En su sitio jackheart2014.blogspot.com su autor publicó hace un año en Diciembre de 2020 el siguiente texto que hemos puesto en castellano, que es un recuento y una interpretación de sucesos de la Segunda Guerra, en los cuales se ve claramente la traición cometida contra Hitler y el pueblo alemán de parte de generales y aristócratas alemanes, quienes, como sostiene el autor, buscaban más poner a salvo sus bienes para, después de la guerra, continuar y aumentar su dominio sobre mucha parte del mundo. Esta información se complementará con análisis posteriores.
La FACCIÓN de BORMANN (I)
por Jack Heart
5 de Diciembre de 2020
Las pruebas forenses rusas han demostrado que Adolf Hitler era de hecho una mujer de unos 35 años. Es verdad: un cráneo que supuestamente era de Hitler y conservado en archivos rusos durante casi 65 años como evidencia de su suicidio en el búnker, se encontró que era de una mujer de 35 años. Nada de lo que a usted le han dicho sobre la Segunda Guerra Mundial puede ser creído, y menos las dudosas historias de las muertes de personas como Adolf Hitler, Hans Kammler y Martin Bormann.
Si algún hombre pudiera ser etiquetado como financieramente responsable de reconstituír un Cuarto Reich como lo ha postulado el capítulo "Hunting Hitler: The Final Chapter" del History Channel, ése tendría que ser Martin Bormann. Por esa razón y sólo por ésa, nos referiremos a una facción NS particularmente vil como la Facción de Bormann, la que podría también y probablemente ser llamada la facción IG Farben.
Para empezar, nunca hay sólo una facción en un grupo dado. En términos de los nacionalsocialistas, usted nos verá sostener que había al menos tres facciones: 1) el ala obrero-izquierdista con Strasser, Röhm y Frey como defensores tempranos; 2) el ala mística, con Himmler, Hess y la SS; y 3) la facción económica, con Feder, Schacht y Bormann.
La aristocracia de Europa tenía su propia visión del Nacionalsocialismo mucho antes de que Hitler asumiera el poder en 1933, y no incluía a Hitler ni sus nobles sentimientos hacia el pueblo alemán. Ellos eran partidarios de Aoyama Eijiro, un híbrido de ascendencia aristocrática europea y japonesa, mejor conocido como Conde de Coudenhove-Kalergi o quizás sólo el Viejo Richard por sus amigos personales cercanos y colaboradores, como el Archiduque Otto de Austria, Louis Nathaniel Barón de Rothschild, y Max Warburg, que lo financiaron con marcos de oro y actuaron como sus intermediarios con los financieros estadounidenses Paul Warburg y Bernard Baruch, los mismos hombres que empujaron la Reserva Federal por la garganta llena de esperma de Woodrow Wilson.
Hjalmar Schacht, el hombre que haría a un lado al genio económico radical NS Gottfried Feder para convertirse en el presidente del Banco Nacional (Reichsbank) de 1933 a 1939 y en el ministro alemán de Economía entre 1934 y 1937, era un gran admirador de Kalergi.
El currículum vitae de Schacht para su nuevo trabajo incluía haber usado a su anterior empleador, el Banco Dresdner, para sacar con sifón 500 millones de francos de bonos nacionales belgas destinados para pagar por las requisiciones alemanas durante la 1ªGM, por lo cual él fue despedido de su puesto por el ejército alemán. Cuando se hizo evidente que él estaba allí para sabotear la preparación de Alemania para una segunda guerra, Hitler lo removió conservando su paga. Pero en 1944 él sería detenido por intentar asesinar a Hitler, y pasaría el resto de la guerra en campos de concentración. Por encima de fuertes objeciones de parte de los rusos, Schacht se alejaría de la Segunda Guerra Mundial después de estar preso sólo un par de años por crímenes de guerra demasiado numerosos para enumerarlos.
Un masón del rango más alto, con toda probabilidad desde su nacimiento, Kalergi tenía amigos y admiradores entre la gente más poderosa en el mundo. Él los necesitaría cuando Hitler, quien sabía lo que él era y proscribió la masonería debido a él, lo expulsó de Austria a Checoslovaquia, luego a Francia, y cuando Francia cayó, a Estados Unidos. Winston Churchill, Allen Dulles, William Donovan [fundador y director de la OSS, antecesora de la CIA] y Franklin Delano Roosevelt todos apoyaron a Kalergi. Pero cuando él se declaró el jefe de facto del gobierno de Austria en el exilio, Roosevelt y Churchill se distanciaron de esa declaración.
Como dice la historia, el libro de Kalergi "Pan Europa" fue publicado en 1923 y contenía un formulario de ingreso para el Movimiento Pan-Europa que realizó su primer congreso en 1926, al que asistió toda la gente de gala. Albert Einstein, el padre de la ciencia de la Edad de Piedra, estuvo allí junto con Sigmund Freud, otro fraude icónico, y también Thomas Mann, un escritor rencoroso que hervía por agredir verbalmente a Hitler. Kalergi sabía que Hitler sería el obstáculo primario, ya que él había conseguido a Rothschild y Warburg para financiar su contrapropuesta aristocrática para ungir a Hitler como un Santo Emperador Romano actual.
Nuevamente, la historia oficial son tonterías fabricadas. Eso fue una lucha interna de la Sinarquía, el gobierno de los privilegiados refugiados a salvo en sus sociedades secretas. Y para la mayoría de ellos, como siempre, su única verdadera preocupación era conservar su propia riqueza, esta vez ante la amenaza bolchevique desde el Este.
Kurt Eisner había saqueado Baviera en 1918 haciendo colapsar a la Casa de Wittelsbach. Él no viviría mucho tiempo como el nuevo gobernante del Estado Libre de Baviera, como él se llamó a sí mismo, porque Anton Arco-Valley, un aristócrata judío alemán, lo mató a tiros en la calle unos meses más tarde.
Pero a principios de Abril de 1919, los enloquecidos bolcheviques, bajo el mando directo de Vladimir Lenin en Moscú, proclamaron "una revolución de amor" y a Baviera una "república soviética". Entre tanto, telegrafiando a Lenin que el gobierno interino de Baviera había huído de Munich, llevándose con ellos hasta las llaves de los baños del ministerio, el nuevo gobierno comunista de Baviera publicó una proclamación que hacía de la tenencia privada de armas un delito castigable con la muerte. El ministro de Asuntos Exteriores de la nueva República soviética, Franz Lipp, un ex-enfermo mental que había sido internado una vez, declaró la guerra contra Suiza por su negativa a prestarle 60 trenes.
Cuando los bolcheviques asesinaron a sus aristocráticos rehenes durante la Noche de Walpurgis, ellos fueron por su parte atacados y aniquilados por 30.000 voluntarios de los Freikorps, endurecidos en batalla, reunidos y organizados por la Sociedad Thule bajo Rudolf von Sebottendorff. Miles fueron muertos en los crueles enfrentamientos callejeros de Munich y en las ejecuciones que siguieron.
Con los comunistas aplastados por el momento, la Sociedad Thule se disolvió en las sombras de donde ellos vinieron. Pero ellos habían decidido ya preparar a Hitler para conducir al Occidente en la batalla contra los hunos del siglo XX. Hitler estuvo a muy poco de hacerse con el gobierno, como la Sociedad Thule pretendía también, en el Golpe de Estado de la Cervecería de 1923, pero los elitistas de la sinarquía temían poner aquella clase de poder en las manos de un solo hombre fuerte. La policía, que no se suponía que lo hiciera, abrió fuego.
Superficialmente el plan de Kalergi pedía la integración europea, la etiqueta académica ahora puesta en el proceso de la integración industrial, económica, política, legal, social y cultural de los Estados europeos, la actual agenda de la Unión Europea.
Al momento de la Gran Depresión, la Unión Internacional Paneuropea de Kalergi tenía 8.000 miembros de comité, sacados de los salones más ilustres del privilegio europeo. En 1927 el político francés Emil Borel, un líder del Partido Radical de centro-izquierda y fundador de la Internacional Radical, estableció un Comité para la Cooperación Europea francés. Más de veinte países establecieron comités equivalentes.
Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial la integración europea permanecía como una empresa elitista. El comité más grande fuera del de Kalergi, el francés, poseía menos de 600 miembros, dos terceras partes de los cuales eran parlamentarios, junto con muchos sincopados literarios que se ganaban la vida alimentándose de las migajas que caían de la mesa de ricos industriales y aristócratas de Europa.
Principal en el plan de Kalergi era que Pan Europa estaría bajo la administración de grandes terratenientes, gente adinerada y la Iglesia Católica.
"La visión original de él era de un mundo dividido en sólo cinco Estados: unos Estados Unidos de Europa que uniría países continentales con posesiones francesas e italianas en África; una Unión Panamericana que abarcaría América del Norte y del Sur; la Commonwealth Británica que rodearía el globo; la URSS que abarcaría Eurasia; y una Unión Pan-Asiática por la cual Japón y China controlarían la mayor parte del Océano Pacífico. Para él, la única esperanza para una Europa devastada por la guerra era federarla de acuerdo a líneas que el rumano nacido húngaro Aurel Popovici y otros habían propuesto para el disuelto Imperio multinacional de Austria-Hungría. Según Coudenhove-Kalergi, Pan-Europa abarcaría y extendería una Austria-Hungría más flexible y más competitiva, con el inglés sirviendo como el idioma mundial, hablado por cada uno además de su lengua nativa. Él creía que el individualismo y el socialismo aprenderían a cooperar en vez de competir, e instaba a que el capitalismo y el comunismo se fertilizaran mutuamente, del mismo modo como la Reforma Protestante había espoleado a la Iglesia Católica a regenerarse"[1].
[1] Wikipedia, biografía de Kalergi. Fuentes: —Lipgens, Walter; Loth, Wilfried, eds. (1988), Documents on the History of European Integration, vol. 3. —Johnston, William M. (1983), The Austrian Mind: An Intellectual and Social History, 1848–1938, University of California Press, pp. 320-321.
Kalergi era tan influyente en Asia, en particular en Japón, como lo era en Europa. Un híbrido él mismo, Kalergi había decidido que el único modo de contener a las multitudes asiáticas bolchevistas era eliminar a los Blancos entre los europeos. Él preveía una nueva Europa manejada por euroasiáticos-negroides mejor capacitados para vivir cordialmente con las razas de color del mundo.
La Sociedad Thule no había olvidado, y Hitler estaba todavía allí. Él llamó a Kalergi un bastardo, enfurecido porque él fuera un mestizo desarraigado, cosmopolita y elitista. Él se mofó de sus políticas económicas mecánicas y ridiculizó su cobarde pacifismo. En 1928 Hitler escribió en su Libro Secreto que ese "abigarrado Estado pan-europeo pacifista y democrático" nunca sería capaz de resistir a un inevitablemente expansivo Estados Unidos. Finalmente Hitler ganaría la titánica lucha por el poder entre los dos Príncipes de la Sinarquía, y cuando Hitler anexó Austria en 1938, Kalergi tuvo que huír.
Así, el escenario fue dispuesto cuando aristócratas de nacimiento, como el jefe de la Abwehr [Inteligencia militar alemana]Wilhelm Canaris, el jefe del Estado Mayor alemán antes de la guerra Ludwig Beck, y el mariscal de campo Von Witzleben, comenzaron a conspirar contra Hitler desde los primeros días de la guerra.
Incluso más traidores que Canaris y su malévolo asistente el general Hans Oster, eran los militares de esa generación como el general Franz Halder. Éste fue el jefe de Estado Mayor de la Wehrmachthasta Septiembre de 1942, cuando se hizo obvio que él casi únicamente estaba perdiendo la guerra para Alemania en el Este, por lo que fue despedido.
«Un panel de des-nazificación de posguerra juzgó la conducta anterior de Halder como "una completa traición a su país". Después de la conquista de Polonia en 1939, él formó un personal de planificación secreto para derrocar al gobierno y poner al general Heinrich von Stuipnagel a cargo, a quien un historiador alemán describió con admiración como un noble europeo de la vieja escuela» [2].
[2] Richard Tedor, "Hitler's Revolution", 2014, cap. VI, § Betrayal in the East, PDF p. 301, https://archive.org/details/HitlersRevolutionByRichardTedor_201606/page/n297/mode/2up
Los alemanes habían logrado descifrar el código ruso hacia 1934. En 1935 ellos comenzaron a enviar misiones de vuelo a alta altitud y a tomar fotografías. "Las tripulaciones fotografiaron instalaciones navales soviéticas, armamentos y complejos industriales, fortificaciones militares y concentraciones de tropas". En 1947, después de la guerra, Estados Unidos "usó las fotografías para preparar sus propios mapas de la Unión Soviética"[Ibid., pp. 298-299].
Pero en la preparación para la Operación Barbarroja, la invasión de Rusia que comenzó el 22 de Junio de 1941, los cartógrafos militares alemanes estaban haciendo mapas sin usar ninguna de esas fotografías. "Algunos se basaron en mapas rusos que habían sido impresos en 1865. El ejército alemán recibió algunos mapas inexactos que describían lo que eran caminos de tierra, que se convirtieron en cenagales infranqueables después de las lluvias, como modernas carreteras pavimentadas" [Ibid.].
En 1937 "los alemanes comenzaron a descifrar las comunicaciones foto-telegráficas soviéticas. Además de la lectura de correspondencia diplomática, ellos consiguieron conocimiento de la producción rusa de armamentos, la posición y capacidad de las fábricas, y las deficiencias en la industria"[Ibid.].
Además, las tropas alemanas que avanzaban rápidamente a menudo invadían posiciones soviéticas antes de que la información sensible pudiera ser destruída. "Las estaciones de monitoreo enviaban esa cantidad enorme de Inteligencia a la Abwehr para su evaluación. Canaris, Oster y otros conspiradores no transmitieron casi ninguna de las conclusiones a Hitler"[Ibid.].
El general Erich Fellgiebel y los co-conspiradores de Oster en la Abwehr realmente estaban telegrafiando los planes del Alto Comando alemán a Moscú a través de Suiza antes de que ellos siquiera se secaran en el papel. "El conocimiento adelantado de los planes alemanes ayudó al Ejército Rojo a embrollar a los invasores en enfrentamientos pesados alrededor de Smolensk en Julio y Agosto. Los alemanes recobraron la iniciativa cuando Hitler decidió el 21 de Agosto cambiar sus divisiones de tanques hacia el Sur hacia Kiev". Mientras Halder echaba humo por el "insensato"movimiento que "dispersaba"sus fuerzas, el cabo Hitler"destruyó cuatro ejércitos soviéticos y dañó severamente un quinto alrededor de Kiev"[Ibid., p. 303].
Antes del asalto final sobre Moscú, los uniformes para el clima frío fueron retenidos por traicioneros burócratas ferroviarios. «En gran parte responsables de la tardanza de provisiones fueron el director del Transporte Ferroviario Principal del Sur, Erwin Landenberger en Kiev, y el director del Centro de Transporte Ferroviario Principal, Karl Hahn en Minsk. Hitler ordenó que ambos hombres fueran arrestados por sabotaje. Liberado del campo de concentración de Sachsenhausen meses más tarde, Hahn se describió a sí mismo ante otro oficial como un "enemigo mortal de los nacionalsocialistas"» [Ibid., p. 304].
Los generales traidores "no fueron menos negligentes en cuanto a informar a Hitler de informes de Inteligencia que predecían una planeada ofensiva soviética". Los confiables informes de Suecia de una concentración soviética también fueron ignorados por la Abwehr.
Como resultado, los alemanes subestimaron inmensamente el poderío soviético. El asalto sobre Moscú terminaría en un masivo contraataque soviético que hizo retroceder a los alemanes por primera vez en la guerra. Hitler se quejó amargamente por "la total subestimación del enemigo, los falsos reportes de reservas enemigas y la fuerza de sus armamentos... y la incomprensible traición"[Ibid., pp. 306-307].
Cuando el ejército alemán comenzó su empuje hacia el Sur a finales de Julio para capturar el Cáucaso y yacimientos petrolíferos soviéticos, ellos fueron sistemáticamente destruídos por sus propios oficiales al mando. "Los rusos rodearon y destruyeron el 6º Ejército alemán en Stalingrado. Los historiadores culpan a Hitler por esa catástrofe, pero el veredicto no tiene en cuenta la flagrante desconsideración de sus órdenes, los engañosos informes de Inteligencia que él recibió, o los militarmente insensatos movimientos de tropas realizados por el OKH [Oberkommando des Heeres / Alto Comando] sin su conocimiento" [Ibid., p. 311].
La Operación Zeppelin de la Abwehrhabía registrado miles de trenes que llevaban material de guerra y tropas soviéticas a Stalingrado. El reconocimiento aéreo reportaba que los soviéticos estaban constantemente llevando fuertes refuerzos que ellos ocultaban al otro lado del río Don que bordea la ciudad. El 10 de Noviembre ellos también "descubrieron que los rusos habían transferido el 5º ejército de tanques allí también".
"El 11 de Noviembre el comandante del Nachrichtenaufklärung 1 (la sección 1 de evaluación de comunicaciones) presentó al OKH un análisis completo del tráfico de radio militar soviético, que identificaba las reservas enemigas transferidas al área de operaciones de Stalingrado. El informe predijo exactamente que los rusos estaban a punto de lanzar un ataque de pinza para rodear al 6º ejército alemán..."[Ibid., pp 312-313].
Nada se hizo al respecto; ningún preparativo fue hecho. Una vez más Hitler y el pueblo alemán habían sido engañados por su aristocracia. Ludwig Beck era un general alemán y jefe del Estado Mayor alemán durante los primeros años del régimen de Hitler. Hacia 1938 Beck, un soldado de carrera prusiano que no podía soportar el hecho de que Hitler no iba a dejar que los militares dirigieran Alemania, se fue. Pero sus co-complotadores todavía "lo consideraban la cabeza militar del movimiento anti-gobierno"[Ibid., p. 318].
"En el verano de 1944 las autoridades de aplicación de la ley fracturaron al movimiento de resistencia y comenzaron a juzgar a los cabecillas por traición. Uno de los acusados, el antiguo socialdemócrata Wilhelm Leuschner, declaró acerca de una conversación que él había tenido una vez con Ludwig Beck. (...) Beck explicó que hay ahora bastantes personas en posiciones de mando en el frente del Este de las que podemos confiar en que la guerra puede ser controlada hasta que el régimen colapse..."[Ibid.].
El departamento de Inteligencia militar alemana Ejércitos Extranjeros del Este(Fremde Heere Ost) era responsable de evaluar todos los informes que pertenecían al frente del Este. «En la primavera de 1942 Halder había hecho los arreglos para que su antiguo ayudante, Reinhard Gehlen, llegara a ser el jefe [de dicha oficina]. Creyendo, como Hindenburg, que "Alemania no debería ser gobernada por un cabo bohemio [de Bohemia]", Gehlen más tarde reconoció apoyar activamente la resistencia» [Ibid., p 313].
"Gehlen no reveló a Hitler ni el progreso de la Operación Zeppelin ni la proximidad del 5º Ejército de Tanques, que él afirmó que estaba estacionado lejos al Norte. Incluso aunque el Ejército Rojo había reunido el 66% de sus blindados frente al Grupo B del Ejército, Gehlen advirtió, en cambio, que los rusos planeaban atacar cerca de Smolensk, mucho más al Norte". La ofensiva rusa comenzó el 19 de Noviembre, pero incluso el 11 de Noviembre Gehlen le estaba asegurando a Hitler que "las fuerzas soviéticas (disponibles) eran demasiado débiles para realizar operaciones importantes"[Ibid.].
En el inicio de la ofensiva rusa, "El 57º Ejército soviético se lanzó rápidamente sobre la completamente motorizada 29ª División de Infantería del general Hans-Georg Leyser, que contraatacó sin la autorización del comando general. Sus 55 tanques del Batallón Acorazado 129 golpearon furiosamente a lo largo de la línea de ferrocarril, desembarcando masas de sorprendidos soldados rusos de infantería y provisiones. Sellando esa penetración enemiga, la 29ª División giró al Sudoeste para asaltar el flanco del 4º cuerpo soviético. Antes de que la operación comenzara, la división recibió una sospechosa orden de romper el contacto y retirarse al perímetro de Stalingrado. Eso permitió a los rusos seguir su envolvimiento del 6º Ejército" [Ibid.].
El 6º Ejército terminaría por ser rodeado en Stalingrado: "basado en el informe de Gehlen de que a los soviéticos no les quedaban reservas, Hitler decidió abastecer por avión a la guarnición atrapada hasta que una operación de ayuda pudiera estar lista". Él no tenía ningún modo de saber que la fuerza del coloso soviético estaba de rodillas al otro lado del río Don. "Organizando las misiones estaba el coronel Eberhard Finckh. Un conspirador activo, él consiguió que un número sustancial de vuelos llevara cargamento inútil. Además de comida, provisiones médicas y municiones, las tropas asediadas en Stalingrado recibieron miles de viejos periódicos, caramelos, cuellos falsos, alambre de púas, mamparas alquitranadas, cuatro toneladas de margarina y pimienta, 200.000 monederos, cordones de zapatos, especias, etcétera"[Ibid., p. 314].
El Ejército alemán lanzó una expedición de ayuda el 15 de Diciembre encabezada por la 6ª División Acorazada. Siendo casi el 10% de todo el poderío, constituía una fuerza mecanizada aplastante con cientos de tanques y cañones autopropulsados, junto con miles de camiones de apoyo. "El ataque progresó hasta casi 50 kms. de Stalingrado. Aproximadamente 80 kms. al Oeste, los tanques soviéticos contraatacaron y capturaron el campo de aviación en Morosovskaya, amenazando el flanco alemán en el bajo río Chir. En vez de enviar unidades más débiles para cubrir la brecha, el alto comando trasladó la 6ª División Acorazada a la posición del Chir"[Ibid., p. 315].
Aquello era una exageración incomprensible, y eso le costaría a Alemania todo. Sin la poderosa 6ª División Panzer, la expedición de ayuda no era rival para las enormes fuerzas soviéticas. Stalingrado fue perdido. "Había 220.000 mil soldados alemanes y auxiliares extranjeros en la lista del 6º Ejército a mediados de Enero de 1943, dos semanas antes de que la guarnición se rindiera. Seis mil sobreviveron al cautiverio soviético".
La batalla de Stalingrado no sólo resultó ser una derrota militar aplastante para Alemania, sino que, para su población civil, se convirtió en el punto decisivo psicológico de la guerra. En 1948 el ex-jefe de la Gestapo Heinrich Müller resumió la disonancia en el cuartel central del Führer: "muchos oficiales más antiguos de alto rango sabotearon los planes de Hitler... Aunque yo no sea ningún experto militar, sé que Hitler tenía razón sobre asuntos militares más a menudo que esa gente. Hitler publicaría una orden, y porque algún general encontraba a Hitler personalmente ofensivo, ese oficial desobedecería indirectamente la orden. Entonces cuando el desastre ocurrió, el mismo hombre y sus amigos cargaron la culpa sobre Hitler. Y ellos a menudo le mentían directamente en su cara"[Ibid.].
Supuestamente "Canaris fue conducido a la horca desnudo y ejecutado el 9 de Abril de 1945 en el campo de concentración Flossenburg, sólo semanas antes del final de la guerra"[3]. Su perro mestizo Oster fue ahorcado al lado de él.
[3] Wistrich, Robert, Who’s Who in Nazi Germany, p. 29, New York, 1995.
Pero el general Franz Halder lo haría mucho mejor. Él llegó a ser muy importante para la Inteligencia estadounidense en cuanto a la Unión Soviética después de la guerra. Halder nunca fue juzgado en Núremberg a pesar de haber publicado personalmente órdenes para la Wehrmacht para que ejecutara arbitrariamente pueblos rusos enteros y dispara a comisarios y judíos apenas fueran vistos. Halder caminaría libre.
Durante los años '50 él se convirtió en el tipo experto en la Operación Barbarroja para los historiadores occidentales. Él perpetuó el mito de un Hitler que actuaba con torpeza y el de las malvadas SS, a quienes él culpó por las atrocidades de la Wehrmacht. Tan eficaz fue él que sus historias todavía son creídas hoy por los académicos crédulos. En 1961 a él le sería concedido el Premio de Servicio Civil Meritorio y llegaría a ser el único alemán en ser condecorado tanto por Adolf Hitler como por un Presidente estadounidense.
Gehlen lo haría aún mejor que Halder bajo la ocupación Aliada. Sabiendo que ellos iban a acabar la guerra, Gehlen ordenó que los archivos de Inteligencia del departamento Ejércitos Extranjeros del Este fueran copiados en microfilms, almacenados en tambores herméticos y sepultados en varias localidades en los Alpes austriacos. Cuando la guerra terminó, Gehlen tenía 50 cajas de archivos de Inteligencia sobre la Unión Soviética de lo cual él se aprovechó en su posición como maestro indiscutible de espías en la Alemania de posguerra.
El Imperio anglo-estadounidense atacaría desde el Oeste a principios del verano de 1944, un año y medio después de que el 6º Ejército cayera en Stalingrado, sellando el destino de Alemania para sucumbir en llamas. Pero la aristocracia alemana no descendería con ella. Los planes habían sido establecidos. Ellos surgirían pronto otra vez con sus primos británicos y estadounidenses de su lado en un consorcio global invisible que se sienta sobre Occidente como su bastardo y monstruoso jefe supremo hasta este mismo día...
"Durante la mañana del 10 de Agosto de 1944, el SSObergruppenfuehrer Scheid, un teniente general en la Waffen SS, así como un director de la compañía industrial Hermansdorff & Schenburg, llegó al hotel Maison Rouge en la calle France-Bourgeois de Estraburgo. El doctor Scheid había sido enviado para administrar la reunión por nada menos que el Reichsleiter Martin Bormann, por entonces el segundo hombre más poderoso en la Alemania Nacionalsocialista, después de Hitler"[4].
[4] Guyatt, David,Princes of Plunder. The Shape of Treachery and the Bridge at Arnhem. http://www.deepblacklies.co.uk/princes_of_plunder.htm
Bormann había estado preparándose para la reunión durante al menos dos años. "Durante 1942 y 1943 Bormann comenzó a transferir fondos del Partido y de la SSbajo su control desde el Tercer Reicha Sudamérica. Las transferencias incluían dinero, oro, diamantes y certificados de acciones, controlando numerosas corporaciones de inversión alemanas y extranjeras" [5].
[5] Manning, Paul, "Martin Bormann and the Future of Germany", New York Times, 3 Mar. 1973 https://www.nytimes.com/1973/03/03/archives/martin-bormann-and-the-future-of-germany.html
"Presentes en la reunión, además del doctor Scheid, había representantes de Krupp, Messerschmitt, Rheinmetall, Bussing, Volkswagenwerk, ingenieros que representaban a varias fábricas en Posen, Polonia, incluyendo a Brown-Boveri, y una parte importante de la industria eléctrica alemana, que era en parte poseída por dos compañías estadounidenses, General Electric e International Telephone & Telegraph" [Guyat, loc. cit.].
Scheid informó a los elitistas de Alemania reunidos que "los controles del gobierno sobre la exportación de riqueza (dinero, patentes, científicos y administradores) iban a ser relajados inmediatamente, y que la transferencia de esos activos nacionales se había convertido en una política oficial del Estado Nacionalsocialista. Un informe del Ministerio de Economía estadounidense en 1946 declaró que 750 compañías fueron establecidas por todo el mundo por los industriales alemanes después de la reunión del 10 de Agosto de 1944 en Estrasburgo. Su listado señalaba 112 en España, 58 en Portugal, 35 en Turquía, 98 en Argentina, 214 en Suiza, y 233 en varios otros países"[Manning, loc. cit.].
"I.G. Farbenindustrie, A.G., el consorcio químico más grande y más poderoso en el mundo durante los doce años del Tercer Reich, controlaba más de 500 firmas en 92 países, entre las admitidas y las de manera oculta. Era el más grande conseguidor de divisas extranjeras para Alemania, y sus acuerdos de cártel se contaban en más de 2.000 e incluían empresas industriales principales tales como Standard Oil(New Jersey), la Aluminium Company of America, E.I. du Pont de Nemours,Ethyl Export Corporation, Imperial Chemical Industries (Gran Bretaña), la Dow Chemical Company, Rohm & Haas, Etablissements Kuhlmann (Francia), y los intereses de Mitsui de Japón, Cuando Martin Bormann encendió la luz verde para transferencias masivas de riqueza, I.G. Farben se movió a alta velocidad".
Hermann Schmitz, presidente de I.G. Farben de aquella época, reportó a Martin Bormann: "Nuestras medidas de camuflaje han resultado ser muy buenas durante la guerra, e incluso han superado nuestras expectativas". Las medidas a las que él se refería eran el camuflaje de la verdadera propiedad de los activos de Farben como un instrumento de guerra y posguerra. La compañía encubrió su propiedad directa e indirecta y su control de cientos de sus filiales extranjeras utilizando cada mecanismo concebible y conocido por la mente legal. Aquello era una operación de deslumbramiento, con Bormann aprobando y prestando asistencia en todo momento. Otras importantes firmas alemanas siguieron el mismo complicado y desviado curso.
"Una técnica primaria usada generalmente para cambiar el control de la propiedad alemana para evitar la confiscación Aliada en el último año de la guerra era usar un dispositivo que disfrazara la propiedad. El dueño alemán transferiría sus posesiones a un ciudadano neutral que actuaría como el dueño nominal, hecho fácil por la práctica europea general de usar acciones al portador como una señal de propiedad (las acciones al portador son negociables en la entrega, y es sumamente difícil remontar la cadena de título de una acción particular). Los honorarios variaban por ese servicio, pero la cifra habitual era del 5% del trato" [Ibid.].
Críticamente, Bormann creyó que él necesitaba nueve meses para completar totalmente el planeado programa de fuga de capitales [6]. Habría quienes en Estados Unidos y Gran Bretaña se asegurarían de que él lo consiguiera, pero el mariscal de campo Bernard Montgomery no estaba entre ellos.
[6] Manning, Paul, Nazi in Exile, 1981, p. 32.
«Con el cierre de la brecha de Falaise, Montgomery estuvo determinado a no dejar que Eisenhower desperdiciara una oportunidad de oro para llevar la guerra a un final en 1944. El 4 de Septiembre Montgomery envió una comunicación cifrada, "Personal, sólo para los Ojos del General Eisenhower", presentando detalladamente un audaz plan para apoderarse de puentes estratégicos en los Países Bajos, seguido de un empuje blindado y sangriento en Alemania por la puerta trasera del Ruhr, el centro mismo de la industria alemana y, coincidentemente, hogar de muchos de aquellos industriales que habían asistido a la conferencia de fuga de capitales de industriales del doctor Scheid menos de un mes antes» [Guyatt, loc. cit.].
El plan sería rechazado por el débil Eisenhower, modificado por Montgomery y cambiado desde Operación Cometaa Operación Jardín de Mercado, y luego finalmente aceptado por Eisenhower el 10 de Septiembre. La Operación Market Garden pedía que fuerzas aerotransportadas británicas capturaran y retuvieran el puente final en Arnhem hasta que fuera asegurado por tanques. Coincidentemente o no, "fue el 4 de Septiembre que el mariscal de campo [alemán] Walter Model instruyó al averiado pero veterano 2º cuerpo de tanques SS del teniente general Bittrich para que acampara en el área de Arnhem para reacondicionarse y descansar"[Ibid.].
Cualquiera de los elitistas, que estaban al tanto de dichos planes, comenzando con aquellos que tenían afiliaciones con Skull & Bones y otras sociedades secretas, podría haber comunicado a los alemanes los proyectos de Eisenhower. Prominente en la lista de sospechosos era el general Walter Bedell Smith, jefe de Estado Mayor de Eisenhower en el Supremo Cuartel Central de la Fuerza Expedicionaria Aliada en ese entonces, así como amigo íntimo y socio de negocios, después de la guerra, del príncipe Bernhard de los Países Bajos.
"Nacido alemán como príncipe Bernhard zur Lippe-Biesterfeld, él se unió al Partido Nacionalsocialista a principios de los años '30, vistiendo eventualmente el uniforme SS. Hacia 1935 él fue lucrativamente empleado en el departamento NW7 de Inteligencia de I.G. Farben. Su enlace con la princesa Juliana, hija de la reina holandesa Wilhelmina, fue según se informa arreglado por el director de Farben, Gerhard Fritze, un pariente del jefe del NW7, Max Ilgner". El himno nacional NS, el Horst Wessel, fue interpretado en la boda [Ibid.].
La petición de Bernhard para trabajar para la Inteligencia británica después de que la guerra estalló fue negada porque el Almirantazgo no confiaba en él ni tampoco "Eisenhower, quien le rechazó acceso a información sensible de Inteligencia. Sin embargo, con la intervención del rey George en nombre del príncipe Bernhard, a él se le permitió finalmente trabajar en consejos de planificación de guerra"[Ibid.].
Inmediatamente después de la guerra, el general Walter Bedell Smith y el príncipe Bernhard entraron en el negocio de comercio de arte NS saqueado, por medio de una compañía llamada Bernard Ltd. Ellos usaron"aviones militares para volar entre Soesterberg —a poca distancia del palacio Soestdijk del príncipe Bernhard— y Estados Unidos". El arte robado no era el único tesoro nacionalsocialista que Bernard Ltd.transportó a América por avión. En contradicción con la política predominante y arriesgando ser sometido a una corte marcial, "en Agosto de 1945 Bedell Smith ofreció su avión privado para llevar en secreto al espía maestro NS Reinhard Gehlen, y a cinco hombres de su personal general, a Washington para conversaciones secretas"[Ibid.].
Después de la guerra en 1945 el príncipe Bernhard, junto con una unidad de la Inteligencia holandesa, viajó al Berlín ocupado por los rusos, aparentemente para recuperar las joyas de la corona holandesa saqueadas por los nacionalsocialistas. Ellos de hecho estaban recuperando papeles para Fritz Thyssen que demostrarían la propiedad de activos. Thyssen era uno de los principales industriales de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, y muchos creen que él financió a Hitler. Thyssen estaba relacionado con Bernhard a través del pariente de éste, el príncipe Alfred zur Lippe-Weissenfeld, cuya hija era la esposa del barón Hans Heinrich Thyssen, sobrino de Fritz Thyssen "y heredero de la fortuna de la familia Thyssen"[Ibid.].
Los papeles fueron devueltos a Holanda y depositados en el Bank voor Handel en Scheepvaart, en Rotterdam, que era en secreto poseído por Thyssen. Conocido como Operación Juliana, ese astuto plan fue un revés para los investigadores Aliados que estaban buscando ansiosamente "las piezas faltantes de la fortuna de Thyssen"[Ibid.].
Nada puede ser probado, pero tal como los portaaviones de EE.UU. que estaban mar adentro cuando Pearl Harbor fue bombardeado, es significativo que los comandos británicos que se lanzaron en paracaídas al comenzar la Operación Jardín de Mercado aterrizaran directamente encima de las Divisiones Panzer SS 9ª y 10ª, especialmente entrenadas en operaciones anti-aerotransportadas. No obstante, a pesar del susto que pasaron a manos de los defensores alemanes, quienes parecían cualquier cosa excepto sorprendidos, las tropas Aliadas prevalecieron finalmente por la fuerza de sus números aplastantes. El puente de Nijmegen, el último puente en Arnhem, fue finalmente tomado y retenido.
Al principio los Aliados podrían haberse abierto camino fácilmente por entre las líneas alemanas. Pero los Guardias Granaderos, bajo la orden del mayor Peter Smith, más comúnmente conocido por su título de Lord Carrington, inexplicablemente rechazaron hacer avanzar sus tanques sobre el puente por la noche y aprovechar la oportunidad. Por la mañana, debido a refuerzos alemanes, el puente ya no podía ser cruzado.
Los alemanes retendrían el otro lado durante otros cinco meses, y el puente sería inmortalizado en la épica película de Hollywood de 1977 "Un Puente Demasiado Lejos". La Segunda Guerra Mundial no terminaría sino en Mayo de 1945, dando a Bormann exactamente los nueve meses que él dijo que necesitaría a partir de la reunión en el hotel Maison Rouge en Agosto de 1944.
Es ahora un hecho aceptado en el periodismo británico el que la propia reina Elizabeth I estaba decididamente a favor del movimiento por la paz y habló de su "deseo de evitar la guerra con Alemania y en favor de que se establecieran lazos más cercanos entre los dos países" [7]. Al comenzar el siglo XXI la prensa británica estaba finalmente lista a admitir que "la reina habría aceptado con mucho gusto una ocupación alemana a condición de que la monarquía y su lugar en ella permanecieran intactos" [8].
[7] Lynn Picknett, Clive Prince y Stephen Prior, "Double Standards. The Rudolf Hess Cover-Up", London, 2001, p. 265.
[8] The Independent, 5 Mar. 2000.
Los Guardias Granaderos son uno de sólo cinco regimientos británicos designados para desplegar la bandera de la monarquía delante del monarca en su ceremonia de cumpleaños. Los monarcas británicos reinantes son por lo general los "coroneles en jefe" del regimiento. Los Guardias Granaderos son considerados tropas de casa y son uno de los regimientos de élite encargados de custodiar al monarca.
"Los soldados miembros de los Granaderos hacen un juramento de lealtad al monarca como jefe de las Fuerzas Armadas del Reino Unido. (...) El juramento es hecho ante el monarca británico reinante y no ante el Parlamento. De manera interesante, el primer compromiso público de la actual monarca, la reina Elizabeth II, ocurrió en 1942, cuando como una joven princesa ella inspeccionó a los Guardias Granaderos en su cumpleaños Nº 16"[Guyat, loc. cit.].
Lord Carrington serviría más tarde como presidente de los Bilderbergers, un grupo sinárquico de elitistas que tuvieron su primera conferencia en Mayo de 1954. No es sorprendente que el general Walter Bedell Smith fuera una de las personas que contribuyeron decisivamente a la organización de ellos. Entre los asistentes a sus incesantes y altamente alarmantes reuniones durante los años se han incluído "David Rockefeller, Walter Boveri Jr., hijo del fundador de Brown Boveri, Sir Eric Roll del banco mercantil Warburg con sede en Londres, y el doctor Herman Abs de I.G. Farben" [Ibid.].
La conferencia de 1954 ocurrió diez años después del fracaso de la Operación Market Garden, en el hotel Bilderberg, "localizado en Oosterbeek, Holanda, sólo a pocos kilómetros tanto de Arnhem como de Nijmegen, y en el mismo medio de los enfrentamientos para tomar el puente de Arnhem. ¿Es posible que Oosterbeck fuera elegido para la primera reunión de Bilderberg a fin de celebrar en secreto el éxito en llevar la riqueza de la Alemania Nacionalsocialista a lugares seguros, como lo había planeado Bormann?" [Ibid.].
1954 fue el mismo año en que "los Aliados finalmente consintieron en devolver a Alemania Occidental el status de una nación soberana, y las compañías alemanas fueron, por fin, liberadas del control Aliado el 5 de Mayo de 1955". Los bienes "que habían sido en secreto llevados al extranjero podían ser librados de obstáculos ahora y devueltos para reconstruír otra vez Alemania, como lo había previsto Bormann. El tratado que terminó la ocupación de Alemania Occidental fue firmado en París en Octubre de 1954" [Ibid.].–