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Michal Warczakowski - Eslavos de la España Musulmana

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     En http://michalw.narod.ru/SlavicSpain.html se encuentra publicado en inglés desde 2004 el siguiente texto (Slavs of Muslim Spain) del investigador polaco Michal Warczakowski. Lo presentamos ahora en castellano. Lo que describe aquí el autor es una serie de circunstancias históricas que rodearon a gente de linajes Eslavos que por diversas razones terminó siendo usada principalmente por caudillos árabes y musulmanes durante la Edad Media, básicamente como guardias personales y ejércitos de élite. Los griegos llamaban "Sklavinoi"a los Eslavos. Dicha palabra en el Imperio bizantino se deformó como "saqlab", "siklab" o "saqlabi", y de allí pasó al árabe finalmente como "saqaliba", la frecuente palabra que designa a los Eslavos, particularmente a los Eslavos esclavos y mercenarios, del mundo árabe medieval de Oriente Medio, Norte de África, Sicilia y la España musulmana (al-Ándalus), quienes eran requeridos por sus virtudes guerreras. Muchos llegaron a España, donde, bajo la fe musulmana, llegaron incluso a gobernar algunas taifas ("reinos" o principados) tras un período de anarquía posterior al colapso del califato de Córdoba. De la huella de dichos Eslavos en España, pero también de los antecedentes de ello en el Viejo Mundo, con diversas menudencias históricas, es de lo que nos habla el siguiente texto, que ha de interesar a todo a quien ya interesó esta breve descripción. Hemos encontrado, sin embargo, quizá un excesivo eslavo-centrismo en algunos de los planteamientos del señor Warczakowski, o al menos en quienes él cita. Pero es un interesante e ilustrativo trabajo, a pesar de todo.


Eslavos de la España Musulmana
por Michal Warczakowski, 2004



     Los primeros contactos entre árabes y Eslavos pueden ser probablemente remontados hasta el siglo VI, y la mayoría probablemente ocurrió en o cerca del territorio del Imperio Romano de Oriente (Bizantino). Las más antiguas fuentes árabes describen a los Eslavos como gente con la piel pálida, que se vuelve "roja" bajo el Sol, y de cabello rubio. Los árabes incluso se refirieron a una cierta clase de frijol de color blanco como Saqalibiya(Eslavo), como puede leerse en el Kitab al-Filaha, un tratado sobre agricultura escrito por Ibn al-Avvam a fines del siglo XII; el color del frijol por lo visto les recordaba el color de pelo de los Eslavos.

     La primera instancia confirmada de un encuentro entre Eslavos y árabes es mencionada por el cronista bizantino Teófanes, quien escribió a principios del siglo IX. Según él, en 664 un grupo de 5.000 mercenarios Eslavos (Sklavinoi) al servicio de Bizancio se integró al ejército victorioso del califa omeya Muavyi I (que reinó entre 661 y 680), quien volvía de una campaña en Asia Menor. El califa colocó a estos Eslavos en un área cerca de la ciudad de Apamea en el Norte de Siria.

     El nombre árabe para los Eslavos, Saqaliba (o as-Saqaliba, con el árabe "los"), que más tarde también adquirió algunas variaciones dialécticas, es un extranjerismo greco-bizantino: esta palabra es la forma plural árabe regular de la palabra Saqlab, Siqlab, Saqlabi, que a su vez es una deformación de la palabra Sklav, que es la forma singular griega y del latín medio de los Sklavinoi mencionados por los bizantinos. Aunque los Eslavos fueran probablemente la primera raza de Europa del Norte en ser encontrada por los árabes, que los llamaron Saqaliba, dicho vocablo en algunos casos raros también fue usado por árabes posteriores para referirse a algunos pueblos de Europa del Norte no-Eslavos, pero al principio fue usado exclusivamente por los primeros árabes para referirse a los Eslavos, y en una gran mayoría de casos ése fue el uso que le dieron los árabes posteriores. Por lo tanto, la afirmación a menudo propuesta por muchos eruditos occidentales patrioteros de que los árabes solían llamar "Eslavos" a todos los europeos del Norte no refleja la realidad. Esto se ve claramente en los primeros relatos medievales de escritores árabes tales como al-Yaqubi, ibn-Hurdadbeha y muchos otros.

      La primera oleada del establecimiento de los Eslavos entre los árabes comenzó en 664, pero más estaba por venir. En 692 otro grupo de soldados-colonos Eslavos al servicio de Bizancio, bajo su príncipe Nevulos, voluntariamente pactó con los árabes; cuando los árabes asaltaron Asia Menor, los soldados-pobladores Eslavos locales, a quienes los bizantinos tenían la intención de usar contra sus enemigos, se unieron a los árabes. La mayor parte de aquéllos eran Eslavos macedónicos, pero también aparentemente había algunos servios, que fueron originalmente reasentados en grandes cantidades desde Macedonia en Bitinia en 686 por los bizantinos, durante el reinado del Emperador Justiniano II (que reinó entre 685-695 y 705-711). Este segundo grupo de Eslavos también fue colocado dentro de las fronteras del califato, en el Norte de Siria (cerca de las ciudades de Antioquía y Kyrrhos [o Cyrrhus o Hagioupolis]).

     Desde el siglo VIII nuevos grupos de Eslavos aparecieron en el territorio del califato, establecidos por el último califa omeya Marvan ibn-Muhammad (o Marvan II, que reinó entre 744 y 750). También se sabe que estos Eslavos habían sido colocados en Siria del Norte, Cilicia, Comagene, Armenia o Mesopotamia del Norte, y Georgia. Pero también todavía quedaban algunos Eslavos en el lado bizantino de la frontera. Los escritores árabes mencionan una cierta Hisn as-Saqaliba (Fortaleza de los Eslavos) localizada en el camino que conduce desde Tarso a las "Puertas Cilicianas".

     Las fuentes árabes también mencionan asentamientos Eslavos en la Sicilia gobernada por los árabes. Uno de ellos llamado Sclafani es mencionado en 939. Otro es Harat as-Saqaliba, un distrito de Palermo habitado por Eslavos, localizado cerca del puerto de la ciudad, en la capital de los emires de Sicilia. El origen de estos Eslavos es disputado; según afirmaciones contradictorias ellos se remontan a 535 d.C. cuando el general bizantino Belisarius probablemente dejó una guarnición Eslava en la ciudad, o al siglo X, cuando los fatimíes conquistaron Sicilia e igualmente dejaron una guarnición Eslava allí. El historiador italiano Amari probablemente ha dado la explicación más plausible de su origen: él señala que Abul Fiday, un historiador y geógrafo árabe del siglo XIV, declara que en 928-929 en la costa del Magreb y Sicilia apareció una flota pirata Eslava de 30 barcos que, junto con los árabes, saquearon Calabria, Córcega y Cerdeña. Después de algún tiempo estos mismos piratas Eslavos decidieron instalarse permanentemente en un barrio de Palermo que fue nombrado a partir de ellos.

     Éstos eran, lo más probablemente, piratas Eslavos del Sur provenientes del litoral adriático, que eran ladrones de mar muy activos durante el período en cuestión. No podemos estar seguros acerca de cuántos Eslavos se instalaron allí, pero de acuerdo a Constantino Porfirogéneta, que estimaba que un barco grande (sagena) de los croatas del Sur (balcánicos) contenía aproximadamente 40 hombres, y usando este número como una referencia general, si se multiplica por 30 barcos debería darnos aproximadamente 1.200 hombres. Estos Eslavos sicilianos son mencionados por ibn-Hauqal, un geógrafo y viajero árabe de la segunda mitad del siglo X, así como por Yaqut, quien también menciona un área diferente de Palermo cuyo nombre era "el Barrio de la Mezquita Eslava". También debe ser añadido que el número total de Eslavos que se instalaron en Palermo era probablemente más grande que el calculado recién ya que también deberíamos añadir a los Eslavos del "Barrio de la Mezquita Eslava" y también probables llegadas posteriores a ambas zonas. Finalmente, los Eslavos sicilianos llegaron a ser completamente asimilados; el nombre Harat as-Saqaliba desaparece con el tiempo y en los documentos escritos en latín de los siglos XII y XIII es desplazado con la designación de Seralcadi (del árabe Shari al-Qadi, "Calle del Juez").

     Los piratas Eslavos en el Mar Mediterráneo eran bastante comunes durante el siglo X. Ibn Hauqal menciona a piratas Eslavos que saqueaban la costa de la España musulmana, y al-Masudi menciona que contra los habitantes de al-Ándalus (la España musulmana) luchan los Jalaliqa (gallegos), los Ifranja (francos), los Nukabard (lombardos) y los Saqaliba (Eslavos). También sabemos que Eslavos croatas y dálmatas luchaban en la flota bizantina del Adriático y del Mar Jónico, como fue el caso en la expedición a Bari a mediados del siglo IX contra los árabes, que trataban de establecer un enclave allí. La actividad Eslava en los mares del Sur comienza muy tempranamente: ya en 526 una flota Eslava ataca Constantinopla por mar; en 626 barcos ligeros Eslavos aparecen en el Mar Negro peleando del lado de los ávaros contra la armada bizantina; en el siglo VII piratas Eslavos aparecen tanto en el Adriático como en Mar Egeo. Barcos eslavos ligeros controlan la costa del norte del Mar Egeo en la segunda mitad del siglo VII, atacando a los barcos bizantinos que transportaban alimentos desde Salónica a Constantinopla; ellos incluso sitiaron Salónica, el mayor puerto bizantino en el Egeo, y arrasaron las islas Cícladas. En 623 piratas Eslavos atacaron Creta (aproximadamente en esos años en su parte occidental hay noticias de Eslavos asentados) y Asia Menor, y en 642 Apulia (esta última probablemente atacada por Eslavos de Dalmacia, donde el arte naval Eslavo se desarrolló muy tempranamente). La alianza de los piratas Eslavos con los árabes mencionados por Abul-Fiday de ninguna manera era la primera de su tipo; Constantino Porfirogéneta relata que durante el reinado del Emperador Nicéforo en 805 u 807, los Eslavos atacaron la ciudad de Patras en el Peloponeso, junto con "sarracenos y africanos".

     Los Eslavos que vivían en las costas del Adriático también mostraron inclinaciones marítimas. Durante un período de al menos aproximadamente 50 años durante el siglo X la República Veneciana fue reducida al estado de un virtual tributario de los piratas Eslavos del litoral adriático. Los croatas y los neretvanos lucharon con frecuencia contra los venecianos; se sabe que un duxveneciano fue muerto en una batalla contra estos últimos. Las incursiones Eslavas en Italia también ocurrieron por tierra; éstas fueron incursiones de saqueo lanzadas en la parte Noreste del reino lombardo, o intervenciones militares hechas a petición de algunas facciones lombardas implicadas en guerras civiles. Por ejemplo, Arnefrit, hijo del fallecido Lupus, duque de Friulia, huyó donde los eslovenos (también conocidos entonces como garotanos, horutanos o karantanos, de la "cueva"Garota; por lo tanto garotanos significaría los "habitantes de las tierras con cuevas", una descripción muy exacta, ya que hay numerosas cuevas en el Sur de Austria y Eslovenia, donde ellos vivían entonces), después de que el rey lombardo Grimoaldo rechazó darle el ducado de su difunto padre. Él volvió a Friuli con un ejército Eslavo, pero fue rápidamente muerto en un choque con los lombardos. No mucho después los Eslavos atacaron nuevamente Friuli, pero fueron derrotados.

     En 701 invasores Eslavos atacaron a pastores friulianos; una posterior persecución lombarda no logró atraparlos. Sólo unos días más tarde, cuando nuevos destacamentos eslovenos entraron en Friuli, el duque Fergulf, junto con la flor de la nobleza friuliana, los atacó, pero él murió, junto con la mayor parte de sus tropas, mientras asaltaba el campamento de los Eslavos localizado en una colina. Durante el reinado del rey Liutprando (reinó entre 712 y 744), el duque Pemmo trató de expulsar a un destacamento Eslavo desde Friuli, pero fue obligado a dejar de luchar y a hacer la paz. Tal como ocurrió en Sicilia, en Creta y en otros lugares, los Eslavos a veces combinaban el ataque con el establecimiento permanente; unos cuantos enclaves Eslavos aparecen en ese tiempo en el Noreste de Italia. Como podemos ver, durante esa época los Eslavos eran asaltantes activos tanto en tierra como en mar.

     Por último debemos mencionar a los Eslavos que llegaron a la España musulmana. Éstos pueden ser subdivididos en dos grupos: uno consistía en los esclavos de origen Eslavo que fueron reconocidos como bienes muy valorados allí, y el otro eran guerreros Eslavos que voluntariamente se hicieron mercenarios al servicio de los gobernantes árabes de España; estos últimos deben haber sido ciertamente atraídos por la riqueza fabulosa de al-Ándalus.

     Los esclavos Eslavos vendidos a la España musulmana incluían a concubinas para los harenes de los árabes ricos, las que eran especialmente valoradas por su tez clara y su pelo rubio, y varones, a menudo llevados como muchachos jóvenes, que o bien se convertían en servidores públicos, o criados de palacio, o eunucos en los harenes mencionados, o, en el caso de especímenes físicamente más fuertes, en tropas de las guardias Eslavas de la élite, que servían como guardias pretorianos cuyos soldados disfrutaban de privilegios especiales entre los gobernantes árabes de España. También debe ser añadido que una parte de los esclavos Eslavos que llegaron a España fue transferida más tarde a otras localidades en el mundo musulmán, como África del Norte, donde la existencia de guardias Eslavos también ha sido confirmada, e incluso Oriente Próximo.

     Según Ibn Hauqal los esclavos Eslavos fueron llevados a la España musulmana vía Calabria, en Italia del Sur, el reino lombardo, Frankia (Francia) y Galicia. A Galicia ellos deben haber sido muy probablemente llevados por vía marítima por mercaderes daneses o bien por Eslavos polabianos. Aunque muchos historiadores seguramente acreditarán a los primeros con tales hechos, la participación de los comerciantes Eslavos no puede ser completamente excluída. Los Eslavos polabianos eran marineros y constructores de barcos muy expertos; la ciudad polabiana de Vineta era uno de los centros comerciales más grandes y más ricos en la Europa contemporánea. Los Eslavos polabianos, sobre todo los véletos, establecieron su propio enclave en el área de Utrecht, y se establecieron en partes de Inglaterra, aparentemente como aliados de los daneses. Los eslavos polabianos-pomeranios son también conocidos por haberse incluso establecido en la Islandia de la época nórdica y también extensamente en el Norte de la región Eslava oriental. Por fin también podemos añadir que la república rusa medieval norteña de Nóvgorod, cuya población en alto grado descendía de Eslavos polabianos-pomeranios, un hecho hoy en día muy pasado por alto, también llevó a cabo un próspero comercio; en 1134 una flota mercante novgorodiana visitó Dinamarca. Los comerciantes rus también aparecieron en Bagdad en 846, donde ellos requirieron los servicios de intérpretes Eslavos locales. Los Eslavos tuvieron su propia parte activa en la creación de la famosa Hansa alemana también; muchas de sus ciudades miembros eran conocidas como wendisch (Eslavas), incluyendo a Lübeck, originalmente la ciudad Eslava de Lubeka, que fue uno de los miembros fundadores de dicha liga, y también su capital de facto, donde los tribunales judiciales hanseáticos tuvieron lugar junto con los concejos gobernantes conocidos como el Hansetage.

     Tanto en el caso de Frankia (Francia) como en el del reino lombardo, está claro que estos esclavos Eslavos deben haber sido prisioneros de guerra capturados por los francos y los lombardos en sus guerras contra los Eslavos, y también esclavos que fueron comprados por comerciantes judíos y católicos de esclavos en los sectores occidentales de la Región Eslava; es sabido que entonces Praga era un centro principal de la trata de esclavos. Había dos centros principales de comercio de esclavos en Frankia: el de Verdún era controlado por los comerciantes católicos, y el de Lyon por sus homólogos judíos. Los principales caminos a través de Frankia pasaban por Maguncia [Mogunce] en Alemania, Verdún y Lyon, hasta España. Los esclavos Eslavos llevados desde Calabria eran muy probablemente de origen Eslavo del Sur; y nuevamente, algunos de ellos podrían haber sido prisioneros de guerra lombardos y venecianos, mientras que otros podrían haber sido incluso llevados por los piratas Eslavos, que a veces también depredaban a otros Eslavos. En algunos casos, los árabes podrían haber evitado a los intermediarios capturando esclavos o contratando a mercenarios de origen Eslavo en la costa balcánica. En 868 una flota árabe atacó Ragusa (Dubrovnik). Según una cierta crónica italiana, los venecianos estuvieron de hecho involucrados en el comercio de esclavos Eslavos, prisioneros de guerra que ellos capturaban durante sus numerosas guerras contra piratas Eslavos, guerras emprendidas durante la temprana historia de la república. Los Eslavos mismos por lo visto también estuvieron implicados en algún grado en la esclavización y comercio tanto de no-Eslavos (escandinavos, francos/germanos, ávaros, lombardos, bizantinos, valacos, antes o antae, y otros) como de congéneres Eslavos. Esto último no es de ningún modo imposible, ya que entonces las guerras entre tribus Eslavas no son nada desconocidas, y además, los acontecimientos en Polonia después de 1989 muestran que siempre se encuentran algunos canallas que están dispuestos a vender a sus compatriotas.

     En cuanto a los Eslavos que llegaron a la España musulmana por su propia cuenta, para servir como mercenarios en los ejércitos de los gobernantes árabes de España, sabemos que los Eslavos más aventureros tanto de los Balcanes como de las orillas del Sur del Báltico podrían haber alcanzado España sin demasiada dificultad; el Mediterráneo es en gran parte un mar interior, con muchas costas e islas que hacen la navegación mucho más fácil que en el caso de un océano abierto. Los Eslavos occidentales del Báltico tenían que hacer viajes más difíciles, pero ellos podrían haber empleado fácilmente paradas en varias "Danelaws"[zonas bajo leyes danesas] Eslavas establecidas en el Mar del Norte, una de las cuales es el área actual de Utrecht en los Países Bajos (fundada por los véletos), y que Thomas Ebendorfer menciona como la Provincia Veletaborum(Provincia de los Véletos), así como muchas más en Inglaterra, donde el asentamiento Eslavo occidental durante los tiempos vikingos era sorprendentemente extenso. Parece que los daneses hicieron un uso extenso de los Eslavos como mercenarios y colonos en partes de Inglaterra, siendo las virtudes militares de los Eslavos claramente muy apreciadas por estos los más temibles de todos los escandinavos. Esto no es sorprendente, ya que Dinamarca, y en menor grado Suecia y Noruega, en sí misma experimentó en sí misma la furia de los Eslavos.

     Los Eslavos llegaron a la España musulmana bastante a comienzos. Ya en 762 un cierto diplomático árabe llamado Abd ar-Rahman al-Fihri, quien llegó desde Oriente para alborotar en favor de los abásidas, tenía el apodo de as-Saqlabi(el Eslavo), porque era alto, tenía el cabello castaño rojizo y ojos azules. Había también muchos Eslavos en la corte del emir omeya de Córdoba, al-Hakam I (796-822). Los Eslavos en la España musulmana rápidamente alcanzaron una posición importante en la estructura social del país, y muchos continuaron desempeñando posteriormente un papel importante en su política. Estos Eslavos "españoles" encontraron un poderoso patrono en la persona de Abd ar-Rahman III (que reinó entre 912 y 961, y desde 929 como califa), uno de monarcas más excepcionales de la línea española de la dinastía omeya. La España musulmana le debe a este gobernante diversas reformas en su administración, la expansión hacia el Magreb, la creación de una poderosa armada, la expansión y fijación de las fronteras con castellanos y leoneses con campañas militares mayormente exitosas y devastadoras (para los Estados católicos del Norte), magníficos proyectos de construcción, un desarrollo sin precedentes de las artes y las ciencias, así como una prosperidad económica general.

     Abd ar-Rahman III rápidamente reconoció el alto valor de los Eslavos, su valentía y lealtad, y su laboriosidad. Teniendo esto en mente, él organizó una guardia pretoriana de élite, apropiadamente conocida como la Guardia Eslava, que, además de proteger su persona, estaba encargada también de tener bajo control a la rebelde aristocracia árabe hereditaria y a las anárquicas tribus bereberes, que frecuentemente lanzaban rebeliones contra la dominación árabe. La Guardia Eslava es conocida por haber sido ciegamente obediente al califa, y fue también una de las unidades militares más fuertes y más disciplinadas de su tiempo. Es interesante notar que, según las leyes musulmanas, todos los no-musulmanes que vivían bajo un gobierno musulmán tenían prohibido portar armas, pero esta misma prohibición no se aplicaba a los no-musulmanes que llegaban desde fuera de los dominios musulmanes (dar Al-Islam, en árabe). El número de Eslavos al servicio del califa de al-Ándalusaumentó rápidamente. Según al-Maqqari, un historiador árabe del siglo XVII, sólo en la ciudad de Córdoba alcanzaba a 3.750 personas, que luego se elevó a 6.087, y al final del reinado de Abd ar-Rahman III su cantidad era de 13.750. Muchos de estos Eslavos llegaron a España como muchachos jóvenes, y tales individuos fácilmente se hicieron musulmanes; ellos mostraban gran apego y lealtad a su protector, quien no les escatimó privilegios y ascensos. Ya en 939 Abd ar-Rahman III designa a un cierto Eslavo llamado Naja como comandante de su ejército en una guerra contra el reino de León. Muchos otros Eslavos también alcanzaron posiciones importantes en el ejército y en la administración pública del califato español. Este estado de cosas prosiguió durante el reinado del sucesor de Abd ar-Rahman, el califa al-Hakam II (que reinó entre 961 y 976), quien estuvo bajo la total influencia de su pretorianos Eslavos.

     Han sido planteadas algunas erróneas sugerencias en cuanto a si los Eslavos de la España musulmana eran realmente Eslavos. La clara connotación del nombre árabe para los Eslavos en tanto Eslavos genuinos ha sido mencionada ya al principio de este artículo. Posteriormente hemos hablado también de las maneras en que los Eslavos llegaron a la España mora desde sus patrias. A esto también debería agregarse las fuentes árabes españolas que claramente establecen que los miembros de las Guardias Eslavas originalmente consistían exclusivamente en hombres de raza Eslava, y sólo más tarde a algunos leoneses, francos y lombardos se les permitió integrarse a ellas. Además, estos últimos no sólo aparecieron al final sino que no podrían haber sido admitidos en grandes cantidades, ya que hubiera sido algo muy peligroso para los musulmanes. El caso del famoso caballero castellano El Cid, durante la última parte del período de taifas, lo demuestra muy claramente. Tener verdaderos Eslavos como toda o al menos la mayor parte de las tropas de las Guardias Eslavas evitaba convenientemente tales riesgos innecesarios. Curiosamente, El Cid nunca fue mencionado por sus empleadores musulmanes como un "Eslavo", a pesar de que los Eslavos siguen siendo mencionados por las fuentes árabes como estando en la España musulmana hasta el siglo XII. A fin de cuentas, las tropas de las Guardias Eslavas se sabe que tenían el apodo de "los silenciosos", ya que ellos no podían hablar ni árabe ni lenguas romances, aunque ciertamente éste no era el caso de los guardias leoneses, francos y lombardos, los cuales provenían de regiones de habla romance.

     A comienzos del siglo XI la España musulmana experimenta un período de agitación política y fragmentación que comienza alrededor de 1010 con el colapso de la autoridad central; surge un vacío de poder y luego una lucha de sucesión. De 1013 a 1031, cuando un consejo dirigente de Córdoba suprime oficialmente el cargo de califa, seis omeyas y tres miembros de una dinastía medio bereber mantenían dicho cargo, en cada caso durante un breve tiempo; ninguno tenía algún poder real de un califa verdadero, y ellos sólo ejercieron la autoridad en el Estado taifade Córdoba. Entre 1011 y 1013 la España musulmana se desintegra en aproximadamente 30 Estados durante una época de anarquía conocida como la Fitna; de algunos de ellos se apoderaron los Eslavos y los gobernaron. Los gobernantes de estos Estados que fueron establecidos sobre las ruinas del califato de Córdoba eran conocidos en árabe como muluk at-tawaif (reyes de partidos) o reyes detaifas en castellano (y de aquí el período de las taifas), porque ellos a menudo eran apoyados por los diversos partidos que se forjaron sus propios dominios en la España musulmana. Esta condición persistió hasta principios de la década de 1090, cuando la España musulmana es unificada de nuevo por los almorávides. Por ejemplo, un cierto Eslavo llamado Hayran, quien era el líder del partido Eslavo en la capital de Córdoba y un seguidor fiel del califa Hisham II (que reinó entre 976 y 1009 y entre 1010 y 1013), era también el gobernador de la provincia de Almería donde finalmente fue establecido un Estado gobernado por los Eslavos. Al mismo tiempo, otro Eslavo llamado Vadih era el gobernador de una provincia norteña de frontera del califato cordobés. Durante la primera parte del período de taifas un cierto Eslavo era el príncipe de Jaén, Baeza y Calatrava. En algunos casos incluso los mismos nombres de estos gobernadores Eslavos los identifican como Eslavos; ese fue ciertamente el caso de Khayrah al-Saqlabi, el gobernador Eslavo de la taifa de Jativa, y Labib al-Saqlabi, gobernador Eslavo de Tortosa.

     La gran mayoría de estos Estados taifaseran pequeños. En algunos casos, muy pequeños, consistiendo en una ciudad o un pueblo y una pequeña área alrededor de ello. Había sólo unos pocos grandes, como Badajoz o Toledo, pero todos ellos estaban escasamente poblados. Algunos de los Estados más pequeños no eran capaces de proporcionar ejércitos más grandes que unos pocos cientos de soldados. Todos los Estados gobernados por Eslavos eran de tamaño medio en comparación con los otros Estados taifas; ellos siempre estaban localizados en el litoral Este de España, donde, en la mayor parte de la línea de la costa, la densidad de población era relativamente alta, y por lo tanto debemos concluír que las poblaciones nativas que ellos gobernaban eran también relativamente grandes, comparativamente hablando. Las poblaciones que vivían allí, estaban —junto con las del Sur de España, muchas de las cuales estaban entonces bajo dominio bereber— entre las más racialmente heterogéneas en toda Iberia, lo que quizás facilitó la toma del poder por los Eslavos (y los bereberes) en las áreas donde ellos establecieron sus respectivos Estados. Los Eslavos establecieron Estados más duraderos en Almería, Denia-Baleares (en el período de 1015-1016 incluso brevemente extendido hasta Cerdeña), Murcia, Tortosa y Valencia. Durante la primera etapa del período de las taifas ellos también gobernaron durante períodos más cortos de tiempo en Jaén, Baeza y Calatrava (el príncipe Eslavo mencionado anteriormente), mientras que en la fronteriza provincia de Badajoz un Eslavo llamado Sabur inicialmente tuvo el poder.

     En el Estado taifa de Sevilla los Eslavos nunca consiguieron el poder, pero, sin embargo, puede haber habido algunas tropas Eslavas a su servicio. Algunos eruditos occidentales especulan que ellos eran realmente mercenarios católicos del Norte, pero aquello es tanto improbable como no demostrado. Sevilla fue uno de los Estados de taifas más exitosos en términos de expansión, y quizás esas tropas Eslavas tuvieron que ver con esos éxitos.

     Los Estados establecidos en España gobernados por Eslavos durante la Fitnaeran de alguna manera similares a los establecidos por los bereberes, en cuanto a que todos ellos fueron fundados por las élites militares extranjeras que aparentemente perseguían sus propios intereses y sin mucha preocupación por las poblaciones autóctonas (eso es lo que realmente afirma Wasserstein, pero los ejemplos de al menos algunos jefes Eslavos muestran que, siquiera en algunos casos, lo contrario fue verdadero). Dichos Estados también fueron a menudo destrozados por riñas internas, tenían poblaciones nativas muy mezcladas, y eran reacios o incapaces de importar a miembros adicionales de su propia raza para incrementar su cantidad. Esta última era una consideración importante para los Eslavos, que eran especialmente escasos en número (según las conjeturas de Wasserstein, eran quizás no más que unos 15.000 en el auge de su presencia numérica en la España mora, o casi el tamaño de un solo pueblo contemporáneo en la costa del Este de España, donde los Estados Eslavos más duraderos habían sido establecidos).

     El hecho de que una pequeña parte de los Eslavos en la España musulmana fuera convertida en eunucos, para ser puestos a cargo de los harenes de los árabes ricos, no ayudó tampoco, aunque ciertamente ése no fue el caso de muchos de ellos, como algunos historiadores maliciosamente tratan de sugerir. Uno podría señalar que los eunucos no se convierten en buenos soldados, sobre todo de la élite. Además, se sabe que Mujahid, el gobernante Eslavo de Denia-Baleares, procreó hijos, y también seguimos teniendo noticias sobre los Eslavos en la España musulmana hasta el siglo XII, o mucho después de que todas las importaciones de esclavos Eslavos a dicha tierra hubiera cesado completamente con el colapso del califato en el período 1010-1013, un hecho bien atestiguado por la decadencia del puerto de Pechina (cerca de Almería), a través del cual una gran parte de los Eslavos llegó a España, colapso que comenzó en 1011-1012 o a principios del período de anarquía (que inmediatamente condujo al establecimiento de los Estados Taifas) conocido como la Fitna. Por lo tanto, debe concluírse que estos Eslavos "posteriores" (aquellos mencionados a finales del siglo XI y durante el XII) nacieron en España de familias Eslavas, o al menos parcialmente Eslavas. La frecuencia excepcionalmente alta de individuos de cabello claro entre los valencianos es seguramente una herencia de la residencia de los Eslavos en aquella ciudad y el área circundante, y ahí es donde uno de los Estados gobernados por Eslavos realmente fue establecido.

     El gobernante Eslavo más exitoso de los Estados taifas fue Mujahid al-Amiri, gobernante de Denia (más tarde de Denia-Baleares), hijo de una mujer cristiana (la mayor parte de la gente Eslava era en aquel tiempo parte de la cristiandad), aunque un musulmán devoto él mismo. Él fue también uno de los más brillantes de todos los gobernantes de taifas en general. Él estableció su Estado en Denia en 1011, durante el comienzo de la Fitna, que vio el colapso de la autoridad central de Córdoba y la aparición simultánea de los Estados de taifas. Utilizando los recursos navales de su diminuto Estado, y quizá también empleando a "piratas Eslavos convertidos en mercenarios", él pronto extendió su autoridad a las Baleares. Él incluso conquistó brevemente Cerdeña, o parte de ella, en 1015, cuando la invadió con una flota de 120 barcos transportando a 1.000 soldados de caballería. Pero el año siguiente una fuerza combinada genovesa-pisana lo expulsó de Cerdeña, causándole pérdidas significativas, incluída la captura de sus mujeres e hijas. Los genoveses eran en aquel entonces un importante poder naval y mercantil en el Mediterráneo; parece que ellos estaban temerosos de que Cerdeña se convirtiera una base principal para las expediciones de los corsarios musulmanes contra su territorio, mientras que los pisanos estaban quizá más preocupados de salvaguardar sus intereses comerciales. Mujahid fue también un notable patrono de las ciencias: en su capital él estableció una escuela coránica que llegó a ser de renombre en el mundo musulmán entero, y también atrajo a muchos hombres cultos a su corte.

     Madina Mayurqa (actual Palma de Mallorca) fue escenario de una controversia escolástica entre ibn-Hazm y al-Baji, dos de los más destacados intelectuales contemporáneos andaluces, que tuvo lugar en público, revelando el alto nivel de la cultura desarrollada en las Baleares durante el período del dominio Eslavo. Denia, según los documentos de la Geniza del Cairo, había llegado a ser entonces uno de los puertos más importantes de la península ibérica, a la par con Almería y Sevilla (Almería estaba también bajo gobierno Eslavo) y con vínculos directos con Egipto. Los jefes Eslavos de Denia-Baleares también mantuvieron relaciones diplomáticas con los condes de Barcelona. La brillante calidad de estadista de Mujahid es muy evidente a partir del hecho de que su reinado fue un período de tranquilidad y prosperidad para su reino. Mujahid también gobernó sobre el Estado taifa de Valencia durante el período 1017-1021 (en 1017-1019 él gobernó allí conjuntamente con Labib al-Saqlabi, el gobernante Eslavo de Tortosa). Mujahid, quien falleció en 1045, fue sucedido en el trono por su hijo Alí, el cual, antes de asumir el poder, tuvo que disputarlo con su hermano. En 1076 él fue forzado por su cuñado, el gobernador de Saragossa (Zaragoza), a cambiar Denia por un territorio en el dominio de este último.

     Otro excepcional gobernante Eslavo de taifas fue Khayran; él dominó Orihuela, Murcia y Almería. En esta última él estableció su capital, fortificándola y embelleciéndola durante el proceso, además de construír nuevos edificios y un sistema de abastecimiento de agua. Khayran hizo a su hermano Zuhayr gobernador de Murcia, y fue éste el que lo sucedió en el trono. Tras su ascenso, Zuhayr extendió su dominio desde Almería hasta llegar casi a Córdoba y Toledo así como a Jativa y Baeza; él también prosiguió las políticas generales de su hermano. Sin embargo, sufrió serios reveses al luchar contra los Badis de Granada, y fue muerto en una batalla en 1038. Las noticias de su inoportuno fallecimiento causaron una inmensa consternación en Almería, donde él fue sustituído pronto por Abd al-Aziz de Valencia, quien llegó a petición de los habitantes de Almería.

     Pero no todos los gobernante Eslavos de taifas parecen haber sido tan esclarecidos como Mujahid; el historiador del siglo XI ibn-Hayyan ha escrito un cierto informe en el cual él acusa a los dos primeros gobernantes Eslavos de la taifa de Valencia, en el período 1011-1017, de haber reducido a sus súbditos a una miserable condición como resultado de sus imposiciones, y de obligarlos a abandonar sus pueblos y áreas rurales a fin de apropiarse de ellos y transformarlos en sus posesiones privadas, a veces aceptando a los dueños originales de vuelta, aunque ahora sólo como arrendatarios en las tierras que ellos solían poseer.

     Los rastros de la presencia Eslava en España pueden incluso ser encontrados en sus nombres de lugares; por ejemplo, uno de los distritos que pertenecen a la provincia de Shantarin (Santarem) es mencionado por los geógrafos árabes medievales como Saqlab(Eslavo). Desafortunadamente, ahora no sabemos dónde estaba localizado exactamente ese distrito, aunque sea probable que la ciudad de nuestros días de Ceclavín en el rio Tajo inferior, cerca de la frontera portuguesa (en lo que es ahora la provincia española de Extremadura) sea de hecho una corrupción romance del árabe dialéctico Seqlabiyin(Eslavos). Otra explicación de este topónimo fue propuesta por Charmoy: según él, Saqlab era realmente una corrupción árabe de Scalabis, el nombre original de Santarem. Los dos defectos principales en esta hipótesis son el hecho de que Saqlab se traduce literalmente como "Eslavo", y se sabe que muchos nombres de lugares a través de Europa han sido nombrados a partir de alguna nacionalidad específica que vivió allí, y también que los árabes no tenían ningún motivo para corromper de manera confusa Scalabis transformando a dicha palabra en su nombre para los Eslavos, si ningún Eslavo vivió allí en primer lugar. Además, algunas tradiciones y festividades populares todavía encontradas en la España de nuestros días aparecen como no muy distintas de las encontradas entre algunos eslavos.

     Puede señalarse que la tribu de los Vándalos (y por la misma razón los suecos, que podrían haber sido la misma tribu), que es mencionada ahora como "germánica", en realidad era de origen Eslavo, y habitó en España durante algún tiempo, como lo hicieron los germánicos suevos, cuyo nombre suena muchísimo como una corrupción de los slaveni o sloveni Eslavos (esta materia seguramente merece más investigación). De hecho algunos historiadores polacos hicieron la conexión entre los antiguos Eslavos, por una parte, y los Vándalos y los suevos, por otra, hace mucho tiempo. Debería indicarse que el mismo nombre árabe para España (al-Ándalus) se derivó del nombre de los Vándalos; así, fue muy apropiado para los árabes traer más Eslavos (wendos o vendos, vandulios, vándalos) a esta región. Por último, no deberíamos olvidar que la familia dirigente de los visigodos (de la cual, entre otros, salió Alarico) era conocida como los Balti (o Balthi); es un nombre muy interesante, porque los godos y los baltos vivieron cercanos unos de otros durante algún tiempo.

     Puesto que se sabe que algunos pueblos antiguos habían invitado a extranjeros para que gobernaran sobre ellos durante disputas de sucesión no resueltas (las tribus germánicas invitaron a príncipes celtas, los Eslavos del Este invitaron a Rúrik) parece que estos Balti (Balthi) podrían haber sido originalmente una familia principesca de los baltos, que fueron invitados por los godos a gobernar sobre ellos. Uno podría también señalar los nombres que suenan notablemente Eslavos encontrados entre los antiguos godos (esto es erróneamente negado por los propagandistas germánicos), sobre todo aquellos con el sufijo –mir, muy común de muchos nombres Eslavos, pero prácticamente inexistente entre los germánicos. Pero no sólo éstos: de interés es el nombre visigótico Witiza, que quizás puede haber derivado de la palabra Eslava vitez, la cual, contrariamente a algunas falsas afirmaciones, es de origen genuinamente Eslavo y no tiene ninguna connotación en absoluto con la palabra "vikingo" (y parece que incluso éste puede ser de origen Eslavo también). Los Eslavos y los godos también vivieron cercanos unos de otros durante algún tiempo; estos últimos solían formar la mayoría o toda la población de una cantidad sustancial de la actual Polonia, sobre todo en sus sectores centro Norte, Noreste y Este, desde el delta del Vístula en el Norte a Zamojszczyzna en el Sur. Como una nota al margen, uno podría indicar que los godos mismos eran de origen iranio (alano u osetio) [1]. O quizás tales tradiciones provinieron de gente de un origen Eslavo posterior, de los Eslavos que llegaron y se quedaron en la España musulmana. Además, puede haber algunas palabras de origen Eslavo en la lengua castellana; por ejemplo, la palabra castellana para "y" es casi idéntica a sus homóloga Eslava (polaco: i), como lo es la palabra para "ojo" (polaco: oko).

[1. Eso sería así por haber descendido ellos del legendario rey osetio Odín y sus seguidores, que eran conocidos entre los antiguos teutones como los Aesir (singular, Aas), lo que es una obvia corrupción de la palabra As, la antigua auto-designación osetia. La descripción de la localización de Asaland o Asaheim encontrada en las sagas nórdicas corresponde al actual emplazamiento de Osetia (Alania); los osetios eran un pueblo iranio moreno de cabello oscuro que en esa época vivía en la vertiente Norte del Cáucaso y en las estepas localizadas al Norte de allí, a lo largo del Mar de Azov. Debe agregarse aquí que los supuestos alanos rubios mencionados por una fuente romana eran realmente esclavos germánicos al servicio de los osetios, ya que se sabe que los osetios emplearon extensamente esclavos extranjeros como tropas de combate en sus ejércitos.
     Otro ejemplo de pseudo-evidencia usada para apoyar la falsa afirmación de que los antiguos alanos eran rubios es el argumento de que la tribu alana de los ruxs-alanos (rus-alanos o rus-osetios), o ruxs-as en osetio (los roxolani, roxalani o rosomoni de las fuentes antiguas), quienes son mencionados, entre otras fuentes, en el temprano cuento medieval alano de Iry Dada y Mstislav, fue llamada así porque sus miembros tenían el pelo rubio. En osetio la palabra ruxs significa "resplandor" o "luz", pero en realidad esta designación no tiene nada que ver con el color de pelo. Según G. Vernadski, ruxs-alano significa "alanos radiantes". Por lo tanto, no es sorprendente que una tribu alana se hubiera referido a sí misma como "radiante" ya que el Sol emite el resplandor, y era este mismo cuerpo celeste el que figuraba de manera muy destacada en la religión de los antiguos iranios, y de ahí el origen del nombre "alanos radiantes". Además, en el  mencionado cuento de Iry Dada y Mstislav, que describe un conflicto ruso-alano a principios de los años 1000, los alanos a menudo describen a sus adversarios rusos como teniendo el cabello rubio o rojo, mientras que ellos nunca se describen a sí mismos de una manera parecida.
     Los osetios de Escandinavia conquistaron a los nativos y fueron reconocidos como "dioses" por sus súbditos nórdicos. Después de algún tiempo los Aesir se dividieron en dos grupos: el del Sur, ahora conocido como los Dan, nombre sacado de la antigua palabra osetia para "agua" (el nombre del río Don en Rusia del Sur es del mismo origen) y significaría así "los del agua" o la "gente hacia el agua", que se estableció en la costa de la actual Suecia del Sur y que más tarde iba a crear Dinamarca. El otro grupo, localizado al Norte y cuyo nombre ["godos"] se derivaba de la palabra "dioses" (porque así es como, al menos al principio, los osetios fueron tratados en los países nórdicos, y de allí el nombre) finalmente dejó Escandinavia y emprendió un intento de regresar a Osetia (de allí el viaje de los godos en dirección del Mar Negro y el Mar de Azov). La conexión entre Odín y el área del Cáucaso ha sido señalada recientemente por el fallecido Thor Heyerdahl; antes de él, la única otra persona, de la que yo tenga consciencia, en haber establecido esa vinculación, más precisamente entre la antigua Escandinavia y Osetia, fue el emigrado osetio académico Dzambulat Dzanty. Desafortunadamente, careciendo del afamado nombre y origen "apropiado" de su homólogo noruego, D. Dzanty ha sido abiertamente ignorado durante las décadas pasadas].

     Cabe agregar aquí que los Eslavos en la España musulmana también desempeñaron un papel significativo en la vida académica y cultural de aquélla, la cual en los siglos X y XI estaba en un nivel muy alto en comparación con el resto del mundo. Ellos también adquirieron rápidamente mucha riqueza; las fuentes árabes afirman que muchos Eslavos poseían palacios, tierras y esclavos. Ellos también participaron activamente en la vida intelectual de la España musulmana. En los últimos años del califato de Córdoba había tantos escritores, poetas y bibliófilos de origen Eslavo que surgió una necesidad de escribir una monografía separada dedicada sólo a ellos, y escrita por un cierto Eslavo llamado Habib as-Siqlabi.

     Había mucha animosidad existente entre los componentes bereberes y Eslavos de los ejércitos del califato. Al-Mansur (al-Manzor) llevó grandes cantidades tanto de "nuevos" bereberes como de Eslavos para reforzar sus ejércitos en sus muchas campañas devastadoras contra los Estados católicos en el Norte, y parece que surgió una feroz competencia entre los dos nuevos grupos recién llegados. Quizás estos antagonismos comenzaron incluso antes de ese tiempo. Los bereberes, que conformaban el grueso de las tropas ordinarias de los ejércitos del califato seguramente se deben haber resentido por el tratamiento preferente y el statusprivilegiado que los Eslavos recibían de los califas y de los gobernantes árabes en general. Durante la primera parte del período de taifas han quedado registrados ciertos estallidos de odio de parte de los bereberes hacia los Eslavos. Por ejemplo, después de que una facción bereber se apoderó del Estado taifa de Córdoba, los Eslavos que vivían allí fueron rápidamente obligados a abandonarlo y a buscar refugio en los Estados gobernados por Eslavos en el litoral del Este (en este caso, muy probablemente en Almería y Murcia, ya que estos dos eran los más cercanos), despoblando así Córdoba de Eslavos, pero, simultáneamente, reforzando el elemento Eslavo local en los Estados que ya estaban bajo dominio Eslavo. Quizás no todos los Eslavos hicieron eso, sin embargo; un cierto escritor árabe medieval menciona una tradición según la cual algunos Eslavos, después de perder una guerra civil local, fueron arrojados a una cueva en las cercanías del asentamiento de Cabra, localizado cerca de Córdoba. Quizás este acontecimiento precipitó el éxodo Eslavo desde Córdoba. Muy sorprendentemente, los bereberes y los Eslavos eran parecidos desde muchos puntos de vista: ambos dominaban el ejército y la administración, muchos de aquellos entre los militares no podían hablar árabe, sus niveles culturales eran completamente diferentes de aquellos de al-Ándalus, ellos a menudo no se establecían en la tierra, ellos retuvieron fuertemente sus identidades raciales distintas, y, al menos hasta el principio del período de taifas, muchos no se hicieron habitantes urbanos a pesar de estar acampados en las cercanías de ciudades.

     Finalmente, la definida identidad racial de los Eslavos de la España musulmana comenzó a disminuír. Este proceso ya estaba en curso durante el período de las taifas. Pero incluso después los Eslavos siguieron desempeñando un importante papel en los asuntos locales, y siguieron siendo mencionados hasta e incluso el siglo XII. No es sino hasta el siglo XIII que desaparecen de los registros todas las menciones de su presencia; hacia aquella época ellos llegaron a asimilarse completamente entre la población local, cuya fe ellos continuaron compartiendo posteriormente.

     Al final, la persistente desunión política de al-Ándalus es aprovechada por los Estados católicos de Iberia del Norte; a fines del siglo X éstos eran tributarios de los musulmanes, pero a mediados del siglo XI ellos exigían tributos de algunos de los pequeños Estados musulmanes. Esto es muy evidente en el texto de dos tratados entre Muqtadir de Zaragoza y Sancho IV "el de Peñalén" de Pamplona de 1069 y 1073 respectivamente. A propósito, ambos tratados fueron escritos sólo en latín, lo que muestra que el dominio cultural a menudo va de la mano con uno político. Además, la firma de al-Muqtadir en el tratado y su confirmación de que él entiende su contenido está en un árabe bastante ilegible, lo que muestra que las culturas dominadas a menudo pierden su pureza o fluidez de lenguaje, como fue el caso en muchas regiones conquistadas por los romanos, o (en cuanto a la pureza del lenguaje) como es el caso de Polonia después de 1989.

     En 1085 se había perdido Toledo. El gobernante musulmán restante más fuerte en España, al-Mutamid, gobernante de Sevilla, ya él mismo un tributario de los castellanos, intentó remediar la situación invitando a los bereberes almorávides, quienes en 1086 derrotan completamente al rey de Castilla en Zallaqa, cerca de Badajoz. Esa victoria acabó con el statusde tributarios de los musulmanes, pero los Estados católicos comenzaron a renovar sus incursiones, y en 1088 a los almorávides se les pide que vuelvan. Ellos hacen eso en 1090, y continúan reunificando a la España musulmana; toman Badajoz en 1094, Valencia en 1102 y Zaragoza en 1110. Los almorávides gobernaron hasta que fueron depuestos por rebeliones en 1144-1145, siendo posteriormente sustituídos por una dinastía bereber rival conocida como los almohades.

     También encontramos una Guardia Eslava en el Magreb (África del Noroeste), donde los esclavos de origen Eslavo a menudo desempeñaron un papel que era análogo al de sus homólogos en España. Por ejemplo, en la corte del pequeño pero importante Estado arábigo-bereber llamado Nukur, que estaba en el área de la actual frontera argelino-marroquí, existió allí también una Guardia Eslava de élite. De la descripción de al-Bekri aprendemos que esta Guardia Eslava era un pilar de apoyo para la dinastía dirigente local, y que disfrutaba del tratamiento preferencial concedido a ella por sus emires. Esta situación persistió hasta principios del siglo XI. Cuando los Eslavos, tomando ventaja de la difícil situación interna experimentada por Nukur, exigieron del sultáncontemporáneo Said ibn-Salih la abolición formal de su status como esclavos (que por entonces era puramente nominal en su naturaleza), él rechazó su petición. Posteriormente, con el apoyo de otros miembros de la dinastía gobernante, ellos se rebelaron, y sólo después de que la población entera del Estado fue convocada para emprender la guerra contra los Eslavos, éstos fueron derrotados. Después de este revés, los Eslavos se retiraron a las montañas cercanas donde establecieron un campamento fortificado en un cierto asentamiento, que fue nombrado a partir de ellos como Qaryat as-Saqaliba (el Pueblo de los Eslavos).

     Por aquella época los Eslavos también son encontrados en otras partes en el mundo musulmán; hay frecuentes menciones de ellos como estando presentes en Iraq (una fuente árabe incluso menciona que en algún momento alrededor del año 800 Bagdad estaba incluso "inundada" con Eslavos). Había también muchos esclavos de origen Eslavo del Este en Khorezm (Khiva) en Asia Central, desde donde algunos incluso salieron para terminar en tierras aún más lejanas al Sur y al Este. Ellos fueron originalmente o comprados o capturados por los jázaros, los búlgaros del Volga y los húngaros, y más tarde vendidos a los jorasmios, quienes por esa época tenían extensos vínculos comerciales con Europa del Este. Una vez más, algunos llegan a alcanzar posiciones muy importantes. Durante el reinado del último califa de la dinastía omeya, Marvan II (que reinó entre 744 y 750), un cierto Saqlab, que era un maula (esclavo liberado), era camarero del califa (hajib). Según un relato contado por Ibn as-Sajir, pero redactado por Abul-Yaqzan, algunos amargados funcionarios cortesanos Eslavos de alto rango también participaron en una guerra civil que ocurrió en el califato abásida desde Febrero de 865 hasta Enero de 866. Ellos, junto con algunos turcos y gente de la zona de Ferghana, liberaron de la cárcel a al-Mutazz, primo del califaal-Mustain, quien reinaba desde 862, y lo proclamaron como el nuevo califa. Después de una guerra civil que duró casi un año, al-Mustain abdicó. Por extraño que parezca, el monarca depuesto era semi-Eslavo él mismo. Al-Masudi también da un relato de los mismos acontecimientos, pero él explícitamente deja de mencionar a los Eslavos, y también presenta algunos otros detalles incorrectos.

     También encontramos Guardias Eslavas en otras partes: en Sicilia, el emir local Ibrahim ibn-Ahmad formó un fuerte y disciplinado ejército de esclavos de origen Eslavo en la segunda mitad del siglo IX. En la corte de los fatimíes egipcios había también una cierta guardia ceremonial principesca del califaque estaba compuesta, aparte de los Eslavos, por príncipes del Magreb, de Yemen, Nubia, Etiopía, Georgia, Turkestán, Deylem (en Persia del Norte), y hasta de Delhi en India. También al servicio de los fatimíes, aunque de los de Ifriqiya (o Ifrikiya, actual Túnez y Trípoli, en el Noroeste de Libia), estaba un cierto Eslavo llamado Masud, quien en 924-925 atacó y capturó el castillo de Santa Ágata en Sicilia. En los años posteriores él lanzó tres expediciones adicionales contra las posesiones del emirde la isla. Pero la actividad Eslava en esta región no terminó allí; más tarde el sobresaliente líder normando duque Roberto Guiscardo tenía un cuerpo de guardias de 60 mercenarios Eslavos muy leales. En 1078 el conde Roger de Sicilia por poco evitó la muerte en una emboscada hecha por saqueadores Eslavos no especificados en algún sitio en las cercanías de Taormina.–





BIBLIOGRAFÍA

Artículos y Libros

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—http://hr.metapedia.org/wiki/Vojskovo%C4%91e_Ameri






John Kaminski - El Asesinato como Relaciones Públicas

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El Asesinato como Política Social
y de Relaciones Públicas
por John Kaminski
22 de Noviembre de 2014




antes de que él acabe con nosotros.


     El verdadero dinero se consigue matando. Siempre ha sido así.

     Sin excepción, los líderes más famosos de la Historia siempre han sido no sólo los ladrones y estafadores más audaces, sino también los asesinos más prodigiosos.

     Los juegos de video enseñan a nuestros hijos a matar, pero le esconden el hecho de que en la guerra real ellos morirán. Esto los convierte en asesinos gustosos que demasiado a menudo se convierten en cadáveres atónitos sin haber reconocido nunca totalmente la irrevocabilidad de la muerte hasta que la suya propia está justo delante de ellos de manera inevitable.

     Las escuelas enseñan a los niños a dar todo por su equipo y a morir por su país, lo que ellos hacen, nunca preguntando por qué, nunca examinando las mentiras que los hombres viejos le cuentan a los jóvenes para evitar que éstos les roben sus fortunas.

     La gente tiende a aceptar toda la matanza mientras no sea en su vecindario. Los estadounidenses prestan poca atención cuando los judíos masacran a miles de niños en Gaza, pero puede que presten más atención cuando los perros rabiosos de la guerra sean liberados en Ferguson, Missouri, que el Gobierno parece impaciente por soltar.

     Aunque matar siempre ha sido un deporte universal, desde la Antigüedad los maestros reconocidos de la matanza han sido los despiadados nómades asiáticos que durante miles de años han saqueado la civilización occidental, han secuestrado sub-repticiamente todos sus gobiernos, han asesinado afanosamente a la mayor parte de sus habitantes, y están todavía trabajando en ello, siempre inventando modos creativos de desestabilizar todas las sociedades, excepto la suya propia.

     Estos psicópatas jázaros han encontrado numerosos aliados en el crimen que considera la ganancia financiera como más importante que la vida humana. Los hunos nunca desarrollaron una sociedad propia, y por lo tanto se hicieron muy competentes en el robo de las sociedades de otros, lo cual sus descendientes los judíos han hecho muy eficazmente en todo el mundo durante miles de años.

     Cada año los judíos producen películas que son más sangrientas y más perversas que nunca, que posteriormente desestabilizan la sociedad, y producen una música popular y un entretenimiento garantizado para destruír las tradiciones antiguas, tales como el honor, la integridad y la compasión. Los muchachos no comprenden que ellos están siendo conducidos como rebaño hacia nuevas formas de campos de concentración mentales en los cuales los afectuosos valores de la familia son denigrados como retrógrados y dañinos.

     Todos los gobiernos quieren que usted olvide que el mayor y mejor amor que usted puede encontrar en este mundo viene de su madre. Éste es el vínculo que los titiriteros tratan de romper, de modo que ellos puedan hacer de usted un hijo permanentemente deforme del psicótico estado de ellos.

     Cada año los judíos aumentan la presión sobre los niños para que se hagan homosexuales, porque esto los separará de sus familias, y como pervertidos sin lealtad a nada excepto a su propia satisfacción y a la deriva entre cínicos que sólo procuran manipularlos, ellos se convertirán en saboteadores más sigilosos y asesinos más dispuestos.

     Cada año los médicos judíos inventan nuevas "enfermedades" y prescriben una medicación que va a exteriorizar la rabia interior que obliga a aquellas almas aproblemadas que son diagnosticadas y tratadas con píldoras venenosas a matar a sus compañeros de clases y a los miembros de sus familias sin saber nunca realmente por qué.

     Estados Unidos ha sido una empresa totalmente judía al menos desde 1913, cuando Paul Warburg y sus amigos extranjeros crearon la Reserva Federaly el impuesto sobre la renta, pero quizá desde 1776, cuando el ayudante más cercano de George Washington, Alexander Hamilton, que fue a la Escuela hebrea en Londres, insistió en que Estados Unidos no podía sobrevivir sin un Gobierno federal fuerte y sin un banco central.

     El producto Nº 1 de Estados Unidos es el asesinato, especialmente el asesinato de masas. Esto no es algo nuevo. Siempre ha sido de esta manera, desde la matanza de los habitantes indígenas de nuestro continente hasta el momento actual cuando nuestro Gobierno fabrica enemigos —realmente paga a gente para que sean nuestros forajidos designados— para maximizar las ganancias por la venta de armas. Mientras más de aquellas armas sean usadas, más armas ellos pueden fabricar y vender.

     Mientras más personas mueren, mejor es el arma, más alto es el precio en la etiqueta y más neta la ganancia para los pervertidos que babean producto de este síndrome demencial y que sonríen con macabra satisfacción dentro de sus cerrados santuarios.

     La piedra angular del producto nacional bruto de Estados Unidos es la venta de armas, que no son usadas para ninguna otra cosa que la práctica del asesinato al por mayor. Desde el comienzo, EE.UU. siempre ha estado en guerra, a veces consigo mismo, pero sobre todo con algún otro.

     Se dice que el asesino no sólo mata a sus víctimas, sino que también se mata a sí mismo por hacer tal cosa: tal es el daño irreversible que él hace a su propia alma. Mate a bastantes personas y usted ya no tiene un alma, que es exactamente la situación en la que EE.UU. se encuentra hoy, cuando el Gobierno le enseña a usted que matar es la cosa más importante y que no tener un alma es el objetivo primordial. Sólo siga órdenes, las almas son innecesarias. Los muchachos que juegan juegos de video pueden comprenderlo bien. Eso les ayuda a ganar sus juegos y a matar a sus enemigos.

     El asesinato como drogadicción: Ernest Becker teorizó que matar a algún otro disminuye nuestro propio miedo a la muerte, que es por lo cual los hombres que combaten se sienten eufóricos e inmortales una vez que sus enemigos han sido despachados. Las pesadillas que esta práctica trae cuando el soldado está en su casa y seguro y tratando sin éxito de relacionarlas con una cariñosa familia en un mundo pacífico, lo llevan a matarse de vergüenza por sus acciones y por las mentiras que le hicieron hacer aquello.

     Es una de las cosas más difíciles de entender el que nuestro Gobierno realmente haya creado enemigos con el propósito de aumentar el número de asesinatos, pero vemos aquello sucediendo claramente en Iraq hoy, donde nuestro Gobierno deliberadamente ha fomentado y financiado a terroristas criminales, y luego ha enviado nuestras tropas —nuestros hijos e hijas— para matarlos, y terminar matándose unos a otros.

     Pero eso no es tan difícil de comprender como el hecho que se hace más obvio cada día: que el Gobierno estadounidense tiene planes muy desarrollados para matar a muchos estadounidenses, usando comida, medicina, aire y agua contaminados y balas de punta hueca para despoblar gravemente el planeta entero y convertirlo en una plantación global para los ultra-millonarios.

     Si usted de algún modo ha estado siguiendo las noticias hasta ahora, sabrá que hay un enorme proyecto para reducir radicalmente la población del planeta por diversos medios. La infame declaración del Club de Roma de que la población humana debe ser reducida en cinco sextos (otros dicen en siete octavos) es un complot judío, una excusa para el asesinato de masas al por mayor, respaldado por todos los elitistas ultra-ricos del mundo, puesto que la mayoría de los miembros del Club de Roma son supuestos intelectuales judíos. Realmente ellos han sido y son maníacos homicidas.

     Ahora, con todos los líderes del mundo enfatizando la necesidad de una población más pequeña, se ha abierto la temporada de caza sobre la gente del mundo, con guerras fabricadas, enfermedades diseñadas, océanos envenenados, comida falsa, y policías que quieren robarle a usted su propiedad y pegarle un tiro a su perro, haya usted cometido un delito o no.

     Una forma verdaderamente justa de control demográfico sería deshacerse de toda la realeza y de todos los banqueros, abogados y políticos. Sobre ellos debería estar abierta la temporada de caza permanentemente, y si los valores humanos deben tener prioridad otra vez en este planeta, si Dios lo quiere, lo tendrán.

     Mucha gente objeta que yo señale a los judíos como los facilitadores de nuestra miseria y los creadores de nuestra esclavitud.

     Usted no puede discutir con un judío. Ésa es una tarea [undertaking] totalmente inútil, que lo conducirá a usted directamente al empresario de pompas fúnebres [undertaker].

     Los judíos sólo simularán aceptar el punto de vista de usted, y luego trabajarán infatigablemente para debilitarlo, sabotearlo e impedirlo. Si ellos son incapaces de hacer eso, y si fallan sus tentativas de chantajearlo, intimidarlo, hacerle perder su trabajo o arruinarlo socialmente, entonces ellos lo matarán.

     La hipótesis jázara es famosa en todo el mundo por el asesinato como una política social, y por no haber tenido nunca un país que ellos mismos hubieran construído. La ola de saqueos se extiende desde los días de Gengis Jan y Atila el huno y llega hasta nuestros días en una estela implacable de sangre y lágrimas.

     Lamentablemente para cada uno, los judíos dirigen este país y el mundo. Esto no es ningún invento, es un hecho. Los judíos escogen a los Presidentes, poseen las redes, dirigen los negocios, controlan el dinero, y escriben las canciones que se hacen parte de nuestros recuerdos más queridos.

     Lo que los judíos han hecho y están haciendo a la gente en Gaza es exactamente lo que ellos planean hacer a la gente en el resto del mundo, una desconsideración total sin piedad. Eso es lo que sus así llamadas creencias religiosas ordenan que ellos hagan.

     Los judíos han tomado el control del mundo convirtiendo a una gran parte de la población en maníacos sexuales, los cuales, una vez aquejados de ello, no pueden concentrarse en nada más. Cualquier relación basada únicamente en el sexo no será sincera y no durará, causando la destrucción garantizada de la estructura de familia.

     Cuando separamos el sexo de la procreación, como prácticamente todas las religiones nos han advertido en contra desde el principio del tiempo, negamos el valor de la vida, de modo que el matar se convierte en una respuesta más natural, porque matar a alguien es realmente matarnos a nosotros mismos, por la vergüenza por nuestra irreflexión.

     Este es el punto final de la civilización, y un signo seguro de que no sobreviviremos como especie.

     No necesitamos un Gobierno que nos diga qué comer cuando la comida que ellos nos dicen que es buena para nosotros es realmente veneno y hace que nos enfermemos.

     No necesitamos un Gobierno que nos diga qué aprender en la escuela cuando los asuntos que ellos nos enseñan actualmente nos hacen más estúpidos y realmente no pertenecen al conocimiento que necesitamos para vivir vidas felices, sanas y satisfactorias.

     No necesitamos un Gobierno que nos ordene que matemos a millones de personas en otros países cuando la razón de ello es robar materias, como minerales y drogas, que sólo hacen más ricos a los banqueros y que hacen a la gente corriente más pobre.

     Tenemos que terminar con este Gobierno antes de que éste tenga una oportunidad para matarnos a todos nosotros, que es lo que tiene la intención de hacer.

     Se ha puesto de moda en los últimos siglos criticar duramente a las creencias religiosas por sus obvias hipocresías, sus plagiados dogmas y su camuflado abuso de niños. A través de toda la Historia cada civilización que ha tratado de conseguir la paz en base a una filosofía central de predicar el bien mediante el punto de referencia de un dios imaginario ha fallado en su tarea porque el dogma es falso y sus practicantes están corrompidos.

     Y, sin embargo, no podríamos alcanzar una relación realista con ninguno de nuestros amigos sin reconocer que poderes más altos que los nuestros crean las flores, forman las montañas y proporcionan la generosidad y el amor que nos dan nuestros placeres más deseables en esta vida. Algo más grande que nosotros —no necesariamente un anciano gruñón con una frondosa barba blanca que vomita veneno sobre aquellos que no siguen sus órdenes— debe ser reconocido. Pero no debe permitirse que aquel reconocimiento nos convierta en esclavos que por una orden matan a víctimas que no han dañado a nadie y que son cínicamente llamadas daños colaterales.

     El patriotismo es solamente un engaño llevado a cabo por hombres astutos sobre un pueblo incompetente para conseguir que éste cometa sus asesinatos por ellos. La verdadera compasión no requiere ningún patriotismo ni ninguna lealtad a ningún sistema filosófico, sino sólo un respeto sincero por todas las otras criaturas.

     Los judíos luchan para mantenernos a todos nosotros aparte, sabiendo que lo que podría unir al mundo y conducir a una Edad de Oro de paz permanente sería que cada uno se uniera contra ellos y los prohibiera de la sociedad civilizada de una vez para siempre del modo más eficaz posible.

     No importa cuántos judíos puedan resultar muertos en este proceso, el total nunca igualará a la cantidad de gente inocente que los judíos han matado durante el curso de la Historia.–



Acerca de la Esvástica

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     La filóloga española Rosa Sala Rose (1969) publicó en 2003 su libro "Diccionario Crítico de Mitos y Símbolos del Nazismo". Lo de crítico seguramente se refiere a su orientación "anti-fascista". Está a disposición de cualquier lector el artículo que aparece bajo la entrada "Esvástica" en dicho conglomerado de artículos. Lo reproducimos aquí pero algo editado, sin los odiosos calificativos ni sus reflexiones políticamente correctas, dejando la información que pueda servir de algo, de modo que se encuentre quizá algún dato útil. Hay en ese artículo una imagen-definición con respecto a la direccionalidad del girar de la esvástica, que es la que presentamos mejorada, y que sabemos que es la correcta, frente a tantos que confunden las cosas afirmando lo contrario sin haber estudiado el tema con mayor detención.




ESVÁSTICA (Hakenkreuz)

     La esvástica o cruz gamada es un símbolo mágico que se halla extendido por todo el ámbito eurasiático, el Norte de África y toda América, y cuyas primeras apariciones conocidas se remontan a la pintura rupestre y a algunos objetos de la Edad del Bronce. La más antigua descubierta hasta el momento procede de Ucrania y tiene una antigüedad estimada de 12.000 años. El nombre sánscrito swástikasignifica "gran fortuna", y aún hoy continúa siendo un símbolo muy extendido en la India como invocador tradicional de fortuna y salud. En el budismo representa el ciclo eterno de la migración de las almas o samsara. Las interpretaciones de su posible simbolismo primitivo son legión y abundan mucho más que los datos verdaderamente fiables al respecto. Se sabe que entre las tribus germánicas servía como amuleto para ahuyentar a los malos espíritus, pero resulta aventurada la suposición, especialmente extendida durante el nacionalsocialismo, de que pudo ser un antiguo símbolo solar.

     Formalmente, las cuatro ramas angulares de la esvástica unidas en un mismo punto central sugiere la idea de rotación axial, combinando así en un mismo signo las ideas opuestas de permanencia y movilidad. Al mismo tiempo, se cree que la presencia de cuatro brazos podría sugerir los puntos cardinales, así como un movimiento repetido de manera cíclica.

     El conocimiento de la esvástica estuvo relegado a estudiosos y eruditos hasta 1872-1873, fecha en la que Heinrich Schliemann creyó haber descubierto el emplazamiento de la antigua Troya en Hissarlik (Turquía). Las abundantes esvásticas ornamentales aparecidas en la cerámica que Schliemann encontró en sus excavaciones troyanas le recordaron otras similares halladas en la orilla del río Oder, en Alemania. De este modo, creyó haber dado con un importante "símbolo religioso de nuestros remotos ancestros" que le permitió vincular entre sí a los antiguos germanos, los griegos homéricos y la India védica, uniendo bajo un mismo simbolo "ario" las tradiciones religiosas orientales y occidentales.

     Emile Burnouf, un colaborador anti-judío de Schliemann, afirmó que la esvástica reproducía la posición de los fuegos sagrados en la India védica y habría sido posteriormente asimilada por el cristianismo bajo la forma de la cruz. La circunstancia de que no se hubieran encontrado esvásticas en las regiones tradicionalmente semitas llevó a Burnouf a afirmar que este símbolo siempre había sido rechazado por los judíos, lo que permitió reclutarlo para la causa del anti-judaísmo, una vinculación que ya no iba a abandonar. La profunda fascinación de Schliemann por el símbolo que había contribuído a recuperar del olvido lo llevó a adornar con una franja de esvásticas las paredes exteriores de su gran mansión en Atenas.

     El gran efectismo de los hallazgos de Schliemann, así como el gran talento de este controvertido arqueólogo para promocionarlos, pronto permitieron que la esvástica se afianzara en la mentalidad europea como símbolo ario por excelencia. A ello contribuyeron en gran medida el profesor danés Ludvig Müller, quien en 1877 la describió como el emblema del "dios ario supremo", y, en 1886, el anti-judío polaco Michael Zmigrodzki, a cuyo cargo estuvo la exhibición de más de trescientos dibujos de artefactos decorados con esvásticas en la Exposición Universal de París de 1889, además de la organización de dos grandes congresos internacionales sobre este símbolo.

     La fascinación por la esvástica pronto abandonó el ámbito más o menos serio de la arqueología con aspiraciones científicas para infiltrarse en el esoterismo decimonónico europeo. En La Doctrina Secreta (1888), Helena Blavastky, familiarizada con las ideas de Burnouf y Schliemann, atribuyó gran importancia a la esvástica, que era para ella un símbolo del martillo de Thor, el dios germánico del trueno. Ya en 1881, Blavatsky había incorporado una esvástica dextrógira al sello de la Sociedad Teosófica. La revista de la delegación alemana de la Sociedad, Lotusblüten(Flores de Loto, 1892-1900), fue la primera publicación alemana en lucir la esvástica en su cubierta. En el cauce de la corriente teosofista europea flotaban ya los elementos racistas que iban a formar el afluente del ariosofismo. En 1875 Guido von List, su principal precursor, decidió celebrar el milésimo quingentésimo aniversario (1.500) de la victoria germánica sobre los romanos enterrando ocho botellas de vino en forma de esvástica cerca del arco de la Puerta Pagana de las ruinas de Carnuntum. En 1897 el escritor Max Ferdinand Sebaldt afirmó que el dios nórdico Mundilföri habría creado el universo a partir del caos inicial, haciéndolo girar en un remolino de fuego, teoría posteriormente recuperada por Guido von List, quien añadió que la esvástica, a la que él denominaba Fyrfos, habría sido la representación de eseremolino de llamas primigenio y, por tanto, sería un símbolo sagrado de los arios.

     Significativamente, también Hitler se referiría años después a la esvástica llamándola "torbellino" o "herramienta de la generación del fuego". Esta interpretación mantiene afinidades con la de los bonpos tibetanos, que interpretaban la esvástica como el remolino del viento primigenio, de cuyas tonalidades habría surgido la materia. Resulta muy significativo que, en la cosmovisión nacionalsocialista, ese mismo remolino original fuera asociado con el simbolismo del fuego y con el culto solar.

     En La Escritura Pictográfica de los Ario-Germanos (1910), List interpreta la esvástica en función del sentido de su giro. La sinistrógira [levógira] representaría distintas etapas en la evolución cósmica en su caída descendiente, es decir, en el transcurso de la unidad a la multiplicidad, mientras la dextrógira simbolizaría el sendero de regreso a la divinidad [Miguel Serrano explica completamente lo contrario]. Las dos cruces superpuestas crearían símbolos complejos como la cruz de Malta, que, al abarcar las dos fuerzas antitéticas de toda creación, representarían al hombre-dios ario-germánico, la máxima forma de vida jamás conocida en el universo. A partir de ahí, List deduce que los caballeros templarios, cuyo símbolo era la cruz de Malta, al igual que las órdenes posteriores de inspiración templaria, como los rosacruces y los francmasones, habrían sido preservadores de la gnosis armanista, la dimensión esotérica de la religión germánica primigenia, durante las épocas de persecución y de oscurantismo cristiano.

     En otras obras anteriores de List, la esvástica ya es interpretada como signo del "invencible" o del "hombre fuerte venido desde lo alto", es decir, del redentor de los germanos. Posteriormente, la Liga de los Artamanes retomó este símbolo, oponiéndolo a la cruz cristiana e interpretándolo como un "signo germánico de salvación" y de "pureza de la sangre y del espíritu". Lanz von Liebenfels, principal sucesor ideológico de List, izó por primera vez una bandera portadora de la esvástica en su castillo de Werfenstein, sede de su museo de "antropología aria", el día de Navidad de 1907, año de la fundación de su Orden de los Nuevos Templarios (Ordo Novi Templi).

     En 1891 Ernst Ludwig Krause fue el primero en apartar a la esvástica de los círculos esotéricos e incorporarla a la literatura del nacionalismo racial alemán, glorificándola como una especie de signo del renacimiento germánico y símbolo de lo nórdico por excelencia y calificándolo de "fósil-guía" (Leitfossil) de los arios. Alfred Schuler, quien quiso escribir una tesis sobre la esvástica, la definió hacia 1890 como "símbolo de lo instintivo, lo racial y lo orgiástico", en lo que constituye una interpretación arriesgada que no terminaría de cuajar en el ideario nacionalsocialista. Más adelante, en su estudio Sobre la Cruz Gamada (1921), Jörg Lechler ubicaba el origen de la esvástica en el centro y Norte de Europa, a pesar de la antigüedad mucho mayor de las esvásticas mesopotámicas, por entonces ya reconocida. Sin embargo, fue a través de la Orden de los Germanos y su organización sucesora, la Sociedad Thule, como la esvástica pasó a ser adoptada como símbolo por parte del nacionalsocialismo.

     La revista oficial de la Orden de los Germanos, la Allgemeine Ordens-Nachrichten, había empezado a mostrar la esvástica en su cubierta desde 1916, al tiempo que, en páginas interiores, hacía publicidad de anillos, colgantes y bagatelas decorados con este y otros símbolos del nacionalismo racial. En 1919 Friedrich Krohn, miembro de ambas sociedades, escribió un memorándum titulado "¿Resulta Apropiada la Esvástica como Símbolo del Partido Nacionalsocialista?", en el que proponía la cruz gamada dextrógira, como la adoptada por los teosofistas y la Orden de los Germanos —para él un símbolo del "Sol victorioso"— como insignia oficial del DAP, precursor del futuro NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán). Hitler, sin embargo, optó por la levógira y supo imponer su preferencia a la de Krohn. No obstante, hay que tener en cuenta que ya la Sociedad Thule, cuna del DAP, había incorporado la cruz gamada levógira a su emblema oficial, y es probable que Hitler optara simplemente por mantenerla.

     Hitler ya había tenido ocasión de familiarizarse con la esvástica durante su infancia, entre 1896 y 1899, cuando fue alumno de la escuela religiosa de Lambach, ubicada en un antiguo monasterio benedictino: En el púlpito, el antiguo abad había hecho grabar su escudo familiar, en el que figuraba una esvástica. Aunque el mito de la "esvástica de Lambach" y de su supuesta veneración por parte de un Hitler imberbe ya circuló durante el Tercer Reich, ha generado especulaciones bastante más fantasiosas entre algunos autores ocultistas de la posguerra, entre ellas la de la fabulosa biblioteca esotérica del misterioso abad, supuestamente visitada por el mismísimo Lanz von Liebenfels durante la estancia de Hitler en la escuela. Con todo, la verdadera familiarización de Hitler con la esvástica se produjo a todas luces durante su estancia en Viena, donde a partir de 1909 era fácil verla en las cubiertas de la revista ariosofista Ostara, editada por Liebenfels. Para entonces ya tenía un claro significado anti-judío, y fue como símbolo del anti-judaísmo como empezó a difundirse incluso antes de su adopción oficial por parte del Partido Nacionalsocialista, algo a lo que contribuyó en gran medida la brigada paramilitar Ehrhardt, cuya orden de disolución en 1920 desencadenó un intento fallido de golpe de Estado (el "putsch de Kapp"). Sebastian Haffner recuerda cómo poco después de esta fecha, al preguntarle a un compañero de colegio por las extrañas cruces que éste estaba dibujando en un cuaderno y que él aún no conocía, recibió la lacónica respuesta: «Signo de los anti-judíos. Lo llevaban las tropas de Ehrhardt en el casco. Significa "judíos fuera". Hay que conocerlo».

     El hecho de que la esvástica, aun sin estar vinculada todavía a ningún partido político, ya fuera un signo conocido y gozara del prestigio de una tradición milenaria, fueron características que la hicieron idónea para su adopción por parte del Partido Nacionalsocialista, formalizada por Anton Drexler y Adolf Hitler en Mayo de 1920. Se conserva un dibujo de Hitler de este mismo año en el que se recogen distintas alternativas gráficas para su diseño. Tras analizar diversas variantes, para la bandera del Partido se optó por la esvástica negra (color que, aun en aparente contradicción con la interpretación nacionalsocialista de la rueda solar, ofrece la ventaja de una gran legibilidad, contundencia y cierto aspecto intimidador) destacada sobre un círculo blanco, representante de la luz y de la pureza. El círculo blanco también permitía resaltar ópticamente la impresión de dinamismo y de giro característico de la esvástica y que constituía una idea primordial en la cosmovisión nacionalsocialista, potenciada aún más por su colocación de punta. Finalmente, la combinación negro-rojo-blanco respondía a los colores del nacionalismo alemán. Nada más terminar el diseño, Hitler sintetizó su significado del siguiente modo: "El rojo es social, el blanco es nacional y la esvástica es anti-judía". En Mein Kampf reiteraría esta interpretación, aunque con algunos matices: "Como nacionalsocialistas, vemos nuestro programa reflejado en nuestra bandera: En el rojo vemos el pensamiento social del movimiento, en el blanco, el nacionalista, y en la esvástica, la misión del combate por la victoria del hombre ario y, al mismo tiempo, también la victoria de la idea del trabajo productivo, que es y será eternamente anti-judía".

     Desde un principio, en los círculos nacionalsocialistas la esvástica fue interpretada como un primitivo símbolo solar. De este modo queda vinculada a los mitos solares cosmológicos, que suelen representar una cosmovisión marcadamente dualista compartida por la cosmovisión nacionalsocialista. La vinculación del Sol con la renovación, la primavera y los ciclos naturales, se adapta óptimamente a las ideas de vitalidad, dinamismo y naturaleza del nacionalsocialismo, al tiempo que establece una asociación con el elemento del fuego. Según Otto Wagener, antiguo jefe de las SA y persona de confianza de Hitler, éste habría afirmado que "la idea de que el Sol sea representado como una divinidad que gira alrededor de la Tierra en un carro tirado por fogosos corceles únicamente puede proceder del Norte. Sólo allí el Sol gira en torno al círculo del horizonte... Y lo mismo pasa con la esvástica. Se trata de la rueda solar que gira de Este a Oeste en torno a la superficie habitada de la Tierra".

     En la misma línea, Alfred Rosenberg la define como "símbolo del Sol, de la vida fructífera y ascendente", y se adhiere a la creencia en el origen nórdico de la esvástica al afirmar que, "según está demostrado", desde el 3.000 a.C. las "oleadas de pueblos nórdicos" llevaron este símbolo a Grecia, Roma, Troya y la India. La esvástica pasa a convertirse así en una prueba más del origen nórdico de toda cultura. También los libros de texto avalaban la suposición de que la esvástica habría llevado el culto nórdico de la luz hasta Oriente, ya que, debido a causas climáticas, allí difícilmente podría existir un símbolo tan enfático del Sol.

     Desde su adopción oficial por parte del nacionalsocialismo, la esvástica se convirtió en un elemento omnipresente en todo el Tercer Reich. En los grandes actos masivos nazis, se creaban "esvásticas humanas" en forma de rueda giratoria de fuego constituídas por cientos de seguidores del régimen portadores de una antorcha que avanzaban y rotaban lentamente en círculo, permitiendo que las impactantes llamas en movimiento realzaran la idea de la "rueda solar". En algunos actos diurnos, como en una gran concentración juvenil celebrada en Weimar, un gran grupo de gimnastas vestidos de negro formó una esvástica en rotación dentro de un círculo de muchachas de blanco. Profusamente exhibida en toda clase de festejos o actos oficiales, obligatoriamente expuesta en ventanas y balcones de las casas privadas en las ocasiones estipuladas por el régimen, empleada como ornamento arquitectónico o como insignia en medallas y uniformes, explotada propagandísticamente en toda clase de objetos, desde envoltorios de caramelo hasta porcelanas (Klemperer recuerda haberla visto en pelotas infantiles y en tubos de pasta dentífrica), la esvástica pronto llegó a ser plenamente identificada con el nacionalsocialismo, hasta el punto de que aún hoy resulta inseparable de él.

     Los tempranos intentos por contrarrestar este calculado efecto propagandístico por parte de los partidos democráticos o de Izquierda no llegaron a cuajar. En 1932 el partido socialdemócrata SPD diseñó su propio símbolo a fin de combatir al enemigo nacionalsocialista con sus mismas armas, consistente en tres flechas dirigidas hacia el suelo y unidas por una banda horizontal. Esta "anti-esvástica", cuyas tres flechas representaban la actividad, la disciplina y la unidad, era pintada en actitud agresiva sobre las esvásticas de los carteles propagandísticos nacionalsocialistas y pretendía alentar a los trabajadores a que combatieran el fascismo y el capitalismo. No obstante, este símbolo llegó demasiado tarde, no se impuso con la contundencia suficiente y, por añadidura, cuestionaba la pretendida orientación humanista y racional de la socialdemocracia, supuestamente alejada del irracionalismo de la imaginería simbólica del enemigo, por lo que este nuevo símbolo artificial no tardó en caer en el olvido y ser rápidamente aplastado por la omnipresencia de la esvástica.

     Con todo, el principal competidor simbólico de la esvástica no fue un símbolo político sino religioso: la cruz latina del cristianismo. Aunque la disposición a "morir por la cruz" puesta de manifiesto durante las Cruzadas constituyó un referente histórico que la esvástica nacionalsocialista pretendía emular, el sometimiento y la humillación física de Jesús rememorados a través del crucifijo debían ser sustituídos por el luminoso espíritu de victoria del héroe germánico representado por el "símbolo solar" de la esvástica. Así, el precursor nacionalsocialista Alfred Schuler ya había contrapuesto la esvástica a la "cruz de tortura" de los cristianos. El juego de asociaciones entre la cruz cristiana y la esvástica era muy frecuente, y pueden encontrarse rastros de él en casi todos los ámbitos. Así, por ejemplo, la dedicatoria de un libro obsequiado a Hitler en 1933 rezaba "al Mesías de la esvástica". También las capillas de las escuelas alemanas eran decoradas con la esvástica durante la celebración de las "festividades matinales" que sustituían a las oraciones matutinas. También Göring tenía en su casa una capilla bajo el signo de la esvástica, y los conjuntos florales que enviaba a sus familiares políticos suecos o a la tumba de su difunta esposa siempre adoptaban esa forma.

     El historiador de las religiones Harald Strohm, por su parte, ve en la esvástica reminiscencias maniqueas al afirmar que los nacionalsocialistas la concebían como la rueda de una noria cósmica que va segregando los elementos luminosos de la sangre aria apartándolos de su mezcla con la oscuridad y proyectándolos hacia el paraíso. Para Strohm, la esvástica nacionalsocialista es un correlato de la cruz luminosa o sphairamaniquea, proyectada en el cielo por los astros en la intersección imaginaria entre el Ecuador celeste y el eje de la eclíptica. Los maniqueos interpretaban la "X" así formada como la rueda cósmica que impulsaba hacia el universo a las almas que habían logrado redimirse de su vinculación a la materia, siendo, por tanto, capaz de distinguir entre el bien y el mal.

     Actualmente, la esvástica es un símbolo inseparable del Tercer Reich, hasta el punto de que su exhibición está prohibida en Alemania. Pocos símbolos han visto relegado a tan gran extremo su significado original. Así, no es infrecuente que los turistas occidentales [lavados de cerebro] de visita en la India se sientan provocados y expresen su enojo ante la contemplación de las esvásticas que siguen decorando toda clase de edificios, desconocedores del significado positivo que todavía se le atribuye en la cultura hindú. Más que cualquier razón ideológica, es la intensa capacidad provocadora de este símbolo en las sociedades occidentales posteriores a 1945 la que ha llevado a que algunos grupos contraculturales, como el movimiento heavy metal, la incorporen a su vestimenta como señal de rebeldía. Evidentemente, la esvástica sigue siendo el símbolo por excelencia de los grupos neo-nazis, aunque las asociaciones vinculadas a ella hayan promovido la reciente aparición de algunos símbolos nuevos "sólo para iniciados", como el llamado "Sol Negro", una estrella de doce brazos angulados insertada en un círculo, que consituye una variante de la esvástica mucho más compleja pero menos comprometedora.–




Alfred Rosenberg - Fundamentos del Nacionalsocialismo

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     Alfred Rosenberg, el filósofo nacionalsocialista, había publicado en Diciembre de 1931 en el periódico oficial de su Partido, el Völkischer Beobachter, un texto titulado Das Wesensgefüge des Nationalsozialismus, del que nada sabemos. Pero el año siguiente se publicó en la editorial central del NSDAP, editado por Franz Eher, en München, un libro de 80 páginas dedicado a las víctimas pertenecientes al Movimiento Nacionalsocialista que cayeron por el Reich venidero, firmado por Alfred Rosenberg, bajo el título de Das Wesensgefüge des Nationalsozialismus: Grundlagen der deutschen Wiedergeburt (La Naturaleza de la Estructura del Nacionalsocialismo: Fundamentos del Renacimiento Alemán). Ése es el pequeño libro que publicó en castellano, probablemente en 1975, la argentina Editorial Milicia (Biblioteca de Formación Doctrinaria, cuaderno Nº 5), con el no muy exacto título de "Fundamentos del Nacionalsocialismo. Las Bases del Nuevo Orden", que es bajo el cual circula. El original alemán consta de 6 capítulos más un anexo, el Programa nacionalsocialista, antes, como se dijo, de que accediera al poder dicho partido en Alemania. De la versión castellana que circula (en dos ediciones, ambas con errores menores), presentamos aquí los capítulos 1, 2, 5 y 6. No hemos hallado ninguna traducción al inglés de dicha obra, ni menos el original alemán del señor Rosenberg, asesinado en la fiesta judía de Purim de 1946.


LA  NATURALEZA  DE  LA  ESTRUCTURA
DEL  NACIONALSOCIALISMO
Fundamentos del Renacimiento Alemán
(Selección)
por Alfred Rosenberg




1. LAS PREMISAS

     Enigmático y alarmante es para muchos el crecimiento gigantesco del movimiento nacionalsocialista. Los representantes de las ideas anteriores a 1914 y los defensores del sistema político hoy imperante, ante sus cada vez más escasos adictos, se esfuerzan en "explicar" el desarrollo de un fenómeno antaño objeto de burla —ahora con razón temido—, tratando de neutralizar de algún modo la influencia hipnótica, la atracción irresistible que ejerce la nueva idea, no sólo sobre sus creyentes sino sobre todo el pueblo.

     Con ese propósito se recurre al artilugio de que ello se debe a acontecimientos "pasajeros" tales como la penuria económica y el estancamiento comercial. Para completar tan infantil argumento a continuación se anuncia —junto con las promesas de tiempos mejores— la pronta desaparición del "síntoma de enfermedad" nacionalsocialista.

     Todos estos críticos del Nacionalsocialismo pasan deliberadamente por alto que la gran crisis de nuestro tiempo es ya de por sí un signo de enfermedad, expresión de la índole más terrible, imagen exterior de un derrumbe interior, testimonio, asimismo del imperio de un espíritu que ve en el lucro económico su más alto bien. Y como tal posición anímico-intelectual contraría la estructura orgánica de toda vida comunitaria, el pecado de una generación carente de valores se traduce en catástrofes políticas y económico-sociales.

     Como últimas consecuencias aparecen, entonces, en el horizonte del futuro, dos posibilidades: que los engañados por la inescrupulosa ética mercantilista se desliguen definitivamente de los conceptos que aún los atan a la Comunidad —lealtad, espíritu nacional, honestidad, etc.—, y en rebelión violenta hagan pedazos un mundo; o que en otro núcleo se concentre la fuerza moral en una voluntad férrea para restaurar la ley de la Naturaleza y la ley de toda alma grande, en cuya escala de valores el lucro no se halla en la cúspide sino que ocupa el lugar más bajo. Por lo general, en épocas cruciales del destino se concentran ambas fuerzas, y la lucha, de ese modo, no es eludida por compromisos sino llevada a cabo hasta su definición. El resultado de este combate decide por siglos —a veces para siempre— la ulterior evolución histórica de un pueblo o de una raza.

     En un periodo de transformación de ese carácter nos encontramos en el presente. El orden social ha sido destruído por las ideologías que han colocado al yo absoluto en el centro de todas sus construcciones. Ningún concepto reúne a los individuos; la legislación es manejada por los agentes de los especuladores; ya no hay hombres de Estado sino solamente síndicos de consorcios, trustsy monopolios, es decir, sujetos lisa y llanamente comprados, pertenecientes a la clase de los más despreciables delincuentes; y el Derecho y los jueces han sido rebajados a instrumentos del más estrecho espíritu partidista. Los últimos sostenes de la confianza nacional son de esta manera socavados por los mismos que gobiernan en una época de decadencia. De lo contrario, los individuos que frecuentemente pronuncian conferencias acerca de la economía mundial deberían estar sentados en banquillos de presidiario.

     Pero esta corrupción de los pseudo-dirigentes relaja también, cada vez más, la hasta ayer existente fidelidad de las masas dominadas, y llegamos de esa manera al mencionado día de la decisión: el caos o la pronta reflexión para librar la batalla de la liberación social. En el segundo caso, la gran masa comenzará, en la incipiente controversia, por la critica de los prejuicios directamente comprensibles; algunas mentes investigarán más profundamente para detectar las condiciones bajo las cuales se realizó la decadencia, y sólo uno, o bien muy pocos, darán a luz, en el tiempo apropiado, la nueva idea que puede volver a conducir a un pueblo hacia la plenitud.

     Los pensamientos afluyen como hijos de Dios: nadie puede indagar su origen por la vía de la experiencia pura. Y, sin embargo, en las concepciones sobre el nacimiento de una idea se evidencia la postura intelectual característica de diferentes personalidades, pueblos y razas. Es puramente superficial la muy difundida tesis de que después de una "época de liberalismo" debe ahora nacer, en una secuencia ”fatal", el "nuevo pensamiento". Antes bien, esto tampoco es correcto en el plano histórico, pues con demasiada frecuencia semejante idea salvadora no fue engendrada, dado que pueblos de la máxima fuerza cultural sucumbieron para siempre en el fuego de las luchas sobre esta Tierra.

     Nosotros, los nacionalsocialistas, no creemos que una idea ha descendido sobre nosotros "fatalmente" desde alturas nebulosas; no nos sentimos "predestinados", tal como es la pretenciosa profesión de "humildad" de muchos, sino que lo que nos sostiene es precisamente la conciencia viva de lo que se va plasmando orgánicamente desde abajo hacia arriba, el saber íntimo de que en nuestro pecho han ascendido ideas y valores que nos empujaron al testimonio potente, a hazañas, sacrificios, victorias. La hermosa concepción alemana de que lo grande no es únicamente el "destino" sino el valor que lo sobrelleva inquebrantado, revela una posición anímica —que en último término es una cuestión de carácter— cuya investigación conduce luego al misterio de la sangre ligada con el alma.

     Los hombres que creen que tienen que obsequiarnos con una idea mágica, se declaran fanáticos luchadores contra el concepto materialista de la causalidad, pero lo introducen nuevamente a través de su dogma, socavando de esta forma la dignidad del nacimiento de una idea en el corazón humano, que siempre será un misterio.

     Ahora bien: toda gran idea, según Goethe, se manifiesta dando leyes. Toda visión de conjunto verdaderamente grande, empero, es siempre un fruto intelectual y ético de una personalidad. En el mejor de los casos, las vivencias de una época confluyen por intermedio de unos pocos, no por yuxtaposición sino porque provienen de un similar anhelo, de igual carácter, del mismo Mito de la vida.

     Una idea necesita en este mundo de un cuerpo para su representación. De este impulso interior se originó tanto el Partenón como la Capilla Sixtina y la Novena Sinfonía [de Beethoven]. El ser humano, la idea y la obra constituyen una unidad espacial-temporal que jamás puede separarse. Este entendimiento fundamental también es válido allí donde el hombre es tanto sujeto como objeto, donde la vida humana fluye, donde un número cambiante, por lo tanto, debe ser encarnación de un pensamiento. Aquí se coloca en lugar de la obra, por consiguiente, el hombre mismo.

     El Movimiento Nacionalsocialista ha experimentado su propia ley, de acuerdo a la cual se ha presentado, a partir de los primeros días de su existencia: Sangre y Suelo, la premisa de toda acción; Personalidad, la coronación de un pueblo, Conducción frente a la nivelación democrática; lucha total y hasta el fin contra el marxismo, ya sea socialdemocracia o bolchevismo; relevo de la capa burguesa, incapaz de una nueva selección de la Nación, etcétera. Pero, hasta que una concepción del mundo pueda llegar a erigirse como el marco determinante de la creación y formación comunitarias, está unida inseparablemente con su fundador viviente. Esto es algo que todo aquel que construye y posee pensamientos propios entiende sin más, pero es también fácilmente comprensible para el carácter germánico, aún para el hombre más simple.

     De ahí que ciertos sectores, auténticos enemigos de un levantamiento orgánico, intentan negar desde ese ángulo la nueva manifestación vital nacionalsocialista, puesto que después de reconocer aparentemente la "magnitud de la idea", atacan al Führer y a los dirigentes del Movimiento. Esto prueba inequívocamente que no estamos aquí en presencia de motivaciones "ideales", de "fidelidad a ideas", sino frente a individuos exponentes típicos de la civilización cosmopolita surgida en las metrópolis capitalistas que no entienden ni comprenden nada de una idea ni de grandes personalidades, por lo que tampoco son capaces de valorarlas.

     La incomprensión del desarrollo de una nueva y grandiosa voluntad, hace que más de uno que se ha unido recientemente a la Organización sin estar debidamente consubstanciado con su doctrina, crea cándidamente que el Partido es un cómodo foro para sus planes y planecillos a los que hasta el presente, desgraciadamente, nadie ha prestado atención.

     A esa gente, por lo general, le gusta hablar de la "idea", imaginándose al respecto sólo los productos de su fantasía, y consideran al Movimiento únicamente como objeto de prueba al que urge incorporar sus geniales tesis hasta hoy ignoradas. A esos elementos, obviamente, les resulta sumamente desagradable e intolerable la personalidad de un auténtico Führer, y el que aquí existan ya idea y forma, puesto que esto impide todo intento de asumir una pose. El sospechoso celo por la "fidelidad a la idea" esconde el propósito de colocarse a sí mismo en el lugar de los creadores.

     Para que una doctrina —y esto es una ley eterna— pueda llegar a plasmarse en la realidad y adquirir la dureza del acero, previamente debe ser llevada por un conductor a través de las llamas del tiempo. Todo el que es realmente fiel a esta idea insistirá, por eso, en la inseparabilidad de Führer e Idea, y estará de acuerdo en reducir a la más férrea disciplina a individuos como los de tipo mencionado o —si ellos no poseen el carácter necesario— en la necesidad de apartarlos sin conmiseraciones.

     Son precisamente las personalidades más fuertes y más conscientes de un nuevo y poderoso movimiento espiritual las que no admiten hacer de una organización nacida en medio de enormes sacrificios y dolores, un club de debate público, de personas indecisas, que confunden palabrería con solución de problemas. La Idea está firme, indisolublemente ligada al Führer, de quien brotan las decisiones —destinadas a seres humanos y no a abstracciones sin sangre— que dan al mundo un nuevo rumbo.

     En el reconocimiento interior de la Idea singular reside la genuina exteriorización de la libertad; ésta es, por tanto, la postura interna del nacionalsocialista. La fidelidad a ella es, entonces, fidelidad a sí mismo. Y la fuerza de esta Idea común se incrementa con el apoyo al Führer en la lucha contra la decadencia de nuestra época, en la batalla por un gran porvenir.

     Esta unión orgánica entre Idea, Führer y seguidores, que pasa por todos los planos de las posibilidades humanas, debe tenerse siempre ante los ojos para no malinterpretar la imagen total del fenómeno nacionalsocialista desde el comienzo. Y sólo desde aquí se halla el camino a la profundidad de su contenido ideológico.

     Una rebelión que acometa contra ciertas manifestaciones de corrupción en sí no significa nada. Una "revolución" que después de la existencia multi-milenaria de un pueblo predica "pensamientos absolutamente nuevos" pone de relieve que es inorgánica y enemiga del pueblo, porque cuando un pueblo no ha sostenido determinados pensamientos en todo el curso de su historia y no ha servido a ciertos valores, queda evidenciado que tales pensamientos y valores no pertenecen a su modo de ser. Una Revolución sólo es auténtica cuando es el medio para la restauración de los valores eternos de una Nación. Y precisamente esto es lo grande del Movimiento Nacionalsocialista, puesto que él es el pensamiento popular alemán unificado dentro de las formas de nuestra época. Por eso nos sentimos absolutamente unidos a todo lo magno que antaño fue el orgullo de los alemanes, y por eso nos sentimos enemigos de todo aquello que pretende adulterar el núcleo esencial de lo germánico. Nosotros queremos actuar dentro de las formas de nuestra época. Es decir, rechazamos a aquellos maestros pseudo-nacionales faltos de sinceridad que por incapacidad de afirmarse en el presente quieren encontrar satisfacción en la imitación de las formas del pasado. Nosotros, los nacionalsocialistas, aceptamos de pleno corazón nuestra época, porque nosotros mismos nos sentimos como elementos del renacimiento.

     Sabemos que la Gran Guerra de 1914-1918 pervivirá como un magno hecho mítico sin igual en la memoria de las generaciones venideras. Éstas observarán que después se extendió un caos casi sin esperanzas sobre las tierras de Alemania hasta que aparecieron las columnas del Nacionalsocialismo, y entonces la Nación alemana volvió a tomar conciencia histórica de su destino y a vivir el más portentoso y profundo resurgimiento.

     Lo que determina nuestro juicio no es lo que hacen otros sino lo que representamos nosotros mismos a través de la palabra, la voluntad y la acción. Sólo esto nos da la pauta para la valoración de nuestro tiempo. Sólo el que comprende esta fe y la exclusividad pronunciada y fundamentada de esa fe, podrá incorporarse. Y únicamente el que participa en la vivencia de la lucha de la sangre y de los valores del alma racial germánica que despierta, sólo ése es capaz de dar un juicio sobre nuestras intenciones.

     Mediante la reafirmación y acentuación del valor del carácter es realmente como se tiende el puente entre el pretérito del pueblo alemán —aún el más remoto— y el presente.


2. FILOSOFÍA RACIAL Y ESTRUCTURA ESTATAL

     Todo movimiento espiritual, por vasto y complejo que sea, se basa siempre en muy pocos pensamientos nucleares; por lo general, no más que en uno solo. Esto no es signo de pobreza sino de riqueza, un testimonio de autenticidad moral y de fertilidad orgánica, en contraposición al eclecticismo, vale decir, a los métodos de quienes creen poder construír un sistema superior sobre ideologías heterogéneas y contradictorias. Precisamente esos intentos pseudo-intelectuales que osan criticar con presunción todo lo demás como "carencia de espiritualidad" son los síntomas de una decadencia del poder creativo. La Naturaleza no reúne bajo presión numerosos gérmenes de vegetales de distinta especie sino que forma de un grano de semilla la espiga y luego los múltiples frutos. Exactamente de la misma manera se generan las genuinas construcciones en todos los ámbitos de la vida, y sólo ellas posibilitan los grandes descubrimientos cuyos efectos multiplicadores se esparcen posteriormente sobre todas las manifestaciones existenciales.

     En el terreno político, la uniformidad artificial de las diversidades naturales se llama democracia. Bajo casi todas las condiciones históricamente observables, ella se nos presenta con la forma política de la decadencia racial de un pueblo fuerte y creativo, que por su intermedio transfiere a los grupos específicamente distintos, generalmente inferiores, los mismos derechos que antaño lograra combatiendo, premisa obligada de toda verdadera plasmación del mundo. Es en medio de semejante descomposición ética y racial cuando relampaguea, a veces, en cerebros superiores, la noción sobre la esencia de esta decadencia, como, por ejemplo, Platón en el período helénico tardío, cuando proyecta su Estado sobre un severo fundamento racial, comprendiendo seguramente que la sangre nórdica de los griegos había desaparecido a consecuencia de la mestización y las guerras. Fue demasiado tarde para la Hélade, como había sido demasiado tarde para la India y el Irán y, como posteriormente, llegará a ser demasiado tarde para Roma.

     El conocimiento de que la "eterna noche" del caos de pueblos se habría extendido por Europa si el germanismo no hubiera aparecido en el mundo, es el mayor descubrimiento que se opera en las postrimerías del siglo XIX, y el mérito corresponde a H. S. Chamberlain —quien más tarde se pronunciaría decididamente por el Nacionalsocialismo—, quien entrega al pueblo alemán los resultados de su investigación.

     El desarrollo de la ciencia racial y de la doctrina de la herencia, expresado en una vasta literatura, profundizó el análisis dando forma cada vez más precisa a sus nociones. Que todo esto, empero, no quedase reducido a letra muerta, a mera literatura, sino que ha llegado ya a ser hoy vida pletórica para millones de alemanes, es el mérito histórico de Adolf Hitler y del movimiento popular nacionalsocialista. Cualquier cosa que pueda traer el futuro, sean cuales fueren las formas políticas, económicas y sociales, las soluciones transitorias, las dificultades y las luchas bajo las cuales este Movimiento perseguirá su meta, este mérito histórico está ya hoy fuera de toda cuestión. Todos los que bregaban individualmente en los países alemanes, anhelando la forma en el caos, buceando en las profundidades del alma en busca de los motivos del gran derrumbe de 1918, convergieron inevitablemente en un movimiento que, ayer escarnecido y vilipendiado, luego proscrito y perseguido, había nacido con audaz esperanza en pocos corazones, precisamente en la hora de la más profunda humillación de Alemania. Pero la esperanza seguramente se hubiera perdido si no hubiese estado fusionada con la fe férreamente cimentada de seres humanos del mismo linaje, que en mil ciudades y pueblos alemanes anhelaban algo similar, si la vieja sangre no hubiera continuado siempre rumoreando en aquellos que combatieron en la Gran Guerra y que tomó vida en los descendimientos de los caídos.

     Esta fe en el valor de la sangre, la base primigenia de la cosmovisión nacionalsocialista, no es, por cierto, ningún "materialismo chato", como con frecuencia arguyen los liberales manchesterianos, sino que posee una dimensión absolutamente diversa y profunda. En lo esencial significa que una determinada alma creadora, un carácter de cierta índole, un tipo especial de actitud intelectual, guarda siempre relación con la raza. No es casualidad que la figura genial-heroica de Sigfrido sea una creación y un modelo del germano, así como el estafador y ladrón, la imagen ideal del judío. No es casualidad que la noción del honor constituya el máximo valor en los bardos de la Edda, en el poeta del Cantar de Hildebrando, de Gudrun y de los Nibelungos, y que se expresa bajo otra forma —la de la veracidad absoluta del investigador— en Leonardo y Copérnico, hasta que encuentra en el Faustosu transfiguración más poderosa. Y a la inversa, no es casualidad que el código moral judío —Talmud, Schulján Aruj— eleve la estafa a perpetrarse en el no-judío a directriz de la moral racial judía. No es casualidad tampoco que el portador de la noción del honor sea un ser esbelto, alto, de ojos claros, pleno de vigor, y que los descendientes del Padre Jacobo, por el contrario, sean figuras torcidas, de pies planos, negroides y de cabello encrespado. No es casualidad, en fin, que los espíritus nobles y guerreros de Palas Atenea y Apolo sólo pudieran ser representados tal como las mujeres del frontón del Partenón muestran la cabeza de Zeus, mientras que los espías pro-asiáticos se encuentran encarnados —tanto en el Tersites de Homero como en las posteriores pinturas de vasos— como mercaderes orientales portando sus sacos.

     Desde esta concepción fundamental surge una nueva y verdadera interpretación de la Historia mundial. Ahora ya no calificamos cualquier clase de "círculos de cultura" como un todo; ya no nos afanamos desesperadamente en llevar a un denominador supuestamente común las distintas fuerzas, inventando una armonía imposible. Repentinamente reconocida, la lucha entre los diferentes y antagónicos grupos raciales es lo que se nos aparece hoy como lo esencial.

     Johann Jakob Bachofen, intérprete de los mitos de Grecia, acuñó la expresión "cultura de pantano" para designar un estadio histórico que creyó haber encontrado durante el análisis del pre-helenismo. Según ello, en esa época no había Estados firmemente consolidados ni tipos precisos de estructura social. (Se desarrolló en dicho lapso la adoración a las "diosas de la Tierra", especialmente a Isis, cuyo culto se practicaba en los juncos del pantano). De esa masa amorfa se habría alzado luego, según el citado autor, la imagen del helenismo, hasta que también éste volvió a la "cultura del pantano". Bachofen creyó haber descubierto aquí una ley según la cual toda cultura se retrotraería finalmente a su punto de partida. Afirmó, por lo tanto, algo similar a lo sostenido por el liberalismo: que de cualquier cosa puede surgir todo.

     En realidad, la cultura griega no nació de la pre-griega sino que en dura lucha la superó y venció. El derecho paterno nórdico triunfó sobre el matriarcado no-nórdico; los dioses de la luz y del cielo subyugaron a las diosas de la noche y de la tierra. El matrimonio triunfó sobre el colectivismo sexual; la forma, finalmente, sobre el caos. Y cuando Grecia sucumbió, no volvió a sus comienzos sino que se hundió en la confusión de pueblos del Asia anterior y África. La delgada capa señorial nórdica de los helenos fue absorbida por la supremacía veinte veces mayor de los antiguos sometidos, y con el portador del carácter homérico desapareció para siempre también la imagen anímica del hombre griego.

     Esta lucha de las diferentes almas raciales es para nosotros el punto nuclear de la Historia mundial y de la cultura humana. Esta óptica nos muestra con una luz muy distinta a los grandes hombres del pasado, y también de un modo completamente distinto juzgamos ahora la historia alemana así como la esencia de las luchas espirituales y políticas de nuestro tiempo. Por eso es inadmisible la división de las edades históricas en "Antigua", "Media" y "Moderna", puesto que ello presupone una evolución en línea recta, donde una época sucede a la otra continuándola. Para nosotros siempre comienza una historia nueva allí donde una nueva especie humana ha vencido sobre otra. Con la victoria del germanismo sobre la Roma decadente, en la consolidación de esta victoria, en la estructuración de aquellos valores que nos legaron Teodorico y Stilico[Flavio Estilicón], los Otones, Federico II, los poetas de las epopeyas heroicas y los constructores de las catedrales, reside para nosotros también la esencia de una interpretación alemana de la historia. Tiene su gran parte en el examen del problema el verificar si una personalidad o un hecho sobresaliente ha elevado, acrisolado o fortalecido o no el alma germánica. De ese modo, más de una figura destacada de nuestro pasado si bien no desaparecerá de la consideración popular, será ubicada en otra posición. Lo que antes quizá despertaba amor, hoy generará rechazo, como también aquello que no ha sido valorado ocupará el centro de nuestra devoción.

     Esta forma de interpretación no es subjetiva ni injusta —como hemos escuchado infinidad de veces— sino que responde a un análisis científico y objetivo, y, por otra parte, nuestros críticos tampoco colocan en un mismo nivel a hechos y hombres del pasado como simples cronistas sino que también, por cierto, valorizan a los mismos, ya sea desde el punto de vista de un utópico "humanismo", como desde el prisma de un ideal político-religioso. Simplemente es justo para nosotros examinar a aquellos hombres —artistas, pensadores, descubridores, creadores de Estados— según las consecuencias que sus acciones han acarreado para el pueblo en cuyo seno nacieron. Esta verdadera justicia no ha sido caracterizada por nadie más agudamente que por Nietzsche: "La imparcialidad y la justicia no tienen nada que ver la una con la otra", expresó; la imparcialidad es la "fría y despreciativa neutralidad del llamado hombre científico". Así como somos estrictamente veraces con respecto a los auténticos documentos del pasado, así también hoy finalmente volvemos a entender que escribir la Historia significa de la misma manera valorar, para poder plasmar de esa forma en el presente la Historia del futuro.

     La lucha en este presente es negación enconada, por un lado, y ardiente afirmación, por el otro. El nuestro es un intento gigantesco emprendido con los medios del poder político para llevar nuevamente a la victoria, en contra de la ciudad mundial sin sangre y sin raíces, las leyes de la naturaleza aristocrática y los mandamientos de la sangre germánica. Vida y política, por tanto, no son tema para debate en la mesa de conferencias sobre pretendidas "convenciones nacionales" de índole económico-internacionalista sino la pugna entre los valores del carácter contra los faltos de carácter, entre la forma y el caos, entre el ser y el no-ser.

     Esta postura tiene su expresión en el artículo 24 del Programa Nacionalsocialista, que coloca el sentimiento ético germánico en el centro de toda valoración. El artículo 1º de la Constitución de Weimar dice: "El poder estatal parte del pueblo". Ésta es la forma de expresión del liberalismo que después de la "abolición" de la monarquía pasó a la prédica de una nebulosa e intangible "soberanía popular", promulgando como "opinión popular" la adición puramente mecanicista de los votos emitidos. Todo el razonamiento estatal estriba, por ende, en la falsa premisa de que la cantidad garantiza la calidad. La valoración, como puede verse, no constituye el fundamento de este esquema liberal-marxista. (El pensamiento político de la Alemania monárquica no se diferenciaba, en lo esencial, de estas concepciones materialistas).

     El principio estatal nacionalsocialista, que constituiría el preámbulo de una nueva Constitución, rezaría aproximadamente del modo siguiente: "¡El poder estatal del Reich alemán radica en la salvaguardia del honor nacional!". Con ello se crearía una apropiada escala de medición para juzgar toda actuación política. Hoy existen partidos cuyos fundamentos rechazan íntegramente la idea del honor nacional y que incluso exigen el "derecho" a la traición a la patria y que se encuentran dirigidos por sujetos que, en un ordenamiento comunitario alemán, se hallarían desde hace tiempo tras los muros de un presidio.

     Por este motivo toda nuestra vida política es anárquica, carente de estilo, sin meta y siempre vacilante, puesto que se halla determinada por mayorías parlamentarias cuyos intereses se excluyen recíprocamente, y cuya disparidad es encubierta por compromisos transitorios. En el Reich venidero del Nacionalsocialismo, sin embargo, en caminos y ámbitos diferentes, los hombres lucharán por idéntica meta o deberán ser desplazados. Y la meta es y será siempre la misma: la salud, la dignidad y la libertad del pueblo alemán.

     Ahora bien: sólo pueden estar acordes en la meta los seres humanos que posean afinidad en su modo de ser, sólo aquellos que sean capaces de sentir vívidamente la comunidad de sangre y de destino de todos los alemanes. Por eso, la exigencia de nuestro Programa de que sólo los connacionales [Volksgenossen] pueden adquirir derechos cívicos, no es una "irrupción de chauvinismo reaccionario" sino la forma más elemental y natural de la auto-conservación. Por el desprecio de esta ley vital sucumbió el viejo Estado, el "Segundo Reich", y se hundirá Alemania en su totalidad como unidad espiritual, política y étnica, si no se produce el apartamiento sistemático de los factores extraños —morales y biológicos— a la alemanidad, lo cual sólo puede acaecer en una nueva conducción estatal consciente de sus fines. Adolf Hitler ha señalado de modo reiterado que ninguna Revolución es duradera y benéfica si no cumple con los objetivos que se indican:

—1) Ampliación del espacio vital.
—2) Mejoramiento biológico del material humano.

     De ahí la comprobación de que los judíos no pueden ser Volksgenossen, lo cual constituye una exigencia natural y lógica para un auténtico Estado popular (Volksstaat) alemán. El judío es, en cualquier sentido, un intermediario. Mediante especulaciones bancarias y bursátiles, a través de "grandes tiendas" con mercaderías de calidad inferior, merced a dobles derechos cívicos, etc., y en razón de su peculiar carácter, ha llegado a ser una gran potencia del dinero. Y el dinero en la democracia significa poder, influencia política, ingreso en la "sociedad". De este modo, el ser nacional alemán ha sido corrompido a partir de la nefasta emancipación de los judíos llevada a cabo por el liberal Hardenberg, mediante la cual los judíos se apoderaron de los puestos claves en todas las áreas de la Nación.

     Para satisfacer sus lujos, la antigua nobleza militar de Pomerania se emparentó, en las grandes ciudades, con Kammerzienratstöchtern [1] judías. Esta mezcla de sangre en el punto más sensible del organismo social trajo aparejado una paralización del carácter, una degeneración mental, que recién podrá superarse con la separación de los judíos y de los bastardos de los judíos. Esta depuración ha de ser realizada, políticamente, desposeyendo a los mismos de todos los derechos cívicos y subordinándolos a la legislación para extranjeros, y étnicamente, mediante el desconocimiento de los matrimonios entre alemanes y judíos, sin consideración de ningún tipo por la confesión religiosa. Estas medidas también traerán aparejadas múltiples y positivas consecuencias sociales.

[1] Hijas de comerciantes con títulos honoríficos (NdelT).

     Otro de los problemas fundamentales —aunque por el momento no tiene mayor relieve— es la unión de alemanes con negros y negroides. Francia, que inició la emancipación judía, prácticamente hoy ya ha realizado la emancipación de los negros. Las relaciones entre franceses y negros apenas son objetadas en la vida parisiense. La plástica negra está, del mismo modo que la música de los negros por la radio, entre los "goces excepcionales". Últimamente Francia ya ha sido representada en la Liga de Naciones—en cuestiones coloniales— por un negro que, en 1931, llegó a ser subsecretario en el Departamento Colonial francés. Es la primera vez en la historia de Europa que un negro se incorpora al gobierno de un Estado Blanco, lo cual constituye un acto simbólico de imprevisibles consecuencias. Del ministro negro que manda a Blancos se habla en la actualidad en todo el mundo de color, la "autovaloración" de las masas esclavas negras se afirma más que nunca, y Francia se presenta ya no sólo como la república de Rothschild sino como el puesto más avanzado de África en suelo europeo. Todo esto implica, evidentemente, una gravísima amenaza para toda la Humanidad blanca. Para negros y bastardos de negros, valen, por consiguiente, las mismas medidas que para los judíos.

     Ante nuestro programa de higiene racial la prensa judía esgrime constantemente el argumento sofístico de que el pueblo alemán, aunque apartara a los judíos, no es racialmente uniforme y que, por ende, una estructura política sobre una base racial es de hecho irrealizable y solamente provocaría la discordia entre las distintas ramas étnicas, de lo cual se concluye luego que la idea racial nacionalsocialista es anti-popular y anti-estatal. A estos intentos típicamente talmudistas de engaño debe oponerse que si bien la ciencia racial comprueba alrededor de cinco sub-grupos raciales en Europa, cada cual con su carácter, temperamento y postura mental, es, sin embargo indudable que la nacionalidad alemana no representa una mezcla híbrida e indefinida sino que se basa en un 80% de germanismo. Este germanismo nórdico ha determinado el ritmo de la vida alemana, asimilando en muchos casos la otra sangre europea y, por supuesto, también experimentando más de un enriquecimiento en lo individual como resultado de este fenómeno. Pero, todos los seres humanos valiosos (que acaso tengan parte de sangre alpina o dinárica) encontrarán en los valores caracteriológicos de la esencialidad germánica su plantilla de acción, su elemento de cultura.

     Lo sencillamente sorprendente es el fenómeno que hoy experimentan millones, este auto-despertar de la alemanidad germánica. En plenitud inabarcable se amontonan las obras de esta grandiosa toma de conciencia que supera la falsa teoría que divide artificialmente el acontecer histórico. De esa manera, no comenzarnos la historia del alma germánico-alemana en el año 1 sino que se remonta a muchos miles de años, y trazamos una línea recta desde los portadores de la cultura megalítica hasta el duque Widukind y Bismarck. Y en este magno despertar aparece todo alemán —independientemente del lugar donde haya nacido— como luchador cuando demuestra activamente ser un portador de los valores de la libertad y del honor alemanes. Aquellos que son inferiores en cuerpo y alma son apartados automáticamente mediante esta exigencia selectiva de la acción práctica. Esta acreditación permanente de los valores germánicos de sus hombres reafirmará victoriosamente el estilo de la vida alemana futura.

     La idea racial, como puede comprobarse, no es un elemento destructivo sino constructivo. Más aún, es el último aglutinante para conducir a un pueblo enfermo por la penuria, la fatiga y la vida artificial de las grandes urbes —es decir, corroído por el veneno judío—, a la unidad y hacia la condición de Estado fuerte.

     Por eso el Nacionalsocialismo exige la separación —legalmente consagrada por el derecho público— de todo lo africano y asiático [2] de la vida alemana, pero por eso también ha exigido siempre la reunión de toda la alemanidad.

[2] Los Puntos 5, 7 y 8 de nuestro Programa han sido frecuentemente malentendidos en su texto. Ellos se refieren concretamente a la extradición de aquellos que en todas partes son desplazados como "extranjeros indeseables", pero, sobre todo, a la extradición de las bandas judías que a partir de 1914 confluyeron desde todo el mundo hacia Alemania. A un extranjero que practica un oficio honesto, naturalmente no se le crearán dificultades En el caso de que Alemania diera algún albergue a una minoría no-alemana, habría que prever una autonomía cultural (Nota de Rosenberg).


5. RENACIMIENTO DE LA MORAL

     Al igual que en el campo de lo religioso, el NSDAP, más allá de algunos conceptos fundamentales, en cuestiones culturales no puede comprometer a sus miembros en una postura delimitada en todos sus detalles, porque el arte, la filosofía, las ciencias naturales, etc., deben ser dominados por temperamentos muy distintos, y frecuentemente [dicha postura] está involucrada expresamente en la exclusividad subjetiva con que un artista defiende su concepción o un erudito su teoría, la fuerza creadora más valiosa. No obstante esto, la cultura es uno de los campos más importantes que aguardan al Nacionalsocialismo —hoy todavía como movimiento político, mañana como base estatal y gobierno del Reich—, porque todo mejoramiento de la raza, la elevación de la especie y la higiene racial, significa sólo un trabajo a medias si con ello no corre paralelo una higiene moral, si todas las fuerzas del alma y de la mente, fecundando de nuevo la vida entumecida, no inician un profundo renacimiento. Y a este respecto, reconociendo plenamente las concepciones culturales de índole más personal, mirando hacia atrás y hacia adelante, podemos decir lo siguiente: El derrumbe económico-político de Alemania fue más que un simple hecho exterior; éste era sólo la corporización de una incredulidad interior frente al valor de la alemanidad y de su causa; la carencia de metas de la política alemana aparece por eso como signo de una falta de un ideal nacional y cultural colectivos. Soledad, desamparo, desgarramiento interno y desesperanza son por eso las características de muchos alemanes preocupados por la moral y el alma de su pueblo.

     El número preponderante de aquellos que estaban destinados a defender el acervo espiritual alemán y llevarlo creativamente de nuevo al futuro, persiguió en este camino a dos fantasmas: el "yo" y la así llamada "Humanidad". Que entre estas ideas estaba la nacionalidad (Volkstum) fundada en la sangre, frecuentemente sólo se admitía, casi vergonzantemente, como un mal necesario, no como fuente originaria eterna de todo lo creativo. Hoy han vencido todas las fuerzas contrarias, que sin la menor conciencia nacional propugnan políticamente una república mundial (o bien una "Pan-Europa"), y en el orden moral quieren crear una "cultura de la Humanidad", no radicada originariamente en ningún suelo. El individuo es considerado de ahí también en el aspecto cultural sin ninguna conexión con raza, pueblo, Estado, lengua e Historia, y reunido teóricamente con centenares de millones de individuos de otros pueblos, Estados y continentes.

     Así como el actual sistema económico internacional coloca el desnudo pensamiento del lucro en el centro de todo acto de la voluntad, así también el verdadero resorte motriz de la prédica internacionalista es el egoísmo desencadenado, una doctrina que ha de posibilitar al individuo organizar su vida y su obra sin ningún deber frente al pueblo y el Estado. Empero, para cubrir este crudo materialismo, se habla del deber frente a la "Humanidad", la que al carecer de forma y existencia real no pasa de ser una frase hueca. En vista de esta corriente, hoy casi omnipotente, crece, sin embargo, poco a poco también la consciencia de que la realización del pensamiento internacional en sus diferentes matices ha de generar no una Humanidad armónica ni tampoco una "cultura de la Humanidad" sino un caos en todos los campos de la vida. Los signos del tiempo en verdad nos gritan esto a diario. En todos los Estados están por eso, ¡al fin!, actuando fuerzas que despiertan para restaurar el orden natural; por ejemplo, en Alemania y en muchos lugares surge espontáneamente esta voluntad creadora orgánica para una rebelión espiritual.

     Es nuestra firme creencia que esta defensa contra las potencias del caos, la toma de conciencia del valor primigenio de la nacionalidad ligada a la sangre, de la atadura nacional y social, se desarrollará hasta constituír alguna vez una fuerza mítica. Esta fe nos da, pese a todo, coraje. Dar meta, forma y empuje a las fuerzas que aún luchan aisladamente, es por eso la gran misión del presente para la salvación de nuestro futuro ético-espiritual.

     Hoy ha surgido de las honduras de las ciudades mundiales que a todos nos infestan, el sub-hombre. Millones de infelices desarraigados han sido arrojados sobre el asfalto; pobres en espacio, desnacionalizados, desorientados, librados a toda clase de espejismos seductores. Una denominada prensa mundial se atreve a presentar la cultura de mulatos y negros como la suprema conquista de la época actual. Ésta es la preparación de la decadencia, como lo fueron antaño los helenistas internacionales en la Grecia degradada, y como los salones pacifistas sirio-africanos en la Roma zozobrante.

     Como fuese que las distintas culturas hayan estado formadas en su peculiaridad, la esencia de la ética del Occidente germánico es revelada por una frase de Fichte: "La verdadera cultura es cultura de la mentalidad" (Gesinnungskultur). Con esto queda descubierto el factor impulsor de nuestras creaciones culturales, pues justamente sobre los valores de la mentalidad se asientan todas las premisas sociales de posibilidad de creación cultural, que son también el motivo impulsor de la estructuración germánica de la vida y del antiguo sentido germánico de justicia. Nadie siente este hecho más claramente que el enemigo nato de una cultura específica: el ya mencionado desecho de las ciudades mundiales y la sub-Humanidad "intelectual" y no-intelectual que allí impera bajo la conducción judía, sub-Humanidad que hoy influencia y comanda a ejércitos de millones, que en algunas partes incluso ya ha preparado a estos ejércitos para el asalto, y que día tras día sigue trabajando con la finalidad de realizar esto en todas partes. Esta lucha contra la totalidad de los valores de la cultura europea, especialmente, empero, de la particularidad germánica, queda encubierta en alguna medida en el plano político, ya que en él las "demandas sociales" aún permiten disimular las reales intenciones de destrucción. Pero plenamente descubierta aparece esta tremenda furia de destrucción en todo el campo de la cultura, y puede ser comprobada en forma paralela en todos los sectores, de una manera sencillamente alarmante. Se trata, dicho brevemente, de la lucha instintiva, así como generalmente también consciente, para hacer caer todos aquellos valores que determinaron la cultura germánico-alemana.

     Hasta qué punto ha prosperado ya el amordazamiento de la libertad espiritual alemana y la desintegración de todos los fundamentos culturales, eso lo sabe todo alemán productor. Pero éste cree frecuentemente que esto sólo acaece en su profesión. Sin embargo, esto ocurre en todos los campos. La situación es de gravísima opresión. Pero precisamente por eso constituye un deber ineludible la decidida rebelión para reconquistar luchando el espíritu alemán, su derecho de señor en la propia casa, y para crear espacio para las fuerzas en fermentación de la generación que está llegando a su madurez y que desde su más temprana juventud es envenenada hasta un limite inimaginable. Algunos procesos de los últimos años deberían haber sacudido interiormente aquí a todos los elementos activos.

     La culpa de ello es en primer término de nosotros mismos. La culpa, sin embargo, exige una expiación. Expiamos pasivamente la culpa por la actual miseria espiritual cuando a los eruditos se los priva del derecho a enseñar en las universidades porque los poderes papales actualmente dominantes lo exigen, imponiéndose en cambio al estudiantado alemán hombres que injurian al soldado del frente y a los genuinos conductores alemanes. Expiamos cuando hoy los artistas alemanes son omitidos metódicamente en favor de sensacionalistas exóticos. Expiamos por el hecho de que los poetas alemanes sufren hambre y no pueden llegar hasta su pueblo, porque entre ambos se alza un teatro no-alemán, y un círculo de prensa internacional paraliza las más valiosas fuerzas, silenciándolas. Expiamos por el hecho de que nuestra justicia está corrompida y la fe en el Derecho se desvanece. La expiación es merecida y nunca habrá cambio si los portadores de la esencialidad alemana no se animan a tomar la decisión en todas las capas de la Nación para la resistencia, a fin de conquistar luchando la libertad de pensamiento y creación. Es comprensible ciertamente cuando, en vista de las condiciones actuales, muchos de los mejores quieren retirarse, callada y desesperadamente, a su propia labor creativa. Pero sin contar con que esto sólo lo pueden realizar realmente muy pocos, los otros, en cambio, deben estar al servicio de sus enemigos: este aislamiento de todos los elementos valiosos es precisamente lo que los poderes reunidos del sub-hombre quieren conseguir, en la justa apreciación de que el logro de este auto-apartamiento de la vida activa equivale a la renuncia de toda auto-afirmación. Esta marginación del alemán creador de cultura es posiblemente una de las causa más profundas que han contribuído a la aparición de la actual situación; pero una gran desgracia no puede ser superada mejorando daños parciales en forma individual sino solamente cuando una nueva visión total de la vida orgánicamente enraizada entable la lucha y llame para ello a aquellas "mil manos" como colaboradores, sin las cuales también los pensamientos más hermosos no pueden ser realizados; esto es, cuando la capa intelectual nacional se ponga valientemente delante de su pueblo, del que se ha apartado bajo coerción.

     Lo esencial de una auténtica expiación activa consiste, por lo tanto, en la defensa, en el retorno a la genuina tradición, en recurrir nuevamente a las fuentes de los valores eternos de la nacionalidad, protegiendo y afirmando a las fuerzas que pugnan por la victoria. Con esta finalidad toda tarea ha de comenzar con el esclarecimiento oral y escrito sobre la situación efectiva, para superar la alarmante carencia de comprensión, para despertar después el sentimiento y la voluntad para la resistencia contra todos los portadores de la desintegración, pero también contra la propia culpa y debilidad. Y finalmente ha de ser creado un foro para todas las diversas fuerzas alemanas ligadas a la sangre en todos los campos de la vida.

     En 1808 el barón von Stein escribió al rey de Prusia: "Si toma una decisión enérgica, entonces apártese a todos los amigos de la tranquilidad, para que no quede todo paralizado y detenido en su movimiento progresivo". En semejante decisión también está involucrado el cambio espiritual de nuestra época. Si no se toma dicha decisión, entonces toda "alemanidad" queda como vacua confesión formal, dicha solamente para no delatar un corazón cobarde y sin ritmo. De este conocimiento de la situación total debe partir el Nacionalsocialismo, y promover por eso todo aquello que sirva en el campo cultural a estas concepciones y combatir contra todo lo que se ha colocado, directa o indirectamente, en dependencia con respecto a las fuerzas anti-alemanas. Empeñado en la decisiva lucha por el poder político, el NSDAP no tiene la posibilidad de desviar sus fuerzas disponibles para la reunión de las fuerzas alemanas creadoras de cultura. También prescindió de ello porque entre tanto (1929) había sido llamada a la vida una fundación en cuyas aspiraciones el Nacionalsocialismo podía tener confianza: la Alianza Combativa por la Cultura Alemana.

     Esta Alianza anunció su meta de este modo: "La Alianza Combativa por la Cultura Alemana tiene la finalidad de defender, en medio de la actual decadencia cultural, los valores del modo de ser alemán y de fomentar toda expresión específica de la vida cultural alemana. La Alianza Combativa instituye como meta esclarecer al pueblo alemán sobre las relaciones entre raza, arte y ciencia, valores éticos y volitivos. Instituye como finalidad acercar al pueblo a los hombres prominentes, hoy silenciados, y servir así a la alemanidad cultural en su totalidad, sin consideración de fronteras políticas. Mediante la reunión de todas las fuerzas que participan de estas aspiraciones, ha de crearse la premisa de una educación en las escuelas y universidades que reconozca la nacionalidad como primer valor. El objetivo es despertar en la nueva generación el conocimiento sobre su esencia y la necesidad de la lucha por los valores culturales y caracteriológicos de la Nación, templando la voluntad para esta lucha por la libertad alemana".

     El artista y erudito es generalmente "apolítico", lo cual es hasta cierto punto comprensible, ya que de la soledad del individuo mana su fuerza para la plasmación creativa, pero de todos modos debe sentirse exaltado por el genio de su pueblo, de su sangre, y por eso separarse nítidamente de aquellos que niegan esta sangre y se esfuerzan por corromperla y envenenada. Este paso, que constituye la condición previa de todo lo demás, lo ha realizado la Alianza Combativa por la Cultura Alemana. Un gran número de fuerzas creadoras alemanas se ha puesto a su disposición y, por consiguiente, las secciones en formación del NSDAP para el estudio de la cultura y de la raza pueden colaborar con ella.

     Sabemos hoy demasiado bien en qué gran medida están ligados el poder y la cultura. Por eso también comprendemos que una liberación cultural sólo es posible mediante el desplazamiento de los actuales detentadores del poder que, como patrocinantes de los Gumbels [alusión a Emil Julius Gumbel] y Lessings [Theodor Lessing], fomentan la incultura anti-alemana con los medios de la política, ejerciendo una terrible acción destructora de las almas. Consideramos por esto como la misión más importante de una asociación cultural el reconocimiento de los creadores verdaderamente conscientes de su raza en todos los campos, y que sin la menor estrechez de miras los reúna, les infunda esperanzas y los libere del sentimiento de desamparo, con la finalidad de que el conductor alemán del nuevo orden venidero pueda contar con las personalidades necesarias para reemplazar a los que hoy maltratan el alma alemana en universidades, academias, juzgados, etc.

     Como organización política de combate, el Nacionalsocialismo ha comenzado en el terreno político-cultural allí donde se encuentra la central de la labor de contaminación moral: la prensa. En el Punto 23 de su Programa exige que todos los jefes de redacción deban ser connacionales, y que los periódicos no-alemanes requieran para su aparición una autorización estatal, lo cual imposibilita, por otra parte, todo control financiero extracomunitario. Además el citado Punto reza: "Exigimos la lucha legal contra una orientación del arte y de la literatura que ejerce una influencia corrosiva sobre nueva vida nacional, y la prohibición de actos y espectáculos que contravengan las demandas precedentes".

     Con esto queda esbozada la gran misión en cuanto al Estado, el cual, si no quiere estrangular la vida en los asuntos culturales, sólo puede ser preventivo, fijador de límites. Creativa es, y continuará siéndolo siempre, exclusivamente la persona. Es, sin embargo, de importancia decisiva que la conducción estatal se integre con hombres étnicamente ligados, creadores de cultura, y no con marxistas internacionales, pero tampoco con burócratas anquilosados o santurrones hipócritas. No son los mandamientos y las prohibiciones lo que para nosotros constituye la clave de esta cuestión, sino el ser humano.

     Si la higiene racial, unida el mejoramiento étnico, ha de crear la premisa física de todo saneamiento, la educación ha de forjar la reconstrucción espiritual del pueblo alemán. Es obvio que la instrucción pública influye profundamente sobre el intelecto y el alma del niño alemán. El NSDAP en este punto, al igual que en otros, se encuentra en violento conflicto con la metodología vigente.

     Si reconocemos que es el carácter el que sostiene al Estado y la sociedad, la educación del alemán venidero significará en primerísimo lugar la formación del mismo. En esto el Nacionalsocialismo se diferencia fundamentalmente de la corriente burguesa de los últimos cien años, que pone el mayor énfasis en el saber. Esta intelectualización ha paralizado el instinto natural desarrollando el sistema de los "peritos", que carecen de un centro viviente ligado a la sangre. Por eso ha habido en Alemania tanta "objetividad" y tan poca representación apasionada del pueblo en su totalidad; por eso también, aún hoy, la Nación alemana suministra los más grandes constructores de aviones, los dirigibles de genial concepción, los mejores transatlánticos y tan destacados jurisconsultos, pero tan pocos hombres de Estado. La genial figura de Adolf Hitler fue, por consiguiente —observado desde muy arriba—, una literal salvación del carácter a último momento realizada por el alma del pueblo alemán. Y desde entonces el Nacionalsocialismo ha llegado a ser el mayor educador del pueblo que Alemania pueda registrar a partir del Alten Fritz [el Viejo Federico, apodo de Federico el Grande] y los hombres de 1813. Ha hecho que muchos millones tomaran conciencia de la esencia de la lucha sobre este mundo, y ha despertado la grandeza de la sangre germánica en otros millones. Por él se ha devuelto a la Nación alemana —a sus inventores y artistas, a sus técnicos y soldados— su "centro de bienaventuranza" (Herder), otorgando a todo accionar un sentido. Pero si este gran hecho ha de formar en una continuada procreación nuevas generaciones, sin desvanecerse nuevamente después de una gran llamarada, el Estado Popular Nacionalsocialista debe exigir en primer lugar ¡la escuela!.

     Contra esta demanda se alzarán enconadamente aquellos poderes que hasta ahora dominaron y a cuya dominación Alemania debe el decaimiento de su carácter y, como resultante obligada, la desaparición de la verdadera política. El Centro [Partido del Centro, católico, o Zentrum] e importantes sectores del protestantismo ortodoxo exigen la escuela eclesiástica. Se la designa todavía escuela confesional, pero se entiende por ello una absurda subordinación que hará que lo religioso alcance ¡hasta las ciencias naturales y la caligrafía!. Aquí se requiere una clara delimitación. Como se ha expuesto [en el cap. 4], la religión es una cuestión íntima de la conciencia referida a asuntos metafísicos sobre los cuales ningún Estado está facultado a decidir mediante medidas compulsivas, ni tan siquiera a través de insinuaciones de ninguna especie. De qué manera, por consiguiente, ha de ser la enseñanza del niño en materia religiosa, eso lo han de determinar sólo los padres. Y como las ideas religiosas, por cierto, difieren, la enseñanza religiosa —separada conforme a las confesiones—, también ha de ser sostenida desde el punto de vista nacionalsocialista, debiendo, pese a ello, imponerse al respecto la condición de que no se puede emprender nada que contravenga la conciencia nacional. En todas las restantes materias, no obstante, la escuela no tiene la misión de formar a luteranos, católicos, fieles de la Iglesia Alemana, reformados, etc., sino forjar alemanes conscientes del pueblo y del Estado. Una promoción de la influencia puramente confesional (supervisión eclesiástica sobre todo en medios rurales) haría resaltar aún más agudamente la escisión religiosa del pueblo y pondría la simiente para discordias futuras de alcances del todo imprevisibles.

     La denominada "escuela simultánea", que se opone a las denominaciones confesionales, lleva todos los signos del pensar liberal, que sólo tiene en cuenta esquemáticamente lo exterior. La antítesis espiritual de las escuelas confesional y simultánea es la Escuela Nacional Alemana, que no abarca una parte sino que dirige su mirada al todo.

     De esto resulta la misión de una nueva versión de la Historia. No tendrá que llevar coloración dogmática católica o protestante, sino que partirá del hecho de la sangre, de la diversidad de razas y mentalidades raciales; ella describirá la lucha de la sangre nórdica en Grecia y Roma, la naturaleza germánica en su plasmación progresiva, las fuentes de su salud y los peligros de su degradación, y la regla para la valoración de esta interpretación de la Historia partirá, como dijimos anteriormente, del hecho de comprobar si una personalidad, un fenómeno histórico o una corriente espiritual, ha acrisolado y fortalecido o bien debilitado la esencia de la alemanidad. Todos los trabajos preliminares en este campo (Lagarde, Ranke, Treitschke, Wagner, Chamberlain, Krieck, Günther) han sido recibidos con especial gratitud por el Nacionalsocialismo, quien protegerá siempre a los grandes educadores del pueblo, para que su obra no se quede en palabra y literatura sino que se transforme en vida pletórica de sangre. En el análisis a fondo de todos estos problemas trabaja intensamente la Liga Nacionalsocialista de Docentes, y la elaboración programática definitiva de todos los principios será la misión de todas las fuerzas pedagógicas de esta organización.

     Lo mismo es válido para la justicia. El Punto 19 del Programa exige la sustitución del actual sistema legal judeo-romano por un Derecho comunitario germánico. También en la cuestión de la estructuración de tal Derecho habrán de ser superadas algunas diversidades en cuanto a sus detalles. Pero una cosa va surgiendo para nosotros dominándolo todo: el Derecho alemán venidero será, ante todo, un código del deber. Las generaciones desintegradas por el demo-liberalismo no partían del Derecho del conjunto que es el que, sin embargo, posibilita al individuo su existencia, sino que trasladaron el centro de gravedad de la idea del Derecho, de manera catastrófica, a ese individuo. Si bien aún resistían las capas desarrolladas de manera organizada en un pasado más sano —ejército y cuerpo de funcionarios— y también la tradición cultural aún soldaba a las almas entre sí, a pesar de ello, así como en el ámbito político por la democracia sin raza, en el campo jurídico el individuo fue declarado por así decirlo autocrático, y casi todos los bienes y elementos con los cuales se hallaba relacionado fueron degradados a la calidad de mercancía. "Todo propietario de una cosa puede proceder con ésta a voluntad", reza un parágrafo tristemente célebre del Código Civil. Esto es la inversión de la antigua máxima legal alemana de que el provecho comunitario precede al provecho individual, máxima ésta que destacada especialmente puede ser encontrada en el Programa del NSDAP, en el Punto 24, que fija la postura religiosa del Movimiento. Y, efectivamente, en esta posición interna con respecto al Derecho y a la cuestión del deber, radica también el valor del genuino sentimiento religioso. Ella conduce de manera completamente directa a la fórmula grandiosa y simple de Kant: "La moral no es en realidad la doctrina de cómo nos hacemos felices, sino de cómo hemos de hacernos dignos de la felicidad".

     Este orgullo interior se alza sobre el "derecho" del yo, para ponerse al servicio de una idea sublime, y eleva de esta manera a la persona a la categoría de personalidad. Aunque en la vida individual cada cual puede pecar contra este principio infinidad de veces, el hecho de que lo haya reconocido como necesario para sí y para el Estado, da a la comunidad estilo, carácter, constancia, y hace aparecer el apartamiento de los sujetos antisociales como la consecuencia necesaria de un proceder que menoscaba o destruye la libertad de esa comunidad. Bajo el Derecho individualista, en cambio, todo intermediario rapaz considera al fiscal y al juez sólo como aguafiestas en su justificado accionar, que consiste en acumular riquezas mediante la especulación, aunque haya de pasar sobre cadáveres. Un paso más, y se llega a la tesis de la socialdemocracia de que cada cual debe tener el "derecho" también de traición a la patria, el cual no debe ser castigado. (En la prensa de orientación marxista ya aparecen impunemente artículos en los cuales sus autores prometen denunciar al extranjero los armamentos de Alemania). Esta expresión de convicción nos lleva directamente al controvertido concepto de la propiedad. Porque lo que el marxismo hace en este y en otros casos es un ataque brutal a la propiedad del pueblo, que consiste en la libertad nacional, en la soberanía estatal, en la posibilidad de defender el territorio de la Nación y sus intereses morales y materiales, en todo el mundo. Existe por lo tanto una sagrada propiedad en el sentido más alto, que está por encima de todos los intereses particulares, y a la cual debe subordinarse todo lo demás, como función de esta idea superior.

     Desde este punto de vista resulta para el Nacionalsocialismo lo siguiente: reconoce la propiedad legalmente adquirida, y ello en todos los terrenos. Un descubrimiento, una obra poética, son propiedad, tal cual lo es el dinero ahorrado de un hombre modesto mediante su honesta labor diaria. Pero si un genio egoísta quiere sacar provecho de un descubrimiento contra la totalidad del pueblo, entonces éste deberá neutralizar tal proceder, lo mismo que contra una obra dramática a favor de la traición a la patria (por grande que haya sido el talento con que fue elaborada), o las especulaciones en perjuicio del pueblo con dinero en sí honestamente adquirido.

     Dónde se restringe aquí el concepto de propiedad privada dependerá de la severidad de la concepción de la utilidad común, utilidad común entendida también aquí en el más alto sentido como suma de los valores morales del carácter de la alemanidad en su totalidad. Expresado en forma gráfica, el actual "hombre de negocios" puede deambular durante kilómetros antes de que se tope con el juez penal —si es que lo encuentra—; mañana, en cambio, cuando el Estado Nacionalsocialista haya superado el actual interregno, este hombre ya verá delante suyo a los pocos pasos sobre el sendero del intermediarismo rapaz, al fiscal. El que combate esta concepción de la propiedad privada prueba con ello solamente que los conceptos alemanes sobre honor y deber están extinguidos en él y que conceptos judaicos han ocupado su lugar.

     Una posición aún más severa en la cuestión de la propiedad privada lo testimonia el NSDAP frente a la posesión de la tierra. Ésta no debe ser entendida de ninguna manera como mercancía, ni como la consecuencia de la invención de la creatividad humana, sino como un pedazo de cosmos, una premisa de vida de la totalidad del pueblo, que fue defendida desde generaciones con su sangre en las fronteras del país. El nacionalsocialista Gregor Strasser formuló cierta vez muy bellamente esta relación: Si el trabajador desposeído, el estudiante, el artista, el erudito, en general el habitante de la ciudad, defiende con su cuerpo el terruño del campesino, del poseedor del suelo, participa entonces del derecho de velar también para que este suelo defendido no se eche a perder, no permanezca yermo o que incluso no sea malvendido a extranjeros enemigos. Si el campo es la base de la alimentación popular, el campesino es, por lo tanto, para la vida de la Nación, la condición previa de todo, y esta Nación organizada como Estado protege la libertad y el fruto de su trabajo. Por eso el suelo no es mercancía y no debe ser objeto de especulación; más aún, el auténtico Estado popular debe reservarse el derecho no sólo de transformar, contra la correspondiente indemnización, para fines necesarios de la comunidad, la posesión privada en propiedad del pueblo, sino también el derecho de practicar, dado el caso —si hay grave daño para la comunidad— también expropiaciones sin indemnización. Todo esto en conjunto es el sentido de nuestro Punto 17, profundamente justificado y por ello combatido con tanto odio por todo el mundo liberal, parágrafo para el cual Adolf Hitler dio en 1928 una breve aclaración, que fue completada en Marzo de 1930 por un programa agrario.

     Escuela y Derecho, éstas son las grandes palancas de la educación del pueblo. La prensa y la literatura (hoy también el cine y la radiodifusión) son los medios de enorme influencia sobre la generalidad, que deben estar bajo su atenta vigilancia. La gritería de la "libertad de prensa" está al mismo nivel que si se quisiera reclamar libertad para la venta no sólo de alimentos sanos sino también de todas las substancias tóxicas. Ya H. S. Chamberlain refiere la comparación de que así como el Estado ha establecido una policía de mercado para preservar a los ciudadanos de productos alimenticios perjudiciales, también debe preocuparse de los intentos de envenenar espiritualmente. Cierto es que el actual "Estado" también ha introducido una ley de protección, pero no acaso para la protección del honor nacional y de la salud moral del pueblo, sino para la protección de la actual "forma estatal" y de sus ministros difuntos y vivientes. (En virtud de esta ley un presidente superior marxista incluso prohibió un diario porque había publicado una caricatura de [los hermanos judíos] Barmat [implicados en un escándalo financiero en 1924]).

     Todos los Eisner, Erzberger, Hoefle, Bauer, Scheidemann, Ebert y miles de otras figuras ministeriales están por consiguiente bajo el parágrafo de protección a su majestad. Llamar sin embargo a Alemania una ramera está permitido y en boga (Tucholsky), como igualmente presentar al ejército popular alemán como violador de hostias y altares y asesino de belgas, deporte éste que practican impunemente especialmente los dirigentes del Centro (el cura Föry, el doctor Mönius, etc.). Por lo demás, el Nacionalsocialismo no es amigo de un Estado-Policía en el que aparece en todas partes la palabra "Prohibido"; se pronuncia absolutamente como adversario de un sistema en el que jefes de policía o asociaciones de gazmoños vociferan contra la "inmoralidad" o en el que se interviene violentamente contra una forma de expresión artística. Pero sí abogamos por la formación de un consejo cultural dentro de la Orden (o Senado) Nacionalsocialista, que esté integrado por personas irreprochables, de fina sensibilidad, a quienes les esté dada la posibilidad de hacer conocer en la prensa, la radio, etc., las ideas culturales generales del Nacionalsocialismo, pero que por otro lado no ha de frustrar en los artistas empeñados en realizarse la posibilidad de la expresión de sus pensamientos en todos los terrenos. Aquí se manifiesta la confianza del Nacionalsocialismo en la salud alemana. Una vez que el pueblo esté desintoxicado mediante la segregación de los enemigos de la raza, una vez que a estos adversarios de un renacimiento alemán les hayan sido quitadas las posibilidades de una contaminación espiritual, entonces la hipnosis mediante "periódicos mundiales", cinematógrafos judíos y bastardos de la radiodifusión, cederá poco a poco y volverá de nuevo a aparecer un pensamiento sin prejuicios que será simultáneo a un saneamiento general de la vida pública.

     Qué formas, por consiguiente, nuestra cultura tomará en el teatro, en las artes plásticas, en la poesía, etc., lo dejaremos para el futuro. Actualmente sólo tenemos en cuenta a aquellas personas que en algún momento deberán ser apartadas de los sagrados lugares de la cultura alemana, de la vida jurídica alemana y de los cargos de directores y de las academias, y tendremos en la memoria a aquellos que han aportado valores alemanes, o a los que, como generación joven, se esfuerzan visiblemente por la expresión de estos valores. Y después, ¡campo libre al impulso creador del alemán!.


6. SÍMBOLOS DE LA VIDA

     El ser humano no puede captar y representar el mundo, la vida, en su inmediatez. La esencia de la vida es su ininterrumpida actividad; la esencia del espíritu humano y de la conciencia, en cambio, es lo interrumpido, lo intermitente. Sin este ritmo espiritual no sería posible ni una sola obra del arte, ni un solo pensamiento elaborado de la ciencia, ni sería posible una sola acción heroica. Esta profunda diferencia entre el proceso vital ininterrumpido, fluyente, orgánico, y la esencia de nuestra capacidad de comprensión, nos obliga a distinguir aún más y llamar a aquellas formas a nuestra conciencia, con cuya ayuda el ser humano se apropia el mundo, lo subyuga o le sirve.

     La intuición actúa convenciendo o provocando una negación de una manera directa. Un conocimiento acerca del problema en cuestión lo podemos alcanzar sólo mediante un esquema racional, y el ser humano es impulsado mediante el acicate de la voluntad. La intuición trabaja según sus eternas leyes siempre con símbolos. Quien alguna vez haya estado en la Iglesia de la Guarnición de Potsdam ante los sepulcros de Federico el Grande y de Federico Guillermo I, quien miró con conciencia las viejas banderas prusianas desgarradas en las paredes, a éste se le genera de estos paños simbólicos todo un mundo, épocas magnas de la historia alemana. Esta bandera es, pues la máxima alegría de la fuerza alemana y del valor del sacrificio alemán. Es también un nuevo símbolo lo que hoy es llevado por el Movimiento Nacionalsocialista, en cantidad ilimitada a través de las calles de aldeas y ciudades alemanas. Este símbolo nos muestra en color y dibujo directamente lo que conocemos teóricamente y que queremos interiormente. Alrededor de este símbolo se agrupan día a día, mes a mes, año a año, siempre nuevos pensamientos, siempre nuevos valores, siempre nuevos sacrificios, y así no sólo el nuevo paño de la bandera mismo se convierte en un símbolo, sino también los hombres que llevan estas banderas. A esta nueva divisa pueden adherirse interiormente sólo seres humanos que están condicionados por los grandes valores de la alemanidad y que tienen el coraje para defenderlos también hacia afuera.

     Y ya aquí podemos comprobar una consonancia mística entre estos valores de carácter e ideales con la intuición directa, ya que el término medio de toda Humanidad que lucha con nosotros en un frente, también reconoce un ideal racial, tal como fue proclamado en otro tiempo a través de su arte, un ideal racial que relaciona de manera igualmente estrecha las grandes figuras femeninas del frontón del Partenón en Atenas con la figura de Gudrun y la de Dorothea de Goethe, y las figuras masculinas griegas, con el ideal de belleza germánico.

     Una bandera, un signo, cuanto más tiempo se ha luchado bajo el mismo, tanto más sagrado se vuelve. En ella se corporiza la inmutabilidad de una idea, aun cuando hayan sido miles de diferentes manos las que asieron el asta de la bandera. Yo considero que junto a la sencilla formulación del pensamiento genial de nuestro tiempo, es la mayor hazaña de Adolf Hitler haber brindado al Nacionalsocialismo un estandarte que de manera intuitiva y completamente directa simboliza lo magno de la naturaleza germánica y, por así decirlo, absorbe y transmite todos los sacrificios y triunfos por la Idea. Los colores negro-blanco-rojo recuerdan aquellas banderas bajo las cuales la Alemania de 1914 fue a una santa guerra, para proteger al pueblo y a la patria del cerco del eterno enemigo en el Oeste. La cruz gamada empero, salta repentinamente por encima de siglos, milenios, y señala las fuentes de aquella fuerza, de la cual antaño procedieron hazañas creativas alemanas, en épocas en que esta alegoría cruzó el mundo como signo de la sangre nórdica y se transformó en símbolo para la fecundidad y la vida ascendente. Es verdad que este signo se remonta a épocas "paganas", pero el Nacionalsocialismo no piensa en negar cobardemente la unidad de la esencia germano-alemana y comenzar acaso la historia alemana con Carlomagno, aun cuando más tarde mucho de valioso haya afluído también desde afuera a dicha esencia. Pero el núcleo para todas las posibilidades estaba dado cuando el ser germanico abrió los ojos. Y la cruz gamada nos ha de representar esta unidad.

     Contra este símbolo se encendió una violenta lucha por parte de los oscurantistas de nuestro tiempo; sobre todo los dirigentes del Centro (que nos traicionan constantemente en pro del marxismo ateo) tienen la audacia de calumniar en el nombre del cristianismo este signo, que según ellos nos pone al mismo nivel con los negros ashanti[de África occidental, en la actual Ghana].

     Vamos a seguir por un momento a estos señores (cuyos artículos hacen la ronda por toda la prensa centrista) y a aplicar la misma demostración con respecto a la Iglesia romana que ellos aducen defender como cien por ciento anti-pagana y cristiana.

     Ahí está primero la celebración de la Navidad (Weihnachten = Noches Consagradas), un muy antiquísimo día festivo germánico del solsticio de invierno; de la misma manera, el día de San Juan (Sonntag = día del Sol), el día festivo pagano del solsticio de verano. Constantino introdujo el domingo y la fiesta de Navidad como adorador de Helios, ya que eran días de Helios. Para la fiesta de Pascua (Osterfest = fiesta de Ostara), el cristianismo no sólo ha tomado el nombre de la diosa germánica de la primavera, Ostara, sino también su sentido de la Resurrección de la noche invernal, y también su símbolo del huevo como signo de la fecundidad. Y si esos señores luchan contra el "Wotanismo", debieran, sin embargo, declarar, conforme a la verdad, que San Osvaldo y San Martín no representan otra cosa que dos cambios de denominación de Wotan, adjudicándoseles al propio tiempo los mismos símbolos (manto y lanza).

     Es característico de toda esta lucha falaz injuriando la cruz gamada, el intento de presentar a ésta como una adulteración de la cruz cristiana. Este empeño muestra que los predicadores de las iglesias cristianas no tienen siquiera la más leve noción de la procedencia del símbolo que durante toda su vida llevan sobre el pecho. El símbolo de la cruz gamada originado en el corazón de Europa es uno de los muchos signos celestes y solares. El cielo y el Sol eran representados con un círculo, como una rueda de carro con sus rayos, como cruz de brazos iguales, como cruz gamada.

     Desde el centro de Europa dicho símbolo llegó a Grecia, donde Schliemann lo encontró en Troya (2500 años a.C.). Desde allí se difundió con las tribus nórdicas como signo de la vida, en su despertar orgánico, a la India, donde aparece primeramente alrededor de 500 años a.C. y llega a ser más tarde el segundo signo en santidad de Buda. Con el budismo, la cruz gamada llegó a la China, y es considerada allí (dibujada dentro de un círculo) como signo de lo infinito. En otra dirección, los germanos llevaron el signo a Inglaterra, y las expediciones nórdicas, a Roma. En las catacumbas encontramos la cruz gamada, y más precisamente al lado de la llamada cruz cristiana, que tenía la misma procedencia y el mismo significado. La cruz cristiana como signo del madero de martirio romano no se conoció en absoluto durante más de 200 años, sino que por el contrario Minucio Félix vociferó aún en el siglo III contra la pagana cruz "de los cristianos", hasta que como este símbolo no se pudo ya combatir, fue aceptado el madero del martirio de Cristo como el símbolo no erradicable como signo de los cristianos. (El madero del martirio de Cristo no tenía forma de cruz sino de T).

     Junto a la cruz "de los cristianos" aparece luego la cruz gamada hasta el siglo XVI sobre las mitras de obispos, en monedas y manteles de altares y en las catedrales, y aún hoy lo observarnos en devocionarios católicos (Devocionario Benedictino de Beuron); en la Iglesia de San Martín construída en 1912 en Trier puede ser encontrado esculpido en piedras en el banco de las comuniones y en el dibujo de la ventana de la fachada principal de la misma. Pero cuando el Movimiento de Liberación Alemán sostiene en alto el antiguo signo germánico otorgándole su sentido original como pronunciamiento por un accionar creativo, por el resguardo de la sangre y del pueblo, entonces una prensa hipócrita despotrica sobre "paganismo".

     Nosotros preguntarnos a la inversa: ¿es cristiano cuando el Centro "católico" entrega todo el poder en Prusia a la socialdemocracia atea?; ¿es cristiano cuando el Centro presenta al presidente de la Congregación de Culto judía, el sionista Kareski, como candidato para el Reichstag?; ¿es cristiano cuando las sesiones de ateos internacionales de Berlín pueden realizarse bajo los ojos del ministro del Centro?.

     ¡Extraño cristianismo sería éste si se tuviese la audacia de proclamar esto como política cristiana! Sin embargo, eso sucede. Paralelamente, empero, se produce un despertar alemán que anhela nuevamente limpieza y honor. Y por eso, sólo por eso, estalla con un frenesí nunca visto la lucha del Centro contra nosotros. Pero también esta empresa de encubrimiento llegará alguna vez a su fin. Ya los adversarios comienzan a darse cuenta de que nada se le puede oponer al gran efecto unificador de todos los alemanes conscientes, que irradia el estandarte de la cruz gamada.

     La cruz gamada no necesita de ninguna manera estar enfrentada antagónicamente a la cruz cristiana. El NSDAP nunca combatió a la cruz como tal; el Centro, en cambio, se dedicó a la tarea de injuriar desde el comienzo el "signo pagano" negando y enlodando los valores de la sangre. Este partido está, por consiguiente, en el mejor camino de falsear la cruz cristiana como un signo de mentalidad caótico-racial. No es nuestra culpa si las autoridades eclesiásticas no proceden contra este abuso de un símbolo mundial religioso en beneficio de sucias metas partidistas.

     La cruz cristiana es un símbolo religioso, y la cruz gamada un signo combativo racial-político. Con esto la diferencia (y complementación) de ambas alegorías para el NSDAP está expresada para todo el que aún tiene buena voluntad. Cuando hombres de la SA católicos y evangélicos querían visitar con su estandarte sus iglesias, fueron rechazados en la gran mayoría de los casos. En los altares mayores de las iglesias católicas de Italia está hoy la bandera del Estado con el símbolo fascista, sin duda también un signo "pagano" de la época del romanismo pre-cristiano. El Papa italiano ya no tuvo nada que objetar contra ello, ni tampoco contra la ejecución del Himno al Rey en los órganos de las iglesias de Italia. Lo que vale para un católico, vale también para el otro. Si también en círculos católicos de Alemania se manifiesta rencor contra las autoridades eclesiásticas que atacan violentamente al Nacionalsocialismo y expulsan el símbolo del renacimiento alemán de las casas de Dios, entonces esto es culpa de los mismos.

     Toda manifestación de nuestra vida que quiere expresar algo interior, es en último término simbólica. También todas las letras, todas las palabras, la lengua entera, han sido inventadas por una comunidad determinada, lo mismo que las alegorías, emblemas reconocidos por ella a fin de crear un nexo puramente simbólico intermediario entre lo interno que no se corresponde de ninguna manera con lo externo. También el sonido pertenece aquí, pero sobre todo el color, la línea, el dibujo. Por fino y ricamente estructurado que pueda ser el instrumento de la lengua y de la escritura, el ojo es sin embargo el utensilio más directo, con cuya ayuda palpamos y comprendemos el mundo exterior. La visualización del símbolo, por lo tanto, será siempre más fuerte que una conciencia de concordancia racional, porque un emblema de la luz conduce directamente del ojo al alma, a la voluntad. Y mientras esto ocurra, el alma aun está sana. En el momento en que se escriben estas líneas, el NSDAP cuenta con 200 hombres que sellaron con su vida la fidelidad por el Reich venidero. No cayeron en una gran batalla frontal sino que fueron asaltados alevosamente por el Frente Rojo, durante su servicio al Movimiento y al Reichsbanner (Estandarte del Reich), y últimamente también por la Kreuzschar(Banda de la cruz) del Centro, acuchillados, baleados y pisoteados hasta ser muertos. Se los abatió a tiros en sus bicicletas cuando volvían a sus casas desde las asambleas; se los buscó en su domicilio y se les vació los ojos, como acaeció, por ejemplo, con el camarada Senft, y luego se los asesinó. La prensa asesina roja publicaba nombres y direcciones de nuestros hombres de la SA y de la SS para instigar a la criminalidad. Y así murieron todos los Kütemeier, Hirschmann, Wessel, Thielsch, Vobis, Steinbach, Garthe... Generalmente trabajadores pobres que sólo habían cometido el único crimen de amar a Alemania más que a sí mismos.

     Y al lado de estos muertos, más de 8.000 hombres de la SA y la SS llevan las heridas de la terrible guerra civil en sus cuerpos, heridas que fueron recibidas en los innumerables asaltos cuya violencia agita a Alemania sin que la prensa burguesa tome noticia de ello. Cerca de 50 heridos diarios contamos en Septiembre de 1931, pero la prensa judía de Berlín y de Frankfurt no hacían sino acrecentar su campaña de azuzamiento.

     Y junto a los hombres recordamos a las mujeres nacionalsocialistas, a quienes nuestra idea, el símbolo de la cruz gamada, les da la fuerza para dejar ir diariamente a sus esposos, hijos y hermanos, sin saber si volverán. También este heroísmo nos muestra que después de haber superado el espíritu de Noviembre de 1918, hemos vuelto a entrar en una gran época heroica del pueblo alemán. En el Movimiento Nacionalsocialista, que es calumniado por todas las "feministas" como "enemigo de la mujer", la mujer alemana recién ha vuelto a despertar a su autoconciencia. La gran vivencia también la ha liberado a ella de ridículas barreras y aprovechados aduladores, de la presuntuosa limitación de su personalidad, pero también de aquellas damas literatas que hoy van tirando su existencia inútil sólo como objetos de burla en clubes parlamentarios. El gran des-prejuicio ha sido restaurado por el NSDAP, y la mujer alemana en nuestro Movimiento sabe que los hombres alemanes luchan también por su libertad y respeto. El porvenir demostrará en cuán gran medida Alemania también necesitará de estas mujeres nacionalsocialistas. Y para terminar, algunos ejemplos que son ellos mismos símbolos.

     En el Tirol un miembro de la Juventud Hitleriana es herido mortalmente en la cabeza por un comunista. Se presenta el sacerdote para administrar la extremaunción y exige para ello que aquél abjure de Hitler. El valiente muchacho, luchando con la muerte, declina hacerlo... Sanó y hoy sigue luchando. A fines de 1930 el hombre de la SA Friedrich Weinstein fue asaltado por comunistas y acuchillado a muerte. En los brazos de sus camaradas pronunció las últimas palabras: "Hitler, por ti muero gustosamente... Madre, me muero". En Junio de 1931, durante nuestro Congreso Partidario del gau(comarca) de Sajonia en Chemnitz, el camarada Edgar Steinbach fue muerto a tiros por comunistas, y Heinrich Gutsche recibió heridas mortales. Adolf Hitler visitó a éste, quien al ver al Führer, enderezó una vez más el cuerpo agujereado y alzando el brazo para el último saludo, balbuceó aún "Heil Hitler" y murió.

     También en Junio de 1931 un grupo SA fue asaltado en Bremen por un número muy superior de comunistas. La SA se retiró defendiendo su bandera y en ese trance cayó el obrero y hombre SA de 31 años, Gossel. Su último deseo fue ser enterrado con la camisa parda.

     En Agosto del mismo año, los nacionalsocialistas que regresaban a sus casas fueron tiroteados en Limbach (Sajonia) por los comunistas. El camarada Grobe de 23 años fue alcanzado mortalmente. Sus últimas palabras fueron: "¡Que se logre erigir pronto el Tercer Reich!".

     Todos éstos son testimonios primigenios del modo de ser germánico-alemán. No sólo irrumpen del terruño campesino eternamente fiel, no, y esto es lo más grande, se presentan ante nosotros provenientes de pobres viviendas obreras sin luz y sin aire. De la ciudad mundial aniquiladora de la Naturaleza y del carácter, provienen estos sonidos balbuceantes de la fidelidad más inapreciable, de aquella grande conciencia de seguimiento, que a través del Führer y la bandera ha despertado a la vida: un mito conmocionante de nuestra época aparententente sin mito, sin esencialidad y enemiga de todo lo noble. Al mismo tiempo, este sacrificio por un futuro sólo visible a grandes rasgos es religión.

     También religión, en el más verdadero sentido, no es sólo el reconocimiento exterior de cualesquiera dogmas, afirmaciones eclesiásticas y ejercicios tradicionales, sino que en todas partes allí donde un ser humano sirve valientemente a los más altos valores, allí está Dios, allí lo metafísico se ha vuelto acción en el ser humano. No necesita ser la muerte lo que pruebe esto, sino justamente la vida, aún cuando recién la muerte trae a la plena conciencia esta religión practicada. Empero, seres humanos que acompañan a un asesino múltiple (como Kürten) como expiado en su camino al cadalso con todas las consolaciones de la Iglesia y que al mismo tiempo, sin embargo, niegan un entierro eclesiástico a un hombre creyente, consciente del honor, que ha actuado desinteresadamente por su pueblo (como el nacionalsocialista Gemeinder, fallecido de un ataque cardíaco después de una asamblea), arguyendo que no se había "arrepentido", esos seres humanos no están con Dios sino con el diablo.

     La lucha que lleva el Movimiento Nacionalsocialista es por eso más que comunidad eclesiástica, religión vivida, metafísica de la acción; y todas las colectividades religioso-eclesiásticas a las que pertenecen estos nacionalsocialistas (protestantes, católicos, feligreses de la Iglesia Alemana, etc.) reciben a través de él nuevas consagraciones, y una afluencia de nuevos altos valores. Deberían agradecerles, en lugar de —como sucede no pocas veces— calumniarlos y perseguirlos.

     Pero como quiera que sea, el NSDAP no plantea su lucha en el terreno de ninguna confesión eclesiástica, sino en el campo de la lucha por el poder contra las fuerzas del caos racial, del deshonor, de la destrucción del pueblo. Aquí el símbolo de la cruz gamada está hoy como único verdadero enemigo frente a la estrella soviética, que es representación no sólo del bolchevismo sino también de todos los sistemas y hombres que espiritual y políticamente lo han preparado y que lo protegen: el liberalismo, la socialdemocracia y el Centro.

     La cruz gamada, empero, no conoce tampoco los goces y símbolos de la burguesía satisfecha de antes. No considera a la paz más grande que la lucha, sino que valora precisamente esta lucha como nacimiento creativo de la cultura y de la genuina estatalidad. De ello ya son testigos aquellos miles que sangraron, aquellos centenares de miles que hoy diariamente, en el frente de avanzada, se hallan en combate contra una jauría murmuradora que tienen ante sí y contra los cobardes que se mueven a sus espaldas.

     Junto a las letras de bronce de los líderes, están registrados esos nombres en el libro de la historia alemana. Y concluyo con las palabras que un dirigente de la SA pronunció junto al sepulcro de nuestro asesinado hombre de Düsseldorf, el camarada Vobis:

"¡Duerme tranquilo, camarada, en la oscura tierra!
Pronto los batallones pardos, con bandera ondeante y paso de bronce,
retumbarán sobre los sepulcros y, vengándote,
conquistarán luchando el Reich por el cual tú caíste!".


¡ALEMANIA, DESPIERTA!

¡HEIL HITLER!






Matriarcado versus Patriarcado

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     El autor español que escribe detrás del seudónimo Nordic Thunder, editor del sitio Europa Soberana, publicó en 2008 en el desaparecido blog nordicthunder.blogia.comel siguiente artículo de opinión, fundamentado y lleno de referencias, con respecto al tema enunciado. Es sin duda interesante y clarificador, y delinea con nitidez, a través de un contrapunto de tres aristas, las respectivas diferencias de dichos sistemas, que más que corresponder a etapas diferentes de la civilización, tendrían su origen en linajes diferentes de hombres. Lo publicamos como consecuencia de un par de artículos que ya presentamos en Octubre pasado (uno sobre los cosméticos y la moda en la Alemania hitleriana, y la introducción de Évola a un libro de Bachofen), que hablaban del matriarcado o ginecocracia, sistema de valores al que el autor le pronostica un revés.


Matriarcado versus Patriarcado
por Nordic Thunder




MATRIARCADO Y PATRIARCADO

     ¿Qué es, en primera instancia, el Matriarcado?

     El Matriarcado no es una sociedad regida por mujeres —esto es, una ginarquía o ginecocracia—, como las ilusas feministas se empeñan en demostrar. De hecho, sociedades de ese tipo raramente se dieron, y constituyen excepciones muy exóticas, en los pueblos más primitivos, atrasados y débiles del mundo, como en el Amazonas o en Indonesia. Y si no encontramos ginarquías en el mundo moderno, es porque tales sociedades perecieron a manos de sociedades no-ginecocráticas, lógicamente más fuertes y luchadoras. El Matriarcado es, pues, una sociedad en la que la influencia predominante en el carácter colectivo del pueblo es la femenina, donde la idiosincrasia de la sociedad en su conjunto presenta más afinidad con la feminidad que con la masculinidad, todos los focos se dirigen a la mujer, y flota en el aire un claro olor a estrógeno espiritual.

     El Matriarcado se corresponde originalmente con las antiguas sociedades primitivas y con lo que Julius Évola denomina "Civilización de la Madre". Hablamos de pueblos generalmente decadentes, agotados o deprimidos espiritual y fisiológicamente, en los que la primacía del culto religioso corresponde a la Madre Tierra —a la Gran Madre— y en los que se rinde culto al goce material, a los placeres, al lujo, a la voluptuosidad y a la opulencia. Se otorga prioridad a los instintos compasivos, piadosos, conciliadores y caritativos. La regla a seguir es "disfruta", y el resultado es un comportamiento promiscuo en todos los sentidos —el hedonismo o la noción de "un mundo feliz" es típicamente matriarcal.

     ¿Dónde podemos encontrar vestigios de matriarcado? En los habitantes pre-arios de Europa, y en las razas orientales. Por ejemplo, en los etruscos, en los vascones, en los pelasgos o en los minoicos, o en zonas de influencia céltica donde acabó por predominar el carácter pre-indoeuropeo. Incluso en los turcos otomanos, en sus sultanes gordos, borrachos, retrasados o pervertidos, en la desmesurada influencia que llegaron a acaparar algunas de sus concubinas, o sus propias madres.

     ¿Qué es el Patriarcado? Todo lo contrario. Si el Matriarcado es libre albedrío y promiscuidad, el Patriarcado es organización, ritualismo y disciplina.

     ¿Qué pasó cuando las sociedades patriarcales se encontraron con las sociedades matriarcales? Hubo guerra. Y ―oh sorpresa―, los invasores patriarcales triunfaron siempre, a pesar de ser generalmente menos en número. El Patriarcado irrumpe en la Historia de una forma violenta, traído por las invasiones arias. Así, si la cultura Danubiana y asentamientos afines en torno al Mediterráneo, en Oriente y en las Islas Británicas, eran matriarcales, en cambio la cultura de los Túmulos, la cultura de los Campos de Urnas, la cultura del Hacha de Combate del Volga, las culturas bálticas, la cultura megalítica nórdica, la cultura de las Ánforas Globulares y la cultura de la Cerámica Cordada, eran patriarcales, y se asocian ―oh sopresa II― con la expansión de la raza nórdica.

     De hecho, la intolerancia contra el Matriarcado fue probablemente la primera intolerancia religiosa y el primer fanatismo que nuestros antepasados aprendieron a adquirir en la Edad de Hierro. La misma mitología aria conserva retazos de la inmensa lucha que llevó al cabo nuestra Raza contra los siniestros cultos matriarcales, retazos que examinaremos después. En su decadencia, los arios absorbieron algunas costumbres de los pueblos subyugados —esa sutil, pegajosa y asquerosa suciedad blanda, hedonista y pacifista, con la que el Matriarcado infectó a la Arianidad ya antes del cristianismo.

* * * * *

MATRIARCADO: LA RELIGIOSIDAD Y LA VISIÓN DEL MUNDO

• Se ve como fuente de vida exclusivamente al agua y a la Tierra. En la cosmogonía religiosa matriarcal de la Naturaleza, la vegetación no nace por ser regada por el Cielo y guiada por el Sol (y, naturalmente, albergada por la Tierra), sino exclusivamente empujada desde abajo por fuerzas ctónicas procedentes del Inframundo. En esta misma línea, los terremotos son considerados como la ira de la Tierra.

• La primacía del culto religioso le corresponde a la Madre Tierra, y todo en la sociedad matriarcal tiene una orientación ctónica.

• Los calendarios toman como referencia el ciclo lunar y el vaivén menstrual que representa.

• Los símbolos matriarcales son telúricos y tendientes a lo lunar, a lo acuático y al Inframundo. Abundan las líneas curvas más que las rectas. Como ejemplos, tenemos los laberintos, los ríos, los lagos, las cuevas, las serpientes, los pantanos, las estrellas y la noche.

• Como ejemplos de divinidades típicamente matriarcales, tenemos a Cibeles, Perséfone, Deméter, Astarté, Tanit, Gea o Isis. Tales diosas a menudo se hallan complementadas por un compañero masculino castrado, como Osiris o Atis, en un culto religioso aberrante y anti-natural.

• Las sacerdotisas matriarcales son hetairas que ofrecen servicios de "prostitución sagrada" y que se dedican a acumular dinero. Los sacerdotes a menudo son eunucos, como los sacerdotes del templo de Éfeso, los de Cibeles, los de Astarté, o como en los Misterios de Atis.

• Los muertos se entierran, con lo cual simbólicamente son devueltos a la matriz de donde se considera que salieron. Tanto en Grecia como en Roma, los plebeyos (descendientes de pueblos matriarcales pre-indoeuropeos) eran llamados precisamente "hijos de la Tierra"en contraposición con las castas dominantes, que eran de origen indoeuropeo helénico (Grecia) o itálico (Roma) y que se autodenominaban "hijos de los Dioses". La filosofía matriarcal de fondo era "de la Tierra procedes y a la Tierra volverás", con lo cual se negaba cualquier ascensión, cualquier esencia superior enlazada al Cielo y cualquier responsabilidad de tener que rendir cuentas por nuestros actos. Tal filosofía es la que invita "a gozar, que la vida es corta", y actúa como redención para las mentes de quienes son incapaces de obedecer ningún dictado que provenga de lo alto.

• Los lugares de culto religioso solían ser cavernas, zonas internadas en la matriz de la Tierra.

Hay un culto al sacrificio ritual malvado, particularmente al sacrificio morboso de una víctima pura e inocente. Así, en Fenicia y en Canaán, el primogénito recién nacido era quemado vivo, y algo similar sucedía en Cartago. Los etruscos tenían fijación con el sacrificio de un varón adolescente, y los judíos con el de niños arios, o bien especímenes adultos robustos.

Predominan las formas de arte grotescas: máscaras desproporcionadas, figuras totémicas demoníacas, carnicerías de sacrificios humanos o escenas orgiásticas en las que se come, se bebe, se copula y se duerme. Las antiquísimas figuras de las "Venus" son el arquetipo por excelencia de la "Gran Madre" en la que estos pueblos veían su ideal de fertilidad y feminidad. Los cantos propios del Matriarcado son los lamentos (pensemos en la música árabe del desierto, o en el flamenco).


PATRIARCADO: LA RELIGIOSIDAD Y LA VISIÓN DEL MUNDO

• Se conserva la memoria de la invasión de un pueblo minoritario y heroico sobre un pueblo muchísimo más prolífico pero poco dado a las luchas de honor. En las mitologías, se recuerda una lucha de un elemento heroico y viril contra un elemento telúrico, como los casos de Apolo contra la serpiente Pitón, Hércules contra las dos serpientes mandadas por Hera, Teseo contra el Minotauro, Indra contra Vitra o Thor contra la serpiente Iormugand. El héroe Hércules (llamado Heracles Misógynes), típicamente ario, siempre está en lucha contra las fuerzas mandadas por Hera, desde que, recién nacido, estranguló a dos serpientes que ésta mandó para matarlo. A menudo se nos dice que estos retazos tienen que ver con una simple "evolución social" que llevó del Matriarcado al Patriarcado, pero la realidad es que están relacionados con la invasión de un pueblo patriarcal (el ario) sobre un pueblo matriarcal (el ugro-finés, el dravídico, el semita, etcétera, según los casos) y la imposición del Patriarcado triunfante sobre el Matriarcado derrotado.

• El Cielo representa el mundo del espíritu y de la luz. Se ve como fuente de vida al Sol (cielo sereno, luz) y a la tormenta (rayo, lluvia, cielo iracundo). No se desprecia u omite la Tierra, al contrario, lo que se hace es integrarla en un sistema de interacción Tierra-Cielo en el que el predominio corresponde al Cielo, y en el que el producto intermedio es el mundo natural de la vegetación verdeante y de la sangre roja. Los arios no ignoraban la importancia de lo telúrico y de la Madre Tierra. Deméter, Perséfone, Gaya, Erda y Mat Zemya lo atestiguan.

• La primacía del culto religioso le corresponde al Padre Cielo, y todo en la sociedad patriarcal tiene una orientación más celeste ("olímpica") que terrestre.

• Los calendarios toman como referencia el ciclo solar-heroico de nacimiento, cenit, sacrificio, muerte y renacimiento.

• Los símbolos principales de las sociedades patriarcales son fálicos, celestes, bélicos y solares. Como ejemplos, tenemos la Esvástica, la montaña (convertida en un lugar santo, como el monte Fuji de Japón o el monte Taigeto de Esparta, o incluso en morada de los Dioses, como el monte Olimpo), el fuego, el árbol, el estandarte, la bandera, el Sol, la Cruz céltica, las ruedas, el águila, el caballo, el rayo (considerado la contrapartida destructiva del poder creativo del Sol), el martillo, el hacha doble, la espada o la lanza. Priman las líneas rectas sobre las curvas —el mejor ejemplo de esto es el alfabeto rúnico y los alfabetos mayúsculos griego, latino y cirílico, de derivación rúnica, así como el antiguo alfabeto templario.

• Las divinidades patriarcales principales son representaciones guerreras de lucha, virilidad y fertilidad masculinas, incluso de una sutil pero cierta rebelión (Prometeo, Hércules, Sigfrido). Thor, como dios del trueno, de las lluvias y de las tormentas, esgrimidor del Martillo y azote de "gigantes", es probablemente el mejor ejemplo de divinidad masculina de fertilidad celestial y lucha contra las fuerzas ctónicas. Asimismo, los dioses de panteones patriarcales se hallan regidos por un Padre Celestial. Como ejemplos de dioses típicamente patriarcales, tenemos a Odín, Tyr, Zeus, Apolo, Ares, Marte, Teutatis, Taranis, Thor, Dievs, Perun y Perkunos. El nombre latino de Júpiter (originalmente equivalente a Thor en su papel de esgrimidor del trueno) viene de "Dios Padre"(Dyaus Pitar). Sin embargo, el Patriarcado también tiene importantes divinidades femeninas: Friga, Atenea, Minerva, Artemisa, Diana y Dievana son diosas típicas del Patriarcado, distantes, serenas y llenas de dignidad austera.

• El origen de las castas sacerdotales, allá donde las hay, está en la aristocracia guerrera. Las funciones sacerdotales a menudo son ejecutadas por los reyes, por los capitanes militares, por los patriarcas de los clanes, por los cabezas de familia o por los primogénitos del linaje familiar. La magia personal es considerada un asunto femenino, y el poder sobre la Tierra y sobre la materia son considerados cosa de hombres. Asimismo, las sacerdotisas de sociedades patriarcales (en contraposición a las hetairas matriarcales) son vírgenes, como lo eran las sacerdotisas de Artemisa en Esparta, la Pitia de Delfos o las vestales de Roma.

• Los muertos se incineran, lo cual implica simbólicamente que su cuerpo se consume y que sus espíritus ascienden desde la Tierra al Cielo —al mundo del espíritu. A los soberanos o héroes se les deposita en el interior de túmulos, montañas o pirámides, es decir, monumentos celestes de materia vertical que, en su ordenación purificadora, se eleva al Cielo, con la idea subconsciente de conservarlos en el seno terrestre para que retornen en un futuro momento de máxima necesidad.  Se tiene bien presente que la muerte no es el fin, y que nuestros actos decidirán el futuro del muerto en el Más Allá. El mismo Más Allá no es concebido como un paraíso pacífico y feliz: es concebido como un lugar donde aguardan los viejos camaradas de armas, los hermanos de sangre y los antiguos patriarcas de la Raza, y donde la lucha es eterna.

• Los lugares de culto eran originalmente las cumbres de las montañas —como entre los antiguos iranios— o lugares donde había dólmenes, menhires y otros signos verticales y "fálicos". Posteriormente, se erigieron túmulos, pirámides y templos, que eran concebidos como la envoltura material de la idea espiritual —la coraza material del fuego sagrado espiritual.

• En el arte, prima la sobriedad y la tendencia al realismo y al idealismo. Se tiende a la representación de escenas de deporte, caza y guerra —es decir, de esfuerzo y heroísmo. En la arquitectura, es patente la orientación celeste: monumentos relacionados con el Cielo (dólmenes, menhires), obeliscos, columnas, pirámides, cúpulas, torres, triángulos, etcétera.

• El culto al sacrificio de las sociedades patriarcales está centrado en la noción del deber, del ascetismo y del esfuerzo, especialmente en el campo de batalla. Los caídos en combate son elevados a la categoría divina y se convierten en objeto de culto.

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MATRIARCADO: LA FAMILIA Y LAS RELACIONES ENTRE LOS SEXOS

• Los individuos viven en grandes hogares comunes, como las cuevas prehistóricas o las grandes casas de la cultura Danubiana.

• Prima la procreación de grandes números —lo cual da lugar a un repelente revoltijo. El Matriarcado subhumano convierte a la mujer en el objeto de un culto de abominación, deformación y promiscuidad. Los niños son excesivamente mimados y protegidos, hasta el punto de mermar su iniciativa y su espíritu emprendedor. En nuestros días vemos niños vestidos completamente con abrigos, bufandas, chalecos, guantes y gorros, incluso cuando manifiestamente no hace frío en absoluto. Las madres los reprimen cuando muestran iniciativa o independencia, espíritu emprendedor, o cuando se arriesgan.

Como a menudo la promiscuidad es tal que nadie sabe quiénes son los padres, el apellido se transmite por vía materna. Incluso en los casos en los que hay matrimonio, el hombre a menudo toma el apellido de la mujer y va a vivir a casa de la mujer, como sucedía antiguamente entre los vascones.

• Las familias no son sólidas ni definidas. Hay tendencias incestuosas y endogámicas. El ambiente fomenta la pederastia y la violación, como en tantas sociedades primitivas de hoy en día. Por estas prácticas, abundan los deformes y los defectuosos.

El Matriarcado no es amigo de las jerarquías, y todo tiende a difuminarse en la presencia del tótem colectivo y de la masa.


PATRIARCADO: LA FAMILIA Y LAS RELACIONES ENTRE LOS SEXOS

• Los individuos viven en casas unifamiliares.

• A pesar de conceder importancia a la fertilidad y a la natalidad, no prima el número de hijos sino la calidad de cada hijo. Esto favorece la aparición de familias sólidas, de sistemas de selección eugenésicos y de esmerados métodos de entrenamiento y educación. "Quizás pocos, pero muy buenos", es la frase emblemática de esta mentalidad. En el Patriarcado se trata a los hijos como hombres desde que son niños, mientras que en el Matriarcado se les sigue mimando y tratando como niños cuando aún son adultos. Los padres y los veteranos del clan buscan maneras de "hacer hombres" a sus hijos mediante "iniciaciones" endurecedoras, y las madres no tienen nada que decir en cuanto a esto, pues se da por hecho que a partir de cierta edad (en Esparta y en las aristocracias medievales europeas, a los 7 años), el niño debe emanciparse de la influencia femenina. Se deja a los niños correr, lastimarse, ensuciarse e ir desabrigados para que crezcan sanos y duros. Se favorece que los varones desarrollen curiosidad, fascinación y respeto por la violencia. Es especialmente en los antiguos ejércitos arios donde la mentalidad de sacrificio, entrenamiento, ceremonia, lucha y entrega llega a su máximo apogeo.

• La ceremonia del matrimonio ritual y solemne es una institución patriarcal. La familia sólida, el clan, la comunidad fuertemente cohesionada, son fenómenos patriarcales hasta la médula. La mujer toma el apellido de su marido al casarse, y los hijos tendrán el apellido del padre. Hay una tendencia a que los hijos adquieran el apellido "hijo de"refiriéndose a su paternidad. Esto es patente en los países anglosajones y escandinavos, con la adopción de apellidos terminados en –son o –sen, en los países eslavos, en –vich o –witz, o en la misma España, con los sufijos –ez.

Con el Matriarcado se sabe exclusivamente quién es la madre. Con el Patriarcado, se conoce al padre y a la madre, y la limpieza del linaje queda garantizada mientras se respete la ley patriarcal. Los "patricios" formaron la aristocracia de Roma. El Patriarcado garantiza la pureza de la sangre, el Matriarcado garantiza su mestizaje. Surgen familias profundamente unidas y que prácticamente crean su propia tradición y mitología, incluso en cuanto a ascendencia divina. Florece el orgullo del linaje de los padres, el celo de la pureza de sangre, el afán de conservación de la Raza el Racismo. Se asientan la lealtad, el honor y la mesura, es decir, el instinto de protección hacia la esencia pura y espiritual. El Patriarcado ario es el único sistema social que considera que el honor también tiene que ver con las mujeres.

• El Patriarcado tiende a formar jerarquías severas y sistemas de castas separadas por un criterio genético, que favorecen la distinción de los mejores elementos y la concentración del poder en sus manos. Como ejemplos, tenemos los sistemas de separación socio-racial que surgieron en India, en Irán, en Grecia, en Roma o en la Edad Media feudal. El apartheid de Sudáfrica y Rhodesia constituye un ejemplo más moderno.

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MATRIARCADO: LA SOCIEDAD Y LA IDIOSINCRASIA

El Matriarcado se distingue por el hedonismo, la promiscuidad, la concupiscencia, la indulgencia, la narcosis, la pasividad, la pereza, la embriaguez y una recargada, opulenta y barroca sensualidad.

Todo está impregnado de "libre albedrío".

La influencia espiritual corresponde a las matriarcas. Las mujeres tienen una desproporcionada influencia en la sociedad gracias a la sugestión sexual y al acaparamiento de la educación de los hijos lejos de los padres.

Las cosas se callan por miedo a ofender. Nace la ambigüedad y la "corrección política".

Se otorga valor a las posesiones materiales y a las riquezas.

El tiempo libre está acaparado principalmente por danzas, comilonas, fiestas, orgías, saltimbanquis y bailarines.

Se valoran los adornos, los maquillajes, los vestidos, los colores, el lujo, el bienestar, las especias y los tintes.

• El Matriarcado mima a los débiles. Florecen las colectividades pacíficas y débiles, demasiado arraigadas a su terruño e incapaces de conquistar, explorar, ser pioneros o soportar el desarraigo y la soledad. El Matriarcado arquetípico es una sociedad timorata, dócil, humanitaria, anti-heroica, pacifista y pusilánime. Se ensalza la paz, y todo el mundo fornica con todo el mundo. "Haz el amor y no la guerra"es un lema muy típicamente neo-matriarcal.

• Se aprecia al hombre sin carácter, por su docilidad. El cobarde y débil es protegido como uno más del grupo. Nadie tiene derecho a castigar ni a recriminar, y la autoridad se disuelve.

• Se valora todo aquello que conserva la vida y que tiende a hacer la existencia más llevadera a los débiles. Se extirpa la dureza, todo se suaviza. Se tiene en mente como meta el goce de una vida larga y llena de placer.

• En el Matriarcado se tiende a disfrutar tranquilamente y sin compromisos, y se atrapa el placer al vuelo tan pronto como se presenta, en una mentalidad bastante pseudo-tropical. El "playboy", el "dandy" y el gordo son productos típicos del Matriarcado, e imposibles en una sociedad patriarcal de verdad. La búsqueda del placer fácil marca el tempo [ritmo]de los pueblos matriarcales.

• Se busca proteger y conservar toda vida, incluso si ello implica aislarla de lo que es la crudeza del mundo real. Se busca el bienestar y la comodidad.

• Los saludos son elaborados y con un toque promiscuo. Los modales son nerviosos, se tiende a la indiscreción, al manoteo y a acercarse demasiado al interlocutor. La voz se eleva en situaciones absurdas, pero se tiene miedo de gritar cuando la situación lo requiere.

Como dijo Julius Évola, el Matriarcado es portador de formas sociales igualitarias de carácter anarquista o comunista. Las hormigas y las abejas viven en matriarcados pseudo-comunistas. La "Madre Iglesia", con sus sacerdotes castrados de virilidad, es otra figuración matriarcal.

• Se obedecen reglas y preceptos de carácter dogmático, utilitarista y materialista.

     La risa floja de las mujeres corrompidas y de los hombres sin carácter, la indulgencia y los miramientos, la mirada burlona, triste y vacía de los débiles, las toses de los enfermos, el lloriqueo, las depresiones, la inconstancia, el capricho de los niños sobre-mimados, el lamento de los desconsolados, los quejidos, la endogamia, la aberración y la neutralización de los instintos potentes y vitales, son rasgos característicos del Matriarcado y de una sociedad despojada de orden y de la influencia de hombres luchadores.


PATRIARCADO: LA SOCIEDAD Y LA IDIOSINCRASIA

     El Patriarcado está marcado por el esfuerzo, la lucha, la voluntad, el propósito y la acción, y se distingue por el ascetismo, el autocontrol y la sobriedad. Las mujeres están excluídas de los procesos estatales o de toma de decisiones (véase el Senado de Roma, o los Thing germánicos), y son los hombres los que moldean a las nuevas generaciones a su antojo, aunque se da por hecho que normalmente un hombre no es completo hasta que no tiene a su lado un espíritu complementario femenino que lo inspire y le aporte cierta magia.

• Todo está impregnado de orden, ritualismo, severidad y sencillez. En India, los invasores arios llaman "los sin-rito" a sus enemigos de raza oscura.

• En el Patriarcado el hombre domina sobre la familia. Hay siempre una especie de patriarca supremo, líder, rey o emperador. A los niños se les hace crecer teniendo en mente su deber de relevar en el poder a la generación de sus padres. El primogénito depredador del poder es la esperanza del porvenir y es quien da el carácter a su sociedad. La hegemonía social corresponde al guerrero joven, vigoroso, de impulsividad agresiva, y sediento de poder y de dejar su sello sobre el mundo.

Se dicen las cosas de frente y de modo casi crudo (pensemos en los modernos países bálticos y eslavos). Abundan las peleas y los duelos de honor.

• Se otorga valor al valor en sí, y las posesiones materiales sólo tienen valor en la medida que expresan un estatus (como las armas, el escudo, la armadura, el caballo y el botín saqueado expresaban otrora la posición de la casta militar). Asimismo, se da gran valor a lo que es difícil de lograr, a aquello que está al alcance de la minoría selecta.

• El tiempo libre se ocupa principalmente con el deporte, la caza, el estudio, la meditación religiosa y el entrenamiento militar, y ello resulta en un pueblo atlético, guerrero, vigoroso, espiritual, depredador y preparado para todo.

• Se valora la sencillez, la tosquedad, la naturalidad, la austeridad y la dureza. Ello da lugar a vidas espartanas, de endurecimiento constante.

• El Patriarcado mima a los fuertes y rinde directamente culto a la guerra, al valor, al arrojo, al riesgo y al heroísmo. Florecen las sociedades severas y agresivas, tendientes a invadir, conquistar y poseer tierras nuevas, bajo la mentalidad de que "la fuerza hace el Derecho". De este modo, el Patriarcado es el sistema capaz de dar a luz a héroes: mediante una vida patriarcal, se forjan pioneros, exploradores, hombres buscadores e inquietos, rebosantes de ambición y de voluntad de poder.

• Se odia a muerte al cobarde, al dócil, al inútil y al amanerado. Los niños desprecian a las niñas y las niñas temen a los niños.

• Se valora la audacia, el honor y el valor. Se respeta la violencia, la dureza, la fuerza e incluso la brutalidad. Se acepta el riesgo con morbo, se juega con la muerte y con el dolor, y se coquetea con el malestar, con la tensión, con el horror y con el miedo, pensando que ello fortalece a los hombres. Se valora una vida con honor y con gloria, aunque sea muy corta (esta elección está condensada en la genial figura griega de Aquiles). Se rinde culto al heroísmo y al sacrificio, aunque ello implique una vida sufrida y esforzada. La eugenesia, la camaradería, la sacralidad de la relación maestro-alumno, la mors triumphalis [muerte triunfante] y la eutanasia son ideales de la mentalidad patriarcal.

• El placer y los lujos son tomados con suma desconfianza, y tratados con muchísimo cuidado, o incluso desterrados. La disciplina, el ascetismo, el autocontrol, la voluntad, el entrenamiento, el carácter altivo, rústico, agresivo y militar toman su lugar. Los fenómenos del soldado y del militarismo, así como del atletismo, son productos típicos de la acción social del Patriarcado a largo plazo. Esto da lugar a pueblos imperialistas que glorifican la guerra. La feminista Marilyn French (1929-2009) establece (en Beyond Power, 1985),no sin cierta repugnancia por su parte, que el Patriarcado es un sistema que "otorga preeminencia al poder sobre la vida, al control sobre el placer y al dominio sobre la felicidad". Podríamos añadir que el Patriarcado otorga también importancia al control sobre las emociones, los sentimientos, el sufrimiento y el dolor (a los niños se les dice que "los hombres no lloran"), y al poder sobre la Tierra y sobre la materia.

Se busca endurecer y fortalecer la vida exponiéndola al malestar y blindándola así contra malas experiencias futuras. Las frases más representativas de esta mentalidad son "es por tu bien"y "en el futuro me lo agradecerás". La lucha y la ascensión prevalecen sobre la búsqueda del placer.

• En el Patriarcado los saludos son sobrios y simples. Se tiende a la discreción, a la simplicidad y a los modos estáticos y solemnes, casi marciales en su rectitud rúnica. El Patriarcado está influenciado por la filosofía y el modo de hacer las cosas de las männerbunden ("sociedades de hombres", o ejércitos), que constituyen una de sus señales distintivas y piedras angulares.

• El Patriarcado porta formas sociales jerárquicas de carácter fascista, en las que el orden lo decide todo. El Estado y el Imperio son instituciones originariamente patriarcales. En el reino animal, así como las hormigas y las abejas son ejemplos cercanos al Matriarcado, los lobos viven en un sistema casi patriarcal, regido por los machos dominantes que se van renovando al paso de las generaciones. Toda la manada participa en el entrenamiento y el aprendizaje de los cachorros, y los padres expulsan del hogar a los hijos una vez que han alcanzado la madurez suficiente para buscarse su propio sustento.

• Se obedecen principios y códigos de honor que tienen su procedencia en el mundo del espíritu y de las ideas y que tienen indiscutiblemente un fin práctico a largo plazo. Los mejores ejemplos de Patriarcado: las sociedades arias bárbaras (como los antiguos dorios o germanos), los antiguos iranios, la India védica, los griegos, los romanos, los antiguos japoneses, las vertientes "tradicionales" de la actual civilización occidental o la misma sociedad que se estaba gestando en el Tercer Reich—especialmente en la Hitlerjugend y en las SS—, así como la mentalidad militarista "prusiana" de todas las épocas.

     Los gritos de tropas enfervorizadas, la severidad para con las mujeres y los niños, el retumbar de los cascos de caballos, la sangre derramada sobre la nieve, el ardor guerrero de los hombres jóvenes, las armas, el glorioso arte idealista, el fuego y el bronce, el brillar del metal, el ruido de las botas negras, los desfiles militares, los cánticos y el estruendo de la artillería y de los fusiles, son las gloriosas manifestaciones del Patriarcado ario.

* * * * *

OPINIÓN FINAL DEL AUTOR

     La cultura europea en su totalidad es eminentemente patriarcal, pero incluso en el seno de Occidente creo poder observar el enfrentamiento entre la mentalidad patriarcal y la matriarcal, expresada en las naciones poseídas por estos conceptos. Así, Francia e Italia como naciones modernas representan tradicionalmente una mentalidad suave y decadente tendiente al Matriarcado, mientras que Rusia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos representaron la tendencia más patriarcal y agresiva.

     En el seno de nuestra civilización, pienso que es obvio e innegable que se debaten los dos principios, y que de un tiempo a esta parte, el Patriarcado está siendo anulado poco a poco en favor de un pseudo-Matriarcado.

     También me parece obvio que las sociedades patriarcales son superiores y más avanzadas que las matriarcales y, especialmente, tienen mucho mayor potencial. Simplemente, no hay punto de comparación en cuanto a logros y superioridad entre el ridículo Matriarcado pacifista y el glorioso Patriarcado arrollador y conquistador. A mí me basta con echar un vistazo por encima a la mitología, o con leer La Ilíada, para sentir una profunda simpatía por las sociedades auténticamente patriarcales, además del hecho de que el Patriarcado va inevitablemente asociado a lo ario o "indo-europeo".

     Como signo del "complejo de Edipo" que azota a nuestra civilización, tenemos las pasiones y temores que suscita la palabra "fascismo" en el mundo moderno. Lo que los comunistas, los socialistas, los progresistas, los demócratas y demás ralea realmente odian y temen del "Fascismo" es la severidad organizadora de una sociedad patriarcal que ponga a cada uno en su sitio.

     ¿Cuál creo yo que puede ser el futuro de este asunto? El actual aborto de Matriarcado está condenado a desaparecer en cuanto se desencadene el más mínimo tumulto. Por un lado, ha producido una sociedad débil e incapaz de defenderse a sí misma, y será arrollado por quienes no hayan caído en su lacra (por ejemplo, el Islam).Por otro lado, la actual sociedad pseudo-matriarcal está condenada a extinguirse por la simple razón de que quienes la profesan no predican la necesidad de tener hijos, cayendo en la más inmensa contradicción, pues una sociedad que cree estar indicutiblemente en posesión de la verdad absoluta (como la actual), debería predicar la descendencia con el fin de eternizarse y asegurarse un futuro a toda costa, frente a las sociedades que piensan de modo distinto, que son la mayoría. Con el tiempo, su utopía surrealista irá perdiendo posiciones en favor de la despiadada dureza de los tiempos venideros y, finalmente, será reemplazada por una reacción patriarcal más amoldada a la realidad del mundo y del hombre, que es la necesidad de tener una descendencia abundante y fuerte.

     El despertar de la Raza Blanca vendrá, necesariamente, acompañado de una reelaboración del antiguo Patriarcado ario. Siento aguaros la fiesta, oh rebaño de ganado decadente y perfumado, pero se acabaron las subnormalidades y se acabaron muchas de las cosas que dísteis por sentadas. Llegará un día en el que tendréis que luchar hasta la muerte sólo para disfrutar del 1% de los bienes que ahora os parecen normales. Vuestra asquerosa promiscuidad, vuestra vacuidad mental, vuestra superficialidad y vuestra rebuscada sofisticación burguesa serán extirpadas, y ay de vosotros si lloráreis, pataleáreis o llamáreis a Superman. Teniendo en cuenta la decadencia pasada y la situación catastrófica en la que la Raza ―que es lo único que importa en este mundo― se encuentra gracias a vuestra repelente bajeza moral y espiritual, la reacción venidera deberá ser exactamente todo lo contrario.–






Ibn Asad - Sobre Arquitectura y Obeliscos

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     Del escritor español Ibn Asad presentamos ahora el capítulo 7 de su libro "La Danza Final de Kali" publicado en 2010 y que generosamente su autor ha puesto a disposición de quienquiera. En esta sección hace unas importantes definiciones con respecto a lo que hay detrás de ciertas obras arquitectónicas y de cómo la construcción de los estilos modernos responden a ciertos objetivos de unas cuantas élites. Sin duda algunos conceptos y datos no quedan del todo claros, problema que obviamente se subsana si se examina su libro completo. Sin embargo, aunque superficialmente uno pueda no estar de acuerdo con todo lo que propone, tiene razones verdaderas dentro de su discernimiento.


CAPÍTULO 7
LOS SIETE OBELISCOS MAYORES
por Ibn Asad



     En el capítulo anterior, La Madre Naturaleza Ambientalista, se expusieron brevísimamente generalidades simbólicas sobre el Principio Femenino Primordial como una base mínima para comprender el lenguaje invertido utilizado actualmente por el Establishment en su "Movimiento ambientalista". Este exceso de brevedad —inevitable si queremos dar a este libro una cierta agilidad— supone dar por sabidas y comprendidas ciertas cosas que el lector no tiene obligación alguna de saber ni comprender. En ese caso, es nuestro deber velar por que esa brevedad vaya acompañada por rigor y capacidad de síntesis. En última instancia, sólo nos interesa la verdad (no su "enunciación" o su "posesión", si es que esto fuera posible). (...)

     Para dar una visión más completa de aquella que comenzamos con el Principio Femenino Primordial, abordaremos en esta ocasión el Principio Masculino Primordial (de nuevo repetimos: brevísimamente) como base para lo que aquí nos ocupa: dar algunas generalidades sobre la inversión de la actividad arquitectónica humana, introducir al lector en la teoría de las estructuras de campos de energía, y profundizar en algo relacionado con esto último que, a nuestro parecer, resulta de suma importancia en la construcción del mundo moderno: los obeliscos egipcios ubicados en puntos clave para el control territorial, político, y psicológico de la presente Humanidad.


EL PRINCIPIO MASCULINO PRIMORDIAL

     Ya hablamos brevemente sobre el Principio Femenino Primordial y su simbolismo, como entidad de la pareja primordial que el samkhya refiere como purusha y prakriti. También señalamos la relación de esta última con la "Tierra", relación que se complementará con la relación simbólica de purusha con el "Cielo". Purusha será el principio metafísico relacionado con el "cielo", con el "arriba", y con lo "inmutable". Geométricamente, este principio estará asociado al "punto", a la "esfera", al "disco". Dentro del simbolismo relacionado con la agricultura donde prakriti sería —como ya vimos— la "tierra húmeda", "matriz" y "recepctáculo", purusha sería el "Sol", o más exactamente, el "rayo de Sol", la "luz solar" que hace la germinación cósmica posible. Ese "Sol" simbólico estaría asociado a su vez al "toro" (la raíz germánica gott, "toro", sería el origen de la voz inglesa God), al "macho", y, en definitiva, al "varón", en una oposición complementaria con la "Luna" como símbolo de la receptividad de la "Tierra", de la prakriti, de la "mujer".

     Este "Sol" primordial se correspondería con el Tiempo (en el sentido absoluto; kâla,en sánscrito, kairos,en griego), como producto cosmológico del cual surgirían secundariamente las dos mediciones de dicho tiempo (los dos calendarios, el solar y el lunar), una basada en la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y otra basada en la reflexión de la luz solar en la superficie lunar. Este Tiempo absoluto (y su medición, en griego, kronos) estará representado por el círculo zodiacal, dividido en dos solsticios y dos equinoccios que conforman cuatro secciones circulares formadas por cuatro ángulos rectos. Esta esfera dividida en cuadrantes con una cruz inscrita, aparece en lo que comúnmente se designa (a nuestro parecer sin mucha exactitud) como "cruz celta". Todo este simbolismo asociado al "Sol primordial-tiempo" se deja ver en las innumerables estelas, discos solares y svásticas, presentes en todas las tradiciones de las que se tiene conocimiento.

     Además, todo ello siempre estará acompañando al dios-héroe-macho de cada una de las tradiciones y civilizaciones: Nimrod en Babilonia, Zoroastro para los iranios, Quetzalcóatl para los aztecas, Osiris para los egipcios, Mahavira para los jainas, Krishna para los indoarios, Gautama para los budistas, Orfeo, Mitra,Dionisos, Baco... posteriormente en las escuelas mistéricas mediterráneas, y, por supuesto, en el Jesús del cristianismo, "luz del mundo" según varias citas neotestamentarias. No vamos a enumerar las referencias simbólicas del "sol primordial" con cualquiera de estos dioses-héroes-macho porque resultan literalmente inagotables, además de obvias para cualquier persona mínimamente atenta. Por lo demás, todo esto se desviaría de la exposición del simbolismo que aquí nos interesa para el objeto del capítulo: El Principio Masculino Primordial, el purusha referido como "sol-centro-tiempo-macho".

     Ese "macho" se manifiesta en el espacio con el "eje vertical", con la "verticalidad", con la "coordenada y" de la representación bidimensional. Por lo tanto, los símbolos "masculinos" tendrán una verticalidad preponderante. Así, los símbolos centrales de estructuras de poder y organizaciones de control del pensamiento en las cuales la autoridad y el ministerio sean exclusivamente masculinos, el eje vertical prevalecerá sobre el horizontal. Como ejemplo mejor conocido de esto último se encontrará la Iglesia católica y su "cruz". Esta verticalidad simbólica apelando a lo masculino se manifestará en la "espada", la "lanza", la "antorcha"; y en representaciones arquitectónicas como el "menhir", la "torre", o el "obelisco". Esta representación arquitectónica como expresión simbólica es lo que interesa en este caso: la arquitectura —como cualquier actividad humana— puede ejercerse conociendo, usando, o ignorando los principios metafísicos. En este caso concreto, dependiendo de la relación que esta arquitectura tenga con el Principio Masculino Primordial ya expuesto, se diferenciará entre "arquitectura sagrada", "arquitectura mágica", y "arquitectura moderna". Resulta muy importante definir e identificar estos tres conceptos, y evitar siempre una peligrosa confusión entre ellos. Intentaremos arrojar alguna luz al respecto.


ARQUITECTURA SAGRADA, ARQUITECTURA MÁGICA,
ARQUITECTURA PROFANA

     Ante todo, destacar que estas tres actividades se diferencian rigurosamente, sin tener ningún punto común entre ellas, salvo que en las tres interviene el elemento arquitectónico (por lo demás, de modos distintos). Nunca se insistirá suficiente en esto, pues estamos hablando de tres dominios completamente diferentes. Dos de esos dominios son, por lo común, ignorados o malentendidos en la actualidad, hasta el punto de que cuando se habla de "arquitectura" se sobrentiende que se está hablando de la "arquitectura profana". Además, esta ignorancia es la que pretende abordar cualquier elemento arquitectónico de cualquier tradición y de cualquier época, a través de la perspectiva de la "arquitectura profana", la cual no es sino la concepción arquitectónica de la modernidad. Por ello, explicaremos estas tres actividades brevemente pero con detalle con respecto a sus diferencias, en un orden que —además de ser el propio al proceso de manifestación— también puede asociarse (si bien no estrictamente) a cierto flujo temporal histórico.


Arquitectura Sagrada

     Desde una perspectiva primordial, toda actividad humana se lleva a cabo conforme a unos principios metafísicos que suponen ser el centro de todo arte y ciencia (estando estos dos conceptos completamente unidos). Así, la actividad arquitectónica sería –con rigor– un medio de conocimiento de esos principios; y el elemento arquitectónico, un símbolo de conocimiento y un soporte de transmisión gnoseológica. Por supuesto, actualmente se ignora la naturaleza de esta arquitectura. No sólo eso: se osa interpretar los escasos vestigios de "arquitectura sagrada" al modo moderno, extrayendo unas conclusiones que serían cómicas si no fuera por sus tristes consecuencias. Por nuestra parte, no cometemos ese error y asumimos nuestra ignorancia: no se pueden interpretar los vestigios de este dominio, no sólo porque la arquitectura no era la misma cuando se llevaron a cabo esas obras, sino porque que el hombre tampoco era el mismo, e incluso el propio mundo no era el mismo.

     El hombre moderno –ignorando completamente estas materias– no sólo pretende "estudiar" algo sobre lo cual está incapacitado para comprender mínimamente, sino que lo convierte en su "patrimonio cultural", su "patrimonio nacional", o –peor aún– "patrimonio de la Humanidad" a través de instituciones como la UNESCO. Y la cosa no se queda ahí: los restos de esta "arquitectura sagrada" ya "patrimonizada", se llegan a convertir en un "reclamo turístico" para que masas de esclavos (llamados turistas) los fotografíen compulsivamente sin ninguna conciencia de lo que están haciendo y sus efectos. Quizá, por suerte, estos vestigios son escasos, y los académicos modernos jamás podrán ubicarlos con exactitud en su falaz tiempo histórico. De hecho, esta "arquitectura sagrada" se acostumbra a confundir (tanto espacial como temporalmente) con una "arquitectura mágica" ya propia del Kali-yuga, sumamente presente en el mundo moderno, que exponemos brevemente a continuación.


Arquitectura Mágica

     En primer lugar, es preciso definir qué es con propiedad la "magia", y qué significado deforme se le da actualmente a esta palabra. Una de esas deformaciones es atribuír a la "magia" un carácter extraordinario y maravilloso, hasta el punto que el adjetivo "mágico" usado por los mass media tiene exclusivamente este significado. Nada más lejos de la realidad: nada hay de extraordinario ni maravilloso en la "magia", sino más bien todo lo contrario. La "magia" es la aplicación del conocimiento tradicional para obtener un fin cualquiera, que puede ser interpretado como "benéfico" o "maléfico" por una subjetividad. En otras palabras: es una aplicación al servicio de un fin; por lo tanto se tratará de una actividad siempre de orden inferior, muchas de las veces de motivación ególatra, y en no pocas ocasiones con finalidades subversivas.

     Vemos entonces que la "magia" es más sinónimo de "vulgaridad" y de "degeneración" que de "maravilla", y es la propia actividad mágica la que da pie al proceso de decadencia ulterior de la actual Humanidad, lo que la tradición india designa como Kali-yuga. La "magia"–así entendida con rigor– existe como una inversión de la "iniciación": mientras el "iniciado" hace para conocer y realizarse a sí mismo, el "mago"conocepara hacer y manifestar algo exteriormente. Dado el carácter utilitarista, práctico, superficial e ignorante de la Civilización Occidental, la"magia" tendrá una importancia de primer orden, hasta el punto que en el desarrollo más postrero de la civilización, el mismo término "magia" será utilizado como slogan publicitario ("Déjate seducir por la magia de..."), medios de control mental de masas ("La magia del cine de Hollywood...") o nefastas organizaciones de manipulación y destrucción de la infancia ("La magia de Walt Disney..."). Se entenderá que nada de fantástico ni maravilloso hay en la magia; al contrario: sólo la cruda realidad de la loca ambición de algunos pocos hombres por controlarlo todo, incluídos a los propios seres humanos.

     En lo que respecta a la arquitectura, la "magia" se aplicará para modificar el campo energético de una región, un continente o toda la Tierra, y por lo tanto, para modificar también la percepción, los pensamientos y emociones de sus habitantes, generalmente con fines políticos. La "arquitectura mágic" modificará el espacio a capricho del "arquitecto mago"; será, por lo tanto, una inversión de la "arquitectura sagrada", hasta el punto de que se le puede llamar —con toda propiedad— "arquitectura sacrílega". Si hay lectores que sólo pueden permanecer incrédulos frente a estas materias, los invitamos a cuestionarse por qué son tan crédulos ante las interpretaciones oficiales de ciertas construcciones (tanto del mundo antiguo como del moderno) tan sumamente estúpidas que insultan cualquier forma de inteligencia.

     Según el academicismo moderno, el zigurat babilónico tiene precisas correspondencias astrológicas por una suerte decapricho (o –peor aún– superstición) arquitectónico (¿el arquitecto babilónico seaburría hasta tal punto que no tenía otra cosa que hacer que alinear la construcción con los movimientos celestes?); las grandes pirámides egipcias son megalómanas tumbas funerarias (¿tan cretinos pensamos que eran los faraones que creemos que exigían ser sepultados en moles de miles de toneladas y con una caprichosa forma piramidal); los obeliscos romanos son conmemoraciones de victorias bélicas y homenajes a importantes militares (¿qué maldita necesidad había de homenajear a generales a través de monolitos de incómoda extracción y aún más incómodo transporte?); la Torre Eiffel es un inservible amasijo de metal que, tras la Exposición Universal de 1889, los franceses decidieron dejar en pie como símbolo de la ciudad; la Estatua de la Libertad es un cariñoso regalito que los franceses dieron a los norteamericanos como monumento a la libertad; el London Eye es una moderna noria colocada con la entrada del milenio para que los turistas tengan una maravillosa vista de la ciudad de Londres... Por supuesto, estas absurdas versiones (y muchísimas más) son las que cimientan la percepción del mundo (como construcción arquitectónica) por parte del hombre moderno. Así, toda esta serie de sinsentidos se hace "creíble" por el mero hecho de ser lo que todo el mundo ha escuchado, aun siendo soberbias estupideces. ¿Cómo el hombrecito común puede llegar a creer en una versión de los hechos tan infantil? Pues precisamente a través de una serie de mecanismos de control sobre él, entre los que se encuentra la "arquitectura mágica". Profundizaremos en esta arquitectura en los apartados posteriores, pues el objeto de este capítulo se circunscribe a ella.

     Además, esta "arquitectura mágica" puede ejercer de base y estructura de la "arquitectura profana". Incluso puede llegar a solaparse, mezclarse u ocultarse en ella. ¿Qué "arquitectura profana" es ésa?.


Arquitectura Profana

     Respuesta a la pregunta anterior: pues la arquitectura que todos conocemos, la que los estudiantes de Arquitectura estudian, y la que las universidades modernas enseñan. Volcada exclusivamente en la utilidad y levantada según variables e inexactas teorías estéticas, la "arquitectura profana" o "moderna" construye la ciudad (polis) para la actividad del ciudadano (para fines "políticos"). Es la practicidad la que da sentido a la actividad arquitectónica moderna: el habitante necesita habitar, se construye una casa; el rey necesita gobernar, se construye un palacio; el juez necesita juzgar, se construye un juzgado; los parlamentarios necesitan parlar, se construye un parlamento; el enfermo necesita hospitalización, se construye un hospital; el funcionario necesita funcionar, se construye un ministerio; el preso necesita ser apresado, se construye una cárcel; los artistas necesitan mostrar, se construye un museo; la industria necesita fabricar, se construye una fábrica...

     Hasta tal punto llega este utilitarismo, que la vivienda (la casa) deviene una "máquina de habitar", tal y como enunció sin complejos el famoso arquitecto del siglo XX Le Corbusier. Viviendo entonces en "máquinas de habitar", el ser humano se convierte él mismo en una "máquina de vivir", hacinado en las ciudades modernas en una suerte de colmenas infrahumanas en forma de "bloques", de "apartamentos", de "pisos". Esta "arquitectura profana" es la que se estudia en las modernas facultades de Arquitectura, es la que fotografían hordas de turistas urbanos, es la responsable de maravillas como Los Angeles, Londres, Méjico DF,Sao Paulo, Caracas, Tokio, Dubai, Pekín, Las Vegas, París, Madrid, Tel-Aviv,Moscú, Nueva Delhi, Johannesburgo... y demás paraísos terrenales de asfalto y metal. Todos sabemos de la grandiosidad de este tipo de arquitectura, y que el Establishment se vanagloria de ella con premios, exposiciones y galardones que él mismo se otorga. Lo que no todos saben es que muchas de estas ciudades modernas tienen como estructura, claros modelos en base a la "arquitectura mágica" la cual ya ha sido definida con rigor.


Modificación Estructural de los Campos de Energía:
La Construcción del Mundo Moderno

     Todo acto modifica el campo vibracional a un nivel que puede resultar sensible o sutil. No existe nada de fantástico en esto último, tal y como puede ver el lector si se plantea por qué pintó su dormitorio de un color y no de otro. Es evidente que toda creación –por pequeña que sea– modifica la percepción del campo. Por poner un ejemplo que ilustre esto: el lector podrá entender este escrito si lo lee en un entorno silencioso o escuchando una música suave; pero jamás conseguirá leerlo si lo intenta en medio de un show de música heavy metal. A un nivel mayor y más potente, la "arquitectura mágica" puede modificar campos energéticos de la Tierra, modificando también la vida de los seres que allí viven. Tampoco hay nada de extraño en esto último. Pero si esta capacidad está en manos de minorías que quieren perpetuar y aumentar su poder (como de hecho ocurre), ese conocimiento será "velado" con códigos, ambigüedades y parafernalias que el ignorante calificará de "esotérico" (una de las palabras peor usadas y más abusadas de la actualidad). Insistir en este punto resulta importante para quitar un halo de misterio a realidades que son bien simples: lo que ciertos autores (muchos de ellos, por nuestra parte, respetados) designan como "arquitectura sagrada", es la menos sacra de las arquitecturas, una arquitectura malintencionada para el control, una arquitectura al servicio de la perpetuación del poderoso, en definitiva –en el más bajo de los sentidos–, una "arquitectura mágica".

     Estructuras en base a esta "arquitectura mágica" se encuentran en los centros más importantes de los diferentes grupos de poder político a lo largo de la Historia: Roma, Jerusalén, París, Florencia, Ámsterdam,Londres, Washington... Resulta interesante hacer un seguimiento histórico de estas ciudades tan evidentemente estructuradas bajo fórmulas mágicas. Por un lado, nos indican el desplazamiento físico de los diferentes centros de poder que han gobernado y gobiernan a los hombres. Por otro, nos muestran el flujo de transmisión de estos conocimientos, llevado a cabo por estructuras de poder encubiertas en órdenes de caballería, órdenes religiosas, grupos militares, gremios, sociedades clandestinas y logias masónicas, al servicio siempre de unos mismos linajes correspondientes a lo que ellos mismos se hacen llamar "aristocracia", "nobleza", "élite".

     Esta transmisión de conocimientos se oculta en una enmarañada red de conexiones, rivalidades, pugnas, contiendas, Imperios, reinos y Estados que dan una apariencia compleja a una estructura sumamente simple: la construcción del mundo moderno por y para unos pocos. La Historia misma (tal y como se ha escrito académicamente, y tal y como se impone en las escuelas a través de los sistemas educativos) ejerce de velo que impide ver la más pasmosa obviedad: el mundo moderno ha sido construído (no sólo metafóricamente, sino literal, física y arquitectónicamente) por unos escasísimos linajes cruzados que han ido emigrando, mezclándose y adaptándose a las circunstancias de cada época.

     No vamos a profundizar aquí en esa transmisión del plan de construcción del mundo moderno, pues nos extenderíamos en exceso, y nos apartaría del tema central de este capítulo. Intentaremos exponer un resumen brevísimo de la aburrida historia de falsas rivalidades entre secciones, familias, clanes, linajes y dinastías, todos ellos instrumentos de perpetuación de un mismo Establishment y perpetración de un mismo proyecto: Europa (y después el mundo entero) como vertedero energético de la actividad secular de una fuerza infrahumana. Además, insistimos en que los detalles llamados "históricos" son siempre secundarios; basta con señalar —para poner un comienzo indiscutiblemente relacionado con la Civilización Occidental— que las élites de la Romaimperial construyeron muchos de sus edificios a través de la Orden de los Arquitectos Dionisianos, los cuales también construyeron Constantinopla como centro imperial oriental. Con la decadencia romana, las élites se desplazaron y se mezclaron con lombardos y otros, encontrándose en Venecia y Florenciaimportantes focos de descendientes dionisianos. También se encontrarán los mismos linajes y las mismas familias arquitectas (si bien con otro nombre) en los clanes de los francos sicambros, los visigodos, otros emigrantes de origen ario, y, sobre todo, en los merovingios.

     Todos estos linajes (todos de un mismo origen) darán pie a lo largo de los siglos a la nobleza europea que, a nuestro parecer, se reducen a unos pocos nombres diferenciados sólo a partir del siglo XI y de los cuales surgirán todas las casas Reales europeas: Hesse-Cassal, Orange, Nassau, Saxe-Coburg, Battenberg,Schleswig-Holstein, Hanover, Plantagenet. En el siglo XI, para preservación de esa pureza de sangre y bajo pretexto de una protección de Tierra Santa surgen tres brazos militares estrechamente relacionados con los gremios arquitectos: los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, losCaballerosTeutónicos, y los Caballeros Templarios. Estos últimos estarán relacionadísimos con la llamada Orden de Sión (después, Priorato de Sión), y ambos serán los responsables de las construcciones de las catedrales europeas hasta mitad del siglo XIII. Tras aburridas y repetitivas disputas de poder, la Orden del Temple llega a tal poderío y riqueza que comienza a ser perseguida por sus aparentesrivales (otras órdenes, otros reyes, envidiosos Papas de turno...).

     A principios delsiglo XIII, los Templarios comienzan a disolverse: unos cambian de nombre y orden,y otros encuentran refugio en Escocia,donde se mezclarán con los linajes deBruce, Sinclair, Stuart... y crearán nuevas órdenes, como la Orden de la Jarretera,también vinculada al gremio mampostero y arquitectónico. En Francia, los Templariosse esconden en órdenes como la Orden de la Estrella, la Orden del Cirio Dorado o la Orden de San Miguel. Esta situación del siglo XIII da pie en política a lainstauración del Sacro Imperio Romano, donde se manifiesta un linaje clave enesta triste historia: los Habsburgo. Posteriormente, ya en el siglo XIV, la ramaflorentina veneciana de toda esta locura (parte de ella sería la familia Medici) dapie al llamado "Renacimiento", que tiene como consecuencia una suerte demasturbación arquitectónica vaticana. Mientras tanto, en toda Europa se vanextendiendo y subdividiendo las órdenes escocesas-británicas por un lado, lasfrancesas por otro, y las teutónicas por otro... todas peleándose entre sí, pero aúnalrededor de una Romapapal. Así, ya en el siglo XVI, los múltiples grupos de poder van fraguando una división oficial cristiana necesaria para llevar un plan que ya por entonces se tiene constancia registrada que llamaban "La Gran Obra de Todas las Eras".

     Tres personajes claves en este paso serán Johann Valentin Andreæ,Robert Fludd y Francis Bacon, los tres Grandes Maestros del residuo de lo que fue el Priorato de Sión, por entonces renombrado como la Orden de la VerdaderaCruz Roja. Sirviéndose de las marionetas de Martín Lutero, Juan Calvino y Enrique VIII, se vuelve a hacer de Europa un repugnante baño de sangre por luchas de poder encubiertas en absurdas diferencias religiosas. Mientras el pueblo sangra, estas órdenes siguen aumentando en número e influencia, siguen con sus construcciones "sacras", y siguen luchando entre ellas para acaparar poder. Así, en el siglo XVIII, todas las logias británicas (hijastras de las ramas escocesas ya señaladas) se agrupan alrededor de una Gran Logia de Inglaterra; y en Francia, los grupos de poder se agruparán alrededor de la logia del GranOriente. Esta última estará detrás de otro gran baño de sangre, La Revolución Francesa, que dará pie a más guerras, más luchas, más Imperios y másconstrucciones civiles de dudosa finalidad. Así, tras las llamadas guerras napoleónicas escenificadas y financiadas por esos grupos de poder, se consigue una centralización del sistema bancario a través del Banco de Inglaterra, punto clave para la expansión colonial de los diferentes Imperios europeos a lo largo de todo el mundo. Así, la Europa del siglo XIX culmina los cimientos estructurales de lo que iba a ser el mundo moderno: devasta las expresiones tradicionales orientales aún vivas, saquea todo lo que encuentra de valor, roba elementos arquitectónicos que volverá a usar para sus enfermizos fines, y construye las ciudades que más tarde serán las monstruosas metrópolis.

     Mientras tanto, enEuropa los grupos de poder se extienden y reivindican explícitamente un "programa de Satán" (Weishaupt), una "doctrina luciferina" (Albert Pike), una "dictadura de los justos" (Karl Marx), un "nuevo orden" (Giuseppe Mazzini), y se va preparando a las masas para lo que estaba por venir a través de sangrientas revoluciones y crispación política de todo sesgo. Lo que estaba por venir era otro baño de sangre aún mayor: el siglo XX. Revoluciones socialistas, guerras mundiales, dictaduras de todo tipo, bombardeos masivos, guerras civiles... un océano de sangre destruye Europacompletamente para que después sea reconstruída sobre un campo energético viciado en donde sus habitantes subvivan en el miedo, la culpa, el trauma y la vergüenza. En esa frecuencia vibracional se construye al fin un Estado moderno de Israel en Palestina, obsesión geográfica central de los grupos originales de toda esta transmisión y todos sus innumerables retoños. Así, durante la segunda mitad del siglo XX, principalmente la "arquitectura profana" (pues la "mágica" ya había hecho su trabajo) fue construyendo, ampliando y reestructurando en su ignorancia y arrogancia, lasdiferentes ciudades importantes para la culminación de la "Gran Obra": Moscú, Ámsterdam, Los Ángeles, Roma, Seúl, Barcelona, Atlanta, Atenas, Sydney, Pekín... colocando la guinda en 2012, en uno de los centros clave de laconstrucción del mundo moderno: Londres.

     Pero no nos interesa profundizar aquí en detalles históricos. Este brevísimo resumen basta para comprender una cuestión importante: lo que los académicos modernos llaman comúnmente la "Historia de la Humanidad" camina de la mano de otra historia: la construcción arquitectónica al servicio de la manipulación energética con fines políticos. En otras palabras: la construcción del mundo moderno se corresponde con la construcción material, palpable, sensible, arquitectónica de las ciudades, los monumentos y los edificios, tal y como los vemos en el día a día. Sabiendo esto, no vamos a detenernos entonces en más datos que no corresponden a este escrito. Habiendo expuesto brevemente el simbolismo del Principio Masculino Primordial y habiendo introducido al lector a la existencia de una "arquitectura mágica", a continuación se desarrolla el tema central que aquí ocupa: los obeliscos egipcios repartidos estratégicamente por todo el mundo.


LOS SIETE OBELISCOS MAYORES

     Lo que comúnmente se llama un obelisco egipcio es en su voz original un tehen (o tejen), un monolito de cuerpo tronco cónico con una punta piramidalrecubierta de oro. Existen obeliscos que se estima que tienen cerca de 4.000 añosde antigüedad pertenecientes a la dinastía XII (si no antes), y existen otros quesólo se pueden datar de unas pocas décadas después de Cristo. Todos ellos (esdecir, una serie de obeliscos datados en un intervalo de 2.000 años) se extrajeronde la legendaria cantera de granito de Asuán (y este dato es importante porqueexistían otras canteras de granito en Egipto, pero los obeliscos procedenprecisamente de ésta). Estos obeliscos (o tehen) se colocaban en espacioscercanos a templos dedicados a Ra,deidad solar, y de hecho muchos de ellos seelevaban originalmente en Heliópolis (la Ciudad del Sol). El tehen es, por tanto, unsímbolo solar, o más concretamente "un rayo solar", manifestación del Sol,nombrado como Ra. Este Ra-Sol no sería un simple "dios" al modo idólatra que elestudioso moderno acostumbra a interpretar, ni tampoco un "astro" como objetode estudio de un astrónomo. Desde la perspectiva académica, el obelisco esinterpretado muchas veces como un "símbolo fálico", en una torpe confusiónentre el contenido simbolizado y la forma simbólica(confusión muy típica en losuniversitarios). Recordemos que para los modernos, el símbolo no pasa de seruna mera "alusión", y eso en el mejor de los casos. Sin embargo, ni para losegipcios antiguos (legítimos propietarios de estos obeliscos), ni para sususurpadores europeos (romanos, católicos, franceses, ingleses...), el obeliscosería una alusión, ni una conmemoración, ni mucho menos una decoración.Incluso los historiadores y arqueólogos modernos señalan y escriben en sus textosque "los obeliscos egipcios tenían la función de proteger mágicamente untemplo". ¿Podrían tener hoy en día alguna función que no fuera ésa?.

     Actualmente se tiene constancia de 27 obeliscos de comprobado origen egipcio de Asuán. De esos 27, sólo 6 se encontrarían en la tierra que hoy corresponde a Egipto; 21 obeliscos andan repartidos por el ancho mundo, y 13 de ellos se encontrarían tan sólo en Roma. Imaginemos las dificultades para transportar moles monolíticas de más de 180 toneladas desde Egiptohasta la región de Latium. Se construían barcos especiales para llevar a cabo ese transporte, se usaban varias decenas de caballos para erigir la piedra en su nueva ubicación, y un buen puñado de hombres moría en cada uno de estos proyectos monumentales. ¿Por qué el poder romano se tomaba esta gran molestia de transportar esos obeliscos para levantarlos en sus ciudades?. ¿No sería más cómodo construír sus propios monolitos romanos, como de hecho en otras ocasiones también hicieron?. ¿Qué motivo tenían para llevar a cabo esos transportes que –incluso hoy en día– serían un trabajo colosal, una verdadera locura logística? Ignorando la respuesta a esta última pregunta, al menos se puede sospechar con fundamento que tenían un buen motivo... Ese motivo no puede ser la mera afición megalómana del César de turno (tal y como sostienen algunos historiadores), ni la conmemoración de victorias militares (por muy gloriosas que ellas fueran), ni una pasión por el arte egipcio antiguo (al modo que la sienten hoy los fetichistas egiptólogos modernos). ¿De dónde viene esa obsesión romana por los obeliscos egipcios?: ¿Se trata de una obsesión un tanto absurda o realmente los romanos sabían lo que hacían, y somos nosotros los que ignoramos todo sobre estas materias?.

     No sólo eso: de ser una obsesión, se trataría de una obsesión contagiosa. Si la Roma imperialse interesó por los monolitos egipcios, la Roma vaticanatambién. También lo hicieron la Florenciarenacentista, la Francianapoleónica, la Inglaterravictoriana, los Gobiernos federalesestadounidenses, el moderno estado de Israel... La obsesión por los obeliscos egipcios parece afectar a todo Occidente, pues todos los grupos de poder se han preocupado por tener un tehen(o una réplica moderna) en cada uno de sus centros. Por supuesto, es algo más que una obsesión: ¡Hay un obelisco egipcio en Nueva York, en las antípodas de su ubicación original! Sin embargo, la infantil versión histórica de todo esto es: "Sí, a los europeos les gustan los obeliscos egipcios, y les gusta plantarlos cerca de su casa por capricho y por amor al arte". Ya va siendo hora de dejar de respetar la versión académica por el hecho de ser académica, y aun siendo estúpida e insultante, como es en este caso.

     El mundo moderno —tal y como hoy en día lo vivimos— es una red energética modificada con el propósito de que este mundo sea este mismo y no otro. Esta modificación se apoya en el desequilibrio de los polos, para posteriormente imponer un orden particular, un orden infra-humano, su orden. Una de las manifestaciones de ese desequilibrio sería el patriarcado extremo tan bien conocido en nuestro mundo, piedra angular del poder político, distorsión enfermiza del Principio Masculino Primordial antes explicado. Esta modificación desequilibrada volcada hacia el exceso de manifestación masculina se lleva a cabo a través de varios medios, y uno de ellos, la "arquitectura mágica". Como elemento arquitectónico de esa magia estaría el obelisco, más particularmente el tehen egipcio, monolitos extraídos de la cantera de Asuán, principalmente erguidos en la Ciudad del Sol (Heliópolis), dedicados a la deidad solar-egipcia Ra (imagen después reivindicada por la masonería moderna y otros grupúsculos modernos). Estos elementos conforman una red energética particular en donde se pueden identificar los diferentes centros políticos de un mismo proyecto: la
construcción del mundo moderno.

     Por lo tanto, esta red energética, alterada y desequilibrada deliberadamente, sirve de base estructural para la construcción del mundo (tal y como el lector lo puede ver si mira desde su ventana), el cual no es otro que el Novus OrdoSeclorum del proyecto europeo, la "Gran Obra de Todas las Eras" masónica; en definitiva, la fuerza infrahumana actuando. Parte de esa base estructural energética son los obeliscos egipcios repartidos por todo el mundo, y las enormes réplicas imitativas que los modernos van a construír en sus ciudades. Ya que sería imposible abordar la complejidad de esta estructura de obeliscos, aquí nos vamos a centrar en siete de ellos, que llamaremos "los siete obeliscos mayores", no tanto por su tamaño sino por su importancia en dicha red, y por indicarnos los diferentes centros de poder desde donde este mundo se ha construído como "obra" para ser culminado en el futuro más inmediato.


Roma (Plaza de San Pedro del Vaticano)

     Un monolito de 23 metros y 331 toneladas se puede ver en el centro de la plaza del Vaticano, centro a su vez de la Iglesia católica y del poder papal. A diferencia de los otros 6 obeliscos, se ignora a qué faraón y a qué época le pertenece este obelisco. Se sabe con certeza que hace 2.000 años se encontraba en Alejandría, y que Calígulaordenó transportarlo a Romaen 37 d.C., llevando a cabo un épico transporte de 8.600 kms. En Romaestuvo primeramente en el centro del circo de Nerón, al pie del monte dedicado al Sol. Bastante después, en 1586, el Papa Sixto Vdecidió colocarlo como centro de la plaza de la Basílica de San Pedro del Vaticano, y para "cristianizarlo" retiró el remate dorado del piramidón y colocó una cruz. Sin embargo, en el siglo XIX las autoridades vaticanas no dudaron en colocar a sus pies cuatro leones al más puro estilo egipcio, como animal solar por excelencia. Este tehen carece de inscripciones ni grabaciones jeroglíficas, lo que lo hace aún más misterioso. Actualmente se erige como un elemento más del conjunto arquitectónico más inconscientemente fotografiado por atolondrados turistas de todo el mundo.


Estambul (Plaza de los Caballos)

     El obelisco Dikilitas debió ser uno de los mayores del Egiptoantiguo, y por sus inscripciones, se sabe que fue Tutmosis III quien lo erigió en Karnakhace aproximadamente 3.500 años. Parece ser que fue el propio Constantino el que lo ordenó sacar de Karnakpara ubicarlo en el famoso hipódromo de Constantinopla,construído en el año 203 d.C. Sin embargo, tras permanecer tirado en Alejandríapor unos cuantos años, fue Julianoquien construyó un barco especial para transportarlo, y su erección en Constantinopla se llevó a cabo en el año 390, justo antes del cisma imperial. Tiene 25,6 metros de altura y 193 toneladas, aunque debió de ser aún mayor originalmente, ya que parece que se partió en algún momento de su ajetreado transporte de más de 9.000 kms. Desde entonces, el obelisco egipcio de Estambulha presenciado la caída de todos los gobiernos que por esa tierra han pasado, y presenciará el papel final que desempeñará el estado de Turquía en este mundo moderno.


Florencia (Jardines del Palacio Pitti)

     Otro centro importante de esa construcción del mundo moderno es Florencia,donde estuvo el trono de Toscana y donde se ubicaron ciertos linajes clave de esta historia. Un obelisco egipcio se encuentra actualmente en los jardines de Boboli en el Palacio Pitti.Este tehen estuvo erguido hace 3.300 años en el templo de Ra en Heliópolis,situado a más de 8.000 kms. de su ubicación actual. ¿Quién hizo esto posible? De nuevo, fueron los romanos quienes se interesaron por transportarlo a Roma donde se ubicó por siglos. Parece ser que este tehen de poco más de 4 metros está estrechamente relacionado con la familia Medici,y durante la mudanza de este linaje a Florencia, optaron por llevarse este incómodo recuerdo de la Villa Medici romana. Su ubicación actual data del siglo XVIII, y los turistas del siglo XX pueden hacer fotos de él después de almorzar en el más cercano restaurante McDonalds.



París (Plaza de la Concordia)

     También Ramsés II(el faraón que mandó erigir el obelisco que después sería de los Medici) fue quien levantó en Tebasun tehen de más de 22 metros y 227 toneladas hace aproximadamente 3.300 años. Este obelisco se encuentra actualmente en otro centro clave del mundo moderno: París, a más de 7.000 kilómetros de su ubicación original. Existen una serie de incontables leyendas que sirven de base histórica para el traslado de este monolito. Una de ellas, es la famosa frase que Josefina le dijo a Napoleón cuando éste marchó a la conquista de Egipto: "Si pasas por Tebas, tráeme unobelisco”. También existe otra tonta historieta que cuenta que fue Luis XVIII quien cambió al monarca egipcio el monolito por un reloj que ni siquiera funcionaba…

     De nuevo, nos encontramos que las líneas oficiales de la Historia nos tratan como si fuéramos niños estúpidos; de nuevo, resulta obvio que las motivaciones de ubicar un obelisco egipcio en una ciudad moderna, son otras. Se sabe que el transporte de este monolito requirió la construcción de un barco especial, que el proyecto costó 300.000 francos de la época, que el transporte completo llevó cinco años y siete meses de trabajo, que en el levantamiento del monolito participaron más de 300 hombres y los más prestigiosos ingenieros del momento. También se sabe que la negociación del trato con el monarca egipcio la cerró el barón Taylor, un registrado alto iniciado masónico. También se sabe que la Plaza de la Concordia es el cruce de los ejes de París, que en el pasado fue un importante centro de culto de diversas deidades antiguas, y que el área está actualmente repleta de simbolismo francmasónico. El Estado francés jamás devolverá el monolito a la ciudad de Luxor, quizás alegando que el transporte resultaría demasiado costoso... al menos, tan costoso como lo fue el traslado inverso motivado por el capricho de Josefina o el trueque de un monarca aficionado a la relojería. París (y su obelisco) es un importante centro en este mundo moderno decadente, monstruoso y secularizado; y, mientras tanto, podemos seguir creyéndonos todo lo que nos digan.


Londres (Embarcadero Victoria)

     Tutmosis III hizo construír una pareja de obeliscos allá por el 1470 a.C. para protección del templo de Heliópolis (Ciudaddel Sol). Posteriormente, Cleopatra hizo trasladarlos a su palacio en Alejandría; por eso estos obeliscos se conocen popularmente como "las agujas de Cleopatra". Una de estas "agujas" de granito rosa, de casi 21 metros de altura y 180 toneladas de peso, está erguida actualmente en la ribera del Támesis en pleno centro de Londres. ¿Qué hace allí? Parece que el interés de los británicos por este monolito se comenzó a manifestar cuando los franceses fueron derrotados en Alejandría en 1801. Fuera como fuese, oficialmente la reina Victoria lo ganó como regalo en 1878. Para transportarlo, se construyó un barcoespecial, el "Cleopatra", y en la larga travesía murieron 6 hombres cuando elbarco quedó a la deriva en medio de una tempestad en el golfo de Vizcaya.

     Llegó a Londres el 11 de Septiembre de 1879, y tras desestimar la opción de ubicarlo frente a la abadía de Westminster, se ubicó en el embarcadero Victoria, relativamente cerca de la "milla cuadrada", la "ciudad de Londres", "the City", donde ya por entonces el sistema bancario europeo se centralizó totalmente a través de las maniobras financieras de la dinastía Rothschild. En Septiembre de 1881 se le añadieron al pie del obelisco dos esfinges en bronce, copias de dos originales egipcias que se encuentran en el castillo de Alnwick, importante bastión de la nobleza británica y almacén del expolio y saqueo imperial en Egipto. La estructura de Londres es el típico ejemplo de "arquitectura mágica" en donde se basa un posterior desarrollo de una "arquitectura profana o moderna" a través de la cual se culmina la construcción del mundo moderno. Así, a lo largo del siglo XX, Londres acogerá exposiciones universales, conferencias internacionales, olimpiadas... culminando su obra ya en el siglo XXI, con la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Londres es uno de los centros más importantes (si no el más importante) de esta orilla del Atlántico Norte. ¿Cuál será el centro importante de la orilla americana? El obelisco gemelo de la "aguja de Cleopatra" londinense se encuentra erguido actualmente en la ciudad de Nueva York.


Nueva York (Central Park)

     El otro obelisco que Tutmosis III construyó para proteger el templo de Ra en Heliópolis se puede encontrar en el Central Park neoyorquino, muy cerca del Museo Metropolitano. Oficialmente, en 1869 el gobierno de Estados Unidos lo adquirió como regalo de agradecimiento por la construcción del Canal de Suez (no vamos a comentar nada aquí sobre esta versión del regalito...). En cualquier caso, la marina estadounidense se hizo cargo del transporte, y en Julio de 1880 arribó a Nueva York. El aparatoso transporte por las calles de la ciudad terminó en Enero de 1881 cuando se erigió en CentralParksobre un pedestal con una inscripción que comienza así: "Este obelisco fue erigido primero en Heliópolis, Egipto, en 1600 a.C.". En la ceremonia de erección del tehen, el Gobierno federal colocó en el pedestal medallas y condecoraciones del ejército estadounidense.

     Este ejemplo neoyorquino ilustra cómo los obeliscos (ya no necesariamente egipcios, sino también sus réplicas modernas) suelen ejercer de monumento conmemorativo de gestas bélicas, batallas, héroes de guerra... Así es a un nivel oficial. Sin embargo, la inmensa red de obeliscos (monolíticos y no monolíticos, antiguos y modernos) configura parte de la red energética donde el poder político del Nuevo Orden Mundial se establece en sus ciudades capitales. En el caso del continente americano, esto resulta especialmente obvio. Los grupos de poder europeos que fundaron las ciudades americanas (que posteriormente se convertirían en grandes metrópolis modernas) plantaron sus obeliscos en las diferentes plazas: Sao Paulo, Buenos Aires, Montevideo, Maracaibo, Ciudad deMéjico, Caracas, Bogotá, Río de Janeiro, Ciudad de Panamá, Belo Horizonte,Phoenix, Atlanta… y, por supuesto, Washington DC, centro del poder imperial militar del Gobierno federal estadounidense, donde se encuentra el mayor obelisco no monolítico con una altura de más de 170 metros.


Cesarea (puerto restaurado)

     Para concluír esta lista de centros de poder apuntalados con obeliscos egipcios, hay que señalar un caso curioso, excepcional y nuevo: el Estado de Israel. ¿Cómo no iba a tener un obelisco egipcio el moderno Estado de Israel? Pues bien; en realidad, no lo tenía (al menos, en pie) hasta que el Estado de Israel restauró el que estaba erguido en Cesarea, en uno de esos extraños proyectos arqueológico-turísticos tan propios de la modernidad. Una vez más, nada es casual: Cesarea fue un centro importantísimo de la historia que a través de estos obeliscos hemos ido trazando. Fue la capital de la provincia romana de Judeaen tiempos evangélicos. Allí estaba el trono de Herodes elGrande, rey de Judea y personaje evangélico popularmente conocido por la matanza de niños. No vamos a ser nosotros quienes cuestionen la veracidad histórica de este (o cualquier) pasaje bíblico. Sólo diremos que Herodes (como otros muchos reyes hicieron y hacen) pudo sacrificar niños por otros motivos menos adaptables al relato evangélico. En cualquier caso, Cesarea se convirtió en un importante centro político y comercial. Además, allí parece que predicaron Pedro y Pablo, y allí parece que estuvo una de las mayores bibliotecas eclesiásticas con más de 30.000 volúmenes. Un obelisco egipcio de 10 metros presidía el puerto de Cesarea. En algún momento del siglo III d.C. el obelisco se cayó y se partió. Sólo mucho después, unos 1.700 años más tarde, el moderno Estado de Israel lleva a cabo una costosa (y en apariencia, absurda) restauración del obelisco, y lo vuelve a erigir con la llegada del siglo XXI, en 2001. Cesarea—a poco más de 40 kms. de la moderna Tel-Aviv— es hoy uno de esos lugares de interés arquitectónico-turístico, comercializado por "tour operadores", infestado de turistas europeos, repleto de estudiosos universitarios, y apropiado patrimonialmente por instituciones privadas, por la UNESCO y por el Estado de Israel.

     Junto con el negocio bélico, una de las actividades más lucrativas del Estado de Israel es el turismo, comercializado como "turismo cultural" o –peor aún– "turismo religioso". Este término, "turismo religioso", ilustraría a la perfección lo que se puede calificar sin miedo a exagerar como la necedad de nuestro tiempo. De la misma manera que se oferta un "turismo religioso", existe la oferta de un "turismo sexual", y ambos entrarían con rigor en un mismo tipo de actividad; es decir, "hacer turismo".

     No estamos ironizando aquí con la importancia del turismo en la construcción del mundo moderno; al contrario: una de las últimas máscaras de la barbarie moderna es el turismo, colofón triunfal de la secularización del espacio al servicio del Nuevo Orden Mundial. El nuevo hombre, el esclavo moderno, el ciudadano global, es mantenido con vida para que trabaje, compre y asista a los medios de control mental. Al más privilegiado de esos esclavos se le da como premio la posibilidad del turismo: colaborar con el monopolio de las aerolíneas, gastar su dinerucho en servicios innecesarios, y fotografiar –como un imbécil– los monumentos a su propia ignorancia.–




Nicholas Goodrick-Clarke - Serrano y el Hitlerismo Esotérico

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     El libro "Black Sun. Aryan Cults, Esoteric Nazism and the Politics of Identity" (2002) del historiador británico Nicholas Goodrick-Clarke (1953-2012) contiene en su capítulo 9, que presentamos ahora en castellano, el estudio que dicho autor dedicó al célebre escritor chileno Miguel Serrano (1917-2009). Revisa aquí Goodrick-Clarke, junto con los elementos biográficos necesarios para comprender la visión de mundo planteada por Serrano, los principales temas y sub-temas que éste propuso en sus escritos. Hay que señalar que, a pesar del esfuerzo de Goodrick-Clarke por permanecer estrictamente objetivo en estos temas, no deja de revelar a través de indicios su pertenencia a la sometida mentalidad "políticamente correcta", cosa nada extraña entre los ingleses, creadores de toda una malévola propaganda anti-alemana de guerra, y por ello hemos obviado un par de párrafos tendenciosos e incomprobados. Con todo, da una buena visión de conjunto de las circunstancias e ideas de Serrano, procurando deslindar la genealogía, parentescos y deudas de su pensamiento con otros autores, y su influjo sobre las nuevas circunstancias, más aún si no se sabe mucho del universo intelectual de Serrano, de tal manera que seguidores y detractores de éste pueden encontrar datos que les sirvan. Todas las notas, salvo cuatro del traductor, van al final para allanar la fluidez de la lectura.


Miguel Serrano
y el Hitlerismo Esotérico
por Nicholas Goodrick-Clarke



     Un nuevo culto de Hitler con extraordinaria fuerza mitológica fue articulado por el diplomático, explorador y poeta chileno Miguel Serrano a partir de fines de los años '70 en adelante. Estimulada por los "misterios nazis", la mitología neo-nacionalsocialista de Serrano remonta sus raíces a su entusiasmo durante la guerra por Hitler, el anti-judaísmo y la iniciación en una orden esotérica chilena, junto con la práctica de la meditación, el yoga y el tantrismo. Su doctrina gnóstica describe el origen celestial de los arios, los portadores de la luz divina, y una conspiración global contra ellos por parte de un malvado demiurgo, el regente de nuestro planeta y de toda la innoble materia. La inspiración hindú-nórdica de Serrano es evidente en su asimilación del hogar polar de los arios, la terminología sánscrita y el yoga, junto con runas y mitos germánicos. El culto de Serrano está especialmente en deuda con la teoría jungiana de los arquetipos, y, al igual que Savitri Devi, él identifica a Hitler como una encarnación (avatara).

     Lejos de ser un fenómeno excéntrico, el nacionalsocialismo místico de Miguel Serrano es un ejemplo principal de la exitosa migración de la mitología thuleana a Sudamérica en el período de posguerra. Cuando Mussolini y Franco estaban en el poder, los partidos y los movimientos en Iberoamérica combinaron el populismo nativo con modelos fascistas, como en los regímenes de Juan Domingo Perón en Argentina y Getulio Vargas en Brasil. Pero aunque Chile y Argentina tuvieran minorías importantes de descendientes de alemanes, las organizaciones nacionalsocialistas de antes de la guerra en estos países eran relativamente pequeñas. Llegando en grandes cantidades después de 1945, los nacionalsocialistas fugitivos buscaron un nuevo mito de identidad völkisch relativo al establecimiento alemán en Iberoamérica. Según el mito de Serrano, el escape de los nacionalsocialistas repitió los viajes prehistóricos de descubrimiento hechos por antepasados arios. Los nacionalsocialistas sin hogar podían por lo tanto presentarse como herederos de una población aria original en Chile y Argentina. Las organizaciones de los nacionalsocialistas fugitivos encontraron apoyo entre las élites nativas, los hombres de negocios y los admiradores de Hitler y Mussolini. Dadas las tradicionales actitudes racistas hacia las poblaciones indias y de razas mezcladas, los chilenos y los argentinos de ascendencia europea también fueron atraídos hacia los mitos de origen nórdico. La composición multi-racial de Iberoamérica interactuó así con el racismo nacionalsocialista anti-judío para elaborar un nuevo mito thuleano del establecimiento ario en el Hemisferio Sur [1].

     Miguel Joaquín Diego del Carmen Serrano Fernández nació en Santiago el 10 de Septiembre de 1917. Por el lado materno él es un descendiente de las condesas de Sierra Bella, cuyas extensas propiedades están en Santiago alrededor de Las Condes. La familia de Serrano era notoria por talentosos poetas, idealistas políticos y diplomáticos. Su madre, Berta Fernández Fernández, murió cuando él tenía cinco años; tres años más tarde él perdió a su padre, Diego Serrano Manterola. Miguel fue criado, junto con dos hermanos más jóvenes y una hermana, por su abuela paterna, Fresia Manterola de Serrano, en una casa de Santiago y en una romántica casa de campo del siglo XVII en los faldeos de los Andes en el valle Claro. Desde 1929 hasta 1934 Miguel Serrano fue educado en Internado Nacional Barros Arana. Esta escuela era notoria por su adhesión a lo germano a partir de la afluencia de instructores del Ejército y educadores prusianos a Chile después del apoyo de Bismarck a dicho país en la Gran Guerra del Pacífico (1879-1882) contra Perú y Bolivia. Serrano atribuye su admiración hacia todas las cosas alemanas a esta educación. Él también remonta sus ojos azules y su cabello claro a través de una línea de sangre aria hasta las razas vasca y cromañón de la España del Norte [2].

     En la escuela, Serrano y sus amigos formaron círculos literarios, al principio inocentes de la política. Sin embargo, a fines de los años '30, un tiempo de polarización política en Chile, su amigo íntimo, el poeta en ciernes Héctor Barreto, se unió a los socialistas por compasión hacia los pobres, pero éste resultó muerto a la edad de dieciocho años en una reyerta con derechistas nacionalsocialistas chilenos uniformados (nacistas). Serrano reaccionó a esta tragedia albergando simpatías marxistas, y comenzó a escribir para los diarios izquierdistas Sobre la Marcha, La Hora y Frente Popular. Su tío diplomático y poeta Vicente Huidobro animó fuertemente a Serrano a unirse a los Republicanos en la guerra civil española. Sin embargo, Serrano pronto rechazó a Marx y se desilusionó con los comunistas en Chile, debido a las sombrías conexiones de éstos con Moscú e incluso con la CIA estadounidense [3].

     Él se vio atraído entonces hacia los nacistas (Movimento Nacional Socialista de Chile) después de su abortado golpe de Estado el 5 de Septiembre de 1938, cuando 62 jóvenes partidarios fueron muertos a tiros mientras ocupaban el edificio del Seguro Obrero junto al palacio presidencial La Moneda en Santiago. Originalmente fundado en 1932, este Partido Nacionalsocialista chileno fue modelado a partir de los partidos fascistas europeos, en particular del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). Conducido por el elocuente agitador germano-chileno Jorge González von Mareés (1900-1962), el partido tenía un atractivo especial para la gente descendiente de alemanes de la parte Sur de Chile central, pero también reclutaba a miembros de otros sectores de la población [4].

     Como otros partidos fascistas, los nacistas organizaban marchas masivas de sus uniformadas tropas de asalto, haciendo saludos nacionalsocialistas, cantando canciones de batalla y portando banderas e insignias. La personalidad carismática de El Jefe [González] era un factor de peso en el movimiento. Serrano fue profundamente impresionado por la camaradería masculina, el patriotismo leal y los mitos fascistas de los nacionalsocialistas chilenos. Su heroico martirio en la masacre de Septiembre de 1938 venció a su repulsión por el asesinato de su mejor amigo. En Julio de 1939 Serrano se asoció públicamente con los nacistas (ahora rebautizados como Vanguardia Popular Socialista), comenzó a escribir para el diario del partido,Trabajo, y acompañó al líder en viajes de propaganda a través del país [5].

     Como Chile permaneció neutral cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, los nacistas tenían libertad para expresar su solidaridad con las potencias de Eje. Sin embargo, el partido reformado estaba perdiendo su fuego, mientras González von Mareés, amedrentado por su período de encarcelamiento después del fracasado golpe, se mostraba conciliatorio ahora hacia los políticos liberales y burgueses. Después de la invasión alemana a la Unión Soviética, Serrano se lanzó directamente a hacer propaganda en favor de los nacionalsocialistas con la publicación de su propia revista política y literaria quincenal, La Nueva Edad, a partir de Julio de 1941 en adelante.

     Entre los contribuyentes regulares [de dicha revista] estaban René Arriagada,del periódico nacional El Mercurio, quien estaba interesado en Oswald Spengler; el general Francisco Javier Díaz, un fiel partidario de Hitler; y Hugo Gallo, agregado cultural en la Embajada italiana. Los artículos iban desde discusiones de filosofía e ideología alemanas hasta relatos épicos de campañas militares alemanas y de la destrucción del comunismo soviético. El Tercer Reich fue sistemáticamente glorificado.

     Serrano cultivó cercanos vínculos con el personal nacionalsocialista de la Embajada alemana en Santiago que apoyaba su revista. De un hombre SS, antes ayudante del director de la Cancillería del Reichen Berlín, Serrano se enteró de la extensa documentación nacionalsocialista acerca del poder de las sociedades secretas, descubierta por Alfred Rosenberg en antiguas logias masónicas en París después de la ocupación alemana de Francia. Este material también fue publicado y discutido en La Nueva Edad [6].

     Estos tempranos indicios de conspiración fueron poderosamente reforzados cuando Serrano fue iniciado en el mito de la conspiración mundial judía en la primavera (austral) de 1941. Dos artistas chilenos, lectores de su revista, le llevaron una edición en castellanode Los Protocolos de los Sabios de Sión. Este descubrimiento marcó un punto crucial en el desarrollo del nacionalsocialismo de Serrano. Antes de 1941, ni los nacionalsocialistas chilenos ni Serrano habían adoptado el anti-judaísmo como parte de su ideología nacionalista y fascista radical, que veía a su enemigo principalmente en el comunismo marxista. Ahora, tras una sola lectura, Serrano se convenció completamente de que los judíos estaban detrás de un complot mundial para subvertir todo orden, tradición e independencia nacional. Sobre la base de estas creencias, Serrano se convirtió en un ferviente anti-judío y comenzó a publicar materialde los Protocolos en su revista, comenzando a principios de Noviembre de 1941 [7]. En la posterior elaboración gnóstica de su culto a Hitler, Serrano transmuta la conspiración mundial judía en un malvado demiurgo, el señor de la oscuridad que gobierna sobre nuestro fallido planeta.

     Además de este anti-judaísmo apocalíptico, Serrano mezcló su política nacionalsocialista con ideas del esoterismo, el hinduísmo y el yoga kundalini. A fines de 1941, Hugo Gallo le sugirió a Serrano que la guerra también podría ser luchada en otros planos, internos, y lo presentó en una orden esotérica chilena. Debiendo lealtad a una misteriosa élite brahmánica supuestamente con sede en el Himalaya, esta orden había sido fundada por un inmigrante alemán, "F. K.", en Chile alrededor del cambio de siglo [del XIX al XX]. La orden practicaba técnicas de magia ritual y yoga tántrica y kundalini para el logro de uniones místicas y visiones. El maestro de la orden enfatizaba la importancia del cuerpo sutil o astral, que podía ser despertado y activado mediante rituales y ejercicios espirituales. Por medio de la meditación yoga, el poder de la serpiente(kundalini)se elevaba desde la base de la columna vertebral hacia los distintos centros de energía(chakras) del cuerpo sutil hasta la corona de la cabeza, a fin de despertar al ego superconsciente. Esta experiencia de ascensión estaba unida a nociones nietzscheanas de la voluntad de poder y con un activismo fascista. Profundamente impresionado por la sabiduría esotérica del maestro, Serrano fue iniciado en esa orden místico-marcial en Febrero de 1942 [8].

     La orden relacionaba su espiritualidad esotérica directamente con Hitler y el nacionalsocialismo. Mientras los remotos dirigentes brahmánicos de la orden indicaban sus orígenes y doctrina védicos y arios, los miembros del culto estaban unidos en una admiración por Hitler como un salvador de la raza aria (indoeuropea). Los viajes astrales y los estados superiores de conciencia eran considerados como la herencia ancestral de los arios de sangre pura ("dos veces nacidos"). El maestro a menudo hacía declaraciones proféticas acerca de Hitler y el conflicto global que se había desencadenado en la Segunda Guerra Mundial: Hitler era descrito como un iniciado, un ser de fuerza de voluntad ilimitada y sin precedentes (shudibudishvabhaba). Él se había encarnado voluntariamente en la Tierra como un ser altamente desarrollado(boddhisatva) a fin de vencer la edad oscura, o Kali-yuga. En varias ocasiones el maestro estableció contacto astral con Hitler: una vez ellos conversaron acerca de las reclamaciones coloniales alemanas; en otra ocasión el maestro lo vio en su Nido del Águila en lo alto del monte Kehlstein en Berchtesgaden. Después de que la guerra había terminado, el maestro encontró a Hitler profundamente dentro de la Tierra, evidencia segura de que él estaba vivo y que había sobrevivido al búnker de Berlín [9].

     A la luz de estas revelaciones, Serrano consideró a Adolf Hitler y al culto de masas del Tercer Reich como fuerzas arquetípicas cuya intervención activa en la Historia prometía un salto cualitativo hacia una nueva Era.

     Después de la derrota del Tercer Reich, Serrano siguió creyendo que Hitler había escapado de las ruinas de Berlín y había encontrado un refugio en los oasis cálidos de la Antártica o profundamente debajo del casquete polar. Ya sugerida por su maestro, esta idea era ampliamente rumoreada en la prensa sudamericana durante el verano (boreal) de 1945 [10]. Serrano devoró las especulaciones del libro de Ladislao SzabóHitler Está Vivo (1947), de que Hitler había sido conducido a salvo por un convoy de submarinos a los oasis cálidos de la Tierra de la Reina Maud originalmente descubierta por la expedición de Ritscher de 1938. Un oscuro impulso lo llevó a acompañar la expedición del Ejército y la Armada de Chile a la Antártica en 1947-1948 como periodista. Los parajes sombríos y deshabitados de la región polar produjeron una impresión duradera en él. Serrano leyó libros de Carl Gustav Jung acerca del inconsciente colectivo y reflexionó sobre la proximidad de su ídolo. A su regreso él publicó un breve libro, La Antártica y Otros Mitos (1948), que repetía las afirmaciones de Szabó [11]. Hitler siguió obsesionándolo. Durante su primera visita a Europa en 1951, él visitó las ruinas del búnker de Berlín, donde Hitler había desaparecido de la escena de la Historia mundial; él contempló durante mucho tiempo las paredes de la prisión de Spandau, donde Rudolf Hess y otros nacionalsocialistas superiores estaban encerrados; y estuvo durante más tiempo en las ruinas de Berghof de Hitler en Baviera, anticipando la peregrinación de Savitri Devi después de la demolición final de las ruinas [12].

     Pero la visita a Europa también le abrió nuevas perspectivas. En Suiza, Serrano se reunió y trabó amistad con Hermann Hesse, el famoso escritor romántico alemán que había recibido el Premio Nóbel en 1946. Un encuentro posterior y la amistad consiguiente con C. G. Jung llevó a un intenso intercambio de ideas acerca de mitos y arquetipos. En 1953 Serrano, siguiendo una tradición familiar, había entrado en el cuerpo diplomático chileno a fin de obtener un puesto en la India, a la que él consideraba como una importante fuente de la verdad esotérica. Finalmente promovido al rango de embajador, permaneció en India hasta 1962, todo el tiempo sumergiéndose en la rica herencia espiritual de la India. Un leitmotivrecurrente de este período allí fue su búsqueda de la orden brahmánica secreta de su maestro chileno. Él viajó a remotos santuarios himalayos y se reunió con numerosos gurúes. Sin embargo, como se suponía que la orden tenía su sede en el monte Kailas en el Tíbet, permaneció inaccesible para él en el territorio ahora administrado por los chinos [13].Gracias a su rol diplomático él se reunió con muchas personalidades principales y se convirtió en un amigo personal de Nehru, Indira Gandhi y el Dalai Lama del Tíbet. Serrano ahora publicó literatura dedicada a temas mitológicos y espirituales, incluyendoLas Visitas de la Reina de Saba (1960), con un prefacio de C. G. Jung,yLa Serpiente del Paraíso (1963), acerca de su búsqueda en India.

     Miguel Serrano posteriormente tuvo prestigiosos cargos como embajador chileno en Yugoslavia (1962-1964), con acreditación simultánea en Bulgaria y Rumania, y embajador en Austria (1964-1970), así como representante ante la Comisión Internacional de Energía Atómica y la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (UNUDI), ambas con sede en Viena.

     Sin embargo, a fines de 1970 Serrano fue despedido del servicio diplomático chileno por Salvador Allende, el recientemente elegido Presidente marxista de Chile. Él resolvió vivir como un exiliado, arrendando un departamento en la Casa Camuzzi, la casa en la cual había vivido Hermann Hesse desde 1919 hasta 1931 en Montagnola, en el Ticino suizo. Serrano pasó los siguientes años en Europa disfrutando la vida de un escritor, vagando por los bosques y las montañas. En esta nueva fase despreocupada de la vida, Serrano al principio se dedicó a un tratamiento poético de mitos religiosos. Su primer libro de este período, ELELLA: El Libro del Amor Mágico (1973), era una alegoría de la búsqueda de la unidad por el hombre. Los temas del tantrismo, el catarismo y la reunificación del ánimusmasculino y el ánima femenina garantizaron la traducción de dicha obra a muchos idiomas extranjeros. Un segundo libro, Nos. Libro de la Resurrección(1980), era una autobiografía jungiana basada en temas similares y en la idea de Nietzsche del eterno retorno [14].

     Sin embargo, el final abrupto e inesperado de su carrera pública, junto con la toma comunista del poder en su país, también atrajo a Serrano al nacionalsocialismo otra vez. A principios de los años '40 él había absorbido el mito de una conspiración mundial secreta que involucraba a judíos, sociedades secretas y comunistas. El nuevo régimen revolucionario en Chile ahora parecía confirmar esas fantasías. Durante su estadía en Suiza, él reflexionó cada vez más sobre las implicaciones dualistas del catarismo, el anti-judaísmo y la idea jungiana de la proyección de la "sombra". Mientras su obra poética cantaba la unidad e integración espiritual, Serrano fue capturado por la idea de arquetipos opuestos de luz y oscuridad. Él comenzó a trabajar en su notable trilogía acerca de Hitler, que finalmente comprendió El Cordón Dorado: Hitlerismo Esotérico (1978),Adolf Hitler, el Último Avatãra (1984)y Manú: Por el Hombre que Vendrá (1991). Extrayendo su inspiración de su anterior participación en el nacionalsocialismo chileno,los Protocolos y la orden brahmánica esotérica, Serrano ahora asimiló una mezcla de literatura de revelaciones, ocultista y de "misterios nazis" de los años '60 y '70 para elaborar su propia mitografía política del "Hitlerismo Esotérico".

     Las experiencias de ascensión y las visiones a las que Serrano se sometió mediante el yoga y otros rituales bajo la dirección de su maestro forman el núcleo esotérico de su religión gnóstica. A través de una elevación mágica de la conciencia, Serrano cree que es posible lograr una unión con fuerzas divinas extrañas al hombre y a la Naturaleza. Él afirma que éste no es un asunto de la mente inconsciente sino de alguna forma de super-conciencia, por la cual el ego es "asumido" por uno u otro de los dioses, según lo imaginado por los antiguos griegos. Estas ideas fueron enfocadas por sus lecturas de C. G. Jung y fueron desarrolladas posteriormente a través de sus extensas conversaciones y correspondencia con el eminente psicoanalista suizo entre 1957 y 1961. Éstas son de considerable interés y han sido publicadas como El Círculo Hermético. De Hermann Hesse a C. G. Jung (1965) en diversas lenguas[C. G. Jung and Hermann Hesse: A Record of Two Friendships, en inglés].

     Jung había comenzado a desarrollar su teoría de los arquetipos y el inconsciente colectivo durante la Primera Guerra Mundial. En su trabajo posterior, Jung presentaría los arquetipos en términos científicos, describiéndolos como "imágenes primordiales", "una tendencia instintiva", o "remanentes arcaicos" que surgían del inconsciente colectivo de la Humanidad y que se arraigaban en su larga evolución filogenética. Sin embargo, Jung primero identificó los arquetipos en un lenguaje más religioso como "los Poderes Gobernantes, los Dioses" [15]. Enfrentado al ascenso del Nacionalsocialismo y al entusiasmo de masas del pueblo alemán por Hitler, Jung publicó en 1936 un ensayo titulado "Wotan"[A] en el cual él sugirió que los alemanes habían sido otra vez poseídos por el arquetipo del dios germánico de la tormenta y el frenesí. Jung vio a los precursores de esta exuberancia pagana en las filosofías dionisiacas e irracionalistas de Friedrich Nietzsche, Alfred Schuler y Ludwig Klages, y en la poesía de Stefan George. El movimiento juvenil Wandervögel, el nacionalismo völkisch, y diversas tentativas de "germanizar" el cristianismo, marcaban una disminución del poder talismánico de la Cruz y el retornodel furor teutonicus, un arquetipo anteriormente dominante [16].


     Pero si las masas alemanas en efecto hubieron sido posesionadas por el arquetipo de Wotan, entonces Hitler era la personificación última de Wotan. En otros artículos y entrevistas del período de entreguerras, Jung se concentró en el fenómeno de Hitler mismo. Él describió cómo Hitler fue poseído por este arquetipo del inconsciente colectivo ario y no podía sino obedecer las órdenes de una voz interior. En una serie de entrevistas entre 1936 y 1939, Jung caracterizó a Hitler como un arquetipo, a menudo manifestándose con completa exclusión de su propia personalidad. "Hitler es una vasija espiritual, una semi-divinidad; o mejor aún, un mito. Mussolini es un hombre". En un desfile militar presenciado por los doslíderes, Hitler le pareció a Jung como una especie de andamio de madera con ropa, un autómata con una máscara, un robot o alguien con la máscara de un robot. «Hitler parecía ser el "doble"(Doppelgänger) de una persona real, como si Hitler el hombre pudiera estar dentro como un anexo, y deliberadamente tan oculto a fin de no perturbar el mecanismo... Usted sabe que usted nunca podría hablar con este hombre; porque no hay nadie allí... No es un individuo; es una nación entera». Jung comparó a Hitler con Mahoma, el mesías de Alemania que enseña la virtud de la espada. "Su voz es la de al menos 78 millones de alemanes. Él debe gritar, incluso en la conversación privada... La voz que él escucha es la del inconsciente colectivo de su raza"[17].

     La sugerencia de Jung de que cada raza tenía su propio inconsciente colectivo y sus propios arquetipos interesó a Serrano de una manera especial, ya que esto significaba que Hitler podía inspirar a todos los miembros de la raza aria. Sin embargo, Serrano creía que Jung estaba simplemente "psicologizando" un misterio antiguo y sagrado con conceptos tales como arquetipose inconsciente colectivo [18]. Para Serrano los arquetipos son los dioses, poderes metafísicos independientes que gobiernan sobre sus respectivas razas y que de vez en cuando se posesionan de sus miembros. En su opinión, el inconsciente colectivo ario era literalmente "la memoria de la sangre aria", una construcción esotérica de racismo biológico. Como su maestro había sostenido, la persona individual puede viajar en el astral, vaciando así su cuerpo por una posesión arquetípica. Serrano afirmaba que esto ocurría frecuentemente en el caso de Hitler. El arquetipo ario había buscado a su agente más eficaz a fin de interceder en el mundo. Impresionado por la mitología hindú y por el libro El Relámpago y el Sol de Savitri Devi, Serrano identificó a Hitler como una encarnación de los dioses Vishnu, Shiva o Wotan, venidos para conducir a los heroicos arios de regreso a su divinidad perdida hace mucho [19].

     ¿Pero quiénes exactamente son los dioses, y qué quieren ellos con los hombres? A fin de explicar el propósito del avataraHitler, Serrano elabora una cosmología de ciencia-ficción que implica un fabuloso desfile de extraterrestres divinos y su contienda galáctica con un adversario universal. Los dioses habitan en un lugar remoto en la galaxia, quizás incluso más allá, iluminados por el Sol Negro, que está más allá de nuestro Sol dorado e invisible desde la Tierra. A veces Serrano sugiere que este lugar está más allá del tiempo y el espacio, en otro y no-existente universo, en el Rayo Verde. Los dioses son eternos, omnipotentes y omniscientes, gracias a su posesión del poder vril y el Tercer Ojo; ellos se reproducen asexuadamente por medio de emanaciones plásmicas de sus cuerpos etéreos; la divina luz del Sol Negro circula por sus venas [20]. Es una afirmación de Serrano el que dichos seres son los antepasados divinos de los hiperbóreos, las razas nórdicas o arias en la Tierra.

     Hace cientos de miles de años, el dominio cósmico de los dioses fue disputado por el Demiurgo, un diosecillo inferior, quien había imitado y falsificado una forma inferior de la creación en la materia, y había comenzado a establecer su reino rebelde en el planeta Tierra. Algunos dioses (Serrano a menudo usa el término tántrico divyas para los dioses-hombres) emprendieron por lo tanto una aventura espiritual heroica descendiendo a la Tierra para combatir esta rebelión cósmica.Los divyasllegaron desde ese otro universo en su forma divina a través de la abertura cósmica de Venus, se revistieron de materia y se establecieron en un continente polar de forma anular alrededor del polo Norte, que ellos llamaron Hiperbórea en memoria de su patria original cerca del Sol Negro y en el Rayo Verde. En este exilio de materia, los divyas encontraron un mundo extraño y terrible. La falsa creación del Demiurgo estaba sujeta a la entropía y la involución. Careciendo de inspiración divina, las criaturas bestiales del Demiurgo, diversamente descritas como "robots", "gólems" y "esclavos de la Atlántida", sólo degeneraron mientras se multiplicaban sin parar en el plano físico. Atrapadas en el mundo del Demiurgo, estas bestias-hombres estaban condenadas a la vana auto-reproducción en la materia, a una repetición interminable en el Círculo de Círculos [21].

     Serrano afirma que la intervención de los dioses, coincidente con el comienzo del ciclo de las Eras, estaba destinada a invertir el proceso de involución y decadencia. Ahora conocidos como los hiperbóreos, los dioses comenzaron a entrenar a las razas de color del Demiurgo en un sistema de castas, e intentaron espiritualizar la Tierra y toda la Naturaleza [22]. Sin embargo, esos esfuerzos se vieron frustrados por la traición de algunos hiperbóreos que se acoplaron con "las hijas de los hombres" (es decir, las bestias-hombres del Demiurgo). Este pecaminoso mestizaje resumió la enemistad cósmica del Demiurgo. Entonces surgieron las razas bastardas en la Tierra, la sangre divina fue diluída, disminuyó la conciencia de los orígenes divinos, y se aceleró la involución y la entropía [23]. Posteriores catástrofes se produjeron con la caída de una luna o cometa sobre la Tierra, que causó un diluvio y la inversión de los polos, y muchos hiperbóreos de sangre pura buscaron refugio en el polo Sur. El continente de Hiperbórea se hizo invisible y desapareció, ya que se retrajo hacia el interior de la Tierra hueca, donde otros hiperbóreos restablecieron su orden divino en las ciudades subterráneas secretas de Agartha y Shambala [24].

     Serrano encuentra evidencia mitológica para los orígenes extraterrestres del hombre en los nefelim del Libro del Génesis, mientras que la historia de un pecado racial original viene del Libro de Enoc. Un mito griego registra que Apolo retornaba a Hiperbórea en el lejano Norte para rejuvenecer su cuerpo y sabiduría cada 19 años [B]. La cosmología azteca describe el descenso de Quetzalcóatl desde Venus [C], mientras que las leyendas irlandesas identifican a los antepasados divinos en los Tuathas de Dannan [25]. Serrano sugiere que la aparición repentina del Hombre de Cromañón con sus altos logros artísticos y culturales en la Europa prehistórica registra el paso de una de tales razasdescendientes de los divyas entre medio de la inferioridad abismal del Hombre de Neanderthal, una creación manifiesta y abominable del Demiurgo [26]. En particular, él cita a Lokamanya Bâl Gangadhar Tilak con respecto al hogar ártico de los arios del Indo, sus migraciones y posterior preservación de la pureza de sangre mediante el sistema de castas [27]. De todas las razas en la Tierra, sólo los arios preservan la memoria de sus antepasados divinos en su sangre noble, que todavía está mezclada con la luz del Sol Negro. Todas las otras razas son la progenie de los animales-hombres del Demiurgo, originarios del planeta [28].

[B] Diecinueve años es el ciclo metónico (del astrónomo griego Metón), en que las fases de la Luna vuelven a ocurrir en las mismas fechas. (NdelT).
[C] Es particularmente dificultoso averiguar la fuente de esta afirmación, dado que lo que se conoce es que el varón Quetzalcóatl, en una de las versiones, tras su desalojo desde Tula se convirtió en el planeta Venus. Que haya descendido a manera de origen desde Venus no es algo que se sepa corrientemente. (NdelT).

     La historia de Serrano de cómo apareció la Humanidad es una variedad de gnosticismo.Los divyas representan la incorruptible alma del mundo, un fragmento de la cual desciende y queda atrapado en la materia. Su cosmología es sólo un relato de la separación del espíritu desde la Deidad Suprema y su exilio en la esclavitud de la materia, mientras que la inspiración divina original llega a ser cada vez más débil en un mundo cada vez más corrupto a medida que pasa a través de los yugasdel ciclo hindú de las Eras. Pero puesto que los divyas vinieron para librar batalla con el malvado Demiurgo, esta caída y entrampamiento en la materia no son finales sino parte de un plan redentor. La salvación será conseguida una vez los arios hiperbóreoso vîras (el término tántrico para un héroe semi-divino) purifiquen de nuevo su sangre, restaurando así el recuerdo de su ascendencia divina. Cuando los vîras arios reclamen su herencia divina y se conviertan en divyas otra vez, ellos derrotarán al Demiurgo y transformarán la Tierra entera en un paraíso [29].

     El origen del mal plantea un problema fundamental en la mayoría de las religiones. Serrano prefiere la idea de que el Demiurgo se origina en una caída, una guerra o una rebelión posterior a la Creación, según un dualismo estrictamente maniqueo de acuerdo al cual el Bien y el Mal son coetáneos y exactamente opuestos. Aquí Serrano sigue la tradición gnóstica de los cátaros (1025-1244), identificando al malvado Demiurgo como Yahvé, el dios del Antiguo Testamento. Como los dualistas medievales, estos herejes del siglo XI habían rechazado a Yahvé como un falso dios y un mero artesano, opuesto al verdadero Dios que está lejos más allá de nuestro ámbito terrenal [30]. Esta doctrina gnóstica claramente tenía peligrosas implicaciones para los judíos. Como Yahvé era la deidad tribal de los judíos, se infería que ellos eran adoradores del diablo. Poniendo a los judíos en el papel de los hijos de Satán, la herejía cátara puede elevar al anti-judaísmo al estatus de una doctrina teológica respaldada por una enorme cosmología [31]. Si los arios hiperbóreos son el arquetipo y los descendientes sanguíneos de losdivyas de Serrano venidos del Sol Negro, entonces el arquetipo del Señor de la Oscuridad necesitaba una contra-raza. El Demiurgo buscó y encontró al agente más apropiado para su arquetipo en los judíos [32].

     Según Serrano, los judíos han robado el divino derecho de primogenitura de los hiperbóreos. A través de toda la historia de los judíos él encuentra pruebas de su impostura, imitación y adulteración de una tradición racial auténtica. Como un grupo tribal primitivo y analfabeto, los judíos primeramente recibieron instrucción espiritual de los humildes artesanos caldeos de Ur, cuyos mitos ellos plagiaron en la forma del Libro del Génesis. Ni Abraham ni Moisés eran judíos, y los hebreos eran un pueblo hiperbóreo de cuyas tradiciones también se apropiaron los judíos. Según Serrano, los judíos no son ni siquiera una raza biológica sino un pueblo bastardo formado por siglos de cruzamiento entre cananeos, edomitas, arameos, moabitas, hititas, amorreos, samaritanos, galileos, fenicios y filisteos. Sólo con el retorno desde Babilonia y la construcción del segundo templo los judíos intentaron consolidar su identidad racial y exclusividad en las miles de estrictas leyes y regulaciones que se encuentran en el Deuteronomio. Al mismo tiempo, ellos reclamaron un llamamiento divino sobre todos los otros pueblos a través del nuevo pacto de Esdrás con Yahvé [33].

     El intento de los judíos de colocarse a sí mismos en el centro del plan de Dios y de la Historia mundial sólo podía tener éxito mediante su falseamiento y destrucción consciente de la verdad. Ésta es supuestamente la razón de la enemistad entre los arios y los judíos: Serrano acusa a los judíos de imponer su historia nacional y pseudo-religión sintética sobre el resto de la Humanidad, a la vez que de negar y enturbiar todo el conocimiento de los orígenes hiperbóreos y extraterrestres de ésta, a fin de aplacar su propia terrible culpa por un pecado racial, que es incluso posteriormente ritualizada en el bestialismo [34]. Este proyecto entero es asimilado al oscuro propósito cósmico del Demiurgo:

     «Se comprenderá, entonces, la gravedad del método judío: mantener la pureza de la sangre no con el objetivo de resucitar en ella la minne-memoria auténtica de los orígenes divinos, del pasado hiperbóreo y extraterrestre, remontando la involución hasta las mayores distancias posibles, sino para introducir allí asuntos exclusivos del animal-hombre, sus resentimientos, sus odios y venganzas, atribuyéndoselos a un dios que no es más que un Gólem, una creación de la mente humana, que hará presa de un grupo de seres terrestres para poder seguir existiendo y así eternizar su vida de íncubo, de Drácula. Ésta es la contra-iniciación, el suceso que cambia el curso de los hechos en la historia de los hombres» [35].

     Para Serrano, el judío es sólo la manifestación concreta del antagonista en una cosmología estructurada por la batalla de arquetipos opuestos. Serrano rastrea esta conspiración de los judíos contra los arios hiperbóreos a través de toda la Historia, con un foco particular en España y las Américas. Los godos que emigraron desde el Sur de Suecia hacia Europa del Este alrededor de 800 a.C. representan "la más sagrada comunidad de los arios germánicos". Entre los siglos II y VI d.C. los ostrogodos colonizaron Rusia y Europa Central, mientras que los visigodos (según Serrano, una corrupción lingüística de "dioses blancos") gobernaron España desde 418 a 713, pero su linaje racial e influencia política persistió en el Norte mucho después de la conquista árabe [36]. Muchos judíos del Levante pronto siguieron su estela. Serrano rastrea la historia de los judíos en España, indicando su rápido logro de riqueza y altos cargos en la Iglesia y el Estado en un trasfondo de conversiones insinceras y recurrentes expulsiones. La élite visigótica finalmente instituyó la Inquisición contra los judíos de España, y éstos fueron finalmente expulsados en 1492. Muchos evitaron ese destino mediante la conversión, a la vez que siguieron siendo "judíos secretos" (marranos). Mientras tanto, los refugiados y los marranosse diseminaron a través de todo el Mediterráneo y Europa del Norte como la nueva élite comerciante en la temprana época capitalista. Serrano considera la historia de los judíos en España como un instructivo ensayo del conflicto alemán del siglo XX con la judería en el Tercer Reich [37].

     Como un chileno de ascendencia europea, Serrano estaba especialmente impaciente por reclamar una herencia hiperbórea en las Américas. Así como los hiperbóreos originales huyeron hacia el polo Sur, se suponía que otros arios iniciados viajaron a América mucho antes de Colón. Serrano sugiere que el hombre de Cromañón y los troyanos llegaron a América en tiempos prehistóricos. Él también describe los asentamientos medievales vikingos y frisios en América Central y del Sur y su involucramiento con los incas y otros pueblos indios. Los Caballeros templarios también supuestamente iniciaron colonias en América entre 1272 y 1294. Después de la supresión de dicha orden en Europa en 1307, la flota de los templarios desapareció de La Rochelle, Francia, y navegó hacia Méjico [38]. La posterior colonización española de Sudamérica y de Chile en particular fue liderada por guerreros de sangre visigótica y vasco-cromañona, hasta quienes Serrano orgullosamente remonta su propia ascendencia, sus rasgos arios de ojos azules y cabello claro y su "memoria de la sangre" [39]. La suya es la América de los Dioses Blancos.

     Aquí la mitología de Serrano se relaciona directamente con la nueva ideología thuleana de los nacionalsocialistas alemanes en Sudamérica. Su idea de un antiguo establecimiento ario en Sudamérica amplía la idea anterior de Jacques de Mahieu de un Imperio vikingo en la Sudamérica precolombina. Nacido en 1915 en París, Mahieu emigró después de la guerra a Argentina, convirtiéndose en el director del Instituto de Antropología de Buenos Aires. Mediante una aplicación cuestionable de la etnología, la arqueología y la lingüística, Mahieu identificó muchos sitios de asentamientos vikingos a través de Iberoamérica. La historia que cuenta Mahieu comienza con la llegada de un vikingo llamado Jarl Ullman desde Schleswig al golfo de Méjico en 967. Considerado por los indios como el dios blanco Quetzalcóatl, él luego conquistó el Imperio tolteca. Cuando su ejército comenzó a mezclarse con la población local, Ullman siguió adelante hacia Venezuela y Colombia. Un líder vikingo posterior, Naymlap, colonizó Perú, que más tarde sirvió como el centro del Imperio incaico gobernado por élites nórdicas [40]. Aunque los invasores vikingos originales contaban sólo aproximadamente unas 500 personas, Mahieu calculó una población de aproximadamente 80.000 hacia el año 1290. Mahieu encuentra la herencia de estos vikingos perdidos en la piel pálida, ojos azules y cabello claro de muchos indios, así como en supuestas inscripciones rúnicas e incluso esvásticas [41]. Publicados originalmente en francés, sus libros fueron traducidos al alemán por Wilfred van Oven, antiguo ayudante de Goebbels, que huyó a Buenos Aires después de la guerra.

     Serrano afirma que los judíos siempre han ido pisándole los talones a los arios, ya para robar su sabiduría o para corromper la herencia nórdica. Las tribus perdidas de Leví y Rubén llegaron a América en tiempos antiguos, y las perniciosas influencias judías podían ser observadas entre algunas tribus indias primitivas [42]. El posterior "descubrimiento" de América por Colón fue una planeada operación judía para ir por los templarios y su tesoro del Grial: los judíos estaban temerosos de que una restauración hiperbórea estuviera en curso en el desconocido hemisferio occidental y en el polo Sur. En los siglos XVI y XVII, tanto marranoscomo judíos ortodoxos de los Países Bajos entraron en América, estableciendo sociedades secretas bajo la fachada de sus compañías comercialesy sus Kahal Kadoshim (santas congregaciones) desde Brasil a Nueva York [43]. Serrano ve esta diáspora judía en América como una cruzada demoníaca contra los Dioses Blancos de América. Ayudadas por la "traición blanca" del cristianismo y la masonería, las Américas han llegado a ser "el hirviente y monstruoso crisol de mestizos y mulatos"de los tiempos modernos. Los Dioses Blancos han permanecido seguros sólo en las ciudades secretas de los Andes, en la Tierra Hueca y en los oasis de la Antártica que el enemigo nunca puede penetrar [44]. Como "la sombra negra de los dioses blancos", los judíos actúan como los gnósticos adversarios a través de todo el relato de Serrano de la historia americana. Aquí Serrano demuestra la simbiosis ideológica entre el racismo iberoamericano nativo y las ideas nacionalsocialistas.

     La historia oculta del Nuevo Mundo que relata Serrano encuentra un aliado natural en el mito de la conspiración mundial masónica o judía, adoptado desde la Revolución francesa en adelante por ansiosos monárquicos, aristócratas, clérigos y muchos otros grupos sociales asediados por los rápidos cambios y dislocaciones de la modernidad. Los Protocolos de los Sabios de Sión detallan horribles complots judíos para derrocar todos los tronos y religiones existentes, para manipular y esclavizar al mundo no-judío entero por medio de la banca internacional, guerras, depresiones artificiales, anarquía y revolución. Si la democracia, el liberalismo y el socialismo se supone que servirían a los judíos como un medio para erosionar la autoridad tradicional, su plan último es destruír todos los Estados y crear un Imperio mundial gobernado por un monarca de la casa de David, que sería el anti-Cristo [45]. Describiendo el poder de los judíos en el período moderno, Serrano cita protocolosenteros al pie de la letra: los judíos esperan gobernar la Tierra; ellos reducirán a las naciones gentiles a la sumisión por medio de la especulación, endeudamientos ruinosos y el estímulo artificial de crisis económicas; la red internacional de logias masónicas fomenta sus objetivos; si alguna nación alguna vez trata de escapar de sus garras, los judíos destruirán tal oposición incitando la guerra con sus vecinos [46].

     Como la mayoría de los lectores anti-judíosde los Protocolos, Serrano cree que estos proyectos para la dominación mundial judía se filtraron primeramente desde el Congreso Sionista sostenido en Agosto de 1897 en Basilea, y posteriormente pasaron vía París a Rusia, donde fueron editados por Sergei Nilus en 1905. Serrano ha publicado un retrato grupal conmemorativo de los delegados a dicho congreso y las fotografías amenazantes de su sede en la mansión Dreyfus Brodsky [47]. Serrano identifica a Achad Ha'am, alias Asher Ginzberg (1856-1927), como el redactorde los Protocolos en Odesa en la década de 1880, una especulación que puede ser remontada a Leslie Fry (la señora Shishmarev), una mujer ruso-estadounidense que escribió en los años '20 [48]. Ginzberg era un sionista místico, que veía a Jerusalén como el futuro foco cultural de la judería y que se opuso a la especie más secular de nacionalismo de Theodore Herzl. Para Serrano, esto hace de Ginzberg alguien aún más siniestro: tal sionismo secreto y simbólico se esforzó por crear "un chakraterrestre" para la unificación de Israel y la conquista del universo mediante el contra-avatara del Señor de la Oscuridad [49]. Demás está decir que Serrano considera a Ginzberg como uno de los "sabios" de Sión; los miembros de este grupo secreto permanecen siempre totalmente encubiertos y anónimos; hoy en día ellos esperan ocultos bajo tierra, a salvo de un holocausto atómico que ellos pueden desencadenar en cualquier momento sobre la Humanidad.

     Serrano también quedó profundamente impresionado por la novela Biarritz (1868) de sir John Retcliffe, un seudónimo de Hermann Goedsche, quien trabajó en el consejo editorialdel conservador Kreuzzeitung de Berlín. Uno de sus capítulos, titulado "En el Cementerio Judío de Praga", describe una reunión nocturna secreta de los doce representantes de las tribus judías que se reúnen cada cien años en este "Sanedrín Cabalístico" para informar acerca de su progreso hacia la dominación mundial. El fondo misterioso, la penumbra de la medianoche y las alusiones satánicas de esta narrativa de ficción prestan una extraña aura a estas revelaciones conspiratorias. Cada uno de los delegados habla a su turno sobre las concentraciones masivas de capital judío en cada una de las capitales europeas. Los planes para el futuro incluyen la adquisición de tierras y propiedad urbana, la degradación de los artesanos y la promoción de productos elaborados en serie, el logro de la igualdad cívica plena y el inter-matrimonio con los goyim(no-judíos) para infiltrarse en la aristocracia y en las familias influyentes, y el control de la ley, la medicina y la prensa. "Prescribiremos al mundo lo que debe pensar y creer, elogiar o condenar... Destruiremosla creencia de nuestros enemigos en todo lo que ellos más aprecian" [50].

     La fecha y el contenido de este libro casi ciertamente reflejan la aprehensión conservadora sobre la creciente libertad y aceptación de los judíos en la sociedad alemana después de la Revolución de 1848, que culmina con su total emancipación entre 1867 y 1871. Deseosos de estas ventajas, los judíos se habían asociado con las fuerzas del liberalismo político, y pronto desempeñaron un papel muy prominente en los negocios, la banca, las profesiones, la academia y el periodismo en proporciones excesivas para su número en la sociedad alemana y austriaca. Este rápido avance le debió mucho a la prolongada exclusión del talento judío de la sociedad civil, que de repente encontró rienda suelta en las carreras públicas y en las crecientes oportunidades comerciales de ambos Imperios [51]. La fantasía de un complot judío fue así capaz de hacer carrera en la posterior reacción ante el liberalismo.

     La escalofriante novela de Goedsche pronto se convirtió en un documento fraguado conocido como El Discurso del Rabino(The Rabbi's Speech), que fue frecuentemente publicado en Rusia, Austria-Hungría y Alemania entre 1872 y principios de los años 1900. A menudo era impreso junto con los Protocolosy citado como prueba de la autenticidad de éstos [52]. El revelador capítulo deBiarritz prestó un posterior apoyo al anti-judaísmo nacionalsocialista: Johannes von Leers publicó una edición como folleto en 1933, y otras tres ediciones aparecieron durante el Tercer Reich, una de las cuales sirvió a Serrano como fuente.

     Serrano está consciente de las acusaciones de falsificación que hay contralos Protocolos, basadas en su plagio del folleto político de Maurice Joly, Diálogo en los Infiernos entre Montesquieu y Maquiavelo (1864), que presentó el caso del liberalismo contra el despotismo de Napoleón III. Sin embargo, la completa convicción de Serrano en cuanto a la existencia de un complot judío universal de inspiración demiúrgica le impide cualquier duda. Él se pregunta dónde Goedsche pudo haber obtenido su información, y encuentra sugestivo que ni Joly nilos Protocoloshayan usado material clave de Goedscheo de El Discurso del Rabino. Él decide que este último (Goedsche) es la fuente común para todas las narraciones, con una fecha anterior a 1864. Como los documentos existen, Serrano infiere que su prototipo oscuro pero auténtico también debe haber existido. Éste, afirma él, había circulado durante mucho tiempo entre rabinos rusos en Simferopol, y se conservaba en los archivos judiciales de Odesa. Serrano consideralosProtocolos como el único legado conocido de una tradición obscura cuyos rastros han sido casi borrados [53]. La conspiración mundial judía es la piedra angular de su cosmología gnóstica y es por ello resistente a todas las pruebas de falsificación, plagio, motivo histórico y propósito.

     Además de estas obvias y paranoicas visiones de conspiración, Serrano también ha asimilado el anti-judaísmo metafísico de Otto Weininger y Julius Évola. Citando la introducción de Claudio Muttia los Protocolos, Serrano ve la "idea platónica" de Weininger con respecto a la judería como la "tendencia intelectual" o "constitución psíquica" de la modernidad, como un arquetipo que está en oposición fundamental al héroe hiperbóreo. Serrano está de acuerdo con la caracterización de Évola del espíritu judío como abstracción, cálculo y pensamiento maquinal. Siguiendo el ejemplode TreAspetti del Problema Ebraico (1936) de Évola, Serrano ve la teoría de la relatividad de Einstein como una cosmología judía atomística "que disuelve y hace explotar el integrado universo ario en mil espejos reflectantes". Serrano también cita la lista de Évola de matemáticos y físicos judíos —Tullio Livi-Civita, Hermann Weyl y Max Born— que desarrollaron la teoría cuántica. La reducción que hacen ellos de toda la existencia a partículas sub-atómicas en fórmulas matemáticas y algebraicas vacia al mundo de todo sentido y espíritu [54].

     Aquí Serrano asimila la modernidad "judía" a un principio demoníaco que deshereda a los héroes arios de su primogenitura espiritual en un cosmos superior. En cuanto al presente, Serrano es un profundo pesimista cultural. Cautivado por el Demiurgo y sus agentes judíos, el mundo moderno está en un avanzado estado de degeneración correspondiente al Kali-yuga. Serrano rechaza el cristianismo, la Ilustración y el racionalismo. El arte y la tradición están muertos; la población humana prolifera en silos vivientes y hormigueros de cemento. La promiscuidad zoológica de las razas inferiores, el caos racial de Sudamérica, el gobierno de las masas y los mercados, el materialismo y la industria, la preocupación preponderante por la cantidad, y la futilidad atomística de la civilización contemporánea, son objetos de su feroz desprecio. El dinero, la electrónica y los números substituyen al valor y la jerarquía en todos lados. «El Cuarto Estado, tras los fracasos de restauración de la Edad Dorada, será el del dominio de lo colectivo, de los esclavos de la máquina, del hierro, de los hombres de hierro, de los autómatas, de la burocracia planetaria, de los "robots", de la destrucción del alma viva de la Tierra» [55]. Serrano vincula la redención con una compleja mitología que involucra a los gnósticos, los druidas, los cátaros y los Caballeros templarios y el Grial, a todos los cuales él considera como los agentes secretos de la gnosis hiperbórea en medio de una época sumida en la oscuridad.

     La conspiración y la guerra son los dos motivos recurrentes del Hitlerismo Esotérico. Sólo una Gran Guerra Cósmica de los Mundos puede explicar la caída original de Hiperbórea y el final de la Edad de Oro [56]. Pero las guerras también poseen una fuerza redentora. Las grandes guerras de los Koravas y los Pandavas enel Mahabharata, las guerras de los Vanir y los Aesir en la mitología nórdica, y sobre todo la Gran Guerra de 1939-1945, no son sino campañas punitivas contra aquellos que se han mezclado y han profanado su sangre divina [57]. Siguiendo a Savitri Devi, Serrano considera a Adolf Hitler como un avatara, un intermediario divino entre los dioses hiperbóreos y los hombres (sólo la raza aria). Él también describe a Hitler comoun bodhisattva o tulku, es decir, según el budismo mahayana, un ser divino digno del nirvanaque ha decidido volver al plano humano para ayudar a los hombres a su salvación. El arquetipo ario-hiperbóreo encarnado en Hitler, a fin de derrotar al Demiurgo, rompe el Círculo de Círculos y redime a la raza blanca.

     Después de sus victorias en el Oeste y en Escandinavia y tras la rotura de sus esperanzas para un acuerdo con Gran Bretaña después del fracaso del vuelo de Rudolf Hess, Hitler atacó a la comunista Unión Soviética y declaró la guerra contra Estados Unidos, ambos supuestos baluartes del poder judío en el mundo moderno. Su objetivo era una batalla avatárica a escala total contra las huestes demoníacas del Kali-yugaa fin de cambiar de dirección el ciclo desde la edad oscura hacia una nueva Edad Dorada [58]. Como un iberoamericano sin un recuerdo directo de las atrocidades de la guerra, Serrano ve al Tercer Reich en términos milenarios. Con el ascenso de Hitler al poder en 1933, Alemania de improviso entró en "el Reich Esotéricode los Vîras” mediante un rápido ingreso a otra dimensión. Serrano ve a Hitler como el centro de un campo de energía arquetípico, no como un déspota encima de una pirámide jerárquica, y desestima la crítica de Évola de la naturaleza plebeya del Nacionalsocialismo. Él reverencia especialmente a la SS como una orden esotérica de iniciados en búsqueda del Santo Grial de la sangre hiperbórea. Él se detiene con mucho detalle en la arquitectura simbólica de Wewelsburg, donde Himmler evocó la memoria de Parsifal y los Caballeros del Grial. Aquí la SS supuestamente practicaba yoga y ritos secretos para restaurar su memoria de la mágica sangre aria y así conseguir su alquímica "Gran Transmutación" en hombres-dioses. Para Serrano, las actividades de la SS ocurren en el nivel simbólico de una guerra cósmica en el cielo. Para él, la cifra de seis millones de víctimas judías del "Holocausto" sólo es significativa porque el número 6 es un arquetipo del inconsciente colectivo judío. Él niega el "Holocausto", declarando que la cifra de Seis Millones no es ninguna invención humana sino que está arraigada en la conspiración planetaria "cabalística" de Yahvé [59].

     Desde el punto de vista de Serrano, la derrota del Tercer Reich en 1945 es sólo una pérdida temporal en el mundo externo. Los nacionalsocialistas habían preparado ya un refugio secreto bajo el casquete polar de la Antártica, posiblemente en alianza con los hiperbóreos que habían colonizado hace mucho tiempo el interior de la Tierra hueca. Su avanzada tecnología, basada en la implosión y la anti-gravedad, explica los innumerables avistamientos de OVNIs de posguerra, y también anticipa una nueva civilización que ennoblecerá más bien que devastará la Tierra. Hitler permaneció durante algún tiempo en los cálidos oasis antárticos, pero probablemente hace tiempo él ha viajado mediante OVNIs a través de la "ventana" de Venus de vuelta al hogar arquetípico del Sol Negro y el Rayo Verde más allá de la galaxia [60]. En otras partes, Serrano menciona "universos paralelos" y "agujeros de gusano astrales" para justificar su creencia en la supervivencia de Hitler en otra dimensión y en la inminente transfiguración de nuestro mundo.

     A la espera de la intervención del avataraHitler en el renovado conflicto cósmico, Serrano cree que la redención gnóstica puede ser conseguida en los planos internos de la conciencia. Esta batalla interior contra el Demiurgo implica métodos de rituales mágicos y yoga tántrica para la transmutacióndel vîra ario individual. Serrano asimilalos chakras, los mudras y los mantras del yoga y de las runas nórdicas en una fisiología del cuerpo astral. La salvación personal puede ser lograda mediante el yoga y la meditación. La consiguiente repurificación de la sangre a su antigua calidad de luz divina, activa y ajustalos chakras, transformando al héroe ario en un hombre-dios. En una serie de complejas ilustraciones, Serrano interpreta el saludo de Hitler de la mano derecha extendida, como un mudra yóguico para hacer entrar la energía cósmica enlos chakras, descritos como centros místicos de la energía del girar de la esvástica [61]. Esta redención corporal es complementada por una transformación de la Naturaleza en un paraíso. Serrano sugiere que este proceso ocurre en un mundo paralelo o en otra dimensión, que se abre cuando el hechizo del Demiurgo es roto. Durante mucho tiempo entrampados en la ilusión de la materia, los arios una vez más serán capaces de ver a los divyas hiperbóreos, al Sol Negro y al Rayo Verde "al otro lado de sus sentidos", mediante un rápido ingreso en el continuumde espacio-tiempo, que puede ser experimentado en cualquier momento [62].

     Serrano ha practicado durante mucho tiempo el yoga y la meditación como un medio de elevar su conciencia más allá del alcance del Demiurgo y para entrar en contacto con las inteligencias arias superiores. En al menos una ocasión Serrano y sus amigos han visitado el castillo Wewelsburg en Westfalia para realizar rituales religiosos nacionalsocialistas. Allí en la cripta de la gran torre Norte del castillo, Serrano y sus compañeros asumieron las posiciones de las runas y entonaron mantras "nórdicos". El relato de Serrano de estos rituales describe cómo sus profundas vibraciones llenaban el espacio acústico, diseñado sobre los principios de "matemáticas arias", para suspender la realidad mundana y permitirles alcanzar otro universo. Serrano mismo pronunció mantras de saludo, invocando a los brahmanes de su antigua orden para que se unieran otra vez, como en los tiempos de la guerra, con los líderes SS y apoyaran a Hitler en su lucha contra las fuerzas de la oscuridad, contra el Señor de las Sombras y sus acólitos en este planeta. Serrano incluso relacionó esta serie de acciones con el simbolismo esotérico de los planos arquitectónicos [de la SS] para la completación de la torre Norte, el centro de este Vaticano SS y ómphalos [ombligo] del mundo germánico. Un pequeño salón del Trono con el asiento número 13 debería haber sido ocupado por el Rey del Grial. Aquí, el "Führer-Parsifal" daría la orden para el asalto final contra el Demiurgo y sus legiones planetarias [63].

     Considerando la naturaleza altamente personal y ecléctica de la mitología nacionalsocialista de Serrano, hay que preguntar cómo él es considerado dentro del movimiento y cuán influyentes son sus ideas. Ya durante sus años como embajador chileno en Austria (1964-1970) y posteriormente en Suiza, Serrano cultivó fuertes lazos de amistad con renombrados nacionalsocialistas sobrevivientes, incluyendo a León Degrelle, Otto Skorzeny, Hans-Ulrich Rudel y Hanna Reitsch, la famosa aviadora. Él visitó a Julius Évola en Roma y a Herman Wirth, el anciano ex-director de la SS Ahnenerbe de Himmler, en Alemania Occidental, y a Wilhelm Landig en Viena. Él llamó la atención del poeta y simpatizante fascista estadounidense Ezra Pound en Venecia. Tuvo una relación amistosa con el antiguo hombre Waffen-SSfrancés Saint-Loup [Marc Augier], cuyas historias de Otto Rahn, Montségur y la misión de Skorzeny para encontrar el Grial, le dieron inspiración. Escudriñó libros sobre dioses extraterrestres de Robert Charroux, un destacado escritor de fantasías francés que había servido como ministro en el gobierno de Vichy en la Francia de la guerra. Serrano parece haber estado especialmente cerca de León Degrelle, a quien él elogió en una entrevista en una revista fascista que publicó una foto de los dos hombres juntos en España [64].

     Al regresar a Chile después del golpe militar de Septiembre de 1973, Serrano encontró poca simpatía por sus ideas entre el régimen de Pinochet. De ahí en adelante, Serrano asumió el papel de tábano intelectual para los fieles y acérrimos partidarios nacionalsocialistas en Chile y en el extranjero. En Mayo de 1984 llamativamente hizo el saludo hitleriano en el funeral en Santiago del coronel SS Walter Rauff, quien había eludido durante mucho tiempo la persecución de Alemania Occidental en Chile [65]. Serrano también regularmente ha organizado celebraciones anuales del cumpleaños de Hitler en un refugio campestre en Chile el 20 de Abril de cada año. En 1986 publicó su manifiesto político en favor del Nacionalsocialismo para el Cono Sur de América [66]. Una figura familiar en su abrigo de cuero negro, él convocó a una importante reunión nacionalsocialista en Santiago con banderas con esvásticas y marchas el 5 de Septiembre de 1993. Este evento fue organizado en honor a Rudolf Hess y en memoria de los mártires nacistas chilenos de 1938. Él mantiene una animada correspondencia con líderes neo-nazisen el extranjero y mantiene contacto con Matt Koehl de New Order, la organización sucesora del American Nazi Party de Lincoln Rockwell. Es probable que los viejos nacionalsocialistas den la bienvenida al entusiasmo nacionalsocialista de Serrano y su firme lealtad a su héroe, Adolf Hitler, incluso a pesar de que muchos encuentren algo fantástica su mitología.

     El cuadro es algo diferente cuando uno considera la imagen de Serrano entre una generación más joven de neo-nazis. Aquí el nacionalsocialismo ya está separado del contexto histórico del Tercer Reichy es representado como una ideología global y racista de supremacismo Blanco. Un colorido de mitología pop, hinduísmo y dioses arios extraterrestres añade un llamativo atractivo a los poderosos mitos de elitismo, destino planetario y la conspiración cósmica de los judíos. Una traducción alemanade El Cordón Dorado fue publicada en 1987 por la editorial Teut de Richard Schepmann en Wetter, Alemania Occidental, la cual se especializa en reimpresiones de la editorial Nordland de la Ahnenerbe y en dossierssobre OVNIs nacionalsocialistas. Una traducción inglesa ha sido publicada ahora por la 14 Words Press de Wotansvolk en Estados Unidos. Serrano fue objeto de una larga e ilustrada entrevista en profundidad en la revista griega de extrema Derecha ΤΟ ΑΝΤΙΣΟΤΟ [D], y ha aparecido más recientemente en la literatura clandestina de Black Order, una pequeña organización internacional neo-nazicon ramas enGran Bretaña, Estados Unidos, Italia, Suecia, Australia y Nueva Zelanda. Black Order combina la mitología hitlerista con una variedad de satanismo nacionalsocialista en una negación pagana nórdica de las raíces cristianas de la civilización occidental [67].


     En estas entrevistas, Serrano procura involucrar a un auditorio más joven yuxtaponiendo su visión mágica y milenaria del Nacionalsocialismo con una imagen corrupta y saturada del liberalismo moderno. Utilizando metáforas heroicas y épicas, y describiéndose a sí mismo como un "guerrero-trovador"(una referencia al catarismo) y a su obra como "poesía extra-estelar", Serrano opone una mística aria de antiguos dioses germánicos, tierras perdidas, misticismo polar y deidades extraterrestres, a la "magia negra" judía del dinero, explotación económica, energía nuclear y degradación ecológica. Su anti-judaísmo asume una función cósmica, identificando a los judíos como la causa primordial de toda alienación e inhumanidad en el mundo. La abstracción, el reinado de la cantidad, la computarización de todos los aspectos de la vida, el asalto contra la Naturaleza —tendencias que perturban a muchos en una sociedad cada vez más automatizada y regulada— son atribuídos al demoniaco espíritu judío [68]. Para él, toda inmoralidad, sufrimiento y desorden es obra de los judíos, en su intento de esclavizar y finalmente destruír la Tierra y sus criaturas.

     De esta manera, Serrano ofrece un nacionalsocialismo místico que pasa por alto los hechos de tiranía, tortura y represión en el Tercer Reich,con una mezcla de mitos sobre héroes SS, ciudades fabulosas y un mágico milenio ario. Vestidos con un ropaje New Age, estos mitos de rechazo gnóstico del mundo y la proyección de toda falta y pecado sobre un odiado adversario, actúan en las mentes jóvenes como un poderoso destilado del Nacionalsocialismo.–



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NOTAS AL CAPÍTULO 9


[1] Friedrich Paul Heller y Anton Maegerle, Thule: Vom völkischen Okkultismus bis zur Neuen Rechten (Stuttgart, Schmetterling Verlag, 1995), pp. 89–92.
[2] Los detalles biográficos están sacados de su autobiografía en cuatro volúmenes. Miguel Serrano, Memorias de Él y Yo: vol. 1, Aparición del "Yo”—Alejamiento de "Él"(Santiago, La Nueva Edad, 1996); vol. 2, Adolf Hitler y la Gran Guerra (Santiago, La Nueva Edad, 1997); vol. 3, Misión en los Transhimalaya (Santiago, La Nueva Edad, 1998); vol. 4, El Regreso (Santiago, La Nueva Edad, 1999).
[3] Miguel Serrano, Adolf Hitler, el Último Avatãra (Santiago, La Nueva Edad, 1984), pp. 24–27.
[4] La historia política de este período y los antecedentes del Movimento Nacional Socialista de Chileestán documentados en Robert J. Alexander, The Tragedy of Chile (Westport, Connecticut, Greenwood Press, 1978).
[5] Serrano, Adolf Hitler, pp. 29–32, 35–50, 53.
[6] Serrano, Adolf Hitler, pp. 58–60, 61–65.
[7] Serrano, Adolf Hitler, pp. 76–79.
[8] Serrano, Adolf Hitler, pp. 107–8, 111–18, 124–25. Los secretos cuarteles centrales himalayos de la orden dentro del monte Kailas, su liderazgo ejercido ejercido por 72 brahmanes y una exclusiva membresía de 201 miembros, sugiere la influencia de Saint-Yves d'Alveydre, en LaMission de l’Inde en Europe (1910), que describía un secreto reino de Agartha, gobernado por elevados brahmanes, que fue transferido bajo tierra al comienzo del Kali-yuga alrededor de 3200 a.C. Joscelyn Godwin, "Saint-Yves d'Alveydre and the Agarthian Connection", The Hermetic Journal 32 (verano boreal de 1986), pp. 24–34, 33 (otoño boreal de 1986), pp. 31–38. Serrano enumera cuatro libros de Saint-Yves d'Alveydre, incluyendo La Mission de l’Inde en la bibliografía de El Cordón Dorado, p. 242. "F. K." recibió su propia iniciación en París, lo que nuevamente implica una fuente de sus enseñanzas en el movimiento clandestino esotérico francés en torno a los teósofos o a René Guénon.
[9] Serrano, Adolf Hitler, p. 119; Miguel Serrano, El Cordón Dorado: Hitlerismo Esotérico, 3ª ed. (Bogotá, Editorial Solar, 1985), pp. 18, 20, 22, 27.
[10] Serrano, Adolf Hitler, pp. 149–51.
[11] Serrano, El Cordón Dorado, pp. 37–40. Una velada referencia al propósito de su viaje a la Antártica también apareció en su libro Ni por Mar ni por Tierra (Santiago, Nascimento, 1950), p. 88.
[12] Serrano, Adolf Hitler, pp. 147, 384.
[13] Serrano, La Serpiente del Paraíso: Historia de la Búsqueda en India, 2ª ed. (London, Routledge and Kegan Paul, 1974), en diversos lugares; Adolf Hitler, p. 156.
[14] "Nos"contiene muchas referencias crípticas a su cosmología gnóstica, incluyendo el origen extraterrestre de la raza hiperbórea "solar", los dioses blancos de América del Sur, el Sol Negro, y las guerras entre aquellos de diferentes mundos. Miguel Serrano, Nos: Libro de la Resurrección (London: Routledge and Kegan Paul, 1984), pp. 2–5, 26–27, 60–61.
[15] C. G. Jung, Man and His Symbols (Londres, Aldus, 1964), pp. 67–69; C. G. Jung, Die Psychologie der unbewussten Prozesse (Zurich, Rascher & Cie, 1917), p. 117. En esta última obra, Jung usó el término "dominantes" antes de redifinirlos como "arquetipos" en "Instinct and the Unconscious", British Journal of Psychology 10 (1919), 15–26.
[16] Carl Gustav Jung, "Wotan", Neue Schweizer Rundschau 3 (Marzo de 1936), pp. 657–69. Una traducción inglesa fue publicada en Civilization in Transition (The CollectedWorks of C. G. Jung, vol. 10), traducidas por R. F. C. Hull, 2ª ed. (Londres, Routledge and Kegan Paul, 1970), pp. 179–93.
[17] Citado en Serrano, Adolf Hitler, pp. 119–23. Estas entrevistas de Jung acerca de Hitler y otros dictadores europeos fueron originalmente publicadas en The Observer (Londres), 18 de Octubre de 1936, Hearst’s International-Cosmopolitan (Nueva York), Enero de 1939; y en The Psychologist (Londres), Mayo de 1939. Versiones ligeramente editadas fueron publicadas de nuevo como "The Psychology of Dictatorship", "Diagnosing the Dictators"y "Jung Diagnoses the Dictators", en C. G. Jung Speaking: Interviews and Encounters, editadas por William McGuire y R. F. C. Hull (Londres, Thames and Hudson, 1978), pp. 91–93, 115–35, 136–40.
[18] Serrano, El Cordón Dorado, p. 97 y ss.; idem, Adolf Hitler, pp. 94–96. Sin embargo, Richard Noll ha argumentado controvertidamente que el Jung temprano, influído por la Teosofía, el misticismo solar y el nacionalismo völkisch, encontró personalmente los arquetipos como dioses ario-mitraicos y gnósticos en su propio inconsciente. Richard Noll, The AryanChrist: The Secret Life of Carl Gustav Jung (Londres, Macmillan, 1997), pp. 120–22, 158–60. El desarrollo de las tempranas ideas de Jung sobre el inconsciente colectivo y los arquetipos son estudiados en Richard Noll, The Jung Cult: Origins of a Charismatic Movement (Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1994), pp. 218–33, 269–73.
[19] Serrano, Adolf Hitler, pp. 33 y ss., 95, 122–24, 130–32, 232. Serrano frecuentemente pagó tributo a Savitri Devi, y ha publicado en dos oportunidades un relato de la propia visita de ella a las Externsteiney su muerte ritual y su re-despertar en la Tumba de Piedra. Serrano, Adolf Hitler, pp. 481, 497f, 620. Él la ha descrito como "la más grande luchadora después de Adolf Hitler, Rudolf Hess y Joseph Goebbels... la primera en descubrir el poder secreto y espiritual que estaba detrás del Hitlerismo". Serrano destacó la creencia de ella en la incompatibilidad de Nacionalsocialismo y cristianismo, prediciendo que la posteridad la reverenciaría como una pionera del Hitlerismo Esotérico y como "la sacerdotisa de Odín". Miguel Serrano en ΤΟ ΑΝΤΙΣΟΤΟ, Nº 29, pp. 23–31. La visita de Savitri Devi a las Externsteineestá descrita e ilustrada también en Miguel Serrano, LaResurrección del Héroe (Santiago, edición del autor, 1986), p. 79. Dicho libro está dedicado a ella, con un retrato suyo y unos versos en su honor.
[20] Serrano, Adolf Hitler, pp. 97, 239, 255.
[21] Serrano, Adolf Hitler, pp. 182–87, 260, 192, 197f.
[22] Serrano, Adolf Hitler, p. 256.
[23] Serrano, Adolf Hitler, pp. 98, 183.
[24] Serrano, Adolf Hitler, pp. 116, 150, 257.
[25] Serrano, Adolf Hitler, pp. 197–98.
[26] Serrano, Adolf Hitler, p. 265.
[27] Serrano, Adolf Hitler, p. 116.
[28] El relato de Serrano de visitas de ancestros semi-divinos extraterrestres, de la raza hiperbórea y su asentamiento en la región polar y sus posteriores migraciones, tienen una cierta deuda con el escritor francés Robert Charroux (1909-1978), quien había publicado diversas obras populares sobre estos temas desde comienzos de los años '60 en adelante. En Le Livre des SecretsTrahis (1964) y Le Livre des Maîtres du Monde (1967), Charroux se explaya sobre el origen extraterrestre de los hiperbóreos, la eterna enemistad de éstos con los judíos, y la importancia de Venus y del Sol Negro. Con una evidente deuda con Louis Pauwels y Jacques Bergier, Le Matin des Magiciens (1960), y con Pierre Mariel, L'Europe Païenne du VingtièmeSiècle (1964), Charroux también especula acerca de la Sociedad Thule y los iniciados nacionalsocialistas. En la bibliografía de El Cordón Dorado, Serrano enumera diversos libros de este género de los "misterios nazis" que claramente inspiraron su trilogía sobre Hitler durante su exilio en Suiza durante los años '70.
[29] Serrano, Adolf Hitler, pp. 185–87.
[30] Serrano, El Cordón Dorado, pp. 53–57, 242. Serrano está fuertemente influído por las obras del historiador SSOtto Rahn (1904–1939), quien creía que las tradiciones de trovadores y Minnesänger, la herejía cátara y las leyendas del Grial en el Languedoc eran una religión gnóstica de origen visigótico. Los cátaros fueron suprimidos por la Iglesia católica durante la cruzada contra los albigenses, que culminó con la destrucción de su fortaleza de Montségur en 1244. Serrano sostiene que Rahn buscó el Grial, el tesoro cátaro, en las cavernas de la cercanía de Sabarthés, y que la SS más tarde lo localizó y lo llevó al "Castillo del Grial" de Hitler en Berchtesgaden; Adolf Hitler, p. 290. Cf. "Entrevue avec Saint-Loup", Le Nouveau Planète (París), Nº 9 (Julio de 1969), citado en El Cordón Dorado, p. 242.
[31] Serrano, El Cordón Dorado, p. 139.
[32] Serrano, Adolf Hitler, pp. 92f.
[33] Serrano, El Cordón Dorado, pp. 128–32; idem, Adolf Hitler, p. 88.
[34] Serrano, El Cordón Dorado, p. 138f; Adolf Hitler, pp. 102.
[35] Serrano, El Cordón Dorado, p. 133.
[36] Serrano, Adolf Hitler, p. 290.
[37] Serrano, Adolf Hitler, pp. 309–18.
[38] Serrano, Adolf Hitler, pp. 291–93, 299–300, 342–49, 382 y ss., 402–4. Para su descripción de la inmigración precolombina a las Américas, Serrano está en deuda con el antropólogo francés Jacques de Mahieu, quien vivió en Argentina. Los títulos de Mahieu incluyen Le Grand Voyage du Dieu-Soleil (París, Lattes, 1971); L'Agonie du Dieu-Soleil: Les Vikings enAmérique du Sud (París, Laffont, 1974), y Les Templiers en Amérique (París, Laffont, 1981).
[39] Serrano, Adolf Hitler, p. 20; idem, El Cordón Dorado, p. 96.
[40] Jacques de Mahieu, Des Sonnengottes grosse Reise: Die Wikinger in Mexiko und Peru 967–1532 (Tubinga, Grabert, 1975), pp. 86–106.
[41] Jacques de Mahieu, Des Sonnengottes heilige Steine: Die Wikinger in Brasilien (Tubinga, Grabert, 1975), pp. 76–85 y en otros lugares.
[42] Serrano, Adolf Hitler, pp. 305, 308 y ss.
[43] Serrano, Adolf Hitler, pp. 336–42.
[44] Serrano, Adolf Hitler, p. 340.
[45] Las fuentes, motivación, recepción e influencia de los Protocolos han sido documentadas definitivamente en Norman Cohn, Warrant for Genocide: The Myth of the JewishWorld-Conspiracy and the Protocols of the Elders of Zion (Londres, Eyre and Spottiswoode, 1967).
[46] Serrano, Adolf Hitler, pp. 76–81.
[47] Serrano, El Cordón Dorado, figuras XL–XLIV.
[48] Serrano, Adolf Hitler, p. 82; Norman Cohn, Warrant for Genocide, p. 70.
[49] Serrano, Adolf Hitler, p. 327 y ss.
[50] Sir John Retcliffe [i.e., Hermann Goedsche], Biarritz (Berlin, 1868), vol. 1, pp. 162–93. Citado en Miguel Serrano, Adolf Hitler, pp. 329–35.
[51] Cohn, Warrant for Genocide, p. 36.
[52] Cohn, Warrant for Genocide, pp. 33–40, 269–74.
[53] El descubrimiento de la cercana similitud de los Protocolos con el Dialogue aux Enfers de Joly fue hecho primeramente en 1921. Cohn, Warrant for Genocide, pp. 71–76. Serrano, Adolf Hitler, pp. 335–36.
[54] Serrano, Adolf Hitler, pp. 71–74, 93–96. Toda la filosofía de Serrano acerca del origen hiperbóreo y la anti-modernidad tiene muchas características evolianas. Sin embargo, él criticó a Évola como un tradicionalista del viejo estilo, que quería restaurar a élites aristocráticas degeneradas. En el encuentro de ambos, Évola negó que él fuera fascista o hitlerista, pero veía a Metternich como un conservador ideal, muy lejos del culto de Serrano a Hitler y del maniqueísmo mágico.
[55] Serrano, El Cordón Dorado, pp. 165–69, 223–24.
[56] Serrano, Adolf Hitler, p. 95.
[57] Serrano, Adolf Hitler, p. 238.
[58] Serrano, Adolf Hitler, pp. 602, 615.
[59] Serrano, Adolf Hitler, pp. 489–96, 502–3, 536–37, 587; El Cordón Dorado, pp. 204–5.
[60] Serrano, Adolf Hitler, pp. 145–46.
[61] Serrano, Adolf Hitler, pp. 210, 243, 254, 281.
[62] Serrano, Adolf Hitler, pp. 200, 238.
[63] Serrano, Adolf Hitler, pp. 498–503, 604–5.
[64] Javier Nicolás, "Miguel Serrano: Una visión mágica del NS", Cedade (Barcelona), Julio–Agosto de 1985, pp. 28–33.
[65] Diario La Segunda (Santiago de Chile), 18 de Mayo de 1984, pp. 14–15.
[66] Miguel Serrano, Nacionalsocialismo, Única Solución para los Países de América del Sur (Santiago, Alfabeta, 1986); 2ª ed. (Bogotá, Editorial Solar, 1987).
[67] Miguel Serrano en ΤΟ ΑΝΤΙΣΟΤΟ, Nº 29, pp. 23–31. La entrevista con ΤΟ ΑΝΤΙΣΟΤΟ fue reimpresa en The Flaming Sword (Wellington, Nueva Zelanda),Nº 3 (Agosto de 1994), pp. 5–9. Una posterior entrevista ha sido publicada como "Miguel Serrano:Esoteric Hitlerist", The Flaming Sword, Nº 4 (Noviembre de 1994), pp. 4–8, y Nº 5 (Febrero de1995), pp. 4–10. Esta última entrevista fue publicada de nuevo como un folleto en 1995.
[68] Miguel Serrano, Imitación de la Verdad: La Ciberpolítica, Internet, Realidad Virtual, Telepresencia (Santiago, edición del autor, 1995).–




Jean-Michel Angebert - Hitler o el Sol Negro

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     En 1971 se publicó en francés un libro titulado Les Mystiques du Soleil (Los Místicos del Sol), firmado por Jean-Michel Angebert, pseudónimo colectivo de los autores Michel Bertrand (1944, ex oficial de Marina) y Jean-Victor Angelini (1943). Su traducción castellana data de 1974. Dentro del género al que tanto se dedican los franceses de entrelazar esoterismos y misticismos surtidos en los estudios históricos y culturales, esta obra contiene un capítulo, el séptimo, titulado Adolf Hitler o el Sol Negro. Presentamos ahora de aquél una buena parte. Como ha de esperarse, los autores aquí difunden diversas especulaciones que no pueden probarse o que han sido desmentidas, algunas tendenciosas o bien fruto de las informaciones de esa época (hace 43 años). Otros encadenamientos de ideas y datos han sido bien logrados y son los que se espera que sirvan de algo a los lectores interesados en estos temas. Las tesis de "Angebert", que intentan dar por demostrada la conexión del Führer con el ocultismo, la astrología y quizá qué otras cosas (incluído el satanismo), además de no ser algo cierto, necesitan un mayor fundamento evidencial, por lo que si presentamos esto es a modo de ejemplo de una literatura que se sabe que circula y que tiene motivos inconfesables, generalmente de propaganda adversa al nacionalsocialismo o distorsionadora de éste. Pero hay varias informaciones interesantes, sin embargo, y el libro en su conjunto, que se ocupa de diversos temas, no carece de atractivo.


Adolf Hitler o el Sol Negro
(Selección)
por Jean-Michel Angebert




2. La Cruz Gamada y Su Misterio

     El origen de la esvástica se pierde en la noche de los tiempos, tanto que cabe considerarla como el más viejo símbolo utilizado por la Humanidad. La más antigua significación que se da de ella es la del simbolismo solar. Su tradición se remonta a la India védica, pero las enseñanzas brahmánicas nos dicen que su origen es mucho más antiguo. Ciertos tradicionalistas, por su parte, no dudan en hacer de la cruz gamada un emblema conocido de los atlantes, cuando no se trata del más antiguo e hipotético continente de Mu, o Lemuria. Demos un vistazo a esta teoría.

     Ante todo conviene aportar algunas aclaraciones a propósito de esta última tierra apodada Lemuria, equivalente asiático de la Atlántida y de la Hiperbórea. La existencia de este continente, que se habría extendido allí donde hoy sólo existe el océano Pacífico, entre las Filipinas y el archipiélago de las Marquesas, es atestiguada por los ocultistas, entre los cuales está madameBlavatski, autora de La Doctrina Secreta, esa monumental obra que pretende referir la historia de la Humanidad desde sus más remotos orígenes. Pero es el coronel Churchward quien, en un libro más audaz que cualquier novela [James Churchward, Mu, le Continent Perdu, 1969], hace una descripción minuciosa de aquella terra incognita. El autor asegura haber heredado de un sacerdote de la India unas tablillas grabadas que relataban la historia del continente de Mu. Churchward hace remontar así el Imperio de Mu a más de 200.000 años, y data su apogeo en 75.000 años aproximadamente antes de nuestra Era. Las cosas se ponen interesantes en esta novela-ficción cuando el oficial estadounidense confiesa sus creencias racistas otorgando a la raza blanca una ancianidad y una superioridad "histórica" en la transmisión de la TRADICIÓN PRIMORDIAL. Pero oigamos antes:

     «Esta narración nos da la solución del misterio de las razas blancas de los mares del Sur y nos enseña cómo una gran civilización floreció en el centro del Pacífico, para quedar completamente borrada en una noche».

     Y, más adelante, el autor añade:

     «Una de mis comprobaciones más pasmosas es que los indígenas polinésicos son una raza blanca. Además, son extraordinariamente bellos, un lazo que los acerca a todas las razas blancas de la Tierra. Como he demostrado, los documentos nos indican que el Hombre hizo indiscutiblemente su primera aparición en el Continente de Mu, y las islas polinésicas son los restos destrozados de aquella tierra desventurada. Existen documentos que prueban que Méjico y la América Central fueron colonizados por pueblos procedentes de Mu. Las tradiciones confirman que aquellos primeros colonos de Mu ERAN BLANCOS RUBIOS, que aquellos BLANCOS RUBIOS fueron expulsados del país por otra RAZA BLANCA más morena, QUE LOS BLANCOS RUBIOS HUYERON A BORDO DE SUS NAVES EN DIRECCIÓN DEL SOL NACIENTE —AL ESTE— y se establecieron en el Norte de Europa, la Escandinavia actual»..

     Esto explicaría que la cruz gamada, uno de los símbolos del Sol en el Imperio de Mu, haya sido conocida por los pueblos germánicos. Para Churchward, en efecto, si bien el primerísimo símbolo usado por los hombres fue la cruz ordinaria, que representaba las cuatro direcciones del espacio, su evolución inmediata culminó en la cruz rodeada por un círculo, símbolo del huevo del Sol o del mundo gobernado por la LUZ, que se transforma en ESVÁSTICA o CRUZ GAMADA para simbolizar la MARCHA ADELANTE y la evolución constante de la RUEDA DE LA VIDA. Y Churchward nos explica que la religión de aquel Imperio universal era la del Sol, principio de unidad, de vida y de acción creadora.

     «Es un símbolo de las cuatro fuerzas sagradas, que, con innumerables nombres y aspectos diferentes, han desempeñado un papel importante en la concepción humana del Creador y de la Creación, desde el alborear de los tiempos hasta el día de hoy... Ellas gobiernan, por consiguiente, los movimientos de todos los cuerpos en el Universo... girando en torno de un centro. El símbolo demuestra que este centro es la fuerza primaria, es decir, el gran infinito, o el Todopoderoso...».

     Así la CRUZ GAMADA no es solamente considerada como un signo de FUEGO, un signo solar, sino como el CENTRO o EJE DEL MUNDO que otros ocultistas, principalmente los "teósofos" nacionalsocialistas, han situado en Thule, capital de la Hiperbórea.

     Sobre esta raza primera de las regiones árticas, en un capítulo consagrado a la esvástica, Maurice Magre, fundador, con el inglés Rolt-Wheeler, de Grand Pyrénéen (revista comprometida en la búsqueda de Montségur), escribe:

     «¡Los pueblos hiperbóreos! Es imposible resistir a la evocación mágica de estas palabras. Vemos playas de cristal apagado donde, de pie en la bruma, hombres de ojos azules buscan, en el horizonte de los mares velados, los contornos de la Irlanda fabulosa» [Maurice Magre, La Clef des Coses Cachées, p. 27].

     Y desde luego es Guénon quien, bebiendo en una fuente que permanece desconocida, afirma el ORIGEN POLAR DE LA ESVÁSTICA, cuando escribe:

     «Una de las formas más notables de lo que hemos llamado la cruz horizontal, es decir, la cruz trazada en el plano que representa un determinado estado de existencia, es la figura de la esvástica, que parece efectivamente enlazarse directamente con la Tradición Primordial... Hemos dicho en otra parte que la ESVÁSTICA es esencialmente el SIGNO DEL POLO. Si la comparamos con la figura de la cruz inscrita en la circunferencia, podemos darnos cuenta fácilmente de que, en el fondo, son dos símbolos equivalentes en ciertos aspectos» [René Guénon, en Le Symbolisme de la Croix, Nouvelle édition Plon, p. 165].

     Si la cruz gamada es en verdad el signo de la raza hiperbórea, que no sería otra que las de los «altos arios rubios de ojos azules», se comprende que Hitler, procedente del grupo Thule, hubiera hecho de ella el emblema de su partido.

     En cuanto a la orientación levógira de este signo en la bandera nacionalsocialista, se ha hablado mucho de ello sin dar, no obstante, una respuesta verdaderamente satisfactoria. Así, se ha dicho que la dirección de rotación levógira de la esvástica era una inversión de su orientación normal y que correspondía a las fuerzas negras que apoyaban a Hitler. En realidad, la cruz gamada suele representarse indiferentemente dextrógira o levógira, en la India y en el Tíbet, sin que los ocultistas vean en ello un símbolo «negro» o «blanco». Lo que puede hacerse observar, es que la dextrógira simboliza la «marcha del tiempo». Quien invierte el signo pretende, pues, «parar el tiempo». Ello corresponde perfectamente a la ética de Hitler, «hombre contra el tiempo», que se imaginaba trabar durante un milenio la «degeneración» anunciada para la última edad de nuestro ciclo, apodado por los hindúes Kali-yuga o Edad de Hierro. En esta perspectiva, el coletazo racista, reanudando la «tradición primordial», había de preparar los tiempos futuros y forjar una «selección de superhombres» que deberían resistir a la catástrofe final.

     Pero volviendo a la cruz gamada, puede señalarse su extraordinaria difusión en la Antigüedad, tanto en Occidente como en Oriente, aunque hoy sólo siga siendo un signo sagrado en la única parte del mundo donde aparece el Sol.

     En lo que concierne a los países de Europa, la utilización de la esvástica es atestiguada por los druidas, poseedores de un profundo saber iniciático. Aquellos hombres sabios colocaron el emblema en los altares y los santuarios galos [1]. Se encuentran numerosos rastros de ello en la región pirenaica, y el signo aparece entre los vascos en forma de cruz con comas, en las armas de la ciudad de Bayona.

[1] Prueba de ello son las estatuas galas que se encuentran en el museo Borély de Marsella. En el hombro de una de esas divinidades puede observarse la presencia de una cruz gamada esculpida.

     Si nos atenemos a un estudio histórico, su más antigua aparición conocida pertenece a la India brahmánica. La esvástica sería el instrumento original que utilizaban los brahmanes de la India para la producción del FUEGO SAGRADO. Acordémonos de Zoroastro. Para otros, y ello no es incompatible, se añadiría un símbolo de alegría, de vida y, en definitiva, de energía. Burnouf, el sabio indianista, piensa que la cruz gamada representa los fenómenos cósmicos del Fuego Celeste, el relámpago y el rayo. Estamos muy cerca en esta interpretación de la exégesis nacionalsocialista que hace de la esvástica el Sol Negro o PRINCIPIO OCULTO DE LA ENERGÍA situado en un mundo etérico e hipercósmico, más allá del mundo visible, en la línea de la filosofía de Yámblico y de la Gnosis. Expliquémonos. La cruz gamada, símbolo del Sol visible, figura el lado exotérico de la doctrina, en tanto que su significación esotérica es la del Sol Invisible.

     Es en este sentido que la GAMMA está representada en el Tíbet, y se repite, esculpida en todos los templos, como un leitmotiv obsesionante. Todos los viajeros que han visitado el «Techo del mundo» lo han destacado. Uno de ellos escribe: «Invariablemente, se encuentran cuatro cosas en los aledaños de las casas». Y después de haber enumerado las pértigas de rezos y otros objetos que tienen menos interés, el narrador prosigue:

     «Por último, en cuarto lugar, está la esvástica, signo cabalístico, rematada con el símbolo toscamente dibujado de la Luna y del Sol. Este signo, se verá en todas las puertas de entrada en el Tíbet[Perceval Landon, A Lhassa, 1906, p. 234]. El pueblo ve en ella principalmente un amuleto, un signo profiláctico, lejano recuerdo de alguna cosa mucho más importante, y que se vincula al carácter sagrado de la esvástica en los templos búdicos. De la Hiperbórea, el signo solar, siempre según una determinada tradición de ocultistas, se habría transmitido a la Atlántida, cuya existencia parece admitida en más vastos círculos de pensamiento» [2].

[2] A este respecto, el alemán Frobenius ha hecho en África interesantes descubrimientos en ciertas regiones donde antaño se habría conocido la civilización atlante: «Mientras que en todas las profundidades de África la Luna es masculina y tiene por amante a Venus, en el ámbito atlántico el Sol es masculino y la Luna femenina. Sólo en este mismo ámbito son indígenas los tres símbolos sagrados, la MANO, la ROSETA DE OCHO FOLÍOLOS y la ESVÁSTICA, que no aparecen, como teniendo tal carácter, en toda la inmensa África». Cabe añadir que la mano abierta se encuentra en forma de saludo germánico y romano típico de Occidente y ligado al culto solar. Se ha hallado igualmente una mano sagrada de esteatita con reflejos verdes en los Pirineos, cerca de Montségur. Este emblema sería de origen celta.

     Para un escritor como Scott-Eliot, autor de una Historia de la Atlántida, este continente sería una estribación de la Lemuria desaparecida. Poblada por razas diferentes, los toltecas rojos, los acadios blancos, los semitas y los turanios amarillos, la Atlántida habría sido así el teatro de conflictos espantosos que vieron el triunfo final de la RAZA BLANCA y de la RAZA ROJA, ambas adoradoras del Sol, como parecen atestiguarlo la religión de los incas y de Japón, así como la de la India. Scott-Eliot escribe:

     «En aquellos tiempos primitivos estaba prohibido representar cualquier imagen de la divinidad. El disco del Sol era considerado como el único emblema digno de representar la cabeza divina, y había uno de ellos en cada templo.
     Este disco de oro estaba dispuesto generalmente de manera que el primer rayo del Sol diese en él al equinoccio de primavera y al solsticio de verano».

     Pero, ¿cómo concluye este escritor que pretendía haber visto todos aquellos acontecimientos por un don de clarividencia sobrenatural? Si lo seguimos en este terreno, la civilización de los toltecas fue sumergida finalmente por un maremoto gigantesco con su capital «de puertas de oro», y los acadios blancos permanecieron como los únicos depositarios del «saber». De ellos había de nacer la RAZA ARIA. En cuanto a los semitas, Scott-Eliot les ajusta las cuentas afirmando que pusieron al descubierto el misterio de Dios: «La trinidad personificada fue descubierta» y «esta idea fue más tarde MATERIALIZADA Y DEGRADADA POR LOS SEMITAS».

     La lección que este «clarividente» saca de los acontecimientos no sería renegada por Hitler. Únicamente los arios que no han practicado la magia negra se convierten en la raza elegida por los maestros de sabiduría:

     «Una luz más intensa que la que iluminaba la senda de nuestros antepasados atlantes resplandece en el presente sobre la raza aria. Menos dominados por las pasiones de los sentidos, más sensibles a la influencia del espíritu, los hombres de nuestra raza lograron y logran un conocimiento más firme y un desarrollo más amplio de la inteligencia».

     Hitler, por su parte, ve en el ario al «Prometeo de la Humanidad». Se comprende que Rosenberg se haya adherido con entusiasmo a estas teorías «ocultas» que tanto aprovechaban al «racismo positivo». Esta historia «fantástica» era enseñada en las Burgen SS que formaban a la selección de la Alemania futura, cuando se explicaba el capítulo sobre la cruz gamada. Lo que es cierto, en cualquier caso, es la extraordinaria difusión de este signo en la Antigüedad.

     En tibetano, la cruz gamada se denomina gyung-drung, y los lamas la consideran como el signo místico por excelencia, quizá por alusión al «rey del mundo», soberano invisible de la Tierra cuyo emblema estaría justamente representado por el signo que nos ocupa. La «leyenda» recogida por Saint-Yves d'Alveydre (en su Mission de l'Inde) afirma en efecto que el «maestro de Agarta» posee un sello de cruz gamada. Lo que es seguro, por el contrario, es que el gran conquistador Gengis Jan llevaba un anillo de cruz gamada, que se conserva en el museo de Ulan-Bator (Mongolia exterior). Esta sortija habría pertenecido, según la «tradición», al «rey del mundo» que la regaló al fundador del Imperio mongol.

     Posteriormente, el sentido esotérico de este signo se perdió en la bruma de la ignorancia, particular al mundo profano. Un hombre como Rosenberg, nutrido de esoterismo, aunque ferviente del racismo, no ignoraba el sentido oculto de la cruz gamada y su terrible poder evocatorio sobre las muchedumbres. El estado de hipnosis es el resultado fatídico de su contemplación, reforzado por la trinidad coloreada del negro, blanco y rojo, colores simbólicos eternamente asociados en las ciencias tradicionales y en las religiones antiguas, trátese de la Alquimia, de la Ciencia de los Números o, por ejemplo, de la Gnosis maniquea.

     En la Edad Media, los cátaros bogomilos de los Balcanes, secretamente afiliados al culto solar, adoptaron la esvástica como uno de sus emblemas sagrados al lado de la RUEDA SOLAR, en señal de su filiación maniquea consagrada a la luz. Es sabido que, en Occidente, los cátaros albigenses del Mediodía occitano hicieron de los castillos de Montségur y de Quéribus verdaderos templos que acogían la luz del Sol en determinados períodos del año (solsticios, por ejemplo). Esta tradición no había de ser renegada por los sucesores gnósticos de los cátaros, los Templarios. Los Caballeros del Temple usaban en efecto varias CRUCES diferentes, al lado de la cruz llamada «templaria» que conocemos perfectamente. Entre aquéllas, cabe señalar la CRUZ CÉLTICA, definida por una circunferencia y cuya significación no es necesario recordar. Este signo era conocido por los DRUIDAS de la antigua Galia, que pretendían tenerla a su vez de una tradición más antigua.

     El otro signo crucífero de la orden militar medieval era la CRUZ RUTENA, rica en simbolismo solar. Consta de cinco círculos circunscritos en un cuadrado. Si borramos los semicírculos de los ángulos del cuadrado, obtenemos el signo que nos interesa. Por último, el tercer signo, el menos extendido y más esotérico, si puede decirse, era la CRUZ GAMADA, sin que sea necesario volver sobre el sentido oculto de este símbolo. Tenemos actualmente la prueba de esa utilización. Así se ha encontrado, en el curso de unas excavaciones, un cofrecito marcado con la cruz gamada que contenía, entre otras cosas, unos discos de cobre acuñados con la esvástica. Se cree que estas piezas servían de contraseña en las reuniones de los altos dignatarios de la orden.

     Más próxima a nosotros, la Fraternidad de los Rosa-Cruz, heredera de la enseñanza tradicional tras la desaparición del templo, tomó de nuevo, al menos en su enseñanza esotérica, la misma emblemática sagrada. La innovación consistió en sobrecargar la cruz con una ROSA, equivalente occidental del LOTO hindú, señal de que la acción de la fama fraternitatis se desenvolvería bajo la égida del Amor y de la dulzura allí donde la acción material y guerrera de los templarios había fracasado. En el monasterio de Loudun puede contemplarse todavía una inscripción preñada de significado, pues representa una rosa cargada de una cruz gamada. El dibujo está firmado por Guyot, monje del siglo XIV, que no sería otro que el Kyot de la leyenda arturiana del Grial.

     A partir del siglo XVII, el uso de la esvástica parece desaparecer en Occidente. No olvidemos que esta misma fecha correspondería al retorno de los «Maestros de Sabiduría» hacia el Asia. En lo sucesivo habrá que esperar al resurgimiento en Alemania de los grupos ocultistas que habían de engendrar el fenómeno hitleriano para ver renacer un emblema que se creía desaparecido de Europa para siempre.


3. Los Iniciadores de Adolf Hitler

     En el origen de la carrera «mesiánica» de Adolf Hitler se encuentran tres grupos esotéricos diferentes por la forma y la organización, pero que concurren en realidad al mismo objetivo. Se trata de la ORDEN DEL NUEVO TEMPLE, fundada por el ex-cisterciense Lang; el grupo THULE, organizado por el barón Von Sebottendorf, y la SOCIEDAD DEL VRIL, inspirada por el pensamiento del escritor francés Louis Jacolliot. A títulos diferentes, estas tres sociedades secretas pueden jactarse de haber inspirado de manera determinante el pensamiento y la acción del señor del Tercer Reich.

     Para explicar la influencia de la ORDEN DEL NUEVO TEMPLE, hay que remontarse a la infancia de Adolf Hitler, nacido en Braunau am-Inn, el 20 de Abril de 1889. Destinado por su padre a ser funcionario de Aduanas, el niño ingresa en un colegio católico regido por benedictinos, la abadía de Lambach. Es en este edificio religioso donde parece que el destino ha dado a Hitler su primera cita.

     De la abadía de Lambach, Hitler guardará una precoz experiencia mística que se desarrollará más tarde en tendencias maniqueas, y sobre todo en el signo de la cruz gamada grabado treinta años antes en todo el monasterio por el padre abad Theodorich Hagen. Eclesiástico muy erudito, el padre Hagen era más o menos versado en Astrología y Ciencias Ocultas. Era igualmente un especialista del Apocalipsissegún Juan, del cual es sabido que estaba en la base de la doctrina cátara y de las interpretaciones milenaristas de Joachim de Fiore, el célebre autor-visionario, profeta del Tercer Imperio y del Espíritu Santo, en el seno de la corriente Imperial cuyo Mito se trasladó sobre Federico II.

     En 1856, el abad efectuó un largo viaje al Próximo Oriente, visitando entre otras poblaciones Jerusalén, y luego la isla de Patmos, donde Juan tuvo sus visiones celestes. Estuvo también en el Irán, patria de Zoroastro, en Turquía y en los países del Cáucaso donde, según los textos tibetanos, habría imperado el «rey del mundo» antes de su regreso a Oriente.

     De vuelta en Lambach, en 1869, aquel monje algo raro se puso en seguida en busca de obreros y ebanistas a los que ordenó esculpir en todos los rincones de la abadía, en la piedra, en la madera y hasta en los objetos del culto, un signo desconocido por todos: la esvástica. Adolf Hitler, que tenía unos diez años de edad, no pudo menos que quedar impresionado por la repetición del signo solar que se le grabó en el subconsciente. Cosa más significativa aún ocurrió que, en la misma época, cuando Hitler era todavía alumno de Lambach. En la abadía se recibió la visita de un monje cisterciense que respondía al nombre de Adolf-Josef Lang, físicamente el arquetipo del ario rubio con ojos azules. El hombre, atraído por la austeridad de la vida monástica, estuvo varias semanas encerrado en la biblioteca del monasterio, entregado a misteriosas investigaciones. ¿Descubrió en ella lo que buscaba? Parece ser que sí. Sabemos, en efecto, que la orden cisterciense, a la cual pertenecía Lang, fue reformada en la Edad Media por Bernardo, el mismo que se entusiasmó por los templarios hasta el punto de redactar la REGLA DE LA ORDEN y hacerla aceptar por el Papa.

     El caso es que, colgando los hábitos, Adolf Lang se fue poco tiempo después a Viena, donde fundó el año siguiente (1900) la Orden del Nuevo Temple, inspirada, como indica su nombre, en los célebres monjes-soldados medievales. Se proclamó su nuevo gran maestre confesando haber recibido la iniciación de un sucesor de Jacques de Molay [3]. De creer a Wilfried Daim, Hitler fue un lector asiduo de Ostara, el periódico publicado desde 1905 por un tal Georg Lanz von Liebenfels, alias Adolf-Josef Lang, que, hecho singular, había adoptado la CRUZ GAMADA por emblema. Para Lanz, las «razas inferiores» de cabello oscuro eran los «simios» de Sodoma representados por la Biblia, los demonios salidos de Gog y Magog, opuestos a los «arios rubios de ojos azules», «obra maestra» de los dioses, dotados de poderes supranormales en forma de «estaciones de fuerza» y de «órganos eléctricos» que les aseguraban una supremacía absoluta sobre todas las demás criaturas. Lanz pretendía «despertar» a los dioses que dormitaban en el hombre a fin de restituírle la «potencia divina» que le devolvería el «poder original».

[3] Ultimo Gran Maestre de los Caballeros del Temple, condenado a muerte por orden de Felipe el Hermoso y muerto en la hoguera en 1314.

     Aparte de su nebulosa teoría, lo que permanece más inquietante entre los escritos del ex cisterciense, son sus PREDICCIONES, cuyo contenido se aplica perfectamente al destino de Adolf Hitler. En una curiosa coincidencia, Lanz hace remontar el origen de la raza blanca a Thule y a los hiperbóreos, y ve una justificación de sus teorías en el pasaje bíblico (Libro de Enoc) que evoca seres translúcidos de cabellos blancos surgidos de una raza de gigantes. Más atrás en el tiempo, el primer filósofo «racista» que conocemos, el francés Fabre d'Olivet, da también a la raza primordial un origen BOREAL, y casi divino [4].

[4] Este último escribe, efectivamente, en su Histoire Philosophique du Genre Humain (París, 1966-1967, 2 vols.): «He de dedicarme solamente a la RAZA BLANCA, a la cual pertenecemos, y esbozar su historia desde la época de su última aparición en los alrededores del POLO BOREAL... Es seguramente muy difícil decir en qué época la raza blanca, o hiperbórea, comenzó a reunirse mediante algunas formas de civilización y aún más en qué época más remota empezó a existir. Moisés, que habla de ellos en el sexto capítulo del Bereshit (el Génesis), con el nombre de ghilboreanos, cuyos nombres eran tan célebres, según él, en la profundidad de los tiempos, sitúa su origen EN LAS PRIMERAS EDADES DEL MUNDO» (p. 82). Más adelante, Fabre d'Olivet escribe estas líneas, fechadas en 1821, en el tomo II, capítulo VI, "Mission d'Odin": «Ninguna de las circunstancias felices que le podían favorecer (a Odín) escaparon al discípulo de Zoroastro. Vio de una ojeada esa inmensa región que se extiende desde el Volga, en los confines de Asia, hasta las costas de Armórica y de Bretaña, en los extremos de la Europa prometida a sus dioses y sus armas» (p. 44). ¿No se aplica admirablemente este pasaje a las conquistas de Adolf Hitler, ese nuevo Odín? El escritor francés añade, por su parte: «Su valor, cantado por los bardos discípulos suyos, ha sido transformado por éstos en una virtud sobrenatural. Al correr de los tiempos, han encerrado en su historia particular todo cuanto pertenecía a la historia general de la RAZA BOREANA, a causa de Bore que él se había dado por antepasado» (p. 49). El circuito queda así cerrado, observaremos nosotros.

     Pero volvamos a los textos proféticos de Ostara, publicados en un número que hará época, el de la primavera de 1912. En ese artículo, Lanz recuerda que Odín, el más grande de los dioses de la mitología germánica, asimilable a Zeus o Júpiter, reinaba, según las sagas escandinavas, sobre el pueblo de los ases, oses u osetas, cuya ciudad sagrada, la «capital santa», es Asgard, una tierra situada, según Lanz, «en el punto donde las corrientes del Volga y del Don se acercan más», lo cual corresponde exactamente a la posición de Stalingrado, centro de una lucha titánica entre rusos y alemanes en el curso de la Segunda Guerra Mundial. De este «reino de los ases», el fundador de Ostara no es el único en hablar y, curiosamente, Renán acude en su socorro. Por esto encontramos, escritas por el escritor celta estas palabras enigmáticas:

     «Una amplia aplicación de los descubrimientos de la fisiología y del principio de la selección podría conducir a la creación de una raza superior, que tendría su derecho de gobernar, no solamente en la Ciencia, sino en la superioridad misma de su sangre, de su cerebro y de sus nervios». Y el escritor continúa: «Una fábrica de "ases", una ASGARD, PODRÁ SER RECONSTITUÍDA EN EL CENTRO DE ASIA...»

     ¡Nos parece soñar! Expulsados de sus tierras de elección por invasiones, los ases, guiados por Odín, de creer al ex monje, habrían refluído de la región que ocupaban en torno del Cáucaso hasta el mar Báltico. El emblema real de Odín, como el lector habrá adivinado, no habría sido otro que la cruz gamada [5], y Lanz indicaba:

     «Varias leyendas explican que un día los ases, conducidos por las valkirias y el gran Caballero blanco, convertido en señor supremo, irán a reconquistar la ciudad santa de Asgard, la tierra prometida de los antepasados, la Osetia en el Cáucaso, y la montaña mágica, el Elbruz, sobre el cual, según las leyendas, encalló el arca de Noé después del diluvio».

     Y Lanz se pone a profetizar:

     «La vida verdadera del señor supremo transcurrirá durante un período de seis veces doce años a fin de que pueda cumplir su misión bajo el signo de la RUEDA SOLAR que cambiará la faz del Universo».

[5] A propósito de la cruz gamada y de la relación entre este símbolo y el dios germánico Odín o Wotan, Madame Blavatski escribe, en su Doctrine Secrete (tomo III, p. 15, París, 1904): «Es el martillo de Thor, el arma mágica forjada por los enanos para usarla contra los gigantes, o las fuerzas titánicas pre-cósmicas de la Naturaleza que se rebelan y que, mientras están vivas en la región de la materia, no quieren ser domeñadas por los dioses —los agentes de la armonía universal—, pero han de ser destruídas primero. Es por esto que el mundo está formado de restos de Ymir degollado. La esvástica es el Mjolnir, el "martillo de la tormenta", y es por ello, se dice, que cuando los Ases, los dioses santos, después de haber sido purificados por el fuego —el fuego de las pasiones y de los sufrimientos, durante sus encarnaciones— se hacen dignos de vivir en Ida, en una paz eterna, el Mjolnir se tornará inútil». En cuanto al ocultista ya citado, Fabre d'Olivet, afirma que el gran dios de la mitología germánica «llamado Frighe, hijo de Fridulphe, apodado Wotan por los escandinavos, nos es conocido por el nombre de Odín». Y añade: «Frighe (hombre divinizado) era celta o escita de origen, como su nombre indica bastante. Un antiguo historiador de Noruega asegura que mandaba a los Ases, pueblo de origen céltico, CUYA PATRIA ESTABA SITUADA ENTRE EL PONTO EUXINO Y EL MAR CASPIO» (Fabre d'Olivet, op. cit., pp. 42 y 43). Esta afirmación, que sitúa justamente la morada de los Ases en la Osetia actual y su capital de Asgard, la moderna Stalingrado, coincide perfectamente con la tesis de Lanz, y no es el hecho menos sorprendente cuando se sabe que Fabre d'Olivet escribía en 1921. Más adelante, el autor llega a decir nada menos (p. 44): «Frighe era sectario de Zoroastro, conocía además todas las tradiciones de los caldeos y de los griegos, como lo prueban rotundamente varias instituciones que dejó en Escandinavia. Estaba iniciado en los MISTERIOS DE MITRA». No vamos a añadir nada más.

     Y vamos a ver cómo los escritos de este «mago» se inscriben en la línea de los «místicos del Sol», cuando afirma que el futuro «señor» tendrá «la revelación del signo CRUZ NEGRA GIRATORIA COMO EL SOL NEGRO». Aquí comienza un simbolismo de las cifras. En efecto, el enviado supremo permanecerá oscuro a los ojos de todos durante «dos veces doce años».

     «Al cabo de doce años después de su VERDADERO NACIMIENTO, tendrá en primer lugar la plena revelación del sentido del signo, y luego fabricará su estandarte. Después de haber recibido los pequeños misterios y los grandes misterios, será elegido, subiendo así los doce grados ascendientes del superhombre que le darán los poderes mágicos para realizar su alta misión. No obstante, deberá sufrir todavía la prueba del hierro y del fuego, hasta en su carne, antes de comenzar a reunir a sus discípulos y aparecer a plena luz, al final de su segunda edad verdadera».

     Su «tercera edad verdadera» lo verá caminar hacia el triunfo:

     «Cuatro etapas de tres años le serán necesarias para que sea reconocido por todos los de su pueblo. Dará un mensaje universal que no será comprendido por todos, pues en el curso de la segunda etapa conducirá a sus discípulos con este mensaje. En el curso de la tercera etapa, reunirá a la multitud creciente de sus discípulos en la nueva ciudad santa donde irradiará la cruz giratoria. Hasta el curso de la cuarta etapa no caminará hacia el mando de todo su pueblo. Entonces comenzará su cuarta edad verdadera. Emprenderá la cruzada contra las fuerzas del MAL, que lo convertirá en señor supremo de todo el Universo».

     Y Lanz se torna entonces de una precisión alucinante:

     «Esta cruzada durará cuatro veces cuatro años. El primer período será aquel durante el cual forjará su espada. El segundo período lo verá desenvainar el acero. El tercer período será aquel en que azotará como el rayo para arrancar la Humanidad a la corrupción judía y a la dominación materialista para conducir la cruzada hasta la RECONQUISTA DE ASGARD, la tierra santa de los ases, y PLANTAR SU ESTANDARTE EN LA CUMBRE DEL MONTE DEL ARCA».

     Y el fundador de Ostara concluye así:

     «...poseyendo toda la verdadera potencia de Odín, hará conocer a sus enemigos el fuego del cielo que estará a su servicio y azotará a la Tierra con más violencia que mil relámpagos. Será el señor supremo del mundo e instaurará en todas partes las leyes de su orden por mil años. (No obstante) Cuando la Era del espíritu esté instaurada durante cuatro veces tres años y su hijo haya alcanzado la plenitud de su edad verdadera, dos veces doce años, el señor supremo se dispondrá al gran viaje. El hijo habrá construído el ÁGUILA DE ORO que, al término exacto de la sexta edad verdadera del señor supremo, conducirá a éste hasta las PUERTAS DE LA CIUDAD CELESTE marcada con las doce cruces negras giratorias que irradian en la noche de los tiempos».

     En medio de muchas oscuridades, la simbólica cifrada y alegórica de Lanz nos puede sumir en un abismo de reflexiones a condición de ser correctamente interpretada.

     Pero sigamos la profecía paso a paso. Se desarrolla a tono con la vida de Hitler. Si consideramos que la cifra OCHO, según la tradición, es la de la INICIACIÓN, de la RESURRECIÓN, el «nuevo nacimiento» del señor, es decir, de Hitler (nacido en realidad el 20 de Abril de 1889) sería 1889 + 8 = 1897, fecha que corresponde al ingreso del niño como alumno en la abadía de Lambach-am-Traun, donde tuvo por primera vez la revelación de la cruz gamada.

     La cifra siguiente, DOCE, es la de la REALIZACIÓN o de la PLENITUD, es la de los misterios de la Antigüedad, de lo sagrado (los doce apóstoles, los doce signos del Zodíaco, los doce trabajos de Hércules). Es también el múltiplo de 3, y la trinidad es el misterio supremo tanto en Oriente (la tríada sagrada china, la Trinidad cristiana, los tres soles de Yámblico) como en Occidente (las tríadas druídicas). Es igualmente el múltiplo de 4, la cifra cuadrada que simboliza las diferentes regiones del espacio (Norte, Sur, Este y Oeste), los diferentes brazos de la cruz, permanente en la Naturaleza terrestre (las cuatro estaciones) y hasta infernal (subterránea: los cuatro jinetes del Apocalipsis). Cuatro es además el atributo de los elementos agua, aire, tierra y fuego, que son las fuerzas del Cosmos. De creer al historiador André Brissaud, fue en 1909 (1897 + 12) cuando Hitler descubrió Ostara y «compuso un proyecto de tapa para un libro que quería escribir, La Revolución Germánica, sobre la cual figuraba un estandarte de cruz gamada irradiante inscrita en un círculo» (En Miroir de l'Histoire, Nº 248, p. 44). Hitler tuvo, de esta manera, «la plena revelación del signo» evocada por Lanz.

     Si añadimos doce años más, obtenemos la fecha de 1921, que es la de los inicios del partido nacionalsocialista. En 1921 sobre todo, Hitler se convierte en «presidente» y jefe supremo del partido sucediendo a Anton Drexler. A partir de 1921, el médium de Braunau salva «los doce grados ascendentes del superhombre» y entra en la «tercera edad verdadera» que incluirá «cuatro etapas de tres años». En el curso de la primera, «dará un mensaje universal que no será comprendido por todos». Efectivamente, el putsch de Munich intentado por Hitler fracasa el 9 de Noviembre de 1923 a pesar de los éxitos iniciales del NSDAP y se ve en la prisión de Landsberg en 1924. De esta fecha a 1927, el partido nacionalsocialista se reforma. Es el período durante el cual Hitler «conducirá a sus discípulos con este mensaje». La tercera etapa termina en 1930, año en el que los nacionalsocialistas logran un gran triunfo electoral (107 diputados en el Reichstag). «Reunirá a la multitud creciente de sus discípulos». Por último, en la cuarta etapa Hitler accede al cargo de canciller y celebra su victoria en el Congreso de Núremberg. «Caminará hacia el mando de todo su pueblo».

     Entonces comienza «la cuarta edad verdadera» en cuyo transcurso «emprenderá la cruzada contra las fuerzas del mal». De 1933 a 1936, Hitler organiza el rearme de Alemania. «El primer período será aquel durante el cual forjará su espada». En el curso de la segunda etapa (1936 + 3 = 1939) Hitler inaugura la Era de los golpes de fuerza, el primero de los cuales es la reocupación militar de Renania, seguida por la anexión de Austria y la absorción de Checoslovaquia. Es la época que «lo verá desenvainar el acero».

     En 1939, al comienzo del «tercer período», estalla la Segunda Guerra Mundial, «en la que azotará como el rayo». Hitler (1939 + 3 = 1942) va de triunfo en triunfo. Tres años más y estamos en 1942. El Führer se halla en la cúspide de su poderío, pues ha conquistado Europa y la mitad de Rusia. Sólo le falta apoderarse de Stalingrado, capital de la Osetia, «para conducir la cruzada hasta la RECONQUISTA DE ASGARD Y PLANTAR SU ESTANDARTE EN LA CUMBRE DEL MONTE DEL ARCA», lo cual es un hecho cuando un grupo de soldados alemanes planta la bandera de la cruz gamada en el monte Elbruz, cumbre del Cáucaso y «montaña sagrada de los arios». La esvástica ondea también en Stalingrado, entre el Don y el Volga, pero a partir de este momento, las profecías de Lanz se estropean. Hitler, por las razones místicas que ahora conocemos, rehusa evacuar Stalingrado donde sus ejércitos están cercados y son destruídos, no será jamás el «señor supremo del mundo que instaure en todas partes las leyes de su orden por mil años», ese MILLENARIUM que no cesaba de anunciar el Führer. No poseerá el FUEGO DEL CIELO, la bomba atómica que «azotará a la Tierra con más violencia que mil relámpagos». Es el estadounidense Truman quien lanzará el «Sol de Hiroshima» y desatará el fuego de la energía nuclear. ¿Qué habría pasado si un comando Aliado no hubiese logrado destruír, en 1943, la fábrica de agua pesada instalada en Noruega? Hitler... señor del mundo. Hemos pasado muy cerca de la «predicción de Lanz». En fin, el astrólogo debió de haberse equivocado en sus cálculos. A menos que el porvenir no nos depare otras sorpresas en una época próxima que vería el «águila de oro» llevar al «señor supremo hasta las puertas de la ciudad celeste marcada con las doce cruces negras giratorias que irradian en la noche de los tiempos».


El Grupo Thule

     Si Hitler fue influído por las «predicciones» de la revista Ostara y estuvo quizás afiliado a la Orden del Nuevo Temple en los años inmediatos que precedieron a la Primera Guerra Mundial, el influjo de la Thulegesellschaftsobre el partido nacionalsocialista en sus inicios no deja de ser irrefutable y mucho mejor probado.

     Esta «sociedad secreta» fue creada en Agosto de 1918 por iniciativa del barón Von Sebottendorf, personaje extraño que merece toda nuestra atención. El grupo Thuleen sí no era más que la emanación de una sociedad iniciática mucho más importante intitulada ORDEN DE LOS GERMANOS (Germanenorden), fundada en 1912 y de la cual Sebottendorf llegó a ser una de las «cabezas pensantes», hasta el punto de que le fue confiada, en Enero de 1918, la dirección de la rama bávara de la orden.

     Nacido en Sajonia en 1875, Sebottendorf realizó antes de 1914 numerosos viajes al Próximo Oriente. Durante la guerra balcánica de 1912-1913, dirigió incluso la organización de la MEDIA LUNA ROJA turca y fue elevado a la maestría del Rosario (Rosenkranz). En cualquier caso, la influencia de este personaje en la Alemania de posguerra era considerable, puesto que podía amenazar impunemente al jefe de policía de Munich con desencadenar programas que arrastrarían al Gobierno en caso de que algún miembro del grupo Thule fuese molestado. En este «caldo de cultivo» de las sectas racistas alemanas con vocación oculta, surge el DAP (Partido Obrero Alemán) fundado por Anton Drexler e inspirado directamente por nuestro famoso barón, movimiento que había de hallar su fórmula definitiva en el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) y su «gran inspirado» en Adolf Hitler.

     La Thulegesellschaftcobijaba bajo su sombra toda una red de grupos similares inspirados por la misma doctrina racista y anti-judía con base de ocultismo, tales como la Unión del Martillo, que contó un momento entre sus miembros influyentes con el economista Gottfried Feder, uno de los futuros «cuadros» del partido nacionalsocialista. En cuanto al nombre de la secta, se inspira en la mitología germánica, ya que el martillo en cuestión es precisamente el «martillo de Thor» [6] herramienta del dios paralelo a Vulcano que forja en su antro las armas de Odín, el RAYO. Esta herramienta simbólica está figurada por la letra Tau invertida, y consta siempre de la esvástica, la cual no sería otra, en esta interpretación, que el símbolo de la TRANSMUTACIÓN ALQU1MICA. Su origen remoto sería egipcio.

[6] Es el momento de recordar aquí la profecía del escritor alemán Henrich Heine. Fue redactada una noche del mes de Marzo de 1840 por un hombre presa de un éxtasis indescriptible, sentado ante una jarra de cerveza, en una pequeña taberna de Múnich. Con mano temblorosa y febril, el gran pensador alemán que fue Heine, trazaba estas líneas proféticas y terribles: «El cristianismo ha suavizado el brutal ardor bélico de los germanos, pero no ha podido destruirlo, y cuando la cruz, ese talismán que lo encadena, sea rota, desbordará de nuevo la ferocidad de los antiguos guerreros... Thor se alzará con su martillo gigantesco y demolerá las catedrales góticas. Cuando oigáis los estruendos y el tumulto, poneos en guardia, queridos vecinos de Francia. El pensamiento precede a la acción como el relámpago al trueno. El trueno de Alemania es alemán, la verdad sea dicha. No es muy ágil y rueda con lentitud. Pero vendrá, y cuando oigáis un crujido como nunca un crujido igual se ha dejado oír en la Historia del mundo, sabed que el trueno alemán habrá alcanzado su objetivo. Entonces se representará un drama al lado del cual la Revolución francesa no habrá sido más que un inocente idilio».

     Pero para volver a la acción de la Sociedad, cabe preguntarse cuál era su implantación. Por sorprendente que parezca a primera vista, el Sur de Alemania era mucho más receptivo a este género de «propaganda» esotérica, y las reuniones del grupo tenían lugar principalmente en Múnich, plataforma giratoria de los movimientos secretos y anti-weimarianos. Destaca igualmente en este círculo de iniciados la presencia de Hans Franck, abogado del partido nacionalsocialista, que había de ser un día gobernador general de la Polonia ocupada.

     En su obra, hoy imposible de encontrar, Bevor Hitler kam (Antes de que Viniera Hitler) el animador del grupo Thule recuerda cuál fue la fuente esotérica de su doctrina, y ello coincide con nuestro punto de vista y demuestra que los fundadores del partido nacionalsocialista usando curiosamente la óptica de Federico II de Hohenstaufen, no desdeñaban buscar en el Islam, religión en eterno devenir, una parte de su inspiración gnóstica. Sebottendorf no dudaba en escribir: «El Islam no es una religión petrificada. Muy por el contrario, su vitalidad es mayor que la del cristianismo». ¿De dónde puede venir su fuerza? De su manantial escondido «de un agua viva que lo fecundaba todo en los primeros tiempos de la Iglesia y que suscitó en la Edad Media las más maravillosas floraciones». No se puede comprender esta búsqueda en las fuentes de las grandes religiones, monoteísmo de Akenatón, zoroastrismo, maniqueísmo, gnosis, budismo, Islam, de no tener en cuenta la INICIACIÓN SOLAR común a todas estas tentativas metafísicas. Los «nuevos señores» de Alemania no podían ignorar esta filiación, y Hitler menos que nadie. Era menester, en esta perspectiva, recobrar el «hilo del conocimiento perdido» y «el camino que lleva a la real Thule», y para hacerlo, utilizar las corrientes esotéricas tradicionales, únicas que pueden reconstituír, página tras página, el «gran libro de la epopeya de los arios».

     Esto está corroborado por la explicación de Sebottendorf que escribe:

     «Es necesario demostrar que la francmasonería oriental conserva todavía fielmente, en nuestra época, las antiguas enseñanzas de la sabiduría, olvidadas por la francmasonería moderna, cuya constitución de 1717 fue un desvío de la justa senda».

     Según su propia visión, Sebottendorf estaba encargado de realizar una misión:

     «No se me puede reprochar ninguna profanación ni sacrilegio alguno descubriendo la fuente de estos misterios... Es el camino que las órdenes de derviches suelen recorrer a fin de adquirir fuerzas especiales mediante técnicas particulares. Son en su mayoría hombres que aspiran a la alta iniciación, aquella de la cual provienen los que han sido formados y preparados para misiones de jefes espirituales del Islam...

     «Esta alta iniciación es la base práctica de la masonería, y constituía la obra de los alquimistas y de los Rosa-Cruz... Pero para responder a la acusación de una traición por parte mía, es menester declarar que este texto ha sido escrito A PETICIÓN DE LOS JEFES DE LA ORDEN. La razón de ello es que una vasta organización de la incredulidad, de dimensiones monstruosas, quiere someter al mundo civilizado. Las instituciones religiosas están tan profundamente socavadas que no pueden siquiera rehacerse ni oponer una resistencia unificada. Si no surgen jefes espirituales en Occidente, el caos puede arrastrarlo todo hacia el abismo. En este desamparo, los "hermanos musulmanes" se acordaron de que la tradición afirma que hubo un tiempo en que Europa CONOCÍA LA ALTA CIENCIA... El desamparo del momento hizo desvanecerse toda objeción a la publicación de esta obra».

     En esta iniciación, Sebottendorf reivindica como maestro suyo al dirigente de la Unión del Martillo Theodor Fritsch (1852-1933), autor del Manual de la Cuestión Judía, folleto que tuvo en su tiempo cierto éxito. El libro de Fritsch evocaba los «grandes mitos» familiares para el lector, tales como los «temibles gigantes» o la «mistificación cristiana».

     Fritsch ejerció una influencia notable en las teorías de la «Orden de los Germanos», fundada en 1912, que se parecía a ciertas logias de la masonería prusiana (racista), así como a algunas asociaciones anti-judías declaradas. En Thale, en Mayo de 1914, según refiere Von Sebottendorf, los militantes de la Germanenorden formaron una alianza secreta, la primera logia anti-judía destinada a oponerse como sociedad consciente a la alianza secreta judía.

     El grupo Thule se convirtió en una filial particularmente activa de la sociedad matriz, puesto que los principales intelectuales nacionalsocialistas habían de salir de él, copiándole numerosos ritos, principalmente el del saludo Sieg Heil!, según el testimonio de Sebottendorf. La prohibición de su libro en Alemania en 1934 incita a creer que decía la verdad.

     Las reglas de la Germanenorden eran muy estrictas: Ante todo, la orden sólo admitía como miembros a alemanes «de pura sangre», y a mujeres únicamente con el grado «de amistad».

     En vísperas de la guerra de 1914, un centenar de logias estaban ya constituídas en todas partes de Alemania, agrupando varios miles de miembros. Por supuesto, la organización permanecía secreta. En Diciembre de 1917, a instancias de Sebottendorf, fue decidida la publicación de las «Noticias Generales de la Orden» destinadas únicamente a los iniciados, y de las «Runas» accesibles a las titulares del grado «de amistad».

     Fue en aquella ocasión cuando Von Sebottedorf consiguió el importante puesto de jefe para toda Baviera. Lo aprovechó luego para escribir esta frase reveladora: «Esta elección ha sido importante, pues Baviera se convierte así en la cuna del movimiento nacionalsocialista». En las publicaciones de la orden figuraba en lugar destacado la cruz gamada acompañada del símbolo del dios Wotan. En cuanto al apelativo de Thule, que sucedió a «Orden de los Germanos» hasta el punto de absorberlo completamente, sabemos con qué se relaciona. Este nombre «mágico» no podía por menos que atraer al ocultista Sebottendorf, muy versado en Astrología, pues estableció numerosos horóscopos para altas personalidades. Por iniciativa suya, a partir de 1918 las logias se celebraron todos los sábados, día de Saturno, astro muy vinculado al destino de Adolf Hitler, nacido bajo el signo de Aries, que transcribió el símbolo astrológico en su firma.

     Añadamos que la sigla oficial de la Thulegesellschaft, que decoraba todas las logias, representaba la cruz gamada sobrecargada con dos lanzas. ¿Por qué este triple símbolo? Según Rosenberg, porque los pueblos nórdicos aportaron la cruz gamada, como también por lo demás la lanza, la aureola y la cruz ordinaria, bastante antes del año 3000 a.C., a Grecia, a Roma y a las Indias.

     La derrota de 1918 favoreció a los grupos esotéricos racistas aprovechando la desesperación de numerosos alemanes. Así, el 9 de Noviembre de 1918, o sea, dos días antes del armisticio, Sebottendorf pronunció el discurso siguiente, instructivo y premonitorio:

     «Tengo la intención de empeñar a la "Thule"en este combate mientras posea el martillo de hierro... Lo juro sobre esta cruz gamada, sobre este signo que nos es sagrado, a fin de que lo oigas, ¡oh, SOL TRIUNFANTE!, y mantendré mi fidelidad para con vosotros. Tened confianza en mí como yo la tengo en vosotros... Nuestro dios es el padre del combate y sus runas son las del águila... que es el símbolo de los arios. Así es que, para destacar la facultad de combustión espontánea del águila, se la representará en rojo... Tal es nuestro símbolo, el águila roja, que nos recuerda que debemos pasar por la muerte para poder revivir».

     El simbolismo del águila será repetido por los nacionalsocialistas, acompañado de la esvástica. El Sol alado representa un símbolo muy antiguo adoptado tanto por los egipcios como por los mazdeístas o los griegos.

     En su libro, Antes de que Hitler Llegase, Sebottendorf publicó la lista completa de los miembros del partido nacionalsocialista que habían pertenecido al grupo Thule. Entre ellos figuran los nombres de Dietrich ECKART, redactor del Völkischer Beobachter y consejero de Hitler (muerto en 1923); de Rudolf HESS, y de Alfred ROSENBERG, colaborador de Dietrich Eckart y Reichsleiterdel partido nacionalsocialista, autor del famoso El Mito del Siglo XX. Aparte de estos «brillantes segundos», la Thulegesellschaft se enorgullecía de contar a Adolf Hitler entre sus «hermanos visitantes».


La Sociedad del «Vril»

     Encontramos en el origen de esta sociedad, conocida igualmente con la denominación de logia luminosa, al escritor francés Louis Jacolliot (1837-1890). Había sacado su inspiración de los «iluministas», entre los cuales estaban el sueco Swedenborg y el francés Louis-Claude de Saint-Martin, fundador de la orden martinista, así como del alquimista alemán del siglo XV Jacob Boehme, restaurador del movimiento de los Rosa-Cruz. Jacolliot pasó gran parte de su vida en Oriente, y más particularmente en la India, donde fue mucho tiempo magistrado en los antiguos establecimientos franceses. Entre las obras destacadas de este escritor «esotérico», citemos algunos títulos significativos: Krishna et le Christ, Les Traditions Indoasiatiques, y Rois, Prétres et Castes.

     Jacolliot ve el principio de toda acción humana transcendente en el VRIL, formidable reserva de energía de la cual el hombre no suele utilizar más que una ínfima parte. Los yoguis de la India saben perfectamente de qué se trata cuando hablan del despertar de Kundalini, la «serpiente de fuego» situada en la columna vertebral y que puede ser liberada mediante prácticas tántricas de base sexual.

     La secta del «Vril» sigue viviendo en la India como grupo esotérico, y sumaba todavía hasta hace algunos años dos millones de adeptos repartidos esencialmente en el Estado de Maisur. Los «adoradores» del Vril veneran al Sol, y todas las mañanas saludan el renacer del astro del día. Sus templos están marcados en los ángulos con motivos de CRUCES GAMADAS, lo cual no ha de extrañarnos habida cuenta del significado del símbolo.

     La «Sociedad del Vril», fundada en Alemania a principios del siglo XX, tenía en ese país estrechos lazos con ciertos círculos teosóficos y, en el extranjero, con la Golden Dawn británica, fundada por S. L. Mathers, a la cual perteneció el célebre escritor inglés H. G. Wells, autor de La Guerra de los Mundos y menos conocido como filósofo. Curiosamente, Wells se revela en su libro Dios, el Invisible Rey como un místico del Sol. En efecto escribe, no sin razón según parece:

     «...las más antiguas tradiciones religiosas que cabe considerar como las más próximas a esa revelación primitiva cuya existencia nos incita a postular bastantes hechos que desembocan en la constatación de que estaban fundadas en el CULTO DEL SOL, tanto en la época de los dólmenes como en las civilizaciones precolombina, egipcia, escandinava, y hasta en Japón, donde el Sol es una diosa».

     Para Wells «el primer foco de la religión solar fue verosímilmente la Atlántida... De la Atlántida, la religión solar pasó a Méjico, a Perú, a Egipto, a Caldea», y el autor añade esta frase que habla por sí sola: «La religión hiperbórea era solar como lo fue la de los druidas». Estos escritos de Wells son el reflejo de la enseñanza de la Golden Dawn o «alba dorada», no sin relación con la Rosa-Cruz de oro holandesa que contó entre sus miembros al maestro francés Gadal, especialista del catarismo y amigo de Otto Rahn.

     Entre los miembros berlineses de la «Sociedad del Vril», destaca el nombre de Karl Haushoffer. Nacido en 1889, este personaje dará mucho que hablar hasta su muerte en 1946. Efectuó numerosos viajes a Oriente, principalmente a Japón, donde estudió el budismo zen, y a la India. En 1918 Haushoffer fue a afincarse en Múnich, refugio de todas las sociedades secretas, y fue uno de los primeros afiliados al Partido Obrero Alemán fundado el mismo año por el obrero cerrajero Anton Drexler (partido que se transformó en NSDAP por impulso de Adolf Hitler).

     El papel de Karl Haushoffer, fundador de la «Geopolítica», fue ciertamente importante, principalmente como conferenciante y "proveedor de fondos" del movimiento nacionalsocialista en sus inicios. Karl Haushoffer no sobrevivió mucho tiempo a la muerte de su "discípulo" Adolf Hitler, pues se suicidó en 1946 haciéndose el harakiri a la manera de los samurais. Su hijo Albrecht, que conoció una parte de la verdad a propósito de los secretos de la «logia del Vril», se puso al lado de la resistencia anti-nacionalsocialista y participó en el complot del 20 de Julio de 1944, que se proponía asesinar a Hitler. La red a la cual pertenecía se titulaba la «Rosa Blanca», puro símbolo del conocimiento iniciático.


4. El Iniciado Adolf Hitler

     Adolf Hitler nació el 20 de Abril de 1889, en Braunau-am-Inn, río que sirve de frontera entre Austria y Alemania. La Alta Baviera es el país de los médiums, y no lejos de allí discurre el majestuoso Danubio, poblado de las leyendas de la mitología germánica. Baviera es, además, el país de los bosques y de los castillos fantásticos erigidos por el rey Caballero Luis II, en pleno siglo XIX, y Wagner, ese titán de la música, podrá por fin realizar en Bayreuth su sueño de un templo de la armonía consagrado a su obra. Todas estas influencias impregnan con sus efluvios místicos el alma de aquel que, antes de lanzarse en la política, habrá querido ser tan sólo un artista. (...)

     He aquí lo que no ha de sorprendernos en cualquier caso. La semejanza entre ambas personalidades SOLARES, de Hitler y de Napoleón, es reforzada por otros signos. Así, lo que, más que su genio, hizo sin duda la grandeza de Napoleón, es la extraña fascinación que ejercía a su alrededor y que sigue ejerciendo, amplificada por la posteridad. Ahora bien, un poder magnético del mismo orden, provocador de entregas fanáticas y absolutas, se inscribe innegablemente en el horóscopo del canciller del Reich... Encontramos también el mismo espíritu aventurero, apasionadamente enamorado de la grandeza, pero, como contrapartida, con la misma despreocupación de la personalidad (y hasta de la vida) ajena. Napoleón se rodeaba mal: Hitler parece estar predestinado a ser perjudicado y hasta traicionado por sus segundos. (...)

     Sabemos que Hitler tuvo a su lado varios astrólogos a lo largo de toda su carrera. Hanussen, el «mago» que anunció el incendio del Reichstag, es el más conocido. Fue asesinado en 1933. Otros lo sucedieron con más o menos éxito. Entre ellos, encontramos el nombre de Elisabeth Eberstein, que editaba en Goerlitz libros y revistas astrológicos. Bastante renombrada por la calidad de sus trabajos, fue presentada a Hitler por el jefe supremo de la SS Heinrich Himmler, en el curso del año 1934. Ella fue quien aconsejó al Führer la construcción del «nido de águila» de Berchtesgaden, en la cima del monte Kehlstein. Desde lo alto de aquella terraza, podía contemplarse muy bien la bóveda celeste y consultar a los astros. Elisabeth Eberstein, a consecuencia de no se sabe qué intriga, cayó súbitamente en desgracia y volvió a su ciudad de Goerlitz. A principios de Octubre de 1939, los periódicos anunciaron la muerte repentina de la «pitonisa». (...)

     Hitler estaba perfectamente preparado para su papel de «receptáculo» de las fuerzas ocultas desde su primera juventud. Impresionado desde la edad de quince años por la música patética de Wagner, cae en éxtasis místico tras una representación de Rienzi [7] y, abandonando a su amigo August Kuzibeck, corre fuera de la ciudad y sube a la colina que domina Linz. Delante de las estrellas, en esta noche de otoño, Hitler, por primera vez, traba conocimiento con lo INVISIBLE. Más tarde, en Viena, al tiempo que «devora» Ostara, Hitler, en el transcurso de aquellos años errabundos, se lee bibliotecas enteras. Así guardaba mejor en la memoria que muchos profesores, la sustancia de los 25.000 versos de Parsifal. Martín Lutero y toda la historia de la Reforma le gustaban mucho, y manifestaba un vivo interés por el dominico Savonarola. Estaba muy instruído acerca de las actividades de Zwinglio en Zúrich y de Calvino en Ginebra, y había leído las enseñanzas de Confucio así como las de Buda y de su época. Leyó enormemente obras sobre Moisés, Jesús, los orígenes del cristianismo, e incluso estudió las obras de Renán y de Rosaltis [8].

[7] Cola Rienzi, político italiano, se esforzó en reformar las instituciones romanas. Gibelino, fue vencido por los partidarios del Papa y asesinado por el populacho en 1354. Wagner se inspiró en aquel tribuno del pueblo para una ópera.
[8] Citado por Joseph Grenier en Hitler, les Années Obscures, por Ernst Hanfstangl, París, 1969.

     Nos percatamos, al descubrir los autores preferidos de Hitler, que su elección estaba orientada por consideraciones muy particulares. El estudio de la sabiduría oriental y tibetana, del nacimiento del cristianismo que vio florecer en las primeras edades a los autores gnósticos, y luego de la Reforma anti-católica, se completa por la lectura de autores con clave cuya obra está fuertemente teñida de esoterismo: Dante y Goethe, por citar sólo los más conocidos.

     El florentino fue posteriormente agregado al panteón nacionalsocialista de los "genios de la raza aria". Dante, según Rosenberg, es de origen germánico. Se llamaba Durante Aldiger... Toda su vida se puso al lado de esa idea nórdica de que el poder temporal ha de ser independiente de la dominación de los sacerdotes. «No temió someter al tormento a los Papas depravados, de decir que Roma era una cloaca, y sobre todo escribía en la lengua del pueblo». Pero vayamos más lejos en el análisis. El adalid de la causa gibelina e imperial no podía sino ser favorablemente acogido tanto entre los «iluminados de Baviera» como en «la estrella azul de Praga», o en Viena, entre los sucesores de los «señores de las marcas lombardas». Dante da importancia a la raza y proclama que «todo casamiento desigual es un pecado contra la sangre». En cuanto al sueño del IMPERIUM, grato a los hitlerianos, cuando el rey alemán, conde de Luxemburgo, Enrique III, entra en Italia y se hace coronar emperador en Roma, Dante prepara con entusiasmo el terreno a este príncipe-templario que murió envenenado por una hostia, por orden del Papa. En términos nacionalsocialistas, la Sehnsucht [nostalgia] de Dante por el Indo y el Ganges, a través del mito de la monarquía universal, «es mencionada como la expresión de la nostalgia del lugar original de los grandes antepasados». Inscrito en el programa de los «colegios SS» y de las «escuelas» del Partido, Dante fue objeto de estudios numerosos por parte de los sabios nacionalsocialistas. En la Cracovia ocupada o en el Romanischer Seminarde Viena, enseñaban que «Dante era un valeroso y auténtico TEMPLARIO, que había comprendido perfectamente que el gobierno del mundo corresponde a la selección, una selección Blanca, y que respeta a la mujer como lo hace actualmente todo ario, en el caso del poeta. Es ante todo gracias a su apoyo y luego después al del gran burgundio Bernhard [9] que fue posible la ascensión hacia el SOL de los Caballeros blancos».

[9] Que no es otro que Bernardo de Claraval, protector de los templarios.

     No se acabaría de disertar acerca de las opiniones literarias de Hitler y sobre el prisma a través del cual él veía a los grandes personajes de la Historia cuya sucesión, en cierta manera, se adjudicaba. Si bien pone en el pináculo al Zaratustra [10] visto por Nietzsche, Hitler no desdeña ni mucho menos otras figuras históricas ilustres desde la Antigüedad hasta nuestros días. Siente un parentesco con Juliano cuyas obras ha leído y que, a sus ojos,

     «se debería difundir a millones el libro que contiene las reflexiones del emperador Juliano. ¡Qué maravillosa inteligencia y qué discernimiento! ¡Toda la sabiduría antigua!» [11].

[10] Una actitud semejante encontramos en el enjuiciamiento de Rosenberg sobre Zoroastro: «Zaratustra se remite en ello a la sangre aria que debe obligar a todo persa a servir al Dios de la Luz» que ha de triunfar de Angra-manyu (Ahrimán). «Actualmente, en el centro y en el Norte de Europa, la misma alma de la Raza que vivía antaño con Zaratustra, despierta con una fuerza mítica y adquiere una conciencia más elevada de sí misma» (El Mito del Siglo XX, trad. francesa, pp. 22 y 23).
[11] Adolf Hitler, Libres Propos, Flammarion, 1954, p. 87, tomo I.

     Estos elogios ditirámbicos dirigidos al adorador de Mitra y de Helios-Rey no han de extrañarnos en boca del hombre del SOL NEGRO presente en la cruz gamada, y en este concepto:

     «Sería mejor hablar de Constantino el Traidor y de Juliano el Fiel, que de Constantino el Grande y de Juliano el Apóstata».

     Y el Führerconcluye sin ambages:

     «Lo que los cristianos han escrito contra el emperador Juliano es casi del mismo calibre que lo que los judíos han escrito contra nosotros. Los escritos del emperador Juliano, en cambio, pertenecen a la más alta sabiduría.
     Si la Humanidad se tomase la molestia de estudiar y de comprender la Historia, sacaría consecuencias de un alcance incalculable» (Ídem, p. 247).

     Más cerca de nosotros, Hitler califica al «corso Napoleón» de «genio militar único en el mundo» y, en el fondo de su corazón, casi le tiene envidia. Quiere seguir sus huellas, y en 1939 se pone la guerrera militar que ya no volverá a quitarse. La asimilación llega más lejos, puesto que se encarga de la dirección de la guerra y, en los primeros años del conflicto al menos, igual que el francés, alcanza éxitos fulminantes. Cuando en Junio de 1940 las tropas alemanas entran en París, Hitler da órdenes para que desfilen bajo el Arco de Triunfo de la Estrella, en señal de respeto por Napoleón, y cuando hace una visita relámpago a la capital, se presenta personalmente de manera inmediata en los Inválidosy allí, ante la tumba de pórfido que contiene los restos del Emperador, medita largamente y oye una voz que le murmura al oído: «¡Ve a Rusia! ¡Ve a Rusia!». Y como Napoleón 129 años antes, Hitler se lanza, el 21 de Junio de 1941 [12], aniversario del paso del Niemen por la «Grande Armée», a la conquista de la inmensa Rusia. Entre la coronación de NAPOLEÓN EMPERADOR y la llegada de Hitler al poder (1804 y 1933) encontramos el mismo intervalo de 129 años. Podríamos ir más lejos en la analogía al constatar, por ejemplo, que Napoleón y Hitler reinaron cada uno once años (1804-1815 y 1934-1945), pero, ¿acaso no son normales semejantes coincidencias en dos hombres marcados por los ASTROS de una misma configuración? De la misma manera, no se puede interpretar como un gesto dictado únicamente por el oportunismo político la decisión de repatriar a Francia las cenizas del «Aiglon» [Napoleón II, hijo del anterior], enterrado en Viena.

[12] Que es el día del solsticio de verano, epifanía solar.

     La ceremonia del traslado de las cenizas estuvo rodeada de una gran pompa, tal como había querido Hitler para rendir homenaje al hijo de Napoleón. Esta faceta del Führer, situándose de nuevo en la «cadena de los muertos» consagrados al SOL NOCTURNO es el equivalente del aspecto despiadado y demiúrgico del dictador alemán.

     Lo que distingue a Hitler de los otros místicos es su carácter excesivo, su voluntad de dominación que hace de él a la vez un INICIADO y un GRAN SACERDOTE. En el plano de la disciplina corporal, Hitler seguía las reglas estrictas del iniciado de todas las religiones, trátese de los "perfectos" cátaros, de los pitagóricos o de los sacerdotes mazdeístas: alimentación VEGETARIANA y CONTINENCIA SEXUAL. Un ascetismo semejante facilitaba sus éxtasis de médium y le permitía entrar en contacto con determinados «magos» diseminados por Europa. (...)

     El 12 de Abril de 1945, cuando la tempestad de la artillería soviética comenzaba a desencadenarse sobre el Berlín asediado, en el fondo del búnker de la Cancillería del Reich, Goebbels, ministro de Propaganda y «fiel entre los fieles», iba de estancia en estancia exclamando: «¡La zarina ha muerto! ¡La zarina ha muerto!» [13]. A su juicio y al de Hitler, se trataba de un verdadero milagro análogo al que salvara la vida del rey de Prusia Federico II cuando, rodeado por los ejércitos enemigos, se disponía a poner fin a sus días. La muerte inopinada de la zarina Catalina II, en 1762, provocó un cambio de alianzas favorable al monarca prusiano.

[13] No se trataba de la esposa alemana del zar Nicolás II, atraída por los «magos» y las «ciencias ocultas», asesinada en Ekaterinburgo con la familia imperial por los bolcheviques. En su agonía había trazado, en la pared de la casa Ipatiev, donde estaba presa, una cruz gamada. Es el punto de partida de una «curiosa aventura» en la que se inspiraron los servicios secretos franceses para «hacer publicar» un libro de espionaje en forma novelada (antes de 1939)... Libro destinado a hacer comprender a los dirigentes nacionalsocialistas que no eran los únicos en interesarse muy detenidamente por «el enigma del Dragón verde»... Pero esa es otra historia que nos llevaría muy lejos.

     Pero, esta vez, la hora del destino había sonado sin que el «milagro» de la «casa de Brandeburgo» se repitiese. La muerte de Roosevelt, asimilado por Goebbels a Catalina II, no había de provocar revoluciones diplomáticas ni aplazar la derrota ineluctable del Tercer Reich.

     La PROVIDENCIA, palabra que encubría extrañas potencias y que él invocaba constantemente en sus discursos, no acudió en auxilio del Führer [14]. La alquimia nacionalsocialista que, a través de los tres colores, negro, blanco y rojo, del estandarte con cruz gamada, había de desembocar en la «piedra filosofal» por la creación del superhombre, triunfador del HIELO por el FUEGO (teoría grata al sabio nacionalsocialista Horbiger), fracasó completamente. El 30 de Abril de 1945 [15], la seca detonación de una pistola Walther hacía saber a los habitantes del búnker que el Führer acababa de quitarse la vida. El cuerpo de Hitler, envuelto en una manta, conoció el fin terrestre de los «iniciados» al ser consumido por el FUEGO purificador, en una hoguera solitaria, al resplandor de las explosiones anunciadoras del «crepúsculo de los dioses».

[14] A propósito de la carrera "mesiánica" y propiamente religiosa de Adolf Hitler, cabe citar este pasaje asombroso hallado en un órgano nacionalsocialista: «La Unción del Señor es nuestro camarada de lucha, Dios nos ha enviado un Salvador, nuestro Führer»(Citado por G. Welter, en Histoire des Sectes Chrétiennes, París, 1950, p. 264).
[15] Coincidencia o no, es igualmente el 30 de ABRIL que cae tradicionalmente la «noche de Walpurgis», que ve a los fantasmas liberados de sus cadenas volver entre los vivos. Esta leyenda es típicamente germánica.

     No obstante, si interrogáis a numerosas personas, os contestarán que Hitler no ha muerto, «que se esconde para reaparecer un día», o «que se halla retirado en una base secreta situada en el océano Antártico». Así, hasta inconscientemente, la Prensa y el rumor público, haciéndose eco de estas «leyendas», renuevan y «actualizan» sobre la cabeza de Hitler el mito milenario del «gran monarca» y del «Emperador dormido» que ha de despertar a Europa. Federico II de Hohenstaufen, no lo dudemos, seguirá teniendo émulos, cuidadosamente preparados y «lanzados» al escenario del mundo. Recordemos, a este propósito, que en la misma fecha del 30 de Abril de 1945, un gran tetramotor emprendía el vuelo de la Alemania en ruinas, llevando en sus flancos, cual el ave del Apocalipsis, a los «cardenales del sacro colegio hitleriano» hacia un destino lejano, el Tíbet, ese «Techo del mundo», objeto de todas las codicias, que será invadido quince años más tarde por las tropas avanzadas del SOL ROJO, Mao Tsé-Tung.–





Richard Popkin - El Milenarismo del Siglo XVII

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     El estadounidense Richard Popkin (1923-2005) fue profesor de Historia y Filosofía en diversas universidades, pero últimamente en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Fue un filósofo académico especializado en el período de la Ilustración, y un reconocido experto en el tema del milenarismo y el mesianismo en la Era moderna. Precisamente de aquello habla en el siguiente artículo (originalmente una conferencia dada en el Wolfson College de Cambridge, Inglaterra, en 1993) publicado primeramente en 1995 en un libro temático donde fueron reunidos ensayos de diversos autores en torno al tema del apocaliptismo, o acabamientos de mundo. De la traducción castellana (1998) sólo hemos suprimido sus abundantes y eruditas notas bibliográficas. Este panorama describe las vicisitudes en los años 1600 de una doctrina que se remonta a los escritos bíblicos, pero interpretados de una forma tal que ha producido todo tipo de delirios místicos (siendo ya de por sí la religión una suerte de enajenación), que presenta como uno de sus frutos hoy al contradictorio y repulsivo movimiento del sionismo cristiano, que crece principalmente en suelo Protestante.

El Milenarismo del Siglo XVII
por Richard H. Popkin



     Al término del siglo XVI y comienzos del XVII muchos pensadores religiosos, sobre todo en los países Protestantes, empezaron a sospechar que los acontecimientos que estaban ocurriendo ante sus propios ojos eran los que realmente estaban trayendo consigo el principio del Milenio, el regreso de Cristo como Mesías político y el comienzo de su reinado milenario en la Tierra, que había de ser precedido o bien seguido por el Día del Juicio, cuando se salvarían los auténticos creyentes reformados. El surgimiento de potencias políticas Protestantes en Inglaterra y en Holanda, que habían derrotado a las fuerzas católicas españolas, la victoria de Gustavo Adolfo en la Guerra de los Treinta Años, la unión de las coronas de Escocia y de Inglaterra y muchos otros hechos, fueron interpretados como señales de que Diosestaba actuando en la Historia, allanando el camino a los gloriosos acontecimientos milenarios. Varios países se consideraron como el Nuevo Israel, en el que ocurrirían los decisivos acontecimientos providenciales.

     La propia Reforma había revelado, a quienes estaban aguardando el Milenio, que el obispo de Roma era el Anticristo. Nuevas maneras de estudiar las Escrituras, aplicadas a los hechos del día, se debieron al estudio de la Biblia en hebreo y en griego, al contacto con lectores judíos y a la tradición interpretativa judía, así como a los emocionantes descubrimientos de secretos divinos en caracteres hebreos, logrados gracias al estudio de la Kábala.

     Las expectativas milenarias se habían expresado no pocas veces en el pasado. En España, Portugal e Italia, dentro del mundo católico, habían existido importantes movimientos milenaristas en los siglos XV y XVI. Lo que distinguió al milenarismo del siglo XVII de los anteriores avances fue: A) que ocurrió principalmente dentro del mundo Protestante; B) que estuvo arraigado en una nueva manera de describir los símbolos y profecías de las Escrituras, especialmente en los libros de Daniel y en el Apocalipsis, relacionándolos con personajes e instituciones históricas; y C) que consideró que los acontecimientos sociales y políticos más importantes de la época estaban íntimamente relacionados con los penúltimos pasos que se darían antes del advenimiento del Milenio y el establecimiento de la Quinta Monarquía pronosticada por Daniel, tales como la identificación y el derrocamiento del Anticristo, la reunión de todas las verdaderas Iglesias cristianas, la conversión de los judíos, la reaparición de las Tribus Perdidas, la reconstrucción del Templo de Jerusalén y el restablecimiento de los judíos en la Tierra Santa.

     Poco después de la derrota de la Armada Invencible y de las primeras victorias de las fuerzas rebeldes holandesas contra España, varios escritores religiosos empezaron a elaborar sus teorías milenaristas. El grupo incluía a sirJohn Napier, un escocés, a Thomas Brightman, exiliado en Holanda, a Johannes Alsted y a Joseph Mede, profesor de Cambridge. Las autoridades Protestantes de la época consideraron que la expresión milenaria era peligrosa y subversiva para la sociedad establecida (pues señalaba el inminente reemplazo del actual mundo social y político por otro totalmente distinto). Por ello, no se permitió que las obras más importantes sobre el tema fueran impresas en Inglaterra hasta el principio de la Revolución puritana. Algunas se publicaron en Holanda, donde era mucho menor el control de la prensa y donde no había un poderoso gobierno central. Pero sí se hizo un serio esfuerzo por evitar que esas obras fuesen importadas a Inglaterra. Las expresiones de opiniones milenaristas emitidas por predicadores y maestros fueron también severamente restringidas en Inglaterra hasta 1640. Algunos fueron detenidos, aprisionados y/o exiliados por sus opiniones.

     Cuando los puritanos subieron al poder en 1640, apareció toda clase de milenaristas abiertamente en la escena de Inglaterra: ranters, diggers, levellers (niveladores), etc., profetizando la llegada del Milenio, el Reino de Dios en la Tierra y la Quinta Monarquía. De pronto aparecieron, en letra impresa, libros que exponían todo esto, desde la Clavis Apocalypticade Joseph Mede, y diversos escritos suyos hasta entonces inéditos, pasando por 666, de Francis Potter (el cual mostraba por cálculos matemáticos que el "666" que lleva en la cabeza la Bestia en el Apocalipsis era en realidad la dirección del obispo de Roma), así como las obras de Brightman, Alsted y otros.

     Mede había encontrado la respuesta a la omnipresente duda escéptica que lo rodeaba en la certidumbre que descubrió en las profecías bíblicas. Ofreció un sincronismo entre las profecías que aparecen en Daniel y las ofrecidas por el Apocalipsis, de modo que ambos libros podían interpretarse juntos en el sentido de que anunciaban futuros hechos providenciales. Con base en esto, había sostenido con gran erudición que el Milenio empezaría 1.260 años después de la caída del Imperio romano. Por tanto, todo lo que había que hacer para determinar cuándo comenzaría ese hecho decisivo era averiguar exactamente cuándo había caído Roma. En tiempos de Mede se consideraba que la caída de Roma había ocurrido alrededor de 400 d.C. Por tanto, los creyentes se convencieron de que no faltaba mucho ya para el fin de los días. De hecho, una creyente, Mary Cary, anunció que el principio del Milenio ocurriría en 1655 ó 1656.

     Tres importantes pensadores milenaristas europeos, John Dury, escocés que había estudiado en Leiden; Samuel Hartlib, alemán emigrado a Inglaterra, y Jan Amos Comenius, el exiliado jefe de los Hermanos Moravos, se reunieron en Londres en 1641 para decidir lo que debía hacerse en preparación para los grandes hechos venideros. Comenius ya estaba dedicado a revisar y a reformar el sistema educativo y a escribir nuevos libros de texto. Dury era un ministro [religioso] que se volvió activo corresponsal de Mede cuando se enteró, por boca de William Twisse, jefe de la Asamblea de Teólogos de Westminster, de la existencia del silencioso doctor Mede, que sabía cuándo terminaría el mundo actual. Dury comenzó una cruzada —que duraría su vida entera— para reunir a todas las Iglesias Protestantes formulando una armonía de confesiones. También se dedicó activamente a encontrar maneras de convertir a judíos y de unir a judíos y cristianos. Samuel Hartlib, curioso refugiado alemán, había llegado a Inglaterra poco después de 1620 y ahí intentó unir a personas de ideas afines para mejorar la enseñanza, las actividades sociales y el conocimiento del cristianismo. Tenía en la cabeza cientos de proyectos de reforma, que prepararían el escenario humano para la inminente Segunda Venida.

     Las propuestas de Comenius, Dury y Hartlib de 1641 son, en verdad, un asombroso conjunto de planes destinados a transformar la vida intelectual, religiosa, económica y social de Inglaterra en un mundo cristiano puro pre-milenario, en espera de la aparición del Mesías. Sus planes habrían parecido absolutamente ridículos si no hubiera sido por el hecho de que podían llegar al oído de quienes por entonces gobernaban Inglaterra. Cuando escasearon los fondos para algunas de sus reformas, Comenius se fue a la Europa continental y efectuó desde allí sus reformas educativas, acompañado por su profeta personal, Drabnik, quien interpretaba para él los acontecimientos cotidianos en el plano del escenario milenarista. Dury fue nombrado representante personal de la Asamblea de Teólogos, a fin de negociar la reunión de todas las Iglesias por el mundo. (Llevó consigo su autorización durante décadas, y actuó en consecuencia, predicando la reunificación con luteranos y calvinistas y otros grupos en Holanda, Alemania, Suecia, Suiza y Francia). Él y Hartlib buscaban modos de facilitar la conversión de los judíos y de llevar la cristiandad a los musulmanes y a los indios norteamericanos.

     Se habían propuesto establecer un colegio de estudios judíos en Londres para ayudarse en sus preparativos milenaristas. El colegio haría que el judaísmo fuese mejor conocido de los cristianos, y el cristianismo menos ofensivo a los judíos, y prepararía a ambos grupos para los papeles que habrían de desempeñar en el inminente Milenio. Las personas propuestas para dirigir ese colegio (para el cual Dury y Hartlib solicitaron al Parlamento que les asignara 1.000 libras anuales) serían el rabino Menasseh ben-Israel, de Ámsterdam; Adam Boreel, jefe del grupo religioso holandés los "Colegiantes", y el profesor Constantine Ravius, de Berlín. El proyectado colegio nunca se materializó, pero sí produjo una notable interacción de intelectuales judíos y cristianos dirigida, al menos por el lado cristiano, a favorecer sus perspectivas milenarias. Durante cuarenta años o más hubo una activa labor cooperativa de rabinos y teólogos holandeses e ingleses cristianos, que produjo una nueva edición de la Mishná, con puntos en las vocales hebreas, además de traducciones al castellano y al latín. Hubo una activa cooperación para tratar de construír un modelo "exacto" del Templo de Salomón, microcosmos del universo. (El modelo estuvo en exhibición junto a la sinagoga de Ámsterdam, hasta que fue llevado a Inglaterra, donde fue obsequiado a Carlos II).

     Por entonces, Inglaterra no tenía residentes judíos legales; los judíos habían sido expulsados en 1290. Holanda sí tenía comunidades judías libres, formadas principalmente por judíos españoles y portugueses, que habían sido obligados a convertirse al catolicismo en Iberia y habían encontrado la libertad religiosa en la República holandesa. Pudieron allí establecer sinagogas y escuelas, publicar libros y debatir con los cristianos acerca de la verdad de su religión. En su mayoría, se habían criado como católicos en España o Portugal. Pudieron interactuar con teólogos holandeses, y algunos, como Menasseh, llegaron a ser maestros hebreos de eruditos Protestantes holandeses.

     Entre los judíos existía una creciente convicción mesiánica de que Dios los redimiría pronto, después de sus muchas tragedias que habían culminado con la expulsión de los judíos no conversos de España en 1492, y de Portugal en 1497. Ciertos cálculos cabalísticos les hacían esperar que esta redención (en forma de aparición del Mesías judío) ocurriría en 1648. Por desdicha, lo que ocurrió fue el peor pogrom en la historia de la Europa oriental antes de Hitler.

     Cientos de miles de judíos fueron masacrados, ultrajados y robados en Polonia y Ucrania. Esto parece haber causado entre algunos judíos una reconsideración del curso de la Historia Divina, y un nuevo cálculo de cuándo ocurriría su redención: el año 1666 sería estimado crucial.

     Algunos rumores acerca de esta reconsideración parecen haber producido una de las más extrañas expresiones de la expectativa milenaria inglesa: el relato de un supuesto Consejo Judío que, según se dijo, se había reunido fuera de Budapest en 1650 para considerar si de hecho ya había venido el Mesías. Este documento pasó de mano en mano entre el círculo de Hartlib y Dury, y fue publicado en 1655. Su argumento era que los judíos se hubieran convertido entonces si se hubiesen encontrado con el cristianismo puro que existía en la Inglaterra puritana, y no con el falso y corrompido cristianismo de la Iglesia de Roma.

     Un "signo de los tiempos" más emocionante se manifestó cuando llegaron a Inglaterra rumores provenientes de los puritanos de Nueva Inglaterra, en el sentido de que los nativos de Nueva Inglaterra podían ser las Doce Tribus de Israel. Mede y su discípulo, Henry More, habían tenido una opinión muy negativa de los indígenas, y hasta llegaron a considerarlos hijos de Satanás. Dury, por su parte, estaba dispuesto a creer que los indígenas formaban una parte decisiva del drama providencial. Dury estaba preparando la introducción a un libro sobre el tema, y recordó lo que Menasseh ben-Israel le había dicho de un explorador judío portugués, que afirmaba haber encontrado en los Andes una tribu indígena que estaba celebrando un servicio religioso judío. Dury pidió más detalles a Menasseh y luego le preguntó la opinión judía acerca de la reaparición de las Tribus Perdidas. Esto movió a Menasseh a escribir su célebre obra, Esperanza de Israel, en 1650.

     La obra, escrita en castellano, pronto fue traducida al inglés por un deslumbrado milenarista, Moses Wall, y fue dedicada (por Dury) al Parlamento inglés. Menasseh, tratando cuidadosamente de moderar la emoción que Dury estaba generando acerca de los indígenas norteamericanos, había afirmado que en América del Sur parecía haberse hallado una parte de una Tribu Perdida, pero que los indígenas en su mayor parte habían llegado de Asia, cruzando un puente de tierra. Menasseh dio entonces una explicación de sus propias expectativas mesiánicas. (Un importante jesuíta portugués, Antonio de Vieira, regresó a toda prisa de Brasil, donde había estado convirtiendo indígenas, para conferenciar con Menasseh en Ámsterdam acerca del significado del informe de las Tribus Perdidas en los Andes. Luego, Vieira escribió su propia obra milenarista, La Esperanza de Portugal, en que describía sus expectativas: que los judíos pronto volverían a Portugal y se reunirían con sus hermanos conversos. Entonces, Cristo vendría a Portugal y llevaría a los judíos de allí a la Tierra Santa. Vieira fue detenido después por la Inquisición y acusado de "conspirar con un rabino". El jesuíta fue finalmente liberado y pudo reanudar sus actividades milenaristas).

     Menasseh, después del éxito de su libro Esperanza de Israel entre los milenaristas, escribió una humilde petición a Cromwell, explicándole que casi todos los acontecimientos profetizados que ocurrirían antes de la llegada del Mesías judío en realidad ya habían acontecido. El principal hecho que faltaba era la completa dispersión de los judíos por los cuatro rincones del mundo. Por lo que sabía Menasseh, el rincón que no tenía judíos era Inglaterra. Por ello, había que llamar judíos a Inglaterra antes del fin de los tiempos. Esta noticia hizo que el gobierno británico nombrara una delegación para negociar con Menasseh acerca de las condiciones del retorno de los judíos a Inglaterra. Los milenaristas estaban convencidos de que si se pudiera hacer regresar a Inglaterra a los judíos para hacerles experimentar allí el cristianismo puro del mundo puritano, no tardarían en convertirse v entonces podría comenzar el milenio. Cromwell había inaugurado el Parlamento en 1653, llamándolo el "Parlamento de los Santos", que haría surgir el Nuevo Israel en Inglaterra. Los movimientos milenaristas populares de ranters, diggers, levellers, etc., agitaban con objeto de crear los requisitos necesarios para el Milenio en una sociedad sin clases.

     Muchos de los milenaristas creían que la conversión de los judíos se realizaría en 1655-1656, por lo que no había tiempo que perder. Otro elemento que participó en eso fue la respuesta que el "doctísimo y piadoso" Joseph Mede había dado a William Twisse acerca de cómo sería la verdadera conversión de los judíos. Twisse se había preguntado si cada judío, en cualquier lugar del mundo, tendría que convertirse como preludio para el Milenio. Mede le explicó que tal vez sólo ocurriría una conversión simbólica, pero que ésta bastaría. Saulo de Tarso se había convertido, en los tiempos bíblicos, para ser el apóstol Pablo. Tal vez habría otro converso importante, quien representaría a todos los judíos. (Menasseh deliberada o inadvertidamente contribuyó a este posible plan, al nombrarse a sí mismo "agente del mundo judío" antes de irse a Inglaterra).

      Lo que parece haber sido un momento crítico para los planes de Menasseh fue la visita que hizo a Bruselas en 1654 para ver a la reina Cristina de Suecia, quien acababa de abdicar al trono. Al parecer, Cristina creía que desempeñaría un papel decisivo en el Milenio. De hecho, en su primera parada al salir de Suecia, fue a la casa de su banquero judío, Diego Teixeira, en Hamburgo. La saludó allí Juan de Prado, refugiado marrano, recién llegado de España, quien le dijo: "Salve al nuevo Mesías... pero ¡quién habría esperado que fuera una mujer!".

     Cristina volvió a aparecer en casa de Teixeira en 1666 cuando se recibió la noticia de la aparición del Mesías judío, Sabbatai Zevi. Cristina participó en la frenética danza religiosa en celebración del gran acontecimiento.

     En Bélgica, Cristina vivía al lado de la casa del secretario del príncipe de Conde, Isaac La Peyrère, importante milenarista francés. (Suponíase que La Peyrére organizaría el matrimonio de Cristina con el príncipe). La Peyrère había escrito una tremenda obra milenarista, Du Rappel des Juifs, publicada en 1643, en que esperaba que los judíos fuesen llevados de vuelta a Francia (de donde habían sido expulsados al término del siglo XIV), y que luego se convirtieran a una cristiandad judía, para después ser llevados a reconstruír la Tierra Santa por el rey de Francia, quien gobernaría el mundo con el Mesías judío, cuya llegada se esperaba ya inminentemente.

     En una obra que aún no había publicado, el Præ-Adamitæ, La Peyrère establecía un sistema radicalmente herético de interpretación bíblica en apoyo de su visión milenarista ("dirigido a todos los judíos y a todas las sinagogas del mundo, por alguien que desea ser uno de vosotros"). Menasseh, extremadamente familiarizado con lo que los milenaristas cristianos pensaban acerca de las cuestiones judías, al parecer no había oído las ideas de La Peyrère hasta su visita. El rabino corrió de regreso a Ámsterdam, donde fue a la casa de un importante milenarista holandés, Peter Serrarius, y dijo ante un grupo reunido que era inminente la llegada del Mesías. Esto movió al milenarista checo Paul Felgenhauer a publicar una obra, Buenas Noticias para los Judíos, dedicada a Menasseh. En este libro, Menasseh añadió una carta en que enumeraba a cuatro personas que estaban enteradas de que pronto estaría aquí el Mesías, además del autor del Du Rappel des Juifs. Menasseh escribió entonces su obra más mesiánica, Piedra Gloriosa, que fue ilustrada por Rembrandt, y luego se preparó a ir a Inglaterra a solicitar la readmisión de los judíos. Antes de partir se encontró en Amsterdam con La Peyrère. Éste estaba a punto de publicar allí (a expensas de Cristina) su obra más herética, el Præ-Adamitæ. Menasseh y Felgenhauer deseaban discutir con él acerca de la teoría de que hubiesen existido hombres antes de Adán. Ambos escribieron refutaciones del libro, pero Menasseh parece haber aceptado una parte del milenarismo francófilo de La Peyrère.

     En Inglaterra hubo una gran expectativa milenaria en el verano de 1655. Ciertos informes indican que toda clase de personas del gobierno, de los negocios y de las Iglesias pensaban seriamente que el "fin de los días" estaba a la mano, y vieron la llegada de Menasseh como prueba de esto. (Tal vez se considerara a Menasseh como un judío simbólico, como el "judío convertible"). En la primera noticia que tenemos de su llegada, se encontró con un milenarista monárquico galés que tenía el sorprendente nombre de Arise Evans, quien creía que el exiliado Carlos Estuardo era el Mesías o el rey que gobernaría el mundo junto con el Mesías. Evans había leído Esperanza de Israel, de Menasseh, y deseó dar su gran noticia al rabino. Contamos con un testimonio de la conversación, al parecer anotada, puesto que no hablaban un lenguaje común. Cuando Evans preguntó a Menasseh si creía que Carlos Estuardo podía ser el Mesías, el rabino dijo que no, pero pensó que acaso el rey de Suecia o, como lo ha dicho un importante francés, el rey de Francia, podían serlo. Menasseh parece haber adoptado la forma de milenarismo de La Peyrère. En el único libro que escribió y publicó en Inglaterra, Menasseh citó específicamente partes del Rappel des Juifs para justificar una manera de reconciliar el judaísmo con el cristianismo. La diferencia entre las religiones era simplemente una diferencia de opiniones sobre lo que había ocurrido en el siglo I. Pero estaban de acuerdo en lo que debía suceder, a saber: que vendría en carne y hueso un Mesías encargado de transformar al mundo. Por ello, judíos y cristianos debían enfocar el presente y el futuro, dejando en paz su mínima diferencia acerca del pasado.

     En el otoño de 1655, Menasseh se reunió con varios destacados milenaristas ingleses. La comisión nombrada por Cromwell consideró los pros y los contras de readmitir en Inglaterra a los judíos, y no llegó a ninguna conclusión. Habló acerca de las implicaciones teológicas, económicas y sociales de la readmisión de los judíos.

     Pese a todo este entusiasmo milenarista, los judíos no se convirtieron en 1655-1656, y no apareció en escena ningún Mesías judío ni ningún Mesías político cristiano. Sin embargo, dos acontecimientos nos indican la fuerza que por entonces tenía el milenarismo en Inglaterra.

     Uno de los agentes de Cromwell, Jean Baptiste Stouppe, de la Iglesia Reformada francesa en Londres, parece haber sido parte de una conspiración teológico-política destinada a crear un reino milenario Protestante en Europa. Él, además de la reina Cristina, del príncipe de Conde y de Menasseh, participaron en la planeación. Stouppe estaba tratando de hacer que los Protestantes de Francia se rebelaran, y de convencer a Conde de ponerse a la cabeza del levantamiento. Cromwell enviaría un ejército a Francia. Luego se establecería una alianza entre Mazarino y Cromwell. Cristina sería entonces regente de Bélgica. La justificación de la invasión inglesa de Francia sería que las autoridades católicas francesas estaban persiguiendo en Saboya a los grisones, grupo sobreviviente de los fieles elegidos, los valdenses, grupo proto-Protestante. Stouppe escribió varios fervientes panfletos milenaristas, en los que pedía el rescate de los grisones (él mismo era uno de ellos). Fue luego a Francia a obtener el apoyo de los Protestantes y escapó a Holanda, donde realmente ofreció a Conde el trono de Francia en nombre de Cromwell, si se ponía a la cabeza de la revuelta, después de la cual Cromwell invadiría Francia, y quedaría creado el Estado milenarista Protestante. Conde dijo, cautelosamente, que sólo podría actuar después de la invasión de Cromwell. Así pues, nada surgió de esta conjuración teológico-política, que aparece en centenares de informes de agentes en Bélgica y otros lugares.

      El otro acontecimiento, que acaso tuviera mayor efecto, fue que en Inglaterra sí apareció un Mesías. Los cuáqueros se habían contagiado del fervor milenarista popular durante el decenio de 1650. En Octubre de 1656 el jefe de los cuáqueros, James Nayler, ex oficial del Ejército, anunció que Cristo estaba dentro de él y que él era Cristo. Entró en Bristol montado en un asno, mientras sus seguidores lo proclamaban "Rey de los judíos" y cantaban "Hosanna en las alturas". Se dijo que había levantado de la tumba a una mujer. Las acciones de Nayler causaron gran conmoción. Fue detenido por las autoridades y procesado en la Cámara del Parlamento por blasfemia. Antes del juicio, Margaret Fell, "la madre de los cuáqueros", escribió un opúsculo en que apremiaba a Menasseh a convertir a todos los judíos. Nayler quedó convicto, aunque Cromwell lo defendió. Fue brutalmente castigado y permaneció cuatro años en prisión. Sin arrepentirse, sus seguidores huyeron a Holanda y a los puestos comerciales de los cuáqueros en el Levante y en el hemisferio americano, y parecen haber llevado consigo su mensaje milenarista.

     Los principales milenaristas holandeses e ingleses se desanimaron al ver que en 1655-1656 no ocurrían los grandes acontecimientos. Siguieron buscando claves en la Astrología, en hechos históricos extraños y en cálculos cabalísticos. Cuando un rabino de Jerusalén llegó a Ámsterdam en 1657, y les pareció "sympathique"ya que parecía abrigar opiniones pre-cristianas sobre varios temas, entre ellos si Cristo podía ser el Mesías, inmediatamente vieron su aparición y su actitud como signo providencial de que pronto se convertirían los judíos. Dury publicó un emocionado panfleto, citando las asombrosas observaciones pre-cristianas del rabino. Milenaristas holandeses e ingleses reunieron una gran cantidad de contribuciones caritativas para los hermanos del rabino en la Tierra Santa, la primera de tales empresas cristianas pro-judías en la Historia, y dieron al rabino un Nuevo Testamento, que debía traducir al hebreo para beneficio de sus hermanos. (Huelga decir que el rabino no se convirtió, y a su regreso a Jerusalén fue condenado por sus correligionarios por aceptar limosnas de los gentiles).

     Varios de los milenaristas asistían regularmente a los servicios religiosos de la sinagoga de Ámsterdam, y no dejaban de hablar con sabios judíos acerca de posibles claves sobre cuándo llegaría el Mesías. Había que estudiar los hechos naturales extraños, como los cometas, o acontecimientos humanos como muertes súbitas y nacimientos monstruosos, para determinar si eran signos de lo que había de venir. En los escritos místicos judíos se buscaron claves acerca de la llegada del Mesías. La publicación en latín de la Kabbala Denudata, colección de tales obras, desde el Zoharhasta escritos cabalísticos del siglo XVII, ofreció mucho material para quienes continuaban la investigación.

     La Restauración de Carlos II puede haber puesto fin a las expectativas milenarias de muchos de los que estaban relacionados con el gobierno de la commonwealth[república], y con las grandes esperanzas de los puritanos. (Algunos fueron ejecutados, exiliados otros u obligados a un temprano retiro). John Dury, quien trataba de no ser condenado como regicida, escribió a Carlos II, diciéndole que un alumno de Peter Serrarius, en Ámsterdam, había tenido un sueño en que preveía que Carlos sería restaurado y que él, Carlos, convertiría a los judíos. Carlos no se dejó impresionar por este papel milenarista y envió a Dury al exilio permanente en la Europa continental (donde siguió tratando de reunir a las Iglesias cristianas, en preparación para el Milenio).

     Otros intentaron moderar su milenarismo para que no pareciese una amenaza a la Iglesia ni al Estado, pero conservaron la gran esperanza de que dentro de una década o dos ocurrirían acontecimientos trascendentales. Muchos de los que participaron en la formación de la Real Sociedad de Inglaterra sostenían tales ideas. Y otros más se negaron a aceptar la Restauración con su restablecimiento de una Iglesia de Inglaterra, ahora asentada sobre bases sólidas. Sobrevivieron en la clandestinidad o en grupos religiosos marginados, como los sabatarios.

     Acontecimientos ocurridos en el mundo católico, como los cambios de Papas y los ataques de los turcos al católico Imperio austro-húngaro, producían continuamente "pruebas" de que el fin se acercaba, de que estaba a punto de ocurrir la Redención Divina. Grupos Protestantes radicales de Polonia y de Transilvania atizaban las expectativas milenaristas. Su anti-trinitarismo se unió a una interpretación literalista del cuadro veterotestamentario del Mesías esperado. De hecho, algunos de estos grupos llegaron hasta el extremo de adoptar prácticas judías, preparándose para la pronta llegada del Mesías político judío.

     En este estado de cosas comenzó un nuevo capítulo del milenarismo del siglo XVII cuando a la Europa central y occidental llegó la noticia de que en el mundo judío estaban ocurriendo hechos asombrosos, en el Imperio otomano. Un judío místico de Esmirna, Sabbatai Zevi, el día del Año Nuevo judío de 1665-1666, anunció que él era el Mesías. Acaso fuera influído por el anterior pretendiente mesiánico cuáquero. Su padre trabajaba para unos mercaderes cuáqueros. Y pronto fue denunciado como "judío-cuáquero".

     Sabbatai Zevi empezó a hacer cosas que sólo estaban reservadas al Mesías tanto tiempo esperado. Modificó el ritual judío; declaró que su cumpleaños, el noveno día del mes de Ab (en el calendario judío), tradicionalmente celebrado como un sombrío día de ayuno que conmemoraba la caída del primero y del segundo Templo y la expulsión de España de los judíos, ¡ahora sería día festivo! Y nombró nuevos reyes de la tierra: un grupo de sus amigos y seguidores.

     En lugar de ser visto como un hombre airado y un demente, Sabbatai Zevi pronto fue aceptado por más del noventa por ciento de la población judía en el mundo entero. La comunidad judía de Ámsterdam, casi íntegramente, se dejó llevar por el entusiasmo. Algunos de sus dirigentes corrieron a Palestina a tomar parte en el retorno de los judíos a Sión. Y podemos encontrar repercusiones de la emoción mesiánica judía entre los milenaristas de Holanda, Inglaterra y Estados Unidos. Peter Serrarius fue uno de los seguidores de Sabbatai Zevi, y produjo toda una serie de escritos breves en inglés y en holandés acerca de los hechos maravillosos que estaban ocurriendo. Se dijo que cerca de Aberdeen había atracado un navío con velas de seda y estandartes hebreos que anunciaban el retorno de las Tribus Perdidas. Díjose, asimismo, que los judíos y las Tribus Perdidas estaban asediando La Meca, y que pronto el sultán entregaría su corona a Sabbatai Zevi. En lugar de ello, el siguiente acto de este petit drame fue que Sabbatai Zevi se volvió musulmán. El sultán puso a su disposición un castillo en los Dardanelos. Allí, Sabbatai Zevi recibió, como en una corte, a peregrinos judíos llegados del mundo entero. Acudió un rabino polaco, que pronto llegó a la conclusión de que Sabbatai Zevi era un impostor, y así lo dijo a las autoridades turcas. El sultán mandó comparecer ante sí a Sabbatai Zevi y le dijo que efectuaría una prueba para ver si era el auténtico Mesías. Los arqueros del sultán dispararían flechas contra él. Si era el Mesías, detendría las flechas en el aire. Y si no... En ese mismo momento, Sabbatai renunció a sus pretensiones y se convirtió al Islam. Fue después un funcionario de segunda clase en el Imperio otomano. En los últimos diez años de su vida insinuó a sus seguidores que sólo corporalmente se había convertido, pero no en espíritu. Surgió un milenarismo judío de quienes ahora estaban aguardando el retorno glorioso de Sabbatai Zevi como el auténtico Mesías. Aún hoy tiene seguidores en Grecia, Turquía y Palestina.

     Como podía esperarse, hubo un terrible escándalo en el mundo judío, el cual continúa hasta la actualidad. Muchos partidarios de Sabbatai Zevi fueron obligados a renunciar a sus creencias, o fueron expulsados. En Ámsterdam, muchos de sus seguidores se volvieron creyentes secretos, y así siguieron hasta comienzos del siglo XVIII. Algunos de sus seguidores cristianos, entre ellos Serrarius, se las arreglaron para aceptar la conversión de Sabbatai Zevi como parte del plan divino. Serrarius dijo a Enrique de Oldenburgo que todo esto era prueba de que Dios actúa en formas misteriosas. Serrarius falleció en 1669, cuando iba en camino a ver al nuevo Mesías. Hay razones para creer que Comenius siguió siendo uno de sus fieles, hasta su muerte, ocurrida en 1670.

     Algunos milenaristas recordaron que Menasseh ben-Israel les había dicho que habría dos Mesías: uno de ellos de la casa de José, y el otro de la casa de David. Por ello, Sabbatai Zevi podía ser uno de los dos. Otros milenaristas, como Dury y Jean de Labadie, trataron de averiguar dónde encajaba Sabbatai Zevi dentro del cosmos milenarista. Al principio, Dury trató de minimizar la importancia de Sabbatai Zevi. Lo vio como un simple potentado de escala menor, rey de los judíos, dentro del Imperio otomano. Luego, cuando él y Labadie sopesaron las cosas, llegaron a la conclusión de que, puesto que los cristianos no se habían reformado lo bastante, Dios había decidido recompensar primero a los judíos dándoles su Mesías, antes de que los cristianos recibieran el suyo.

     Tras el desastre del movimiento sabateo, ocurrió una secuela, centrada en torno a un danés que aspiraba a ser Mesías, Oliger Pauli, quien afirmaba ser descendiente de Abraham y haber tenido un abuelo judío. Pauli, importante mercader, reunió a un grupo de rabinos a su alrededor y trató de lograr que los gobernantes políticos del mundo lo aceptaran. Su principal propagandista era Moses Germanus, rabino de Ámsterdam que había comenzado su carrera intelectual como católico alemán, estudiando con los jesuítas. Luego se volvió luterano, asociado al pietista Jacobo Spener, luego menonita y después Protestante radical, antes de convertirse al judaísmo y trasladarse a Ámsterdam. Había trabajado en la Kabbala Denudata y participó en el milenarismo de Knorr von Rosenroth y Van Helmont, amigos de Leibniz. En sus escritos, Moses Germanus trató de transformar la imagen de Cristo en la de un maestro moral judío que había sido absurdamente presentado como una figura divina varios siglos después de su muerte. El auténtico Mesías estaba apareciendo ahora en la figura de Oliger Pauli. Otros movimientos mesiánicos y milenaristas, centrados alrededor de individuos importantes o insignificantes, continuaron y aún continúan en nuestros días.

     A partir de 1640 se había estado desarrollando entre algunos de los hombres de ciencia una especie de milenarismo. Éstos vieron el aumento de los conocimientos como signo providencial de que el clímax de la Historia se acercaba, y creyeron estar ayudando a la obra de Dios al sondear los secretos de la Naturaleza. Surgió una especie de fraternidad espiritual de científicos, pensadores religiosos e intérpretes de la Biblia, al principio en torno a Robert Boyle, Hartlib y otros, y de ahí derivaron instituciones de vanguardia con tendencias milenaristas, como la Real Sociedad de Inglaterra y los Rosacruces. Ese milenarismo estaba apartado de los hechos políticos inmediatos, y fue desarrollado por dos de los más importantes intelectuales de Inglaterra: el platónico de Cambridge Henry More y el gran científico-matemático Isaac Newton.

     Durante el período de la Commonwealth, More atacó lo que llamó "entusiasmo", la actitud de muchos de quienes lo rodeaban que estaban seguros de conocer el mensaje divino cuando en realidad no era así. Consideró a los cuáqueros, ranters y otros, como personajes emocionalmente perturbados. En lugar de esas tendencias, propuso una interpretación más apacible, un tanto desapegada y ahistórica del significado de la Revelación. More se apartaba de los activistas políticos y abogaba por un mejoramiento espiritual como preparativo para los grandes hechos que algún día ocurrirían. Trabajó durante un tiempo con su contemporáneo más joven de Cambridge, Isaac Newton, interpretando los símbolos de Apocalipsis y de Daniel. Ambos recibieron gran influencia de la obra de Joseph Mede. No se pusieron de acuerdo sobre hasta qué punto debía tomarse literalmente cierta parte del texto.

     More falleció en 1687 habiendo publicado dos obras sobre el Apocalipsis. Newton, quien conquistó su gran reputación en 1687 con la publicación de los Principia Mathematica, había estado dedicado desde sus años de colegial a descifrar el mensaje de Dios, especialmente en los dos libros proféticos. Sin que lo supiera casi ninguno de sus contemporáneos, dedicó una extraordinaria cantidad de tiempo a trabajar sobre historia bíblica, historia eclesiástica e interpretación de las Escrituras. Newton llegó a la conclusión de que las fuerzas del Anticristo se habían adueñado de la Iglesia cristiana en los primeros siglos y que habría que restaurar la Iglesia auténtica antes de la Segunda Venida. Consideraba que la doctrina de la Trinidad era una gran falsedad que sacerdotes como Atanasio habían impuesto a la comunidad de los fieles.

     Al considerar que en la Iglesia prevaleciente imperaba una gran iniquidad, Newton vio que su propia versión anti-trinitaria del mensaje de Dios sería considerada herética, y que él perdería su posición en la sociedad, o algo peor, si daba a conocer sus opiniones. Por tanto, aunque escribió profusamente (más de la mitad de sus escritos) sobre temas religiosos, no publicó ninguno durante su vida. Poco después de su muerte fue editada una de las varias versiones de sus Observaciones sobreDaniel y el Apocalipsis de Juan. Dos décadas después, también se hicieron públicas dos cartas que había enviado a John Locke contra la doctrina de la Trinidad. El resto de su enorme corpus de escritos teológicos ha quedado inédito. Los manuscritos fueron rematados en Sotheby's en 1936, y hoy se encuentran dispersos por el orbe. La colección más numerosa se encuentra en la Biblioteca Nacional de Israel, en Jerusalén, y en King's College, Cambridge.

     Esos escritos revelan que Newton fue un hombre muy docto en historia eclesiástica. Estaba convencido de que el libro de la Naturaleza y el libro de las Escrituras estaban escritos en clave y habían de ser descifrados por los sabios cuando Diosasí lo quisiera. Durante su vida, ambos libros estaban siendo gradualmente decodificados y, por consiguiente, se había revelado la dominación divina de los universos físico y humano. Por sus estudios, Newton comprendió que había que revisar la fecha de la caída del Imperio romano ya que, aunque en forma trunca, el Imperio sobrevivió hasta llegar a los siglos VI y VII en el Exarcado de Rávena. Por tanto, valiéndose del cálculo de Mede, el Milenio no empezaría sino hasta finales del siglo XIX o comienzos del XX.

     Newton también insistió en que no estábamos en condición de determinar con ninguna exactitud cuándo ocurrirían los hechos profetizados. Dios no se había propuesto que cada uno de nosotros fuese un profeta. Sólo podemos determinar cuándo se han cumplido las profecías, cuándo han ocurrido los hechos profetizados. No podemos augurar, sólo podemos decir post factum que Dios se muestra activo en la Historia. Asimismo, en vista de todas las profecías que se han cumplido o que hoy se están cumpliendo, comprendemos que las relacionadas con el Milenio se cumplirán en un futuro cercano o relativamente cercano.

     El sucesor elegido de Newton en Cambridge, William Whiston, reunió todo esto y lo presentó en una de las "conferencias Boyle" sobre el cumplimiento de las profecías bíblicas, combinando la mejor información científica de la época con unos cálculos en que se predecían los hechos providenciales. Newton guardó en secreto su milenarismo, que reveló sólo a unos cuantos discípulos elegidos. Whiston, en cambio, lo hizo público, denunciando la doctrina de la Trinidad y a la Iglesia establecida. Tuvo que abandonar su cátedra de matemáticas en Cambridge y se volvió una especie de paria, que iba ofreciendo sus predicciones por los cafés. Se hizo célebre por interpretar acontecimientos naturales insólitos, como los terremotos, cometas y tempestades, como signos de que estaban a punto de ocurrir los hechos anunciados en Daniel y el Apocalipsis.

     Una forzada interpretación milenarista de los hechos de su época la ofreció un líder Protestante francés, Pierre Jurieu. Como muchos hugonotes, Jurieu había huído a Holanda. Allí se vio envuelto en un plan destinado a restaurar la situación de los Protestantes franceses por medio de la acción humana y divina. Entró en tratos con los judíos de Holanda y con Guillermo de Orange. Se percató de que la realización de todas las profecías de las Escrituras, incluyendo las relacionadas con los judíos, estaban cumpliéndose en ese mismo momento. Jurieu esperaba que, ganándose la amistad de los judíos, pudiera hacerles reconocer la verdad del cristianismo y admitir que el Mesías ya había venido. La gran obra de Jurieu, El Cumplimiento de las Profecías de la Escritura o la Próxima Liberación de la Iglesia, está dedicada "a la nación de los judíos". Dijo a los judíos que las profecías acerca de la reconstrucción de Jerusalén y de su reunión en su propia tierra pronto se realizarían. En la decisiva sección sobre lo que ocurrirá a los judíos, dijo Jurieu: "Por tanto, deberá venir un tiempo, que será el reinado del Mesías y de los judíos, en que esta Nación será exaltada (como se le había prometido) por encima de todas las naciones". Los judíos serían los últimos pueblos convertidos, y esto se lograría por intervención divina. "Cristo los convertirá mediante alguna gloriosa y sorprendente aparición". El comienzo de los acontecimientos divinos que conducirían a la conversión de los judíos y al Milenio ocurriría, afirmó Jurieu, cerca de 1710 ó 1715.

     Después del triunfo de Guillermo en Inglaterra, Jurieu vio que Diosestaba actuando activamente en la Historia del momento, restaurando a su pueblo elegido y trayendo consigo el Milenio. Predijo que pronto sería derrocado el Anticristo, que también caería el rey de Francia y que empezaría el reino milenario.

     Pierre Bayle ridiculizó implacablemente las predicciones de Jurieu y su milenarismo. Pero las ideas de Jurieu fueron importantísimas para los hugonotes que aún vivían en Francia, y cuyo mundo se veía cada vez más restringido en la medida en que la política oficial trataba de obligarlos a convertirse al catolicismo. Los más empecinados, que vivían ocultos en cuevas en las Cévennes, se representaron su salvación en términos de una intervención divina. Las ideas de Jurieu los convencieron de que al permanecer como auténticos testigos de la fe desempeñarían un papel importantísimo en el mundo venidero. Algunos se volvieron profetas y empezaron a predecir lo que no tardaría en ocurrir. Cuando algunos de estos profetas franceses escaparon a Inglaterra a principios del siglo XVIII, se volvieron jefes de un nuevo movimiento milenarista, el cual pronto conquistó la imaginación de intelectuales, aristócratas y simples creyentes. De hecho, uno de los discípulos más cercanos de Newton, el matemático suizo Fatio du Vallier, se convirtió en una de sus principales figuras. Los profetas franceses se volvieron auténticamente subversivos y fueron severamente perseguidos.

     Las ideas milenaristas que se desarrollaron en el siglo XVII continuaron surgiendo en tiempos posteriores, algunas de ellas a nivel teórico, como las presentadas por los obispos John Clayton y Thomas Newton, y por David Hartley y Joseph Priestley. Otras aparecieron en movimientos populares, como los de los profetas franceses, los convulsionarios en Francia y las comunidades milenaristas de Estados Unidos. El milenarismo volvió a surgir como gran fuerza política e intelectual cuando ocurrieron revoluciones en Estados Unidos y luego en Francia, produciendo movimientos religiosos y políticos que han sido importantes desde entonces.

     El milenarismo del siglo XVII echó las bases para interpretar los textos clave de las Escrituras, y para relacionarlos con hechos históricos que estaban ocurriendo. Uno de sus resultados ha sido un sionismo cristiano, que ha desempeñado un papel importante al alentar a los judíos a retornar a Palestina y a la construcción de una patria judía allí mismo. Esa idea tiene sus orígenes en el pensamiento de milenaristas filo-judíos del siglo XVII. El pensamiento milenarista del siglo XVII ha arrojado una larga sombra sobre siglos ulteriores, y ha engendrado muchos de los movimientos fundamentalistas milenarios posteriores, o les ha dado una base teológica e interpretativa.–


Sobre Zoroastro y Escatología

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     El británico Norman Colin Cohn (1915-2007) fue un historiador, escritor y profesor de Historia en la Universidad de Sussex, Inglaterra. Escribió el libro "The Pursuit of the Millennium" (1970), sobre el milenarismo durante la Edad Media. En "Cosmos, Chaos and the World to Come" (1993) rastrea las raíces de los temas religiosos apocalípticos en las civilizaciones antiguas. Precisamente a la Antigüedad nos retrotrae el siguiente artículo, específicamente a la figura del profeta iranio Zaratustra y al zoroastrismo. Al igual que la entrada anterior, también este texto fue originalmente una conferencia dada en Cambridge en 1993 y publicado primeramente en inglés en 1995 como parte de un volumen antológico acerca del apocaliptismo. Dentro de esta temática, Zaratustra habría sido el primero en postular históricamente un fin del mundo. Las raíces judías del señor Cohn, sin embargo, hay que advertirlo, parecieran impregnar todo el enfoque y la interpretación de Zaratustra, siendo el zoroastrismo la dialéctica de la que se apoderaron los fariseos en Babilonia antes de Cristo.


Cómo Adquirió el Tiempo una Consumación
por Norman Cohn



     A diferencia del principio del mundo, el fin de este mundo no parece haber sido de gran interés para nadie hasta poco después del año 1500 a.C. Por mucho que difirieran en otros aspectos, los egipcios, los sumerios, los babilónicos, los indo-iranios y otros, convinieron en que el mundo había sido establecido y puesto en orden por los dioses y todavía era vigilado por ellos, y seguiría siendo siempre, poco más o menos, como era.

     No es que el mundo ordenado no padeciera alteraciones. Había fuerzas caóticas, inquietantes y amenazadoras: toda cosmovisión antigua mostraba su conciencia de lo inestable de las cosas. Y con todo, el orden del mundo, aunque se viera constantemente amenazado, jamás sería destruído ni transformado.

     Hasta donde se sabe, el primero que rompió con esta visión estática del mundo y habló de una próxima consumación, cuando el mundo actual, imperfecto e inestable sería remplazado por un mundo nuevo, perfecto y sin amenazas, fue el profeta iranio Zaratustra, comúnmente conocido por la versión griega de su nombre, Zoroastro (1).

1) Las citas del presente artículo fueron tomadas de Boyce, Textual Sources for the Study of Zoroastrianism (Manchester, 1984).

     ¿Cuándo ocurrió esto? Existen al respecto dos opiniones irreconciliables. Según una tradición zoroástrica, el profeta vivió 258 años antes de Alejandro, lo que lo colocaría a mediados del siglo VI a.C. Algunos eminentes eruditos han aceptado esta fecha; y, sin embargo, se ha demostrado que la tradición mencionada se deriva de un cálculo muy posterior basado en una ficción puramente griega. Durante más de cien años se han acumulado testimonios lingüísticos y arqueológicos en favor de otra versión, la cual dice que Zoroastro vivió en un periodo muy anterior, en algún momento entre 1400 y 1000 a.C., cuando los iranios no eran agricultores sino, básicamente, aún pastores. Los propios himnos de Zoroastro, los Gathas, abundan en referencias a las instituciones, las costumbres, la tecnología y la mentalidad de una sociedad pastoral tradicional, mientras que no aparece un solo símil tomado de la agricultura. En cierto punto, el profeta llega a orar al dios supremo para recibir el obsequio de un camello, un caballo semental y diez yeguas. Y, a propósito, el nombre mismo de Zaratustra probablemente significa, o bien "el que sabe domar camellos", o bien "el que posee camellos de trabajo" (2).

2) Yasna44, 18. El Yasna es la parte del Avesta que contiene los textos recitados durante el acto de culto (yasna). Consiste en 72 secciones numeradas.

     En cuanto al lugar en que se desarrolló la actividad de Zoroastro, los especialistas no se ponen de acuerdo. Cerca del año 2000 a.C. las tribus proto-iranias vivían en las vastas estepas abiertas de la Rusia meridional, pero en el curso del segundo milenio emigraron hacia el Sur. Algunos especialistas sostienen que la patria de Zoroastro no estaba lejos de la patria original de los iranios, en algún lugar al Sur de los Urales, en lo que hoy es Kazajstán, mientras otros afirman que se encontraba en alguna parte de la ruta de sus migraciones hacia el Sur, ya sea en el extremo oriental del actual Irán o en el Afganistán occidental.

     Al despuntar el siglo VI a.C. la religión fundada por Zoroastro había penetrado en el Oeste del Irán, y lo había hecho con tal fuerza que llegó a ser la religión de la dinastía real de los aqueménidas, quienes gobernaron el primer Imperio iranio. Y durante los 800 años de los Imperios iranios segundo y tercero —el arsácida y el sasánida, del siglo II a.C. al siglo VII d.C.— el zoroastrismo continuó como religión de Estado. Sin embargo, al ser conquistado el Irán por los musulmanes en el siglo VII, se acercaron a su fin las grandes épocas del zoroastrismo. En la actualidad sólo quedan unos 130.000 zoroastrianos en el mundo, 90.000 de ellos en el subcontinente indio, al que huyeron sus antepasados hace muchos siglos escapando de la opresión musulmana. Se trata de los parsis.

     El impacto del zoroastrismo es cosa muy distinta. Aunque no se lo suele reconocer, ha sido inmenso. Durante varios siglos antes de Cristo las doctrinas zoroástricas fundamentales tuvieron gran difusión, las que ejercieron gran influencia entre los judíos y, aún más, entre los primeros cristianos, y así, a la larga, sobre la cosmovisión de lo que llegaría a ser la civilización europea. Esto puede decirse en particular de los conceptos zoroástricos acerca de la consumación de los tiempos.


1

     El zoroastrismo posee sus sagradas escrituras; se las conoce, colectivamente, como el Avesta, que probablemente significa algo así como "locución autorizada". El Avesta que se ha conservado no es más que una cuarta parte del original, e incluso esa cuarta parte probablemente sólo recibió su forma escrita en el siglo V o VI d.C. Hasta esa época, su conservación dependió casi íntegramente de la transmisión oral, generación tras generación, en las escuelas religiosas. Sin embargo, aunque la distancia en el tiempo entre la proclamación de Zoroastro y el siglo VI d.C. es de cerca de dos mil años, la transmisión de esa proclama parece haber logrado una asombrosa precisión.

     El Avesta, aunque trunco, sigue siendo voluminoso. Incluye 17 himnos compuestos por el propio Zoroastro, los gathas. El resto del Avesta es, en su aspecto lingüístico, de fecha posterior, y no se ha conservado tan bien. Sin embargo, los especialistas actuales se inclinan a creer que también contiene mucho material que incluye las enseñanzas originales de Zoroastro. Luego, aparte del propio Avesta, están los libros medo-persas. Estas obras sólo tuvieron su redacción final en los siglos IX y X d.C. Empero, incluyen largos pasajes de traducción de las partes perdidas del Avesta y un resumen de todo el Avesta original. A pesar de ciertos obstáculos, estas diversas obras han permitido a los especialistas reconstruír, con un grado razonable de seguridad, no sólo las enseñanzas de Zoroastro y de los teólogos que interpretaron y extendieron estas enseñanzas, sino también la cosmovisión de la sociedad irania en la que nació el profeta.

     En la cosmovisión tradicional irania ocupaba un puesto importantísimo el concepto de un orden absoluto, que en el Avestaes llamado Asha (3). No es posible traducir asha por una sola palabra de un idioma moderno, pero sí sabemos lo que significa: se empleaba para indicar el modo normal y correcto en que las cosas ocurren en el mundo. El orden de la Naturaleza, que regula la alternancia del día y la noche y el ciclo de las estaciones, así como el orden de la vida humana, mediante el cual cada persona va del nacimiento a la muerte, estaban incluídos en asha; también lo estaba el orden ritual, que prescribía los sacrificios debidos a los dioses. El orden moral, por el que, supuestamente, los seres humanos regulaban su conducta y sus relaciones entre sí, también formaba parte del asha: el que actuaba de acuerdo con ese principio sería justo, probo, honrado... y prosperaría. El habla que estuviese de acuerdo con asha era el habla sincera; a la inversa, donde prevalecía asha no había lugar para la mentira... ni para los embusteros. Pero, en realidad, la esfera de asha era universal: los desplazamientos del Sol, la Luna y las estrellas eran su expresión visible. También era la fuerza que ponía en movimiento todo lo que conservara y aumentara la vida: gracias a asha empezaba el día, corrían los ríos, crecían las plantas nutricias y daban su leche las vacas.

3) El Asha avéstico se deriva del Ritaindo-iranio, que se conservó, por ejemplo, en el Rig-Veda.

     Zoroastro adoptó la noción de asha, pero también la reinterpretó. En la cosmovisión irania tradicional, varios dioses eran responsables de vigilar y coadyuvar en el funcionamiento de ashaen el mundo (4). En la cosmovisión de Zoroastro, la operación de asha era labor particular del dios Ahura Mazda, el "Señor Sabiduría". No se sabe si Ahura Mazda fue conocido por los iranios antes que Zoroastro, pero fue este último el que le otorgó una posición más exaltada que la de ninguna otra deidad en el mundo antiguo. Pues Zoroastro proclamó que en el principio Ahura Mazda, el perfectamente sabio, justo y bueno, había sido el único ser divino. Ahura Mazda, increado, fue la causa primera de todo lo bueno que hay en el universo, sea divino o humano, animado o inanimado, abstracto o concreto; en suma, de asha y de todo lo que está en armonía con asha.

4) Podemos colegir la naturaleza de la mayor parte de los antiguos dioses iranios por los himnos conocidos como yashts, del Avesta. La única traducción completa de los yashts al inglés es la de J. Darmesteter, The Zend-Avesta, 2ª parte (Oxford, 1883; reimpr. Delhi, 1965). Se ha quedado atrás en muchos aspectos. Una selección generosa de los yashts, con notas valiosas, aparece en W. W. Malandra, An Introduction to Ancient Iranian Religión: Readings from the Avesta and the Achaemeníd Inscriptions (Mineápolis, 1983).

     La dignidad exclusiva de Ahura Mazda como creador y guardián del mundo ordenado es el tema de uno de los más bellos gathas:

     «Esto te pregunto, dime, en verdad, Señor: ¿quién en el principio, en la creación, fue el padre de Asha?; ¿quién estableció el curso del Sol y de las estrellas?; ¿por quién crece la Luna y luego se desvanece? Esto y más aún, oh Mazda, deseo conocer.

     «Esto te pregunto, dime, en verdad, Señor: ¿quién ha sostenido la Tierra desde abajo y evitado que cayeran los cielos?; ¿quién mantiene las aguas y las plantas?; ¿quién unció veloces corceles a los vientos y las nubes?.

     «Esto te pregunto, dime, en verdad, Señor: ¿qué artesano creó la luz y las tinieblas?; ¿qué artesano creó el sueño y la actividad?; ¿por quién existen la aurora, el mediodía y el crepúsculo, que recuerda su deber a los fieles?... ¿Quién hizo que el hijo se mostrara respetuoso y atento con el padre?» (Yasna 44, 3-5, 7).

     De allí que Ahura Mazda mereciera el culto supremo y, en el credo zoroástrico, la religión sea llamada "el culto de Mazda".

     Pero si en el principio fue Ahura Mazda el único ser divino, ello no significa que fuese el único ser. Los iranios siempre habían reconocido la existencia de un principio que era la negación misma de asha: un principio de falsedad o distorsión, una fuerza de desorden, en incesante acción en el mundo. Lo llamaron Druj, que significa "falsedad", "mentira". Zoroastro desarrolló más este concepto: Ahura Mazda tenía un poderoso enemigo en Angra Mainyu, espíritu de la destrucción, del mal activo.

     En los gathas, el profeta ha dejado un resumen de esta revelación central: "En verdad hay dos espíritus primigenios, gemelos que bien se sabe que están en conflicto. En pensamiento y palabra, en acción, son dos: el mejor y el malo" (Yasna 30, 3). Las palabras con que, también en los gathas, repudia Ahura Mazda a su gran adversario aclaran totalmente el punto: "Ni nuestros pensamientos ni nuestras enseñanzas ni nuestros afanes, ni nuestras elecciones ni nuestras palabras ni nuestros actos, ni nuestros egos internos ni nuestras almas, están de acuerdo" (Yasna 45, 2).

     En el pensamiento de Zoroastro, los espíritus gemelos encarnaban, por un lado, las fuerzas que mantenían ordenado el mundo y, por otro, las fuerzas que luchaban por socavarlo. Originalmente, aunque fuesen sobrehumanos y sobrenaturales, tuvieron que hacer una elección entre los dos principios. Ahura Mazda, de acuerdo con su naturaleza profundamente moral, eligió apoyar a asha, y Angra Mainyu, impulsado por su perversidad moral, decidió apoyar a druj.

     Se entabló así una lucha cuyas vicisitudes constituyen el pasado, el presente y el futuro del mundo. El escenario de esa lucha fue el mundo ordenado; en realidad, el mundo existía justamente con ese propósito. Al crearlo, Ahura Mazda trató de canalizar la hostilidad y la furia destructiva de Angra Mainyu: fue una trampa en la cual caería ese ser monstruoso y donde acabaría por agotarse.


2

     Los seres humanos participan intensamente en la lucha entre Ahura Mazda y Angra Mainyu. Así como en el principio los dos espíritus eligieron ser, respectivamente, bueno y malo, así cada quien debe elegir entre los valores constructivos y los destructivos representados por los dos espíritus.

     Al parecer, este dualismo ético tuvo para Zoroastro un significado perfectamente específico y concreto: estaba arraigado en la experiencia personal que tuvo cuando, siendo joven, se encontró absolutamente indefenso y, a la vez, se mantuvo siempre consciente de lo que les estaba ocurriendo a otras personas indefensas. Aunque era un sacerdote plenamente capacitado de la religión tradicional, debió de empezar su vida en gran pobreza, y sufrió grandemente por sus privaciones, así como por la impotencia que acompaña a la pobreza. En los gathas pide auxilio material a Ahura Mazda: "Yo sé por qué soy impotente, Mazda; poseo poco ganado y pocos hombres. Me lamento ante ti. ¿A quién encuentro como protector de mi ganado, a quién de mí mismo...?. Esto te pregunto, dime en verdad, Señor, ¿cómo obtendré esa recompensa, a saber, diez yeguas con un semental y un camello?"(Yasna 46, 2; 50, 1; 44, 18).

     Sin embargo, éste no es el meollo del asunto. En la interpretación que da Zoroastro a los antiquísimos conceptos de asha y de druj, subyace un agudo sentido de un orden social relativamente pacífico que se ve amenazado de agresión desde el exterior. Me parece a mí que la explicación más plausible es la planteada por la eminente iranista Mary Boyce. Sostiene la profesora que Zoroastro debió de conocer dos tipos de tribus. Había tribus que emigraban continuamente con su ganado, buscando tan sólo pastos en que pudieran establecerse y prosperar, y había tribus que eran verdaderas bandas de guerreros implacables, que se deleitaban en la violencia, siempre dispuestos a despojar y a matar a los apacibles pastores. El profeta se identificó con los primeros y abominó de los últimos (5).

5) Cf. Boyce, History, vol. 1, p. 252..

     En realidad, hay buenos motivos para pensar que los gathas fueron compuestos mientras una sociedad que durante siglos había existido casi sin sufrir cambios y nunca había poseído armas muy destructivas, estaba entrando en conflicto y siendo remplazada por una sociedad de nueva índole, más belicosa y mejor equipada para la guerra. Se ha dicho convincentemente que al principio la sociedad de la que descendían los iranios no tenía una clase de guerreros profesionales: con excepción de los sacerdotes, todos los varones adultos eran pastores (6).

6) Cf. P. Friedrich, Proto-Indo-Enropean Syntax (Butte, Montana, 1975), pp. 44-46; Boyce, "The Bipartite Society of the Ancient Iranians", en M. A. Dandamayev et al., eds., Societies and Languages in the Ancient Near East (Londres, 1982), pp. 33-37. La idea propuesta por Stig Wikander, Der arische Männerbund (Lund, 1938), y desarrollada por Georges Dumézil en muchas de sus obras, de que la sociedad proto-indo-irania y hasta proto-indo-europea ya poseía una clase de guerreros profesionales, no se puede seguir sosteniendo seriamente. Pasa por alto la cronología del Neolítico y de la Temprana Edad de Bronce en la zona en cuestión.

     Desde luego, a veces las tribus luchaban entre sí por tierras de pastoreo, pero sus campañas casi no fueron más que escaramuzas. Pero al Sur del Cáucaso las cosas eran muy distintas: allí desde principios del segundo milenio habían existido las guerras de carros y los guerreros profesionales, únicos que podían practicar ese tipo de guerra.

     En la época de Zoroastro, esas innovaciones habían llegado a las estepas, y con ellas se modificó todo. Los carros permitieron a los jefes y a sus séquitos saquear los asentamientos de tribus sobre áreas extensas, robar rebaños enteros y matar a seres humanos en una escala que antes hubiese sido inconcebible. La vida en las estepas se alteró radicalmente, al pasar a una típica "edad heroica", turbulenta, inquieta, que llegó a considerar la proeza militar como su valor supremo y la toma de botín como su más alto objetivo.

     Hasta aquí llega la profesora Boyce. Aceptemos o no en cada detalle esta explicación, los gathas ciertamente parecen reflejar las tensiones y miserias de una época en que estaba estableciéndose este nuevo modo de vida. En esos himnos se presenta al pastor concienzudo como el hombre justo por excelencia, mientras que el hombre perverso por excelencia es el que adquiere fama y fortuna robando ganado: "Esos malvados que se muestran, en toda su grandiosidad, como damas y caballeros, también ellos han arruinado la vida, robando la propiedad del [legítimo] heredero... Mazda echó su maldición sobre quienes con [su] hábito de placer han arruinado la vida de la vaca" (Yasna 32, 11-12), Estos hombres "de propósitos malignos aumentan con su lengua la furia y la crueldad, ellos, los no pastores entre pastores" (Yasna 49, 4). Eran "seguidores de la Mentira", aliados humanos de Angra Mainyu. Zoroastro no tolera la piedad para con ellos: hay que vencerlos y matarlos (Cf. Yasna 46, 4).

     Zoroastro es el primer ejemplo conocido de un tipo particular de profeta —el tipo comúnmente llamado "milenarista"—, y las experiencias que determinaron el contenido de su enseñanza también parecen haber sido típicas. Los profetas que prometen una total transformación de la existencia, un total perfeccionamiento del mundo, a menudo obtienen su inspiración original no sólo del espectáculo del sufrimiento, sino de un tipo particular de sufrimiento: el que es causado por la destrucción de un antiguo modo de vida, con sus familiares certidumbres y salvaguardias. Zoroastro parece haber sido ese tipo de profeta.


3

     Pasaron las tensiones particulares de la sociedad que encontraron expresión en el dualismo ético de Zoroastro; pero el dualismo ético sobrevivió. La intención de Ahura Mazda de que los seres humanos fueran sus protagonistas, sostuvieran a asha y combatieran a druj,pervivió. En la práctica, esto significó que se esperaba de cada zoroastriano que hiciese todo lo posible por fomentar el bienestar y la prosperidad del mundo, pero también su propio bienestar y prosperidad. Hacerlo era una afirmación de los más altos valores y un cumplimiento del supremo deber religioso.

     Semejante ideal fue sumamente insólito en su época. También en otras sociedades el pueblo ayudaba a mantener el orden del mundo, pero lo hacía principalmente contribuyendo a las ofrendas que los sacerdotes hacían a los dioses. Un zoroastriano debía participar de manera más directa y constante... y esto sigue siendo cierto hasta hoy día. Las obligaciones del zoroastriano imbuyen de sentido toda su vida. Cada zoroastriano toma parte —mediante las tareas ordinarias de la vida cotidiana— en el sostenimiento y fortalecimiento del mundo ordenado; en realidad, todos ayudan a allanar el camino para esa consumación final, cuando el mundo será perfecto.

     En su origen, ésta fue una percepción radicalmente nueva del mundo, del tiempo y de la responsabilidad humana. Para otras sociedades, y para los propios iranios que vivieron antes de Zoroastro, el orden del mundo, aun cuando constantemente perturbado, era, empero, esencialmente estático: como habían sido las cosas, así continuarían. Para Zoroastro y sus seguidores, por el contrario, nada era estático. El ataque de Angra Mainyu contra asha, la defensa de asha a cargo de Ahura Mazda, proseguían indefinidamente, aunque no seguirían así por siempre. El mundo era un campo de batalla y el combate continuaba, pero tendría fin.

     El tiempo mismo estaba en movimiento, en continuo avance. En los escritos teológicos de Zoroastro se establece una distinción entre el Tiempo Ilimitado, o eternidad, por una parte, y el tiempo "limitado" o "encadenado", por otra. La pugna entre Ahura Mazda y Angra Mainyu está contenida dentro de un "tiempo limitado"; su conclusión señalará el fin del "tiempo limitado" y el principio de una eternidad de dicha. Pues a la postre Angra Mainyu será destruído, druj dejará de actuar, asha prevalecerá totalmente y por doquier, y el mundo ordenado se librará para siempre de las fuerzas del caos. Se realizará, así, la intención de Ahura Mazda, y llegará a su consumación el plan divino.

     También en otro aspecto, Zoroastro parece haber modificado los conceptos tradicionales: al término del "tiempo limitado" habrá una resurrección universal de los cuerpos. Los hombres que redactaron el material avéstico sabían bien que esto parecería increíble a muchos, y dieron entonces una respuesta espléndidamente poética. Hicieron decir a Zoroastro: "¿De dónde vendrán a reunirse los cuerpos que el viento ha barrido y el agua se ha llevado?; ¿y cómo ocurrirá la resurrección?" Responde Ahura Mazda: "Cuando yo creé la tierra que mantiene toda vida física... y cuando creé el grano, para que se dispersara por la tierra y volviera a crecer, aumentado... y cuando creé la nube, que lleva el agua al mundo y la hace caer en forma de lluvia cuando así lo escoge, y cuando yo creé el viento... que sopla cuando así lo quiere, la creación de cada uno de ellos fue más difícil para mí que levantar a los muertos. Pues... considera, si yo creé lo que no es, ¿por qué no puedo volver a hacer lo que ya fue?" (Bundahishn, cap. 34, pp. 4-5). Tanto como su creación original, la resurrección de los muertos sería obra milagrosa de Ahura Mazda, efectuada como parte de su plan de perfeccionamiento de todas las cosas.

     La resurrección de los muertos irá seguida de una gran asamblea, en que participarán todos los que hayan vivido. Allí, cada quien será confrontado con sus buenas y malas acciones, y los que se salven se distinguirán tan claramente de los condenados como una oveja blanca de una negra. Entonces se fundirá el metal de las colinas y las montañas, la tierra será cubierta por una enorme corriente de metal fundido, y todos tendrán que atravesar esa corriente. Para los justos, será como caminar sobre leche tibia; sólo los malvados sabrán que están caminando sobre metal fundido (7). Y los malos serán destruídos. Eso dice Zaratustra en uno de sus himnos: "Esa compensación que tú asignarás a los dos bandos, oh Mazda, con tu fuego deslumbrante y metal fundido, es una señal que se dará a todos los seres vivos para destruìr al hombre perverso y salvar al justo" (Yasna 51, 9). En realidad, los justos no sólo se salvarán sino que serán transformados: sus cuerpos no sólo serán inmortales, sino eternamente jóvenes. Los que llegaron a la madurez se quedarán para siempre como si tuvieran cuarenta años; los cuerpos de los jóvenes se quedarán como de quince años.

7) Cf. Yasna 44, 15 y 51, 9; Sóderblom, La Vie Future, p. 224; Boyce, History, vol. 1, pp. 242-244.

     La obra escrita en persa medio y conocida como el Bundahishn (que significa "creación") (8), narra cómo en todos los aspectos el orden propuesto por el dios supremo prevalecerá contra todo lo que lo niegue. Asha triunfará totalmente sobre druj, y Angra Mainyu será destruído. Hasta la apariencia del mundo se modificará. La tierra quedará aplanada por un terrible diluvio, de modo que su superficie no será más que una planicie: desaparecerán las montañas cubiertas de nieve del Irán, levantadas inicialmente por Angra Mainyu. En este medio perfecto [?], los seres humanos sobrevivientes vivirán en la más perfecta armonía. Esposos y mujeres y niños, incluyendo desde luego a los muertos resucitados, se reunirán y vivirán unidos como lo están en el mundo actual... aunque ya no engendrarán más hijos. Toda la especie humana formará una sola comunidad de devotos zoroastrianos, unidos todos en la adoración de Ahura Mazda, unánimes en pensamiento, palabra y obra.

8) Texto y traducción de B. T. Anklesaria, Zand-Akásih, Iranian or Greater Bundahishn (Bombay, 1964). En Boyce, Textual Sources, se ofrecen pasajes selectos en traducción.

     La gran transformación ha de ser provocada por las palabras que significan "hacer maravilloso". Tal es una promesa que, por muy remota que sea su realización, siempre ha tenido gran importancia para los zoroastrianos. Cada año, el estado de beatitud venidero es prefigurado en la fiesta de Año Nuevo: celebrada en el equinoccio de primavera, se la experimenta como un renacimiento de la Naturaleza y de la sociedad y de cada persona: una renovación del mundo.

     El "hacer maravilloso" lo cambiará todo. Lo que nos aguarda, al fin de los tiempos, es un estado del que se habrá eliminado toda imperfección; un mundo en que todos vivirán para siempre en una paz que nada podría perturbar; una eternidad en que habrá cesado la Historia y no podrá ocurrir nada más; un ámbito inmutable, sobre el cual reinará el dios supremo con una autoridad que nadie habrá de desafiar jamás.


4

     Cuando Zoroastro auguró por primera vez el "hacer maravilloso", ciertamente esperaba que éste ocurriera en un futuro próximo. Los gathas transmiten una gran sensación de apremio: el profeta creía, sin duda, haber sido enviado por Ahura Mazda en ese momento particular para instar a los hombres a alinearse de inmediato con el bando de los justos, ya que quedaba poco tiempo antes de la transformación del mundo.

     Pero Zoroastro murió, su figura empezó a desvanecerse en el pasado, y el mundo no se transformaba. La primera generación de zoroastrianos sin duda se habrá sentido tan profundamente decepcionada como, mil años después, lo estarían los primeros cristianos. Las generaciones ulteriores se consolaron en formas que también recuerdan el desarrollo de la fe cristiana. Elaboraron el concepto de un futuro salvador en quien Zoroastro, por decirlo así, reencarnaría y completaría su obra.

     Los propios gathas nos ofrecen un atisbo sumamente útil, pues el profeta, al sentirse abrumado por la idea de que acaso no viviera para ver el "hacer maravilloso", se había consolado imaginando a "alguien más grande que el bien" que vendría después de él (Cf. Yasna 43, 3). Sobre la base de este atisbo se formó la figura prodigiosa del Saoshyant, que literalmente significa el "benefactor futuro" (9).

9) El Avesta describe al Saoshyanty su papel en Yashts 13 y 19.

     El nacimiento del Saoshyant será milagroso. Se dice que la semilla del profeta se conserva en un lago, en el sudeste del Irán, donde es vigilada por 99.999 almas de los difuntos justos. Al acercarse a su fin el "tiempo limitado", una virgen se bañará en el lago, quedará encinta con la semilla del profeta y le dará un hijo. Ese hijo es el Saoshyant, quien desempeñará el papel principal en cada fase del drama escatológico. Él blandirá el "arma victoriosa" con que, en el pasado, los héroes legendarios del Irán mataron a los monstruos y ogros de su época. En torno de él se agruparán ciertos "jefes inmortales", guerreros poderosos que un tiempo condujeron a los pueblos iranios a la guerra y que desde entonces han estado aguardando, en lugares remotos, el llamado a la batalla final. Junto con estos "camaradas de armas", todos los cuales "piensan bien, actúan bien y son de buena conciencia", el Saoshyant avanzará contra Angra Mainyu y sus aliados, demoníacos y humanos.

     Eso no es todo. Durante 57 años antes del "hacer maravilloso", el Saoshyantestará resucitando a los muertos y devolviéndoles sus cuerpos; también reunirá a muertos y vivos para la terrible prueba. Según algunas versiones, quitará a Ahura Mazda la tarea de dar la inmortalidad a los justos. Por último, con sólo contemplar el mundo, lo hará inmortal e incorruptible, completando así el "hacer maravilloso".

     La profecía acerca del Saoshyant es muy antigua; ciertamente anterior a la época aqueménida, y acaso casi se remonte a los tiempos de Zoroastro. Pero su atractivo ha demostrado ser perenne: ha ayudado a generación tras generación de zoroastrianos, a través de todos sus infortunios, a mantener viva su fe en el perfeccionamiento final del mundo. De hecho, la fe en la llegada del Saoshyant ha florecido en el infortunio. Según ciertos testimonios, se sostuvo con la mayor tenacidad precisamente en las épocas en que la comunidad zoroástrica padecía sus mayores desastres. Fue factor vital para mantener a los zoroastrianos en su fe cuando eran perseguidos por sus gobernantes musulmanes; y después ha florecido más entre los zoroastrianos oprimidos en Irán que entre sus hermanos más afortunados, los parsis de la India.


5

     En el siglo VI a.C. el zoroastrismo se convirtió en religión oficial del primer Imperio iranio. Al menos desde Darío el Grande (522-486), cada monarca aqueménida se vio a sí mismo como el representante del Señor Sabiduría en la Tierra.

     Sin embargo, no todo en la religión de los gathas era apropiado para ser una religión de Estado. Una institución dotada no sólo de gran autoridad espiritual sino también de gran poderío temporal, poseedora de templos, refugios y vastas fincas, atendida por un numeroso cuerpo sacerdotal, no podía mostrarse muy impaciente por efectuar una total transformación del mundo. Si se quería que el zoroastrismo funcionara eficazmente como la religión principal de un Imperio triunfante y firmemente establecido, había que modificar la escatología zoroástrica. Era necesario aplazar el "hacer maravilloso", oficial y definitivamente, a un futuro remoto.

     Algunos sabios sacerdotes hicieron la revisión necesaria, no después de la primera mitad del siglo IV a.C. Inspirados, acaso, en las especulaciones de los astrónomos babilónicos, dividieron el "tiempo limitado" en cierto número de periodos iguales. En una de las versiones que han llegado hasta nosotros, la totalidad del "tiempo limitado" abarca 9.000 años, divididos en tres periodos de 3.000 años cada uno; en otra versión, abarca 12.000 años, divididos en cuatro periodos. Pero en la revisión original, probablemente fue fijado en 6.000 años; y hasta en las versiones de 9.000 y de 12.000 años, los últimos 6.000 años incluyen todo lo que ocurre en esta Tierra.

     Según el Bundahishn, que plantea el programa de 12.000 años, Ormuz (como ahora se llama a Ahura Mazda) asegura su victoria final 3.000 años antes del fin, haciendo que Zoroastro reciba su revelación. El siguiente periodo de 3.000 años se divide a su vez en tres periodos de 1.000 años, cada uno de los cuales termina con la aparición de un nuevo salvador: se triplica así el Saoshyant. Cada Saoshyant nace de la semilla de Zoroastro, y cada cual tiene ante sí una tarea redentora. Al término de cada milenio, la enseñanza zoroástrica habrá caído en el olvido; corresponde a cada Saoshyant, a su vez, darle nueva vida... hasta que el último de ellos produzca el "hacer maravilloso".

     En este plan de la Historia universal tiene su lugar el momento presente: sólo podía ser algún tiempo antes de la aparición del primer Saoshyant; pero esto significaba que perdía toda inmediatez el "hacer maravilloso" que Zoroastro había esperado que ocurriera durante su vida o poco después y que, tras su muerte, los zoroastrianos habían seguido aguardando con impaciencia. Entre la época en que el zoroastrismo se convirtió en religión de Estado y la transformación final del mundo, había, ahora, un intervalo de más de 2.000 años. Cualesquiera que fuesen sus intenciones y por muy puramente filosóficos que fuesen sus intereses, los sacerdotes zoroastrianos habían hecho algo que tendría repercusiones sociales y políticas: habían modificado el mensaje original del profeta de tal manera que los monarcas aqueménidas, y tras ellos los monarcas partos y sasánidas, pudieron encontrar en él una ideología perfectamente apropiada para sus necesidades.


6

     Subsiste, a pesar de todo, un acertijo. Hemos de preguntarnos: ¿cómo un hombre que vivió cerca de 1400 a.C., en una sociedad fundamentalmente pastoral, en las profundidades del Asia central, pudo decidir que el perturbado mundo que él conocía sería radicalmente modificado en breve, transformado en un mundo perfecto? Yo propongo una hipótesis.

     Al comienzo de este ensayo, mencioné el hecho de que en las sociedades antiguas el mundo, aunque esencialmente inmutable, sin embargo se sentía amenazado constantemente por fuerzas caóticas. En muchas sociedades, esta sensación fue expresada en mitos del tipo que los especialistas llaman "mitos de combate" (10). Estos mitos de combate muestran cómo, cuando el mundo ordenado está a punto de ser abrumado por fuerzas caóticas, simbolizadas por un monstruo, y los viejos dioses sólo pueden mirar, impotentes, se presenta un recién llegado, un héroe-dios que derrota al monstruo y salva al mundo. El héroe-dios se vuelve el nuevo gobernante del universo... pero el monstruo no ha sido destruído, y el héroe-dios tiene que seguir luchando y derrotándolo una y otra vez. No cabe duda de que el más célebre ejemplo de un mito de combate es el mito babilónico de Marduk contra Tiamat; pero hay otros que vienen mejor a nuestro tema.

10) Sobre el mito del combate en la Antigüedad, véase J. Fontenrose, Python: A Study in Delphic Myth and its Origins (Berkeley, 1959); M. Wakeman, The Battle of God against the Monster (Leiden, 1973), y N. Forsyth, The Old Enemy: Satan and the Combat Myth (Princeton, 1987).

     Los iranios estaban emparentados con los indos védicos; de hecho, hasta cerca de 2000 a.C., unos y otros constituyeron un solo pueblo que vivía en las estepas de la Rusia meridional. Por la gran colección de himnos en sánscrito conocida como el Rig-Veda, sabemos que todavía después de cinco siglos de separación ambos pueblos aún tenían mucho en común (11). Ahora bien, el dios más importante —con mucho— que aparece en el Rig-Veda es el guerrero y dios de la tormenta, Indra, y su mayor triunfo consiste en derrotar al archi-demonio Vritra. Vritra fue imaginado como una serpiente gigantesca, que representaba el caos primordial. Su nombre significa "el que contiene", el que "bloquea", y, en realidad, él mantuvo cautivas las aguas cósmicas que, a su vez, contenían al Sol. Al matar a Vritra y liberar las aguas, Indra permitió que cobrara existencia el mundo ordenado. Pero ése no fue el fin. También hubo otros demonios a quienes Indra tuvo que enfrentarse, y a todos los mató. Más aún: cualesquiera que fuesen sus nombres, todos estos demonios eran Vritra, y todos los combates de Indra tuvieron el mismo significado. Y estos combates no podrán cesar jamás: una y otra vez habrá que liberar las aguas si no se quiere que el mundo vuelva a hundirse en el caos.

11) Sobre el Rig-Veda, véase J. Gonda, Vedic Literature (Wiesbaden, 1975). No hay una traducción completa y confiable (en inglés) del Rig-Veda, pero para una notable traducción de una selección de himnos védicos, véase W. O. O'Flaherty, The Rig Veda: An Anthology(Harmondsworth, 1981). Una traducción completa y confiable al alemán es: K. F. Geldner, Der Rig-Veda, 4 vols. (Cambridge, Mass., 1951-1957).

     Como puede suponerse, el Avesta no conoce a ningún dios comparable con este prodigioso Indra. Sin embargo, sí contiene testimonios abundantes de que antes de Zoroastro los mitos de combate eran tan familiares a los iranios como a los indos védicos. Me permito sugerir que en la enseñanza de Zoroastro el papel del dios-héroe fue desempeñado por Ahura Mazda; pues Ahura Mazda no sólo vigila el orden del mundo: también combate las fuerzas del caos, encarnadas ahora por Angra Mainyu.

     Pero al llegar a este punto, hemos de reconocer que un gran abismo separa las enseñanzas de Zoroastro del antiguo mito del combate. La razón de que Ahura Mazda luche es suprimir del mundo toda forma de desorden, radicalmente y para siempre. Así, a la postre, Angra Mainyu es aniquilado de una vez por todas, junto con toda su cohorte de demonios y todos sus aliados humanos. En lugar de unas victorias repetidas pero incompletas, se nos promete una victoria final y definitiva.

     Si estoy en lo cierto, Zoroastro fue inspirado por el antiguo y poderoso mito de combate para crear otro mito de combate, aún más poderoso, y que luego se convirtió en la primera fe escatológica del mundo.–




Carl G. Jung - Entrevistas (1933-1939)

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     En 1977 la editorial de la Universidad de Princeton publicó, editado por William McGuire y R. F. C. Hull, el libro recopilatorio "C. G. Jung Speaking. Interviews and Encounters", con diversas entrevistas hechas durante muchos años a la curiosa persona del famoso psiquiatra, psicólogo y escritor suizo Carl Jung (1875-1961). Allí puede verse una faceta no tan conocida de él, y, de acuerdo a la selección de textos que hemos hecho para presentarlos en castellano, concretamente sus opiniones relativas a la figura de Hitler, desde que asumió éste el poder hasta antes de la Segunda Guerra. Su democrático desdén por el Führer es evidente desde un comienzo, aunque fue acentuándose, estando como estaba en altas e influyentes esferas masónicas internacionales. El primer texto es una entrevista de 1933 en Radio Berlín, con el psiquiatra Adolf Weizsacker, ex alumno suyo, donde Jung se muestra muy cauteloso. El segundo es un breve texto de 1936 donde sólo se presentan sus respuestas. La tercera entrevista que presentamos fue hecha a Jung por el connotado periodista estadounidense Hubert Knickerbocker en 1938; es ésta a la que siempre se refirió Miguel Serrano, un diálogo sustancioso que ayudó mucho a la fama del suizo en Estados Unidos. Finalmente una breve secuela de esta entrevista se publicó en 1939, que es la que cierra esta presentación. El libro ya mencionado contiene otros textos interesantes, pero esta selección da una perfecta idea de las opiniones políticas e interpretaciones del célebre psicólogo acerca de Hitler, Alemania y otros temas conexos. Cada entrevista va con sus correspondientes notas introductorias que presentan el contexto de las mismas.




1933
UNA ENTREVISTA EN RADIO BERLÍN


     El 21 de Junio de 1933 Jung aceptó la presidencia del Überstaatliche Ärztliche Gesellschaft für Psychotherapie (Sociedad Médica Internacional para la Psicoterapia), que reunía sociedades nacionales de Dinamarca, Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Suecia y Suiza, y que tenía su oficina central en Zúrich. Aunque miembros judíos y otros anti-nacionalsocialistas habían sido expulsados de la sociedad nacional alemana, Jung como presidente les permitió convertirse en miembros de dicha Sociedad. Un documento de esa época es una entrevista a Jung del doctor Adolf Weizsacker, un neurólogo y psiquiatra alemán que había sido previamente su alumno. Fue grabada y transmitida por Radio Berlín el 26 de Junio de 1933. Una transcripción de la entrevista radial ha existido durante mucho tiempo en forma mimeografiada.


—WEIZSACKER: Hoy tenemos el particular placer de dar la bienvenida en nuestro estudio al psicólogo más progresista de los tiempos modernos, el doctor Carl Gustav Jung de Zúrich. El doctor Jung está actualmente en Berlín dando un curso de conferencias, y él ha expresado amablemente su buena voluntad para contestar varias preguntas que tienen que ver con los problemas contemporáneos. De esto ustedes verán que hay una escuela de Psicología moderna que es fundamentalmente constructiva. Sabemos muy bien que la Psicología y el análisis por sí mismos se han convertido justificadamente en sospechosos hoy en día. Estamos cansados de este continuo ensayo y error en el campo intelectual, y es afortunado para nosotros que haya un psicólogo que se acerca a lapsique humana de un modo completamente diferente de las otras conocidas Psicologías o psicoterapias, especialmente el psicoanálisis freudiano. El doctor Jung viene de un ámbito Protestante de Basilea. Eso es importante. Eso pone todo su enfoque del Hombre en un pie diferente que el de Freud y de Adler. Lo fundamental sobre esta Psicología consiste en que el doctor Jung no despedaza y destruye la inmediatez de nuestra vida psíquica, el elemento creativo que siempre ha desempeñado el papel decisivo en la historia de la mente alemana, sino que se acerca a ella con profunda reverencia y no la devalúa, dejándose ser guiado en el tratamiento práctico de conflictos o neurosis por las fuerzas positivas y constructivas que se encuentran en estado latente en la vida psíquica inconsciente de cada hombre y que pueden ser despertadas. De aquí que su Psicología no sea intelectual, sino que esté imbuída de visión; ella procura reforzarlas fuerzas positivas que hay en el Hombre y no se detiene en poner triunfalmente al descubierto los elementos negativos, puesto que aquello no aporta nada realmente nuevo en la vida del individuo o de la comunidad.  

     Permítame ahora, doctor Jung, hacerle varias preguntas y pedirle que las conteste, lo que usted puede hacer como suizo, con un cierto distanciamiento, y como psicólogo, con una gran experiencia de la psique humana. Me gustaría preguntarle, primero, si hay, según su experiencia psicológica, alguna diferencia decisiva entre la situación psíquica de los alemanes y la de los europeos occidentales, y en qué consiste dicha diferencia. La verdad del asunto es que estamos en este momento rodeados por los malentendidos más profundos, y sería interesante para nosotros escuchar, muy brevemente, lo que usted piensa que podría ser la causa de estos malentendidos, y si las diferencias entre nuestra naturaleza y las de ellos son tan grandes como para hacer esos malentendidos comprensibles para nosotros.

—JUNG: Hay, en efecto, una enorme diferencia entre la actitud psíquica de los alemanes y la de los europeos occidentales. El nacionalismo que los occidentales conocen les parece una especie de chauvinismo, y ellos no pueden entender cómo es que en Alemania esto se haya convertido en una fuerza constructora de la nación, porque el nacionalismo para ellos todavía significa su propia marca de chauvinismo. Esta particularidad de los alemanes puede ser explicada sólo por la juventud de la nación alemana. Su entusiasmo por la reconstrucción de la comunidad alemana permanece incomprensible para los europeos occidentales porque esta necesidad ya no existe para ellos en el mismo grado, ya que ellos consiguieron la unidad nacional en siglos anteriores y en otras formas.

—W: Sí; y ahora me gustaría hacer una segunda pregunta que es extraordinariamente importante para nosotros, porque el nuevo giro de los acontecimientos en Alemania está siendo liderado por la generación más joven. ¿Cómo explica usted la seguridad de la juventud alemana en la búsqueda de su visionario objetivo, y cuál es el significado del hecho de que la generación más vieja no puede librarse completamente de una especie de reserva, aunque le gustaría mucho simplemente respaldar lo que está sucediendo?. ¿Qué debería hacerse, en su opinión, a fin de tender un puente sobre este abismo sin esperanzas entre las generaciones, que profundiza todavía más la brecha en nuestro carácter alemán como nación?. ¿Cuál es la causa de todo esto?.

—JUNG: La confianza de la juventud alemana en la búsqueda de su objetivo me parece algo completamente natural. En tiempos de un enorme movimiento y cambio, sólo habría de esperarse que la juventud tomara el timón, porque sólo ellos tienen la audacia y el impulso y el sentido de la aventura. Después de todo, es su futuro lo que está en juego. Ésta es su aventura y su experimento. La generación más vieja naturalmente toma un lugar secundario, y ellos deberían poseer la suficiente experiencia de vida para ser capaces de estar de acuerdo con este necesario curso de los acontecimientos. Ellos también tuvieron su tiempo, una vez. La distancia entre la generación más vieja y la más joven se debe precisamente al hecho de que la generación anterior no siguió la corriente de los tiempos y, en vez de prever aquello, fue alcanzada por la tormenta de una nueva época. Pero eso no es de ninguna manera específico de los alemanes. Es algo que usted puede observar en todos los países en este momento.

     La generación más antigua tiene una dificultad inmensa para descubrir su camino en un nuevo mundo. Los cambios políticos van de la mano con toda clase de otros cambios en el arte, la filosofía, en nuestras opiniones religiosas. En todas partes el viento de cambio está soplando. Y tengo muchísimo contacto con gente de la generación más antigua que me ha confesado que ellos tienen poco entendimiento real del nuevo tiempo, y una dificultad suprema para descubrir su camino aquí. Muchos de ellos incluso se vuelven directamente hacia mí en busca de consejo, ya que con un poco de psicología uno puede entender estas cosas. Con un poco de conocimiento psicológico, también, habría sido posible prever los cambios. Pero la generación anterior —estoy obligado a decirlo— ha cometido el error imperdonable de pasar por alto al hombre real en favor de una idea abstracta de aquél. Este error está unido al falso intelectualismo que caracterizó al siglo XIX entero.

—W: Gracias, doctor Jung. Hemos oído ahora algo de su actitud frente a los problemas más generales de la situación en conjunto. Me gustaría ahora hacer algunas preguntas más específicas sobre su Psicología. ¿Cuál es, en su opinión, la posición de la Psicología en general hoy en día?; ¿cuál es la tarea de ella en un tiempo de actividad de este tipo?.

—JUNG: Es sólo por causa de que vivimos en un tiempo activo y responsable, que necesitamos más conciencia y auto-reflexión. En un tiempo como el nuestro, cuando tremendos movimientos políticos y sociales están en marcha, yo como psicólogo, como he dicho, a menudo debo ver gente que siente la necesidad de una orientación psíquica. Esta necesidad refleja un instinto sano. Cuando reina la confusión general, como ocurre en Europa hoy, cuando hay una generalizada fragmentación de opiniones, allí por instinto surge en nosotros una fuerte necesidad de una Weltanschauung común [visión del mundo y de la vida], yo diría, que permite que nosotros tengamos una opinión unitaria de las cosas y discernamos el significado interior del movimiento entero. Si no tenemos éxito en conseguir dicha perspectiva, puede resultar fácilmente que estemos como si hubiéramos sido inconscientemente barridos por los acontecimientos, ya que los movimientos de masas tienen la particularidad de dominar al individuo mediante sugestiones de masas y volverlos seres inconscientes. El movimiento político o social no gana nada con esto cuando tiene enjambres de seguidores hipnotizados. Por el contrario, existe el peligro de una desilusión igualmente grande al despertar de la hipnosis. Es por lo tanto del mayor valor para los movimientos de masas poseer adherentes que los sigan no por una obligación inconsciente sino por una convicción consciente. Pero esta convicción consciente sólo puede estar basada enunaWeltanschauung.

—W: Y usted piensa, si le entiendo correctamente, que tal Weltanschauung puede en ciertos casos ser mejor adquirida con la ayuda de la Psicología —su Psicología—, de modo que la gente pueda mantenerse firme interiormente a fin de trabajar con éxito y de manera segura en el mundo exterior, porque de otro modo sus impulsos inconscientes, sus humores, y no sé qué, pueden entrometerse en sus actividades externas. Usted ve, el hecho es que en la Alemania de hoy la Psicología es sospechosa en muchos sectores precisamente porque está preocupada por el auto-desarrollo del así llamado individuo, y entonces ellos sospechan que este famoso individualismo de salón o individualismo de lujo pertenece a una época que ahora realmente ha terminado para nosotros. Entonces me gustaría preguntarle: ¿Cómo, justo en este momento, cuando las fuerzas colectivas de la comunidad entera han tomado la delantera en modelar nuestro estilo de vida, cómo debemos evaluar los esfuerzos de la Psicología en el papel práctico que ella tendría que jugar para el todo de la vida y para la comunidad entera?.

—JUNG: El auto-desarrollo del individuo es especialmente necesario en nuestro tiempo. Cuando el individuo es inconsciente de sí mismo, el movimiento colectivo también carece de un claro sentido de propósito. Sólo el auto-desarrollo del individuo, lo cual considero que es el objetivo supremo de todo el esfuerzo psicológico, puede producir voceros y líderes conscientemente responsables del movimiento colectivo. Como Hitler dijo recientemente, el líder debe ser capaz de estar solo y debe tener el coraje para seguir su propio camino. Pero si él no se conoce a sí mismo, ¿cómo va a conducir a otros?. Por eso el verdadero líder es siempre uno que tiene el coraje para ser él mismo, y puede parecerlo no sólo a ojos de otros sino sobre todo ante él mismo.

—W: Ahora voy a algo muy específico. ¿Qué diferencia —aunque yo ya haya enfatizado esto un poco al principio—, qué diferencia hay entre una Psicología como la suya, imbuída de visión, y las Psicologías de Freud y Adler, que están construídas completamente sobre una base intelectual?

—JUNG: Es, usted lo ve, uno de los mayores privilegios de la mente alemana dejar que toda la creación, en toda su inagotable diversidad, trabaje sobre ello sin pre-concepciones. Pero con Freud, así como con Adler, se establece un punto de vista individual particular —por ejemplo, la sexualidad o el esfuerzo por el poder— como una crítica contra la totalidad del mundo fenoménico. De esta manera, una parte del fenómeno es aislada desde el Todo y dividida en fragmentos cada vez más pequeños, hasta que el sentido que yace sólo en el Todo queda distorsionado en tonterías, y la belleza que es propia sólo del Todo queda reducida a un absurdo. Yo nunca podría mirar con buenos ojos esa hostilidad hacia la vida.

—W: Estoy particularmente agradecido de usted, doctor Jung, por aquella respuesta. Pienso que esto actuará en muchos de nosotros como una liberación. Para concluír, todavía tengo una pregunta que es de interés particular para nosotros hoy, y es la cuestión del liderazgo. A partir de su experiencia psicológica, ¿tiene usted algo que decir acerca de la idea del liderazgo personal y el de una élite dirigente que es reconocido ahora en Alemania, a diferencia de un Gobierno elegido dependiente de la opinión de las masas como se ha desarrollado en Europa Occidental?.

—JUNG: Hoy vivimos en un tiempo de invasiones bárbaras, pero ellas ocurren interiormente en la psique de la gente. Esto es un quiebre de las naciones. Los tiempos de movimiento de masas son siempre tiempos de liderazgo. Cada movimiento culmina orgánicamente en un líder, que encarna en todo su ser el sentido y el propósito del movimiento popular. Él es una encarnación de la psique de la nación y su portavoz. Él es la punta de lanza de la falange de toda la gente en movimiento. La necesidad del Todo siempre suscita un líder, independientemente de la forma que un Estado pueda tomar. Sólo en tiempos dequietud sin un objetivo, la conversación sin propósito de las deliberaciones parlamentarias son monótonas, lo que siempre demuestra la ausencia de una agitación en las profundidades o de una emergencia definida; hasta el gobierno más pacífico en Europa, el Bundesratsuizo, en tiempos de emergencia se inviste conpoderes extraordinarios, sea democracia o no. Es perfectamente natural que un líder deba estar a la cabeza de una élite, que en siglos anteriores estaba conformada por la nobleza. La nobleza cree, según la ley de la Naturaleza, en la sangre y la exclusividad de la raza. Europa occidental no entiende la especial emergencia psíquica de la joven nación alemana, porque no se encuentra en la misma situación, histórica o psicológicamente.

—W: Gracias, doctor Jung, por contestar estas preguntas de tan buena gana, y también por lo medular de sus respuestas, que serán seguramente de la mayor importancia para muchos de nuestros oyentes. El hecho es que estamos viviendo hoy en una fase de reconstrucción donde todo depende de consolidar interiormente lo que ha sido conseguido e incorporarlo en la psique del individuo. Para este objetivo necesitamos, si puedo expresar mi opinión personal, líderes como usted, que realmente sepan algo sobre la psique, la psique alemana, y cuya Psicología no es sólo una charla intelectual sino un conocimiento vivo de los seres humanos.–



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1936
LA PSICOLOGÍA DE LAS DICTADURAS


     En su cruce hacia el Este del Atlántico en Octubre de 1936, después de su visita a Harvard, Jung escribió una conferencia sobre "Psicología y Problemas Nacionales", que él presentó en la Clínica Tavistock (Instituto de Psicología Médica), en Londres, el 14 de Octubre de 1936. Ideas similares a las de dicha conferencia aparecieron, naturalmente, en las entrevistas que Jung dio a periódicos de Londres durante su visita. Una de éstas, dada al Observer el 18 de Octubre, es presentada aquí, sin las palabras introductorias del reportero. El mismo texto fue publicado parcialmente en Time, el 9 de Noviembre de 1936, y en su totalidad en The Living Age (Nueva York), en Diciembre de 1936.


     Hitler, Mussolini, Stalin, sí, y Roosevelt, ellos son jefes tribales. Inglaterra y Suiza son todavía tribales. Ellas conservan sus diferencias y distinciones locales. Ustedes tienen a sus galeses, sus irlandeses, sus escoceses. Ustedes observan sus antiguas costumbres tribales: la ceremonia por la cual el Alcalde [el lord mayor] saluda al rey cuando éste cruza el límite de la City de Londres, por ejemplo.

     Hay gente que se pone impaciente por tales costumbres. Eso es equivocado. Ellas son sanas, porque son buenas para el inconsciente. Cuando se acaban las tradicionales instituciones tribales —los antiguos pequeños ducados y principados de Alemania e Italia—, luego viene la agitación, antes de que un nuevo orden tribal sea creado. Es siempre lo mismo. La tribu tiene su jefe personal. Él se rodea de sus propios seguidores particulares, que se convierten en una oligarquía. Entonces el "Estado" toma su lugar.

     El Estado es un fantasma, un reflejo de espejo del jefe personal. El Estado fantasma crea su propia oligarquía. El capitalismo es una oligarquía. Los trusts estadounidenses son una oligarquía. Pero siempre existe la lucha contra la oligarquía. La gente busca que su Estado les dé mayores salarios y niveles superiores de vida. El Estado sólo puede hacer aquello disipando la energía y aprovechando los recursos.

     Y entonces llega el momento en que el Estado debe hacer dinero falso. Primero es llamado "inflación". Luego, porque es impopular, "devaluación". Ahora ellos lo llaman "dilución". Pero todo es la misma cosa: dinero falso. De esa manera usted tiene inseguridad. Los ahorros se hacen ilusorios. Ya que la Naturaleza es aristocrática, la parte valiosa de la población queda reducida al nivel de miseria.

     La democracia comunista o socialista es una insurrección de los incompetentes contra los intentos del orden. Considere las huelgas de brazos caídos en Francia, o las antiguas agitaciones socialistas en Alemania e Italia. Ese estado de desorden llamado libertad democrática o liberalismo provoca su propia reacción: el reforzamiento del orden. En la medida en que las naciones europeas sean incapaces de vivir en un estado crónico de desorden, ellas harán intentos de un orden forzado, o Fascismo.

     Rusia es la típica oligarquía, como siempre lo ha sido. El Partido Comunista es una casta dirigente privilegiada. Se trabaja hacia lo mismo en Alemania. Los hombres SS están siendo transformados en una casta de Caballeros que gobiernen a 60 millones de alemanes. Entonces usted ve, los límites tribales pueden ser ampliados, las tribus más pequeñas pueden ser transformadas en una nación, pero la idea tribal permanece. Las dictaduras de Alemania, Rusia e Italia pueden no ser la mejor forma de gobierno, pero ellas son la única forma posible de gobierno en este momento.

     Acabo de llegar de Estados Unidos, donde vi a Roosevelt. No se equivoque: él es una fuerza, un hombre de una mente superior e impenetrable, pero absolutamente despiadado, una mente muy versátil que usted no puede prever. Él tiene el más asombroso complejo de poder, la sustancia de Mussolini, la materia de un dictador absolutamente.

     Hay dos clases de dictadores: el de tipo caudillo y el de tipo chamán [medicine man]. Hitler es de estos últimos. Él es un médium. La política alemana no es hecha: es revelada a través de Hitler. Él es el vocero de los dioses, como antiguamente. Él pronuncia las palabras que expresan el resentimiento de todos.  

     Recuerdo a un médico-brujo en África que me dijo casi con lágrimas en sus ojos: "Ya no tenemos más sueños desde que los británicos están en el país". Cuando le pregunté por qué, él contestó: "El Comisionado de Distrito lo sabe todo".

     Mussolini, Stalin y Roosevelt gobiernan de esa manera, pero en Alemania todavía se tienen "sueños". Usted recuerda la historia de cómo, cuando Hitler estaba siendo presionado por otras Potencias para que no retirase a Alemania de la Sociedad de Naciones, él se encerró durante tres días, y luego simplemente dijo,sin explicación: "¡Alemania debe retirarse!". Ése es el gobierno por medio de revelaciones.

     De ahí la sensibilidad de los alemanes a la crítica o al maltrato hacia el líder de ellos. Ésa es una blasfemia para ellos, ya que Hitler es la Sibila, el oráculo délfico.

     ¿Después de los dictadores? Oligarquía en alguna forma. Una oligarquía decente—llámela aristocracia si usted prefiere— es la forma más ideal de gobierno. Depende de la calidad de una nación si ellos desarrollan una oligarquía decente o no. No estoy seguro de que Rusia lo vaya a hacer, pero Alemania e Italia tienen una posibilidad. Sin el ideal aristocrático no hay ninguna estabilidad. Ustedes en Inglaterra le deben al "gentleman"que ustedes posean el mundo.–



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1938
DIAGNOSTICANDO A LOS DICTADORES


     Hubert R. Knickerbocker fue uno de los grandes corresponsales estadounidenses en el extranjero, pintoresco, inteligente e incansable. Nacido en Texas en 1898, él estudiaba psiquiatría en Munich en el momento del golpe de Estado de Hitler en Múnich en 1923; luego se cambió a periodismo, y pasó la mayor parte de su carrera en Berlín. Pero él también cubrió la Unión Soviética (Premio Pulitzer, 1931), la guerra ítalo-etíope, la guerra civil española, la guerra chino-japonesa, la anexión alemana de Austria, y el Pacto de Múnich. Él reportó la Batalla de Gran Bretaña y la guerra en el Pacífico. En 1949 murió en un accidente de avión en Bombay.

     Knickerbocker visitó a Jung en Küsnacht en Octubre de 1938, habiendo llegado directamente de Praga, donde había presenciado la desintegración de Checoslovaquia. Su entrevista, una de las más extensas que dio Jung, fue publicada enHearst's International-Cosmopolitande Enero de 1939, y parte de ella apareció en una forma diferente en el libro de Knickerbocker Is Tomorrow Hitler's? (¿Le Pertenece el Mañana a Hitler?, 1941). El artículo de Cosmopolitan es la base de la entrevista presentada aquí, artículo que ha sido editado para eliminar otro material aparte de las preguntas y respuestas. La misma edición de la revista contenía un esbozo biográfico de Jung hecho por Elizabeth Shepley Sergeant. Estos artículos de Cosmopolitan hicieron famoso el nombre de Jung en Estados Unidos.


—KNICKERBOCKER: ¿Qué pasaría si usted encerrara juntos a Hitler, Mussolini y Stalin en un cuarto y les diera un trozo de pan y una jarra de agua para que les durara una semana?. ¿Quién conseguiría toda la comida y el agua, o lo dividirían entre ellos?.

—JUNG: Dudo si ellos lo dividirían. Hitler, siendo un chamán [medicine-man], se mantendría probablemente a distancia y no tendría nada que ver con disputas. Él estaría indefenso porque estaría sin su pueblo alemán. Mussolini y Stalin, siendo ambos jefesu hombres fuertes por derecho propio,probablemente disputarían la posesión de la comida y el agua, y el más bravo y rudo conseguiría probablemente todo.

     Han existido dos tipos de hombres fuertes en la sociedad primitiva. Uno era el jefe que era físicamente poderoso, más fuerte que todos sus competidores, y el otro era el chamán, que no era fuerte en sí mismo, sino fuerte en razón del poder que la gente proyectaba en él. De esa manera, tuvimos al emperador y al jefe de la comunidad religiosa. El emperador era el jefe, físicamente fuerte por su posesión de soldados; el vidente era el hechicero, que poseía poco o ningún poder físico, excepto un poder real que a veces sobrepasaba al del emperador, porque la gente estaba de acuerdo en que él poseía magia, es decir, una capacidad sobrenatural. Él podía facilitar, por ejemplo, u obstruír el camino hacia una vida feliz después de la muerte, poner una prohibición sobre un individuo, una comunidad o una nación entera, y mediante la excomunión causar a la gente un gran malestar o dolor.

     Ahora, Mussolini es el hombre de la fuerza física. Cuando usted lo ve, usted es consciente de ello inmediatamente. Su cuerpo sugiere buenos músculos. Él es el jefe por razón del hecho de que él es individualmente más fuerte que cualquiera de sus competidores. Y es un hecho que la mentalidad de Mussolini corresponde a su categoría: él tiene la mente de un jefe.

     Stalin pertenece a la misma categoría. Él no es, sin embargo, un creador. Lenin creó; Stalin está devorando el producto. Él es un conquistador; él simplemente tomó lo que Lenin hizo y puso sus dientes sobre ello y lo devoró. Él no es ni siquiera creativamente destructivo. Lenin fue aquello. Él demolió toda laestructura de sociedad feudal y burguesa en Rusia y la reemplazó con su propia creación. Stalin está destruyendo aquello.

     Mentalmente, Stalin no es tan interesante como Mussolini, que se parece a él en el patrón fundamental de su personalidad, y él no es en absoluto tan interesante como el chamán, el mito-Hitler.

—K: Cualquiera que se ponga al mando de 170 millones de personas, como Stalin lo ha hecho, está obligado a ser interesante, le guste él a usted o no.

—JUNG: No, Stalin es sólo un bruto —un campesino astuto, una poderosa bestia instintiva—, y sin duda de esa manera lejos el más poderoso de todos los dictadores. Él le recuerda a uno un tigre siberiano dientes de sable con aquel cuello poderoso, aquellos enormes bigotes y aquella sonrisa como la de un gato que ha estado comiendo crema. Yo debería imaginar que Genghis Jan podría haber sido un antiguo Stalin. Yo no debería sorprenderme si él se hace Zar a sí mismo.

     Hitler es completamente diferente. Su cuerpo no sugiere fuerza. La característica excepcional de su fisonomía es su mirada soñadora. Me impactó especialmente aquello cuando vi fotografías de él durante la crisis checoslovaca; había en sus ojos la mirada de un vidente.

     No hay ninguna cuestión al respecto, sino que Hitler pertenece a la categoría del chamán verdaderamente místico. Como alguien comentó sobre él en el último congreso del partido en Núremberg, desde el tiempo de Mahoma nada como aquello ha sido visto en este mundo.

     Esta característica marcadamente mística de Hitler es lo que le hace hacer cosas que a nosotros nos parecen ilógicas, inexplicables, curiosas e irrazonables. Pero considere que incluso la terminología de los nacionalsocialistas es claramente mística. Tome el mismo nombre del Estado nacionalista. Ellos lo llaman el Tercer Reich. ¿Por qué?

—K: Porque el Primer Reich era el Sacro Imperio Romano, y el Segundo era el que fue fundado por Bismarck, y el Tercero es el de Hitler.

—JUNG: Por supuesto. Pero hay un significado más profundo. Nadie llamó al reino de Carlomagno el Primer Reich, ni Segundo Reich al de Wilhelm [primer Emperador alemán]. Sólo los nacionalsocialistas llaman al suyo el Tercer Reich. Porque esto tiene un profundo sentido místico: a cada alemán la expresión "Tercer Reich" le trae ecos en su inconsciente de la jerarquía bíblica. De este modo, Hitler, quien más de una vez ha indicado que él está consciente de su vocación mística, aparece ante los devotos del Tercer Reich como algo más que un mero hombre.

     Nuevamente, considere usted el difundido renacimiento en el Tercer Reich del culto a Wotan. ¿Quién era Wotan? El dios del viento. Considere el nombre"Sturmabteilung"(SA, Tropas de Asalto, Storm Troops, en inglés). Tormenta (Sturm), usted ve: el viento. Del mismo modo que la esvástica es una forma giratoria que produce un vórtice que se mueve siempre hacia la izquierda, lo que significa en el simbolismo budista hacia el lado siniestro, desfavorable, dirigido hacia el inconsciente.

     Y todos estos símbolos juntos de un Tercer Reich conducido por su profeta bajo las banderas del viento y la tormenta y vórtices giratorios señalan a un movimiento de masas que va a barrer al pueblo alemán en un huracán de emoción irracional sin cesar hacia un destino que quizás nadie excepto el vidente, elprofeta, el Führer mismo, puede predecir; y quizás, ni siquiera él.

—K: ¿Pero por qué es que Hitler, que hace que casi cada alemán se prosterne y lo adore, en seguida no produce ninguna impresión en ningún extranjero?

—JUNG: Exactamente. Pocos extranjeros responden en absoluto, pero aparentemente cada alemán en Alemania lo hace. Es porque Hitler es el espejo del inconsciente de cada alemán, pero por supuesto él no refleja nada de alguien no alemán. Él es el portavoz que amplifica los susurros inaudibles del alma alemana hasta que puedan ser oídos por el oído inconsciente del alemán.

     Él es el primer hombre en decir a cada alemán lo que él ha estado pensando y sintiendo desde el principio en su inconsciente acerca del destino alemán, especialmente desde la derrota en la Guerra Mundial; y la característica que tiñe cada alma alemana es el típicamente alemán complejo de inferioridad, el complejo del hermano más joven, del que siempre llega un poco tarde al banquete. El poder de Hitler no es político: es mágico.

—K: ¿Qué quiere decir usted con "mágico"?.

—JUNG: Para entender esto usted debe entender qué es el inconsciente. Es aquella parte de nuestra constitución mental sobre la cual tenemos poco control y que almacena toda clase de impresiones y sensaciones; que contiene pensamientos e incluso conclusiones de los que no estamos conscientes.

     Además de las impresiones conscientes que recibimos, hay toda clase de impresiones que constantemente afectan a nuestros órganos sensitivos de las cuales no nos damos cuenta porque ellas son demasiado leves para atraer nuestra atención consciente. Ellas están bajo el umbral de la conciencia. Pero todas estas impresiones subconscientes quedan registradas; ninguna se pierde.

     Alguien podría estar hablando con una voz apenas audible en la sala de al lado mientras nosotros estamos conversando aquí. Usted no le presta ninguna atención, pero la conversación de al lado está siendo registrada en su inconsciente de manera tan segura como si fuese una grabación en una cinta. Mientras usted está sentado aquí mi inconsciente está recibiendo una gran cantidad de impresiones de usted, aunque yo no sea consciente de ellas, y usted estaría sorprendido si yo le dijera a usted de todo lo que ya me he enterado inconscientemente sobre usted en este corto espacio de tiempo.

     Ahora, el secreto del poder de Hitler no consiste en que él tenga un inconsciente más abundantemente provisto que el suyo o el mío. El secreto de Hitler es doble: primero, que su inconsciente tiene un acceso excepcional a su propia conciencia; y segundo, que él permite que él sea motivado por ello. Él es como un hombre que escucha atentamente una corriente de sugestiones provenientes de una voz susurrada desde una fuente misteriosa, y luego actúa en base a ellas. En nuestro caso, incluso si de vez en cuando nuestro inconsciente nos alcanza como a través de los sueños, tenemos demasiada racionalidad, demasiado cerebro para obedecerlo. Éste es indudablemente el caso de Chamberlain, pero Hitler escucha y obedece. El verdadero líder siempre es conducido.

     Podemos ver trabajar esto en él. Él mismo se ha referido a su Voz. Su Voz no es nada más que su propio inconsciente, en el cual el pueblo alemán ha proyectado su propio yo; es decir, el inconsciente de 78 millones de alemanes. Eso es lo que lo hace poderoso. Sin el pueblo alemán, él no sería lo que parece ser ahora.

     Es literalmente verdadero cuando él dice que cualquier cosa que él sea capaz de hacer es sólo porque él tiene al pueblo alemán detrás suyo, o, como él a veces dice, porque él es Alemania. De este modo, con su inconsciente siendo el receptáculo de las almas de 78 millones de alemanes, él es poderoso, y con su percepción inconscientedel verdadero equilibrio de fuerzas políticas en su patria y en el mundo, él ha sido hasta ahora infalible.

     Por eso él hace juicios políticos que resultan ser correctos, contra las opiniones de todos sus consejeros y contra las opiniones de todos los observadores extranjeros. Cuando esto sucede, significa sólo que la información reunida por su inconsciente, y alcanzando su propia conciencia por medio de su talento excepcional, ha sido casi más correcta que la de todos los demás, alemanes o extranjeros, que intentaron juzgar la situación y que alcanzaron conclusiones diferentes a la de él. Y, por supuesto, esto también significa que, teniendo esta información a mano, él está dispuesto a actuar en base a ella.

—K: Supongo que eso se aplicaría a las tres decisiones realmente críticas que él tomó, cada una de las cuales implicó el agudo peligro de la guerra: cuando él marchó hacia Renania (Rheinland) en Marzo de 1936, y hacia Austria en Marzo de 1938, y cuando él se movilizó y obligó a los Aliados a abandonar Checoslovaquia. Porque en cada uno de esos casos sabemos que muchos de los más altos consejeros militares de Hitler le advirtieron en contra de hacer aquello, ya que ellos creían que los Aliados resistirían, y también que si la guerra se producía, Alemania estaría obligada a perder.

—JUNG: ¡Exactamente! El hecho es que Hitler fue capaz de juzgar a sus opositores mejor que nadie más, y aunque parecía inevitable que él iba a ser confrontado por la fuerza,él sabía que sus oponentes se someterían sin combatir. Ése debe haber sido el caso especialmente cuando Chamberlain fue a Berchtesgaden. Allí por primera vez Hitler se reunió con el anciano estadista británico.

     Como Chamberlain demostró posteriormente en Godesberg, él había ido para decirle, entre otras cosas, que no fuera demasiado lejos o Gran Bretaña lucharía. Pero el ojo inconsciente de Hitler que hasta ahora no le ha fallado, leyó tan profundamente el carácter del Primer Ministro británico que todos los posteriores ultimátums y advertencias de Londres no hicieron ninguna impresión en absoluto en su inconsciente: el inconsciente de Hitler sabía —no lo adivinó o sintió, sino que sabía— que Gran Bretaña no arriesgaría la guerra. Pero el discurso de Hitler en el Palacio de Deportes, cuando él anunció al mundo un juramento sagrado de que él marcharía sobre Checoslovaquia el primero de Octubre, con o sin el permiso de Gran Bretaña y Francia, indicó por primera y única vez que Hitler el hombre, en su momento crítico supremo, tenía miedo de seguir a Hitler el profeta.

     Su Voz le dijo que siguiera adelante, que todo estaría bien, pero su razón humana le dijo que los peligros eran enormes y quizá abrumadores. Ahí por primera vez la voz de Hitler tembló; su aliento falló. Su discurso carecía de forma y se apagó al final. ¿Qué ser humano notendría miedo en tal situación? Al hacer aquel discurso que fijó el destino de quizás cientos de millones de personas, él era un hombre haciendo algo de lo cual él estaba mortalmente temeroso, pero se forzó a sí mismo a hacerlo porque le fue ordenado por su Voz.

—K: Su Voz estaba en lo correcto. Ahora, ¿quién sabe si su Voz pueda seguir estando en lo correcto? Si lo hace, será muy interesante observar la historia de los próximos años porque, como él dijo justo después de su victoria checa, Alemania está hoy en el umbral de su futuro. Eso significa que él acaba de comenzar, y si su Voz le dice que el pueblo alemán está destinado a convertirse en los señores de Europa y quizás del mundo, y si su Voz continúa siempre estando en lo correcto, entonces estamos en un período muy interesante, ¿verdad?.

—JUNG: Sí; parece que el pueblo alemán está convencido ahora de que ellos han encontrado a su Mesías.

     De alguna manera, la posición de los alemanes es notablemente parecida a la de los judíos de antaño. Desde su fracaso en la Guerra Mundial ellos han esperado a un Mesías, un Salvador. Eso es característico de gente con un complejo de inferioridad. Los judíos adquirieron su complejo de inferioridad a partir de factores geográficos y políticos. Ellos vivían en una parte del mundo que era un campo de prácticas para los conquistadores de ambos lados, ydespués de su retorno desde su primer exilio en Babilonia, cuando ellos fueron amenazados con la extinción por los romanos, ellos inventaron la consoladora idea de un Mesías que iba a reunir a todos los judíos en una nación una vez más y a salvarlos.

     Y los alemanes adquirieron su complejo de inferioridad a partir de causas análogas. Ellos aparecieron desde el valle del Danubio demasiado tarde, y fundaron los comienzos de su nación mucho después de que los franceses y los ingleses llevaban un buen trecho hacia su carácter de nación. Ellos llegaron demasiado tarde a la rebatiña por las colonias, y para la fundación de un Imperio. Entonces, cuando ellos se unificaron e hicieron una nación unida, ellos miraron alrededor suyo y vieron a los británicos, los franceses y otros, con colonias ricas y todo el equipamiento de naciones adultas, y se pusieron celosos y resentidos, como un hermano más joven cuyos hermanos mayores han tomado de la herencia la parte del león.

     Ésta fue la fuente original del complejo de inferioridad alemán que ha determinado gran parte de su pensamiento y acción política y que es ciertamente decisivo en su política entera hoy. Es imposible, usted lo ve, hablar de Hitler sin hablar de su pueblo, porque Hitler es sólo el pueblo alemán.

     Se me ha ocurrido, la última vez que estuve en Estados Unidos, que uno podría hacer una interesante analogía geográfica acerca de Alemania. En Estados Unidos noté que en alguna parte en la costa del Este existe una cierta clase de gente llamada "basura Blanca pobre", y me enteré de que ellos son en gran parte descendientes de los primeros colonos, algunos de ellos portadores de nombres ingleses muy antiguos. La basura Blanca pobre se fue quedando atrás cuando algunas gentes con energía e iniciativa se subieron a sus carros cubiertos y se dirigieron hacia el Oeste.

     Entonces, en el Medio Oeste usted encuentra a gente que considero la más estable en Estados Unidos; quiero decir, psicológicamente la más equilibrada. No obstante, en algunos lugares más hacia el Oeste usted encuentra alguna de la gente menos equilibrada.

     Ahora, me parece que, considerando a Europa como un todo, e incluyendo las islas británicas, usted tiene en Irlanda y en el País de Gales el equivalente de la costa Oeste norteamericana. Los celtas poseen pintorescas facultades imaginativas. Entonces, para hacer la equivalencia del sobrio Medio Oeste estadounidense, usted tiene en Europa a los ingleses y los franceses, ambos pueblos psicológicamente estables. Pero entonces usted va a Alemania, y justo más allá de Alemania están los mujiks eslavos, la basura Blanca pobre de Europa.

     Ahora, los mujiks son gente que no puede levantarse por la mañana, sino que duermen todo el día. Y los alemanes, sus vecinos de al lado, son gente que pudo despertar, pero se levantó demasiado tarde. ¿No recuerda usted cómo los alemanes incluso hoy representan a Alemania en todas sus historietas?

—K: Sí, como el "Somnoliento Miguel" [Sleepy Michael], un tipo alto y delgado en un camisón de noche y gorro de dormir.

—JUNG: Así es, y el Somnoliento Miguel durmió durante la división del mundo en Imperios coloniales, y de ese modo los alemanes adquirieron su complejo de inferioridad, lo que los hizo querer luchar la Guerra Mundial, y, por supuesto cuando ellos la perdieron su sentimiento de inferioridad creció aún peor, y desarrolló un deseo por un Mesías, y entonces ellos tienen su Hitler. Si él no es su verdadero Mesías, él es como uno de los profetas del Antiguo Testamento: su misión es unir a su pueblo y conducirlos a la Tierra Prometida. Esto explica por qué los nacionalsocialistas tienen que combatir cada forma de religión aparte de su propia marca idolátrica. No tengo ninguna duda de que la campaña contra las Iglesias católica y Protestante será proseguida con vigor implacable y constante, por la razón muy sólida —desde el punto de vista nacionalsocialista— de que ellos desean reemplazarlas por la nueva fe del Hitlerismo.

—K: ¿Considera usted posible que el Hitlerismo pueda llegar a convertirse para Alemania en una religión permanente para el futuro como el Mahometismo para los musulmanes?.

—JUNG: Me parece que es altamente posible. La "religión" de Hitler es la más cercana al Mahometismo, realista, terrenal, prometiendo el máximo de recompensas en esta vida, pero con un Walhalla como el musulmán en el cual los alemanes dignos pueden entrar y seguir disfrutando de sí mismos. Al igual que el Mahometismo, el Hitlerismo enseñala virtud de la espada. La primera idea de Hitler es hacer poderoso a su pueblo, porque el espíritu del alemán ario merece estar apoyado por la fuerza, por el músculo y el acero.

     Por supuesto, no se trata de una religión espiritual en el sentido en el cual generalmente usamos el término. Pero recuerde que en los primeros días del cristianismo fue la Iglesia la que reclamó el poder total, ¡tanto espiritual como temporal! Hoy la Iglesia ya no hace esta reclamación, pero dicha demandaha sido asumida por los Estados totalitarios que exigen no sólo el poder temporal sino el espiritual.

     A propósito, se me ocurre que el carácter "religioso" del Hitlerismo también está enfatizado por el hecho de que las comunidades alemanas a través de todo el mundo, lejos del poder político de Berlín, han adoptado el Hitlerismo. Observe las comunidades alemanas sudamericanas, principalmente en Chile.

     Es un gran error pensar que un dictador se convierte en ello debido a motivos personales, tales como que tuvo una fuerte resistencia a su padre. Hay millones de hombres que resistieron a sus padres tan fuertemente como, supongamos, Mussolini o Hitler o Stalin, pero que nunca se convirtieron en dictadores o en algo parecido a ello.

     La ley que hay que recordar en cuanto a los dictadores es:"Es el perseguido quien persigue". Los dictadores deben haber sufrido de circunstancias calculadas para provocar la dictadura. Mussolini apareció en el momento en que el país estaba en el caos, los trabajadores fuera de control y la amenaza del bolchevismo estaba aterrorizando a la gente.

     Hitler llegó cuando la crisis económica había reducido el nivel de vida en Alemania y había aumentado el desempleo a un nivel intolerable, y después de la gran inflación del dinero que, aunque la estabilización hubiera llegado, había empobrecido a la clase media entera. Tanto Hitler como Mussolini recibieron su poder de la gente, y su poder no puede ser retirado. Es interesante que tanto Hitler como Mussolini basen su poder principalmente en la clase media baja, los trabajadores y los agricultores.

     Pero para seguir con las circunstancias bajo las cuales los dictadores suben al poder: Stalin apareció cuando la muerte de Lenin, único creador del bolchevismo, había dejado al partido y al pueblo carentes de liderazgo y al país incierto de su futuro. De ese modo los dictadores están hechos del material humano que sufre de necesidades abrumadoras. Los tres dictadores en Europa se diferencian uno del otro tremendamente, pero no son tanto ellos los que difieren como lo son sus pueblos.

     Compare el modo en que el pueblo alemán piensa y siente con respecto a Hitler con la manera en que los italianos piensan y sienten acerca de Mussolini. Los alemanes son muy impresionables. Ellos llegan a extremos; son siempre un poco desequilibrados. Ellos son cosmopolitas, ciudadanos del mundo; fácilmente pierden su identidad nacional; gustan de imitar a otras naciones. A cada hombre alemán le gustaría vestirse como un gentleman inglés.

—K: No a Hitler. Él siempre se ha vestido a su propio modo, y nadie podría acusarlo jamás de intentar parecer como si él consiguiera su ropa en Savile Row [calle de Londres con tiendas de ropa cara para varones].

—JUNG: Exactamente. Por eso Hitler le está diciendo a sus alemanes: "Ahora, por Dios, ¡ustedes tienen que comenzar a ser alemanes!".

     Los alemanes son extraordinariamente sensibles a nuevas ideas, y cuando escuchan a alguien que apela a ellos, ellos probablemente se tragarán aquello totalmente faltos de sentido crítico, y durante un tiempo estarán completamente dominados por ello; pero después de un tiempo ellos tienen las mismas probabilidades de deshacerse de aquello violentamente y de adoptar una idea más nueva, muy probablemente contradiciendo totalmente a la anterior. Éste es el modo en que ellos han desarrollado su vida política.

     Los italianos son más estables. Sus mentes no ruedan y se revuelcan y saltan y se sumergen en todos los éxtasis extravagantes que son el ejercicio diario de la mente alemana. De manera que usted encuentra en Italia un espíritu de equilibrio que no existe en Alemania. Cuando los Fascistas asumieron el poder en Italia, Mussolini ni siquiera removió al rey. Mussolini trabajó no con el éxtasis del espíritu sino con un martillo en su mano, golpeando a Italia en la forma que él quería, muy similarmente a como su padre herrero solía hacer herraduras.

     Este equilibrio mussoliniano-italiano del temperamento es corroborado por el tratamiento Fascista hacia los judíos. Al principio ellos no persiguieron a los judíos en absoluto, e incluso ahora, cuando por diversas razones ellos han comenzado una campaña anti-judía, se ha mantenido una cierta proporción. Supongo que la principal razón de por qué Mussolini se ocupó del anti-judaísmo de alguna manera, fue que él llegó a convencerse de que la judería mundial era probablemente una fuerza incorregible y efectiva contra el Fascismo —especialmente León Blum en Francia, me parece—, y también porque él deseaba hacer más sólidos sus lazos con Hitler.

     Entonces usted ve, mientras que Hitler es un chamán, una forma de vasija espiritual, una semi-deidad o, mejor aún, un mito, Mussolini es un hombre; y por lo tanto todo en la Italia Fascista tiene una forma más humana que en la Alemania Nacionalsocialista, donde las cosas son dirigidas mediante revelaciones. Hitler como un hombre apenas existe. De una u otra manera, él desaparece detrás de su papel. Mussolini, por el contrario, nunca desaparece detrás de su rol. Su papel desaparece detrás de Mussolini.

     Vi al Duce y al Führerjuntos en Berlín en la ocasión en que Mussolini hizo su visita formal; tuve la buena suerte de estar ubicado sólo a unos metros de ellos, y pude estudiarlos bien. Fue divertido ver la expresión de Mussolini cuando ellos presenciaron el desfile militar. Si yo no hubiera visto aquello, yodebería haber caído en el engaño popular de que la adopción del "paso de ganso"[Stechschritt] por el ejército italiano fue en imitación de Hitler. Y aquello me habría decepcionado, porque yo había discernido en la conducta de Mussolini un cierto estilo, un cierto formato de un hombre original con buen gusto en ciertas materias.

     Quiero decir, por ejemplo, que fue de buen gusto por parte del Duce conservar al Rey. Y la elección de su título, "Duce"—no Dux o Dogo como en la antigua Venecia, ni Duca, sino Duce, la simple palabra italiana para "líder"—, fue original, y en mi opinión mostró buen gusto.

     Ahora, cuando observé a Mussolini mirando el primer "paso de ganso"que él hubiera visto alguna vez, pude verlo disfrutar de ello con el entusiasmo de un pequeño muchacho en un circo. Pero él disfrutó incluso más la presentación cuando apareció la caballería, y el tambor montado galopó por delante y tomó su lugar en un lado de la calle mientras la banda tomó su lugar en el otro. El tambor debe galopar alrededor de la banda y llegar a la parte delantera para tomar su posición allí, y eso él lo hace sin tomar las riendas, dirigiendo a su caballo sólo con la presión de las rodillas, ya que ambas manos están ocupadas de los tambores.

     En esa ocasión eso fue hecho magníficamente, y esto complació tanto a Mussolini que él rompió a reír y aplaudió. Cuando él regresó a Roma después, introdujo [en 1938] el "paso de ganso" [passo romano], y estoy convencido de que él lo hizo únicamente para su propio disfrute estético. Realmente aquél es un paso muy impresionante.

     En comparación con Mussolini, Hitler me dio la impresión de ser una especie de andamio de madera cubierto con tela, un autómata con una máscara, como un robot, o una máscara de un robot. Durante la presentación entera él nunca se rió; era como si él hubiera estado de mal humor, contrariado. Él no mostró ningún signo humano. Su expresión era la de una intencionalidad inhumanamente resuelta, sin ningún sentido del humor. Él parecía como si fuera el sosías de una persona real, y que Hitler el hombre podría quizá estar escondiéndose dentro como un anexo, y deliberadamente tan oculto a fin de no perturbar el mecanismo.

     ¡Qué diferencia tan asombrosa existe entre Hitler y Mussolini! Yo no podía sino simpatizar con Mussolini. Su energía y elasticidad corporal son cálidas, humanas y contagiosas. Usted con Mussolini tiene el sentimiento hogareño de estar con un ser humano. Con Hitler, usted está atemorizado. Usted sabe que usted nunca sería capaz de hablar con aquel hombre, porque no hay nadie allí. Él no es un hombre, sino una colectividad. Él no es un individuo; él es una nación entera.

     Tengo por algo literalmente verdadero que él no tiene ningún amigo personal. ¿Cómo puede usted hablar íntimamente con una nación? Usted no puede explicar a Hitler mediante una aproximación personal, del mismo modo como no puede explicar una gran obra de arte examinando la personalidad del artista. La gran obra de arte es un producto del tiempo, del mundo entero en el cual vive el artista, y de los millones de personas que lo rodean a él, y de las miles de corrientes de pensamiento y de las innumerables corrientes de actividad que fluyen alrededor de él.

     Así, sería más fácil para Mussolini, que es sólo un hombre, encontrar un sucesor, que para Hitler. Con buena suerte, yo debería pensar que Mussolini podría encontrar a alguien para que tome su lugar, pero no veo cómo Hitler podría.

—K: ¿Y si Hitler llegara a casarse?

—JUNG: Él no puede casarse. Si él se casara, aquello no sería el casamiento de Hitler. Él dejaría de ser Hitler. Pero es increíble que él debiera hacerlo alguna vez. No me sorprendería si puede mostrarse que él ha sacrificado su vida sexual completamente a la Causa.

     Eso no es algo inusual, sobre todo para el tipo de líder chamán, aunque es mucho menos habitual en el tipo del jefe. Mussolini y Stalin parecen llevar vidas sexuales completamente normales. La verdadera pasión de Hitler, por supuesto, es Alemania.

     Usted podría decir que él tiene un tremendo complejo materno, lo cual significa que él estará bajo la dominación de una mujer o de una idea. La idea es siempre femenina. La mente es femenina, porque la cabeza, el cerebro, es creativo; de ahí que sea como un útero, femenino. El inconsciente de un hombre siempre es representado por una mujer; y el de una mujer, siempre por un hombre.

—K: ¿Cuán importante papel representa lo que llamamos el juego de ambición personal en el carácter de los tres dictadores?

—JUNG: Yo debería decir que aquello desempeña un papel muy menor en Hitler. No me parece que Hitler tenga una ambición personal más allá de la del hombre promedio. Mussolini tiene una ambición personal superior al promedio, pero eso no es suficiente para explicar la fuerza de él. Él también siente que él coincide con la necesidad nacional. Hitler no gobierna Alemania. Él es simplemente el exponente de la tendencia de las cosas. Esto lo hace extraño y psicológicamente fascinante. Mussolini gobierna Italia hasta cierto punto, pero para el resto él es un instrumento del pueblo italiano.

     Con Stalin es diferente. Su característica dominante es la abrumadora ambición personal. Él no se identifica con Rusia. Él gobierna Rusia como cualquier Zar. Recuerde, él de todos modos es un georgiano.

—K: ¿Pero cómo explica usted el que Stalin haya tomado la dirección que tomó? Me parece que Stalin, lejos de ser poco interesante, es también enigmático. Ahí usted tiene a una persona que pasó la mayor parte de su vida como un revolucionario bolchevique. Su padre zapatero y su madre piadosa lo enviaron a una escuela teológica. En sus primeros años él se convirtió en un revolucionario, y a partir de entonces, durante los siguientes veinticinco años él no hizo nada sino luchar contra el Zar y la policía del Zar. Él fue puesto en una docena de cárceles y se evadió de todas ellas. Ahora, ¿cómo explica usted que un hombre que había luchado contra la tiranía del Zar toda su vida repentinamente llegara a convertirse en una especie de Zar él mismo?

—JUNG: Eso no es notable. Ocurre porque usted siempre se convierte en la cosa contra la que usted más lucha. ¿Qué debilitó la fuerza armada de Roma? El cristianismo. Porque cuando los romanos conquistaron el Cercano Oriente, ellos fueron conquistados por su religión.

     Cuando usted lucha contra una cosa, usted tiene que ponerse muy cerca de ella, y eso es probable que lo infecte a usted. Usted debe conocer muy bien al zarismo a fin de derrotarlo. Entonces, cuando usted ha expulsado al Zar, usted mismo se convierte en un Zar, tal como un cazador de animales salvajes puede hacerse bestial.

     Sé de una persona que, después de muchos años de caza mayor en una adecuada manera deportiva, tuvo que ser arrestado porque él fue con una ametralladora hacia los animales. El hombre se había hecho tan deseoso de sangre como las panteras y leones que él mató.

     Stalin luchó tanto contra la sangrienta opresión del Zar que él ahora está haciendo exactamente lo mismo que el Zar. En mi opinión, no hay ninguna diferencia en absoluto ahora entre Stalin e Iván el Terrible.

—K: ¿Pero qué opina del hecho relatado por muchos, y observado por mí mismo, de que el nivel de vida en la Unión Soviética se ha elevado bastante y todavía sigue aumentando, desde el punto más bajo de la hambruna de 1933?

—JUNG: Por supuesto. Stalin puede ser un buen administrador al mismo tiempo que él es un Zar. Sería un milagro si alguien pudiera impedir que un país tan naturalmente rico como Rusia sea próspero. Pero Stalin no es muy original, y es de muy mal gusto que él mismo se convierta en un Zar,¡tan groseramente, delante de todos, sin ningún disimulo en absoluto!. ¡Aquello es realmente proletario!.

—K: Pero usted todavía no me ha explicado cómo Stalin, el leal hombre del partido comunista, el trabajador clandestino de lo que era entonces un ideal muy altruísta, se hubo convertido en un ambicioso por el poder.

—JUNG: En mi opinión el cambio ocurrió en Stalin durante la revolución de 1918. Hasta aquel tiempo él había trabajado, desinteresadamente quizás, por el bien de la Causa, y probablemente nunca había pensado en el poder personal para sí mismo, por la misma buena razón de que nunca apareció ni la sombra de una posibilidad de que él pudiera siquiera aspirar a algo como el poder personal. Ese cuestionamiento no existió para él. Pero durante la revolución Stalin vio por primera vez cómo se adquiere el poder. Estoy seguro de que él se dijo a sí mismo con asombro: "¡Pero si es tan fácil!". Él debe haber observado a Lenin y a los demás alcanzar el rango completo del poder total, y haberse dicho: "¡De modo que así es como se hace! Bien, aquí puede ir a ellos uno mejor. Todo lo que hay que hacer es eliminar al tipo que está delante".

     Él ciertamente habría acabado con Lenin si éste hubiera vivido. Nada podría haberlo detenido, como nada lo ha detenido ahora. Naturalmente, él quiere que su país prospere. Mientras más próspero y más grande es su país, más grande es él. Pero él no puede dedicar todas sus energías a promover el bienestar de su país mientras su tendencia personalhacia el poder no sea satisfecha.

—K: Pero seguramente él ha conseguido el mayor poder ahora.

—JUNG: Sí, pero él lo ha conseguido para conservarlo. Él está rodeado por una manada de lobos. Él debe mantenerse para siempre alerta. Debo decir que pienso que tenemos hacia él una deuda de gratitud.

—K: ¿Por qué?

—JUNG: Por el maravilloso ejemplo que él ha dado al mundo entero de la verdad axiomática de que el comunismo siempre conduce a la dictadura.

     Pero ahora dejemos esto aparte y déjeme decirle cuál es mi terapia. Como médico, no sólo tengo que analizar y diagnosticar, sino además recomendar el tratamiento.

     Hemos estado hablando casi todo el rato de Hitler y los alemanes, porque ellos son muy incomparablemente los más importantes de los fenómenos dictatoriales en este momento. Es para esto, entonces, que debo proponer una terapia. Es extremadamente difícil tratar con este tipo de fenómenos. Es excesivamente peligroso. Quiero decir, el tipo de caso de un hombre que actúa bajo una compulsión.

     Ahora, cuando tengo un paciente que actúa bajo la orden de un poder superior, un poder dentro de él, tal como la Voz de Hitler, no me atrevo a decirle que desobedezca a su Voz. Él no lo hará si realmente se lo digo. Él incluso actuará más resueltamente que si no se lo hubiera dicho. Todo lo que puedo hacer, mediante una interpretación de la Voz, es intentar inducir al paciente a comportarse de una manera que sea menos dañina para él y para la sociedad que si él obedeciera la Voz inmediatamente sin una interpretación.

     Entonces digo que, en esta situación, el único modo de salvar la democracia en Occidente —y por Occidente quiero decir Estados Unidos también— no es tratar de parar a Hitler. Usted puede tratar de desviarlo, pero detenerlo será imposible sin la Gran Catástrofe para todos. Su Voz le dice que debe unir a la gente alemana y conducirla hacia un mejor futuro, un lugar más grande en la Tierra, hacia una posición de gloria y riqueza. Usted no puede impedir que él trate de hacer eso. Usted sólo puede esperar influír en la dirección de su expansión.

     Digo que se le deje ir al Este. Desvíe la atención de él lejos del Oeste, o más bien, anímelo a que se mantenga mirando lejos. Déjelo ir a Rusia. Esla cura lógica para Hitler.

     No creo que Alemania quedará satisfecha con un trozo de África, grande o pequeño. Alemania observa a Gran Bretaña y a Francia con sus magníficos Imperios coloniales, y hasta a Italia con su Libia y Etiopía, y piensa en su propio tamaño, 78 millones de alemanes, en comparación con 45 millones de británicos en las islas británicas y 42 millones de franceses y 42 millones de italianos, y ella está obligada a pensar queella debería tener un lugar en el mundo no simplemente tan grande como el ocupado por cualquiera de las otras tres grandes potencias occidentales,sino mucho más grande. ¿Cómo va Alemania a conseguir eso en el Oeste sin destruír a una o varias de las naciones que ahora ocupan el Oeste? Hay sólo un campo para que ella actúe, y ése es Rusia.

—K: ¿Y qué le sucederá a Alemania cuando ella intente ajustar cuentas con Rusia?

—JUNG: Ah, ése es su propio asunto. Nuestro interés en ello es simplemente que esto salvará a Occidente. Nadie nunca ha dado un mordisco en Rusia sin lamentarlo. No es una comida muy sabrosa. Podría llevarle a los alemanes cien años terminar aquella comida. Mientras tanto, nosotros deberíamos estar seguros, y por "nosotros" quiero decir toda la civilización occidental

     El instinto debiera decirles a los estadistas occidentales que no toquen a Alemania en su actual estado de ánimo. Ella es demasiado peligrosa. El instinto de Stalin estaba en lo correcto cuando le dijo a éste que dejara a las naciones occidentales tener una guerra y que se destruyeran unas a otras, mientras él esperaba para recoger los huesos. Aquello habría salvado a la Unión Soviética. No creo que Stalin alguna vez entre en guerra del lado de Checoslovaquia y Francia, a menos que fuera al final, para beneficiarse del agotamiento de ambos lados.

     Entonces digo, estudiando a Alemania como un paciente, y a Europa como la familia y los vecinos de un paciente, que se le deje ir hacia Rusia. Hay mucha tierra allí, un sexto de la superficie de la Tierra. No le importaría a Rusia si alguien tomara una parte, y como dije, nadie que lo haya hecho ha prosperado alguna vez.

     ¿Cómo salvar a los democráticos Estados Unidos? Deben ser salvados, por supuesto, o si no todos seremos destruídos. Usted debe mantenerse lejos del delirio, y evitar la infección. Mantenga grandes su ejército y su marina, pero manténgalos en reserva. Si la guerra viene, espere.

     Estados Unidos debe mantener fuerzas armadas grandes para ayudar a conservar el mundo en paz, o para decidir la guerra si ella llega. Estados Unidos es el último recurso de la democracia occidental.

—K: ¿Pero cómo va a ser preservada la paz de Europa occidental si se deja a Alemania "ir al Este", como usted dijo, puesto que Inglaterra y Francia ahora han garantizado formalmente las fronteras del nuevo Estado de Checoslovaquia, hecho de retazos [rump state]?. ¿No habrá entonces guerra de todos modos si Alemania intenta incorporar a dicho Estado a su sistema administrativo?

—JUNG: Inglaterra y Francia no honrarán su nueva garantía a Checoslovaquia más de lo que Francia honró su promesa anterior a Checoslovaquia. Ninguna nación mantiene su palabra. Una nación es un gran gusano ciego, ¿siguiendo qué? El destino, quizás. Una nación no tiene honor; no tiene una palabra que mantener. Ésa es la razón de por qué, en los antiguos tiempos, ellas trataron de tener reyes que poseyeran realmente honor personal y mantuvieran su palabra.

     ¿No sabe que si usted elige a cien personas de las más inteligentes en el mundo y las junta a todas, ellos son una muchedumbre estúpida? Diez mil de ellos juntos tendrían la inteligencia colectiva de un caimán. ¿No ha notado usted que en una cena mientras más personas usted invita más estúpida es la conversación? En una muchedumbre, las cualidades que cada uno posee se multiplican, se amontonan, y se convierten en las características dominantes de la muchedumbre entera.

     No todo el mundo tiene virtudes, pero cada uno tiene los bajos instintos animales, la sugestionabilidad básica de los cavernícolas primitivos, las sospechas y los rasgos crueles del salvaje. El resultado es que cuando usted consigue una nación de muchos millones de personas, ella no es ni siquiera humana. Es un lagarto o un cocodrilo o un lobo. Sus estadistas no pueden tener una moralidad más alta que la animalesca moralidad de masas de la nación, aunque los estadistas individuales de los Estados democráticos puedan intentar comportarse un poco mejor.

     Para Hitler, sin embargo, más que para cualquier otro estadista en el mundo moderno, sería imposible esperar que él mantenga la palabra de Alemania contra el interés de ella, en cualquier trato, acuerdo o tratado internacional. Porque Hitler es en sí mismo la nación. A propósito, es por eso que Hitler siempre tiene que hablar tan fuerte, incluso en la conversación privada: porque él está hablando con 78 millones de voces.

     Eso es lo que es una nación: un monstruo. Todo el mundo debiera temer a una nación. Es una cosa horrible. ¿Cómo puede tal cosa tener honor u honrar su palabra? Por eso estoy a favor de nacionespequeñas. Naciones pequeñas significan catástrofes pequeñas. Naciones grandes significan grandes catástrofes.


* * *

     El teléfono sonó. En la quietud del estudio y en un día sin viento en el exterior, pude oír gritar a un paciente que un huracán en su dormitorio estaba a punto de barrerlo hasta sus pies.

     "Acuéstese en el suelo y usted estará seguro", aconsejó el doctor.

     Es el mismo consejo que el sabio médico ahora da a Europa y a Estados Unidos, a medida que el fuerte viento de la dictadura hace estragos en los fundamentos de la democracia.–



* * * * * * *


1939
JUNG DIAGNOSTICA A LOS DICTADORES


     Un clérigo y psicólogo inglés, Howard L. Philp, evidentemente habiendo visto la entrevista de Knickerbocker en la revista Cosmopolitan, organizó una conversación con Jung en la casa de su amigo común, el doctor E. A. Bennet, durante una de las visitas de Jung a Londres. Él publicó el artículo resultante, titulado "Jung Diagnostica a los Dictadores", enThe Psychologist (Londres), en Mayo de 1939. Philp continuó con su interés en la Psicología, y después de la guerra él escribió un libro acerca de Freud y la religión, y luego emprendió un estudio sobre Jung. Esto provocó una intensa correspondencia, y Philp publicó las cartas respuestas de Jung en Jung y el Problema del Mal (Londres, 1958). La Universidad de Londres concedió a Philp un doctorado en Letras por su trabajo sobre Freud y Jung. Más tarde él se convirtió en un canónigo de la catedral de Salisbury.

     La conversación de Philp con Jung en 1939 comenzó con un recuerdo de la sorprendente profecía que Jung había hecho en cuanto a Checoslovaquia, en su entrevista con Knickerbocker: "Inglaterra y Francia no honrarán su nueva garantía a Checoslovaquia más de lo que Francia honró su promesa anterior a Checoslovaquia", y él continuó citando el párrafo entero de Jung.


—PHILP: La situación que usted pronostica en aquel comentario ha sido notablemente cumplida. Y ahora, viendo lo que le ha sucedido a Checoslovaquia, ¿tiene usted algo que quiera agregar a aquello?

—JUNG: ¿Qué?, ¿a Checoslovaquia?

—P: Inglaterra ha dado ahora una garantía a Polonia. ¿Qué efecto va a tener esto en Hitler?

—JUNG: Es muy difícil de prever. Hitler no tiene una verdadera psicología personal. Él es un tipo gracioso. Hitler no puede hacer una promesa. ¡No hay ninguna persona allí para hacer una promesa! Él es el megáfono que expresa el estado de ánimo o la psicología de los 80 millones de personas alemanas. Se ha dicho que más de la mitad de los alemanes está detrás de él. Eso es probablemente verdadero, pero eso es sólo parte de la verdad, ya que él representa la mente inconsciente no sólo de la gente de Alemania sino de otros países. Él expresa los sentimientos inconscientes de muchas personas inglesas y francesas. Algunos checoslovacos están mortalmente contra él, pero ellos, como muchos otros, pueden sentir al mismo tiempo una especie de admiración por él. Ellos dicen: "Mira lo que él hace. ¡Él no es un diablo!". En cierto modo, ellos admiran su poder.

     A menudo sucede lo mismo cuando leemos narraciones policíacas o historias de gángsters. Hay una parte de nosotros que se identifica incluso con personajes que nos disgustan. Hitler expresa lo que él quiere, y lo consigue.

—P: ¿Tiene Hitler una sensibilidad especial?

—JUNG: Definitivamente. Es como si él poseyera tentáculos nerviosos que se extienden en todas direcciones. Esto lo hace sensible a todo lo que su nación siente. Hitler cae en la clase del chamán, del místico, del vidente. Él tiene en él una mirada soñadora. En efecto, todo esto es el elemento más significativo sobre él. Él no es un líder en el sentido en que lo es Mussolini. Cuando Hitler habla, él no les dice a los alemanes nada nuevo, sino simplemente lo que ellos quieren oír. Sobre todo él es el espejo de aquel complejo de inferioridad que es tan marcadamente una característica alemana.

     Una de las razones de esto es que los alemanes son comparativamente jóvenes como nación. Cuando al final ellos se convirtieron en una nación unificada, encontraron que los británicos y los franceses habían sido naciones mucho antes de ellos y que ellos habían llegado demasiado tarde al reparto de colonias, en tanto que los británicos y los franceses poseíanricas colonias y todo lo que pertenece a una nación totalmente madura. Esto hizo a Alemania celosa y resentida. De ello se originó la Guerra Mundial, y cuando Alemania la perdió, ella llegó a estar aún más dominada por un complejo de inferioridad. Tal como los judíos de antaño buscaron un mesías que los condujera, del mismo modo los alemanes han buscado a su salvador, y en Hitler ellos creen que lo han encontrado.

      Hitler es simplemente lo que los alemanes han hecho de él. Usted no puede comprender esto muy claramente. Se trata de la clave para comprenderlo a él y también a los alemanes mismos. Él es como una máscara, pero no hay nada detrás de aquella máscara.

—P: Usted ha escrito un libro muy importante sobre tipos psicológicos. ¿En que tipo particular colocaría usted a Hitler?

—JUNG: Yo no lo colocaría como un hombre, ya que individualmente él es completamente carente de interés y sin importancia. Él es simplemente un gran fenómeno. Ver a Hitler y Mussolini juntos, como lo he hecho, es una experiencia inimaginable. Mussolini llena su uniforme, pero Hitler ¡no calza ni siquiera en su ropa! Hitler es todo máscara. Mussolini tiene una cierta vitalidad en él. Él es un hombre, natural, cálido, rudo y despiadado. Si él dice "no", él quiere decir no. Él puede hablar como una persona real. Si usted le dijera: "Usted prometió hacer algo, y mintió", él probablemente admitiría su mentira y podría incluso sonrojarse. Él es más humano que Hitler. Él sabría lo que él había prometido y sabría que había mentido.

     Otra diferencia entre ellos se da en cuanto a su ambición personal. En Hitler la ambición tiene un lugar muy pequeño. Es probablemente verdadero decir que Hitler no posee ambición más allá del hombre corriente. Pero Mussolini tiene una ambición superior al promedio, aunque esto sea insuficiente para explicar su fuerza. Él siente que él corresponde a las necesidades nacionales de Italia. Hitler no gobierna Alemania del mismo modo. Él es sensible a la tendencia de los asuntos en su país.

     Hitler no puede ser entendido aparte de una consideración de los factores inconscientes que juegan su parte en el carácter de él y de hecho en el mundo. Es cierto que Hitler no se comprende a sí mismo; si él lo hiciera, no carecería de sentido del humor y no se tomaría a sí mismo tan seriamente. Hay varias maneras en las cuales las fuerzas inconscientes juegan su parte. El inconsciente colectivo es un hecho real en los asuntos humanos. Se necesitarían volúmenes para explicar sus diversas ramificaciones. Todos participamos de ello. En un sentido, es la sabiduría humana acumulada que inconscientemente heredamos; en otros sentidos, aquél implica las emociones humanas comunes que compartimos todos.

     Es comprensible, por lo tanto, que exista una fuerza tal como el inconsciente colectivo de una nación. En Alemania, Hitler tiene un extraño poder de ser sensible a aquel inconsciente colectivo. Es como si él supiera lo que la nación realmente está sintiendo en un momento dado.

     Hitler ha sacrificado su individualidad —o de otro modo no posee una en ningún verdadero sentido— a esta subordinación casi completa a las fuerzas inconscientes colectivas, y él es capaz de aprovechar este depósito oculto. Él mismo ha hablado de ser capaz de oír una voz. Para él, es como si él lo hiciera, y la voz que él oye es la del inconsciente colectivo, especialmente del de su propia raza. Es este hecho el que hace problemático tratar con Hitler. Él es prácticamente la nación. Y el problema con una nación es que no honra su palabra y no tiene sentido del honor, al menos en el nivel del inconsciente colectivo. Una nación como tal, para todas las afirmaciones de los Estados totalitarios, es una fuerza ciega.

     Usted puede tomar a cien hombres muy inteligentes, y cuando usted los tiene a todos ellos juntos, ellos pueden no ser nada más que una muchedumbre tonta. La muchedumbre no se eleva al nivel de las inteligencias más altas que hay en ella, pero las cualidades corrientes que cada uno posee se han convertido en las características dominantes de la muchedumbre entera.

     Una forma bajo la cual el inconsciente se le aparece a un hombre es la de una figura femenina. De un modo similar, el inconsciente personificado se le aparece a una mujer bajo el aspecto de un hombre. Uno de los mayores problemas es lograr la clase correcta de relación con estas figuras que están en nosotros. Usted puede tener estasfiguras bajo todas las formas. Tome a un individuo perfectamente ingenuo y él llamará a la figura femenina "Madre", significando su propia madre. Entonces ella morirá, aunque de hecho en muchos hombres ella nunca muera como una fuerza. A menos que un hombre logre una relación correcta con esta figura femenina, él llegará a ser poseídopor ella, y ésta se convertirá en un inquietante factor desintegrador.

     Hitler nunca ha logrado una relación sana con esta figura femenina, que llamo el ánima. El resultado es que él está poseído por ella. En vez de ser realmente creativo, él es por consiguiente destructivo. Ésta es una razón de por qué Hitler es peligroso: él no posee dentro de sí mismo las semillas de la verdadera armonía.

—P: ¿Es probable que Hitler cambie?. ¿Es probable que un día él pierda su cualidad impersonal y quizá incluso se case?

—JUNG: No es muy probable. Pero usted puede esperar casi cualquier cosa de él. Él se dará vuelta y dirá algo completamente diferente de lo que ha dicho antes. Él perderá su trabajo cuando pierda la voz que escucha. Eso podría suceder, pero no creo que ocurra. Tampoco creo que él se convertirá en un ser humano normal. Él probablemente morirá haciendo lo suyo.

—P: Doctor Jung, ¿cómo conserva usted su paciencia con nosotros y nuestros insignificantes problemas, cuando Europa se está cayendo a pedazos y usted tiene una obra de importancia mundial?

—JUNG: Porque el problema mundial comienza con el individuo.

—P: ¿Quiere decir usted que el hombre en conflicto consigo mismo finalmente hace la guerra y la revolución?

—JUNG: Ciertamente. Y el hombre en paz con sí mismo, que se acepta a sí mismo, contribuye con una cantidad infinitesimal al bien del universo. Ocúpese de sus propios conflictos privados y personales, y usted reducirá en una milmillonésima parte el conflicto mundial.–






Jung Juzga a los Alemanes Derrotados (1945)

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     Justo tras la derrota y rendición alemana en la Segunda Guerra, en la siguiente breve entrevista de Mayo de 1945 el doctor Carl Jung pierde toda ecuanimidad en su discurso y se revela como poseído por un increíble dogmatismo, propio de quien ha sido lavado de cerebro o de quien tiene un inmenso temor por las represalias que pudiesen tomar contra él los vencedores de la guerra (o acaso actuando como uno de los victimarios). El doctor Jung aquí evidencia que ha comprado a fardo cerrado la propaganda británica y estadounidense (judía en el fondo) de demonización de los alemanes, demonización teologal literal en su planteamiento: habiendo anteriormente calificado a Hitler como el portavoz de su raza, como la voz del oráculo, como un gran chamán, aquí siniestramente cristiano lo tacha simplemente de endemoniado, poseído por demonios e infectador de su pueblo, al que denigra y difama colectivamente cual vulgar sionista de la época. Todo su oscurantismo disfrazado de ciencia psicológica se pone aquí al servicio del futuro adoctrinamiento sistemático tanto de alemanes como de europeos y occidentales en general. Esto no contrasta con sus anteriores opiniones en otras entrevistas (que presentamos en la entrada anterior) sino que más bien confirma que cuando las aguas están turbias hay que pescar con toda clase de señuelos, por si alguno no sirviere, y que siempre hay que reservarse un camino de salida por si las circunstancias cambian. Ponemos este texto en castellano desde el mismo libro (C. G. Jung Speaking, 3ª ed. 1993) de donde sacamos las anteriores entrevistas.

LOS PROBLEMAS PSÍQUICOS DE POSGUERRA
DE LOS ALEMANES
Entrevista a Carl G. Jung, 1945



     Cuatro días después de la rendición incondicional del Ejército alemán en Rheims, esta entrevista a Jung hecha por Peter Schmid fue publicada en Die Weltwoche (Zúrich) el 11 de Mayo de 1945, bajo el título de"Werden die Seelen Frieden finden?"(¿Encontrarán Paz las Almas?). Una traducción parcial fue publicada antes por el periódico PM (de Nueva York), el 10 de Mayo de 1945.


—SCHMID: ¿No cree usted que el final de la guerra provocará grandes cambios en la psique de los europeos, particularmente de los alemanes, que están ahora despertando como de un largo y terrible sueño?

—JUNG: En efecto lo creo. En cuanto a los alemanes, tenemos un problema psíquico delante de nosotros cuya magnitud no puede ser prevista aún, aunque sus contornos pueden ya ser discernidos en los casos que me toca tratar. Para el psicólogo una cosa es clara, y es que él no debería hacer la popular diferencia sentimental entre nacionalsocialistas y opositores del régimen. Dos casos que estoy tratando ahora son ambos abiertos anti-nacionalsocialistas, y sin embargo sus sueños muestran que detrás de todo el decoro, la psicología nacionalsocialista más pronunciada está todavía viva con toda su violencia y salvajismo. Cuando el mariscal de campo Von Küchler (1), preguntado por un reportero suizo sobre las atrocidades alemanas en Polonia, exclamó indignadamente: "¡Perdóneme, ésa no fue la Wehrmacht [Fuerzas Armadas], fue el Partido!". Esto demostró que establecer una división entre alemanes decentes e indecentes es completamente ingenuo. Todos ellos, consciente o inconscientemente, activa o pasivamente, tienen su parte en los horrores; ellos no sabían nada de lo que estaba ocurriendo y sin embargo ellos sabían, como si fueran parte de un gran acuerdo secreto.

(1) Georg von Küchler (1881-1968), condujo la invasión alemana de Polonia occidental en Septiembre de 1939. Él fue juzgado y condenado a prisión como criminal de guerra por el Tribunal de Núremberg.

     Para el psicólogo, la cuestión de la culpa colectiva, que preocupa tanto a los políticos y que continuará preocupándolos, es un hecho; y será una de las tareas más importantes de la terapia lograr que los alemanes admitan esa culpa. Incluso ahora recibo muchas solicitudes de alemanes que quieren ser tratados por mí. Si ellos provienen de aquellos "alemanes decentes" que quieren poner la culpa sobre un par de hombres de la Gestapo, considero el caso como irremediable. No tendré ninguna alternativa sino contestar las solicitudes con un cuestionario haciendo ciertas preguntas cruciales, como "¿Qué piensa usted de Buchenwald?" [A]. Sólo cuando un paciente ve y admite su propia responsabilidad puede ser considerado el tratamiento individual.

[A] Véase, p. ej., http://es.metapedia.org/wiki/Buchenwald(NdelT).

—S: ¿Pero cómo fue posible que los alemanes, de toda la gente, se metieran en ese irremediable enredo psíquico?. ¿Le pudo haber sucedido a alguna otra nación?

—JUNG: Aquí usted debe permitirme volver un poco y recapitular mi teoría en cuanto a los antecedentes psíquicos generales de esta guerra nacionalsocialista. Consideremos un pequeño ejemplo práctico como un punto de partida. Un día una mujer se acerca a mí y estalla en las acusaciones más salvajes contra su marido: que él es un verdadero diablo que la atormenta y la persigue, etcétera, etcétera. En realidad el buen hombre es un ciudadano absolutamente respetable, completamente inocente de cualquier tal intención demoníaca. ¿De dónde le viene esta loca idea a esta mujer? Es el diablo en su propia alma el que ella está proyectando; ella ha transferido sus propios deseos y su propia rabia a su marido. Yo le dejo esto en claro a ella; ella lo admite y se convierte en un pequeño cordero arrepentido. Todo parece estar en orden. Y sin embargo eso es justo lo que encuentro más inquietante, porque no sé dónde se ha ido el diablo, que se había adherido antes a la imagen del marido.

     Exactamente la misma cosa sucedió a gran escala en la historia de Europa. Para el hombre primitivo el mundo está lleno de demonios y poderes misteriosos que él teme; la Naturaleza toda está animada por estas fuerzas, que no son sino los propios los poderes interiores del hombre proyectados en el mundo exterior. El cristianismo y la ciencia moderna han des-demonizado a la Naturaleza, lo que significa que los europeos consecuentemente han tomado de vuelta los poderes demoníacos del mundo y los han puesto en ellos mismos, y han cargado constantemente su inconsciente con ellos. A partir del hombre mismo los poderes demoníacos se sublevan contra las supuestas restricciones espirituales del cristianismo. Los demonios comienzan a irrumpir en el arte del Barroco: las columnas se retuercen, el mobiliario se cubre de pies de sátiros. El hombre es lentamente transformado en un uróboros, "el que se muerde la cola" que se devora a sí mismo, que es desde la Antigüedad un símbolo del hombre acosado por los demonios. El primer ejemplo perfecto de esta especie fue Napoleón.

     Los alemanes muestran una debilidad específica ante estos demonios debido a su increíble sugestionabilidad. Esto se muestra en su amor por la obediencia, su sumisión pasiva a las órdenes, que son sólo otra forma de sugestión. Esto es coherente con la inferioridad psíquica general de los alemanes, y es el resultado de su precaria posición entre el Este y el Oeste. De todos los pueblos occidentales, ellos fueron, en el éxodo general desde la matriz oriental de las naciones, los que permanecieron demasiado tiempo con su madre.

     Finalmente ellos salieron, pero llegaron demasiado tarde, mientras que los mujiks nunca soltaron las amarras en absoluto. De ahí que los alemanes estén profundamente aproblemados con un complejo de inferioridad nacional, que ellos tratan de compensar mediante la megalomanía:"Am deutschen Wesen soli die Welt genesen" (Sólo el carácter alemán salvará al mundo) (2), ¡aunque ellos no están en absoluto demasiado cómodos dentro de sus propios pellejos!. Ésta es una típica psicología adolescente, evidente no sólo en la extraordinaria prevalencia de la homosexualidad, sino en la ausencia de una figura del ánima en la literatura alemana (la gran excepción aquí es Goethe). Es también evidente en el sentimentalismoy"Gemütlichkeit" [benignidad, blandura] alemanes, que no es realmente sino dureza del corazón, insensibilidad y carencia de alma. Todas aquellas acusaciones de falta de alma y bestialidad que la propaganda alemana aplicó a los rusos, se aplica a ellos mismos [B]; los discursos de Goebbels no son sino la psicología alemana proyectada sobre el enemigo. La inmadurez de la personalidad también se mostró de un modo aterrador en el Estado Mayor alemán, cuya falta de carácter se pareció a la flacidez de un molusco dentro de un tanque de guerra.

(2) Un lema nacionalsocialista derivado de un poema de Emanuel Geibel (1815-1884),"Deutschlands Beruf". Las líneas de Geibel se hicieron famosas cuando Wilhelm II las citó (inexactamente, como arriba) en un discurso en Münster en 1907. [Los versos originales de 1861 dicen "Und es mag am deutschen Wesen, / Einmal noch die Welt genesen", algo así como "Y puede que el carácter alemán, sin embargo, alguna vez recupere al mundo"].
[B] Sin duda en Mayo de 1945 el ingenuo doctor Jung no estaba enterado aún del indignante infierno desatado por el ejército de asesinos y violadores de mujeres de Stalin, entre otras cosas, en Alemania y en otros países también, tras la victoria de los Aliados. (NdelT).

     Alemania siempre ha sido la tierra de las catástrofes psíquicas: la Reforma, las guerras de los campesinos y las guerras de religión. Bajo el Nacionalsocialismo, la presión de los demonios llegó a ser tan grande que ellos pusieron a los seres humanos bajo su poder y los inflaron hasta convertirlos en lunáticos superhombres, y a Hitler el primero de todos, quien entonces infectó al resto. Todos los líderes nacionalsocialistas fueron "poseídos", en el sentido más verdadero del término, y sin duda no es ninguna casualidad que su ministro de Propaganda [Goebbels] estuviera marcado por la antigua señal del hombre endemoniado: el pie deforme. El diez por ciento de la población alemana hoy son irremediables psicópatas.

—S: Usted ha estado hablando de la inferioridad psíquica y de la susceptibilidad de los alemanes ante los demonios, pero ¿cree usted que esto también se aplica a nosotros los suizos, en tanto que somos germánicos en nuestro origen?

—JUNG: Estamos aislados contra esa susceptibilidad por la pequeñez de nuestro país. Si ochenta millones de suizos fueran amontonados, podría ocurrir lo mismo, ya que los demonios se lanzan de preferencia sobre la masa. En cualquier colectividad el hombre está desarraigado, y gracias a eso los demonios pueden atraparlo. De aquí la técnica de los nacionalsocialistas, no para formar nunca a individuos sino sólo masas enormes. De ahí, también, las caras del hombre endemoniado de hoy: sin vida, rígido, en blanco. Nosotros los suizos estamos protegidos contra esos peligros por nuestro federalismo y nuestro individualismo. Una similar acumulación de masas no sería posible entre nosotros como lo fue en Alemania, y en este aislamiento yace quizás la terapia con la cual se puede conquistar a los demonios.

—S: ¿Pero qué ocurrirá si esta terapia se lleva a cabo mediante bombas y cañones?. El sometimiento militar de la nación endemoniada ¿acaso simplemente no intensificará el sentimiento de inferioridad y hará la enfermedad peor?

—JUNG: Los alemanes hoy se parecen a un hombre borracho que se despierta a la mañana siguiente con una resaca. Ellos no saben lo que han hecho y no quieren saberlo. El único sentimiento es una de la miseria ilimitada. Ellos harán esfuerzos convulsivos para rehabilitarse a sí mismos de cara a las acusaciones y el odio del mundo circundante, pero ése no es el camino correcto. La única redención radica, como ya lo he indicado, en una admisión completa de la culpa. Mea culpa, mea maxima culpa! De la contrición honesta por el pecado viene la gracia divina. Ésta no es sólo una verdad religiosa sino también psicológica.

     El tratamiento estadounidense de conducir a la población civil a través de los campos de concentración y dejarles ver todas las abominaciones cometidas allí es por lo tanto muy correcto. Lo único, es que la lección no debería ser entregada en los hogares mediante una instrucción moral; el arrepentimiento debe surgir desde dentro de los alemanes mismos. Es posible que las fuerzas positivas emerjan desde la catástrofe, que de esta introversión surjan profetas una vez más, ya que los profetas son tan característicos de este extraño pueblo como los demonios. Cualquiera que cae tan bajo tiene profundidad. Con toda probabilidad habrá una milagrosa cosecha de almas para la Iglesia católica; la Iglesia Protestante está demasiado dividida. Hay informes de que la miseria general ha despertado de nuevo la vida religiosa en Alemania; comunidades enteras caen de rodillas por las tardes, suplicando a Dios que los libre del Anticristo.

—S: ¿Entonces uno podría esperar que los demonios sean desterrados y que un mundo nuevo y mejor mundo surgirá de entre las ruinas?

—JUNG: No, los demonios no han sido desterrados. Ésa es una tarea difícil que todavía está por delante. Ahora que el ángel de la Historia ha abandonado a los alemanes, los demonios buscarán una nueva víctima. Y no será difícil. Cada hombre que pierde su sombra, cada nación que cae en la auto-justificación, es su presa. Amamos al criminal y tomamos un ferviente interés en él porque el diablo nos hace olvidar la viga en nuestro propio ojo cuando observamos la brizna en nuestro hermano, y de esa manera se burla de nosotros. Los alemanes se recuperarán cuando ellos admitan su culpa y la acepten; pero los demás se convertirán en víctimas de la posesión si, en su horror por la culpa alemana, ellos olvidan sus propios defectos morales.

     No deberíamos olvidar que exactamente la misma fatal tendencia a la colectivización está presente en las naciones victoriosas tanto como entre los alemanes, de manera que ellos pueden muy repentinamente convertirse en víctimas de los poderes demoníacos. La "sugestionabilidad general" desempeña un papel enorme en Estados Unidos hoy, y a partir de los últimos acontecimientos, fácilmente puede verse cuán fascinados están ya los rusos por el demonio del poder, lo cual debiera desalentar un poco nuestro alborozo por la paz. Los más sensibles a este respecto son los ingleses: su individualismo los salvade ser engañados por los slogans, y los suizos comparten su asombro ante la insensatez colectiva.

—S: ¿Entonces nosotros debemos esperar ansiosamente y ver qué camino los demonios van a tomar después?

—JUNG: He sugerido ya que la única salvación radica en el trabajo paulatino y sistemático de educar al individuo. Eso no es tan imposible como puede parecer. El poder de los demonios es inmenso, y los medios más modernos de sugestión de masas —la prensa, la radio, el cine, etc.— están al servicio de ellos. Pero el cristianismo, también, fue capaz de asegurar lo propio contra un adversario abrumador, no mediante la propaganda y las conversiones masivas —eso vino después y fue de poco valor— sino por medio de la persuasión de hombre a hombre. Y ése es el modo en que también debemos actuar si deseamos conquistar a los demonios.

     No le envidio a usted su tarea al escribir acerca de estas cosas. Espero que usted tenga éxito al presentar mis ideas de tal modo que la gente no las encuentre demasiado extrañas. Lamentablemente es mi destino que otra gente, sobre todo aquellos que están poseídos por demonios, me consideren loco porque creo en estos poderes. Pero ése es un asunto de ellos; sé que ellos existen. Hay demonios, sin duda, tan cierto como que hay un Buchenwald.–






Jean-Michel Angebert - Sobre Dualismos y Cátaros

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     El siguiente recorrido histórico y conceptual, entresacado de la versión castellana de 1975 del libro que lo firma Jean-Michel Angebert (seudónimo colectivo de los señores Bertrand y Angelini) titulado Hitler y la Tradición Cátara (1971), abarca condensadamente una buena cantidad de siglos, puesto que se visita a Zoroastro, a Manes, al Gnosticismo en el tiempo del cristianismo primitivo (que es el capítulo II del libro), y por último al fenómeno de los cátaros (que es una parte del capítulo introductorio). Hemos seleccionado los párrafos que presentamos, porque intentan trazar claramente una genealogía y encadenamiento de tradiciones que, para el fin y propósito del libro, desembocan ineludiblemente, según los autores, en el Nacionalsocialismo alemán de los años '30. Demás está decir que así se ha comentado durante muchos años, revelando las concomitancias de aquél con toda una serie de búsquedas, conceptos y períodos históricos, sin que ello signifique necesariamente, según piensan algunos, desvirtuar su naturaleza. Es simplemente quizá un buen pretexto, puesto que los fundamentos de cada cosa están perfectamente claros y sólidos. Si estas materias no son interesantes en alguna medida (aunque estos autores franceses en específico gustan de imaginar y hacerse eco de rumores no comprobados, y a pesar de ser muchos de estos temas ya moneda corriente), pues entonces a leer informes financieros.

Ruinas de la Fortaleza de Montségur



CAPÍTULO II
LA GNOSIS


1. LA INTERROGACIÓN

     Conocer su origen y su futuro ha sido siempre —sobra decirlo— una aspiración fundamental del Hombre. A esta necesidad primordial responde la Gnosis. El término griego gnosis significa «conocimiento». Conseguir el conocimiento integral del mundo, de su destino material y espiritual, tal es el sentido de la interrogación gnóstica. Sin embargo, está claro que el penetrar tales secretos no incumbe a la gran masa del pueblo. Antes de acceder a los arcanos de los misterios supremos, el Hombre debe pasar por grados cada vez más elevados de iniciación, sin lo cual le sería imposible comprender la enseñanza que le es impartida. La revelación aparece, pues, como el privilegio de los iniciados. En el lado opuesto se sitúa la vulgar Pistis, o creencia de los simples auditores o fieles. La iluminación se debería, para los gnósticos, al conocimiento de un librode origen suprahumano. Esta tradición del Gran Libro es también la del Graal.

     En este terreno, el error sería creer que la gnosis es una simple corriente metafísica en el seno del cristianismo. Al final de nuestro estudio, se pone de manifiesto que, por el contrario, la gnosis constituía un movimiento de pensamiento original que sucedía a una aspiración más antigua de los pueblos, cuyas raíces se hundían en la filosofía griega y la ciencia sagrada de Egipto. Antes que nada, estamos en presencia de una actitud frente a la vida y las cosas, que se separa, debido a su interpretación del mundo, de las otras corrientes religiosas. El profesor Henri Puech escribe, y no sin razón: «Se llama o se puede llamar gnosticismo —y también gnosis— a toda doctrina o actitud religiosa basada en la teoría o la experiencia del logro de la salvación por el conocimiento».

     A través de la diversidad —a lo largo de la Historia— de todos los gnosticismos, se puede extraer una actitud gnóstica muy característica de un tipo original de comprensión metafísica. A este respecto, el gnosticismo de los heresiólogos constituye incluso un tipo de espiritualidad de carácter intemporal, cuya ideología tiende a reaparecer continuamente en Europa en las épocas de gran crisis, y la nuestra no escapa ciertamente a esta calificación, cuando las religiones tradicionales se revelan impotentes para responder a las antiguas metafísicas de los pueblos. El nacionalsocialismo hitleriano se sitúa claramente en esta ola que, desde los primeros tiempos de la Era cristiana, trastorna totalmente al Occidente. Para los adeptos del esoterismo, la gnosis aparece como la fuente de todas las religiones y su último fundamento, siendo su fin el de aportar la liberación del hombre mediante el conocimiento absoluto.

     La existencia de una tradición primordial conservada en algunos centros iniciáticos explica a los espiritualistas, discípulos de René Guénon, la convergencia de las grandes religiones terrestres. En el terreno filosófico, la gnosis es original en cuanto que realiza una síntesis de las tendencias orientales y occidentales del pensamiento, que en Oriente están representadas por una aspiración a la liberación, y en Occidente por el deseo de la salvación eterna. Así, en esta unión, el conocimiento metafísico, responde al impulso místico que sitúa al hombre en la cumbre de la jerarquía dentro del Universo.

     En esta eterna corriente de retorno a las fuentes cósmicas, hemos intentado remontarnos tan lejos como ha sido posible. Así, nos parece que la fuente primordial de toda gnosis está en la religión brahmánica, conocida por los libros sagrados: Vedasy Bhagavad-Gita, primera etapa de la Humanidad después de la ruina de la civilización atlantiana, según el esquema nacionalsocialista de pensamiento, que recoge una tradición ya antigua desarrollada por la teosofía. Las expediciones alemanas al Tíbet, de 1937 a 1943, tenían como objeto descubrir o reencontrar una hipotética filiación entre la Atlántida desaparecida y las primeras civilizaciones del Asia Central.

     Para Edouard Schuré, el escritor esotérico autor de Los Grandes Iniciados, «la religión y civilización brahmánicas representan la primera etapa de la Humanidad post-atlantiana. Esta etapa se resume en una palabra: la conquista del mundo divino por la sabiduría primordial».

     Las grandes civilizaciones que han seguido después, Persia, Caldea, Grecia y Roma (Egipto ocupa un lugar aparte), y finalmente, el mundo que anima y guía a todas los grandes religiones y grandes civilizaciones, es la de la conquista de la Tierra por la aplicación de la revelación divina a la vida.

     En esta teoría, la intuición primordial se ha debilitado cada vez más desde la caída de la Atlántida, en provecho de la filosofía especulativa, particularmente en la raza aria, a medida que se desarrollaban sus propias facultades: la observación rigurosa, el análisis y la razón, de lo cual resulta el sentimiento de la independencia individual y la libertad. No obstante, las posibilidades ocultas del alma no se pierden en la Humanidad, pero corresponde a una minoría educarlas y desarrollarlas en secreto, al abrigo de corrupciones exteriores. Ésta es la razón de ser de la iniciación. La energía desarrollada por esta concentración del espíritu, en lugar de dispersarse por todo el Universo, se enfoca hacia un punto único, el verbo solar, que es el Logos, animador del mundo planetario y quintaesencia espiritual del Sol físico. La revelación de Zoroastro, en el Irán primitivo, es la primera etapa en el gran impulso de las poderosas civilizaciones de Persia y de Grecia dentro del vasto movimiento de la migración aria hacia Occidente.


2. ZOROASTRO Y LA RELIGIÓN DE LA LUZ

     En el corazón del Asia central, al pie de los montes Pamir y del Hindu-kush, techo del mundo, se extiende un país atormentado y agreste, el Irán. Los verdes paisajes de los oasis alternan, en esta región de violentos contrastes, con los áridos desiertos. El conde de Gobineau, que fue largo tiempo ministro de Francia en Persia, describe así esta vasta región:

     «La Naturaleza ha dispuesto el Asia central como una inmensa escalera, a la cúspide de la cual parece haber destinado el honor de ser, por encima de las otras regiones del Globo, la antigua cuna de nuestra raza. Entre el Mediterráneo, el golfo Pérsico y el mar Negro, el suelo se va elevando en terrazas progresivas. Enormes cimas redondeadas dispuestas en capas, el Taurus, los montes Gordianos, las cadenas de Laristán, sostienen las provincias. El Cáucaso, el Elbruz y las montañas de Chiraz y de Ispahán le añaden un colosal graderío, más elevado todavía. Esta enorme plataforma, que escalona en diversos planos sus majestuosos desarrollos por el lado de los montes Soleimán y del Hindu-kush, desemboca, por una parte, en el Turquestán, que conduce a la China, y, por la otra, en las orillas del Indo, frontera de un mundo no menos vasto. La nota dominante de esta Naturaleza, el sentimiento que suscita por encima de todos los otros, es el de la inmensidad y del misterio».

     Es este país de veranos ardientes, de cielo puro y limpio, tempestuoso en primavera, rudo en invierno, con inmensos bosques de cedros y robles que cubren los flancos de sus montañas, con sus estepas únicamente holladas por las gacelas de la arena; es esta tierra adoptiva de los arios primitivos la que fue patria de Zoroastro, este gran iniciado; el primero conocido por nosotros en la cadena de los tiempos, el hombre que debía ser el fundador de una religión de grandiosos principios.

     En la época del nacimiento de Zoroastro, hacia el año 4500 antes de nuestra Era, la antigua Persia estaba poblada por tribus arias, de raza blanca y cabellos negros, que se dedicaban al cultivo del trigo sagrado y a la cría de grandes rebaños de bueyes. Su religión era la del fuego. Pero, desde siglos, otra raza había invadido la tierra de los puros y los fuertes: el enemigo hereditario, el turanio, el hombre de raza amarilla de ojos oblicuos. Hábiles jinetes, ladrones, nómadas, los turanios constituían una cantera humana inagotable.

     Al igual que los iranios, adoraban el fuego, pero en su manifestación más grosera, en la forma demoníaca y cruel. Hacían sacrificios humanos, entregando sus víctimas a dos monstruos escapados de los tiempos prehistóricos, los pterodáctilos, de los que sus sacerdotes habían hecho los emblemas de su culto. Ante esta invasión, los iranios fueron derrotados (1) y se refugiaron en gran parte en las montañas cuando pudieron escapar al yugo del vencedor.

(1) Los turanios eran excelentes forjadores de armas, y muy hábiles también en el arte de montar a caballo.

     En esta sombría coyuntura nació, en medio de las tribus montañosas del Elbruz, un niño de ascendencia real, de nombre Ardyap. Después de una juventud aventurera, pasada en cazar búfalos y en hostigar al enemigo hereditario —el turanio—, el joven recibió una especie de iluminación. Ya, cuando era joven, un loco visionario le había predicho que sería rey sin diadema pero más poderoso que todas las otras monarquías, pues sería coronado por el Sol. Entonces, Ardyap se retiró a la montaña, donde recibió la enseñanza iniciática de un patriarca llamado, según las leyendas, Vahumano. En ese momento cambió su nombre por el de Zaratustra o Zoroastro, que en persa antiguo significa Estrella de Oro o Esplendor del Sol. Sacerdote del Sol, heredero, quizá, de los secretos de la Atlántida, Vahumano enseñó a su discípulo e hizo de él el apóstol de Ahura-Mazda, el dios luminoso del Irán.

     Según los libros persas, restos de los cuales han llegado hasta nosotros, Zoroastro vislumbró entonces la teoría de los dos mundos opuestos: Ahura-Mazda era el principio bueno, y Ahrimán, dios de los turanios, adoradores éstos de las tinieblas, su contrario, aquel que propaga el culto de la serpiente, que suscita la envidia, el odio y la tiranía. No resulta sorprendente que los partidarios del arianismo hayan visto en él al enemigo de la raza de los puros y de los fuertes, a saber, de los arios primitivos.

     Zoroastro, siempre según la leyenda, pasó varios años en la meditación, vestido solamente con la piel de un animal y teniendo como único compañero al águila de las rocas, ya que había encontrado refugio en una gruta perdida en las montañas. Atormentado por la soledad, que le causaba visiones espantosas, Zoroastro salió por fin victorioso de esta prueba. Ormuz, el verbo solar, se le apareció en el curso de una visión.

     El hecho es que esta revelación impresionó profundamente al solitario. Animado de un nuevo ardor, Zoroastro descendió de nuevo entre los suyos. Convirtiendo a su tribu natal, difundió el verbo sagrado por todo el Irán, predicando tres principios que son el centro animador de su obra: purificación, trabajo y combate. Purificación del alma y del cuerpo por la oración y el culto del fuego; trabajo de la tierra por el arado fecundante y el cultivo de las esencias sagradas, ciprés, cedro, naranjos; y lucha contra Ahrimán y los turanios confundidos en las tinieblas.

     Ganadas por el entusiasmo, galvanizadas por la palabra, habiendo encontrado la fuente de su pasado lejano y de su futuro, las tribus arias reemprendieron la lucha contra los turanios a quienes, poco a poco, pudieron rechazar más allá de las montañas, tras cuarenta años de luchas y con peripecias en ocasiones indecisas. En el umbral de la muerte, Zaratustra, como todo gran iniciado, tuvo la presciencia del futuro de su pueblo. Vio la espléndida Nínive, bajo la forma de un búfalo salvaje, pisotear a los pueblos de los alrededores y hacer huír a los arios puros; a Babilonia triunfante, bajo la forma de una serpiente que vomitaba fuego, rechazar los ataques del águila de Ormuz; por fin, al león alado, símbolo de los persas y de los medas, continuadores de los arios, marchar victoriosamente a la cabeza de un ejército innumerable. Pero, de súbito, el magnífico león se transformó en un tigre feroz que se puso a devorar a sus propios hijos, provocando la desolación y la muerte hasta lo más profundo del Egipto sagrado y del santuario del Sol.

     Si esta visión, tal como nos viene transcrita, realmente había tenido lugar, es de una alucinante verosimilitud. En efecto, la Historia se cumplió según el esquema previsto por el apóstol del Sol. A pesar de sus dones, a Zoroastro le faltaba, no obstante, una cosmogonía, una visión universal. Ésta es la que aportó Manes.


3. MANES Y SU ESCUELA

     Manes, «el apóstol de la luz», nació en el siglo III d.C., en el año 216, según las crónicas persas. Su existencia nos viene confirmada por distintos textos, de los cuales el más importante es el constituído por las Actas de Aquelao, obispo de Kashkar en Mesopotomia, quien tuvo conversaciones filosóficas con Manes. Descendiente, por parte de su madre Miriam, de la dinastía parta de los arsácidas, babilónico de nacimiento, pero de raza irania y de linaje aristocrático, Manes, o Mani, encontró su inspiración religiosa en el mandeísmo, secta de puros a la cual pertenecía su padre Patek. Muchacho muy despierto, Manes se dedicó muy precozmente a la meditación y a las actividades del espíritu. A la edad de veinticuatro años, Manes tuvo su gran revelación. Rompiendo con su padre, se consideró el heredero de los sucesivos enviados: Buda, Zoroastro y Jesús. Después de un viaje de iniciación a las Indias, donde asimiló la ciencia de los brahmanes, Manes regresó para predicar su doctrina en el Irán (2).

(2) Manes consignó su doctrina y sus pensamientos en diversas obras, principalmente en el "Shanbuhragan" (dedicada a Sapor, su protector), "El Evangelio Viviente", "El Tesoro de Vida", "El Libro de los Misterios", y "El Angelión" o Libro del Ángel. Estos manuscritos, consistentes en hojas de papiros, estaban redactados en la escritura secreta inventada por Manes para que su doctrina no cayera en manos de profanos. Las hojas estaban ricamente decoradas con flores, frutos y pájaros, ya que Manes era un gran pintor. El cumplido «pintas como Manes», todavía es utilizado en Persia. Todos estos libros fueron quemados o dispersados. El culto y la jerarquía estaban cuidadosamente organizados. Muy poco sabemos de ellos, excepto que existía un sacerdocio cuyos vestidos litúrgicos eran negros, blancos y rojos, colores simbólicos adoptados más tarde por los herederos de la gnosis.

     La nueva religión se benefició de la protección del rey Sapor I (de la dinastía arsácida, ligada a la familia de Manes). Pero, tras la muerte del soberano, las persecuciones se abatieron sobre los maniqueos. En efecto, el poder acababa de pasar a las manos de la dinastía sasánida, y el nuevo monarca, Bahram I, detestaba a Manes. Detenido, encarcelado, cargado de pesadas cadenas, el profeta murió el 26 de Febrero del año 277, tras veintiséis días de terrible agonía. La leyenda dice que fue desollado vivo, después de lo cual su piel, llena de aire, había sido colgada de las puertas de Ctesifonte.

     El hecho es que el maniqueísmo sigue siendo la religión más perseguida de toda la Historia, y, no obstante, la expansión de la secta fue prodigiosa. En el Oeste, Egipto sufrió su influencia en sus comunidades cristianas, así como en sus escuelas paganas de Filosofía; más tarde, Palestina y Roma. En el Este, la doctrina maniquea se expandió hasta China, donde conoció un verdadero triunfo hasta la época de Gengis Jan. En el siglo IV se instala la "herejía" en África del Norte (Agustín fue maniqueo desde el 373 hasta 382); en Asia Menor, en Grecia, en Iliria y hasta en la Galia y España. En el siglo V, el maniqueísmo retrocede bajo las persecuciones del Estado y de la Iglesia, y permanece en la sombra hasta el siglo siguiente. No obstante, en el siglo VIII, dará nacimiento a los paulicianos de Armenia, y luego a los bogomilos, predecesores de los albigenses y de los cátaros en el seno de la corriente gnóstica.

     Habiendo obtenido esta religión semejante éxito, merece que uno se detenga en ella y profundice en su doctrina. En tanto que religión, el maniqueísmo se separa radicalmente del cristianismo, incluso aunque ciertos textos sean comunes a ambos sistemas (3). El primero y principal dogma de Manes fue el de dos principios: el Bien y el Mal. En esto está de acuerdo con los budistas, los persas y los cristianos. Pero él hacía remontar la lucha hasta el origen de las cosas, y no admitía que el mundo hubiera sido hecho de la nada. Según él, una materia eterna había sido puesta en marcha por el principio bueno, la cual le era constantemente disputada por el malo. El mundo era procreado por el Cristo; es decir, por la esencia divina infusa en las criaturas. Con el tiempo, la victoria del Bien debía ser completa; todas las cosas serían purificadas.

(3) «Toda la concepción del cristianismo de Manes descansa sobre la de un Cristo cósmico, motivo por el cual se ha reprochado a Manes que no considerara la aparición y la muerte de Jesucristo como hechos históricos» (Simone Hannedouche, Maniqueísmo y Catarismo, p. 33).

     Esta última doctrina es precisamente la de Zoroastro, referente a la victoria final de Ormuz sobre Ahrimán. Aunque Manes no era cristiano, admitía a Cristo, pero no aceptaba que éste hubiera revestido la carne humana, que hubiera nacido, que hubiera sufrido. Por este motivo Teodoro dice que los maniqueos llamaban a Cristo el Sol de este mundo; para ellos, Cristo no era el cuerpo del Sol, sino que estaba dentro del Sol como padre de la luz inaccesible. Lo cual enseña también Agustín; en esto, los maniqueos eran zoroastrianos puros, y podían admitir, en un sentido místico, el culto, entonces tan extendido, de Mitra. Manes tenía escasa estimación por los profetas de los judíos, en los que hallaba muchos errores. Dirigía diversas acusaciones contra los antiguos patriarcas, y encontraba, hasta dentro del Decálogo, el culto, no de un solo dios, sino de varios e incluso de un gran número de ellos.

     Estas afirmaciones maniqueas no pueden sostenerse fácilmente; no obstante, sólo conocemos la doctrina de Manes a través de sus detractores, lo cual es debido a que la Iglesia cristiana destruyó todos sus manuscritos. Sin embargo, se puede afirmar que el maniqueísmo era una religión gnóstica, ya que, además del hecho de que el propio Manes reconoce expresamente algunos vínculos con dos grandes gnósticos del siglo II, Marción y Bardesanes, la doctrina del apóstol de la luz, con su jerarquía iniciática (4), con su concepción dualista del mundo, que es a la vez una teogonía y una cosmogonía, se despliega en una ciencia universal de las cosas divinas, celestes e infernales, donde todas las realidades trascendentes, así como los fenómenos físicos y los acontecimientos históricos, encuentran su lugar y su explicación.

(4) Las comunidades maniqueas estaban organizadas a imagen del Cosmos; doce arcontes, siete magistrados y cuatro epíscopos, enseñaban la doctrina a los oyentes.

     Como en las primeras gnosis cristianas, Manes reconocía un mundo intermediario que se interpone entre la materia y el espíritu de Dios, «el Padre de la Grandeza», mundo compuesto de jerarquías superiores, a imagen del Cosmos, y de las cuales las más conocidas son los ángeles, los arcángeles y los eones, cuya existencia, al menos por lo que respecta a los primeros, es reconocida por el cristianismo. El maniqueo se considera como «proyectado» en un mundo malo, al que es, por esencia, extraño, perteneciendo a la raza (genos) de los elegidos, de los inquebrantables, de los seres superiores, hiper-cósmicos. Si se siente desplazado, «en el exilio», en el mundo de aquí abajo, según la expresión de Serge Hutin (en Los Gnósticos), ello se debe a que el maniqueo, que es un gnóstico, «siente en él la lacerante nostalgia de la patria original de donde ha caído». «Tú no vienes de aquí, tu origen no es de aquí, tu lugar es el lugar de la vida» (El Tesoro de la Izquierda, III, 4, texto mandeo).

     Manes murió dejando tras de sí «como en su cosmogonía, un alma humana anhelante de pureza, de conocimiento y de libertad» (Simone Hannedouche, op cit., p. 14), incluso aunque su mensaje ha parecido ser engullido por la ola que «empuja a la Humanidad hacia el materialismo y las tinieblas» (Id., Ibíd.). Sin embargo, no todo desapareció, ya que el catarismo recogió el estandarte de la tradición maniquea, y la principal inspiración de Manes, la gnosis cristiana, le sobrevivió, recogiendo en ocasiones temas queridos al apóstol de la luz; es esta gnosis, cuyos principales aspectos vamos a estudiar, aspectos muy importantes para la evolución del pensamiento esotérico, el cual está en el centro de nuestro tema.


4. EL CRISTIANISMO Y LA GNOSIS

     Hemos definido ya la gnosis en su aspecto tradicional, diciendo que era la aspiración a una ciencia más elevada. Después de haber estudiado los precedentes gnósticos en el seno de la Gran Tradición, citando el brahmanismo, profundizando en la doctrina de Zoroastro que dio origen a la síntesis maniquea, llegamos a la gnosis propiamente dicha, que es hija del pensamiento griego y, singularmente, pitagórico. Veremos cómo esta gnosis consiguió penetrar en el seno del cristianismo, con el viejo fondo neo-pagano, para, por fin, perecer ahogada por el dogmatismo de la Iglesia naciente.

     La filosofía griega —hoy en día se propende a olvidarlo— desempeñó el cometido de vulgarizar las doctrinas esotéricas. Los pensadores de la Antigüedad, que también eran sabios, habían sentido, en efecto, la necesidad de dos doctrinas: una, pública; la otra, secreta. Si la ciencia antigua proporcionó físicos como Tales de Mileto, legisladores como Solón y Dracón, tuvo, asimismo, un iniciador de primer orden: Pitágoras. Este último jamás escribió su doctrina secreta más que en forma de signos esotéricos y de un simbolismo perfectamente elaborado.

     No es sorprendente, pues, que fuera citado como modelo por los neoplatónicos de Alejandría —los gnósticos propiamente dichos— y como un precursor por la patrología cristiana. En efecto, su doctrina es la primera síntesis en torno a una teoría central: encontramos en ella la doctrina oculta de Egipto, aclarada y simplificada por el genio griego. En particular, la filiación con Hermes Trimegisto es aquí manifiesta: una vez más, la ley del misterio oculta la gran verdad, y el conocimiento absoluto no puede ser revelado más que a los iniciados.

     En esta fase del razonamiento, no se puede prescindir de relacionar el principio de Pitágoras con el Sol de los antiguos egipcios, cuando el profeta de la religión, el gran sacerdote de Amón Ra, desde lo alto del templo de Tebas desvelaba el conocimiento al nuevo iniciado. Recordando los pasajes del Libro de los Muertos, accedía al conocimiento, sostenido por la visión de las tres pirámides y de los astros que se le describían como las que habían de ser sus moradas futuras. Y si una parte del velo de Isis se había levantado, para caer al punto, podía, no obstante, experimentar la satisfacción de haber entrevisto los misterios supremos. Además, una vez cumplida la iniciación, se convertía en sacerdote de Osiris, es decir, en guardián del sublime conocimiento La tempestuosa vida de Pitágoras se asimila, en algunos aspectos, a la imagen de la barca de Osiris, lanzada en medio de las aguas embravecidas, tal como podía imaginársela el iniciado egipcio vagando por el Río de los Muertos; no obstante, Pitágoras siguió su ruta sin dejar derivar su embarcación en ningún momento de su existencia. Vio a Cambises, a la cabeza de sus ejércitos persas, invadir Egipto, saquear los templos sagrados de Menfis y Tebas y destruír el templo de Amón. Pero el calvario de Pitágoras aún no había terminado: Cambises lo mandó internar en Babilonia, en aquel entonces símbolo de la irradiación de los profetas hebreos y del mestizaje de los pueblos en medio del cual triunfaba la despótica Asia.

     Estas pruebas enseñaron a Pitágoras que todas las religiones partían de una misma verdad: en la ciencia esotérica, él poseía la clave, la síntesis de todas estas doctrinas. La experiencia que había adquirido le mostraba una Humanidad amenazada por Asia a causa de la ignorancia de sus sacerdotes, de la obtusa ciencia positiva de sus sabios y del caos de sus democracias. Finalmente, pudo volver a su patria.

     De regreso a Grecia, Pitágoras tuvo largas conversaciones con los sacerdotes helenos: les hablaba de su iniciación egipcia, de los misterios de Osiris y del ocultismo babilónico. Sólo después de haber formado pitonisas inspiradas y haber hecho de Delfos un centro de vida y acción espirituales, partió para la Magna Grecia y Crotona, donde, con treinta de sus discípulos, había de encontrar la muerte. Pero el objetivo había sido ya alcanzado; la escuela pitagórica duró todavía dos siglos, y su enseñanza ha llegado a nosotros a través de sus discípulos.

     La cadena de los grandes iniciados no se rompió con la desaparición de Pitágoras: el ateniense Platón recogería la antorcha del conocimiento. Gracias al griego Argitas, Platón pudo procurarse un manuscrito de Pitágoras (5). El Timeode Platón es, en este sentido, una verdadera condensación de la cosmogonía pitagórica. La época en que vivía el filósofo ateniense era, al menos, tan turbulenta como la de su maestro: derrota naval de Egospótamos, y conquista de Atenas por los espartanos, coronada por la llegada de los Treinta Tiranos y el fúnebre tañido de la independencia ateniense.

(5) Los manuscritos de Pitágoras no han llegado hasta nosotros. La biblioteca de Alejandría contenía uno de ellos, anotado por Plotino y encerrado en un rollo de oro, pero los cristianos prendieron fuego a todas estas riquezas. (Destrucción del «Serapeum», en el siglo IV, por orden del emperador Teodosio).

     El Timeode Platón, al crear un verdadero santuario filosófico, abrió una «antecámara» a la gran iniciación. Éste es el motivo por el cual la Academia de Atenas, fundada por Platón, se prolongó en la gran escuela de Alejandría, cuyo principal representante fue Plotino (205-263). Este último, neoplatónico por excelencia, recogió en las Enéadas la tradición del paganismo. Su hijo espiritual, Jámblico, sucesor de Plotino, que vivió en el siglo IV d.C., intentó establecer un nuevo lazo, en los Misterios de Egipto, con la tradición esotérica de los sacerdotes de Amón; pero sus esfuerzos fueron ahogados por el cristianismo triunfante. Esto explica que, para combatir la influencia de la Iglesia, los gnósticos tuvieron que buscar refugio en el seno de ésta misma, lo cual nos hace llegar así a la gnosis cristiana, o gnosispropiamente dicha.

     Consecuentemente, se comprenden los esfuerzos doctrinales que a partir del siglo II hizo la Iglesia para desembarazarse de esta invasión que atraía hacia sí a todos los espíritus elevados de la comunidad cristiana. La gnosis de los primeros siglos es mal conocida, ya que la Iglesia se apresuró a borrar las pistas, lo que no debe sorprendernos. Los especialistas de la gnosis cristiana distinguen en ella dos ramas principales: la gnosis siria y la gnosis alejandrina. Dentro de la primera, los principales representantes fueron Simón el Mago, Saturnino, y los ofitas. En la segunda, encontramos a Basílides, a Valentín y sus discípulos, a Carpócrates, a los docetistas, etcétera.

     Está fuera de duda que este movimiento representó un gran peligro para la Iglesia, porque existía la amenaza de dividirla en múltiples sectas o capillas que escaparían al control del sacerdocio. No obstante, los gnósticos eran espíritus superiores; estos hombres suministraban lo que la experiencia debía aportar (parcialmente) a la Iglesia, y que le faltaba a ésta por completo: una cosmogonía, una filosofía del cristianismo, así como la fijación de sus relaciones con el paganismo y el judaísmo; en una palabra, la gnosis aportaba a la Iglesia una inteligencia más profunda de su fe. Pero esta sofisticación del movimiento eclesiástico debía llevarle a la perdición. La Iglesia, en efecto, buscó el pretexto de que esta filosofía sustituía a la Revelación para condenar esta tentativa del paganismo de vivir al amparo de la Iglesia.

     Con relación al cristianismo, la gnosis trata de situarse en un estado de superioridad. Igualmente, los gnósticos no intentan negar el valor ejemplar de Cristo; ven en él, ora una criatura divina, desprovista de existencia carnal, que podríamos denominar perfecta, ora, simplemente, un hombre dotado de una gran fuerza anímica y de la intuición de la sabiduría (6).

(6) Así, los carpocracianos que pertenecían a la gnosis alejandrina veían en Jesús un ser de carne y sangre, cuya excepcional fuerza de alma había sabido triunfar de todas las formas del mal. Carpócrates va más lejos: eximiéndose de toda moral, pisotea la noción cristiana del bien y del mal. Esta actitud prefigura, a una distancia de 1.500 años, la filosofía nietzscheana de liberación del hombre.

     El gnosticismo del siglo II, que conocemos gracias a Simón el Mago y que se desarrolló en Siria, parece estar fuertemente marcado por influencias hebraicas y orientales, en tanto que la gnosis alejandrina arranca de la filosofía griega, hija de las luces y de la ciencia sagrada del antiguo Egipto. Ciertas actitudes atestiguan, no obstante, una fuente común a ambas corrientes de pensamiento; se trata, ante todo, del rechazo del Antiguo Testamento, de la Ley de Moisés y de su escrupuloso Decálogo. En esta ética, la moral no prevalecería sobre la sabiduría surgida del conocimiento

     Tal como hemos dado a entender, existe cierta continuidad entre los místicos paganos y los gnósticos cristianos, puesta de manifiesto por la utilización común de ciertos símbolos sumamente característicos, los principales de los cuales son la copay el libro (volumen), que transmiten la revelación; no obstante, como hemos sub-rayado, la gnosis cristiana, y singularmente la siria, sigue estando llena de los orientalismos (7) propios de la tradición hebraica o, más ampliamente, de los cultos semitas, en sus manifestaciones que recurren al culto de la Gran Madre o principio femenino. El Evangelio de Eva y la Pistis Sofía principalmente (el único texto gnóstico que ha llegado íntegro hasta nosotros), están marcados por la influencia hebraica, y multiplican las entidades secundarias, antepasados de los múltiples demonios de la Cábala.

(7) Esto no impidió a Rosenberg, en El Mito del Siglo XX, apelar a la gnosis y reivindicar a los autores gnósticos como predecesores de la ética nacionalsocialista. Es cierto que, en tanto que enemigo encarnizado de la Iglesia, Rosenberg hallaba en esta filosofía apoyo a sus teorías neo-paganas.

     La actitud ante la sexualidad es, no obstante, opuesta a la ética judía y cristiana, e impone la concepción gnóstica. Casi todos, a ejemplo de Marción, condenan toda relación sexual que desemboque en la procreación, es decir, en el aprisionamiento de nuevas almas dentro de la materia. De hecho, semejante actitud exige un juicio ponderado. Si los gnósticos rechazan estrictamente el acto carnal en lo que concierne a los iniciados, admiten el matrimonio de los simples laicos que pueden someterse al principio sin dejarse dominar por la materia. Esta posición sólo es comprensible dentro de una determinada visión del mundo. Si se piensa que, para los gnósticos, la Humanidad ha perdido la llave del saber y se ha hundido de este modo en el caos, el objetivo de la continencia será, evidentemente, impedir la perpetuación del reino tenebroso, mientras el hombre no haya encontrado la esencia de su ser y la pureza original que glorificaba a sus luminosos antepasados (8).

(8) El horror gnóstico de la carne corrompida se encuentra otra vez en los trovadores del siglo XIII, todos ellos impregnados de espiritualidad cátara o neo-gnóstica. El objetivo será el servicio del amor o amor cortesano, sentimiento puramente espiritual que obliga al amante a la castidad

     Del mismo modo, en la gnosis luciferina, en particular en los ofitas y los peratas, se encuentra una reminiscencia del conocimiento primordial: la serpiente de la Biblia no es considerada ya como el símbolo del Mal sino como un mensajero del dios de luz, o incluso como este último, a saber, el Logos. En tanto que el Demiurgo había encerrado a Adán y Eva en un mundo miserable, Lucifer les aportó la ciencia del Bien y del Mal, es decir, la gnosis salvadora o divinizadora.

     El pensamiento gnóstico, imitando la forma de la serpiente, no es rectilíneo, sino circular; va de Dios a Dios, a través del mundo nacido de éste; del espíritu al espíritu, pasando por la materia; de la vida a la vida, a través de la muerte. El Uno produce el Todo, y el Todo regresa al Uno. Éste es el sentido del símbolo antiguo de la serpiente que se muerde la cola. Éste es «el río que desemboca en sí mismo», del místico alemán Eckhart. El gnóstico está persuadido de que el Hombre puede descubrir el secreto íntimo de la unidad del mundo, a condición de comprometerse tras los bastidores del teatro cósmico y de movilizar toda la eficacia de sus poderes espirituales para desgarrar el velo de Maya. Para la gnosis, la fe no es suficiente, e incluso no se le reconoce valor intrínseco.

     A través de la complejidad de los mitos, voluntariamente enrevesados, se percibe así una línea de pensamiento continuo que se precisa con una fuerza mucho mayor en la manifestación más elaborada de la gnosis; nos referimos a la filosofía basilidiana, y por este motivo, después de esta rápida ojeada sobre el conjunto de la corriente gnóstica, nuestro examen tratará de modo más particular sobre el estudio de la gnosis alejandrina y sobre Basílides. En efecto, nos daremos cuenta de que el punto de vista basilidiano ha sido recogido por la filosofía alemana moderna, y singularmente por el grupo Thule, que contaba entre su miembros a Rosenberg y a Dietrich Eckhart, principal iniciador de Adolf Hitler. Esto justifica el interés de esta escuela.

     Para Basílides, el caos es la obra del Demiurgo (criatura que pretende imitar a Dios), pero Dios, mediante su acción, anima la materia; de ahí la mezcla íntima de los dos principios, la Luz y las Tinieblas, en el seno del mundo material. El Hombre, gracias al espíritu que ilumina su alma, es poseedor de la luz, y puede llegar al conocimiento, a condición de no ceder al mundo de las tinieblas, que está también en él y alrededor de él por el reino de la degeneración material y del retorno al caos, en la corrupción de la sangre y en el triunfo de la cantidad sobre el principio aristocrático. En la escala de la creación, el Hombre es lo más alejado del caos y de la desorganización; igualmente, entre los hombres, algunas razas formadas por elegidos están más cerca que otras del espíritu divino. Entre éstas, y en la cúspide, se encuentra situada la raza blanca, que es la culminación del pensamiento creador; a ella le será dado dominar la materia y el Cosmos, manteniéndose fiel al principio de pureza que encierra. Para los gnósticos, y en particular para Basílides, «toda evolución viva consiste en una diferenciación y una separación, en un desglose de materias originalmente mezcladas».

     Concepción muy moderna: para los gnósticos, el mundo espiritual es un arquetipo que tiene su origen en el mundo material, para alejarse cada vez más hacia lo infinito y lo inmaterial, según la expresión, de otro modo incomprensible: «Lo que está arriba es igual a lo que está abajo». Así, Basílides ve el mundo como un todo organizado y jerarquizado, donde la materia no está separada radicalmente del espíritu. En lo alto reina el espíritu, que es el Logos, el pensamiento divino, que es consciente de sí mismo; por debajo, se extiende el «pneuma», que es un pensamiento inconsciente de sí mismo, pero de esencia puramente espiritual; luego, está el éter, una parte diferente, sólo en grado, del alma del mundo material; el pneuma es representado como el alma del mundo que circunda el universo terrestre; el cristianismo le da el nombre de Espíritu Santo.

     Según el pensamiento de la filosofía griega y según la terminología de Empédocles, «el nacimiento no existe para ningún ser mortal, como tampoco existe un fin que sería la muerte. Todo es simplemente mezcla y cambio de elementos. Nacimiento es el nombre que han inventado los hombres. Cuando los elementos se mezclan y surgen a la luz del día, tanto en los hombres como en las bestias salvajes y en las plantas y los pájaros, a esto se le llama nacimiento; cuando los elementos se separan, se habla entonces de muerte infortunada».

     De este modo, las sustancias comienzan a organizarse siguiendo las leyes puramente mecánicas de su respectiva gravedad. El espíritu, que, para Basílides, es material y compuesto de átomos muy finos, se eleva y se apresura a retornar a su principio. El pneuma, que es ya una materia más opaca, se extiende alrededor del mundo como una envoltura exterior. El éterse eleva y se extiende sobre el pneuma. Viene a continuación el aire, que llena la región siguiente. Hasta aquí, nada más que un proceso puramente físico. Pero, debido a que cada uno de estos elementos contiene un espíritu elemental, la cosmología científica va a transmutarse en una cosmología místico-religiosa. Así, la gnosis reconcilia, en una visión que no carece de grandeza, lo que la ciencia moderna ha querido separar (contrariamente a lo que han pretendido sus enemigos, que la presentan como una doctrina de muerte y de aniquilamiento).

     Pero la evolución del mundo no ha concluído. La última parte del Espíritu Cósmico debe elevarse hacia el espíritu universal; sólo entonces se restablecerá la armonía, y el mundo habrá encontrado su terminación gracias a la instauración de un escalonamiento normal: espíritu, alma, cuerpo. Se trata de una compenetración recíproca, al igual que el cuerpo, el alma y el espíritu del hombre concurren en una unidad orgánica. La obra de la salvación consiste en instruír a las criaturas sobre su verdadera naturaleza, acerca de toda la creación tal como ha sido deseada por Dios, pero que no ha podido llegar a término. Una vez más, es el conocimiento, la «gnosis», lo que debe salvar al hombre, y no una fe ciega.

     Todo el pecado del Hombre reside en su deseo, que lo lleva a querer transgredir su naturaleza. Toda aspiración contra natura, tanto si se trata de la ascesis pura como del deseo de franquear los límites fijados al hombre por la Naturaleza y la voluntad concordante de Dios, toda aspiración de este tipo arroja de nuevo al Hombre a un sufrimiento siempre renovado. Todo deseo irrealizable debe, por tanto, ser yugulado por la razón, y, ante todo, los deseos sexuales, al menos para la minoría, ya que el instinto genésico representa la función central del Hombre. Basílides, y luego Isidoro, ve en el amor un deseo normal, natural, pero no necesario, que aparta al Hombre de su destino más noble; para ellos, la Naturaleza y, por tanto, la moralidad consisten en satisfacer el instinto genésico al margen de todo amor. En esto, Basílides encuentra apoyo en Platón. A propósito de la transmigración, el Timeo cita, entre los impulsos racionales que el hombre debe vencer para escapar al ciclo de los nacimientos, al amor mezclado de placer y de pena.

     El punto de vista basilidiano se une, en este sentido, con el del poeta y filósofo alemán Richard Dehmel, así como con el místico maestro Eckhart. Para Basílides, tuvo lugar una caída en descenso del germen, seguida de una evolución ascendente. Esta filosofía, en efecto, se entronca en muchos puntos con el paganismo, del cual los gnósticos no rechazan su fondo de sabiduría. El nombre de este dios es parecido al Mitra de los paganos; en efecto, el nombre de Abraxas, que significa dios, al sumar los valores numéricos de cada letra de esa palabra proporciona el número de días del año, es decir, el tiempo de evolución de la Tierra alrededor del Sol. Ahora bien, el término Mitratotaliza el mismo valor numérico. El Sol es Helios, y Mitra-Abraxas es el arconte que contiene en él, en una unidad, el conjunto del círculo solar. Mitra y Helios están en una relación de padre a hijo. Mitra es el gran dios; Helios es su logos, gracias al cual se desarrolla, crea el mundo y desempeña en él un papel de mediador entre el hombre y Dios, como atestiguan la liturgia de Mitra y el discurso del emperador Juliano sobre Helios rey. Finalmente, la metafísica de Basílides es un panteísmo muy elaborado, heredero de la filosofía griega, que desemboca en un sistema completamente original.

     Estos principios fueron recogidos más tarde, y Goethe, que era un iniciado, se sirvió de la imagen gnóstica, desarrollada por Basílides, de los mundos intermediarios que separan al Hombre de su principio, que es Dios. Es la «legión, muy conocida, que se extiende como la tempestad en torno a la vasta atmósfera, y que en todas partes prepara al hombre para una infinidad de peligros. La banda de los espíritus venidos del Norte aguza contra vosotros lenguas de triple punta. La que viene del Este deseca nuestros pulmones y se alimenta de ellos. Si son los desiertos del Mediodía quienes los envían, amontonan alrededor de vuestra cabeza llama sobre llama, y el Oeste vomita un enjambre de ellas que primero os hiela y termina por devorar, en torno a vosotros, vuestros campos y vuestras cosechas. Dispuestos a causar el mal, escucharán de buen grado vuestra llamada, e incluso os obedecerán, porque les gusta engañaros; se anuncian como enviados del cielo, y, cuando mienten, lo hacen con voz angélica» (Fausto).

     Como Hildegarda, Goethe se abreva en una fuente común: la Weltanschauung gnóstica, en la cual todas las entidades que existen entre Dios y el Hombre —ángeles malos, espíritus de las esferas y de los astros, vientos, etc.—, ocupan un lugar muy importante. Dios sólo puede intervenir en el Cosmos desde el exterior, enviando su pensamiento, el Logos, que aportará el conocimiento a los hombres. El hombre sólo puede conseguir encontrar la vía si encierra en él mismo el mundo entero: es un microcosmos en el seno del macrocosmos, está compuesto de materia, pero contiene también el logos, el espíritu divino que reina sobre las regiones superiores del Cosmos. Desde la Tierra, el hombre se eleva por sus esfuerzos hasta la Luna, atravesando el reino hostil de los demonios, la capa ionosférica que envía nuevamente las ondas hacia la Tierra. Así, la epopeya moderna de los cosmonautas incorpora, gracias a la ciencia, la visión gnóstica de la evolución. Neil Armstrong, el jefe de la primera expedición lunar, es creyente, y sus pensamientos, durante su viaje astral, se dirigieron hacia Dios.

     Ante el peligro que representa este resurgimiento, particularmente sensible en Basílides, del neo-paganismo, la Iglesia reaccionó y, en el Concilio de Nicea, en el año 325, la gnosis, con sus diversas escuelas, fue condenada en bloque. Como sub-raya Hans Leisegang, la gnosis pertenece a la atmósfera espiritual griega. Nacidos de la filosofía helénica, los gnósticos renegaban de su origen revistiendo su doctrina de un ropaje oriental, según un uso practicado en todo tiempo. La ciencia moderna ha invertido esta relación, investigando los principales motivos del gnosticismo en las religiones orientales. El abate Barbier —especialista del estudio de las sociedades secretas y de su influencia en el seno de la Iglesia— ha comprendido bien el fenómeno gnóstico al escribir: «El papel de la Iglesia gnóstica es el de predicar una doctrina de la raza humana superior, que no ha sido corrompida por las razas semítico-cushitas, y que se conforma con la máxima fidelidad a la enseñanza del Cristo Salvador» (E. Barbier, Las Influencias Masónicas en la Iglesia, p. 99).

     Este juicio sobre el neo-gnosticismo no es, en absoluto, ajeno a nuestro tema: aparecida en el siglo II de nuestra Era, la gnosis cristiana fue prohibida al mismo tiempo que las escuelas neoplatónicas, pero encontró de nuevo su más bella expresión en el catarismo, en los siglos XII y XIII. Vejado por segunda vez, el neo-gnosticismo debía «renacer» a finales del siglo XIX bajo la capa de la ciencia, pero en reacción contra «el progreso científico». El vínculo entre esa renovación y el Nacionalsocialismo es indudable. Si la gnosis ha podido desarrollarse y perpetuarse como un río subterráneo, es que existían, y existen todavía, «centrales», templos donde el saber es conservado y desde los cuales se transmiten las órdenes.



EL FENÓMENO CÁTARO


     El fenómeno cátaro apareció en Occidente en los alrededores del siglo X. En esa época, las herejías son denunciadas por todas partes en Europa. La mayoría de las veces se las califica como maniqueas. El término "cátaro", que significa puro, apareció más tarde. Hablando de los cátaros de Renania, el benedictino Eckbert, rector de la catedral de Colonia, dice que celebraban una fiesta en honor de Manes; y el obispo de Chalón, Roger, escribió al obispo de Lieja para comunicarle que los cátaros de su diócesis pretendían recibir, por la imposición de las manos, el Espíritu Santo, que no era otro que el propio Manes.

    En 1017 se encuentran cátaros en Orleáns. Después de un juicio emitido por un concilio de obispos, son quemados vivos. En 1022, el hecho se repite en Toulouse. En 1030, en Italia, en la región de Asti, es descubierta una colonia de herejes, a los que se designa ya con el nombre de cátaros. Todos los miembros de la secta son asesinados. No obstante, a pesar de las hogueras, el movimiento se había extendido como una mancha de aceite, de forma que, en el siglo XII, se los encuentra más al Norte, en Soissons, en Lieja, en Reims, y hasta en las orillas del Rin, en Colonia y en Bonn, donde muchos herejes también son víctimas de las llamas. El Norte de Italia, atravesado por viajeros búlgaros, fue uno de los países más afectados, y Milán pasó largo tiempo como un foco activo de la herejía. Inocencio III consiguió, aunque con gran dificultad, contener este flujo ascendente.

     Pero es en el Mediodía occitano, en los territorios languedocianos y provenzales del conde de Toulouse donde el catarismo habría de alcanzar sus mayores éxitos. En unos pocos años, desde finales del siglo XII a principios del siglo XIII, el neo-maniqueísmo se expandió como un reguero de pólvora y conquistó el derecho de ciudadanía en las tierras visigóticas, desde el Garona hasta el Mediterráneo, de suerte que la doctrina de los Albigenses (1) parecía que debía triunfar, a corto plazo, del catolicismo. ¿Qué era, pues, esta doctrina que seducía tanto a muchedumbres enteras como a los señores de más elevado linaje?.

(1) Nombre dado a los cátaros en la región de Languedoc.

     En el Mediodía languedociano, el catarismo es el punto de convergencia de dos fuerzas: la primera hace proceder el catarismo del maniqueísmo, religión que se basa en la oposición de dos fuerzas iguales en este mundo, la luz y las tinieblas, o el bien y el mal, el espíritu y la materia. El maniqueísmo, por su parte, arrancaba del culto esenio, del que Cristo procedía por parte de madre. Se considera que los esenios constituían el vínculo y punto de coincidencia entre los platónicos o pitagóricos, por una parte, y el budismo, por otra, lo que nos lleva a hablar de la segunda fuerza de atracción del catarismo. Sin coincidir con el escritor Maurice Magre, que hace de la iniciación budista la principal fuente espiritual de los albigenses, cabe señalar que los esenios, como los budistas, profesaban el dualismo del mundo. Tenían tres órdenes de afiliados, con tres grados de iniciación. Practicaban el baño sagrado, como los brahmanes y los budistas. Condenaban los sacrificios sangrientos, se abstenían de carne y de vino, y practicaban una moral ejemplar, dice el historiador Flavio Josefo. Fue mediante el canal de los esenios como las ideas indo-persas pasaron al cristianismo.

     No olvidemos, por otra parte, que la región del Garona es una vieja tierra druídica. Ahora bien, los druidas, hombres muy sabios, a pesar de lo que se haya dicho, tenían una filosofía muy elevada. Creían principalmente en la migración de las almas y en su reencarnación después de la muerte. Sobre este viejo fondo pagano vino a injertarse la herejía arriana del siglo VII, a la cual se convirtieron los reyes visigodos. Ahora bien, los condes de Toulouse, de muy antigua nobleza germánica, eran los descendientes directos de tales familias. No es asombroso, por tanto, que el catarismo hubiera encontrado en esa tierra de la Romagne un lugar privilegiado en el que podía expandirse.

     Por lo que sabemos de ellos, es cierto, en todo caso, que la doctrina cátara es algo más que una simple herejía. En muchos puntos se separa del cristianismo tradicional y rechaza todos los dogmas de la Iglesia católica:

     «¿Podemos considerar a Dios como a un enfermo que, en el ardor de la fiebre, instaura un mundo, para aniquilarlo cuando le sobrecoge un escalofrío?
     «El destino del mundo, ¿no es más que su fiebre o su escalofrío?.
     «¿Acaso no es más que un hijo de los dioses, a quien este mundo le ha tocado en suerte, como juego multicolor, y que unas veces se divierte con él, y otras lo rompe en pedazos, sin poder hacer otra cosa que balbucear sus deseos?» (Nikolaus Lenau, Los Albigenses, 1842).

     La inspiración gnóstica que atribuye al hombre tres naturalezas —el cuerpo, el alma y el espíritu, siendo el cuerpo la residencia del alma y ésta la morada del espíritu— fue recogida por los albigenses. Frente a la Iglesia romana, los cataros continúan y amplifican la tradición maniquea, rechazando los sacramentos, la cruz, símbolo de muerte, y las ceremonias del culto. Al mismo tiempo, desprecian el Antiguo Testamento, obra de los judíos, y consideran a Jesús como un ser puramente espiritual. Conocemos dicha herejía sobre todo por sus detractores (ya que todos los escritos cátaros fueron quemados) (2), que nos dan de ella un informe alterado, y por los cronistas de la época. No obstante, podemos extraer sus grandes principios. Su base la constituye el dualismo, que toma como texto de referencia el Evangelio de Juan, considerado como el único auténtico, que destaca la oposición eterna entre dos principios: el bien y el mal. Así, en este mundo, hay un antagonismo entre la materia, que es debida al diablo, y el espíritu, que procede de Dios. Los albigenses atribuían a Lucifer, el arcángel caído, el Príncipe de este mundo, la posesión del reino terrestre. Éste es el motivo por el cual, al fin de los tiempos, este mundo material será destruído, como está anunciado en el Apocalipsis de Juan (3), y se instaurará el reino del Espíritu Santo o del Cristo Cósmico, el Paráclito.

(2) Tal como los escritos de los maniqueos.
(3) Para los cátaros, el fin del mundo iría acompañado de catástrofes cósmicas: los océanos cubrirían la tierra, eliminando toda vida; el Sol explotaría, la Luna sería destruída y las estrellas desaparecerían, cediendo su lugar al reino de las tinieblas. «El fuego consumirá las aguas, y las aguas apagarán el fuego». De ese modo, la obra del Mal será definitivamente aniquilada. Todo lo que es transitorio es obra del Maligno: por este motivo, Juan lo había denominado Anticristo. En Persia, Zoroastro y Manes decían que el dios de las Tinieblas había dado su Ley a Moisés, el mago malvado.

     Las raíces cátaras hay que buscarlas en Pitágoras, adepto de la metempsícosiso reencarnación de las almas impuras en nuevos cuerpos de hombres, de animales, e incluso en el reino vegetal. Hemos dicho ya que los cátaros rechazaban los dogmas, a saber, la eucaristía, la remisión de los pecados, y los sacramentos que les parecían sacrilegos: el bautismo, la comunión y el matrimonio (4).

(4) En este sentido, he aquí el Credo «herético» de Jacques y Mecasmus, dos dualistas de Italia que habían «confesado sus culpas a la Santa Iglesia» (Christine Thouzelier, Catarismo y Valdensismo en el Languedoc): «El Diablo es el creador de la materia; desprecio de la Cruz y de los templos, de los sacramentos de la Iglesia romana; especialmente, nulidad de la eucaristía... Ninguna salvación para los adultos y los niños inocentes muertos sin el "Consolamentum", administrado por los dualistas, que, al imponer las manos, confieren el Espíritu Santo. El demonio dio la ley a Moisés... Nulidad de los peregrinajes, condenación del matrimonio; prohibición de carnes y huevos emitidos "de adulterio". Cualquier consoladoque comiera carne sería condenado. El Diablo hizo el Diluvio para matar a los gigantes que predicaban a los hombres, los cuales, mediante su fornicación, tollebant heres es Diaboli».

     Hostiles a la materia impura, condenaban el matrimonio para los iniciados, institución que multiplica los cuerpos a expensas de la continencia. «La aversión por la "creación perversa" conduce a los dualistas a proscribir de su alimentación los manjares a base de carne, ya que Dios había maldecido la Tierra. Nacida gracias a la lujuria de la inseminación "inmunda", la carne incita la concupiscencia» (Cristina Thouzelier, Catarismo y Valdensismo en el Languedoc).

     Esta creencia implica que el alma, para alcanzar la perfección, debe ser purificada de la suciedad material y del contacto de la carne. El ideal es, por tanto, la castidad que conduce a la salvación. No obstante, como semejante doctrina comporta una disciplina extremadamente dura, la masa de los creyentes no estará obligada a practicarla estrictamente. El ascetismo era cosa de los hombres buenos o perfectos, pequeña minoría de sabios, únicos capaces de recibir la iluminación del conocimiento. Absteniéndose de matar a ningún animal, respetando a la Naturaleza en todas sus manifestaciones, los perfectos, siempre vestidos de negro, «con una tiara persa sobre la cabeza, parecían brahmanes o acólitos de Zoroastro. Cuando habían terminado (sus ceremonias), sacaban un rollo de cuero que llevaban sobre el pecho, el Evangelio según Juan, y lo leían en voz alta» (Otto Rahn, La Cruzada contra el Grial).

     Los investidos se abstenían de carne, huevos y productos lácteos, todos ellos productos de origen animal, practicando una alimentación puramente vegetariana. Profesaban una castidad absoluta y evitaban, por tanto, todo comercio sexual. Por lo que se refiere a los ritos, éstos eran muy simples (por reacción contra la Iglesia, que se cubría de oro y púrpura) y estaban liberados de todo espíritu de superstición: los constituían, sobre todo, plegarias en común, cantos y sermones, inspirándose en los libros de Manes y en los gnósticos.

     No teniendo los cátaros lugar de predilección para practicar su culto, la Naturaleza les ofrecía sus bosques y sus prados; los señores, sus castillos; y los burgueses, sus casas. Se ha dicho que querían destruír la familia, lo que es falso, ya que aprobaban el matrimonio «civil» para los simples creyentes. Según Fernand Niel, los albigenses practicaban una fórmula de confesión pública que llamaban «Apparellamentun», pero su principal rito era el célebre «Consolamentum» (5). Éste se daba tanto a un creyente que deseaba ingresar en la comunidad de los perfectos como a los moribundos que querían alcanzar una buena muerte. Esta ceremonia, muy simple, consistía en que el perfecto imponía las manos sobre la cabeza del consolado, pronunciando ciertas palabras cuyo contenido ignoramos. Se puede suponer que, en el trasfondo de este ceremonial, existía un secreto procedente de los gnósticos y de los primeros cristianos, que tenía como base la transmisión de una fuerza vivificante e inmensa, fuerza que los perfectospodían procurar por medio del «bautismo del espíritu», del signo de la pureza hecho a los moribundos. Esta ayuda invisible permitía escapar a la cadena de renacimientos y permitía el acceso al reino de lo espiritual. El «Consolamentum» no era más que un símbolo exterior. Detrás de él se ocultaba el don del alma, mediante el cual esta última podía atravesar, resplandeciente, el estrecho pórtico de la muerte, escapar de la sombra e identificarse con la luz. Y los cataros tenían, para la ayuda a los moribundos, procedimientos que la ciencia ha perdido para siempre.

(5) En Atlantis de Marzo-Abril de 1950, Nº 146, que trata «del Magnetismo y de Hiperbórea» en las páginas 99 y 100, se puede leer: «En el Nº 88 de Atlantis sobre los cátaros, señalé que el gran Sacramento de estos juanistascristianos consistía en la imposición de las manos el Viernes Santo, después de la lectura del prólogo del Evangelio de Juan. Este sacramento era, pues, la transmisión de los dones del espíritu de los que se habla en los Hechos (8:12)».
     Y Paul Le Cour añadía: «Esta fuerza puede exteriorizarse no solamente por las manos, sino también por la mirada y por la palabra. Se trata, pues, del magnetismo espiritual. La acción dominadora, fascinadora, de algunos seres procede de aquí. Tal era el caso de Hitler, cuya mirada y palabra soliviantaban a las muchedumbres, pero cuyo efecto no se producía cuando aparecía en la pantalla del cine».

     No temiendo a la muerte, había ocasiones en que ciertos perfectos llegaban a dejarse morir mediante el Endura: «Su doctrina—afirma Otto Rahn— permitía, como la de los druidas, el suicidio; no obstante, exigía que uno pusiera fin a su vida no por cansancio de vivir, por miedo o por dolor, sino en un estado de perfecto desapego de la materia». Siempre según Otto Rahn, los cátaros efectuaban el Endura por parejas: «Ese hermano, al lado del que el cátaro había pasado, en la amistad más ideal, tras años de esfuerzos continuados y espiritualización intensiva, quería, de acuerdo con él en la otra vida también, la verdadera vida, gustar las bellezas parcialmente entrevistas del más allá y la revelación de las leyes divinas que mueven los mundos» (La Cruzada contra el Graal, pp. 142-143).

     Para poner fin a sus días, elegían entre cinco tipos de muerte: envenenándose, dejándose morir de hambre, abriéndose las venas, lanzándose a un precipicio o zambulléndose en el agua helada después de un baño ardiente, lo que provocaba una congestión pulmonar que los mataba. Algunos indicios permitían suponer también que los albigenses escogían a veces la muerte en grupo. En una cripta de la montaña Negra, no lejos de Carcasona, se han encontrado esqueletos que datan de la época que nos interesa. Estaban acostados formando un círculo, las cabezas en el centro y los pies en la circunferencia, como los rayos de una rueda perfecta.«Los que se tendieron para morir en una soledad secreta, y dibujaron con sus cuerpos la figura geométrica de una rueda, persiguieron este fin tan extraño e inusitado en el momento de la muerte sólo porque se trataba de un rito de una importancia excepcional y del que esperaban un resultado sublime» (6). Maurice Magre piensa que esta forma de morir, que era ya conocida en Bretaña, en la isla de Tiviec, hace más de 5.000 años, era poseída por pueblos descendientes de los antiguos atlantes.

(6) Maurice Magre, La Clef des Chases Cachées, París, 1935, p. 152.

     Sin embargo, la práctica del Endura no conducía fatalmente a la muerte. En la mayor parte de los casos se trataba de un prolongado ayuno de purificación, de una duración de dos meses, interrumpido por pausas durante las cuales los ascetas tomaban pan y agua. Como hemos dicho, sobre todo en la época de las persecuciones, ocurría que los cátaros, después de la recepción del «Consolamentum», se diesen voluntariamente la muerte. Con todo, y aunque sabemos muy poco de las ceremonias de su culto, las excavaciones han permitido sacar a la luz objetos simbólicos utilizados por los albigenses que nos han permitido recoger algunas de sus creencias hasta entonces ignoradas. Así, algunos no habían dudado en afirmar que el joven Otto Rahn, para confirmar sus tesis, había dibujado algunas inscripciones halladas en las grutas del Sabarthez, notoria colonia cátara. Ahora bien, se ha encontrado una paloma esculpida en el propio Montségur, en una de las grutas del Ornolac. La paloma es el símbolo del Espíritu Santo, de la luz divina descendida entre los hombres, lo que demuestra claramente que el catarismo es una religión de luz, y no mágica. En este sentido apuntan los descubrimientos, hechos recientemente, de cruces solares, cruces célticas y objetos en forma de pentágono encontrados en el Pog y en algunas grutas.

     Todos estos símbolos tienen relación con el culto del Sol, glorificado por los albigenses como el astro celeste que emana de la creación divina. Los trabajos de Fernand Niel, que demuestran que el castillo de Montségur era un templo solar, y de los que ya hemos hablado, han confirmado la filiación maniquea y zoroástrica del albigensismo. De la misma manera, y aunque se haya hecho de ello un silencio voluntario, los meridionales hicieron, desde la Edad Media hasta el siglo XX, un uso constante de la cruz gamada y de la svástica, volviendo a unir así las grandes corrientes del simbolismo universal.

     Los cátaros llevaban una vida ejemplar. Antes de las persecuciones, recorrían el Mediodía en todos los sentidos enseñando a las masas, predicando un Evangelio de purificación y sencillez, fustigando las costumbres corrompidas de la clerecía católica, que practicaba, entre otros pecados, el nicolaísmo y la simonía (7). El pueblo seguía a estos hombres vestidos de negro, que vivían como santos, y abandonaban a sus malos sacerdotes. La nobleza atraída por el ideal aristocrático de la herejía, se adhería también a la nueva fe. La Iglesia oficial se debilitaba, con tanta más facilidad cuanto que estaba alejada del pueblo. Los propios cátaros compartían las miserias de cada uno, ejerciendo la medicina, cuidando a los enfermos y llevando «la buena palabra».

(7) El nicolaísmo es el matrimonio de los sacerdotes, y la simonía consiste en el tráfico de las misas.

     Con frecuencia artesanos, los albigenses practicaban sobre todo el tejido de la lana, y esos perfectos se preguntaban, encorvados sobre sus bastidores de tejedores, si «no era verdaderamente el espíritu de la Tierra quien tejía en realidad, en el telar susurrante del tiempo, el vestido viviente de la Divinidad» (Goethe, Fausto, I, 509-510). La historia de la herejía albigense es larga y agitada. No es nuestra intención escribirla o rehacerla. Lo importante, en esta revolución espiritual, es comprender sus razones.

     En el siglo XIII estalla en el Languedoc y en la Provenza, con síntomas amenazadores, uno de estos levantamientos del espíritu humano que se reproduce de siglo en siglo hasta las predicaciones de Lutero.

     El filosofismo y el republicanismo atacaban conjuntamente, o aisladamente, a la autoridad soberana de la Santa Sede y el orden establecido. Un inmenso movimiento religioso se manifestaba simultáneamente sobre dos puntos: el racionalismo valdense, en los Alpes, y el misticismo alemán, en el Rin y los Países Bajos, donde los gremios ciudadanos se rebelaban contra sus obispos y la clerecía. Los sectarios de Pierre de Burys querían reconstruír la Iglesia primitiva en su pureza y su pobreza, regresando a la simplicidad del Evangelio joánico; reprimidos durante un tiempo, se reformaron en Lyon, hacia 1170, con Valdés.

     En el Norte, Amaury de Bue, cerca de Chartres, y su discípulo David de Denain, se dedicaron, hasta finales del siglo XII, a predicar una especie de misticismo sacado de los escritos de Escoto Erígena, reflejo alterado de la doctrina cátara. Para ellos, aún tenía que comenzar el reino del Espíritu Santo, en el cual las prescripciones anteriores debían cesar, para no permitir subsistir a otra religión que la pura adoración del alma. En Italia, el ideal de Dante era ver al emperador de Alemania, Enrique de Luxemburgo, destronar al Papa y restaurar un cristianismo auténtico liberado de la dominación sacerdotal, y que él habría regenerado.

     Dante era el gran pontífice de esta secta cátara, y su Divina Comedia sólo fue escrita para exaltar su fe hacia la Iglesia cátara y perseguir enconadamente al Papado, ya que no podía perdonarle la hecatombe provenzal. Ante el alcance de semejante revolución, la Iglesia se había conmovido, mientras que, por todas partes, los cismas y las herejías se multiplicaban; sobre todo, la doctrina cátara, que alejaba de la religión católica a los mejores servidores de la fe, clérigos o laicos.

     En efecto, los jefes de la herejía cátara, en el Mediodía occitano, así como en Italia, salían, en su mayoría, de las familias de la nobleza (8) y de la alta burguesía. Examinemos, ante todo, los reyes de los cátaros. Del lado español, estaba la Casa de Aragón, cuyo poder se extendía sobre Cataluña, el sur de la Provenza, los condados de Urgel y Cerdaña, el Rosellón y Aragón. Del otro lado de los Pirineos, reinaban los poderosos condes de Toulouse, descendientes de los reyes visigodos. Raimundo V, que habría de morir en 1194, no había tomado parte en las primeras cruzadas, prefiriendo desarrollar el «gai savoir» de los trovadores, el espíritu cortés de los Caballeros y una notable diplomacia. Se había mantenido, no obstante, al margen del catarismo, lo que no haría su hijo Raimundo VI.

(8) Testimonio de esto es la noble dama Adelaida, que «tenía corte de amor en el castillo de Puivert, en los espléndidos bosques pirenaicos». «Adelaida en realidad era piadosa. Sólo que el dios al que ella rezaba no era el nuestro. Su Cristo no estaba en la Cruz. Para ella, el amenazador dios de Israel estaba representado por Lucifer. ¡Adelaida era hereje!» (Otto Rahn, La Cruzada contra el Graal).

     No obstante, en el año 1163, en el concilio de Tours, el papa Alejandro II, a instancias de los obispos del Norte de Francia, dictó una resolución que denunciaba el progreso de la herejía cátara en las provincias del Mediodía. En el Tercer Concilio de Letrán, convocado en 1179 por Alejandro III, el conde de Toulouse, el conde de Foix, el vizconde de Béziers y la mayoría de los barones de la Romagne fueron excomulgados: se perfilaba la amenaza para los cátaros y sus protectores. Ésta fue la señal de la primera cruzada contra los albigenses. La guerra contra los albigenses, dice Maurice Magre, fue el hito más grande de la histeria religiosa de los hombres.

     Raimundo VI, que acababa de ser entronizado en Toulouse, sucediendo así a su padre, no ocultaba sus simpatías por sus súbditos cátaros, y no temía manifestar su aversión hacia Roma. En la famosa conferencia de Pamiers, en 1207, en el curso de debates públicos, se enfrentaron los legados pontificios y los perfectosdel catarismo. Esta conferencia sirvió para demostrar a los herejes albigenses que la Iglesia pondría en acción todos sus medios para terminar con este movimiento religioso. Antes de que los ejércitos de Simón de Montfort invadieran y destruyeran la civilización occitana, examinemos, por última vez, la sociedad de ese tiempo.

     El medio político y social del Languedoc estaba entonces impregnado de un espíritu de tolerancia desconocido en el Norte. La sociedad no estaba dividida en castas cerradas, y el burgués podía acceder a la nobleza, al igual que el villano a la burguesía. Las ciudades del Mediodía estaban más pobladas y eran más ricas que en cualquier otro tiempo. No olvidemos que Toulouse, por su importancia, era la tercera ciudad de Europa, después de Venecia y Roma. Toulouse, con su maravillosa basílica de Saint-Sernin, era la ciudad rosa de los jardines y de los campanarios. En las numerosas ciudades, los síndicos y los cónsules, elegidos por los habitantes, representaban el elemento tradicional de la libertad heredada de la Antigüedad. La intensa actividad comercial facilitaba los intercambios espirituales.

     «Pero el aspecto más impresionante de la civilización occitana sigue siendo el extraordinario movimiento literario de los trovadores, movimiento que sorprende por su amplitud. En efecto, se cuentan cerca de 500 trovadores conocidos, duques o condes (los condes de Foix y de Toulouse se escribían en verso, en tanto que el rey de Francia apenas si sabía firmar su nombre), simples Caballeros, eclesiásticos o hijos de burgueses» (Fernand Niel, Albigenses y Cátaros, París, 1955, p. 67).

     Tema principal de esta literatura era el amor cortesano, simbolizado por la palabra «paratge», que representa las virtudes del honor, de la lealtad y de la entereza, aplicándose tanto al amor a la dama como al terreno político y religioso. El ideal trovadoresco tiende hacia lo absoluto, y se expresa en el análisis sentimental por el amor platónico y desapegado de la carne. Los poetas cantores estaban imbuídos de la mística cátara, que aspira al amor divino, y en el tiempo de las persecuciones fueron los fieles servidores de la causa albigense. Las «leyes de amor», que ellos habían fijado, comprendían un mínimo de 31 prescripciones.

     «Y, hecho singular, poseían como principio supremo que la "minne" (o amor cortesano) excluía toda idea de amor corporal o de matrimonio. La "minne" representa la unión de las almas y de los corazones, mientras que el matrimonio es la unión de los cuerpos. El matrimonio significa la muerte de la "minne" y de la poesía. El amor, simple pasión, se desvanece pronto con el goce sensual. Cualquiera que lleve en su corazón la verdadera "minne", no desea en absoluto el cuerpo de su bienamada; no desea más que su corazón; la verdadera "minne" es pura e incorporal. La "minne" no es el amor; Eros no es el sexo» (Otto Rahn, op. cit.).

     No obstante, las nubes se amontonaban en el cielo occitano. En 1207, el legado pontificio Pierre de Castelnau, que intentaba en vano enfrentar a los señores meridionales contra los albigenses, excomulgó al conde de Toulouse, Raimundo VI. Presintiendo el peligro, los cátaros quisieron asegurarse un lugar donde pudieran refugiarse en caso de ataque. Los castillos de Quéribus, Puylaurens y Peyrepertuse les eran ya adictos. Pero es Montségur, en el corazón de los Pirineos del Ariége, que los herejes habían escogido como elevado lugar espiritual. A este efecto, pidieron a Esclarmonde de Foix y al señor del lugar, Ramón de Perelha, ambos fervientes albigenses, que reconstruyeran el castillo de Montségur, que estaba en ruinas, lo que fue realizado.

     «Así, Montségur, la ciudadela que protegía la montaña sagrada del Tabor, Parnaso de la Romagne, fue fortificada y organizada. Parecida a un arca, pudo, durante medio siglo aún, desafiar la oleada de sangre y de crímenes que pronto iba a desencadenarse sobre la Romagne y hundir su cultura y su civilización»(Otto Rahn, op. cit., p. 190).

     Porque de lo que se trata es realmente de una guerra de secesión: todo el Mediodía se levanta contra los ejércitos del Norte (20.000 caballeros, 200.000 infantes), que, concentrados en Lyon, llegan por el valle del Ródano el 24 de Junio de 1209, procedentes de todos los países del Norte del Loira. Otto Rahn ha dejado una descripción de gran colorido de estos bárbaros procedentes del Norte, que querían concluír la conquista de las provincias meridionales comenzada setecientos años antes por Clodoveo:

     «A la cabeza, cabalga el sombrío e irreconciliable abad de Citeaux, el "jefe de las fuerzas cristianas contra los herejes albigenses". Parecido a un caballero del Apocalipsis, galopa, hábito al viento, a través del país que no adora a su propio dios. Detrás de él, el ejército de arzobispos, obispos, abades, padres y monjes. Al lado de los príncipes de la Iglesia cabalgan los príncipes laicos con sus armaduras resplandecientes de acero, plata y oro. Luego, vienen los caballeros saqueadores, con sus soldadescas que entraban a saco por doquier: Robert Sans-Avoir, El-que-no-bebe-agua... Dios sabe sus nombres.

     «A continuación, los ciudadanos y campesinos, y luego, por millares y millares, la chusma de Europa: los ribaldos, los truhanes y, en los templos de Venus montados sobre cuatro ruedas, las pelanduscas de todos los países posibles» (Otto Rahn, op. cit., pp. 196-197).

     Y, el 21 de Julio de 1209, tiene lugar la toma y saqueo de Béziers, donde es asesinada toda la población (20.000 personas), herejes y ortodoxos mezclados en la iglesia de la Magdalena: «¡Matadlos a todos; Dios reconocerá a los suyos!», gritaría el legado del Papa.

     Más tarde, le toca el turno a Carcasona, que ve cómo Arnaud Amaury hace prisioneros al vizconde de Trencavel y a sus mejores caballeros, atrayéndolos bajo el pretexto de entablar negociaciones. En 1220 en la pequeña ciudad de Lavaur los «cruzados» reinciden en sus depredaciones: todos los habitantes, sin distinción de confesión, de edad o de sexo, son pasados por el filo de la espada, y la castellana del lugar, Geralda, es arrojada viva a un pozo, que se llena de piedras. Los cátaros muestran así la medida de su valentía y de su fe. En Goslar, prefieren ser colgados antes que desollar un pollo. En Minerva, en el Hérault, donde se rinden a Simón de Montfort después de una resistencia encarnizada, 150 herejes se lanzan voluntariamente dentro de las llamas cantando cánticos.

     Allí donde el genio humano parecía haberse concentrado, reposan más de un millón de muertos, es decir, más de lo que costó la supresión de todas las otras herejías.

     La causa principal de la gran matanza albigense, la causa oculta, pero la verdadera causa, había sido que el secreto de los santuarios, la antigua enseñanza de los misterios tan celosamente guardada en todos los templos del mundo por todas las cofradías, había sido revelada. Había sido revelada y se había comprendido que lo que acontecía en este tiempo aún no había sido visto en la Historia del Universo.

     No obstante, Montségur, templo del catarismo, se levantaba todavía, como un desafío a la ortodoxia, con sus murallas invioladas. Ya en 1209, Guy de Montfort había retrocedido ante el difícil asedio de esta montaña. El asesinato de los inquisidores dominicos de Avignonet había de decidir el asedio y caída de la fortaleza. La empresa del Pog comenzó en la primavera del año 1243, pero, seis meses más tarde, el asedio no había progresado. Los cátaros, que se beneficiaban de numerosas complicidades en todos los países, y sin duda también dentro del ejército Real, se comunicaban con el exterior. Mensajes de aliento procedían de Italia, del Sacro Imperio Germánico, e incluso de Constantinopla. El obispo cátaro Bertrand d'En Marti alentaba a los asediados. Finalmente, el senescal de Carcasona, Hugues de Arcis, que dirigía la «cruzada», pudo, gracias a la traición, terminar con la resistencia. Un guía, que conocía un camino secreto, condujo a un grupo armado a la plataforma de la cumbre. La crónica relata que, al día siguiente de dicha escalada nocturna (que tuvo lugar una noche de Diciembre de 1243), los voluntarios se sobresaltaron de horror ante la vista del inconcebible camino recorrido durante la noche. A partir de aquí, la rendición de la fortaleza no fue más que una cuestión de tiempo. El 1º de Marzo de 1244 se firmó una tregua por las dos partes, y el 16 de Marzo la ciudadela se rindió. Doscientos cátaros, entre ellos cincuenta perfectos, que se negaban a abjurar de su creencia, prefirieron morir en la hoguera, erigida en un campo que recuerda, por su nombre, el sacrificio de los «herejes»: el «Camp deis Cremats».

     Por lo que se refiere al tesoro de los herejes, Pierre Roger de Mirepoix fue autorizado para decomisarlo. Consistía en objetos preciosos, monedas de oro y de plata. Pero, ¿qué ocurría con el verdadero tesoro de los cátaros, espiritual éste, el Graal? Los documentos de la Inquisición confirman que, en la noche anterior a la capitulación, cuatro albigenses fueron descendidos mediante cuerdas a lo largo de la vertiginosa pared (Amiel Aicart, Poitevin, Hugues y Alfaro) y consiguieron escapar a las montañas, llevándose con ellos el objeto sagrado. La tradición cuenta que, cuando el Graalestuvo a salvo, una llama alumbró sobre la vecina montaña de Bidorta, anunciando a los cátaros de la fortaleza que podían morir en paz. La piedra Graal, o libro sagrado, fue, sin duda, ocultada en una de las numerosas grutas del Sabarthez, lo que aclara la leyenda que recogió Otto Rahn de boca de un viejo pastor:

     «En el tiempo en que las murallas de Montségur se elevaban todavía, los cátaros guardaban allí el santo Graal. Pero Montségur estaba amenazado. Los ejércitos de Lucifer asediaban sus murallas. Éstos querían el Graal, para volver a insertarlo en la diadema de su príncipe, de donde se había desprendido cuando tuvo lugar la caída de los ángeles. Entonces, en el momento más crítico, descendió del cielo una paloma blanca, que, con su pico, hendió en dos partes el Monte Tabor. Esclarmonde, la guardiana del Graal, lanzó en el interior de la montaña la joya sagrada. La montaña volvió a cerrarse, y así fue salvado el Graal. Cuando los demonios entraron en el castillo fortificado, llegaron demasiado tarde. Furiosos, hicieron perecer por el fuego a todos los puros, no lejos de la roca que sostiene el castillo, en el "Camp deis Cremats", el Campo de la Hoguera...».

     «Todos los puros perecieron por el fuego, excepto Esclarmonde de Foix. Cuando ella tuvo conocimiento de que el Graal estaba en lugar seguro, subió a la cumbre del Tabor, se transformó en paloma blanca y voló hacia las montañas de Asia. Esclarmonde no ha muerto. Hoy vive todavía, allá abajo, en el Paraíso Terrestre».–





Alain de Benoist - Sobre el Anti-Fascismo

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     El conocido académico francés Alain de Benoist (1943) escribió en 1998 (versión castellana de 2005) un ensayo titulado "Comunismo y Nacionalsocialismo. 25 Reflexiones sobre el Totalitarismo en el Siglo XX", donde a partir de ambas ideologías se centra fundamentalmente en el análisis de las características que definen a la sociedad totalitaria. Dentro de aquél dedica algunos capítulos a desentrañar por qué el comunismo no comporta la misma sanción social que el nacionalsocialismo, siendo merecedor el primero, revelado a partir de la publicación de la obra "El Libro Negro del Comunismo", con toda justicia, a la etiqueta del régimen más criminal que haya conocido la Historia. Acomete además un análisis de algunos aspectos del concepto de "anti-fascismo", acuñado por Stalin como un instrumento, valga la redundancia, meramente utilitario, destinado a la supervivencia de su régimen. Dichas reflexiones, que es lo que presentamos ahora, están mayormente contenidas en los capítulos 12, 13, 14 y 25, aunque hay trazos de ellas también en otros. Da la impresión de que el señor Benoist, de algún modo no expresado, comulga con la propaganda de guerra anti-alemana y sin duda por su racionalismo no llega a la esencia metafísica de la Revolución nacionalsocialista.


Comunismo y Nacionalsocialismo
(Selección)
por Alain de Benoist, 1998




XII

     El obstinado rechazo, bien evidenciado por el Libro Negro del Comunismo, de comparar al comunismo con el nacionalsocialismo tiene una consecuencia directa: la diferencia de trato entre ambos totalitarismos y todo lo que les pueda estar emparentado. Mientras que el nacionalsocialismo es considerado como el régimen más criminal del siglo, el comunismo, que ha causado la muerte de un número mucho más considerable de hombres, sigue siendo considerado como un sistema, desde luego impugnable, pero perfectamente defendible tanto en el plano político como en el intelectual o moral.

     Se podrían dar incontables ejemplos de esta diferencia de trato. La misma afecta tanto a los hombres como a las ideas. También pesa sobre el panorama político. El nacionalismo es corrientemente asimilado al Fascismo, el cual es a su vez asimilado al nacionalsocialismo, mientras que el socialismo nunca es considerado como potencialmente estaliniano. La Derecha siempre es sospechosa de «fascismo», mientras que el comunismo, pese a sus errores, se supone que pertenece a las «fuerzas de progreso». La puesta en venta de un libro nacionalsocialista suscita vehementes protestas (y cae sobre él el peso de la ley), mientras que la venta de un libro comunista no suscita ningún comentario particular. Un antiguo nacionalsocialista se convierte en alguien infrecuentable para siempre jamás, mientras que el hecho de haber sido comunista no acarrea ninguna pérdida de prestigio ni de status social, incluso para quienes nunca han expresado arrepentimiento alguno. La menor vinculación, real o supuesta, con una ideología de la que se supone, con o sin razón, que tenga la más remota relación con el nacionalsocialismo, constituye una indeleble marca de infamia que acarrea la denuncia y la exclusión. Un escritor del colaboracionismo francés de la Segunda Guerra forma parte para siempre jamás de los «malditos», pero a un escritor o a un artista estaliniano no se le niega retrospectivamente ningún homenaje a causa de su estalinismo. Pablo Neruda, Bertolt Brecht o Eisenstein son, con razón, celebrados por su talento. Drieu de la Rochelle, Céline o Leni Riefenstahl, cuando no se les deniega el suyo, siguen rodeados de un aura de malditismo, que lleva a señalar que «el talento no es una excusa».

     No se le perdonaría a un escritor fascista haber redactado un himno a la gloria de la Gestapo(cosa que, por lo demás, nunca sucedió), pero que Louis Aragon haya podido cantar las virtudes del GPU [Directorio Político Estatal soviético, o que Pablo Neruda se haya extasiado alabando a Stalin] nunca ha dañado en lo más mínimo a su reputación. Se hacen burlas del «anti-comunismo primario» y se alaba a los comunistas porque, al menos, combatieron a Hitler, pero a nadie se le pasaría por la cabeza ironizar sobre el «anti-nazismo primario», ni alabar a los nacionalsocialistas por haber combatido al menos a Stalin. Se califica al estalinismo de «desviación» del ideal comunista, mientras que a nadie se le ocurre ver en el nacionalsocialismo una «desviación» del ideal fascista. Se tenía derecho a equivocarse sobre el comunismo, pero no sobre el nacionalsocialismo *. En suma, cualquier compromiso con el nacionalsocialismo desacredita absolutamente, mientras que los compromisos con el comunismo siguen siendo considerados faltas comunes y veniales.

* «Si se supone que Maurice Papon tenía que conocer la realidad de Auschwitz durante la guerra, ¿cómo imaginar que Marchais hubiera podido ignorar el Gulagdurante la paz?», se pregunta Jacques Julliard (L'Année des Fantômes, op. cit., pág. 434).

     No sólo la denuncia del nacionalsocialismo sobrepasa a la del comunismo, sino que tiende paradójicamente a incrementarse conforme va pasando el tiempo. Más de cincuenta años después de la caída del Tercer Reich, los crímenes nacionalsocialistas, no los crímenes comunistas, son objeto de una ininterrumpida avalancha de libros, películas, emisiones de radio y televisión. «La damnatio memoriæ[condenación del recuerdo] del nacionalsocialismo—enfatiza Alain Besançon—, lejos de conocer la menor prescripción, parece agravarse de día en día». Más de medio siglo después de su muerte, Hitler prosigue una brillante carrera en los medios de comunicación, mientras que Stalin ya está casi olvidado.

     En 1989 el sistema comunista se desmoronó por sí solo ante los asombrados ojos de quienes, pocos meses antes todavía, aseguraban que el bloque soviético era más poderoso que nunca y que el Ejército Rojo se preparaba a invadir Europa Occidental *. Esta implosión, cuyas circunstancias exactas nunca han sido hasta ahora seriamente estudiadas, se produjo sin acarrear ningún gran cuestionamiento entre la opinión. No sólo no se ha llevado en ningún sitio a los antiguos dirigentes ante los tribunales, sino que casi en todas partes (salvo en Alemania y en la República Checa) se les ha autorizado a proseguir, bajo una u otra etiqueta, su carrera política, habiendo incluso conseguido a veces regresar al poder **.

     * Tan sólo cinco años antes de que cayera el muro de Berlín, Raymond Aron calificaba de «idea aberrante» la hipótesis de que «la Unión Soviética estuviera amenazada de hundirse» (Les Dernières Années du Siècle, Julliard, 1984, p. 119): «Si los soviéticos—añadía— piensan en conquistar Europa Occidental sin destruírla, aun recurriendo a las armas nucleares, los próximos años, es decir, los de la década de los '80 y también de los '90, parecen los mejores» (ibid., p. 139). El propio François Furet reconoció en 1995, que, aun no haciéndose, ya desde 1956, ninguna ilusión sobre la URSS, nunca se hubiera imaginado un fin tan rápido.
     ** En Polonia, hace poco, Alexander Kwasniewski, antiguo miembro del gobierno del general Jaruzelski, fue elegido, frente a Lech Walesa, Presidente del país. En Hungría, el actual Primer Ministro, Gyula Horn, perteneció al último gobierno comunista. En Rusia, los comunistas que, en 1917, no llegaban al 20% de los votos, constituían en 1998 la fracción más importante del Parlamento. Sobre la ausencia de acciones judiciales contra los antiguos dirigentes comunistas, véase Timothy Garton Ash, «Les Séquelles du Passé en Europe de l'Est», en Esprit, Octubre de 1998, pp. 45-66.

      En Austria, el ex presidente Kurt Waldheim, antiguo Secretario General de la ONU, sufrió por el contrario un general ostracismo cuando se descubrió su «pasado nacionalsocialista». Esta amnistía de hecho no ha suscitado en Occidente ninguna protesta ni ninguna sorpresa especial. Nadie piensa en convertir en museos los antiguos campos soviéticos, ni siquiera en alzar monumentos a las víctimas del terror estaliniano *.

* Una de las raras excepciones es la piedra traída del campo de Solovki, en el círculo ártico, que se ha erigido en Moscú en la plaza Lubianka, en el lugar de la antigua sede del KGB. El campo «Perm-36», que albergó a los detenidos políticos hasta 1987, también ha sido transformado en Museo de la Represión. Alexander Solyenitsin y el gobernador de la región de Perm, Guennadi Igumnv, pertenecen a su Junta Directiva.

     En Francia, donde un partido nacionalsocialista sería prohibido de inmediato, nadie duda de la legitimidad y hasta de la honorabilidad del Partido Comunista, antiguamente financiado por Stalin y que se mantuvo durante casi medio siglo a las órdenes de Moscú, y ello a pesar de todo lo que hoy se sabe sobre su pasado en la Komintern. Cuando la Derecha le criticó a Lionel Jospin su alianza con dicho partido, él incluso se declaró «orgulloso de contar con ministros comunistas en [su] gobierno» *. Mientras que ningún fascista francés se ha designado nunca a sí mismo como «hitleriano», los dirigentes del PCF, en cambio, se han glorificado durante mucho tiempo de ser «estalinianos» **. Jean-François Forges observa a este respecto que «en el cementerio del Père Lachaise de París, en las inmediaciones del Muro de los Federados, los monumentos a las víctimas de los campos hitlerianos están significativamente cerca de las tumbas de los dignatarios del partido comunista francés, es decir, de hombres que en su momento no expresaron ninguna condena del principio mismo de los campos estalinianos».

* Este mismo partido que en Noviembre de 1949 acusaba de «fabricar falsos documentos» a quienes evocaban la existencia de campos de concentración en la URSS, es el que hizo aprobar hace algunos años la ley Gayssot. Cabe destacar también que a los alemanes no se les ha ocurrido crear una calle Henrich Himmler, pero sí existe un municipio comunista que ha creado en Pantin una calle Dzerjinski, en homenaje al fundador de la Cheka.
** El 28 de Abril de 1951, Maurice Thorez era calificado como «el mejor estaliniano de Francia» por el semanario comunista France Nouvelle.

     En el pasado, a los anti-fascistas siempre se les creyó de inmediato, mientras que quienes denunciaban el comunismo eran considerados a menudo como fabuladores o espíritus partidistas. El 13 de Noviembre de 1947, después de que Victor Kravchenko hubiera desvelado, en Yo Escogí la Libertad, la realidad del sistema soviético de campos de concentración, el periódico comunista Les Lettres Françaises lo trató inmediatamente de «falsificador» y de «borracho». Ello dio lugar a un juicio por calumnias, que tuvo lugar en París del 24 de Enero al 4 de Abril de 1949. Margarete Buber-Neuman atestiguó en dicho juicio el 23 de Febrero. Al explicar, basándose en sus vivencias personales, que no hay ninguna diferencia de intensidad entre los campos soviéticos y los nacionalsocialistas, fue tratada de cómplice de los nacionalsocialistas. El antiguo deportado y resistente David Rousset, que dio igualmente su apoyo a Kravchenko, fue acusado asimismo por Pierre Daix de haber «inventado los campos soviéticos» [Les Lettres Françaises, 21 de Abril de 1949]. En el proceso que entabló en 1950 contra Lettres Françaises, Marie-Claude Vaillant-Couturier declaró: «Sé que no existen campos de concentración en la Unión Soviética, y considero que el sistema penitenciario soviético es indiscutiblemente, en el mundo entero, el más deseable de todos».

     En 1973, cuando Solyenitsin publicó El Archipiélago del Gulag, el periódico Le Monde todavía lo acusó de lamentar «que Occidente haya sostenido a la URSS contra la Alemania nacionalsocialista», al tiempo que el autor del artículo, Bernard Chapuis, no vacilaba en compararlo explícitamente con los colaboracionistas franceses Pierre Laval, Marcel Déat y Jacques Doriot , y se daba en el propio periódico la falsa noticia de que Solyenitsin se había instalado en el Chile del general Pinochet. Un año después, un editor alemán que había adquirido los derechos del libro de Pierre Chaunu Le Refus de la Vie, se negó a publicarlo, después de haberlo hecho traducir íntegramente, porque el autor se refería a los crímenes del comunismo. La propia matanza de Katyn, descubierta por el ejército alemán, sólo fue definitivamente reconocida como un crimen soviético cuando el Kremlin se decidió a confesarlo.

     Otro signo revelador: sólo cuando ha sido adoptado por antiguos comunistas decepcionados es cuando se ha empezado a considerar creíble el discurso anti-comunista. Sus pasados extravíos han sido considerados como una especie de garantía de su nueva lucidez, mientras que se sigue considerando sospechoso el hecho de haber sido lúcido desde un comienzo. Y, por lo demás, sólo se les consideró creíbles sobre la base del renombre adquirido en los tiempos de sus antiguos extravíos.

     La situación, hoy, sólo ha evolucionado en parte. Dos años después de caído el muro de Berlín, Guy Sitbon todavía podía escribir: «Finalmente, ¿es seguro que el comunismo tendrá que enrojecerse por su balance en Rusia, en el Imperio, o en China?» [Jeune Afrique, 11 de Septiembre de 1991]. Resulta también significativa la forma en que los medios de comunicación han dado cuenta de la película que Jean-François Delassus y Thibaut d'Oiron [Hitler y Stalin. Amistades Peligrosas, canal FR-3, Nov.-Dic. 1991] han realizado sobre el pacto germano-soviético y el reparto de Polonia: pese a sus evidentes cualidades, se ha podido leer en L'Histoireque la película tendría «el defecto de querer demostrar a toda costa que el sistema soviético es la mayor plaga que ha conocido nuestro siglo», efectuando una comparación entre los dos sistemas, el comunista y el nacionalsocialista, «que va en detrimento de Stalin» [sic]. En cuanto a los crímenes del comunismo, todavía se acostumbra frecuentemente a no calificarlos de tales. Jean Daniel escribe por ejemplo que el comunismo estaliniano recurrió a «medios nacionalsocialistas», cuando sería probablemente más adecuado a la verdad histórica decir que es el nacionalsocialismo el que utilizó «medios comunistas», puesto que fue desde la época de Lenin, y por su expreso mandato, cuando el comunismo se lanzó deliberadamente en la vía del crimen contra la Humanidad como medio de gobierno *.

* Con parecido espíritu, Jean d’Ormesson ha podido escribir que, «entre los hombres de Izquierda que, durante un período más o menos largo, han llevado a cabo con éxito una política de Derecha o de extrema Derecha, cabe citar, lamentándolo [sic], a Mussolini y a Stalin» (Le Figaro, 14 de Abril de 1998).

     «Si como fenómeno político, el monstruo ha muerto—escribe Jean-François Revel—, sigue bien vivo como fenómeno cultural. Cayó el muro en Berlín, pero no en las mentes. Describir la realidad del comunismo sigue siendo un delito de opinión [...]. ¿Por qué el negacionismo del "Holocausto" es definido como un crimen cuando se refiere al nacionalsocialismo, y no lo es cuando se escamotean los crímenes comunistas? La razón consiste en que, a ojos de la Izquierda, subsisten buenos y malos verdugos» *. «La insistencia en recordar los crímenes del comunismo—observa por su parte Jacques Julliard— varía en razón inversa de la profundidad de nuestras convicciones progresistas». Todavía hoy, añade Stéphane Courtois, «los crímenes del comunismo no se han visto sometidos a una evaluación legítima y normal tanto desde el punto de vista histórico como desde el moral».

* «85 Millions de Morts!» en Le Point, 15 de Noviembre de 1997, p. 65. El mismo autor constataba recientemente: «Existe un negacionismo pro-comunista mucho más hipócrita, más eficaz y más difuso que el negacionismo pro-nazi, el cual no deja de ser sumario y grupuscular [...]. La organización del no arrepentimiento en relación con el comunismo habrá sido la principal actividad política de la última década del siglo, al igual que la organización de su no conocimiento habrá sido la de las siete décadas anteriores» («Nazismo-Comunismo. El Eterno Regreso de los Tabúes», en Le Point, 10 de Octubre de 1998, pp. 118-119).

     Todos estos hechos, que se pueden establecer en páginas y más páginas, confirman que todavía en la actualidad, el nacionalsocialismo suscita un horror que el comunismo, pese a sus crímenes, no produce. Lo que se plantea entonces es la cuestión de saber por qué. Es la pregunta que formula Alain Besançon cuando, después de haber observado que «la amnesia del comunismo empuja al muy fuerte recuerdo del nacionalsocialismo y viceversa, cuando la simple y justa memoria conduce a condenarlos ambos», se pregunta: «¿Cómo es posible que hoy [...] la memoria histórica trate de manera desigual [estos dos sistemas] hasta el punto de parecer olvidar el comunismo?» *. ¿Cómo se explican el silencio voluntario y la ceguera culpable de los que el comunismo se ha beneficiado durante tanto tiempo?. ¿Por qué hechos conocidos desde hacía mucho tiempo sólo ahora empiezan a ser admitidos?; ¿por qué encontramos en un lado la «memoria» y hasta la hipermnesia, y en el otro tanta indiferencia y olvido?.


XIII

     Para responder a esta pregunta se han apuntado diversas causas. Se ha destacado el hecho de que los intelectuales de los países occidentales cedieron masivamente ante la ilusión comunista, unos intelectuales que actualmente no tienen la más mínima intención de reconocer su culpa y aún menos de ceder las posiciones que ocupan, al tiempo que siguen ejerciendo directa o indirectamente su magisterio sobre la opinión. También se ha evocado el temor de desagradar a la potencia soviética, que confortó durante mucho tiempo el cinismo de los empresarios y de los políticos. François Furet, por su parte, ha insistido en el prejuicio favorable que no podía dejar de encontrar en Francia una Revolución bolchevique que pretendía situarse en la línea de la Revolución de 1793. Pero estas consideraciones sólo se refieren a causas parciales. No pueden por sí solas dar cuenta de la «excepcional ceguera» evocada por Stéphane Courtois.

     Una razón más fundamental estriba en la alianza establecida durante la última guerra entre el estalinismo y las democracias occidentales, alianza que ha constituído el fundamento del orden internacional surgido de la derrota alemana de 1945.

     A partir de 1941, la URSS participó al lado de los Aliados en la caída del nacionalsocialismo. Obtuvo de ello un crédito moral que, luego, nunca dejó de explotar. Después de 1945, la victoria sobre el nacionalsocialismo impidió cualquier interrogación sobre el totalitarismo vencedor, cualquier cuestionamiento de su legitimidad política y moral. Permitió a la memoria comunista construír su propia leyenda sin recibir la menor réplica. En 1939 las democracias occidentales habían declarado la guerra a Hitler para impedirle invadir Europa Central y Oriental. Stalin, en 1945, pudo hacer caer un telón de acero sobre esta misma Europa Central y Oriental sin que nadie pensara en impedírselo. Por contigüidad con ello, todo el movimiento comunista ha disfrutado en la opinión occidental de un prejuicio favorable. «La guerra—destaca también Alain Besançon—, al establecer una alianza militar entre las democracias y la Unión Soviética, debilitó las defensas inmunitarias occidentales contra la idea comunista». Tony Judit explica de igual forma el silencio que durante tanto tiempo ha rodeado a los crímenes comunistas: «Se debe en parte a que seguimos siendo los herederos de la alianza victoriosa establecida con Hitler». «1945 le permitió probablemente al comunismo sobrevivir cincuenta años más», afirma por su parte François Furet. Es ésta, en efecto, una clave decisiva para explicar la cuestión. Por cuanto la Unión Soviética y las democracias occidentales combatieron juntas durante la guerra, sigue siendo necesario que Hitler haya sido peor que Stalin, o lo que es lo mismo: que Stalin haya sido mejor. Y al revés, si el nacionalsocialismo era realmente el mal absoluto al que sólo se podía liquidar aliándose con Stalin, ello significa que el sistema estaliniano era objetivamente útil, lo cual reduce en idéntica medida los reproches que se le pueden hacer. En 1949, en el proceso Kravchenko, Jean Cassou explicó de tal modo que «la guerra contra Hitler constituye un bloque»: criticar a Stalin equivale a empequeñecer Stalingrado y por tanto a descalificar Vercors [nido de la Resistencia francesa, asaltado por los alemanes en Julio de 1944]. De igual modo, cuando Solyenitsin publicó El Archipiélago del Gulag fue una vez más en nombre de la «prueba de Stalingrado» como se intentó ahogar su voz.

     En 1945, escribe Jean-Marie Domenach, «el prestigio del partido comunista, que después de 1941 había participado en la Resistencia, así como el del Ejército Rojo, que había vencido a los nacionalsocialistas, era tal que cualquier denuncia de la URSS aparecía como una complacencia hacia la "barbarie fascista" que estuvo a punto de cubrir a Europa». Admitir la realidad del régimen soviético de campos de concentración resultaba, en tales condiciones, casi inconcebible. Domenach añade que, después de haberse reunido con Margaret Buber-Neumann en 1947, «no dudaba de lo que decía acerca del Gulag. Pero se trataba para mí de un fenómeno en vías de desaparición, de una anomalía que sería corregida por la revolución en marcha. En realidad resultaba difícil, para una gente que se había lanzado con toda su alma en la lucha anti-nazi, concebir que un horror análogo estaba causando estragos en el campo de sus propios aliados».

     Lo paradójico es que la Unión Soviética ha podido disfrutar de tal modo de su más alto crédito moral en el momento mismo en que el terror estaliniano alcanzaba su cúspide. Es en 1942, en el mismo año de la batalla de Stalingrado, cuando la mortalidad bate todos sus récords en el Gulag: uno de cada cinco detenidos muere de hambre. Es asimismo en 1945 cuando los campos conocen el mayor número de detenidos (entre los cuales, cerca de dos millones de rusos entregados por los Aliados a Stalin, e inmediatamente deportados por éste). La otra cara de esta paradoja es que la verdad sobre el Gulagsólo será verdaderamente admitida por la opinión cuando se hubiera desmantelado parcialmente el sistema concentracionario soviético: las primeras liberaciones masivas de detenidos datan de los años 1954-1958. Ello equivale a decir, como lo ha destacado René Girar, que «el prestigio del estalinismo decreció, especialmente entre los intelectuales occidentales, a partir del momento en que disminuyó su grado de violencia».

     Al liberar a Europa Occidental en el preciso momento en que sellaba la servidumbre de Europa Oriental, la victoria de 1945 permitió, así pues, la aniquilación de un sistema totalitario al tiempo que consagraba otro. El concepto de totalitarismo, en la medida en que englobaba a la vez al vencedor y al vencido, quedó de tal modo desacreditado. Al mismo tiempo, el aplastamiento del nacionalsocialismo otorgó una indudable base de legitimación al «anti-fascismo»: a esa categoría discursiva que permitió dar un mínimo contenido ideológico a la alianza entre la Unión Soviética y las democracias occidentales. «La participación de los comunistas en la guerra y en la victoria sobre el nacionalsocialismo—escribe Stèphan Courtois— hizo triunfar definitivamente la noción de anti-fascismo como criterio de la verdad en la Izquierda, de modo que los comunistas se presentaron por supuesto como los mejores defensores de este anti-fascismo. Este último se convirtió para el comunismo en una marca definitiva, habiéndole sido fácil, en nombre del anti-fascismo, hacer callar a los recalcitrantes».

     Este dispositivo, sin embargo, sólo se llegó a establecer tardíamente. En un primer momento, los comunistas no quisieron ver en el fascismo más que una variante «dictatorial» del capitalismo, interpretándolo como la forma política a través de la cual el capitalismo traicionaba en cierto sentido su verdadera naturaleza (al tiempo que, invirtiendo la fórmula, el capitalismo podía ser definido como una forma no dictatorial del comunismo). En 1931, en el XI Pleno de la Internacional, Dimitri Manuilsky todavía afirmaba que «entre el fascismo y la democracia burguesa sólo hay una diferencia de grado». En Febrero de 1934 Maurice Thorez declaraba: «La experiencia internacional muestra que no hay ninguna diferencia de naturaleza entre la democracia burguesa y el fascismo. Son dos formas de la dictadura del capital. El fascismo nace de la democracia burguesa. No se escoge entre el cólera y la peste». El fascismo era representado entonces como un sistema financiado por un gran capital acorralado cuyo único recurso consistía en suscitar una dictadura para oponerse al irresistible avance del proletariado. Era la época en que Bertolt Brecht escribía: «Sólo combatiendo al capitalismo se podrá combatir al nacionalsocialismo. En esta lucha no hay otro aliado que la clase obrera». Como la URSS tenía por función dirigir las luchas proletarias, encarnando de tal modo la oposición más rigurosa al capitalismo, de ello se derivaba que cualquier crítica del poder soviético «le hacía el juego» al fascismo, al tiempo que, subsidiariamente, la mejor forma de luchar contra el fascismo consistía en hacerse comunista.

     Esta interpretación del fascismo como una emanación del capitalismo tuvo como paradójica consecuencia hacer que la Internacional [Comunista] favoreciera, indirectamente al menos, la victoria de los fascismos. Si el fascismo no es más que una forma del capitalismo, no hay en efecto ningún motivo para ayudar al segundo cuando parece amenazado por el primero. Son patentes a este respecto las responsabilidades comunistas en la llegada al poder del fascismo en 1922 y del nacionalsocialismo en 1933. En ambos casos, el sectarismo de los partidos comunistas los condujo a negarse empecinadamente a constituír un frente común con los partidos burgueses. Esta postura se radicalizó en 1928, con ocasión del VI Congreso de la Komintern, que afirmó la línea «clase contra clase» y denunció a la socialdemocracia como el alter ego del fascismo.

     Sólo a partir de 1934-1935 esta orientación fue brutalmente sustituída por las estrategias de «frentes populares». Como a partir de entonces Stalin consideraba necesario, a fin de que no se formara un bloque anti-soviético, obtener el apoyo de las democracias liberales y de los partidos progresistas burgueses, el «anti-fascismo» concebido como frente común se convirtió por ello mismo en la mejor forma de defender los intereses ideológicos, pero también materiales y territoriales, de la Unión Soviética. La firma del pacto germano-soviético, el 23 de Agosto de 1939, mostrará que esta estrategia anti-fascista, a la cual el Kremlin volverá dos años después, en realidad sólo era para la Unión Soviética un instrumento de su potencia exterior *. «El anti-fascismo—escribe Pierre-Jean Martineau— fue para la Internacional Comunista menos una doctrina implacable que un instrumento político y diplomático al servicio de una causa única: la defensa de la URSS».

* Sin embargo, la Unión Soviética —cosa que a menudo se olvida— ya había firmado el 29 de Noviembre de 1932 un pacto de no agresión con Francia, al que se le agregó un «tratado de asistencia mutua», firmado el 2 de Mayo de 1935, según el cual, en caso de agresión provocada contra Francia o la URSS, ambos países se prestarían inmediatamente asistencia y apoyo.

     François Furet ha mostrado con toda claridad cómo el anti-fascismo, antes de la guerra, fue instrumentalizado por el comunismo para crear una representación de la correlación de fuerzas políticas en la que la realidad del terror soviético desaparecía como por arte de magia, mientras que el sistema que lo aplicaba se veía legitimado por la destacada parte que tomaba en la lucha contra el «fascismo».

     A partir de la segunda mitad de la década de los años '30, el anti-fascismo, tal como lo define el Kremlin, va en efecto mucho más allá de la lucha contra el fascismo real. Su principal función consiste en hacer desaparecer el fenómeno totalitario. Por un lado, el anti-fascismo borra la especificidad del nacionalsocialismo (agrupado a partir de entonces bajo el término genérico de «fascismo» con regímenes tan distintos como los de Franco o Mussolini). Por otro lado, borra asimismo la especificidad del régimen soviético, al situarlo en el mismo campo que las democracias occidentales. De este modo desaparece por completo el parentesco entre el nacionalsocialismo y el comunismo. El mundo queda dividido en «fascistas», cuyo abanderado es Alemania, y en «anti-fascistas», cuyo más destacado representante es la Unión Soviética. La alianza establecida durante la guerra consagrará esta dicotomía falsa, la cual acabará suscitando su propia historiografía.

     Semejante estrategia resultaba, no hay ni que decirlo, sumamente rentable. Oscurecer la especificidad del nacionalsocialismo permitía o bien presentarlo como una variante de la Derecha autoritaria, o bien hacer pesar sobre cualquier Derecha la presunción de contigüidad, de colusión o de identificación con el fascismo. Ulteriormente, lo cómodo de tal procedimiento hará que se vaya usando cada vez más: mediante sucesivas olas concéntricas, se acabará lanzado contra cualquiera la acusación de «fascismo». «Los comunistas siempre dicen de sus enemigos que son fascistas», observaba ya André Malraux. Al igual que el anti-comunismo como referencia suprema permite denunciar como «comunista» todo lo que se execra, también el anti-fascismopermite catalogar de «fascismo» todo lo que se pretende combatir. El fascismo deja entonces de ser definido como una estructura social y política determinada. Kravchenko y Solyenitsin fueron, de tal modo, tratados sistemáticamente de «fascistas» por haber denunciado el Gulag. Aún hoy, «quienquiera que destaque la identidad del Fascismo y del socialismo, es de Derecha, y quienquiera que es de Derecha, es en el fondo de extrema Derecha, es decir, un fascista» *.

* Jean-François Revel, «L'Essentielle Identité du Fascisme Rouge et du Fascisme Noir», en Commentaire, primavera de 1998, p. 233. El método utilizado consiste en lo que Joseph Gabel ha denominado el «silogismo de la falsa identidad». Este método pseudo-lógico consiste en disociar los conjuntos concretos representados en los términos de una comparación, extrayendo artificialmente un elemento idéntico y elevando esta identidad parcial al rango de identidad total: «De Gaulle está en contra del comunismo, Hitler también lo estaba, luego De Gaulle = Hitler» (Joseph Gabel, Ideologies, Anthropos, 1974, pág. 84). ¡Inagotable método del que nunca se ha dejado de abusar!.

     El mito de la URSS como «baluarte del anti-fascismo» permitía, por otra parte, identificar al comunismo, tanto en el plano nacional como en el internacional, con la defensa de los valores democráticos. De esa manera, se mantenía la idea de que el comunismo no era otra cosa que una forma superior o perfeccionada de democracia. El anti-fascismo, por último, permitía desacreditar al anti-comunismo. Si los comunistas se oponen al fascismo, e incluso se le oponen con mayor vigor que los demás, cualquier anti-comunismo objetivamente le hace el juego al fascismo (silogismo destinado a servir de conminación alternativa). Y como el nacionalsocialismo es anti-comunista, resulta fácil extraer de ello la idea de que cualquier anti-comunismo sirve la causa del nacionalsocialismo, y por consiguiente de que el anti-comunismo es un mal superior al propio comunismo. De tal modo, el Kremlin pudo hacer del anti-fascismo«una especie de escaparate del comunismo, a partir de la idea de que, para ser un buen anti-fascista se tenía que ser filo-soviético, y que no se podía ser a la vez anti-soviético y anti-fascista. Esta especie de chantaje político fortaleció extraordinariamente el poder de atracción del estalinismo».

     Dado que cualquier adversario del comunismo era considerado como potencialmente nazi, los métodos de terror soviéticos, también ellos santificados por el anti-fascismo, resultaban de tal modo mucho más excusables o comprensibles. En 1936, por solicitud de su presidente, Victor Basch, la Liga de los Derechos Humanos nombró una comisión de investigación sobre los procesos de Moscú. A su regreso de la URSS, dicha comisión concluyó que los acusados eran culpables. En el mismo momento, Bertot Brecht escribía: «Por lo que atañe a los procesos [de Moscú], sería absolutamenteinadmisible adoptar una actitud hostil al gobierno de la Unión [Soviética] que los organiza, aunque sólo fuera porque tal actitud pronto se habría transformado, automática y necesariamente, en una actitud de hostilidad hacia el proletariado ruso amenazado de guerra por el fascismo mundial, así como hacia el socialismo que está edificando».

     Tal como fue diseñado y aplicado por Stalin, el anti-fascismo sirvió sobre todo para legitimar el sovietismo. Dándole al «fascismo» un alcance lo bastante amplio para incluír en él cualquier forma de anti-comunismo (en la época de la Guerra Fría, Eisenhower, Foster Dulles, de Gaulle y Adenauer tomaron muy naturalmente la sucesión de Hitler y Mussolini como figuras del «fascismo»), creó la ilusión de un común denominador entre la Unión Soviética y las democracias occidentales, suscitando de tal modo una nueva categoría artificial. Subsidiariamente, la movilización «anti-fascista» empujó a Mussolini a establecer con Hitler una alianza de la que nada quería saber al comienzo. De tal forma, como señala George Orwell, la Izquierda se ha convertido en «más anti-fascista que anti-totalitaria». «Uno de los grandes éxitos del régimen soviético—observa Alain Besançon— es haber difundido y poco a poco impuesto su propia clasificación ideológica de los regímenes políticos modernos».


XIV

     Otra consecuencia de la manipulación del anti-fascismo por parte del Kremlin ha consistido en oscurecer su objeto: el Fascismo. Al agrupar bajo este mismo término unos sistemas políticos o ideológicos sumamente distintos, el anti-fascismo ha contribuído a hacer más difícil una definición que, todavía hoy, sigue siendo problemática. Los especialistas que han estudiado el Fascismo no están de acuerdo, en efecto, ni sobre sus orígenes ni sobre sus características esenciales.

     Los movimientos Fascistas han sido interpretados por Ernst Nolte como respuestas a la amenaza bolchevique. Renzo de Felice piensa que el Fascismo se define ante todo como un modo particular de entrar en la modernidad. Zeev Sternhell, que hace observar que «en Francia, el fascismo toma sus orígenes, y sus hombres, tanto en la Izquierda como en la Derecha, y muy a menudo mucho más en la Izquierda que en la Derecha», asegura que la ideología fascista ya estaba constituída, en sus principales elementos, antes de la guerra de 1914. Todavía se discute hoy si el Fascismo constituye un giro «soldadesco» y voluntarista de una ideología contra-revolucionaria, jerarquizante y anti-moderna (Nolte), si constituye por el contrario una doctrina modernista y revolucionaria, abierta a una sociedad nueva y que nada tiene que hacer de un pasado trasnochado (Furet), o si resultafundamentalmente de una revisión del socialismo en un sentido anti-materialista y anti-internacionalista (Sternhell). La opinión más generalizada es que el Fascismo, como categoría general, constituye un sistema mixto en el que se asocia un socialismo purgado del materialismo con un nacionalismo jacobino, todo ello sobre el fondo de la crisis de las clases medias, el recuerdo de la Gran Guerra y la explosión de la modernidad.

     En su acepción más restringida, y por tanto la menos discutible, el término, en cambio, se utiliza legítimamente para calificar el veintenio mussoliniano. Ahora bien, el fascismo italiano es el gran ausente en ElLibro Negro del Comunismo. Ocurre, en efecto, que en materia de violencia social y represión política, no es comparable con los regímenes totalitarios. Se dispone actualmente de cifras muy precisas sobre el balance del régimen Fascista italiano al respecto. Este balance consiste en nueve ejecuciones entre 1922 y 1940 (en su mayoría, terroristas eslovenos), seguidas de otras diecisiete durante los años de guerra, de 1940 a 1943, mientras que el número total de prisioneros políticos, por su parte, nunca fue más allá de algunos millares *. El fascismo italiano, que Pietro Barcellona no ha dudado en describir como «una especie de socialdemocracia autoritaria» impuso, es cierto, indudables restricciones a las libertades. Pero las mismas no tienen punto de comparación con el terror totalitario. Raymond Aron ya lo había señalado con toda claridad: «El régimen de Mussolini nunca fue totalitario: las universidades, los intelectuales, nunca se vieron sometidos, incluso si se restringió su libertad de expresión». «Entre Mussolini y Hitler—observa Jacques Willequet— siempre existirá el abismo que separa a la cárcel política del campo de concentración». Colocar la resistencia al totalitarismo nacionalsocialista bajo el signo del «anti-fascismo» constituye, en tales condiciones, una impostura. «Esta amalgama—declara Pierre Chaunu— forma parte de la mentira comunista consistente en oponer la democracia al fascismo, con lo cual el comunismo aparece como el sistema más democrático, ya que es el más opuesto al fascismo. Es la forma más perfecta de la mentira».

* Véase Stanley G. Payne, Franco y José Antonio. El Extraño Caso del Fascismo Español, Planeta, Barcelona,1997. «Lo que prueba que la dictadura fascista no estotalitaria—señalaba ya Hanna Arendt— es que lascondenas políticas fueron muy poco numerosas» (Le Système Totalitaire, Seuil, 1972). Este argumento fuecalificado de «niñería» [sic] por Jean-Pierre Faye (La Quinzaine Littéraire, 16 de Marzo de 1973, pág. 28).

     Tomado como común denominador de todos los totalitarismos, reales o supuestos, el término «fascismo», sin embargo, sigue sirviendo todavía hoy de «espantajo universal» (De Felice). Jean Lacouture habla de «fascismo tropical» para calificar al régimen de Pol Pot; otros, de «fascismo verde» para designar el islamismo, mientras que el propio Jean-François Revel no duda en calificar al estalinismo de «fascismo rojo». Este uso retórico es un resto de la concepción estaliniana del anti-fascismo. Mantiene un efecto de óptica que no corresponde a los hechos. Como lo ha destacado Hanna Arendt, los regímenes políticos no se dividen en regímenes fascistas y anti-fascistas, sino por el contrario en regímenes liberales, democráticos, autoritarios y totalitarios. Aunque el propio Mussolini usó el término «totalitario» *, el régimen Fascista italiano no puede ser colocado entre los sistemas totalitarios, como tampoco entre los regímenes pertenecientes a las categorías clásicas del despotismo o de la tiranía. Como la mayoría de los politólogos lo reconocen actualmente, las diferencias entre los regímenes Fascista y Nacionalsocialista superan con mucho a sus similitudes. En cuanto régimen, el nacionalsocialismo es totalmente distinto del fascismo, al igual que el comunismo es totalmente distinto del socialismo. Englobarlos en un mismo término equivale a poner en un mismo cesto a Léon Blum y a Stalin, a Lionel Jospin y a Pol Pot. Presentar el nacionalsocialismo como una variante nacional de un vasto y nebuloso movimiento titulado «fascismo» es una concesión tardía al sovietismo. Quien emplee el término «fascismo alemán» para designar al nacionalsocialismo habla la lengua de Stalin.

* Contrariamente a un prejuicio existente, fueron sin embargo los anti-fascistas italianos quienes utilizaron por primera vez el término «totalitario»para denunciar el fascismo naciente. Giovanni Amándola fue el primero que describió al fascismo como un «sistema totalitario» en un artículo publicado el 12 de Mayo de 1923 en el periódico IlMondo. El adjetivo fue luego transformado en sustantivo por Lelio Basso, en un texto de La Rivoluzione Liberale del 2 de Enero de 1925. Véase J. Petersen, «La Nasita del Concetto di "Stato Totalitario" in Italia», en Annalidell ’Istituto Storico Italo-Germanico in Trento, 1, 1975, Mussolini retomó la palabra en su célebre discurso pronunciado el 22 de Junio de 1925 en el Teatro Augusteo, con ocasión del IV Congreso del Partido Nacional-Fascista (PNF): «¡Todo en el Estado, nada fuera del Estado! Tal es nuestra feroz voluntad, implacable y totalitaria». Lo utilizará de nuevo en un artículo de la Enciclopedia Italiana publicado en 1932. El contexto indica bien a las claras que Mussolini se refiere tan sólo al medio de superar la división democrática entre el Estado y la sociedad. En un país, cuya unidad, tardíamente realizada, sigue siendo obstaculizada por las consecuencias de la crisis económica y por el desigual desarrollo del Norte y del Sur, Mussolini piensa que sólo un Estado fuerte puede realizar la unificación y la modernización de una verdadera comunidad nacional. «Para el fascismo—dirá también— todo está en el Estado; nada de humano o de espiritual existe y aún menos tiene valor fuera del Estado». Esta mística del Estado corresponde a la «estatolatría», no al totalitarismo. Se aproxima a las teorías del «Estado total» desarrolladas por Carl Schmitt en «Der totale Staat», en Der Hüter der Verfassung, J. C. B. Mohr, Tübingen, 1931; «Die Weiterentwicklung des totales Staats in Deutschsland», en Positionen und Begriffeim Kampf mit Weimar — Genf — Versailles 1923-1939, Hanseatische Verlangsanstalt, Hamburgo, 1940, pp. 185, ss., texto publicado en 1933 en la Europäische Revue), y sobre todo por Ernst Forsthoff (Der totale Staat, Hanseatische Buchgesellschat, Hamburgo, 1933). Estas teorías fueron muy pronto rechazadas por los nacionalsocialistas, quienes reprocharon a sus autores sucumbir a la «estatolatría» latina. La importancia concedida al Estado bajo el Fascismo hay que ponerla en relación con la relativa mediocridad del papel del Partido, muy bien analizada por Renzo de Felice (Mussolini, il Duce. Lo Stato Totalitario 1936-1940, Einaudi, Turín, 1981). Véase también Marco Carchi, Partito Unico e Dinamica Autoritaria, Acrópolis, Nápoles, 1983. ElFascismo italiano, en último término, no fue "totalitario" más que«en el sentido en que él mismo tomaba esta palabra»(Claude Polin, Le Totalitarisme, PUF, 1983, pág. 61).


XXV

     Hoy el nacionalsocialismo y el comunismo han desaparecido. El primero fue derrotado por las armas hace más de medio siglo; el segundo se descompuso por sí mismo hace menos de diez años, víctima de su propia entropía, después de haberse agotado durante décadas intentando alcanzar al mundo occidental por medio de un «mal pastiche» (Nicolas Berdieaev). Del uno y del otro quedan por algún que otro sitio supervivencias residuales. Sin embargo, mientras que el anti-comunismo se ha extinguido casi por completo con la caída del sistema soviético, y aun cuando el fascismo y el nacionalsocialismo se han derrumbado desde hace mucho más tiempo, el «anti-fascismo» sigue siendo un tema de actualidad. Por facilidad o por táctica, cualquier ocasión hasta les parece buena a algunos para denunciar ciertos «resurgimientos» del fascismo. «El anti-fascismo nunca ha estado tan expandido como desde que, en 1945, se venció al fascismo», constataba François Furet. El estalinismo habría muerto para siempre jamás, mientras que por lo que al «fascismo» se refiere, la Historia siempre estaría llamada a repetirse.

     Este anti-fascismo póstumo, él mismo anacrónico o residual, es sin embargo muy distinto del que instrumentalizaba el Kremlinen los años '30 o incluso en los '50, durante la época de la Guerra Fría. Ha cobrado, ante todo, mayor extensión, con el riesgo de vaciarse de todo significado bajo el efecto de su propia dilución. Como el fascismo ya no es reivindicado por nadie, sino que solamente es presumido en todo el mundo (y tanto más fácilmente presumido cuanto que nadie lo reclama), el anti-fascismo ya no se basa en una constatación efectiva sino en una simple imputación. Al no remitir a ningún fenómeno histórico real, se reduce a un Schimpfwort, es decir, a una operación de descalificación que funciona con total vaguedad, recurriendo al imaginario ambiental, como mito incapacitante y repulsivo: intentando capitalizar su efecto repulsivo, se lucha contra un fantasma al que se declara omnipotente. Por otro lado, ya no caracteriza a un sector preciso de la opinión, sino que forma parte de un consenso prácticamente general, en la medida misma en que ataca a un adversario con el que nadie quiere identificarse. Por último, y por esta misma razón, se ha modificado su beneficiario. Ya no sirve para legitimar al sistema soviético, sino por el contrario a esa sociedad establecida y a esa ideología burguesa que el anti-fascismo de ayer pretendía destruír o suplantar. Por ello, forma parte de lo políticamente correcto y constituye una inversión tanto más rentable cuanto que está absolutamente desprovista de riesgo. En la época de los fascismos reales, el anti-fascismo podía conducir a los campos de concentración o ante el pelotón de ejecución. El nuevo anti-fascismo sólo constituye un medio entre otros, pero sumamente destacable, para que a uno le abran las puertas de los medios de comunicación y de las cadenas de televisión.

     Definido por Thierry Wolton como «el mayor común denominador de una Izquierda nostálgica del marxismo-leninismo», el anti-fascismo contemporáneo constituye, ante todo, una expresión de pereza intelectual, pues siempre resulta más fácil identificar los males del pasado que darse cuenta de los del presente. En un mundo que ha aprendido a desconfiar de la idea de un Bien absoluto, pero que sigue sintiendo más necesidad que nunca de un Mal absoluto, el anti-fascismo representa, por otra parte, una cómoda forma de profesar una moral mínima. «La actual oposición al nacionalsocialismo, oposición tardía y sin ningún peligro, constituye un sustitutivo de la religión», constata Ernst Nolte. El anti-fascismo posee, por último, un evidente aspecto utilitario. «La posteridad—decía también François Furet— se asombrará sin duda de que las democracias hayan inventado tantos fascismos y amenazas fascistas después de que los fascismos hubieron sido vencidos. Ello se debe a que, si la democracia estriba en el anti-fascismo, le resulta necesario a la misma vencer a un enemigo constantemente renaciente». Hacer de un fascismo imaginario una omnipotente amenaza, permite hacer aceptar todas las taras, todas las patologías del mundo actual como un mal menor frente al «mal absoluto» *.

* Sobre el «neo-antifascismo», véase también el artículo de Pierre-André Taguieff, «Les Écrans de la Vigilance», publicado en el número especial de la revista Panoramiques dedicado al «linchamiento mediático» (4.º trimestre de 1998, pp. 65-78). «El neo-antifascismo— escribe Taguieff— se caracteriza por ampliar sin limitación el campo de lo que estigmatiza como "fascista" [...]. El neo-antifascismo es una demonología [...]. La trágica paradójica ilustrada por esta corrupción ideológica del anti-fascismo es que se parece cada vez más, tanto por sus métodos como por las pasiones negativas que lo vertebran, al "fascismo" que pretende combatir». En el mismo número, Alain Finkielkraut expresa una opinión más o menos idéntica: «Llevados por la idea de no perder su cita con la Historia, los anti-fascistas contemporáneos están perdiendo su cita con la política. Y algunos de ellos, realizando la última forma del linchamiento, sucumben a la tentación del pensamiento binario. "La izquierda —decía profundamente Orwell— es anti-fascista: no es anti-totalitaria". Se ha creído, en los últimos años del comunismo, que se había corregido tal defecto. Hoy es preciso darse cuenta de que no es así, al menos por lo que atañe a la Izquierda intelectual. El fin de este valedor de las sociedades liberales que era el socialismo, así como el auge de la extrema Derecha, vuelven a dar vida al esquema de la única alternativa. La escena pública, interior y mundial, queda reducida al enfrentamiento de dos fuerzas: la tribu de Abel y la de Caín, el pueblo en lucha, y el resto de la sociedad en vías de fascistización. El pluralismo es una apariencia y la política un combate sin merced que tiene que acabar con la erradicación del mal [...]. En suma, hay que completar la frase de Orwell: cuando la Izquierda deja de ser anti-totalitaria para ser solamente anti-fascista, vuelve a hacerse totalitaria» (pp. 85-86).

     Fascismo y anti-fascismo, comunismo y anti-comunismo, comparten hoy la misma nostalgia y la misma incapacidad de analizar el presente. Las pulsiones actuantes en los totalitarismos del siglo XX siguen estando obviamente presentes. Pero si todavía están ahí, es porque ya estaban ahí antes; es decir, porque pertenecen a fin de cuentas a la naturaleza humana. Situar el comunismo y el nacionalsocialismo en su época es comprender que tanto el uno como el otro representaron «respuestas» a un tipo de coyuntura, a una problemática política y social que difiere radicalmente de la que conocemos hoy. Los totalitarismos modernos fueron los productos de una modernidad que ya está hoy acabada. La Era abierta en 1917 concluyó en 1989. La post-modernidad plantea una problemática que nada tiene que ver con la que le precedió. La tozudez de concebir el futuro tan sólo como una repetición del pasado, la terquedad de querer entrar en el siglo XXI marchando hacia atrás, impide imaginar lo que podría ser un totalitarismo futuro. «Veo surgir—señala también Ernst Nolte— una amenaza concreta: que el "capitalismo" totalmente desencadenado, dominando al mundo entero, haga que el vacío que trae consigo sea llenado por un "anti-fascismo" que simplifica y mutila la Historia de igual forma que el sistema económico uniformiza el mundo». No hay peor error, para un observador, que el de equivocarse sobre el momento histórico que es el suyo.–


 

Los Arios y la Civilización de Hiperbórea

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     Hemos encontrado en el sitio legnalenja.wordpress.comel siguiente resumen investigativo publicado hace dos años. Como su título indica, es a partir de dichos temas que su autor hace un recorrido por diversos sub-temas relacionados, sin indicación de fuentes, a modo de pedagógica presentación de tópicos y datos que muchos creen que son bastante propios de un esoterismo muy relacionado con el nacionalsocialismo alemán. Podríamos llamarlo mito-arqueología anti-materialista y crónica secreta de algunas búsquedas del siglo XX. Este trabajo es un buen indicador de cómo han calado ciertos temas en el imaginario colectivo, lo que por cierto es bueno que se conozcan, puesto que se sabe que la Historia oficial siempre ha sido una tremenda manipulación precisamente orientada a pasar por alto ciertas investigaciones y datos, pero sin que ello signifique que todo lo que se insinúa es cierto ni menos que el nacionalsocialismo tuvo a éstos exclusivamente como sus fundamentos espirituales, sino que más bien son aspectos que han ido saliendo a la luz y que pueden siempre (a diferencia de otros aspectos históricos que no pueden ser tocados) ser constantemente revisados.


Los Arios y la Civilizacion de Hiperbórea
10 de Noviembre de 2012


     Un continente, o isla de leyenda, es el de Hiperbórea, que habría ocupado una parte de las regiones árticas actuales, antes de la modificación del eje terrestre, que implicó la segunda glaciación universal. Esa civilización debió florecer hace más de 60.000 años durante el último período interglacial. Los griegos conservaron el recuerdo de esa "Tierra del Sol Eterno" que se extendía "más allá del dios Bóreas", señor del frío y de las tempestades. Piteas de Marsella, intrépido navegante y renombrado sabio, en el siglo V a.C. llegó a una tierra que toca el círculo ártico. Los habitantes de esas islas le declararon que si navegaba un día entero hacia el Norte, encontraría "el mar sólido". Aquella isla a donde había arribado Piteas se llamaba Thule, y las noches duraban casi 24 horas en el período del solsticio de verano, y todo lo contrario ocurría en el solsticio de invierno.

     Fue una gran potencia que reguló el mundo en sus tiempos. Muchos reinos se levantaron en distintos ciclos, pero cinco fueron los protagonistas que llevaron a la Humanidad hacia nuevos senderos. Hiperbórea corresponde a una de esas potencias. Las recientes investigaciones de la ciencia están en consonancia con los relatos arcanos que se protegieron para que no fuesen destruídos. Los relatos antiguos narran que la primera civilización del planeta tuvo su origen en el lejano Norte antes de que ocurriera una época glacial. También hay referencias al Hombre como descendiente de la tierra de los dioses, el Monte Meru, en el lejano Norte.

     Algunos místicos de la Antigüedad afirman que la Humanidad ya existía antes de aparecer sobre el universo físico, en un mundo sin tiempo. Y el mundo material sería un reflejo de otro mundo en un entorno espacio-temporal. En la puerta del templo de Sais, en Egipto, bajo la estatua de Palas se halla la siguiente inscripción: "Soy todo lo que es, lo que ha sido y lo que será, y ningún mortal ha levantado todavía mi velo". Es el velo de Isis, que representa el umbral que hay que atravesar para conocer la totalidad. Y se afirma que una civilización descendida de las estrellas habría visitado nuestro planeta hace miles de años, cambiando para siempre la historia de la Tierra. De aquello ya no quedan más que algunas ruinas. La historia de ese pueblo desconocido vuelve a retrotraernos a la Atlántida y a la antigua Thule. La tradición aria indica que esa morada de los dioses se hallaba en el extremo septentrional. Y esta patria polar fue "una enorme isla de hielo rodeada de altas montañas transparentes como el diamante". Hiperbórea no habría sido, sin embargo, glacial: "En el interior del país reinaba un dulce calor en el que se aclimataba perfectamente una vegetación verdeante. Las mujeres eran de una belleza indescriptible. Las que habían nacido en quinto lugar en cada familia poseían extraordinarios dones de clarividencia". Los habitantes de Hiperbórea son descritos en el Libro de Enoc: "Su carne era blanca como la nieve y roja como la flor de la rosa; sus cabellos eran blancos como la lana; y sus ojos eran hermosos". Y continúa diciendo que en Thule, la capital de Hiperbórea, "vivían los sabios y los doce miembros de la Suprema Iniciación".

     En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al Norte de Tracia, región del Sureste de Europa, en la península de los Balcanes, al Norte del mar Egeo. Su nombre griego, Υπερ βορεία, Hyper Boreia, significa «más allá del Norte», y deriva precisamente de que se creía que el dios del viento Bóreas habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al Norte de ese reino, en el país de Hiperbórea. Se les atribuían costumbres primitivas: Sileno, en una de sus fábulas, decía que fueron los primeros hombres en ser visitados por los habitantes de otro continente más allá del océano que, asustados por lo que se encontraron, regresaron a su país y no volvieron más. De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como Dioses. El dios Apolo conducía cada diecinueve años su carro hacia esa región para rejuvenecer. Autores adscritos al esoterismo nacionalsocialista postularon una teoría en la que a Hiperbórea la consideraban el país origen de la raza aria. La sociedad nacionalsocialista Ahnenerbe se habría dedicado a estudiar este tema y otros relacionados como las ciudades subterráneas.

     Howard Phillips Lovecraft, escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia-ficción, es conocido por su literatura fantástica, sus referencias a los dioses primigenios y sus ideas claramente racistas. Fue un gran conocedor de los antiguos Imperios y de la civilización sumeria, en la que fundamentaría muchas de sus enigmáticas novelas. Conocedor del pasado hiperbóreo de las civilizaciones, Lovecraft se refiere a la raza teutona como descendiente de los antiguos dioses: "Elteutón es la cima de la evolución. Al rastrear la trayectoria del teutón a lo largo de la historia medieval y moderna, no encontramos excusa posible para negar su real supremacía biológica. (...) Sus innatas habilidades raciales lo han llevado a la preeminencia. No hay rama de la civilización que no sea obra suya. (...) En los países cuya población es principalmente teutónica, contemplamos una prueba sorprendente de las cualidades de la raza: Inglaterra y Alemania son los supremos Imperios del mundo. La historia de Estados Unidos es una larga alabanza del teutón, y seguirá siéndolo si logra atajar a tiempo la inmigración degenerada y preservar el carácter primigenio de la población. (...) Los ingleses y los alemanes son hermanos de sangre, descendientes de los mismos duros antepasados adoradores de Wotan (Odín)".

     Un desastre de enormes proporciones, acompañado de terribles maremotos, habría destruído la morada de los dioses. El hecho es recogido en las tablillas sumerias: "Aquel día remoto, aquella noche remota, aquel año, aquel año remoto... Cuando ocurrió el Diluvio". Atrahasis, protagonista de la epopeya babilónica del Diluvio, relató aquellos acontecimientos. Los dioses habrían huído y sus descendientes se habrían dispersado por la Tierra, pero su huella reaparecería inmediatamente después de la catástrofe. Hay rasgos comunes en civilizaciones prácticamente contemporáneas a la sumeria, situada en las tierras regadas por los ríos Tigris y Éufrates, tales como la egipcia, en las orillas del Nilo, la cultura de Mohenjo-Daro, en el valle del Indo, y otras muchas por todo el mundo, como Tiahuanaco en los Andes.

     Los mitos y leyendas de la Antigüedad recuerdan a una antigua tierra mágica, origen de la Humanidad, y que podemos identificar como la antigua civilización de Hiperbórea, supuesta patria original de los arios. En el Tíbet, antes de ser invadido por los chinos, eran guardados en los templos una serie de viejos manuscritos que se referían a ese pasado remoto. Los arios de la India nos dicen que el continente ártico, hace milenios, era un lugar de clima templado y con una Naturaleza exuberante. Y afirmaban que Hiperbórea, tierra mágica liberada del tiempo, fue creada por una raza superior: los hiperbóreos. Según la mitología, su civilización participaba del conocimiento trascendente y la habían creado "dioses" venidos de las estrellas. Se les llamaba "ariyas", de donde proviene la palabra "ario", que significa "iluminado". El origen de Hiperbórea se genera en tiempos remotos, cuando se dice que en el cielo hubo una confrontación entre Yahvé y las huestes de Lucifer. A consecuencia de esta confrontación el espíritu quedó encadenado a la materia, creándose un linaje de "semi-dioses". Estos seres se hallarán desde entonces entre dos mundos y en medio de una terrible confrontación cósmica. Tratando de ayudar a sus hijos semi-divinos, los Dioses crean Hiperbórea, un territorio desde el que intentan liberarlos de las cadenas de la materia.

     Estos mismos mitos explican que Hiperbórea estaba situada más allá del océano boreal y aislada del resto del mundo por una muralla mágica de hielo. En otras versiones la muralla mágica era de piedra, similar a las construcciones ciclópeas del mundo antiguo. Gracias a esta separación, se decía que la pureza racial no estaba amenazada y podían vivir en perfecta armonía. Cuando los dioses hiperbóreos partieron nuevamente más allá de las estrellas, dejaron en la Tierra un objeto sagrado: el Grial. Este objeto, que se dice es la esmeralda de la corona de Lucifer, tiene la virtud de permitir a los espíritus caídos mantener el vínculo con el mundo de los dioses.

     Tras un enorme cataclismo planetario, Hiperbórea desapareció, y la eterna primavera ártica dio paso a un clima gélido e inhabitable, por lo que los sobrevivientes tuvieron que emigrar hacia el Sur, hacia Escandinavia. Pero algunos arios emigraron hacia Asia, fundando la legendaria civilización del Gobi. Los innumerables restos de fauna congelada en las islas árticas, hoy inhabitables, como la isla de Vrangel, al Norte de Siberia, en pleno Océano Ártico, así como los yacimientos de carbón de las islas árticas como Spitsberg, en Noruega, son la demostración de que en otro tiempo aquellas tierras polares, hoy inhabitables, fueron lugares de Naturaleza exuberante. De esta manera, la patria original de los arios fue sepultada por los hielos polares.

     El escritor chileno Miguel Serrano estudió el origen de los arios, llegando a la conclusión de que el Génesis bíblico en realidad es un relato atlante. Según afirma, la mitología griega se refiere al origen del Hombre explicando que "al principio, un hombre surgió de la tierra. Se llamaba Evenor y desposó a Leucipe. Tuvieron una hija, Clito. De ella se enamoró Poseidón". Poseidón, como representante de una raza divina, habría cohabitado con las "hijas de los hombres". De esta forma se engendraron los héroes semi-divinos de la mitología: "En verdad, los dioses griegos son los héroes y reyes semi-divinos de la Atlántida-Hiperbórea. Poseidón y Clito dan a luz las cinco parejas de gemelos de los diez reyes de la Atlántida. Los Dióscuros, Cástor y Polux son una de estas parejas. También lo sería Jasón. Por lo menos es un rey del Grial, como Hércules". Serrano llega a la conclusión de que existen varias Humanidades: La Humanidad divina de los hiperbóreos, la semi-divina de los héroes descendientes de los cruzamientos de "dioses" con humanos, y la de los humanos.

     Platón, al tratar sobre la destrucción de la Atlántida, posiblemente se refería a una catástrofe acaecida con mucha posterioridad a la inmensa tragedia que afectó a Hiperbórea, en que parece ser que los divinos hiperbóreos se salvaron viajando temporalmente a otros planetas, tal vez Venus, Marte o Luna, en sus vimanas o "discos volantes". Cuando, al cabo de mucho tiempo, los "dioses", entre ellos Lucifer, regresan, lo encuentran todo cambiado. En la superficie terrestre había nuevos seres y, según las leyendas, los "dioses" se cruzaron con los "hijos de la tierra", transfiriéndoles "la esencia o fuego de los dioses", tal como se explica sobre Prometeo. En la mitología griega, Prometeo es un Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los Dioses en el tallo de una planta y darlo a los humanos para su uso, por lo que fue castigado.

     Se dice que Lucifer y sus huestes se adentraron en las cavernas de la Tierra Hueca, donde fundaron el reino de Agartha. Al igual que el Libro de Enoc y el Mahabharata, también los Edda, colecciones de historias relacionadas con la mitología nórdica, explican estos mismos hechos. En los Edda, aunque se dice que los habitantes originales del Cielo eran los Ases, ellos no eran las únicas divinidades que las razas nórdicas veneraban, pues también reconocían el poder de los dioses del mar y del viento, los Vanes. Son los ángeles del Libro de Enoc que enseñan a los hombres la ciencia, el arte y la civilización. Los escritos antiguos nos hablan de un conflicto bélico legendario entre parientes de la misma sangre, los Ases y los Vanes, que son los Pandavasy los Koravas en el Mahabharata.

     Los Asesprovienen del monte Elbruz, en el Cáucaso, y son guiados por Odín-Wotan con su hacha mágica. Los Vanes se hallan al Norte. Atlas sería uno de los Vanes. De la unión de Ases y Vanes vendrían los germanos que se dice que guardan en su sangre la memoria de los ancestros hiperbóreos. Aquí puede verse una cierta influencia en las teorías nacionalsocialistas. Eurípides se refería a Hiperbórea como el "País del Ámbar", que es la región situada al Norte, de donde provendrían los arios. Y según Miguel Serrano, los Tuathas de Dannan de la leyenda irlandesa, son los mismos que los germanos identifican como los Ases, que se supone eran extraterrestres descendidos de los astros.

     En el Libro de Enoc aparece el relato en el cual Lamec, padre de Noé afirma: "He tenido un hijo diferente a los demás; no es como los hombres, sino que parece un hijo de los ángeles del cielo". Robert Charroux, escritor francés de realismo fantástico, indica la posibilidad de que Noé fuera unhiperbóreo, ya que su padre lo describe con "la carne blanca como la nieve y roja como la flor de la rosa, y su cabellera blanca como la lana; sus ojos eran hermosos...". Y efectivamente, ése es el aspecto con que se describía a los antiguos hiperbóreos. Según Charroux, hay que tener en cuenta que los nórdicos sitúan la patria de los hiperbóreos, y su capital Thule, en el extremo septentrional donde, se cree, debieron aterrizar los primeros seres llegados de las estrellas. Estos hiperbóreos fueron el origen de una raza "divina" que se hundió con su continente cuando se produjo un gran cataclismo.

     Se considera la esvástica como un signo típicamente ario, con simbología solar. Los arios dibujaron la esvástica allá por donde pasaron en su marcha a través del mundo, tal como puede verse en India o Troya. De esta forma, los arios, en tanto que se alejaban de su lugar de origen, iban llevando su civilización a las diversas partes del mundo, instalándose, levantando Imperios y cruzándose con otras razas humanas. Los primeros arios que se salvaron de la catástrofe, tras la desaparición de la Hiperbórea polar, emigraron con la esvástica dextrógira, en dirección al Gobi, en el Asia Central, en aquella época tierra verde y de grandes bosques, en donde fundaron una gran civilización, cuyos restos aún podrían encontrarse bajo las arenas de los desiertos del Asia central. Esta civilización también desapareció. Y según Miguel Serrano parece que pudo ser debido a una explosión atómica, que produjo el actual desierto de Gobi.

     A esta catástrofe, que afectó a varías regiones de la Tierra, podría referirse la conocida historia bíblica de la mujer de Lot y su conversión en estatua de sal. De aquella antigua migración aria en Asia aún perduran leyendas y conocimientos secretos en los templos del Tíbet, ahora bajo ocupación china. Los arios que más cerca permanecieron de su patria original fueron aquellos que se establecieron en Escandinavia. Esa patria nórdica posterior a la pérdida de Hiperbórea, Escandinavia, será el origen de las últimas migraciones de arios hacia regiones más meridionales de Europa y Próximo Oriente. Así, desde Escandinavia, migrarán los descendientes de los arios que crearían Troya y, posteriormente, el Imperio de Roma.

     Todo parece indicar que los fundadores de las civilizaciones del Asia eran gente de raza aria. Un ejemplo es Irán (Ariana Vaeya), que toma su nombre de sus antiguos conquistadores originales. Hasta 1979, el Sha era el "Señor de los Arios". No es necesario aclarar el origen de la civilización de la India, la cual es fundada y civilizada por los arios provenientes del Norte. También se sabe que hacia el siglo I d.C, el Noroeste de China estaba habitado por gente de raza blanca o "caucásica" que hablaba un idioma llamado tocario. A principios del siglo XX, arqueólogos alemanes y franceses que excavaron en las provincias del Noroeste chino descubrieron los grandes parecidos entre esta lengua supuestamente aislada y los idiomas germánicos y celtas.

     Recientes excavaciones en la provincia de Xinjiang han descubierto cuerpos momificados de gente que vivió allí hace más de 2.400 años. Los cuerpos habían sido preservados increíblemente bien y los arqueólogos apenas podían creer lo que veían: las momias tenían narices largas, cráneos típicos de la raza blanca, pelo rubio o rojizo, labios finos y otros rasgos claramente arios. Una momia de una joven adolescente de pelo rubio se ha convertido en una atracción para turistas. Aparentemente era una princesa de hace unos 3.000 años, ya que fue envuelta en ropas bordadas de lana y cuero junto con bellas joyas, jarros y ornamentos de oro, plata y jade. El doctor Víctor H. Mair, de la Universidad de Pensilvania, dijo: "Debido a que los cuerpos encontrados son sin duda de la familia indoeuropea y porque datan de un periodo lo suficientemente antiguo como para tener relación con la expansión de los indoeuropeos desde su lugar de origen, jugarán un papel crucial en la determinación del lugar de origen".

     Hacia el año 1167 de nuestra era, nació de la tribu de los Kiyad un niño que será llamado Temujin ("El acero más fino"), en el ámbito geográfico por donde discurre el río Onon, al Noreste de Ulan Bator, actual capital de Mongolia, país situado al Norte de China. Su tribu provenía de una unión entre turcos e iranios y, en contra de lo que pueda parecer, no eran parientes de los chinos, sus ancestrales enemigos. Temujin tenía el pelo rojizo, tez blanca, de raza blanca y ojos verdes. En 1206, tras años de duras y sangrientas batallas fraticidas, Temujin y sus hombres salieron victoriosos. El siglo XIII había hecho acto de presencia y era el momento propicio para que todos asumieran los designios de un gran Jan. De esta forma, en 1206 fue convocada la "kurultai" o asamblea de notables mongoles. En ella abandonó su nombre Temujin para asumir el de Gengis Jan, fundador del Imperio más extenso de la Historia. Los nacionalsocialistas, conocedores de que Gengis Jan utilizaba una esvástica en su sello, creían que sus élites no eran de raza mongólica sino descendientes de antiguos atlantes arios.

     Todo esto nos indicaría la presencia de la raza blanca en número importante hasta en el extremo oriental de Asia. Los ainu (palabra que significa "humano" en su idioma) o ainosson, son un grupo étnico indígena en Hokkaidō y el Norte de Honshu, en la parte septentrional de Japón, así como en las islas Kuriles y la mitad meridional de la isla de Sajalín en Rusia. Son también conocidos como Ezo o Yezo en japonés antiguo, y como Utari (palabra que significa "camarada" en idioma ainu) que es como hoy en día son llamados. En la actualidad, hay unos 15.000 japoneses de esa etnia. De orígenes muy antiguos, a los ainus se les ha atribuído ancestros de tipo caucásico o australoide. Los ainos habitaban las actuales islas del Japón antes que los de raza mongólica. De hecho, en la raza del Japón actual, aún pueden apreciarse rasgos raciales que indican algún mestizaje con esta raza blanca.

     Según Charroux, los "gigantes" hiperbóreos tendrían actualmente una descendencia en los sumotori, luchadores de sumo, que en el Japón son personajes sumamente populares, situados en la jerarquía inmediatamente después de los dioses y el emperador. Los aínos son blancos caucasianos, que habrían emigrado a través de Siberia. Su dios Kamu englobaba el Sol, el viento, el océano y el oso. Estos montañeses, contrariamente a los de origen mongólico, eran velludos, fuertes y de piel sonrosada, bebedores de alcohol caliente y formidables luchadores. Los demás japoneses, de tez cobriza, serían originarios de las islas polinesias, de Malasia y del Sur de China. En su proceso de decadencia, los aínos habrían sido derrotados.

     Todavía hoy en día, podemos ver esculpidos rostros de origen ario en lugares tan remotos como las estatuas megalíticas de la isla de Pascua o en las ruinas de Zimbawe, en África, construcciones de piedra que fueron edificadas por culturas de las que ya se ha perdido la memoria. En Norteamérica, hallamos también numerosos restos de la presencia de arios, como entre los indios Mandan, en Missouri, los megalitos de estilo celta y torres redondas en Nueva Inglaterra, las ruinas vikingas en Newfoundland, las inscripciones rúnicas en Dighton Rock, Conecticut y en Minesota. En todo el área de Centro y Sudamérica, hallamos leyendas referentes a "dioses blancos", leyendas basadas en hechos históricos reales. Y es que la presencia de hombres de raza blanca en América con anterioridad a la llegada de los españoles está documentada en las mismas crónicas de los conquistadores españoles, quienes se encontraron con individuos y pueblos enteros de raza blanca, y es aún observable en diversas regiones indígenas, como por ejemplo, en la región andina peruana de Chachapoyas.

     En esta región montañosa situada en las fuentes del Amazonas, a más de 2.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, libre ya de los terribles calores y mosquitos tropicales y en un ambiente fresco y verde, en la actualidad existen aún lo que se conocen como "gringoitos", personas de rasgos europeos y cabellos rubios, que no provienen de colonos europeos sino que su presencia en la región está documentada como anterior a la conquista española. Ya los conquistadores españoles hicieron mención en sus crónicas a estos blancos de Chachapoyas, y especialmente a la belleza de sus mujeres. En una crónica se cita el nacimiento de un niño al que los chachapoyas consideraban como hijo de los dioses, por ser tan rubio y tan blanco que aun era difícil encontrarlos así en la misma Europa. El cronista Cieza de León recoge algunas notas pintorescas sobre los chachapoyas: "Son los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas que por serlo, y por su gentileza, muchas de ellas merecieron ser de los incas y ser llevadas a los templos del Sol [...] andan vestidas ellas y sus maridos con ropas de lana y por las cabezas solían ponerse llautos, que son señal que traen para ser conocidas en todas partes".

     Los españoles que conquistaron América definieron a los chachapoyas como blancos, rubios y de elevada estatura, por lo general un palmo más que los mismos españoles. Los chachapoyas blancos recordaban la memoria de que sus antepasados provenían del Este, donde está la región selvática del Amazonas y más allá el Atlántico. Entre las representaciones que han quedado escritas en diversos edificios, podemos ver dibujos y figuras representaciones de barcos de grandes proporciones, lo que nos da a entender que los primeros chachapoyas bien podían haber llegado desde Europa a América vía marítima. Siguiendo las corrientes oceánicas, desde el Oeste de África habrían llegado hasta las costas de Sudamérica, para, remontando el curso del río Amazonas en barco, finalmente instalarse en las más frescas regiones andinas, evitando el calor tropical.

     Los chachapoyas eran unos guerreros muy temidos. Utilizaban hondas como arma y eran maestros en el arte de la trepanación del cráneo, para aliviar la presión craneal, al igual que los celtas. También coinciden con los celtas en que coleccionaban cabezas cortadas de sus enemigos. Construían casas de piedra redondas, con un diámetro de entre 7 y 9 metros, casas idénticas a las celtas. Todavía hoy pueden verse las ruinas de las murallas de su Imperio, muros enormes en elevaciones montañosas que recuerdan fortalezas europeas. Unas esculturas de rasgos indoeuropeos, halladas entre barrancos en las montañas, son muy similares a las que encontramos más hacia el Oeste, en el Océano Pacífico, en la isla de Pascua.

     Cuando el conquistador español Orellana, remontando el río Amazonas, llegó a las inmediaciones de la actual Manaos, los indios de la región le hablaban de unos hombres blancos, altos y rubios que vivían en ciudades más allá de la selva y que guardaban inmensos tesoros. Más adelante, los conquistadores españoles se encontraron con una delegación de unos hombres blancos rubios y altos, bien vestidos y de formas educadas, quienes preguntaron a los españoles sobre la intención que tenían. Los españoles les dijeron que buscaban convertir la región al cristianismo y someterlos a la corona de Castilla. Se despidieron y nunca más volvieron a encontrarlos. ¿Podían haber sido unos enviados chachapoyas, o tal vez de algún otro centro poblado por blancos?. ¿Cuál es el origen de los primeros chachapoyas blancos que llegaron a América mucho antes de la llegada de los españoles?. ¿Qué hacían en aquella región?. Si nos centramos en los actuales descendientes de los chachapoyas blancos, vemos cómo entre ellos predominan aún rasgos raciales nórdicos, cabellos rubios, ojos claros, piel blanca rosada o pecosa, pese a que el mestizaje amerindio se halle muy introducido. Si bien, ateniéndonos a la historia oficial, nos puede parecer un misterio, esto nos demuestra que América fue conocida y habitada de muy antiguo por pueblos arios, quienes, tal vez, fueron los descendientes de los "dioses blancos" creadores de los antiguos Imperios.

     Seis siglos antes de Cristo, surge en el Norte ario de la India el budismo. Según diversos estudiosos, Buda fue un "iluminado", un "arya" que respondía al nombre de Siddharta, un hombre de raza aria que se mantuvo fiel al código de honor y lealtad de los antiguos hiperbóreos que antaño habitaban Thule, y que vino a denunciar la creciente degeneración del brahmanismo de su época. El barón Julius Évola, esoterista, ideólogo de la Derecha italiana e investigador del budismo, nos dice que, en su forma original, el budismo es de espíritu puramente ario y proporciona una visión anterior a la Humanidad actual. Como vemos, es indiscutible que la ideología nacionalsocialista tiene su origen, además de en los antiguos mitos y relatos nórdicos, en las lejanas tierras del Asia, donde se hallan numerosas representaciones de esvásticas desde hace miles de años, y en las civilizaciones mágicas de la antigüedad. Es más, según la interesada interpretación nacionalsocialista del budismo, éste propondría una clara división entre los arios ("iluminados") y las otras razas, incapaces por sí mismas de alcanzar la verdadera sabiduría y el conocimiento.

     En el corazón del Asia hallamos las montañas más altas del mundo y una inmensa meseta, el Tíbet, situada a una media de más de 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. La guerra mágica que movió los hilos de la Historia hizo que las relaciones entre la Alemania nacionalsocialista y el Tíbet fueran más allá de la mera rutina diplomática. Durante el Tercer Reich, Alemania mantuvo en el Tíbet diversos delegados y observadores, y la celebrada expedición SS de 1938-1939 realizó multitud de estudios sobre las más diversas cuestiones. Himmler trataba de verificar la hipótesis de que tras el hundimiento de la Atlántida, el Tíbet fue habitado por atlantes Blancos y que en ese lugar del mundo aún es guardado el conocimiento de los antiguos y las entradas a su "reino subterráneo".

     En el Tíbet se conserva el mito ario que habla de reinos ocultos, principalmente subterráneos, conocidos como Agartha o Shambhala. Existen tradiciones que afirman que Shambhala sería la capital del reino de Agartha de la misma manera que Thule es la capital de Hiperbórea. Sir Edward Bulwer-Lytton, diplomático y miembro de la sociedad secreta Golden Dawn, escribió en 1871 una novela titulada "La Raza Futura". En esa obra se narra la aventura de un pueblo (los Vril-ya) que emerge del reino subterráneo, en el cual se había exiliado tras un cataclismo en la superficie de la Tierra, y que dispone de una fuente de energía denominada vril. En dicha novela también se menciona la guerra entre razas y se considera a los habitantes de ese mundo subterráneo como descendientes de los arios originales.

     Según esta tradición extendida por toda Asia, ese pueblo vive en el interior de la Tierra y es superior, en todos los niveles, a los hombres de la superficie. Además, se identifica con propósitos benéficos y estaría regido por el "Rey del mundo", siendo depositario de legendarias civilizaciones desaparecidas, como Hiperbórea, Lemuria, Mu y Atlántida. René Guénon (Abd al-Wâhid Yahyâ), matemático, filósofo y metafísico francés, convertido al Islam, en su obra El Rey del Mundo examinó las diversas tradiciones religiosas que confirman la idea de que las culturas posteriores tienen un origen ario. Por otra parte, para algunos ocultistas, la esvástica es el gran símbolo del reino subterráneo, que sería recogido por las tradiciones iniciáticas orientales y occidentales, y, sobre todo, por el budismo y el hermetismo.

     En esta interpretación, dicho símbolo recrea la rotación del Universo en torno a un centro fijo generador del movimiento. En esta misma línea se pronuncia Helena Blavatsky, escritora, ocultista, teósofa rusa y fundadora de la Sociedad Teosófica, y otros ideólogos que mostraron gran interés por Agartha y que despertaron el interés del nacionalsocialismo. Durante el Tercer Reich se enviaron diversas expediciones al Tíbet en busca de dicho reino subterráneo, y aún hoy continúa ejerciendo una gran fascinación el documental El Secreto del Tíbet, basado en una expedición alemana al Tíbet, que sigue siendo un indiscutible testimonio de unos años en que el Tíbet era un lugar desconocido para el resto del mundo. El propósito original de esas expediciones fue muy similar al que motivó la supuesta expedición a Tiahuanaco, que se basaba en la creencia de que las montañas más altas del mundo podrían haber sido el refugio, tras el diluvio, de una raza aria primigenia proveniente de la Atlántida.

     Según el mito de Agartha, los arios primigenios habrían creado reinos subterráneos en los que seguirían conservando los secretos antiguos. Esta idea vino avalada por el ingeniero ruso Ferdinand Ossendowski, quien, en su libro Bestias, Hombres, Dioses describe cómo en su huída de los bolcheviques a través de Asia central, tuvo noticia del reino subterráneo de Agarthi, lugar en que se habrían refugiado los supervivientes de grandes continentes hundidos y que sería la sede de un Señor del Mundo. El escritor alemán Edmund Kiss se encargaría de vincular el mito de Agartha con la cosmogonía glacial de Hörbiger, el gran "gurú" científico del nacionalsocialismo, quien ya apuntaba a una relación entre la Atlántida y el Tíbet.

     La obra de Hanns Hörbiger es revolucionaria. La Cosmogonía Glacial(Glazial Kosmologie, 1913) es una visión de mundo absoluta y trascendente. Es una concepción del Universo, de la Tierra, de la vida y del espíritu, que responde, básicamente, a tres interrogantes: ¿qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?. Se sustenta sobre dos elementos en combate eterno: la lucha complementaria entre el Hielo y el Fuego, y entre las fuerzas de repulsión y atracción que se generan a partir de esta dinámica. Esta conflagración que rige a los espacios cósmicos y a los cuerpos celestes, rige asimismo a la Tierra y a toda la materia viviente del planeta, determinando de esta manera los patrones cíclicos que se traducen en catastróficos procesos que han asolado al planeta y cuyo recuerdo ha sido transformado en mito y leyendas en distintas regiones del mundo.

     De acuerdo a la Cosmogonía Glacial, en la espiral descrita por las órbitas planetarias de acuerdo a Hörbiger, Marte será próximamente atraído a la órbita terrestre para convertirse en su satélite. Sin embargo, su órbita será mayor y, al final, el planeta rojo se verá absorbido por la atracción del Sol. El paso de Marte significará una grandiosa destrucción de la Tierra, debido al aumento ostensible de la temperatura y a los considerables efectos gravitacionales. Tras un ciclo, la Tierra se transformará en un planeta de Hielo, que asimismo será atraído al Sol, junto a otros cuerpos de naturaleza similar, los que se fundirán en la masa ígnea solar hasta que estalle, y de esta manera, todo el proceso cósmico se reiniciará una vez más.

     La expedición alemana al Tibet logró crear una actitud positiva respecto a la Alemania nacionalsocialista por parte de los tibetanos. Bajo el lema del "Encuentro de la esvástica occidental con la oriental" lograron establecerse contactos políticos de alto nivel con el gobierno tibetano que se manifestaron, entre otros, en la declaración oficial de amistad que Qutuqtu de Rva-sgren, el regente tibetano, puso por escrito a la atención del "notable señor Hitler, rey de los alemanes, que ha conseguido hacerse con el poder sobre el ancho mundo". También en el documental se ve una larga cola de tibetanos que acuden a ofrecer regalos a "los primeros alemanes que son recibidos aquí", lo que no es del todo cierto, ya que Schäfer había participado anteriormente en dos expediciones al Tíbet realizadas por un equipo germano-estadounidense.

     Nimrod de Rosario (alias de Luis Felipe Moyano) nació en Argentina y vivió en la Antártica más de un año. Elaboró un cuerpo de sabiduría gnóstica pretendiendo explicar absolutamente todo lo que existe, existió y existirá. Practicó el tantrismo alquímico y utilizó terminología del psiquiatra suizo Jung, que se manifiesta con su frase: "Donde Jung concluyó, comencé yo". Relata la conspiración urdida por Schäfer en su expedición al Tíbet sirviendo a los intereses de Shambhala. Su expedición al Tíbet regresó con el Kangschur, un conjunto de sagradas escrituras tibetanas de 108 volúmenes. Además, sus jefes recibieron el ritual del Tantra Kalachakra. Dicho ritual es la "iniciación suprema" del budismo tibetano. Esta iniciación vincula a Shambhala en el momento de la lucha final entre las fuerzas del bien y del mal.

     Entre los nacionalsocialistas que se aventuraron por las altas regiones del Himalaya y el Tíbet, encontramos en lugar preferente a Heinrich Harrer, montañista, deportista, geógrafo y escritor austriaco, quien narra sus aventuras en su libro "Siete Años en el Tíbet", en que se basa la película del mismo nombre. Harrer fue detenido el año 1939 en la India, justo al empezar la guerra, y, finalmente, tras varios intentos, consiguió fugarse del campo de concentración donde estaba detenido por los ingleses, alcanzando el Tíbet en Mayo de 1944. Gracias a los delegados alemanes que permanecían en Lhasa, Harrer pudo establecer contacto con las autoridades tibetanas, llegando a convertirse finalmente en instructor y hombre de confianza del Dalai Lama. Harrer pertenecía a la Orden Negra de las SS desde 1938, y era miembro de los wandervogel o "pájaros errantes". Este era un movimiento juvenil que predicaba el retorno a la Naturaleza y un estilo de vida alejado del entorno urbano, por lo que muchos de sus miembros eran montañistas y escaladores.

     Cuando los ingleses lo detuvieron en la India, Harrer estaba junto a otros camaradas en una expedición para alcanzar la cumbre del Nanga Parvat, una montaña del Himalaya de 8.126 metros de altitud, situada en el actual Pakistán. Un año antes, en 1938, cuando ya era un miembro SS, Harrer y otros tres escaladores del mismo cuerpo ascendieron por primera vez la cumbre del Eiger (Suiza) por la cara Norte. La aventura se considera aún hoy en día una hazaña del alpinismo. Durante los tres días que duró la ascensión, Hitler estuvo informado de los progresos de la expedición y, tras su brillante resultado, quiso conocer a los protagonistas. Aunque nunca se haya declarado oficialmente, se han citado documentos desclasificados tras la guerra según los cuales en el búnker de Berlín se hallaron varios cuerpos con rasgos tibetanos, lo que vendría a demostrar que la relación con el Tibet tuvo gran importancia para el Tercer Reich.

     La esvástica es el símbolo considerado por muchos investigadores como el más antiguo de los empleados por los hombres. Está extendido por todo el planeta, y es conocido su uso en civilizaciones como los indo-arios, chinos, japoneses, hindúes, mongoles, celtas, aztecas, vascos y muchas otras. Su significado más antiguo es el del símbolo del Sol nórdico, y era objeto de culto y respeto, siendo signo de los arios. Está vinculado al mundo mágico, espiritual y a los "dioses cósmicos" como Shiva, dios indo-ario que tenía en sus representaciones inscrita la esvástica y que es portador de la misma energía universal que porta Odín o Wotan (llamado Odín en Escandinavia y Wotan en Germania). La cruz gamada significa "la gran rueda del llegar a ser", rueda que gira irresistiblemente sobre su propio centro inmutable marcando su destino, su manifestación espacio-temporal.

     La esvástica sinistrógira o levógira, orientada hacia la izquierda, que es la que adoptaron los nacionalsocialistas, se dice que simboliza el camino de retorno hacia el origen, hacia Hiperbórea. Según Miguel Serrano, la esvástica es un signo del Sol nórdico de origen ario, post-hiperbóreo. Tras la desaparición de Hiperbórea y la desviación del eje terrestre, comenzaron las estaciones. Y los arios hiperbóreos aportan este signo de origen rúnico de la runa Gibur, representando el Sol promotor del Año Terrestre y del movimiento de las cuatro estaciones. Así, los cuatro brazos de la esvástica representarían la primavera, el verano, el otoño, el invierno y su movimiento, desde el centro fijo e inmutable dentro del círculo del año. Los alfabetos rúnicos son un grupo de alfabetos que comparten el uso de unas letras llamadas runas, que se emplearon para escribir en las lenguas germánicas en la Antigüedad y la Edad Media, antes y también durante la cristianización, principalmente en Escandinavia y las Islas Británicas, además de la Europa central y Oriental.

     Según los esotéricos nacionalsocialistas, cuando se mueve hacia la derecha —esvástica dextrógira— se representaría la pérdida de la Edad Dorada, tras el hundimiento de Hiperbórea, con el desvío del eje terrestre. Según explica Miguel Serrano, esta esvástica dextrógira simboliza el éxodo o migración Polar de los semi-divinos arios hiperbóreos y la variación del movimiento giratorio de la Tierra sobre sí misma. Puede comprobarse esta variación en las conchas de caracoles marinos y de algunas piedras de gran antigüedad, encontradas en la Antártica, cuyas espirales están girando en dirección contraria a la rotación actual de la Tierra. La esvástica dextrógira está girando en la dirección de las agujas del reloj y de la Tierra actual. La esvástica levógira, que eligieron los nacionalsocialistas como su símbolo, gira en dirección inversa a las manecillas del reloj y de la rotación de la Tierra actual. Esta esvástica levógira representa el regreso a la remota Hiperbórea.

     Entre los extraños comportamientos nacionalsocialistas, se afirma que la guerra esotérica de Hítler fue hecha para conseguir el retorno a la Hiperbórea extraterrestre, con el fin de cambiar la faz de la Tierra. También la religión Bo, del antiguo Tíbet, anterior al budismo mahayánico, tenía como emblema la esvástica levógira. Pero en cualquiera dirección que se represente la esvástica, es originalmente un símbolo rúnico de los pueblos nórdicos, con sus héroes de origen divino. El mismo dios Thor, "dios de la fragua y de los herreros", representante por excelencia de la mitología nórdica, porta el martillo con la esvástica, con el que protege a los hijos del Sol Negro. Se hace notorio recordar la enigmática celebración nacionalsocialista del solsticio de verano, momento de la victoria de la luz del Sol sobre las tinieblas, o de "los hombres del Sol sobre los de las tinieblas".

     Respecto al águila imperial nacionalsocialista, Alfred Rosenberg, colaborador de Hitler y responsable de los territorios ocupados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, afirmaba que los "aryas" situados en las más elevadas mesetas y regiones del Asia Central hicieron del "ave de las cumbres (el águila) el rey de las montañas... aquel que puede mirar el Sol de frente, cara a cara...". El Águila del Imperio, portadora del signo del Imperio (la esvástica) y situada sobre el estandarte nacionalsocialista alemán es el mismo símbolo que utilizaban las legiones romanas y las tropas napoleónicas.

     El emperador Juliano, el "último emperador romano", tuvo una visión la noche antes de morir a causa de una herida de guerra en Persia: vio el Águila del Imperio de Roma (signo de Zeus-Júpiter) que volaba hacia Oriente, para refugiarse por casi dos milenios en las montañas más altas del mundo (el Himalaya). Transcurrido el tiempo indicado, el águila volvía a Occidente portando el símbolo sagrado (la esvástica). Es éste el contexto en el que debemos hallar el significado del águila nacionalsocialista trayéndonos la esvástica desde las montañas más altas del mundo. De esta forma, los nacionalsocialistas pretendían ser los depositarios de la tradición imperial, reivindicando el derecho de ser legítimos herederos del Imperio Romano y del águila de Zeus-Júpiter.

     Algunos opinan que el alfabeto rúnico se desarrolló tomando como base el griego, pero otros investigadores han hallado evidencias de una escritura pre-rúnica muy antigua que data de finales de la Edad del Hielo. El alfabeto rúnico tiene 24 letras, y cada letra tiene en sí misma un significado mágico y místico simultáneamente. El conocimiento de las runas lo consiguió Wotan (Odín) colgándose por nueve días en el árbol cósmico (Yggdrasil) e hiriéndose con una lanza en el costado, en lo que es una práctica iniciática claramente chamánica. Proyectadas en rituales mágicos, los antiguos germanos dotaban a las runas de grandes poderes.

     Yggdrasiles un fresno perenne: el árbol de la vida o fresno del universo, en la rica mitología nórdica. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos: Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspelheim, Svartalheim, Alfheim, Vanaheim y Jötunheim. De su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mímir. A los pies del árbol se encontraba el dios Heimdall, que era el encargado de protegerlo de los ataques del dragón Níðhöggr y de una multitud de gusanos que trataban de corroer sus raíces y derrocar a los dioses a los que éste representaba. Pero también contaba con la ayuda de las nornas que lo cuidaban, regándolo con las aguas del pozo de Urd. Un puente, el Bifröst, el arco iris, unía el Yggdrasil con la morada de los dioses, y todos los dioses cruzaban por él para entrar en el Midgard. Yggdrasil rezuma miel y cobija a un águila sin nombre que entre sus ojos tiene un halcón que se llama Veðrfölnir, a una ardilla llamada Ratatösk, a un dragón llamado Níðhöggr y a cuatro ciervos, Dáin, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór. Cerca de sus raíces habitan las nornas.

     Tácito describió en su obra "Germania" una práctica oracular basada en varas de madera con unos grabados que eran runas. Debidamente ritualizadas, las inscripciones rúnicas en espadas u otros objetos los dotaban de un poder excepcional. Sobre las runas de las SS nacionalsocialistas, su origen se sitúa en los antiguos guerreros germánicos, los cuales esculpían los signos rúnicos sagrados en la vaina de las espadas que utilizaban en el combate. Se les atribuía a estos signos un valor mágico de sabiduría, protección y poder, siendo grabadas también en los navíos y los lugares solemnes para dar seguridad y estabilidad al pueblo. Los SS se identificaban con estos guerreros germánicos teutones y con su mitología por ser guardianes ancestrales de la perdida Hiperbórea.

     El barón Sebottendorf, fundador de la Orden de Thule, que influyó en la génesis del nacionalsocialismo, consideraba que las runas constituían "el poder esotérico primigenio". Rudolf J. Gorsleben, investigador próximo a la ideología nacionalsocialista, trató de reconstruír la ciencia espiritual de las runas y de sus poderes mágicos como conductoras de la energía que anima el universo entero e influye en el mundo material. Según afirma, las runas son el vínculo entre el macrocosmos y el microcosmos del hombre ario, posibilitando la unión mística con los dioses. Asimismo considera que la más sagrada de todas las runas sería Hagal, que se hallaría presente en el hexágono, la flor de lis de la heráldica, e incluso en la pirámide de Keops, ya que la civilización aria primigenia había sobrevivido bajo diversas formas culturales. Gorsleben también afirmaba que las distintas formas de cristalización mineral serían proyecciones sólidas y geométricas de las runas, su materialización cósmica.

     Guido von List, que se dedicó al estudio del significado de la sabiduría oculta relativa a los arios, sufrió once meses de ceguera transitoria, y afirmaba que durante esa época su ojo interior le hizo vislumbrar lo que el llamaba religión germánica y el origen de las runas, revelaciones a partir de las cuales trató de reconstruír la lengua aria primigenia que, según afirmaba, dio lugar a todas las demás. Afirmaba que este lenguaje es un lenguaje mágico en el cual cada palabra tiene un poder vinculado a un principio absoluto.

     List interpretó, por una parte las letras y sonidos de las runas y, por otra, las inscripciones y emblemas antiguos, y expuso sus resultados en El Secreto de las Runas (1907). El ocultismo rúnico surgido de este trabajo constituyó la principal clave del esoterismo de List. Karl Maria Wiligut, conocido en algunos entornos nacionalsocialistas como el "Rasputín" de Himmler, aseguraba haber recibido sus conocimientos ocultistas de su abuelo. Para Wiligut las runas contienen en su código cifrado la historia entera de la creación del hombre, originada en tiempos inmemoriales en los territorios del Polo Norte, que constituirían la antigua Hiperbórea. Allí había residido una raza etérea y luminosa de profundísima sabiduría que, sin embargo, habría ido degenerando con el tiempo. En la actualidad sólo los iniciados tienen acceso al misterioso lenguaje de las runas, accesible a través de claves secretas, que obtuvo notable popularidad a comienzos del siglo XX, especialmente durante la Primera Guerra Mundial.–






James Thornton - Aspectos de la Crisis de Inmigración

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     Del sitio library.flawlesslogic.comhemos tomado para presentar en castellano el siguiente artículo del ex-sacerdote estadounidense (católico Ortodoxo) James Thornton, de quien ya presentamos hace tres meses otro artículo. En éste de ahora, sin indicación de fecha pero aparentemente de 1996 o poco más, el autor analiza los graves efectos del pernicioso y antinatural asunto de la inmigración masiva, sobre todo de gente no tradicionalmente europea, en Estados Unidos, permisividad que derivaría filosóficamente (juntamente con la traicionera Ley de Inmigración de 1965) de los ideólogos del período de la Ilustración francesa, cuna de tantas Revoluciones posteriores, al proponer nuevos conceptos del ser humano, falazmente considerado entonces como culturalmente equivalente en cualquier ámbito, y cuyo actual promotor, de dicha opinión, es "el repugnante y funesto movimiento conocido como multiculturalismo", según dice el autor.


Aspectos de la Crisis de Inmigración
por James Thornton



     En una parte de una muy buena colección de [cuatro] ensayos del filósofo español José Ortega y Gasset, publicada en inglés hace cincuenta años bajo el título de Concordia y Libertad [1946], leemos acerca de la angustia del estadista romano Cicerón por el hecho de que su país, su amada Roma, estaba profundamente hundido en la crisis —una crisis mortal según resultó— y que el estilo de vida, dado por hecho, que todos los romanos tuvieron durante siglos como parte del orden establecido del universo, se estaba derrumbando y sería pronto una mera acumulación de recuerdos. Entre esos recuerdos, por supuesto, estaban la libertad romana y el famoso sistema republicano romano. Cicerón dio expresión a la creencia de que algo más profundo estaba en la raíz de las mortificaciones romanas, algo que hacía que la crisis que él percibía fuera diferente de la experimentada en perturbaciones anteriores. Los mismos fundamentos de la existencia romana, como ellos siempre habían sido entendidos, estaban amenazados. Como Ortega y Gasset dijo, "lo que Cicerón percibía en su derredor. No una lucha acaso más violenta que las anteriores, dentro del ámbito humano que había siempre sido la sociedad romana, sino la destrucción total de ésta" [1].

[1. José Ortega y Gasset, Del Imperio Romano, 1940. Obras Completas, tomo VI, p. 58, Revista de Occidente, Madrid, 6ª ed. 1964. NdelT].

     Cicerón notó que en el pasado los romanos a menudo discrepaban, e incluso discrepaban fuertemente, pero ésos habían sido choques entre miembros de una gran familia; por así decirlo, entre amigos. Los adversarios en las disputas políticas no eran enemigos mortales, y la amistad continuaba bajo la superficie. "Un desacuerdo era llamado una disputa entre amigos, no una pelea entre enemigos", escribió Cicerón. Esto era así porque, aunque ellos discutieran unos con otros sobre cuestiones transitorias, en el fondo todos concordaban en lo fundamental: las creencias acerca de la vida, acerca del universo, sobre religión, sobre normas morales, sobre principios legales, etcétera. Este acuerdo en lo fundamental, incluso entre adversarios, Cicerón lo llamaba concordia. Bajo todas las formas no despóticas de gobierno, la concordia —el acuerdo en lo fundamental— es obviamente algo esencial. La ausencia de concordia entre los romanos del tiempo de Cicerón, dice Ortega y Gasset, significaba que la estructura interna de la antigua vida romana había sido fracturada más allá del punto de reparación.

     Es sin lugar a dudas evidente que Estados Unidos enfrenta una crisis similar hoy en día, que la gran reserva de concordia que antes bendijo esta tierra está siendo rápidamente vaciada, y que un componente principal en este melancólico proceso es la masiva inmigración desde el Tercer Mundo.

     A menos que nosotros los estadounidenses deseemos unirnos a la legión de civilizaciones extinguidas en la Historia, creo que sobre este asunto de la inmigración debemos ser absolutamente honestos. No debemos permitir que nuestros adversarios elijan nuestras armas y nuestro campo de batalla. Debemos dejar de lado vigorosamente las gafas de color de rosa del sentimentalismo hipócrita y del falso humanitarismo que son promovidos en los medios de comunicación. Debemos desechar todas las vacías perogrulladas de políticos egoístas, las acusaciones gratuitas de "intolerancia" y "racismo", y el grito chillón de grupos especiales de presión. Como estadounidenses patrióticos, debemos ser verídicos entre nosotros mismos. Debemos procurar entender lo que la inmigración debería ser y lo que no.

     Antes de hace treinta años atrás, los inmigrantes que venían a este país eran en su mayor parte atraídos por el renombre de Estados Unidos como una tierra de libertad y oportunidades. Las leyes y las costumbres que entonces prevalecían requerían inmigrantes que buscaran sus destinos individuales mediante su propia labor y determinación. Lo que llamamos "redes de protección" eran inexistentes para los inmigrantes antes de 1965, y de esa manera la emigración a Estados Unidos era rara vez una cosa fácil. Visto en conjunto, la inmigración de viejo estilo era en gran parte un factor positivo para este país.

     La Ley de Inmigración de 1965 fue una dramática ruptura con el pasado. Ella deliberadamente ignoró la deseabilidad de mantener la composición existente, predominantemente europea, del país; ignoró cuestiones acerca de la capacidad de los inmigrantes para asimilarse exitosamente en la corriente principal estadounidense, e ignoró los enormes problemas que probablemente surgirían por un aumento del delito, la pobreza, la enfermedad y los conflictos étnicos. Todo esto fue hecho entre muchas estadísticas engañosas y muchas garantías vacías de los medios liberales de comunicación y de los políticos. Mientras que, previamente, a los inmigrantes del Tercer Mundo se les permitía entrar en el país sólo en cantidades muy pequeñas, la ley de 1965 favoreció de manera abrumadora al Tercer Mundo.

     Los estadounidenses están pagando un alto precio por la irresponsabilidad de los políticos liberales que tramaron la Ley de Inmigración de 1965, que permite que aproximadamente un millón de personas, casi enteramente del Tercer Mundo, emigren legalmente a Estados Unidos cada año. Consideremos algunas de las muchas formas en que los estadounidenses pagan, tanto en dólares como en costos sociales negativos. Según el profesor Donald Huddle de la Rice University, después de calcular y descontar los impuestos pagados por los inmigrantes, la inmigración le costó a este país 52.000 millones de dólares sólo en 1994, pagados por el contribuyente estadounidense.

     Desde la aprobación de la Ley de Inmigración de 1965, los estadounidenses, particularmente aquellos de las áreas urbanas, han visto cambios de sus vecindades y comunidades que habrían desafiado la capacidad de la mente para imaginárselos hace 30 ó 40 años. El delito, la guerra de pandillas, los tiroteos arbitrarios, los ataques contra la policía, los disturbios y los conflictos étnicos son omnipresentes. Enfermedades contagiosas que nunca habían existido (o no habían existido durante siglos) en Europa Occidental y Norteamérica han aparecido de repente en nuestro medio. La lucha social y las tensiones políticas abundan. Las leyes, los hábitos y las costumbres de larga data han sido exitosamente desafiadas y socavadas. Los contribuyentes han sido sometidos a enormes nuevas cargas, mientras las agencias de bienestar y los sistemas escolares están desbordados. La inmigración desde el Tercer Mundo no ha enriquecido ni mejorado el estilo de vida norteamericano. Más bien, como veremos, esto es un ataque deliberado contra nuestro país y su estilo de vida.

     Como si esto no fuera bastante, nuevas preocupaciones y horrores están descendiendo sobre los estadounidenses debido a enormes olas de inmigración ilegal (1,5 a 2 millones de personas por año, según algunas estimaciones, aproximadamente 5.000 cada 24 horas), también el resultado de la singular tontería y egoísmo de los políticos del Gran Gobierno en Washington.

     Cuatrocientos extranjeros ilegales son añadidos cada mes al sistema de prisiones de California. Los extranjeros ilegales representan el 90% del tráfico de narcóticos en Santa Ana, California. Ellos están involucrados en un tercio de las violaciones y en un 25% de los robos en el condado de San Diego. Ellos cometen más de la mitad de los homicidios en el condado de Orange. La asistencia médica total para los emigrantes ilegales cuesta más de 200 millones de dólares cada año sólo en el condado de Los Ángeles, lo que no es sorprendente puesto que en aquel condado el 80% de los nacimientos totales en hospitales financiados públicamente corresponde a residentes ilegales. Otros 100 millones de dólares en gastos añadidos dentro del sistema de justicia penal vienen de la invasión inmigratoria. A nivel estatal, el costo para los contribuyentes por los emigrantes ilegales es superior a 3.000 millones de dólares. No es de extrañar que nuestro pobre "Estado dorado" [California] esté en tal problema.

     Está claro para la gente que tiene ojos para ver y oídos para oír, la gente que piensa con su mente y no con sus glándulas, que la raza humana está dotada con una variedad asombrosa. Las generaciones anteriores de estadounidenses sabían que en la mayoría de los casos, lo que es llamado ahora poblaciones del Tercer Mundo, por su misma naturaleza, son temperamentalmente diferentes de los cristianos europeos que colonizaron Norteamérica, le dieron forma a Estados Unidos, idearon su sistema de leyes y engendraron sus instituciones libres.

     En su composición étnica y cultural, Estados Unidos siempre ha sido predominantemente europeo, y siempre ha sido europeo en su carácter religioso. Las fuentes de nociones fundamentalmente estadounidenses tales como el individualismo, el imperio de la ley, la propiedad privada, la libertad política y el gobierno limitado, por mencionar sólo unas cuantas, se derivan de sistemas de pensamiento filosófico y político que son únicamente europeos, que son en efecto la gloria suprema del hombre europeo. Estos sistemas de pensamiento surgen de una asombrosa síntesis de ideas que no tiene ningún paralelo en el mundo o en toda la Historia fuera de Europa, y que evocan los experimentos de auto-gobierno llevados a cabo por los antiguos griegos. Sin su fundamento europeo, Estados Unidos no habría tenido una Constitución o una Declaración de Derechos, libertad política o individualismo, el imperio de la ley o el concepto del gobierno limitado. Así, nuestra herencia europea no es causa de vergüenza, como a los multiculturalistas les gustaria que fuera, sino de orgullo. Además, es con nuestros antepasados europeos con quienes los estadounidenses tenemos una deuda de gratitud eterna por las libertades que han bendecido nuestras vidas durante más de 200 años. En otras partes, por supuesto, fuera de Europa y Norteamérica, el despotismo ha sido la ley inmutable a través de todas las épocas, y ha sido profundamente inculcado en muchas de las culturas del mundo durante milenios; y la cultura es una de las fuerzas más poderosas en el mundo.

     Ahora, si nuestro estilo de vida nacional y forma de gobierno se derivan de una herencia cultural europea que pertenece a una mayoría de estadounidenses, su preservación depende de la existencia continuada de aquella misma mayoría, una mayoría que comparte un conjunto de creencias y valores básicos, y una común lengua, cultura y experiencia histórica. Usted recordará que Cicerón llamó a aquello concordia.

     Estados Unidos siempre ha tenido pequeñas cantidades de no-europeos viviendo aquí, y esto raramente ha causado problemas, porque la cultura de la mayoría permaneció fuerte e intacta, y permaneció como el criterio para cada uno. Lo que puede ser posible en una escala muy pequeña, sin embargo, no es posible a una escala enorme. Hablando cultural e históricamente, los representantes de culturas diferentes no son intercambiables, y gente no-europea en cantidades enormes simplemente no puede ser asimilada en un ambiente occidental, y, aún en las mejores circunstancias, no pueden absorber las sutilezas y los matices de nuestra herencia.

     ¿Cuáles son algunas de esas sutilezas y matices? Lawrence Auster, el brillante autor de The Path to National Suicide, cita varias. Ellas incluyen, entre otras, que la gente debería estar libre de un control externo; que los individuos deberían ser independientes y que el gobierno local debería tener un alto grado de independencia; que los acusados en un tribunal deben ser considerados inocentes mientras no se demuestre que son culpables y que ellos deben ser protegidos contra la auto-incriminación; que la tradición de la oposición leal gobierna la relación entre las diversas facciones políticas; y que la libertad de expresión permanece como un principio fundamental. Esta lista no es de ningún modo exhaustiva, y muchas otras cosas también podrían ser mencionadas. El punto crucial es que la mayoría de estos conceptos son completamente desconocidos o pobremente entendidos a través de todo el Tercer Mundo, incluso en sus países más prósperos. Algunos de estos conceptos se encuentran exclusivamente en naciones de habla inglesa. Es claro, entonces, que la enorme marejada de inmigrantes desde el Tercer Mundo desbordará pronto el marco más básico sobre el cual fue creado Estados Unidos. Aquellos derechos de que disfrutan los pueblos de todas las razas y orígenes étnicos en Estados Unidos, desaparecerán. Los aspectos lingüísticos, legales, religiosos, morales, culturales y políticos de nuestra herencia y de nuestra existencia diaria serán transformados y alterados total y permanentemente.

     Por eso el manejo de las actuales políticas de inmigración, como si estuviésemos en el contexto de las políticas del siglo pasado [XIX], es fundamentalmente deshonesto. Los inmigrantes del siglo XIX, sobre todo de varias naciones de Europa, en verdad se adaptaron con éxito a la vida en Estados Unidos, asimilaron nuestra cultura derivada de la británica, e hicieron contribuciones en gran parte positivas a nuestro país porque ellos eran europeos, y de modo compartieron, hablando en general, la herencia greco-romano-cristiana que sustenta la cultura de todas las naciones europeas.

     Los no-europeos que vienen a Estados Unidos por motivos económicos y que encuentran la sociedad y la cultura estadounidense muy diferente de la sociedad y la cultura de sus tierras de origen, no sólo dejan de asimilarse sino que tienden naturalmente a tratar de alterar el país que han adoptado de modo que éste se parezca más estrechamente al país que ellos abandonaron, que es por lo cual ellos atacan monumentos históricos como El Álamo, y desprecian a los Fundadores y los héroes del este país como "racistas", "codiciosos acaparadores de tierras", etcétera. Aquella propensión es una función de la naturaleza humana, que fue comprendida, curiosamente, por nuestros ancestros. Respecto a esta tendencia, Thomas Jefferson escribió en 1782: "Ellos [los inmigrantes foráneos] traerán consigo los principios de gobierno que ellos han abandonado, asimilados en su temprana juventud... Ellos transmitirán a sus hijos sus principios, junto con su lenguaje. En proporción a su cantidad, ellos compartirán con nosotros en la legislación. Ellos infundirán en ella su espíritu, torcerán e influirán en su dirección, y la convertirán en una masa heterogénea, incoherente e insana".


     Alexander Hamilton enfatizó su convicción de que es vital un fundamento cultural común. Él declaró: "La seguridad de una república depende de la energía de un sentimiento nacional común, de la uniformidad de principios y hábitos, y de que los ciudadanos se aparten de tendencias extranjeras".

     Hamilton prosigue advirtiendo a los estadounidenses que estén alerta frente a los riesgos inherentes que hay en la inmigración masiva. El mejor curso, él señala, sería "hacer que la gente de este país fuera tan homogénea como sea posible" ya que ello "debe servir, tanto como cualquier otra circunstancia, a la permanencia de su unión y prosperidad". Fíjemonos nuevamente en el tema de la concordia. Hamilton probablemente sacó aquí su idea de su lectura de Cicerón. Sus respectivos entendimientos son prácticamente idénticos. Hamilton habla de homogeneidad y de un sentimiento nacional común, Cicerón habla de concordia y de una unanimidad de opinión en ciertos asuntos de fondo. Esta concordia, escribió Cicerón, es "el mejor vínculo de unión permanente en cualquier república". Y, la concordia, mis amigos, no es posible que exista en Estados multiculturales.

     En otras palabras, mientras más culturalmente parecido es un pueblo, más propicias son las perspectivas a largo plazo para cualquier sociedad o nación. George Washington, Benjamin Franklin, James Madison, John Adams, Fisher Ames, y muchos otros de los Fundadores y redactores de la Constitución hablaron de manera similar. Ninguno sufrió de aquella extraña enfermedad, tan frecuente hoy en día, en la que cualquier cultura de la Tierra —sobre todo la más primitiva— es valorada más altamente que la nuestra propia. Ninguno se sintió inclinado a someterse ante intereses especiales o a actuar servilmente ante ideólogos subversivos que blanden estúpidos garrotes verbales, como la palabra "racista", una palabra completamente carente de significado objetivo, una palabra creada expresamente para silenciar el debate.

     Por el contrario, los Fundadores proclamaron lo que debe ser visto como un consenso sólido sobre dicha materia: la inmigración es un asunto grave, que requiere enorme vigilancia y que posee un auténtico potencial para la calamidad. Más aún, la aseveración de que los límites puestos sobre la inmigración son de alguna manera anti-estadounidenses se ha demostrado como falsa por las mismas palabras de los Fundadores de este país.

     Una de las características más importantes que divide al verdadero conservador del liberal moderno es que los conservadores son capaces de aprender del pasado y de aplicar lo que ellos aprenden al funcionamiento del futuro. Los liberales, a modo de contraste, son totalmente sordos y ciegos tanto ante el pasado como ante el futuro, lo que explica, en parte, su avidez para adoptar, sin la menor inquietud, las fracasadas panaceas y los patéticos errores garrafales de antaño.

     Este moderno modo de pensar liberal es la creación filosófica directa de aquel cuerpo de creencias que surgieron hace dos siglos, durante el llamado período de la Ilustración. En aquel entonces, los filósofos seculares desarrollaron una noción de los seres humanos que era singularmente superficial.

     Además, esos teóricos radicales postularon que el Hombre es fundamentalmente bueno y que es una criatura tan maleable que mediante una ingeniería social podría ser fabricado un "Hombre Nuevo". La Revolución francesa, la Revolución bolchevique, los movimientos socialistas, y el moderno Estado benefactor, todos tienen su fuente en aquellas teorías, y los colosales montículos de cadáveres producidos por muchos de esos experimentos dan un lúgubre testimonio del error y crueldad de aquella escuela de pensamiento. No me extraña que el gran Edmund Burke llamara a los instigadores de esas pedanterías como "Filósofos del Caos". La noción de que pueblos distintos son intercambiables y de que pueden ser forzados a vivir juntos con impunidad también está relacionada con las mismas ideas fantasiosas, y genera las mismas consecuencias trágicas.

     El tradicional punto de vista cristiano reconoce que las personas son naturalmente inclinadas a vivir en comunidades de su propia gente, lo que ahora llamamos naciones. El presidente de la Fundación Estadounidense para el Control de la Inmigración (AICF), John Vinson, observa en un artículo reciente que "Dios aborrece la mezcla de todos los pueblos en un único Estado mundial. Él derrotó tal plan en Babel". Vinson luego dice que Dios mismo "dividió las naciones y puso límites entre ellas", y agrega que "el carácter de nación no es un arreglo humano arbitrario sino un principio del orden divino. La separación de pueblos inmensamente diferentes ayuda a reducir el conflicto y promueve la diversidad fructífera. La inmigración masiva descontrolada destruye el orden de Dios. El amor y la compasión se desempeñan pobremente en el Caos, y también en la tiranía que sigue al caos". De este modo, tal como la oposición a la inmigración sin restricción no es anti-estadounidense, como lo demostramos mediante citas de los Padres Fundadores, del mismo modo hemos mostrado ahora claramente que tampoco es anti-cristiana.

     Cuando se me dice que tal oposición es anti-cristiana, por lo general respondo que no conozco ningún pasaje de la Sagrada Escritura, o ninguna enseñanza en la tradición cristiana, que requiera que una nación cometa suicidio. Las completos disparates que se hacen pasar como cristianismo entre los izquierdistas no provienen de ninguna tradición cristiana sino que más bien son la progenie imbécil del liberalismo, con su dogma hereje de la bondad innata de la Humanidad (el "buen salvaje" y tonterías similares) y su fe en la perfectibilidad terrenal del Hombre. Esto es la falsa religión del humanismo secular adornado con las vestiduras externas de un cristianismo desintegrado, politizado y falsificado, un credo apropiado sólo para gente que ya no cree en una realidad espiritual, quienes ya no poseen ninguna capacidad para el pensamiento crítico, y que carecen de cualquier memoria histórica o sentido histórico en absoluto. Así que no escuchemos más acerca de ninguna exigencia que se le haga a los cristianos para que permanezcan pasivos mientras ellos, y sus familias y sus patrias y su religión y su cultura, desaparecen de la faz de la Tierra. No existe ningún tal requisito.

     Y entonces está claro que los utopistas contradicen la verdad de la religión y la verdad de la Historia, ya que los seres humanos no son naturalmente buenos y nobles y, por ello, las sociedades y las culturas humanas no se relacionan unas con otras de las maneras en que los utopistas sostienen que ellas lo hacen. De hecho, la mayor parte de las sociedades del mundo no son tolerantes, no son caritativas, no son magnánimas, y no son imparciales frente a los representantes de otras culturas que resultan vivir dentro de sus propias fronteras. Los acontecimientos de la Historia así como los de nuestro propio tiempo sirven para demostrar el punto.

     Incluso en este mismo momento, mientras estamos sentados cómodamente en nuestras sillas en nuestros hermosos cuartos, los seres humanos están rompiendo a pedazos las sociedades en las cuales poblaciones culturalmente dispares han sido puestas juntas. La letanía de la catástrofe humana es aparentemente interminable: los crueles conflictos que asedian a Ruanda, Nigeria, Sudáfrica, el subcontinente indio, Rusia y los Balcanes, son sólo las ilustraciones más recientes de aquel fenómeno de grupos culturales hostiles que dan rienda suelta a un impulso tan agudamente descrito por Samuel Francis como "compulsiones secretas por derramar la sangre de los otros". Ése es el horror que los entusiastas de la inmigración y los multiculturalistas están trayendo a Estados Unidos.

     La Historia claramente muestra que las naciones, tanto las antiguas como las modernas, en las cuales la mayoría de los ciudadanos comparten poco excepto la diversidad, sufren de tensas relaciones sociales en curso, agitaciones y caos, que pueden ser mitigados sólo recurriendo a la tiranía.

     Los filósofos utópicos creen que la naturaleza humana es infinitamente cambiable, y que uno puede armar la sociedad en cualquier forma o hechura que uno desee. ¡Eso no es verdad!. No puede haber ninguna verdadera comunidad nacional y, yendo más al punto, no puede haber ninguna libertad en países donde la mayoría de la gente tiene poco en común. La libertad es el producto de la concordiasocial, política y religiosa.

     En relación a las opiniones de los Padres Fundadores, hemos mencionado ya la propensión de los inmigrantes a tratar de cambiar su nueva patria de modo que ésta simule más cercanamente las tierras de las cuales ellos vinieron. Cuando Estados Unidos estaba todavía interiormente robusto, y cuando nuestra creencia en la superioridad de nuestro estilo de vida norteamericano no estaba todavía diluída, a los inmigrantes no se les dio la posibilidad para hacer esto. "Adáptese o váyase",era la actitud vigente en aquellos días. En estos años de cierre del siglo XX no somos tan afortunados. Por ejemplo, ciertas expresiones públicas de devoción religiosa y el despliegue público de símbolos religiosos tradicionales han sido prohibidos por algunos tribunales como "ofensivos" para los nuevos ciudadanos de otros orígenes.

     Las leyes de Acción Afirmativa [discriminación inversa] están siendo usadas en beneficio de los inmigrantes recientemente llegados para forzar el "equilibrio racial" en lugares de empleos y para ampliar los privilegios especiales de los cuales no disfruta la mayoría estadounidense. Muchos extranjeros se han organizado en grupos de presión y organizaciones radicales para hacer campañas a favor de donaciones adicionales y más de los así llamados "derechos".

     Ahora bien, nada de esto habría sido siquiera posible si no fuera por el repugnante y funesto movimiento conocido como multiculturalismo. Lawrence Auster relata que los multiculturalistas ven a los estadounidenses, y a la sociedad norteamericana en general, como intrínsecamente "racistas". Por esta razón, según la opinión de ellos, Estados Unidos sólo puede redimirse cuando deje de existir, es decir, cuando su civilización, y la mayoría europea que creó y fomentó aquella civilización, hayan desaparecido para siempre.

     Ése es su objetivo, verdadero de los políticos izquierdistas y doblemente verdadero de aquellos "conservadores" del Establishmentque apoyaron el NAFTA [Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte] y el GATT [Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio] y que nos traicionan cada vez que la oportunidad se presenta. Éstos son los hombres que, como dijo Samuel Francis, "han olvidado lo que significa la civilización y han llegado a considerar su propia nación como una barrera para ser rota y relegada al olvido".

     En su libro más reciente [1995], titulado La Cuestión Rusa al Final de Siglo XX, Aleksandr Solzhenitsyn, el gran filósofo cristiano e historiador de aquel calvariodel pueblo ruso conocido como Bolchevismo, advierte a sus lectores de un nuevo peligro para todos los pueblos de este mundo. Él dice: "La ola vulgar e insípida que procura nivelar las diferencias entre culturas, tradiciones, nacionalidades y caracteres, ha sumergido al planeta entero". Este mal intenta el reemplazo de la sabiduría de Dios por la del Hombre, y, según Solzhenitsyn, aquellos que sobrevivan serán aquellas personas que "resistan esta embestida, inquebrantables, e incluso con sus cabezas en alto". Él suplica a su propio pueblo que esté entre aquellos que resisten, ya que si ellos no lo hacen, escribe él, entonces «en otro siglo puede llegar el momento para eliminar la palabra "ruso"del diccionario».

     Nuestra tarea, aquí en Estados Unidos, no es diferente y no es menos ardua. Si llegáramos a fracasar —Dios no lo permita— entonces en menos de un siglo llegará el tiempo en que la palabra "estadounidense" pueda ser sacada del diccionario, o si la palabra sobrevive de algún modo, entonces la definición habrá quedado tan fundamentalmente transmutada que habrá desaparecido en su espíritu, si es que no en la realidad.

     Por nuestros maravillosos antepasados que crearon esta tierra gloriosa, por nuestros hijos y los hijos de ellos, por todos aquellos del pasado y del futuro, debemos comprometernos a seguir la advertencia de Solzhenitsyn, debemos resistir esta embestida contra nuestra tradición, nuestra cultura, nuestra civilización cristiano-europea, y nuestro estilo de vida único. Debemos ser absolutamente firmes, como lo fueron nuestros antepasados hace 200 años. No debemos nunca, jamás, retroceder con un miedo cobarde ante las palabras imbéciles que nuestros adversarios lanzan sobre nosotros, como "racista", "intolerante", "fascista", y basuras similares.

     Así como nuestros antepasados fueron despreciadores de las balas y las bombas de sus enemigos —un asunto mucho más serio que meras palabras—, del mismo modo nosotros debemos ser despectivos hacia las tonterías pueriles que nuestros actuales adversarios arrojan contra nosotros. Con la gracia de Dios, con la determinación y ayuda de ustedes, con las cabezas en alto, tomando la armadura del coraje de Washington, Jackson, Lee, Grant, MacArthur, Lindbergh y otros mil héroes —el coraje que está personificado en la misma palabra "estadounidense"—, no es posible que podamos perder, sino que debemos ganar el triunfo final.–





Titus Burckhardt - El Regreso de Odiseo

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     Un fino trabajo de interpretación simbólica y aludiendo a buenas referencias ofrece aquí el tradicionalista historiador y crítico del arte, el suizo Titus Burckhardt (1908-1984). El siguiente breve e interesante ensayo lo hemos traducido de la compilación suya "Mirror of the Intellect: Essays on Traditional Science and Sacred Art", publicada póstumamente en Nueva York en 1987 a base de artículos presentados en periódicos franceses y alemanes. Sabemos que este artículo (como Le Retour d'Ulysse) apareció antes en el libro "Symboles: Recueil d'Essais", editado por el autor en Milán y París en 1980, por lo que su idioma original es el francés. Este mismo libro ("Símbolos") de 9 ensayos fue publicado en castellano en 1992 y luego en 2009 (con cuya traducción concordamos completamente). Titus Burckhardt, hijo de un escultor, fue sobrino nieto de Jacob Burckhardt, el conocido historiador tan elogiado por Nietzsche. A pesar de que el autor usa el nombre latino Ulises, nos parece que el griego Odiseo es lo correcto, y lo original (La Odisea).


EL REGRESO DE ODISEO
por Titus Burckhardt, 1980



     Cada camino que conduce hacia la realización espiritual requiere del Hombre que éste se despoje de su ego ordinario y habitual a fin de que pueda llegar a ser verdaderamente "él mismo", una transformación que no ocurre sin el sacrificio de las aparentes riquezas y de las vanas pretensiones, y así, no sin una humillación, ni sin una lucha contra las pasiones de que está tejido el "antiguo ego". Por eso uno encuentra, en la mitología y en el folklore de casi todos los pueblos, el tema del héroe de estirpe Real que regresa a su propio reino bajo el disfraz de un forastero pobre, o incluso de un juglar o de un mendigo, a fin de que, después de muchas pruebas, pueda conquistar de nuevo la propiedad que legítimamente es suya y de la cual algún usurpador lo había despojado.

     En vez de un reino a ser reconquistado o quizás en paralelo a este tema, el mito a menudo habla de una mujer maravillosamente hermosa quien debe pertenecer al héroe capaz de liberarla de las cadenas físicas o mágicas por medio de las cuales un poder hostil la mantiene prisionera. Si esta mujer, en el mito, es ya la esposa del héroe, se refuerza la idea de que ella le pertenece gracias a una lucha, como también el sentido espiritual del mito según el cual la esposa, liberada de las fuerzas hostiles, es nada menos que el alma del héroe, ilimitada en su esencia, y femenina, porque es complementaria a la naturaleza varonil del héroe [1].

[1] Un caso particular es el mito hindú de Râma y Sîtâ: Sîtâ, liberada de los demonios, es rechazada por Râma a pesar de su fidelidad.

     Encontramos todos estos temas mitológicos en la última parte de La Odisea, en la parte que describe el regreso de Odiseo a Ítaca y a su propio hogar, que él encuentra invadido por jóvenes pretendientes a la mano de su esposa, que malgastan sus posesiones y lo obligan a someterse a toda clase de humillaciones, hasta el momento en que él se da a conocer, no sólo como el señor de la casa sino también como su juez implacable y cuasi-divino.

     También en esa parte de dicha epopeya se incluyen las alusiones más directas a la esfera espiritual, alusiones que demuestran que Homero estaba consciente del significado profundo de los mitos que él estaba transmitiendo o adaptando. Dichas revelaciones son, sin embargo, raras y es como si estuvieran neutralizadas por una especie de tendencia naturalista que procura adherirse a modalidades que son simplemente demasiado humanas. ¡Qué contraste con las grandes epopeyas hindúes como el Mahâbhârata, por ejemplo, o incluso con la mitología germánica, en la cual es precisamente lo improbable, lo excesivo, lo discontinuo, y hasta lo monstruoso, lo que señala la presencia de una realidad trascendente!.

     Los últimos cantos de La Odisea, además, constituyen parte de la narrativa esencial del poema, ya que es como huésped de los feacios que Odiseo relata sus aventuras desde que dejó Troya; y esto él lo hace de tal modo que todas sus andanzas son presentadas retrospectivamente como un largo y penoso regreso a su patria, uno que había sido varias veces retrasado por la insubordinación o la locura de sus propios compañeros, ya que fueron ellos los que, mientras Odiseo estaba dormido, habían abierto los odres en los cuales Eolo, dios de los vientos, había encerrado los vientos desfavorables antes de confiárselos al héroe para que los custodiase. Las fuerzas demoníacas así imprudentemente desatadas arrastraron su oxidada flota lejos de su destino. Fueron también estos compañeros los que mataron a las sagradas vacas del dios Sol [Helios], incurriendo así en su maldición. Odiseo se ve forzado a visitar las regiones hiperbóreas, para consultar allí al fantasma de Tiresias antes de recobrar el camino a su patria. Sólo él se salvó, sin sus compañeros; náufrago y privado de todo, él finalmente alcanza la isla de los feacios, quienes lo recibieron cálidamente. Ellos lo trasladaron a Ítaca y lo depositaron, mientras él dormía, en la costa. Así Odiseo alcanza su muy añorada patria sin saberlo, ya que cuando él despierta no reconoce al principio el país, velado como en una niebla, hasta que Atenea, su protectora divina, levanta la niebla y le muestra su tierra natal.

     En este punto ocurre la famosa descripción de la cueva de las Ninfas, en la cual Odiseo, por consejo de Atenea, esconde los preciosos regalos recibidos de los feacios. Según Porfirio, el discípulo y sucesor de Plotino, esa cueva es una imagen del mundo entero, y veremos en seguida en que está basada esta interpretación [2]. Una cosa es cierta: la visita de Odiseo a la cueva marca la entrada del héroe en un espacio sagrado; de aquí en adelante la isla de Ítaca ya no será simplemente la tierra natal del héroe, sino que será como si fuera una imagen del centro del mundo.

[2] Véase Porfirio, De Antro Nympharum. Versión castellana, El Antro de las Ninfas de La Odisea, Ed. Gredos, Madrid, 2008.

     A pesar de todo, Homero menciona apenas esta dimensión; como siempre, cuando él habla de realidades espirituales, él se expresa mediante alusiones:

     «A la entrada del puerto hay un olivo con largas hojas,
y cerca de éste hay una caverna agradable y sombreada,
sagrada para las ninfas a quienes llaman Náyades.
Y en ella hay platos hondos y ánforasde piedra.
Y las abejas almacenan su miel en ellas.
Hay también grandes telares de piedra allí, donde las ninfas
tejen mantos púrpuras, una maravilla para contemplar,
y aguas siempre fluyentes hay allí. Hay dos puertas,
una hacia el Norte [Bóreas], accesible a los hombres,
y la otra divina es hacia el Sur [Noto], donde ningún hombre puede
aproximarse a ella, sino que es un camino para immortales»

(Odisea, canto XIII, vv. 102-112).

     Según Porfirio, la piedra de que están hechos la cueva y los objetos contenidos dentro de ella, representa la sustancia o materia plástica de la cual el mundo es un espesamiento, puesto que la piedra no tiene ninguna forma fuera de la que se le impone. Lo mismo es verdadero para las aguas que brotan de la roca: ellas también son un símbolo de la sustancia, considerada, en este caso, en su pureza y fluidez original. La cueva es oscura porque contiene al cosmos en potencia, en un estado de relativa indiferenciación. Las ropas que las Ninfas tejen en sus altos telares de piedra son las ropas de la vida misma, y su color púrpura es el de la sangre. En cuanto a las abejas que depositan su miel en cuencos y ánforas de piedra, ellas son, como las Náyades, las potencias puras al servicio de la vida, ya que la miel es una sustancia incorruptible. La miel es también la esencia, o la "quintaesencia", que llena los receptáculos de "materia".

     Como la gran caverna del mundo, la cueva sagrada tiene dos puertas: la del Norte es para las almas que una vez más descienden hacia el Devenir, y la del Sur es para las almas que, inmortales o inmortalizadas, ascienden hacia el mundo de los dioses [3]. Éstas son las dos puertas solsticiales, januæ cœli, que son realmente dos puertas en el Tiempo, o en realidad fuera del tiempo, ya que ellas corresponden a los dos puntos de inflexión en el ciclo anual, los dos momentos de inmovilidad entre las fases de expansión y de contracción del movimiento del Sol. A fin de entender la alusión de Homero, hay que notar cuidadosamente el hecho de que el "lugar" del solsticio de invierno, Capricornio, está situado en el hemiciclo Sur de la órbita del Sol, mientras que el "lugar" del solsticio de verano, Cáncer, está situado en el hemiciclo Norte o boreal.

[3] Según la escatología helénica, la única alternativa se da entre la liberación mediante una divinización, y un retorno al devenir; no se concibe allí un permanente habitar de las almas en el paraíso; esa posibilidad sólo surge a la sombra de un salvador o mediador.

     Porfirio también nos recuerda que el olivo sagrado que crece cerca de la cueva es el árbol de Minerva y que sus hojas cambian de dirección en invierno, obedeciendo al ciclo anual del Sol. Agreguemos que este árbol es aquí la imagen del Árbol del Mundo, cuyo tronco, ramas y hojas representan la totalidad de los seres [4].

[4] Señalemos que el olivo es un árbol sagrado no sólo para el mundo "pagano" sino también para el judaísmo y el Islam.

     Hay una cosa que Porfirio no menciona, y es que la cueva sagrada es sobre todo un símbolo del corazón. Y es en este contexto que el gesto de Odiseo de confiar todos sus tesoros a la tutela de las divinas Náyades adquiere su significado pleno: a partir de este momento él es como uno que es "pobre de espíritu": en apariencia pobre, pero interiormente rico [5]. Atenea, mediante su magia, le confiere la apariencia de un anciano pobre.

[5] En el esoterismo islámico, los iniciados son llamados los "pobres en dirección a Dios" (fuqarâ, ilâ 'Llâh).

     El hecho de que Odiseo sea el protegido de Palas Atenea, la diosa de la sabiduría, nos obliga a creer que la astucia que él exhibe en cada ocasión y que es casi su característica más sobresaliente, no desempeñaba, en el cosmos espiritual de los griegos de la Antigüedad, el mismo papel negativo que jugaba para un cristiano como Dante, que coloca a Odiseo en una de las regiones más terribles del infierno, como un mentiroso y engañador por excelencia. Para los griegos, la astucia de Odiseo equivalía a una capacidad para disimular y persuadir que en sí misma era positiva; ella era el signo de una inteligencia soberana, y casi una magia del espíritu que podía penetrar y comprender los pensamientos de los otros. Remitámonos a Porfirio, quien analiza la naturaleza espiritual y moral de Odiseo del siguiente modo:

     «Él no podía liberarse fácilmente de esta vida de los sentidos, dado que la había cegado [en Polifemo] y había empezado a aniquilarla con un solo golpe... Puesto que el que se atreve a hacer tales cosas siempre es perseguido por la ira de los dioses, tanto marítimos como materiales [6]. Por lo tanto él debe propiciarlos primero con sacrificios, luego con tribulaciones de mendicidad y otros actos de perseverancia, a veces combatiendo las pasiones, a veces usando encantamientos y disimulaciones, y por aquellos mismos medios pasando a través de todas las modalidades a fin de librarse finalmente de sus harapos y hacerse nuevamente el amo de todo» [7].

[6] Una alusión a la cólera de Poseidón, dios del océano, a cuyo hijo, Polifemo, Odiseo había cegado. Según Porfirio, el océano representa la sustancia universal en su aspecto terrible.
[7] Porfirio, op. cit.

     Los habitantes de Ítaca creen que Odiseo está muerto; Penélope misma, la esposa siempre fiel, duda si él volverá alguna vez. Pero de hecho él ha regresado ya, un forastero en su propia casa, y como si hubiera muerto para esta vida. Al mendigar limosnas de los pretendientes que están abusando de su propiedad, él los pone a prueba, y él mismo sufre esta prueba. Antes de que él hubiera llegado, ellos eran relativamente inocentes; ahora ellos cargan con faltas por sus ultrajes hacia el forastero, y Odiseo queda justificado en su intención de destruírlos.

     Según un aspecto más interno de las cosas, los orgullosos pretendientes son las pasiones que, en el mismo corazón del héroe, habían tomado posesión de su patrimonio interno y que procuraban apoderarse de su esposa, la profundidad pura y fiel de su alma. Sin embargo, despojado de la falsa dignidad de su ego, habiendo llegado a convertirse en un pobre y un forastero ante sí mismo, él ve, sin ilusión, estas pasiones por lo que ellas son, y decide luchar contra ellas hasta la muerte.

     A fin de provocar una durísima prueba, el propio Odiseo [sin todavía haberse dado a conocer] sugiere a su esposa que ella misma invite a los pretendientes a una competencia de tiro con arco. Ésta consiste en doblar el arco sagrado que pertenece al señor de la casa y en disparar una flecha a través de los agujeros de doce hachas alineadas y puestas en la tierra.

     La competencia ocurre durante la fiesta de Apolo, ya que el arco es el arma del dios-Sol. Uno puede recordar en conexión con esto las pruebas análogas a las que, según la mitología hindú, debieron someterse cierto avatãras de Vishnú, como Râma y Krishna, e incluso el joven Gautama Buda: es siempre el arco del dios-Sol el que ellos deben doblar.


     Las doce hachas plantadas en tierra (a través de cuyos agujeros la flecha tenía que ser dirigida) representan las doce constelaciones del Zodíaco, que miden el camino del Sol. El hacha es un símbolo del eje, como lo indica su nombre en inglés [axe = hacha, axis = eje], y el agujero en el hacha, que debe haber estado situado en el extremo del mango [8], corresponde a la puerta "axial" del Sol en el momento del solsticio. Ahora bien, hay sólo dos solsticios en el año, pero cada mes corresponde en principio a un ciclo lunar, análogo al ciclo solar, que incluye a su vez un paso "axial" que en cierto modo refleja el solsticio, de lo cual se origina la línea de doce hachas. Su número en cualquier caso hacía más difícil la prueba.

[8] Algunos interpretan este texto como que significa que las hachas eran sin mangos y que fueron plantadas en el suelo por sus filos, siendo precisamente el agujero a través del cual la flecha tenía que pasar aquel en el cual el mango era normalmente fijado. Pero esto significaría que la flecha habría tenido que ser disparada a una altura de sólo dos manos por encima de la tierra, lo que en la práctica sería imposible. Puede suponerse entonces que el agujero en cuestión estaba situado en el extremo superior del hacha y que normalmente era usado para colgar el hacha en la pared.

     No sabemos con seguridad la forma de las hachas que Homero tenía en mente; ellas pueden haber sido hachas simples de guerra, o pueden haber tenido la forma de hachas cretenses con doble hoja. En este último caso su significado axial y lunar sería particularmente evidente, ya que los dos filos de la bipennis [en latín; labrys en griego]se parecen a las dos fases opuestas de luna creciente y luna menguante entre las cuales en efecto está localizado el eje celeste.

    La trayectoria de la flecha simboliza de esta manera el camino del Sol. Uno podría objetar que este camino no es una línea recta sino un círculo; pero el camino del Sol no está situado únicamente en el espacio sino también en el tiempo, el cual puede ser comparado con una línea recta. Además, la flecha en sí misma simboliza el rayo que el dios-Sol lanza hacia la oscuridad.

     El poder del Sol es tanto sonido como luz: cuando sólo Odiseo tiene éxito en la flexión del arco sagrado y hace que su cuerda vibre "con la voz de una golondrina", sus enemigos se estremecen y temerosamente esperan el final terrible que él tiene reservado para ellos, incluso antes de que él les haya revelado su verdadera naturaleza, la del héroe que está bajo la protección de Atenea.

     La descripción de la masacre que sigue es tan horrible que nos disgustaría, si no fuera por el hecho de que Odiseo encarna la luz y la justicia, mientras que los pretendientes representan la oscuridad y la injusticia.

     Es sólo después de matar a los pretendientes y purificar la casa de arriba abajo, que él se da a conocer a su esposa.

     Penélope, como hemos dicho, representa el alma en su pureza original, como la fiel esposa del espíritu. El hecho de que cada día ella teja su traje nupcial y cada noche lo deshaga otra vez a fin de engañar a sus pretendientes, muestra que su naturaleza está relacionada con la sustancia universal, el principio a la vez virginal y maternal del cosmos: como ella, la Naturaleza (physis, en el helenismo, y Mâyâ en el hinduísmo) teje y disuelve el mundo manifestado siguiendo un ritmo interminable.

     La muy añorada unión entre el héroe y su fiel esposa significa de esta manera el retorno a la perfección primordial del estado humano. Homero indica esto claramente, y a través de la propia boca de Odiseo, cuando éste último nombra los signos por medio de los cuales su esposa lo reconocerá: nadie excepto él y ella conocía el secreto de su cama de matrimonio: cómo Odiseo la había construído y la había dejado inmóvil. De su propia mano él había amurallado su cámara nupcial alrededor de un viejo y venerable olivo, cuyo tronco había cortado después hasta la altura de una cama, esculpiendo en la parte firmemente enraizada un apoyo para el lecho, que fue hecho con correas trenzadas.

     Tal como en la descripción de la cueva de las Ninfas, el olivo es el Árbol del Mundo; su aceite, que alimenta, cura y que abastece de combustible a las lámparas, es el mismo principio de la Vida, tejâsa en la terminología hindú. El tronco del árbol corresponde al Eje del Mundo, y la armazón de la cama esculpida en ese tronco está simbólicamente situada en el centro del mundo, el "lugar" donde se unen las contraposiciones y los complementarios, como activo y pasivo, hombre y mujer, o espíritu y alma. En cuanto a la cámara nupcial construída alrededor del árbol, ella representa la "cámara" del corazón, a través de la cual pasa el eje espiritual del mundo, y dentro de la cual es llevado a cabo el matrimonio del espíritu y el alma.–





Kerry Bolton - Psicopatología de la Izquierda

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     Publicado primeramente en la edición Nº 10 de la revista trimestral de la Academy of Social and Political Researchllamada Ab Aeterno (Enero-Marzo de 2012), el siguiente ensayo del prolífico escritor e investigador neozelandés Kerry R. Bolton (1956), doctor en Teología, fue posteriormente incorporado (de manera repartida en sus tres primeros capítulos) en su libro "La Izquierda Psicótica: Desde la Francia Jacobina al Movimiento Occupy"(The Psychotic Left: From Jacobin France to the Occupy Movement, 2013). En Noviembre del año pasado fue presentado este artículo en el sitio counter-currents.comde donde lo hemos traducido. Su tesis es la enunciada en el título, con un énfasis en la sangrienta Revolución francesa, ensayo general de la posterior bolchevique, todo lo cual ciertamente es muchísimo más ilustrado en el libro entero.


Psicopatología de la Izquierda
Algunas Notas Preliminares
por Kerry R. Bolton



     La "Derecha" de la dicotomía política, incluyendo los valores sociales y morales que han sido tradicionalmente considerados —hasta hace poco— como normativos, ha sido durante aproximadamente ochenta años sujeto de análisis no sólo política y sociológicamente sino también psicológicamente.

     El impulso para un análisis psicológico de la Derecha e incluso de la moralidad conservadora como una aberración mental, fue conducido por la Escuela de Frankfurt de la Teoría Crítica que, con el ascenso de Hitler, fue transferida en masa a Estados Unidos bajo los auspicios de la Universidad de Columbia, donde fue restablecida en Nueva York como el Instituto de Investigación Social [1]. El documento germinal publicado por ese círculo, encabezado por Theodore Adorno, fue "La Personalidad Autoritaria" [2], un estudio psicológico que tenía la intención de mostrar mediante el análisis estadístico, con una encuesta basada en una escala "F" (fascismo), que los tradicionales valores sobre moralidad, y sobre todo acerca de la familia y la autoridad paterna, necesitaban una reorientación psicológica y eran síntomas del "fascismo" latente. En particular, la familia patriarcal fue atacada como la institución raíz para el cultivo de una mentalidad "fascista" [3].

     Mientras los científicos sociales izquierdistas, como los de la Escuela de Frankfurt, procuraban mostrar mediante el análisis estadístico que los valores conservadores son psicológicamente anormales, simultáneamente hubo una maniobra para mostrar que los izquierdistas tienen valores normativos. Rothman y Lichter, en su estudio psico-histórico de los judíos en la Nueva Izquierda de EE.UU., sostienen que cientistas sociales han ideado estudios para mostrar que los izquierdistas poseen valores positivos y normativos. Ellos escriben que en EE.UU., y en menor grado en Europa, la mayoría de los «comentarios y estudios "científicos" del movimiento estudiantil estaban de acuerdo en que los jóvenes radicales representaban lo mejor en sus sociedades». Rothman y Lichter señalan que los estudios involucraron a poca cantidad de gente y que las simpatías políticas de los examinadores estaban con sus sujetos. Este círculo de científicos sociales produjo una corriente de estudios "que parecía demostrar que los estudiantes radicales eran democráticos, humanitarios, psicológicamente sanos y moralmente avanzados". "Todos estos estudios críticos están o basados en impresiones o en pequeñas muestras"[4].

     Muchos científicos sociales atribuyeron muchos atributos de personalidad "positivos" o puntos de vista políticos también "positivos" a la Nueva Izquierda, en gran parte porque sus cuestionarios fueron o construídos de tal manera como para asignar tales atributos a los estudiantes radicales casi por definición, o porque los estudiantes... sabían cómo responder "apropiadamente" a las preguntas planteadas [5].

     De aquí que haya persistido la percepción de que la "Derecha" está basada en valores que emanan de la familia mentalmente disfuncional, a menudo basada en lo patriarcal, y de que la "Izquierda" es mentalmente sana. Rothman y Lichter tienen una actitud crítica hacia la Escuela de Frankfurty hacia el uso de la así llamada "escala F" para descubrir tendencias "fascistas" como tipos de personalidad. Rothman y Lichter sostienen que "La Personalidad Autoritaria"fue un estudio destinado a confirmar las opiniones preconcebidas de los autores [6].

     Sin embargo, los estudios de Rothman y Lichter acerca de los estudiantes pertenecientes a la Nueva Izquierda encontraron que "los radicales eran considerablemente más propensos que los moderados a manifestar tendencias hacia una identidad negativa, una sumisión masoquista y a tratar a la gente como conceptos". Los radicales judíos comúnmente manifestaban una tendencia a escaparse de una madre dominante, mientras los radicales no-judíos consideraban a sus padres varones como más dominantes, pero defectuosos [7].

     Aunque la síntesis de Freudismo y Marxismo era inaceptable para los estalinistas, y los Teóricos Críticos fueron rechazados por el Partido Comunista alemán [8], la URSS encontró la psiquiatría como un medio útil para silenciar a los "disidentes", sometiéndolos a exámenes psiquiátricos y diagnosticándolos rutinariamente como esquizofrénicos, a partir de lo cual ellos serían confinados a un manicomio y, de manera concomitante, siendo el anti-sovietismo identificado como una forma de psicosis [9].

     El renombrado poeta Ezra Pound recibió un tratamiento similar en su regreso forzoso desde Italia a EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial, habiendo sido primero confinado a una jaula al aire libre por las fuerzas de ocupación estadounidenses en Italia. Para evitar la publicidad de un proceso por traición a uno de literatos más eminentes del mundo, Pound fue confinado al manicomio Saint Elizabeth [10].


Uso de la Psiquiatría contra Disidentes en el Occidente Liberal

     La Derecha ha seguido siendo retratada como una aberración mental, ya sea en sus formas hitleristas más extremas, o simplemente como los valores conservadores permanentes en la familia, siendo tales valores retratados como regresivos. Por ejemplo, al influyente filósofo "fascista" de posguerra Francis Parker Yockey, tras su detención por mal uso de un pasaporte en San Francisco en 1960, el tribunal le ordenó someterse a un examen mental [11], asegurando de esa manera que cualquiera que tendiera hacia tales ideas podría ser igualmente relegado como insano. En efecto, él se suicidó en prisión durante el proceso por la misma razón de que él temía ser sometido a una lobotomía o a una medicación que lo reduciría a un estado mentalmente vegetativo [12]. Mientras el crítico izquierdista o liberal respondería habitualmente que esto en sí mismo indica el estado mental de Yockey, la situación no es tan simplista, sobre todo en ese entonces.

     En efecto, el doctor Thomas Szasz, profesor emérito de psiquiatría en la Universidad Médica de Syracuse, al Norte de Nueva York, y un crítico eminente del freudismo, ha escrito que "estamos sustituyendo los controles sociales justificados por la raza con controles sociales justificados por el diagnóstico psiquiátrico". Szasz cita el caso del general Edwin Walker, una víctima primaria de la caza de brujas de la época de Kennedy contra los "derechistas" entre los militares. Walker fue obligado a dimitir debido a su programa de educación anti-comunista entre las fuerzas militares estadounidenses en Alemania. Aparentemente, no se suponía que el conflicto liberal-estadounidense con la URSS debía extenderse a un examen de la ideología comunista, lo que podría estar incómodamente cerca del "extremismo derechista". El general Walker, después de su dimisión forzosa, se convirtió en un destacado luchador contra la des-segregación, el comunismo y el liberalismo. Walker ayudó al gobernador Ross Barnett a conducir la resistencia de masas contra la des-segregación de la Universidad de Mississippi, hecha cumplir mediante la invasión en dicho Estado de tropas federales en 1962. Szasz escribe:

     «Arrestado por cuatro acusaciones federales, incluyendo "incitar, ayudar e involucrarse en una insurrección contra las autoridades de Estados Unidos", Walker fue llevado ante un comisario estadounidense y mantenido a la espera de la fijación de una fianza de 100.000 dólares. Mientras él hacía preparativos para pagar la fianza, el ministro de Justicia Robert Kennedy ordenó que Walker fuera llevado en un avión del Gobierno a Springfield, Missouri, para ser encarcelado en el Centro Médico Estadounidense para Prisioneros para una "observación psiquiátrica", por sospecharse que él mentalmente no estaba apto para ser procesado» [13].

     El artículo sobre el general Walker en Wikipediano menciona esto ni tampoco la posterior confrontación entre el equipo legal de Walker y el equipo psiquiátrico del Gobierno. Al lector sólo se le dice que Walker "pagó la fianza y volvió a casa a Dallas, donde fue saludado por una muchedumbre de 200 partidarios. Después de que un jurado federal entró en receso en Enero de 1963 sin haberle hecho acusaciones, los cargos fueron retirados"[14].

     Szasz fue capaz de escribir sobre el caso de Walker por su experiencia de primera mano, por cuanto a él se le pidió asesorar al equipo legal de Walker. De interés particular aquí es lo que Szasz escribe:

     «Resumí la evidencia que respaldaba mi opinión de que la psiquiatría es una amenaza para las libertades civiles, sobre todo para las libertades de los individuos estigmatizados como "derechistas", ilustrado por el famoso caso de Ezra Pound, que fue encarcelado durante 13 años mientras el Gobierno aparentemente esperaba que los "médicos" que le habían asignado restauraran su capacidad para ser procesado. Ahora los Kennedy y sus psiquiatras estaban haciendo lo mismo a Walker»[15].

     ¿Había sido Yockey, por lo tanto, muy "paranoide" dos años antes cuando él estaba preocupado de que fuera diagnosticado como loco, encerrado en un edificio y sometido a la destrucción cerebral mediante los métodos en ese entonces ampliamente usados de la lobotomía y el electroshock?.

     Szasz le dijo al equipo legal que no serviría de nada tratar de argumentar para la liberación de Walker sobre la base de la verdad. Sin embargo, el testigo experto de la defensa, el doctor Robert L. Stubblefield, psiquiatra jefe en el Centro Médico del Sudoeste en Dallas, fue capaz de denunciar al doctor Manfred Guttmacher, durante mucho tiempo oficial médico jefe en la Corte Suprema de la ciudad de Baltimore, como "un malvado charlatán", como dice Szasz. Walker fue declarado mentalmente sano, y un Gran Jurado federal rechazó procesarlo.

     Szasz declara que incluso el senador Barry Goldwater dos años más tarde, como candidato presidencial Republicano, era un objetivo de la politizada psiquiatría:

     «Menos de dos años más tarde, mi visión de que la psiquiatría organizada estadounidense estaba llegando a ser abiertamente política y de que buscaba la anulación existencial y la destrucción psiquiátrica de los individuos que no comparten las opiniones "progresistas" izquierdistas y liberales del establishmentpsiquiátrico, recibió un posterior dramático apoyo. En 1964, cuando el senador Barry Goldwater era el candidato Republicano para Presidente, 1.189 psiquiatras declararon públicamente —sin la posibilidad de ser cuestionados— que Goldwater era "psicológicamente incapaz de ser Presidente de Estados Unidos". Muchos ofrecieron un diagnóstico de "esquizofrenia paranoide" como la base para su juicio» [16].

     El uso de la psiquiatría para marginar a quienes se oponen políticamente al dogma izquierdista y liberal no es obviamente una mera ilusión paranoide de la Derecha. De ahí, por ejemplo, el Proyecto Nizkor, que se especializa en difamar a los derechistas y a los "negadores del Holocausto", y usa un término psiquiátrico para la descripción del "movimiento de milicias" estadounidense calificándolo como "paranoide" [17].

     Pero la Izquierda, a pesar de su manifestación de las formas más extremas de sadismo desde la Revolución francesa de 1789-1792, ha evitado en gran parte los análisis psicológicos críticos de sus líderes e ideólogos. La Izquierda es ahora doctrinalmente aceptable como normativa, y los adherentes de su variante más extrema —el comunismo— pueden mantener respetables posiciones en la academia y tener publicados sus libros por los grandes editores, mientras que los de la Derecha son marginados.

     En cambio, Karl Marx por ejemplo, sigue siendo festejado entre respetables sectores como un influyente e incluso valioso contribuyente de la sociología. Mientras Jim Jones es generalmente percibido como un desquiciado, él es considerado dentro del contexto de cualquier otro líder de culto como David Koresh, más bien que como un apóstol de la Izquierda cuyas acciones fueron consecuentes con la Izquierda, doctrinal e históricamente, y cuyo perfil psicológico es análogo al de otros izquierdistas todavía considerados como modelos de los valores democráticos y liberales.


La Izquierda y la Personalidad Degenerativa

     El médico y sociólogo húngaro doctor Max Nordau escribió acerca de la degeneración de la cultura y la filosofía como un síntoma de degeneración mental y moral. Escribiendo en 1895, Nordau proporcionó una perspectiva proto-psicohistórica sobre las revoluciones izquierdistas, que fue desarrollada varias décadas más tarde por el estadounidense doctor Lothrop Stoddard, quien describió tales conmociones como la "rebelión contra la civilización" [18]. Dicha teoría postula que los valores de la civilización son una carga insoportable para el mentalmente subnormal, incluyendo a tipos que son tanto lo que podría ser popularmente llamado el "genio desequilibrado" como el criminal común. De aquí que la "rebelión contra la civilización"sea racionalizada como una doctrina política para el derrocamiento del orden social, y el desencadenamiento de la depravación acumulada. El revolucionario izquierdista es sociopatología racionalizada.

     El doctor Nordau describió varios tipos de marginalidad social, que a menudo incluyen a los altamente inteligentes:

     «Un buen número de designaciones diferentes se ha encontrado para estas personas. Maudsley y Ball los llaman los "habitantes de la zona limítrofe", o sea, los moradores de la zona fronteriza entre la razón y la locura pronunciada. Magnan les da el nombre de "degenerados superiores", y Lombroso [19] habla de matoides (de matto, la palabra italiana para insano)» [20].

     Estos "matoides" o "moradores del área fronteriza" proporcionan el liderazgo de las agitaciones sociales, mientras que los tipos que podrían ser típicamente encontrados en el submundo criminal proporcionan las muchedumbres. Nordau declara:

     «En el desarrollo mental de los degenerados, nos encontramos con la misma irregularidad que hemos observado en su crecimiento físico. La asimetría de cara y de cráneo encuentra su contraparte, como debiera ser, en sus facultades mentales. Algunas de estas últimas están completamente atrofiadas, y otras mórbidamente exageradas. Aquello de lo cual carece casi todo degenerado es del sentido de moralidad y de lo que es correcto e incorrecto. Para ellos no existe ninguna ley, ninguna decencia, ninguna modestia. A fin de satisfacer cualquier impulso momentáneo, o inclinación o capricho, ellos cometen delitos e infracciones con la mayor tranquilidad y auto-complacencia, y no entienden que otras personas puedan sentirse ofendidas. Cuando este fenómeno está presente en un alto grado, hablamos de "locura moral" con Maudsley; hay, sin embargo, etapas inferiores en las cuales el degenerado no se compromete quizá a ningún acto que lo ponga a él en conflicto con el código penal, pero al menos afirma la legitimidad teórica del delito; busca, con una grandilocuencia que aparenta ser filosófica, demostrar que "bueno" y "malo", virtud y vicio, son distinciones arbitrarias; entra en éxtasis cuando se trata de malhechores y sus hechos; profesa descubrir bellezas en las cosas más bajas y más repulsivas, e intenta despertar el interés, y una supuesta "comprensión", hacia cada bestialidad. Las dos raíces psicológicas de la locura moral, en todos sus grados de desarrollo, son, en primer lugar, el egoísmo ilimitado, y, en segundo lugar, la impulsividad, es decir, la incapacidad de resistir un impulso repentino orientado a cualquier hecho; y estas características también constituyen los principales estigmas intelectuales de los degenerados» [21].

     Nordau examina cómo el "matoide" usa la revolución como una salida para sus impulsos destructivos:

     «En vista de las investigaciones de Lombroso [Lombroso, La Physionomie des Anarchistes, 1891, p. 227], con dificultad se podría dudar de que los escritos y los actos de revolucionarios y anarquistas son también atribuíbles a la degeneración. El degenerado es incapaz de adaptarse a las circunstancias existentes. Esta incapacidad en realidad es una indicación de la variación mórbida en cada especie, y probablemente una causa primaria de su extinción repentina. Él por lo tanto se rebela contra las condiciones y la visión de las cosas que él necesariamente siente como dolorosas, principalmente porque ellas imponen sobre él el deber del auto-control, del cual es incapaz debido a su debilidad orgánica de la voluntad. Así él se convierte en un mejorador del mundo, y elabora planes para hacer feliz a la Humanidad, los cuales, sin excepción, son llamativos casi tanto por su ferviente filantropía, y su sinceridad a menudo patética, como por su absurdidad e ignorancia monstruosa de todas las relaciones reales» [22].

     Son los "matoides" quienes proporcionan la justificación filosófica para la violencia hecha contra los valores civilizados en nombre de la "libertad", y quienes siguen siendo apoyados por la clase intelectual de hoy, ella misma a menudo de tipo matoide, que se auto-califica como "grandes pensadores". Nordau escribe de ellos:

     «"El degenerado —dice Legrain [Paul Maurice Legrain, Du Délire chez les Dégénérés; París, 1886, p. 11]— puede ser un genio. Una mente mal equilibrada es capaz de las concepciones más altas, mientras que, por otra parte, uno se encuentra en la misma mente con rasgos de mezquindad y estrechez que son más chocantes aún a partir del hecho de que dichos rasgos coexisten con las cualidades más brillantes". "En cuanto a su intelecto —dice Jacques Roubinovitch, Hystérie Male et Dégénérescence; París, 1890, p.33—, ellos pueden lograr un alto grado de desarrollo, pero, desde un punto de vista moral, su existencia es completamente desquiciada... Un degenerado empleará sus brillantes facultades tanto al servicio de algún magnífico objetivo como para la satisfacción de sus propensiones más bajas" (Lombroso ha citado un gran número de genios indudables que fueron del mismo modo indudablemente matoides, grafomaniacos o pronunciados lunáticos)» [23].

     Representa quizá más de algo el que las fuerzas de la Izquierda, tanto en sus formas socialistas como liberales y democráticas, se enmascaren como la ola del futuro, mientras que cualquier individuo, doctrina o institución que se oponga a ellas y las obstruya es denigrado como retrógrado. Sin embargo, como Nordau indicó hace más de un siglo, estos "modernos", estos "progresistas", que menosprecian toda la tradición y quieren hacer el mundo de nuevo, son los heraldos del atavismo, ya sea en las artes, la ética o la política. Nordau continúa:

     «Retroceso, recaída: éste es en general el ideal de esta banda que se atreve a hablar de libertad y progreso. Ellos desean ser el futuro. Es una de sus principales pretensiones. Es uno de los medios por los cuales ellos atrapan al mayor número de simplones. Hemos visto, sin embargo, en todos los casos individuales, que no es el futuro sino el pasado más olvidado y lejano el que los degenerados balbucean en vez de hablar. Ellos pronuncian gritos monosilábicos, en vez de construír oraciones gramatical y sintácticamente articuladas. Ellos dibujan y pintan como niños que ensucian mesas y paredes con manos traviesas. Ellos componen música como la de los nativos amarillos de Asia del Este. Ellos confunden todas las artes, y las llevan de vuelta a las formas primitivas que ellas tenían antes de que la evolución las diferenciara. Cada una de las cualidades de ellos es atávica, y sabemos, además, que el atavismo es una de las marcas más constantes de la degeneración»[24].

     Nordau escribió de estas tendencias "modernistas" en el arte, la filosofía y la política, como yendo en contra de los valores normativos que décadas más tarde comenzaron a ser descritos por Adorno y su equipo de la Escuela de Frankfurt de la Teoría Crítica como "fascismo" incipiente:

     «La "libertad", la "modernidad", el "progreso" y la "verdad" de estos sujetos no son los nuestros. No tenemos nada en común con ellos. Ellos desean una auto-indulgencia; nosotros deseamos trabajar. Ellos desean ahogar la conciencia en el inconsciente; nosotros deseamos reforzar y enriquecer la conciencia. Ellos desean una concepción intelectual y una jerga evasivas; nosotros deseamos atención, observación y conocimiento. El criterio por el cual los verdaderos modernos pueden ser reconocidos y distinguidos de otros impostores que se llaman a ellos mismos "modernos" puede ser éste: Quienquiera que predique la ausencia de disciplina es un enemigo del progreso; y quienquiera adora su "yo" es un enemigo de la sociedad. La sociedad tiene como su primera premisa, el amor a la vecindad y la capacidad para el auto-sacrificio; y el progreso es el efecto de una subyugación cada vez más rigurosa de la bestia que hay en el Hombre, de un dominio de sí mismo cada vez más tenso, un sentido cada vez más agudo del deber y de la responsabilidad. La emancipación por la cual luchamos es la de la racionalidad, no la de los apetitos»[25].

     Si uno nota lo que Nordau describía como valores civilizacionales normativos en 1895, él ciertamente hubiera sido diagnosticado como mentalmente desequilibrado y como un "fascista" incipiente, y probablemente hasta de anti-judío —sin considerar su trasfondo judío y su papel posterior en el movimiento sionista— por Adorno y los otros autores del libro La Personalidad Autoritaria.


Jacobinismo y Bolchevismo: La Rebelión del Infra-Hombre

     Lothrop Stoddard, cuyas obras llegaron a ser ampliamente leídas a principios del siglo XX, escribiendo después de la agitación bolchevique que había reducido a Rusia a un infierno, tomó el tema de la degeneración mental y física como causa de la rebelión contra los valores de la civilización por parte de lo que él llamó el "infra-hombre". Dando una descripción de los tipos de personalidad de los bolcheviques y sus métodos de sadismo, Stoddard escribió:

     «Sería muy instructivo si los líderes bolcheviques pudieran ser psicoanalizados. Ciertamente muchos de sus actos sugieren estados mentales peculiares. Las atrocidades perpetradas por algunos comisarios bolcheviques, por ejemplo, son tan repugnantes que sólo parecen explicables por aberraciones mentales como la obsesión homicida o la perversión sexual conocida como sadismo.

     «Un examen científico tal de un grupo de líderes bolcheviques fue hecho. En el momento del terror Rojo en la ciudad de Kiev, en el verano de 1919, los profesores médicos de la Universidad de Kiev se salvaron debido a la utilidad que tenían para sus amos terroristas. Tres de estos hombres eran competentes psiquiatras, que fueron capaces de diagnosticar las mentes de los líderes bolcheviques en el curso de sus deberes profesionales. Ahora, su diagnóstico fue que casi todos los líderes bolcheviques eran degenerados, o de mentes más o menos enfermas. Además, la mayoría de ellos eran alcohólicos, otra mayoría eran sifilíticos, mientras que muchos eran adictos a drogas...» [26].

     Stoddard da una ilustración dramática de los papeles desempeñados en tales rebeliones, cuando un erudito de la filología, internacionalmente aclamado, el profesor Timofie Florinsky de la Universidad de Kiev, fue llevado ante el Tribunal Revolucionario y tiroteado espontáneamente por uno de los "jueces" por haber dado una "respuesta irritante" a una pregunta. La cruel comisaria, Rosa Schwartz, una ex-prostituta, estaba bebida [27].

     El acontecimiento de Kiev está colmado de significado histórico y cultural. Es el choque de dos mundos, fundamentalmente ajenos el uno al otro pero coincidiendo en el tiempo y el espacio: la comisaria, una ex-puta borracha, mata en un instante de salvajismo primitivo al erudito. Tales escenas habían sido llevadas a cabo en masa por las muchedumbres durante la Revolución francesa, continuamente abastecida con alcohol y drogas, impulsada por prostitutas, piratas y criminales, y agitada por matoidesde entre los elementos depravados de las clases superior y media.

     Mientras ahora parece ser considerado como anticuado referirse a lo que fue alguna vez ampliamente llamado el Terror Rojo en la Rusia bolchevique, llamándose la atención casi completamente sobre los crímenes de los nacionalsocialistas, y siendo considerada cualquier referencia a importantes atrocidades aparte de las que involucran a judíos como "relativización del Holocausto" [28], la implementación de la política de terror bolchevique muestra síntomas de sadismo de masas en un sentido literal y psicótico. Uno debe acudir a los relatos de la época, sin embargo, a fin de comprender el carácter del sadismo.

     Después de que el Ejército Blanco de Denikin derrotó a los bolcheviques en Odessa en Agosto de 1919, R. Courtier-Forster, el capellán de las fuerzas británicas en Odessa y los puertos del Mar Negro, que había sido mantenido cautivo por los bolcheviques, relató los horrores del bolchevismo, relatando cómo en el barco "Sinope", el crucero más grande de la Flota del Mar Negro, algunos de sus amigos personales habían sido encadenados a tablones y lentamente empujados hacia los hornos del barco para ser asados vivos. Otros fueron escaldados con el vapor de las calderas del barco. Se cometieron violaciones masivas, mientras la prensa soviética local debatía las posibilidades de nacionalizar a las mujeres. Los gritos de mujeres siendo violadas, y de otras víctimas, en lo que Courtier-Forster llamó la "Casa de Tortura de los Bolcheviques" en la Plaza Catalina, podían ser oídos en todos los edificios alrededor, mientras en dicha plaza los bolcheviques trataban de amortiguar los gritos con el ruido de camiones tronando de arriba abajo por la calle [29].

     Cuando la Comisión de Investigación Rohrberg entró en Kiev, después de que los soviéticos habían sido expulsados en Agosto de 1919, describió la "sala de ejecución" de la policía secreta bolchevique, la Cheka, como sigue:

     «Todo el piso de cemento del gran garage (la sala de ejecución de la Chekadepartamental de Kiev) estaba inundado de sangre. Esa sangre ya no fluía sino que formaba una capa de varias pulgadas: era una horrible mezcla de sangre, cerebros, pedazos de cráneos, mechones de pelo y otros restos humanos. Todas las paredes estaban manchadas con sangre; pedazos de cerebros y cueros cabelludos estaban adheridos a ellas. Un canal de veinticinco centímetros de ancho por veinticinco centímetros de hondo y aproximadamente diez metros de largo corría desde el centro del garaje hacia un desagüe subterráneo. Este canal a todo su largo estaba lleno hasta el tope con sangre... Por lo general tan pronto como la masacre había ocurrido los cuerpos eran sacados de la ciudad en camiones de motor y sepultados al lado de la tumba sobre la cual hemos hablado; encontramos en una esquina del jardín otra tumba que era más vieja y que contenía aproximadamente ochenta cuerpos. Aquí descubrimos en los cuerpos rastros de crueldades y mutilaciones de las más variadas e inimaginables. Algunos cuerpos estaban desentrañados, otros tenían miembros cortados, otros fueron literalmente cortados en pedazos. Algunos tenían sacados sus ojos, y la cabeza, cara, cuello y tronco cubiertos de profundas heridas. Posteriormente encontramos un cadáver con una estaca clavada en el pecho. Otros no tenían lenguas. En una esquina de la tumba descubrimos una cierta cantidad de brazos y piernas» [30].

     Tal salvajismo atávico va incluso más allá del asesinato de masas. Esto es la psicosis de un Jeffrey Dahmer [31], o un Edward Gein [32], racionalizada como una ideología política con ideales nobles, que sigue teniendo adherentes con posiciones respetables en la academia.

     El precursor de la Revolución bolchevique, aquella de Francia durante el período 1789-1792, desató una psicosis masiva de rebelión de las heces de Francia, conducida por los elementos matoides. Tal como en las democracias liberales occidentales de hoy, la teoría es que las manifestaciones de desigualdad y diferencias pueden ser eliminadas cambiando la estructura social según el dogma. La doctrina de la Revolución francesa fue un "retorno a la Naturaleza", una interpretación idolatrada e imaginativa de lo que la Naturaleza se suponía que era, fraguada en los salones de la intelectualidad europea por escritores como Voltaire, Rousseau y Weishaupt, el fundador de los proto-comunistas Illuminati. Según estos ideólogos, la causa de la tiranía, la injusticia, la violencia y la desigualdad, era la civilización. Si la civilización misma pudiera ser derrocada y la Humanidad retornara a un supuesto inocente estado de Naturaleza, entonces todos podrían vivir en un idílico estado de felicidad, paz y hermandad. Para ello se requiere la abolición de las instituciones civilizacionales, como el matrimonio, la propiedad privada, la Iglesia, el Estado y la monarquía. Karl Marx formalizó exactamente la misma doctrina aproximadamente medio siglo más tarde. Este atavismo es irónicamente anunciado como "progresista".

     El sociólogo francés Gustave Le Bon señaló en 1895:

     «La idea de que las instituciones pueden remediar los defectos de las sociedades, de que el progreso nacional es consecuencia del mejoramiento de instituciones y gobiernos, y de que los cambios sociales pueden ser efectuados por decretos, esta idea, digo, es todavía generalmente aceptada. Fue el punto de partida de la Revolución francesa, y las teorías sociales del día actual están basadas en ella» [33].

     Le Bon más tarde escribió, después de la Revolución bolchevique, acerca del mismo atavismo que había afligido a Francia y que ahora se estaba desplegando en Rusia:

     «La mentalidad bolchevique es tan antigua como la Historia. Pero es sólo en nuestros días que esta antigua mentalidad ha encontrado una doctrina política para justificarla. Esta es la razón de su rápida propagación, que ha estado debilitando al viejo andamio social» [34].

     El lector debe acudir a la historia de Nesta H. Webster, La Revolución Francesa [35], que usa documentos contemporáneos tanto de jacobinos como de monárquicos, que traen dramáticamente a la vida la depravación y la cobardía de las heces de Francia, conducidas por resentidos abogados matoidesy aristócratas Orleanistas, y el heroísmo de quienes continuaron leales al Rey, incluídos aquellos entre la gente común. Lo que es notable en este contexto es la manera mediante la cual la muchedumbre podía ser agitada mediante un suministro continuo de alcohol y narcóticos que parecieron mantener un frenesí de sangre, pagado por la riqueza del Duque de Orléans, un cobarde megalómano que deseaba usurpar el Trono sobre las espaldas del submundo criminal que él había desatado.

     La Revolución francesa fue un ensayo general para la carnicería de los bolcheviques, 130 años más tarde. En el convento de las carmelitas, en la calle de Vaugirard, hasta 200 sacerdotes habían sido encarcelados. Allí convergió una muchedumbre borracha, y con pistolas y sables mataron a los sacerdotes indefensos [36]. El arzobispo de Arlés tuvo su cara cortada casi en dos, cuando él ofreció su vida con la esperanza de apaciguar la sed de sangre y salvar a los otros sacerdotes. La muerte del anciano sólo excitó más a la muchedumbre, y ellos prendieron fuego sobre los sacerdotes arrodillados que rezaban en la capilla [37]. Otras masacres similares fueron llevadas a cabo sobre sacerdotes encarcelados en la abadía en París. Sin embargo, hubo más víctimas entre "el pueblo" que entre los aristócratas y el clero. Los líderes revolucionarios procuraron "amputar" a Francia, y reducir radicalmente su población, reminiscente de Pol Pot.

     En la región de La Vendée se emprendió una política de exterminio al por mayor, para eliminar a una gente que permanecía firme junto al Rey y la Iglesia.

     Webster percibe una curiosa transformación de Francia durante esa época, que muestra que la Revolución fue una victoria del "infra-hombre" y un regreso a lo atávico sobre las ruinas de la civilización. Ella escribe que abogados mediocres como Robespierre, que ahora tenían el poder, expresaron su frustración por años de fracaso personal, tratando ahora de eliminar a los talentosos e inteligentes. Todos aquellos que se habían dedicado a la erudición fueron puestos en la mira. "La guerra contra la educación fue incluso llevada a cabo contra los tesoros de la ciencia, el arte y la literatura". Una lumbrera revolucionaria propuso matar la colección de animales raros del Museo de Historia Natural.

     Una extendida noción de los revolucionarios era quemar todas las bibliotecas y sólo conservar los libros pertenecientes a la Revolución y a la ley. Miles de libros y valiosas pinturas fueron eliminados o destruídos. "No sólo la educación sino la cortesía en todas sus formas debían ser destruídas". Se hizo necesario asumir "una manera tosca y grosera" y presentar "un aspecto despreocupado". "Un semblante refinado, manos que no tenían marcas de trabajo manual, cabello bien peinado, ropa limpia y decente, eran considerados con sospecha. Para asegurarse de conservar la propia cabeza era aconsejable andar descuidado. Era aconsejable desgreñar el cabello de uno, dejarse la barba, ensuciarse las manos...". En suma, "no era sólo una guerra contra la nobleza, contra la riqueza, contra la industria, contra el arte y contra el intelecto: era una guerra contra la civilización" [38].

     Podría ser observado que el culto de lo sucio y lo descuidado se ha convertido hoy en un aspecto normativo de la sociedad.–






NOTAS

1. K R Bolton, Revolution from Above, (Londres, Arktos Media Ltd., 2011, p. 101.
2. T W Adorno, et al., The Authoritarian Personality, Nueva York, Harper and Row, 1950.
3. K R Bolton, "Sex Pol" Ideology: The Influence of the Freudian-Marxian Synthesis on Politics and Society, Journal of Social, Political and Economic Studies, Washington, vol. 35, Nº 3, otoño de 2010, pp. 329-38.
4. S Rothman and S R Lichter, Roots of Radicalism: Jews, Christians and the New Left, Nueva York, Oxford University Press, 1982, pp. 50-52.
5. Ibid., p. 55.
6. Ibid., p. 60.
7. Ibid., p. 286.
8. Myran Sharaf, Fury on Earth – A Biography of Wilhelm Reich(Londres, 1983, p. 169; K R Bolton, "Sex Pol Ideology", op. cit., pp. 347-348.
9. Ibid., p. 339.
10. E Fuller Torrey, The Roots of Treason: Ezra Pound and the Secrets of St Elizabeth’s, Londres, Sidgwick and Jackson, 1984.
11. "Jailbreak plot told in passport case", San Francisco Chronicle, 15 de Enero de 1960, p. 5.
12. Michael O’Meara, Introducción a Francis Parker Yockey (1949), The Proclamation of London of the European Liberation Front, Inglaterra, Wermod & Wermod Publishing Group, 2012, XVI.
13. Yockey iba a ser sometido a precisamente el mismo procedimiento.
14. Thomas Szasz, The Shame of Medicine: The Case of General Edwin Walker, The Freeman, vol. 59, Nº 8, Octubre de 2009, http://www.thefreemanonline.org/columns/the-therapeutic-state/the-shame-of-medicine-the-case-of-general-edwin-walker/
15. Ibid.
16. Ibid.
17. "Paranoia as Patriotism: Far Right Influences on the Militia Movement", The Nizkor Project, http://www.nizkor.org/hweb/orgs/american/adl/paranoia-as-patriotism/minutemen.html

18. Lothrop Stoddard (1922), The Revolt Against Civilization: The Menace of the Under-Man, Wermod & Wermod, 2012.
19. Cesare Lombroso es ampliamente considerado como el fundador de la criminología.
20. Max Nordau, Degeneration, Nueva York, D Appleton & Co., 1895, p. 18.
21. Ibid., pp. 18-19.
22. Ibid., p. 22.
23. Ibid., pp. 32-33.
24. Ibid., p. 555.
25. Ibid., p. 560.
26. Lothrop Stoddard, op. cit., capítulo VI: Rebellion of the Under-Man, p. 177,
27. Ibid., p. 177 n.
28. Deborah E Lipstadt, Denying the Holocaust: The Growing Assault on Truth and Memory, Londres, Penguin Books, 1994. Vea especialmente el cap. 11: Watching on the Rhine: The Future Course of Holocaust Denial, pp. 209-222.
29. R. Courtier-Forster, Bolshevism, Reign of Torture at Odessa, London Times, 3 de Dic. de 1919, pp. 2, 3, 4.
30. S Melgunoff, La Terreur Rouge (Paris, 1927), citado por el vizconde Leon de Poncins, The Secret Powers Behind Revolution, California, p. 149.
31. Jeffrey Dahmer asesinó a 17 hombres jóvenes en 1978-1991, refrigeró sus cuerpos y comió partes de ellos.
32. Edward Gein fue un canibal, necrófilo y saqueador de tumbas, que usó partes de cuerpos para construír polainas, cubiertas de muebles, y otros artículos.
33. Gustave Le Bon, The Crowd, op.cit., p. 86.
34. Gustave Le Bon, The World in Revolt, Nueva York, 1921, p. 179; citado por Stoddard, op. cit., cap. VII: The War Against Chaos.
35. Nesta H Webster, The French Revolution, 1919, 1969. Las páginas citadas en este artículo son de la edición de 1969.
36. Ibid., p. 311.
37. Ibid., p. 312.
38. Ibid., pp. 412-413.




Michael Howard - Enoc y los Vigilantes

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    A propósito de mitos sobre seres celestiales que también debieron abandonar su anterior status, y sobre sus nombres que durante siglos torpemente la Iglesia cristiana confundió y fusionó, presentamos el siguiente interesante artículo del señor Michael Howard, que apareció primero en la edición especial Nº 8 de la revista New Dawn (Septiembre de 2009), y luego en newdawnmagazine.comen Febrero de este año, de donde lo hemos traducido. El autor, que vive en Inglaterra, de quien ya ofrecimos un texto sobre chamanismo siberiano el año pasado,  es un escritor, investigador y editor de revistas de materias esotéricas y ocultistas. Acudiendo a literatura bíblica apócrifa, habla aquí del tema oriental de los ángeles caídos, escudriñando su papel y los efectos que se les atribuyen sobre el género humano, y su relación con otras mitologías.


Enoc y los Vigilantes:
La Verdadera Historia de Ángeles y Demonios
por Michael Howard, 2009



«Cada cosa visible en el mundo 
está puesta a cargo de un ángel»
(Agustín).


    En 2002 el periódico británico The Sunday Telegraph reportó que el Vaticano había prohibido la veneración de aquellos ángeles que no aparecen en los textos aprobados de la Biblia. Ésta era una tentativa de contrarrestar la influencia de grupos anónimos New Age que estaban supuestamente reclutando a nuevos miembros dentro de la Iglesia Católica. En el futuro, los rezos eran sólo para ser dirigidos a los tres únicos arcángeles que son mencionados en la Biblia(Miguel, Gabriel y Rafael). Según el apócrifo y prohibido Libro de Enocéstos fueron los seres angelicales responsables de encadenar a los malvados ángeles caídos, o Vigilantes, que habían transgredido la ley de Dios. El reporte noticioso decía que la Iglesia primitiva había excluído dicho libro, atribuído al profeta del Antiguo Testamento y patriarca Enoc, de la versión autorizada de la Biblia, porque describía a estos ángeles caídos y sus actividades.

     ¿Quiénes son los Vigilantes o ángeles caídos, y por qué estaba la Iglesia temprana y también el Vaticano moderno tan preocupados por ellos?.

     Génesis6:1-4 dice: "Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas; y tomaron esposas de entre todas las que eligieron". Tradicionalmente los Ben Elohim o "hijos de Dios" eran varios cientos, y ellos descendieron a la Tierra sobre el monte Hermón [entre el Líbano y Siria]. Significativamente, aquél era un lugar sagrado tanto para los cananeos como para los hebreos que invadieron su tierra. En tiempos posteriores, en sus laderas fueron construídos lugares consagrados a los dioses Baal, Zeus, Helios y Pan, y a la diosa Astarté.

     Estos Ben Elohim o "ángeles caídos" también eran conocidos como los Vigilantes, los Grigori y los Irin. En la mitología judía los Grigori eran originalmente una orden superior de ángeles que moraban en el más alto cielo con Dios y parecían seres humanos en su aspecto [G. A. Davidson, Dictionary of Angels, 1971, p. 127]. El título "Vigilante" simplemente significa "el que vigila", "aquellos que cuidan", "aquellos que están despiertos"o "aquellos que no duermen". Estos títulos reflejan la relación única entre los Vigilantes y la raza humana desde antiguos tiempos.

     En la tradición esotérica luciferina ellos eran una especial orden de élite de seres angelicales creados por Diospara ser pastores terrenales de los primeros humanos primitivos. Su tarea era observar y vigilar a la emergente especie humana e informar acerca de su progreso. Sin embargo, ellos se vieron limitados por la principal directriz divina de no interferir en la evolución humana. Lamentablemente ellos decidieron ignorar la orden de Dios y desafiar sus órdenes, y convertirse en maestros de la raza humana, con desafortunadas repercusiones tanto para ellos como para la Humanidad.

     La mayor parte de la información que tenemos sobre los Vigilantes y sus actividades proviene del apócrifo Libro de Enoc. En la Biblia ortodoxa el profeta Enoc (del hebreo "hanoj"= instructor) es una figura misteriosa. En Génesis 4:16-23 él es descrito como hijo de Caín, el labrador, y la primera ciudad construída por su padre es bautizada en honor de Enoc. Posteriormente en Génesis 5:18-19, y varias generaciones más tarde, Enoc es llamado hijo de Jared, y es durante su vida que los Vigilantes llegan o encarnan en cuerpos humanos.

     En el apócrifo Libro de los Jubileos, según se afirma dictado por "un ángel del Señor" a Moisés en el monte Sinaí cuando él también recibió los Diez Mandamientos, se dice que Enoc fue "el primero entre los hombres que nacen en la Tierra que aprendió la escritura, el conocimiento y la sabiduría". También dice que Enoc puso por escrito "los signos del Cielo" (los signos zodiacales) según sus meses en un libro. Esto fue para que los seres humanos pudieran conocer las estaciones de los años en relación al orden de los meses y sus respectivas influencias estelares y planetarias. La indicación es que Enoc recibió esta información de fuentes extraterrestres angelicales, es decir, de los Vigilantes, y por lo tanto él era un ejemplo cultural.


Los Ángeles Caídos Instruyen a la Humanidad

     Doscientos de los "ángeles caídos" descendieron desde el reino celestial sobre la cumbre del monte Hermón, y ellos quedaron tan impresionados con la belleza de las mujeres humanas que, usando sus nuevos cuerpos materiales, tuvieron sexo con ellas. Esto posteriormente provocó la ira de Yahvé y, según la Biblia, la consecuencia de este mestizaje entre los Caídos y los mortales condujo a la creación de una descendencia semi-angélica y semi-humana (Génesis 6:4).

     Estos hijos fueron llamados los Nefelimo Nephilim, y ellos fueron la raza gigantesca que alguna vez habitó la Antigua Tierra. Los ángeles caídos enseñaron a sus mujeres e hijos una variedad de nuevas habilidades tecnológicas, conocimiento mágico y sabiduría oculta. Esto sugiere que las capacidades psíquicas y los poderes mágicos fueron originalmente una herencia antigua del reino angelical dado a los primeros humanos. En la tradición luciferina esto es conocido en términos espirituales y metafóricos como tener "sangre de bruja", "sangre de elfos" o "sangre de hadas", la cual es poseída por brujas y magos.

     En el Libro de Enoc se dice que el líder de los ángeles caídos se llamaba Azazel, y él a menudo es identificado con Lucifer (el Portador de la Luz) o Lumiel ("la luz de Dios"). Él enseñó a los hombres a forjar espadas y a hacer escudos y armaduras. Azazel también les enseñó la metalurgia y cómo sacar metales de la tierra y a usar metales diferentes. A las mujeres él les enseñó el arte de hacer pulseras, ornamentos, anillos y collares de metales y piedras preciosos. Él también les mostró cómo "embellecer sus párpados" con kohl y el uso de trucos cosméticos para atraer y seducir al sexo opuesto. De estas prácticas Enoc dice que provino mucha "impiedad", y que hombres y mujeres cometieron fornicación, se extraviaron y corrompieron sus caminos.

     Ésta fue la base para que la Iglesia temprana condenara a los ángeles caídos por enseñar a las mujeres a hacer collares de piezas de oro y pulseras para sus brazos. Pablo dijo que las mujeres deberían cubrir su cabeza en la sinagoga (1ª Corintios 11:5-6). Esto era porque se suponía que los ángeles caídos eran atraídos hacia las mujeres humanas con cabello largo y suelto. La costumbre de las mujeres de cubrir su pelo en las iglesias todavía se encuentra en el catolicismo romano y también en las costumbres del Islam.


     El ángel caído Semyaza, otra forma de Azazel, dice Enoc que hubo enseñado a la gente el uso de partes de raíces y el arte mágica del encantamiento; el ángel caído Armaros enseñó la anulación de encantamientos; Baraquiel enseñó la astrología; Kokabiel, el conocimiento de las constelaciones (astronomía); Chazaquiel, el conocimiento de las nubes y el cielo (ciencia meteorológica y adivinación); Shamsiel, los signos del Sol (los misterios solares); Sariel los cursos de la Luna (los ciclos lunares usados en horticultura y agricultura y los misterios lunares esotéricos); Penemuel instruyó a los humanos en el arte de la escritura y la lectura; y Kashdejan enseñó el diagnóstico y la curación de enfermedades y la ciencia de la medicina.

     Es obvio, a partir de estas descripciones de las capacidades educativas de los Vigilantes, que ellos fueron ejemplos culturales y los portadores de la civilización para la raza humana temprana. Es por lo tanto extraño que en los textos religiosos ortodoxos judeo-cristianos ellos sean representados falsamente como malvados corruptores de la Humanidad.

     Alguna idea del exaltado estatus original y de la verdadera naturaleza de los "hijos de Dios" y de "los ángeles del Señor" puede ser encontrada escondida en los antiguos anales del saber angelical. Por ejemplo, Kokabiel es descrito como "un gran príncipe angélico que gobierna sobre las estrellas" [Ibid., p. 164]. En los Oráculos Sibilinos, Araquiel es uno de los ángeles caídos que guía las almas de los muertos hacia el juicio en el inframundo.

     Shamsiel, muy probablemente en su origen un dios babilónico del Sol, fue llamado "el príncipe del Paraíso" porque él era uno de los ángeles guardianes que vigilaban las puertas en Edén. En este papel él llevó a Moisés a ver el jardín divino, y también vigilaba los tesoros del rey David y su hijo Salomón el Sabio. Esta referencia puede ser a los tesoros espirituales más bien que al oro físico y joyas. En el Zohar judío él es llamado como el principal ayudante del poderoso arcángel Uriel y como el que lleva su estandarte en la batalla.

     Sariel era un ángel asociado con la fertilidad de la tierra y el equinoccio de primavera en Marzo (en el hemisferio Norte). Él gobernaba el signo marcial del Zodiaco, Aries el Carnero, y era invocado por su protección contra el poder maléfico del mal de ojo.


Azazel - Lucifer - Lumiel

     Azazel, el líder de los Vigilantes, como ya se mencionó, era identificado con Lucifer o Lumiel. En el Corán se dice que Lucifer-Lumiel (Iblis) se rebeló contra Aláporque se le dijo que se inclinara y adorara al "hombre de la tierra" nacido del barro, Adán, lo cual rechazó. Él fue obligado a luchar en el Cielo con el arcángel Mikael o Miguel y su Ejército del Señor. Como resultado, Lumiel y sus ángeles rebeldes fueron expulsados del Cielo y cayeron a la Tierra. Aquí Lumiel se convirtió en el "Señor del Mundo", y en la mitología cristiana él fue falsamente identificado con el monstruo imaginario Satán (hebreo ha-Satán = el adversario, el acusador). Sin embargo, esotéricamente en la tradición luciferina, Lumiel o Lumial no es una figura satánica malvada que atrae a la especie humana a la tentación y a malas acciones, como la Iglesia lo representa, sino que él es "el ángel de Dios [que] se rebeló contra el orden cósmico estático y establecido, y puso en movimiento las fuerzas de cambio y evolución" [Stephen Flowers, Fire and Ice, 1990, pp. 43-44].

     Es posible que Lumiel pueda haberse originado en Canaán como Shahar, el dios de la estrella de la mañana (Venus). Él tenía un gemelo llamado Shalem, quien también era simbolizado por el planeta Venus, pero como la estrella vespertina. Estos divinos gemelos brillantes y oscuros representaban la luz solar que emerge desde la oscuridad de la noche al amanecer y que desciende a ella al anochecer. Ellos eran los hijos de la diosa Ashera [o Astarté o Astarot], y hay pruebas arqueológicas del Oriente Medio de que los hebreos adoptaron la adoración de aquélla cuando se establecieron en Canaán y de que practicaron su adoración junto a la reverencia hacia el tribal dios de la tormenta Yahvé. El Antiguo Testamento contiene varias referencias a la continua adoración de Ashera como "Reina del Cielo" por los supuestamente monoteístas hebreos. Aquello tenía lugar en santuarios en arboledas sagradas en las colinas, donde hacían ofrecimientos de pasteles e incienso a la diosa. En la mitología cananea, Shahar, como el Señor de la Estrella de la Mañana, fue echado del Cielo por desafiar al alto dios El en la forma de un rayo. En aquella forma él fertilizó a la Madre Tierra con su fuerza fálica divina.

     Azazel es representado como un herrero metálico y un hechicero o mago que trabaja con fuego. Él también ha sido comparado con el primer herrero bíblico, Tubal-Caín, un descendiente del semi-humano y semi-angélico Caín, "el primer asesino". El nombre actual Azazel ha sido diversamente traducido como "dios de la victoria", "la fuerza de Dios", "el dios fuerte" e incluso "el dios cabra". En el apócrifo Apocalipsis de Abraham, él es llamado "el señor de los paganos", sugiriéndose que él había sido al principio un dios pagano. Él también ha sido identificado con la serpiente del mito de Edén que sedujo a la primera mujer y "Madre de Todos los Vivientes", Eva. En un texto persa conocido como el Urm al-Jibab o el Libro Primordial, que data del siglo VIII d.C., se dice que el ángel Azazil o Azazel rechazó reconocer la superioridad de Adán sobre los ángeles. Por lo tanto Alá lo expulsó a él y a sus ángeles rebeldes del reino celestial para que viviera en la Tierra. Más generalmente en el folklore islámico Azazel o Azrael es el ángel de la muerte, y actúa como un guía para las almas de los muertos.

     En Levitico 16:8-10 y en los Rollos del Mar Muerto está registrado un curioso ritual hebreo que presenta a Azazel como el nombre para el "chivo expiatorio" que se lleva los pecados comunitarios de Israel. Allí se dice que el sumo sacerdote Aarón tomó dos cabras del rebaño y echó suertes (adivinación practicada) para elegir cuál sería el chivo expiatorio y sacrificado como una "ofrenda por el pecado". Los Rollos del Mar Muerto dicen que el sumo sacerdote confesaba todas las "impurezas de los hijos de Israel" sobre la cabeza de la cabra Azazel. Mediante este acto ritualmente simbólico él transfería al infortunado animal toda la culpa y pecados de ellos, de manera que pudieran ser absueltos de los mismos. La cabra era entonces echada al desierto para morir o arrojada por un precipicio para que se rompiera en pedazos en las rocas debajo.

     Este concepto antiguo y arquetípico del chivo expiatorio sacrificado por los pecados de la raza humana y abandonado en el desierto, es un motivo poderoso y potente que aparece varias veces en los mitos bíblicos. Puede ser visto en la historia de Caín, que se convierte en un vagabundo exiliado en la Tierra, después de ser marcado por Yahvé y desterrado al "Este de Edén" después de matar a su hermano Abel. En una leyenda judía el sabio rey Salomón, un poderoso mago que podía invocar y controlar a los demonios, cayó de la gracia porque él "se prostituyó en pos de dioses extranjeros". Él fue obligado por Yahvé a dejar Jerusalén y a vagar en el desierto disfrazado como un mendigo.

     También después de su éxodo tras la esclavitud en Egipto, Moisés y los israelitas se vieron obligados a pasar cuarenta años vagando en el desierto antes de que se les permitiera entrar en la Tierra Prometida (Canaán). En la antigua mitología egipcia, el dios de la oscuridad Set es representado como un divino marginado que habita en el desierto, y Lilith o Liliya, la primera esposa de Adán, después de que abandonó a éste, huyó al desierto lejos del hábitat humano. En el Nuevo Testamento Jesús deambuló en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches. Él no fue aceptado como maestro en su propia ciudad de Nazaret, y fue rechazado como el Mesías prometido por su gente. Cuando Jesús fue crucificado, él simbólicamente asumió el papel del chivo expiatorio sacrificial que muere para limpiar los pecados de la raza humana.

     Es posible que la descripción del ritual del dios-cabra Azazel pueda haber sido un rito de equinoccio de otoño o de cosecha, de origen sirio, hitita o cananeo, adoptado por los hebreos. Originalmente una cabra habría sido seleccionada por medio de un ritual de adivinación y luego ofrecida a un dios o demonio del desierto que tenía que ser aplacado mediante derramamiento de sangre. Finalmente el sacrificio fue hecho a Yahvé como una petición para que perdonara los pecados de sus seguidores. Se creía popularmente que Azazel tenía un séquito de demonios en forma de peludos machos cabríos conocidos como los se'irim, los cuales, tal como los Vigilantes, deseaban a las mujeres humanas. No puede ser una coincidencia total el que la Iglesia haya imaginado al Diablo o Satán bajo la forma de un peludo semi-humano macho cabrío con un gran falo erguido y que tenía relaciones sexuales con sus adoradoras en el sabbath de las brujas.

     Semyaza es visto por algunos luciferinos modernos como el emisario de Lumiel, o como uno de sus avataras (un ser divino encarnado en forma humana). Él no sólo se enamoró de las mujeres humanas, sino también de la deidad babilónica Ishtar, la diosa del amor y la guerra. Ella prometió tener sexo con él si éste a cambio le revelaba el nombre secreto de Dios. Cuando Semyaza se lo dijo, Ishtar usó ese conocimiento prohibido para subir a las estrellas, y ella reinó sobre la constelación de las Pléyades o las Siete Hermanas. Mientras los otros Vigilantesfueron acorralados por los arcángeles y castigados por Yahvé, Semyaza voluntariamente se arrepintió de su error y se condenó a sí mismo a colgar cabeza abajo en la constelación de Orión el Cazador, con quien él es a veces identificado en la tradición luciferina. En la tradición kabalística, Naamah, la hermana del primer herrero bíblico Tubal-Caín, sedujo a Azazel, y ha sido asociada con Ishtar [Michael Howard y Nigel Jackson, The Pillars of Tubal Cain, 2003, p. 65; Michael Howard, The Book of Fallen Angels, 2004].
 
Constelación de Orión Hemisferio Norte

"Una Raza entre Dioses y Hombres"

     Como hemos visto, el resultado final de las relaciones ilícitas entre los Vigilantes y las "hijas de los hombres" fue, según la propaganda judeo-cristiana, el engendramiento de una raza monstruosa de belicosos gigantes caníbales y bebedores de sangre llamados los Nephilim. En Génesis 6:4 se los describe menos dramáticamente como "los poderosos hombres de antaño, los varones de renombre". Al principio ellos fueron alimentados por Yahvé con maná(¿ambrosía, el alimento de los Dioses?) para que dejaran de consumir carne humana, pero ellos lo rechazaron. Ellos en cambio mataron animales como comida, y luego comenzaron a perseguir y a comer presas humanas.

     Se ha especulado que esta leyenda está basada en los hábitos culinarios de los pastores nómadas del desierto en Oriente Medio, quienes eran voraces comedores de carne. En el mito bíblico de Caín y Abel, la disputa entre los dos hermanos que condujo al primer asesinato es acerca de la naturaleza de los ofrecimientos hechos a Yahvé. Abel, "un pastor de ovejas" o pastor nómada, ofreció "las primicias del rebaño", y Caín, que era "un labrador de la tierra" o agricultor-jardinero, ofreció "los frutos de la tierra" (Génesis 4:2-4). Los ofrecimientos quemados de Abel de carne de animal y sangre complacieron a Yahvé, pero éste rechazó las verduras, los cereales y frutos ofrecidos por su hermano. En un nivel puramente material, a diferencia de una metáfora mítica y espiritual, esta historia puede reflejar la lucha por el dominio entre los pastores nómadas y los primeros agricultores de la Era Neolítica en el Oriente Medio.

     La idea de héroes semi-divinos nació de los mitos antiguos de uniones entre dioses y mortales. El poeta y escritor griego Píndaro (518-438 a.C.) describió a los héroes del pasado como "una raza entre Dioses y hombres". En los Rollos del Mar Muerto los terribles Nephilim comedores de humanos son de hecho descritos como los guardianes del conocimiento arcano que "conocían todos los misterios de la Naturaleza y la Ciencia". Hay también referencias indirectas a las técnicas de reproducción que ellos enseñaban, lo que sugiere que ellos instruyeron a los primeros humanos en la domesticación y crianza de animales.

     Referencias adicionales también insinúan experimentos que condujeron a la creación de "monstruos" por medio del cruce de animales de especies diferentes y no relacionadas. En el ocultismo teosófico moderno hay leyendas acerca del continente perdido de Atlántida que afirman que sus científicos criaron híbridos semi-humanos y semi-animales como una raza esclava. En nuestro propio tiempo los científicos están experimentando con investigación genética y experimentos de clonación animal. Se rumorea ampliamente que en China hubo recientemente intentos abortados de crear una nueva especie híbrida mitad humana y mitad animal. Estos experimentos antinaturales condujeron al desastre cataclísmico que destruyó la Atlántida. Esto también está relacionado con la destrucción de los Nephilim y la temprana raza humana en el Diluvio bíblico. Los registros de tal acontecimiento también pueden ser encontrados en la mitología de los pueblos antiguos de todo el mundo, y especialmente entre los babilónicos en Oriente Medio. De hecho, se ha sostenido que la historia de Noé y el Diluvio en el Antiguo Testamentotuvo su origen en mitos babilónicos y sumerios.


10.000 a.C. y el Final de la Era Glacial

     Se sabe que alrededor de 10.000 a.C. parece haber habido una explosión cultural que transformó a la temprana Humanidad. Al final de última Era Glacial aparecieron los primeros signos de la agricultura en Oriente Medio, con un cambio desde un estilo de vida nómade de cazadores-recolectores al de la agricultura establecida. Esto marcó el comienzo de la civilización en esta área. Tan pronto como en 9500 a.C., la cebada, el trigo y el centeno, y la avena, los guisantes y las lentejas, estaban siendo cultivados por nuestros antepasados neolíticos en lo que es ahora el moderno Kurdistán, entre Turquía e Iraq. Al mismo tiempo los perros, las cabras y las ovejas también fueron domesticados. Dentro de mil años se estaba practicando la fusión de cobre y de plomo en Anatolia (moderna Turquía), y los arqueólogos creen que ese proceso fue descubierto primeramente en Kurdistán, junto con la fabricación de cerámica y el tejido. La antigua cultura kurda fue también la primera en desarrollar una escritura, y fue una de las sociedades alfabetizadas más tempranas en el Oriente Medio.

     Los kurdos afirman ser descendientes de los "Hijos del Djinn" (espíritus o genios), la descendencia de un acoplamiento entre los djinns y las mujeres mortales. En algunas partes del Kurdistán, sobre todo entre la secta de los yezedis, quienes adoran al Ángel Pavo Real (Azazel, el líder de los ángeles caídos), puede ser encontrada gente alta, rubia y con ojos azules. Aunque los antropólogos creen que ellos pueden ser de antiguos ancestros europeos, la creencia del folklore popular entre los kurdos dice que ellos son descendientes de los "Hijos de los Genios", que en tiempos antiguos trajeron la civilización a la temprana Humanidad.

     En general el Oriente Medio antiguo era conocido como "la cuna de la civilización", al haber sido fundadas en el área mesopotámica (modernos Iraq e Irán) las más antiguas ciudades-Estados. Los antiguos pueblos autóctonos de la región, los sumerios y los acadios, desarrollaron el primer lenguaje escrito, estudiaron la astronomía y crearon bibliotecas. Los babilónicos y los asirios los siguieron, y en la mitología de todas estas razas hay historias de cómo los dioses descendieron a la Tierra y les enseñaron las artes de la civilización.

     En el Libro de Enoc se dice que cuando Yahvé vio la anarquía, el caos, la corrupción y la inmoralidad sexual que había sido causada por la interacción de los Vigilantes y los humanos, él decidió intervenir mediante los arcángeles Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel. Él ordenó que Rafael atara a Azazel de manos y pies, como a una cabra de sacrificio, y que lo arrojara en un barranco profundo en el desierto. Gabriel fue enviado a una misión divina para destruír a "los bastardos y réprobos"y a "los hijos de los Vigilantes entre los hombres"[R. H. Charles, The Book of Enoch, 1912, p. 37]. El arcángel Miguel, comandante del Ejército de Dios, fue enviado a arrestar a Semyaza y a encadenarlo "bajo la tierra" hasta el Día del Juicio Final. Como hemos visto, el ángel caído se arrepintió de sus pecados y se condenó él mismo al exilio cósmico entre las estrellas.

     El Libro de los Jubileos dice que los arcángeles ataron a los Vigilantes"en las profundidades de la tierra", y en el folklore judaico ellos están encarcelados en un misterioso "segundo Cielo". Sin embargo, también se dice que algunos de estos "poderosos guerreros" tienen reservado un lugar especial para ellos en el Sheol, el Inframundo según los judíos. Allí se dice que ellos están en un estado "con escudo y lanza intactos".


     Christian O’Brien ha sugerido [The Genius of the Few, 1985] que hay una conexión entre los bíblicos Vigilantes y los semi-divinos y semi-míticos Tuatha De Danann (los Hijos de la Diosa Dana). Esta raza de antiguos magos descendió a la Tierra en la sagrada colina de Tara en la Irlanda prehistórica. Con la llegada del cristianismo, los Tuatha De Danann fueron desterrados a las "colinas huecas" y se convirtieron en los Sidhe (Shee) o los "Brillantes", los elfos y las hadas del folklore irlandés. Siempre ha existido una fuerte creencia entre la clase campesina de Irlanda en cuanto a que la Gente Buena o hadas fueron originalmente los ángeles caídos que se pusieron de parte de Lucifer en la Batalla del Cielo.

     En este artículo nos hemos referido constantemente a los Vigilantes como seres angelicales con una forma espiritual que se encarnaron en cuerpos físicos para tener relaciones sexuales con mujeres mortales. En años recientes, ha sido publicada una considerable cantidad de literatura especulativa sugiriendo que en cambio ellos eran de origen terrenal. Populares autores éxitos de ventas, como Andrew Collins [From the Ashes of Angels, 1996; The Gods of Eden, 1998], Graham Hancock e Ian Lawson, han afirmado que el mito bíblico de los Vigilantes representa los recuerdos de una primigenia "raza antigua" de súper-humanos que pertenecían a una perdida civilización, que enseñó su tecnología a gente más primitiva. Lawson ha afirmado que esta (desconocida) raza antigua pueden haber sido almas espiritualmente avanzadas que se encarnaron para ayudar a la temprana especie humana, y que fueron corrompidas por ésta en el proceso.


Simbolismo del Mito de los Ángeles Caídos

     ¿Cuál es el significado esotérico detrás del mito de los ángeles caídos, la expulsión de Lucifer desde el Cielo y la Caída del Hombre, como está representado en la saga del Jardín de Edén? Los mitos babilónicos, hititas, cananeos, iranios, egipcios, griegos y nórdicos, todos describen en diversas formas una lucha entre el supremo dios-padre, que representa el orden cósmico y la armonía, y un dios rebelde más joven que desafía y trata de derrocar la autoridad divina. Aunque estos conflictos por lo general han tenido lugar en una época pre-humana, ellos también son a veces representados como ocurriendo en la Historia mundial, y a menudo están relacionados con la creación y el desarrollo temprano de la especie humana y la aparición de las civilizaciones antiguas.

     Simbólicamente, Lucifer o Lumiel es conocido como el Señor de la Luz, en tanto él es el primogénito de la creación. Él representa la activa energía cósmica del universo, y ha sido identificado con el fuego, la luz, el poder fálico, el pensamiento independiente, la conciencia, el progreso, la libertad y la independencia. La fundadora de la moderna Sociedad Teosófica, Helena Blavatsky, describió al Portador de la Luz como "el espíritu de la iluminación intelectual y la libertad de pensamiento" sin cuya influencia la Humanidad sería "no mejor que los animales" [The Secret Doctrine vol. II, India, 1921, p. 171, 255, 539].

     En la Biblia, Lucifer (o Satáncomo lo llaman equivocadamente) a menudo es representado en una forma reptiliana como un dragón o una serpiente. En las mitologías occidentales esa criatura es comúnmente tergiversada como un símbolo de los poderes de la oscuridad, el caos y mal. Por contraste, en la mitología de Oriente el dragón es un buen presagio que representa la fertilidad y la buena fortuna. Lumiel-Lucifer a menudo es identificado con la serpiente del mito edénico descrito en el Génesis. En la tradición luciferina, la serpiente bíblica es considerada como la personificación del conocimiento, la sabiduría y la iluminación que liberó a los primeros humanos de la ignorancia espiritual impuesta a ellos por Yahvé. La serpiente es vista como el símbolo de una fuerza de liberación exterior que literalmente abrió los ojos de Adán y Eva a la realidad del universo creado y a las maravillas del mundo material.

     La serpiente, culebra o dragón es una antigua imagen mítica y arquetípica del poder fálico solar o fuerza de vida que está asociada con Lucifer y la explosión de luz después del divino acontecimiento celeste que creó el universo (conocido por los científicos modernos como el Big Bang). Cuando el primer hombre y la mujer comieron el fruto prohibido del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal en el jardín astral o celestial, ellos llegaron a estar conscientemente despiertos. Su primera comprensión fue que sus "envolturas de carne" estaban desnudas. Ellos se apresuraron a cubrir sus genitales cuando se dieron cuenta del llamado "poder de la serpiente" o kundalini, que puede ser incrementado mediante las relaciones sexuales y actos sexuales no reproductivos. Ellos también comieron del Árbol de la Vida que inició el ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento, y de las almas humanas encarnándose en la forma física.

     Curiosamente, el antropólogo y profesor chamánico doctor Michael Harner ha descrito una experiencia que él tuvo en la selva del Amazonas peruano después de participar de la vid alucinógena ayahuasca. Él tuvo una visión de un barco con un dragón en la proa con una tripulación de humanos con cabezas de ave. Él luego encontró una antigua raza de entidades reptilianas que él cree que existe dentro de cada ser humano en el tronco cerebral, en la base del cráneo y en la cima de la columna vertebral. Estas formas de vida reptilianas le dijeron al doctor Harner que ellas habían llegado hace eternidades a la Tierra desde las estrellas. Supuestamente, ellos crearon la vida aquí, de manera que ellos tuvieran algún lugar donde esconderse y fueran los verdaderos amos del planeta. El antropólogo mencionó esto a un viejo chamán indio y éste le dijo que él ya sabía sobre esas entidades y que las llamaba los "Amos de la Oscuridad Exterior" [Michael Harner, The Way of the Shaman, 1980].

     El mito de los Vigilantes, la Caída de Lucifer y la Caída del Hombre, todos representan el primitivo Tiempo del Sueñoo "Edad de Oro" de armonía cósmica y terrestre e inocencia primordial que puede haber existido en el plano material o en alguna especie de plano astral o pre-material. Es la destrucción física simbólica o real de este paraíso celeste o terrenal, donde la gente y los animales vivían juntos y se comunicaban por medio de una lengua universal, la que es reflejada en tales mitos y leyendas. En términos chamánicos esto es conocido como la Gran Separación, cuando los humanos ya no supieron o no entendieron el lenguaje de los animales. Ése fue también un tiempo en que los humanos comenzaron a comunicarse en diferentes lenguas, y esto es representado por la historia bíblica de la Torre de Babel.

     El mito de la Edad de Oro o Paraíso en la Tierra está estrechamente vinculado con la caída de Lucifer desde el Cielo y la disminución de su antiguo estatus como el primogénito de la creación para convertirse en el Señor del Mundo. En un nivel simbólico y metafórico, así como en uno físico, también está relacionado con la separación de los humanos desde la Naturaleza y su medioambiente natural, que se está manifestando en nuestros tiempos modernos. Fue la deliberada intervención de Lucifer y los ángeles caídos en la evolución humana, más bien que algún desafío a la autoridad cósmica, lo que en último término condujo a su caída desde la gracia divina. El único "crimen" de los Vigilantes consistió en que ellos quisieron ayudar al progreso de su rebaño humano. Sin embargo, el rechazo de Lucifer-Iblis a reconocer la creación de los seres humanos significa que la Caída desde la gracia celestial era inevitable.

     En la tradición luciferina, a Lumiel se le ha prometido la redención y la restauración de su antiguo estatus en el plan cósmico. Esto sólo puede llegar a ocurrir cuando la raza humana evolucione espiritualmente. Entonces es para beneficio de Lumiel y sus ángeles enseñantes el que nos ayuden a conseguir aquel fin. La relación entre la Humanidad y el líder de los Caídos es por lo tanto en gran parte simbiótica, por cuanto ellos se necesitan unos a otros.–



Las Pirámides Hechas de Concreto

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     El siguiente artículo (The Pyramids: A Concrete Possibility) apareció en la revista World and I en su edición de Febrero de 1989 y luego fue publicado en castellano en el diario El Mercuriode Santiago el 18 de Febrero de 1990. Lo que se explora aquí es una ingeniosa y revolucionaria hipótesis que sacudió a la egiptología, que pertenece al científico de materiales francés y doctor en química Joseph Davidovits (1935), inventor de la química de los geopolímeros y otras cosas, experto mundial en cementos antiguos y modernos, autor de nueve libros entre 1983 y 2009 (Alchemy and the Pyramids, 1983; The Pyramids: An Enigma Solved, 1988, con Margaret Morris; La Nouvelle Histoire des Pyramides, 2006, y Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones, 2009, entre otros), quien postula que las famosas pirámides egipcias no fueron construídas con piedras naturales cortadas en bloques sino que éstos fueron moldeados a base de piedra calcárea y otros materiales, técnica que habría sido aplicada incluso a vasijas de "piedra" egipcias. Como se supondrá, algunos egiptólogos oficiales que deben mantener la teoría ortodoxa han rechazado la posibilidad de que las piedras de las pirámides pudieran ser artificiales. Sin embargo, el respaldo científico y la experiencia práctica que posee Davidovits, que no tienen cómo tenerla los egiptólogos, como su observación de la existencia de bolsones de aire en algunos bloques (burbujas de aire producto del proceso de endurecimiento) y otros hechos significativos, hace que se le deba escuchar. Su campaña de difusión de su hipótesis como un hecho altamente probable ha continuado desde entonces permanentemente hasta el día de hoy, y, gracias a él, a mediano plazo bien podríamos estar hablando de otra Historia egipcia, menos fantasiosa. Y a continuación presentamos en castellano un texto que encontramos de Diciembre de 2012 publicado en el sitio tedstalk.com, que retoma 23 años después del primer artículo las cuestiones propuestas por Davidovits en su libro The Pyramids, an Enigma Solved.


LAS PIRÁMIDES:
Una Posibilidad en Concreto
por Harvey Hagman
Febrero de 1989



     "Una audaz nueva teoría sobre la edificación de las pirámides antiguas sostiene que los constructores egipcios dominaban los secretos para hacer piedra sintética".


     Las misteriosas pirámides de Gizeh (Giza) —monumentos para que mediten las generaciones— han fascinado a la Humanidad durante miles de años. Su masa maravilla a todos los que se detienen al pie de ellas en las arenas del Sahara egipcio.

     La Gran Pirámide, atribuída al faraón Khufu o Keops, es la más grande. Su base cuadrada cubre 5,3 hectáreas; la cúspide está a la altura de un rascacielos de 50 pisos, y se calcula que contiene 2.600.000 bloques de piedra con un peso promedio de entre 2,5 y 3 toneladas, lo cual conforma una masa de 6,25 millones de toneladas.

     Todas estas rocas, según los egiptólogos, fueron sacadas de una cantera, talladas y levantadas hasta su posición en lo alto en menos de dos décadas, sin poleas, animales de tiro ni ruedas. Sin embargo, miles de esos bloques están situados a gran altura. Los historiadores nos dicen que los ingenieros antiguos se sirvieron de palancas, trineos de carga, rodillos, rampas y sudor para hacer las pirámides.

     Los inmensos bloques calzan entre sí de manera que no los separan sino dos milésimas de pulgada, a pesar de que ni el fierro ni el bronce habían sido desarrollados todavía como para ser utilizados en el corte tan perfecto de la piedra. Los problemas logísticos que plantea la construcción de las pirámides no han sido resueltos; la precisión es demasiado grande, la escala es demasiado grandiosa. A medida que los métodos científicos se tornan más sofisticados, surgen más preguntas. El enigma crece.

     Joseph Davidovits, investigador químico y fundador de la química de la geopolimerización, asevera que ha resuelto dicho misterio en su libro "Las Pirámides: Un Enigma Resuelto" (coescrito con Margaret Morris, de la Universidad de Minnesota). Dice que ha redescubierto la tecnología olvidada que se usó para construír las pirámides. Según él, los bloques de las pirámides no son piedra natural sino efectivamente un concreto de calidad excepcional, de piedra caliza —piedra sintética— vaciado en moldes en el lugar mismo. Su teoría, si es verdadera, significaría que los constructores de las pirámides hubieron tenido que hacer algo casi tan milagroso como cortar, acarrear y subir 2,5 millones de enormes bloques de piedra: dominar una tecnología del concreto que supera al mejor concreto producido por las modernas firmas constructoras. Pero eso es, precisamente, lo que hicieron los egipcios, dice Davidovits, un pionero en la manufactura de piedra sintética.

     Él y su colaboradora estadounidense han elaborado una documentación fascinante que estimula la reflexión sobre su teoría. Muchas personas que no son especialistas la hallarán persuasiva. Muchos egiptólogos profesionales que han escuchado exponer su tesis a Davidovits en conferencias de expertos en los últimos diez años la han recibido con un silencio ensordecedor; otros han rechazado su teoría por ser contraria a todas las pruebas. Con todo, si tiene razón, habrá que repensar aspectos importantes de la Historia antigua, y su libro (The Pyramids: An Enigma Solved, Nueva York, 1988; 2ª ed. ampliada, 2001) tiene por objeto provocar precisamente un análisis serio de esa índole
    
     Davidovits, un químico dedicado a la investigación y especialista en la fabricación de cementos muy durables, comenzó a formular su hipótesis después de que él mismo hiciera piedra sintética en su centro de investigaciones, situado a 150 kms. al Norte de París, a fines de la la década de los '70. Durante el proceso destinado a desarrollar un concreto que pudiese guardar de manera segura desechos radiactivos peligrosos durante muchas décadas, Davidovits descubrió sustancias minerales adhesivas que operan a bajas temperaturas y que él denominó geopolímeros.

     «El concepto de geopolímero», dice Davidovits, «prácticamente no se distingue de la piedra natural» y engaña fácilmente a los geólogos. Más todavía: «Para producir esa piedra sintética no se requiere un enorme calor o presión. El concreto de geopolímeros fragua rápidamente a la temperatura de una habitación para formar la piedra sintética; es de hermosa apariencia y abunda en cualidades sin precedentes... Un individuo de la Edad de Piedra podía haber producido polímeros si hubiese aplicado astutamente los conocimientos que provienen de la observación y la experimentación inteligentes y repetidas sobre las sustancias que se hallan en el entorno.Sólo tiene que adquirirse el conocimiento teórico sobre los elementos minerales, sobre cómo distinguirlos y cómo pueden ser manipulados químicamente».

     Habiendo descubierto el concreto de geopolímeros, Davidovits se preguntó si los antiguos constructores no se habían adelantado a aplicar el mismo procedimiento en la construcción de las pirámides. Según la coautora del libro sobre las pirámides, Margaret Morris, lo que hizo Davidovits fue lo siguiente:

     «Paso a paso, aplicó su teoría a la Historia antigua. Inició un estudio intenso de la Historia antigua y de la ecología de Egipto, buscando los materiales apropiados para la geopolimerización. Encontró los ingredientes primarios en cantidades de millones de toneladas. Estudió los antiguos productos egipcios, como los barnices vidriosos y las cerámicas, para saber si los egipcios usaban o no los materiales necesarios. Todos eran utilizados.

     «Finalmente, adquirió su primera pieza de geopolímero antiguo: el fragmento de una antigua vasija de cal proveniente de Siria, que tenía 7.000 años. Realizó un análisis químico en el fragmento y detectó una zeolita. Como las materias primas de que estaba hecha la vasija no contenían zeolitas, supo que había hallado la "huella digital" de la geopolimerización.

     «Después ocurrió que, gracias a un golpe de suerte, J. P. Lauer, uno de los egiptólogos más respetados de Europa, que hacía excavaciones en las pirámides, le prestó muestras de piedra de las pirámides y lo desafió a probar que eran sintéticas. Davidovits lo hizo. Descubrió químicamente la geopolimerización, y halló peculiaridades en la matriz de la piedra misma. Halló fibras orgánicas, burbujas en forma ovalada, tal como se formarían por la tensión en las burbujas de aire en una matriz parecida a la arcilla. Las fibras orgánicas están bien preservadas y son planas, como el pelo del brazo humano. Sin embargo, podrían no ser de procedencia humana. No es probable que las fibras sean filamentos de algas. Nunca se ha encontrado pelo humano en piedra caliza de 50 millones de años de edad; pero ha de haber caído corrientemente pelo de los brazos de los trabajadores, o podrían ser restos de sacrificios de animales, o de cordel hecho de pelo.

     «Si uno no está acostumbrado a mirar concreto que parece piedra natural, no sospecharía que lo es. La gente está acostumbrada a mirar veredas de concreto.

     «Pero utilizando arena y los adhesivos geopoliméricos del doctor Davidovits, usted tendría el conglomerado en sus manos y juraría que es un trozo de arenisca... Davidovits fabrica todo el tiempo piedra que engaña a los geólogos si la miran a simple vista».

     Davidovits remonta los antiguos descubrimientos a los alquimistas egipcios, quienes al fundir cobre desarrollaron esmaltes azules muy vivos en tiempos prehistóricos, hace unos 6.000 años.

     Los antiguos egipcios creían que la piedra encarnaba las más altas influencias espirituales. A comienzos de la Era de construcción de las pirámides, los sacerdotes egipcios del dios Khnum, el divino alfarero, probablemente iniciaron esfuerzos para hacer piedra artificial y, como resultado de ello —teorizan Davidovits y Morris—, los egipcios llegaron a ser expertos en hacer cementos extraordinarios.

     «Los bloques están constituídos en un 90 a 95% de cascajo de piedra caliza, y de un 5 a un 10% de cemento», explica Davidovits. «Son imitación de piedra caliza natural, hecha según la antiquísima tradición religiosa para hacer piedra con los procedimientos de la alquimia. No fue necesario jamás cortar la piedra, transportarla pesadamente o alzarla, para construír las pirámides».

     Margie Morris está de acuerdo:

     «El mundo antiguo es conocido por un cemento que dura miles de años, en tanto que el concreto actual se cae a pedazos rápidamente. Los egipcios tuvieron el concepto de hacer buen cemento, y le ponían un agregado de roca y producían concreto. Tenían en muy grandes cantidades las materias primas para hacerlo. Los cementos que se hallan en la Gran Pirámide tienen 4.000 años y, sin embargo, están en buenas condiciones. En contraste, el moderno cemento Portland (que se hace quemando en un horno una mezcla de piedra caliza y arcilla) utilizado para reparar antiguos monumentos egipcios, se resquebraja y comienza a desmoronarse en sólo 50 años».

     Los autores sostienen que muchos enigmáticos artefactos distintos de las pirámides son producto de la polimerización.

     «Durante esa Era aparecieron por primera vez vasos de piedra dura de pizarra, de esquisto metamórfico, de diorita y basalto. Estos objetos, casi indestructibles, están entre los más desusados y enigmáticos del mundo antiguo... (y) 30.000 de esas vasijas fueron colocadas en una cámara subterránea de la Pirámide Escalonada del faraón Djoser de la tercera dinastía, en Saqqara».
 
Pirámide escalonada de Djoser (Zoser) en Saqqara

    Hace treinta años el egiptólogo alemán Kurt Lange se preguntaba intrigado, a propósito de esas mismas vasijas: "¿Pero cómo puede haberse trabajado una piedra tan dura? Los egipcios de ese tiempo sólo tenían... piedra, cobre y arena abrasiva".

     Una variedad de piedra utilizada en la vasija, el esquisto metamórfico, es más dura que el fierro. Otra, la diorita, está entre las piedras más duras que se conocen. Ningún escultor moderno intenta tallar esos materiales. Así y todo, esas vasijas fueron hechas en Egipto en tiempos prehistóricos, antes de la introducción de metales suficientemente duros como para cortar la piedra.

     Una extraordinaria estatua en diorita de Khafra o Kefrén (2600 a.C.), el constructor de la segunda pirámide, es una de las obras maestras del mundo hechas en piedra. Tal como las vasijas, tiene características de una estatua hecha en un molde.

     Las misteriosas obras en piedra del mundo antiguo van desde las diminutas hasta las monstruosas. Tres bloques en el templo de Baalbek, en el Líbano, donde había un centro de culto al Sol, son denominados el "Trilitón". Cada bloque tiene 20 x 4 metros y pesa 1.200 toneladas. Están en una muralla a 6 metros sobre el suelo, y se estima que se necesitarían 24.000 hombres para colocarlos allí.

Trilithon en Baalbek, coloreados

     Los autores del libro sobre las pirámides identifican un lazo común: las pirámides y los templos de Baalbek fueron construídos con la tecnología de los antiguos sacerdotes del Sol. Éstos son los conocimientos que ese libro ha tratado de descubrir.


Fenómenos Desconcertantes

     Los autores abordan numerosos problemas que han intrigado a generaciones de observadores. Por ejemplo:

• Durante los 20 años del reinado de Khnumu-Khufu (Keops, en griego) fueron colocados en la Gran Pirámide unos 2.600.000 bloques. Las grandes conchas de fósiles hacen que sea imposible cortar estas piedras con precisión. Sin embargo, los egiptólogos pretenden que esta estructura sagrada fue construída usando piedra original y herramientas de cobre. Si los bloques medianamente duros de la Gran Pirámide hubieran sido formados con herramientas de bronce, la tarea habría sido igual a la de todos los monumentos egipcios construídos en tiempos del Imperio Nuevo, el Período Tardío y la Era Ptolomeica, un lapso que suma en conjunto 1.500 años, según Davidovits. Los autores del libro muestran que al hacer en moldes las piedras, los constructores de las pirámides hicieron en 20 años —con herramientas de la Edad de Piedra— la misma cantidad de trabajo que los egipcios de la Edad del Bronce y del Hierro en 1.500 años de afanosa construcción.

• La Gran Pirámide exhibía originalmente 115.000 piedras de superficie lisa que la recubrían, las que pesaban por lo menos 10 toneladas cada una. No se puede insertar una hoja de afeitar entre los bloques de revestimiento que quedan. El notable egiptólogo sir Flinders Petrie determinó que calzan entre sí separados apenas por 0,005 cms. Los autores del libro explican esa precisión.

• Cerca de la cumbre de la pirámide de Khafra (Kefrén) hay 22 hileras que no están dañadas por los agentes atmosféricos, porque los bloques de revestimiento que las protegían sólo fueron removidos hace 150 años. En 1984 Davidovits midió los miles de bloques que forman esos escalones. Halló algo asombroso: que todos los bloques se ajustan a diez largos uniformes. Dado que aún hoy día se requerirían técnicas altamente sofisticadas de computación para cortar la piedra caliza con esa precisión, el tallado de estas piedras con herramientas primitivas habría sido imposible.

  La piedra caliza frecuentemente se quiebra al ser cortada. Las fallas y los estratos hacen que por cada bloque cortado a la medida, otro se parta. Si los bloques hubiesen sido tallados, existirían en alguna parte millones de bloques quebrados en el lugar, pero no se encuentra ninguno. Los antiguos viajeros jamás dieron cuenta de que los había, ni se los halla reducidos a otras dimensiones en monumentos posteriores.

     Davidovits define la esencia de la paradoja tecnológica de Egipto: En una época en que Egipto poseía solamente herramientas de cobre y piedra, las Grandes Pirámides fueron construídas con materiales de piedra dura preparados con perfección y cuidados máximos, y cada una de ellas fue construída en veinte años.

     Es verdad que los egiptólogos enfrentaron problemas enormes al tratar de explicar la teoría corriente. Por ejemplo, el egiptólogo alemán Dieter Arnold calculó que desde el faraón Sneferu hasta Khafra —unos ocho años— 12 millones de bloques fueron colocados en las pirámides, o sea, un mínimo de 413 bloques diarios.

     Percatándose de la envergadura de los problemas, Arnold propuso que se considerara un mayor tiempo dedicado a la construcción, doblando o triplicando el que vivió cada uno de estos faraones. Esta proposición, sin embargo, va contra la cronología establecida y desarrollada a lo largo de años de debates y estudios cuidadosos de los egiptólogos. Davidovits señala que ni siquiera triplicando la duración de esas vidas se comienza a resolver el enorme problema.


Las "Falsas Pruebas" de la Egiptología

     Los autores del libro sobre las pirámides critican lo que ellos denominan las "falsas pruebas de la egiptología". Señalan que "aun cuando la explicación tradicional de la construcción de las pirámides es ilógica y no está demostrada, se la ha aceptado como materia de fe, reforzada y protegida por el solo peso de la opinión erudita".

     Anotan, por ejemplo, que los bloques sacados de las canteras cerca de las pirámides han sido citados durante largo tiempo como característicos de los métodos egipcios para trabajar las canteras para la construcción de las pirámides. Los autores señalan que los egiptólogos se basan en información anticuada. Los más recientes estudios de las canteras hacen datar los bloques que hay cerca de la Gran Pirámide a la época de la ocupación romana de Egipto, más de 2.000 años después. Esos bloques tienen señales de las técnicas romanas de explotación de canteras, nunca empleadas por los egipcios. Los autores argumentan que los egipcios no sacaron bloques de las canteras cuando se construyeron las pirámides.

     Los egiptólogos citan un bajorrelieve en el cual se muestra cómo se arrastra sobre un trineo de carga a lo largo de un terreno plano la estatua de 60 toneladas de un hombre noble, Djehutihotep, y aseveran que explica cómo eran movidos los bloques de las pirámides. Los autores indican que ese bajorrelieve data de un período muy posterior. La operación representada es explicable en un terreno plano, pero sostienen que las condiciones serían imposibles en una rampa.


     Los egiptólogos plantean que unas enormes rampas de arcilla —tan grandes como para haber cubierto la Gran Pirámide— eran el único modo disponible de alzar los bloques. Los autores indican que no existen en Giza restos de enormes rampas. Los restos que se han hallado sugieren la utilización de rampas pequeñas de un tamaño que hacía fácil para la gente trepar a las pirámides con materiales ligeros. Los autores dicen que esas rampas fueron utilizadas para construír las pirámides más antiguas y las últimas, las que contienen pequeños ladrillos, los cuales pueden ser más fácilmente sacados de los moldes y acarreados que vaciados en moldes en el lugar mismo.

     Según los autores, cualquier tipo de agregado de roca puede ser empleado para hacer bloques de concreto de alta calidad (geopolimérico). Es prácticamente imposible distinguir la piedra resultante de la piedra natural, y los geólogos que examinan a simple vista la piedra a base de geopolímeros habitualmente la confunden con aquélla.

     Uno de los ingredientes para hacer piedras es la cal calcinada en fogones simples. Se podía disponer de cal en abundancia automáticamente al hacer pan en hornos de piedras calizas. La producción de cal es el proceso industrial más antiguo de la Humanidad, y data de hace 10.000 años.

     Otro ingrediente era la sal de natrón (carbonato de sodio), que se recogía abundantemente en los desiertos y lagos salados. Una mezcla de cal, natrón y agua produce soda cáustica, necesaria para hacer cemento. La soda cáustica ataca ciertos minerales silíceos, como los que eran extraídos en enormes cantidades en el Sinaí en tiempos antiguos.

     Los silicatos de sodio se producen cuando la soda cáustica ataca químicamente estos minerales. Los minerales eran empleados para hacer piedras de fina calidad para estatuas, templos y recubrimientos.

     Davidovits ha determinado los simples procedimientos químicos para hacer el grueso de la albañilería de las pirámides: "La piedra caliza de Giza contiene 3 ó 4% de caolinita, una arcilla aluminosa de silicato. Para que tenga lugar una reacción geopolimérica muy simple, la piedra caliza con caolinita sólo requiere que se agregue cal, natrón y agua". Una piedra mejor, como la que se encuentra en las estatuas, bloques de revestimiento y los bloques de los grandes templos del Sol, requería una fórmula más intrincada. Al estudiar una muestra del interior de la Gran Pirámide, Davidovits quedó maravillado de la complejidad de la fórmula empleada.

     Davidovits ha sostenido frecuentemente que hay sólidas pruebas de la existencia de una enorme industria de cemento en el antiguo Egipto. El historiador griego del siglo V a.C. Heródoto dice que antes había canales que conectaban la Gran Pirámide al Nilo. Davidovits señala que un canal habría sido un recipiente de reacciones ideal para la producción, en el lugar mismo, de enormes cantidades de cemento. Un canal también podría haber sido útil para anegar la planicie de Giza, lo cual puede haber contribuído a la disgregación del lecho de rocas de Giza. Si bien la piedra caliza es difícil de tallar, precisamente porque está hecha de duras conchas de fósiles, el adhesivo de cemento natural se disgrega fácilmente en el agua. Los autores dicen que al geopolimerizar el cascajo suelto de conchas de piedra caliza en Giza, los egipcios produjeron un material de mejor calidad.

     Según la visión de Davidovits del antiguo proceso de producción, los egipcios excavaban cascajo suelto de piedra caliza barrosa chapoteando en el agua fangosa y cálida de la llanura. Las conchas eran llevadas en receptáculos por una multitud de hombres al lugar de la construcción. El cascajo barroso era vaciado en moldes llenos de cemento y agua.

     En la Antigüedad se excavaron grandes cantidades de minerales en el Sinaí. Las inspecciones modernas muestran que mientras algunas vetas de cobre fueron dejadas intactas, los minerales que toman parte en la geopolimerización fueron muy explotados. Los egiptólogos nunca han dado una explicación de la enorme cantidad de dichos minerales extraídos.

     La construcción de las pirámides, según los autores, sólo requirió herramientas de la Edad de las pirámides. Sin la necesidad de tallar o de llevar a lo alto los bloques, las herramientas requeridas eran aquellas para poner ladrillos de barro secados al Sol: azadones para remover la piedra caliza de conchas fósiles, canastos para transportar los ingredientes, artesas en donde mezclar los ingredientes, y escaleras, escuadras, plomadas, niveles, llanas de albañiles y moldes de madera. Modelos a escala de moldes y de todas estas herramientas fueron descubiertos en la pirámide de la sexta dinastía del faraón Pepi II.

Pirámide de Pepi II, en Saqqara

     Los instrumentos de cobre, que no sirven para cortar piedra, son utilizables para aserrar y cepillar troncos de árboles destinados a hacer moldes. Ya en tiempos de la primera dinastía (3200 a.C.) los carpinteros ensamblaban tablones con ángulos rectos perfectos. Una vez armados, los moldes eran impermeabilizados por dentro con una gruesa capa de cemento. Ese cemento pasaba a ser parte del bloque, y puede ser visto en la base de los bloques en la Gran Pirámide. Los egiptólogos han estado intrigados por largo tiempo respecto de la manera como era colocado el cemento.

     El aceite es un medio adecuado para soltar el cemento. Heródoto relata que los constructores de la Gran Pirámide olían a aceite rancio. Los egiptólogos consideran que el relato de Heródoto concuerda con la teoría sobre el tallado y alzamiento de los bloques. Los autores, en cambio, analizaron el relato de Heródoto y llegaron a la conclusión de que apoya la teoría de que las piedras fueron hechas vaciándolas en moldes.

     Ellos muestran una prueba de que a Heródoto se le dijo que un artefacto —una "máquina", según traducción del antiguo griego jónico— fue usada para levantar las pirámides. Los autores piensan que ésa es una traducción imprecisa. Si la palabra empleada para referirse al artefacto es traducida como "molde" en lugar de "máquina" la cita de Heródoto dice así:

     «Ellos levantaban las piedras utilizando moldes hechos de tablones de madera cortos, que levantaban las piedras desde el suelo hasta la primera hilera de escalones. En esa grada había otro molde que recibía la piedra (cascajo) al llegar. Otro molde hacía avanzar la piedra hasta el segundo escalón. O había tantos moldes como escalones, o sólo realmente había uno, y portátil, para llegar a cada hilera sucesivamente, cada vez que deseaban alzar la piedra más arriba. Hablo de ambas posibilidades, porque ambas fueron mencionadas».

     Los autores señalan que el relato de Heródoto nunca asevera que los bloques fueron tallados o alzados, y concuerda con la idea de que las pirámides fueron hechas apilando material hilera por hilera.

     Una vez vaciado, el bloque se endurecía en horas. Empleando las fórmulas actuales, los geopolímeros se endurecen en cualquier tiempo de fraguado que se desee: días, minutos, e incluso segundos. Una característica del concreto de geopolímeros es que no hay un encogimiento apreciable. Los bloques no se funden cuando se vacian directamente uno contra otro. Davidovits hace notar que si bien habría sido imposible lograr que calzaran tan estrechamente los bloques con herramientas primitivas, esas junturas se logran fácilmente cuando se vacia concreto de geopolímeros.

     Los bloques en los templos de la Segunda Pirámide de Giza tienen de 1,80 a 3 metros, y pesan hasta 500 toneladas. Son tan enormes que habría sido imposible moverlos. Los investigadores aseveran que el vaciado es la única manera de fabricarlos. Éstos señalan que si bien Davidovits es el primero que ha reproducido piedra sintética de las pirámides y ha aplicado esta tecnología a la construcción de las pirámides, otro hombre de ciencia francés, Henry Le Châtelier (1850-1936), fue el primero en observar que los antiguos egipcios producían piedras hechas por el hombre. Estudiando estatuillas funerarias esmaltadas, Le Châtelier quedó asombrado al descubrir que se trataba de un material hecho por el hombre.

     En años recientes, algunos egiptólogos han atacado a Davidovits constantemente. David O'Connor, curador de arte egipcio en el museo de la Universidad de Pennsylvania, dice: "Sé que Davidovits piensa que ha encontrado enterradas en la piedra caliza cosas que él piensa que no son naturales; pero nunca he visto una demostración convincente de su parte que pruebe que es así". El egiptólogo Peter Lacovara, del museo de Bellas Artes de Boston, está de acuerdo. "No hay ningún misterio en cuanto a la manera como fueron hechas las pirámides", dice. "Tenemos pirámides en todas las etapas de su construcción y destrucción. Está claro cómo funcionaba el proceso. Tenemos bloques a medio sacar de la cantera, bloques sobre rodillos en las canteras, restos de trineos de carga, y representaciones de cosas que están siendo movidas".

     Davidovits admite que es una crítica legítima de parte de los egiptólogos el hecho de que él ha analizado sólo un pequeño número de muestras. Sin embargo, la Organización de Antigüedades Egipcias negó a Davidovits permiso para sacar muestras de material de las pirámides. Donald H. Campbell, principal petrógrafo investigador de los Laboratorios de Tecnología de la Construcción en Skokie, Illinois, está de acuerdo con Davidovits en cuanto a que las pruebas geológicas observables en el terreno son una poderosa demostración de su teoría. Campbell trató de ayudar a Davidovits a adquirir muestras de las pirámides, pero también se le negó permiso.

     Davidovits ha tenido que servirse de muestras prestadas, y también da cuenta de análisis hechos por otros hombres de ciencia. Se le han ofrecido muestras robadas, pero las ha rechazado porque no serían reconocidas como válidas para la investigación por la comunidad científica.

     Davidovits descifró un documento que viene al caso, denominado la Estela de la Hambruna, y la traducción de ella por él asevera que el faraón que construyó la primera pirámide procesaba minerales para construír monumentos. Él afirma que los antiguos procesaban y empleaban de manera industrial minerales que hoy día sólo tienen interés para los coleccionistas.

Estela del Hambre, traducida nuevamente por Davidovits

     Algunas personas han dicho que Davidovits puede haber despojado de todo su misterio a las pirámides. A esto, él replica: "Construír pirámides ingeniosamente, a través de procedimientos químicos, y engañar así aún a brillantes mentes modernas, es algo que habla muy alto de los investigadores antiguos".–



Geopolímeros en el Antiguo Egipto
¿Han Sido Hechas las Pirámides con Falsas Piedras?
por Ted Shapiro
30 de Diciembre de 2012


     En su libro de 1988, Las Pirámides, Un Enigma Resuelto (co-escrito con Margaret Morris), el doctor Joseph Davidovits hace la afirmación de que las pirámides de Egipto realmente hubieron sido hechas de materia aglomerada y que los bloques individuales fueron vertidos en el lugar. ¿Es razonable esta afirmación?. ¿Podría ser ése el modo en que las pirámides realmente fueron construídas? En el siguiente artículo intentaremos contestar estas preguntas cuando examinemos la afirmación del doctor Davidovits y la comparemos con la evidencia, así como con otras explicaciones posibles de cómo las pirámides pudieron haber sido construídas.

     El doctor Davidovits es un químico investigador francés, nacido en 1935, quien tiene un doctorado de la Universidad de Mainz. En su libro él escribe que él es el fundador de una nueva rama de la Química, que él llamó Geopolimerización. Él declara que él tiene más de 25 patentes internacionales para productos y procesos geopoliméricos. Sospecho que la producción de la moderna piedra falsa está en gran parte basada en su trabajo.

     Las pirámides de Egipto, sobre todo las Grandes Pirámides de Giza, han asombrado durante mucho tiempo a los visitantes, y muchos se han preguntado cómo los egipcios antiguos, con la tecnología disponible para ellos, pudieron haber erigido tales altos y masivos edificios hechos de bloques tan enormes de piedra, y cómo ellos pudieron haberle dado forma a los bloques de piedra tan regularmente, y haberlos puesto con tal precisión. La teoría más ampliamente aceptada es que los bloques de piedra fueron sacados enteros, y empujados rampa arriba contra las pirámides y colocados en su posición. Algunos dicen que los bloques de piedra fueron sacados de sitios cercanos, mientras otros dicen que ellos fueron sacados de muchos kilómetros de distancia y arrastrados por tierra o transportados en barcas a lo largo del Nilo hasta su sitio.

     La creencia general es que las pirámides más grandes, que están localizadas en Giza, fueron construídas aproximadamente hace 4.500 ó 5.000 años, cada una durante el reinado de un faraón, para ser usadas como sus tumbas. La Gran Pirámide de Giza generalmente se cree que fue construída como una tumba para el faraón Khnumu-Khufu, (también conocido como Keops) durante su reinado de 23 años. La pirámide contiene aproximadamente 2,5 millones de bloques de piedra caliza que pesan entre 2 y 70 toneladas cada uno. La mayor parte de los bloques son una piedra caliza áspera de color opaco. Originalmente, la pirámide estuvo cubierta con bloques de revestimiento hechos de una piedra blanca fina, lisa y brillante. Hoy, la mayor parte de los bloques de revestimiento están desaparecidos, habiendo sido quitados para construír otros edificios.

     Se cree generalmente que durante la época de construcción de la Gran Pirámide los egipcios no tenían hierro, o ni siquiera bronce de buena calidad, sino únicamente instrumentos de piedra y cobre (que es muy blando), así como algunas débiles aleaciones de cobre. ¿Pudo la muy dura piedra caliza, de la cual las pirámides fueron formadas, haber sido sacada y formada con instrumentos de piedra, o con instrumentos hechos de tales metales blandos? Otra pregunta problemática es cómo los grandes bloques de piedra, que pesan entre 2 y 70 toneladas en todas partes en la Gran Pirámide de Giza, pudieron haber sido transportados al sitio o trasladados hasta su posición arriba en la pirámide. Incluso si los bloques de piedra fueron sacados de cerca, ellos todavía tuvieron que haber sido subidos por la pirámide y colocados en su lugar.

     La opinión más extensamente sostenida acerca de cómo los bloques de piedra pudieron haber sido subidos por la pirámide consiste en que se construyeron grandes rampas contra cada lado de la pirámide, y los pesados bloques de piedra fueron arrastrados por grandes cuadrillas de trabajadores. Un problema de esta teoría es que la construcción de las rampas habría sido una tarea casi tan grande como la construcción de la pirámide misma. Otro problema es que la rampa tendría que ser elevada para cada nivel. A fin de mantener la pendiente de la rampa, tendría que ser levantada en todo su largo, y ningún otro bloque podría ser arrastrado hacia su lugar hasta que aquélla hubiera sido fabricada. A causa de estas dificultades, algunos han propuesto la idea de una envoltura alrededor de la rampa que se enrollaría alrededor de la pirámide a medida que iba creciendo.

     No conozco ningún registro egipcio que describa la construcción de las pirámides, pero Heródoto, un historiador griego, visitó Egipto alrededor de 460 a.C. y registró lo que le dijeron sobre la construcción de las Grandes Pirámides, las que en el momento de su visita tenían ya más de dos mil años. Heródoto no podía entender la lengua local y habló con los egipcios por medio de un intérprete. No sé mucho griego, de modo que voy a usar una traducción para citarlo.

     Describiendo la construcción de la Gran Pirámide de Keops (Khufu), él escribe: "Esta pirámide fue construída así; en la forma de pasos, que algunos llaman crosae, y otros llaman bomides. Después de preparar la  base, ellos levantaron piedras usando máquinas hechas de tablones cortos de madera, que levantaban las piedras desde el suelo hasta la primera serie de escalones. En esa área había otra máquina que recibía la piedra cuando ésta llegaba. Otra máquina levantaba la piedra a la segunda grada. O bien habían tantas máquinas como gradas, o era realmente sólo una, y portátil, para alcanzar cada escalón en la sucesión, cada vez que ellos deseaban levantar la piedra más alto. Menciono ambas posibilidades porque ambas fueron mencionadas"(Davidovits, p. 158).

     Basado en este relato, se ha sugerido que los egipcios usaron grúas y poleas de madera para construír las pirámides. Un problema con esta teoría es la pregunta de si las grúas de madera habrían sido lo bastante fuertes como para levantar un bloque de 20 toneladas de piedra. Davidovits afirma que jamás ha sido encontrada ninguna evidencia de ninguno de tales dispositivos en Egipto, datados como de la época de las pirámides o posteriores. Él afirma que tales mecanismos no eran conocidos en Egipto hasta que los romanos los introdujeron en el siglo I a.C. Davidovits sugiere que las "máquinas hechas de tablones cortos de madera", que Heródoto menciona, eran realmente formas de madera para verter material conglomerado.

     Otra interesante descripción viene de otro historiador griego, Diodoro Sículo, que visitó las pirámides alrededor de 21 a.C. En su Biblioteca Históricaél escribe: "Y la parte más notable del relato es que, aunque la tierra circundante consiste solamente en arena, ni un rastro permanece de rampas o del ordenamiento de las piedras, de modo que ellas no parecen haber sido hechas con la lenta mano del hombre sino que en cambio parecen una creación repentina, como si hubieran sido hechas por un dios y puestas físicamente en la arena. Algunos egipcios hacen una maravilla de estos asuntos, diciendo en tanto que como las rampas fueron hechas con sal y salitre, cuando el río fue soltado las disolvió y las borró completamente sin la intervención de manos de hombres"(Davidovits, p. 158).

     Davidovits afirma que durante la extracción, al menos tanta piedra se pierde por daños como la que es utilizable, y él recalca mucho el hecho de que grandes cantidades de bloques dañados de piedra nunca han sido encontradas en Egipto. Él también nota que el relato citado habla del río siendo soltado en el área de la pirámide, lo cual, dice él, habría sido hecho a fin de ablandar la piedra caliza para la mezcla.

     Otra teoría de cómo fueron construídas las pirámides es que ellas lo fueron por seres extraños de otro planeta usando tecnología avanzada, o que dichos alienígenas de avanzada tecnología, trabajando como asesores, ayudaron a los antiguos en esa hazaña técnica. Todo lo que voy a decir sobre esta teoría es que el hecho de que la gente la haya considerado seriamente muestra cuán difícil es imaginar cómo los antiguos egipcios pudieron haber construído tales estructuras monumentales de piedra tallada.

     En este punto creo que es tiempo para echar una mirada más detallada a la teoría de Davidovits.

     Davidovits cree que los bloques de piedra en las Grandes Pirámides realmente han sido hechos por el hombre, y para respaldar su afirmación él proporciona una teoría factible y también considerable evidencia. Davidovits escribe que la tecnología para hacer piedra artificial es simple. Él afirma que la mayor parte de los ingredientes necesarios son abundantes en Egipto.

     Davidovits dice que el aglomerado consiste en gran parte en piedra caliza, que es abundante localmente. Otro ingrediente principal es el agua, que es abundante en el Nilo que está cerca. Otro ingrediente es la cal, que puede ser obtenida calentando la piedra caliza. Davidovits nos informa que un ingrediente clave del aglutinante es la alúmina, que él dice que es abundante en el fango del río Nilo. Él nos dice que otro ingrediente clave es la sal de natrón, que afirma que es abundante en el desierto y en los lagos de sal. Él explica que el natrón reacciona con cal y agua para formar soda cáustica, la cual él sostiene que es el ingrediente principal para hacer la piedra artificial.


     Davidovits escribe que en tiempos antiguos las minas del Sinaí eran ricas en turquesa y crisocola (que son necesarias para la producción de zeolitas sintéticas, que son importantes ingredientes adhesivos) así como en los minerales arsénicos olivenita y escorodita, que son necesarios para producir rápidos ajustes hidráulicos en bloques grandes de concreto. Él afirma que los antiguos egipcios son conocidos por haber usado estos mismos minerales en otros procesos. Davidovits escribe que los egiptólogos están bien conscientes de que enormes cantidades de turquesa y crisocola fueron extraídas de las minas del Sinaí, pero ellos no pueden explicar qué uso se les dio.

     Davidovits también escribe que los antiguos egipcios son conocidos por haber hecho piedra artificial. Él dice que un químico francés llamado Henry Le Châtelier (1850-1935) hizo este descubrimiento a principios del siglo XX estudiando figurillas funerarias egipcias esmaltadas de la época tinita (c. 3000 a.C.). Le Châtelier examinó las figurillas usando técnicas micrográficas recientemente desarrolladas, diapositivas de cristal, análisis de secciones delgadas, y fotografía en combinación con el microscopio, y se sorprendió al encontrar que lo que se había pensado antes que era piedra arenisca natural era de hecho piedra artificial hecha por el hombre.

     Un problema con la teoría de Davidovits es que aunque soluciona los problemas técnicos y de ingeniería de sacar y transportar grandes bloques de piedra, queda todavía el hecho de que una cantidad enorme de roca hubiera tenido que ser triturada hasta un tamaño de guijarros en la mezcla. En una cantera moderna, explosivos junto con grandes cantidades de electricidad y máquinas enormes son usados para hacer eso. Davidovits soluciona ese problema diciendo que la piedra caliza en Giza se ablanda cuando se humedece. Él dice que se cavaron canales desde el Nilo hasta los depósitos de piedra caliza, y que en la temporada de inundación el agua fue desviada por esos canales para inundar la piedra caliza y ablandarla, de manera que pudiera ser raspada con una azada y usada para el conglomerado. Si es verdad que la piedra caliza local en efecto se ablanda cuando se moja, esto solucionaría el problema de la mezcla, pero francamente me gustaría ver alguna prueba de que en efecto éste es el caso.

     Davidovits afirma haber encontrado huellas de vetas de madera en una muestra de piedra tomada de un área protegida en un pasaje del interior de la Gran Pirámide, que él dice que es una evidencia de que la piedra de hecho es concreto que fue vertido en un molde de madera. Él dice que las pulgadas superiores en cada bloque de piedra son esponjosas y de calidad inferior comparándolas con el resto del bloque. Él dice que esto es causado por el agua cuando asciende a la superficie, mientras la mezcla y el aglutinante se depositan en el fondo. Él escribe que la piedra caliza contiene conchas fósiles y que en la piedra caliza natural dichas conchas se encuentran en posición horizontal, pero en las piedras de las pirámides las conchas están todas mezcladas, lo que se debe, dice él, a la mezcla al ser vertida en el molde.

     Davidovits escribe que la piedra caliza natural no contiene burbujas de aire, pero que las piedras de las pirámides sí. Él explica que la piedra caliza natural contiene capas horizontales, pero que las piedras de pirámide no, y que algunos de los bloques más grandes tienen líneas onduladas similares a las que a veces se encuentran en el hormigón moderno y que son conocidas como líneas de elevación. Él dice que las líneas de levantamiento son causadas cuando un vertido es interrumpido y terminado posteriormente, como cuando un equipo de trabajadores se retira por el día y termina el vertido a la mañana siguiente. Davidovits nos dice que un equipo de investigación usando equipo sofisticado encontró que las piedras de la Gran Pirámide son un 20% menos densas que el lecho de roca circundante. Él dice que esto es típico de la piedra geopolimérica hecha por el hombre, y es causado por burbujas de aire. Davidovits escribe que la piedra de la pirámide tiene un contenido de humedad muy alto, mientras que el lecho de roca local es relativamente seco. Él dice que las construcciones de concreto tienen un alto contenido de humedad, y él especula que los bloques en la pirámide, que fueron cubiertos pronto con otros bloques, nunca se secaron totalmente.

     Davidovits relata que él tomó fotografías de una sección de una pirámide que contenía aproximadamente 2.000 bloques visibles de piedra. Él entonces hizo diapositivas de las fotografías y comparó las longitudes de las piedras, y encontró que entre los 2.000 bloques había sólo diez longitudes uniformes, que él dice que es una evidencia de que ellos fueron vertidos en el lugar con moldes reutilizables. Él cree que si los bloques hubieran sido sacados enteros, ellos no serían de tales longitudes uniformes. Él también menciona la delgada capa de papel del mortero entre los bloques de la pirámide, que él dice que sería demasiado delgado para sostener un bloque junto a otro. Él explica que estas delgadas capas de papel del mortero son un subproducto de la geopolimerización, que se forma cuando hay un exceso de agua en la mezcla: el peso de la mezcla presiona el cemento acuoso hacia la superficie donde se asienta para formar una cáscara.

     Desde el tiempo de la construcción de la pirámide de Zoser (la primera pirámide) hasta la construcción de la Gran Pirámide de Khufu (Keops) en Giza, que fue la pirámide más grande alguna vez construída, hubo sólo aproximadamente cien años, y dentro de otros cien años, la construcción de pirámides había entrado en decadencia. Por qué ocurrió esa decadencia ha sido durante mucho tiempo un misterio, pero Davidovits afirma tener la respuesta: él dice que la edificación de pirámides entró en decadencia porque algunos minerales necesarios para hacer piedra artificial, que habían sido extraídos en el Sinaí, se agotaron.

     Otro punto que Davidovits remarca es que cuando los antiguos egipcios no tenían todavía metales duros, ellos construyeron pirámides enormes que contenían millones de bloques perfectamente formados de una muy dura piedra caliza, pero una vez que ellos tuvieron los más duros bronce  y hierro, dejaron de usar la piedra caliza y usaron casi exclusivamente la muy suave piedra arenisca. Si creemos que los bloques de piedra para las Grandes Pirámides fueron cortados enteros, eso no tiene mucho sentido; pero si creemos la teoría de Davidovits, hace el sentido perfecto.

     La mayoría de los egiptólogos y los arqueólogos no aceptan la teoría del doctor Davidovits, aunque en años recientes su idea haya comenzado a ganar algún empuje, y unas pocas otras personas que trabajan en ese campo han surgido con teorías similares.

     Entonces ¿es razonable la teoría del doctor Davidovits?; ¿es correcta?.

     En mi opinión, su teoría es razonable. Resuelve algunas preguntas difíciles que otras teorías nunca han sido capaces de contestar satisfactoriamente.

     Ah, ¿pero es correcta? Bien, a decir verdad, no puedo contestar esa pregunta con los datos que tengo disponibles. Yo tendría que entrenarme en geología, y geopolimerización, y luego ir al sitio con el equipamiento apropiado, y examinar cuidadosamente las pirámides y las canteras, y luego analizar cuidadosamente los datos, antes de que yo estuviera en situación de contestar.

     Pero quizás su interés ha sido despertado; tal vez algún día usted contestará la pregunta.–



Bibliografía:

—Davidovits, Dr. Joseph, and Margie Morris, The Pyramids, an Enigma Solved, Hippocrene Books, 1988.
—Edwards, Dr. I. E. S, The Pyramids of Egypt, Penguin Books, 1988.
—Evans, Humphrey, The Mystery of the Pyramids, Thomas Y. Crowell, Publishers, 1979.
—Fakhry, The Pyramids, The University of Chicago Press, 1975.
—Mendelssohn, Kurt, The Riddle of the Pyramids, Praeger Publishers, 1974.
—Tompkins, Peter, Secrets of the Great Pyramid, Harper & Row, Publishers, 1971.




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