jacob (también conocido como Israel), sin recordar que Esaú ha sido defraudado de su derecho de nacimiento por Jacob:
"Por la violencia hecha a tu hermano Jacob, la vergüenza te cubrirá y ¡serás aniquilado por siempre! (...) la Casa de Jacob será un fuego, la Casa de José una llama, y la Casa de Esaú como estopa. Ellas le prenderán fuego y la abrasarán, y nadie de la Casa de Esaú sobrevivirá, porque Yahvé lo ha dicho" (Abdías 1:10-18).
Tenemos aquí, en verdad, una apropiada profecía de un holocausto para la Casa de Esaú (que simboliza a las naciones, y, en la posterior tradición rabínica, a las naciones específicamente cristianas).
Los Holocaustos de Gentiles para Yahvé y Sión
Obviamente, Yahvé puede usar holocaustos de Gentiles también. Después de todo, hay poca diferencia entre los Gentilesy los animales. El primer caso reportado aparece en Números cap. 31, después de la matanza de los madianitas, excepto sus rebaños y 32.000 muchachas vírgenes. El botín fue dividido en dos: la mitad para los combatientes, y la mitad para los demás. De la mitad de los combatientes, Yahvé requirió como su propia "porción", "una de cada quinientas personas, y lo mismo en el caso de bueyes, burros y ovejas". La porción de Yahvé incluía 32 muchachas, todas a cargo del sacerdote Eleazar para que él las ofreciera a Yahvé. ¿Cómo fueron ellas ofrecidas a Yahvé? La Biblia no lo dice. Pero se sabe que los animales eran siempre servidos a Yahvé como holocaustos, y la redacción de Númeroscap. 31 no hace ninguna distinción entre el botín de humanos y de animales, sino que insiste en ponerlos en el mismo saco. Entonces no exíste una razón para suponer que la "porción de Yahvé" de muchachas vírgenes le fue ofrecida a Yahvé en una forma distinta que la porción de Yahvé de bueyes, burros y ovejas.
El tratamiento del rey David de los habitantes de la ciudad de Rabba también califica como un holocausto: David congregó a todos los prisioneros, y "los cortó con sierras, y con rastras de hierro, y con hachas", y "los hizo pasar a través del horno de ladrillos: y así hizo él en todas las ciudades de los hijos de Amón" (2 Samuel 12:3 y 1 Crónicas 20:3). Aunque no sea hecho explícito que el desmembramiento y cremación de los amonitas en hornos de ladrillos estaban destinados como una "ofrenda quemada" para Yahvé, somos dados a entender que él lo aprobó; suponemos que a él le gustó el olor.
El exterminio completo de los cananeos ("hombres y mujeres, jóvenes y viejos") en los pueblos de Jericó, Maqueda, Libná, Laquish, Eglón, Hebrón, Debir y Hazor en el libro de Josué, capítulos 6 al 12, y el mismo destino reservado para los amalecitas en 1 Samuel cap. 15, son también holocaustos que obviamente agradaron a Yahvé.
Desde el punto de vista sionista, la Primera y Segunda Guerras Mundiales pueden ser interpretadas como holocaustos para Sión, ya que ellas atrajeron bendiciones sobre Israel. En mi primer artículo para unz.com [35] sugerí que incluso la guerra de Vietnam podría ser considerada como un holocausto para Sión, porque fue ordenada por el agente sionista Lyndon Johnson y su consejero de seguridad nacional Walt Rostow, y proporcionó el favorable contexto internacional para que Israel emprendiera su guerra de anexión de 1967. Aquello fue comentado por el Presidente francés Charles de Gaulle quien, en una famosa conferencia de prensa (27 de Noviembre de 1967), llamó a un acuerdo internacional sobre la base del retiro de Israel de los territorios ocupados, pero agregó: "Pero uno no puede ver cómo tal acuerdo podría ser alcanzado mientras uno de los más grandes entre los cuatro no se retire de la guerra atroz que está emprendiendo en otra parte. Sin la tragedia de Vietnam, el conflicto entre Israel y los árabes no se habría convertido en lo que ha llegado a ser" [36].
[35] https://www.unz.com/article/was-vietnam-a-holocaust-for-zion/
[36] http://akadem.org/medias/documents/3-conference-degaulle.pdf
El Culto del "Holocausto"
La Historia es un estudio de causas y efectos en las acciones y decisiones humanas. Pero Israel ve su propia historia a través del prisma bíblico de su condición de pueblo escogido, lo cual lo hace ciego a su propia responsabilidad en la hostilidad de los Gentiles. La Historia es reemplazada por la memoria, que es la sustancia de las leyendas y los mitos. Por eso es que Yosef Yerushalmi argumenta en su libro "Zakhor: Jewish History and Jewish Memory" que Israel "escogió el mito en vez de la Historia". Eso se aplica al "Holocausto": "Su imagen está siendo forjada no en el yunque del historiador sino en el crisol del novelista" [37].
[37] Yosef Hayim Yerushalmi, Zakhor: Jewish History and Jewish Memory (1982), University of Washington Press, 2011.
Cuando una tragedia histórica no puede ser puesta en una perspectiva de causa y efecto, entra en el ámbito de la mitología. Si no puede ser analizada de un modo racional, es imaginada de un modo religioso. Y así es que Elie Wiesel puede declarar que el "Holocausto""desafía al conocimiento y a la descripción", "no puede ser explicado ni visualizado", "nunca ha de ser comprendido o transmitido", es "no-comunicable" [38]. "Quienquiera que no haya experimentado el acontecimiento, nunca puede conocerlo. Y quienquiera que no lo haya vivido, nunca puede revelarlo completamente" [39].
[38] Norman Finkelstein, The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering, 2014, p. 47.
[39] Citado en Tim Cole, Selling the Holocaust: From Auschwitz to Schindler: How History is Bought, Packaged, and Sold, 1999, p. 16.
Aquellos que controlan el discurso público judío le prohíben a cualquiera expresar la posibilidad de que la persecución nacionalsocialista pueda tener algunas causas en las acciones judías (como empujar a Inglaterra y Estados Unidos a la guerra). Puesto que los judíos están, por definición, libres de culpa, la violencia nacionalsocialista contra ellos es gratuita y por consiguiente es una manifestación de maldad pura, metafísica: el mechón de pelo de Hitler y su bigote han reemplazado a los cuernos y la cola del Diablo en la iconografía popular.
En el reino de la mitología, todo es posible. La imaginación de los mitógrafos es el límite. Con el "Holocausto", incluso lo inimaginable, lo absurdo, lo imposible y lo milagroso deben ser creídos. He aquí, por ejemplo, cómo el renombrado profesor Simon Baron-Cohen —un hombre serio comparado con su primo, el actor Sacha Baron Cohen— comienza su libro "The Science of Evil: On Empathy and the Origins of Cruelty", publicado en 2011:
«Cuando yo tenía siete años de edad, mi padre me dijo que los nacionalsocialistas habían convertido a los judíos en pantallas de lámparas. Eso fue simplemente uno de esos comentarios que uno oye una vez, y el pensamiento nunca se desvanece. Para la mente de un niño (incluso para la de un adulto) esos dos tipos de cosas simplemente no ensamblan. Él también me dijo que los nacionalsocialistas convirtieron a los judíos en barras de jabón. Suena tan increíble, y sin embargo es en verdad cierto. Yo sabía que nuestra familia era judía, de modo que esa imagen de convertir a personas en objetos caía un poco cerca de casa. Mi padre también me contó acerca de una novia suya anterior, Ruth Goldblatt, cuya madre había sobrevivido a un campo de concentración. Él había sido presentado a la madre y le sorprendió descubrir que sus manos estaban puestas al revés. Los científicos nacionalsocialistas habían cortado las manos de la señora Goldblatt, las habían intercambiado de lugar, y las habían cosido de nuevo de tal manera que si ella ponía sus manos con las palmas hacia abajo, sus pulgares quedaban por fuera y sus dedos meñiques por dentro. Simplemente uno de los muchos "experimentos" que ellos habían realizado. Comprendí que había una paradoja en el corazón de la naturaleza humana —la gente podía objetificar a otros— que mi joven mente no estaba aún en condición de resolver. (...) Hoy, casi medio siglo después de las revelaciones de mi padre a mí acerca de los extremos del comportamiento humano, mi mente todavía suele hacerse la misma y singular pregunta: ¿Cómo podemos comprender la crueldad humana?»[40].
[40] Simon Baron-Cohen, The Science of Evil: On Empathy and the Origins of Cruelty, Basic Books, 2011. Este pasaje es de la edición kindle (108-150), y puede leerse también en la edición onlineen archive.org. Como me fue muy difícil creer lo que leí, revisé otras ediciones, y me sorprendí de ver que el autor ha modificado este pasaje en una nueva edición de 2012 de Basic Books, borrando la frase "Suena muy increíble, pero es de verdad cierto", y calificando de nuevo las historias del jabón y las pantallas de lámparas como "rumores". Sin embargo, él se aferra a su creencia en el milagro quirúrgico de las manos invertidas. Este pasaje es incluso reproducido, en una forma ligeramente alterada, en https://www.nytimes.com/2011/06/07/science/14evil-excerpt.html
En contra de aquellos que se atreven a plantear problemas de credibilidad, Primo Levi, cuyas memorias, If This Is a Man (1947), son "consideradas un pilar de la literatura delHolocausto, junto con Noche, de Elie Wiesel, y el Diario de Ana Frank" (Wikipedia en francés, artículo Si c'est un Homme), ha proporcionado una respuesta invencible. Él escribió en The Drowned and the Saved (1988) cómo "los milicianos SS cínicamente disfrutaban amonestando a los prisioneros" con tal cinismo:
"De cualquier forma que esta guerra pueda terminar, hemos ganado la guerra contra ustedes; ninguno de ustedes quedará para dar testimonio, pero incluso si alguno llegara a sobrevivir, el mundo no le creería. Quizá habrá sospechas, discusiones, investigación por historiadores, pero no habrá certezas, porque destruiremos la evidencia conjuntamente con ustedes. E incluso si quedara alguna prueba y algunos de ustedes sobreviven, la gente dirá que los acontecimientos que ustedes describen son demasiado monstruosos para ser creídos: dirán que son las exageraciones de la propaganda Aliada y nos creerán a nosotros, que negaremos todo, y no a ustedes. Nosotros seremos los que dictarán la historia de los campos de concentración" [41].
[41] Primo Levi, The Drowned and the Saved (1988), 2013, p. 2.
El "Holocausto"es ahora una religión, que requiere fe y que censura la investigación crítica. Para los judíos, es un eficiente substituto para el culto de Yahvé. "La religión judía murió hace 200 años. Ahora no hay nada que unifique a los judíos del mundo aparte del Holocausto", comentó una vez Yeshayahu Leibowitz [42]. Una encuesta de Pew Research de 2013 sobre el tema "Un Retrato de Judíos Estadounidenses" muestra que ante la pregunta "¿Qué es esencial en ser judío?", la respuesta "Recordar elHolocausto" está en el primer lugar para el 73% de los encuestados, antes de "Preocuparse por Israel", y "Observar las leyes judías" [43].
[42] Reportado por Uri Avnery en 2005, citado en Gilad Atzmon, The Wandering Who? A Study of Jewish Identity Politics, 2011, pp. 161–162.
[43] "A Portrait of Jewish Americans", en www.pewforum.org
El "Holocausto"es un dios celoso. No existe un museo de la guerra de Vietnam en Estados Unidos. A los ucranianos que querían conmemorar el "Holodomor"—la muerte de entre 7 y 8 millones de ellos en 1932–1933 por una hambruna deliberadamente provocada en contra de los kulaks[campesinos ricos] que se resistieron a la colectivización agraria soviética— el presidente israelí Shimon Peres les aconsejó, durante una visita a Kiev el 25 de Noviembre de 2010: "Olviden la Historia" [44].
[44] Alexander Motyl, "Ukrainians and Jews...", 15 de Abril de 2011, worldaffairsjournal.org
El "Holocausto"es eterno. "Hoy estamos afrontando, pura y simplemente, un peligro de aniquilación. (...) La gente piensa que la Shoah [el "Holocausto"] se acabó; pero no. Está continuando todo el tiempo", proclamó Benzion Netanyahu, padre del Primer Ministro israelí [45]. En Israel, explica Idith Zertal, "Auschwitz no es un acontecimiento pasado sino un amenazante presente y una constante opción" [46].
[45] Citado en Alan Hart, Zionism: The Real Enemy of the Jews, vol. 3: Conflict without End?, 2010, p. 364.
[46] Idith Zertal, Israel’s Holocaust and the Politics of Nationhood, Cambridge University Press, 2010, p. 4.
El "Holocausto" no es simplemente una religión para los judíos. En algunos países europeos, como Francia, se está convirtiendo en una religión del Estado: el culto es obligatorio en la escuela, y la blasfemia es severamente castigada. Pero si bien todo el mundo está ahora "recordando el Holocausto" casi diariamente, no todos los hombres son iguales en ese culto. Tal como Yahvé separó al pueblo escogido del resto del género humano, el "Holocausto" dibuja una línea entre las víctimas —"el pueblo elegido para el odio universal", en palabras de Pinsker [47]— y sus atormentadores —virtualmente el resto del mundo. Y así el culto al "Holocausto"resulta ser funcionalmente intercambiable con el antiguo yahvismo: su función primaria es separar a los judíos del resto de la Humanidad, exiliarlos en su enfermiza excepcionalidad, y al mismo tiempo aterrorizarlos hasta que se sometan a sus élites. Mientras a los judíos se les dijo en el Tanaj que debían"temer a Yahvé", ellos ahora son apremiados para temer al "Holocausto".‒
[47] Leon Pinsker, Auto-Emancipation, op. cit., en www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Zionism/pinsker.html