Quantcast
Channel: Editorial Streicher
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1028

Joseph Goebbels - El Comunismo Sin Máscara

$
0
0


     En el Séptimo Congreso anual del Partido Nacional-Socialista alemán (Nürnberg 10-16 de Septiembre de 1935) el doctor Joseph Goebbels pronunció el siguiente discurso (Kommunismus ohne Maske), publicado ese mismo año por la Zentralverlag del NSDAP, en München, y oficialmente en versión inglesa (Communism with the Mask Off) por M. Müller und Sohn, en Berlín, que es de donde lo tradujimos (no sabemos de ninguna otra versión en castellano). Goebbels escribió en su Diario el día 15: "Un éxito brillante. El Führer estaba genuinamente entusiasmado. Una tormenta de aplausos. Mi material fue profundamente conmovedor". Goebbels hace aquí el recuento de los orígenes judíos y del salvaje registro e historial del movimiento comunista y de sus permanentes prácticas. Más de 80 años después está plenamente vigente la denuncia que hace este discurso, y por lo tanto dicha amenaza, ya que tal gente o secta no ha cambiado su visión del mundo, ni su ideología ni sus grotescas prácticas, ni tampoco han cambiado sus ocultos amos. Lo que ha cambiado es la variedad de máscaras y argucias que ahora ocupa.


El Comunismo Sin Máscara
por Joseph Goebbels
13 de Septiembre de 1935




     A comienzos de Agosto de este año uno de los periódicos ingleses más autorizativos publicó un artículo de primera plana titulado "Dos Dictaduras", en el cual se hizo un intento ingenuo y mal dirigido para colocar ante los lectores del diario ciertas presuntas semejanzas entre el Bolchevismo ruso y el Nacionalsocialismo alemán. Ese artículo dio ocasión a una extraordinaria cantidad de acalorada discusión en centros internacionales, lo que fue sólo otra prueba del hecho de que existe un asombroso error conceptual entre los más prominentes círculos europeos de Occidente en cuanto al peligro que el comunismo representa para la vida del individuo y de la nación. Tal gente todavía se aferra a su opinión ante las terribles y devastadoras experiencias de los últimos dieciocho años en Rusia.

     El autor del artículo declaró que los dos símbolos que están opuestos hoy el uno al otro, a saber, el del bolchevismo y el del Nacionalsocialismo, significan regímenes que "en su estructura esencial son similares y en muchas de sus leyes —sus apoyos— son idénticos. Las semejanzas además están aumentando". Él siguió diciendo:"En ambos países existen las mismas censuras sobre el arte, la literatura, y por supuesto la prensa, la misma guerra contra la intelectualidad, el ataque contra la religión, y la enorme muestra de armas, ya sea en la Plaza Roja o en el Tempelhofer Feld".

     "Lo extraño y terrible", declaró él, "es que dos naciones, una vez tan ampliamente diferentes, hayan sido enseñadas y conducidas hacia patrones tan tristemente similares".

     Uno ve ahí mucha verbosidad y poco entendimiento. El escritor anónimo de ese artículo obviamente no ha estudiado los principios esenciales y fundamentales del Nacionalsocialismo o del bolchevismo. Él considera simplemente ciertos fenómenos superficiales y no ha tomado conocimiento de lo que periodistas serios han dicho sobre la materia en cuestión ni ha comparado sus propias opiniones con las declaraciones objetivas de aquéllos. Ese juicio completamente erróneo del caso podría ser pasado por alto con un encogimiento de hombros y considerado simplemente como parte del orden diario de las cosas, si no fuera por el hecho de que los dos problemas aquí discutidos pertenecen en sus elementos necesarios a fenómenos políticos que son importantes para el futuro de Europa. Además ese juicio sorprendentemente superficial acerca del problema no es simplemente un caso aislado sino que tiene que ser tomado junto con una sección mucho más amplia y más influyente de la opinión europea de Occidente.

     En contraste con eso, trataré aquí de analizar el bolchevismo en sus elementos básicos y mostrar éstos tan claramente como pueda al público alemán y europeo. Ésta no es una tarea fácil, en vista del hecho de que las instituciones propagandísticas de la Internacional Comunista están indudablemente bien organizadas y no han fracasado en poner ante el público del mundo, fuera de las fronteras rusas, un cuadro completamente falso del bolchevismo. Ese cuadro es extraordinariamente peligroso debido a la tensión que puede y deber naturalmente causar. Notemos también el profundo odio existente en círculos liberales en todo el mundo en cuanto al Nacionalsocialismo y su trabajo constructivo práctico en Alemania. De ahí la posibilidad aquí también de juicios equivocados, como éstos ya mencionados.

     Ellos soslayan lo que es esencial. El comunismo internacional suprimiría completamente todas las cualidades nacionales y raciales que están fundadas en la naturaleza humana misma; en la propiedad ve la causa más primaria del colapso del comercio mundial en el sistema capitalista. En consecuencia, explota aquello mediante un extenso y cuidadosamente organizado y brutal sistema de acción, poniendo aparte los valores personales y sacrificando al individuo ante un hueco ídolo de masas que es sólo una parodia de la vida real misma. Al mismo tiempo ignora y destruye todos los esfuerzos idealistas y superiores de los hombres y las naciones, por medio de sus propios principios materialistas groseros y vacíos. Por otra parte, el Nacionalsocialismo ve en todas esas cosas —en la propiedad, en los valores personales, en la nación y la raza, y en los principios del idealismo— las fuerzas que dirigen cada civilización humana y que fundamentalmente determinan su valor.


     El bolchevismo está explícitamente determinado a provocar una revolución en todas las naciones. En su propia esencia tiene una tendencia agresiva e internacional. Pero el Nacionalsocialismo se limita a Alemania y no es un producto para la exportación, ni en sus características abstractas ni prácticas. El bolchevismo niega la religión como un principio, de manera fundamental y completa. Reconoce a la religión sólo como "un opio para el pueblo". Por la ayuda y el apoyo de la creencia religiosa, sin embargo, el Nacionalsocialismo coloca absolutamente en el primer plano de su programa una creencia en Dios y en aquel idealismo transcendental que ha sido destinado por la Naturaleza para llevar a su expresión el alma racial de una nación. El Nacionalsocialismo daría el ejemplo a seguir en un nuevo concepto y formación de la civilización europea. Pero los bolcheviques llevan a cabo una campaña, dirigida por los judíos, con el hampa internacional, contra la cultura como tal. El bolchevismo no es simplemente anti-burgués; está en contra de la civilización humana misma.

     En sus consecuencias finales eso significa la destrucción de todos los logros comerciales, sociales, políticos y culturales de Europa Occidental, a favor de un camarilla internacional desarraigada y nómada que ha encontrado su representación en el judaísmo. Esa grandiosa tentativa de subvertir el mundo civilizado es tanto más peligrosa en sus efectos porque la Internacional Comunista, que tiene mucha experiencia en el arte de la tergiversación, ha sido capaz de encontrar a sus protectores y pioneros entre una gran parte de esos círculos intelectuales en Europa cuya destrucción física y espiritual debe ser el primer resultado de una revolución mundial bolchevique.

     El bolchevismo, que es en realidad un ataque contra el mundo del espíritu, pretende él mismo ser intelectual. Donde las circunstancias lo piden, se presenta como un lobo disfrazado de oveja. Pero debajo de la falsa máscara que aquí y allá asume, están siempre las satánicas fuerzas de la destrucción mundial. Y donde ha tenido la oportunidad de poner en práctica sus teorías, ha creado "El Paraíso de los Trabajadores y Campesinos", en la forma de un terrible desierto de gente hambreada y hambrienta. Si debemos tomar la palabra de su doctrina, entonces encontramos una terrible contradicción entre su teoría y su práctica. Su teoría es brillante y grandiosa pero lleva el veneno tras su atractivo lustre. Contra esto, lo que tenemos de ello es en realidad terrible y prohibitivo. Eso es mostrado en los millones de sacrificios que han sido hechos en honor a él, mediante ejecuciones con la espada, el hacha, la cuerda del verdugo o el hambre. Su enseñanza promete "la patria de los trabajadores y campesinos", que no conocerá fronteras, y un orden social sin clases que será protegido contra la explotación por medio del Estado, y que predica un principio económico en el cual "todo pertenece a todos" y que de esa manera se conseguirá una paz mundial real y universal.

     No se piensa en Europa Occidental en los millones de trabajadores con salarios de hambre, en los millones de campesinos afligidos y angustiados que han sido despojados de sus tierras, que están siendo completamente arruinados por el estúpido experimento de un colectivismo paralizante, hambre que reclama millones de víctimas año tras año en un país de tan vasta extensión que podría servir como un granero para toda Europa, y por la formación y el equipamiento de un ejército que, según las afirmaciones de todos los principales bolchevistas, ha de ser usado para llevar a cabo la revolución mundial, la dominación brutal y despiadada de ese aparato maniáticamente conducido del Estado y el Partido en las manos de una pequeña minoría terrorista que es mayormente judía. Todo eso habla otro lenguaje, un lenguaje que el mundo no puede escuchar permanentemente porque resuena con la historia de sufrimiento anónimo e indescriptibles privaciones que ha soportado una nación de 160 millones de personas.

     El hecho de que, a fin de realizar sus objetivos, el bolchevismo use métodos propagandísticos que son perceptibles sólo por aquellos que tienen experiencia en tales cosas y que son completamente aceptados de buena fe por el ciudadano promedio, hace de ese Terror Internacional algo extraordinariamente peligroso para otros Estados y pueblos. Esa propaganda parte del principio de que el fin santifica los medios, de que puede y debe hacerse uso de las mentiras y la difamación, del aterrorizamiento del individuo y de la masa, del robo, los incendios, las huelgas y la insurrección, y del espionaje y el sabotaje de los ejércitos, y de allí que el objetivo de revolucionar el mundo entero debe ser tenido en mente [por el bolchevismo] de manera especial y única. Ese método extraordinariamente pernicioso de influír sobre las masas del pueblo no se detiene ante nada o ante nadie. Sólo son competentes para tratar con ello aquellos que ven sus secretas fuerzas impulsoras y que son capaces de adoptar las medidas contrarias necesarias. Esa propaganda entiende cómo adoptar cada instrumento para su propósito. Toma una forma intelectual en los círculos intelectuales. Es burguesa con la burguesía y proletaria con el proletariado. Es moderada y pasiva donde aquella actitud sirve, y es beligerante dondequiera que encuentre una oposición que tiene que ser suprimida.

     El bolchevismo lleva a cabo su propaganda internacional por medio de la Komintern[la Internacional Comunista].

     Hace algunas semanas ese aparato para la destrucción mundial hizo público ante toda Europa su plan de campaña para la aniquilación de las naciones y los Estados, todo organizado y expuesto en sus elementos tácticos y estratégicos. Sin embargo, el mundo burgués, cuya extirpación fue anunciada abiertamente y sin ninguna reserva en absoluto, no hizo ninguna protesta pública de indignación ni unió todas las fuerzas a su disposición como una contradefensa definida.

     El grito de advertencia fue dado sólo por aquellos Estados en los cuales el bolchevismo ha sido finalmente vencido mediante la restauración de los principios nacionales. Pero de ese grito de advertencia se rió el amenazado mundo burgués y fue dejado de lado como una alarma exagerada.

     Limpiada de enemigos internos y unida bajo el estandarte nacionalsocialista, Alemania se colocó a la cabeza de los grupos organizados en la lucha contra la bolchevización internacional del mundo. En esto está completamente consciente de que ella está cumpliendo una misión mundial que se extiende más allá de todas las fronteras nacionales. Del exitoso resultado de esta misión depende el destino de nuestras naciones civilizadas. Como nacionalsocialistas, hemos visto completamente al bolchevismo. Lo reconocemos bajo todas sus máscaras y camuflajes. Está antes nosotros despojado de su parafernalia, enteramente desnudo en toda su miserable impostura. Sabemos cuáles son sus enseñanzas, pero sabemos también lo que es en la práctica.

     Aquí presentaré un cuadro sin adornos, que es respaldado en todos sus detalles por hechos indiscutibles. Si queda una chispa de razón en el mundo, y la facultad para el pensamiento claro, entonces los Estados y los pueblos deben quedar impresionados por la perspectiva y ser inducidos a reunirse para su defensa común contra este agudo peligro.

     Dejo los métodos y las prácticas de la propaganda comunista y su teoría dentro y fuera de Rusia para hablar mediante ejemplos que me parecen ser sintomáticos. Estos ejemplos podrían ser reemplazados y complementados por miles de otros, todos los cuales, cuando se los toma en conjunto, revelan el aspecto terrible de esta enfermedad mundial.

     El asesinato de individuos, el asesinato de rehenes y el asesinato de masas son los medios favoritos aplicados por el bolchevismo para deshacerse de toda la oposición a su propaganda.

     En Alemania 300 nacionalsocialistas cayeron víctimas del terror comunista practicado sobre individuos. El 14 de Enero de 1930 Horst Wessel fue baleado a través de la puerta medio abierta de su casa por el comunista Albrecht Höhler —llamado Ali—, siendo sus cómplices los judíos Salli Eppstein y Else Cohn. El 9 de Agosto de 1931 los capitanes de policía Anlauf y Lenck fueron tiroteados en la plaza Bülow en Berlín. Los líderes comunistas Heinz Neumann y Kippenberger fueron acusados como instigadores del asesinato. Poco después Heinz Neumann fue detenido en Suiza debido a un pasaporte inválido, y una petición de extradición hecha por Alemania no fue concedida, respondiéndosele que se trataba de un "crimen político". Éstos son sólo algunos ejemplos del terror comunista aplicado a individuos. Como casos adicionales de la sed de sangre y crueldad que tienen evidencia, podemos ver los asesinatos de rehenes que ocurrieron en años anteriores.

     El 30 de Abril de 1919, en el patio del Liceo [Gymnasium] Luitpold, en Múnich, diez rehenes, entre ellos una mujer, fueron baleados por la espalda, y sus cuerpos irreconocibles fueron sacados de allí. Ese acto fue hecho por orden del terrorista comunista Eglhofer, y bajo la responsabilidad de los comisarios soviéticos judíos Levien, Leviné-Nissen y Axelrod. En 1919, durante el régimen bolchevique del judío Bela Kun, cuyo verdadero nombre era Aron Cohn, en Budapest veinte rehenes fueron asesinados. Durante la Revolución de Octubre [1934] en España ocho prisioneros fueron baleados en Oviedo, y diecisiete en Turón; y en el cuartel en Pelayo, para proteger un ataque comunista, treinta y ocho presos fueron colocados a la cabeza de los insurrectos y algunos de ellos fueron baleados. En el Congreso de la Komintern del 31 de Julio de 1935 el líder comunista Carcio declaró expresamente que esa revolución fue realizada "bajo la dirección de los comunistas".

     Esta lista de derramamientos de sangre se hace tanto más espantosa y horrible cuando le añadimos el número aparentemente increíble de asesinatos masivos realizados por los comunistas. Como un prototipo clásico de esto, tenemos la Comuna de París del año 1871, que fue apasionadamente celebrada por Karl Marx y que es aprobada hoy por los modernos soviéticos como el modelo de la Revolución Mundial bolchevique. El número de víctimas que cayeron en aquel terrible año de 1871 ya no puede ser averiguado. El miembro judío de la Cheka[policía política soviética] Bela Kun hizo un experimento que rivalizó con la Comuna de París en derramamiento de sangre cuando él ordenó la ejecución de entre 60.000 y 70.000 personas en Crimea. En su mayor parte, esas ejecuciones fueron realizadas con ametralladoras. En el Hospital Municipal en Alupka, 272 enfermos y heridos fueron sacados en camillas delante de la puerta de esa institución y allí fueron baleados. La verdad de eso ha sido oficialmente confirmada en el informe hecho por la Cruz Roja de Ginebra. Durante los 133 días de su Gobierno del Terror en Hungría el judío Bela Kun hizo asesinar a innumerables hombres. Los nombres de 570 de aquéllos han sido dados en documentos oficiales. En Noviembre de 1934 el mariscal chino Chiang Kai Chek hizo pública la información de que en la provincia de Kiangsi un millón de personas fueron asesinadas por los comunistas y a seis millones les robaron todas sus posesiones. Todos esos acontecimientos manchados de sangre y que producen horror han alcanzado un punto culminante en los asesinatos de masas cometidos a través de toda la Rusia soviética.

     De acuerdo a informaciones dadas por los propios soviéticos y tomando en cuenta fuentes fidedignas, el número de personas ejecutadas dentro de los primeros cinco años de gobierno soviético debe ser colocado en aproximadamente 1.860.000, en números redondos. De ellos, 6.000 eran profesores de escuela y profesores universitarios, 8.800 eran doctores de medicina, 54.000 eran oficiales de ejército, 260.000 soldados, 105.000 funcionarios de policía, 49.000 gendarmes, 12.800 funcionarios públicos, 355.000 personas de las clases altas, 192.000 obreros y 815.000 campesinos.

     El estadístico soviético Oganowsky estima el número de personas que murieron de hambre en los años 1921 y 1922 en 5.200.000. El cardenal-arzobispo austriaco, monseñor Innitzer, dijo en Julio de 1934 que millones de personas estaban muriendo de hambre por todas partes de la Unión Soviética. Durante su discurso entregado ante la Cámara de los Lores el 25 de Julio de 1934, el arzobispo de Canterbury, hablando acerca de informes relativos a las víctimas del hambre en la Rusia soviética en 1933, dijo que el número era más cercano a seis que a tres millones.


     Tenemos así delante de nuestros ojos un cuadro lleno de esta espantosa y horrenda aterrorización de masas que es sólo aproximadamente igualada por incluso los ejemplos más espeluznantes de guerra o revolución que están registrados en la Historia del mundo. Éste es el sistema actual de matanza y terror y muerte que es llevado a cabo por histéricos y criminales maniáticos políticos que lo quisieran copiado en cada país y entre cada pueblo con las mismas prácticas aterrorizadoras, en la medida en que pudieran encontrar la posibilidad de hacerlo.

     En vista de todo esto, sería ocioso presentar pruebas del espíritu de disciplina y generosa consideración que los nacionalsocialistas mostraron al poner en efecto sus objetivos revolucionarios.

     Tal es el "extraño y terrible" parecido entre los métodos seguidos por los dos regímenes que el escritor del artículo en el periódico inglés alega que son similares en su "estructura esencial". Pero los hechos a los cuales me he referido no llenan el cuadro. Las revoluciones cuestan dinero. Las campañas de propaganda a través del mundo deben ser financiadas. El bolchevismo se procura a su propia manera los medios para hacer eso.

     En el verano de 1907 Stalin condujo el famoso atentado con bomba en Tiflis [en Georgia] contra un transporte de dinero del Banco Estatal. Treinta personas cayeron víctimas de ese ataque. 250.000 rublos que fueron robados del transporte fueron enviados a Lenin, quien estaba entonces en Suiza. Ellos debían estar a su disposición para propósitos revolucionarios. El 17 de Enero de 1908 el judío Wallack-Meer, que ahora es conocido por el nombre de Litvinov y que ha sido presidente del Consejo de la Sociedad de Naciones, fue arrestado en París en conexión con el bombardeo y robo del transporte en Tiflis.

     El Partido Comunista en Alemania organizó y condujo las expediciones de saqueo aquí, y también el robo de explosivos desde almacenes oficiales. La lista de tales casos llevados ante los Tribunales del Reich es muy larga. En esa lista hay treinta delitos descritos como casos principales y extremos. A ellos deben ser añadidos los incendios y bombazos organizados y perpetrados sin ninguna consideración en absoluto por las vidas de personas inocentes.

     El 16 de Abril de 1925 hubo una explosión en la catedral de Sofía [Bulgaria], que había sido organizada y ejecutada por los bolcheviques. En Julio de 1927 los comunistas le pusieron fuego al Palacio de Justicia en Viena. Para celebrar el Día de Lenin, el 22 de Enero de 1930, el monasterio Simonoff en Moscú, un edificio que databa del siglo XIV, fue hecho volar. Durante la noche del 27 al 28 de Febrero de 1933 el Reichstag en Berlín fue puesto en llamas como una señal para la rebelión comunista armada. Por medio de huelgas, luchas callejeras y rebeliones armadas, la primera etapa preparatoria de la revolución bolchevique se supone que es efectuada. Los métodos usados son los mismos en todos los países. Una larga serie de actos revolucionarios que podrían ser añadidos en todos los lados proporciona un contundente testimonio de esto. En una de sus publicaciones propagandísticas, la Komintern se jactó de que había organizado casi todas las huelgas que han ocurrido durante años recientes. Esas huelgas encuentran su secuela violenta en las luchas callejeras. De la lucha de la calle a la rebelión armada hay sólo un paso. En esta secuencia, las siguientes rebeliones tuvieron lugar: Octubre de 1917 en Rusia; Enero de 1919 el levantamiento de la Liga Espartaco en Alemania; 1920 la rebelión de Max Hoelz en Vogtland, y del Ejército Rojo en el distrito del Ruhr; 1921 en Alemania Central; Septiembre de 1923 en Hamburgo; Diciembre de 1924 en Reval; el 23 de Octubre de 1926, el 22 de Febrero de 1927 y el 21 de Marzo de 1927 en Shanghai; Diciembre de 1927 en Cantón; Octubre de 1934 en España; Abril de 1935 en Cuba, y Mayo de 1935 en las Filipinas.

     La propaganda bolchevique apunta sus principales golpes contra las fuerzas armadas de un país, porque los bolcheviques saben que si ellos adoptaran el principio de intentar asegurar el apoyo de la mayoría de la gente, ellos nunca podrían llevar a cabo sus planes. La fuerza, por lo tanto, es el único medio que les queda; pero en cada Estado bien ordenado aquélla se encuentra con la oposición del ejército. Los bolcheviques en consecuencia se sienten obligados a introducir su desintegradora propaganda dentro de las filas del propio ejército. Su idea es corromperlo desde dentro y así dejarlo ineficaz como un baluarte contra la anarquía.

     Antes de la llegada al poder del Nacionalsocialismo en Alemania existía la cooperación más cercana entre el espionaje soviético y las organizaciones comunistas aquí. Un departamento extranjero de la OGPU [policía secreta soviética, sucesora de la Cheka] funcionaba oficialmente en nuestro país. Era el representante especial y el agente directivo del espionaje comunista. El objetivo de ese espionaje no era sólo obtener secretos militares de un modo traidor, sino también implementar un sistema de sabotaje entre la policía y el ejército. Parte del programa era introducir un espíritu de amotinamiento en las fuerzas armadas del Reich (Reichswehr), y por medio de un trabajo creciente de instrucción revolucionaria provocar una rebelión de los soldados y marinos en las fuerzas de defensa alemanas. Entre Julio de 1931 y Diciembre de 1932 ciento once casos de alta traición fueron presentados ante los tribunales alemanes. Esos casos se originaron en las actividades del Partido Comunista. Además, había un extraordinario número de casos de espionaje de un carácter traidor en las fábricas industriales.

     El ejemplo más burdo de la interferencia de "diplomáticos soviéticos" para la creación de problemas políticos domésticos en otro país es proporcionado por el embajador soviético judío, Joffe, que tuvo que dejar Berlín el 6 de Noviembre de 1918, porque él había utilizado el correo diplomático para transportar material de sabotaje que debía ser usado para debilitar al ejército alemán y hacer posible la revolución. Los que fueron llamados "Fondos para la Revolución" fueron usados en gran parte por Liebknecht para la compra de armas para los comunistas alemanes, y en parte también para la producción del material de propaganda que debía ser usado entre el ejército. El 26 de Diciembre de 1918 uno de los miembros socialistas del Reichstag, el doctor judío Oskar Cohn, declaró que el día 5 del mes anterior él había recibido 4 millones de rublos de Joffe para el objetivo de la Revolución alemana.

     Podemos ver ahora que todas esas actividades estaban destinadas a causar la caída del Reich alemán mediante el socavamiento y la corrupción del Ejército alemán.

     Entre todos esos actos de terrorismo, de asesinato de rehenes y asesinatos masivos, de saqueos e incendios provocados, huelgas y rebeliones armadas, espionaje y sabotaje de ejércitos, vemos a la Propaganda Comunista Mundial mostrando su amenazante y deformado semblante. Una idea y un movimiento que ha usado tan cobardes y repugnantes medios para asegurar el poder y retenerlo, sólo puede mantenerse por medio de argucias, difamación y falsedades. Éstos son los métodos típicos usados por el bolchevismo en su propaganda; y ellos son aplicados de modos diferentes según la conveniencia de la ocasión. Así, por ejemplo, podemos entender cómo las crisis, las catástrofes, etcétera, que ocurren en otros países fuera de la Unión Soviética son explotadas por la propaganda bolchevique, mientras que se nos dice que dentro de las fronteras soviéticas está en progreso una obra de construcción social que ha desterrado la angustia económica y ha creado un Estado en el cual no hay desempleo. La verdad real es que existe una condición de desorden comercial en todo ese país y un colapso industrial que hace difícil la descripción. La "Tierra sin Desempleo"contiene cientos de miles, e incluso millones, de mendigos y niños sin hogar que atestan las calles de las grandes ciudades, y cientos de miles que son condenados al destierro y a trabajos forzados.

     Mientras en todos los otros países están en el poder supuestas dictaduras capitalistas y fascistas, Rusia proporciona un ejemplo de libertad y orden democrático. Eso es lo que nos dicen.


     En realidad, esa tierra se está marchitando bajo el gobierno judío y marxista de la fuerza, que no escatimará ningún medio para mantenerse en el poder. La pretendida libertad y el derecho de auto-determinación entre las nacionalidades que constituyen la Unión Soviética resultan de hecho ser un proceso de esclavización y extirpación de aquellas mismas nacionalidades. La pretendida liberación de pueblos coloniales y semi-coloniales por medio del proletariado internacional es, cuando se lo mira bajo su luz verdadera, un ejemplo manchado de sangre y despiadado del imperialismo soviético de la peor clase.

     En la propia Alemania, antes de nuestro advenimiento al poder, las declaraciones del Partido Comunista variaban inescrupulosamente según la condición de los tiempos. Al principio Alemania era "un sacrificio semi-colonial a las Potencias de Versalles y estaba constreñida por la Sociedad de Naciones". Pero cuando el movimiento nacionalsocialista comenzó a abrirse camino entre el público alemán, el Partido Comunista publicó un programa de "liberación social y nacional". Luego ellos proclamaron una confederación del proletariado entre Berlín y Moscú y contra Versalles y la Sociedad de Naciones. Hoy un pacto militar ha sido hecho [por la URSS] con París y Praga, y los soviéticos han entrado en la hasta ahora difamada Sociedad de Naciones, que solía ser conocida como la "Sociedad de Ladrones".

     La así llamada política de paz de la Unión Soviética prácticamente se muestra a sí misma en las intrigas revolucionarias mundiales entre los otros países, en la inescrupulosa agitación de conflictos entre varios Estados, mientras al mismo tiempo se está armando a un ritmo fantástico en preparación para una guerra de agresión. La gente en los países europeos occidentales habla de un orden social sin distinción de clases [supuestamente existente en la URSS]; pero en la propia Rusia hay una violenta diferenciación entre las castas privilegiadas y las desposeídas. La propaganda soviética habla de "un paraíso de niños que contiene a la juventud más feliz en el mundo".El verdadero estado del caso, sin embargo, nos muestra a millones de niños que carecen de apoyo, la existencia del trabajo infantil y hasta la pena de muerte para niños. La propaganda bolchevique engañosamente habla de la "emancipación de la mujer por medio del comunismo". La verdad es que la institución del matrimonio ha sido completamente dejada de lado, hay una terrible desintegración y abolición de la vida de familia, hay una ausencia de empleo para las mujeres y un estado de prostitución que está alarmantemente en aumento.

     Tal régimen, en el cual la teoría y la práctica están en manifiesta contradicción, no puede probablemente mantener su posición excepto por medio de la propagación de falsedades y una inescrupulosa hipocresía.

     Antes del 30 de Enero de 1933, cada vez que un trabajador era asesinado por orden de los comunistas, el crimen era imputado a los nacionalsocialistas. Había constantes falsos reportes de motines entre las Tropas de Asalto (SA), y los trabajadores alemanes honestos eran etiquetados como rompe-huelgas. Cuando Horst Wessel fue asesinado, el horror público llegó a ser tan grande que los comunistas tuvieron que inclinarse ante ello; y, para limpiarse a sí mismos, ellos publicaron la historia de que esa cobarde fechoría política surgió de un altercado entre rivales por causa de una amante. Cuando Norkus, que era un miembro de la Juventud Hitleriana, fue apuñalado por algunos brutos comunistas, el periódico [comunista] "Die Rote Fahne" (La Bandera Roja) descaradamente declaró que Norkus había sido muerto por un espía nacionalsocialista; de modo que se dijo que los nacionalsocialistas habían asesinado a un miembro de diecisiete años de su propio Partido a fin de conseguir material para hacer prohibir por ley al Partido Comunista alemán. Lo mismo pasó cuando Maikowski y Gatschke fueron asesinados.

     Cuando el Nacionalsocialismo reveló el trabajo del Partido Comunista en Alemania, la Internacional Comunista comenzó contra el Nacionalsocialismo las historias propagandísticas de atrocidades. El simulacro de juicio en Londres estaba destinado a absolver al Partido Comunista de cualquier culpa de quemar el Reichstag afirmando que el incendio había sido apoyado y aprobado por importantes nacionalsocialistas. El miembro muerto del Reichstag no pudo negar lo que le había sido falsamente atribuído. Más tarde, sin embargo, personas que habían sido antes líderes comunistas reconocieron que ni una sola palabra de la verdad estaba contenida en el memorándum. Todo el asunto admitieron ellos que había sido falsificado en todos sus detalles para atraer descrédito al Nacionalsocialismo ante el mundo. Juristas y periodistas de reputación, e incluso un lord inglés, se rebajaron al nivel de títeres de ellos en ese simulacro de juicio en Londres.

     Desde aquel tiempo los comunistas han estado llevando a cabo un trabajo sistemático mundial de propaganda contra Alemania, porque ellos reconocen y comprenden que los nacionalsocialistas son sus enemigos más peligrosos. Entre los temas eternamente recurrentes de esta agitación comunista están las historias de preparativos de guerra a favor de los intereses del imperialismo alemán, preparativos para una revancha contra Francia, anexiones en Dinamarca, Holanda y Suiza, en los Países del Báltico y Ucrania, etcétera, y una cruzada alemana contra la Unión Soviética, disensiones en el Partido y el Gobierno, sobre todo entre el Partido y el Ejército, un creciente descontento entre las masas, asesinatos de hombres principales en Alemania o intentos de acabar con sus vidas, preparativos para una inflación y la venida de un colapso económico completo, el asesinato y tortura de prisioneros, persecuciones religiosas y vandalismo cultural de toda clase.

     Esas falsedades propagandistas son difundidas por miles de canales y en miles de formas, y el intelectualismo burgués —a veces inconscientemente, a veces conscientemente— es presionado para que se ponga al servicio de esa campaña de difamación. En todas las capitales europeas hay grandes oficinas para la propagación de ese veneno a través de todo el mundo, y grandes subvenciones son proporcionadas por la Komintern para preparar y realizar el trabajo. Esas organizaciones son constantes centros de perturbación entre las naciones. Ellas nunca se cansan de agitar problemas de cada modo que pueden.

     Ésa es la propaganda bolchevique. Ésa es la forma en la cual se viste y vive, usando la falsedad y la calumnia y la argucia, para hacer que las naciones sospechen unas de otras y se odien mutuamente, extendiendo de esa manera un espíritu general de malestar; porque los bolcheviques saben muy bien que ellos nunca pueden llevar la idea comunista a triunfar excepto en una época que es distraída y escéptica.

     En Alemania tenemos controversias religiosas que surgen de profundas cuestiones de conciencia, pero no tienen nada que ver en absoluto con una negación de la religión. Esas controversias son explotadas a veces por críticos inocuos y a veces malévolos, y se hace un paralelo entre ellos y el ateísmo absolutamente dogmático de la Internacional Bolchevique. Para comprender lo grotesco del paralelo sólo es necesario señalar unos pocos ejemplos en la teoría y la práctica del comunismo.

     En el programa de la Internacional Comunista se declara de manera abierta y libre que la lucha contra cada tipo de religión debe ser llevada a cabo de modo despiadado y sistemáticamente. Lenin declaró que "la religión es el opio del pueblo y es una especie de alcohol barato". Esas declaraciones son publicadas en el cuarto volumen de sus "Obras".

     En el segundo Congreso de Ateos, Bujarin declaró que la religión debe ser "destruída con la bayoneta". El judío Gubermann, quien, bajo el nombre de Yaroslavski, es el líder de la Asociación de Ateos Militantes en la Unión Soviética, ha hecho la siguiente declaración: "Es nuestro deber destruír cada concepción religiosa del mundo... Si la destrucción de diez millones de seres humanos, como sucedió en la última guerra, fuera necesaria para el triunfo de una clase definida, entonces eso debe ser hecho y será hecho".


     En su edición del 6 de Noviembre de 1930, El Ateo, la revista mensual que es el órgano central de la Asociación de Ateos Militantes, escribió lo siguiente: "Incendiaremos todas las iglesias del mundo y arrasaremos todas las prisiones hasta el suelo". En todos los establecimientos educacionales  a través de toda la Unión Soviética está prohibida la instrucción religiosa, y en su lugar ha sido introducido un curso de instrucción sistemática en el ateísmo marxista. Los niños menores de 18 años tienen prohibido participar en servicios y rezos religiosos. La Ley de Iglesias del 8 de Abril de 1929 ha establecido una situación en la cual las comunidades espirituales y religiosas son privadas de todos sus derechos. Todo el clero y sus familias pertenecen a la clase desposeída de ciudadanos soviéticos, perdiendo así automáticamente su derecho a trabajar o ganar su sustento, y ellos son susceptibles de ser removidos de sus domicilios en cualquier momento sin aviso.

     Tal es la teoría y la concepción del mundo que tienen los principios jurídicos que subyacen en el ateísmo bolchevique, y tales principios son en consecuencia materializados en la práctica.

     Hasta 1930, 31 obispos, 1.600 clérigos y 7.000 monjes fueron asesinados bajo el régimen soviético. Según la estadística disponible para 1930, estaban confinados entonces en prisiones, en condiciones de hambre, 48 obispos, 3.700 clérigos y 8.000 monjes y monjas. La "Liga Internacional contra la Tercera Internacional" en Ginebra publicó estadísticas el 6 de Agosto de 1935, que muestran que en Rusia 40.000 sacerdotes habían sido detenidos, desterrados o asesinados. Casi todas las iglesias y capillas Ortodoxas han sido o destruídas o cerradas para la adoración religiosa y convertidas en clubes, cines, graneros etcétera. Antes de nuestro advenimiento al poder, la propaganda atea difundida por los marxistas en Alemania, cuyas fuerzas hemos derrotado, tomó posición a favor del terrible estado de cosas que he descrito. La socialdemócrata "Liga de Librepensadores Alemanes" tenía ella sola 600.000 miembros. La comunista "Liga de Librepensadores Proletarios" tenía cerca de 160.000 miembros. Casi sin excepción, los líderes intelectuales del ateísmo marxista en Alemania eran judíos, estando entre ellos Erich Weinert, Felix Abraham, el doctor Levy-Lenz, y otros. En reuniones regulares, realizadas en presencia de un notario, a los miembros se les solicitaba que registraran su declaración de retiro de su iglesia por un pago de 2 marcos. Y así la lucha en favor del ateísmo fue continuada. Entre 1918 y 1933 los que se retiraron de las Iglesias Evangélicas alemanas sumaban dos millones y medio de personas en Alemania. El programa que esas sociedades ateas presentaron en cuanto a asuntos sexuales está ampliamente descrito en las siguientes demandas expresadas públicamente en reuniones y distribuídas en forma de panfletos:

1. Derogación completa de aquellos párrafos de la ley que tratan con el delito de aborto, y el derecho de abortar conseguido gratuitamente en hospitales estatales.

2. No interferencia con la prostitución.

3. La abrogación de todas las regulaciones burguesas y capitalistas en cuanto a matrimonio y divorcio.

4. Inscripción oficial opcional, y [derecho de] los niños a ser educados por la comunidad.

5. Abolición de todas las penas para perversiones sexuales y amnistía para todas las personas condenadas como "criminales sexuales".

     Realmente un caso de locura metódica, que tiene como su objetivo la destrucción deliberada de las naciones y su civilización y su substitución con la barbarie como un principio fundamental de la vida pública.

     ¿Dónde están los hombres que están detrás del escenario de este virulento movimiento mundial?; ¿quiénes son los inventores de toda esta locura?; ¿quién trasplantó este ensamble hacia Rusia y está haciendo hoy el intento de hacer que prevalezca en otros países? La respuesta a estas preguntas revela el verdadero secreto de nuestra política anti-judía y de nuestra lucha inclaudicable contra la judería;porque la Internacional Bolchevique es en realidad nada menos que una Internacional Judía.

     Fue el judío quien descubrió el Marxismo. Es el judío el que durante décadas pasadas se ha esforzado por agitar revoluciones mundiales por medio del marxismo. Es el judío el que está hoy a la cabeza del marxismo en todos los países del mundo. Sólo en el cerebro de un nómada que carece de nación, de raza y de país podría haber sido incubado ese satanismo. Y sólo alguien poseído por una malevolencia satánica podría lanzar este ataque revolucionario. Porque el bolchevismo no es sino materialismo brutal que especula con los más viles instintos de la Humanidad. Y en su lucha contra la civilización europea de Occidente hace uso de las pasiones humanas más bajas en favor de los intereses de la Judería Internacional.

     La teoría que subyace en ese fanatismo político y económico se derivó de un judío llamado Karl Mordechai, alias Marx, hijo de un rabino de Tréveris (Trier). Una variante de la misma teoría surgió del cerebro de otro judío llamado Ferdinand Lassalle. Él era hijo del judío Chaim Wolfsohn de Loslau, quien cambió su apellido primero a Losslauer, luego a Lasel y finalmente a Lassalle. El ministro del Trabajo de la Comuna de París era el judío Leo Fraenkel. El terrorista judío Karl Cohen era el amigo de Marx. El 7 de Mayo de 1866, en Unter den Linden, Berlín, este Cohen hizo dos tentativas de asesinar a Bismarck disparándole.

     En días anteriores a la [Primera] Guerra, la redacción del "Vorwaerts", el órgano socialista alemán, ya empleaba a 15 judíos, la mayoría de los cuales posteriormente llegaron a ser líderes del comunismo en Alemania. Entre ellos estaban Kurt Eisner, Rudolf Hilferding y Rosa Luxemburg. Durante la Gran Guerra los judíos polacos Leo Joggisches y Rosa Luxemburg estuvieron a la cabeza de las fuerzas impulsoras que intentaban provocar la caída militar de Alemania y la revolución mundial subsecuente. Otro judío, Hugo Haase, posteriormente presidente del USPD (Partido Socialista Alemán Independiente) exigió el rechazo de los créditos de guerra el 4 de Agosto de 1914.

     El 10 de Noviembre de 1918 fue formado el "Consejo de los Seis Representantes del Pueblo" que incluía a los judíos Hasse y Landsberg. El 16 de Diciembre de 1918 se realizó la primera reunión del "Congreso General de los Soviets de Trabajadores y Soldados de Alemania". En ese congreso los judíos Cohen-Reuss y Hilferding fueron los principales oradores. Las fuerzas armadas de Alemania estuvieron representadas por el judío Hodenberg, por el VIII Ejército, el judío Levinsohn, por el IV, el judío Siegfried Marck por el departamento A del Ejército, y Nathan Moses por el Departamento B. Jacob Riesenfeld representó al grupo de Ejército de Kiev, y Otto Rosenberg representó al grupo de Ejército de Kassel.

     El primer Congreso del Partido Comunista fue llevado a cabo en Berlín el 31 de Diciembre de 1918, en el cual la judía Rosa Luxemburg fue elegida líder. La Conferencia del Reich del movimiento Spartacus, realizada el 29 de Diciembre de 1918, fue formalmente abierta por el representante oficial de la Unión Soviética, un judío llamado Karl Radek Sobelsohn, mientras que Rosa Luxemburg apareció como uno de los oradores oficiales.


     Durante la noche entre el 6 y el 7 de Abril de 1919, después de la remoción del judío Eisner en Múnich, la República Soviética fue proclamada allí. La parte principal en eso fue tomada por los judíos Landauer, Toller, Lipp, Erich Muehsam y Wadler. El 14 de Abril de 1919 un segundo Gobierno Soviético fue formado en Múnich, con los judíos Leviné-Nissen, Levien y Tollera su cabeza. La prensa del Partido Comunista alemán en Berlín era controlada por los judíos Meyer, Thalheimer, Scholem, Friedlaender, y otros. Los abogados que actuaron de parte del Partido Comunista alemán fueron los judíos Litten, Rosenfeld, Joachim, Apfel, Landsberg, y otros. El conocido judío bolchevique Raffes escribe: "El odio del zarismo contra los judíos estaba justificado; porque a partir de la década de 1860 en adelante en todos los partidos revolucionarios el Gobierno tuvo que tratar con los judíos como los miembros más activos".

     En el segundo Congreso del Partido Laborista Socialdemócrata de Rusia, en 1903, ocurrió el cisma que dividió al partido en bolcheviques y mencheviques. Tanto en uno como en otro de esos partidos las posiciones de autoridad fueron ocupadas por judíos. Éstos eran como sigue:

     Entre los mencheviques: Martor (Zederbaum), Trotsky (Bronstein), Dan (Gurwitsch), Martinov, Liber (Goldmann), Abramovitsch (Rein), Goreff (Goldmann), etcétera.

     Entre los bolcheviques: Borodin (Grusenberg), posteriormente líder del movimiento revolucionario bolchevique en China, en la actualidad Comisario bolchevique en Mongolia; Frumkin, Hanecki (Fürstenberg), Yaroslavski (Gubelmann), líder del movimiento ateo en la Unión Soviética y en todo el mundo; Kamenev (Rosenfeld), Laschéwitsch, Litvinov (Wallach), actualmente Comisario soviético de Exteriores y antes presidente de la Sociedad de Naciones; Ljadov (Mandelstamm), Radek (Sobelsohn), Sinoviev, líder de 1919 a 1926 de la Internacional Comunista; Sokolnikov (Brilliant), y Sverdlov, amigo íntimo y compañero de trabajo de Lenin.

     A comienzos de Agosto de 1917 fue inaugurado el Sexto Congreso del Partido Bolchevique. El comité que lo presidía estaba compuesto por 3 rusos, 6 judíos y 1 georgiano. El 23 de Octubre de 1917 se llevó a cabo la sesión histórica del Z.K. (Comité Central). Allí fue decidida la rebelión armada. Para asumir el mando de la rebelión fueron establecidos una "Oficina Política" y un "Centro Revolucionario de Guerra". Esos centros políticos y militares de la Revolución bolchevique estaban compuestos de 2 rusos, 6 judíos, 1 georgiano y 1 polaco.

     En la inglesa "Colección de Informes sobre el Bolchevismo en Rusia", que fue presentada al Parlamento en Abril de 1919, por orden de Su Majestad, el Informe Nº 6 contiene lo siguiente: Un telegrama de Sir M. Findlay al Sr. Balfour (recibido el 18 de Septiembre de 1918):

     "Lo siguiente es el informe del ministro de los Países Bajos en Petrogrado, el 6 de Septiembre, recibido aquí hoy, sobre la situación en Rusia, en particular en lo que afecta a los súbditos británicos y a los intereses británicos bajo la protección del ministro: (...)

     "En Moscú tuve repetidas entrevistas con Chicherin y Karahan. El gobierno soviético entero estaba hundido hasta el nivel de una organización criminal. Los bolcheviques comprenden que su plan está en marcha, y han empezado una carrera de locura criminal...

     "El peligro es ahora tan grande que siento que es mi deber llamar la atención de los británicos y de todos los otros gobiernos hacia el hecho de que si no se le pone fin inmediatamente al bolchevismo en Rusia la civilización del mundo entero será amenazada... Considero que la supresión inmediata del bolchevismo es el mayor asunto ahora ante el mundo, ni siquiera excluyendo la[Primera] Guerra, que todavía arrecia, y a menos que, como se dijo, el bolchevismo sea cortado de raíz inmediatamente, está destinado a difundirse en una forma u otra sobre Europa y el mundo entero, ya que está organizado y operado por judíos que no tienen ninguna nacionalidad y cuyo único objetivo es destruír para sus propios fines el orden existente de cosas. La única manera en la cual este peligro podría ser evitado sería una acción colectiva de parte de todas las Potencias".

     El 13 de Noviembre de 1934 el periódicoEl Momento, que es publicado en Varsovia y es uno de los principales diarios judíos de Europa del Este, publicó un artículo (en el Nº 260 B) que se titulaba "Lazar Moiséyevitch Kaganovich" (lugarteniente de Staliny hombre mano derecha). El artículo declara: "Él es un gran hombre, este Lazar Moiséyevitch; él un día gobernará sobre el país de los Zares... Su hija, que pronto cumplirá 21, es ahora la esposa de Stalin... y él es bueno para los judíos. Usted ve, es bueno tener a un hombre en una de las posiciones claves".

     De los funcionarios con mayor autoridad en el Partido y el Estado en los más altos consejos de la URSS encontramos que más de 20 son judíos y sólo 17 son rusos, mientras que el porcentaje de judíos con respecto a la población entera de la URSS es sólo del 1,8%.

     El Comisario del Pueblo para el Interior (antes Cheka u OGPU) es el judío Yagoda. En la Internacional Comunista (el "Comando General de la Revolución Mundial") el judío Pjatnitzki desempeña el papel más importante.

     El mando del movimiento revolucionario bolchevique en todos los países está todavía en manos judías. En algunos países, como Polonia y Hungría, ellos tienen el control exclusivo de ese movimiento.

     En el juicio contra el comunista judío Schmelz en Marzo de 1935, el Comisario de Policía polaco Landèbzrski declaró como testigo que el 98% de aquellos detenidos en Polonia bajo acusación de intrigas comunistas eran judíos.

     El líder actual en el movimiento para la bolchevización de China es el judío Borodin-Grusenberg.

     Con esto podemos cerrar la descripción.

     Ése es el Comunismo sin máscara. Ésa es su teoría, su práctica y su propaganda. He dado una descripción seria y sin adornos de hechos que han sido recolectados mayormente de fuentes oficiales; pero esta descripción apunta a una situación que es tan terrible y repugnante en todos sus efectos que debe consternar al ser humano civilizado promedio. Este evangelio de "la emancipación del proletariado del yugo del capitalismo" es la peor clase de capitalismo, y la más brutal, que puede ser imaginada. Ha sido elaborado, puesto en marcha y conducido bajo la inspiración de la adoración a Mammón y el pensamiento materialista que está encarnado en la judería internacional, dispersa a través de cada país del globo. No se trata de ningún experimento social. No es nada más que un sistema colosal para la expropiación y el despojo de las clases dirigentes arias en todas las naciones, y su substitución, en lugar de ellas, por la clase criminal judía. Aquella gente que se presenta a sí misma aquí como los apóstoles de una nueva enseñanza y como los libertadores de la Humanidad son en realidad figuras que anuncian la anarquía y el caos para el mundo civilizado.


     Ya no hay ninguna cuestión política en juego aquí. Esta cosa no puede ser juzgada o estimada por reglas o principios políticos. Es la Iniquidad bajo una máscara política. No es algo para ser llevado ante el estrado de la Historia mundial, sino más bien algo que tiene que ser tratado por la administración judicial de cada país. Debe ser enfrentado con los mismos medios despiadados, e incluso brutales, con los cuales se esfuerza por usurpar el poder o retener el poder en sus manos. Aquí no puede haber ninguna negociación, porque el peligro que amenaza a Europa es agudo. De la noche a la mañana podría irrumpir entre las naciones civilizadas del mundo y propagar la catástrofe universal. Aquellos Estados que hacen la paz con él aprenderán pronto por la experiencia que no son ellos los que domarán al bolchevismo, sino que el bolchevismo los pondrá bajo su talón. No se puede decir que la Komintern ha cambiado sus prácticas. Es y sigue siendo lo que siempre fue: la maquinaria propagandística y revolucionaria que ha sido reconocidamente planeada para causar la ruina de Occidente.

     El bolchevismo es el enemigo declarado de todas las naciones, de todas las religiones y de toda civilización humana. La Revolución Mundial es ahora, como lo ha sido siempre, su objetivo reconocido y proclamado. El propio Stalin lo ha dicho, como triunfalmente anunció el órgano del Comisariado de Guerra, "La Estrella Roja", en Enero de 1935: "Bajo la bandera de Lenin, en la revolución proletaria, triunfaremos sobre el mundo entero". Y el emigrante comunista Pieck dijo en el Séptimo Congreso Mundial de la Komintern, celebrado el 28 de Julio de este año [1935]: "El triunfo del socialismo en la Rusia soviética demuestra al mismo tiempo que el triunfo del socialismo a través de todo el mundo es inevitable". El día antes de que dicho Congreso fuera celebrado, "L'Humanité"(el órgano de los comunistas franceses) lo saludó con emoción: "Larga vida a la Komintern, el Comando General de la Revolución Mundial".

     El trato con el bolchevismo no es posible, ya sea sobre una base política o sobre la base de principios generales de la vida. El reconocimiento de la Unión Soviética de parte de Estados Unidos ha dado ocasión a un aumento de la propaganda comunista, innumerables huelgas y perturbación general en todas partes de Estados Unidos. El pacto militar entre Francia y la Unión Soviética condujo poco después a un aumento de votos comunistas en las elecciones municipales, en las cuales ellos ganaron 43 administraciones y doblaron de esa manera el número que antes tenían, mientras todos los otros partidos perdieron en consecuencia. La alianza militar entre Checoslovaquia y la Unión Soviética condujo al sabotaje en el ejército y a un inesperado aumento de votos comunistas en las elecciones que siguieron.

     Quienquiera que ha hecho pactos con el bolchevismo tendrá razón para arrepentirse de su acción.

     Nada podría estar más lejano de nuestras mentes que el deseo de darles normas a otras naciones y sus gobiernos, o incluso de aconsejarlos. Nosotros no nos mezclamos en sus asuntos internos. Sólo vemos los peligros que amenazan a Europa y levantamos nuestras voces como advertencia, de modo que la magnitud de aquellos peligros pueda ser reconocida.

     Por lo que se refiere a nosotros mismos, hemos vencido completamente esa amenaza. En efecto quizás, fuera de su obra en Alemania, el mayor servicio que nuestro Führer ha prestado al mundo es que aquí en Alemania él ha establecido una barrera contra el bolchevismo mundial contra la cual las olas de esa vil inundación asiático-judía rompen en vano. Él nos ha enseñado no sólo a reconocer al bolchevismo como el mayor enemigo del mundo sino también a enfrentarlo cara a cara y a aplastarlo. En vez de esa enseñanza él ha suministrado un nuevo ideal, mejor y más noble, para la liberación de una nación entera. Bajo el Signo de esta Idea hemos luchado nuestras batallas y hemos llevado nuestras banderas a la victoria. Este ideal nos ha permitido liberar a Alemania de la amenaza del bolchevismo y desterrarlo de una vez para siempre de la nación alemana. Hoy sabemos cómo enfrentarnos con esas insidiosas fuerzas.

     La nación ha quedado inmune contra el veneno de la anarquía roja. Ha rechazado los falsos y huecos slogans de la propaganda comunista mundial. De manera seria y laboriosa, y con paciencia y disciplina, se ha dado a sí misma la solución a problemas que surgen de su propio destino. La Historia dará un día el debido crédito al Führer por haber salvado a Alemania del peligro más agudo y mortal derrocando al bolchevismo y salvando por consiguiente a la civilización entera de Occidente del abismo que abría su boca ante ella.

     Espero que no quedará para la posteridad reconocer la grandeza de esta misión histórica, sino que será reconocida por nuestros contemporáneos y que ellos decidirán actuar de acuerdo a la verdad de sus enseñanzas. Como la verdadera y leal Vieja Guardia del Führer y del Partido, nos alegramos de que estemos de pie bajo sus banderas en esta la más decisiva lucha que la Historia del mundo haya experimentado.–








Viewing all articles
Browse latest Browse all 1028

Trending Articles



<script src="https://jsc.adskeeper.com/r/s/rssing.com.1596347.js" async> </script>