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Sobre el "Problema Judío" de Nietzsche (2)

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     El doctor judeo-estadounidense Brian Leiter (1963), profesor de jurisprudencia en la Universidad de Chicago, y autor, entre otros libros, de "Nietzsche on Morality" (2002), publicó en Diciembre de 2015 en newramblerreview.comel siguiente artículo (Nietzsche’s Hatred of "Jew Hatred"), que hemos traducido, en el cual, continuando con la entrada anterior en este blog, realiza un breve examen del libro de 2015 de Robert Holub "Nietzsche's Jewish Problem", donde da a entender que Holub no sólo no domina la filosofía del pensador alemán sino que además, en su búsqueda de probar su tesis preconcebida, simplemente no tiene éxito. En seguida hemos puesto en castellano una breve entrevista al señor Holub, de Septiembre de 2015, acerca de su libro en cuestión (blog.press.princeton.edu), donde explica a qué apunta, y finalmente tradujimos un breve e ilustrado comentario (Nietzsche. Between Good and Evil) con motivo del mismo libro hecho por Leslie Jones, editor del sitio quarterly-review.org, con lo que finalizamos esta serie dedicada a precisar la cuestión de los judíos y el judaísmo en el pensamiento de Friedrich Nietzsche.


El Odio de Nietzsche al "Odio Judío"
por Brian Leiter
21 de Diciembre de 2015



     Revisión de "Nietzsche’s Jewish Problem: Between Anti-Semitism and Anti-Judaism", de Robert C. Holub, Princeton, 2015.


     El tema de Robert Holub proviene de un accidente histórico: el triunfo de los nacionalsocialistas a principios de los años '30 significó que todas las lecturas competidoras alemanas de Nietzsche (en ese entonces la figura preeminente en la cultura alemana) fueron suprimidas y él fue reclutado al servicio del Nacionalsocialismo, el que lo ha contaminado desde entonces con anti-semitismo. En un respecto, Holub es admirablemente claro: "No hay ninguna duda de que [Nietzsche] estaba inequívocamente opuesto a lo que él entendía como anti-semitismo y anti-semitas" (p. 125; cf. XIV, 208). Sin embargo, sostiene Holub, Nietzsche es aún así culpable de "judeofobia", es decir, de mostrar una "tendencia negativa hacia los judíos y el judaísmo" (XIV; cf. p. 209).

     Curiosamente, el libro trata de presentar su caso en gran parte por medio de cartas y material inédito —así como mediante muchas insinuaciones y especulaciones— más bien que con un involucramiento sistemático con el trabajo filosófico real de Nietzsche, hasta el capítulo final. Consideramos, en lo que sigue, las pruebas presentadas y las a veces asombrosas inferencias que Holub saca de todo ello.

     En un iluminador primer capítulo, Holub documenta las diferentes maneras en que fue recibido Nietzsche antes de la época nacionalsocialista, notando que los izquierdistas fueron atraídos hacia Nietzsche debido a sus "expresiones bastante vívidas de desprecio hacia las instituciones de la sociedad de la clase media, que ellos también rechazaban" (p. 3). A medida que la fama de Nietzsche crecía, aquellos que estaban en la Derecha alemana afrontaron el dilema de que "sus muchas declaraciones peyorativas sobre los alemanes y Alemania"hicieron "problemático"apropiarse de su figura para su causa (p. 8). Los tempranos comentaristas alemanes, como Adolf Bartles, incluso reconocen "que Nietzsche no es ningún anti-judío" (p. 8).

     El intérprete crucial para los propósitos nacionalsocialistas, sin embargo, fue Alfred Bæumler, que sostuvo en los años '30 que "los comentarios anti-alemanes de Nietzsche deben ser entendidos en el contexto del gobierno de Bismarck"(p. 13) y que la alabanza que Nietzsche prodiga a los judíos debe ser entendida "de manera retórica... como un contraste para los alemanes a fin de incitarlos a la grandeza"(p. 13). En otras palabras, aunque Nietzsche odiara el militarismo y el nacionalismo de los alemanes, se trataba sólo de la versión de Bismarck; y aunque él prodigara alabanzas a los judíos, era sólo para inspirar a los buenos alemanes a hacer mejor las cosas. Apoyado por el Estado nacionalsocialista, en el cual Bæumler sirvió como un importante enlace nacionalsocialista con las universidades, esa distorsionada hermenéutica prevaleció y ensució la reputación de Nietzsche.

     Holub critica a eruditos más tempranos como Karl Schlecta y Walter Kaufmann, que afirmaron que la reputación de Nietzsche como un anti.judío se había debido a la intromisión editorial de su hermana proto-nacionalsocialista Elisabeth. Hay pocas dudas de que ella editó selectivamente los escritos de su hermano para fines de publicación, pero Holub sostiene que "la motivación de ella para adulterar la correspondencia era principalmente personal, no ideológica; dicho simplemente, ella falsificó cartas para hacer parecer que ella era muy cercana de su hermano en la década de 1880, como lo había sido durante la década anterior" (p. 20). Y cuando Elisabeth excluyó pasajes en las ediciones de ella de los libros de Nietzsche, "casi todos los pasajes... excluídos... plausiblemente pudieron haber servido, en su mente al menos, para dañar la reputación de Nietzsche porque ellos contienen asaltos directos contra Jesús y la religión cristiana, o contra la monarquía prusiana" (p. 26). Holub es persuasivo en su exculpación de Elisabeth: Bæumler y los nacionalsocialistas hicieron mucho más daño a la reputación de Nietzsche que ella.

     El capítulo 2 comienza la búsqueda de Holub de pruebas de la judeofobia de Nietzsche. Nos enteramos de que creciendo en Sajonia (Nietzsche nació en 1844), Nietzsche habría tenido poco o ningún contacto con judíos o con la cultura judía antes de su transferencia a la universidad en Leipzig. Nos enteramos de que cuando joven Nietzsche había pensado ir a Breslau a estudiar con el erudito judío en materias clásicas Jacob Bernays (p. 36); que en 1864 él tomó un favorable "interés en la obra de Lessing acerca de la tolerancia religiosa ["Nathan el Sabio"], y que hizo dos comentarios liberales[de dicha obra], lo que sugiere que él era de una mente bastante abierta hacia la cuestión judía"en esa etapa (p. 39); que su reverenciado mentor, el filólogo clásico Friedrich Ritschl, estaba casado con una judía, por la cual "Nietzsche sentía un gran respeto y admiración" (p. 41); que "ninguno de los amigos de Nietzsche [en Leipzig] estaba involucrado en actividades judeofóbicas" (p. 41); y que "no hay ninguna prueba de que Nietzsche haya leído o hubiese buscado autores que exhibieran judeofobia o textos que contuvieran temas judeofóbicos" durante su tiempo en la universidad (p. 44).

     Sin embargo, Holub toma otras evidencias aducidas en este capítulo para mostrar que es "simplemente falso" que Richard Wagner —el compositor y notorio anti-judío a quien Nietzsche conoció en 1868— hubiera sido "principalmente responsable de infectar a Nietzsche con un desdén hacia los judíos y el judaísmo"(p. 44). ¿En qué consiste esa evidencia pre-Wagner?:

—Primero, durante 1865-1867, Nietzsche de vez en cuando visitó a la familia de un amigo en Berlín, en el cual el padre "muestra una abierta antipatía hacia los judíos y los asocia con aspectos adversos de la existencia urbana" (p. 40). Holub no aduce ninguna prueba de que Nietzsche respaldara o repitiera aquellas opiniones, sólo que él no criticó a ese padre en su correspondencia.

—Segundo, los dos amigos íntimos de Nietzsche en Leipzig, Carl von Gersdorff y Erwin Rohde, "expresan libremente declaraciones anti-judías" en sus cartas, aunque, como admite Holub, "sus comentarios racistas son hechos al pasar y son parte de un clima cultural general"en el cual los comentarios despectivos sobre los judíos eran aceptados (p. 41; Holub cita ejemplos en la p. 42).


—Tercero, Holub cita breves extractos de tres cartas realmente escritas por Nietzsche cuando era un veinteañero en las cuales él hace comentarios despreciativos sobre los judíos (p. ej., "encontré una taberna donde no tuvimos que soportar mantequilla aceitosa y jarras judías"), aunque Holub admite que ésos "son más irreflexivos adornos retóricos que la expresión de una convicción profundamente arraigada"(p. 43).

—Cuarto, Holub señala la obra en la cual Schopenhauer se encarga de la cuestión judía, y recomienda que los judíos se conviertan. Aunque Holub reconozca que no hay ninguna prueba de que Nietzsche alguna vez leyera ese material (o que alguna vez escribiera algo sobre ello), él comenta que eso "bien podría haber tenido un impacto en Nietszche" (p. 48).

Nietzsche en Leipzig en 1866

     El capítulo 3 aborda la cuestión de la influencia del virulento anti-judaísmo de Wagner sobre Nietzsche. La diatriba anti-semítica más celebre de Wagner, el ensayo originalmente escrito bajo seudómino y titulado "El Judaísmo en la Música", fue publicada de nuevo, en esa oportunidad bajo su propio nombre en 1869, justo en la época enque Nietzsche se estaba convirtiendo en un devoto wagneriano. Como Holub correctamente reconoce, "el propio Nietzsche nunca comentó" acerca del ensayo (p. 52), aunque Holub señale una carta de 1870 en la cual Nietzsche parece ver el ensayo de manera favorable (pp. 52-53) (la carta es más ambigua que lo que Holub reconoce, pero es coherente con la opinión convencional de que Nietzsche careció de sentido crítico con respecto al anti-semitismo de Wagner durante un tiempo).

     Lo que es más asombroso en la evidencia presentada es cuán moderada es la retórica de Nietzsche en comparación a las invectivas anti-judías de Wagner. El que Nietzsche en 1873, por ejemplo, haya menospreciado al compositor Meyerbeer (un objetivo frecuente de la polémica anti-judía de Wagner) comparándolo con Beethoven, es sin duda en parte una consecuencia de la influencia de Wagner, pero es también un sensato juicio estético: Meyerbeer era un compositor inferior.

     Un puñado de las cartas de Nietzsche de entre 1869 y 1871 una vez más revelan a Nietzsche complaciéndose en el anti-semitismo ocasional de su entorno —p. ej., al describir a alguien vestido "con una falta de gusto increíble, como un judío teatral"(p. 64)—, pero nada como la sistemática paranoia anti-judía que uno encuentra en Wagner. Holub finalmente admite que Nietzsche, a diferencia de Wagner, "no está obsesionado con la influencia judía en Alemania" (p. 66). En efecto, como revelan sus trabajos más tarde publicados, la opinión sistemática de Nietzsche era exactamente opuesta a la de Wagner, un punto al cual volveremos.

     Hasta ahora, parece que Nietzsche en esa etapa había adoptado un poco de la irreflexiva retórica anti-judía de su época, pero sus actitudes judeofóbicas eran moderadas y no centrales en su pensamiento. Holub reconoce en el capítulo siguiente que Nietzsche en la década de 1870 no era "virulentamente anti-judío como lo eran algunos de sus contemporáneos, y él no rechazó asociarse con judíos" (p. 103).

     Al tratar de mostrar la influencia que tuvo sobre Nietzsche el ensayo "El Judaísmo en la Música"de Wagner, Holub sólo puede aducir el borradorde una conferencia que anticipa temas de "El Nacimiento de la Tragedia"en el cual Nietzsche explícitamente denigra a "la prensa judía" (p. 68). No obstante Holub reconoce que ni siquiera sabemos si Nietzsche pronunció dicha crítica en público (p. 68); sabemos ciertamente que nada similar aparece en "El Nacimiento de la Tragedia", publicada en 1872. En efecto, como Holub tiene que admitir, «En sus escritos publicados del período wagneriano, desde "El Nacimiento de la Tragedia" hasta la última de las "Consideraciones Intempestivas", no hay ninguna mención directa de los judíos, del judaísmo o de la actividad judía en el mundo contemporáneo» (p. 70).

     Este último hecho podría haber disuadido en un investigador el empeño por proseguir un caso contra dicha pausa de Nietzsche, pero, según Holub, cada crítica contra la prensa, o la modernidad o la vida urbana, en esas obras, es realmente una crítica "cifrada" contra los judíos (p. 71). ¿Por qué supuestamente Nietzsche adoptó ese código? Según Holub, fue porque Cósima Wagner, la esposa igualmente anti-judía del compositor, escribió a Nietzsche una carta aconsejándole no atacar directamente a los judíos (p. 70). Holub no aduce ninguna prueba de la respuesta de Nietzsche a ese consejo; sólo nos enteramos de que él visitó a los Wagner poco después de que dicha carta fue enviada (y según el diario de Cósima, hablaba del borrador de la "conferencia"), y de que Gersdoff también le escribió acerca de las protestas judías contra las presentaciones de Wagner alrededor del mismo tiempo. Unas páginas más tarde, sin embargo, Holub afirma que "Nietzsche se convenció de que la judería en Alemania poseía considerable poder y que no vacilaría en ejercerlo contra sus enemigos" (p. 73), aunque no haya sido proporcionada ninguna prueba de que Nietzsche haya estado convencido de una cosa tal.

     Por supuesto, Holub piensa que el hecho de que los escritos publicados de Nietzsche a partir de ese período carezcan de invectivas anti-judías respalda su caso (más bien que lo opuesto), pero aquello sólo sería verdadero si el lector ya encuentra plausible la afirmación de Holub de que los escritos de ese período están, de hecho, llenos de referencias "cifradas" a los judíos. Ese código era tan suficientemente difícil de descifar que, como Holub revela en el capítulo siguiente, Nietzsche atrajo dentro de poco a partir de entonces a "un ferviente grupo de seguidores judíos en Viena" (p. 104).

     Holub aduce, a mi entender, sólo un caso plausible de una referencia anti-judía cifrada en los insultantes comentarios de Nietzsche sobre "aquellos que trafican con dinero"en su obra de 1876 "Wagner en Bayreuth". Un comentario anti-judío en un "encomio" a Wagner (como Holub correctamente lo llama en la p. 87) es apenas sorprendente, pero ésa es una evidencia muy frágil para la ambiciosa tesis de Holub, como él claramente reconoce.

     Holub trata de mostrar que la principal obra de Nietzsche de ese período, "El Nacimiento de la Tragedia" (1872), promueve "las propensiones racistas [de Wagner], sin recurrir directamente a frases judeofóbicas" (74), pero termina sólo revelando que él no entiende las afirmaciones filosóficas de Nietzsche. Holub insinúa que la crítica que hace Schopenhauer del judaísmo como una religión "optimista"influyó en la crítica de Nietzsche de lo que éste llama "optimismo socrático" (p. 75). Pero Schopenhauer piensa que el judaísmo es "optimista"(en comparación con su propio pesimismo) porque no respalda el veredicto de que la vida no vale la pena vivirla. El optimismo socrático, por contraste, se distingue por "un nuevo y sin precedentes conjunto de valores acerca del conocimiento" ("El Nacimiento de la Tragedia", 13), que "asigna al conocimiento y al entendimiento el poder de una panacea" (Idem, 15).

Nietzsche en 1872

     La sobrevaloración socrática del conocimiento y de la verdad —la búsqueda equivocada, como escribe Nietzsche en el prefacio de 1886 a "La Gaya Ciencia", de "la verdad a cualquier precio"— es un objetivo de la crítica de Nietzsche a través de toda su carrera, desde sus tempranas conferencias acerca de Tales de Mileto hasta los trabajos de sus productivos años finales. Contra ese optimismo socrático, Nietzsche enfatiza repetidamente que "la verdad es terrible", y que la ilusión y el error son condiciones necesarias de la existencia. Lo opuesto del pesimismo schopenhaueriano no es el optimismo socrático (ya que éste no tiene nada que ver con las críticas del optimismo judío que realiza Schopenhauer); en efecto, Nietzsche ve el optimismo socrático como la contribución a una perspectiva pesimista precisamente debido a su sobrevaloración de la verdad. Nietzsche, por contraste, se entiende a sí mismo como un opositor tanto del pesimismo de Schopenhauer como del optimismo socrático, que en el cuadro simplista de Holub ¡parecería alinearlo con el optimismo judío!.

     En el capítulo 4, Holub vuelve a la cuestión de cómo evolucionaron las opiniones de Nietzsche después de su ruptura con Wagner. Holub sostiene, de manera razonable, que el anti-judaísmo de Wagner no fue la razón principal de la ruptura, pero la comprensión superficial de Holub del desarrollo filosófico de Nietzsche nuevamente obstaculiza la descripción. Estaba claro para los Wagner, como Holub relata, que el libro de Nietzsche "Humano, Demasiado Humano"de 1878 era un escrito anti-wagneriano, que valoraba a la ciencia por sobre el arte, y que incluso fue dedicado a Voltaire, el cual "en tanto francés y racionalista ilustrado no agradaba particularmente" a los Wagner (p. 89). Holub encuentra desconcertante aquello, dado que "Wagner había sido el mundo de Nietzsche durante la mayor parte de la década"entre 1868 y 1878 (p. 90).

     Pero esta afirmación es manifiestamente falsa, ya que ahora sabemos bastante sobre las lecturas de Nietzsche de las ciencias de su época durante esa década, un interés estimulado originalmente por la "Historia del Materialismo"de Friedrich Lange, libro que Nietzsche leyó en 1866, y obra que el propio Nietszche puso a la par con su descubrimiento de Schopenhauer como central para su evolución filosófica. (Lange es mencionado sólo una vez en el libro de Holub, y no en este punto). Holub incluso dedica una nota a pie de página a algo de la investigación histórica relevante acerca del creciente interés de Nietszche por las ciencias y por una comprensión "naturalista" de los seres humanos (p. 215 nota 6), pero por lo visto no entendió su importancia. La ruptura de Nietzsche con Wagner puede haber estado sobredeterminada por factores personales, como Holub sugiere, pero la cosmovisión resueltamente naturalista de "Humano, Demasiado Humano" tenía antecedentes reconocibles que se remontan al involucramiento de Nietzsche con Schopenhauer y Lange en la década de 1860.

     Holub luego desciende a insinuaciones chismosas acerca de la relación de Nietzsche en la década de 1870 con "un trío de amigos y admiradores judíos"(pp. 96 y ss.). Considere sólo el caso más prominente: la cercana amistad de Nietzsche con Paul Rée, un judío que se convirtió al protestantismo. Nietzsche, como es sabido, comenzó su crítica de los "psicólogos ingleses" de la moralidad en su obra de 1887 "La Genealogía de la Moral"hablando del trabajo de Rée, ¡incluso aunque él no fuera inglés! Como reconoce Holub, en Nietzsche no hay publicada ninguna referencia a Rée aludiendo a que él fuera judío (pp. 100-101). Sin embargo, después de que Lou Salomé, la única mujer de quien Nietzsche se había enamorado, rompió relaciones con él en favor de Rée, encontramos en cartas y cuadernos de Nietzsche un puñado de peyorativas referencias a la judeidad de  Rée. Eso es patético, pero no muy interesante: el herido pretendiente —siendo humano, demasiado humano— se sirvió de algunas modernas categorías culturales para reclamar su venganza.

     En este punto, el lector imparcial comenzará a preguntarse: ¿Y qué hay del trabajo filosófico real de Nietzsche?. En el resto del capítulo 4, Holub finalmente examina pasajes de la obra publicada de principios y mediados de la década de 1880, y se ve obligado a reconocer que los comentarios de Nietzsche acerca de los judíos "representan una enorme modificación de la ideología wagneriana" (p. 118) y "evidencian bastantes altos elogios para los judíos" (p. 124). Siendo siempre el acusador, sin embargo, Holub se preocupa de que el material que Nietzsche realmente publicó sobre los judíos "es difícil de reconciliar"con algunos comentarios que aparecen en el material inédito de sus cuadernos de la misma época en que aparece como judeófobo (p. 121). Holub nunca explica por qué se requiere alguna reconciliación: Nietzsche mantenía voluminosos cuadernos, y entresacó de ellos sus obras publicadas; el material que él desechó y no publicó es razonablemente interpretado como notas que él consideró indignas de ver la luz.

     Incluso con las obras publicadas de Nietzsche, Holub otra vez demuestra ser un lector no confiable. Considere el aforismo 251 de "Más Allá del Bien y el Mal", del cual Holub pretende hablar (pp. 114-115, 121-123, 161-162). Nietzsche ahí denuncia varias "estupideces"de los alemanes, incluyendo "la estupidez anti-judía", con la cual él reconoce haber sido "infectado" en un tiempo (una referencia a su período wagneriano). Él nota que los alemanes tienen "dificultad... para tratar"con el número de judíos que ellos tienen, lo cual refleja el

     "instinto de un pueblo [los alemanes] cuyo tipo es todavía débil y lo suficientemente indeterminado... como para ser borrado fácilmente por una raza más fuerte. Pero los judíos son sin duda la raza más fuerte, más pura y más tenaz que vive en Europa hoy. Ellos saben prosperar incluso en las peores condiciones...

     "El hecho de que los judíos, si ellos quisieran (o si ellos fueran forzados, como los anti-semitas parecen querer), podríanya ser dominantes, o en efecto podrían tener literalmente el control de la Europa actual, es algo establecido. El hecho de que ellos no están trabajando y haciendo planes para conseguir ese fin es algo igualmente establecido... Lo que ellos desean y quieren en cambio... es ser absorbidos y asimilados en Europa... en cuyo caso podría ser práctico y apropiado expulsar a los rufianes anti-judíos del país".

     Este pasaje ejemplifica el típico desprecio de Nietzsche por los alemanes, y pone todos los clichés anti-semitas estándares del día sobre sus cabezas. Por supuesto que los judíos podrían controlar Europa, ya que ellos son una "raza más fuerte", pero ¡es "algo establecido" el que ellos no tienen ningún interés en hacer eso! Y precisamente porque ellos son superiores a los alemanes, debería serles permitido asimilarse, al contrario de los anti-semitas, que son los que realmente deberían ser expulsados del país. Holub, notablemente, obscurece todo esto por medio de citas selectivas y paráfrasis de pies planos; p. ej., Holub parece pensar que las burlas de Nietzsche contra la antipatía alemana hacia los judíos realmente "validan la necesidad alemana de excluír a los judíos como cruciales para la salud de la nación" (p. 122).

     Cuando Holub vuelve al mismo pasaje en el capítulo 5, él sugiere que allí se respalda un distinción entre "el anti-judaísmo y una actitud judía más aceptable y menos virulenta" (p. 161), siendo que no hace nada por el estilo. El punto de Nietzsche es que él tiene que "encontrar aún a un alemán que esté bien dispuesto hacia los judíos", un hecho sólo obscurecido por el otro hecho de que algunos alemanes anuncian su rechazo del anti-judaísmo extremo. Pero ya que los alemanes en conjunto (a diferencia de otros europeos) son "un pueblo cuyo tipo es todavía débil e indeterminado", sugiere Nietzsche que incluso aquellos que rechazan el anti-semitismo extremo todavía mantienen una actitud anti-judía. La tergiversación que hace Holub del texto de Nietzsche aquí es reveladora.

     El capítulo 5 documenta a regañadientes la extraordinaria hostilidad de Nietzsche hacia los anti-semitas a lo largo de la década de 1880, aunque las principales preocupaciones de Holub son claramente distinguir entre el anti-judaísmo "político" de ese tiempo y las actitudes judeofóbicas (aunque ambos aspectos están obviamente bastante relacionados), y sugerir, otra vez mediante muchas insinuaciones, que la hostilidad de Nietzsche hacia los anti-judíos fue motivada por intereses personales y no por "una creencia en la tolerancia o en derechos civiles iguales para toda la gente"(p. 131; cf. 158, 209). Ciertamente no estuvo motivada por esto último, pero esa clase de liberalismo no era obviamente parte de la visión de Nietzsche, el cual era anti-liberal y anti-igualitario, pero de ninguna manera específico de los judíos. Lo que está claro, y lo que incluso Holub no puede negar, es que Nietzsche "era violentamente antagonista del anti-judaísmo" (p. 208).

Nietzsche en 1882

     Esto nos lleva al capítulo 6 en el cual, por fin, la atención se vuelve a dos de las obras de Nietzsche, "La Genealogía de la Moral"y "El Anticristo". Holub describe el primero de los tres ensayos de la Genealogía (el único que él nota) en lo que concierne a la "moral judía de esclavos" (p. 167), aunque Nietzsche siempre la llame sólo "moral de esclavos". Nietzsche piensa, obviamente de manera correcta, que "existió una fuerte continuidad entre los valores judíos en los siglos previos al nacimiento de Jesús y las enseñanzas que fueron finalmente incorporadas en el cristianismo" (p. 166), y tal afirmación "contradice al anti-judaísmo cristiano de su época[de Nietzsche], que estaba basado en una estricta distinción entre el cristianismo y el judaísmo" (p. 171). A pesar de esta admisión crucial, Holub insiste en que para Nietzsche "el cristianismo es un simple vehículo para esa actividad judía vengativa y decadente" (p. 170), aunque él no pueda presentar ninguna evidencia que apoye su repetido uso de la palabra "simple", con su implícita absolución del cristianismo.

     Uno no tiene que ser un lector sutil de Nietzsche para estar sorprendido por el encuadre de Holub. Tome sólo dos de los libros de Nietzsche de su último año productivo. "El Anticristo" concluye con unas propuestas "Leyes contra el Cristianismo" [1], entre las que se incluyen observaciones como "Habría que ser más severo con los Protestantes que con los católicos, y más severo con los Protestantes liberales que con los ortodoxos. La criminalidad de ser cristiano aumenta con su proximidad a la ciencia", y la propuesta de que "El execrable lugar donde el cristianismo puso sus huevos de basilisco debería ser arrasado hasta el suelo... y serpientes venenosas deberían ser criadas encima de él".

[1] NdelT: En efecto, después del capítulo 62 (final) de "El Anticristo"de Nietzsche viene un texto que ha sido suprimido de todas las ediciones de dicha obra, el "Decreto contra el Cristianismo", que consta de siete proposiciones, fragmento que fue publicado recién en 1961 y que actualmente sólo lo hemos encontrado en una traducción inglesa de la Universidad de Cambridge, en un volumen que contiene cinco obras de Nietzsche ("The Anti-Christ, Ecce Homo, Twilight of the Idols, and Other Writings", edición de Aaron Ridley y Judith Norman, Nueva York, Cambridge University Press, 2005) y en una versión en alemán de "Der Antichrist"que está en el sitio archive.org.

     En el penúltimo párrafo de su autobiografía "Ecce Homo", Nietzsche escribe que "Lo que me pone aparte, lo que me singulariza fuera y sobre el resto de la Humanidad es el hecho de que destapé la moralidad cristiana... La ceguera con respecto al cristianismo es el crimen par excellence, el crimen contra la vida". Nietzsche nunca publicó nada comparablemente corrosivo sobre judaísmo o sinagogas. Holub, finalmente, admite que "el objetivo primario de Nietzche... es indudablemente el cristianismo"(p. 190).

     Lamentablemente para Nietzsche, "anti-cristiano"no es una categoría de interés significativo para los eruditos contemporáneos, mientras que "anti-semitismo" sí lo es. En ambos casos, el objetivo de Nietzsche obviamenteno es la religión o sus adherentes, sino los valores que ellos abrazan, la mora "ascética"(como él la llama en el Tercer Ensayo de "La Genealogía de la Moral") que denuncia el deseo de sexo, riqueza, crueldad y poder, moralidad característica de todas las religiones principales del mundo, pero que era desconocida en el mundo griego y romano antiguo con el cual Nietzsche estaba profundamente familiarizado. Holub en ninguna parte nota esto.

     Nietzsche, de hecho, usa el judaísmo y el cristianismo de modo intercambiable en todas partes de "La Genealogía de la Moral": "Todo está siendo hecho perceptiblemente judío, cristiano o plebeyo (¡qué importan las palabras!)"(Genealogía, 9). Él compara la "rebelión de los esclavos" en la moral —el derrocamiento de los valores de la Antigüedad griega y romana con los valores que ahora asociamos con la moralidad "judeo-cristiana"— con el Nuevo Testamento, con la Reforma y con el triunfo del Papa católico en Roma. La explicación obvia de estas equivalencias, como Nietzsche dice tempranamente en el Primer Ensayo (nuevamente, en ninguna parte notado por Holub), consiste en que no él quiere tener nada que ver con "librepensadores"cuyo lema es "Aborrecemos la Iglesia, no su veneno... Aparte de la Iglesia, también amamos el veneno" (Ibid.). El "veneno"es la moral, compartida por las religiones ascéticas (judía, católica, Protestante), que es el verdadero objetivo de Nietzsche.

     Holub afirma que la "moralidad de los señores" derrocada en la "rebelión de los esclavos"tiene que ver con una "casta aristocrática... definida en términos vagamente raciales como aria y rubia" (p. 168; cf. 177). Él no cita ningún texto, pero debe estar pensando en la sección 5 del Primer Ensayo, donde Nietzsche sostiene que la distinción evaluativa entre "bueno"y "malo" se originó en distinciones de clases sociales, citando pruebas lingüísticas del alemán, el persa, el sánscrito, el griego, el latín y el gaélico. (Sólo la evidencia lingüística latina y gaélica sugiere alguna asociación con atributos arios).

     Más adelante (sección 11), Nietzsche asocia la "moral de los señores" con la "nobleza romana, árabe, germánica, japonesa, los héroes homéricos, los vikingos escandinavos" (éste es también el famoso pasaje de la "bestia rubia", una obvia referencia a leones metafóricos, sean japoneses o árabes o alemanes). Lo que él quiere explicar es cómo los valores ascéticos triunfaron en el mundo antiguo. El tema real de Nietzsche en ninguna parte es notado por Holub, quien parece pensar que "La Genealogía de la Moral"y "El Anticristo"son principalmente sobre "la historia de la religión" (p. 166), y en vez de leer cuidadosamente los textos completos, ocupa la mayor parte del capítulo especulando acerca de las fuentes históricas para algunas afirmaciones de Nietzsche sobre minucias religiosas.

     En su capítulo final, Holub reconoce que la verdadera pregunta es si los supuestos comentarios judeofóbicos de Nietzsche "tienen que ver con cuestiones de importancia filosófica" (p. 211) y si por ello deberían afectar el cómo entendemos su filosofía. Para contestar esta pregunta, sin embargo, tenemos que estar más claros que Holub con respecto a qué cuenta como judeofobia objetable. Seguramente es injusto atacar a cierta gente en base a estereotipos negativos relacionados con la religión que ellos practican. Pero de acuerdo a la evidencia de Holub, esa clase de judeofobia no desempeña ningún papel en la obra filosófica de Nietzsche (una vez que la corregimos de sus lecturas incorrectas).

     Pero ¿es similarmente objetable ser crítico de una moralidad asociada con el judaísmo (y el cristianismo, el Islam, etc.)? De ser así, entonces Nietzsche no es sólo un judeófobo, sino además un cristianófobo, un islamófobo, etcétera. El corpus entero de Nietzsche es un ataque contra valores respaldados por las principales religiones del mundo que él sostiene que tienen perniciosos efectos psicológicos. Holub guarda silencio acerca de si Nietzsche tiene razón o está equivocado en cuanto a su tema real, pero que él argumente en contra de moralidades respaldadas por cristianos, musulmanes y judíos no es un caso de ilegítimo prejuicio anti-judío.

     Holub se queja [2] de que las descripciones previas de este tema eran "tendenciosas"y que los autores "llegaron al material con algo que ellos querían demostrar y luego buscaron la evidencia en los escritos de Nietzsche". Uno tiene precisamente la misma impresión del libro de Holub. A pesar de alguna erudición y detalles históricos interesantes, el libro es un tratado partidista lleno de insinuaciones, inferencias dudosas y malentendidos filosóficos.

[2] En la entrevista que va a continuación de este artículo, http://blog.press.princeton.edu/2015/09/08/an-interview-with-robert-holub-on-nietzsches-jewish-problem/

     Si uno realmentelee a Nietzsche en su contexto, lo que es asombroso es que las invectivas genuinamente anti-judías de las cuales él estuvo rodeado (y que Holub documenta poderosamente) no tuvieron ningún impacto sistemático sobre su obra y, en efecto, sirvieron para muchas burlas. Holub, irónicamente, deja de percibir la verdadera importancia de sus propias evidencias.–



Entrevista con Robert Holub
sobre "Nietzsche’s Jewish Problem"
por Debra Liese
8 de Septiembre de 2015


     Las opiniones de Nietzsche sobre los judíos y el judaísmo han sido sometidas a un considerable debate durante el último siglo, aunque una opinión cada vez más popular hoy crea que él era un adversario por principio del anti-semitismo. En"El Problema Judío de Nietzsche" Robert Holub sostiene que la evidencia de los escritos publicados e inéditos de Nietzsche junto con sus cartas revelan que él de hecho albergó prejuicios anti-judíos durante toda su vida. Robert C. Holub es profesor de alemán en la Universidad Estatal de Ohio y ex-canciller de la Universidad de Massachusetts en Amherst. Es autor de varios libros sobre historia literaria, cultural e intelectual alemana de los siglos XIX y XX, y es también editor de ediciones de Nietzsche ("La Genealogía de la Moral" y "Más Allá del Bien y el Mal").


—El tema de la relación de Nietzsche con los judíos y el judaísmo, ¿por qué ha sido tan discutible durante los años?

—Robert Holub: Hubo controversia con respecto a las opiniones de Nietzsche acerca de la judería desde un principio. Algunos anti-semitas de su tiempo creyeron que él tenía simpatías por la causa de ellos porque su editor era un célebre anti-judío y su hermana se había casado con un líder del movimiento anti-semita. Además, Nietzsche estaba asociado con la ideología wagneriana, que tenía obvias dimensiones anti-judías, y los comentarios en muchos de los escritos de Nietzsche podrían ser fácilmente entendidos como judeófobos. Pero Nietzsche también rechazó de la manera más categórica lo que él entendía como anti-semitismo, y muchos aforismos, sobre todo durante su período medio, podrían ser fácilmente considerados como filo-judíos...

     El tratamiento de posguerra de sus escritos generalmente consideró sus comentarios acerca del anti-semitismocomo la opinión definitiva de Nietzsche sobre los judíos y el judaísmo, y por cualquier asociación de Nietzsche con la judeofobia pusieron la culpa sobre su hermana o sobre las distorsiones de las interpretaciones nacionalsocialistas. La controversia sobre este tema es por lo tanto el resultado de las peculiaridades de la historia alemana junto con las posiciones aparentemente contradictorias de Nietzsche en cuanto a la Cuestión Judía.

—¿Por qué los tratamientos anteriores de este tema han sido insatisfactorios?. ¿Por qué le pareció a usted que había necesidad de su libro?

—R. Holub: La mayoría de las descripciones anteriores eran tendenciosas y selectivas en su metodología. Leyéndolas, uno tiene la impresión de que ellas llegaron al material con algo que ellos querían demostrar y luego buscaron las pruebas en los escritos de Nietzsche. Cuando Nietzsche fue asociado con el Nacionalsocialismo en el Tercer Reich, por ejemplo, usted puede detectar una interpretación canónica de sus opiniones sobre los judíos apoyada por las citas idénticas de sus escritos. En el período de posguerra, su condena del anti-semitismo fue puesta en primer plano, y otros comentarios, más cuestionables, acerca de la judería fueron ignorados. Las descripciones anteriores eran por lo tanto parciales, en ambos sentidos de esa palabra, y me pareció que era necesario un nuevo estudio que examinara todo el material, y, sobre todo, que situara los comentarios de Nietzsche en el contexto del discurso del siglo XIX sobre los judíos y el judaísmo.

—Usted sostiene que Nietzsche estaba en contra del anti-semitismo, pero al mismo tiempo usted afirma que él tenía sentimientos anti-judíos. ¿Cómo es eso posible?

—R. Holub: Me parece que el status del anti-semitismo en el pensamiento y los escritos de Nietzsche ha sido una importante fuente de confusión. El anti-semitismo para Nietzsche era un movimiento político que surgió a principios de la década de 1880, y fue asociado en su mente con sentimientos vulgares y rencorosos. Se trató también de un movimiento que colocó a Nietzsche en una incómoda posición en cuanto a su editor y su hermana, de manera que Nietzsche estaba sobredeterminado para desdeñar el anti-semitismo. Ese rechazo categórico del anti-semitismo, sin embargo, no le impidió albergar opiniones que consideraríamos anti-judías, ya que Nietzsche, así como contemporáneos suyos como su amigo Franz Overbeck, siguieron identificando a los judíos con rasgos de carácter desfavorables, y vieron la necesidad de encontrar una solución a la Cuestión Judía. El rechazo de Nietzsche del anti-semitismo junto con sus sentimientos anti-judíos no estaban en contradicción para él. En realidad, ellos definen su actitud hacia los judíos y el judaísmo.

—¿Debería Nietzsche ser considerado como un precursor del Nacionalsocialismo y su ideología racista?

—R. Holub: Hay poderosos argumentos contra el considerar a Nietzsche como un precursor del Nacionalsocialismo. Quizás los dos pilares ideológicos del Nacionalsocialismo eran el nacionalismo ferviente y el anti-judaísmo virulento, y Nietzsche no evidencia nada de ello. Él fue nacionalista y judeófobo durante su período wagneriano, pero nunca abrazó esos principios apasionadamente y sin reservas. Por otra parte, Nietzsche admiró a líderes fuertes y dictatoriales, como Napoleón; él detestaba la democracia, el gobierno parlamentario y la igualdad de derechos. Y él coqueteó con la eugenesia en sus últimos años, aunque nunca se trató de una eugenesia basada racialmente. Entonces, hay argumentos a favor y en contra de esa proposición. Por supuesto Nietzsche fue establecido como un precursor del Nacionalsocialismo por filósofos e ideólogos nacionalsocialistas, pero deberíamos recordar que algunos miembros del Partido encontraron difícil integrarlo en su perspectiva.

     También deberíamos recordar que Nietzsche en su propio tiempo se opuso vehementemente a cualquier tarea colectiva, ya estuviera a la derecha o a la izquierda del espectro político. Es difícil saber cómo habría reaccionado él ante el ascenso del Nacionalsocialismo en Alemania varias décadas después de su muerte. Uno de los puntos principales de mi libro es que la especulación de esa clase no sirve de nada, y que el lente del Nacionalsocialismo ha contribuído a un registro investigativo menos que óptimo de las opiniones de Nietzsche acerca de la judería. Sólo podemos determinar con algún grado de certeza dónde estuvo Nietzsche en cuanto a las manifestaciones políticas que él realmente confrontó en el siglo XIX.

—¿Cómo cambia su libro nuestras opiniones de Nietzsche en cuanto filósofo?

—R. Holub: Esa pregunta es difícil de contestar. Muchas de las contribuciones más importantes de Nietzsche a la filosofía tienen una escasa conexión con sus opiniones acerca de los judíos y el judaísmo, de manera que existe la tentación de considerar esas cuestiones como secundarias al considerar la filosofía de Nietzsche y carentes de importancia para cualquier evaluación de su pensamiento. En efecto, muchos de los filósofos más prominentes en la tradición alemana expresaron opiniones sobre la judería que eran tan malas, o peores, que cualquier cosa que Nietzsche tuvo que decir al respecto. Pero también deberíamos considerar que los filósofos poseen una manera de pensar acerca del mundo, y que parte del modo de pensar de Nietzsche acerca del mundo contenía estereotipos sobre raza, género y pertenencia étnica que él era incapaz de superar. Sería tonto considerar todo lo que Nietzsche escribió como contaminado por el racismo; pero también sería tonto considerar que sus reflexiones sobre asuntos tanto históricos como abstractos no habían sido afectadas por la manera en la cual él abordó la Cuestión Judía.–




Nietzsche, entre el Bien y el Mal.
Referencias Precisas de su "Anti-Semitismo"
por Leslie Jones
31 de Marzo de 2016


     ¿Friedrich Nietzsche era anti-judío? En"El Problema Judío de Nietzsche" Robert C. Holub muestra que la resolución de esta pregunta requiere un análisis meticuloso de su pensamiento, tanto el publicado como el inédito, al igual que de su correspondencia. También exige una comprensión del entorno en el cual él vivió y de cómo las concepciones del anti-judaísmo han cambiado con el tiempo. En este contexto, el libro "The Socialism of Fools?"de William I. Brustein y Louisa Roberts proporciona un material inestimable.

     Probablemente no había habitantes judíos en Röcken, Sajonia, donde Nietzsche nació en 1844, o en Naumburg, adonde su familia se trasladó en 1850. Elizabeth Förster-Nietzsche recordó que ni ella ni su hermano conocieron a ningún judío durante sus primeros años. No es sorprendente, entonces, que no haya ninguna referencia a judíos o judaísmo en sus cuadernos de ese tiempo o en su correspondencia antes de asistir por vez primera a la Universidad de Bonn en 1864 o durante el año en que él residió allí.


     En 1865 Nietzsche se matriculó en la Universidad de Leipzig como estudiante de filología clásica. En aquel mismo año él visitó Berlín con su compañero de estudios Hermann Mushacke, cuyo padre Eduard era abiertamente anti-judío. Aquello evidentemente no molestó a Friedrich y los dos se hicieron amigos inmediatos. Él también toleró declaraciones anti-judías de sus compañeros de estudios Carl von Gersdorff y Erwin Rohde. Gersdorff, por su parte acusó a los "judíos de la Bolsa de comercio" de instigar guerras y de beneficiarse económicamente de ellas. (Brustein y Roberts notan que, con el paso del tiempo, Henri Rochefort, editor de L'Intransigeant, culparía a los judíos por la guerra franco-prusiana y por las reparaciones después. Y J. Hobson, igualmente, en "Imperialism", atribuiría la guerra de los Bóers a la influencia de "hombres de una raza única y peculiar"). El propio Nietzsche hizo observaciones peyorativas sobre los comerciantes judíos que participaban en las ferias comerciales de Leipzig. A su madre él escribe que él estará aliviado pronto "del olor de la grasa y de los numerosos judíos".

     Richard Wagner no es responsable de la opinión negativa que tenía Nietzsche de los judíos porque, como lo demuestra el profesor Holub, mucho antes de que él primero conociera a Wagner a finales de 1868, Nietzsche ya había adquirido los prejuicios "de una nociva judeofobia alemana", que él nunca realmente abandonó. En realidad, Richard y Cósima Wagner posiblemente ejercieron una influencia refrenadora sobre el anti-judaísmo de Nietzsche. Brustein y Roberts muestran simplemente cuán frecuentes eran en ese tiempo tales prejuicios, que influyeron profundamente en el movimiento socialista.

     Así, en 1894 Jean Jaurès fue expulsado de la Asamblea Nacional francesa después de que él criticó al gobierno por no apoyar una pena de muerte para Alfred Dreyfus. Tal como Édouard Drumont, el autor de "La France Juive", Jaurès estaba convencido en esa crisis de que ricos financieros judíos (les tripotages cosmopolites) controlaban Francia y estaban protegiendo a Dreyfus, su correligionario. Jaurès citó con aprobación el ensayo de Marx de 1844 "Sobre la Cuestión Judía". Brustein y Roberts opinan que este último texto "articuló... la hostilidad hacia los judíos que pueden ser descrita como anti-capitalista". Con el tiempo, la posición de Jaurès con respecto a ese tema evolucionó a medida que el anti-semitismo se convirtió predominantemente en el dominio de la Derecha radical, aunque él permaneció profundamente ambivalente sobre los judíos.

     En su capítulo inicial, "El Ascenso y la Caída del Anti-Semitismo Nietzscheano", el profesor Holub recuerda que Theodor Fritsch, el editor de la Antisemitischen Correspondenz, se puso en contacto con Nietzsche a finales de la década de 1880. Fritsch dedujo incorrectamente que, porque Nietzsche estaba asociado con Wagner y porque su cuñado era [el maestro de escuela] Bernhard Förster, un iniciador de la Petición Anti-Judía de 1880 [la Antisemitenpetition, que pedía la remoción de todos los judíos de todas las posiciones públicas, apoyada por 225.000 firmas], Nietzsche era un recluta potencial para la causa. Pero, como posteriormente observó Eugen Dühring, Nietzsche finalmente desconoció a Wagner y repudió repetidamente el anti-semitismo como movimiento político. En efecto, Ernst Jünemann, discípulo de Dühring, incluso sugirió que Nietzsche tenía ascendencia judía y atribuyó su fama eventual al control judío de la prensa.


     Nietzsche no era un pensador sistemático, de manera que su pensamiento está eminentemente abierto a interpretaciones diversas. "¿Quién no puede reclamar a Nietzsche como propio?", preguntó Kurt Tucholsky, el escritor satírico judeo-alemán de la época de Weimar. Entonces tenemos a Nietzsche como el precursor del anarquismo y del fascismo, e incluso del socialismo. Más tarde, nuevamente, tenemos a Nietzsche el existencialista y el cosmopolita. También tenemos a Nietzsche el anti-semita,¡pero también al anti-antisemita! Y el profesor Holub propone todavía otro Nietzsche: el discípulo de Galton que consideraba a los judíos como altamente seleccionados y que abogó por que se mezclaran en matrimonio con la nobleza alemana (los Junkers).

     Durante la Gran Guerra (1ªGM), "Also sprach Zarathustra"fue distribuído a las tropas alemanas. De su autor se apropiaron elementos völkisch y militaristas, quienes escogieron artículos pertinentes de los textos de Nietzsche, sobre todo del póstumamente publicado "La Voluntad de Poder" (1901-1906). Ese proceso alcanzó su apogeo durante fines de la República de Weimar y comienzos del Tercer Reich.

     En "Nietzsche, el Filósofo y el Político" (1931) el filósofo Alfred Baeumler, que se unió al Partido Nacionalsocialista en 1933, afirmó que Nietzsche "En su ser íntimo era reticente hacia los judíos". Baeumler posteriormente sostuvo que Nietzsche había anticipado el Estado Nacionalsocialista. Él ignoró el hecho inconveniente de que Nietzsche tuvo varios discípulos judíos, principalmente Georg Brandes, Paul Rée y el Círculo Pernerstorfer de Viena, y minimizó o "contextualizó" sus numerosas declaraciones anti-alemanas.

     Las nociones de la supuesta decadencia de los "valores judíos" y de la moral de esclavos eran centrales en lo que Holub llama la "apropiación nacionalsocialista" de Nietzsche. En efecto, en su libro "Nietzsche"(1941), Clarence Crane Brinton, el historiador de Harvard, estuvo de acuerdo con exégetas nacionalsocialistas, como Heinrich Härtle, en cuanto a que Nietzsche había considerado a los judíos como decadentes y parásitos y como finalmente responsables del cristianismo, la democracia y el marxismo.

     Después de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, se llevó a cabo un proceso de saneamiento o de "descontaminación" de la reputación del pensador alemán. Ahí, Elisabeth Förster-Nietzsche, a cuyo funeral en 1935 asistió Hitler, nada menos, sirvió como una útil coartada o "cabeza de turco". Para Richard Roos, Elisabeth fue "la soeur abusive".

Elisabeth Förster-Nietzsche recibe la visita de Hitler

     Otros influyentes comentaristas, entre ellos Walter Kaufmann y R. J. Hollingdale (citando la investigación de Karl Schlechta hecha en los archivos de Nietzsche), señalaron que Elisabeth había falsificado ciertos textos y cartas. Ellos afirmaron que al publicar escritos nunca aprobados por Nietzsche y reteniendo ciertos otros, ella había asociado falsamente a su hermano con el Nacionalsocialismo. Sin embargo, el profesor Holub indica que Elisabeth había dado la bienvenida a comentarios sobre los escritos de su hermano hechos por exégetas judíos y que ella criticó la dura política de Hitler hacia los judíos. En efecto, Holub sospecha que Nietzsche sólo se opuso al movimiento anti-judío en Alemania porque en 1886, Bernhard Förster había llevado a su querida hermana (a la que apodaba Lama) lejos a Paraguay, donde él intentó fundar una colonia alemana racialmente pura, Nueva Germania.

     Ninguno de estos volúmenes impecablemente investigados será la última palabra en estas complicadas cuestiones. Pero ellos serán seguramente el punto de partida para cualquier análisis posterior.–




Vicente Gay - Sobre Conceptos NS y Anti-Marx

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     Habiendo encontrado en la red un texto del profesor y economista español Vicente Gay y Forner (1876-1949), que enseñó en España y otros países, hemos decidido presentar algunos fragmentos del mismo. Se trata de una edición de 2001 con fragmentos de una obra suya ("Qué Es el Socialismo. Qué Es el Marxismo. Qué Es el Fascismo. La Lucha de las Tres Doctrinas") firmada en Agosto de 1933, de entre más de una treintena que publicó, extractos que circulan bajo el título de "Concepciones Fundamentales del Nacionalsocialismo", donde analiza algunos puntos fundamentales de dicha concepción, en este caso, ciertos conceptos de economía, como la naturaleza del dinero, la política monetaria, agraria, industrial y comercial, y donde vierte algunas reflexiones anti-marxistas.


Concepciones Fundamentales
del Nacionalsocialismo
(Selección)
por Vicente Gay y Forner, 1933




EMANCIPACIÓN DE LA SERVIDUMBRE DEL INTERÉS DEL DINERO

     El dinero es medio de cambio, es cierto, pero no eso sólo: ha de servir también para el trabajo creador.

     Actualmente el interés del dinero supone una anormalidad económica que arruina y agota no sólo a los individuos sino también a los Estados como deudores. De aquí que el programa del Nacionalsocialismo haya considerado como una de las reformas económicas principales la emancipación de esa esclavitud que acarrean los préstamos.

     Una gran reforma se prepara en Alemania, actualmente referente al interés del dinero. Merece seria meditación el proyecto del Nacionalsocialismo, no sólo por la significación que entraña la limitación de la rentabilidad del capital en el sentido de moral económica, sino también porque muestra que hay un anti-capitalismo que encauza las energías de la vida económica, pero ni las destruye ni las paraliza. No tiene nada que ver con la destrucción del Estado histórico y del régimen económico actual ni con la irreductible lucha de clases que proclama el marxismo. Se puede aceptar o rechazar ese proyecto de reducción del interés del dinero, pero no se puede calificar de anti-económico, aunque sí de profundamente reformador. (...)

     Ya en el año '30, estando en la oposición el partido de Hitler, se propuso en el Parlamento, por ese partido, que el máximo interés de los préstamos fuera del 5% y que de ese interés el 1 se estimase como amortización del capital prestado. Todo préstamo se consideraría extinguido a los 50 años, a lo sumo. Convenios o propuestas superiores a esos límites se considerarían usureros y se castigarían con la pena de prisión, no inferior a tres meses. Tal proyecto del Nacionalsocialismo no prosperó ni los socialdemócratas se tomaron la molestia de apoyarlo. Hoy se vuelve a semejante intento, con más probabilidades de éxito. ¿En qué se fundan sus autores?  (...)

     La cosa es muy sencilla. La rentabilidad no puede ser ilimitada, so pena de causar un daño económico a las cosas o a las personas que constituyen los elementos de producción. Una participación leonina en el producto, ya sea del capital mobiliario, ya de la tierra o del trabajo, a la larga agota y esclaviza la fuente de renta, por cuanto toda la utilidad o casi toda se la lleva un solo factor de la producción.

     Y en este sentido el alto interés del dinero prestado no sólo engendra una servidumbre del deudor respecto del acreedor sino que desnaturaliza la verdadera función económica del dinero, que ha de ser intermediario de los cambios, estímulo de la producción y apoyo del trabajo, sin sacrificarlo todo al deseo insano de la usura. Un ejemplo: 1.000 pesetas al 5% anual rentan 50 pesetas al año; si no se paga la deuda en 20 años, el interés alcanza a 1.000 pesetas, es decir, tanto como el capital prestado, sin haber extinguido la deuda. Si el deudor no reúne, por reveses económicos, el dinero suficiente para amortizar capital e intereses del préstamo, se ve obligado a trabajar toda su vida para el prestamista.

     Este simple y clarísimo ejemplo se agranda y extiende en la realidad; el interés capitalista, entendido como afán inmoderado de sacar la mayor rentabilidad posible al dinero, se alarga como brazos de un pulpo colosal que se enrosca en las capas sociales, aprisionando al labrador, al comerciante y al industrial, a todo aquel que puede ofrecer, principalmente, una garantía real y, por lo tanto, más apetecible para el acreedor. La monstruosidad de que es susceptible la corrupción del interés capitalista lo demuestra el ejemplo siguiente: 1 céntimo, al interés de 5% anual, más el interés de los intereses, desde el principio de la Era cristiana, habría producido un capital que, calculado en oro, la Tierra con todos sus tesoros no habría podido pagar. La imposibilidad económica es patente, a pesar de representar el ejemplo una verdad matemática y una posible obligación jurídica. (...)

     La supresión del interés del dinero que con tanto ahínco propugnan los nacionalsocialistas no es nada nuevo. Comenzando por las leyes de Moisés, pasando por Platóny continuando por las restricciones de los canonistas, el crédito ha sido el blanco de muchos ataques, generalmente por las desastrosas consecuencias que su inmoderado empleo ha producido. Pero es que ya no se trata de reducirlo sino de limitar su aplicación, ya que la tendencia del desarrollo ilimitado del crédito es la derivación hacia la usura. Hay un dolor de muchedumbre que va unido al pago del capital en dinero por los pueblos. El grito de guerra en las ciudades griegas era clamando por un nuevo reparto de tierras y la abolición de deudas. ¿No es el mismo de hoy el que lanzan los campesinos sin tierra en todas partes y los pueblos oprimidos por las deudas? Es la Historia que se repite; porque al repetirse la injusticia se provoca el dolor y se empuja a la desesperación. (...)

     Desde el labrador encadenado por una hipoteca y el escritor que no puede devolver el dinero que tomó a préstamo, hasta los Estados llenos de deudas y agobiados por una clase de rentistas ociosos y por el gran capital financiero internacional, la lista de las víctimas es incontable. Se comprende que los nacionalsocialistas, considerando posible la liberación de tales deudas, afirmen que sería probable la constitución de una Hacienda que no tuviese impuestos, es decir, que le bastase al Tesoro con los recursos de su patrimonio. (...)

     Se podrá argüír que parte de esas sumas a préstamo provienen del pequeño ahorro y no del gran capitalista. No hay inconveniente en aceptar tal interpretación, pero ello no borra el hecho de la acción nefasta del gran capitalismo financiero y, sobre todo, que dada la organización bancaria, con el dinero de los demás, grandes o pequeños depositantes, se hacen manejos que conducen a la servidumbre del interés del dinero. (...)

     El problema está en lo referente al pequeño ahorro, en encontrar nuevas formas de administración del crédito que eliminen al intermediario bancario e impidan las grandes acumulaciones del capital financiero y sus hazañas rentabilistas con el dinero ajeno. (...)

     El capitalismo florece con la democracia liberal parlamentaria porque en el clima de tal zona todo se compra y se vende y se justifica con el nombre de libertad económica. Los Gobiernos, gracias a la insegura mecánica del parlamentarismo, pasan por el poder como relámpagos, no pueden tener unidad de acción ni continuidad, pero los Bancos quedan y desenvuelven una acción continua y unitaria, de tal suerte que los gobernantes, aun siendo de buena fe, nunca pueden sentirse fuertes ante el poderío del capital financiero y, allanándose a pequeñas victorias de ese poder bancario, acaban por acumular sobre él todos los resortes que le hacen omnipotente. (...)

     No quiero terminar estos comentarios sobre una de las principales tesis del programa de Hitler sin recordar una leyenda y una realidad histórica. La mitología y las tradiciones legendarias de Grecia son muy ricas en símbolos, pero en símbolos de un sentido valioso para la vida. ¿Qué quería decir la leyenda del rey Midas, que tenía el triste privilegio de convertir en oro todo lo que tocaba, hasta el pan que era su alimento y acabó siendo víctima del dorado metal? Sencillamente, que el oro no es riqueza, sino un instrumento auxiliar. Desplazado de su verdadera función, la pasión del oro, la quimera convertida en ideal, es lo más funesto que se puede concebir. ¿Es que los pueblos sin oro o sin dinero son más felices? Medítese sobre el siguiente ejemplo:

     En toda Corea, dice Pogio ("Korea", Viena y Leipzig, 1895), desde tiempo inmemorial se produce en la misma casa lo más necesario para la vida. La mujer y las hijas hilan no sólo el cáñamo sino también la seda, que también, finalmente, se teje. El cabeza de familia se ocupa de todo lo demás y es tan pronto pintor como albañil y carpintero. El trabajo casero provee de aguardientes, grasas, colores, pajas, cestería, zapatos de madera y utensilios agrícolas. En una palabra: cada uno trabaja para sí y para sus propias necesidades.

     Los habitantes de las islas en el mar del Japón, sobre todo los de Loo-Choo, están completamente civilizados. En seis semanas los viajeros no vieron ninguna riña entre los indígenas ni hubo robo alguno. Están bien alimentados, vestidos, toman alimentos vegetales y carne; recogen sal, construyen arcos de piedra, disponen de arroz, azúcar, siembran maíz y tienen buenas telas. La seda la traen de la China.

     No tienen armas ni recuerdan guerra alguna; los de arriba son buenos con los de abajo. Y no tienen idea del dinero y ni por asomo saben para lo que sirven el oro y la plata (Basil Hall, "Account of Voyage of Discovery to the West Coast of Corea",citado por Hermann en su obra "Staatswissenschaftliche Untersunchungen", München, 1832).


LA POLÍTICA FINANCIERA: LA POTENCIA MONETARIA NO DEBE FORMAR UN ESTADO DENTRO DE OTRO ESTADO

     El dinero es, breve y claramente definido, lo que el Estado considera como tal. Y en este sentido ejercita tal facultad, definiendo legalmente lo que es el dinero, independientemente de su substancia. Con ello claramente se expresa que no es el metalismo, por ejemplo, lo que da valor a la moneda. Esta teoría, más o menos discutible, es, en cambio, una realidad innegable. Porque, ¿se podrá negar que el Estado hace una moneda hasta con el papel, sin necesidad de metales nobles, como el oro o la plata?. (...)

     No obstante, el Estado ha entregado en muchas partes el billete al capital privado, y ello significa dar el señorío económico a las instituciones bancarias. Las consecuencias son funestas, dado que esas instituciones, al convertirse en prestamistas del Estado, le arrancan ventajas y privilegios que, a la larga, las convierten en árbitros del mercado nacional. (...)

     El Estado no debe contraer deudas, afirma el Nacionalsocialismo. Entonces, se dirá, ¿cómo proporcionarse el dinero necesario para la realización de obras públicas? A esto se contesta que mediante la emisión de papel moneda sin interés. Pero la creación de papel moneda sin un contravalor significa inflación. Cierto, contestan los nacionalsocialistas, pero no hay tal inflación si se crean otros valores. El procedimiento puede ser: emitir billetes, garantizados por el crédito nacional, y con el producto de las obras (hidráulicas, por ejemplo) se amortiza la emisión. La cobertura está en el valor de las obras y en su producto. Además, tales billetes valen como medios de pago y el peligro de la inflación queda descartado con la formación de los nuevos valores. Tales billetes pueden ser recogidos una vez que el rendimiento de la obra los haya cubierto por completo.

     De tal manera no ha habido necesidad de recurrir al préstamo y la nación cuenta con una nueva obra que ha aumentado la riqueza del pueblo.

     Esto me parece muy lógico tratándose de obras rentables, pero no todas las obras útiles son rentables. Una carretera, por ejemplo, es útil, pero no rentable; un aprovechamiento de saltos de agua es útil y rentable. Hasta ahora esta segunda parte de las obras irrentables no está solucionada por el programa de Partido ni por sus técnicos, creo yo.


LA POLÍTICA AGRARIA

     El pueblo alemán cubre una gran parte de sus necesidades alimenticias con la importación de subsistencias; esa importación la pagaba con el producto de su comercio exterior, con la exportación industrial o con los capitales alemanes colocados en el extranjero. Pero actualmente Alemania paga esa importación de subsistencias con el dinero que toma a préstamo en el exterior, principalmente. Si falta el crédito, se interrumpe el aprovisionamiento, y entonces el proletario alemán, principalmente, tiene que trabajar a bajo precio o emigrar. La liberación está en que la tierra alemana produzca lo necesario. Hay que aumentar el rendimiento de la agricultura nacional. Fuente de renovación juvenil es la población campesina. Sus peligros son también amenaza para el Estado alemán.

     Pero el mayor rendimiento agrícola tiene como obstáculo la falta de maquinaria, dado el endeudamiento del labrador y la falta de cultivos remuneradores. Por otra parte, la presión tributaria es agobiadora, la concurrencia extranjera poco evitada, las ganancias del gran comercio intermediario, excesivas y en manos de los judíos; los precios por abonos y fluído eléctrico, en manos de consorcios judíos, usureros... El labrador no hace más que contraer deudas.

     El sistema democrático-parlamentario dominado por los príncipes del dinero, no resuelve nada.

     Por lo tanto hay que procurar que cada terrateniente administre la explotación en beneficio del aprovisionamiento de todo el pueblo, y sólo los compatriotas alemanes deben poseer la tierra. La posesión jurídica del suelo debe ser hereditaria, para bien general. Se deben crear tribunales en la clase agraria para que ello se cumpla, constituyéndose con labradores y representaciones del Estado. Supresión de la especulación de tierras y de rentas para el poseedor inactivo; el Estado tiene derecho de opción en toda venta de tierras; prohibición de constituír hipotecas a favor de prestamistas privados; autorización para el crédito a sociedades agrícolas y del Estado; impuesto sobre el producto conveniente, con exclusión de los demás; coexistencia de diversas magnitudes de propiedad agrícola que cumplen su función; derecho de Anerbe (institución vinculadora del derecho alemán sobre tierras, para evitación de la pulverización de la propiedad agrícola y endeudamiento de la misma); derecho de expropiación, con indemnización adecuada, de las tierras no poseídas por compatriotas, mal cultivadas o grandes propiedades no cultivadas por sus propietarios y destinadas a colonización interior, por causa de utilidad pública. La colonización interior se administrará por el sistema hereditario, examinando las condiciones de los labradores, teniéndose en cuenta a los hijos del labrador establecido no herederos.

     La mejora de los campesinos se perseguirá mediante la desgravación tributaria, evitación de deudas, rebaja del interés de los préstamos, estímulos a la remuneración del cultivo, proteccionismo aduanero, eliminación de la especulación bursátil de los productos agrícolas y de la explotación de los agricultores por el comercio al por mayor de sus productos y su substitución por asociaciones agrícolas fomentadas por el Estado; suministro de maquinaria, abonos, semillas y ganado a precios ventajosos; mejoramientos; extinción de plagas, informaciones e investigaciones agronómicas del suelo, gratuitamente. Los trabajadores del campo serán admitidos, mediante contratos de trabajos justos, en las asociaciones de campesinos; el Estado será el inspector y juez supremo. Los trabajadores que descuellen serán preferidos para establecerlos como colonos, y la mejora de la habitación y del salario para los trabajadores ha de constituír una rápida realización. Fomento de la enseñanza agrícola y de la cultura campesina...

     Hitler termina su declaración diciendo que es un desatino creer que se puede excluír alguna clase profesional de la comunidad popular, y que es un crimen lanzar a los campesinos contra las ciudades, pues las dos partes, para florecer, han de ser conjuntamente.

     Después de lo consignado en el programa y en las declaraciones posteriores de Hitler sobre la cuestión agraria alemana, y luego de haber expuesto el comentario explicativo de la posición del Partido respecto de la cuestión referida, conviene tener en cuenta algunas opiniones recomendables de la literatura nacionalsocialista, aunque sólo sea para orientar al lector en sucesivos estudios.

     Hildebrandt expone en una monografía sobre el Nacionalsocialismo y los trabajadores del campo ("Nationalsozialismus und Landarbeiterschaft", München, 1930) la vida del campesino alemán con tétricos colores. Pobreza, ignorancia, desamparo por todas partes en el hogar campesino. «En la casa del trabajador el joven bebe desde pequeño el veneno del odio, cuando ve al padre sentarse a la mesa lleno de preocupaciones y a la madre vagar por la casa con ojos llorosos» (p. 5). Tal estado de cosas, en el campo alemán, no mejoró con la revolución, y, a pesar de las huelgas alentadas por los socialdemócratas, ninguna utilidad para la masa de trabajadores se ha obtenido. Claro que los marxistas se han aprovechado de tal situación, pero sin mejorarla, porque la democracia liberal judaico-capitalista del mes de Noviembre ningún interés tiene en la formación de una clase campesina fuerte y sana.

     Después de una descripción detallada de la vida del trabajador del campo, vivida por el mismo autor que de él procede, afirma:

     «Nuestros padres fueron socialdemócratas y nuestros hermanos todavía en parte lo son. En estas luchas, nos encontramos con Adolfo Hitler; él nos enseñó a amar la patria alemana con el alma popular, cosa que no fue para nosotros difícil de comprender, porque nos acordábamos de nuestra juventud; escuchábamos aún el rumor de los bosques y nos acordábamos de los juegos felices en medio de libre Naturaleza patria; cuando ya fuimos hombres y la vida de guerra quedó atrás, buscamos el socialismo para poder tener una parte en esa patria, en esa tierra natal. Después de habernos hecho hombres en las trincheras, no quisimos ya arrastrar el dogal de la esclavitud ni tolerar que nuestra sangre fuese absorbida por una fauna liberal burguesa.

     Buscamos al socialismo alemán y otra vez tropezamos con Adolfo Hitler; él nos hizo ver claramente que no es socialismo lo que el marxismo propaga desde hace ya muchos años, especialmente el ver un robo en la propiedad, y nos enseñó otro camino. Los alemanes debíamos prepararnos para rechazar lejos de nosotros a los bebedores de sangre que anualmente sacaban millones y millones de las heridas del pueblo. El verdadero socialismo alemán conduce a esto: a posibilitar la mejora de posición a todo ciudadano y compatriota alemán bajo el gobierno alemán del Estado, socialismo que se garantiza mediante la unión de los compatriotas de todas las clases sociales, impedida por el aborto liberal burgués y por el marxismo». (p. 44).


LA POLÍTICA INDUSTRIAL

     La concepción industrial del nacionalsocialismo la expresa Hitler en estas palabras: «Lo que nosotros en torno nuestro contemplamos como inventos materiales, todo es resultado de la fuerza creadora y de la capacidad de cada persona... Todos estos inventos sirven, en su más profunda significación para un desenvolvimiento humano altamente realizado»(Mein Kampf).

     La técnica en su manifestación actual, se muestra en la industria principalmente y está enlazada con el rentabilismo capitalista y subordinada a él, y está, a su vez, manejado por el espíritu judaico-materialista (P. Schwerber, Nationalsozialismus und Technik, München, 1932, p. 25)

     La técnica lo influye todo, hasta los dominios del arte; la misma música no se substrae a aquélla, y viene a ser el supuesto del progreso en casi todos los órdenes. La evolución de la economía nacional alemana, que de agraria se ha convertido en industrial, a la técnica es debida. El Imperio británico, desparramado por el globo, no sería posible sin la técnica que consolida su cohesión. Pero todo ese colosal desarrollo de la técnica no tiene otro fin que el de proveer a la necesidad cotidiana de la alimentación a cubrir nuestras necesidades materiales.

     Pero la banca y la bolsa judía dominan la industria, que, con la inflación, se vio obligada a humillarse, so pena de desaparecer. Aprisionada así, la industria no puede cumplir la finalidad que naturalmente le está asignada, o sea, la productividad más abundante y completa de bienes, regida por la idea de proporcionar a todos los hombres la mayor participación posible en tales bienes y emanciparlos en lo posible de los esfuerzos corporales, fomentando, al mismo tiempo, el desenvolvimiento de la cultura. Pero tiranizada la industria, lo que se procura es que dé la mayor cantidad posible de dinero; no que realice un servicio sino un gran beneficio (p. 47); procurar la mayor rentabilidad en beneficio de un pequeño y anónimo círculo de propietarios.

     La posición del Nacionalsocialismo está simbolizada en su afirmación fundamental: emancipación de la servidumbre del interés.


LA POLÍTICA COMERCIAL. LOS BAZARES

     El punto de vista que sobre este tema defienden los nacionalsocialistas recuerda una ya vieja interpretación de los economistas científicos, puramente científicos, sobre qué es lo económico. Unos economistas entendían que sólo puede considerarse "económico" lo que tiene el carácter de economicidad, y que ésta consiste en obtener el mayor producto con el menor esfuerzo. Así presentado el llamado "principio de economicidad", parece algo muy conveniente, deseable y hasta justo; pero si se reflexiona sobre los elementos que se reúnen en el trabajo social y en las consecuencias de la aplicación de tal principio, pronto se ve que la resultante posible y casi inevitable es la explotación del trabajo de suerte inhumana y el estrago social.

     Porque, vamos a ver: ¿Es admisible esa racionalización del trabajo que absorbe intensivamente hasta la menor energía humana? El Fordismo [producción en serie, de Henry Ford] ha procurado tal cosa en algunas de sus medidas y por eso ha tropezado con la resistencia de los trabajadores. Se perseguía la conveniencia económica de la empresa, pero se dañaba ese elemento de la producción inseparable del hombre: el trabajo corporal de todas clases.

     Otro ejemplo: El gran comercio puede dar más baratas las mercancías que el pequeño comercio porque tiene el auxilio de la maquinaria y del gran capital; el comprador, al adquirir más barato, realiza un menor esfuerzo económico y por lo tanto, conforme al principio de la economicidad, tal comercio sería más deseable, preferible a todo otro que no reúna tales condiciones. Sin embargo, el pequeño comercio representa una masa de población, una base familiar, por regla general, que constituye la solidez social básica; no significa una acumulación financiera pero sí algo que vale mucho más, como es una masa de población nacional sustentáculo del Estado. Por consiguiente, toda política económica orientada en el sentido de proteger a la gran empresa y relegar a la pequeña, queriendo ser económica, acabaría por socavar la economía nacional.

     Y cosa parecida puede decirse de la política comercial exterior que, queriendo obtener más baratos los artículos de importación, abriese las puertas aduaneras a poderosos concurrentes que aniquilarían a los productores nacionales que no pueden competir con el extranjero.

     En síntesis: los economistas científicos, que se les da una higa de la política de los partidos, no aceptan esa concepción económica que, en fin de cuentas, es sólo un incentivo para la máquina y para la plutocracia.

     Una renuncia a la ganancia de una operación económica entre particulares puede redundar en beneficio de toda la economía social. Y aunque suene a paradoja, un buen negocio económico puede resultar muy mal negocio social.

     Los nacionalsocialistas razonan así: los grandes bazares están explotados por los judíos y el empleo del bluff es su método, junto a todo lo que significa captación y no siempre conveniencia a las verdaderas necesidades.

     La multitud anónima penetra en los bazares y el lujo en edificación e instalación. La variedad de cosas que solicitan al comprador, la decide a gastar en cosas de mala calidad, siendo las mejores en esos bazares más caras que en los comercios de verdaderos especialistas. Todo ello significa la ruina de la clase media comercial. El bazar ofrece lo barato malo y lo bueno más caro. Son verdaderos espejuelos para la caza de alondras parroquianas. Crean necesidades artificiales.

     En 1932 el comercio de los bazares se cifró en Alemania en 2.500 millones de marcos. Eso representa la decimoquinta parte del volumen del comercio al detalle, como el volumen de 50.000 medianos comercios que tengan de tres a cuatro empleados, trabajando, además, su propietario. Esos 50.000 comercios, con sus correspondientes 150.000 a 200.000 empleados, resultan eliminados por los bazares. En este círculo hay que incluír, además, de 200.000 a 250.000 individuos más que se quedan sin pan. Y las enormes ganancias de los propietarios de los bazares son atesoradas y sirven para otros fines distintos de la productividad industrial.

     Y por lo que al personal se refiere, mientras los empleados son mal retribuídos, los directores  reciben una paga fija de 120.000 marcos y el 30% del beneficio neto, más otras ventajas. Esta participación, con las demás ventajas, se cifraron en el año 1929 en 6,5 millones de marcos. Añádase a eso que los directores son también accionistas y sacan sus buenos dividendos. El negocio no puede ser más redondo.

     No se precisa insistir más sobre el tema para formarse una idea de los fundamentos en que se apoya el nacionalsocialismo para combatir los bazares.


LA HACIENDA. EL ESTADO SIN IMPUESTOS

     La concepción financiera del Nacionalsocialismo en este respecto es muy interesante. Bastaría, de momento, enumerar los puntos salientes de la orientación para que quedase justificada la curiosidad que, lógicamente, despierta. Los impuestos se admiten sólo para cubrir los gastos improductivos(gastos de administración, de defensa, etc.); la presión tributaria ha de ser regulada conforme a la capacidad económica; las deudas interiores sufrirán la anulación legal, teniendo en cuenta los intereses devengados y pagados. Y si el Estado se libra de deudas y suprime el interés del dinero, puede prescindir de impuestos, ya que en realidad lo que se ingresa hoy queda absorbido por el servicio de la Deuda.

     Feder dice en su explicación del programa nacionalsocialista que el Estado sin impuestos no es una utopía y que puede demostrarse numéricamente su posibilidad (Der Deustche Staat, p. 129). Y como directrices de la política financiera nacionalsocialista describe las siguientes:

1. Supresión de todo impuesto destinado a pagar intereses de deudas.

2. Los impuestos son admisibles para cubrir los gastos improductivos, siempre que para ello no bastasen los ingresos procedentes del dominio fiscal (ferrocarriles, correos, telégrafos, montes públicos, minas, etcétera).

3. Para necesidades especiales y extraordinarias, sobre todo para atender a los gastos de guerra, se recurrirá a los impuestos directos e indirectos.

4. Los impuestos directos sobre la propiedad inmueble se admiten con nueva graduación; con un mínimo de exención y consideración especial de las familias con hijos y otras cargas.

5. Los funcionarios públicos estarán libres de impuestos, y los que estén casados tendrán bonificaciones especiales.

6. Los impuestos indirectos, en tiempos normales, se aplicarán a los objetos de lujo, a su producción y a los consumos de masas no saludables (tabaco, alcohol, etc.). Los demás impuestos indirectos que hoy gravan a la gran masa popular, hay que evitarlos (azúcar, fósforos, sal, gaseosas, gas y electricidad, etcétera).

7. Las ganancias extraordinarias de guerra hay que revisarlas, con distinción entre las ganancias de coyuntura y las del trabajo simplemente.

8. Desgravación del impuesto de timbre y de tasas que dificultan la disposición de los bienes, siempre que ésta no vaya contra el interés general. En esta categoría quedan comprendidos también los impuestos sobre herencias y donaciones.

     No se puede hacer la crítica de tal orientación sobre bases experimentales porque no han sido llevadas a la práctica estas directrices. Teóricamente, no obstante, puede afirmarse que tal orientación, de realizarse, representaría la mayor revolución financiera que en materia de Hacienda hubiese conocido el mundo. La que más salta a la vista en esto es la notable desgravación de la carga tributaria. ¿Cómo podría un gran Estado moderno cubrir sus necesidades mermando tanto los ingresos? A ello contesta Federque, suprimidas las deudas, el problema se reduce notablemente, y entonces el Estado cumpliría su misión verdadera, o sea, la de proteger la propiedad de sus súbditos y fomentar las riquezas rurales del país en beneficio de todos y no absorber el dinero de los particulares para perpetuar la economía de la Deuda.

     Así sea, digo yo.


ANTI-MARX

ANTI-MARX

     El anti-marxismo de los nacionalsocialistas representa el aspecto negativo de su doctrina, su origen como reacción teórica y política.

     El marxismo no es socialista porque es esencialmente negativo y opuesto al sentido solidarista y de conservación social, exento de luchas de clases, del verdadero socialismo. El socialismo va contra la explotación capitalista pero no contra la supresión de la propiedad. El capitalismo es un estado económico de la evolución que precisa superar, y en este sentido no sólo se encuentra interesado el obrero sino también todo aquel que no sea capitalista.

     Tampoco olvidan los nacionalsocialistas que la experiencia marxista en Alemania ha sido funesta. El partido socialdemócrata venció en Alemania la resistencia que surgía contra el capitalismo internacional. Su conducta en la Revolución de Noviembre [de 1918] está bien clara en tal sentido. Y cuando estuvo en el poder no socializó: abandonó la doctrina. Los socialdemócratas de Alemania, a pesar de su socialismo, entregaron los ferrocarriles del Estado a los particulares, es decir, des-socializaron al des-estatizar empresa tan importante.

     El Plan Dawesrepresentaba para Alemania una esclavitud. ¿Quiénes la hicieron aceptar, principalmente? Los socialdemócratas. Ellos mismos se jactaban de ello, declarando en su órgano el Vorwärts que se trataba de un "éxito inmenso de la democracia social". ¡Y significaba una sumisión al capitalismo internacional! El marxismo repasaba su historia; es algo así como la doctrina de los tristes destinos: no se ha manifestado en el poder sino negándose a sí mismo.

     Y como reacción rotunda contra el marxismo, el nacionalsocialismo proclama los valores raciales. El marxismo, como dice Hitler(Mein Kampf), no tiene sentimiento nacional ni de raza; para él los hombres son algo abstracto y desvaloriza el valor personal.

     Todo esto, más otros aspectos que sería prolijo enumerar, se resume en esta palabra: anti-Marx.


SOLIDARIDAD, NO LUCHA DE CLASES

     La lucha contra el capital o, mejor dicho, contra el capitalista, no sólo significa la oposición entre el poseedor y el que nada tiene, la rivalidad entre el hermano pobre contra el hermano rico, sino la oposición de intereses económicos entre dos elementos que, cuando no se armonizan, necesariamente chocan a lo largo de los puntos de fricción que les depara el desarrollo de su vida económica y social. Su convivencia es necesaria, imprescindible, ya sea voluntaria o forzosa. En la época medieval, la organización corporativa aseguraba condiciones de convivencia regular; en la actualidad, con la libre concurrencia, se depende del llamado "mercado libre", no obstante encontrarse éste dominado por los capitalistas financieros. Los lazos que establecen la dependencia económica suelen ser ahora invisibles, pero efectivos. Y en este medio económico viven grandes masas de población que no tienen otra cosa que ofrecer en venta que su trabajo; éste resulta una mercancía. Y el capitalista aprovecha tal situación para beneficiarse de la eficiencia de esa masa de trabajo. Así aparece el moderno movimiento social.

     ¿Quiénes son los que forman la masa global de trabajadores? Todos los no capitalistas, los que se esfuerzan y procuran un beneficio en la producción. Hasta los altos empleados de una empresa no son menos dependientes del capital que un simple obrero. Los proletarios se encontraban aislados al principio, pero, después, su vida ha sido elevada y han acortado las distancias que existían entre ellos y otras capas de trabajadores calificados e intelectuales. El Estado depende de los círculos financieros, y con el Estado el aparato de los impuestos que oprimen a esas masas trabajadoras. Cuando mayor y más general se presenta la necesidad, sube de punto la exigencia de hacer empréstitos y contraer préstamos, engrandeciendo, así, el poder del capital financiero. (...)

     Así razona el nacionalsocialismo las condiciones del movimiento social, recabando para sí la gloria de haber sido el primero en lograr la unidad del frente constituído por todos los no capitalistas.

     Marx, de la oposición de intereses entre capitalistas y trabajadores, tomó el punto de partida para su teoría de la lucha de clases que había de abrir un abismo entre los proletarios y todos aquellos que no lo son. Para el marxismo, el campo del trabajo queda reducido a los proletarios y destroza la conexión viva de la comunidad social.

     El Nacionalsocialismo reconoce las oposiciones y antagonismos sociales y hasta los  que se dan en el seno de las mismas familias, como oposiciones naturales entre padres e hijos. Hay oposiciones religiosas, políticas, económicas, en el seno de un pueblo; el individuo podrá negar a su familia y a su nación, pero ciertos lazos que a ellas lo ligan, no podrá romperlos jamás.

     Esta formación natural, viva, la intenta destruír el marxismo, reemplazando una realidad por un proyecto de nuevo Estado que no ha podido aún estructurar.


COMPOSICIÓN DEL PARTIDO NACIONALSOCIALISTA

     ¿Se trata de un partido burgués? Así lo afirmaban los socialdemócratas para combatirlo, pero una simple ojeada sobre la composición del Partido, a través de su representación parlamentaria, demuestra lo contrario.

     La minoría nacionalsocialista del Reichstag al 31 de Julio de 1932 ofrecía la siguiente clasificación profesional de sus diputados:

Trabajadores de la Industria y Agricultura
Empleados de ambas ramas
Artesanos, independientes y empleados
Comerciantes, independientes y empleados
Empleados
Funcionarios del Partido
Labradores
Propietarios de tierras
Fabricantes
Oficiales del Ejército
Escritores y periodistas
Profesores de escuelas superiores
Maestros
Ingenieros
Economistas
Abogados
Médicos
Otras profesiones
20
13
22
26
28
  4
39
  5
  3
15
  5
  7
  7
  6
  5
  6
  4
  6

     ¿Dónde están los millonarios? Todo este conjunto es una representación genuinamente popular.

     No sólo están representadas las ramas profesionales, sino dentro de cada una de ellas sus ramificaciones especiales. Los trabajadores no sólo lo son de la industria sino también de la agricultura, los que desempeñan la diputación. Entre los empleados figuran los empleados públicos y los particulares. Entre los artesanos, hay zapateros, pintores, albañiles, herreros, confiteros, jardineros, electricistas, cerrajeros, hojalateros, fundidores, fumistas, canteros y un carpintero. Entre las profesiones liberales se encuentran abogados, médicos, curas, consejeros de enseñanza, químicos, boticarios, geómetras, etc.

     Este Partido, cuya minoría parlamentaria estaba compuesta por 230 diputados, sólo tenía tres fabricantes y cinco terratenientes. La imputación de burgués es completamente falsa.


EL SOCIALISMO NACIONAL Y EL ANTI-FASCISMO DE LOS MARXISTAS

     El calificativo de socialista aplicado al movimiento hitleriano no ha sido considerado como propio por algunos. No obstante, tiene su fundamento el calificativo, no solamente aplicado al nacionalsocialismo sino también al fascismo italiano. Lo que ocurre es que muchos han reservado exclusivamente para el colectivismo la denominación socialista, y el fascismo dista mucho de ser colectivista.

     ¿Por qué el fascismo es socialismo? Por dos razones, principalmente:

     —Por una razón histórica, ya que las raíces de muchas de sus ramas ideológicas se encuentran en los socialistas del siglo XIX, en el socialismo teórico de Platón y en el socialismo práctico de Esparta.

     —Por una razón teórica, ya que el fascismo sigue las concepciones centrales de la doctrina socialista. Y no es marxismo porque ni estatiza los medios de producción ni suprime la libertad ni la propiedad privada. (...)

     Tal vez extrañará a muchos que el fascismo sea un Partido de trabajadores y para los trabajadores, pero, en realidad, así es. Pero entiéndase bien que mientras los marxistas sólo reconocen la condición de trabajador al proletario, o sea, al que vive de un salario eventual, el fascismo potencia el concepto y hace entrar en él a «todas las fuerzas de la producción» (así reza la Carta del Trabajo en Italia), sin excluír las profesiones liberales, «a todos los que ganan su pan por medio del trabajo espiritual o corporal sometidos a la servidumbre del interés del dinero», como proclaman las tesis programáticas del nacionalsocialismo alemán.

     Su ideología es una exaltación del trabajo solidarizado y su recluta se ha hecho entre las capas sociales que se extienden como estratos desde el capitalismo hacia abajo, llegando hasta el mismo proletariado. Considera al trabajo como un deber y no admite las rentas fundadas en la simple posesión inactiva. Así lo proclama la Tesis 11 del programa de Hitler. Y va tan lejos en lo relativo a las rentas del trabajo que llega hasta la determinación técnica y objetiva del salario justo, problema que tanto ha preocupado a todos los economistas. Entonces, se nos dirá, si eso no es socialismo, ¿qué es? Es verdad: el fascismo es socialismo y de pura cepa, socialismo que, como el vino viejo y guardado en la cueva silenciosa, con el tiempo crió aroma. Ello explica la competencia encarnizada de otros partidos comunistas y comunistoides. (...)

     Pero ese socialismo fascista, que lo es por cuanto abarca la vida material y espiritual de la Nación, responde a la concepción prístina de los fundadores de la doctrina socialista, la que no sacrificaba la personalidad al socialismo ni éste a la personalidad, y no es marxismo porque acepta la iniciativa y la propiedad individual de los medios de producción y suprime la lucha de clases. No destruye el capital sino que lo subordina a las conveniencias de la comunidad («utilidad común antes que utilidad individual», dicen los hitleristas); establece una disciplina de todas las fuerzas de la producción más bien en sentido conservador.

     ¿A qué destruír el capital si necesariamente habría que reponer las acumulaciones? El llamado Plan Quinquenal ruso no es sino una marcha forzada del trabajo productivo con el fin de ahorrar, acumular limitando el consumo, para dar nacimiento otra vez al capital. Ese gran capital financiero que el marxismo intenta, de golpe y porrazo, socializar, provocando con ello un terrible colapso en la economía nacional, no se suprime en el régimen fascista, pero se sujeta a normas de convivencia económica y social. En una palabra: el marxismo despoja; el fascismo solidariza. (...)

     Así se comprende que encierre el fascismo una fuerza magnética formidable para las grandes masas y se difunda tan pronto se da a conocer. El trabajador se siente hasta halagado cuando se le hace posible y grata la convivencia con otras clases de trabajadores no sólo en las declaraciones más o menos pomposas de la Constitución, sino que también en la vida social ve un porvenir práctico e inmediato. Ante todo esto, el marxismo siente la pasión de la rivalidad y niega el agua y el fuego al fascista por los mismos motivos de conveniencia práctica que lo ha llevado, siempre, a combatir sañudamente a la socialdemocracia conservadora que le restaba fuerzas obreras.

     Todo esto me hace recordar que los reaccionarios de antaño se opusieron a la Internacional. Hoy, los reaccionarios son los socialistas anti-fascistas. ¿Por qué no dejar predicar una idea? Si nada vale ni nada la justifica, pronto será escupida de la circulación como una escoria. Escuchemos, leamos, meditemos aun sin compartir las creencias ajenas. En eso está el alma de todo progreso.


POST SCRIPTUM

     Recibo las galeradas correspondientes a las páginas anteriores para corregirlas en Berlín, durante el verano de 1933, antes de haberse cumplido los seis primeros meses de haber formado gobierno el Canciller Adolfo Hitler. Y en tan poco tiempo ha llevado a cabo resoluciones fundamentales en los amplios dominios de la vida pública, resoluciones que en su conjunto responden a la orientación general del nacionalsocialismo. Leyes sobre la purificación administrativa, sobre nombramientos de gobernadores, eliminación de la ideología marxista y de las organizaciones incompatibles con el nuevo Estado. A semejanza de las piedras que se van colocando para formar un gran mosaico, el nacionalsocialismo va completando su obra, todos los días, infatigablemente.

     En poco tiempo ha suprimido los partidos políticos para demostrar que el Estado puede vivir sin ellos, desde el comunista hasta el Centro, pasando por todos los intermedios; ha decretado la formación de un Consejo de Estado para Prusia, que es el mejor substitutivo del Parlamento representativo; ha resuelto la cuestión que dividía a los evangélicos alemanes, pacificando los espíritus, al mismo tiempo que concertaba el Concordato con Roma (por primera vez en el Reich), dando así una satisfacción a los católicos y realizando un acto de justicia; lo que no pudo hacer ningún Canciller durante muchos años lo ha realizado Hitleren pocos meses: la ratificación del tratado con Rusia. Al mismo tiempo, el número de los sin trabajo ha disminuído en cerca de millón y medio, y se ha dotado a jóvenes obreras.

     Su programa sobre los bazares se realiza paulatinamente, y aquí, en Berlín, se ve en almoneda forzosa a los más grandes. El anti-judaísmo ha dado también la batalla, recordando a los judíos su acción violenta, en unión de los marxistas, contra los nacionalsocialistas... ¿A qué seguir?.

     La cruz gamada flamea en las banderas y éstas aparecen en todas partes. Y todos los días, al anochecer, veo pasar por la plaza de la iglesia erigida en memoria del Emperador Guillermo, columnas de nacionalsocialistas con su uniforme; van cantando himnos patrióticos y los siguen, también en formación, los nuevos reclutas del Partido que aún no llevan el uniforme. Junto a los hombres maduros, veo caras juveniles, casi de niños, que acuden a engrosar el formidable ejército de Hitler, Y también en formación aparte van las obreritas de tez pálida que salen de sus tiendas y talleres, siempre cantando por la salvación de Alemania.

     La idea se ha hecho carne. ¡Felices los pueblos que sienten la emoción de los ideales, que saben seguir a los caudillos y no desertan de las banderas que exigen, ante todo, paz y trabajo! Porque no basta predicar y exportar doctrinas: ésas no valen nada si no van acompañadas de un buen material humano.


Berlín, Agosto de 1933.



Dwight D. Murphey - Sobre el "Discurso de Odio"

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     Dwight D. Murphey (1934), abogado, profesor y escritor estadounidense, publicó en 2003 en el vol. 43 Nº 3 de Mankind Quarterlyel siguiente artículo (Conceptual Issues in Prohibiting "Hate Speech") que hemos traducido tanto de dicho texto como del publicado en su página personal (dwightmurphey-collectedwritings.info), que contiene algunos añadidos. Aquí el autor analiza de manera profunda e impecable algunos componentes conceptuales y consecuencias lógicas de lo que se ha dado en llamar "discurso de odio", el cual, como se expone aquí, tiene claros orígenes en la Izquierda estadounidense de los años '60, influída, cómo no, por la malhadada y siniestra Escuela de Frankfurt, completamente judeo-comunista.


Problemas Conceptuales en la Prohibición
del "Discurso de Odio"
por Dwight D. Murphey, 2003




     El "discurso de odio", diversamente definido, ha llegado a ser prohibido en varios países y, a pesar del apoyo arrollador de la Corte Suprema estadounidense a la libre expresión, es materia de códigos de expresión en los campus de muchos recintos universitarios estadounidenses. El autor está entre aquellos que ven dicha prohibición como una amenaza para la investigación académica seria en particular y para la libertad de expresión en general. A menos que el "discurso de odio" sea definido de manera precisa como prácticamente equivalente a lo que la Corte Suprema estadounidense llama "palabras beligerantes", dice él, se trata de un concepto que es de varios modos profundamente defectuoso.


     La extendida prohibición en años recientes del "discurso de odio"y de la "literatura de odio" está tan llena de ambigüedades, superficialidades intelectuales y dobles estándares, que ella plantea un serio impedimento a la investigación académica y a los valores de una sociedad abierta. Estados Unidos, con su Corte Suprema que ha defendido durante mucho tiempo la afirmación más fuerte posible de la libertad de expresión, es una excepción notable a lo que en otras partes ha sido una poderosa tendencia hacia el castigo de ciertas formas de expresión. Este artículo explorará diversos aspectos de la cuestión del "discurso de odio":

• Algunos ejemplos principales de su uso contra el esfuerzo académico;
• las diversas definiciones de "discurso de odio";
• la legislación y los códigos de expresión que lo prohíben; y
• las muchas dificultades conceptuales de dicha categoría, entre las que se incluyen:

   —un fracaso para comprender el enorme grado de, y las justificaciones para, la animosidad humana;
   —el grado hasta el cual el mundo de la Izquierda ha hecho de ese concepto un arma contra ideas competidoras; y
   —un amplio surtido de otros fracasos intelectuales que están presentes tanto en el concepto como en su aplicación.


1. El Uso del Concepto de "Discurso de Odio" Está en Contra de la Investigación Académica Seria

     Hace poco más de 50 años, la comunidad intelectual mundial se indignó cuando la Unión Soviética de Stalin hizo de la ciencia un instrumento de la ideología. En 1948 la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas respaldó la teoría formulada por el biólogo Trofim D. Lysenko de que un organismo transmite propiedades adquiridas en el medioambiente a la siguiente generación. Toda la enseñanza de la teoría de Mendel de la herencia sólo a través de los genes fue suprimida a partir de entonces en la Unión Soviética hasta más de una década después de la muerte de Stalin en 1953. Los descubrimientos genéticos de Mendel fueron denunciados como "ciencia burguesa".

     El "Caso Lysenko", como llegó a ser conocido, escandalizó al mundo científico. La incompatibilidad de tal manipulación ideológica de la investigación científica con la naturaleza de la ciencia como una investigación en curso de hechos y sus implicaciones, emprendida de buena fe y con estricta honestidad, fue ampliamente entendida.

     Hoy, en contraste, encontramos que amplias áreas de investigación están bloqueadas incluso para el estudio más objetivo y cuidadoso. En cuanto a aquellas áreas, la ideología, apoyada por los poderes de prohibición del Estado, no tiene rival. En las circunstancias del mundo de hoy, no hay ninguna protesta internacional contra la censura. En su lugar, existe un deseo casi universal de conformar el pensamiento a lo que la opinión respetable considera ideológicamente aceptable (eufemísticamente conocido como "políticamente correcto"). Considerando tal entorno en todo el mundo occidental, la amenaza de hoy contra la investigación académica y la ciencia verdadera es mucho mayor que lo que lo fue en los días de Lysenko.

     Esto le quedó muy claro al autor gracias a una agresiva experiencia personal. Escribí una monografía de estudios jurídicos, "Lynching: History and Analysis" [1], sólo para ver a Canadá prohibirla como "propaganda de odio". Fui atraído hacia el tema del linchamiento hace veinte años mientras realizaba lecturas de fondo para mi historia del pensamiento liberal. La investigación implicaba leer, entre muchas otras cosas, todas las ediciones de The New Republic (excepto un volumen con tres meses que faltaba en los estantes) a partir del tiempo del inicio del diario en 1914 hasta principios de 1985.

[1] http://dwightmurphey-collectedwritings.info/mono/mono1.htm

     Añadí el asunto del linchamiento a mi lista de temas para investigar en el futuro cuando encontré algunos hechos sorprendentes. Uno era que The New Republic publicó un editorial anual hasta mediados de los años '30 contando el número de linchamientos en Estados Unidos, pero aquellos editoriales se detuvieron porque hacia aquel tiempo los linchamientos prácticamente habían desaparecido de la vida estadounidense. Eso contradecía mi impresión de que linchamientos significativos habían seguido produciéndose hasta que fueron repelidos por el Movimiento por los Derechos Civiles después de la Segunda Guerra Mundial. También me sorprendí de averiguar que los linchamientos no habían estado confinados al Sur sino que en cambio ocurrieron en todas partes de Estados Unidos. Además, sus víctimas no habían sido de ningún modo exclusivamente hombres de raza negra.

     Si logré realizar un estudio objetivo de los linchamientos lo juzgarán mejor los lectores que examinen cuidadosamente la monografía entera. Encontré que hay una "sabiduría convencional" sobre el tema que simplemente no está apoyada por los hechos. Se afirma, por ejemplo, que el linchamiento es único de la sociedad estadounidense, nacido de la supuesta inclinación de los estadounidenses hacia la violencia; pero los hechos muestran que los linchamientos han ocurrido a través de todo el mundo. Se ha reportado que hubo unas 500 ejecuciones por linchamiento realizadas por muchedumbres en Brasil sólo en 1991.

     Y, tan contra-intuitivo como pueda parecer a aquellos condicionados por las percepciones de hoy, la Historia revela como falaz la acusación de que "el linchamiento era el modo que tenían los Blancos del Sur de suprimir a los negros". Lo que el autor encontró, fue que el linchamiento fue el modo en que las comunidades de frontera (incluyendo aquellas en el Sur después de la Guerra Civil) reaccionaron ante los ultrajes cuando aquellas comunidades se sintieron libres de coacciones impuestas por un régimen más amplio. Los propios líderes negros, como W. E. B. DuBois, reconocieron que el Sur de post-guerra se vio enfrentado a un elemento criminal significativo entre su población negra, que cometió actos de crueldad extrema. En un tiempo en que la gente en el Oeste e incluso en el Norte colgaba a sus bandidos, es mucho más sensato —razoné— explicar los linchamientos en el Sur relacionándolos con la respuesta de las comunidades a la alta tasa de criminalidad entre los negros que adjudicárselo al "racismo del Sur".

     Éstas y otras opiniones declaradas en la monografía iban, por supuesto, en contra del pensamiento "políticamente correcto". A pesar de todo, la monografía contenía un análisis razonado y en ningún sentido malévolo de los registros históricos. Si fue correcto, es algo que se podría discutir. Canadá, sin embargo, no ha permitido aquel debate. Un representante del embajador canadiense en Estados Unidos me confirmó que "hasta donde entendemos, las autoridades de aduana prohibieron la entrada en Canadá de una copia de su monografía que un individuo estaba intentando ingresar porque, tomada en conjunto, se consideró que ella incitaba el odio contra un grupo identificable en Canadá".

     Lo que es significativo en esto, para propósitos del actual artículo, es que la categoría de "propaganda de odio" fue usada contra un trabajo de investigación académica seria. Esto es especialmente significativo hoy porque la imagen que tienen los estadounidenses de su pasado ha sido colocada en cuestión por la "guerra cultural" en la cual se afirma que prácticamente cada aspecto de su pasado fue algo moralmente depravado.

     Tampoco es mi monografía el único producto intelectual que ha sido impedido de entrar desde el servicio postal de Canadá. Su aduana es particularmente sensible a cualquier discusión "políticamente incorrecta" acerca de la inmigración o la raza. "Will America Drown? Immigration and the Third World Population Explosion" (Humphrey Dalton, 1993) ha sido prohibido. Aunque William Shockley fue un eminente científico, co-inventor del transistor y Premio Nóbel, el libro con citas de los escritos de Shockley titulado "Shockley on Eugenics and Race", que tiene una introducción del renombrado psicólogo de Berkley Arthur Jense, también está en la lista de prohibidos. Incluso una colección de citas de los escritos publicados del Presidente estadounidense Theodore Roosevelt, seleccionadas por su hijo Archibald, quien también escribió la introducción (Theodore Roosevelt on Race, Riots, Immigration, and Crime), está en la lista de prohibidos y está en riesgo de ser incautada por el departamento de aduanas canadiense

     En consecuencia, si la gente en sociedades por otra parte abiertas apoya la prohibición del "discurso de odio" porque ellos piensan que eso se refiere sólo a efusiones notorias y obscenas de intolerancia, ellos no aprecian totalmente el alcance de las prohibiciones y de su potencial abuso contra la investigación legítima. Lo que más está en juego es el conocimiento académico objetivo y cuidadoso.

     Si bien el recuerdo de los estadounidenses de su pasado es inmensamente importante, hay otras áreas de investigación académica y científica, también muy importantes, que han sido excluídas hoy de la discusión. Si, supongamos, uno estudia el "calentamiento global", uno encuentra mucha propaganda exagerada y falsificación en la literatura predominante. Aquellos cuyas conclusiones discrepan con lo que es ideológicamente aceptable son en gran parte hechos callar o ignorados.

     Hay un tabú, a menudo impuesto con violencia, contra aquellos que desean estudiar, incluso en la manera científica más cuidadosa, la inteligencia, la genética y las características raciales. Esos estudios son especialmente significativos para la política pública porque a menudo cuestionan la premisa de que ciertos grupos étnicos son "víctimas de la sociedad de la mayoría". Es un error pensar que "sólo los neo-nazis estudian aquellos temas"; a pesar del tabú, aquellas áreas han seguido siendo estudiadas por científicos de altas posiciones que no tienen ninguna afinidad con el nacionalsocialismo.

     La mayoría de los lectores estará consciente de que existen, además, persistentes tabúes contra el estudio de ciertos importantes temas de la Historia moderna, donde las versiones oficialmente aprobadas no se permite que sean cuestionadas. En una época que se enorgullece de su apertura y de la investigación científica, el mito y la propaganda prevalecen.

     Demás está decir que el tabú más insistente es aplicado contra aquellos que cuestionan la descripción estándar de lo que es conocido como el "Holocausto"realizado por los nacionalsocialistas contra los judíos. Aquellos que nunca han leído la literatura discrepante necesariamente consideran escandaloso dudar del relato estándar, que se basa en gran parte en tres aseveraciones: una matanza de seis millones de personas, la existencia de cámaras de gas, y una política sistemática de exterminio. El autor de este artículo no es ningún experto sobre ese tema, y está inclinado a no hablar de sus méritos hasta que él haya completado su propio estudio; pero he leído la mayor parte del trabajo de ambos lados, y yo sería menos que honesto si fuera reacio a dar mi opinión honesta al respecto: que la literatura "revisionista" es seria, tranquila, libre de "odio", e intelectualmente rigurosa. Ella puede ser denunciada como "literatura de odio", y sus autores enviados a la cárcel (cuando ellos están en, digamos, Alemania y Francia), sólo por aquellos que están convencidos de que la experiencia judía bajo los nacionalsocialistas debe quedar prohibida para la persistente investigación.

     Esto es algo en lo que deben reflexionar los defensores de una sociedad libre (la "sociedad abierta"de que hablaba Popper). ¿Debe haber límites a la investigación crítica que es llevada a cabo en un tono académico y razonado? De ser así, ¿cómo y por quién deben ser determinados aquellos límites? Se plantea el argumento de que es ridículo y cruel en sí mismo examinar la evidencia relativa al "Holocausto". Aquel argumento contiene, por lo menos, una porción significativa de totalitarismo, tal como alguien que sufre de retinitis experimenta puntos obstruídos en su visión.


2. El Concepto de "Discurso de Odio"

     El autor de este artículo ha leído muchos de los libros recientes, artículos de revisión de leyes y publicaciones en la web acerca del "discurso de odio". Será instructivo ver cómo aquellas fuentes definen el "discurso de odio". A medida que hacemos eso, notemos algunos problemas conceptuales en las definiciones, aunque gran parte del resto de este artículo también estará dedicado a defectos conceptuales.

     Una fuente dice que "el discurso de odio... puede ser definido como insultos personales y caracterizaciones extremadamente ofensivas que están dirigidos contra la raza, la religión, el origen étnico, el género o la preferencia sexual de un individuo o grupo, y que pueden incitar a la violencia, el odio o la discriminación"(Dan Rud y Nick Sexton, "Hate Speech Defined", 1999).

     Esta definición es más o menos típica, aunque a menudo hay variaciones incluídas en la lista ("raza, religión..."). Varias cosas se destacan en la definición recién citada:

     • La definición en ninguna aplicación razonable se extendería al trabajo académico serio que hemos mencionado anteriormente, ya que se limita a "insultos personales y caracterizaciones extremadamente ofensivas". Eso incluiría las "palabras beligerantes"que podrían ocurrir en un bar o en el discurso de un demagogo, pero no el trabajo intelectual reflexivo.

     • La definición contiene varias palabras que son tan ambiguas que ellas pueden ser estiradas o comprimidas a voluntad. "Ofensivas", "dirigidas contra", "odio" y "discriminación"tienen variaciones de significado; pero fíjese especialmente en la ambigüedad de la palabra "extremadamente", y, más particularmente, de la palabra "pueden". En la ley estadounidense, un estatuto punitivo que es ambiguo, es inconstitucional por varias razones: él da un amplio poder discrecional al acusador y al juzgador de los hechos; es conducente a dobles estándares en su aplicación, algo que se presta a una justicia desigual y al abuso político; y no entrega adecuadamente el suficiente conocimiento a los individuos, antes de que ellos actúen o cuando ellos se defiendan, de lo que es legal y lo que no lo es.

     • La letanía de "raza, religión, origen étnico, género o preferencia sexual" debe ser entendida como ideológica, reflejando la defensa que ha hecho la Izquierda, desde la Segunda Guerra Mundial, de diversos grupos no asimilados o descontentos con la autoridad, contra la sociedad principal. Antes de la Segunda Guerra Mundial el foco primario de la Izquierda estaba puesto en defender al "proletariado", en cuya época ella hablaba de la "explotación"como el problema central de la sociedad. Cuando, por diversas razones, aquel énfasis fue abandonado, la alienada cultura intelectual que está en el núcleo de la Izquierda buscó otros aliados contra la cultura predominante en Europa y Estados Unidos. La mayor parte del desarrollo ideológico del pasado medio siglo puede ser mejor entendido como la elaboración de superestructuras de ideas para defender a aquellos grupos "marginales". La "victimización" ha tomado el lugar de la "explotación" como el concepto central, y gran parte del mundo es visto como víctima de la civilización occidental en general y de Estados Unidos en particular.

     • Habría que destacar que muy pocas de tales letanías incluyen el odio "de clases". La lista está preparada sólo para aquello de lo cual se preocupa la Izquierda, aun cuando millones de personas fueron ejecutadas en nombre de la "lucha de clases" durante el siglo XX. Esto refleja el doble estándar ideológico que persiste hasta este día entre los muy percibidos abusos de "la Derecha" y los abusos profundamente ignorados de "la Izquierda".

     • Especial atención debería prestarse a la idea de que las palabras son "dirigidas contra" alguien. La definición de otra fuente habla del "lenguaje que está apuntado contra". Nuevamente, esto está relacionado más apropiadamente con el discurso instigador, es decir, con "palabras beligerantes". Decir —como la Aduana canadiense dice sobre la monografía que analiza la historia del linchamiento, y como los tribunales alemanes y franceses lo hacen acerca de la investigación que cuestiona aspectos del "Holocausto"— que las ideas están "dirigidas"contra alguien, es cometer una importante falacia lógica. Eso cae dentro del reino de las "falacias materiales" en las cuales la atención es enfocada no en la validez de una idea, y en el apoyo de ella, sino en factores extraños. Las falacias materiales incluyen cosas tales como apelaciones a la compasión, a la fuerza, o a si el defensor de una idea es agradable. Cuando ideas seriamente propuestas son consideradas como estando "dirigidas contra"alguien, el argumento se ha personalizado. Con el contexto cambiado, la idea puede ser descartada sin haber alcanzado alguna vez una discusión de su mérito.

     El argumento de que ideas tales como investigar acerca del "Holocausto" son "actos verbalmente agresivos e hirientes para muchas personas"[2], es una personalización similar que encierra la investigación en un compartimento donde ya no es necesario considerar su mérito. Hay veces en que la pronunciación de ciertas palabras es correctamente considerada, en efecto, como la comisión de un acto, como cuando una persona le dice a otra "No te acerques a mi hija o te pegaré un tiro". Pero eso debe ser mantenido en su contexto apropiado. La transformación de la investigación académica en "un acto" es algo singularmente anti-intelectual.

[2] Sionaidh Douglas-Scott, "The Hatefulness of Protected Speech: A Comparison of the American and European Approaches", William & Mary Bill of Rights Journal, Febrero de 1999, p. 333.

     Es especialmente importante comprender esto en relación a la tendencia contra el "discurso de odio". Dicha tendencia adquiere un brillo externo de legitimidad a partir del hecho de que ninguna persona decente quiere que la civilidad y las relaciones pacíficas que deberían existir entre la gente sean destruídas por calumnias e insultos. Pero la tendencia contra el "discurso de odio" va mucho más allá que eso. El concepto relativamente nuevo de "corrección política"proviene de la conformidad general europea y estadounidense con la cosmovisión de la Izquierda y con la insistencia de la Izquierda (al estilo de Herbert Marcuse) en que su perspectiva es la única postura moral que merece ser escuchada.  

     Llegamos, entonces, a una paradoja. Si la reflexión y la investigación legítimas pueden ser borradas sin considerar su mérito, ¿no es eso en sí mismo precisamente una manifestación de "odio"contra la persona que está intentando un discurso civilizado? Aquellos que estudian la inteligencia, por ejemplo, han sufrido muchos asaltos violentos. ¿Es el investigador el "odiador", o lo son, más bien, las personas que ensangrentarían la cabeza de él para impedir que sus resultados sean oídos?.

     La paradoja de que aquellos que procuran silenciar el discurso puedan ser los "odiadores" fue ilustrada en 2001 cuando el "American Indian Movement of Colorado"se opuso a la conmemoración del 12 de Octubre (Columbus Day). Un portavoz del movimiento escribió en un periódico de Denver hablando de «Cristóbal Colón, un hombre personalmente responsable del genocidio y la esclavitud de los indios norteamericanos, y un símbolo odiado por los nativos norteamericanos». Al mismo tiempo, la carta instaba a la gente a ver «la "celebración" de Colón por lo que es: un discurso de odio»[3]. Vemos que el portavoz primero expresó odio y luego acusó a aquellos que celebran el 12 de Octubre de ser "odiadores".

[3] www.transformcolumbusday.org

     Aunque esto pueda parecer una paradoja, está relacionado con nuestra discusión posterior del hecho de que hay mucha animosidad profundamente sentida en el mundo, a menudo muy bien fundamentada; y no debería ser sorprendente encontrar fuertes emociones a ambos lados de un asunto debatible.


3. La Legislación y los Códigos de Expresión

     Este artículo está destinado principalmente a hablar de las cuestiones conceptuales planteadas por la categoría de "discurso de odio". Nos desviaría enormemente examinar de manera extensa los datos concretos de las prohibiciones. En lo que sigue, ellas serán examinadas sólo en la medida necesaria para clarificar el significado de la existencia de tal censura. El examen será valioso porque a menos que la realidad concreta de tales prohibiciones sea comprendida, la discusión puede parecer puramente académica.

     Prohibiciones contra el "racismo" y la "xenofobia". Éstas vienen de múltiples fuentes, entre las que se incluyen, pero que de ningún modo se limitan a, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos; el "Plan de Acción de contra el Racismo"de la Unión Europea; la Parte III de la Ley de Orden Público de 1986 del Reino Unido; la "Ley de Derechos Humanos"en la Columbia Británica; la Sección 319 (2) del Código Penal Canadiense; la Sección 13 (1) de la Ley de Derechos Humanos canadiense; y en Estados Unidos, se dice, "diversos institutos y universidades decidieron restringir el discurso de odioy adoptaron códigos de conducta estudiantil que castigan las formas de expresión basadas en la raza, el género, la religión, el estado civil, la preferencia sexual y la capacidad física" [4]. Se nos dice que "no menos del 70% de las más de 3.500 instituciones de educación superior en Estados Unidos puede tener alguna clase de código diseñado para colocar restricciones al discurso considerado ofensivo"[5].

[4] Samuel Walker, Hate Speech: The History of an American Controversy, Lincoln, University of Nebraska Press, 1994, p. 6.
[5] Milton Heumann y Thomas W. Church, Hate Speech on Campus, Boston, 1997, p. 3.

     Prohibiciones contra el oponerse a la inmigración. En un caso que surgió en los Países Bajos, la Comisión Europea de Derechos Humanos apoyó una "condena por incitar a la discriminación racial al instar a la remoción de los inmigrantes de los Países Bajos" [6].

[6] Douglas-Scott, "The Hatefulness...", William & Mary Bill of Rights Journal, p. 341.

     Prohibiciones contra la crítica del homosexualismo. Por una estrecha votación en Junio de 2002, "los legisladores suecos aprobaron una enmienda constitucional que prohíbe el discurso y los materiales impresos que se oponen al estilo de vida homosexual" [7]. La enmienda debía ser votada nuevamente tres meses más tarde.

[7] Middle American News, Sept. 2002, p. 11, citando un reporte de Focus on the Family.

     Prohibiciones contra "negación de genocidio", "justificación de crímenes contra la Humanidad" y "negación del Holocausto". La ley Fabius-Gayssot en Francia, decretada en 1990, declara que es un delito "cuestionar" los "crímenes contra la Humanidad" como el Tribunal Militar Internacional de Núremberg encontró en 1945-1946 que habían ocurrido. Alemania, Austria, Bélgica, España y Suiza han seguido el ejemplo [8]. En 1999 hubo otras leyes en Israel, los Países Bajos, Polonia y Lituania que proscriben el escepticismo con respecto al "Holocausto"[9]. La ley austriaca ha hecho ilegal "negar, minimizar enormemente, aprobar o procurar justificar"actos genocidas cometidos por los nacionalsocialistas [10].

[8] The Journal of Historical Review, Marzo/Abril de 1998, p. 14.
[9] The Journal of Historical Review, Marzo/Abril de 1999, p. 31.
[10] The Journal of Historical Review, Sept./Oct. de 1995, p. 30.

     Diversos individuos que han argumentado un caso académico de que, en efecto, la descripción del "Holocausto"ha sido enormemente exagerada o falsificada, pero quienes en ningún sentido han sido "skinheads" o "neo-nazis", han sido procesados y castigados conforme a esas leyes. David Irving, por ejemplo, es uno de los historiadores del mundo más exhaustivamente cuidadosos, basando sus escritos en un meticuloso examen de archivos. Él fue multado con 30.000 marcosen Alemania por indicar que la "cámara de gas" mostrada a los turistas que visitan Auschwitz no es auténtica. Se sostuvo que en tal procesamiento "la verdad no es una defensa".

     Probablemente el principal historiador "revisionista", entre varios que podrían calificar para dicha designación, es Robert Faurisson, cuyos escritos claramente caen dentro del ámbito de la investigación académica seria y legítima, llevada a cabo por alguien que no procura presentar una posición pro-nazi. Numerosos procesamientos han sido entablados contra él. Independientemente de lo que podamos concluír en último término sobre el mérito de los argumentos de dichos historiadores, constituye un testimonio de la gran fuerza, coraje y estabilidad mental personales de esos individuos el que ellos sigan presentando sus conclusiones en tonos razonados a pesar de lo que equivale a un pogromintelectual de larga duración contra ellos.


4. Problemas Conceptuales: Una Selectiva Inmersión en un Mundo de Interminables Enemistades

     Hemos comentado ya, y veremos en seguida en la siguiente sección, que muchas de las proscripciones del "discurso de odio" son selectivas y reflejan la cosmovisión de la Izquierda. Ésa es una razón para objetarlas, por supuesto, pero antes de que examinemos eso más profundamente vale la pena considerar lo que implicaría incluso una prohibición no selectiva de cualquier expresión de "odio".

     La civilización no existiría si no hubiera una cantidad enorme de cooperación, competencia ordenada, civilidad, amistad, afecto y edificación constructiva. Al mismo tiempo, el mundo es uno en el cual existen innumerables enemistades, muchas intensamente sentidas. Es ingenuo pensar, como sugiere mucha ideología actual en su evidente reduccionismo (simplificación), que la mayor parte de ese sentimiento es gratuito, basado en ignorantes estereotipos raciales o étnicos. Más bien, aquél proviene de muchas fuentes.

     Una fuente especialmente significativa son las percepciones incompatibles de ultrajes mutuamente producidos, a veces en lo que parece un "regressus ad infinitum", por un grupo sobre otro. Imagine haber visto usted a su madre, o los brazos de su hermano, cortados por un machete. La rabia contra aquellos que hicieron eso ¿lo abandonaría a usted alguna vez? Vemos las dimensiones de esta rabia cuando recordamos que sólo en el pasado reciente hubo entre 500.000 y 800.000 asesinados en Ruanda, más de un millón y medio en Sudán, 30.000 a 50.000 en Tayikistán, 70.000 a 80.000 en Argelia... y eso sólo da comienzo a la lista.

     Treinta millones de personas se reporta (tardíamente por la televisión pública en Estados Unidos) que fueron privados de comida hasta la muerte por Mao bajo su demencial "Gran Salto Adelante". ¿Es demasiado imaginar que la rabia no se consume dentro de las almas de los sobrevivientes? Somos conscientes de aquella persistente angustia y rabia entre los "sobrevivientes del Holocausto" debido a la dramatización en curso dada a su dolor, pero tenemos que entender que hay cientos de millones de otros en el mundo que sienten cada trozo de una igual rabia.

     Y ello no es sólo rabia por los horrores cometidos. Detrás de aquellos horrores hay ideologías, religiones, mitos, intereses y culturas que están en oposición, todos apoyados por una compleja red de ideas. Lo que tenemos que notar sobre esto es que esas abundantes ideas son la materia misma de la cual están formadas las cuestiones más importantes dentro del discurso humano. Cuando consideramos que las "sociedades abiertas"valoran la "libertad de expresión", lo que deberíamos tener presente muy especialmente es el discurso que trata con las cosas con respecto a las cuales la gente siente más profundamente. El discurso es a menudo sobre cosas que no son, en ningún sentido, triviales. Caracterizar a grandes segmentos de aquel discurso como "discurso de odio" no es sólo militar fuertemente en contra de la "libertad de expresión" sino que es intentar lo imposible, tratar de embalar el agua del océano.

     Es verdadero que la edificación constructiva entre los seres humanos requiere una superación final de la rabia producida por agravios, reales y percibidos, y que la salud mental requiere una gran cantidad de "olvido y perdón". Cualquiera que procure actuar como un pacificador tenderá a asumir la opinión de que los adversarios "deberían sobreponerse a aquello". Pero exigir eso, a menudo es exigir más de lo que los seres humanos son capaces de dar. Y decir que los sentimientos no pueden ser expresados, es algo impertinente casi más allá de lo que se puede creer.

     Una mentalidad que sea tan ingenua en cuanto a las complejidades del mundo que llegara a intentar tal impertinencia, recuerda la mentalidad que produjo el Pacto Kellogg-Briand después de la Primera Guerra Mundial, que proscribió la guerra agresiva. La suposición era que el mundo había alcanzado un estado estable (stasis) en el cual todos estarían de acuerdo, en todo el mundo, con que las fronteras y los regímenes existentes eran justos, a ser cambiados a través de los milenios sólo por mutuo acuerdo. La raíz de esto es probablemente una increíble ignorancia del mundo tal como es, y una arrogante auto-confianza moral que no admite ningún disenso.

     Si las conflictivas enemistades y aspiraciones humanas constituyen, como bien podemos pensar que ellas lo son, un virtual "océano" del cual la prohibición de la "literatura de odio"procura eliminar ciertas especies seleccionadas de peces, debería ser evidente que eso intrínsecamente invoca dobles estándares o, lo que es lo mismo, una "imposición selectiva". Ésa es la materia de la cual están hechos la posterior injusticia, el odio y el abuso político e ideológico.


5. La Categoría de "Discurso de Odio"Es una Invocación Tendenciosa de la Cosmovisión de la Izquierda

     El doctor Timothy Jay, profesor de psicología en el Massachusetts College, respalda el concepto de "discurso de odio", pero nos dice esto sobre sus orígenes: "La idea de discurso de odio se ha desarrollado desde los años '60 y '70. Proviene del movimiento por los derechos civiles, del movimiento de liberación femenina, del movimiento de homosexuales y lesbianas..."(Jay, loc. cit.). Esto muestra claramente el origen de la idea en la Izquierda, en sus diversas combinaciones que defienden a varios grupos "victimizados". Por supuesto, hemos visto que los tabúes inspirados por los izquierdistas van algo más adelante que lo que los ejemplos de Jay pueden sugerir, extendiéndose a cosas tales como el estudio de la inteligencia y la genética, y el estudio del "Holocausto".

     Fue Herbert Marcuse durante los años '60 quien dio lo que es quizá la justificación más extensa para un control izquierdista del discurso. En su ensayo sobre la "Tolerancia Represiva", él argumentó en oposición directa al concepto de John Stuart Mill de un "mercado abierto de ideas". Marcuse dijo que en una sociedad democrática la "tolerancia" de opiniones rivales constituye simplemente un mecanismo manipulador por el cual las masas son tranquilizadas para que duerman. Él pidió una "tolerancia liberadora" que promovería todas las opiniones de la Izquierda y suprimiría toda expresión conservadora. "La tolerancia liberadora", escribió él, "significaría intolerancia contra movimientos de la Derecha, y tolerancia de movimientos de la Izquierda"[11].

[11] Herbert Marcuse, "Repressive Tolerance", en A Critique of Pure Tolerance, Boston, p. 109.

     Si uno considera a la típica persona profesional dentro de lo que Samuel Francis llama la "clase dirigente" de hoy (una persona que intuitivamente no da ningún indicio de que él haga algo aparte de estar totalmente de acuerdo con todo lo que es "políticamente correcto"), es dudoso si aquella persona está específicamente consciente de los razonamientos de Marcuse. Pero es el peso de aquella "clase dirigente", que está de manera predominante sobre toda la opinión en Europa y Estados Unidos (y en los pueblos de origen europeo en otras partes), el que se ha convertido en el "ejecutor" primario de la fórmula de Marcuse. Vivimos en un tiempo de tabúes muy fuertes. Prácticamente no se le deja ningún espacio para respirar a aquellos que disienten de la escala de valores (ethos) prevaleciente.

     Y sin embargo, la percepción "políticamente correcta" de las cosas invierte esto. Ella ve a la predominante cultura de la clase media como el elemento sofocante; no son disidentes no-izquierdistas los que son reprimidos, sino "minorías". Ésta es la "sabiduría convencional"que no toma en cuenta la pesadilla (incubus) ideológica que hoy dicta lo que es y lo que no es una opinión aceptable. En su artículo de 1999 en el William and Mary Bill of Rights Journal, Sionaidh Douglas-Scott ejemplificó esto cuando él escribió que "La clase media estadounidense es grande y firme, mientras que los grupos minoritarios son pequeños en número, y a menudo vulnerables". Más adelante en su artículo, él dijo que "la sociedad debe tratar de asegurar que sus elementos más poderosos, particularmente aquellos que tienen el mayor acceso a los medios de comunicación, no dominen, hagan callar o silencien a las voces más débiles pero posiblemente más verdaderas"[12]. Ésta puede ser una buena prescripción en una teoría carente de contexto, pero, típicamente, él no ve quién está haciendo callar a quién.

[12] Sionaidh Douglas-Scott, op. cit., pp. 317, 336.

     No deberíamos dejar esta sección —acerca de la tendencia izquierdista que está detrás de gran parte del concepto de "discurso de odio"— sin señalar algunos ejemplos de cómo la Izquierda se permite expresar mucho lenguaje insultante, aplicando un doble estándar que desaprueba sólo cierto tipo de "odio"pero disfruta la expresión de otras animosidades, por extremas que sean. En el City Journal publicado por el Instituto Manhattan, Brian Anderson ha escrito que «los insultos más a menudo vienen de la Izquierda: "racista", "homosexofóbico", "sexista"... Se ha convertido en un hábito del argumento político izquierdista-liberal... redefinir los argumentos conservadores predominantes como extremismo e intolerancia» [13].

[13] Citado por Jeff Jacoby en "Hate Speech from the Left", Capitalism Magazine, 26 de Enero de 2001.

     Phil Brennan de NewsMax.comcita ejemplos dados por el periodista de la CBS Bernard Goldberg en el libro de éste "Bias: A CBS Insider Exposes How the Media Distort the News". Un ejemplo habla de "la ultra-izquierdista Nina Totenberg de la PBS" [un canal de televisión estadounidense] hablando sobre el senador conservador estadounidense Jesse Helms: "Si existe una justicia retributiva [el senador Jesse Helms] se contagiará de SIDA tras una transfusión, o uno de sus nietos se contagiará". Otro ejemplo cita el comentario de Julianne Malveaux en el USA Today sobre el conservador juez de la Corte Suprema estadounidense Clarence Thomas: "Espero que su esposa lo alimente con muchos huevos y mantequilla y que él muera pronto, como muchos hombres negros lo hacen, de una enfermedad cardíaca". Y fue la articulista del Los Angeles Times Karen Grigsby Bates, nos dice Goldberg, quien dijo esto sobre el líder de la mayoría Republicana del Senado Trent Lott: "Siempre que escucho hablar a Trent Lott, inmediatamente pienso en sogas decorando árboles. Árboles grandes, con cuerpos negros  balanceándose en el extremo de las sogas" [14].

[14] Phil Brennan, "Goldberg Exposes Fellow Liberals' Hate Speech", NewsMax.com, 3 de Enero de 2002.

     Estos ejemplos son significativos porque ilustran el grado hasta el cual el concepto de "discurso de odio"se presta a dobles estándares ideológicos y políticos. Esto destruye su legitimidad como un concepto objetivo.


6. Otros Problemas Conceptuales en la Idea de "Discurso de Odio"

     La categoría de "discurso de odio" está en un terreno tan inestable que da ocasión a diversos otros problemas conceptuales:

     1. El autor libertario Pierre Lemieux dice que «los canadienses han estado escuchando cada vez más llamadas a usar "leyes de odio" en lingüística o política étnica, por ejemplo, contra las declaraciones anti-Quebequistas de Mordecai Richler». Él señala el rumbo "cuesta abajo" de derechos siempre degradantes, diciendo que el "discurso de odio" será «ampliado pronto para abarcar "delitos" nunca soñados por  sus diseñadores originales». Él señala que la razón subyacente es un rumbo cuesta abajo: «Las "barreras de pergamino"[tales como la garantía constitucional de la libre expresión] son incapaces de detener a los tiranos una vez que la opinión pública no cree en la libertad individual» [15].

[15] Pierre Lemieux, "In Defense of Hate Propaganda (Sort Of)", 1994.

     2. Lemieux señala otro punto sobresaliente: En vez de conducir hacia una civilidad mejorada y a un respeto por los derechos y dignidad de cada uno, como los defensores de las leyes de "discurso de odio" piensan que ellas lo harán, las prohibiciones van en contra de uno de los hechos recurrentes de la Historia, el que "la censura... es uno de los caminos más seguros hacia la victimización, la confrontación política, la intolerancia y la violencia"(Ibid.).

     3. La literatura contiene muchos ejemplos donde el término "discurso de odio"es usado sin ninguna reflexión en absoluto. Esos autores no ven ningún problema en delinearlo en un mundo de intensas enemistades, y ningún problema en el mal uso ideológico del concepto. Ellos simplemente aceptan la categoría de manera literal.

     4. Sionaidh Douglas-Scott cita el argumento de que "la libre expresión, como un medio, a veces debe doblegarse cuando la autonomía y el respeto por la personalidad son mejor apoyados por su restricción, como los juicios alemanes lo ilustran"(Ibid. p. 338). Pero considere lo siguiente en cuanto a un tabú contra el escepticismo del "Holocausto", que es en gran parte con lo que han estado asociados los juicios alemanes: ¿Y si declarar a un cierto conjunto de opiniones como sacrosantas realmente está protegiendo, como sostienen los escépticos, a un constructo propagandístico formado a partir de groseras exageraciones?. ¿No sería eso, en sí mismo, un ataque casi abominable contra la personalidad y la dignidad de millones de personas, a quienes las exageraciones estarían declarando completamente denigradas? Saber a quiénes se ha perjudicado su "personalidad y dignidad" requiere un juicio sobre los méritos del argumento. Pero se hace imposible un juicio objetivo allí donde se permite que sólo un lado del argumento sea escuchado.

     5. La literatura acerca del "discurso de odio"es una fértil fuente de estupideces en una variedad de formas. Considere la declaración aparecida en un artículo en una revista de leyes, de que «la libertad de expresión disfruta del status de ley internacional consuetudinaria y es universalmente protegida como tal» [16]. Uno se sorprende por la ingenuidad de tal observación. Considere, también, el énfasis extrañamente perverso del mismo autor: «Desde la tragedia del 11 de Septiembre en el Centro Mundial de Comercio, un nuevo estigma contra "potenciales terroristas" ha difundido la semilla del odio y la discriminación hacia los musulmanes de Oriente Medio» (Ibid.). ¿Podríamos no pensar que asesinar a 3.000 personas en múltiples ataques terroristas podría provocar algún comentario que vaya en otra dirección, es decir, acerca del "odio" que los terroristas sintieron hacia sus víctimas? La preocupación del autor es puramente selectiva, que saca ventaja de la percepción de "victimización de las minorías"de la sociedad estadounidense.

[16] Negin Salimipour, "Notes and Comments: The Challenge of Regulating Hate and Offensive Speech on the Internet", 8 Southwestern Journal of Law and Trade in the Americas, p. 395 y s.


7. Los Imperativos Intelectuales de una Sociedad Abierta

     Ha habido muchas sociedades "cerradas" o "insulares" durante la Historia humana. Muchas de ellas han tenido mucho con qué contribuír a la riqueza de la experiencia humana. Podemos pensar, por ejemplo, en los valores e instituciones defendidos por Samuel Johnson en el siglo XVIII cuando él vio un mérito en la jerarquía social y en la prohibición de expresiones que podrían subvertir el orden existente. Él esencialmente estaba defendiendo el sistema medieval que estaba acabándose.

     El ideal de una sociedad libre o abierta se diferencia marcadamente del de aquellas culturas más "orgánicas". Para este ideal, la libertad individual es central, y eso incluye la libertad académica y científica. Se piensa que un gran dinamismo, y la satisfacción de mucho que es humano, fluye desde aquella apertura. Es desde esta perspectiva que los científicos estarán indignados por la imposición forzada del Lysenkoísmo [17], aun cuando éste aparezca en una sociedad cerrada. Nuestra revisión de los defectos que existen en la noción de "discurso de odio"ha reflejado aquel punto de vista.

[17] El Lysenkoísmo (de Trofim Lysenko, ya mencionado), es una doctrina biológica que afirma la fundamental influencia que tienen los factores somáticos y medioambientales sobre la herencia genética, doctrina que contradice la genética orotodoxa.

     Al mismo tiempo, sin embargo, incluso una sociedad libre, como un orden social, está basada en diversas condiciones previas y no puede estar "existencialmente abierta", como muchos pensadores libertarios parecen creer que puede ser. Ella requiere un elaborado fundamento de leyes, moral, aculturaciones, instituciones y valores, todos dirigidos hacia el establecimiento y la salvaguardia del ámbito de la libertad personal.

     El resultado es que existe, incluso en una sociedad libre, una tensión entre libertad y orden, a menos, quizá, que ellos sean racionalizados en un sistema general que sea entendido como acomodando a ambos. Éste es un asunto muy delicado, y parece requerir más sutileza y claridad conceptual que lo que la Humanidad suele dar.

     La Corte Suprema de Estados Unidos ha sido una fuente primaria de lo que es llamado la visión "maximalista" de la libre expresión. Uno pensaría que, a la luz del análisis hecho en este artículo, el autor respaldaría totalmente aquella posición maximalista. La dificultad, sin embargo, es que incluso una sociedad libre debe protegerse a sí misma, mientras simultáneamente afirma el ámbito más completo posible de la expresión abierta. Más recientemente, la Corte ha considerado que cualquier regulación del discurso debe ser "neutral en su contenido", y antes de eso, sostuvo que la defensa abstracta de la violencia, e incluso de la revolución, no podía ser prohibida, ya que tal defensa no había llegado al punto de una "incitación" real.

     Yo sugeriría que tales posiciones son apropiadas sólo para una sociedad libre que no enfrenta ninguna amenaza seria contra su existencia. Cuando la decisión del caso Yates en 1957 sostuvo que la pertenencia al Partido Comunista no podía ser hecha ilegal porque el Partido estaba involucrado sólo en la defensa abstractade la revolución, dejó completamente de apreciar el contexto de una Unión Soviética nuclearmente armada y la existencia de un movimiento comunista mundial. Si hubiera habido una guerra mundial, una organización involucrada en una "defensa abstracta"habría estado rápidamente disponible para mucho más que un discurso abstracto. La distancia entre defensa y acción debe ser medida con discernimiento, considerando de una manera realista los imperativos de la sociedad. Bajo otras circunstancias, más benignas, la "defensa abstracta"bien puede ser protegida sin peligro. La "neutralidad de contenido"del mismo modo no debería ser un absoluto atemporal, sino que debe ser considerada en el contexto de las circunstancias.

     La dificultad es que cualquier cosa salvo un maximalismo ingenuo abre la sociedad hasta la clase de farsa en la cual Canadá está involucrada: una garantía constitucional de la libertad de expresión, pero con excepciones que son aplicadas en una forma que milita incluso en contra de la investigación académica seria.

     El asunto no está sujeto a una fácil resolución, ya que un equilibrio maduro y sensible parece muy esquivo. Una cosa es segura: no vendrá una resolución apropiada a menos que la escoria del auto-engaño ideológico y conceptual sea removida. Ésa ha sido una aspiración de este artículo. Adicionalmente, debe haber una apreciación totalmente consciente del valor del discurso abierto, y especialmente del conocimiento académico honesto. Estamos bastante distantes de tal apreciación hoy en el mundo.–



John L. Lash - Acerca de los Arcontes

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    En la Edición Especial Nº 17 (Septiembre de 2011) de la revista New Dawn(newdawnmagazine.com) fue publicado el siguiente artículo del mitólogo estadounidense John Lash (Trickster Pack: At the End of Deception. A Gnostic View of Disclosure) que ofrecemos aquí en castellano, donde su autor realiza una pequeña síntesis de los diversos temas de que se ocupa, esta vez con un acento en los engañadores seres parásitos que los antiguos gnósticos calificaron como Arcontes. John Lamb Lash (1945), dice allí, es un exponente principal del poder del mito para dirigir la experiencia individual y conducir los acontecimientos históricos en el largo plazo. Su sitio (metahistory.org) es una investigación del sentido contemporáneo de los mitos y creencias de la Humanidad. Él ha escrito varios libros, entre los que se incluyen "The Seeker’s Handbook" (1991), "Twins and the Double" (1993), "The Hero. Manhood and Power" (1995), "Quest for the Zodiac" (1999) y "Not in His Image: Gnostic Vision, Sacred Ecology, and the Future of Belief" (2006).


Paquete Tramposo: Al Final del Engaño.
Una Visión Gnóstica de Revelación
por John Lamb Lash
Septiembre de 2011



     En un texto de la colección de Nag Hammadi descubierta en Egipto en Diciembre de 1945 [El Primer Apocalipsis de Santiago], un maestro anónimo [el Señor] declara a su alumno [Iakobos, Santiago el Justo]: "He aquí, te revelaré el camino de liberación. Comoquiera que seas capturado [en el alma] y experimentes un miedo mortal, una armada multitud [de arcontes]puede volverse hacia ti, pensando que ellos pueden prenderte. Y en particular, tres de ellos te atraparán, aquellos que están allí como recaudadores de peaje. Ellos no sólo exigen el impuesto sino que se apropian de las almas mediante el robo" (Biblioteca de Nag Hammadi, The (First) Apocalypse of James, Códice V).

     Considere la información contenida en este breve párrafo: la certeza de una confrontación sobrenatural, el miedo mortal que eso inspira, la amenaza de ser capturado o tomado rehén, el gran número de depredadores, su hábito de aparecer en número de tres, la demanda de tributo o peaje, y la acción del rapto ("se apropian de las almas mediante el robo"). Y los intrusos son incluso llamados derechamente Arcontes.

     El Primer Apocalipsis de Santiago, probablemente puesto por escrito alrededor del año 300 d.C., presenta una vislumbre de la "enseñanza superior" de las Escuelas de Misterio, es decir, la educación acerca de lo sobrenatural, lo paranormal, la parapsicología y las ciencias intelectuales.

     Los fundadores y los líderes de aquellas escuelas eran antiguos videntes llamados Gnostikoi, "aquellos que conocen los asuntos divinos". Los gnósticos eran los enemigos mortales de los primeros conversos e ideólogos cristianos, como Ireneo, que establecieron el canon de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento. Para que el cristianismo subiera al poder y se mezclara con el Imperio romano como una religión estatal con una agenda de un totalitario control de la mente, sus defensores tuvieron que eliminar la competencia. Los gnósticos amenazaban la agenda salvacionista debido a algo que ellos sabían, o afirmaban saber, acerca de los orígenes de aquélla.

     Los investigadores del Gnosticismo no preguntan por qué la amenaza representada por los adeptos de los Misterios era tan grande y grave que se requirieron siglos de asesinato, persecución y genocidio intelectual para ser eliminada. Por el contrario, ellos rutinariamente presuponen que las sectas gnósticas eran tempranas e inofensivas variaciones del cristianismo primitivo. Ellos consideran las escrituras encontradas en los Códices de Nag Hammadi como partes descartadas del material cristiano. Entonces, siendo eso así, ¿por qué el mensaje gnóstico simplemente no coexistió y se mezcló con las escrituras que llegarían a convertirse en canónicas para la fe judeo-cristiana?; ¿por qué ellos tuvieron que ser extirpados, en su raíz y sus ramas?.

     La amenaza planteada para la ideología cristiana por el mensaje gnóstico era muy grande, en efecto. Y todavía lo es. En primer lugar, los gnósticos afirmaron que el paternal dios padre de judíos y cristianos por igual, Yahvé-Jehová, era en realidad uno de los Arcontes. Un intruso alienígena, un extraterrestre hostil. Y además, ellos insistieron en que ese simulador alienígena era demente y que trabajaba contra la Humanidad. Huelga decir que esa proposición era extremadamente alarmante para los devotos de la fe Abrahámica. Desde el descubrimiento del material gnóstico en Egipto en 1945, aquella alarma de nuevo está sonando a través de la tierra.


La Visión Sofiánica

     El extenso entrenamiento intelectual y parapsicológico, emprendido en equipos (células) y mantenido durante generaciones, permitió que los adeptos de los Misterios pre-cristianos detectaran a los extraterrestres predadores, discernieran su origen y hábitat, identificaran sus formas, y desenmascararan sus motivos y métodos, así como saber cómo resistirlos. Eso en sí mismo fue un logro inmenso en la detección psíquica.

     Pero por todo su alcance y delicadeza en asuntos sobrenaturales, los Gnostikoi eran también observadores agudos del mundo social. Ellos tenían una rigurosa visión desconstructiva de la Historia y de los sistemas de creencias que impulsan el comportamiento humano.

     "Los adeptos paganos de los Misterios en el Levante y Egipto vieron en la agenda salvacionista de la religión Abrahámica tanto la evidencia como el instrumento de la desviación arcóntica" (Not in His Image, de John L. Lash). La evidencia yel instrumento.

     En otras palabras, ellos vieron en la ideología religiosa de la creación, elección, mesianismo, expiación, justa retribución, etc., exclusivamente masculina, la evidencia de la aberrante intrusión en la mente humana, y ellos identificaron aquella ideología como el instrumento mismo de la fuerza intrusora, los Arcontes.

     Este análisis es extremadamente cercano a la noción de "instalación foránea", atribuída por Carlos Castaneda a intrusos alienígenas llamados "voladores" [en su libro "El Lado Activo del Infinito"]. De manera interesante, el nombre arameo-hebreo Ialdabaoth, asignado por los gnósticos al jefe supremo Arconte, puede significar "aquel que vuela o revolotea en el espacio".

     Los maestros gnósticos en los Misterios eran devotos de la diosa llamada Sofía, "sabiduría" en griego. Ellos eran profundamente versados en los designios y los propósitos de ese poder divino gracias a su método de la mathesis, la instrucción por la Luz, es decir, el resplandor viviente primordial de la diosa misma. Los gnósticos tuvieron acceso a la fuente de la vida y el conocimiento en este planeta, ya que Sofía, aunque originalmente una diosa del centro galáctico, se había metamorfoseado en el cuerpo material de nuestro planeta. Así dice el mito gnóstico del origen. Antes de su conversión en la materialidad, el eón Sofía (como a ella se la conocía honoríficamente) había diseñado el genoma humano entre la compañía de dioses en el núcleo galáctico, el Pleroma ("completitud, plenitud").

     En la instrucción sagrada de los Misterios, Sofía es tanto la fuente de la Humanidad pre-terrestre, nuestro divino progenitor, como el escenario en el cual la vida humana se despliega, este hábitat planetario. La biografía de ella, el mito Sofiánico del origen, es la historia que guía a nuestra especie en su curso apropiado de experiencia. Los maestros iluminados en los Misterios enseñaron la fuente, el escenario y la historia. Los escritores antiguos afirman que todos los Misterios estaban dedicados a la Magna Mater, la Gran Madre, es decir, Sofía encarnada en la Tierra. Hoy un nombre apropiado para la diosa de la sabiduría sería Gaia-Sofía.


Error, No Mal

     La historia de la visión Sofiánica de los Misterios paganos es la biografía cósmica de Gaia-Sofía, la sabiduría divina encarnada en la Tierra. Extraordinariamente, ese escenario no sólo cuenta el origen de la Humanidad en el centro galáctico, sino también el origen de la especie de los alienígenas predadores llamados Arcontes, quienes de cierto modo ponen en peligro la aventura humana.

     Los gnósticos vieron la amenaza actuando a lo largo de dos trayectorias: por una intrusión psíquica o parasitismo mental, y por creencias aberrantes y demenciales enmarcadas en una ideología religiosa, como la creación realizada por un dios padre de fuera del planeta, el pueblo elegido, las expectativas mesiánicas, el valor redentor del sufrimiento, el apocalipsis, y la divina retribución. En efecto, ellos atribuyen tales creencias a una especie de canalización desde los Arcontes.

     En la visión gnóstica, la invasión de nuestro mundo por extraterrestres hostiles ha estado en marcha durante milenios, mediante la intrusión de un modo de pensar alienígena en la conciencia humana, más bien que una invasión física con platillos voladores y rayos de la muerte de tipo Flash Gordon. Ningún tal acontecimiento fue previsto por los gnósticos, ya que los Arcontes son incapaces de vivir en el hábitat terrestre. Sin embargo, ellos harían que nosotros destruyéramos nuestro planeta hogar de pura envidia contra nosotros, advirtieron los gnósticos.

     Varios textos en la Biblioteca de Nag Hammadi advierten explícitamente que los Arcontes envidian a la Humanidad por las cualidades de libertad y amor, para no mencionar el ingenio y la imaginación, de todo lo cual ellos carecen. Esos textos declaran que los envidiosos extraterrestres actúan mediante el engaño y son expertos en la simulación (HAL, en copto), pero básicamente no tienen ninguna agenda o plan maestro excepto interrumpir y confundir. Su plan es la "insensatez", un juego sin sentido de "temor y esclavitud" (cf. El Segundo Tratado del Gran Seth) al cual la gente sucumbe debido al egoísmo. Detestando la inocencia y la brillantez de la especie humana, ellos se deleitan en el engaño y la confusión por puro gusto de provocarlos, ellos, despojadores cósmicos, estafadores inclinados al absurdo. Nuestra confusión realmente los entretiene, y ellos se alimentan de manera indirecta de nuestro miedo.

     Es importante enfatizar que los gnósticos no consideraron que los Arcontes fueran malos en cuanto tales. La autonomía del mal y proposiciones similares son ajenas al modo gnóstico de pensar. Los gnósticos eran la crema de la intelectualidad pagana. Los paganos esencialmente no veían el mal en el cosmos, pero ellos comprendieron el riesgo de la desviación de la armonía cósmica. Los gnósticos refutaron el concepto de un mal cósmico o "satánico" que trabaja contra la Humanidad. En su opinión, nadie puede pecar, pero todos podemos cometer errores. Y los errores pueden ser corregidos. Incluso el error de los Arcontes puede ser corregido.


     Las enseñanzas de los Misterios no son portadoras de predicciones apocalípticas sino que el argumento del mito Sofiánico contiene un acontecimiento clave llamado la "corrección" (en griego, diorthosis), que indica un momento decisivo en la aventura humana cuando nosotros como especie llegamos a un acuerdo de manera definitiva con el problema de los Arcontes, la presencia alienígena en la Tierra. Resolveríamos y corregiríamos aquel problema alcanzando una conexión interactiva con la diosa de la sabiduría.

     Las indicaciones señalan a aquel momento siendo ahora, ahora mismo. El factor decisivo de dicho acontecimiento no sería la Revelación, ya que se ha conocido que los alienígenas están al acecho alrededor del mundo humano desde tiempo inmemorial, incluyendo a muchas clases benévolas. ¿Debemos suponer que hay sólo un tipo alienígena predador, identificado por aquellos videntes antiguos? Bien, uno es todo lo que se requiere. Y si hubiera más de un malévolo intruso, y no podemos ver claramente siquiera uno, estaríamos realmente en problemas, ¿verdad?.

     ¿Y si, en el momento de la corrección, la Humanidad consigue la liberación de la ilusión de los Arcontes, derrotando la aberrante estrategia que les da una ventaja en nuestras mentes? La continuación de la detección psíquica gnóstica sería entonces la liberación de la influencia arcóntica, más bien que la revelación de su presencia en alguna función oficial.


Planeta Prisión

     La "instalación foránea"o implantación arcóntica también puede ser considerada como una matriz ilusoria, un falso paradigma. Según una definición amplia, una matriz es cualquier escenario o hábitat: el mundo natural es la matriz de todas las criaturas terrestres. Vuestro hogar es la matriz de vuestra vida doméstica. Vuestra vida del alma es la matriz de vuestra sensibilidad, estética, y ética. Pero una matriz también puede ser un constructo de origen antinatural o inorgánico, como un laberinto o una casa de espejos, como una burocracia o una agencia del gobierno, un sistema impersonal kafkiano. Los videntes gnósticos vieron el peligro de que los humanos fuéramos atrapados en tales sistemas, hasta el punto de hacernos desalmados y perder nuestra humanidad.

     En la cita inicial de este artículo, el maestro gnóstico dice que los Arcontes actúan como encargados de peaje, o porteros. Esa alusión es consecuente con la enseñanza de los Misterios acerca de las "esferas planetarias", concebidas como un laberinto de capas colindantes definidas por las órbitas de los planetas en nuestro Sistema Solar. Ese paradigma, que se ha filtrado desde los Misterios y que nunca ha sido extensamente comentado en el mundo en general en la Antigüedad, compara el Sistema Solar a un juego computacional de múltiples niveles habitado y vigilado por ciertas criaturas (trolls) que prohíben el paso a través del laberinto, a menos que se les proporcionen contraseñas, peajes o señales.

     En la interpretación cínica o fatalista, las "esferas planetarias" pueden ser visualizadas como un enorme sistema de penitenciaría donde las almas humanas están capturadas. El malentendido de este concepto iniciatorio por parte de aquellos que están fuera de los Misterios condujo a la suposición de que esta Tierra es un mundo del infierno donde el alma humana está encarcelada. Esa antigua enseñanza es el origen de la idea (meme) del "planeta prisión", un golpe del genio pagano, pre-cristiano y anti-cristiano. Note aquel punto, señor Alex Jones.

     Los gnósticos no vieron el paradigma de penitenciaría (que ellos originaron) en aquel sentido. Ellos lo vieron como un laberinto de error e ilusión, no como un instrumento diabólico de castigo. Detrás de su visión había una sofisticada cosmología que resulta ser compatible en muchos respectos con la moderna Teoría de Gaia. En la cosmología gnóstica, la Tierra no pertenece propiamente a los mecanismos de relojería celestes del Sistema Solar, sino que simplemente está capturada en él: un planeta orgánico capturado en un sistema inorgánico. Como Sofía impregna completamente la vida en la Tierra, y como ella misma es el terreno en el cual estamos y el aire que respiramos, este planeta es diferente del resto del Sistema Solar. Está vivo, es consciente, es sensible, y nutre la vida orgánica, mientras que los otros planetas como Marte y Júpiter son mundos inorgánicos convenientes como hábitats para entidades inorgánicas o cyborgs tales como los Arcontes.

     Además, los videntes gnósticos afirmaron que los parásitos alienígenas de la mente que se inmiscuyen entre la especie humana tuvieron su origen junto con el Sistema Solar antes de que la propia Tierra surgiera, es decir, antes de que la diosa galáctica Sofía se transformara en su cuerpo terrestre. El término "arconte" viene de la raíz griega archai, "previo, anterior, al principio". La horda de Arcontes surgió en una región de los brazos espirales galácticos antes de la formación de la Tierra. Aquella región era una especie de zona de fractura producida por el impacto de la luminosidad plásmica de Sofía cuando ella se zambulló desde el núcleo galáctico (Pleroma) hacia la materialidad relativamente densa de los brazos espirales (kenoma). Sofía permitió que los Arcontes establecieran un hábitat para ellos mismos en aquella zona, llamada el stereoma. Aquél era una simulación de realidad virtualde la región plerómica de animaciones fractales, el reino de los dioses galácticos en el núcleo, los Eones; pero se trataba de una imitación mecánica, sin vida. Los Arcontes no pueden crear sino sólo imitar. Ellos no produjeron el stereoma de mecanismos de relojería celestes a partir de su propia inteligencia e intención: ellos simplemente actuaron en una manera parecida a un zángano, ejecutando el diseño prestado a sus mentes por el Eón Sofía.

     De este modo, antes del momento en la evolución cósmica en que la Tierra apareció y la vida humana emergió en este planeta, el stereoma de los Arcontes ya estaba construído, en plena actividad. Sofía produjo la Luna para poner un límite a las actividades de ellos, estableciendo así un régimen mecánico aparentemente artificial de momentos y medidas (cf. Apocrifón de Juan. Note: Que la Luna sea más antigua que la Tierra es una hipótesis reciente apoyada por bastantes pruebas convincentes, y algunas sólidas inferencias). El cielo arcóntico comprende nuestro Sistema Solar, exclusivo de la Tierra, la Luna y el Sol, los cuales forman una dinámica de tres cuerpos de propiedades autónomas y cooperativas, como lo confirma la Teoría de Gaia. Tal es la asombrosa aseveración de la astrofísica gnóstica.

     La historia de la visión Sofiánica presenta una interpretación completa y coherente del origen del mundo y del origen humano, de la cosmogénesis y la antropogénesis. Esto nos dice que el diseño genómico humano (anthropos) fue diseñado en el núcleo galáctico, pero los Arcontes surgieron en los brazos espirales debido a un acontecimiento anormal, antes de que aquella variedad humana tuviera el tiempo de ser sembrada en un planeta y surgir.

     "El sistema del mundo en que habitamos fue suscitado debido a un error (anomou), una anomalía" (cf. Evangelio de Felipe). Ésta es quizá la frase concisa más famosa de la recopilación de Nag Hammadi. Un comentario sensacional, por no decir más. Y total y precisamente exacto en términos cosmológicos. La anomalía fue la zambullida de Sofía desde el núcleo plerómico, produciendo una zona de fractura donde Arcontes cyborgs parecidos a langostas surgieron por generación espontánea, exactamente como es mostrado en la abiogénesis de insectos ácaros realizada por Andrew Crosse en 1837, reportada a la Royal Society, y replicada por Michael Faraday.

     Sofía provee a los Arcontes de un mundo virtual de tipo Disney para habitar, pero como dice un texto del corpus de Nag Hammadi, el jefe supremo arconte, Ialdabaoth, "debido al poder de la luminosidad que él poseía de la luz de Sofía [que la diosa prestó a su  mente], él se llamó a sí mismo [el único] dios, y no obedeció el lugar del cual él provino" (cf. Apocrifón de Juan).

     El demente jefe supremo alienígena asume una forma reptiliana (en griego, drakon) y lleva puesta la máscara de una cabeza de león, representando la usurpación de autoridad y su preferencia por trabajar por medio de linajes de la realeza, dinásticos, de líneas de sangre. Él arrogantemente asume que él es el Ser Supremo y haría que otros supusieran lo mismo. Él no respeta límites e intenta invadir el mundo humano, un objetivo absurdo, condenado a fracasar. Sin embargo, él puede acosar y confundir a la especie humana hasta el punto en que ésta pierde el contacto con Sofía y con los dioses plerómicos, destruye su propio hábitat, y se convierte en una horda de zombies irracionales.

     Éste es el peligro último de la invasión extraterrestre en términos gnósticos. Hay muchas pruebas de que hoy estamos en el umbral final de aquel drama de absurdo y alienación.


Control Espiritual

     Cuando comencé a escribir "Not in His Image"alrededor de 1996, me sumergí profundamente en la investigación del fenómeno ET/OVNI. En total revisé aproximadamente 150 libros. Hable con muchas personas que habían visto máquinas voladoras o que habían sido abducidas. También usé como fuente mis propios encuentros con los "voladores" de Castaneda durante muchos años. Entre todos los investigadores del enigma alienígena, encontré en Jacques Vallée un diagnóstico y una visión desconstructivos cercanamente compatibles con las fuentes gnósticas.

     Vallée y su mentor, Allen Hynek, ambos inicialmente consideraron que el fenómeno ET/OVNI era benévolo. Pero después concluyeron que no lo era. Yo concuerdo totalmente. El análisis sofisticado y en profundidad de Vallée coincide con el de otra mente excepcional en ese campo, John Keel, quien ve a los extraterrestres como engañadores, pero no como embaucadores dispuestos a jugar con nosotros en una manera amable e instructiva. Vallée y Keel observan que la especulación sobre ETs y OVNIs tiende a desarrollar dimensiones religiosas, algo claramente visto en el celo mesiánico de Steven Greer, líder del Disclosure Project. Un gnóstico que viviera hoy comentaría quizás: "Sí, pero ya tenemos una religión extraterrestre en la Tierra: el judeo-cristianismo, un invento creado por un monstruo reptiliano".

     Mis estudios están resumidos en el artículo "Nueve Teorías sobre el Contacto Extraterrestre"[1]. Entre aquéllas están la teoría de Zacarías Sitchin, que se dice que fue tomada de las tablillas cuneiformes sumerias (aunque las traducciones de Sitchin sean muy dudosas), la de los antiguos astronautas de Erich von Däniken, y la ovnilogía bíblica que afirma que las visitaciones divinas en la Bibliason informes de encuentros con alienígenas. Esta tercera hipótesis sería positivamente destruída por la desconstrucción gnóstica, que muestra que los ángeles son en efecto extraterrestres, probablemente Arcontes difrazados, pero no hay ningún plan divino actuando a través de ellos, y que el dios que los envía definitivamente no está de nuestro lado. El "Rapto" de que hablan los evangélicos es una absurda telenovela de un rescate llevado a cabo por Arcontes.


     En cuanto al escenario de una especie esclava que plantea Sitchin, ahora extensamente adoptado e irreflexivamente repetido por muchas personas, es frontalmente refutado por diversos textos gnósticos que describen cómo los Arcontes quisieron violar a Eva y plantar su semilla en ella, pero fracasaron (cf. La Hipóstasis de los Arcontes[2]). Eso en cuanto a la ilusión de incesto del programa alienígena de mezcla de especies. Los Arcontes no pueden manejar el genoma humano. La afirmación de que ellos pueden hacerlo es una mentira arcóntica. Sin embargo, con sus intensos poderes de simulación, los Arcontes pueden inducir a los humanos a experiencias realistas de lo que ellos simulan estar haciendo. Sin una base de comparación con la realidad, basada en la sabiduría de la Tierra misma, puede ser imposible detectar y desenmarañar tales estafas de realidad virtual.




     Quienes entraban en los Misterios aprendían que nosotros en la Tierra vivimos en el paraíso terrestre del cuerpo de la diosa de la sabiduría, apoyados por la Luna y el Sol, un sistema edénico de tres cuerpos (cf. Protennoia Trimórfica). Pero al mismo tiempo, este sistema ha sido capturado en el stereoma planetario, haciéndonos sujetos a ciertas propiedades de la física inorgánica y arcóntica, y cegándonos mentalmente a la presencia divina en nuestro mundo. Esta situación recuerda la metáfora de un holograma de dos fuentes propuesta por Philip K. Dick, quien estaba profundamente versado en las escrituras gnósticas. En efecto, el tema arcóntico de la simulación (HAL) predomina en sus novelas.

     Despertar a esta situación implica una solución dual (diorthosis): un retorno a la tierra de nuestro ser, la diosa que originó nuestra especie en el núcleo galáctico, y una liberación del laberinto arcóntico, la matriz de engaño, fraudulencia, ocultación, secretismo y desoladora simulación. Aunque los Arcontes puedan inspirar aquel laberinto insinuando su modo de pensar en el nuestro, son el egotismo, la avaricia y el miedo humanos los que lo mantienen en plena marcha. Nosotros somos nuestros propios peores enemigos, ya que los Arcontes sólo pueden ayudar a derrotarnos a nosotros mismos. Los Arcontes son simplemente un pretexto fantasma para nuestra traición de nuestro propio potencial divino. Pasada por alto, su influencia exagera nuestros errores más allá de la escala de corrección. Tal es el mensaje gnóstico acerca de la presencia alienígena en este mundo.

     Deliberadamente he cargado este artículo con material gnóstico antes de llegar al tema específico de la Revelación, entendida como el anuncio formal de una presencia extraterrestre realizado por gobiernos del mundo. Comprendo que el material gnóstico es enorme y puede ser en gran parte nuevo para algunos lectores. Pero teniendo una posibilidad de revisar en general este material, usted puede darse cuenta de cuánto debate e investigación del fenómeno ET/OVNI son llevados a cabo con total ignorancia de las mencionadas visiones y percepciones, con una total desconsideración de lo que puede ser la información más importante que tenemos para leer y repeler la presencia alienígena.

     La palabra "arconte"también significa "gobernante, autoridad". Si la Revelación significa la admisión pública por parte de autoridades de una presencia alienígena y extraterrestre, entonces aquello no puede ser sino otra estratagema de engaño arcóntico. De todos modos, ¿quién creería algo de lo que las autoridades o jefes gubernamentales dicen a estas alturas en el juego mundial? Si algo ha de ser corregido ahora mismo, eso debería ser la confianza ciega en lo que las autoridades dicen, la absurda credulidad de la especie humana.

     Sin duda, las autoridades anunciarían dicha presencia, pero ocultarían posteriores detalles por un asunto de seguridad global. "Estamos en negociaciones", dice Obama con una cara inexpresiva. Bien, no es difícil ponerle un nombre al juego. Si los extraterrestres que están en contacto con autoridades mundiales son benévolos, no hay nada que ocultar. Si ellos son malévolos, ellos pueden desatar el infierno sobre el planeta junto con los psicópatas federales y militares que están coludidos con ellos, junto con los zánganos burocráticos y las prostitutas de los medios de comunicación que mantienen sus farsas enfermizas en pleno funcionamiento.

     En la correcciónde Sofía viene la continuación de la denuncia gnóstica de los Arcontes: el tiempo para ir tras ese grupo y removerlos. Según la historia de la visión Sofiánica, el poder de hacer aquello viene de la diosa de la sabiduría, la madre animal planetaria, como el rescate de última hora que llega de la diosa Ey'wa del planeta Pandora en la película Avatar [3]. Después de todo, ELLA fue la que puso a la Humanidad en riesgo, al producir inadvertidamente y sin intención a la horda arcóntica de zánganos neonatos con su jefe supremo reptiliano, Ialdabaoth, ya que, en primer lugar, si no hubiera sido por la precipitada zambullida de Sofía desde el núcleo galáctico, esos pestíferos intrusos no habrían amenazado nunca nuestro mundo.


     Así dice la historia. ¿Sólo una historia? Bueno, tal vez. Pero qué historia que es. Y considere cómo puede ser representada y puesta a prueba... Pudiera ser que seguir hasta el final la trama de la historia de la visión gnóstica pueda conducir a la derrota frontal de los Arcontes y sus accesorios humanos, la gente arcontificada. El mito Sofiánico tiene un final abierto y ciertamente apunta a aquella oportunidad, el momento para lo cual es ahora mismo. La liberación desde el error y la ilusión de la matriz arcóntica es la mejor opción para nuestra especie, pero la Revelación está obligada a ser sólo otra estafa. Muchas personas ya están alertadas de ese engaño: por ejemplo, considere la generalizada precaución que las autoridades deben tomar para escenificar una invasión alienígena de falsa bandera, la Operación Blue Beam.

     Cualquiera sea el caso, la advertencia de Vallée de que el fenómeno ET/OVNI funciona como un "programa de control espiritual", y la aseveración de Castaneda de que los "voladores" son el modo en que el universo nos pone a prueba, ambas coinciden maravillosamente con la desconstrucción gnóstica del error cósmico en nuestras mentes. El potencial humano viene en un paquete tramposo. Es como si el premio o sorpresa que viene dentro de la caja de Cracker Jack [una marca de "alimentos" de entretención] fuera un artificio que engaña vuestra mente. Coma el maíz tostado, observe atentamente el espectáculo, entreténgase y aprenda, mantenga la libertad y el amor en un lugar destacado en su mente, y no sea engañado por las chucherías baratas que están en la caja.–





Julio Caro Baroja - Cristianismo, Paganismo y Hechicería

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     Del libro del erudito antropólogo, historiador y escritor español Julio Caro Baroja (1914-1995) "Las Brujas y Su Mundo", publicado en Madrid en 1961, presentamos aquí su capítulo tercero (Cristianismo, Paganismo y Hechicería), donde revisa ciertos hechos de los primeros tiempos del cristianismo que tuvieron relación con la práctica de las artes mágicas, lo mismo en los países escandinavos y eslavos, en especial lo tocante a la hechicería femenina, y algunas legislaciones relativas a dicho asunto durante la temprana Edad Media en Europa.


CRISTIANISMO, PAGANISMO Y HECHICERÍA
por Julio Caro Baroja, 1961




1. EL CRISTIANISMO ANTE LA MAGIA ANTIGUA Y EL PAGANISMO

     Con el triunfo del cristianismo los sistemas de creencias existentes con anterioridad en Europa hubieron de sufrir una reinterpretación, como es lógico. En primer término al condenar, como tuvo que condenar, toda creencia pagana, la nueva religión, por vía de sus autoridades, procedió de modo parecido a como antes había procedido el paganismo con las creencias cristianas: las alteró algo, para convertirlas mejor en pura representación del mal.

     Los paganos habían dicho, con falsedad, que los cristianos adoraban una cabeza de asno, que mataban niños y que cometían otros muchos actos nefandos en sus reuniones [1]. Los cristianos pudieron acusar a los paganos de modo más directo, profundo y veraz poniendo de relieve la insensatez de algunos de sus mitos y ritos según lo que una moral filosófica podía dictar, ya en la Antigüedad, contra su obscenidad, su brutalidad y su aire grotesco. Autores como Arnobio y Lactancio aprovecharon bien el filón [2] que sofistas como Luciano habían utilizado, con otros fines.

[1] Tertuliano, Apol., 7, 9, 16, etc.
[2] Así puede darse el caso de que en antiguas colecciones de textos obscenos se aprovechen algunos de Arnobio acerca de escandalosas aventuras de los dioses o sobre ritos impúdicos.

     Así, sin atender a grados ni matices, los antiguos dioses se vieron asimilados a los demonios, ni más ni menos, o al Diablo, abstrayendo y unificando más los conceptos. Lo que podía haber de pío, de moral, de decoroso dentro de los cultos domésticos y públicos griegos y romanos, no fue tenido en cuenta. Y sólo en épocas recientes en las que el ateísmo es el mayor enemigo de la gente de la Iglesia, se ha vuelto a poner de relieve por algunos miembros de la Iglesia misma aquella piedad antigua, por no decir pagana, que trasciende en muchos textos de escritores clásicos. «¿Quiénes no tienen que ganar con los cristianos? Los alcahuetes y otros agentes de la lujuria, los asesinos sicarios, los envenenadores, los magos, los arúspices, los adivinos (arioli) y los que se dan a la Astrología (mathematici. Esto decía Tertuliano en su apología famosa [3], mucho antes del triunfo. No proclamaba de modo tan claro que la religión suya procuraría también desterrar a las demás, equiparando al pagano o gentil con las personas dadas a aquellas artes y acciones punibles según la misma moral pagana.

[3] Tertuliano, Apol., 43.

     Hoy vemos la lucha terminada y desde muy lejos. Es difícil que nos imaginemos con exactitud la situación antes del final y de cerca. La fuerza dialéctica de la Historia concluída, escrita, juzgada, nos domina. Pero es posible que la radical diferencia que establecemos entre Cristianismo y Paganismo nos impida destacar los valores más profundos del Paganismo, del mismo modo como el triunfo de la Filosofía socrática alteró durante mucho tiempo la visión que se tuvo de los sistemas anteriores, y acaso aún hoy (pese a varios esfuerzos) influye para que no resulten tan valorados como debieran serlo.

     Parece, sin embargo, que en las primeras luchas entre Emperadorespaganos y Emperadores con simpatía hacia el cristianismo se procuraba averiguar simplemente cuál de los dos sistemas era el más eficaz o poderoso como auxiliar de las armas mismas. Y cuando Constantino se vio premiado con la victoria, pensó simplemente que era necesario dar satisfacción al dios que se la había dado, al menos en parte. Sus sucesores no se contentaron con eso: poco a poco proscribieron al Paganismo en sí. Pero al lado de él proscribieron también creencias y prácticas que los mismos paganos habían considerado punibles y que estaban castigadas en sus leyes.

     Una nueva concepción del Derecho hizo que éste se cargara de un carácter religioso que acaso no había tenido inmediatamente antes. Al Derecho particular de la «polis»griega o la ciudad romana, Derecho empírico o pragmático como el que más, sucede el Derecho de los creyentes, de los fieles frente a los que no lo son. A la idea de la moral pública, de la moral de la «polis», se opone la idea de la moral de la comunidad religiosa. El cambio es enorme desde todos los puntos de vista; aunque hay que advertir que, una vez producido, las doctrinas jurídicas y las doctrinas teológicas tienen un desarrollo independiente hasta cierto punto.


2. LA DOCTRINA JURÍDICA Y LA DOCTRINA TEOLÓGICA

     Así, en la legislación cristiana del Imperio, a la par que se condenaba el culto ya llamado idolátrico, se condenaba también mediante varias leyes la práctica de casi todos los aspectos de la Magia. Algunas de esas leyes son acaso más severas (aunque no más explícitas) que las de otras épocas. La «interpretatio» de la ley 3 del título 16 del libro IX del «Código Teodosiano» dice, por ejemplo: «Malefici vel incantatores vel inmissores tempestatum vel hi, qui per invocationem daemonum mentes hominum turbant, omni poenarum genere puniantur». Y entre otras leyes que contiene aquel código, y que corresponden a distintas fechas del siglo IV, hay una por la que se condena con pena capital a los que celebraran sacrificios nocturnos en honor de los demonios o invocaran a éstos [4]. Las leyes del libro IX, título 18, del «Codex Iustinianus» y de otras colecciones legales antiguas reflejan el mismo espíritu.

[4] Cod. Theod., IX, 16, 7. El título 16 agrupa doce leyes sobre maléficos matemáticos y otras personas semejantes.

     Pero tan interesante o más que precisar el alcance de esas disposiciones, que han sido objeto de estudios y comentarios muy nutridos, es explorar el ánimo de las personas de mayor autoridad en aquellos tiempos, es decir, los padres de la Iglesia, examinando lo que nos dicen acerca de la Magia y Hechicería, y más concretamente sobre ciertos aspectos de éstas. Los textos reunidos muchas veces ya acerca de la Magia, según las autoridades cristianas primitivas, demuestran que la creencia en ella era general.

     La Astrología, la Adivinación, los maleficios y ligaturas, la llamada Mathematica, la Necromancia, la fabricación de filtros y filacterias, la creencia en el poder de los sortilegios, etc., constituyen las «artes» mágicas como en tiempos anteriores. Pero al tratarse en particular de las acciones de las hechiceras, tal y como las habían expuesto Apuleyo y otros, nos encontramos con que hay un intento teológico de interpretarlas en forma no realen absoluto, y ese intento —memorable por muchas razones— es nada menos que de Agustín, que habla de acuerdo con experiencias muy directas y personales.

     «Cuando estábamos en Italia—indica él en un pasaje famoso de "De Civitate Dei"oímos hablar de ciertas mujeres, mesoneras de profesión, que imbuídas de aquellas malas artes, dando de comer queso a los viajeros que querían, luego los convertían en jumentos, que servían para transportes» [5]. Es decir, que la historia narrada por Luciano y Apuleyo (al que Agustín hace alusión poco después) se daba como factible en los siglos IV y V.

[5] Agustín, De Civ. Dei, XVIII, 18.

     Pero Agustín se muestra, sin embargo, muy dubitativo, en unas consideraciones que siguen a lo narrado, acerca de la posibilidad física de tales metamorfosis. Cree que, en realidad, el demonio sume a los hombres que dicen haberlas experimentado en una situación especial de ensueño imaginativo, durante la cual se dan como vividos, con todo detalle, muchos episodios que pueden ocurrir en derredor, aunque no al que está bajo el poder maléfico, e ilustra la creencia en el mismo poder del referido hechizo de los quesos con un caso que contaba un tal Prestancio.

     Decía éste que habiendo comido su padre del queso hechizado, en su propia casa, le entró un sueño tan profundo que nadie podía despertarlo. Despertó al fin por sí mismo al cabo de varios días y contó lo que le había ocurrido mientras tanto. Se había convertido en caballo y había estado transportando provisiones para las tropas que se hallaban en Rhetia. Ahora bien, se comprobó que el transporte de las provisiones se había realizado en la forma que él lo describió... De aquí a Apuleyo hay una distancia grande. Porque Agustín, que, por otra parte, no dudaba de que las hechiceras («veneficae») pueden hacer enfermar o curar, no sólo duda de la realidad de las metamorfosis sino que cree que es imposible invocar a las almas de los muertos por medio de encantos y realizar lo que se pretende con tales invocaciones [6].

[6] Hansen, Zauberwahn... (Múnich, Leipzig, 1900), pp. 28-32, recogió muchos textos agustinos sobre el tema.

     Dejando estas últimas cuestiones a un lado, se ha de notar que con relación a las metamorfosis y otras acciones ligadas con ellas, la tesis del ensueño fue la que tuvo mayor validez entre las autoridades de la Iglesia occidental durante toda la primera parte de la Edad Media, y no han faltado quienes la pusieron en contraste con la defendida por autoridades de época posterior, que sostuvieron a machamartillo no sólo la realidad de las metamorfosis mismas sino también la de otros actos, como los vuelos nocturnos, las cabalgatas hechiceriles, etc. Los padres de la Iglesia antigua tenían que combatir al Paganismo incluso en el campo de la «realidad». Los de la más moderna no se sintieron tan obligados a ello y dieron como cierto lo que muchos antiguos paganos habían creído.


3. LA HECHICERÍA FEMENINA DURANTE EL BAJO IMPERIO

     Así, pues, si no se podía negar de modo radical (y dado que los textos sagrados las consideran como reales) la efectividad de las artes mágicas, en casos sí se podía limitar el alcance del poder del Demonio, bien considerando que una vez establecido el Cristianismo lo que antesera común dejaba de serlo después, bien atribuyendo a sus actuaciones en el espírituy no en el cuerpo mucho de lo que se creía causado por él. Porque excusado es decir que esa época de inseguridad colectiva e individual en que vivieron Agustín y otros padres de la Iglesia, que trataron con mayor o menor extensión de las artes mágicas, se prestaba más que ninguna a la credulidad más absoluta. Y pueden recordarse, como ocurridos en ella, cantidad de casos que acreditan la fe en la Magia maléfica concretamente.

     Pero reduciéndonos a la creencia en el poder maligno de ciertas mujeres, cabe hacer memoria —por vía de ejemplo— que el historiador Zósimo cuenta que la esposa de Stilicón, al casar a una de sus hijas con el Emperador Honorio, se valió de una bruja para impedir que éste cumpliera con su deber conyugal [7]. Y caído el Imperio de Occidente, la idea del poder de la «strix», «stria», «striga» o «masca» (como se llamaba a menudo a esas mujeres maléficas en la baja latinidad) vive en la conciencia del pueblo siglo tras siglo. Los actos que se les atribuyen son siempre parecidos, cuando no los mismos.

[7] Zósimo, V, 28, hace ver que la primera mujer del Emperador murió virgen. Pero a pesar de ello, casó luego con la hija de Stilicon, y al morir éste fue devuelta a su madre, V, 38.

     El poder de ciertos estereotipos hace que siglos después de que vivieran no sólo Luciano y Apuleyo, sino también Agustín y el desdichado Emperador Honorio, en pleno siglo IX, se contara que hubo gran discusión entre el Papa León IX y Pedro Damián acerca del caso de cierto joven que se decía había sido transformado en asno por unas mujeres. La versión que da del hecho un autor británico muy posterior en verdad es la siguiente:

     Cierta noche un joven juglar pidió posada a dos viejas hechiceras, que vivían en los alrededores de Roma. Mientras el pobre joven dormía lo transformaron en asno y como, pese a la metamorfosis, conservó la inteligencia humana, ganaron mucho dinero exhibiéndolo y haciéndole mostrar sus habilidades. Por último, lo vendieron muy caro a un rico vecino que se había encaprichado con el asno. Al tiempo de la venta recomendaron al nuevo amo que le impidiera bañarse en agua. Así vivió el joven transformado durante mucho tiempo hasta que, habiéndose descuidado una vez el amo, se fue a un estanque, se zambulló y recobró su forma primitiva. El juglar contó en público su historia y el Papa, después de haber sido convencido por Pedro Damián de que tal cosa era posible, castigó a las hechiceras [8].

[8] William of Mamelsbury parece haber sido el primero que contó el hecho, de donde pasó a Vicente de Beauvais y de su obra a Molitor y otros autores más tardíos.

     Si en los dominios del antiguo Imperio de Occidente vemos pulular a éstas, no menos mediatizada por ellas se creía que estaba la vida de cantidad de súbditos del Imperio Oriental, bizantino. Un padre de la Iglesia griega de gran combatividad, predicó con insistencia contra las supersticiones en general. Pero en algunas de sus homilías atacó con especial dureza a las mujeres que de continuo empleaban hechizos. «No os contentáis con hacer ligaturas y hechizos—dice en cierta ocasión Juan Crisóstomo a los habitantes de Antioquía—, sino que, además, lleváis a vuestras casas a viejas borrachas y temblorosas para que los ejecuten». Los ataques del predicador alcanzan las alturas y es conocida su posición ante los excesos de la emperatriz Eudoxia [9].

[9] Este episodio fue narrado con vigorosa pluma por Gibbon, The Decline and Fall of the Roman Empire, III, pp. 306-311 (cap. XXXII).

     Si la corte de aquélla estaba infectada por la práctica de la Magia negra, tanto o más lo estuvo después la de otras emperatrices. Procopio nos dice que la mujer de Belisario, Antonina, «usó de los filtros conocidos en su familia», como si ésta constituyera una dinastía de hechiceras (Anec., I, 1). Y una vez que atrajo a aquél y se casó con él, los empleó con otros fines (Anec., I, 7). De Teodora afirma que tenía tratos mágicos con el demonio (Anec., XII, 10; XXII, 7 y 8). Pero la práctica no estaba confinada a las mujeres: los hombres también fueron acusados de actos semejantes (Anec. IX, 12; XXII, 6 y 7). Siglos después un historiador bizantino también, Nicetas Acominata Choniata, habla de unos hechizos a los que recurrió Eufrosina, mujer del Emperador Alejo Angel, para conocer el futuro, parte de los cuales consistieron en dar de latigazos a una estatua de Hércules, obra preciada de Lisímaco, y mutilar a un jabalí de Calidonia, al que rompió el morro [10].

[10] Nicetas Choniata, III, 4 («De Rebus Gestis Alex. Commeni»).

     Otras cortes menos refinadas, pero acaso tan crueles como éstas, fueron teatro de escenas sombrías del mismo tipo. Por ejemplo, la de los reyes francos. No en balde los pueblos germánicos, en un lento proceso de cristianización, se hallaban sujetos, como los que más, al influjo del pensamiento mágico, que para algunos autores es como un índice cultural, es decir, que cuanto más se admita la realidad objetiva de los hechos mágicos, más retrasado se considera que está un pueblo, una sociedad [11]. Y en este caso la tentativa de considerar «incorpóreos» a algunos de los hechos más típicos, como los consideraba Agustín, puede interpretarse como un intento positivo de avance. Hablemos, pues, de los pueblos llamados bárbaros.

[11] A. L. Kroeber, Anthropology, pp. 298-299.


4. LA HECHICERÍA FEMENINA ENTRE LOS PUEBLOS GERMÁNICOS Y ESLAVOS

     Si la Antigüedad clásica conoció un tipo de hechicera que se parece bastante a la que nos es familiar, a la que ha existido en Europa mucho después, aun en época contemporánea, algo parecido puede decirse también con relación a los pueblos europeos que quedaban fuera del mundo clásico, según vamos a ver, tomando como punto de apoyo textos conocidos.

     Comencemos con los de entronque germánico, acerca de cuya Magia hay muy buenas autoridades. De acuerdo con ellas podemos sostener que también entre los germanos cada «situación» social dio lugar a un tipo de Magia, y que incluso se afirma que los dioses la usaron en determinadas circunstancias. Podemos decir asimismo que, a pesar de lo extraño que parezca esto, la práctica de la Magia se ajusta a un orden lógico y a un orden social, como ocurre en otras comunidades bien estudiadas modernamente, y que la maléfica florece en determinados estados de tensión.

     En lo más alto de la sociedad germánica nos encontramos a los reyes, ejercitando la Magia pública con éxito más o menos reconocido.

     Entre los suecos, Erik, el del sombrero ventoso, fue un rey de excepcionales poderes mágicos [12]. En otros casos las desgracias y miserias de la comunidad se atribuyen al hecho de que el monarca reinante no tenía el poder mágico adecuado para arrostrar las circunstancias. Pero descendiendo en la escala social vemos también que en la vieja Escandinavia se consideraba que cada actividad mágica era patrimonio de un linaje que tenía, como los demás, su epónimo. Así, «todos» los adivinos, «todas» las hechiceras y «todos» los magos descendían de su respectivo antepasado particular, del mismo modo como los gigantes tenían el suyo [13].

[12] Juan Magno, Gothorumque Sueonumque Historia, ex Probatis Antiquorum Monumentis Collecta... (Basilea, 1558, p. 640 (lib. XVII, cap. XII).
[13] Los Eddas, viaje de Gylfo, y Poema de Hyndla.

     La división de las actividades humanas por linajes supone una transmisión especial de conocimientos por vía tradicional, desde una época mítica; por otra parte, la Hechicería o Magia maléfica tiene su nombre propio y queda perfectamente definida por la palabra «seid»[14].

[14] H. Ch. Lea, Histoire de l'Inquisition au Moyen Age, III, pp. 486-490.

     En las leyendas históricas de Islandia hay pasajes en los que esa actividad maligna se achaca a toda una familia compuesta de padre, madre e hijos [15]. Pero, como ocurre en el mundo clásico, son las mujeres, o determinados tipos de mujeres, las que de manera más frecuente se consideran como dadas a ella.

[15] La Laxdoela Saga. Légende Historique Islandaise Traduite du Vieux Norrois(París, 1914), pp. 99, 103, 104, 105-107, 111-112.

     El texto de Tácito en la «Germania», según el cual en aquella tierra los hombres creían en cierto carácter sagrado de las mujeres y siempre prestaban gran atención a sus consejos, avisos y advertencias [16], ha sido objeto —como casi todos los de aquella obra— de muchas interpretaciones encontradas. Pero si de una parte puede ilustrarse con los ejemplos de Velleda [17] o Ganna (sucesora de la anterior), heroínas de la historia germánica, de otra hay razones para creer que los sentimientos de respeto y veneración podían ir unidos a los de temor, a los de simple miedo hacia los maleficios que practicaban.

[16] Tácito, Germania, 8.
[17] Tácito, Hist., IV, 61-66; VI, 22-24. Dion Casio, LXVII, 5.

     Tanto la primitiva literatura germánica como las obras históricas escritas en latín acerca de los pueblos del mismo entronque en época más tardía, nos hablan de esta situación equívoca de la mujer con constancia.

     Numerosos son, así, los pasajes de los «Eddas»en que se alude a la pericia de las mujeres en materias hechiceriles y al peligro que se corre dejándose dominar por ellas: «Huye del peligro de dormirte en brazos de la mujer maga; que no te estreche contra su seno. Te hará despreciar la asamblea del pueblo y las palabras del príncipe; rehusarás el comer, huirás del trato con los demás hombres y te irás a dormir tristemente», dijo una voz sobrenatural a Lodfafner [18]: considerando éste y otros hechos podría hablarse de un «complejo de Circe» que ha dominado a hombres de diferentes épocas de modo imperioso.

[18] Los Eddas, canto de Lodfafner.

     Por otra parte, la imagen de la vieja hechicera sale de continuo en los mismos poemas. Sirve, por ejemplo, para representar a Angerboda, la madre de los lobos que devorarán el Sol y la Luna:

«Al Este de Midgard, en la selva de hierro
estaba sentada la vieja hechicera.
Ella alimentaba a la raza
terrible de Fenrer...».

     Y, por otro lado, la Hechicería o la Magia realizada con malos fines, es objeto de imprecaciones constantes, y se considera como una de las actividades más antisociales que cabe imaginar.

     Pero conviene insistir en que, dentro del mundo germánico, pagano también, los dioses quedan comprometidos no sólo como fautores de hechicería, sino incluso como hechiceros. Loke o Loki, el maligno, es capaz de decirle al mismo Odin: «Se afirma que has ejercido la Magia en Samsoe, que te has ocupado de maleficios como una Vala: bajo la forma de una bruja has errado por el país. Esto es lo que yo encuentro envilecedor en un hombre» [19]. A Freya le grita: «¡Cállate! Tú eres una envenenadora y practicas la Magia. Por tus hechizos las potencias propicias se han vuelto desfavorables a tu hermano».

[19] Los Eddas, festín de Aeger. Véase también la predicción de Wola la sabia.

     No hay duda, pues, de que la Magia tiene su lugar en la vida de los dioses como en la de los mortales. La pregunta que se hacía Lucano con relación a los del Olimpo podía habérsela hecho un germano con respecto a los del Walhala. Hay una «vis magica» que los domina o fascina, lo mismo que a los poderosos o a los humildes de la tierra.

     Varias leyendas, recogidas en textos más modernos que los aludidos, acreditan que esos pueblos germánicos en la vida cotidiana estaban dominados por el miedo a las hechiceras y que las creían con frecuencia causantes de las desgracias de sus reyes. Una de las más conocidas es la relativa a la muerte del rey danés Frothon III, que los escritores de asuntos mágicos han solido tomar comúnmente del historiador alemán A. Krantz.

     El rey —como otros muchos más o menos legendarios (se dice vivió en tiempo de Cristo)— parece que usaba de la Magia. Tenía en su corte a una hechicera famosa. El hijo de ésta tenía gran fe en el poder de su madre. En cierta ocasión, se concertaron los dos para robar los tesoros del rey, que ya era viejo. Una vez realizado el robo huyeron de palacio y se retiraron a una casa que poseían en sitio apartado. El rey, siguiendo indicaciones de varias personas, asoció el robo con la huída y determinó ir en persona a buscarlos. Así lo hizo. Pero al verlo llegar la hechicera usó de sus artes para convertir en toro a su hijo, que salió al paso del anciano. El rey se sentó para contemplar al animal. Pero la hechicera lo dejó disfrutar poco tiempo del espectáculo: el toro lo embistió con todas sus fuerzas y lo mató [20].

[20] A. Krantz, Regnorum Aquiloniarum, Daniae, Sueciae, Noruagiae Chronica... (Frankfurt, 1583), fols. 20 vto. 21 r (lib. I, cap. XXXII).

     Esto es lo que cuenta, poco más o menos, Krantz, aunque hay que advertir que existen versiones algo diferentes [21]. Pero para el caso es lo mismo. Lo que aquí hay que destacar es la configuración general de la leyenda. También vale la pena de indicar que quien la popularizó más creía que en su época (es decir, en los siglos XV-XVI) las viejas hechiceras eran capaces de realizar cosas tan sorprendentes como ésta, o más. El mundo germánico, desde las tierras hiperbóreas hasta las vecinas al Mediterráneo pobladas por visigodos, ostrogodos y lombardos, desde las estepas del Este de Europa a las islas del Atlántico, vive dominado por la creencia en hechicerías y atemorizados por ellas en la época de sus grandes movimientos.

[21] Así la de Pierre le Loyer, Discours, et Histoire des Spectres, Vissions et Apparitions des Esprits... (París, 1605), p. 142 (lib. II, cap. VII).

     Y así, dentro de él, a los pueblos enemigos y odiados se les acusa de practicar la Hechicería y de descender de hechiceras malvadas. Una tradición que recogió ya Jornandes o Jordanes, historiador de los godos, en el siglo VI y que después recordaron otros muchos historiadores, modificándola, es la de que habiendo hecho el rey Filimero, en tiempo antiquísimo, una investigación acerca de las costumbres de su pueblo, halló que existían dentro de él ciertas magas, a las cuales ordenó llevar desterradas a las soledades remotas de Escitia, para que no contaminaran a más gente. Del comercio casual de éstas con ciertos espíritus inmundos que vagaban por los mismos desiertos nacieron los hunos [22].

[22] Jordanes, De Rebus Gothicis, 24. Juan Magno mucho después (Gothorumque Sueonumque Historia, VI, 24) dice que las hechiceras cohabitaron con hombres y no con espíritus. Sobre el nombre de éstas hay variantes grandes en las ediciones.

     Eran aquellas magas las llamadas «alrunas» o «haliurunnae» que surgen en otros textos. El denominar, pues, a uno «hijo de bruja» es un insulto antiguo, y el atribuír malas artes a la comunidad más enemiga entre las próximas también es una reacción clásica del hombre. Concretamente en el caso de los hunos es muy probable que fueran dados a la Hechicería (como luego lo fueron los magiares y húngaros), pero acaso también la mala reputación que tuvieran entre los godos se debiera en parte al terror enorme que inspiraban; en otras palabras, que se debiera al mismo sentimiento de impotencia que se tenía ante ellos.

     Historias más o menos fabulosas acerca del poder de determinadas hechiceras se encuentran también en las viejas crónicas eslavas.

     Así, en la historia más antigua de Bohemia hay una parte legendaria que conviene recordar aquí. A fines del siglo VII, el año 690, se pone la muerte de un jefe llamado Krok, que dejó tres hijas. La primera, Kazi o Brelum, era gran conocedora de las plantas medicinales y curandera. La segunda, llamada Tecka o Tekta, era adivina y sortílega; cada vez que se realizaba un hurto en el país ella descubría a su autor, y si se perdía algo señalaba dónde se había perdido. La tercera, Libuscha, Libussa o Lobussa, era sibila, poseía el espíritu de las pitonisas y fue superior a todos los hombres y mujeres de su época. Por artes mágicas hizo que los bohemios eligieran como señor a Przemislao, con el que se casó. Predijo la grandeza de Praga y después de una vida gloriosa murió.

     Mas he aquí que a su muerte las mujeres, acostumbradas a mandar, no se resignaron a volver a ser las siervas de los hombres. Una joven doncella, llamada Wlasca, de espíritu dominador, las reunió y les dirigió la palabra en términos parecidos a estos: «Nuestra señora Libussa gobernó este reino mientras vivió: ¿Por qué no he de regirlo unida a vosotras? Conozco todos sus secretos, también los sortilegios y las artes de augurar de su hermana Tecka, y también sé lo que de medicina sabía Brelum, pues no en vano estuve adscrita a su servicio. Si queréis conjuraros conmigo y ayudarme, espero que dominaremos por completo a los hombres».

     Las mujeres reunidas le respondieron que les agradaba mucho la idea expuesta. Entonces les administró un brebaje que hizo que concibieran todas un odio absoluto a sus maridos, hermanos y amantes y a todo lo que fuera de sexo masculino. Así preparadas mataron a casi todos los hombres y sitiaron por las armas a Przemislao en el castillo de Diewin. Siete años dicen que duró el mando de las mujeres, a las que se atribuyen una serie de leyes que rayan en lo cómico. Pero al final volvió a ocupar el trono el mismo Przemislao que, a lo que parece, también era un insigne mago. Los autores tardíos se hicieron eco de esto interpretándolo a su modo [23]. La Edad Media recoge las tradiciones con fruición, cuando no las crea. Pero los procedimientos hechiceriles descritos en los textos son siempre de una desesperante monotonía. Los que se hallan ya en los poemas védicos se aplican en las épocas más oscuras del medievo y se siguen aplicando hoy.

[23] «Chronicon Bohemiae», lib. II, caps. III-X, en Reliquiae Manuscriptorum Omnis Aevi Diplomatum ac Monumentorum Ineditorum, XI (Halle, 1737), pp. 131-145. Ver también P. J. Schafarik, Slawische Alterthümer, II (Leipzig, 1844), p. 421.

     Así, por ejemplo, la historia del rey Duff de Escocia (que se coloca por los años de 967-972) entra dentro de un ciclo archiconocido. Cuentan las crónicas que habiendo caído enfermo se reputó que la enfermedad era debida a hechicerías. Se iniciaron varias averiguaciones y al final se dio con unas hechiceras que tenían sometida a fuego lento una imagen de cera, retrato del rey. Así se vino a explicar el carácter raro de la enfermedad, que consistía en un sudor continuo. Una vez castigadas las mujeres, el rey recuperó la salud [24].

[24] H. Boethius, Scotorum Historiae a Prima Gentis Origine... (París, 1574), fols. 220-221 (lib. XI). Pierre le Loyer, Discours..., pp. 369-370 (lib. IV, cap. XV).


5. MÁS LEYES CIVILES Y RELIGIOSAS: OBSERVACIONES SOBRE SU ESPÍRITU

     Pero vamos a dejar ahora a un lado las tradiciones históricas recogidas en textos oscuros y un tanto legendarios y vamos a entrar otra vez en el terreno siempre árido de la legislación. Las leyes bárbaras, escritas en latín para uso de los hombres del Norte, que dominaron durante siglos las antiguas provincias del Imperio romano, son abundantes en disposiciones contra los hechiceros y contra los que se aconsejan de ellos.

     Así, en el libro sexto, título segundo, del «Fuero Juzgo», se pueden leer cuatro de la época de Chindasvinto contra todas las clases posibles de Magia. En la primera se condena a siervos e ingenuos que consulten acerca de la salud o muerte del rey con «ariolos», «aruspices» y «vaticinatores», que, para el traductor castellano, eran tanto como «adevinos», «sorteros» y «encantadores». En la segunda a los que dan hierbas maléficas. En la tercera a los «maléficos» y productores de tempestades que, con sus encantos, malogran viñas y mieses, a los que turban la mente de los hombres por medio de invocaciones al demonio y a los que hacen sacrificios nocturnos en su honor. En la cuarta, a los que malefician con ligamentos y palabras escritas, procurando el mal ajeno, en cuerpo, espíritu y hacienda [25].

[25] Fuero Juzgo en Latín y Castellano, Cotejado con los Más Antiguos y Preciosos Códices por la Real Academia Española (Madrid, 1815), pp. 81-82 y 104-106 (textos latino y castellano).

     Estas leyes y otras civiles y eclesiásticas del mismo período condenan en conjunto las actividades mágicas, sin aludir al sexo de la persona. Pero las paralelas de las antiguas Galias y otros países dominados también por los bárbaros cristianizados, sí que aluden con frecuencia al sexo de las personas maléficas y a otros hechos que hay que poner ahora de relieve. Acaso ciertos tipos de hechiceras abundaban más allí que en la España visigoda.

     Un pasaje de Pomponio Mela que se ha discutido mucho, parece dar a entender que entre los antiguos galos había unas mujeres dedicadas a practicar la Magia con fines benéficos, pero adscritas a un templo, que eran no más de nueve y que guardaban castidad perpetua (III, 7). Lo que haya de cierto en él no parece que afecta al tema general de la Hechicería femenina.

     Sabemos por otras fuentes, no del todo seguras sin embargo, que las hechiceras pululaban por las Galias en la época del Bajo Imperio romano, que, a veces, fueron consultadas por grandes personajes y que también fueron equiparadas a los «druidas» (llamándoseles así «druidesas»en textos relativos al siglo III) [26]. Esas hechiceras continuaron pululando en épocas posteriores, e inquietaron a más de una familia altamente situada en la corte de los reyes merovingios, como se ve en los escritos de los historiadores más famosos de aquel tiempo, en que también se advierte que más de una mujer pagó caro el tener reputación de tal.

[26] Scriptores Historiae Augustae: Alex. Sev. (biografía atribuída a Lampridio): Numerianus (biografía atribuída a Flavio Vopisco).

     El año de 578 la reina Fredegunda perdió un hijo. No faltaron personas de mala intención que insinuaron que había muerto a causa de maleficios y hechizos, Un cortesano acusó al prefecto Mummolo (que era odiado por la reina) como instigador, Pero las ejecutoras se dice fueron unas mujeres de París, que en el tormento declararon que con sus maleficios habían hecho morir no sólo al mismo hijo de la reina sino a mucha gente más [27].

[27] Gregorio de Tours, Hist. Franc., VI, 35.

     Fácil es imaginar la suerte de las mujeres y del prócer.

     No fue ése el único episodio de la vida de aquella reina feroz, en que salen a relucir hechiceras. Antes acusó de haber dado muerte a otros dos de sus hijos a su hijastro, Clodoveo o Clovis, ayudado por, o en complicidad con, una vieja hechicera y su hija: a los tres consiguió matarlos [28]. Pero eso no quitaba para que ella misma hiciera maleficios y consultara a las hechiceras cuando le parecía oportuno [29].

[28] Gregorio de Tours, Hist. Franc., V, 40.
[29] Gregorio de Tours, Hist. Franc., VII, 44.

     Fredegunda no era una excepción en la tierra donde reinaba: la represión de las prácticas a las que se dio y de las que acusó a otros fue uno de los mayores cuidados que tuvieron las autoridades civiles y religiosas de entonces y de después.

     A veces se nota, sin embargo, una oscilación sensible en el modo de llevarla a cabo, una divergencia entre el criterio de los hombres de leyes y el de los teólogos u hombres de Iglesia, Vale la pena de pararse a considerar esto.

     Hace ya muchos años que un erudito francés, Garinet, compiló las leyes más famosas que dictaron los reyes francos y sus sucesores para reprimir la práctica de la Magia, que (como ocurría en las últimas leyes imperiales) quedaba incluída en sus manifestaciones diversas, dentro de la herencia pagana que había que proscribir. Después han vuelto a ser estudiadas con mayor rigor y precisión. Pero aun el libro antiguo sigue siendo útil [30].

[30] Jules Garinet, Histoire de la Magie en France, depuis le Commencement de la Monarchie jusqu'à Nos Jours (París, 1818), p. 6-7, 39-40, etc. y las piezas justificativas.

     Esas leyes, en apariencia, no son muy distintas de las que dictaron los Emperadores cristianos y los reyes visigodos y ostrogodos en sus respectivos dominios, o las que se conocen como propias de Inglaterra, Alemania y Hungría en tiempos igualmente oscuros. Son de una monotonía aparente que hace aburridos de leer los libros que se ocuparon de ellas, Pero no hay más remedio que examinarlas, aunque sea de modo rápido, pues entre la masa de cosas repetidas surge, de repente, algo que resulta particular, significativo en extremo.

     En el año 743 Childerico III publicó un edicto en el que condenaba, sin hacer mayor distinción, prácticas paganas y prácticas propiamente mágicas, Entre las primeras pueden ponerse los sacrificios a los muertos, y otros que aun hacían muchos junto a las iglesias mismas y dedicándolos, ya que no a los dioses antiguos, sí a santos mártires y confesores. Entre las segundas hay que contar a los sortilegios, la adivinación, los augurios, los encantos y las filacterias [31].

[31] Baluze, Capitularia Regum Francorum, I (París, 1677) cols. 150-152.

     Carlomagno, siguiendo la trayectoria que habían marcado éste y otros de los reyes merovingios, publicó también varios edictos en los que exhortaba a sus súbditos a que no se libraran a las supersticiones; mas habiendo sido pequeño el resultado de tales exhortos, dio otros en los que ya establecía penas. Esos edictos condenan de modo específico toda clase de hechicerías, tales como el levantamiento de figura, la invocación de los diablos y el uso de los filtros amorosos, turbar los aires, excitar tempestades, echar maleficios y hacer morir los frutos de la tierra, hacer que la leche se retire de los animales domésticos de los unos y dársela a la de otros, practicar la Astrología judiciaria y fabricar caracteres y talismanes. Los que ejerzan en lo futuro las artes diabólicas —se declara— serán reputados execrables, y tratados como los homicidas, envenenadores y ladrones y los que los consultan y utilizan tendrán la misma pena, que en casos será la de muerte.

     El año 873 Carlos el Calvo dio otra capitular, en Quierzy sur Oise, en la que declara que quería cumplir con su deber de rey (señalado por los santos) habiéndose enterado de que en varias partes de su reino habían aparecido hechiceros y hechiceras, ocasionando enfermedades y aun la muerte a vanas personas. Su propósito era hacer desaparecer a los impíos, a los fabricantes de filtros y venenos:

     «Hacemos en consecuencia recomendación expresa a todos los condes de que busquen y prendan con gran diligencia a los culpables de estos crímenes en sus respectivos condados. Si son convictos, hombres o mujeres, deben perecer, como lo piden la ley y la justicia. Si son sospechosos o se hallan bajo acusación simplemente, pero no convictos y si los testimonios no son suficientes para probar su culpabilidad, serán sometidos al juicio de Dios. Este juicio determinará su perdón o condenación. Y no sólo los culpables sino también sus asociados y cómplices, hombres o mujeres, morirán, a fin de hacer desaparecer de nuestra tierra todo conocimiento de crimen tan grande» [32].

[32] Baluze, op. cit., cols. 230-231 (§ VII).

     Estos tres textos de tres épocas distintas son suficientes para ver cómo la ley civil era dura con los que estaban culpados por delitos de Hechicería, allá por los siglos VIII y IX. Pero, probablemente, en su aplicación se dieron muchas arbitrariedades, y la acusación de haber realizado tales delitos debió de hacerse una y otra vez del modo apasionado y violento como la realizó Fredegunda. El peligro de inculpar a gentes que eran incluso inocentes en la intención hubo de ser visto.

     Así se explica que la Iglesia, que condenaba de un modo absoluto, desde el punto de vista teológico, todo lo que oliera no ya a Magia sino simplemente a Paganismo, promulgara una serie de disposiciones que tienden a moderar a veces los efectos de la ley civil. Valdría la pena de investigar sobre los fundamentos de esa moderación que, en gran parte, puede considerarse como propagandística, es decir, enderezada a atraerse a masas que aún quedaban muy fuera del cristianismo en campos y aldeas sobre todo. Pero, en todo caso, se ve siempre también en las disposiciones moderadoras la huella del pensamiento de Agustín.

     Hace ya mucho que J. B. Thiers, en su «Traité des Superstitions», reunió cantidad de referencias a cánones de concilios, decretales, etc., en que se condenaba severamente la práctica de la Magia y que datan de los siglos VI, VII y VIII [33], y de épocas posteriores también. Si en unos se hace hincapié en los peligrosos efectos espirituales de la Magia, en otros se insiste en que, a menudo, los magos mismos son objeto de engaños e ilusiones diabólicas y que no hay que creer en aquellos efectos a pies juntillas.

[33] J. B. Thiers, Traité des Superstitions qui Regardent les Sacremens, I (París, 1741), pp. 178, 198, et passim.

     Así resulta, por ejemplo, que aun después de promulgadas las referidas «Capitulares» de Carlomagno los prelados reunidos en el concilio de Tours el año 813, ordenaron a los sacerdotes que advirtieran a los fieles que los encantos no pueden aliviar nada ni a las personas ni a las bestias enfermas o moribundas y que no son más que engaños y ardides del demonio. Y en otras ocasiones las mismas autoridades eclesiásticas se levantan contra hechos dados como ciertos por la ley civil o atenúan sus efectos.

     Puede ponerse como ejemplo el de Agobardo, arzobispo de Lyon (779-840), que, contra viento y marea, criticó y censuró ásperamente a aquellos que creían que había seres humanos capaces de provocar tempestades y granizos y a los que, con motivo de una epidemia que atacó a los bueyes de los campesinos de su diócesis, pensaron que eso era debido a que el duque Grimaldo había enviado a unos hechiceros a que lanzaran polvos maléficos en los campos, montes y fuentes.

     Mas de acuerdo con las capitulares y leyes civiles estuvieron los prelados reunidos en París, en el concilio del año 829, sexto de los celebrados en aquella ciudad. Al canon 11 dejaron consignado esto:

     «Hay otros males muy perniciosos que son, con seguridad, restos del Paganismo, como la Magia, la Astrología judiciaria, el sortilegio, el maleficio o envenenamiento, la adivinación, los encantos o hechizos y las conjeturas que se deducen de los sueños. Esos males deben de ser muy severamente castigados, según la ley de Dios. Pues está fuera de duda y varios lo saben, que hay gente que por los prestigios y las ilusiones del demonio pervierte de tal modo a los espíritus humanos, por medio de filtros, alimentos y filacterias, que parecen volverlos estúpidos e insensibles a los males que les hacen padecer. Se dice también que esta gente puede turbar el aire con sus maleficios, enviar granizos, predecir el futuro, quitar a unos los frutos y la leche para dárselos a otros y realizar una infinidad de cosas semejantes. Si se descubre a algunas personas de esta clase, hombres o mujeres, se les debe castigar tanto más rigurosamente cuanto que éstos tienen la malicia y temeridad de no asustarse ni temer públicamente al demonio» (Thiers, op. cit., nota 49).

     La divergencia entre este texto y el de Agobardo es evidente y la volveremos a encontrar atestiguada cientos de veces en épocas posteriores; se halla también reflejada en algunas leyes civiles que aparecen a veces como muy contrarias a otras que se recogen en los mismos códigos.

     Hay, así, una «capitulatio» relativa a tierra de Sajonia que aparece entre las de los reyes francos fechada el año 789, en la que se condena la creencia en «strigae», y en que éstas coman a los hombres y en que deban ser quemadas, e incluso se fija la pena capital como la propia de los que creen en tales hechos. Sin duda hay que ponerla en relación con otra ley que aparece en las «Leyes Langobardicae» y que debe datar de la época del rey Rothario, concebida en el mismo espíritu y en la que se declara inconcebible, desde un punto de vista cristiano, que tales «strigae», o «mascae», como las llamaban también, puedan realizar acto semejante [34].

[34] Hansen, Zauberwahn, pp. 76-77, se refiere también a las leyes dadas por Esteban de Hungría (997-1038) y en general sobre esa época se hallan abundantes noticias en las historias generales como la de Soldan, la más moderna de Baissac, etc.

     Por otra parte, los pontífices que habían de velar por la conversión de gentes del centro de Europa (y más aún del Norte) son muy categóricos en sus instrucciones a reyes y prelados. Gregorio II, por ejemplo, ordenó al obispo Martiniano y al presbítero Jorge, enviados a Baviera, que no permitieran la práctica de los hechizos y encantos, resto del Paganismo; pero no habla de ninguna pena temporal contra los que los practicaran.

     Gregorio VII escribió en cierta ocasión al rey de Dinamarca para que evitara en lo posible la persecución de mujeres inocentes bajo pretexto de que habían causado tempestades y epidemias. Antes, León VII había dado al arzobispo de Lorch, Gerhard, una instrucción, fechada el año 936, para las autoridades de Alemania meridional, en la que se defiende a los acusados de hechicería: «Respondo—dice a una consulta— que aunque la vieja ley los castigaba con la muerte, la justiciaeclesiástica les perdona la vida, para que hagan penitencia».

     Esa situación que pudiéramos llamar difusa, que implica, de una parte, una fe violenta de las masas paganas aún o cristianas ya, y de otra una actitud dubitativa y pragmática de las autoridades eclesiásticas, no sólo frente a ellas, sino también ante la ley civil, es muy propia de un momento de transición como el que, en suma fue toda la primera parte de la Edad Media. Digamos ahora que el problema de la realidad de ciertos aspectos de la Hechicería vino a plantearse de nuevo al filo del siglo IX, de una manera que es de capital importancia en el conjunto de esta historia. Pero conviene dedicar al asunto capítulo aparte.–





Eric Thomson - ¿Era Judío Hitler?

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     El sitio renegadetribune.comrescató el mes pasado el siguiente breve artículo (Was Hitler Jewish?) del nacionalista y ex-soldado estadounidense Eric Thomson que se dice redactado en 2001, que ofrecemos aquí traducido, que trata acerca del viejo cuento propagandístico de la judeidad de Adolf Hitler, el cual agregamos a otros que hemos publicado sobre el mismo tema.


¿ERA JUDÍO HITLER?
por Eric Thomson (2001)


     Esa acusación emanó de los enemigos de Hitler, que afirmaron que uno de los antepasados de Hitler se apellidaba Schickelgruber, y que Schickelgruber era un judío. Quizás hubo un Schickelgruber en el árbol genealógico de Hitler, pero ¿él era judío?.

     Incluso los propios judíos no pueden definir quién es un judío con alguna unanimidad, de manera que yo, como un hombre Blanco, dejaré que el lector sepa lo que he aprendido sobre la "identidad judía". Mi investigación ha revelado que los judíos son (1) mestizos que (2) se distinguen por su genio para la depredación, la usurpación, la usura y otras actividades criminales que ellos imponen sobre sus pueblos anfitriones.

     Algunos judíos practican el talmudismo, pero la mayoría no son "religiosos". Muchos judíos ashkenazim o rusos no son miembros de ninguna sinagoga, y muchos no están circuncidados, según declaraciones de varios jázaros o ashkenazim que me he encontrado, aunque no he exigido que ellos muestren la prueba de sus afirmaciones. Baste decir que un judío es definido por los rabinos ortodoxos de Israel como alguien nacido de una madre judía, la cual debe, ella misma, provenir de al menos cuatro generaciones de madres judías. La ascendencia del padre no se considera. Así, los judíos mismos en Israel tratan la judeidad como una nacionalidad, más bien que como una religión.

     Muchos así llamados judíos creen que la religión es la manera en la cual uno puede mostrar su "judeidad". Algunas sectas judías reconocen a los convertidos. Ya que no hay ningún acuerdo entre los propios judíos en cuanto a la identidad judía, el Gobierno de Ocupación Sionista (ZOG) de Palestina permite que todos los auto-designados judíos disfruten de su judeidad, rechazando definir la "judeidad" en términos ortodoxos, ya que eso reduciría la mayor parte del apoyo que los judíos estadounidenses dan a Israel.

     En el año 700 d.C. Bulan, el kagan o rey de Jazaria, adoptó el talmudismo o fariseísmo como la religión de los jázaros, y su pueblo llegó a ser conocido como los "judíos". Eso sería como ingleses que se convierten al cristianismo que dejan de usar la palabra "inglés" para describir su nacionalidad y usan en cambio la palabra "cristiano". Aunque los jázaros se convirtieron a una religión semítica, ellos son de origen túrquico más bien que semítico y no tienen ninguna conexión biológica con Palestina. Que tal gente invadiera Palestina y se calificaran a sí mismos como "semitas"¡es tan absurdo como si chinos que se hubieran convertido al cristianismo se llamaran a sí mismos "italianos"e invadieran Roma!.

     Los vikingos, que estaban probablemente hartos de ser defraudados (jewed) en sus expediciones comerciales a través del Imperio jázaro, conquistaron las principales ciudades y los ashkenazim se dispersaron por Europa del Este y Occidental. Los judíos sefardíes o semíticos entraron en Europa vía España y Portugal, muchos de ellos estableciéndose en Holanda y adoptando nombres holandeses, como los Roosevelt y los Rockefeller. A pesar del mestizaje con sus pueblos anfitriones, los judíos tradicionalmente mantienen sus afiliaciones tribales y nacionales.

     Los judíos pueden incluso adoptar otras religiones, incluyendo el cristianismo, y mantener su nacionalidad judía. Como dijo el cardenal Lustiger, "Soy cristiano, pero sigo siendo un judío". Eso es no diferente de Carlomagno cuando dijo "Soy cristiano, pero sigo siendo un Franco".

     Puesto que los judíos no son una raza sino una mezcla mestiza de mongoles, caucásicos y negros, ellos no merecen que su nombre se escriba con mayúscula [en inglés]. Las mezclas raciales como zambo, mestizo y mulato no se escriben con mayúscula. Ya que la mayor parte de los judíos no son religiosos, no podemos usar mayúscula, como es usual al escribir musulmán, hindú, etc. Ya que judío es equivalente a depredador, parásito, usurero, usurpador y criminal, uno no escribe con mayúscula la palabra "judío" u otras actividades criminales relacionadas.

     Habiendo analizado por lo tanto la realidad de la identidad "judía", podemos preguntar ahora si Hitler era un miembro de una sinagoga y por lo tanto miembro de una comunidad judía. Hitler fue bautizado en la Iglesia Católica, de manera que podemos, con toda probabilidad, concluír que él no practicó el fariseísmo o talmudismo. Esto deja sólo la cuestión biológica de una ascendencia túrquica o sefardíta, lo que sólo podría ser mostrado por pruebas de ADN.

     Las así llamadas Leyes Raciales de Nürnberg que el gobierno nacionalsocialista de Alemania promulgó, después de colaborar con sionistas tales como el rabino Leo Baeck, que propuso la Estrella de David como el símbolo nacional judío, estaban basadas en la tradición, la creencia y la lealtad, más bien que en la biología. Un "alemán" podía ser cualquiera cuyos abuelos se hubieran convertido al cristianismo. Algunos arios que se habían convertido al judaísmo fueron considerados "judíos".

     En 1944 el gobierno alemán puso en circulación un cuestionario del Servicio Civil que preguntaba a cada departamento cuántos judíos estaban empleados allí, y cuántos alemanes en el Servicio Civil estaban casados con gente judía. Los judíos de Berlín permanecieron allí, tal como lo hicieron en todas partes en la Alemania "nazi", si ellos no estaban involucrados en actividades criminales. La guía telefónica de Berlín de 1944 enumeraba algunas docenas de organizaciones judías en aquella ciudad, y los veteranos SS que fueron enviados para defender Berlín me han contado que apilaron sus rifles para ayudar a los civiles a cavar zanjas anti-tanques. Ellos notaron que muchos, pero no todos, de sus compañeros civiles de trinchera ¡llevaban puestas grandes Estrellas de David amarillas!.

     El gobierno nacionalsocialista tenía a muchos "alemanes" de trasfondo judío: Funk y Ley (Levy) fueron ahorcados en Nürnberg. Canaris (Meyerbeer), el traidor jefe de contra-Inteligencia del Ejército alemán (Abwehr), había traicionado su alta posición de confianza durante muchos años. Milch de la Luftwaffe [Fuerza Aérea] estaba bajo la protección personal de Goering. "Wer Jude ist, bestimme ich!", declaró Goering ("¡Yo digo quién es un judío!"). Adolf Galland creía que un traidor altamente posicionado en la Luftwaffe estaba saboteando la producción de aviones alemanes insistiendo en que los bombarderos y aviones de caza tenían que tener "capacidades que zambullida al bombardear" y otras tonterías similares. Milch era el único autorizado para tomar tales decisiones en la producción y diseño de aviones, y el propio Goering admitió que él no sabía nada sobre las "modernas máquinas voladoras", las que él había piloteado en la Primera Guerra Mundial, de modo que delegó tales decisiones a Milch, su judío favorito.

     Ciertamente, Alemania tuvo más que suficientes traidores de ascendencia alemana que sabotearon su épica lucha por la supervivencia, sin contar a los judíos, pero cada traidor alemán se dice que no es conocido con certeza. Los traidores alemanes como Speidel, el ayudante de Rommel, que dejó de comunicar el mensaje de que los Aliados estaban desembarcando en Normandía, fueron recompensados por el Régimen de Ocupación Sionista de Alemania con rango, paga y privilegios. Los no traidores que cumplieron importantes funciones en el Tercer Reich fueron ahorcados y de otros modos castigados por los vencedores sionistas.

     Pero volvamos al "judío" Adolf Hitler. De acuerdo a mi investigación, Hitler fue acusado de ser un judío por algunos de sus tempranos opositores. Alguna propaganda de los Aliados ridiculizó a Hitler, nombrándolo como "Herr Schickelgruber". Pero esa propaganda se desvaneció a medida que la guerra progresaba. ¿Significaba eso que Hitler ya no era "judío"? Considere cuán inoportuno sería aquello para los Holocuentistas actuales: "Hitler, el judío asesino de judíos", sería difícil de comprender por parte de los Goyim. Si un judío mata judíos, ¿por qué deben los desdichados Gentiles pagar y llevar la carga de la culpa y el oprobio?.

     Algunos escritores afirman que Hitler era un judío porque él ayudó a crear el pretexto de propaganda para fundar el Estado de Israel. Esos escritores olvidan que fueron los Aliados los que elaboraron la ficción de la "cámara de gas", y que el número mágico de los Seis Millones fue reciclado a partir de mentiras judías de 1919. Hitler realmente intentó ayudar a que los judíos salieran de Alemania. Adolf Eichmann y su compañero judío, Joel Brandt, estaban pasando de contrabando a judíos hacia la Palestina ocupada por los británicos. Los sionistas asesinaron a Brandt primero, y después a Eichmann, para esconder ese aspecto de la colaboración entre nacionalsocialistas y sionistas.

     Otros escritores afirman que Hitler era un judío porque "él metió a Alemania en la Segunda Guerra Mundial". Incluso los diplomáticos Aliados confesaron que la Segunda Guerra Mundial fue comenzada en Versalles. Los "polvorines", en palabras de un diplomático, estaban siendo establecidos por todas partes de Europa. Funcionarios del gobierno polaco como Edward "Smigly"Ridz ¡se jactaron de que Alemania no podría permanecer fuera de la guerra, no importa cuánto lo intentara! La guerra había sido decidida por los bánkstersde las finanzas internacionales, y Hitler sabía aquello.

     El plan de ellos era simple y estaba bien coordinado con los proyectos soviéticos para la conquista de Europa por señores Djugashvili ("Hijo de Judío"), alias Stalin ("Hombre de Acero"), y Kaganovich. Debía permitirse que Alemania se rearmara suficientemente para entrar en una guerra contra Polonia, pero no contra los antiguos Aliados de la Primera Guerra Mundial. Pero como sabemos, Alemania derrotó a Polonia y a los Aliados en el continente de Europa hacia 1940, y engañó a "Stalin" para que pensara que Alemania intentaría invadir Inglaterra en la Operación "León Marino", como lo proclamó el semi-judío Churchill, por orden del judío Franklin Delano Roosevelt.

     Pero la invasión de "Stalin"de Europa Occidental fue aplastada por las unidades militares alemanas que él creía que estaban en la costa francesa. No fue gracias a los líderes judíos de los Aliados que Europa occidental permaneció libre de la ocupación soviética después de 1945, sino que se debió completamente a los valientes esfuerzos del "judío" Hitler y los aliados de Alemania. Si Hitler hubiera sido un judío, ¿por qué los rectores judíos de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y la URSS emprendieron la guerra contra él?.

     Varios escritores afirman que Hitler era un "judío" porque él nunca fue acusado de crímenes de guerra y que él se escapó para vivir en Sudamérica, o en la Antártica alemana. El judío Nº 1, "Stalin", le dijo al judío Nº 2, el embajador estadounidense Averell Harriman, que Hitler se había escapado a Argentina, vía España. Esa historia fue repetida por el judío Nº 3 de la CIA que supuestamente entrevistó al ex-jefe de la Gestapo, Heinrich MülIer. El judío Nº 4, el teniente Heimlich del cuerpo de contra-Inteligencia del Ejército estadounidense, supuestamente fue el primer "representante estadounidense" que investigó la muerte de Hitler en Berlín, y después de ver las "pruebas" de sus congéneres judíos concluyó que ninguna compañía de seguros pagaría a la viuda de Adolf Hitler ni un centavo, en base a lo que él había visto.

     Dado que todas las historias del supuesto escape de Hitler desde Berlín en 1945 provienen de fuentes judías, tenemos derecho a algún grado de duda, ya que sabemos que la táctica favorita de los judíos es usar una historia para sus objetivos políticos y económicos, sin tener en cuenta su verdad o falsedad. Muy a menudo los judíos usarán una historia para esconder la verdad. Por lo tanto, es sabio que nosotros nos preguntemos "cui bono", a quién beneficia, siempre que los judíos hacen afirmaciones sobre algo. Por lo general, los beneficiarios de las declaraciones judías son los judíos, cuyo deber "santo" siempre es distraernos y confundirnos a nosotros, los Goyim.

     Como el lector probablemente habrá notado, las "pruebas" de la judeidad de Hitler omiten el único hecho requerido para establecer una herencia genética judía: una moderna prueba de ADN. Según mi investigación, el hermano de Adolf Hitler, Fritz, aún vivía después de 1945, y él puede tener descendientes. He visto imágenes de las tumbas de los padres de Hitler, y puede haber registros públicos de la ascendencia de Hitler que hayan sobrevivido al holocausto de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación Aliada. Me parecería que los judíos mismos tendrían el mayor interés en demostrar la judeidad de Hitler, de una u otra forma. ¡Si yo fuera un judío, por cierto me gustaría saber!.

     Los otros argumentos usados para "demostrar" que Hitler era un judío son conclusiones ilógicas basadas en sus presuntas acciones y sus supuestos motivos, es decir, beneficiar a los judíos más bien que a los arios. Usando una "lógica" similar, se puede argumentar que los inventores del aeroplano fueron hombres de raza negra, ¡porque aquella invención es usada para llevar enjambres de negros (y otros hombres no-Blancos) al espacio vital de los hombres Blancos!.

     Como dijo un oficial de la Inteligencia británica del reconocido traidor Kim Philby, "Nunca sabemos para quién un hombre está trabajando, a menos que hagamos un balance de sus resultados. Si los beneficios percibidos de sus acciones tienden a caer de nuestro lado en el balance, entonces podemos concluír que él era un hombre nuestro, después de todo".

     Savitri Devi vio la batalla entre los arios y las Fuerzas Oscuras del kabalismo, el comunismo, el capitalismo y el cristianismo como "una lucha cósmica", que es interminable. Hitler estaba consciente de las enormes dimensiones en las cuales él tuvo que luchar, y al hacer eso, él "perdió" algunas batallas en beneficio de su contexto más grande. Savitri Devi lo describió como un hombre "en el tiempo, por encima del tiempo y contra el tiempo", que entendió la importante naturaleza, aunque breve, de la existencia temporal.

     Sin Hitler, Alemania estaba muriendo de rodillas. Con Hitler, Alemania se levantó y luchó contra sus opresores. Si yo fuera un alemán, que estuviera viviendo en el vil ambiente de la derrotada Alemania de la República de Weimar, yo habría dado la bienvenida a Hitler, quien exhortó a los alemanes a trabajar y luchar en beneficio de su propia supervivencia y de la supervivencia de todo lo que ellos más amaban, más bien que rendirse ante los opresores e invasores extranjeros.

     Si Hitler fue un judío, entonces necesitamos desesperadamente a otro "judío" como él, antes que a judíos como Roosevelt, "Stalin" y Churchill.–



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Los Nacionalsocialistas Expulsaron a los Rothschild
http://editorial-streicher.blogspot.com/2013/10/los-nacionalsocialistas-expulsaron-los.html




Gwendolyn Taunton - Acerca del Kali-Yuga

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    En el sitio newdawnmagazine.comse publicó hace doce días un artículo que fue presentado primeramente en Abril de 2016 (Edición Especial, vol. 10 Nº 2) de la revista New Dawn, de la escritora australiana de temas antiguos Gwendolyn Taunton. Dicho texto lo presentamos ahora en castellano, ya que clarifica algunos aspectos de la Edad de Hierro del saber védico e hindú, y en particular distingue la identidad que le da nombre al Kali-yuga, no siendo al parecer la diosa Kali sino un demonio de nombre muy parecido, como últimamente ha salido a la luz.


El KALI-YUGA:
Jugando a los Dados con la Muerte
por Gwendolyn Taunton
Abril de 2016




     Una de las más famosas importaciones culturales desde la India que ha ejercido una influencia en el pensamiento occidental es la del Kali-yuga. Este tema ha sido particularmente considerado por la Escuela Perennialista, que incluye a autores como René Guénon y Alain Daniélou. La razón de la popularidad de este tema en Occidente es doble: en primer lugar, el Kali-yuga puede ser usado para explicar diversos problemas políticos, económicos y medioambientales que actualmente enfrenta la Humanidad. En segundo lugar, el Kali-yuga y el concepto entero del tiempo cíclico no son completamente foráneos. La teoría del tiempo como no lineal y no siempre "progresivo" es muy antigua, arraigada en nuestro propio pasado. Un ciclo similar de Edades está presente en la historia griega, principalmente dentro de las obras de Hesíodo, donde él habla de una caída desde una Edad de Oro hacia un extremo de decadencia en la Edad de Hierro. Ese ciclo también es encontrado en el Voluspá de la Edda Poética que describe el Ragnarök y una Edad del Lobo (el equivalente del Kali-yuga o Edad de Hierro).

     Los cuatro Yugas o Edades (Satya, Treta, Dvaparay Kali) tienen dos estándares de medida, el cronológico y el ético. El enfoque cronológico está basado en posiciones astronómicas y cálculos matemáticos. Las estrellas y las posiciones planetarias durante mucho tiempo han sido consideradas como capaces de influír en el comportamiento humano por medio de la astrología, de manera que desde este punto de vista el cosmos sería la causa de los Yugas.

     Joscelyn Godwin trae al frente la perspectiva astronómica cuando él declara que "uno de los temas recurrentes de la Edad de Oro es que durante ella el eje de la Tierra era perpendicular a la eclíptica... Si eso fuera así no habría estaciones del año sino días y noches iguales a lo largo del año"[1]. La influencia sobre el tiempo sería por lo tanto directa y visible. El simbolismo usado para describir la Edad de Oro a menudo implica una alteración en el tiempo, ya que se dice que ocurren importantes conjunciones planetarias al final del Kali-yuga, y que ellas son conjunciones permanentes, lo que implica fuertemente que el tiempo mismo deja de existir.

[1] J. Godwin, "Decoding the Cycles of Time: When Does the Kali Yuga End?", http://www.newdawnmagazine.com/articles/when-does-the-kali-yuga-end

     Sin embargo, la mayoría de las cuestiones que surgen en el Kali-yuga pueden ser también atribuídas a una decadencia en la moralidad y la ética humanas, y muchos de los problemas podrían ser completamente artificiales. Las imágenes del tiempo, el horror último para toda vida sapiente, podrían simplemente haber sido añadidas como una metáfora para un estado psicológicamente más sano, en donde el hombre ya no se siente esclavizado por otros "desde la cuna a la sepultura", disfrutando de la naturaleza espontánea de la vida en una Edad de Oro aparentemente interminable.

     El Yuga mismo es gobernado por las fuerzas de rta,dharma y karma. La primera, rta(la ley cósmica), es eterna y no puede ser destruída. La segunda función, dharma (por medio de rta) se desarrolla como una noción de acciones humanas individuales y sociales en relación con el orden cósmico predominante. Es el dharma, el código de ética que gobierna la sociedad humana, el que se erosiona. El dharma disminuye a medida que el aspecto material de la existencia (tamas) aumenta, y en ciertos puntos, cuando el dharmaes severamente debilitado, comienza un nuevo Yuga.

     Los Yugas o Edades se diferencian no sólo en la calidad del dharma sino también en su duración, ya que como destaca el autor René Guénon, los Yugas mismos tienen "longitudes decrecientes de las respectivas duraciones de los cuatro Yugas que juntos conforman unManvantāra" [2]. La duración de los Yugas disminuye proporcionalmente en una razón de 4:3:2:1 [3]. Guénon da detalles de las diferentes longitudes de los Yugas explicando que "por lo tanto puede decirse que el tiempo no sólo comprime el espacio, sino que también el tiempo mismo está sujeto a una contracción progresiva, que aparece en la reducción proporcional de los cuatro Yugas, con todo lo que esto implica, no exceptuándose la disminución correspondiente en la longitud de la vida humana" [4].

[2] R. Guénon, The Reign of Quantity & Signs of the Times, 2004, p. 42.
[3] B. G. Sidharth, The Celestial Key to the Vedas, 1999, p. 60.
[4] R. Guénon, The Reign of Quantity & Signs of the Times, p. 159.

     Guénon proporciona un ejemplo de esto explicando que si "la duración del Manvantāra es de 4.320 (años), la de los cuatro Yugas será respectivamente 1.728, 1.296, 864 y 432" [5]. Jean Robin, sin embargo, destaca un defecto aquí. Comentando sobre la cronología de Guénon, Robin declara que los cálculos de Guénon significan que el Kali-yuga habría terminado en 1999: "El comienzo del Kali-yuga sería así en el año 4481 a.C. (3761 + 720), y su final tendría que venir 6.480 años más tarde, es decir, en el año 1999 (6480 - 4481)" [6].

[5] R. Guénon, Traditional Forms & Cosmic Cycles, 2004, p. 6.
[6] J. Godwin, op. cit..



La Entidad Kali que Está Detrás del Nombre del Kali-yuga

     Es una común idea falsa que el Kali-yugaes llamado así por la diosa Kālī. En vez de eso, dicha Edad toma su nombre de un demonio masculino muy poderoso. Dicha equivocación ha ocurrido debido a errores en las traducciones inglesas del nombre Kali: en sánscrito, la diosa es llamada Kālī(con vocales largas), y el nombre del demonio es escrito Kali(con vocales cortas).

     El demoníaco Kali toma su nombre de la raíz sánscrita kad, que significa "sufrir, afligir, hacer daño, conmocionar o confundir". Kali es el enemigo mortal de Kalki, el décimo avatara del dios Vishnu. Cuando Vishnu se encarna como un avatara, lo mismo hace Kali. En el Mahābhārata se dice que él es Duryodhana, y en el Rāmāyanaél es Rāvana. Kali es el tataranieto del Señor Brahmā, así como Adharma, quien fue originalmente creado a partir de la espalda del Señor Brahmā como un Maleen Pataka (un objeto pecaminoso). Esto se encuentra en el Śrī Kalki Purāna donde dice que "Después de la aniquilación, el creador secundario del universo, el Señor Brahmā, el abuelo de cada uno, que nació en la flor de loto universal, creó de su espalda al Pecado personificado, que tenía una tez negra"(Śrī Kalki Purana, 5).

     Una versión alternativa del origen de Kali declara que él nació del veneno sobrante que fue bebido por el Señor Shiva durante el arremolinamiento del océano de leche.


     Los retratos de Kali lo describen como desagradable y aterrador. El Kalki Purāna describe a Kali como enorme y de color de "hollín", con una lengua larga y un hedor terrible. Él lleva un hueso y tiene un abdomen que se dice que es como el de un cuervo. Kali siempre es retratado sosteniendo sus genitales en su mano izquierda y tiene una tez oscura, como el ungüento negro que ha sido mezclado con petróleo (Śrī Kalki Purana, 5).

     El Bhāgavata Purāna también lo describe como un śūdra[esclavo de la casta inferior] que lleva puestas las ropas de un rey. El símbolo de Kali es un búho y él monta un burro en vez de un caballo. Kali es muy aficionado a los juegos de azar, a beber vino, a gozar de la compañía de prostitutas y a asociarse con comerciantes. Su personaje entero exuda un aura de exceso extremo, glotonería y avaricia. De Kali también se supone que es responsable de todas las escrituras malvadas y textos religiosos malamente compuestos. Las residencias favoritas de Kali son

     «los patios de juegos de fantasmas, zorras y chacales. Esos sitios estaban impregnados con el asqueroso olor de la carne en descomposición, y estaban plagados de cuervos y búhos. El dominio de Kali puede ser encontrado dondequiera que hay juego y embriaguez, así como donde las mujeres constantemente se pelean» (Śrī Kalki Purana, 5).

     En suma, sus dominios son aquellos que son considerados impuros por el hinduísmo, y se encuentran dondequiera que la gente pierde su racionalidad, generando lucha y conflicto. Es la influencia de Kali la que distorsiona la percepción de la Humanidad y la atrae lejos del dharma. La asociación de Kali con emociones humanas negativas y antagonismo hacia el dharmaes simbolizada por los nombres de su destructiva progenie.

     "La hermana de Kali era Durukti (el Lenguaje Áspero). Del vientre de Durukti Kali procreó a un hijo llamado Bhaya (el Miedo), y una hija llamadaMrtyu (la Muerte). Bhaya procreó a un hijo llamado Niraya (el Infierno) de la matriz de Mrtyu, y Niraya procreó a diez mil hijos en el vientre de su hermana,Yatana (el Dolor Excesivo). Así he descrito la destructiva progenie de Kali, quienes eran todos blasfemadores de los principios religiosos genuinos" (Śrī Kalki Purana, 6).

     El reinado de Kali, el Kali-yuga, comienza dentro del Mahābhārata,y ese libro es un texto fundamental para entender tanto a dicho demonio como a su Edad. Se cree tradicionalmente que el final del Mahābhārata anuncia el alba del Kali-yuga, y comienza cuando Krsna (Krishna), el avatara del dios Vishnu, se marcha. Basado en las observaciones astronómicas de Parāśara, se puede proporcionar una fecha alrededor de 1350 a.C. para el Mahābhārata [7].

[7] B. G. Sidharth, op. cit., p. 118.

     La presencia de Kali en el texto es sutil, y en su mayor parte revelada sólo por medio de simbolismo. Los indicios del origen infernal de Duryodhana están escondidos dentro del Mahābhārata. Vidura publica advertencias de los símbolos desfavorables que rodean a Duryodhana y que lo vinculan a Kali, diciendo:

     «Escúchame, padre, incluso si mis palabras son amargas, como la medicina para un hombre agonizante. Cuando Duryodhana nació, él gritó como un chacal. Él nos destruirá a todos nosotros. Un chacal acecha nuestro palacio. Ordena que Aryuna lo mate. Sacrifica un cuervo para conseguir pavos reales, padre; vende un chacal para comprar tigres» (Mahābhārata, 129).

     Los chacales son uno de los animales tradicionalmente asociados tanto con Kali como con los malos presagios. En una traducción diferente del Mahābhārata, la presencia de Kali es claramente declarada:

     «Haz de saber que Pāndu de gloria imperecedera y distinguido sobre todos los otros, surgió de los Maruts. Kshattri y Yudhishthira son ambos partes de la deidad de la Justicia. Haz de saber que Duryodhana era Kali, y Śakuni era Dvāpara» (Mahābhārata, XXXI).

     Tal como los otros principales personajes dentro del Mahābhārata son avataras de deidades, del mismo modo también Duryodhana es el avatara de Kali. La identidad de Kali como el villano del Mahābhārata también arroja mucha luz sobre las acciones de Krishna, el avatara de Vishnu, y sobre el papel que él juega en la enseñanza del kshatriya dharma [deber del guerrero] a Aryuna.

     Kali también aparece como Nala en el Mahābhārata, a quien él posee por medio del juego de dados (una forma de juego de azar). Durante el juego de dados, Nala lo pierde todo y es forzado al exilio. La posesión de Nala por parte de Kali se termina cuando el nāga Karkotaka lo muerde y el veneno convierte a Nala en un feo enano llamado Bāhuka, quien finalmente domina el juego de dados. El aprendizaje de eso permite a Nala exorcizar al demonio y él vomita a Kali de su boca.

     La historia de Nala es una micro-versión del propio Mahābhārata: Duryodhana también atrae a Yudhishthira al juego de los dados, inconsciente de que Duryodhana, ayudado por otro demonio Dvāpara (quien ha encarnado como Śakuni), manipula los dados para que él pueda apoderarse del reino:

     «"Desafiado, nunca me retiro", contestó Yudhishthira. "Somos peones en la mano del destino. Comencemos. ¿Quién juega contra mí? Yo suministraré las apuestas", dijo Duryodhana. "Mi tío Śakuni jugará"» (Mahābhārata,128).

     Yudhishthira pierde el reino, a sus hermanos, a sí mismo, e incluso a su esposa. El juego de dados es también de una importancia adicional porque los Yugas o Edades fueron originalmente nombrados así por los cuatro tiros de dados —Krita, Trita, Dvita y Kali— siendo Krita el mejor tiro y Kali el peor. Por lo tanto, Kali no sólo está ganando el juego de dados sino que está ganando el Yuga y declarándolo, aunque simbólicamente, como su reinado, y se dispone a involucrarse en conflicto con su tradicional enemigo, Vishnu, quien se encarna como Krishna en la sección Bhagavad-Gītā del Mahābhārata. A pesar de la derrota de Kali/Duryodhana en la epopeya, el final del Mahābhārataes el comienzo del Kali-yuga, porque se cree que en el mismo momento en que Krishna abandonó la Tierra, Kali llegó a ser activo en el mundo.

     Kali no dejará el mundo otra vez hasta que su azote Vishnu encarne como Kalki. El texto Kalki Purāna está ambientado al final del Kali-yuga y relata la batalla entre el avatarafinal de Vishnu, y Kali, que es derrotado en la primera parte del texto. A medida que la conexión de Kali con el Kali-yuga se hace mucho más explícita en el Kalki Purāna, la manera en la cual él influye en la Humanidad y en el dharma es también más obvia.

     Los problemas del Kali-yugason tanto morales como éticos, y la cuestión central del Kalki Purāna es que la sociedad rechaza el dharma y las enseñanzas védicas. Eso puede ser visto en el papel de Kalki en cuanto a los mlecchas. Se entiende que los mlecchas son

     «aquellos que no siguen los principios védicos. En antiguos días, los mlecchas eran menos, y Visvāmitra Muni maldijo a sus hijos para que se convirtieran en mlecchas. Pero en la Edad presente, el Kali-yuga, no hay ninguna necesidad de maldición, ya que las personas son automáticamente mlecchas. Éste es sólo el comienzo del Kali-yuga, pero al final del Kali-yuga la población entera consistirá en mlecchasporque nadie seguirá los principios védicos. En aquel tiempo aparecerá la encarnación Kalki» (Śrīmad Bhāgavatam, 9:16:33).

     También se declara que

     «el piadoso Brāhmana ha dejado este país (India), que ha sido castigado por el poderoso Kali, que tiene envidia de las personas santas, y que destruye la práctica de los principios religiosos» (Kalki Purana, 2.45).

     Además de la multiplicación de los mlecchas y la partida de los Brāhmanas, el sistema de castas también se divide en una quinta casta que es un resultado de la entremezcla de las otras cuatro, como está declarado en el Mahānirvāna Tantra: "En la Edad de Kali, sin embargo, hay cinco castas, a saber, Brāhmana, Kshatriya, Vaishya, Sūdra y Sāmānya"[8].

[8] A. Avalon, The Tantra of the Great Liberation, 1972.

     El efecto de la carencia de dharma en el Kali-yuga puede ser por lo tanto interpretado como el colapso de la ley tradicional y la negación de todas las cosas éticas, morales o espirituales. El objetivo de Kalki no es simplemente matar a Kali, sino también restaurar el dharma [los principios básicos del cosmos] y reinstaurar las tradiciones védicas. Kali, por otra parte, difunde el adharma pervirtiendo el discurso religioso y creando escrituras inescrupulosas. Esto es indudablemente lo que Guénon tenía en mente cuando él habla de la "contra-tradición"en el contexto del Kali-yuga.

     «El reinado de la "contra-tradición" es de hecho precisamente lo que es conocido como el "reinado del Anticristo", y el Anticristo, independientemente de todas las pre-concepciones posibles, es en cualquier caso el que concentrará y sintetizará en sí mismo para esa tarea todos los poderes de la "contra-iniciación", ya sea concebido como un individuo o como una colectividad» [9].

[9] R. Guénon, The Reign of Quantity & Signs of the Times, p. 270.

     La contra-tradición adhármica del Kali-yugatambién es identificada con el dogma rígido y el pensamiento fundamentalista pasado de moda, destaca Alain Daniélou, quien escribe que "Visualmente, los símbolos —es decir, las diversas formas de escritura— sólo comienzan a ser usados para fijar ciertos elementos de la tradición cuando la evolución del ciclo anuncia la decadencia del conocimiento" [10].

[10] A. Daniélou, Shiva and the Primordial Tradition: From the Tantras to the Science of Dreams, 2003, p. 103.

     Él posteriormente da más detalles sobre esto declarando que

     «la escritura es un fenómeno urbano, característico del Kali-yuga. Congelar las enseñanzas de "profetas" en libros considerados como sagrados es paralizar el espíritu de investigación; aquello fija supuestas verdades establecidas y tiende a crear una fe ciega en vez de la búsqueda del conocimiento» [11].

[11] A. Daniélou, While the Gods Play, 1987, p. 87.

     Esto está muchísimo de acuerdo con las descripciones de Kali que posee (metafóricamente) las mentes de los hombres para componer escrituras con "mala intención". Uno sólo tiene que leer las noticias diarias para ver cómo pasajes religiosos escogidos pueden ser usados para atacar a grupos étnicos y sexos. El ejemplo moderno más obvio sería el grupo "Estado Islámico" que deliberadamente distorsiona las enseñanzas islámicas para perpetuar la violencia política tanto en Europa como en el Oriente Medio.

     Pero es sólo cuando todas las enseñanzas espirituales han sido erradicadas que Kalki nacerá, ya que el Śrīmad Bhāgavatam dice que "Al final delKali-yuga, cuando no existen temas sobre el asunto de Dios, incluso en las residencias de supuestos santos y señores respetables de las tresvarnas [castas] superiores y cuando nada es conocido de las técnicas de sacrificio, incluso de palabra, entonces el Señor aparecerá como el castigador supremo"(Śrīmad Bhāgavatam, 2.7).

     Es restaurando el dharma, la esencia moral y espiritual de la sociedad, que Kalki es capaz de ponerle fin al Kali-yuga. El propio Kalki dice eso cuando él anuncia que "Estableceré entonces de nuevo el Satya-yuga, y así reinstauraré los principios de la religión como ellos eran antes" (Śrī Kalki Purana, 16).


Acontecimientos a Ocurrir en el Kali-yuga

     Alain Daniélou proporciona numerosos ejemplos de acontecimientos que ocurrirán en el Kali-yugatomados del Linga Purāna y el Vishnu Purāna. La gran mayoría de esos acontecimientos son desastres que provienen de acciones humanas. Todas las situaciones citadas aquí por Daniélou provienen de problemas socioculturales como la avaricia, la lujuria, el orgullo, la arrogancia y la corrupción política, que son el resultado final de la negación del dharma. A medida que el dharma dismunuye, el vicio y mal en la Humanidad aumentan. Entre las predicciones para el Kali-yuga se incluyen las siguientes:

• Ellos serán rodeados por filósofos pretenciosos y falsos.

• Habrá muchos mendigos y gente desempleada.

• Las violaciones serán frecuentes.

• Gente no calificada se hará pasar como expertos en cuanto a moral y religión.

• Las mujeres de buen nacimiento se abandonarán a los deseos de los más viles de los hombres y realizarán actos obscenos.

• Los hombres se dedicarán a ganar dinero; los más ricos tendrán el poder.

• Por la falta de autoridades públicas, muchos niños morirán.

• La gente aceptará teorías promulgadas por cualquiera como artículos de fe.

• En el Kali-yuga los hombres carecerán de virtudes, pureza, o un sentido de decencia, y conocerán grandes aflicciones [12].

[12] A. Daniélou, While the Gods Play, pp. 212-215.

     El Mahānirvāna Tantratambién declara que "Aquellos nacidos en la Edad de Kali son por su naturaleza débiles de intelecto, y sus mentes son distraídas por sus deseos", implicando que el carácter de la gente es lo que hace que ellos adopten prácticas que son esencialmente dañinas tanto para sí mismos como para otros. Debido a la creciente influencia del materialismo, la avaricia también se convertirá en una fuente de admiración, y sólo aquellos que son ricos serán considerados dignos de respeto. El Kalki Purāna declara que

     «En el Kali-yuga, una persona con mucho dinero será naturalmente respetada como una gran alma. Si una persona "dos veces nacida" gana su sustento prestando dinero a interés, él será considerado un pilar de la sociedad» (Śrī Kalki Purana, 8-10).

     Otros desastres creados por los humanos y asociados con el Kali-yuga son claramente el resultado de malos gobiernos. Los impuestos aumentarán y las figuras políticas serán egoístas más bien que los protectores del pueblo. También habrá migraciones de masas, algo que está ocurriendo actualmente. Esos acontecimientos encontrados en el Kali-yuga están localizados en el discurso de Mārkandeya en el Mahābhārata, donde está escrito que

• Los gobernantes se harán irrazonables: ellos impondrán impuestos injustamente.

• Los gobernantes ya no verán como su deber promover la espiritualidad, o proteger a sus súbditos: ellos se convertirán en un peligro para el mundo.

• La gente comenzará a emigrar, buscando países donde el trigo y la cebada forman la principal fuente de alimento.

     Sin embargo, no todos los acontecimientos del Kali-yuga serán causados únicamente por las actividades inmorales de la gente, ya que también habrá catástrofes al final de dicho Yuga:

• El dios de las nubes estará en desacuerdo con las lluvias.

• Habrá muchos niños nacidos cuya esperanza de vida no es más que dieciséis años.

• La gente que vive durante cien años será escasa.

• El agua faltará, y en muchas regiones la gente mirará al cielo, esperando la lluvia [13].

[13] A. Daniélou, While the Gods Play, pp. 212-215.

     A la luz de las recientes advertencias sobre el clima y los críticos niveles de contaminación en China, estos acontecimientos también podrían ser interpretados como producidos por el hombre, gracias al abandono y el uso disoluto de los recursos naturales, que daña al medioambiente. Independientemente de si la causa es natural o causada por la gente, estos pasajes indican una severa inestabilidad climática que aflige a la población y que acorta la duración de la vida humana. Sin embargo, hay un acontecimiento desastroso en el Kali-yuga que definitivamente no es producido por el hombre. Hay una perturbadora descripción de un acontecimiento de extinción de masas en la forma de un volcán submarino:

     «El fuego de la boca de una serpiente subterránea quemará los mundos inferiores, y luego la superficie de la tierra, y pondrá a la atmósfera en llamas (...) Rodeados por esos círculos de fuego, todos los seres animados e inanimados serán destruídos (Vishnu Purana1.8.18-31). Enormes nubes de ceniza entonces cubren la tierra (...) Luego, por medio de lluvias interminables, ellas inundarán la tierra entera con agua. Esa lluvia torrencial hundirá la tierra durante doce años, y la Humanidad será destruída» (Daniélou, op. cit., p. 218).

     Vale la pena mencionar que el Anillo de Fuego [cinturón de volcanes en el Pacífico] está actualmente muy activo, y que grandes terremotos se han hecho más frecuentes en años recientes. Violentos terremotos han sido particularmente prolíficos en Japón y Nueva Zelanda, cerca del sitio de lo que es un super-volcán en desarrollo que está creciendo en el suelo del océano. La ciencia predice que ese nuevo super-volcán será lo bastante fuerte como para erradicar la mayor parte de la vida en el Hemisferio Sur, y cubrirá al mundo con nubes de ceniza lo bastante enormes como para arruinar el clima a nivel global. Actualmente se cree que al volcán le tomará al menos miles de años formarse, a pesar de que Daniélou calcula el final del Kali-yuga para 2442 d.C. [14], una fecha que si es correcta nos coloca muy cerca de un desastre catastrófico.

[14] Daniélou, op. cit, p. 197.

     No todo está perdido, sin embargo. Aunque el dharma haya de colapsar según estos textos, algunas tradiciones volvieron a escribir sus enseñanzas a fin de adaptarse a la cambiante corriente del Kali-yuga. Las más famosos de éstas son las ramas esotéricas del hinduísmo colectivamente referidas como Tantra. El Mahānirvāna Tantra dice que "cuando la Edad de Kali esté en plena influencia para todas las castas, comenzando con los Brāhmanas, los ritos Tāntricos serán los únicos apropiados".

     Daniélou repite ese sentimiento declarando que "Sólo los métodos del Yoga Tántrico son eficaces en esta edad en la cual los valores se han perdido; los ritos, el ascetismo y las virtudes de otras edades son ineficaces" [15].

[15] A. Daniélou, Gods of Love and Ecstasy: The Traditions of Shiva and Dionysus, 1992, p. 235.

     Él también cree que "las enseñanzas de Lakuliśa exponen los principios del Darśana (los caminos del conocimiento) en una forma simple y popular llena de imágenes, y sugieren modelos de comportamiento convenientes para las etapas finales del Kali-yuga"[16].

[16] A. Daniélou, While the Gods Play, p. 120.

     El método más simple y eficaz de resistir a la influencia del Kali-yuga, sin embargo, es realmente muy fácil y puede ser practicado por cualquiera, ya que el Mahānirvāna Tantra dice que

     «en la Edad de Kali las limosnas son eficaces para el logro de todas las cosas. Los objetos apropiados de tales limosnas son los pobres que están dedicados a actos meritorios».

     Así, el humilde acto de la caridad puede contrapesar al infortunio, la avaricia y la crueldad del Kali-yuga. Si algo puede salvar a la Humanidad de los desastrosos efectos del Kali-yuga, entonces eso debe ser la acción humana, realizada de acuerdo con el dharma. Incluso si esta suposición es incorrecta, aún así puede ser suficiente para hacer del mundo un lugar un poco más brillante en esta la más oscura de todas las épocas, y retrasar el Apocalipsis un poco más.–



Acerca de Ben Klassen y Su Vida

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     En el sitio counter-currents.com se publicó en dos partes en Agosto pasado, para un aniversario más de su fallecimiento, el siguiente texto que se refiere a la vida y ciertos hechos de Bernhardt "Ben" Klassen (1918-1993), estadounidense de origen germánico nacido en Ucrania, ingeniero eléctrico, activista político y líder religioso que fundó en 1973 la Iglesia del Creador, movimiento en favor de la gente Blanca, que identificó al cristianismo como un debilitador principal de ella. El autor de este artículo, que hace un claro resumen de su vida, destaca diversos hechos que aparecieron como trampas o estorbos, reales o percibidos, que impidieron una mayor y mejor difusión de sus ideas.


Ben Klassen en Sus Propias Palabras
por C. F. Robinson
4 y 7 de Agosto de 2017




1. Antecedentes y Actividad Política

     Los historiadores mirarán hacia atrás las discordantes mareas de ideas en el Mundo Occidental y señalarán a un tiempo (quizás entre 1912 y 2016) cuando los Blancos estadounidenses se volvieron locos con una especie pseudo-religiosa de adoración de "otros". Bajo ese estado religioso de cosas, el gobierno federal de Estados Unidos decretó costosos programas que nunca cumplirían sus promesas para elevar a los negros, Estados Unidos emprendió guerras en base a las órdenes de grupos de presión extranjeros, se cargó a sí mismo con una lunática política de inmigración, y regaló su industria a Asia. Esos historiadores discutirán acerca de cuándo exactamente eso comenzó y terminó y por qué ocurrió. Pero en medio de aquelKali-yuga, unos pocos solitarios pro-Blancos portadores de antorcha se destacarán.

     Uno de ellos es Ben Klassen, que nació el 20 de Febrero de 1918 en una colonia menonita [*] en Ucrania. Klassen desarrolló un credo religioso que fue específicamente diseñado para promover a la raza blanca y que finalmente llegó a ser llamado "La Iglesia Mundial del Creador"o el"Movimiento Creatividad"[1]. Ese movimiento llamó mucha atención de los medios de comunicación y provocó hostilidad de parte de organizaciones como la judía Liga Anti-Difamación y el Southern Poverty Law Center. Klassen escribió acerca de su vida en su autobiografía,"Against the Evil Tide", y específicamente sobre su defensa de los Blancos en"Trials, Tribulations, and Triumphs".

[*] https://es.wikipedia.org/wiki/Menonita
[1] El nombre original de su religión era Church of the Creator, abreviado como COTC en los escritos de Klassen.

     Para usar el lenguaje de la victimología de hoy, Klassen fue un "Sobreviviente del Holodomor", es decir, él creció en la República Socialista Soviética Ucraniana cuando los comisarios soviéticos habían requisado todo el grano de los agricultores de Ucrania. Eso condujo a una hambruna masiva en la cual fallecieron millones de personas. Durante aquel tiempo, Klassen recuerda haber sido racionado a sólo media rebanada de pan oscuro en la cena [2]. Klassen francamente declara que los colonos menonitas alemanes pasaron a través del hambre de terror mucho mejor que los rutenos y rusos nativos.

[2] Ben Klassen,Against the Evil Tide: An Autobiography, Creativity Book Publisher, Otto, Carolina del Norte, 1991, p. 36.


Los Antecedentes del Profeta

     La experiencia de Klassen en elHolodomor así como su trasfondo menonita muy ciertamente influyeron en su cosmovisión y activismo de su vida posterior. Sus antecedentes tienen varios elementos que merecen ser destacados. Primero, Klassen era de orígenes étnicos alemanes [3], pero vivía fuera de Alemania. Después de la Primera Guerra Mundial, esos alemanes fronterizos en Europa del Este quedaron muy atrapados en los crudos conflictos étnicos de esos tiempos.

[3] Él también menciona que su familia podría tener ascendencia holandesa. La lengua vernácula de su familia era el dialecto oriental del Bajo Alemán, una lengua hablada en las llanuras de Alemania del Norte.

     Segundo, no hay ninguna manera posible en que Klassen y su familia no pudieran haber notado el sólido núcleo judío de los dirigentes de la Unión Soviética controlada por los bolcheviques de los años '20. Creciendo en ese ambiente, Klassen habría entendido ciertamente gracias a su experiencia personal lo que Adolf Hitler escribió en Mein Kampf:

     «Tan pronto como el judío está en posesión del poder político él deja caer los últimos velos que lo habían ayudado hasta entonces a ocultar sus características. A partir del judío democrático, el judío del pueblo, surge el "judío de la sangre", el tirano de los pueblos. En el curso de unos pocos años él procura exterminar a todos aquellos que representan la inteligencia de una nación. Y al privar de esa manera a los pueblos de sus líderes intelectuales naturales él les prepara su destino como esclavos bajo un duradero despotismo. Rusia proporciona el ejemplo más terrible de tal esclavitud. En aquel país el judío mató o privó de comida a treinta millones de personas, en un ataque de salvaje fanatismo, y en parte por el empleo de inhumanas torturas. Y él hizo eso para que una pandilla de literatos judíos y bandidos financieros pudieran dominar sobre un gran pueblo» [4].

[4] Adolf Hitler, Mein Kampf, Primera Parte, cap. 11.

     La familia Klassen abandonó la República Socialista Soviética Ucraniana en Junio de 1924. Ellos viajaron por tren a Moscú y luego a través de Europa hacia Francia. A lo largo del camino hubo muchas paradas en varias ciudades para arreglar los pasaportes, la carga, etc., para el siguiente tramo del viaje. Finalmente, los Klassen llegaron a Méjico. Después de quedarse allí durante algunos meses, ellos se trasladaron a Saskatchewan, en Canadá, donde los Klassen se convirtieron en exitosos agricultores.

     A diferencia de la inmigración de sus antepasados a Ucrania, al llegar a Saskatchewan los Klassen estaban inmigrando a un extenso hogar cultural en Norteamérica que tenía profundas simpatías por los movimientos pacifistas Protestantes extremos, como los menonitas, los cuáqueros y los amish, que se desarrollaron en Europa del Norte durante las últimas etapas de la Reforma Protestante. En efecto, ese hogar cultural es casi un etno-Estado por derecho propio [5]. Ben Klassen y su familia no son realmente muy diferentes de los establecidos colonos de las altas llanuras de Norteamérica que pueden remontar su ascendencia a los colonos holandeses de Pennsylvania [6], de los condados de York y Lancaster de la década de 1750.

[5] https://www.counter-currents.com/2017/03/new-sweden-the-quakers-the-midlands/
[6] Quisiera señalar que Ben Klassen y su familia no eran holandeses de Pensilvania en el sentido más estricto. Él era lo que a menudo es llamado un "alemán-ruso". Su familia hablaba el Bajo Alemán, que es un dialecto germánico diferente de la lengua de los holandeses de Pennsylvania hablada en Norteamérica. Sin embargo, la élite de los cuáqueros ingleses de la región central de Estados Unidos tiene una larga historia de reclutar y asimilar a inmigrantes alemanes Protestantes radicales. Entre 1680 y 1770 la mayor parte de los alemanes provinieron del Rhineland-Palatinado, y después los alemanes fueron reclutados del resto de Europa. Esos alemanes deberían ser vistos como refuerzos étnicos para el núcleo cuáquero que compone Pennsylvania y su zona cultural del Medio Oeste.

     Ben Klassen era un inmigrante, pero tal como el inmigrante Padre Fundador Alexander Hamilton, él se adaptó inmediatamente. Él no era culturalmente completamente extraño a su nueva nación de ninguna manera [7]. Esto debe ser contrastado con gente como Paul Wolfowitz, George Takei y Francis Fukuyama, todos los cuales nacieron en Estados Unidos, pero son racial y culturalmente gente de "linaje inmigrante" mal dispuesta para adaptarse. Por ejemplo, en "Against the Evil Tide" Klassen escribe acerca de su visita a la Base Wheeler de la Fuerza Aérea [en Pearl Harbor], "donde tantos de nuestros aviones habían sido destruídos por bombardeos"[8]. Note el uso de Klassen de la palabra "nuestros". Dudo que George Takei tuviera genuinamente alguna simpatía por los hombres bombardeados en dicha base Wheeler por los japoneses en 1941.

[7] Gran parte del Canadá inglés tiene raíces en Pennsylvania. Colin Woodard escribe en su clásico "American Nations: A History of the Eleven Rival Regional Cultures of North America"que "los primeros emigrantes de las tierras centrales escribieron a sus amigos en casa que en Ontario ellos encontrarán una segunda edición de Pennsylvania, como era antes de la Guerra de Independencia" [1775-1783] http://amishamerica.com/amish-canada/
[8] Ben Klassen, Against the Evil Tide: An Autobiography, Otto, Carolina del Norte, 1991, p. 228.

     A Ben Klassen no le gustaba el severo clima frío de Canadá y él, junto con muchos de sus compatriotas canadienses, no tuvieron ningún entusiasmo por la participación canadiense en la Segunda Guerra Mundial. El único servicio militar de Klassen, si uno puede llamarlo así, fue como un cadete del Cuerpo Canadiense de Entrenamiento de Oficiales (COTC) durante la universidad. Mientras realizaba esos estudios, Klassen consiguió un grado en ingeniería, trabajó durante un tiempo en una mina de níquel en Ontario del Norte, y finalmente se trasladó a Los Ángeles. En California él conoció y se casó con su esposa, Henrietta McWilliams, una estadounidense "anglosajona" de Colorado.

     Klassen llegó a California justo antes de que los militares estadounidenses fueran desmovilizados debido al final de la 2ªGM. Por consiguiente, él tenía una ventaja en el mercado de trabajo. Los antecedentes pacifistas menonitas de Klassen provocaron un resultado similar para él como el de muchos cuáqueros ingleses: en vez de conseguir empleos en el gobierno o en las fuerzas armadas, esos pacifistas Protestantes enfocaron sus energías en la industria y los negocios. Si bien tales esfuerzos conllevan riesgos, ellos a menudo permiten a la gente la oportunidad de hacerse ricos. Eso le sucedió a Klassen. Con su ventaja de estar en Los Ángeles antes de que la ola de ex-soldados hubiera llegado, él fue capaz de comenzar su propia firma de bienes inmuebles, y finalmente desarrolló Silver Springs, en Nevada, con un socio de negocios que a Klassen le pareció que era algo deshonesto.

     Después de vender su parte de Silver Springs, él tenía bastante dinero para retirarse y vivir de los intereses. Después de un tiempo se aburrió e invirtió en un proyecto de cigarrillos que se auto-encendían que no llegó a ninguna parte. Con la experiencia ganada en invenciones de mercadotecnia como la mencionada, Klassen dio con la idea de desarrollar un abrelatas automático. Su invención se convirtió en el Canolectric. El Canolectric fue un éxito, pero finalmente los abrelatas automáticos posteriores lo hicieron no competitivo y él perdió su cuota de mercado. Durante ese tiempo Klassen se cansó de California y se trasladó a Florida. Mientras estaba en Florida, él siguió interesándose en bienes inmuebles, se involucró en el canotaje, y también en la política.

     El éxito social de Klassen, que lo condujo finalmente a su carrera en defensa de la gente Blanca, también calza —exactamente— con lo que está escrito en un folleto publicado por la American Immigration Control Foundation en cuanto al conflicto étnico [9]: "El apoyo a movimientos étnicos es a menudo más fuerte entre individuos instruídos con altos ingresos y ocupaciones de elevado status que entre aquellos de niveles socioeconómicos inferiores" [10].

[9] https://www.counter-currents.com/2017/01/a-rival-viking-coalition/
[10] Elmer, Glaister y Evelyn, Ethnic Conflicts Abroad: Clues to America’s Future?, The American Immigration Control Foundation, EE.UU., 1988, p. 7.


Actividad Política

     A través de toda su autobiografía"Against the Evil Tide", Klassen describe lentamente lo que lo obligó a involucrarse en la política de la defensa Blanca. Aunque él no describe una conversación con su esposa e hija acerca de su epifanía en favor de la gente Blanca, alguna clase de hecho convincente debe haber ocurrido: a diferencia de las mujeres y los hijos de George Lincoln Rockwell, la familia de Klassen permaneció leal e intacta durante toda su carrera. Sería bueno saber, en la actual época de matrimonios fáciles de disolver, lo que Klassen hizo para conseguir que su esposa e hija se mantuvieran junto a él.

     Klassen se convirtió en un escéptico de la religión cuando él tomó una clase sobre religiones antiguas en la enseñanza superior. Él comprendió que su fe menonita surgió como una ideología religiosa en una forma a menudo repetida a través del tiempo. Él escribe: "Cada movimiento tiene sus raíces en algún movimiento similar previo. Y luego se separa del movimiento que le dio origen, como un niño rebelde se aparta de su antigua familia".

    Como un escéptico religioso, su visión de la escena de la Derecha política estadounidense en los años '60 era extraña para un derechista, pero tal como su llegada a Los Angeles, su profunda percepción superó a sus pares. Él fue una de las primeras personas en la Derecha que reconoció que "cristiano" no era sinónimo de "Blanco". Él indicó que muchos abogados del hombre Blanco estaban distraídos defendiendo la religión del cristianismo, siendo que ella no defendía recíprocamente a la gente Blanca.

   Para enfatizar esa idea, Klassen señala lo que él siente que fueron los defectos del credo menonita para proteger a sus seguidores duranteel Holodomor. Ya que los menonitas son simplemente una versión más radical del cristianismo occidental, lo que señala Klassen puede ser fácilmente aplicado a todo el cristianismo. Parafraseados por el autor de este artículo, dichos defectos son:

1. Los menonitas (de Ucrania y Rusia) ni siquiera trataron de identificar o encarar al enemigo bolchevique judío que los destruyó. En vez de eso, ellos «alaban y elogian a los así llamados "israelitas" como el "pueblo elegido de Dios[12].
2. Los menonitas tienen un encaprichamiento "insano" con los aspectos sobrenaturales del cristianismo, a los que Klassen ve como un fraude.
3. Los menonitas adhieren al Sermón del Monte (Mateo, cap. 5) hasta un grado en que ellos son incapaces de tomar las armas para defender a su propia gente.
4. Los menonitas están geográficamente desarraigados. Si bien no son parásitos a la manera en que judíos y gitanos lo son, ellos no crearon su propio Estado. Eso, en parte, es debido a su pacifismo religioso [13].

[12] Klassen, Against the Evil Tide, p. 22.
[13] Ben Klassen parece no haber visto que los menonitas calzan muy bien en las regiones centrales de Estados Unidos. Esa región es donde muchísimos antiguos pacifistas Protestantes radicales, es decir, los luchadores cuáqueros, han formado su propio Estado y se han armado en su defensa. https://www.counter-currents.com/2017/03/new-sweden-the-quakers-the-midlands/

     La clara comprensión que tenía Klassen de los divergentes intereses de la institución del cristianismo y los intereses de los Blancos lo alejaron al final de muchos de los movimientos pro-cristianos y pro-Blancos que se desarrollaron en respuesta a la revolución de los "derechos civiles" de los años '60. Él era también un miembro de la John Birch Society y, al igual que Revilo P. Oliver y George Lincoln Rockwell, llegó a comprender que dicha Sociedad era básicamente un fraude. La Sociedad John Birch no mencionaba los aspectos judíos de la subversión en casa y del comunismo en el extranjero. A Klassen le pareció que la Sociedad John Birch fue deliberadamente diseñada para proteger a los judíos y desviar las actividades anti-comunistas hacia un callejón sin salida.

     Klassen también estuvo involucrado en la política predominante en Florida. Él fue uno de los primeros políticos que reconoció que a la luz de los crecientes problemas de las políticas de "derechos civiles" del Presidente Lyndon Baines Johnson, el Partido Demócrata en el Sur se estaba desintegrando. Él se convirtió en un Republicano y postuló para ser un Representante de Florida en 1966 en base a una plataforma anti-bussing [anti-transporte escolar obligatorio de niños Blancos por vecindarios de negros] y pro-Sociedad John Birch, y ganó. Él perdió su asiento cuando la Corte Suprema estadounidense ordenó que Florida reorganizara distritalmente sus divisiones políticas. Él entonces postuló al Senado del Estado de Florida, pero perdió.

     Él también trabajó para la campaña presidencial de George Wallace (1919-1998) en 1968. Mientras trabajó en aquella campaña, Klassen comprendió que Wallace carecía de liderazgo ya que él no podía siquiera idear un nombre para el partido político que se estaba formando alrededor de su candidatura, que era realmente sólo implícitamente pro-Blancos. En su evaluación de Wallace, Ben Klassen identificó que el Partido Republicano era la expresión política de los Blancos estadounidenses, pero que no tenía la capacidad, la plataforma intelectual o el coraje moral para realizar una defensa eficaz de la gente Blanca estadounidense.


2. Aprendiendo de los Problemas del Profeta


Profetade la RaHoWa (Racial Holy War)

     Frustrado por el torpe actuar del Partido Republicano, y cansado de los abogados pro-Blancos cristianos distraídos por la insistencia de Génesis 12:3 en que "Dios""bendeciría"a aquellos que apoyaran a los judíos y que "maldeciría"a aquellos que no lo hicieron, Klassen decidió crear su propia religión. Aquello con lo cual él apareció era una fe no-deísta cuyo objetivo era el progreso de la raza blanca. Sobre ese asunto él escribió muchas cosas y sacó una revista llamada Racial Loyalty. Sus trabajos fundamentales son cuatro libros que perfilan su filosofía religiosa. Ellos son:

    Nature’s Eternal Religion (1973).
    The White Man’s Bible (1981).
    Salubrious Living (1982) (un libro sobre salud y bienestar).
    A Revolution of Values through Religion (1991).

     En ese esfuerzo, él tuvo primero que conseguir que sus ideas fuesen publicadas. Él lanzó su movimiento en un momento en que los medios de comunicación estaban totalmente controlados por sus enemigos. Los medios impresos no estaban tan totalmente controlados por los judíos como la radio y la televisión, pero muchas de las casas editoriales eran hostiles a sus trabajos. Klassen pudo entrar a la puerta de los gerentes de editoriales anti-comunistas, pero los cristianos "renacidos" que las poseían a menudo rechazaron publicar su material, causando tardanzas. Además, los gastos de publicación de sus libros eran abrumadores: las tiradas de imprenta a principios de los años '80 costaban alrededor de 20.000 dólares, en un momento en que un automóvil nuevo promedio costaba 9.370 dólares [14].

[14] http://www.nytimes.com/1982/09/01/business/gm-lowers-prices-on-many-1983-cars.html

     Después de una cuidadosa deliberación, Ben y Henrietta Klassen decidieron dejar Florida y localizar la oficina central de su Iglesia en Otto, Carolina del Norte. Eso ocurrió en un momento en sus vidas en que la mayor parte de las parejas están listas para entrar en un cómodo retiro. Ben y Henrietta eran abuelos, y estaban perdiendo vitalidad. En su vejez, ellos se estaban embarcando en la lucha más difícil de sus vidas.

     Desde un punto de vista metapolítico, la Iglesia Mundial del Creador de Klassen fue un golpe exitoso. Sus ideas se han difundido por todas partes de los territorios pro-Blancos de la Internet. Uno es libre de estar de acuerdo o discrepar con ellas, pero uno no puede ignorarlas si uno hace alguna clase de defensa pro-Blancos. Sin embargo, como Pontifex Maximus de su Iglesia, él se metió en todo tipo de problemas que podrían haber sido evitables. Gran parte de eso está relatado en "Trials, Tribulations, and Triumphs".


APRENDIENDO DE LOS PROBLEMAS DEL PROFETA


Problema A: Empleados Menos que Brillantes

     Los problemas en los que entró Ben Klassen probablemente están más relacionados con las condiciones naturales de promover cualquier clase de nuevo territorio religioso e ideológico que con defectos de su parte. Después de todo, la carrera de Klassen fue extraordinaria. Él fue tan exitoso financieramente que pudo retirarse siendo un hombre joven. Desde aquella situación él siguió exitosamente inventando y promocionando un producto, ser elegido para un cargo público, y hacer más dinero en bienes inmuebles en Florida. Sus ideas raciales, si bien radicales, no pueden ser ignoradas.

     Su primer problema relacionado con las limitaciones de su trabajo pionero fue tener más empleados problemáticos que talentos superiores durante su carrera activa como el líder de la Iglesia. Klassen escribe en 1992: "Yo tenía muy pocos voluntarios para elegir de los que estaban sin compromisos y que eran de fantasía libre, que pudieran escribir a máquina y estuvieran dedicados a la causa, todo lo cual es una triste reflexión sobre el desorientado estado de ánimo en el cual la Raza Blanca estaba entonces, y todavía está"[15].

[15] Ben Klassen, Trials, Tribulations, and Triumphs: A History of the Church of the Creator during Its 10 Year Domicile in the State of North Carolina, Coordinated with Biographical Details during the Same Period, Niceville, Florida, 1993, p. 50.

     La Iglesia de Klassen atrajo a estafadores como un imán a las limaduras de hierro. Klassen escribió: "Parece desde que comencé la Iglesia del Creadorque yo repetidamente logré convertirme en el objetivo de alguna estafa, y a veces más de un timador estaba trabajando contra mí al mismo tiempo. Si eso sólo ocurrió por coincidencia, o si el JOG [Jewish Occupation Government] les estaba señalando mi camino, nunca logré comprenderlo, pero ciertamente parecía que yo me había convertido en un objetivo principal" [16]. Algunos empleados también trabajaban poco y el drama de sus vidas personales se convirtió en una distracción.

[16] Ben Klassen, Trials, Tribulations, and Triumphs, p. 135.

     Klassen sabía que él se estaba demorando años, de modo que gastó mucho tiempo buscando a un "Gran Promotor" y un "Ángel Financiero Blanco". Él no encontró ninguno en su vida. En su búsqueda de un promotor, él desperdició mucho tiempo coordinando con sociópatas carismáticos y manipuladores encerrados en prisión que afirmaban ser abogados pro-Blancos. Eso correspondía a la tendencia de empleados problemáticos ya descritos.


Problema B: Localización

     Klassen invirtió mucho capital en el campus de su Iglesia en las montañas de Carolina del Norte occidental. En"Trials, Tribulations, and Triumphs" Klassen comentó que la mayor parte de sus vecinos estaban curiosos por sus ideas y sobre todo amistosos ante su presencia. Sin embargo, esa amistad enmascaraba los serios problemas que se desarrollaron debido a la localización de la iglesia.

     En la superficie, la localidad homogéneamente Blanca y rural en las "conservadoras" tierras altas del Sur sería una gran elección para una Iglesia nueva y explícitamente pro-Blancos; sin embargo, ése no era el caso. Hay varias razones de ello que se entremezclan. La primera es la naturaleza del cristianismo Protestante del Sur. Tal como los proverbiales Cañones de Singapur [en la 2ªGM] que sólo podían apuntar en una sola dirección, los cristianos del Sur sólo pueden proyectar su fuerza moral en una dirección limitada. Prácticamente aplicados, en esa sociedad, los cristianos del Sur sólo pueden estar contra el "racismo" y en favor de los intereses judíos organizados, o ellos pueden estar en favor de proyectos sin salida como el movimiento contra el aborto, los "valores de la familia" y la estafa de la adopción de niñas chinas. Los predicadores en el área sermonearon contra la Iglesia de Klassen, y el periódico local escribió artículos negativos. (Mientras tanto, los Protestantes del Sur eran llamados "racistas" sin importar lo que ellos hicieran).

     Enmarcado en la estructura metapolítica del tiempo y el lugar, Klassen era, para decirlo en términos simples, una encarnación viva del "mal". Él era un gran objetivo situado exactamente en el centro del rango pre-avistado de los "Cañones de Singapur" que eran los Protestantes del Sur. Los trabajadores que construían la iglesia de Klassen fueron baleados y tuvieron que llevar sus armas de fuego al lugar para poder terminar el trabajo. Después de que la iglesia fue construída, fue destrozada, y el anuncio fue golpeado por una ráfaga de escopeta. Klassen recibió correos de odio, amenazas de bombas, delincuentes hostiles, y llamadas telefónicas maliciosas. Aparte de un paquete sospechoso que se pensó que era una carta-bomba, la policía tomó la mayor parte de los incidentes de manera no seria.

     Klassen reconoció que sus vecinos cristianos serían hostiles en teoría. Sin embargo, él no comprendió la naturaleza contra-intuitiva de las luchas étnicas. Éste es el segundo problema con su elección de la localización. Aquellos que viven en áreas homogéneas como Minnesota, Carolina del Norte occidental y Vermont a menudo están tan aislados de la disfunción de la gente no-Blanca que no hay ninguna comprensión en tales comunidades de por qué alguien como Ben Klassen entraría en medio de ellos con una idea de que la institución del cristianismo dañaba los intereses raciales Blancos. Ellos ni siquiera comprendían que los intereses raciales Blancos estaban bajo amenaza. Como resultado, cada político local en esa área podía ser hostil a Klassen y no perder ni un solo voto.

     Si Klassen hubiera organizado su Iglesia en Florida del Sur, los predicadores anglos posiblemente también habrían sermoneado contra él, pero los Blancos en las bancas de las iglesias habrían tenido todos experiencias personales de haber tratado con hombres de color y sus problemas. Con eso en mente, en Florida del Sur la Iglesia Mundial del Creador podría haber conseguido fácilmente una base de apoyo tranquila y sólida como un lecho de roca. Si Klassen hubiera comprado una propiedad en las montañas Poconos, en Pennsylvania, él probablemente habría hecho una mejor. Aquellos que tenían casas de verano en aquella área habrían tenido profundas conexiones con la Ciudad de Nueva York, muy probablemente la ciudad con la población Blanca más "despertada" en este planeta. Es también posible que si Klassen hubiera puesto su oficina central en Pennsylvania del Este y en el Noroeste de Nueva Jersey, él habría tenido en general una mejor clase de personas apoyándolo [17].

[17] https://www.nytimes.com/2014/07/13/opinion/sunday/seth-stephens-davidowitz-the-data-of-hate.html


Problema C: Demasiados Objetivos

     Ben Klassen no se hizo ningún favor al escoger demasiados objetivos. En su lucha tribal contra judíos y hombres de color, él también se convirtió en un manifestante contra los impuestos, un anti-masón y un activista anti-Reserva Federal. Sus actitudes anti-masónicas estaban probablemente en lo correcto en un sentido de Revolución francesa y europea, pero en el mundo de habla inglesa, la masonería es un poco más que un club social que proporciona un lugar para jubilados para escaparse de la esposa y discutir unos con otros sobre bagatelas. Por consiguiente, él estaba convencido de que los abogados del área eran "hostiles"y que estaban implicados en la "Conspiración Masónica". De esa manera, él se provocó errores no forzados al desconectarse de los miembros locales de la asociación de abogados.

     Si bien Klassen creía que la Reserva Federal era una agencia que emitía dinero falsificado, él mantuvo un ojo avizor sobre su depósito personal de Notas de la Reserva Federal[dólares]. Esa disonancia filosófica probablemente tiene mucho que ver con el hecho de que la Reserva Federal (establecida por los esfuerzos metapolíticos de los Demócratas agrariosanti-Wall Street como William Jennings Bryan) ha sobrevivido a una depresión global, muchas recesiones, dos guerras globales y muchas otras crisis, hasta el punto de que llamarla una estafa de falsificación no es racional [18]. Puede ser el tiempo para declarar que el control judíode la Reserva Federal es un problema, pero no la Reserva Federal en sí misma.

[18] https://www.alt-m.org/2014/04/20/william-jennings-bryan-and-the-founding-of-the-fed/

     Sin embargo, su más grande problema de "demasiados objetivos" fue su protesta anti-impuestos. Como él no declaró sus impuestos, la Hacienda Pública (IRS) fue tras él, y eso le dio un contorno desesperado a sus actividades. Klassen tenía su dinero en cinco bancos diferentes, y su Iglesia también tenía una cuenta bancaria. Como Klassen estaba en problemas con el IRS, él temió que el IRS pusiera sus manos en sus depósitos incautando sus cuentas. Uno de sus empleados, llamado Don Johnson, respaldaba un banco en Chilton, Texas. Don Johnson afirmó que el banco no estaba bajo la jurisdicción del gobierno estatal o federal y tenía décadas de experiencia manteniendo seguros los depósitos. Lamentablemente, resultó que el banco había sido comprado por un estafador y Klassen perdió gran parte de sus ahorros. Al final, Klassen pensó que el asunto era un "tipo de operación de estafa, diseñada para entrampar y llevar a la bancarrota a un cierto grupo de la ciudadanía al que ellos veían como manifestantes anti-impuestos"[19].

[19] Ben Klassen, Trials, Tribulations, and Triumphs, p. 146.

     Don Johnson murió de un ataque cardíaco poco después del fiasco del Banco Chilton, y Klassen llegó a creer que su empleado puede haber sido alguien plantado para interrumpir sus actividades desde el principio. Además, Klassen más tarde creyó que el nombre Don Johnson era probablemente falso ya que coincidía con el de un popular personaje de televisión entonces. Además, Johnson sabía mucho sobre un oscuro banco "fuera de la jurisdicción"de los gobiernos federal y estatal, pero pretendió no saber que el banco había sido comprado por estafadores alrededor del tiempo en que Klassen comenzó a buscar donde esconder sus bienes.


Problema D: Enemigos Competentes

     Mientras Klassen tuvo que soportar a un gran número de empleados torpes y fue incapaz de encontrar un "gran promotor" o a un "ángel financiero Blanco", sus enemigos se movieron contra él con una eficacia despiadada. Los verdaderos enemigos ideológicos de Klassen fueron la Liga Anti-Difamación y el Southern Poverty Law Center (SPLC), los cuales usaron a las autoridades locales del condado Macon, en Carolina del Norte, para llevar adelante sus objetivos.

     Sus enemigos usaron la táctica del fuerte contra el débil. Si uno tiene más capacidad armamentística, pero está enfrentado a un enemigo evasivo, el truco consiste en atraer al enemigo para que se exponga él mismo al poder de fuego. Eso sucedió en la noche del 13 al 14 de Junio de 1986. El principal tipografista y empleado de Klassen, Carl Messick, titulado por Klassen como Hasta Primus (que significa punta de lanza), despertó entre voces en medio de la noche. Temiendo un ataque incendiario, él llamó tanto a Klassen como al departamento del sheriff, y luego tomó un arma de fuego y disparó contra el automóvil de los intrusos cuando los delincuentes intentaban escapar. Resultó que los intrusos eran una pareja de Georgia, William y Patricia Trusty. Ellos afirmaron haber estado mirando para visitar a una pareja local. Recuerde, en 1986 no había ningún activista pro-Blancos en la Internet que pudiera averiguar los antecedentes de los Trusty como hoy.

     El informe del SPLC sobre el asunto establece que "el jefe de seguridad Carl Messick disparó 19 tiros contra el automóvil de una pareja de Georgia que se extravió en los terrenos de la COTC"[20]. El informe de Inteligencia del SPLC no menciona que los Trusty "se extraviaron" en los terrenos de la COTC en medio de la noche. El departamento del sheriff arrestó a Messick. Dicho proceso judicial fue otro error no forzado. Messick no usó a ningún abogado en su defensa sino al supuesto experto para-legal de la COTC, el ya mencionado Don Johnson. Messick fue condenado a siete años. Según el relato de Klassen, Messick era uno de los pocos empleados competentes, y su encarcelamiento realmente lo puso en desventaja.

[20] https://www.splcenter.org/fighting-hate/intelligence-report/1999/church-creator-timeline

     El movimiento de Klassen fue llevado a la bancarrota por el truco legal del SPLC de demandar a una organización pro-Blancos después de que alguien con vínculos con el SPLC cometió un acto ilegal. En este caso, un seguidor de Klassen baleó a un marinero negro y a un veterano de la Guerra del Golfo en un incidente de violencia en la carretera en 1991. Un jurado dictaminó a favor del SPLC y la Iglesia Mundial del Creador fue destruída [21].

[21] http://www.nytimes.com/1996/05/20/us/supremacist-told-to-pay-black-family.html

     Esa táctica, donde un seguidor de un grupo extremo a favor de los Blancos está implicado en una confrontación violenta con alguien más, y el SPLC llega rápidamente con abogados hábiles que buscan un juicio para dejar en bancarrota, es eficaz. Sin embargo, tal como la famosa táctica escocesa de ataque la Highland Charge era efectiva contra soldados armados con arcabuces de mecha, pero no contra los más avanzados de pedernal que eran más rápidos de cargar y tenían un alcance mayor, la táctica del SPLC podría no funcionar en el futuro.

     La bancarrota provocada por el SPLC en beneficio de la táctica sólo funciona en una situación donde la abrumadora preponderancia del público ve al SPLC como una fuerza moral. Además, un jurado debe ser persuadido para dar un contundente veredicto que tenga en la mira a una organización sólo ligeramente vinculada al criminal real, y por lo tanto el jurado entero debe ser totalmente enajenado de cualquier idea a favor de los Blancos. Si las ideas metapolíticas a favor de la gente Blanca se filtran en la cultura, las decisiones del jurado cambiarán. Además, esa táctica puede ser usada contra el SPLC. Por ejemplo, en 2012 un pistolero llamado Floyd Lee Corkins II, que tenía vínculos con el SPLC, disparó contra el Family Research Council después de que el SPLC lo etiquetó como un "grupo de odio".


Eternidad

     Klassen murió el 6 de Agosto de 1993 después de una deliberada sobredosis de somníferos. Él había estado contemplando el suicidio durante un año o más después de la muerte de su esposa, y él menciona sus planes en su libro "Trials, Tribulations, and Triumphs". En cuanto a su movimiento, realmente consiguió un nuevo "Gran Promotor" llamado Matthew Hale, pero este segundo Pontifex Maximus fue hecho tropezar por las mismas trampas legales usadas contra Carl Messick y Ben Klassen, y le dieron una condena mucho más larga en prisión. La tumba de Klassen está cerca de Otto, Carolina del Norte. Su epitafio dice: "Él dio a la gente Blanca una poderosa religión propia". Queda por ver cómo las ideas de Klassen resultarán.–







Jacques Lafaye - Quetzalcóatl o el Ave Fénix

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     Conmemorándose hoy 525 años de la llegada de Colón a América, presentamos aquí un erudito e interesante material del historiador y antropólogo francés doctor Jacques Lafaye (1930), quien publicó en 1974 una obra clave, "Quetzalcóatl et Guadalupe. La Formation de la Conscience Nationale au Mexique", que es una versión condensada de una tesis doctoral y traducida al castellano en 1977. De ese fundamental ensayo y de esta última edición (traducida por Ida Vitale) presentamos aquí (con ligeras correcciones) dos capítulos de su segunda parte (libro II, "Quetzalcóatl o el Ave Fénix", caps. 1 y 2), consagrada a diversos aspectos del mito y leyendas del personaje cultural Quetzalcóatl y de sus diferentes consideraciones en la historiografía de los siglos XVI y XVII, que son las fuentes de donde obtenemos nuestros actuales conocimientos de dicha figura, a la cual se la relacionó con una supuesta antigua predicación en América del apóstol Tomás (materia del posterior capítulo final de esa misma segunda parte), lo que permitió vincular a los indígenas americanos a un contexto mayor de la Historia e integrarlos a un pasado ya racionalizado por la cultura de los conquistadores, y a la vez construír mitos formativos de una identidad nacional que permitió una mayor autonomía política.





LIBRO II
QUETZALCÓATL O EL AVE FÉNIX


CAPÍTULO I
LOS PRIMITIVOS FRANCISCANOS


Fray Toribio de Benavente, Motolinia (?-1568)

     Entre los doce primeros franciscanos (hermanos menores) que llegaron a Méjico en 1524 se encontraba Toribio de Paredes, originario de Benavente, al que los indios llamaron Motolinia (el pobre) a causa de los signos exteriores de su pobreza. Resolvió adoptar ese nombre, y así firmó sus escritos. Evangelizador activo en Méjico y Yucatán, fue guardián del convento de Texcoco y, durante bastante tiempo, del de Tlaxcala. También contribuyó a la fundación de Puebla de los Ángeles, cerca de Tlaxcala; la primera misa celebrada en esa ciudad lo fue por Motolinia en 1530. Construyó el convento de Atlixco y fue el séptimo provincial de su orden en Nueva España. Se había hecho una reputación de caridad tanto entre los indios como entre los españoles. Se convirtió en un maestro de la lengua náhuatl, y también conocía otras lenguas indígenas.

     Su estadía prolongada en la región de Tlaxcala-Puebla-Cholula le permitió recoger en las fuentes, en la ciudad santa de Quetzalcóatl, las informaciones que nos ha dejado sobre ese dios y sobre el culto de que era objeto en el momento de la llegada de los «doce». Motolinia pudo también enterarse directamente en Tlaxcala de todo lo que concernía al doble mítico de Quetzalcóatl, Camaxtli, adorado en esa ciudad. Motolinía escribió en particular los Memoriales(publicados en 1903 por el hijo de J. García Icazbalceta; Ricard ha estudiado las modificaciones y la ordenación de los capítulos de esa obra). En 1541 Motolinia dirigió al conde de Benavente la epístola dedicatoria de su Historia de los Indios de Nueva España. Cabe, pues, considerar a este franciscano como el primero que escribió una historia de los indios de Méjico. Sólo el sacerdote Olmos (otro de los «Doce»), del que ninguna obra ha podido ser identificada con seguridad, podría disputar la prioridad a Motolinia. Se sabe que Sahagún llegó a Méjico un poco más tarde y que su obra es posterior en unos treinta años a la Historia de Motolinia. La vida de Motolinia ha sido estudiada por José Fernando Ramírez, y, a pesar de las reservas que debe merecernos una obra superada por búsquedas más recientes, puede ser útilmente consultada. Motolinia murió, el último de los «Doce», en 1568.

     A diferencia de lo que ocurre con la Historiade Sahagún, no tenemos los borradores de Motolinia, y no nos ha dejado indicaciones relativas a sus métodos de investigación ni a sus informantes indígenas. Guardián de Tlaxcala hacia 1536, por tanto en los años que redactó su Historia, Motolinia tenía que concederle un lugar privilegiado a Quetzalcóatl, principal divinidad regional. En el capítulo XXIV de sus Memoriales, Motolinia nos dice que ha vivido seis años en la región de Tlaxcala y que el dios principal de Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula era «Camaxtle, y de éste usaban más en Tlaxcalla, y Huexucinco; llamábase ansimismo Quizalcohatlh, y este nombre se usaba mucho en Cholula; también le nombraban Mixcovath» [1]. La identidad de Camaxtli y de Quetzalcóatl está generalmente admitida, pero su identificación con Mixcóatl puede dejar perplejo a un mitólogo. ¿Será una falla de la memoria del franciscano, que escribe un poco más adelante: «con muchas cerimonias y crueldades que no me recuerdo bien para escribir la verdad»? [2].

[1] Motolinia, Memoriales, cap. 24, p. 67.
[2] Motolinia, op. cit., p. 68.

     Pensamos que Motolinia, que pretendió haber bautizado a cuatrocientos mil indios y confesado a una gran cantidad, refleja (más quizá que Sahagún, cuyos informantes eran notables o sacerdotes de la antigua religión) la opinión común, el culto popular más que la verdad esotérica. Esta interpretación tendería a confirmar nuestra opinión sobre las profundas transformaciones experimentadas por el mito de Quetzalcóatl en el periodo que precedió inmediatamente a la conquista española. Motolinia concuerda con Sahagún y con todos los cronistas sobre el carácter de ciudad sagrada de Cholula: «y a esta Chololla tenían por gran santuario, como otra Roma, a do había muchos templos del demonio» [3]. Así, sabemos (lo esencial del capítulo XXIV está consagrado a esto) que se hacían sacrificios humanos rituales en honor de Quetzalcóatl, y tales actos prueban la aztequización del culto de Quetzalcóatl, que las leyendas más importantes presentan siempre como el enemigo irreductible de los sacrificios humanos. Motolinia fue testigo del último avatar indígena de Quetzalcóatl.

[3] Motolinia, op. cit., p. 68.

     No obstante, Motolinia nos habla en la carta prefacio de sus Memoriales del Quetzalcóatl tradicional, el de la Leyenda de los Soles: «El mismo viejo Iztamixcotlh (...) hubo otra mujer llamada Chimalmatlh, de la cual hubo un hijo que se llamó Quizalcoatlh. Este salió hombre honesto y templado. Comenzó a hacer penitencia de ayuno e disciplina y a predicar, según se dice, la ley natural (...) Este Quizalcoatlh tuvieron los indios de la Nueva España por uno de los principales de sus dioses, y llamábanle "dios del aire", y por todas partes le edificaron templos» [4]. Encontramos en este retrato, que asocia a Quetzalcóatl con la ley natural, la idea implícita de un precursor del cristianismo, acusada por esta observación: «Este Quizalcoatlh dixcen que comenzó el sacrificio y a sacar sangre de las orejas y de la lengua, no por servir al demonio, según se cree, mas por penitencia contra el vicio de la lengua y del oír; después el demonio aplicólo a su culto y servicio» [5]. Este esquema histórico de una ascesis inspirada por la moral natural, de un culto apartado de su finalidad por el demonio, y, por tanto, una perversión, podía preparar el terreno para la leyenda de Quetzalcóatl-SanTomás en el siglo XVII.

[4] Motolinia, op. cit., supra, Epístola Proemial, p. 13.
[5] Motolinia, op. cit., Ibid.

     En el capítulo XXIX de los Memoriales, Motolinia describe la gran fiesta cuadrienal de Quetzalcóatl en Cholula, que duraba ochenta días y estaba señalada por el ayuno de los sacerdotes. En esa ocasión la estatua del dios era adornada ritualmente, «según sus divisas, poniéndole ricas piedras e joyas de oro, y ofreciéndole muchas codornices y conejos y papel, y muchos sartales de mazorcas de maíz». Aquí Motolinia nos indica que «los que sacrificaban en esta fiesta eran muy poquitos» [6]. En el capítulo XXVII, donde describe la fiesta de Camaxtli en Tlaxcala, Motolinia nos cuenta que «éste (Quetzalcóatl) decían ser hijo del mismo Camaxtle» [7]. También nos dice que los tlaxcaltecas revestían los hábitos de Quetzalcóatl para «ofrecer al demonio»; esos trajes e insignias eran traídos de Cholula para la circunstancia; lo inverso tenía lugar en Cholula con las insignias de Camaxtli. El lazo aparecía, pues, con la mayor intimidad posible entre ambas divinidades.

[6] Motolinia, op. cit., supra, cap. 29, p. 81.
[7] Motolinia, op. cit., supra, cap. 27, p. 77.

     Por otra parte, a propósito del almanaque, Motolinia examina la estrella Lucifer o Hésper, «y de este nombre y estrella nuestra España en un tiempo se llamó Hesperia» [8]. En cuanto a los antiguos mejicanos: «Después del Sol, a esta estrella adoraban e hacían más sacrificios que a otra criatura ninguna, celestial ni terrenal» [9]. Motolinia recuerda luego que los astrónomos mejicanos tenían un precioso conocimiento de las revoluciones de este planeta, Venus, y concluye: «La causa y razón porque contaban los días por esta estrella y le hacían reverencia y sacrificio era porque estos naturales, engañados, pensaban y creían que uno de los principales de sus dioses, llamado Topiltzin, y por otro nombre Quetzalcóatl, cuando murió y de este mundo se partió se tornó en aquella resplandeciente estrella» [10]. Así queda bien indicada la importancia de Quetzalcóatl, en tanto que Tlahuizcalpantecuhtli y su función en el calendario, pero la confusión reina entre el Topiltzin histórico de Tula y el Quetzalcóatl primitivo. Efectivamente, fue después de su muerte cuando Topiltzin se transformó en un dios. Motolinia señala por lo demás que todos los muertos eran llamados teotl fulano (el bienaventurado fulano); la noción de teotl o teul habría significado, pues, tanto «espíritu» o «bienaventurado», como «dios».

[8] Motolinia, op. cit., supra, Calendario, p. 54.
[9] Motolinia, op. cit., ibid., p. 56.
[10] Motolinia, op. cit., ibid., p. 57.

     Motolinia, para nosotros, tiene el mérito de iluminar una pretensión de los soberanos (tlatoani) de Méjico, de descender de Quetzalcóatl. Nos dice en la Historia de los Indios que: «Un indio llamado Chichimecatl ató una cinta o correa de cuero al brazo de Quetzalcóatl, en lo alto cerca del hombro, y por aquel tiempo y acontecimiento de atarle el brazo aclamáronle Acolhuatl; y de éste dicen que vinieron los de Colhua, antecesores de Moteuczoma [sic], los señores de México y de Colhuacan» [11]. Piénsese lo que se piense de esta ingeniosa explicación, es evidente la degradación del mito de Quetzalcóatl en garantía política y jurídica de una dinastía. En cuanto al resto, la Historia sigue casi palabra por palabra los Memoriales (que son una especie de borrador o de esbozo de aquélla). Observemos que en la Historia, Motolinia describe el teocallide Cholula (el gran templo de Quetzalcóatl), comparándolo por primera vez con la torre de Babel. Como la de Babel, la ambición desmesurada de los cholultecas mereció un flagelo del cielo.

[11] Motolinia, Historia de los Indios de la Nueva España (ed. 1956), pp. 9-10. Pero encontramos una indicación contradictoria en Memoriales, Epístola Proemial, p. 13.

     Parece, en resumen, que los diferentes aspectos de Quetzalcóatl que Motolinia nos ha señalado, sin relación entre sí, si bien corresponden principalmente a las creencias y al ritual popular de Tlaxcala y de Cholula, derivan también de fuentes escritas importantes. Vemos evocada allí la metamorfosis en la Estrella del Pastor, que parece haber sido conocida por Motolinia en Nicaragua y que será también contada por otros autores posteriores [12]. Esta especie de confusión entre los diferentes Quetzalcóatl no correspondería, a nuestro parecer, a una información insuficiente del religioso español, sino más bien al estado de degeneración a que habían llegado esas diferentes creencias al final del periodo azteca. Motolinia nos ha dejado un balance exacto de los mitos de Quetzalcóatl, tal como estaban recogidos en los anales y en los libros sagrados mejicanos, en el momento de la conquista española.

[12] Fray Jerónimo Román y Zamora, Repúblicas de Indias (1575), Colección de libros raros o curiosos que tratan de América, t. XIV, Madrid, 1897, libro I, cap. XV (vol. I, p. 170), quien tomó esta información de Las Casas, Apologética Historia (B.A.E., t. CVI, p. 140 a).


Fray Bernardino de Sahagún (¿1500?-1590)

     El más ilustre historiador primitivo de Méjico, fray Bernardino de Sahagún, era también franciscano y consagró una parte de su vida al colegio de indios de Santiago Tlatelolco. La redacción de la Historia General de las Cosas de la Nueva España, también llamada el Calepino, especie de enciclopedia del antiguo Méjico, se sitúa entre 1558 y 1569. Se trata de una obra más tardía que la de Olmos y la de Motolinia, pero los métodos de investigación de Sahagún, que nos han sido descritos por él mismo, dan a esos testimonios un valor ejemplar. No podemos retomar en detalle la exposición de los métodos de información y de exposición de Sahagún, pero ellos hacen de él un auténtico precursor de la etnología moderna. Supo operar una especie de desdoblamiento entre el evangelizador que era y el indigenista que llegó a ser. Sus fines proclamados son conocer y hacer conocer bien a los sacerdotes españoles las creencias y las supersticiones de los indios, para extirpar mejor la idolatría. En realidad, Sahagún tenía la curiosidad de un etnólogo, y el amor de las cosas indígenas se transparenta a menudo en sus escritos. El franciscano está tan preocupado por conservar lo que pueda de la cultura indígena como de desarraigar el paganismo: el artesanado, cuyas obras de arte ha visto, el folklore (todo lo que pudiera ser aislado de las antiguas creencias), y, sobre todo, la lengua, que él hablaba e hizo transcribir en nuestra escritura alfabética.

     Siendo Quetzalcóatl y su culto uno de los aspectos más importantes de las antiguas creencias paganas de Méjico [13], no es sorprendente que Sahagún se haya encontrado en muchas ocasiones con esta divinidad y con su leyenda. Sahagún ha tratado más ampliamente a Quetzalcóatl en especial en el libro III de la Historia, titulado De el Origen de los Dioses; los capítulos III a XIV le están enteramente consagrados. Quetzalcóatl aparece en ellos con los rasgos del gran sacerdote de Tula, probablemente llegado de la costa del golfo. Su pontificado coincide con el reino temporal de Huémac, y sobre todo con la edad de oro, largamente descrita por Sahagún: «Y más tenía el dicho Quetzalcóatl todas las riquezas del mundo de oro y plata y piedras verdes (...) y los dichos vasallos del dicho Quetzalcóatl estaban muy ricos» [14]; lo que corresponde a un esquema parecido al del Njordr de los escandinavos y al «buen genio» de las mitologías americanas.

[13] Santuarios de Quetzalcóatl en Méjico; principales (lugares arqueológicos): Calixtlahuaca (Méjico), Teayo (Veracruz), Cholula (Tlaxcala), Coatépec Chalco (Méjico), Ecatepec (Méjico), Tenayuca (Méjico), Teotihuacan (Méjico), Tepoztlán (Morelos), Toluca (Méjico), Tula (Hidalgo), Xochicalco (Morelos).
[14] Sahagún, Historia General, ed. Garibay, Méjico, 1956, t. I, p. 279.

     Quetzalcóatl es mostrado también, pero brevemente, como el iniciador del auto-sacrificio. Luego viene el largo relato de las persecuciones de que fue víctima por parte de los nigrománticos, y el camino del exilio, y los prodigios que lo acompañaron. Quetzalcóatl construyó su casa subterránea llamada Mictlancalco. El lugar de Tlapalan, término de su fuga, no está precisado de otro modo; pero tampoco su punto de partida explica su metamorfosis en la Estrella de la Mañana. Sahagún ha recogido la leyenda de una prodigiosa navegación: «y así, en llegando a la ribera de la mar, mandó hacer una balsa hecha de culebras que se llama coatlapechitli, y en ella entró y asentóse como en una canoa, y así se fue por la mar navegando, y no se sabe cómo y de qué manera llegó al dicho Tlapallan»[15]. Esta versión refuerza nuestra convicción de que Quetzalcóatl era un dios marino, venido de la región costera. La asociación entre el dios de los vientos y el dios del mar no tiene nada que pueda sorprender.

[15] Sahagún, op. cit., nota 36, vol. I, p. 291.

     En el capítulo V del libro VII, Sahagún nos presenta a Quetzalcóatl como el dios de los cuatro vientos, que sopla desde los cuatro puntos cardinales, afectados por su valor moral y metafísico. En el libro IV, a propósito del calendario, consagra el capítulo VIII a Ce-Ácatl, el signo de Quetzalcóatl, «día en que la gente noble hacía muchos sacrificios y ofrendas a honra de este dios» [16]. Encontramos en esto la confirmación de que Quetzalcóatl llegó a ser en la víspera de la conquista española el dios de la clase dirigente y la garantía «tolteca» de la dinastía azteca; Sahagún repite en otra parte que todos los que hablan bien el náhuatl son descendientes de los toltecas que no pudieron seguir a Quetzalcóatl en su exilio. Más interesante para nosotros es la distinción que hizo Sahagún entre el Quetzalcóatl histórico, gran sacerdote de Tula, y el dios Quetzalcóatl, indicando el carácter monoteísta de ese culto: «Adoraban a un solo señor que tenían por dios, el cual le llamaban Quetzalcóatl, cuyo sacerdote tenía el mismo nombre que también le llamaban Quetzalcóatl (...) y les solía decir muchas veces que había un solo señor y Dios que se decía Quetzalcóatl» [17]. Encontramos acá una de las bases objetivas que indujeron a otros religiosos españoles y a ciertos historiadores modernos a ver en Quetzalcóatl un apóstol de Cristo o un misionero irlandés. Sahagún nos presenta al primer Quetzalcóatl como una divinidad de rostro alargado y barbudo; esos rasgos contribuyeron a hacer pensar que se trataba de un español.

[16] Sahagún, op. cit., vol. I, pp. 330-331.
[17] Sahagún, op. cit., vol. III, p. 188.

     Sahagún, en el capítulo V del libro I, se ha anticipado a negar todas las tentativas de asimilación, al escribir: «aunque ese Quetzalcóatl fuera un hombre, ellos lo tenían por un dios» [18], y más adelante: «Llamaron dios a ese Quetzalcóatl, que fue un hombre mortal y perecedero, y aunque tuvo alguna apariencia de virtud, según dicen, fue, sin embargo, un gran brujo, amigo de los demonios (...) digno de ser confundido y padecer las llamas del infierno (...) Lo que dijeron vuestros antepasados que Quetzalcóatl fue a Tlapallan y que ha de volver, y lo esperéis, es mentira, que sabemos que murió, que su cuerpo está reducido a polvo y que Nuestro Señor Dios ha precipitado su alma en los infiernos, donde conoce un tormento eterno» [19]. Así se expresaba la política de la «ruptura» practicada por la primera generación de misioneros españoles en el Nuevo Mundo. Resulta interesante para nosotros la asimilación de las divinidades paganas, en cuanto se les encuentra «alguna apariencia de virtud», a los demonios. Los primeros evangelizadores tenían que impedir el posible despertar de un movimiento mesiánico, inspirado por las profecías del retorno de Quetzalcóatl.

[18] Sahagún, op. cit., vol. I, p. 45.
[19] Sahagún, op. cit., vol. I, p. 90.

     Sahagún y sus compañeros fueron clarividentes, puesto que varios levantamientos tardíos de indígenas se inspiraron en la vieja promesa de Quetzalcóatl de que vendría a liberarlos. Tomando abiertamente partido contra la hipótesis de la pre-evangelización, Sahagún escribe: «Y yo siempre he tenido opinión que nunca les fue predicado el Evangelio, porque nunca jamás he hallado cosa que aluda a la fe católica, sino todo tan contrario, y todo tan idolátrico que no puedo creer que les haya sido predicado el Evangelio en ningún tiempo»[20], rechazando así de antemano al reino de las fantasías la asimilación de Quetzalcóatl con el apóstol Tomás, que unos cuarenta años más tarde será generalmente admitida. Hay que relacionar esta actitud del franciscano con la de su orden, hostil a la devoción que más tarde se desarrollará con relación a la pretendida imagen milagrosa de la Virgen de Guadalupe, cerca de Méjico.

[20] Sahagún, op. cit., vol. III, p. 358.

     La reserva y la incredulidad de Sahagún, frente a fenómenos sincréticos o a prodigios insuficientemente controlados, son características de los franciscanos reformados de la primera generación misionera. Pero un poco más adelante, contradiciéndose a sí mismo, desanimado por la falta de éxito de la evangelización, que sin duda su cansancio exageraba, Sahagún escribe: «Paréceme que pudo ser muy bien, que fuesen predicados por algún tiempo; pero que muertos los predicadores que vinieron a predicarlos, perdieron del todo la fe que les fue predicada (...) y esto conjeturo por la dificultad grande que he hallado en la plantación de fe en esta gente, porque yo ha más de cuarenta años que predico por estas partes de México (...) de manera que podemos tener bien entendido que con haberlos predicado más de cincuenta años, si ahora se quedasen ellos a sus solas (...) tengo entendido que con menos de cincuenta años no habría rastros de la predicación que se les ha hecho» [21]. Si Sahagún, en sus horas de desánimo, no excluye totalmente la posibilidad de una evangelización primitiva de Méjico, nunca aparece en su obra la idea de que Quetzalcóatl haya podido ser un religioso evangelizador. Vimos, al contrario, que lo consideraba un nigromántico.

[21] Sahagún, op. cit., vol. III, p. 359.

     El testimonio de Sahagún, por su riqueza de detalles, por la sobriedad de la transcripción de los testimonios indígenas (orales o escritos) y la clara separación entre las informaciones recogidas (y entresacadas) y los juicios del misionero, puede ser considerado como el más fiel a las creencias indígenas en el momento de la conquista, el reflejo menos deformado de la mitología de los antiguos mejicanos. Es alentador comprobar que Sahagún llega a las mismas conclusiones, relativas al Quetzalcóatl prehispánico, que los trabajos más recientes de la arqueología, de la historia de Méjico y de la mitología a que hemos acudido.


La "Histoyre du Méchique" (¿1543?)

     Este documento fue publicado por primera vez por E. de Jonghe, en 1905. Es una traducción o una adaptación francesa, atribuída a André Thevet, de un escrito de un franciscano español, contemporáneo de Motolinia, y también evangelizador de Méjico, el sacerdote Andrés de Olmos. Se trataría de un fragmento de una obra más vasta, los Memoriales, perdidos, de Olmos. Éste trabajaba según los métodos de lo que se podría llamar, retrospectivamente, la escuela franciscana de Méjico. La última parte, la única atribuíble a Olmos según Garibay, que sería el décimo y último capítulo truncado del texto publicado por De Jonghe, se llama De ung idole, nomé Queçalcóatl, de son origine et temps qui regna. Lo que indujo a Garibay a atribuírselo a Olmos es que revela un esfuerzo de síntesis dé las diferentes fuentes indígenas. Olmos fue otro Sahagún, cuyo Calepino se perdió, pero escritos como el capítulo X de la Histoyre du Méchique serían buenos ejemplos de su obra. Aunque mutilado, el capítulo X ofrece el interés de una síntesis y da informaciones que no figuran en ninguna otra fuente, y cuya autenticidad no es sospechosa.

     Quetzalcóatl, según ese documento, es presentado como uno de los hijos (y no el hijo único) de Camaxtli y de Chilmalma, lo que confirma las leyendas tlaxcaltecas recogidas por Motolinia. Sus hermanos intentaron matarlo varias veces, y finalmente fue él quien los mató a todos para vengar la muerte de su padre. Sus vasallos «qui l'aimoynt fort le vindrent quérir honorablement» [22], y después de haber celebrado la victoria «se vindrent a la terre de Méchique, et demeura quelques jours en un village, nommé Tulancingo, et de là s'en alla a Tula, ou on ne savoyt encore que s'estoit de faire sacrifices et par ainsi, comme il aporta l'usaige du sacrifice, fut tenu pour dieu...» [23]. Toda la primera parte de esta leyenda sólo nos es conocida por la Histoyre du Méchique. Puede verse en ella un eco de las luchas cosmogónicas entre Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y los demás dioses nacidos de la pareja original, el principio dual Ometeotl. Otras leyendas cuentan que Quetzalcóatl había matado al Sol a flechazos; se trataría de un relato simbólico de la lucha entre los dioses. La continuación nos recuerda las migraciones de los toltecas, de Tulancingo a Tula; la duración de su estadía, «algunos días», debe ser entendida como «algunos años». Más adelante, el autor escribe que el reinado de Quetzalcóatl duró ciento sesenta años en Tula; ¿se trata de tres Eras sucesivas de cincuenta y dos años cada una (el «siglo» mejicano), o sea, ciento cincuenta y seis años?.

[22] Histoyre du Méchique, ed. de E. de Jonghe, Journal de la Société des Américanistes, nouvelle série, t. II, Nº 1, París, 1905, cap. X, p. 35.
[23] Op. cit., ibid., «se vinieron a la tierra de México, y permaneció algunos días en un pueblo, llamado Tulancingo, y de allí se fue a Tula, donde aún no se sabía qué era hacer sacrificios y por ello, como trajo el uso del sacrificio, fue tenido por dios...».

     El capítulo XI se titula «De la venida de Tezcatlipuca a Tula y de cómo hizo huír a Quetzalcóatl». Aquí se manifiesta la tradición general de las astucias de Tezcatlipoca para abatir a Quetzalcóatl, pero toma una forma particular. La idea, claramente expresada, es la de que las divinidades paganas de los antiguos mejicanos son diablos y que «como han sido hechos los ángeles, y hay ángeles unos más grandes que otros, también los diablos» [24]. Esta asimilación, implícita por todas partes en los escritos de los misioneros, implica en este caso consecuencias: «Ahora bien, ese Quetzalcóatl era menor que Tezcatlipoca, y, por lo tanto, lo temía...»[24]. Las astucias de Tezcatlipoca son más groseras que en otras versiones, y terminan con una brutal destrucción de la imagen de Quetzalcóatl, seguida de la fuga de éste con algunos de sus servidores. Es perseguido por Tezcatlipoca y sus auxiliares; eso corresponde a las otras versiones conocidas de la leyenda.

[24] Op. cit., cap. XI, p. 36.

     Lo que aparece únicamente en la Histoyre du Méchique son las «estaciones» de Quetzalcóatl en el camino del exilio y su duración. Primero se detiene «algún tiempo» en Tenayuca; de allí va a Culhuacán, «donde permaneció también mucho tiempo, pero no se sabe cuánto»[25]. Luego atravesó la sierra y se fue a Quauhquechula (cerca de Huexotzinco), «y levantó un templo y un altar para sí, y fue adorado como dios, y no había sino él, y allí permaneció doscientos noventa años» [26]. Se trata otra vez de una duración mítica. Quetzalcóatl volvió a irse de allí, hacia Cholula (no sin haber dejado el poder a un personaje llamado Matlacxóchitl) donde permaneció todavía ciento sesenta años, y allí le construyeron el famoso templo... cuyos vestigios todavía existen y que fue obra de los gigantes (de los cuales no se sabe nada más). ¿Se trata de las migraciones toltecas a través de Méjico, como han pensado algunos? De allí Quetzalcóatl fue a Cempoala, y allí permaneció todavía doscientos sesenta años, pero ante las persecuciones de Tezcatlipoca, escapó a un desierto y se mató. ¿Hay que ver en esto el progreso de los invasores chichimecas (¿los aztecas?) o el de los cultos sangrientos que reclamaban víctimas humanas? En todo caso, las indicaciones de lugar y de duración (aun simbólicas) son preciosas. El desenlace es el de otras tradiciones: el holocausto de Quetzalcóatl; incinerado por sus compañeros, se metamorfosea en el planeta Hésper o Vésper (Venus). El autor de ese capítulo había recogido la variante muy conocida: «Otros dicen que cuando debía morir se fue a un lugar...» [27]. Aquí el manuscrito está mutilado, pero se adivina que se trata de ese mítico Tlilan Tlapalan, desde donde Quetzalcóatl se embarcó hacia el Este sobre una balsa de serpientes, profetizando la restauración de su reino, como el auténtico mesías que fue.

[25] Op. cit., ibid., p. 37.
[26] Op. cit., ibid.
[27] Op. cit., cap. XI, p. 38.

     Resulta interesante la ausencia de Quetzalcóatl como Ehécatl. Está sobreentendida en el culto que le rendían en Cholula, pero si el autor hubiese pensado que era esencial, la habría mencionado. El héroe de la Histoyre du Méchique es el que se parece más al jefe (más o menos mítico) de una de las tribus chichimecas del antiguo Méjico. De las diferentes versiones de la leyenda de Quetzalcóatl, es la que mejor reúne al Quetzalcóatl histórico y al Quetzalcóatl divino. Geografía y cronología dan arraigo a la leyenda. La historia de la huída de Quetzalcóatl permite relacionar al Quetzalcóatl de Cholula con el de Tula, y la leyenda con las migraciones de los toltecas. La metamorfosis en Vésper lo enlaza con el calendario mejicano. La Histoyre du Méchique es el único texto que da cuenta de todos los aspectos de Quetzalcóatl (con excepción de Ehécatl), ligándolos entre ellos en un todo histórico-mítico coherente. A la luz de los capítulos X y XI se aclaran la Leyenda de los Soles y los Anales de Cuauhtitlán, exposiciones esotéricas (y sobre un único plan) del complejo a la vez histórico y mitológico de Quetzalcóatl. Quetzalcóatl está más cercano, según esta versión, del Tepozteco actual que en las demás versiones.

     Desde el punto de vista que nos ocupa, Quetzalcóatl está presente en la historia de Méjico como el iniciador del auto-sacrificio, adorado con ese título como un dios. Ésa es la base textual de las hipótesis futuras que tenderían a asimilarlo a un misionero cristiano (español); luego, más aventuradamente, al apóstol Tomás, y, más cerca de nosotros, a un monje irlandés o a un sacerdote budista. En todo caso, la Histoyre du Méchique no deja dudas sobre que ese Quetzalcóatl, hijo de un dios y de una diosa, tuvo un destino humano. Es fácil imaginar el poder de sugestión ejercido sobre el espíritu de los evangelizadores españoles del siglo XVI por ese hombre-dios, venido a restaurar la piedad entre los hombres. Sin embargo, es mérito de los franciscanos haber rehusado la tentación de las fáciles asimilaciones que hubieran servido a su causa, tanto ante los indios como ante los españoles.

     El sacerdote Olmos, si es el autor de esos capítulos, se limitó a introducir un vínculo lógico entre las diferentes versiones indígenas de la leyenda de Quetzalcóatl. Thevet, que ensambló los fragmentos de las crónicas españolas, mantuvo en su arreglo la sobriedad de las leyendas indígenas transcriptas por los franciscanos. Por esas diferentes razones, y aunque sea menos completa y menos detallada que los testimonios de Sahagún, consideramos que la Histoyre du Méchique es la fuente más pura (la comparación no se aplica, como es natural, a los cantares en lengua náhuatl) de la leyenda de Quetzalcóatl. El espíritu de los historiadores posteriores ha trabajado sobre una noción casi idéntica para llegar al Quetzalcóatl criollo que nos proponemos estudiar principalmente.–



CAPÍTULO II
LA GÉNESIS DEL MITO CRIOLLO


Las Profecías Indígenas y los Prodigios Precursores de la Conquista

     Era una creencia general entre los indios que Quetzalcóatl regresaría de su exilio y que su reinado, identificado con la Edad de Oro, sería restaurado. Los esfuerzos de los misioneros católicos para desanimar esta esperanza mesiánica demostraron indirectamente su vitalidad: «lo que dijeron vuestros antepasados que Quetzalcóatl fue a Tlapallan y que ha de volver, y lo esperéis, es mentira, que sabemos que murió...» [1]. Es un rasgo común a los mesías que su retorno glorioso sea anunciado por profecías. Comparémoslo, en este aspecto, con el retorno de los Heráclidas en la antigüedad helénica; más turbador aún es el parecido con el mito  contemporáneo de la vuelta del rey Sebastián de Portugal. Si un mito semejante podía desafiar o desnaturalizar el cristianismo en un Portugal en principio católico, no es sorprendente que un mito comparable haya podido desarrollarse en el Méjico de los aztecas. Ese Quetzalcóatl cuyo retorno se esperaba, ¿era hombre o dios? La pregunta parece no tener sentido, puesto que, según Motolinia, la palabra teotl designa a los muertos que tenían acceso al paraíso de Tláloc. La profecía tenía un carácter cronológico preciso: el héroe volvería bajo su signo calendárico, 1-Ácatl; ahora bien, el año 1519, cuando Cortés desembarcó en Méjico, era un año 1-ácatl. Hubo, pues, un primer avatar colonial, altamente sincrético, el Quetzalcóatl-Cortés. La presunción de identidad entre Juan de Grijalva, primero, y luego Hernán Cortés, y el Quetzalcóatl de Tula, que venía a retomar su trono y a excluír de él a los tlatoani aztecas (que se consideraban ellos mismos como regentes provisionales), surgió muy fuerte desde el comienzo entre los mejicanos.

[1] Sahagún, Historia General, libro I, cap. XVI. Confutación, t. I, p. 90.

     Es justo agregar que esta creencia fue de corta duración. Si bien Moctezuma hizo llevar ante Cortés los ornamentos sagrados de Quetzalcóatl, quizá a fin de verificar su identidad, la ilusión pronto se disipó. Bernal Díaz, que es el testigo menos sospechoso, escribe tan sólo que en el momento de la llegada de los conquistadores a Méjico Moctezuma declara: «que verdaderamente debe ser cierto que somos los que sus antecesores, muchos tiempos pasados, habían dicho que vendrían hombres de donde sale el Sol a señorear aquestas tierras. Y que debemos ser nosotros» [2]. El soberano azteca habría declarado riéndose que nunca los había tomado por dioses que lanzan el rayo, sino por hombres de carne y hueso, como él mismo. La confusión entre los españoles y los compañeros de Quetzalcóatl fue pronto disipada; parece haber sido sobre todo cosa de pueblo crédulo, como lo son todos.

[2] Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera, t. I, cap. LXXXIX, p. 266.

     En las Cartas de Relación, del propio Cortés, asistimos a la elaboración de un discurso de Moctezuma a la manera de los historiadores latinos, demasiado perfecta para ser verosímil. Delante del colegio de los señores, Moctezuma habría dicho: «y [Quetzalcóatl] se volvió, y dejó dicho que tornaría o enviaría con tal poder que los pudiese constreñir y atraer a su servicio. E bien sabéis que siempre lo hemos esperado, y según las cosas que el capitán nos ha dicho de aquel rey y señor que le envió acá, y según la parte de do él dice que viene, tengo por cierto, y así lo debéis vosotros tener, que aquéste es el señor que esperábamos, en especial que nos dice que allá tenía noticia de nosotros. E pues nuestros predecesores no hicieron lo que a su señor eran obligados, hagámoslo nosotros, y demos gracias a nuestros dioses porque en nuestros tiempos vino lo que tanto aquéllos esperaban» [3], es decir, el retorno de la Edad de Oro.

[3] Hernán Cortés, Cartas de Relación, Carta II, segundo discurso de Moctezuma, y también el primer discurso.

     Pero la matanza perpetrada en Cholula, precisamente en la ciudad sagrada de Quetzalcóatl, hubiera bastado, entre otros indicios, para disipar ese terrible malentendido. Lo que sabemos de la elocuencia náhuatl hace imaginar que la arenga de Moctezuma fue más discreta. ¿El texto de Cortés es la relación abreviada, para uso de Carlos V, de la traducción aproximativa de las palabras de Moctezuma, según doña Marina?. ¿Es una pura invención del conquistador? La relación de Cortés sigue siendo la fuente más importante de numerosos textos de historiadores posteriores, en particular de Gómara, que fue seguido por la mayoría de los historiadores del Nuevo Mundo en el siglo siguiente. Moctezuma tomó a Cortés y a los españoles por descendientes de los toltecas que habían acompañado al Quetzalcóatl de Tula a su exilio, y que venían a cumplir la profecía, a reclamar por la fuerza el reino de los antepasados.

     Así reducida a sus proporciones humanas, la leyenda historiográfica de Quetzalcóatl-Cortés pierde bastante de su carácter maravilloso. Sahagún, en el libro XII de su Historia General, transmite el relato en náhuatl de la llegada de los españoles a Méjico y sostiene la idea de que Moctezuma había tomado a Cortés por Quetzalcóatl (al menos antes de haberlo visto, y visto actuar): «Era como si pensara que el recién llegado era nuestro príncipe Quetzalcóatl» [4]. Pero se trata de un relato indígena posterior a la conquista; se puede sospechar la intención de salvar el honor de Moctezuma y de los mejicanos, o de renovar de ese modo el hijo quebrado de la historia mejicana. Si los españoles hubieran llegado para cumplir la profecía del gran sacerdote de Tula, entonces la historia cíclica del Méjico antiguo entraba simplemente en un nuevo «Sol» (una nueva Era de Quetzalcóatl). Lo que sigue siendo cierto es que Quetzalcóatl había partido hacia el Este, desde la costa del golfo, y que los españoles desembarcaron en el Este, sobre esa misma costa, bajo el signo calendárico 1-ácatl, símbolo de Quetzalcóatl, pero la observación del comportamiento de los españoles hizo desvanecerse la esperanza mesiánica que había acompañado su llegada.

[4] Sahagún, op. cit., libro XII, cap. III, t. IV, p. 86.

     La profecía de Quetzalcóatl aparece como un caso particular, para Méjico, de una creencia común a la mayoría de las poblaciones indígenas, según la cual superhombres venidos del Este vendrían a dominarlos. Alvar Núñez lo comprobó durante su periplo a través de las llanuras; Gómara en La Española; los chibchas, los tupi del Brasil, los guaraníes del Paraguay tenían creencias semejantes. En diferentes regiones del Nuevo Mundo los españoles fueron considerados «hijos del Sol». Lo que es más interesante para nosotros es la transformación sufrida por esa creencia. Simple medio político de penetración del continente por los conquistadores, la profecía fue pronto un tema de reflexión para los misioneros, antes de convertirse en un arma de dos filos, cuyos efectos ya veremos. Quizá fue a causa, sobre todo, de la profecía que se le atribuía que Quetzalcóatl sería identificado más tarde con un evangelizador. Si lo pensamos, ¿qué más natural que un jefe político partiendo hacia el exilio y prometiendo volver por sus fueros a recobrar el poder que momentáneamente está obligado a abandonar? Si al principio se les apareció a los mejicanos como el profeta de la conquista española, el mediador entre el pasado y el presente, Quetzalcóatl fue también para los españoles, gracias a la profecía de su retorno, la confirmación de su papel providencial. Ese personaje, hombre, héroe, dios o nigromántico (chamán), tranquilizaba la conciencia de unos y de otros. Para los indios era la única compensación metafísica del cataclismo de la conquista, y para los españoles era el sello de Dios sobre una aventura inaudita, llave preciosa de una historia desmesurada, si no indescifrable. Quetzalcóatl era el único capaz de colmar el foso histórico que separaba el Nuevo Mundo del Antiguo. Gracias a la profecía de Quetzalcóatl, indios y españoles pensaron que pertenecían a una misma historicidad.

     Ese proceso de solicitación del héroe-dios culminará en el título de un capítulo de la Historia de las Indias, del dominico Durán: «Del ídolo llamado Quetzalcóatl, dios de los chololtecas, padre de los toltecas, y de los españoles, puesto que anunció su venida» [5]. Así se echa un puente no sólo sobre el abismo de la meta-historia, sino sobre la grieta jurídica de la conquista. Así como los soberanos aztecas habían justificado su dominación mediante un supuesto parentesco con los antiguos toltecas, los españoles podían reivindicar a Méjico en nombre de la profecía de Quetzalcóatl. Ni los mejicanos ni los españoles dudaban, al parecer, de que fuese la venida de éstos la anunciada por Quetzalcóatl. Sahagún, sin embargo, lo atenúa un poco: «pensaron que [Grijalva] era el dios Quetzalcóatl que volvía» [6]. El comentarista del Codex Vaticanus 3738 piensa que este encuentro había sido efecto del azar y de una superchería del demonio que, a fin de conservar su crédito en cualquier circunstancia, había querido prevenir cualquier invasión: «ha voluto dir quello, acció che quando alcuna altra natione li soggiogasse, restasse con crediti, dicendo che gia, lici l'haveva profetizzato!» [7].

[5] Fray Diego Durán (OP), op. cit., cap. LXXIV, Méjico, 1880, t. II, p. 118.
[6] Sahagún, op. cit., libro XII, cap. III, 2ª ed., citada, t. IV, p. 25.
[7] Codex Vaticanus 3738, fig. 9, comentario.

     La astucia del Maligno podía explicar, en efecto, la imprecisa profecía de Quetzalcóatl, de la que se habían beneficiado los españoles, especialmente gracias a una coincidencia de fechas. Pero no era la única explicación posible. Fray Bartolomé de las Casas consagra un capítulo de su Historia de las Indiasal tema siguiente: «En el cual se trata de cómo la Providencia divina nunca consiente venir cosas señaladas para bien del mundo, ni permite para castigo dél, sin que primero, o por sus siervos los Santos, o por otras personas, aunque sean infieles y malas, y algunas veces por los demonios, las prenuncien y antedigan que ellas acaezcan»[8].

[8] Fray Bartolomé de las Casas (OP), Historia de las Indias, libro I, cap. X.

     Los ejemplos que aduce Las Casas son tomados de los paganos de la Antigüedad, y especialmente de Séneca, que habría profetizado el descubrimiento del Nuevo Mundo, en su tragedia sobre Medea; no está allí lo importante sino en la autoridad de Agustín de Hipona invocada por Las Casas en apoyo de su explicación. Es fácil de concluír: Dios, en su misericordia, ha querido advertir por boca de un «demonio» (Quetzalcóatl) a los paganos extraviados la llegada de los evangelizadores españoles. Si aceptáramos esta explicación, que podríamos llamar absolutamente «profética», los prodigios que habían precedido la llegada de los españoles serían comparables a los del nacimiento de Cristo. Sahagún consagra el primer capítulo de su libro XII, «Que trata de la conquista de México», a ese tema: De las señales y pronósticos que aparecieron antes que los españoles viniesen a esta tierra[9]. Enumera ocho, entre los cuales el rayo, la tempestad, monstruos y cometas; digamos, la gama completa de los prodigios de la época. Pero el franciscano no dice que el cielo los haya provocado. En ninguna parte Sahagún pretende que Quetzalcóatl haya predicho la llegada de los españoles, sino que se limita a comprobar que la profecía del retorno de Quetzalcóatl hizo pensar a los mejicanos que los españoles eran los compañeros de Quetzalcóatl. Las Casas, por su parte, transmite la profecía, enriqueciéndola, como veremos, y escribe: «Cuando vieron los cristianos los llamaron luego dioses, hijos y hermanos de Quetzalcóatl, aunque después que conocieron y experimentaron sus obras no los tuvieron por celestiales» [10].

[9] Sahagún, op. cit., t. IV, pp. 23-24.
[10] Las Casas, Apologética Historia, cap. CXXII.

     Es cierto que pronto los mejicanos perdieron su ilusión, como lo demostró su resistencia, y luego el levantamiento de Cuauhtémoc y, mucho más tarde, como dice el comentarista del Codex Vaticanus 3738, la rebelión de los zapotecas, en 1550, «diedero la causa della sollevatione dire que giá era venuto il suo dio, che haveva da redimerli» [11]. El mesianismo quetzalcoatliano sobrevivió, pues, a la conquista española y a la evangelización, en el ánimo de las poblaciones que la evangelización no había tocado (o apenas). Lo cierto es que en un sentido la historia, heredada del profetismo judaico en los españoles y surgida del politeísmo ancestral en los indios, dio a la profecía de Quetzalcóatl una importancia que el mero azar del calendario no habría podido conferirle. Por una especie de acuerdo tácito, los ánimos de unos y otros reclamaron la leyenda de Quetzalcóatl, para salir de una situación intolerable para su conciencia religiosa: la de vivir un momento no previstopor sus respectivos profetas, dentro de una historia ahora común. Lo que había sido en un principio, para Cortés, una hábil superchería (sacar partido de una tradición religiosa azteca con fines políticos) llegó a ser para los misioneros y los teólogos la feliz solución de una dificultad exegética.

[11] Codex Vaticanus 3738, fig. 9, comentario.


Los Signos Cruciformes y las Analogías Rituales

     Independientemente (al menos al principio) de la profecía que pasó por haber anunciado su llegada al Nuevo Mundo, los conquistadores y luego los evangelizadores creyeron observar en los templos, sobre las imágenes sagradas de los mejicanos y sobre los códices, signos que a sus ojos no podían provenir sino del cristianismo o del judaísmo. El más impresionante de esos signos fue la propia cruz. Primer testigo de esas cruces, Bernal Díaz cuenta lo que vio en Campeche, en compañía de Juan de Grijalva: «tenían figurados en unas paredes muchos bultos de serpientes y culebras y otras pinturas de ídolos (...) y a otra parte de los ídolos tenían unas señales como a manera de cruces, pintados de otros bultos de indios; de todo lo cual nos admiramos, como cosa nunca vista ni oída» [12].

[12] Bernal Díaz del Castillo, op. cit., cap. III, t. I, p. 48.

     Bernal Díaz quedó sobre todo sorprendido, pero un siglo más tarde, el franciscano Diego López de Cogolludo, citando a Bernal Díaz, añadirá: «Se halló en este Reyno de Yucatán fundamento para poder presumir una evangelización de las Indias por los apóstoles y que no dio poco que considerar a los escritores antiguos, pues nuestros españoles, cuando en él entraron, hallaron cruces, y en especial una de piedra, relevada en ella una imagen de Cristo redentor nuestro crucificado, la cual está en nuestro convento de Mérida, y a quien veneraban los indios» [13].

[13] López de Cogolludo (OFM), Historia de Yucatán, libro II, cap. XI, Méjico, 1957, pp. 95-96 y 99.

     En efecto, las cruces de valor religioso eran bastante numerosas en el Méjico antiguo. Una de las más conocidas, la de Palenque, era la estilización del Árbol de la Vida de los mayas. La cruz que Quetzalcóatl llevaba en la cabeza, al igual que otra del Códice Fejérváry-Mayer, sobre la cual está dibujado un personaje barbudo, era el símbolo de las cuatro direcciones del espacio, de los puntos cardinales, como correspondía al dios del viento, Quetzalcóatl-Ehécatl. Pero la complicada simbología religiosa de los antiguos mejicanos era impenetrable para los primeros españoles; o, más bien, sólo les decía algo analógicamente. Inclinados por una fuerte tradición judeo-cristiana, observaron, dándole primordial existencia, un símbolo (el de la cruz), significante para ellos, concediéndole una exagerada importancia, además de una significación errónea. Venidos de un mundo espiritual cerrado y exclusivo, no podían imaginar que una cruz pudiera tener otro origen y otro sentido que la cruz cristiana. Así, las cruces del antiguo Méjico, muy diferentes unas de otras, fueron unificadas y llevadas a su esquema cruciforme, para ser interpretadas como los signos de una evangelización anterior. La cruz del manto de Quetzalcóatl, cruz de sanAndrés, simbolizaba en realidad el principio dual, en el origen de los dioses y de los hombres. Al pie del templo de Ehécatl, en Calixtlahuaca, hay un monumento funerario, sobre planta cruciforme. De ahí se dedujo rápidamente una especie de ley de frecuencia, que revelaba la asociación de Quetzalcóatl y de la cruz.

     Tal hecho no podía pasar inadvertido para espíritus en busca de una explicación providencial y de un anuncio profético de la conquista española. La atribución a Quetzalcóatl de la profecía y el símbolo. En su conjunto resultaba un misterio de la cruz asociado a ese personaje. Ese héroe era, por otra parte, también una estrella que no dejaba de recordar a la estrella de David. Sus representaciones más corrientes lo mostraban coronado por un sombrero cónico, que recordaba la tiara del Papa, y portador de un bastón encorvado con la forma de una cruz episcopal, aunque mucho más pequeña. ¿No era llamado el papa Quetzalcóatl? Ese haz de analogías formales entre los símbolos cristianos y los ornamentos sagrados de Quetzalcóatl no tardaron en intrigar enormemente a los misioneros. Incluso un rasgo antropológico, la barba representada sobre todos los Quetzalcóatl, parecía convertirlo en un europeo, o por lo menos en un extranjero a los indios imberbes.

     El propio Sahagún, a pesar de su gran prudencia, escribió: «También he oído decir que en Champotón o en Campeche hallaron los religiosos que fueron allí a convertir primeramente muchas cosas que aluden a la fe católica y al Evangelio, y si en esas dos comarcas hubo una predicación (apostólica) del Evangelio, sin duda que también tuvo lugar en México y sus provincias y aun en esta Nueva España...», y señaló lo que a sus ojos reforzaba la sospecha de una evangelización anterior: «El año de 70[1570] o por allí cerca me certificaron dos religiosos dignos de fe que vieron en Oaxaca, que dista de esta ciudad sesenta leguas hacia el oriente, que vieron unas pinturas muy antiguas pintadas en pellejos de venados, en las cuales se contenían muchas cosas que aludían a la predicación del Evangelio; entre otras, era una ésta: que estaban tres mujeres vestidas y tocados los cabellos como indias, estaban sentadas como se sientan las mujeres indias, y las dos estaban a la par y la tercera estaba delante de las dos en el medio, y tenía una cruz de palo según significaba la pintura, atada en el nudo de los cabellos, y delante de ellas estaba en el suelo un hombre desnudo y tendido pies y manos sobre una cruz, y atadas las manos y los pies a la cruz con unos cordeles: esto me parece que alude a Nuestra Señora y sus dos hermanas, y Nuestro Señor crucificado, lo cual debieron tener por predicación antiguamente» [14].

[14] Sahagún, op. cit., libro XI, cap. XIII, pp. 358-359.

     Éste es el testimonio más preciso y más turbador emanado de la más alta autoridad; lamentablemente, Sahagún habla por interpósitas personas, no había visto él mismo el códice que describe con tanta precisión. Observemos que Sahagún no establece ninguna relación entre la profecía de Quetzalcóatl y la pre-evangelización de Méjico. Quetzalcóatl, a sus ojos, es un gran brujo indígena, de ningún modo un precursor de los misioneros.


     Sin embargo, la multiplicidad de los indicios que parecían confirmar la pre-evangelización, naturalmente, requería un apoyo entre los héroes del antiguo Méjico. Quetzalcóatl, adversario de los sacrificios humanos, casto y ascético, iniciador de la mortificación, promotor de la creencia en un dios único creador de toda cosa, anunciador de la conquista, depuesto y perseguido, concluyendo su existencia por una ascensión hacia el cielo y la promesa de una restauración futura de su reino bienaventurado, presentaba una cantidad demasiado grande de rasgos comunes con Jesús, como para no suscitar interrogantes apasionadas. Este héroe, según algunas versiones de su leyenda, había nacido de una virgen, milagrosamente engendrado por una mota de pelusa, cuyo carácter ligero e inasible habría podido simbolizar al Espíritu Santo.

     En el cargado ritual de los antiguos mejicanos aparecían la circuncisión, la confesión oral, el ayuno, la tonsura, etc., usos que en el espíritu de los misioneros católicos sólo podían provenir de la religión judeo-cristiana. Lo mismo ocurría con la creencia en el diluvio y en la «torre de Babel», que los antiguos mejicanos habían querido edificar precisamente en Cholula, ciudad sagrada de Quetzalcóatl. El comentarista del Codex Telleriano Remensis escribió sobre eso: «En esta fecha "uno caña" hacían la otra gran fiesta en Cholula al Quezalcoatle o primer papa o sacerdote, salvado del diluvio» [15]. En este aspecto, nuevo Moisés. Mesías de los indios, resultaba tentador tratar de mostrar que era la promesa de la luz, del Mesías Jesucristo, cuya Palabra y Verdad habían traído los españoles. Además, como Tlahuizcalpantecuhtli, dios de la aurora, creado antes que el Sol, Quetzalcóatl, nos dice el comentador del Codex Vaticanus 3738, era la prueba de «el gran conocimiento que tienen del Génesis»: «quanta cognitione hanno del Génesis perche ancor che il Demonio ha procurato mescolar tanti errori; va conformando tanto con la veritá catholica la sua buggia, che si puo credere, c'hanno havento notitia di quello libro» [16].

[15] Codex Telleriano Remensis, V trecena, Cielo, caña, p. 24.
[16] Codex Vaticanus 3738, fig. 21, p. 22.

     Demasiados indicios coincidieron por sí mismos en torno a la figura de Quetzalcóatl como para que ella no se convirtiera en el centro de las hipótesis relativas a la pre-evangelización.

     Como parecía probado el conocimiento, por parte de los mejicanos, de nociones judeo-cristianas o cercanas a éstas antes de la llegada de los misioneros españoles, se enfrentaron dos interpretaciones opuestas de esa comprobación. Una, que podríamos llamar, según Las Casas, «agustiniana», vio en ello los designios de Dios que, en su misericordia, había querido si no iluminar a los indios, por lo menos prepararlos para que lo fueran, para recibir la luz, gracias a analogías formales entre sus antiguas creencias y la nueva fe. El nombre del libro sagrado de los mayas, Chilam Balam, fue hábilmente vinculado al del mago Balaam que había él también predicado la venida del Mesías. Quetzalcóatl, que significaba en sentido figurado el gemelo precioso, apareció como sinónimo del griego Thomé, que también significaba gemelo; de ahí la traducción de Quetzalcóatl por san Toméo Tomás.

     Como la filología ayudó al ritual, a las creencias y a las representaciones de la antigua religión politeísta de Méjico, Quetzalcóatl pronto presentó los rasgos de un apóstol de Cristo o de un evangelizador español, y se convirtió como consecuencia en el personaje más importante y más interesante del antiguo Méjico a los ojos de los españoles y en particular de los misioneros. Ese interés se explica en última instancia por el etnocentrismo espontáneo de los españoles, que los impulsó inconscientemente a buscar referencias familiares que les permitieran reconocerse en el fárrago de las manifestaciones religiosas del Nuevo Mundo. La impresión de estar en presencia de una novedad radical constituía, por lo demás, un escándalo, desde el punto de vista de la Verdad revelada. De ahí que una hermenéutica de inspiración alegórica reveló en los profetas del Antiguo Testamentoel sentido críptico de pasajes que parecían anunciar el viaje de Colón al Nuevo Mundo, que se convertía así en propiedad de España sub specie aeternitatis, puesto que estaba escrito. Sería erróneo o malintencionado ver en tal actitud espiritual mala fe o ingenuidad. Negada a priori la novedad, porque hubiera revelado una laguna intolerable en la totalidad de la Verdad revelada por la Escritura, sólo cabía inquirir en los profetas, por un lado, y en América, por otro, para descubrir los signos que permitirían relacionar el Nuevo Mundo con la revelación.

     Quetzalcóatl reunía una buena cantidad de signos que parecieron luminosos. La única pregunta que correspondía era la de si Quetzalcóatl había sido un adepto de la religión natural, un brujo, y si las analogías con el cristianismo eran una parodia demoníaca, como pensaba Sahagún. Otros pensaron queDios había utilizado ese engaño realmente demoníaco como una propedéutica a la verdadera fe. La idea que pronto tendió a imponerse fue que Quetzalcóatl era el apóstol Tomás, y que todas las analogías de creencias y de ritual del antiguo Méjico con el cristianismo derivaban de una pretérita evangelización de América y de la degradación ulterior de la doctrina. Esta última interpretación no era el producto de imaginaciones desordenadas; estaba fundada sobre los Acta Thomae(Hechos de Tomás, reconocidos luego como apócrifos), según los cuales el apóstol había evangelizado las Indias supra Gangem(más allá del Ganges). El redescubrimiento por los misioneros franciscanos y dominicos de los «cristianos de san Tomás», en la región de Mylapore, en la India oriental, proporcionaba argumentos a esta hipótesis.

     La confusión geográfica inicial que llevó a bautizar a América como las Indias Occidentales contribuyó también a que la hipótesis «tomasiana» resultase verosímil. Un motivo de orden puramente teológico debía pesar mucho en este sentido. Los indios resultaron innumerables, y el Nuevo Mundo, inmenso; ¿cómo admitir entonces que Jesús hubiese olvidado lo que en ese entonces se suponía que era la mayor parte del mundo y la más poblada, en el reparto de la Humanidad que hizo entre sus apóstoles: Ite et docete omni creaturae? Quetzalcóatl resultó ser un personaje bastante conocido y a la vez bastante enigmático como para traer una solución a dudas serias. Sólo tomándolo como una aporía [paradoja o inviabilidad lógica] metafísica a superar se podrá comprender el avatar criollo del Quetzalcóatl de los antiguos mejicanos en el cual nada, a nuestros ojos modernos, predisponía para una identificación con un apóstol de Cristo. Quetzalcóatl fue la respuesta parcial a un problema multiforme y, por tanto, también espiritual, el problema americano en el siglo XVI y en el siglo XVII.


Los Defensores de la Evangelización Apostólica de Méjico

a) Diego Durán, O.P. [Dominico]

     Casi contemporáneo de los primeros evangelizadores, el dominico Durán lo fue exactamente de Sahagún, y puede ser considerado también él como un conocedor de los últimos sobrevivientes del mundo azteca prehispánico. En ese carácter, es interesante analizar la imagen que nos ha dado de Quetzalcóatl confrontándola con las que ya hemos examinado en Motolinia, en Sahagún y en el autor de la Histoyre du Méchique. Al leer a Durán, tenemos la impresión de que años, décadas incluso, lo separan de los adelantados de la evangelización. No se propuso como tarea, como lo hicieron ellos, escribir la historia de los antiguos mejicanos y de sus creencias, sino interpretarla como la propia historia de su patria de adopción. No es casualidad que allí aparezca la primera gran transformación literaria del personaje de Quetzalcóatl.

     En el capítulo LXXIX de su Historia de las Indias de Nueva España, Durán expone su concepción de Quetzalcóatl. No hay que perder de vista que esa presentación del héroe se inserta en un plan de conjunto, la apología del antiguo Méjico. Desde el comienzo de la obra, el autor nos anuncia sus intenciones: «...quanto ha sido mi deseo de dalle vida y resucitalle de la muerte y olvido en que estaba, al cabo de tanto tiempo... para que las gentes advenediças y extrañas de diversas naciones... pierdan la mala y falsa opinión con que condenaban la barbaridad que a estas gentes atribuían» [17]. En los últimos parágrafos del capítulo LXXVIII, que precede inmediatamente al consagrado a Quetzalcóatl, Durán deplora la destrucción de los antiguos códices: «Y assí erraron mucho los que con buen celo (pero no con mucha prudencia) quemaron y destruyeron al principio todas las pinturas de antiguallas que tenían; pues nos dexaron tan sin luz, que delante de nuestros ojos idolatran y no los entendemos» [18].

[17] Durán, op. cit., t. I, cap. III, p. 18.
[18] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXVIII, p. 71.

     El objetivo de Durán, religioso misionero, es, pues, el mismo que el de Sahagún. Pero, mientras que Sahagún aplicó sin vacilar la doctrina de la tabula rasa sin perdonar ninguna creencia de los antiguos mejicanos, Durán fue el primero en entreabrir la puerta a la hipótesis de la pre-evangelización, cuya fortuna, como veremos, fue grande. El título del capítulo LXXIX anuncia una interpretación: «De quien se sospecha que fue un gran barón que ubo en esta tierra, llamado Topiltzin y por otro nombre Papa, a quien los mexicanos llamaron Hueymac; residió en Tula» [19]. Observemos que Quetzalcóatl no figura en ese título ni aparecerá en el capítulo. Se trata del «papa Topiltzin», es decir, del Quetzalcóatl histórico, gran sacerdote de Tula, en tanto que hombre y no como dios (tampoco se alude a su transformación en la Estrella de la Mañana). Sólo mucho más adelante Durán tratará «Del ídolo llamado Quetzalcóatl, dios de los Chololtecas» [20]; aunque ese ídolo sea llamado «padre de los toltecas, y de los españoles, porque anunció su venida» [21], no parece en ningún momento relacionado con el «papa Topiltzin». Durán parece, pues, separar el dios de los cholultecas, Quetzalcóatl-Ehécatl, del Quetzalcóatl histórico. Su «papa Topiltzin» se confunde por lo demás con el Huémac de Tlaxcala. Durán escribe de este personaje: «Este Topiltzin, que por otro nombre llamaron estos indios Papa, fue una persona muy benerable y religiosa á quien ellos tuvieron en gran beneración y le honraban y reberenciaban como á persona santa» [22].

[19] Durán, op. cit., t. II, p. 72.
[20] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXXIV, p. 118.
[21] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXXIV, ibid.
[22] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 73.

     La clave estaba dada, y tendría éxito: el «papa Topiltzin» era un «santo». La descripción de su comportamiento y la historia de su vida se modelarán sobre esta naturaleza adquirida. Durán no se detiene en analogías formales; la palabra papa no tenía para él ninguna relación con las lenguas neolatinas del Viejo Mundo, sino que significaba «el hombre de los largos cabellos», es decir, sacerdote, ya que los sacerdotes del antiguo Méjico dejaban crecer sus cabellos. La insinuación es más sutil: «Estaba siempre recojido en una celda orando, el qual pocas veces se dexava ver: era hombre muy austinente y ayunador: bibía castamente y muy penitenciero: tenía por exercicio el edificar altares y oratorios por todos los barrios y poner ymágenes en las paredes, sobre los altares y hincarse de rodillas ante ellas y reverenciallas y bessar la tierra» [23]. A sus discípulos les enseñaba a orar y predicar. A los lectores contemporáneos de Durán no podía dejar de llamarles la atención el empleo de un vocabulario cristiano para pintar la devoción de Topiltzin (celda, orar, penitencia, oratorio), y la indicación de rasgos como «abstinente y penitenciero» e «hincarse de rodillas» [24]. Si se agrega que «las proezas y prodigios de Topiltzin» tenían «apariencias de milagros», el retrato de un Topiltzin cristiano queda de suyo dibujado.

[23] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 73.
[24] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 73.

    La argumentación de Durán en favor de la identificación del «papa Topiltzin» de Tula con un apóstol de Cristo está fundada sobre razones teológicas y sobre hechos. Después de haber afirmado su ortodoxia, «en todo me sujeto á la corrección de la santa yglesia católica, porque aunque me quiera atar al sagrado evangelio que dice por San Marcos, que mandó Diosá sus sagrados apóstoles que fuesen por todo el mundo y predicassen el evangelio á toda criatura (...), pues éstas eran criaturas de Dios (...) que no las dejaría sin predicador, y si le hubo fue Topiltzin, el qual aportó á esta tierra, y según la relación [que] dél se da era cantero que entallaba imágenes en piedra y las labraba curiosamente, lo qual leemos del glorioso Santo Tomás, ser oficial de aquel arte, y también sabemos aver sido predicador de los indios...» [25].

[25] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, ibid.

     De este modo quedan echadas las bases de la asimilación de Topiltzin al apóstol Tomás. Al mismo tiempo, se destruye la hipótesis de que Durán habría sido simplemente el traductor de una crónica indígena llamada Crónica X a falta de un nombre más preciso. Es cierto que Durán, como los franciscanos que ya estudiamos, tuvo entre manos los códices y se los hizo comentar por los indígenas. Es posible que uno de esos códices, hasta hoy desaparecido, haya sido su principal fuente. Pero un ejemplo como el de la imagen que nos ha dado de Topiltzin prueba que las crónicas indígenas fueron elaboradas por el dominico. A los autores posteriores les tocará completar el retrato de un Quetzalcóatl apostólico. Otro dominico, Las Casas, lo describirá así: «Era hombre blanco, crecido de cuerpo, ancha la frente, los ojos grandes, los cabellos largos y negros, la barba grande y redonda» [26].

[26] Las Casas, Apologética Historia, cap. CXXII.

     El interés del Topiltzin de Durán está en que nos revela las actitudes espirituales que condujeron a identificar el Topiltzin de Tula con el apóstol Tomás. Cierto número de rasgos legendarios del personaje y «la reputación milagrosa» hacen suponer que se trataba de un misionero cristiano. El reconocimiento (después de las controversias cuyos primeros papeles correspondieron a Las Casas, a Sepúlveda y a Vitoria) de los indios como «criaturas de Dios, racionales y capaces de la bienaventuranza» [27], confrontado con el Evangelio según Marcos y con los Hechos de Tomás, acarreaba la conclusión de que las Indias habían sido evangelizadas por un apóstol, precisamente por Tomás. Una serie de casualidades hizo que el apóstol y Topiltzin tuvieran analogías. Topiltzin había esculpido la piedra, y Tomás también, etc. Esas semejanzas hubieran pasado inadvertidas de no ser por la necesidad teológica de encontrar en el Nuevo Mundo los rastros de una primitiva evangelización apostólica.

[27] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 73.

     La profecía de Topiltzin tiene en Durán características precisas: la descripción de los extranjeros venidos del Este tiende a ser una pintura ingenua de los españoles, y el sentido de la profecía, sobre todo, es completamente nuevo y deriva de la ética cristiana: «que aquel castigo les avía de inbiar Dios en pago del mal tratamiento que le avían hecho y la afrenta con que le echavan» [28]. Topiltzin habla ahora como san Tomás o más bien como un religioso español del siglo XVI podía imaginar que hubiera hablado el apóstol. Hubo todo un bando dispuesto a justificar los crímenes de la conquista española, considerándola como un flagelo de Dios enviado a los indios como castigo de su incredulidad tenaz y sus vicios. Cabe preguntarse si Durán inventa los términos que Topiltzin habría podido emplear verosímilmente a sus ojos para estar de acuerdo con el personaje que él imaginaba que era, es decir, Tomás. Obrando así, Durán no hizo lo que sus contemporáneos, a ejemplo de los historiadores latinos. (Ninguno de los discursos de generales antes de las batallas, de los que están llenos Salustio y Tito Livio, ha sido pronunciado). Pero también podría pensarse que el dominico recogió esa versión de boca de algún informante indígena; es menos probable, pero no está excluída la posibilidad.

[28] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 75.


     Ahora bien, Durán, como todos los misioneros españoles de Méjico, sabía de la fragilidad de tales relatos y desconfiaba de ellos, puesto que escribió algunos renglones más abajo: «aunque preguntado á otro yndio biejo la noticia que tenía de la yda de Topiltzin, me enpeço á relatar el capítulo catorce del Éxodo (...) y como bí que avia leydo donde yo y dónde yba a parar, no me di mucho por preguntalle» [29]. Si un viejo indio recitaba el Éxodo, para contar la fuga de Quetzalcóatl, ¿qué pensar de los relatos de los jóvenes ladinos? En todo caso, la imagen de Quetzalcóatl ¿no era ya, desde antes de Durán, marcadamente sincrética?. ¿A qué conclusión llegar cuando cuenta Durán: «también me dixo un yndio biejo que passando el Papa por Ocuituco, les avía dejado un libro grande (...) y me juraron que abrá seis años que le quemaron porque no acertavan á leer la letra (...) lo cual me dio pena porque quiça nos diera satisfecho de nuestra duda que podría ser el sagrado evangelio en lengua hebrea, lo qual no poco reprehendí á los que lo mandaron quemar» [30]?. ¿No es más sencillo suponer que ese viejo indio no sabía leer la escritura ideográfica de los códices, o que se trataba de un códice mixteca o maya, o incluso tolteca, incomprensible en tierras zapotecas? Lo interesante es la actitud espiritual que va de la verdad revelada (el Evangelio según Marcos y los Hechos de Tomás) a la búsqueda no de pruebas fácticas sino de signos materiales de un pasado conocido por la revelación.

[29] Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 76.
[30] Durán, op. cit., t. II, ibid.

     Sintiendo lo que se les quería hacer decir, los indios se adelantaban a los deseos de los religiosos españoles; cuando esa complacencia era demasiado visible (como en el caso del Éxodo, antes mencionado), no engañaba a nadie. Pero ¿quién podría desentrañar las sutiles deformaciones de la leyenda de Quetzalcóatl que por sucesivos retoques aparejaron la confusión entre el héroe-dios mejicano y la idea que en esa época podía tenerse de un apóstol de Cristo? Los indios tenían interés en convencerse; era la prueba de que su pasado no se reducía a tinieblas y de que su presente no era un salto en el vacío. La palabra de Cristo estaba muchísimo más próxima para ellos si había sido proclamada por boca de Quetzalcóatl. Los misioneros indigenistas encontraban en esa tradición cristiana del Nuevo Mundo el signo de la gracia del Cielo sobre las Indias y sus poblaciones; por tanto, razones metafísicas para desautorizar a los cazadores de esclavos y a los verdugos de la conquista y de la colonización llevada al extremo. Los primeros criollos vieron en la evangelización apostólica la señal de que su patria no era reprobada, olvidada por el Señor.

     Fray Diego Durán no era criollo, pero muy posiblemente era un judío converso [31], y en el tan debatido problema del origen de los indios fue de los que pensaron «que podríamos últimadamente afirmar ser naturalmente judíos y gente hebrea (...) para probación de lo qual será testigo la Sagrada Escriptura, donde clara y abiertamente sacaremos ser verdadera esta opinión»[32]. Sería arriesgado pretender penetrar en los móviles ocultos de la conciencia de un religioso español del siglo XVI. Si Durán fue un judío converso, quizá sintió la vocación de convertir al cristianismo a los «judíos escondidos» de que hablan los profetas, lo que debía preludiar la llegada del Reino. Así el dominico se uniría a la poderosa corriente del pensamiento milenarista, que no fue sólo asunto de franciscanos. Durán clamó con pasión el amor a su patria mejicana «en las cosas de gobierno y pulicía, sujeción y reverencia, grandeça y autoridad, ánimo y fuerças, no hallo quien les sobrepuje, y en querer señalarse en todo para que su memoria durase para siempre» [33].

[31] Durán, Historia de las Indias, Méjico, 1967, ed. A. M. Garibay, Notas de introducción, pp. 13-15.
[32] Durán, op. cit., t. I, cap. I, p. 1.
[33] Durán, op. cit., t. I, cap. III, p. 18.

     Ésos eran los puntos sensibles para un lector español contemporáneo de Durán. Los antiguos mejicanos compartían con los conquistadores la ética de la hazaña, la preocupación por la gloria, la fama y el honor. Vemos cómo, en comparación con ese pasaje, la identificación de Quetzalcóatl con Tomás se ubica dentro de una tentativa más vasta para vencer la radical singularidad del Nuevo Mundo y de las costumbres de sus habitantes. Había que vincular a los indios con la Historia del único mundo posible, el mundo judeo-cristiano, mediante las profecías, las creencias, el sistema de valores. Quetzalcóatl fue una carta alta en ese juego en el que los misioneros participaban contra los conquistadores. En los relatos de éstos, los indios aparecían sobre todo como paganos y  antropófagos; los religiosos hicieron su apología con las armas espirituales de la época.


b) Juan de Tovar, S.J. [Jesuíta]

     Hay una serie de textos estrechamente relacionados: la Historia de las Indias, de fray Diego Durán; la Historia, de Tovar; la Historia Natural y Moral(por lo menos el libro VII, referido a Méjico), de José de Acosta; por último, la Crónica Mexicana, de Hernando de Alvarado Tezozómoc. Dos cartas iluminan especialmente la relación entre esas obras, una del sacerdote Acosta al sacerdote Tovar, y otra, la respuesta del segundo [34].

[34] Joaquín García Icazbalceta, Don Fray Juan de Zumárraga, Méjico, 1947, t. IV, Documento Nº 65, pp. 89-95.

     El manuscrito autógrafo probable de Tovar, llamado Tovar de Phillips, parece un resumen de una primera Historia (perdida hasta hoy) de Tovar, que éste habría enviado a Acosta, quien agregó de su mano notas marginales. El propio Tovar declara haber aprovechado la historia de un dominico, que no puede ser sino Diego Durán. Así se aclararon los lazos de filiación:

Durán = Tovar I = Tovar II = Acosta.

     El erudito mejicano José F. Ramírez descubrió en el convento de San Francisco de Méjico un documento conocido después con el nombre de Códice Ramírez. Bandelier estableció que el Manuscrito Phillips y el Códice Ramírez eran del mismo autor. La identidad reconocida entre el Manuscrito Phillips y el Códice Ramírez, el primero siendo una copia del segundo con ligeras variantes, y la identificación de ambos manuscritos con la segunda Historia, de Tovar, escrita en 1586 ó 1587, da el esquema siguiente:

Durán = Tovar de Phillips = Tovar Ramírez = Acosta = Tezozómoc.

     Las diferentes hipótesis han sido examinadas por Kubler y Gibson, en un estudio cuya conclusión es que la Historia de Durán es la obra madre. Por otra parte, Robert H. Barlow había lanzado una nueva «hipótesis indigenista», según la cual una Crónica X, hoy desaparecida, habría sido la fuente indígena común de Durán y de Tezozómoc. Es dudoso que la Crónica X, si es que alguna vez existió, sea encontrada e identificada un día. El problema se circunscribe, finalmente, a las relaciones entre Durán y Tovar; según se admita que el segundo ha resumido al primero o que han utilizado como fuente común la Crónica X (como lo habría hecho también Tezozómoc), las fuentes de la historia de Méjico aparecerán más o menos «puras». Vamos a aclarar ese problema desde el ángulo específico de Quetzalcóatl.

     En ausencia de la eventual Crónica X, comenzaremos por estudiar el personaje de Quetzalcóatl, en el Manuscrito Tovar, partiendo de la presunción de que la Historia de Durán es a la vez la más rica y la primera en tiempo de las obras consideradas, y la fuente del Manuscrito Tovar-Códice Ramírez.

     Tovar ubica la profecía de Quetzalcóatl en tiempos de la conquista española y no en el momento del exilio del Quetzalcóatl histórico. Efectivamente, escribe: «En este tiempo anunció el ídolo Quetzalcóatl, dios de los cholultecas, la venida de gente extraña a poseer estos reinos». La expresión «en este tiempo» designa el momento en que «habían aparecido en los puertos navíos con hombres extraños» [35], es decir, Grijalva en 1518, o Cortés en 1519. Ese desplazamiento temporal de la profecía no deja la menor duda acerca de si eran los españoles los anunciados. Entre los prodigios precursores de la conquista española, Tovar cuenta que un labrador fue transportado por un águila a una gruta e invitado por la voz de Dios a quemar el muslo de Moctezuma: «Ya es tiempo que pague las muchas ofensas que ha hecho a Dios» [36]. Bajo una forma un poco diferente, encontramos la idea, presente en Durán, del azote de Dios sobre los indios para castigarlos por su paganismo y por sus vicios. Esa idea, que apareció muy temprano para tratar de justificar las atrocidades de la conquista española, sólo puede ser considerada como una aportación española; es, indudablemente, extraña a las profecías indígenas.

[35] Manuscrit Tovar. Origines et Croyances des Indiens du Mexique, ed. Jacques Lafaye, Colección UNESCO de obras representativas, Akademische Druck und Verlagsanstalt, Graz, 1972, p. 69.
[36] J. de Tovar, op. cit., p. 70.

     Los observadores enviados por Moctezuma «dijeron todos que, sin falta, era venido su grande emperador Quetzalcóatl (...) el cual dejó dicho que habrá de volver, que lo fuesen a recibir» [37]. Encontramos acá las huellas de la única profecía indígena atestiguada por las mejores fuentes, la de Quetzalcóatl-Topiltzin al partir para el exilio. La segunda profecía, la del ídolo de los cholultecas, contemporánea de la conquista, tuvo verosímilmente como origen, en el texto de Tovar, la confusión creada por el nombre de Quetzalcóatl. Haciendo que la profecía se repitiera en el momento de la conquista entre los diferentes prodigios (señalados por las demás crónicas), Tovar unió más estrechamente al Quetzalcóatl de los antiguos mejicanos con los españoles. Y, prosiguiendo, Tovar explicó: «y porque esto mejor se entienda, es de advertir que hubo en esta tierra en tiempos pasados un hombre que, según la relación que hay de él, fue santísimo, tanto que muchos certifican que fue algún santo, aportó a esta tierra a anunciar el Santo Evangelio» [38]. Tovar era prudente al escribir «según la relación», pero sería deseable que hubiese sido más preciso. Si se tratara, como hay motivos para pensarlo, de la «relación de Durán», ésta estaba ligeramente atrasada con respecto a Tovar, puesto que Durán había escrito simplemente: «Este Topiltzin, que por otro nombre llamaron estos indios Papa, fue una persona muy benerable y religiosa á quien ellos tuvieron en gran beneración y le honraban y reberenciaban como á persona santa» [39].

[37] J. de Tovar, op. cit., p. 73.
[38] J. de Tovar, op. cit., p. 73.
[39] D. Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 73.

     Tovar, resumiendo el texto de Durán, considera como cierto lo que era hipotético, como lo testimonia la expresión: «fue un hombre santo», aunque haya que ver cierta reserva en lo que sigue: «muchos certifican que fue algún santo»[40]; se trataba de convencer al lector por la pluralidad de los testimonios, pero Tovar no enumera a esos «muchos». Si se trataba de informantes indígenas, sabemos, por el propio Durán, cuán sospechoso era su testimonio; si (como seguramente es el caso) sólo Durán representaba a esos numerosos autores, se trata de un giro de estilo bastante vago, con el que no podría conformarse la erudición moderna. Tovar parece parafrasear aquí a Durán, pero refuerza la presunción de que Topiltzin era un evangelizador, mediante una acumulación de detalles que, según las fuentes más auténticas, no cabían en la idea que los indígenas se hacían de Quetzalcóatl, según podemos conocerla a través de los cantos y de las historias que aluden a «un cuero curtido muy antiguo donde estaban figurados todos los misterios de nuestra fe sin faltar ninguno, en figuras de indios, aunque con muchos yerros». Tovar no nos revela tanto la seguridad de las informaciones no verificadas por él mismo, como el empleo que quiso darles. Tan sólo nos dice que «persuádense más a esto los que encontraron en un pueblo que está junto a la mar un cuero curtido» [41]. Es interesante comparar la actitud del jesuíta con la de Sahagún, que, ante un testimonio similar, había manifestado antes que nada su sorpresa por no haber descubierto nada igual en el Méjico central.

[40] J. de Tovar, op. cit., p. 73.
[41] J. de Tovar, op. cit., p. 73.

     Al citar los diferentes nombres del héroe, Tovar escribe: «el primero era Topiltzin», lo que hace pensar que, para él como para Durán, Quetzalcóatl era el Quetzalcóatl Ce-Acatl Topiltzin histórico, de Tula. Al llegar a su tercer nombre, Tovar escribe: «el tercero era "papa" y entre las figuras que se hallan de su efigie le pintan con una tiara de tres coronas, como la del Sumo Pontífice» [42]. Aunque el autor no haya sacado ninguna conclusión del enunciado de esos dos hechos, los junta, dejando al lector la tarea de relacionar el nombre de «Papa», dado a Topiltzin, con la «tiara» que llevaba sobre la cabeza, en los códices indios. Esos signos exteriores del cristianismo refuerzan la impresión producida por el ascetismo del personaje, su piedad, su amor por la virtud, sus milagros... Tovar no dice que el nombre de «papa» servía para designar a los sacerdotes de la antigua religión, porque llevaban los cabellos largos. La omisión de un detalle, que basta para disipar las presunciones «cristianas», es intencional de parte de un hombre como Tovar, que conocía admirablemente a los indios y su lengua náhuatl.

[42] J. de Tovar, op. cit., p. 73.

     La presencia, en la Historia de Durán, de esta explicación del nombre «papa», hace aparecer a éste como atrasado con respecto a Tovar, en la línea de evolución que tendía a identificar cada vez más a Quetzalcóatl con el apóstol Tomás. Ese hecho aislado no bastaría para probar que Durán fue la fuente de Tovar, que habría resumido la obra de su predecesor; pero este indicio, añadido a los que ya señalamos, revela un propósito de conjunto, el de reforzar la presunción de una tarea evangelizadora de Tomás en Méjico. Por una serie de correcciones de detalle del testimonio de Durán, ya omisiones, ya agregados, por la elección de palabras diferentes, Tovar se empeña en presentar a Quetzalcóatl como un apóstol de Cristo.

     El examen que acabamos de hacer del único ejemplo de Quetzalcóatl-Topiltzin vuelve inverosímil que Tovar haya podido ser la fuente de Durán. En ambos casos, las respectivas visiones de Topiltzin no deben mucho a un anónimo autor indígena, como lo habían supuesto Ramírez y Chavero, ni a Sahagún, ni a Motolinía. Lo que es verdad de Topiltzin no lo es de ningún modo del ídolo Quetzalcóatl, dios de los cholultecas, tema del capítulo IV del Códice Ramírez. Está pintado con términos semejantes a los de Sahagún y sin ningún lazo con el Quetzalcóatl histórico, también llamado «Papa Topiltzin». Esta manifestación de la divinidad mejicana era una parte de la literatura misionera, y demuestra que el esfuerzo de síntesis de las fuentes indígenas (tonalámatl, etc.) intentado por los religiosos obedecía a una visión englobadora del mundo indígena y de sus creencias profundamente diferente de la de los indios antes de la conquista española. Durán y Tovar nos transmiten algunos aspectos de la antigua religión bajo una forma aparentemente más fiel, pero hay que desentrañarlos de en medio de un material más elaborado. Es el caso de Quetzalcóatl, ídolo de los cholultecas. Vimos que Durán presentaba incluso a Quetzalcóatl como el perseguidorde Topiltzin, incluyéndolo entre los nigrománticos, junto a Tezcatlipoca [*], lo cual nos aleja bastante de Motolinia, de Sahagún y de la literatura náhuatl.

[*] D. Durán, op. cit., t. II, cap. LXXIX, p. 78 (NdelE).


Los Comentadores de los Códices de Reims y del Vaticano

     Las fuentes escritas que acabamos de utilizar son las más importantes. Pero afortunadamente están completadas con códices pictográficos. Ya el sacerdote José de Acosta (S.J.), al parecer, había aludido al Codex Vaticanus A, manuscrito mejicano número 3738 de la Biblioteca Vaticana, llamado Códice Ríos, lo que confirmaría que el documento estaba en la Biblioteca vaticana desde fines del siglo XVI. El comentario en italiano que acompaña a ese códice parece la bastante torpe transcripción (por todas partes deja transparentar el original castellano) del comentario oral de un dominico español. El sacerdote Pedro de los Ríos parece haber pertenecido a la misión dominica de Oaxaca hasta 1566 más o menos. ¿Reprodujo un códice mejicano o sólo comentó su significado? Acosta nos dice que un jesuíta aclaró el sentido del códice para el bibliotecario del Papa, que no entendía nada [43]. Ese jesuíta, probablemente italiano, sería quien transcribió el comentario en castellano del sacerdote Ríos.

[43] José de Acosta (SJ.), Historia Natural y Moral de las Indias, libro VII, cap. XIX: «Así está todo hoy día pintado en los Anales mejicanos, cuyo libro tienen en Roma y está puesto en la sacra biblioteca o librería vaticana, donde un padre de nuestra Compañía, que había venido de México, vio ésta y las demás historias y las declaraba al bibliotecario de Su Santidad, que en extremo gustaba de entender aquel libro, que jamás había podido entender».

     Existe una réplica del Codex Vaticanus 3738; es un código mejicano de la colección del obispo de Reims, Charles Maurice Le Tellier, llamado por eso Codex Telleriano Remensis. La ejecución de los dibujos del Telleriano Remensis es más perfecta y más delicada que la del Vaticanus 3738, que pasaría más fácilmente por ser una copia imperfecta del precedente, debida quizá al sacerdote Ríos o, en todo caso, a una mano española ignorante de la significación simbólica o jeroglífica de ciertos detalles. El Telleriano Remensis está, además, acompañado de un comentario manuscrito en castellano, que sólo imperfectamente corresponde al comentario italiano del Vaticanus 3738.

     En el comentario castellano del códiceTelleriano Remensis, Quetzalcóatl aparece varias veces, primero como uno de los signos de la segunda trecena del tonalámatlo calendario sagrado. El comentario, bastante deshilvanado, recuerda los rasgos principales del héroe-dios: «Es el que nació de la virgen que se dice Chimalma (...) salióse del diluvio (...) sería penitente (...) Este Quetzalcóatl fue el que dicen que hizo el mundo y así le llaman señor del viento, porque dicen que este Tonacatecuhtli, cuando a él le pareció sopló y engendró a este Quetzalcóatl. A éste le hacían las iglesias redondas sin esquina ninguna. Este dicen que fue el que hizo el primer hombre (...) después del diluvio se sacrificaba desta manera [se hacían escarificaciones] y no mataban hombres» [44].

[44] Codex Telleriano Remensis, p. 22.

     En otra parte se dice que su mellizo, Xólotl [pronunciado shólotl], fue salvado del diluvio. La vinculación de Quetzalcóatl con el diluvio es especialmente clara en el Telleriano Remensis, y constituye un elemento posible de asimilación de las antiguas creencias relativas a Quetzalcóatl con la tradición judeo-cristiana. El comentarista ha retenido también que había nacido de una virgen y del «soplo» o del «espíritu» de un dios e inclusó «señor de los dioses»: Tonacatecuhtli. Eso era juntar rasgos que evocan directamente al cristianismo y que no figuran en las tradiciones más próximas a la fuente indígena. La práctica del auto-sacrificio recuerda las mortificaciones de los ascetas cristianos.

     En el comentario de la tercera trecena se dice que: «Topiltzin-Quetzalcóatl nació el día de "7 cañas", y el día destas "7 cañas" se hacía una gran fiesta en Cholula (...) y lo mismo se hacía el día que se fue o murió, que fue en el día de "1 caña"» [45]. Este pasaje es interesante; nos muestra que el comentarista del Codex Telleriano Remensisidentificaba a Topiltzin con Quetzalcóatl (a diferencia de Durán, por ejemplo) y con el gran dios de Cholula (el Camaxtli de los tlaxcaltecas). La indecisión que expresa «se fue o murió»corresponde a las variantes que ya encontramos de las tradiciones de Quetzalcóatl. En el comentario de la novena trecena, el autor escribe: «Esta lumbre o estrella fue criada antes que el Sol. Este Tlahuizcalpantecuhtli o estrella Venus es el Quetzalcóatl. Cuando se fue o desapareció tomó su nombre» [46]. Esto corresponde al Génesis y evoca, además, la estrella de Oriente, que había anunciado la venida del Mesías. El comentario de la cuarta trecena nos dice que «ayunaron los cuatro días postreros al Quetzalcóatl de Tula, que es el que tomó nombre del primer Quetzalcóatl y ahora le llaman "1 caña" y que es la estrella Venus» [47]. El comentarista agrega (quinta trecena): «en esta "1 caña" hacían la otra gran fiesta del Quetzalcóatl, o primer papa, o sacerdote (...) salvóse del diluvio» [48]. Aquí está, pues, claramente establecida la distinción entre el primitivo dios Quetzalcóatl y el Quetzalcóatl Ce-Ácatl de Tula, que aparecía como «primer papa o sacerdote»del precedente; el iniciador del auto-sacrificio es, seguramente, el segundo, salvado del diluvio.

[45] Codex Telleriano Remensis, p. 23.
[46] Codex Telleriano Remensis, p. 26.
[47] Codex Telleriano Remensis, p. 23.
[48] Codex Telleriano Remensis, p. 24.

     En el códice Telleriano Remensis se reconocen, pues, los distintos rostros del Quetzalcóatl de las tradiciones mejicanas, gracias al recuerdo sucinto (y por ello un poco incoherente) de las principales tradiciones indígenas. Se le da un rango especial al Diluvio, que parece una aportación cristiana, no porque el diluvio esté ausente en las tradiciones mejicanas, pero no está tradicionalmente asociado al mito de Quetzalcóatl. Si admitimos la anterioridad del códice Telleriano Remensisrespecto al Vaticanus 3738, que habría sido escrito o copiado sobre un original mejicano (¿el propio Telleriano Remensis, a partir de 1555?), hay que considerar al comentador del Telleriano Remensis como uno de los historiadores primitivos de Méjico, al menos tan antiguo como Durán y más antiguo que Tovar. Ese autor anónimo está bien informado de las diversas tradiciones indígenas a propósito de Quetzalcóatl y es mucho más prudente que Durán y que Tovar en el sentido de la asimilación del mito de Quetzalcóatl a las tradiciones bíblicas. Parece negarse a sacar partido de cegadoras analogías. ¿Se trata de prudencia ante la Inquisición o el propósito de hacer «tabla rasa»?.

     El comentarista italiano del códice Vaticanus 3738, el jesuíta, mencionado por Acosta (¿que transcribió —o habría transcrito— el comentario oral del dominico Pedro de los Ríos?) se aparta en forma notable de la concisión del Codex Telleriano Remensis. Más desarrollado, el comentario italiano es también menos rico y deja de lado aspectos importantes de las tradiciones indígenas. En cambio desarrolla por extenso las analogías judeo-cristianas. ¿Estamos ante un caso semejante al de la filiación Durán-Tovar; un dominico inspira a un jesuíta, que va más lejos que él en el camino de los compromisos entre las creencias paganas y la tradición bíblica? (La querella de los ritos chinos en el siglo XVII no será sino la fase aguda de una divergencia que se remonta a los comienzos de las misiones). Los jesuítas tenían buenos argumentos al oponer al rigor de los otros (de los franciscanos en especial) todo lo que el cristianismo europeo había conservado de las tradiciones paganas anteriores. Tal como el sacerdote Durán, el sacerdote Ríos, su hermano en religión (¿era también descendiente de un converso como su nombre permite suponer?), piensa que «esas gentes descienden de los hebreos», y agrega: «y uno de los argumentos que me han convencido de ello es ver qué conocimiento tienen del Génesis» [49].

[49] Codex Vaticanus 3738, pl. XXI.

     Ese conocimiento del Génesisestá muy ligado a Quetzalcóatl, puesto que se trata de la creencia según la cual Tlahuizcalpantecuhtli, divinidad de la aurora, habrá sido creado antes que el Sol. «Cómo han llegado a este país, no se sabe». El difusionismo implícito en esta actitud espiritual no tiene nada de sorpresivo de parte de un europeo de fines del siglo XVI. Suponer a causa de tales analogías que los antiguos mejicanos eran esos famosos «judai clause», judíos escondidos de la tradición profética, llevaba a atribuírle un origen judaico a Quetzalcóatl. Dado que la piedad de los hebreos es sabida, el héroe-sacerdote, Quetzalcóatl, apareció, naturalmente, como «el primero que comenzó a invocar a los dioses y a celebrarles sacrificios, fue también el primero en hacer penitencia a fin de aplacar a los dioses» [50]. Primer constructor de templos, Quetzalcóatl presenta todos los rasgos de un héroe hebraico, y además el de haber cruzado misteriosamente el mar, como un nuevo Moisés: Tlapalan«quiere decir lo mismo que mar Rojo». El carácter mesiánico de Quetzalcóatl tampoco ha escapado al comentador que recuerda el levantamiento zapoteca de 1550: «Que su dios había llegado, que los rescataría». Pero a pesar de todas esas analogías, y en contradicción con la tesis del origen hebraico de los indios, el autor escribe de las profecías sobre el retorno de Quetzalcóatl: «Y que no se deduzca de esto que el demonio, que inventaba todo esto, podía saber lo que sucederia» [51], era una simple maña de Satán, destinada a conservar su crédito ante los indios; era fácil prever que un día u otro sobrevendría una invasión.

[50] Codex Vaticanus 3738, pl. VII, verso.
[51] Codex Vaticanus 3738, pl. IX, verso.

     Aludiendo, en el comentario de la figura XIV, al origen de Quetzalcóatl, nacido de una virgen y de un espíritu divino, el Citlaltonalli, el sacerdote Ríos (o su intérprete) protesta contra la atribución a ese demonio, Quetzalcóatl, del papel providencial de Jesús, «el cual, encontrando el mundo corrompido, lo reformó haciendo penitencia y muriendo en la Cruz por nuestros pecados, y no el miserable de Quetzalcóatl, al cual estos míseros atribuyen esta obra» [52]. La tesis franciscana de la parodia demoníaca del cristianismo reaparece aquí. ¿Hay  que atribuírselo al dominico Ríos, o a su intérprete jesuíta anónimo? Dentro de este espíritu, la asimilación gráfica al cristianismo de los Quetzalcóatl del Codex Vaticanus 3738no presentaba más peligro para la ortodoxia. Hay que señalar, sin embargo, que el autor de los dibujos de ese códice, simplificando los del Telleriano Remensis, representa, en vez del principio dual de los antiguos mejicanos, cruces cristianas sobre la capa de un Quetzalcóatl que marcha sobre las aguas del Tlapalan, «el mar Rojo». No hay que insistir acerca del valor sugestivo de esas coincidencias, para quien hubiera querido mostrar que Quetzalcóatl pertenecía a la tradición judaica.

[52] Codex Vaticanus 3738, pl. IX.

     El interés que para nosotros tiene el comentario del Codex Vaticanus 3738 es el esbozar un retrato de Quetzalcóatl que acentúa los parecidos con Jesús y, en términos generales, las creencias judeo-cristianas, compensando esas analogías con la afirmación de una parodia demoníaca. La Historiade Durán, la primera (en fecha) aberrante con respecto a las primitivas historias franciscanas (Sahagún, Olmos, Motolinia) y dominicas (Pedro de los Ríos) parece ser el origen de las tentativas de asimilación de Quetzalcóatl con un personaje de la tradición bíblica.


Un Censor Oficioso, el Jesuíta Acosta

    Las dos cartas (una del sacerdote Tovar, otra del sacerdote Acosta) publicadas por J. García Icazbalceta, y reproducidas por G. Kubler y Ch. Gibson, prueban que la Historiade Tovar (Manuscrito Tovar / Códice Ramírez) fue la casi única fuente de Acosta para escribir la parte de su Historia Natural y Moralconsagrada a Méjico. En efecto, el célebre jesuíta tenía una experiencia directa y prolongada de Perú, pero en materia mejicana tuvo que conformarse con informaciones de segunda mano. Su carta a Tovar nos muestra con qué escrúpulos las utilizaba. Nos resulta de interés ver qué acogida daba un espíritu como el de Acosta a las sugerencias de Tovar relativas a Quetzalcóatl.

     Sobre el problema general del carácter providencial del descubrimiento y evangelización del Nuevo Mundo, Acosta compartía la opinión de todos sus contemporáneos. Como ellos, pensaba que un acontecimiento tan importante tenía que haber sido anunciado por los profetas: «Y parece cosa muy razonable que de un negocio tan grande como es el descubrimiento del Nuevo Mundo haya alguna mención en las Sagradas Escrituras. Isaías dice: ¡Ay de las alas de las naves que van de la otra parte de la Etiopía. Todo aquel capítulo, autores muy doctos lo declaran de las Indias, a quien me remito» [53]. La fragilidad de tal interpretación se explica por el carácter vago tanto las profecías como de la geografía antigua, y más aún la de fines del siglo XVI, con respecto a Asia y a América. Por otra parte, Acosta se salvaguarda detrás de «autores muy doctos» que se guarda de nombrar y cuyas opiniones no parece compartir con entusiasmo. Prosiguiendo por su cuenta el comentario de Isaías, el jesuíta escribe: «Pues ya lo que el Salvador con tanto peso nos afirma, que se predicará el Evangelio en todo el mundo, y que entonces verán el fin, ciertamente declara que en cuanto dura el mundo hay todavía gentes a quien Cristo no esté anunciado» [54]. Dando esta interpretación al «Ite et docete omnes gentes» de la Vulgata (Mateo 24:14), Acosta se apartaba de la corriente milenarista de los pioneros franciscanos de Nueva España, y al mismo tiempo, la idea de una pre-evangelización de los indios dejaba de ser necesaria y con ella la identificación de Quetzalcóatl con un apóstol de Cristo.

[53] José de Acosta (S.J.), Historia Natural y Moral de las Indias, libro I, cap. XV.
[54] Acosta, op. cit., ibid., p. 26 a.

     Por tanto, no es sorprendente encontrar en Acosta una visión de Quetzalcóatl profundamente diferente de la que le había propuesto el Manuscrito Tovar que había tenido entre sus manos y anotado. «En Cholula adoraban a Quetzalcóatl porque hacía ricos a los que quería, como el otro dios Mammón, o el otro Plutón (...) Llamábanle Quetzalcóatl, que es culebra de pluma rica, que tal es el demonio de la codicia»[55], escribiría Acosta. Esta imagen de Quetzalcóatl se corresponde demasiado bien con la del «genio bueno» extendida por todas las poblaciones americanas, como para que no nos parezca más justa. ¿De dónde había sacado Acosta esas informaciones? Quizá de los franciscanos, pero más probablemente de investigaciones orales entre otros jesuítas de Méjico. La referencia a Mammón sorprende, en particular; si bien es cierto que «no se puede servir a la vez a Dios y a Mammón», el Quetzalcóatl de Acosta está en las antípodas del de Tovar, su principal informante. Apostólico para éste, encarnaba por el contrario la idolatría y lo diabólico para Acosta.

[55] Acosta, op. cit., libro V, cap. IX, p. 150 b.

     La profecía de Quetzalcóatl: «El ídolo de los cholultecas, que se llama Quetzalcóatl, anunció que venía gente extraña a poseer aquellos reinos», sin ser negada está vista bajo la misma luz que encontraremos en Torquemada. Esa profecía, lejos de ser atribuída a un misionero, fue vista por Acosta como paralela a la de Netzahualcóyotl, rey de Texcoco, «que era gran mágico y tenía pacto con el demonio, vino a visitar a Moctezuma, a deshora, y le certificó que le habían dicho sus dioses que se le aparejan a él y a todo su reino, grandes pérdidas y trabajos. Muchos hechiceros y brujos le iban a decir lo mismo...»[56]. La conclusión se desprende sola: «Finalmente, quiso nuestro Dios (...) hacer que los mismos demonios, enemigos de los hombres, tenidos falsamente por dioses, dieran a su pesar testimonio de la venida de la verdadera ley, del poder de Cristo y del triunfo de su Cruz, como por los anuncios, y profecías y señales y prodigios arriba referidos» [57]. Acosta dio cabida a la voz sobrenatural oída por un campesino en su campo y que le había dado la misión de «que le fuese a despertar de su sueño [a Moctezuma]»; esa voz había dicho, entre otras cosas: «Ya es tiempo que pague las muchas ofensas que ha hecho a Dios» [58]. Ya encontramos esa frase en un contexto diferente, en Tovar, en donde completaba admirablemente la imagen de un Quetzalcóatl apostólico.

[56] Acosta, op. cit., libro VII, cap. XXIII, p. 236 a.
[57] Acosta, op. cit., libro VII, cap. XXXIII, p. 246 b.
[58] Acosta, op. cit., libro VII, cap. XXVIII, p. 237 b.

     Acosta, consecuente, explica así ese prodigio: «Pudo ser que esto que el rústico refirió le hubiese a él pasado en imaginaria visión. Y no es increíble que Dios ordenase, por medio de ángel bueno, o permitiese por medio de ángel malo, dar aquel aviso al rústico (aunque infiel) para castigo del rey; pues semejantes apariciones leemos en la Divina Escritura, haberlas tenido también hombres infieles y pecadores, como Nabucodonosor y Balaam, y la pitonisa de Saúl» [59].

     La circunspección y la prudencia de Acosta se revelan aquí en toda su extensión. Al contrario de Tovar, hombre fogoso, Acosta, visitador de la Compañía de Jesús en las Indias, cortesano, no comprometió su autoridad en terreno tan poco seguro. Conocía los temores de la Inquisición en este terreno, y sus armas. Sin embargo, es interesante señalar a dónde van sus preferencias. Están fundadas sobre la autoridad de la Escritura. Los primeros historiadores de América habían explicado las profecías indígenas razonando sobre los antecedentes proporcionados por la Escritura. Acosta, replegándose sobre una posición políticamente sin peligro para España y teológicamente agustiniana, representará por mucho tiempo una especie de ortodoxia en lo que concierne al problema de la evangelización apostólica del Nuevo Mundo. Sin duda, había sido oficiosamente encargado de sanear la historiografía de las Indias.

     En 1571, una cédula real había definido las tareas del cosmógrafo y cronista real de las Indias: escribir una historia general de las Indias y hacer su historia natural [60], a lo que corresponde precisamente, término a término, el título de la Historia Natural y Moral de las Indias(1590), de J. de Acosta. Aparece atrás de ese otro agustiniano que fue Las Casas, para el cual la revelación tardía de la verdad a los indios, en el preciso momento en que se hallaban hundidos en las tinieblas, era la manifestación evidente de la gracia de Dios: «Para que tanto más se conociese abundar la gracia cuanto menor era el merecimiento» [61]. Pero Las Casas, lector de Sahagún (?), consideraba a Quetzalcóatl como un hombre virtuoso, a la manera de los filósofos de la antigüedad clásica: «Estas indianas gentes vencieron a griegos y romanos en elegir por dioses, no hombres viciosos y criminosos y notados de gran infamia, sino virtuosos, según que la virtud entre gente sin el conocimiento del verdadero Dios que por la fe se alcanza pudo hallarse (...) y aquel llamado Quezzalcóatl» [62].

[60] Cedulario Indiano, recopilado por Diego de Encinas (1956), libro I, p. 23, Cosmógrafo Cronista.
[61] Las Casas, Historia de las Indias, cap. I.
[62] Las Casas, Apologética Historia, cap. CXXVII.

     Acosta, después de Sahagún, nos ofrece, pues, la imagen más desfavorable de Quetzalcóatl, la vuelta a la tabula rasa de los primeros misioneros, minando la hipótesis de un Quetzalcóatl-San Tomás, adelantada por Tovar. La explicación teológicamente aceptable de las profecías, que proponía Acosta, hacía inútil y peligrosa la hipótesis de la evangelización apostólica. Vemos que incluso Las Casas, el apologista por excelencia de los indios, no trató de salvar a Quetzalcóatl, como no lo había hecho Motolinia, presentándolo como un hombre virtuoso, según la moral natural, y según Evémero. La hipótesis de Durán (seguida por Tovar) del «papa Topiltzin», misionero cristiano, es la primera creación del espíritu criollo ante el desprecio de los gachupines [término peyorativo con que eran designados en Méjico los españoles peninsulares por los españoles criollos o americanos].


Una Imagen Demoníaca de Quetzalcóatl en Torquemada, O.F.M. [Franciscano]

     Debemos relacionar la Monarquía Indiana, de fray Juan de Torquemada, provincial de los Hermanos Menores [franciscanos] en Nueva España, con la tradición de los primeros franciscanos. Los Veintiún Libros Rituales y Monarquía Indianafueron compuestos en los primeros años del siglo XVII, por tanto, muchas decenas de años después de la Historia de Durán, del Manuscrito Tovar y de la Historia Naturalde Acosta, derivando de ellas, pero apartándose en puntos importantes. La Monarquía Indiana nos da un retrato de Quetzalcóatl incompatible con lo que nos sugieren dichos autores. Más elegante que sus predecesores franciscanos, que conoció directamente o a través de Mendieta, Torquemada tenía pretensiones literarias y, estando más próximo de las fuentes escritas indígenas, desarrolló más los nuevos datos de que dispuso.

     Torquemada consideraba a Quetzalcóatl como un demonio, adorado por los cholultecas, y tan sediento de sangre india como las otras divinidades del antiguo Méjico, a las cuales sus predecesores lo habían opuesto en ese punto [63]. El autor toma posición sobre el problema de los dos Quetzalcóatl en estos términos: «esta nación no se sabe de donde aia podido venir (...) estas gentes traían consigo una persona mui principal por caudillo, que los gobernaba, al cual llamaban Quetzalcohuatl (que después los cholultecas adoraron por dios)» [64]. Para Torquemada, el dios Quetzalcóatl es, pues, el antiguo jefe divinizado de ese pueblo desconocido que desembarcó en Méjico, en la región de Pánuco, intentó fijarse en Tula y se dispersó luego, a causa de dificultades con los antiguos ocupantes; algunos se fijaron, sobre todo, en Cholula. Cholula «Fue la madre general de la supersticiosa religión de esta Nueva España» [65]. No quedaba ninguna duda, Quetzalcóatl había sido la divinidad suprema de una religión pagana: «De manera, que cuando juraban, ó decían: Por nuestro Señor, se entendía por Quetzalcohuatl, y no por otro alguno» [66]. Torquemada explicó la caída y el exilio del Quetzalcóatl histórico de Tula en estos términos: «La causa de persuadirse este Quetzalcohuatl tan fácilmente á lo que Titlacahua le decía fue desear sumamente hacerse inmortal, y goçar la vida perpetuamente» [67]. El Quetzalcóatl de Torquemada está visto a la misma luz que el de Sahagún: «gran mágico, y nigromántico» [68]. Torquemada cuenta cómo los adelantados franciscanos habían plantado la cruz sobre el gran templo de Quetzalcóatl, en Cholula, y habían edificado allí una capilla consagrada a Nuestra Señora de los Remedios.

[63] Fray Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, libro II, capítulo XLIX (ed. 1723, p. 162): «se hiço vna grande fiesta, y en ella fueron muertos y sacrificados estos seis mil y doscientos Cuetlaxtecas, de que no poco quedaría alegre el demonio Quetzalcohuatl».
[64] Torquemada, op. cit., libro III, cap. VII, t. I, p. 255.
[65] Torquemada, op. cit., libro III, cap. XIX, t. I, p. 281.
[66] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XXIV, t. II, p. 51.
[67] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XXIV, t. II, p. 49.
[68] Torquemada, op. cit., libro IV, cap. XIV, t. I, p. 380.

     El único aspecto positivo de la antigua creencia en Quetzalcóatl que hallaba gracia a los ojos de Torquemada era la exhortación ritual que se dirigía a los niños consagrados a Quetzalcóatl y enviados al calmécac: «hacémoste saber, que Dios invisible, creador de todas las cosas, llamado Quetzalcohuatl, te crió, por cuia voluntad naciste en el mundo...» [*]; seguían consejos de abstinencia y de penitencia, que inspiran esta reflexión a Torquemada: «No sé cómo dixeron estos indios esta doctrina, que es lenguaje de San Pablo [Ad Ephes., cap. 6]» [**]. «Y cierto no sé qué más se pudiera decir en nuestro christianismo, si no fueran errados en los votos; y pienso que son pláticas que debían ser mui encomendadas á la memoria; pues no importa ser de Gentiles, quando las raçones son católicas; y como dice San Agustín, lo bueno que ellos dicen lo hemos de tomar, y reducir a las cosas de nuestra Lei» [69]. Esto denota una actitud nueva en los franciscanos, más abierta a los valores y a la civilización de los antiguos  mejicanos. Actuar con los aztecas como con los griegos de la Antigüedad representaba un audaz paso adelante, ampliamente compensado en Torquemada con el rechazo de todas las creencias paganas. La actitud del franciscano sigue siendo muy diferente de la de Durán y la de Tovar. Para éstos, las analogías entre la conducta, el aspecto, los discursos de Quetzalcóatl y los de un apóstol de Cristo, eran demasiado numerosas como para que no se les impusiera la idea de que Quetzalcóatl era un apóstol o misionero cristiano. Esta hipótesis ni siquiera es encarada por el espíritu de Torquemada.

[*] Torquemada, op. cit., libro IX, cap. XXXII, t. II, p. 222 (N.del E.).
[**] Torquemada, op. cit., libro IX, cap. XXXII, t. II, p. 223 (N.del E.).
[69] [Referencia original inválida] Torquemada, op. cit., libro IX, cap. XXXII, t. II, p. 224 (N.del E.).

     Para el franciscano, como para sus antecesores, el problema de Quetzalcóatl estaba ligado con el del origen de los indios: «Quieren decir, que fueron algunos romanos o cartaginenses (...) Otros quieren decir, que debieron ser de algunos irlandeses. Y en cuanto a esto, por no desvariar, sólo se puede dejar a Dios...» [70]. Observemos que Torquemada no menciona la eventualidad de un origen judío de los indios (a diferencia de lo que leemos en Durán y en el comentarista del Codex Vaticanus 3738, partidarios de esta hipótesis). Como más tarde Clavijero, Torquemada se niega a tomar posición sobre un problema demasiado dudoso. Sin embargo, Torquemada aporta argumentos a los partidarios de un origen blanco de Quetzalcóatl: «Este se tiene por mui averiguado que fue de mui buena disposición, blanco y rubio, y barbudo y bien acondicionado» [71]. Es el retrato de un escandinavo o de un germano (recordemos tan sólo que el conquistador Alvarado correspondía a esta descripción; los indios mejicanos le habían puesto por nombre Tonatiuh, como a su dios solar). El retrato sólo corresponde parcialmente a este otro del gran sacerdote de Tula: «Dicen de él, que era hombre blanco, crecido de cuerpo, ancha la frente, los ojos grandes, los cabellos largos y negros, la barba grande, y redonda» [72]. En el segundo caso, el personaje pasaría más fácilmente por mediterráneo. Sin embargo, Torquemada se limita a ofrecer las descripciones físicas tradicionales de Quetzalcóatl, sin inferir absolutamente nada con relación al origen posible del personaje. Quizá debamos ver en ello el efecto de la exigencia de verdad que expuso ampliamente en el prólogo del libro primero.

[70] Torquemada, op. cit., libro III, cap. VII, t. I, p. 255.
[71] Torquemada, op. cit., libro III, cap. VII, t. I, p. 255.
[72] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XXIV, t. II, p. 48.

     Donde, sin duda, se manifiesta con más originalidad el pensamiento de Torquemada es en la interpretación que propuso de la profecía del retorno de Quetzalcóatl y de cómo había facilitado la conquista española. «Pero esto fue locura en ellos; como también lo fue creer que este encantador iba á verse con el Sol, para bolverse después á goçar de el reino temporal, que avia dexado. Pero bien creería yo, que yá que el Demonio inventó este engaño, y causó este embuste, para tener engañadas estas gentes, que también sería permisión de Dios, no para que en el engaño perseverasen estos hombres errados, sino para que quando llegasen los christianos á estas tierras, con el apellido y voz de su Evangelio Santo, estuviesen yá algo dispuestos para recibirle (...) y si el Demonio lo alcançara bien á entender, supiera que este Quetzalcohuatl, que él fingía rei, y dios de estas gentes, avia de ser Dios Verdadero, Rei y Señor de todo lo criado» [73].

[73] Torquemada, op. cit., libro IV, cap. XIV, t. I, p. 381.

     Como en una especie de complemento a la teoría, según la cual el demonio parodiaba el ritual cristiano para perder mejor a los indios, Torquemada se convierte aquí en el campeón de un sutil providencialismo. Ya se sabe hasta qué punto el descubrimiento y la conquista estuvieron bañados en la atmósfera providencialista. Cortés, después de Colón, fue presentado corno un hombre que el cielo había designado para cumplir una misión más escatológica que militar y política. Aquí, los designios de Dioscorren por el molde preestablecido de las profecías paganas y de las creencias diabólicas, sintiendo o presintiendo la significación mesiánica del mito de Quetzalcóatl; Torquemada transforma la profecía de su retorno en anuncio providencial de la palabra del verdadero Mesías. No cabe hablar de identificación, sino más bien de coincidencia misteriosa entre Quetzalcóatl y Jesús. Esta concepción se inserta en una teoría más vasta, según la cual la creencia en el Diluvio, el rito de la confesión, el sacramento del bautismo, la penitencia y otros rasgos de ciertas religiones indígenas habían sido dados a los indios como puntos de referencia, según el plan divino de una propedéutica al cristianismo. El Inca Garcilaso, especialmente, desarrollará esta tesis, a propósito de las creencias de los incas, refiriéndose al precedente del Imperio romano, según Agustín.

     Torquemada aportaba una interpretación nueva, con respecto a Durán y Tovar, de las analogías formales entre el cristianismo y las antiguas religiones indígenas, especialmente en lo que concierne a Quetzalcóatl. Durán y Tovar, impresionados por la cantidad y calidad de las semejanzas, se negaron a ver en ellas no más que esto, semejanzas. Esa actitud espiritual era natural por parte de los europeos (y aún más de los religiosos) del siglo XVI, para los cuales el dedo de la Providencia se escondía bajo los azares aparentes, a fortioribajo las realidades americanas, que eran sentidas como revelaciones. Las razones teológicas que hemos señalado (la predicación apostólica in omnibus partibus) habían arrastrado en ellas la convicción de que esas analogías eran la huella de un apóstol de Cristo, de Tomás, apóstol de las Indias. Torquemada, más influído que los dominicos y los jesuítas por sus predecesores franciscanos, no podía oponerse a la doctrina de éstos de la parodia demoníaca. Su optimismo tomará por el atajo de una utilización providencial de los designios diabólicos del Maligno. Así nada se modifica en el esquema tradicional; una profecía pagana, la de Balaam, había anunciado, sin proponérselo, la venida de los cristianos y del Rey universal [74].

[74] Torquemada, op. cit., libro IV, cap. XIV, t. I, p. 380.

     En la Historia es frecuente que profecías paganas oscuras no encuentren su verdadero sentido sino hasta mucho más tarde. Así, en Europa, se descubrió en Virgilio el anuncio del Mesías, en términos impenetrables para sus contemporáneos. Séneca habría anunciado el viaje providencial de Colón, etc. El Quetzalcóatl de Torquemada, su cultura clásica, su gusto por las figuras y por las imágenes, lo llevaron a proyectar sobre el pasado pagano de Méjico la visión providencialista y profética que inspiraba en su tiempo a todas las historias de la conquista.

     Pero el providencialismo de Torquemada no afectaba a Quetzalcóatl en lo que concierne a la profecía de su retorno. En cuanto al resto, la concepción demoníaca del dios mejicano es análoga a la de Sahagún. Torquemada escribió: «decían de él que era mui humano, y misericordioso. Esta mentira se conservó en aquellos tiempos» [75]. Hasta esta virtud moral, que Motolinia no había dudado en comparar con la moral natural, es puesta en duda por Torquemada. ¿Debemos ver en esto la obediencia a una consigna? Todo lo que podía prestarse a la asimilación o favorecer la supervivencia o el resurgimiento de las  creencias indígenas (y despertar a la vez sentimientos de independencia) estaba proscripto, como lo había demostrado la confiscación de los manuscritos de Sahagún, y la reserva que rodeaba a los de Mendieta, principal fuente de Torquemada.

[75] Torquemada, op. cit., libro IV, cap. XIV, t. I, p. 380.

     La asimilación de Quetzalcóatl a un demonio era perfecta; así la voz de una potencia sobrenatural, que llamaba a los macehuales[el pueblo común] de Tzatzitépec, cerca de Tula, no era puesta en duda: «yá se vé, que no podía ser humana, sino con arte é invención del Demonio (...) y puede creerse esto por verdad» [76]. Torquemada menciona también un rasgo que conoció particular fortuna en todo el Nuevo Mundo: las huellas de pasos de san Tomás, pero para Torquemada se trata de las manos de Quetzalcóatl, impresas en un peñasco vecino de Tlalnepantla (cerca de Méjico) «que hasta el día de oi se vén las señales de todo en ellas» [77]. El autor no nos dice que es también un prodigio del Demonio, pero podemos inferirlo de lo anterior.

[76] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XXIV, t. II, p. 48.
[77] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XXIV, t. II, p. 50.

     La creencia en el influjo de los astros sobre la vida de los hombres estaba tan extendida en la Europa del siglo XVI como entre los antiguos mejicanos, así que lo que sigue nos deja perplejos: «y que el alma del dicho Quetzalcohuatl se bolvió, y transformó en estrella (...) y algunas veces se ha visto en esta tierra la tal cometa, o estrella, y tras ella se han visto seguir pestilencias en los indios, y otras calamidades» [78]. Estamos en los límites entre el antiguo paganismo mejicano y el europeo. Si Quetzalcóatl-Topiltzin era simplemente un mal demonio, Tlahuizcalpantecuhtli[Quetzalcóatl como Venus, señor de la aurora] aparece como un cometa anunciador de pestilencias. Aquí, menos que en parte alguna, Quetzalcóatl noaparece como un mito. La propia noción del mito, que se nos ha vuelto tan familiar, era extraña a los hombres del siglo XVI.

[78] Torquemada, op. cit., libro VI, cap. XLV, t. II, p. 79-80.

     Existía la verdadera fe, que evidentemente no tenía nada que ver con el mito, pero que era adhesión o más bien gracia dada por la verdad. Frente a ésta, el no-ser, la falsedad, el mal absoluto, el diablo. Los dioses de los no cristianos no eran creaciones de la imaginación de los hombres, sino invenciones del diablo y de sus auxiliares, es decir, de los demonios. Decir que Quetzalcóatl era un demonio no es negar su realidad ontológica, sino que era, por el contrario, reconocerla plenamente; Quetzalcóatl era un mensajero de las tinieblas. Tal fue la concepción franciscana de Quetzalcóatl, por lo menos la de Sahagún y Torquemada. Se sitúa, pues, en las antípodas de la concepción «apostólica» de los sacerdotes Durán (O.P.) y Tovar (S.J.). No obstante, sería esta última la que alcanzaría mayores desarrollos hasta el final del siglo XVIII.–



Los Perros en la Conquista de América

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     El autor del siguiente estudio, el mejicano Alfredo Bueno Jiménez, actualmente doctor en Historia, lo publicó en la revista de Historia de la Universidad de Granada Chronica NovaNº 37 (2011). Este documentado ensayo aborda fundamentalmente el tema del uso y papel que los conquistadores españoles de América dieron a los perros, importante elemento de la guerra de ocupación. Si bien el tema ha sido tratado en otros escritos, el siguiente recuento es un buen trabajo que puede servir de referencia al respecto.


Los PERROS en la CONQUISTA de AMÉRICA:
HISTORIA e ICONOGRAFÍA
por Alfredo Bueno Jiménez, 2011




     RESUMEN: Cristóbal Colón fue el primero en usar los perros con una función militar en América, durante las primeras campañas represivas en La Española en 1494. A partir de ese momento, el uso del "mejor amigo del hombre" como arma de combate se extendió por todos los territorios americanos. Es el caso de la conquista de la isla de Borinquen (Puerto Rico) por Juan Ponce de León, así como los caninos que acompañaron a las huestes de Hernán Cortes y Francisco Pizarro, o en la conquista de Nueva Granada por Jiménez de Quesada, o los que acompañaron a Hernando Soto en la Florida, etcétera.


     «Cuando hay guasábaras [*] ayudan muy bien[los perros], armados, por amor de las flechas, si los saben soltar. Mucho teme el indio el caballo y el arcabuz, pero más teme al perro, que en oyendo el ladrido, no para indio» (Bernardo de Vargas Machuca, Milicia y Descripción de las Indias, 1599, vol. I, libro II).

[*] Guazavaras en el original, asaltos o alardes de guerra, algaras o algaradas (correrías de tropas a caballo); del taíno wasabara= batalla (N del E.).


Introducción

     El uso de los perros como arma de combate encuentra importantes precedentes en la Historia Antigua de Asia Menor, Grecia y Roma, donde se documentan mastines, galgos y otras razas de perros que integraron los ejércitos de los asirios, persas, griegos y romanos, bien como mensajeros —llevando las cartas ajustadas o atadas al cuello—, centinelas o combatientes.


     Sin embargo, fue en la Edad Media y Moderna, y más concretamente en el escenario americano durante la Conquista, donde su actuación alcanzó cierta popularidad. Armados con carlancas [collares anchos erizados de puntas de hierro] y escaupiles [1] o colchas enguatadas eficaces contra las flechas, se empleaban no sólo como armas de lucha sino como instrumentos de castigo: para "aperrear"o ajusticiar amerindios. El empleo del terror se convirtió en un arma psicológica y en uno de los usos de la guerra más habituales por los soldados de la Conquista, mediante escarmientos preventivos para intimidar al resto de la indiada, o matanzas como venganza a pérdidas sufridas [2].

[1] El ichcahuipilli era una armadura mejicana que consistía en un grueso coselete de algodón acolchado que se ataba a la espalda.
[2] Castrillo, Francisco, El Soldado de la Conquista, Madrid, 1992, p. 178.

     El rápido avance de las huestes conquistadoras por el "Nuevo Mundo" no se puede comprender si desconocemos la eficacia y factor sorpresa que tuvo el atuendo bélico que las acompañaba  —caballos, perros, arcabuces, falconetes, cañones, etc. [3]—, del cual los españoles hicieron un tabú para atemorizar al enemigo en las guasábaras y evitar posibles alzamientos de los indígenas aliados que acompañaban la tropa [4]. En este sentido, los perros fueron tremendamente eficaces, a pesar de que su actuación no ha sido lo suficientemente reconocida por la historiografía en comparación con la de sus acompañantes, los equinos [5].

[3] Sobre el particular es muy interesante el bien cimentado libro de Salas, Alberto Mario, Las Armas de la Conquista de América, Buenos Aires, 1986; Plaza Delgado, Amílcar, Las Armas Españolas en la Conquista de Venezuela (Siglo XVI), Caracas, 1956; Martín Gómez, Pablo, Hombres y Armas en la Conquista de México, 1518-1521, Madrid, 2001.
[4] Morales Padrón, Francisco, Fisonomía de la Conquista Indiana, Sevilla, 1955, p. 100.
[5] Cabrera, Ángel, Caballos de América, Buenos Aires, 1945; Johnson, John J., "The Introduction of the Horse into the Western Hemisphere", The Hispanic American Historical Review, Nº 23, EE.UU., 1943, pp. 587-610; La Rocque Tinker, Edward, Los Jinetes de las Américas y la Literatura por Ellos Inspirada, Buenos Aires, 1952; Rivera Serna, Raúl, "El Caballo en el Perú (Siglo XVI)", Anuario de Estudios Americanos, Nº 36, Sevilla, 1979, pp. 375-404; Cunninganghame Graham, Robert B., Los Caballos de la Conquista, Buenos Aires, 1997.

     Los canes peninsulares fueron introducidos en el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493, siendo el capellán Real y deán sevillano Juan Rodríguez de Fonseca [6], el encargado de equipar la flota, a la cual proporcionó hasta un total de 20 mastines y galgos de pura raza. También fueron fletados en Sevilla y en la isla de la Gomera en compañía de los canes: becerros, cabras, ovejas, ocho puercas que compraron a "setenta maravedís la pieza", gallinas, caballos, etc. [7]. Fue el Almirante el primero en utilizar los perros con una función militar en América, durante las primeras campañas represivas en La Española en 1494. A partir de ese momento, el uso del “mejor amigo del hombre” como arma de combate se extendió por todos los territorios americanos. Es el caso de la conquista de la isla de Boriquen (Puerto Rico) por Juan Ponce León, la isla de Jamaica por el capitán Juan Esquivel, o Cuba por el sevillano Diego Velázquez, así como los caninos que acompañaron a las huestes de Hernán Cortés y Francisco Pizarro en sus respectivas conquistas, o aquellos que participaron en la conquista de Nueva Granada por Jiménez de Quesada, o los que acompañaron a Hernando Soto en la Florida, etcétera.

[6] Anglería, Pedro Mártir de, Décadas del Nuevo Mundo, Década I, cap. I.
[7] Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, t. I, Déc. I, libr. II, cap. VI; Las Casas, Bartolomé de, Historia de las Indias, t. II, libr. I, cap. 83; Grier Varner, John y Varner, Jeannette Johnson, Dogs of the Conquest, 1983, p. 4.


Los Perros Indígenas Americanos

     Antes de la llegada de los perros peninsulares a tierras americanas, moraban tres clases de caninos autóctonos domesticados [8]: el perro de las tierras árticas o esquimal, procedente de las costas de Asia, de cuya llegada al continente americano no se establecen fechas precisas; el perro de las praderas, descrito en la crónica de Pedro Castañeda de Nájera sobre la expedición y descubrimiento del Sudoeste del actual territorio de EE.UU. por Vázquez de Coronado; y finalmente los perros mudos o gozquesque con frecuencia mencionan los cronistas españoles en las Antillas, Méjico y Perú. Tanto el perro esquimal [9] como el de las praderas, eran razas caninas corpulentas que servían para tirar de los trineos o para arrastrar los palos de las tiendas desarmadas. En cambio, los gozqueseran de un tamaño mucho más reducido y estaban bien cebados y domesticados, mostrando en todo momento "querer complacer a quien les da de comer y tienen por señor" [10], además de ser silenciosos, aspecto que llamo poderosamente la atención de los cronistas. Gonzalo Fernández de Oviedo dice que "eran todos estos perros, aquí en esta e las otras islas, mudos e aunque los apaleasen ni los matasen, no sabían ladrar; algunos gañen o gimen bajo cuando le hacen mal" [11]. Bernabé Cobo erróneamente atribuía el hecho de que fuesen mudos a las condiciones climatológicas en América, por su extremada sequedad y calor en determinados lugares, y humedad y frialdad en otros [12]. Su pelaje era de diversas tonalidades [13], como da amplia referencia Fray Bernardino de Sahagún para los perros mejicanos: "hay unos negros, otros blancos, otros cenicientos, otros burós, otros castaños oscuros, otros morenos, otros pardos, otros manchados" [14].

[8] Cordero del Campillo, Miguel, Crónicas de Indias: Ganadería, Medicina y Veterinaria, Salamanca, 2001, p. 99. La domesticación de los caninos en América se desconoce cuándo se produjo, aunque se han encontrado evidencias fósiles que datan de c. 10.500 años en Idaho, y esqueletos de perros domésticos de unos 8.500 años en Illinois, sin olvidar aquellos que se encontraron momificados en Perú, englobados bajo la denominación de perros de los incas, aparte de los mejicanos (chihuahuas, pelones, etc.) y el de los mayas (Canis caibeaus).
[9] Tudela de la Orden, José, Historia de la Ganadería Hispanoamericana, Madrid, 1993, p. 52. Del antiguo perro esquimal tan solo han quedado testimonios arqueológicos, restos óseos encontrados en excavaciones de las costas asiáticas, pero faltan representaciones figurativas de esa raza canina. Hay un testimonio histórico del explorador Martín Forbisher, que lo encontró en 1577 en las costas que luego se llamarían de Cumberland (Canadá), el cual nos dice que los perros que tenían los esquimales parecían lobos y les servían de animales de tiro y además de alimentación.
[10] Colón, Hernando, Historia del Almirante, cap. XXV; Fernández de Oviedo, Gonzalo, Sumario de la Natural Historia de las Indias, cap. XXIII.
[11] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia General y Natural de las Indias, t. II, libr. XII, cap. V.
[12] Cobo, Bernabé, Historia del Nuevo Mundo, t. I, cap. XI, p. 54; López de Gómara, Francisco, Historia General de las Indias, t. II, cap. CXCIV.
[13] Álvarez Chanca, Diego, "Carta del Doctor Diego Álvarez Chanca al Cabildo de Sevilla", en Gil, Juan y Varela, Consuelo, Cartas de Particulares a Colón y Relaciones Coetáneas, Madrid, 1984, p. 164.
[14] Sahagún, Fray Bernardino, Historia General de la Cosas de la Nueva España, t. II, libr. XI, cap. I.

     Sub-raya Sahagún que esos perros tenían cuatro nombres: chichi e itzcuintli, o tetlamin y teuítzotl. El tamaño, la fisonomía y su comportamiento eran de lo más diverso: "algunos de ellos grandes, otros medianos. Algunos hay de pelo lezne, otros de pelo largo. Tienen largos hocicos, los dientes agudos y grandes; tienen las orejas cóncavas y pelosas; cabeza grande. Son corpulentos. Tienen uñas aguadas. Son mansos; son domésticos; acompañan o siguen a su dueño; son regocijados; menean la cola en señal de paz; gruñen y ladran; abajan las orejas hacia el pescuezo en señal de amor. Comen pan y mazorcas de maíz verdes, y carne cruda y cocida, comen cuerpos muertos; comen carnes corruptas" (Ibidem).

     Gracias a las esculturas de barro cocido que se han conservado de la cultura Colima, al occidente de Méjico, además de los vasos funerarios peruanos con figuras de gozques, podemos hacernos una idea del aspecto que debieron tener esos caninos. Los xoloitzcuintli mejicanos carecían de pelo, a causa de una resina (óxitl) que les untaban desde pequeños, la cual les provocaba la caída del pelo. Por la noche eran abrigados con mantas para dormir (Ibid.). Otros perros llamados tlalchichi, bajos y redondillos, eran muy buenos de comer (Ibid.). Hernán Cortés comenta cómo en los mercados de Tenochtitlán se vendía todo tipo de abastecimientos: liebres, venados, y "perros pequeños, que crían para comer castrados" [15]. En el Antiguo Méjico, a pesar de que carecía de pastores por la ausencia de ganados, había criadores de innumerables especies de animales como los techichis, llamados por los españoles "perrillos comestibles" [16].

[15] Segunda Carta-Relación de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, desde Segura de la Frontera, 20 de Octubre de 1520.
[16] Clavigero, Francisco Javier, Historia Antigua de México, t. II, libr. VII, cap. XXXII.

     Las comunidades amerindias empleaban al gozquecomo animal de compañía, alimento, o destinado al sacrificio ritual a determinados dioses. En el altiplano incaico los indígenas sacrificaban ollcos, como se llamaban los perros en quechua o anocaros en aimara [17], para obtener buenas cosechas. El mercedario Fray Martín de Murúa nos ilustra cómo en el Perú los indígenas realizaban unos ritos preparativos dedicados a sus huacas e ídolos, para vencer y contrastar la fuerza de los ídolos contrarios, es decir, de sus enemigos. Para ello, sacrificaban a "unos perros negros, que en aquel tiempo había, llamados apuurcos, y matábanlos y echábanlos en una llanada y con ciertas ceremonias hacían comer aquella carne a una gente que se entiende ser uros [18], gente zafia, vil y para poco, del Collao" [19].

[17] Álvarez, Bartolomé, De las Costumbres y Conversión de los Indios del Perú. Memorial a Felipe II (1588), cap. CLXXXIII. Se trataban de canes de pequeña estatura, con "el hocico corto, la oreja pequeña y aguda, gordilla cola corta, ojos vivos, etc.".
[18] Los uros son una etnia casi extinguida en la actualidad, que en tiempos de los incas era despreciada y marginada.
[19] Murúa, Fray Martín de, Historia General del Perú, libr. II, cap. XXVII; Piqueras, Ricardo, «Los Perros de la Guerra o el "Canibalismo Canino" en la Conquista», Boletín Americanista, Nº 56, Barcelona, 2006, p. 188. En el Méjico prehispánico se creía que los perros acompañaban a las almas de los muertos al mundo subterráneo.

     Los españoles no tardaron mucho en incorporar a su dieta alimenticia recursos autóctonos que no formaban parte de sus patrones culturales y alimenticios, entre ellos los gozques, que se añadieron al gusto gastronómico de los europeos en situaciones de escasez de avituallamientos. Para Guillermo Coma estaban muy buenos "abriéndolos por el espinazo y tostándolos ligeramente" [20]. Numerosos son los episodios en los que fueron consumidos perros nativos, como en la villa de la Isabela, donde pronto faltaron los mantenimientos y los colonos españoles se vieron obligados a devorar todo lo que encontraban, especialmente los perros, muy sabrosos y nutritivos si creemos a los cronistas. El poeta Juan Castellanos relata así los hechos:

"Y consumidos ya perros y gatos,
daban tras las culebras y lagartos;
sumos regalos eran los coríes,
huntias, mohuiyes y quemíes" [21].

[20] Coma, Guillermo, "Relación de Guillermo Coma, Traducida por Nicolás Esquilache", en Gil, Juan y Varela, Consuelo, Cartas de Particulares a Colón y Relaciones Coetáneas, Madrid, 1984, p. 191.
[21] Castellanos, Juan de, Elegías de Varones Ilustres de Indias, parte I, eleg. III, canto I.

     En Nicaragua, el conquistador y capitán Francisco Hernández de Córdoba bajo las órdenes de Pedrarias Dávila, durante la fundación de las ciudades de Granada y León (1523), los suministros con los que se pudieron sustentar él y sus acompañantes consistían en "perritos pequeños", venados y pesquerías [22]. En la conquista de Méjico, después del primer enfrentamiento de la hueste cortesiana con los tlaxcaltecas, según refiere Díaz del Castillo, tuvieron "muy bien de cenar de unos perrillos que ellos crían" [23]. Una vez que castigaron a los pueblos de las provincias mejicanas de Tepeaca, Cachula y Tecamachalco, llevaban unos cuatro mil indígenas aliados de Tlaxcala y bastimento para un solo día, porque las tierras estaban bien abastecidas de "maíz y gallinas y perrillos de la tierra" [24]. Igualmente fue muy frecuente transportar en las embarcaciones como matalotaje "perrillos salados" [25]. Varios de los marañones que participaron en la expedición de Lope de Aguirre pudieron superar los rigores del hambre gracias al sacrificio de los perros y caballos que les acompañaron [26].

[22] Andagoya, Pascual de, Relación y Documentos, Madrid, 1986, p. 104.
[23] Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, t. I, cap. LXII.
[24] Ibidem, t. I, cap. CXXX.
[25] Ibid., t. I, cap. CXXXVI.
[26] Oviedo y Baños, José, Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, libro IV, cap. IX.

     El consumo masivo de perros nativos por los amerindios y los españoles llevó a su rápida extinción. El aludido techichi, poco después de la conquista de Méjico terminó desapareciendo a pesar de ser muy numeroso, porque faltando el ganado a los españoles, de cuya carne se alimentaban en las islas del Caribe, por no haberse transportado aún a aquella tierra, hicieron de ese canino el abasto de sus carnicerías [27]. Otro factor de su desaparición fue la mezcla con los caninos peninsulares, que pronto fueron aceptados y amados por los indígenas, pasando de enemigos temidos a guardianes de los bohíos [cabañas] y ganados que conducían. Era tal el aprecio que mostraban a los nuevos canes, que los trataban "como si fueran sus hijos", y dormían ordinariamente juntos los perros, y cuando caminaban solían llevarlos a cuestas para que no se cansasen [28]. El dominico Reginaldo de Lizárraga se percató del cariño, afirmado que los indígenas son "amicísimos de perros, acaece caminando llevar el perrillo a cuestas, y el indio de cuatro a cinco años por su pie" [29].

[27] Clavigero, Francisco Javier, Historia Antigua de Mexico, t. I, libr. I, cap. XII.
[28] Cobo, Bernabé, Historia del Nuevo Mundo, cap. XI.
[29] Lizárraga, Reginaldo de, Descripción del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile, libr. I, cap. CXII.


Funciones Desempeñadas por los Perros Peninsulares en la Conquista de América

     Los perros peninsulares, a diferencia del gozque, eran de tamaño grande o mediano, de aspecto fiero y emitían ladridos. A todo ello se sumaba que estaban amaestrados para matar y despedazar los amerindios [30]. La agresividad y fiereza con la que actuaban, aterrorizaban a los nativos, cuyas mentes estaban dominadas por el terror psicológico y físico que producía el acero, la pólvora, los caballos, y ahora los perros.

[30] Casas, Bartolomé de las, Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias.

     La tipología de los caninos utilizados en la Conquista fue muy variada, desde los típicos alanos, que en muchas ocasiones aparecen en la documentación histórica indistintamente como lebreles, tratándose de nombres genéricos para referirse a los perros de guerra, independientemente de la raza canina a la que pertenezcan. En ese tipo de perros su constitución musculosa y fuertes mandíbulas los convertían en excelentes guardianes y defensores en las huestes. El lebrel español (galgo) probablemente fue uno de los perros más usados por sus buenas cualidades para la caza mayor y captura de piezas menores; el mastín era una raza de perro boyero de gran tamaño que durante siglos había sido empleado para acompañar y vigilar a los rebaños de ovejas trashumantes que recorrían las cañadas Reales en la Península Ibérica, defendiendo al ganado del ataque de los lobos; el podenco, de aspecto semejante al chacal, fue muy utilizado para la caza de piezas pequeñas; y el sabueso, más vinculado con el rastreo y búsqueda de presas por su gran capacidad olfativa.


     Todas esas razas caninas estaban dotadas de una gran versatilidad y capacidad de adaptación a las nuevas condiciones, tratándose de un poderoso instrumento de ataque y defensa, que a su vez se complementaba perfectamente con los caballos. Incluso en determinadas jornadas llegaron a superar en importancia estratégico-militar a la de sus acompañantes, los equinos, que no podían atravesar puentes colgantes, zonas montañosas, anegadizas o selváticas, prácticamente inaccesibles y difíciles de maniobrar, para imponer su clara superioridad [31], así como saltar trampas y obstáculos militares como trampahoyos o ataques de boleras, muy empleadas en el Río de la Plata. Los españoles hacían lo imposible por luchar en descampado, donde sirviese la caballería. Al contrario, el amerindio lo atraía a lo escabroso y abrupto para sobreponerse a la superioridad militar.

[31] Vargas Machuca, Bernardo de, Milicia y Descripción de las Indias, t. I, libro II, Madrid, 1892, pp. 141-142: "Supongamos que hay dos maneras de jornadas, una de sabana y tierra rasa, y otra de montaña y arcabuco; en la una tierra sirven los caballos y en la otra no, á causa de la aspereza y maleza".


Prevención y Vigilancia

     Algunos perros se convirtieron en verdaderos centinelas de las huestes, avisando de cualquier emboscada que se pudiese producir, o para dar alcance de aquellos indígenas que habían huído durante la noche. Gracias a su capacidad olfativa, podían localizar a los nativos distinguiendo sus senderos de los cristianos [32]. El orden de marchar de la hueste venía determinado por el terreno. En la selva habitualmente se imponía la "fila india", y el rastreo con perros estaba a cargo de los soldados llamados adalides, que descubrían al indígena emboscado en el ramaje por el olor que despedía su cuerpo embadurnado de bija y trementina [33]. En las labores de vigilancia los canes eran esenciales, porque en contextos húmedos las escopetas, mosquetes y arcabuces eran  ineficaces, lo que obligaba a estar en constante alerta con los perros. Señala Vargas, con amplia experiencia como soldado: "ya hemos visto en repentinas emboscadas no poder encender la cuerda, ora sea por humedad ó por la prisa, y otras veces, aunque lo estén encendidas, no tomar fuego el polvorín y ya que lo tomase no disparar el arcabuz por la humedad de la pólvora"[34]. En la expedición hacia el interior de Venezuela por Nicolás Federmann (1530-1531), en busca de las riquezas del ansiado El Dorado, tuvo que ayudarse, durante su estancia en la nación de los cyparicotes—posiblemente sean chipas—, de perros para prevenir ataques de jaguares o panteras [35].

[32] Vargas Machuca, Bernardo de, Apologías y Discursos de las Conquistas Occidentales, Ávila, 1993, p. 80.
[33] Morales Padrón, Francisco, Los Conquistadores de América, Madrid, 1974, p. 120.
[34] Vargas Machuca, Bernardo de, Milicia y Descripción de las Indias, t. I, libr. II, p. 143.
[35] Federmann, Nicolás, Viaje a las Indias del Mar Océano, cap. XIII.

     En la retaguardia normalmente permanecían los perros para labores defensivas del grupo de conquista, así como estar a cargo de los enfermos que lastraba el grupo, o del ganado porcino que marchaba en largas recuas a retaguardia. Muy conocida fue la labor de guardia en la hueste durante la noche por Amadís, mastín de Luis de Rojas, gobernador de Santa Marta, o Bruto, lebrel de Hernando de Soto, "que no entraba indio enemigo que luego no degollase" [36]. En otras ocasiones se utilizaban perros de cebo, permitiendo la retirada de la tropa. Un ejemplo lo encontramos con Diego García Paredes, poco después de haber fundado la ciudad de Trujillo (1556) en la populosa población de Escuque, cerca de las vertientes del caudaloso río de Motatán (Trujillo, Venezuela). Estando repartidos los indígenas en encomiendas entre sus pobladores, resolvió tornar a Tocuyo para dar cuenta de los hechos. Poco después de su ida, los indígenas cercaron Trujillo a donde Paredes acudió en su ayuda. La feroz resistencia de los nativos obligó a los españoles a huír de la ciudad (1557) y dirigirse a Tocuyo con gran porción de ganados que habían introducido para su sustento. Con objeto de distraer a los indígenas, dejaron "muchas lumbres encendidas [en el pueblo], y algunos perros amarrados, para que oyéndolos ladrar no conociesen los indios la retirada" [37].

[36] Vega, Garcilaso de la, La Florida del Inca, libro II, cap. XVIII.
[37] Oviedo y Baños, José, Historia de la Conquista y Población, libro III, cap. X.

     Semejante medida adoptó el maese de campo Esteban Martín, miembro de la hueste de Jorge de Spira, que en su entrada a los Llanos venezolanos en busca de El Dorado, decidió descansar en la provincia de Choques, y mando a su maese junto a 50 infantes y 20 hombres a caballo, para que en el término de veinte días registrasen todo lo que encontrasen a su paso y posteriormente le informasen. Los sufrimientos que padecieron los expedicionarios fueron enormes debido a las adversidades geográficas, la falta de mantenimientos y la resistencia indígena. Martín y sus hombres, habiendo llegado a un poblado, tuvieron que huír por la noche sin dejar pistas, "amarrando un perro en un bujío (bohío), para que a la voz de sus ladridos se descuidasen los indios"[38].

[38] Ibidem, libro II, cap. V.


Aprovisionamiento Alimentario

     Los canes peninsulares, además de ser un recurso bélico, igualmente ayudaron en el aprovisionamiento alimentario, mediante el rastreo, acoso y captura de presas —venados, pavos, antas, pecarís, tapires, etcétera—. En determinadas circunstancias, los caninos igualmente fueron empleados para capturas extrañas y de carácter marginal, como osos hormigueros, que "fácilmente los toman con los perros" [39], o más peligrosas como jaguares, que equívocamente y por analogía a lo conocido, los cronistas los identificaban con el tigre. En la ciudad de Santa María la Antigua del Darién, en el año de 1522 el cabildo dicto una ordenanza que garantizaba de "cuatro a cinco pesos de oro al que matase cualquier tigre de éstos", utilizando asimismo cepos [40]. Para ello se empleó el sabueso o ventor, que según Fernández de Oviedo, "anda alrededor ladrándole y pellizcando y huyendo [el jaguar]; y tanto le molesta, que le hace subir y encaramar en el primero árbol que por allí está, y el dicho tigre, de importunado del dicho ventor, se sube a lo alto y se está allí, y el perro al pie del árbol ladrándole, y él regañando mostrando los dientes; llega el ballestero, y desde a doce o quince pasos le tira con un rallón y le da por el pecho, y echa a huír, y el dicho tigre queda con su trabajo y herido mordiendo la tierra y árboles, y desde al espacio de dos o tres horas u otro día el montero torna allí, y con el perro luego le halla donde está muerto" (Ibid.).

[39] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Sumario de la Natural Historia de las Indias, cap. XX.
[40] Ibidem, cap. XI.

    En el pueblo de Chocamán en la provincia de Veracruz (Méjico), numerosas panteras y jaguares salían a los pueblos de las costas y mataban muchos amerindios y españoles. Para defenderse mejor y "conservar a su indios, [los españoles] buscaron buenos perros que trajeron de Castilla", con los que mataron hasta 110 felinos peligrosos; y en el pueblo veracruzano de Amatlán, "el indio señor de este pueblo" tuvo "dos perros de los de España, con los que dio muerte a ciento y veinte leones y tigres" [41]. Ese tipo de piezas eran de carácter excepcional, capturadas bien por la escasez de alimentos de la hueste o por la peligrosidad que representaba hacia ésta.

[41] Motolinia, Fray Toribio, Historia de los Indios de la Nueva España, trat. III, cap. X.

     Si las circunstancias eran de extrema dificultad y los alimentos marginales —palmitos, raíces, hojas, etc.— no daban suficiente para mantener a los miembros de la hueste, por su escaso aporte en calorías, los perros y los caballos pasaban a ser sacrificados, con objeto de salvar las vidas humanas y evitar que su salud física y psíquica se deteriorase hasta provocarles la muerte. A la hora del sacrificio se daba preferencia a los primeros, convirtiéndose en una despensa cárnica y proteínica indispensable, que en instantes de extrema necesidad aseguraban de forma momentánea la supervivencia de los expedicionarios. El más temprano ejemplo sucedió en la referida villa de la Isabela, donde los españoles devoraron todos los gozques y perros que los acompañaban. Sin embargo, fue en la expedición al País de la Canela por el gobernador de Quito, Gonzalo Pizarro, donde más perros peninsulares se sacrificaron, hasta un total de novecientos, como cuenta Cieza de León, "sin que se perdiese parte ninguna de sus tripas, ni cueros, ni otra cosa, que todo por los españoles era comido" [42]. Tan sólo dos quedaron con vida, el perro del gobernador y el de maestre de campo Antonio de Rivera [43]. La acción depredadora de los españoles se reprodujo en la provincia de Santa Marta, donde "no había qué comer en ella sino culebras y lagartos y perros" [44]. El año de 1536 el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada organizó una incursión hacia el interior siguiendo el curso del río Magdalena (Colombia), con la intención de alcanzar el Perú. Cuatro meses después de haber pasado la expedición por Tora (Bolivia), los hombres estaban totalmente exhaustos y muchos murieron de hambre, quedando sólo unos pocos con vida gracias a los perros que consumieron [45].

[42] Cieza de León, Pedro, "Las Guerras Civiles Peruanas", en Obras Completas, t. II, Madrid, 1985, cap. XXI, p. 184.
[43] Ibidem, cap. XXII, p. 187.
[44] Pizarro, Pedro, "Relación del Descubrimiento y Conquista de los Reinos del Perú", en Crónicas del Perú, Madrid, 1965, t. V, p. 170.
[45] Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General de los Hechos de los Castellanos, t. III, déc. VI, libro I, cap. II.

     El licenciado Juan de Vadillo, oidor de la Audiencia de Santo Domingo, en 1538 dirigió una expedición al Cenú, adentrándose en los Andes y finalizando en Calí, donde terminaría siendo hecho prisionero por Sebastián Belalcázar. Las dificultades de la empresa no fueron una excepción, pues la escasez de alimentos obligó a consumir la carne de los caballos que se morían y de algunos perros [46]. Dos años más tarde, el gobernador de Nueva Cartago y Costa Rica, Diego Gutiérrez y Toledo, penetraría en el interior de las tierras de su gobernación. Según relata el cronista milanés Girolamo Benzoni, testigo presencial de los hechos, el gobernador al ver que "no teníamos qué comer, y no queriendo darnos nada de lo que él tenía, mando matar a los perros y ordenó que cada uno cogiese su parte" [47]. En los Llanos venezolanos, el capitán Pedro de Limpias, miembro de la hueste de Nicolás Federman, uno de los remedios que llevaba consigo para paliar la falta de comida "fue un perro o galgo que consigo llevaban, que matando toda la carne de venados que para el sustento de aquella compañía era menester, les dio a todos de comer, hasta que después de haber caminado muchos días llegaron a donde Ferderman, su general, estaba alojado" [48].

[46] Cieza de León, Pedro, La Crónica del Perú, Madrid, 1984, cap. XVI, p. 116.
[47] Benzoni, Girolamo, Historia del Nuevo Mundo, Madrid, 1989, p. 199.
[48] Aguado, Fray Pedro de, Historia de la Provincia de Santa Marta y Nuevo Reino de  Granada, Madrid, 1930, t. I, libro II, cap. XVI, p. 200.


Agresión Física y Psicológica

     La aplicación más habitual de los perros durante la Conquista y a su vez la más desconocida, fue la de represión y castigo por aperreamiento, prácticas con una amplia base histórica importada desde la Península, con previo paso por las Canarias. Los españoles estaban facultados para utilizar los perros, porque la Corona otorgó total potestad a los primeros descubridores y pobladores de las nuevas provincias a llevar armas ofensivas y defensivas en todas las Indias, "paraguarda y defensa de sus personas"[49]. En las guasábaras o encuentros bélicos, los amerindios bajo la "torva mirada y los inauditos ladridos de los perros" [50], quedaban totalmente aterrorizados y desconcertados. Sahagún dice que Moctezuma se espantó cuando sus embajadores presentaron los informes de las costumbres de los españoles y sus armas, tanto ofensivas como defensivas, entre ellos "los lebreles que traían consigo, que eran grandes" y "traían las bocas abiertas, las lenguas sacadas, e iban carleando [jadeando]"[51].

[49] Real Cédula del 27 de Octubre de 1530 otorgada por Carlos V. Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias, Madrid, 1973, t. II, libro IV, tít. VI, ley III, fol. 89 v.
[50] Anglería, Pedro Mártir de, Décadas del Nuevo Mundo, déc. III, cap. II.
[51] Sahagún, Fray Benardino, Historia General, t. II, libro XI, cap. XI. Esta información se encuentra en León-Portilla, Miguel, Visión de los Vencidos. RelacionesIndígenas de la Conquista, Méjico, 2005, pp. 31 y 42.


     Refiere Díaz del Castillo, que un soldado, Francisco Lugo, traía un lebrel de gran cuerpo que ladraba mucho de noche y asustaba sobremanera a los caciques, especialmente de la región de Cempoala que preguntaban "si era tigre o león, o cosa con que mataban los indios" [52]. El mestizo Diego Muñoz Camargo explica cómo Cortes en su enfrentamiento contra los cholultecas contó con la ayuda de sus grandes aliados los tlaxcaltecas y de fieros lebreles y alanos que se "comían las gentes" y los llevaban "atados con cordeles de hierro [cadenas], y calzaban y vestían hierros" [53]. Los incas igualmente temieron a los perros, como se demostró en el encuentro en Cajamarca entre Atahualpa y Francisco Pizarro, que se demoró más de lo acordado a causa del gran temor que los súbditos del Inca tenían a los caballos y perros. Por ello, el mensajero de Atahualpa exponía a Pizarro que "ya hubiera llegado a verse con él [Inca], pero que por el gran temor que su gente tenía a los caballos y perros, no había podido más, y por tanto, le rogaba mucho que si le deseaba dar contento que mandase atar a los perros y a los caballos" [54].

[52] Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, t. I, cap. LXI.
[53] Muñoz Camargo, Diego, Historia de Tlaxcala, libro II, cap. V.
[54] Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General, t. III, déc. V, libro II, cap. X.

     Los españoles, con objeto de asustar y dañar aún más al enemigo, proveían a los caninos de carlancas o carrancas, es decir, gruesos collares de agujas punzantes de hierro ajustadas al cuello, para evitar ataques peligrosos a la yugular y defenderse mejor. Los canes más cualificados para la guerra marchaban provistos de pechera o pecho petral, más conocida como carlanca de lanceta, armada con un puñal o varios pinchos de hierro. Asimismo estaban equipados con escaupiles, una especie de sayo de armas hecho de mantas y algodón para defenderse de las flechas [55]. Antes de comenzar la refriega, los perros desfilaban delante del escuadrón [56], y eran lanzados contra las muchedumbres nativas para crear una atmosfera de temor y desconcierto, que aprovechaban los españoles inferiores en número, en un medio extraño y hostil a su presencia.

[55] Gragera Díaz, Francisco, "Lobos y Mastines", Revista Veredas, Nº 11, Julio-Septiembre, 2002. La carlanca o carranca eran protecciones rígidas quemnormalmente utilizaban los perros destinados a la guarda del ganado, para evitar los mordiscos de los lobos. Eran fabricadas de forma artesanal por los guarnicioneros y los herreros de cada localidad, y su variedad era bastante amplia: carlancas de cuero con varios pinchos de hierro y numerosas puntas, carlancas de hierro de forma circular con eslabones engarzados, de placas circulares o placas cuadradas, etcétera.
[56] Anglería, Pedro Mártir de, Décadas del Nuevo Mundo, déc. III, cap. II; Sahagún, Fray Bernardino, Historia General, t. II, libr. XII, cap. XV.


     Muchos de los nativos que perecían en las contiendas pasaban a formar parte del banquete de los perros, siendo conscientes de todo ello sus dueños, que ahorraban tener que buscarles alimento y compartir los escasos víveres de la hueste. Sin ningún tipo de justificación de carácter militar ni represor, igualmente se cazaron y asesinaron indígenas, tal y como ha dejado constancia la documentación histórica. Incluso en determinadas ocasiones los niños eran entregados como bocados deliciosos a los perros voraces. Los ejemplos más escalofriantes y a su vez exagerados sobremanera, proceden del dominico fray Bartolomé de Las Casas, que sub-raya cómo "en una provincia de la Nueva España, yendo cierto español con sus perros a caza de venados o de conejos, un día, no hallando qué cazar, parecióle que tenían hambre los perros, y toma un muchacho chiquito a su madre, y con un puñal córtale a tarazones los brazos y las piernas, dando a cada perro su parte, y después de comidos aquellos tarazones, échales todo el cuerpecito en el suelo a todos juntos" [57].

[57] Casas, Bartolomé de las, Brevísima Relación de la Destrucción de la Indias.

     Pascual de Andagoya en una de sus expediciones hacia la región del Itsmo vio numerosos indígenas que habían sido capturados por los cristianos, "atados en cadenas, de cerros en cerros y de tierras en tierras, como apatas acarreando el oro que hurtaban a los otros; y después los daban de comer a los perros como si fueran venados" [58]. Cieza de León nombra un tiránico portugués del pueblo de Pescado, cerca del río de Santa Marta, que frecuentemente "tenía cuartos de indios para criar perros" [59]. Una carta de fray Luis de Villalpando, dirigida al Consejo de Indias y escrita en nombre de los franciscanos de la provincia de Yucatán, fechada en la ciudad de Mérida el 15 de Octubre de 1540, daba noticia de los malos tratos que habían hecho algunos encomenderos, que con cierta frecuencia recurrían al aperreamiento. Según constata el sacerdote, el encomendero Luis de Baeza, poseedor de los repartimientos yucatecos de Mochi y Cama, cometió numerosas atrocidades sobre la población indígena, como la de echar un perro a un amerindio de otro encomendero, el cual, "le comió un pedazo de un brazo" [60]. Francisco Cieza, encomendero de la misma región, fue ajusticiado por numerosas muertes de amerindios quemados vivos y aperreados. El mismo Sebastián de Belalcázar consintió en su gobernación de Popayán "ir a cazar con ellos—se refiere a los españoles usando los perros— indios para cebarlos y darles de comer" [61].

[58] Andagoya, Pascual de, Relación y Documentos, pp. 163-164. Testimonio semejante encontramos en el dominico Las Casas: «para mantener los dichos perros traen muchos indios en cadenas por los caminos que andan, como si fuesen manadas de puercos, y matan dellos y tienen carnicería pública de carne humana, y dícense unos a otros: "Préstame un cuarto de un bellaco désos para dar de comer a mis perros hasta que yo mate otro", como si prestasen cuartos de puerco o de carnero», Casas, Bartolomé de las, Brevísima Relación.
[59] Cieza de León, Pedro, Las Guerras Civiles, cap. III.
[60] Archivo Histórico Nacional (AHN), Diversos Documentos de Indias, 23, Nº 55, fol. 1 r.
[61] Andagoya, Pascual de, Relación y Documentos, 1986, p. 159.

     De todas las atrocidades perpetradas con perros, las mayores se cometieron en las islas del Caribe, y especialmente en La Española, en las provincias de la Vega Real, donde se encontraba el cacique Guarionex, y la Maguana con Caonabó. El 24 de Marzo de 1495 Cristóbal Colón, nada más llegar a La Española de su segundo viaje, se encontró con la destrucción del fuerte de La Navidad por el cacique Caonabó de la región Cibao, en la Vega Real. Allí el Almirante había dejado en su primer viaje 39 hombres al mando del cordobés Diego de Arana. Comprobado la nueva situación de rebeldía, Colón marchó de la Isabela hacia la Vega Real, con sólo "doscientos hombres de á pie, veinte caballos y veinte perros corsos" [62], los cuales «soltándolos o diciéndoles "tómalo", en una hora hacía cada uno a cien indios pedazos» [63]. Los españoles armados con ballestas, escopetas, caballos y "perros bravísimos", consiguieron romper la resistencia indígena [64].

[62] Colón, Hernando, Historia del Almirante, cap. LX.
[63] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, libr. I, cap. CIV.
[64] Colón, Hernando, Historia del Almirante, cap. XXV.

     El estallido de las dos famosas rebeliones de Saona o Higüey, en el extremo oriental de La Española, fueron provocadas por actos de aperreamiento. La primera ocurrió en Saona, donde al cacique, amigo de los españoles, le habían dejado un mastín para que infundiese miedo a sus súbditos y acelerase el transporte de pan casabea una carabela. El cacique azotaba a los amerindios con una vara para que no cesasen de trabajar, cuyo zigzagueo excitó al mastín presente, que comenzó a forzar hasta librase de sus ataduras. Mientras tanto, su amo se divertía al ver la actitud de su perro, azuzándolo para que atacase. Las Casas relata así el suceso, el cual terminaría de forma trágica:

     «Andaban, pues, mucho número de indios acarreando cargas del pan cazabí y echábanlo en la barca que a la carabela lo llevaba. El señor y cacique de la isla traía una vara en la mano, andando de una parte a otra, dando prisa a sus indios, por hacer placer a los cristianos. Estaba por allí un español que tenía el perro por la cadena; y, como el perro veía al cacique con la vara y mucho menearse, cebábase muchas veces a querer arremeter a él, como estaba en desgarrar indios tan bien amaestrado, y con dificultad el español lo podía refrenar. Y dijo a otro español "¿Qué cosa sería si lo échasemos?". Y dicha aquella palabra, él o el otro revestidos del diablo, dijo al perro: "Tómalo", burlando, creyendo poderlo tener. Oído el perro "tómalo", arremete con tanta fuerza como si fuera un poderoso caballo desbocado, y lleva tras sí al español, arrastrándolo; y, no pudiéndolo tener, soltólo, y va tras el cacique y dale un bocado de aquellos ijares, y creo, si no me he olvidado, que le asió de las tripas, y el cacique huyendo a una parte y el perro con ellas en la boca y tirando hacía otra, las iba desliando» [65].

[65] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, libro II, cap. 7. El español a que se refiere según la Carta a Chièvres es el capitán Sancho.

     Tras el incidente, los españoles se embarcaron en su carabela y se alejaron sin ser conscientes de los hechos. Poco después, los nativos de la región entera se enfurecieron, especialmente Cotubanamá, cacique de la vecina provincia de Higüey que encabezó la rebelión. Nicolás de Ovando adoptó drásticas medidas, declarando una guerra de represalias, siendo Juan Esquivel el encargado de administrar justicia. A partir de entonces, los actos de aperreamientose sucedieron, y los perros fueron puestos en libertad para cazar y devorar amerindios. Finalmente, Cotubanamá firmó la paz y se comprometió a seguir suministrando casabe a los españoles, aunque poco tardaría su fidelidad, pues tras un nuevo acto de aperreamiento sobre una amerindia en la fortaleza en Santo Domingo, estallaría la segunda rebelión de Higüey, encabezada por el mismo Cotubanamá.

     En la conquista de la isla de Jamaica (1509) [66], el capitán Juan Esquivel, futuro gobernador de la isla, fue a montear a los amerindios con perros muy aptos para la caza. "Y tanto anduvieron tras ellos con perros bravos, que los cazaban y desbarrigaban, que, muertos con extrañas crueldades todos los principales y gente infinita que podía tomar arcos en las manos, sujetaron los demás" [67]. De igual forma se toleró el uso de los perros en la conquista de Cuba (1511) por el capitán sevillano Diego Velázquez, donde encontró una fuerte resistencia de los nativos, especialmente del cacique Hatuey.

[66] Morales Padrón, Francisco, Jamaica Española, Sevilla, 1952, pp. 90.
[67] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, libr. II, cap. 56.

     En otros escenarios más alejados de las Antillas igualmente se emplearon los perros, como en la guerra de Guali en Nueva Granada, donde Bernardo de Vargas Machuca, futuro alcalde mayor y comisario de las fortificaciones de Portobelo (1601) y gobernador de la isla Margarita (1608), Antioquía, Cáceres y Zaragoza (1621), fue testigo como soldado de la belicosidad y resistencia de los indígenas páez y pijaos, que utilizaban "flechas ponzoñosas"[68] con curare, y "púas que hincaban por los caminos para herir los pies, y en estacones en hoyos (trampahoyos) hechos en el suelo y solapados con ramas y tierra donde se hundían y estacaban los que por encima pasaban". Los españoles rompieron la estrategia nativa sirviéndose de los caninos. Comenta Vargas: "Los indios, viendo la invención de los perros, dieron en un pensamiento, que fue talar todas las comidas de la tierra y no sembrar, sustentándose de raíces silvestres y frutas para que los conquistadores, constreñidos de necesidad y hambre, despoblaran y se salieran"[69].

[68] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Sumario de la Natural Historia de las Indias, cap. IX. "La yerba de que aquestos indios usan la hacen, según algunos indios me han dicho, de unas manzanillas olorosas y de ciertas hormigas grandes, de que adelante se hará mención, y de víboras y alacranes y otras ponzoñas que ellos mezclan, y la hacen negra que parece cera-pez muy negra".
[69] Vargas Machuca, Bernardo de, Apologías y Discursos, p. 118.

     A comienzos de 1540 el conquistador y gobernador de Antioquía, Jorge Robledo, partió de Anserma, más conocida como Santa María de los Caballeros (Colombia), para descubrir las provincias que había al otro lado del río grande de Santa Marta. Llegaron a la muy grande y rica provincia de Carrapa, donde los amerindios, asustados del poderío de los españoles, acordaron, "por no verse heridos con sus espadas y despedazados con los perros, de acogerlos en su provincia y proveerles de bastimento" [70]. A su vez dieron seiscientos naturales para llevar el carruaje en sus hombros, y cuatro mil con sus armas para la guerra, que partieron hacia la provincia de Picara y posteriormente a Pozo, donde fueron ferozmente atacados por los nativos, que hirieron a Jorge Robledo con un dardo en la mano diestra y otro por la espalda. Ese altercado enfureció a los hombres del gobernador, especialmente al comendador Hernán Rodríguez de Sousa, que acompañado con sesenta españoles y cuatro mil indígenas aliados marchó desde la provincia de Carrapa y Picara contra los nativos pozos, los cuales se había hecho fuertes en la cima de un peñón. Cieza de León, que participó en la expedición, comenta cómo una vez cercados los amerindios pozos en el peñón, los españoles les echaron los perros "tan fieros que a bocados que daban con sus crueles dientes abrían a los pobres hasta las entrañas" (Ibidem, cap. IX). Los muchachos amerindios espantados de ver el estruendo, andando de una parte para otra huyendo, "eran hechos pedazos por los perros" (Ibid.).

[70] Cieza de León, Pedro, Las Guerras Civiles del Perú, cap. VII.

     En la referida expedición al País de la Canela por Gonzalo Pizarro, en el valle de Zumaque, a treinta leguas de Quito, los españoles cometieron auténticas barbaridades, quemando y echando numerosos nativos a los perros, "los cuales despedazaban con sus dientes y los comían" [71]. El gobernador de Castilla del Oro, Pedrarias Dávila, para pacificar las regiones de Comogre y Pocorosa, mandó al licenciado Espinosa que tomase trescientos hombres, caballos y perros para destruírlas. Cuando los amerindios se encontraron con "los caballos que nunca vieron antes, desmayados y esparcidos, cada cual trataba de salvarse" [72]. Poco después del descubrimiento del Mar del Sur por Balboa, Dávila ordenó al capitán segoviano Gaspar de Morales que pasase a las islas Teraregui, más conocidas como de las Perlas. Morales con 60 hombres pasó a la isla mayor o Rica, donde tenía su asiento el cacique principal. Ante la negativa de los indígenas de dejarles paso, los españoles usaron los perros [73], especialmente el canino del capitán, que "mordía y desgarraba cruelmente" [74], causando verdadero espanto entre los nativos, "los cuales asombrados de aquel animal y de tal género de armas huían" [75]. Una vez pacificadas las islas Teraregui, Morales y sus hombres retornaron al Darién, no sin haber previamente aperreado por el camino a diecinueve caciques, entre ellos Chiruca [76], que los había acompañado en condición de aliado junto a su hijo.

[71]Ibidem, cap. XIX; López de Gómara, Francisco, Historia General, t. II, cap. CXLIII. "Los muertos y comidos labraron la clavazón, y a tanto llegaron, que comieron los perros".
[72] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, t. III, libro III, cap. 72.
[73] Ibídem, t. III, libro III, cap. LXVI.
[74] Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General, t. I, déc. II, libro I, cap. IV.
[75] Ibídem, t. I, déc. I, libro X, cap. I.
[76] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, t. III, libro III, cap. 66.

     En Venezuela el uso de los perros no fue una excepción, ya que fueron cuantiosas las atrocidades que se cometieron con perros durante la gobernación de los alemanes. Fray Pedro de Aguado señala: "andan los soldados tan encarnizados y cebados en maltratarlos [a los indígenas] que casi aposta [adrede] les mueven ocasiones con que los indios se alcen para después, con ese color, y les a hacer guerra, y por castigo jurídico empalarlos y aperrearlos o comérselos con perros como a fieras" [77].

[77] Aguado, Fray Pedro de, Historia de Venezuela, t. I, libro II, cap. XVIII.

     En procesos judiciales donde se aplicaba la tortura o pena de muerte, los perros fueron usados por el daño físico y psicológico que causaba sobre el ajusticiado. Según Francisco Morales Padrón, "Más terribles que la horca, el garrote o la hoguera era esta otra muerte, llena de gruñidos, intentos de huída, zarpazos y dentelladas" [78]. Actos como la sodomía, homosexualismo o el bestialismo, eran considerados por la moral católica como graves perversiones de la condición humana, las cuales eran cruentamente castigadas. Vasco Núñez de Balboa en su expedición a la Mar del Sur, iniciada a principios de Septiembre de 1513, fue acompañado de 190 españoles armados con lanzas, espadas, ballestas, rodelas y algunas escopetas, siendo la principal arma de combate "los perros bravos amaestrados" [79], entre ellos Leoncio. Balboa, habiendo pasado por tierras del rey Careta y Ponca, que los recibieron con gran alegría, y cruzando elevadas montañas, se adentraron en el territorio del cacique Cuareca, donde los amerindios se dispusieron a no recibirlo, porque estaban avisados de las atrocidades que habían cometido los españoles en otros lugares. Por esa razón, los naturales se presentaron con arcos, flechas y tiraderas con las que arrojaban varas tostadas de madera y macanas hechas de palma.

[78] Morales Padrón, Francisco, Los Conquistadores de América, 1974, p. 116.
[79] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, t. II, libro III, cap. 47.

     Balboa y sus hombres respondieron con tiros de fuego con las escopetas, que los amerindios "pensaron que eran rayos". Al mismo tiempo, soltaron los perros que los acompañaban, para que se lanzasen sobre los indígenas como a "ovejas o carneros y, a cuchilladas, a unos cortaban las piernas y desjarretaban, a otros los brazos, a otros alcanzaban y cortaban las nalgas, a otros a estocadas pasaban de parte a parte, a otros desbarrigaban, y los perros, por su parte, desgarraban y hacían a muchos pedazos. Quedó muerto allí el negro rey, y señor, con sus principales que venían señalados" [80]. Según refiere Anglería, Balboa hallando al hermano del cacique en traje de mujer, y a otros muchachos acicalados, "mandó echarles los perros, que destrozaron a unos cuarenta. Se sirven los nuestros de los perros en la guerra contra aquella gentes desnudas, a las cuales se tiran con rabia, cual si fuesen fieros jabalíes o fugitivos ciervos" [81]. Mientras los naturales eran devorados por los caninos, Balboa y sus hombres se quedaron "regocijándose como si miraran una graciosa montería" [82]. En total "destrozaron a unos cuarenta" [83] o "cincuenta putos", condenados por el "abominable y sucio pecado" de la sodomía [84].

[80] Ibidem, t. III, libro III, cap. 47.
[81] Anglería, Pedro Mártir de, Décadas del Nuevo Mundo, déc. III, cap. I.
[82] Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, t. III, libro III, cap. 47; Casas, Bartolomé de las, Apologética Historia Sumaria, t. III, cap. 243: "...dice Tobilla queciertos españoles hallaron, en cierto rincón de una de las dichas provincias, tres hombres vestidosen hábito de mujeres, a los cuales por sólo aquello juzgaron ser de aquel pecado corrompidos y no por más probanza los echaron luego a los perros que llevaban, que los despedazaron y comieron vivos, como si fueran jueves. Pues bien pudo ser que aquéllos no sirviesen de aquello, sino, por no ser para mujeres, fuese costumbre usada entre aquellas gentes que tomasen vestidos femíneos, para dar noticia de su defecto, pues se habían de ocupar en hacer las haciendas y ejercicios de mujeres, como algunas naciones hicieron".
[83] Anglería, Pedro Mártir de, Décadas del Nuevo Mundo, déc. III, cap. I; Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General, t. I, déc. I, libr. X, cap. I: "Soltaron tras ellos los perros, y a cuchilladas a unos cortaban las piernas y a otros los brazos, a otros pasaban con estocadas y a otros desbarrigaban y los perros, por su parte, hacían a muchos pedazos". Muchos de los que hicieron presos, entre ellos, un hermano del cacique Cuareca, "andaban vestidos en hábitos de mujeres, y juzgando que del pecado nefando eran inficionados, los mandó Vasco Núñez echar los perros, que en un Credo los despedazaron".
[84] López de Gómara, Francisco, Historia General, t. I, cap. LXII.

     Vargas Machuca en sus Apologías y Discursos de las Conquistas Occidentales niega que se produjesen tales actos de aperreamiento, y que en la mayoría de los casos los amerindios simplemente eran mordidos por los perros y que no hacían "más que ladrarle hasta que llega el soldado" [85]. Posiblemente no le falte razón a Vargas, y en muchos casos debió ser así. Sin embargo, los actos de aperreamiento fueron una realidad de la Conquista, porque son numerosos los ejemplos que nos encontramos en la documentación, con cédulas Reales que prohíben que los perros fuesen amaestrados, alimentados y cebados con amerindios.

[85] Vargas Machuca, Bernardo de, Apologías y Discursos, p. 81.

     Los indígenas no fueron los únicos que formaron parte de los actos de aperreamiento: los esclavos negros también fueron echados a los perros en situaciones de rebeldía. El mejor testimonio los encontramos con Pedro de Ursúa en el cargo de Justicia Mayor en la ciudad de Nombre de Dios, antes de su expedición por el río Amazonas en busca de las tierras de Omagua y El Dorado. En 1522, en la ciudad de Panamá estallaría la rebelión de negros cimarrones encabezada por Bayano, que al frente "de un ejército y escuadrón de más de 1.200 negros y negras", causo importantes daños, "sacando los negros y negras cautivas del servicio de sus amos españoles", y llevándolos a los montes donde se refugiaban. La situación de inseguridad e inestabilidad que se generó, a causa de los continuos robos a "pasajeros y viandantes y a muchos las vidas con ellas" [86], hizo imposible vivir en aquella tierra. Ursúa terminó sofocando la rebelión y haciendo prisionero a Bayano, que fue enviado a España para ser juzgado. Numerosos de los alzados fueron enviados presos a las ciudades de Nombre de Dios y Panamá, donde "eran echados los más de ellos por las justicias de ellas a los perros para que los despedazasen vivos, porque lo viesen los demás esclavos y entendiesen que lo mismo sería de ellos si se ausentasen del servicio de sus amos" (Ibídem).

[86] Ortiguera, Toribio de, "Jornada del Río Marañón", en Biblioteca de Autores Españoles (Tomo CCXVI), Madrid, 1968, cap. I, p. 220.

     Incluso los propios españoles fueron consumidos por sus propios perros, como el tirano Lope de Aguirre, el cual, una vez ejecutado, el gobernador Pablo Collado mando "hacer cuartos[el] cadáver, y ponerlos en los caminos". Algunos restos del cadáver fueron entregados a hombres de confianza del gobernador para que fuesen trasladados a Mérida en señal de victoria, pero el mal olor de la carne corrompida los obligó a dárselos "a los perros, por librarse de la molestia que causaban al olfato" [87].

[87] Oviedo y Baños, José, Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, libro IV, cap. IX.


Perros Singulares de la Conquista

     A lo largo de los siglos, determinados animales han quedado inmortalizados en la memoria histórica, especialmente los caballos que nos han legado figuras tan simbólicas como Bucéfalo—caballo de Alejandro Magno—, Babieca del Cid Campeador, o el archiconocido Rocinante de nuestro queridísimo Don Quijote de la Mancha. El mundo de los perros tampoco se ha quedado atrás, con figuras emblemáticas de caninos que participaron en la Conquista, cuya valentía y voracidad en las contiendas les valió el reconocimiento de los miembros de las huestes y cronistas, plasmando sus hazañas en papel. Nos referimos a los terribles perros feroces Becerrillo, Leoncio, Amadís, Bruto, Amigo, etcétera. De Becerrillo se desconoce si fue uno de los primeros perros que Cristóbal Colón llevó a las Indias, o entró posteriormente. Lo cierto es que era un perro bermejo, bocinegro y mediano, que identificaba rápidamente qué indígena era caribe y cuál no, y «en diciéndole "ido es" o "búscalo" no paraba hasta tomar por fuerza al indio que se iba» [88]. Su cuerpo estaba marcado con numerosas cicatrices en la piel a causa de haber participado en numerosas contiendas. Llevaba un collar fino y en el campo de acción era protegido con un escaupil. La actuación que desempeñó en la conquista de la isla de Boriquen (San Juan de Puerto Rico) con Juan Ponce de León en 1509, fue tan destacada, que le permitió ganar "parte y media para su amo", correspondiente a la que ganaba un ballestero en las entradas [89].

[88] López de Gómara, Francisco, Historia General, t. I, cap. XLIV; Casas, Bartolomé de las, Historia de las Indias, t. II, libro II, cap. 55. Sus facultades eran tales que "conocía los indios de guerra y los que no lo eran como si fuera una persona".
[89] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia General, t. II, libro XVI, cap. XI; Castellanos, Juan de, Elegías de VaronesIlustres de Indias, part. I, eleg. VI, cant. III. "Al palo va venciendo nuestro hierro, / a las macanas duras el cuchillo; / ayudaba también un cierto perro, /llamado según dice Becerrillo, / el cual traía ya todo su cerro / no menos colorado que amarillo; /del cual perro nos han contado cosas / que se pueden tener por espantosas".

     Aunque Ponce de León era su dueño, Becerrillofue encomendado a otros personajes, como el capitán Diego de Salazar y Sancho de Aragón. Su prestigio y eficacia tranquilizaban a quienes lo acompañaban, porque pensaban los cristianos "que en llevarle iban doblados en número de gente" [90]. Apresaba amerindios huídos y ponía en fuga a cuantos naturales se le ponían por delante. Finalmente terminó feneciendo en 1514 durante una escaramuza, tras ser alcanzado por una flecha envenenada, habiendo salvado la vida del capitán Sancho de Aragón de la acometida de los caribes: "...le mataron los caribes, llevándolo el capitán Sancho de Aragón; el cual, por causa deste perro, escapó una vez de entre los indios herido e peleando todavía con ellos; y echóse el perro a nado tras un indio, e otro, desde fuera del agua le dio con una flecha herbolada, yendo el perro nadando tras el otro indio, e luego murió; pero fue causa que el dicho capitán Sancho de Aragón y otros cristianos se salvasen; e con cierto despojo, los indios se fueron" (Ibidem).

[90] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia General, t. II, libro XVI, cap. XI.

     Entre las cosas notables que se han contado de ese perro destaca la de echarle una anciana amerindia a la que el capitán le había dado una carta para que llevase a ciertos castellanos que estaban cerca de allí. La anciana tomando la carta, salió entre la gente y le echaron el perro, y "viéndole ir sobre ella tan feroz, sentóse, y hablando en su lenguaje mostrábale la carta diciendo:Señor perro, yo voy a llevar esta carta a los cristianos, no me hagas mal, perro Señor". Becerrillo al ver el comportamiento de la anciana, se paró muy manso y comenzó a olerla, y "alzó la pierna y orinola, como lo suelen hacer los perros a la pared, de que los castellanos quedaron admirados" [91].

[91] Herrera y Tordesillas, Antonio de, Historia General, t. I, déc. I, libro VII, cap. XIII.

     Muy singular fue Leoncio o Leoncillo, "pequeño león", hijo de Becerrillo bajo las órdenes del Adelantado Vasco Núñez de Balboa. Se trataba de un perro criollo de Santo Domingo con una actuación exitosa en el escenario continental de Tierra Firme. Su bravura le hizo ganar a su amo "más de mil pesos de oro" [92], así como "una parte, e a veces dos, como los buenos hombres de guerra, y se las pagaba al dicho Adelantado en oro y en esclavos" [93]. Las causas de su muerte son extrañas, posiblemente de una comida envenenada o en mal estado.

[92] Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia General, t. II, libro XXIX, cap. III.
[93] Ibidem, t. II, libro XII, cap. V.

     Famoso también fue el mastín Amadís, utilizado por el gobernador de Santa Marta, Luis de Rojas hacia 1570, en su entrada al interior de su gobernación, con ciento cincuenta soldados, de los cuales ochenta estaban bajo el mando del teniente Francisco de Castro, donde fueron acompañados de ciertos lebreles, entre ellos Amadís, que "no ganó menos que el mejor soldado" [94], y hacía las funciones de centinela junto a otros perros que le ayudaban para hacer la vela. Fue autor de numerosos estragos sobre las poblaciones nativas de Bonda, Pocigueyca, Taironaca y del Valle de Upar. El poeta Juan de Castellanos lo presenta así:

"Armábanlo también de duro fardo
como fuese patente la rencilla;
el cual sabía dar tan buen resguardo
al tiempo que rompía la cuadrilla,
que piedra, palo, flecha, lanza, dardo,
era si le tocaba maravilla;
del cual tenía Castro confianza
como de un escuadrón de gran pujanza.

"El lebrel Amadís, viendo la caza,
bien como lobo dentro de cabañas,
unos derriba y otros despedaza
echándoles de fuera las entrañas..." [95].

[94] Castellanos, Juan de, Elegías de Varones Ilustres de Indias, parte II, elegía II, canto I.
[95] Ibidem, parte II, elegía V, canto I.

     Igualmente cabe mencionar a Bruto, lebrel de Hernando de Soto, que acompañó a su amo en la entrada por tierras de la Florida y que era llevado por un paje del gobernador asido por el collar. A la hora de proceder parecía como si "tuviera entendimiento humano", como demostró en la región de Ocali, donde detuvo a cuatro nativos que se habían escapado con gran destreza y maña, "soltando al que derribaba y prendiendo y derribando al que se levantaba, y amedrentándoles con grandes ladridos al tiempo del echarles mano"[96], hasta que fueron alcanzados por los españoles. En la misma Ocali, cerca de la rivera de un río, Brutoencontró a unos nativos armados, y comenzó a forzar y derribó al paje del gobernador que lo vigilaba, y se arrojó al agua y, "por muchas voces que los españoles le dieron, no quiso volver atrás. Los indios yendo nadando el perro, lo flecharon tan diestramente que en la cabeza y en los hombros, que llevaba descubiertos, le clavaron más de cincuenta flechas" [97]. El lebrel muy malherido consiguió salir del agua y tomar tierra y cayó muerto. En otro río, antes de Ocali, estando unos nativos y unos españoles a la ribera hablando en buena paz, un indígena temerario dio con el arco a un castellano un gran palo y se arrojó al agua y en pos de él todos los suyos. Bruto al presenciar el acto se arrojó tras ellos, y, aunque alcanzó otros indígenas, cuenta el Inca Garcilaso de la Vega, "que no asió de alguno de ellos hasta que llegó al que había dado el palo, y echándole mano, le hizo pedazos en el agua" [98].

[96] Vega, Inca Garcilaso de la, La Florida del Inca, libr. II, cap. XVIII.
[97] Ibidem, libro II, cap. XVII.
[98] Ibidem, libro II, cap. XVIII.

     Por su capacidad cinegética [del arte de la caza] fue muy popular la lebrela que llevó Hernán Cortés durante la conquista de Méjico, de "buen talle" y con la que cazaba muchos conejos y liebres [99]. Fue hallada por los hombres de Cortés en la isla de Términos, donde debió ser olvidada o abandonada hacia Mayo de 1518 por la expedición del capitán Juan de Grijalva, porque Bernal Díaz del Castillo, que estuvo presente en el viaje, relata que en la isla "matamos diez venados con una lebrela, y muchos conejos. Y luego, desque todo fue visto e sondado, nos tornamos a embarcar y se nos quedó allí la lebrela, y cuando volvimos con Cortés la tornamos a hallar, y estaba muy gorda y lucida"[100]. La lebrela al ver los navíos en el puerto, hacía numerosos halagos con la cola y otras señas y se metió con la tripulación en la nao.

[99] Tapia, Andrés de, "Relación de algunas cosas de las que acaecieron al muy ilustre señor don Hernando Cortés...", en VV.AA., La Conquista de Tenochtitlán, Madrid, 2002, p. 71; Herreray Tordesillas, Antonio de, Historia General, t, I, déc. II, libro IX, cap. XI.
[100] Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera, t. I, cap. X. El pasaje vuelve a repetirse en el cap. XXX del tomo I del mismo libro.

     Finalmente, aludiremos al can Amigo, utilizado por el capitán Pedro Alonso Galeas, encargado de pacificar la nación de los mariches en Venezuela, refugiados en los montes. Galeas consiguió derrotar la fuerte resistencia de los mariches y tomó preso al feroz cacique, Tamanaco, que fue sentenciado a muerte. El capitán y sus hombres para divertirse decidieron meter a Tamanaco dentro de una empalizada para que luchase con "un perro de armas de singular braveza" (Amigo), que llevaba un hombre de su compañía, llamado Garci González de Silva, "ofreciéndole la libertad y la vida, si con la muerte del perro conseguía salir de la palestra con victoria" [101]. El cacique aceptó el reto y con una macana hizo frente al terrible perro, pero el intento fue en vano, pues Tamanaco fue destrozado por Amigo, que le "separó del cuerpo la cabeza, sirviéndole las garras de cuchillo para fatal instrumento del degüello"(Ibídem).

[101] Oviedo y Baños, José, Historia de la Conquista y Población, libr. VI, cap. VII.


Iconográfica de los Perros de la Conquista
en los Grabados del Taller de De Bry

     Dentro de la iconografía de la Conquista, el tema de los perros ha sido profusamente ilustrado por el Taller de Bry con grabados de una gran calidad artística. Las principales imágenes sobre el asunto las encontramos en la Narratio Regionum Indicarum [102], versión latina de la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias del dominico fray Bartolomé de las Casas, decorada con 18 estampas, incluyendo la portada, realizadas con la técnica del aguafuerte por Theodor de Bry.

[102] El título completo de la obra es Narratio regionum indicarum per hispanos quosdam deuastatarum verissima: prius quidem per Episcopum Bartholemaeum Casaum, natione Hispanum Hispanice conscripta, Frankfurt am Main, 1598.


     La Lámina XI de la Narratio muestra el uso del perro durante los interrogatorios a los prisioneros. La imagen alude a la codicia del oro por los conquistadores españoles, concretamente por el vilipendiado Jiménez de Quesada, centrándose en la tortura y sufrimiento del cacique Bogotá en manos de los españoles (1539), que le vierten sebo ardiendo en los pies, a su vez expuestos junto al fuego. Mientras tanto, un ballestero le amenaza apuntándole sobre el pecho y un terrible lebrel intenta abalanzarse (véase Casas, Bartolomé de las, Brevísima Relación).


     La Lámina XVI representa las terroríficas actuaciones e intervenciones de Jiménez de Quesada en el territorio colombino (véase Casas, Bartolomé de las, Brevísima Relación). Entre los numerosos elementos ilustrados, aparece una jauría de perros devorando a una amerindia tendida en el suelo con sus manos cercenadas, al igual que otro indígena que intenta huír de un "perro bravo" que lo tiene cogido de su pie derecho. La escena principal, como es lógico, se desarrolla en la parte más avanzada de la composición, donde los amerindios están mancos y desfigurados a causa de habérseles cortado las narices y manos, por haberse negado a confesar quién es el nuevo sucesor tras la muerte de Bogotá, antiguo soberano, que terminaría falleciendo vilmente a manos de Quesada tras padecer terribles tormentos.


     La Lámina XIII de la Narratio, referida a los castigos en Yucatán por el gobernador Francisco de  Montejo (Casas, Brevísima Relación), que desató a los perros para que atacasen a los amerindios. Ilustra una escena de intensa crueldad, aun mayor que las anteriores, ya que los niños del mismo modo se incorporan al festín canino. Numerosos son los perros que aparecen corriendo como jabatos tras indígenas horrorizados. En un primer plano, un cazador sostiene a dos niños de un pie mientras son mordisqueados por las fauces de lebreles. Al margen izquierdo yace una indígena enferma junto a su hijito, que antes de ser devorada viva junto a su descendencia por los perros ha preferido quitarse la vida.


     El episodio de aperreamiento de los 40 sodomitas lujuriosos ha sido también recogido por el Taller de Bry en la Lámina XXII de la Americae Pars Quarta(Frankfurt am Main, 1594), titulada "Balboa echa a varios indios culpables del terrible pecado de la sodomía a los perros, para que éstos los dilacerasen". Ese grabado posiblemente sea la escena más sangrienta de su serie América o Grand Voyages, por su cruento salvajismo, que nos hace recordar los contemporáneos y espectaculares aguafuertes de la serie de Los Desastres de la Guerra (1810–1815) de Francisco Goya y Lucientes (1746–1828). En la realización de esa ilustración, Theodor de Bry se inspiró en el grabado de "Los Compañeros de Cadmus" (1588) del pintor y grabador holandés Hendrick Goltzius (1558–1617), adaptando la presencia de horribles restos humanos como la cabeza humana arrancada. En cambio la figura del dragón es sustituída por lebreles, y los indígenas, a diferencia del resto de las láminas de la serie América, donde aparecen con el pelo tonsurado, llevan el pelo largo como los compañeros de Cadmus [103]. La dualidad entre indígenas semi-desnudos y despedazados por los perros, contrasta con la indiferencia y pose de los españoles, armados con lanzas, espadas y arcabuces, y vestidos a la moda europea de finales del siglo XVI.

[103] Keazor, Henry, "Theodore de Bry´s Images for America", Print Quarterly, Nº 15: 2, Londres, 1998, pp. 143-144.


Declive de los Perros de la Conquista

     Una vez finalizado el proceso de Conquista, los perros peninsulares comenzaron a perder el protagonismo otorgado en la primera mitad de la centuria, puesto que el principal objetivo era colonizar y no conquistar. Aquellos caninos que habían sido entrenados para despedazar amerindios se convirtieron en un verdadero obstáculo en la nueva sociedad, con amplios deseos de pacificación. Muchos de los perros que Colón y sus seguidores habían llevado a La Española estaban en libertad y causaban importantes daños sobre los animales de caza y el ganado. Los españoles habían dado algunos perros a los amerindios, que sin saber cómo cuidar de ellos se les habían escapado y multiplicado, convirtiéndose en salvajes (cimarrones) "más perjudiciales para el ganado menor que lobos en otras partes" [104]. Cuando andaban sueltos hacían muchos perjuicios sobre el ganado y se comían varias reses. En La Española llegaron a consumir hasta "el tercio del ganado que nace, y muchas partes la mitad, y en otras todo" [105].

[104] López de Velasco, Juan, Geografía y Descripción Universal de las Indias, Madrid, 1971, p. 11; Remesal, Fray Antonio de, Historia General de las Indias Occidentales y Particular de laGobernación de Chiapa y Guatemala, t. I, libro III, cap. I. En la isla de La Española, el cacique Enrique, en contacto con los españoles, conocía la funcionalidad de los perros y utilizó muchos durante su rebelión para "montear puercos que por allí había gran cantidad, de que mantenía toda la gente". Para evitar que fuese descubierto por los españoles, intentaba esconder en un lugar seguro los animales que llevaba consigo, entre ellos los perros. Para ello, en "cierto pueblo en lugar escondido", había dos o tres naturales encargados de cuidar los animales, e intentaban que los perros no ladrasen.
[105] Archivo General de Indias, Santo Domingo, 899, Leg. 1, fol. 48 v. Real Cédula del 22 de Abril de 1557 en la villa de Valladolid.

     Cuenta el dominico e historiador español Fray Antonio de Remesal cómo en la ciudad de Santiago de los Caballeros (Guatemala) en el año de 1532 los canes hicieron gran daño al ganado menor, que padeció numerosos ataques de "perros bravos que servían en la guerra", causantes de "sepultura de muchos reyes y caciques, [que] faltándoles este alimento, comían los hatos enteros de ovejas y puercos con notable sentimiento de la ciudad" [106]. El cabildo, advirtiendo los perjuicios de los caninos, dictó duras penas para aquellas personas que no atasen sus perros en casa.

[106] Remesal, Fray Antonio de, Historia General, t. II, libro IV, cap. V.

     Animales como el cerdo, la oveja, la cabra y la vaca eran más importantes en el nuevo contexto colonizador, cuyas vidas estaban amenazadas por ataques de perros cimarrones, especialmente el ganado vacuno que estaba suelto en el campo cuando los criadores hacían el corambre [107]. Según Josef de Acosta, "manadas dellos, y hechos bravos hacen tanto mal al ganado como si fueran lobos, que es un grande daño de aquellas islas" [108]. De ahí que se dictaminasen medidas encaminadas a evitar actos de aperreamiento sobre los amerindios y el ganado. Fue muy usual la realización de batidas periódicas con perros mansos, que alentados por las voces de sus amos, arremetían y perseguían a los cimarrones. Para no confundir a los perros domésticos de los cimarrones, les cortaban las "puntas de entrambas o de la una oreja", mientras el salvaje las conservaba "enteras y levantadas" [109]. Algunos canes tuvieron la suerte de ser reconvertidos a nuevas funciones una vez finalizada la Conquista y sirvieron a "españoles e indios en todos los usos que en España, como en la caza y en la guarda de las casas y heredades de sus amos" (Ibídem). Es el caso de la ciudad de Lima, donde se llevaron muchos perros bravos procedentes de Chile para funciones de guarda (Ibid.).

[107] Cobo, Bernabé, Historia del Nuevo Mundo, t. I, cap. XI.
[108] Acosta, Josef de, Historia Natural y Moral de las Indias, libro I, cap. XXI.
[109] Cobo, Bernabé, Historia del Nuevo Mundo, t. I, cap. XI.


     La Corona adoptó algunas medidas para evitar que se produjesen actos de aperreamiento sobre los nativos y el ganado. Una de ellas es una Real Cédula de Carlos V del 7 de Octubre de 1541, dirigida al gobernador Francisco Pizarro y al licenciado Cristóbal Vaca de Castro, caballero de la Orden de Santiago y consejero de Indias, para que prohibiesen en el Perú la existencia de "perros carniceros". Dicha cédula hace visible un hecho violento de cómo ciertos "españoles tienen perros carniceros cebados en los indios". Se trata de canes que andan sueltos y van "por la calle o por el campo o por otras partes", y hacen un terrible daño en Perú. Carlos V dio la orden de que se matasen porque "no había necesidad dellos", y que de "aquí[en] adelante ningún español adiestre a los perros que tuviese a ser carniceros" [110]. Poco años más tarde, el 1º de Mayo de 1549, el Rey dispuso otra Real Cédula para persuadir al gobernador de la provincia de Cartagena a que prohibiese la existencia de "perros grandes" en su territorio, ya que como señala, "somos informado que en la provincia ay algunos perros grandes cebados para echarlos a los indios y hacerles daño con ellos" [111]. Parecida disposición expuso Felipe II a las Audiencias de Quito, Santa Fe de Bogotá y al gobernador de Popayán (Colombia), el 21 de Agosto de 1565, para que "hiciesen matar todos los dichos perros bravos con los cuales van a montear a los indios que se huyen de los abusivos trabajos, que sudan con cargar minas y otras cosas" [112].

[110] Archivo General de Indias, Lima, 566, Leg. 4, fols. 242 v – 243 r.
[111] Archivo General de Indias, Santa Fe, 987, Leg. 2, fols. 248 v – 249 r.
[112] Archivo General de Indias, Quito, 215, Leg. 1, fols. 45 r – 46 r.

     El virrey del Perú don Francisco de Toledo tampoco quedó al margen y "mandó hacer matanza general de los infinitos perros que había" en la Villa Imperial de Potosí [113]. Otro tanto se dice de los perros cimarrones del Uruguay, procedentes de los llevados por Pedro de Mendoza (1537), que llegaron a causar tanto daño a los ganados, que el Cabildo de Montevideo recompensaba a los vecinos que mataran dos al mes, mostrando las orejas como prueba de su acción [114].

[113] Cobo, Bernabé, Historia del Nuevo Mundo, t. I, cap. XI.
[114] Cordero del Campillo, Miguel, Crónicas de Indias: Ganadería, Medicina y Veterinaria, p. 105.


Conclusión

     Como he expuesto a lo largo del trabajo, los perros peninsulares que fletaron hacia tierras americanas fueron usados como una terrible arma de combate contra los indígenas, cuyas mentes estaban dominadas por el terror físico y psicológico que producían los perros, como muy bien visualiza Theodor de Bry en sus grabados, aunque sobredimensionando los hechos. Sin embargo, una vez finalizada la Conquista, la actividad desarrollada hasta entonces por los canes dejó de ser significativa, puesto que los nuevos objetivos eran poblar y no agotar la población indígena, "fuerza motriz" de la producción económica colonial.

     Al mismo tiempo, las autoridades adoptaron las medidas oportunas con objeto de impedir que los perros siguiesen atacando los recursos ganaderos, más importantes en el nuevo contexto colonizador. Muchos perros de guerra se adaptaron a nuevas funciones que exigía el nuevo contexto, estando a cargo de la guarda del ganado o en casa de sus amos, vigilando puestos fronterizos virreinales, etc.

     Los amerindios pronto se adaptaron a la presencia de los nuevos canes, que pasaron de enemigos temidos a queridos por los naturales, que los empleaban en numerosas labores, como deja constancia Felipe Guamán Poma de Ayala, que relata cómo era muy necesario que los indígenas tuviesen perros grandes y chicos para la guarda de la casa y las sementeras, porque hacen mucho ruido cuando "ven a los ladrones y salteadores que andan de noche, los negros cimarrones o lo que no son cimarrones, o los mismos españoles y algunos indios ladrones". Incluso aconseja la necesidad de tener más perros en "las ciudades y villas, aldeas adonde ay negros, aunque no lo ayga" [115].

[115] Guamán Poma de Ayala, Felipe, Nueva Crónica y Buen Gobierno, Madrid, 1987, t. II, p. 924.

     Mientras los perros llevados por los españoles consolidaron su presencia, a pesar de no gozar del protagonismo que tuvieron durante la primera mitad del siglo XVI, los caninos nativos muy numerosos se extinguieron rápidamente, porque su consumo fue muy elevado en los primeros momentos de la Conquista en sus diferentes contextos, ante la falta de recursos ganaderos para alimentar a la población. A su vez se mezclaron con los caninos peninsulares, que gozaron de una mejor aceptación por parte de los indígenas.–



El Extraño Caso de Rudolf Hess

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     El recientemente fallecido periodista y escritor estadounidense James "Jim" Marrs (1943-2017), autor de una quincena de libros, publicó en 2008 The Rise of the Fourth Reich, obra de la que presentamos ahora en castellano su capítulo segundo, un análisis de la última misión de Rudolf Hess, su inexplicado vuelo a Inglaterra en Mayo de 1941 que le costó la prisión hasta su muerte en Agosto de 1987, o quizá antes, como sugieren algunos autores referidos por el señor Marrs.


El Extraño Caso de Rudolf Hess
por Jim Marrs, 2008




     Aunque relegado a una pequeña nota a pie de página en la Historia, el extraño caso del Vice-Führer nacionalsocialista Rudolf Hess en 1941 proporciona un raro atisbo del control elitista de los acontecimientos durante la Segunda Guerra Mundial. Hess voló solo a Inglaterra en Mayo de 1941, en un esfuerzo para hacer la paz. La opinión convencional del vuelo de Hess es la de un miembro cada vez más marginado del círculo interior de Hitler que procuró recobrar el favor con su Führer haciendo una visita no autorizada a Gran Bretaña con la esperanza de negociar personalmente un final a la guerra e incluso persuadir a Inglaterra para que ayudara en la lucha contra el expansionismo soviético. Hitler desautorizó a Hess como demente, mientras el Primer Ministro británico Winston Churchill describió más amablemente la tentativa de Hess de negociar como "una acción desesperada de lunática benevolencia" [1].

       [1] Louis L. Snyder, Encyclopedia of the Third Reich, New York, 1976, p. 144.

     En los procesos de Núremberg, Hess fue encontrado culpable de "crímenes contra la paz", y pasó el resto de su vida como un prisionero en la prisión Spandau de Berlín. En Agosto de 1987 las autoridades militares británicas anunciaron que Hess se había suicidado, una afirmación que sigue siendo cuestionada. Diversos estudios recientes del incidente de Hess muestran que había un sentido mucho más profundo en esa intrigante historia que fue magnificado sólo por su repentina y misteriosa muerte cuando su liberación del cautiverio parecía inminente.

* * * *

     Rudolf Hess nació en Egipto en 1894, hijo de un importador alemán. Él había sido bien educado y había viajado mucho cuando él se unió al Ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, sirviendo en el mismo regimiento que el cabo Adolf Hitler. Él fue herido dos veces y más tarde se convirtió en un piloto de caza, pero la guerra terminó antes de que él pudiera experimentar muchos combates. Volviendo a Múnich después de la guerra, Hess ayudó a otros ex-militares en los paramilitares Freikorps a expulsar a un efímero gobierno comunista local. Después de ayudar a desbaratar el golpe comunista, Hess se unió a la Sociedad Thule y se matriculó como un estudiante en la Universidad de Múnich, donde conoció a su futura esposa y al hombre que resultaría ser una importante influencia tanto para Hitler como para él mismo: el general y profesor Karl Haushofer.

     Según el autor William Bramley, el profesor Haushofer era un miembro de la sociedad secreta Vril [2], que estaba basada en un libro del rosacruz británico Lord Bulwer-Litton, acerca de la visita de una "súper-raza" aria a la Tierra en el pasado distante. Un mentor tanto de Hess como de Hitler, Haushofer había viajado extensamente por el Lejano Oriente antes de convertirse en un general en el ejército del Káiser de la Primera Guerra Mundial. "Sus tempranas asociaciones con influyentes hombres de negocios y estadistas japoneses fueron cruciales para la formación de la alianza germano-japonesa de la Segunda Guerra Mundial", escribió el autor Peter Levenda [3].

[2] William Bramley, The Gods of Eden,San Jose, California, 1990, p. 409.
[3] Peter Levenda, Unholy Alliance: A History of Nazi Involvement with the Occult, New York, 1995, pp. 87–88.

     Haushofer fue el primer nacionalsocalista de rango que formó relaciones con gobiernos sudamericanos en previsión de una guerra con Estados Unidos. Esas relaciones demostrarían ser instrumentales en la posterior fuga de soldados alemanes desde Europa. Haushofer, como un profesor en la Universidad de Múnich, elaboró la política de Hitler del Lebensraum, el "espacio vital", para una encajonada Alemania. Aunque Haushofer ganara una reputación como "el hombre detrás de Hitler", sus opiniones sobre geopolítica fueron en gran parte aceptadas por Hitler sólo después de que ellas llegaron de la boca de Hess. "Yo sólo fui capaz de influír[sobre Hitler] por medio de Hess", dijo él a sus captores estadounidenses en 1945 [4].

[4] Lynn Picknett, Clive Prince y Stephen Prior, Double Standards: The Rudolf Hess Cover-up, Londres, 2001, p. 43


     Tanto Hess como Haushofer primero conocieron a Hitler en una de las reuniones del Partido Alemán de los Trabajadores en cervecerías. Durante el abortado Putsch de la Cervecería de 1923, cuando el nuevo Partido Nacionalsocialista trató de hacerse con el poder en Baviera, Hess estuvo al lado de Hitler. Cuando el golpe fracasó, Hess se fue a Austria, donde fue cobijado por miembros de un ala paramilitar de la Sociedad Thule.

     Volviendo voluntariamente a Alemania, Hess se unió a Hitler en la prisión de Landsberg después de ser condenado por conspiración por cometer traición. Debido al clima político de entonces, ambos hombres fueron liberados dentro de un año. Durante sus meses de encarcelamiento, Hess llegó a ser un cercano confidente de Hitler y ayudó a producir el libro de Hitler, Mein Kampf. Hess corrigió, reescribió y organizó el libro tan extensamente que algunos investigadores creen que él debería ser acreditado como el co-autor. "Hasta donde sé, Hess realmente dictó muchos capítulos de aquel libro", dijo Haushofer a sus interrogadores en 1945 [5].

[5] Ibid., p. 54.

     Después de la reorganización del Partido Nacionalsocialista en 1925, Hess se convirtió en el secretario privado de Hitler. Él ascendió a otras principales posiciones en el partido hasta 1933, poco después de que Hitler se convirtió en el canciller de Alemania, cuando él fue designado Vice-Führer. Fue Hess quien inició el saludo "Heil Hitler!", y fue el primero en llamar a Hitler "mein Führer". Además, como un miembro del Geheimer Kabinettsrat, el Consejo de Gabinete Secreto nacionalsocialista, y del Consejo Ministerial para la defensa del Reich, Hess estaba muy consciente del trabajo secreto para desarrollar una bomba atómica alemana. La prueba de ese conocimiento vino durante una entrevista con el ministro del interior británico Sir John Simon, después de su vuelo a Inglaterra. "Un día, tarde o temprano, esa arma estará en nuestras manos, y... sólo puedo decir que será más terrible que cualquier cosa que haya existido antes", reveló Hess [6].

[6] Ibid., p. 138.

     Está claro que Hess era mucho más poderoso y bien relacionado que lo que generalmente se ha reportado. Él era la persona más cercana a Hitler, una que compartía sus aspiraciones y creencias. En vísperas de la guerra en 1939, Hess fue incluso nombrado sucesor de Hitler después de Reichsmarschall Hermann Goering.

     El excepcional poder y posición de Rudolf Hess exigen un escrutinio cercano de su desdichado vuelo a Inglaterra y sus consecuencias. Un estudio tal fue emprendido en 2001 por tres autores británicos, Lynn Picknett, Clive Prince y Stephen Prior. "Pronto se hizo evidente que todo el asunto de Hess, a partir de 1941 en adelante, está lleno de tantas contradicciones y anomalías que es obvio que las autoridades británicas estaban desesperadas por ocultar algo", concluyeron ellos [7]. "A juzgar por el hecho de que ellos todavía están desesperados por ocultarlo, el sentido común sugiere que ellos consideran ese secreto como inadecuado para el consumo público, incluso después de sesenta años".

[7] Ibid., p. XXI.

     Un detallado estudio del vuelo de Hess indica claramente que ése no fue simplemente un capricho repentino de un individuo inestable. Hay pruebas de un conocimiento previo de aquello en Alemania. Hess se preparó para el vuelo meticulosamente durante un período de meses, incluso haciendo que el famoso diseñador de aviones Willy Messerschmitt modificara un Messerschmitt-110 de dos motores. Hess también recibió un entrenamiento especial de vuelo de parte del principal piloto de pruebas de Messerschmitt, así como del piloto personal de Hitler, Hans Baur, evidencia toda de que Hitler tenía conocimiento de los planes de Hess.

     En su vuelo, Hess llevó las tarjetas de visita tanto de Haushofer como de su hijo, Albrecht Haushofer, otra indicación de su intención como una misión de paz, ya que Haushofer padre había sido durante mucho tiempo un defensor de mantener relaciones amistosas con Gran Bretaña como una piedra angular de la política alemana [8].

[8] Snyder, op. cit., p. 139.

     Según los investigadores franceses Michel Bertrand y Jean Angelini (que escriben bajo el nombre de Jean-Michel Angebert), Haushofer comunicó a Hess los nombres de miembros de la Orden del Alba Dorada, una sociedad ocultista de Inglaterra, así como nombres de partidarios de una iniciativa de paz, como el duque de Hamilton, el duque de Bedford y Sir Ivone Kirkpatrick [9]. El Alba Dorada, más popularmente relacionada con el principal ocultista de Inglaterra, Aleister "la Bestia" Crowley, era un vástago de la Sociedad Teosófica, de la cual se derivó mucho misticismo nacionalsocialista, y tenía lazos cercanos con la Sociedad Thule.

[9] Jean- Michel Angebert, The Occult and the Third Reich, Nueva York, 1974, p. 227.

     Según algunas teorías, la Inteligencia británica manipuló la creencia de Hess en el ocultismo para provocar su vuelo a Inglaterra. Por extraño que parezca, ese plan implicó a Crowley así como al agente de Inteligencia británico Ian Fleming, que más tarde escribiría las populares novelas de James Bond. "Por medio de un astrólogo suizo conocido por Fleming, el consejo astrológico fue hecho pasar a Hess (otra vez, vía los Haushofer y por el doctor Ernst Schulte-Strathaus, un consejero astrológico y ocultista del personal de Hess desde 1935) para abogar por una misión de paz con Inglaterra", escribió Levenda. "El 10 de Mayo de 1941 fue seleccionado como la fecha apropiada, ya que una inusual conjunción de seis planetas en Tauro (que tuvo a los adivinos comentándola durante los meses previos) ocurriría entonces" [10]. Una vez en Inglaterra, Hess debía dar cuenta al ocultista Crowley.

[10] Levenda, Unholy Alliance, p. 235.

     Una pista de que un plan tan absurdo puede haber sido puesto en operación fue de algún modo apoyada por el ministro nacionalsocialista de armamentos, Albert Speer, quien escribió en años posteriores: "En la prisión Spandau, Hess me aseguró con toda seriedad que la idea había sido inspirada en él en un sueño por fuerzas sobrenaturales" [11]. Pero cualesquiera fueran las motivaciones de Hess, está claro que el conocimiento previo de su vuelo existía en Gran Bretaña así como en Alemania. De hecho, tanto el hijo de Haushofer como Hess escribieron al duque de Hamilton, con el cual Hess se había reunido brevemente durante las Olimpiadas de Berlín en 1936, con la esperanza de iniciar negociaciones de paz entre los dos hombres, quizá incluso estableciendo un lazo directo con el rey George VI.

[11] Albert Speer, Inside the Third Reich, Nueva York, 1970, p. 211.

     Por órdenes del gobierno, Hamilton no contestó. Sin embargo, una carta a Hamilton del joven Haushofer fue mostrada al ministro de Asuntos Exteriores británico LordHalifax y al ministro del aire Sir Archibald Sinclair. "Ambos ministros apoyaban la iniciativa de paz, la que tuvo que ser mantenida oficialmente en secreto y a distancia de Churchill", escribieron Picknett, Prince y Prior. "De ese modo, si bien es verdadero que Hamilton mostró la carta a sus superiores, lo que es omitido es el hecho de que ellos guardaron silencio al respecto" [12].

[12] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 160.

     Habría que recordar que la familia Windsor siempre había sido sensible en cuanto a su ascendencia alemana. La paz con sus parientes habría sido muy deseable durante los años de guerra. En 2000, importantes fuentes del gobierno británico confirmaron que las cartas privadas entre la Reina Madre y Lord Halifax mostraban hostilidad hacia Churchill e incluso una disposición a rendirse a la ocupación nacionalsocialista si la monarquía era conservada [13]. Incluso Churchill, quien estaba fuertemente relacionado con los constructores del Imperio de Gran Bretaña, dejó claro que el objeto de la guerra era detener a Alemania, no a los nacionalsocialistas. "Usted debe entender que esta guerra no es contra Hitler o el Nacionalsocialismo", declaró una vez Churchill, "sino contra la fuerza del pueblo alemán, que debe ser aplastada de una vez para siempre, sin importar si está en las manos de Hitler o de un sacerdote jesuíta" [14].

[13] Sophie Goodchild, "Queen Mum Wanted Peace with Hitler", en The Independent, 5 de Marzo de 2000.
[14] Emrys Hughes, Winston Churchill in War and Peace, Glasgow, 1950, p. 145.

     En una carta a Lord Robert Boothby, Churchill explicó que "el crimen imperdonable de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial fue su tentativa de retirar su poder económico del sistema de comercio del mundo y de crear su propio mecanismo de intercambio, que negaría a las finanzas mundiales su oportunidad de sacar provecho" [15].

[15] Sidney Rogerson, Propaganda in the Next War (prefacio a la 2ª ed., 2001), originalmente publicado en 1938.

     También debe recordarse que en 1941, a pesar de la exitosa Batalla de Gran Bretaña, Inglaterra estaba económicamente estrangulada y cerca de la derrota. En ese entonces Hitler parecía imparable y era completamente fácil prever una victoria nacionalsocialista. La aristocracia, los industriales, los banqueros, y hasta la familia Real estaban ansiosos por la paz. "Hess no imaginó un grupo de paz", concluyeron Picknett, Prince y Prior [16], "ni tampoco fue inventado por el MI6, pero su existencia en tal nivel [como la familia Real] explicaría por qué tanto sobre el asunto Hess fue, y sigue siendo, acallado".

[16] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 262.

     En cuanto a Hitler, Alemania se disponía a golpear a Rusia, y él no quería una guerra en dos frentes, la misma situación que causó la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial. Hitler quería a Inglaterra como un aliado contra el comunismo. "Sólo con Inglaterra [como un aliado], estando cubiertas nuestras espaldas, podría uno comenzar la nueva invasión germánica [de Rusia]", escribió Hitler en Mein Kampf[17]. En otras palabras, Hitler necesitaba la paz con Gran Bretaña antes de emprender un ataque contra Rusia.

[17] Adolf Hitler, Mein Kampf, Nueva York, Houghton Mifflin (trad. por Ralph Manheim), 1943, lib. I, cap. IV, p. 140.

     Asegurar la paz en el Frente Occidental puede haber llegado a ser una prioridad urgente para Hitler. Según el antiguo oficial de la Inteligencia militar soviética Vladimir Rezun (escribiendo bajo el seudónimo de Viktor Suvorov), Hitler fue obligado a lanzar un asalto preventivo contra la Unión Soviética en Junio de 1941, para prevenir un ataque contra Europa Occidental por parte de Stalin en Julio [18]. La obra de Suvorov ha sido publicada en 87 ediciones en 18 idiomas, y sin embargo no ha recibido prácticamente ninguna mención en los medios de comunicación corporativos estadounidenses, a pesar de que sus aseveraciones ponen la historia convencional de arriba abajo. A la mayoría de la gente se le ha enseñado que Stalin ingenuamente confió en Hitler y estuvo totalmente sorprendido por el ataque de Hitler.

[18] Viktor Suvorov, Icebreaker: Who Started the Second World War?, Londres, 1990; Exposing Stalin's Plan to Conquer Europe, por Daniel W. Michaels, en castellano en http://editorial-streicher.blogspot.com/2013/05/el-plan-de-stalin-para-conquistar-europa.html[original en http://www.ihr.org/jhr/v17/v17n4p30_Michaels.html]

     El almirante N. G. Kuznetsov, que en 1941 era el ministro Naval soviético y un miembro del Comité Central del Partido Comunista soviético, fue citado por Suvorov como declarando en sus memorias de posguerra que "Para mí hay una cosa más allá de toda discusión: J. V. Stalin no sólo no excluía la posibilidad de guerra con la Alemania de Hitler, al contrario, él consideraba tal guerra... inevitable... J. V. Stalin hizo preparativos para la guerra... amplios y variados preparativos, a comenzar en fechas... que él mismo había seleccionado. Hitler trastornó sus cálculos"[19].

[19] En reseña de Suvorov hecha por Joseph Bishop http://www.ihr.org/jhr/v16/v16n6p22_Bishop.html

     Si bien las conclusiones de Suvorov están en desacuerdo con la visión convencional del ataque de Hitler contra Rusia, él ha proporcionado un argumento persuasivo. Suvorov indicó que hacia Junio de 1941 Stalin había reunido enormes cantidades de tropas y equipo a lo largo de la frontera europea de Rusia, no para defender la Patria sino en preparación para un ataque contra el Oeste. El motivo de Stalin era llevar el comunismo a Europa por la fuerza, un plan que él expresó en un discurso de 1939. "La experiencia de los últimos veinte años ha mostrado que en tiempos de paz el movimiento comunista nunca es lo suficientemente fuerte para hacerse con el poder. La dictadura de tal partido sólo se hará posible como resultado de una guerra importante", declaró Stalin [20].

[20] http://www.ihr.org/jhr/v18/v18n3p40_Michaels.html

     Destacando que cuando el ataque alemán comenzó el 22 de Junio de 1941, los nacionalsocialistas pudieron reunir sólo unos 3.350 tanques, sobre todo ligeramente blindados y armados, comparado con los 24.000 tanques rusos, muchos de armadura y armamento superior, el retirado funcionario del ministerio de Defensa estadounidense Daniel W. Michaels escribió: «Stalin decidió golpear en un momento y lugar de su elección. Para ello, el desarrollo soviético de los sistemas de los más avanzados sistemas de armas ofensivas, principalmente tanques, aviones y fuerzas aerotransportadas, había comenzado ya a principios de los años '30... El ataque alemán "Barbarossa" desbarató el bien trazado plan de Stalin de "liberar" toda Europa».

     Suvorov apoyó su opinión señalando al hecho de que las tropas rusas estaban listas para atacar, no para defender, lo que condujo a las tempranas victorias alemanas; que a las tropas rusas les habían sido publicados mapas sólo de ciudades de Europa del Este, no para la defensa de Rusia; que a las tropas rusas les habían sido publicadas guías de conversación con frases ruso-alemanas con expresiones tales como "Deje de transmitir o dispararé"; y que ninguno de los comandantes superiores de Stalin fue considerado alguna vez responsable de la debacle provocada por la operación Barbarossa, ya que todos ellos habían seguido simplemente las órdenes de Stalin.

     Suvorov concluye: "Stalin se convirtió en el jefe absoluto de un enorme Imperio hostil a Occidente, que había sido creado con la ayuda de Occidente. Por todo eso, Stalin fue capaz de conservar su reputación como ingenuo y confiado, mientras Hitler pasó a la Historia como el mayor agresor. Una multitud de libros han sido publicados en Occidente basados en la idea de que Stalin no estaba listo para la guerra mientras que Hitler sí" .

     Él también dijo que los recursos de la máquina de guerra de Stalin han sido subestimados. "A pesar de sus terribles pérdidas, tenía bastante fuerza para retirarse y juntar nuevas fuerzas para alcanzar Berlín. ¿Cuán lejos hubiera ido si no hubiera experimentado aquel masivo golpe el 22 de Junio, si cientos de aviones y miles de tanques no se hubieran perdido, si hubiera sido el Ejército Rojo y no la Wehrmacht quien diera el primer golpe? El Ejército alemán ¿habría tenido una extensión territorial detrás suyo para la retirada?. ¿Tenía los inagotables recursos humanos, y el tiempo, para restaurar su ejército después del primer ataque sorpresa soviético?" [21].

[21] http://www.ihr.org/jhr/v16/v16n6p22_Bishop.html

     Quizás el mejor apoyo para las afirmaciones de Suvorov vino del propio Hitler. "Ya en 1940 se hizo cada vez más claro, de mes en mes, que los proyectos de los hombres del Kremlinestaban apuntados a la dominación, y por lo tanto a la destrucción, de toda Europa. Le he hablado ya a la nación de la concentración del poder militar ruso soviético en el Este durante un período en que Alemania tenía sólo unas pocas divisiones en las provincias que lindan con la Rusia soviética. Sólo una persona ciega podría dejar de ver que una concentración militar de dimensiones mundiales e históricas únicas estaba siendo llevada a cabo. Y eso no era para proteger algo que estaba siendo amenazado sino más bien sólo para atacar aquello que parecía incapaz de defensa... Puedo decir esto hoy: si a la ola de más de veinte mil tanques, cientos de divisiones, decenas de miles de piezas de artillería, junto con más de diez mil aeroplanos, no se le hubiera impedido ser puesta en movimiento contra el Reich, Europa se hubiera perdido", declaró el Führer en su discurso del 11 de Diciembre de 1941, cuando declaró la guerra contra Estados Unidos [22].

[22] Hitler’s Declaration of War Against the United States, https://codoh.com/library/document/2222/?lang=en

     Por supuesto, los vencedores siempre escribenla Historia, de manera que si el ataque de Hitler contra la Unión Soviética fue una simple agresión o un golpe preventivo necesario, será probablemente discutido durante muchos años. Pero, si resulta ser verdad que Hitler simplemente estaba evitando un ataque inminente por parte de la Unión Soviética, eso coloca la historia de la Segunda Guerra Mundial en un contexto completamente diferente. Ciertamente se llegaría lejos en la explicación de las acciones de otro modo inexplicables de Hitler comenzando una guerra de dos frentes, la misma situación contra la que él había advertido en Mein Kampf.Eso también ayudaría a explicar por qué Franklin Roosevelt, por òrdenes de los globalistas, estaba armando a la Unión Soviética en una violación ostensible de las Leyes de Neutralidad de 1935, 1936 y 1937. Hacia el final de 1940, con toda Europa bajo control alemán y Gran Bretaña amenazada, ellos pueden haber determinado detener a Hitler.

     Hitler indicó claramente lo que él vio como las maquinaciones emprendidas para impedir cualquier final negociado a las hostilidades en 1941. En un discurso ante el Reichstag menos de una semana antes de la llegada de Hess a Escocia, él declaró: "Todos mis esfuerzos para llegar a un entendimiento con Gran Bretaña fueron arruinados por la determinación de una pequeña camarilla, la cual, ya sea por motivos de odio o por obtener ganancias materiales, rechazó cada oferta alemana para un entendimiento, debido a su resolución, que ellos nunca ocultaron, de recurrir a la guerra, lo cual sucedió" [23].

[23] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 175.

     Picknett, Prince y Prior incluso sostienen que Seelöwe, o León Marino, el nombre en código para la propuesta invasión alemana de Inglaterra, fue "una mentira desde un principio", un esfuerzo de Hitler para distraer a Stalin engañando al Occidente cuando él realmente planeaba golpear en el Este [24]. Aquello era simplemente una tapadera para la movilización de hombres y equipo necesarios para la invasión de la Unión Soviética. Un indicio de que esa táctica estaba siendo puesta en juego puede ser visto en el hecho de que Hitler, quien era conocido por interferir constantemente con sus generales en los más pequeños detalles, nunca mostró ningún verdadero interés por los proyectos para una invasión de Inglaterra, según el historiador militar alemán Egbert Kieser [25].

[24] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 120-121.
[25] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 121.

     Estos autores, junto con otros historiadores, explican que la extraña orden de Hitler de frenar el avance alemán en Dunkerque permitió que el Ejército británico escapara del continente. Hitler quería que su futuro aliado quedara intacto. Y el preludio a tal alianza era la iniciativa de paz de Hess. El 10 de Mayo de 1941, cuando el ME-110 de Hess llegó sobre Escocia, él debía haber aterizado en una pista cerca de la casa ancestral de Hamilton, negociado los términos de paz con la facción anti-Churchill, y luego haber volado a Suecia como la primera etapa de un viaje de vuelta a casa. Esa facción estaba lista para expulsar a Churchill y estar de acuerdo con un alto al fuego con Alemania.



     Esta proposición puede no ser tan absurda como suena. Picknett, Prince y Prior notaron que "La extravagante mitologización de Churchill de posguerra ha obscurecido el hecho de que él permaneció en una posición muy insegura políticamente durante al menos los dos primeros años de su función como Primer Ministro, en gran parte porque era bien sabido que él no disfrutaba —para decirlo cortésmente— del apoyo y la confianza del rey" [26].

[26] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 112.

     La noción de un golpe interno contra Churchill fue incluso mencionada al Presidente Roosevelt por el director de la FBI, J. Edgar Hoover. En un memorándum escrito sólo una semana antes del vuelo de Hess, Hoover informó a Roosevelt: "Se ha reportado que el duque de Windsor firmó un acuerdo que en sustancia era en el sentido de que si Alemania salía victoriosa en la guerra, Hermann Goering por medio de su control del ejército derrocaría a Hitler e instalaría a partir de entonces al duque de Windsor como el rey de Inglaterra" [27].

[27] Charles Higham, Trading with the Enemy: An Expose of the Nazi- American Money Plot, 1933-1949, Nueva York, 1983, pp. 181-182.

     Curiosamente, el vuelo de Hess lo llevó por la sección más débil de la red británica de radares costeros, y además él sobrevoló una base de la Real Fuerza Aérea dos veces sin provocar ninguna respuesta, indicios de que habían sido dadas órdenes en algún sitio a lo largo de la cadena de comando para facilitar su llegada. Pero él perdió su punto de aterrizaje y, escaso de combustible, finalmente se vio obligado a lanzarse en paracaídas sobre una granja justo al Sur de Glasgow. Desarmado, su tobillo roto por el salto, fue capturado por un agricultor con una horquilla. Unidades del Ejército rápidamente se involucraron y la operación secreta entera fue revelada. Aunque Hess al principio afirmara ser un piloto de la Luftwaffe llamado Alfred Horn, ese subterfugio rápidamente falló. "Horn" siguió pidiendo ser llevado ante el duque de Hamilton. El plan entero fue un bochorno masivo para todos los involucrados. Cada uno,incluyendo a Hitler, tuvo que rechazar cualquier conexión con el complot. Después de todo, si Hitler hubiera admitido que él se disponía a hacer la paz con Gran Bretaña, eso habría informado a Stalin de que un ataque alemán contra Rusia era inminente.

     La propia Inteligencia británica se encontró en conflicto por el caso de Hess. "El MI6 apoyaba una paz negociada con Alemania, ya que veía a la Rusia comunista como el verdadero enemigo", notaron los tres autores, "mientras que el SOE [Special Operations Executive] estaba a favor de una alianza con Stalin contra Hitler. Como una creación del Primer Ministro, el SOE era naturalmente pro-Churchill" [28]. Esa rivalidad condujo a extraños acontecimientos a lo largo del camino de Hess a prisión. Él fue trasladado a diversas localidades, y algunos recuerdos de su paradero entran en conflicto con otros. Hubo muchas oportunidades para hacer cambios antes de que Hess fuera finalmente encarcelado en la Torre de Londres.

[28] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 262.

     Picknett, Prince y Prior introdujeron aún otro misterio: la muerte de George, el Duque de Kent, el hermano más joven del rey George VI y el primer miembro de la familia Real en morir mientras estaba en servicio militar activo desde el siglo XV. El duque, como otros en la familia Real, era un admirador de los nacionalsocialistas y probablemente se habría unido a un grupo de paz para una paz negociada. Él también sirvió como un oficial de Inteligencia para su hermano, el rey. (Puede ser significativo que en 1939 el rey George instaló al duque como el gran maestro de la masonería inglesa en una ceremonia en Olympia, en el Oeste de Londres).

     Superficialmente, la muerte del duque, el 25 de agosto de 1942, fue el resultado de un rutinario accidente aéreo de guerra. Se reportó que el hidroavión Sunderland en el cual él era un pasajero chocó contra una colina baja llamada Eagles Rock, en Caithness, Escocia. El relato oficial del accidente dijo que el hidroavión estaba llevando al duque en una misión para incrementar la moral a Islandia cuando el piloto cambió el curso "por motivos desconocidos", descendió a través de las nubes sin asegurarse de que él estaba encima del agua, y chocó contra una ladera. Sin embargo, el archivo completo que contiene los detalles del accidente, hecho por una comisión de investigación, ha desaparecido y las anomalías abundan.

     El avión del duque claramente estaba en proceso de ascensión cuando se estrelló, lo que indica que puede haber despegado del vecino Loch More cerca de Braemore Lodge, donde los relatos colocan al cautivo Hess. Segundo, cuando se comparan las declaraciones de testigos y del único sobreviviente con las listas oficiales, se hace claro que había un pasajero no considerado en el avión.

     Esos factores, junto con muchas otras pruebas —tanto de hechos como circunstanciales— apoyan la conjetura de que el grupo de paz anti-Churchill esperó hasta mediados de 1942, un período bajo en la fortuna de la guerra para Gran Bretaña, antes del intento de vuelo del duque de Kent y Rudolf Hess a Suecia para anunciar un plan de paz que derrocaría al gobierno de Churchill. Por supuesto, eso nunca sucedió, debido al accidente de avión. Si eso fue un sabotaje o un accidente no ha sido claramente establecido.

     Si Hess hubiera muerto en el avión del duque, eso habría presentado un problema espinoso para Churchill: cómo explicar el cadáver destrozado de un hombre que se suponía que era su estimado prisionero. Cualquier investigación habría revelado la participación de elevados miembros de la sociedad británica, incluyendo a la Familia Real, en la iniciativa de paz.

     Aquí la historia toma un giro aún más extraño. La evidencia reunida para su libro por Picknett, Prince y Prior, incluyendo reportes que afirman haber visto a Hess en diferentes localidades al mismo tiempo, e inconsistencias en los reportes oficiales, indica que un "doble" de Hess puede haber estado preparado antes del accidente de avión. "Estamos convencidos de que en el verano de 1942 había dos Hess, uno en Escocia y otro en Maindiff Court, Abergavenny, en Gales", escribieron ellos. El verdadero Hess murió en el accidente y el doble vivió para ser procesado en Núremberg y cumplir su condena en Spandau. Pero incluso esos astutos autores reconocieron un problema enorme en tal escenario. "Incluso aunque parezca calzar con la evidencia perfectamente, tiene que ser admitido que la mente resbala al pensar que cualquier hombre permitiría ser juzgado y condenado en nombre de Hess, para no hablar de seguir con el engaño por el resto de una vida muy larga en la más dura y más desesperada de las condiciones", ellos comentaron [29].

[29] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 436.

     La idea de un doble de Rudolf Hess no es nueva, y diversas teorías han sido propuestas. Una sugirió que el doble de Hess era un alemán —quienquiera que fuera el hombre, el alemán era su lengua nativa— y un ferviente nacionalsocialista, que fue convencido de que era necesario para el Partido que él mantuviera el subterfugio, sobre todo ya que él podría llegar a ser el fundador de un Cuarto Reich.


     Pero la explicación más provocativa viene de Picknett, Prince y Prior, quienes se enteraron de que el antiguo director de la CIA Allen Dulles, un fundador del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y alto comisionado de Alemania después de la guerra, había enviado al doctor Donald Ewen Cameron a Núremberg para examinar a Hess [30]. Dulles expresó a Cameron su creencia de que el Hess que estaba en Alemania era un impostor y que el verdadero Hess había sido secretamente ejecutado por órdenes de Churchill. Sabiendo de las heridas de guerra de Hess, Dulles quiso que Cameron notara especialmente si había alguna cicatriz en el pecho del prisionero. De manera bastante interesante, las autoridades militares británicas en Núremberg rechazaron permitir tal examen.

[30] Picknett, Prince y Prior, op. cit., p. 9

     Pero la historia se pone más extraña. El doctor Cameron era un escocés que fue pionero en las técnicas de lavado de cerebro antes del final de la guerra, en el Allen Memorial Institute en la Universidad McGill, financiado por la Rockefeller Foundation. Él llegó a convertirse en el presidente de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA) así como el primer presidente de la Asociación Psiquiátrica Mundial (WPA). Él también llegó a ser parte del conocido programa de control de la mente MK-ULTRAde la CIA [31]. Varios investigadores se han preguntado si la elección del doctor Cameron por parte de Dulles para estudiar a Hess podría haber sido propiciada por el conocimiento o sospecha de que el hombre que se hacía pasar por Hess había sido lavado de cerebro para creer realmente que él era el Vice-Führernacionalsocialista.

[31] John Marks, «The Search for the "Manchurian Candidate": The CIA and Mind Control», Nueva York, 1979, p. 132.

     La experimentación en el control de la mente estaba mucho más adelantada, en particular en Europa, que lo que la mayor parte de las personas comprende. ¿Por qué más debería Dulles haber elegido a un experto en lavado de cerebro para estudiar a Hess, siendo que cualquier médico competente podría haber comprobado el tejido de la cicatriz? Ese subterfugio podría explicar el comportamiento excéntrico de Hess en los procesos de Núremberg, durante los cuales él repetidamente afirmó que había perdido su memoria, algo conveniente para alguien que no había vivido la vida de Hess.

     Una vez que el plan de paz salió mal, todos los habituales métodos de encubrimiento entraron en juego: los documentos desaparecieron o fueron escondidos del escrutinio público, a los testigos se les impuso el silencio, y múltiples "teorías" de fuentes autorizativas fueron difundidas.

     Una pista de que un juego geopolítico estaba siendo llevado a su fin en el asunto de Hess es que la última persona que cenó con el duque de Kent antes del accidente fatal que lo mató —y quizá también al verdadero Hess— era un exiliado extranjero, el príncipe Bernhard de los Países Bajos. La comida representaba una inusual reunión de la familia Real británica en el castillo Balmoral en Escocia, que, además del duque y del príncipe Bernhard, incluyó al rey George VI y a la reina Elizabeth.

     Pero es la presencia de Bernhard la que ha capturado el interés de los investigadores. El príncipe Bernhard originó reuniones del Grupo Bilderberg, una colección de gente de poder e influencia mundial tan secreta que ellos no tienen ningún nombre propio [32]. Bernhard era un antiguo miembro de la SS nacionalsocialista y un empleado de la empresa I. G. Farben de Alemania en París. En 1937 él se casó con la princesa Juliana de los Países Bajos y llegó a ser un importante accionista y funcionario en la compañía holandesa de petróleo Shell, junto con el británico LordVictor Rothschild.

[32] Jim Marrs, Rule by Secrecy, NuevaYork, 2000, pp. 39-40.

     Después de que los alemanes invadieron Holanda, la pareja Real se trasladó a Londres. Fue allí, después de la guerra, que Rothschild y el fundador del Movimiento Europeo por la Unidad, el socialista polaco doctor Joseph Hieronim Retinger, animaron al príncipe Bernhard para crear el Grupo Bilderberg. El príncipe presidió personalmente dicho grupo hasta 1976, cuando él dimitió después de revelaciones de que él había aceptado grandes pagos de la compañía Lockheed para promover la venta de sus aviones en Holanda.

     Es imposible saber con seguridad si el príncipe Bernhard estuvo del lado de la familia Real británica y la iniciativa de paz o si estaba supervisando las actividades de aquélla para la camarilla pro-guerra de Churchill. Pero ésa es una indicación de las maquinaciones de la élite global. La iniciativa de paz fue frenada y se tomó la decisión de los globalistas de detener al Nacionalsocialismo a toda costa. Puede haber pocas dudas de que el fracaso de la misión de paz de Hess en Gran Bretaña en vísperas del ataque contra Rusia creó la no deseada guerra en dos frentes que le costó a Hitler la victoria. Después del fracaso del desdichado vuelo de Hess, su lugar en la jerarquía nacionalsocialista fue tomado por Martin Bormann. Algunos líderes nacionalsocialistass, incluyendo a Himmler y Bormann, empezaron a dudar de la victoria y comenzaron a trazar planes para su supervivencia. Ellos también acudieron a la ciencia para conseguir nuevas Wunderwaffen, o armas maravillosas, que podrían poner la marea de la guerra en su favor.–



Walther Darré - Sobre la Historia de la Nobleza Alemana

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     Walther Darré (1895-1953), nacido en Argentina, ingeniero agrónomo, alto funcionario de la SS, ideólogo, ministro de Alimentos y Agricultura (1933-1942) y director de la Oficina de Raza y Reasentamiento durante la Alemania nacionalsocialista, publicó en 1930 su libro Neuadel aus Blut und Boden (Una Nueva Nobleza de Sangre y Suelo). De la traducción de esa obra en castellano (de Joaquín Bochaca) presentamos aquí con fines de ilustración su capítulo segundo, Historia de la Evolución de la Nobleza Alemana, donde da su visión de cómo era considerada la clase de los nobles en la antigua Germania, la revolución que significó la introducción del cristianismo, la contraposición de criterios entre la cultura romana y la germana, la nueva nobleza cristiana y el surgimiento del feudalismo, al que se le comenzó a dar fin con el surgimiento del Estado prusiano.


HISTORIA de la EVOLUCIÓN de la NOBLEZA ALEMANA
por Walther Darré, 1930



     «Una Nación que no conserva los vínculos de sus miembros vivos con sus ancestros está presta a debilitarse, tan seguro como el árbol al que han cortado sus raíces. Lo que fuimos ayer, aún lo somos hoy» (Heinrich von Sybel, Los Nobles en la Antigua Germania).


     La "Nobleza histórica alemana" no puede representar para nosotros el summumracial y la perfección del hombre alemán "germánico". Para ello hay numerosas razones. La opinión general es que nuestra Nobleza pagana germánica ha evolucionado, con el tiempo, en una Nobleza cristiana alemana, y que en la Edad Media la "Nobleza de Palacio", en su decadencia, se convirtió en la Alta Aristocracia alemana, cuyos últimos vestigios fueron enterrados en 1918.

     Esto presupone desconocer un hecho fundamental:

     La Nobleza de los germanos paganos y la de los germanos convertidos no tuvieron nada en común entre sí, en cuanto a su esencia y a sus concepciones sobre el estado nobiliario. Sin duda, una gran parte de la Nobleza pagana se incorporó a la nueva Nobleza de la Edad Media, pero eso no cambia nada. De hecho, la Nobleza medieval fue en muchos lugares amada y honrada, si no por derecho y abiertamente, por lo menos de hecho, como lo había sido la Nobleza pagana. Tiene razón V. Dungern [1] cuando afirma que esa Nobleza de la Edad Media fue el ideal de elevación y de concentración de la fuerza popular, pero ya veremos cómo esa alabanza no debe ser considerada sin restricciones.

[1] "Adelsherrschaft im Mittelalter" (Acción Dirigente de la Nobleza en la Edad Media), Múnich, 1927.

     La Nobleza de los germanos —como en gran parte, igualmente, la de los indo-germanos— reposaba sobre el reconocimiento del carácter hereditario de la desigualdad humana. Según los conceptos antiguos, los orígenes de esas desigualdades se remontaban a los antepasados divinos. Se creía que la sangre llevaba en sí los gérmenes esenciales del carácter del hombre, que las cualidades físicas e intelectuales se transmitían hereditariamente y que la sangre noble transmitía cualidades nobles. De este modo, se creía en la reencarnación del antepasado en su descendencia.

     La pureza de la sangre era preservada por leyes de selección de una lógica impresionante. "Las familias germánicas nobles podían ir disminuyendo, pero no se las podía completar, ni multiplicar"(Von Amira, Principios de Derecho Germánico). Así se explica la extinción sorprendentemente rápida de la Nobleza en ciertas tribus, en los tiempos de las grandes migraciones de los pueblos. No sabemos en qué se fundamentaba la frontera entre la Nobleza y los germanos libres; sin embargo podemos concebirla por nuestros recientes conocimientos sobre la doctrina de la herencia, suponiendo ahí una utilidad desde el punto de vista racial. El autor ha tratado esta cuestión con más detalle en su obra "Das Bauerntum als Lebensquell der Nordischen Rasse" (El Campesinado, Fuente Vital de la Raza Nórdica).

     La Nobleza germánica pagana agrupaba exclusivamente a las familias que se distinguían por la pureza de su descendencia. Entre la preciosa sangre de los germanos ellas eran las más nobles y las mejores; su mantenimiento y las leyes de su selección se justificaban moralmente por un concepto sagrado de los seres y del mundo. Los antiguos nobles germanos no gozaban de privilegios públicos, ni de derechos sobre los demás hombres de la tribu, ni se les concedía más que una prelación de hecho. Su influencia sólo se basaba en la consideración que el pueblo guardaba para con esas familias de élite. En toda la historia de la antigüedad alemana no encontramos ningún hecho material que pueda justificar esa diferencia entre el Noble y el hombre libre en los germanos, distinción basada únicamente sobre conceptos morales y sobre actos hereditarios. "A pesar de todo su amor por la libertad, el germano estaba orgulloso de sus familias nobles. No las consideraba con celos y envidia, sino con reconocimiento y veneración" (W. Arnold, Deutsche Urzeit, Los Tiempos Primitivos de Alemania [2]).

[2] Encontramos estos sentimientos en Inglaterra, donde las relaciones entre la Nobleza y el pueblo son similares a las de la antigua Germania (cf. Dibelius, England, Leipzig, 1929, vol. 1, p. 146): "En el sentimiento del pueblo inglés, la noción del valor de un jefe nacido en una familia antigua está tan profundamente arraigada, que todas las tentativas para implantar la moderna idea de la igualdad están destinadas al fracaso. Siempre es el candidato noble el elegido, el designado en primer lugar para ejercer toda función publica u ocupar todo lugar honorífico de la circunscripción". En los siguientes capítulos veremos que esa reputación de la Nobleza inglesa en medio de su pueblo no es debida al azar. Además del origen en gran parte germánico de la Nobleza inglesa, conviene no olvidar que, contrariamente a la alemana, ha sabido mantenerse aparte de ciertas corrientes de la evolución social.

     Los signos externos de la Nobleza, tales como la corona, el cetro, el trono y el manto real, son desconocidos en el germanismo. La famosa Corona de Hierro de los reyes lombardos no es más que una joya del siglo XV, hecha con los materiales de un brazalete de metal elaborado alrededor del año 900...

     «Fueron las grandes migraciones las que llevaron a los germanos, procedentes de Bizancio, y cada vez más, las ceremonias de Corte y las distinciones de rango. Los Emperadores de Constantinopla conferían a los príncipes germanos, sus aliados, "Cartas de Nobleza" que les concedían el título de "cónsul" o de "patricio', con los privilegios consiguientes, tales como llevar vestimenta de honor, o el derecho a ciertas fórmulas de cortesía que conllevaba el título. Al final fue para ganar influencia sobre sus súbditos de las antiguas provincias romanas que los príncipes germánicos aceptaron esas distinciones» (Otto Lauffer, Germanische Wiedererstehnung, El Renacimiento Germánico, Heidelberg, 1926).

     Suecia, país en que las costumbres de los antiguos germanos subsisten todavía en parte, ha conservado un recuerdo de ese antiguo concepto germánico, que se expresa por el hecho de que las más viejas familias nobles de ese país llevan apellidos modestos y que parecerían poco distinguidos a nuestra burguesía. Tales son los Ochsenstern (Estrellas de Buey, y no Ochsenstiern, Frente de Buey, como escribe Schiller), Schweinskopf (Cabeza de Cerdo), Silberschild (Coraza de Plata), Lorbeerzweig (Rama de Laurel), Adlerflug (Vuelo del Águila), o Ehrenwurzel (Raíz del Honor).

     Los germanos libres y los nobles se tuteaban tranquilamente. La costumbre romana de dirigirse a Sus Majestades los Reyes en tercera persona sólo se introdujo más tarde, para dejar paso a su vez a una etiqueta extranjera [3] impuesta por los Carolingios, etiqueta que se fue complicando en la Edad Media hasta alcanzar su apogeo en tiempo del absolutismo, para desaparecer en 1918... definitivamente, ¡esperémoslo!.

[3] Undeutsch, Extranjero (literalmente, no alemán). Ya en el siglo XVIII el término "deutsch", "thiodisk", de la raíz "thiod", "Volk" (Pueblo), era usado para designar a las tribus del interior de la Germania occidental. Fueron los celtas y los romanos, con exclusión de los germanos, quienes emplearon el nombre de "Germani".


EL CRISTIANISMO, REVOLUCIÓN SOCIAL

     La conversión de los germanos al cristianismo, es decir, a la doctrina de la adquisición de cualidades por la Unción, socavó las bases de la Nobleza germánica. No podemos imaginarnos la revolución moral que provocó esa conversión, ni tampoco la disgregación que provocó en las costumbres y en las leyes. En oposición absoluta con el concepto germánico de la desigualdad hereditaria entre los hombres, el cristianismo proclamaba el "azar del nacimiento", y elevaba a regla moral el precepto de la igualdad entre todos los seres de forma humana. El germano noble se había considerado hasta entonces como el guardián del orden divino, emanado de la fuerza, perpetuado en él, de los actos de su ancestro divino. A partir de entonces ya no podía extraer de su propio ser esa nobleza atribuída únicamente a su posición a la cabeza de la comunidad o de la tribu. La conversión al cristianismo le arrebataba definitivamente su personalidad propia sobre el terreno moral y su posición social en el pueblo, sin contar su concepción propia, y en cierto modo "filosófica", del mundo universal.

     El deber a cumplir en este mundo dejaba de tener relación alguna con las particularidades del nacimiento; pero lo que lo cambiaba todo fue el concepto del cumplimiento del deber moral, que se prolongó desde lo eterno hasta el presente, y desde el presente hasta el más allá. Partiendo de sus creencias paganas, el germano llevaba en sí una especie de ley divina a la cual subordinaba su existencia terrestre, y súbitamente todo eso dejaba de tener valor: ahora necesitaba ganar el más allá mediante una vida en este mundo conforme a las exigencias del dios cristiano... Su yo, su ser consciente, ya no debía su propio valor, basado en el cumplimiento de su deber, al conjunto de los miembros de su tribu, sino que debía merecerlo según un orden moral definido, consagrado y accesible a todos. Ya no sería juzgado sino sólo según la manera en que se preparara un lugar privilegiado en el otro mundo observando la doctrina cristiana. El valor propio del nacimiento noble era, así, ahogado antes de nacer: cada uno, en efecto, se convertía en el igual del Noble en esa carrera hacia la felicidad celestial, puesto que tal era entonces el deber moral de todos.

     La sumisión a esa idea dejaba el camino libre a la influencia de los no-nobles, y más tarde, en el caso de los Francos, de funcionarios vasallos con poder sobre los elementos nobles y libres de Germania, pues lo que habría sido una abominación para los germanos paganos se había convertido en algo natural al servicio de la Idea Cristiana. Por tal razón, al Norte de los Alpes la conversión de los germanos al cristianismo no fue en ninguna parte una cuestión de religión sino una pura medida de oportunismo político destinada a reforzar el poder Real.

     Afortunadamente, el sentimiento de los pueblos germanos era muy noble por naturaleza; el verdadero rasgo dominante de su carácter era un sentido muy seguro del orden de las cosas y una profunda aversión al desorden. Sin ello, la conversión al cristianismo habría podido producir fácilmente efectos de proporciones tales como las de hoy... el comunismo. En efecto, si el bolchevismo ha derribado en Rusia todas las nociones preexistentes de autoridad y de moral, el cristianismo lo había hecho antes que él, en los germanos. Por desgracia, es preciso constatar que el cristianismo tuvo en común con el bolchevismo la crueldad de los medios que empleó para implantarse; no obstante, conviene distinguir entre el cristianismo-Evangelio —la "buena nueva"— y el cristianismo utilitario, tal como lo emplearon ciertos reyes para llegar a sus fines egoístas bajo el manto de la moralidad [4].

[4] En el curso de la Historia colonial moderna, misioneros cristianos, a menudo inconscientemente, han servido a objetivos políticos que no han osado confesar oficialmente.

     Difícilmente puede imaginar el alemán de hoy la importancia de las consecuencias de esa conversión al cristianismo.

     Se le ha repetido tantas veces que ello fue un primer paso en el camino del progreso humano y que no hizo más que contribuír a la felicidad de los germanos, que le cuesta creer que no fue, en su origen, más que una medida política para servir el interés y la ambición de los reyes, y no una adhesión íntima y profunda a una concepción superior de la Divinidad.


LA LUCHA DE LOS PRÍNCIPES GERMANOS Y ROMANOS

     Es preciso, en primer lugar, examinar la situación del antiguo germano ante el Estado. Ciertamente, no tenía un concepto claro del Estado, tal como lo entendemos desde el antiguo Imperio Romano, pero su vida de campesino le proporcionaba ciertas nociones simples sobre la comunidad, el pueblo y las alianzas de pueblos, así como las relaciones de esos grupos en un orden centralizado.

     Concentraciones de ese tipo nacen cada día por necesidades de la vida corriente. Sus atribuciones y su actividad, especialmente en el terreno de las creencias, han sido subordinadas a los vínculos de parentescos entre las tribus y los pueblos, y además respondían a condiciones locales particulares, y, en última instancia, a la autoridad de un reducido número de jefes y de reyes. El punto capital era que las órdenes emanadas de una autoridad superior eran raras, de poca amplitud y de una aplicación limitada, aparte de algunos casos excepcionales; en cambio, el padre de familia —único miembro soberano en la asamblea llamadaThing, a título de poseedor de tierras y no simplemente de hombre libre— era el verdadero depositario del pensamiento de esa formación emanada del pueblo. Por eso mismo, su voluntad era la de la familia, desde donde se prolongaba hasta el consejo comunal y la asamblea del país. El era el "portador" de ese pensamiento familiar, que se propaga exclusivamente desde abajo hasta arriba.

     La edificación del orden social se hace así, igualmente, de abajo hacia arriba, y son las concepciones agrarias de los germanos de la época de la auto-administración las que se hallan en su base. Depende de una multitud de autoridades inferiores; de hecho, los jefes de cada aldea. En esa auto-administración pura, cada uno era jefe, jefe-delegado de los suyos, fuere cual fuese su origen, pero nadie disponía de una autoridad de derecho sobre los demás, clase de mando desconocido en la auto-administración. Ni por sí mismo, ni por sus funciones, ejercía el jefe una dictadura de derecho, tal como el César en la antigua Roma.

     Cada jefe era pues, como es lógico, responsable ante sus compañeros y ante el mismo pueblo, y los campesinos germanos no temieron, cuando lo exigieron las circunstancias, cortar la cabeza de sus reyes. Los jefes y los reyes de Germania eran lo que hoy llamaríamos apoderados revocables, más que reyes en el sentido en que lo entiende la historia de Alemania. Así, el rey no tenía súbditos sino iguales que lo habían investido de unas misiones y de los poderes necesarios para el cumplimiento de tales misiones. En consecuencia el rey podía, en virtud de las responsabilidades que aceptaba, usar de sus poderes sin consultar a nadie.

     Lo que daba fuerza a esa organización era que los derechos del germano estaban salvaguardados, tanto en la vida pública como en la privada. En la Edad Media, ese sistema fue englobado y neutralizado por la "razón de Estado", y es por su reinstauración que luchamos, inconscientemente, desde el barón (Karl) von Stein [1757-1831].

     En cambio, a esa formación le faltaba una figura tangible: no era lo que llamamos en Estado soberano, y le faltaban fronteras de Estado. En eso radicaba su debilidad: no tenía ninguna fuerza de expansión; en el interior, se justicia era satisfactoria, así como el ejercicio de las artes y los oficios, pero toda actividad exterior carecía de objetivos, era vacilante y muy a menudo sólo dependía de la mayor o menor personalidad del jefe.

     Esa concepción germánica de la concentración de los grupos étnicos unidos alrededor de un jefe se oponía a toda colusión con el Imperio Romano y su noción de la posición del individuo en el Estado, heredada de la antigua Roma. En sus orígenes, ciertamente, Roma se había dotado de cargos públicos reservados a los patricios, que se parecían más o menos a las instituciones germánicas, pero, después de la caída de Cartago, cambió sus leyes orgánicas. Los funcionarios ya no se sintieron responsables ante el pueblo soberano y evolucionaron lenta e  imperceptiblemente bajo la influencia de los ciudadanos opulentos convertidos en un poder dentro del Estado. Éstos, verdaderos dueños, adquirieron una autoridad independiente, y el cuerpo de dignatarios, aún cuando reclutado todavía durante mucho tiempo entre las viejas familias romanas, se transformó en una herramienta al servicio de los plutócratas.

     Fue después de la muerte de César, cuando el pueblo empezó a divinizarlo y a venerarlo a la manera asiática, que esa transformación llegó a ser evidente. Ese culto habría sido algo inaudito en la antigua República y demuestra que el pueblo había abandonado totalmente los usos y costumbres de la antigua Roma y había aceptado la idea de una dictadura incondicional. El camino estaba bien marcado, y Augusto se internó en él: transformó Roma en un Estado dirigido de arriba hacia abajo, basado en principio en los derechos del individuo, pero destinado de hecho a someter a las naciones. El resultado principal fue la soldadura de la cuenca mediterránea en una especie de unidad económica.

     Las leyes económicas que, bajo la influencia de las potencias del dinero, se confundieron cada vez más con las del Estado, debían, evidentemente, acabar triunfando sobre la libertad individual de los ciudadanos. El resultado fue un Imperio gestionado, en cuanto a la economía interior y al poder político, por instituciones utilitarias, con fronteras más o menos flotantes. No cabe duda de que el Imperio de los Césares había casi totalmente llevado a cabo el objetivo de las aspiraciones del mundo moderno: la economía mundial internacional, ya que la cuenca mediterránea era, para sus ribereños, la totalidad del mundo conocido. Sin embargo, humanamente, el Imperio romano sólo reposaba sobre un caos de pueblos.

     Podemos pues afirmar, sin temor, que cuando Roma atacó las Galias fue para apropiarse de sus riquezas, y desarrolló su conquista por la necesidad de hacerlas entrar en su unidad económica que se extendía desde el Atlántico hasta Oriente. Fue en tiempos de Augusto cuando se ultimó esa evolución, perfectamente comprensible desde el punto de vista histórico. Las tribus galas, por sus características raciales y su particularismo, rehusaban someterse a la voluntad imperial. Es digno de tener en cuenta que Augusto, con una serie de medidas que sería ocioso exponer aquí, se basó en las afinidades raciales para tratar de unificar las Galias. Para cubrir al Este la frontera de las Galias, intentó con los germanos una operación de englobamiento similar, que fue un fracaso. El gobernador Varo, que había tenido una educación oriental y había sido destinado a Germania, intentó hacer entrar por la fuerza a los germanos en el plan tributario en vigor en el resto del Imperio Romano, pero sólo consiguió la famosa sublevación del año noveno d.C. y el desastre de la selva de Teutoburg, que puso fin durante siglos a esas tentativas de penetración romana.

     El Imperio Romano fue, pues, una realización perfecta, basada en la medida de lo posible en las leyes materiales de la economía que regían, por otra parte, su organismo interno. Pero precisamente por esto el hombre sólo participaba en un papel insignificante, y las leyes de la sangre eran ignoradas. Sólo eran tomadas en consideración el día en que afectaban a la concepción romana del Estado.

     No obstante, ese Imperio, a pesar del poco caso que hacía de la dignidad y de la libertad del hombre, reposaba sobre la noción aceptada de la desigualdad entre los hombres. Sin duda, ya no era, como antes, una especie de "origen divino" lo que perpetuaba en el pueblo la adoración de las familias patricias, sino que la riqueza, la fortuna material, creaban entre los ciudadanos una desigualdad que se transmitía de padres a hijos por la herencia y la transmisión de bienes. A pesar de la profunda inmoralidad de su constitución, ese Imperio de los Césares permaneció invicto mientras persistió en él esa noción de la desigualdad hereditaria: tal es el motivo de por qué el cristianismo desencadenó su hundimiento.

     La época de esa decadencia puede situarse entre los años 235 y 285 d.C. Ferrero lo ha demostrado recientemente en su notable estudio "Untergang der Zivilisation des Altertums" (Decadencia de la Civilización Antigua, Stuttgart, 1923). Según Ferrero,

     «La civilización griega, igual que la latina, reposaba en los principios aristocráticos fundamentales de dos desigualdades igualmente inevitables, necesarias y queridas por los Dioses: la desigualdad de los pueblos y la desigualdad de las clases sociales... En los territorios de cultura griega y latina los gobiernos se basaban en el principio aristocrático del privilegio hereditario de una oligarquía restringida, pero apta para gobernar... jamás Roma fue gobernada "democráticamente", ni siquiera en las épocas más agitadas de la República. Los mismísimos amos del Imperio Romano, hasta Caracalla —es decir, hasta comienzos del siglo III, cien años antes de Diocleciano— se hacían aún elegir, en tanto que selección aristocrática, en el seno de una aristocracia. La casta de los senadores y de los caballeros detentaba, por privilegio, todas las funciones importantes. Constituían una selección entre los "ciudadanos romanos" que, por su parte, nobles o plebeyos, pobres o ricos, instruídos o iletrados, constituían a su vez, todos en bloque, una segunda selección entre la población total del Imperio; selección que, si gozaba de privilegios importantes, estaba, en contrapartida, sometida a leyes severas.

     «La civilización greco-latina reposaba por consiguiente en la fuerza de la selección, y ésta reposaba a su vez sobre el principio de que los hombres, como los pueblos, son desiguales en cuanto a su ser moral. El cristianismo resquebrajó las bases de la estructura aristocrática de la civilización antigua, con su doctrina según la cual todos los hombres son iguales en tanto que hijos de un mismo Dios».

     Hasta el siglo III d.C. no hay ningún antagonismo entre las teorías romana y germana de la desigualdad hereditaria y querida por Diosen la especie humana. Pero los germanos y los romanos difieren a partir de ese momento, de la manera más absoluta, en cuanto a sus teorías sobre el estatuto del ciudadano con relación al conjunto de su pueblo, y el estatuto del ciudadano en el Imperio.

     En el siglo III, por razones de debilidad interna, el Imperio Romano empieza a derrumbarse. Bajo el impulso de las hordas nómadas asiáticas, las tribus de cultivadores germanos, hasta entonces estables, franquean la frontera del Imperio Romano, en el momento exacto en que éste ya no está en posición de defenderlas. Históricamente, es inexacto que haya habido una conquista: la conquista implica la voluntad previa de atacar a un país con objeto de someterlo. Nunca se encuentra esta intención en los germanos —salvo en el caso de la invasión del Piamonte por los lombardos en el siglo VI—, pero todos esos pueblos germanos emigraban, en busca de tierras en que establecerse.

     Esos germanos estaban de acuerdo en servir al Imperio romano, con tal de que se les permitiera vivir a su guisa en las tierras que se les atribuyeran, pero el Derecho Germánico y el antiguo Derecho Romano eran tan inconciliables como el agua y el fuego. Es en esa época donde se sitúa la gran perturbación conocida con el término "Era de las Grandes Migraciones", por el hecho de que los germanos intentaban en vano instalarse en el seno del Imperio romano, sin poder mantenerse en él. Unos, como los vándalos, fueron a desaparecer en África; otros, como los visigodos, atravesaron Italia para desviarse hacia España, refugiándose así en el rincón más remoto del Imperio. Sólo en la Galia los Francos se asentaron total y definitivamente.

     Allí fue, donde, más tarde, debían enfrentarse los antagonismos irreconciliables del Derecho Germano y del Derecho Romano, y entre el concepto romano del Estado y la manera de vivir germánica, lucha que se eternizó durante siglos hasta el día en que Napoleón I decidió imponer, definitivamente, el Derecho Romano en la administración francesa.

     Pero con su Derecho, los Francos aportaron primero a la Galia la libertad individual; dieron el gusto de la libertad y de la dignidad humana al pueblo avasallado y oprimido, que se encenagaba en las marismas de la civilización romana [5].

[5] "Para juzgarla estrictamente, según sus propios principios, la Revolución francesa fue una contradicción de la Historia mundial. Luis XIV había establecido en Francia la monarquía absoluta, y con razón se puede considerar a esa monarquía transformada como una reacción galo-romana contra el elemento germánico todavía predominante en Francia, como un aniquilamiento de las viejas libertades Francas y de la representación de las diversas clases de la Nación, una vuelta al despotismo romano tal como se había aclimatado en la Galia en el curso de los cinco siglos que van de César a Clodoveo". Así se expresa H. von Moltke (Die Westiche Grenzfrage, La Cuestión de las Fronteras Occidentales). Fue contra ese despotismo que se sublevó en 1789 el pueblo francés. Reclamaba la garantía del estatuto de los viejos Francos, de los viejos borgoñones, es decir, de los antiguos germanos de las agrupaciones primitivas, de los grupos convocados por el bando, de los pueblos unidos para formar el Imperio. Pero es una ironía de la Historia ver a ese mismo pueblo francés, entonces todavía germánico en su mayor parte, luchar contra la Nobleza de pelo rubio y ojos azules; ver al revolucionario francés enorgullecerse de rechazar al germanismo hacia los bosques del Este y no dudando en mandar al cadalso a todo hombre de ojos azules y pelo rubio, incluso sin que fuera noble. El revolucionario se jactaba de ser el heredero y el guardián de las libertades romanas, pero eso no le impedía exigir de su Nobleza germánica por la sangre, aunque romanizada, el retorno a las instituciones germánicas. Eso era plantear la cuestión exactamente al revés.

     Los Francos, por su parte, tenían mucho que aprender. En la zona Sur de sus posesiones, allí donde la colonización campesina Franca no había podido implantarse y donde los Francos ya no dominaban la propiedad de bienes raíces, las instituciones romanas habían, más o menos, sobrevivido. Los Francos tuvieron así la oportunidad de constatar, en sus propios dominios, la utilidad de esas instituciones.

     Comprendieron que el Derecho Germánico, perfecto para valorar la personalidad del individuo, era menos fácil de utilizar para dirigir y administrar un Estado según las leyes de una administración organizada. Mientras que la auto-administración Franca reinaba sobre una parte de la Galia, la administración romana conservaba, por otra parte, su autoridad. Los dirigentes Francos tuvieron pues la oportunidad, pacífica, de disciplinarse en los métodos romanos de administración y de gobierno, y apreciaron la utilidad de las instituciones romanas, medio excelente para hacer del conjunto de los Francos —simple aglomeración de ciudadanos— un reino independiente.

     En el nuevo tipo de Estado así creado, el rey de los Francos, recibiendo su "cargo" de los Francos, sus iguales según las bases del Derecho Franco, encontró práctico dar libre curso a sus aspiraciones hacia una ampliación de su poder, y también, tal vez, de sus ambiciones, sobre la base del Derecho Romano de sus otros súbditos. Fueron de esa manera los principios políticos del Derecho galo-romano los que más firmemente sostuvieron los privilegios de los reyes Francos, lo que explica la tendencia de esos reyes a apoyarse en ese Derecho. Ahora bien, el cristianismo, religión de Estado del Imperio romano, se confundía en aquella época con la concepción romana del Estado y del Derecho; por tal razón Clodoveo, convirtiéndose junto con un cierto número de sus Nobles, no disminuyó en absoluto su reino ni su autoridad germánicas.

     Los Francos no pensaron, al principio, en seguir ese ejemplo, y debieron transcurrir todavía siglos para llegar a las conversiones masivas. Pero como el sistema Franco de auto-administración, con su función Real delegada por el pueblo, no podía transformarse en autocracia más que utilizando, a partir de entonces, un cuerpo de funcionarios exclusivamente sometidos al rey, era preciso adoptar, obligatoriamente, una nueva concepción ideológica como base de esa revolución. La lógica ordenaba pues a los reyes Francos a encaminar todos sus esfuerzos a la propagación del cristianismo e impulsar con todas sus fuerzas la conversión.

     Cuando todos los Francos se hubieron convertido en cristianos, su rey pudo, inmediatamente, gobernarlos con funcionarios de su elección dependiendo sólo de su autoridad, fueran o no tales funcionarios Francos libres de origen. Al final de esa evolución encontramos al rey de los Francos que sería más famoso: ¡Carlomagno, el asesino de sajones!. Aunque no descendiera de una familia germana noble, reinó con puño de hierro gracias a sus devotos sicarios. Con él, la concepción romana del Imperio y del Estado se instauró, por primera vez, en una tierra puramente germánica y logró mantenerse en ella.

     Las tendencias políticas y religiosas colaboraron en esa evolución de la realeza Franca; favorecieron la eclosión de una Nobleza Franca cristiana, casi totalmente distinta de la de los Francos paganos, que debería desempeñar un papel de primer orden en la historia de Alemania. Esa colaboración es tan evidente por parte del catolicismo que no podemos dejar de citar al Dr. Eulen Mack, "Kirche, Adel und Volk" (Iglesia, Nobleza y Pueblo, Wolfegg, 1921):

     «En el año 743, exactamente cien años antes del Tratado de Verdún, nos encontramos ante un momento crucial en la historia de la Iglesia y de los Francos. El organizador de la Iglesia en Alemania, Bonifacio, estaba manos a la obra. Pipino, el administrador de palacio de los merovingios, que sostenía con su política la acción de Bonifacio, entronizó, después del interregno de 737 hasta 743, a Childerico III, el último de los merovingios. Si el Estado se encontraba un día en dificultades, la Iglesia lo apoyaba, y recíprocamente; ambos trabajaban en íntima colaboración. Sobre tales bases tomó posición la Iglesia. En el Sínodo de Liftinâ (Estinnes), en el Hennegau, donde se reunieron la nobleza eclesiástica y la nobleza laica, se decidió que los bienes de la Iglesia, secularizados por Carlos Martel, administrador del palacio, desde el año 714 hasta el 741, le serían restituídos. En caso de imposibilidad material, debían continuar en manos de su poseedor a título de "precario", es decir, que ese colono debía pagar anualmente un alquiler, y a su muerte la propiedad volvería a la Iglesia. Fue el origen del feudalismo e igualmente, sin duda, el de los feudos ligios [de vasallaje] y de los bienes inalienables. La Iglesia inauguró el sistema de las prebendas aplicado en gran escala. Fue la primera en gravar las tierras y el suelo, de entrada por su cuenta personal, y luego, creando un tipo de propiedad que, por su evolución, condujo al feudo y al mayorazgo (bienes raíces inalienables). Fue un gobierno para los gobiernos sucesivos [6]. Grandes propietarias agrarias, la Iglesia y la Nobleza concluyeron un estrecho pacto, que continuó en vigor hasta la secularización en 1803».

[6] Esto podría ser mal interpretado: La Iglesia no fue la primera en "ligar" la tierra y el suelo; ya lo estaban con los germanos, como más adelante expondremos; pero sí fue la Iglesia quien, en primer lugar, empezó a proveer de propiedades temporalmente alienadas a familias habilitadas por ella, en virtud del sistema de la prebenda. Implantaba así su influencia en el país, al mismo tiempo que mantenía bajo su dependencia a las familias en cuestión. Entonces era la propiedad agraria la que representaba el poderío económico, y luego político, y así, con toda razón, Macke escribió: «El Papado no habría podido alcanzar tal poder si no hubiera dispuesto a la vez de una fuerza económica y política. Esta última procedía de sus imponentes propiedades agrarias en el marco del Estado, propiedades legadas a la Iglesia por Pipino, padre de Carlomagno. Dos años después de la muerte de Bonifacio, que fue el más grande arzobispo de Maguncia, Pipino, en 756, cedió al Papado la Pentápolis y el Exarcado de Rávena. Fundaba así el poder temporal y el "Mayorazgo" de San Pedro, al hacer depositar sobre su sepulcro las llaves de las ciudades conquistadas. A partir de ese momento, y hasta la proclamación definitiva del dogma de la Infalibilidad pontifical y del reino de la Iglesia sobre todos los pueblos del mundo en que el Papado es soberano por las costumbres y las creencias cuando habla ex-cathedra, esa creación del poder temporal fue el hecho capital en la historia de la Iglesia».


LA NOBLEZA CRISTIANA

     La verdadera Nobleza cristiana de Alemania data del año 496, fecha de la conversión de Clodoveo y de sus nobles. A partir de esa fecha ya no fue el rey quien obtuvo la conversión de los Francos, sino extranjeros, romanos transalpinos o anglosajones, como Willibrod y Winfried-Boniface, trabajando en estrecha vinculación con Roma y difundiendo, al mismo tiempo que su religión, los principios del derecho no-germánico. Ellos fueron quienes impulsaron a los reyes Francos a adoptar determinadas concepciones romanas sobre la autoridad, para consolidar su propio poder. Desde entonces, la concepción romana y la concepción cristiana cooperaron en nuestra historia para hacer del rey elegido por sus pares un autócrata, y por hacer de su misma persona una "fuente de Derecho". A partir de ahí, el antiguo compañero del rey, antaño su igual, se convirtió en su súbdito, y la monarquía germana reemplazó a la democracia.

     Ya había vía libre para la investidura Real de los funcionarios, que hasta entonces habían surgido, por su simple valor personal, de la auto-administración de la comunidad. Así, un cuerpo de funcionarios extranjeros al pueblo por su sangre se superpuso al mismo, y dominó a la masa de los germanos libres y nobles. Es de ese cuerpo de funcionarios Francos de donde salió la mayor parte de la Nobleza alemana.

     Al principio de la Edad Media, esa Nobleza es difícil de apreciar desde el punto de vista racial. Diversos indicios parecen indicar que haya tenido aportaciones de sangre no-nórdica, a causa de los carolingios y de sus funcionarios. Giesebrecht, en su "Historia del Período Imperial Alemán", nos presenta así a Giselbert, duque de Lorena, que vivió hacia 921:

     «El lorenés pasaba por ambicioso, ávido, al mismo tiempo que inestable y pendenciero, y cambiaba frecuentemente de soberano y de campo cuando le convenía. Se le describía como un hombre bajo y rechoncho, de una fuerza hercúlea, con unos ojos tan móviles que nadie podía distinguir su color. Su lenguaje era breve y cortante, y se expresaba de manera complicada y con respuestas obscuras y ambiguas».

     ¡Unos rasgos que nada tienen de germánicos!.

     La dominación Franca fue tan total que, en ninguna tribu, la antigua Nobleza germánica llegó a situarse del todo en los cuadros de la Nobleza cristiana de la Alta Edad Medía. La antigua Nobleza pagana, empero, pudo subsistir; quedan rastros en la sangre de los frisones, donde Von Amira ha podido detectarlos en algunas familias de jefes.

     A causa de su conquista, los sajones fueron los primeros en hacer entrar a su antigua Nobleza en la de la Edad Medía. Sus viejos Nobles habían muerto casi todos en las matanzas de Verden-sur-Aller, y con ocasión de la dispersión de las familias ordenada por Carlomagno. Sin embargo es falso, como se afirma hoy, que Carlomagno hubiera hecho matar a los Nobles por millares para saciar su odio de hombre de raza inferior: el Emperador era demasiado hombre de Estado y demasiado calculador para dejarse arrastrar a la comisión de un acto tan desconsiderado. La verdad es que, para extender su dominación sobre los sajones, se veía obligado a substituír el paganismo por el cristianismo, única manera de justificar la introducción en Sajonia de sus funcionarios no-sajones.

     Ahora bien, en los sajones el paganismo formaba parte integrante de la Nobleza, es decir, que mientras perdurara la Nobleza sajona, el sajón libre continuaría siendo pagano, pues su concepción de la Nobleza y la del cristianismo se excluían mutuamente. La posición de los condes Francos no sería segura mientras subsistiera esa Nobleza sajona, pues también ahí ambas posturas se excluían mutuamente, y la sola fuerza de las armas era impotente para subyugar al valeroso pueblo sajón. La situación llegó a alcanzar una gravedad tan aguda que uno de los dos, Carlomagno o la Nobleza sajona, debía ceder su lugar al otro.

     En el Norte de Alemania el paganismo se mantenía con el mismo vigor que en Sajonia; si los Nobles sajones se hubieran refugiado allí, su influencia se habría ejercido con tanto más vigor sobre los sajones libres que hubieran permanecido en Sajonia. La Historia nos muestra numerosos casos de ese poder de los proscritos. El sueco Almquist Westervick ha demostrado el fracaso de las tentativas de Carlomagno para apoderarse del Báltico pagano (cf. Archivos Biológicos de las Razas y las Sociedades, vol. 19, p. 148). Impulsado por esos acontecimientos, Carlomagno debió decidirse a aniquilar a la Nobleza sajona, tal como Alejandro cortara el nudo gordiano. Wilhelm Teudt-Detmold ha demostrado (Karl, Westfrankenskönig, Romischer Kaiser, Carlomagno, rey de los Francos del Oeste, Emperador Romano) que esa matanza de 4.500 Nobles sajones no se llevó a cabo en Verden, solapadamente y a escondidas, sino en virtud de la Razón de Estado, debido a las circunstancias y ante la amenaza de que la Nobleza sajona se refugiara en el Norte pagano. Se puede atribuír esa matanza a los celos de un hombre de cuna inferior, pero no se debe olvidar que estuvo igualmente motivado por su concepción, muy realista, de las necesidades del Estado, aunque para nosotros, alemanes, eso no sea una excusa.

     En esa lucha entre el estatuto romano y el estatuto germánico, Carlomagno, lejos de representar a los germanos, trató de introducir en Germania el espíritu romano. Esto sólo ya demuestra que él no pudo ser de origen totalmente germánico, y que adolecía de la comprensión de la Nobleza germana, a causa de su herencia. Neckel, en su "Civilización de los Antiguos Germanos", llama la atención sobre ese hecho, y sub-raya cuán buen alumno fue Carlomagno de sus profesores romanos.

     La jornada de Verden es una fecha decisiva para la historia de la Nobleza alemana. Es la culminación de la evolución iniciada por la conversión de Clodoveo el año 496. A partir de Verden (782), se ve reinar en Alemania a una Nobleza cristiana emanada, en gran parte, de la aristocracia Franca de los funcionarios, dudosa en cuanto a la pureza de su sangre alemana, y que sólo fue depurada y completada a partir del reinado de Enrique I. Pero esa Nobleza cristiana, contrariamente a la que la había precedido, ya no desempeña en el pueblo su papel director. Es totalmente diferente; no es más que una capa nueva superpuesta al pueblo alemán, que no llegará a fusionarse con él hasta la época de las Cruzadas.

     La Nobleza alemana se formó en la Edad Media, bajo la dependencia directa de los reinos del Norte y del Noroeste de Europa, ellos mismos en plena evolución. Así es cómo se separó de la vieja Nobleza germánica, y es también una razón de la supervivencia de esta última y de la autoridad que retuvo sobre el pueblo en proporción inversa al éxito del cristianismo en las tribus. Sería posible trazar una curva que, partiendo de Francia, se perdería en el Norte. También los fundadores de monarquías, como Erich Emundssohn, en el siglo X, tuvieron dificultades en alcanzar el éxito. Mantuvieron, es cierto, su monarquía cristiana, pero les fue imposible convertir a sus pueblos en súbditos. Eso explica en Suecia, hasta nuestros días, la supervivencia, en ciertos puntos, de la antigua concepción de la Nobleza.

     En los países alemanes, a principios del siglo X, la independencia de los germanos libres recibió un duro golpe. Era la época de la decadencia del Imperio Franco del Este, antes de que Enrique I hubiera reformado sus estructuras con dureza pero también con clarividencia. Pocos germanos, en esa época, eran bastante fuertes para defender ellos mismos su herencia contra los enemigos del interior o del exterior. Quien era incapaz de ello, se veía forzado a ponerse al servicio de un amo poderoso, eclesiástico o laico. Los campos de los germanos libres del pueblo se habían vuelto estériles por las malas cosechas o por las invasiones húngaras, mientras que había que tomar constantemente las armas para defender al país. Muchos de ellos se veían también obligados a comprar a ese precio su protección y su seguridad. Al principio, los hombres libres conservaron su libertad, pero ésta ya no tenía para ellos el mismo valor, puesto que habían perdido los medios de defenderse contra sus protectores. Así, fácilmente, se convirtieron luego en arrendatarios sujetos al impuesto, lo que representaba entonces una verdadera servidumbre. De tal modo, eran excluídos de las jurisdicciones germánicas (el Thing, o tribunal de los hombres libres), y caían bajo el derecho curial de sus amos.

     Fue entonces cuando los germanos libres de Alemania empezaron a dividirse en dos masas principales. Hubo pronto la clase de los campesinos, compuesta de súbditos y agobiados por los impuestos, y la clase guerrera de dirigentes que se esforzaba en acaparar todo el poder. En todas partes se crearon nuevas obligaciones de servidumbre para ir recortando la vieja libertad popular. En algunas comarcas (altos valles alpinos, landas de Frisia, aldeas aisladas de Westfalia) sobrevivió un tipo de tribu de pequeños y medianos campesinos, tal como ha ocurrido, por ejemplo, en Escandinavia a través de toda la Historia. Pero, en general, el número de hombres libres cultivando y protegiendo ellos mismos sus propiedades tendía a decrecer. Ya no tienen sus tierras por "la gracia divina y el derecho de ser libres bajo el cielo"; ahora es el señor feudal quien decide si el caballo de raza debe ser ensillado para el servicio del amo o si el rocín debe ser enganchado al carro. Aunque el derecho del señor feudal sólo se había implantado desde hacía un siglo, contribuyó mucho al hundimiento del antiguo estatuto comunal. Si recordamos por un momento las palabras que cita Mack: "Iglesia, Nobleza y Pueblo", comprenderemos fácilmente por qué sucedió así.

     Hay que añadir a esto que los individuos capaces de conservar el honor de sus armas y la libertad personal eran, generalmente, destinados al servicio de la Corte y ya no intervenían en la actividad  campesina propiamente dicha. El servicio de vasallo conllevaba un buen salario; procuraba riqueza y honores. Se concedían feudos y el reparto del botín recompensaba a los más valientes. Aunque los feudos no fueran hereditarios en esa época, garantizaban una holgura honorable. Fueron ganando en importancia cuando las incesantes hostilidades situaron en primer plano a los hombres de valor. Está claro que fueron, sobre todo, los mejores elementos quienes se esforzaron en entrar en servicio como vasallos, y que la ruptura con el campesinado libre se hizo cada vez más tajante.

     El desarrollo de la clase de los siervos, sujetos al manejo de las armas, se oponía también a la conservación de la autoridad del campesinado. En la medida que se fue haciendo corriente y obligatorio que los poderosos señores se rodearan de siervos armados no libres, se formó un "séquito" del Señor entre esos hombres constantemente en servicio armado. Esos servidores —los "ministeriales"— fueron pronto los iguales de los vasallos, lo que, al mejorar su posición, debía naturalmente aumentar las diferencias entre vasallos y campesinos.

     Esa evolución alcanzó su apogeo en el siglo XI. Con el Emperador Otto III, hijo de una Noble griega, se pusieron las bases de un Imperio Occidental que debía igualar al de Bizancio, por lo menos en sus aspiraciones. Ese Imperio era una repetición del de Carlomagno, "el asesino de Sajones", pues colocó, como él, al Emperador en el centro de toda clase de poderes. Así es cómo se estableció una dominación independiente de la de los príncipes, que continuaba siendo limitada, según las costumbres inmemoriales de Germania... y recordando al antiguo Imperio Romano Bizantino, aunque sin llegar a igualar su verdadera estructura. Hay que recordar que el vocablo "Emperador" no es más que el nombre del fundador del despotismo romano, es decir, de Julio César, cuyo nombre se pronuncia como nuestro "Kaiser".

     El Imperio de la Alta Edad Media era un Estado militar al mismo tiempo que eclesiástico. Es fácil de comprender en vista del vínculo que hemos expuesto de las tres nociones: Iglesia, Nobleza y Poder. Ese Imperio saca su fuerza tanto del valeroso brazo de los vasallos que llevan la espada como del poder espiritual de la Iglesia, que establece un estrecho vínculo entre el Imperio y Roma... lo que es absolutamente imposible de considerar como una bendición para nuestro pueblo. Es igualmente falso creer que ese Imperio fue idéntico a la autocracia de los siglos posteriores del absolutismo, pues la estructura de la autoridad en el Estado se basaba, a pesar de todo, en el viejo principio germánico según el cual cada hombre enteramente libre, propietario agrario, tenía un papel a desempeñar.

     Pero esta estructura presentó una solución de continuidad debido a la introducción de un poder dispuesto a elevarse por encima de ese viejo principio, a pesar de que no llegara a alcanzar totalmente su objetivo. Observemos, de paso, que ese Imperio basado en el vasallaje y en la Iglesia se parecía mucho a ciertas formas de dominación de los nómadas guerreros que, como se sabe, hacían un dogma del reinado de la espada y de la fuerza y cuyas instituciones y jefes, lejos de servir para elevar o sostener las fuerzas del pueblo, lo explotaban y sometían sin piedad.

     En el siglo XI Alemania padeció violentos disturbios. Toda la vida de ese tiempo recibió una nueva orientación, debido a la omnipotencia con la que aparecían las nociones de feudalismo favorecidas por el Emperador y por la Iglesia. La libertad de los impotentes súbditos estaba en decadencia en casi todas partes, lo que era natural, toda vez que éstos eran refractarios a la asimilación, mientras que el poder se encontraba del lado del Emperador. Se vio cómo la dominación eclesiástica y la laica se repartían las viejas comunidades cuyo estatuto se disgregaba. Los hombres libres de antaño se convirtieron en súbditos de los obispos, de los abades y de los condes. Sólo una minoría de hombres libres del Imperio consiguió resistir. A partir de entonces el honor de las armas, el servicio de caballero y el rango en el ejército del Imperio determinaban la clase, y no, como antaño, el hecho de haber nacido libre.

     Ya en 1024, en la coronación de Conrado II en Maguncia, la jerarquía feudal determinó también las prelaciones que en el momento de prestar juramento al rey, algunos hombres libres, aunque carentes de feudo, se vieron relegados al último rango, es decir, detrás de los vasallos, o sea detrás de los simples soldados.

     Los obispos y los abades, los condes y los señores, llevan a cabo en esa época la construcción de castillos-fortalezas desde los cuales, bien protegidos, podrán defenderse contra vecinos belicosos y mantener a los campesinos en servidumbre. En su libro "El Campesinado, Fuente Vital de la Raza Nórdica", el autor [Walther Darré] ha expuesto el carácter nómada, y no germánico, de ese sistema de castillos-fortaleza importado en Alemania.

     Mencionemos también que la evolución independiente de la vida ciudadana comenzó en esa época. El ciudadano se distinguió muy pronto más y más del campesino y lo consideró con desprecio.

     Así es cómo empezaron en Alemania esos siglos de nuestra historia en los que se tuvo al trabajo de la tierra, de la manera más absoluta, como indigno de un hombre libre. Era inevitable que la Nobleza y el campesinado se enfrentaran pronto como irreductibles enemigos; ya no quedaba casi nada de la antigua unión de la Nobleza y del campesino, de la asociación de la espada y del arado, bases de todo germanismo.


LA CASTA FEUDAL

     La Nobleza, como casta organizada, sólo aparece realmente en nuestra patria en el siglo X. Hay que buscar su origen en las contribuciones y los pillajes impuestos por los húngaros nómadas de las llanuras del Danubio, en ocasión de las incursiones a gran distancia que se libraban periódicamente en Alemania. La pesada formación de combate de los germanos libres no era la más adecuada para resistir a los súbitos ataques de ese pueblo de rápidos jinetes, hasta el punto de que los sajones sólo consideraban digno del hombre libre al soldado de a pie.

     Tomando ejemplo de la caballería Franca, cuya institución se remonta también a los enfrentamientos con los árabes nómadas que invadieron el Sudoeste de Francia, el Rey Enrique I reclutó entre sus infantes sajones y las tropas del resto de Alemania un cuerpo de caballería, que no tardó en igualar a la caballería húngara.

     Pero Enrique I creaba así una formación guerrera cuya naturaleza tendía a reducir la antigua libertad popular, lo que, por otra parte, no tardó en suceder. Antaño, todo hombre libre podía equiparse fácilmente y acudir a la llamada de las armas; pero entonces ya no sería posible. Las guerras civiles, numerosas bajo los sucesores de Enrique I, hicieron del servicio a caballo una carga tal que el hombre libre, sin fortuna, no pudo afrontarla. La concentración de las fuerzas populares debió entonces ceder su lugar a un ejército de oficio compuesto de vasallos. Éste, constantemente bajo las armas, fue preferido, no sólo por su habilidad en el manejo del armamento, sino porque siempre estaba disponible y no disperso, cada uno en su casa en espera de ser convocado, como antes.

     El ejército desempeñó un papel preponderante, pues los grandes estaban entonces constantemente en guerra entre ellos para defender sus privilegios. El antiguo servicio a pie perdió en honor a medida que aumentaba la influencia de la caballería. Pronto soldado y jinete llegaron a ser casi sinónimos, y se pasó del ejército popular al ejército de jinetes. La espada y el arado habían sido para el germano los dos emblemas de su libertad, pero a partir de entonces se separaron. Ya se consideró normal distinguir entre una clase campesina de agricultores y una clase profesional de soldados. Fue el comienzo de una escisión que, en vista de lo que era normal en los germanos, debía fatalmente provocar, en los siguientes siglos, las grandes sublevaciones de las guerras campesinas cuyo fracaso hizo nacer al absolutismo.

     Tal Nobleza no tenia ningún punto en común con la antigua Nobleza germana, de la cual era, al contrario, la antítesis absoluta [7]. El germano libre había aceptado la superioridad de su Nobleza, sabiendo que procedía de familias que, tanto en lo físico como en lo moral, representaban el súmmum de la selección; pero tras los fracasos de las guerras campesinas, fue mediante el látigo y la espada que se debió mantener bajo el yugo a los descendientes de los libres campesinos germanos, para que la nueva Nobleza erigida sobre las funciones y no ya sobre las capacidades, pudiera mantener su dominación [8].

[7] Aviso a los etnólogos que se obstinan en basar en la Nobleza de la Edad Media alemana sus investigaciones sobre la vida espiritual de la raza nórdica.
[8] Los suecos fueron los más afortunados. Los Wasas, y sobre todo el famoso Gustavo Adolfo, afirmaban ser de ascendencia gótica, y en esa ascendencia heroica de los Wasas los campesinos veían la antigua Nobleza goda, la cual les dio jefes para rechazar a la Nobleza extranjera, en general de origen alemán. Los Wasas se opusieron así a la opresión del campesino sueco por una casta nobiliaria. Así el blasón de los Wasas lleva un haz de trigo, con la divisa: "Todo por Dios y por el Campesinado Sueco".

    Hay que hacer constar, en todo caso, que esa transformación tuvo también su aspecto positivo en Alemania. Sin esa organización imperial del Estado —no germánica, es cierto— el germano no hubiera llegado jamás a tener un concepto claro de un Estado Alemán. Por su propia manera de ser habría sido incapaz de crearlo; sus tendencias a una auto-administración equitativa y su concepto de las leyes esenciales de un Estado, le impedían comprender con toda la claridad y la seguridad deseables las indispensables condiciones externas de un Estado organizado.

     Tal vez ésta es la explicación del hecho de que en el transcurso de la Historia los germanos no fundaron nunca grandes Imperios en su propio país ni en las regiones fronterizas. Hay que atribuírlo sin duda a que, reducidos a vivir en medio de una población de origen extranjero con la cual era necesario evitar conflictos, los germanos no pudieron ejercer en el interior de su país sus facultades de auto-gobierno más que en un círculo muy restringido. Les quedaba, pues, la facultad de aplicarse con todas sus fuerzas a las cuestiones puramente exteriores, actividad más fácil y más susceptible de ser coronada por el éxito. En todo caso, es notable e indiscutible que los Estados más poderosos han sido constituídos por el Germanismo en territorios exteriores, tales como Prusia, Austria e Inglaterra, que fueron una especie de colonias. En cambio, en el corazón del país germánico, como en la Alemania del Noroeste, por ejemplo, la población, constituída en su casi totalidad por elementos germánicos, no ha creado nada puramente germánico en lo referente  a Estados importantes: fueron siempre hombres procedentes de otros Estados alemanes quienes tuvieron ese mérito. Con respecto a eso, Treitchske observa que casi todos los hombres de Estado alemanes de alguna envergadura emanan de una o dos generaciones o más de una rama campesina de la Baja Sajonia.

     Todavía hoy [1930] esperamos la creación de un Estado germánico, concebido de conformidad con nuestras costumbres económicas y raciales, es decir, edificado desde abajo hacia arriba... y juiciosamente organizado desde arriba hacia abajo por sus dirigentes, con sus fronteras exteriores definitivas. El Estado prusiano de los Hohenzollern se aproximaba ya mucho a ese ideal. Ese Estado, en sus ideas fundamentales, estaba muy lejos de ser perfecto: el barón Von Stein intentó hacerlo volver a la forma auto-administrativa, pero su tentativa se orientó pronto hacia otro sentido. Un Estado de los germanos bajo una forma germánica —o, lo que viene a ser lo mismo, un Estado de los alemanes bajo una forma alemana— está aún por crear. A nosotros y a nuestros descendientes incumbe esa tarea. Es ese Reich el que esperamos y deseamos con toda nuestra confianza, pero, entretanto, no hemos siquiera actualizado la breve fórmula de E. L. Jahn: "El Estado, base de nuestro pueblo, límite exterior de nuestra nacionalidad".

     Para resumir, diremos: En el curso de los diez primeros siglos, a medida que los alemanes adquirieron una noción más clara del Estado, substituyeron su antigua Nobleza por una nueva. Además de las razones de política interior, hubo, en el terreno moral, el cristianismo, que rehusó tolerar una Nobleza emanada de dioses ancestrales. Así, el siglo XI de nuestra historia, nutrido por la idea de Imperio, se inicia con un concepto totalmente nuevo de la Nobleza. Esa Nobleza cristiana es el punto de partida de nuestra Nobleza histórica, y no la Nobleza pagana de los germanos, aunque haya sido alimentada en parte por esta última. Por tal razón hemos querido recordar que el estudio de la Raza y de los acontecimientos históricos, para quien estudie la evolución de esta Nobleza, llevará a un callejón sin salida a quien olvide esas dos diferentes fuentes, pagana y cristiana, diferencia que subsiste en el terreno de las ideas, aunque se haya atenuado en el de la sangre.–



Alexander Jacob - Introducción a Alfred Rosenberg

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     Die Spurdes Judenim Wandelder Zeiten(El Rastro de los Judíos en el Cambio de las Épocas) fue la primera obra de Alfred Rosenberg, escrita en 1919 y publicada en 1920, como un refugiado del bolchevismo después de huír de su nativa Estonia hacia Alemania, texto que posteriormente fue reeditado en Marzo de 1937. El doctor en Historia Alexander Jacob (1954) publicó en 2012 una traducción al inglés de dicha obra (The Track of the Jew through the Ages) y escribió además una Introducción (pp. I-XIX), que es lo que presentamos ahora en castellano.


"El Rastro del Judío a Través de las Épocas"
Introducción
por Alexander Jacob, 2012



     Alfred Rosenberg nació en 1893 en Reval (hoy Tallin, la capital de Estonia) en el Imperio ruso, y estudió arquitectura en el Instituto Politécnico de Riga donde obtuvo su diploma en 1917. En su juventud él leyó con ávido interés ávido las obras de Kant y de los Idealistas alemanes, así como de Schopenhauer, Nietzsche, Wagner y Houston Stewart Chamberlain. Pero fue su descubrimiento de la filosofía de la India el que sirvió como la inspiración espiritual más profunda de su vida. Como él comenta sobre la primacía de la vida contemplativa en el pensamiento indio,«Cuán lejos estamos aquí de toda la avaricia de poder y dinero, de toda la rapacidad e intolerancia, de toda la mezquindad y arrogancia» (p. 40) [1].

[1] Todas las referencias son de la edición presente.


     En 1918 Rosenberg emigró a Alemania, al principio a Berlín y luego a Múnich, donde conoció a Dietrich Eckart y contribuyó en su revistaAufgutDeutsch [En Buen Alemán]. Fue por medio de Eckart que Rosenberg conoció a Hitler. Rosenberg se había unido ya en Enero de 1919 al NSDAP, es decir, antes de Hitler, quien se integró sólo en Octubre de aquel año. Sin embargo, Rosenberg no estaba muy cerca de Hitler como un ayudante político, y estuvo más o menos restringido a la oficina editorial del periódico Völkischer Beobachter (Observador Nacionalista) al cual contribuyó con varios artículos.El Völkischer Beobachter fue el nombre dadoal Münchener Beobachter cuando éste fue adquirido por la Sociedad Thule en Agosto de 1919. En Diciembre de 1920 dicho periódico fue comprado por el NSDAP y editado por Dietrich Eckart hasta su muerte en 1923, cuando Rosenberg asumió una posición editorial.

     Influído tanto por su lectura de autores anti-judíos como por su experiencia de primera mano de la participación de los judíos en la Revolución rusa, Rosenberg volvió su mente a la cuestión judía ya durante el final de la Primera Guerra Mundial. En 1919 él compuso este clásico estudio de los judíos [2]. En 1929 él instituyóla Kampfbundfür deutsche Kultur (Asociación Militante en favor de la Cultura Alemana) que duró hasta 1934. Entre los miembros y partidarios de esa sociedad se incluían los editores Hugo Bruckmann y Julius Lehmann y los líderes dela Sociedad Wagner como Winifred Wagner [nuera del compositor], la viuda de Houston Stewart Chamberlain, Eva, y el amigo de Richard Wagner, el barón Hans von Wolzogen.

[2] La primera edición de Die Spur des Juden im Wandel der Zeiten fue publicada en 1920 en Múnich por Boepple (Deutscher Volksverlag). He usado para mi traducción la edición ligeramente mejorada de Rosenberg de 1937 que fue publicada por la Zentralverlag (Editora Central) del NSDAP, Franz Eher, de Múnich.

     El objetivo principal de dicha Asociación era combatir el modernismo en sus diversas formas, como el arte expresionista, la arquitectura de la escuela Bauhausy la música atonal. En 1930 Rosenberg se convirtió en un miembro nacionalsocialista del Parlamento y publicó su historia cultural Der Mythus des zwanzigsten Jahrhunderts (El Mito del Siglo XX), que él diseñó como una continuaciónde Die Grundlagen des neunzehnten Jahrhunderts(Los Fundamentos del Siglo XIX, 1899) de Chamberlain. En 1933, después del acceso de Hitler al poder, Rosenberg fue designado líder del departamento político extranjero del NSDAP, pero no ejerció mucha influencia en ese cargo. En 1934 él fue puesto a cargo de la educación intelectual y filosófica del NSDAP.

     Durante la guerra, en Julio de 1940, fue establecido el Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg (Comando del ReichsleiterRosenberg) que era responsable de la recolección de materiales de arte que eran considerados como pertenecientes directamente al Reich europeo de Alemania. En 1941, después de la invasión de la URSS, Rosenberg obtuvo una designación ministerial como ministro de los Territorios Ocupados del Este, aunque él entró regularmente en conflicto con el brutal Gauleiter Erich Koch que fue nombrado Reichskommissar de Ucrania [3]. Al final de la guerra, en Mayo de 1945, Rosenberg fue capturado por tropas Aliadas y juzgado en Núremberg. A diferencia de Albert Speer, él no se declaró culpable y rechazó distanciarse del Nacionalsocialismo, aunque él claramente había estado opuesto a muchas de sus principales personalidades, sobre todo a Goebbels, Bormann y Himmler, quien había tenido la mayor influencia sobre Hitler y por consiguiente el mayor poder ejecutivo en el Reich. Rosenberg fue encontrado culpable por el Tribunal de Núremberg y ahorcado el 16 de Octubre de 1946.

[3] Al final de la guerra, Koch se ocultó y no fue encontrado por las fuerzas Aliadas sino hasta Mayo de 1949. Él fue juzgado y condenado a muerte en 1959, aunque su sentencia fue conmutada a cadena perpetua, quizá porque los rusos creían que él podía tener información en cuanto al arte confiscado por los nacionalsocialistas desde el palacio Tsarskoe.

     En sus memorias tituladas Letzte Aufzeichnungen (Notas Finales), escritas durante su encarcelamiento entre 1945 y 1946, Rosenberg describió el movimiento nacionalsocialista entero como una respuesta a la cuestión judía:

     «El Nacionalsocialismo fue la respuesta europea a una antiquísima cuestión. Fue la más noble de las ideas a la cual un alemán podía dar toda su fuerza. Él hizo a la nación alemana un regalo de unidad, dio al Reich alemán un nuevo contenido. Fue una filosofía social y un ideal de limpieza cultural condicionada por la sangre. El Nacionalsocialismo fue mal empleado, y al final desmoralizado, por hombres a quienes su creador había dado muy fatalmente su confianza. El colapso del Reich está históricamente vinculado con esto. Pero la idea misma era acción y vida, y no puede ser y no será olvidada. Así como otras grandes ideas conocieron alturas y profundidades, del mismo modo el Nacionalsocialismo también renacerá un día en una nueva generación endurecida por los quebrantos, y creará  en una nueva forma un nuevo Reich para los alemanes. Históricamente madurado, habrá fundido entonces el poder de la creencia con la precaución política. En su suelo campesino crecerá desde raíces sanas como un árbol fuerte que dará un fruto sano. El Nacionalsocialismo fue el contenido de mi vida activa. Lo serví fielmente, aunque cometiendo errores e insuficiencias humanas. Permaneceré leal a él mientras todavía yo viva» [4].

[4] Véanse Memoirs of Alfred Rosenberg, tr. Eric Posselt, Chicago, 1949. PDF en inglés en  https://ia800207.us.archive.org/23/items/MemoirsOfAlfredRosenberg/RosenbergMemoirs.pdf


     En cuanto a la cuestión judíamisma, él explicó:

     «La guerra contra la Judería ocurrió porque un pueblo ajeno en suelo alemán se atribuyó el liderazgo político y espiritual del país, y, creyéndose triunfante, alardeó de ello descaradamente. Hoy, sin embargo, la mera protesta contra tal fenómeno coloca, a cualquiera que exija una diferenciación bien definida entre estos campos contrarios, bajo tanta sospecha que nadie se atreve a plantear el asunto sin ser acusado de preparar otro Auschwitz. Y sin embargo, la Historia no se está quieta. Las fuerzas de la vida y de la sangre existen y serán eficaces».

* * * *

     La profundidad del entendimiento de Rosenberg de los peligros de un gobierno judío de la sociedad europea es evidente ya en su primera obra importante sobre los judíos, El Rastro del Judío a través de las Épocas. Enfocándose en los defectos de la mente judía como la fuente de esos peligros, Rosenberg esboza, en la primera parte de este trabajo [5], la formación de la mente judía desde los tiempos más tempranos hasta el presente. En la segunda parte, él contempla la historia de la participación judía en la política europea, sobre todo en Portugal, Francia, Alemania y Rusia, y también examina la contribución de las sociedades masónicas, a partir del siglo XVIII en adelante, a los movimientos revolucionarios que causaron la fatídica emancipación de los judíos europeos. En la última parte, él analiza más cuidadosamente las especiales características y limitaciones del intelecto judío y propone su propia solución a la cuestión judía.

[5] He dividido el texto en mi edición en tres partes para facilitar la lectura y la comprensión.


     Rosenberg comienza señalando que la diáspora judía precedió al Exilio babilónico del siglo VI a.C. Los judíos, que están esencialmente marcados por talentos y ambiciones financieros, habían sido tentados por posibilidades comerciales de dispersarse por todas partes del Mediterráneo y África del Norte mucho antes de que ellos comenzaran a moverse hacia el Este después del Exilio. Lo que es significativo en cuanto a sus tempranas actividades comerciales es que ellos fueron invariablemente marcados por la usura y el engaño, mientras que en la España y el Portugal medievales ellos prosperaron además en la trata de esclavos. Prestando dinero a príncipes para sus aventuras militares así como para sus lujos privados, los judíos adquirieron un poder significativo en las cortes que dio origen a la adquisición de derechos y privilegios preferentes.

     Fue el surgimiento de ese poder judío mal ganado el que condujo a las poblaciones locales a agitaciones y persecuciones anti-judías que finalmente hicieron erupción en muchos países europeos. Los gremios de artesanos que estaban, hasta los siglos XIII y XIV, abiertos a los judíos comenzaron a cerrar sus puertas y los judíos fueron pronto obligados a vivir en ghettos por su propia seguridad para evitar los periódicos arrebatos de violencia anti-judía. Las tentativas de parte de los gobiernos para prohibir la usura y forzar a los judíos a ocuparse en el trabajo manual no llegaron a nada ya que los judíos siempre encuentran modos de soslayar esas leyes.

     Rosenberg revela que la razón principal de por qué el judío fue tan exitoso en sus labores comerciales fue el hecho de que las leyes morales judías descaradamente permitían la deshonestidad en las transacciones con no-judíos. Eso fue en realidad lo que obligó al filósofo alemán Fichte a exclamar:

     «Que los judíos continúen no creyendo en Jesucristo, que no crean en ningún dios en absoluto, mientras ellos no crean en dos leyes morales diferentes y en un dios hostil a la Humanidad» (p. 25).

     Conectada con esta ambivalencia moral de los judíos está su intolerancia de cualquier religión aparte de la suya propia. Esa intolerancia se extendió incluso a apóstatas judíos como Uriel d'Acosta y Spinoza. Rosenberg perceptivamente nota las semejanzas esenciales entre la intolerancia del Judaísmo Talmúdico y la rigidez dogmática del sistema marxista que«da una respuesta a todas las preguntas y excluye los debates». Como él dijo:

     «Este espíritu que conduce a las tropas de la anarquía de manera diplomática y brutal al mismo tiempo, consciente de su objetivo, es el espíritu religioso, económico, político y nacional de la intolerancia fundamental que se ha desarrollado a partir de un fundamento racial; sólo conoce un universalismo de la religión (es decir, el gobierno del dios judío), el comunismo (es decir, los Estados esclavos), la revolución mundial (la guerra civil en todas las formas) y el internacionalismo de todos los judíos (es decir, su gobierno mundial). Ése es el espíritu de la rapacidad desenfrenada e inescrupulosa: la Internacional de negro, rojo y oro son los sueños de los "filósofos" judíos desde Esdrás, Ezequiel y Nehemías hasta Marx, Rothschild y Trotsky».

     Esto está en marcado contraste con la tolerancia de los antiguos hindúes y alemanes. En efecto, es a la tolerancia de los gobernantes persas aqueménidas que los judíos deben su actual existencia, ya que fue Darío I quien permitió que los judíos volvieran a su patria después de su exilio en Babilonia.

     Por otra parte, el judaísmo que cristalizó en ese período fue marcado por lo que el historiador Eduard Meyer llama «la arrogante denigración por la cual todos los otros pueblos, en comparación con el pueblo elegido por el dios que rige al mundo, fueron designados como paganos destinados a la destrucción». Así, Meyer concluye:

     «El códice sacerdotal es la base del judaísmo que existe inalterado desde la introducción de la Ley por Esdrás y Nehemías en 445 a.C. hasta el día presente, con todos los crímenes y monstruosidades, pero también con la despiadada energía orientada por el objetivo, que ha sido inherente a él desde el principio y que produjo, junto con el judaísmo, su complemento, el odio a los judíos»(p. 41).

     El ghetto que llegó a caracterizar la existencia judía en tiempos posteriores fue en realidad originalmente formado por el deseo de los propios judíos de una separación cultural de sus pueblos anfitriones. Más tarde, cuando el resentimiento de la población local se volvió violento, el ghetto sirvió también como una protección contra daños. Gradualmente, la ghettoización y diversas limitaciones a la propiedad y a la inmigración se vio que eran necesarias para proteger a la población local de la influencia judía. Como Rosenberg indica,

     «Los hombres de aquellos tiempos actuaron sobre la base de amargas experiencias y no permitieron que ellos fueran conducidos por slogansobviamente estúpidos y por una efusiva carencia de crítica, como nuestro actual público "civilizado" en Europa lo permite sin ofrecer resistencia. Sólo las leyes de inmigración pueden salvarnos también del dominio judío actual o debemos decidir hacernos más eficientes e inescrupulosos que el judío. (El Estado Nacionalsocialista, por supuesto, ha hecho eso por primera vez)».

     Uno de los signos más característicos y significativos de la hostilidad de los judíos hacia los europeos es su odio al cristianismo. Rosenberg da ejemplos de ese odio contenidos en el Talmud así como en la obra llamada"Toledot Yeshu" que pretende dar un relato de la vida de Jesús. En efecto, no es sorprendente que la Iglesia proscribiera crecientemente obras judías:

     «Imaginemos la situación: en Estados cristianos vive un pueblo extranjero que injuria rencorosamente en sus libros al fundador de la religión estatal, quienes toda la semana en la sinagoga pronuncian la maldición de su dios contra los cristianos y que de otros modos también no hacen ningún secreto de su odio. Incluso una Iglesia menos auto-consciente que la romana habría tenido que tomar medidas masivas para acabar con esa situación».

     Es interesante que las quemas de libros judíos que comenzaron en el siglo XIII fueran de hecho iniciadas por los propios judíos que se opusieron a las escrituras "heréticas" de Moisés Maimónides. Del mismo modo, las incineracionesdel Talmud que siguieron fueron instigadas principalmente por judíos convertidos, que mostraron la misma intolerancia en su catolicismo recién descubierto como en su judaísmo previo. Rosenberg va tan lejos como a adscribir las persecuciones anti-científicas de la Iglesia Católica contra pensadores como Galileo Galilei y Giordano Bruno como algo debido a su adopción de una intolerancia judía dentro de su propio sistema eclesiástico. En efecto, durante la Inquisición, los perseguidores más temidos, incluyendo a Tomás de Torquemada, eran judíos conversos al catolicismo:«El simbolismo de la fe católica ellos naturalmente la dejaron de lado, pero la alegría en las persecuciones religiosas encontró en los judíos conversos sus representantes más típicos».

* * * *

     La segunda parte de la obra considera la historia de los judíos en Europa y estudia los casos sobre todo de los judíos en Portugal, Francia, Alemania y Rusia. Al hacer eso, también nota la importancia de la participación de los judíos en el desarrollo del movimiento masónico en Europa. Rosenberg comienza señalando las semejanzas de las experiencias en diferentes Estados europeos donde los judíos fueron admitidos. Al principio ellos son aceptados por sus naciones anfitrionas con poca reserva; después ellos comienzan su innato y explotador negocio usurero para tener a príncipes y pueblos bajo su control, y finalmente ellos sufren persecuciones o expulsiones anti-judías.

     En Portugal, la historia judía comienza ya en el siglo XI, y se ve que los judíos sacaron ganancia enormemente del creciente comercio de esclavos y prestaron esas ganancias a la población local a un interés cada vez más alto hasta que las rebeliones populares finalmente estallaron en el siglo XVI. En Francia, la presencia de los judíos en la tierra puede ser descubierta tan pronto como en el siglo VI, pero fue sobre todo bajo Carlomagno y los carolingios que ellos consiguieron un alto status en Francia como agentes comerciales.

     Como en la mayoría de los países, sus ambiciones mundanas no conocían límites, y en el siglo IX el obispo Agobert de Lyon emprendió una larga y ardua campaña oficial contra su astucia comercial y arrogante maltrato de esclavos cristianos. Pero él encontró que los judíos tenían protección desde altas posiciones, y los esfuerzos que hizo dieron poco fruto. No fue sino hasta comienzos del siglo XIV que las agitaciones populares tuvieron éxito en expulsarlos de Lyon. En Francia central la situación económica después de las Cruzadas era extremadamente favorable a la actividad usurera de los judíos, y ellos la explotaron al máximo, hasta que fueron expulsados a finales del siglo XIV.

     Sólo en Pamiers, a los pies de los Pirineos, fue más tolerable la conducta judía ya que los rabinos impusieron estrictas reglas de moderación entre su gente. Como resultado, apenas hubo alguna persecución de los judíos en esa región. Durante la Revolución francesa, sin embargo, los judíos trabajaron fervorosamente en favor de su emancipación por medio de agentes tales como Herz Cerfbeer en Alsacia y Moses Mendelssohn en Berlín. Y las barreras que separaban su existencia usurera de la de los Gentiles gradualmente comenzaron a ser removidas.

     Aunque los judíos formaron ya en tiempos antiguos una red internacional que ayudó a los judíos en países diferentes por medio de contactos mutuos, el ascenso de la masonería a principios del siglo XVIII les ayudó a funcionar más eficaz y clandestinamente mediante diversas logias de Europa. Al principio los judíos no eran aceptados en las logias masónicas debido a la aversión predominante. Pero, gradualmente, movimientos como el Martinista en el siglo XVIII comenzaron a aceptar a judíos en grandes cantidades, y comenzaron también a ser establecidas logias que eran principalmente judías.

     Los objetivos anti-monárquicos y anti-clericales de los masones están claros en la parte desempeñada por ellos en la Revolución francesa. Rosenberg señala en particular el rol del judío Cagliostro en la iniciación de dicha calamidad. Más tarde, cuando el Ejército Revolucionario decidió expandir sus ideas en otras partes de Europa por medio de expediciones militares, fue ayudado por el hecho de que había masones también entre los generales alemanes que permitieron que los franceses conquistaran el territorio alemán con poca dificultad. Rosenberg explica también las conquistas de Napoleón como en gran parte debidas al apoyo masónico, un apoyo que fue retirado cuando él decidió usar a la masonería para sus propios objetivos más bien que para los de ella.

     En el siglo XIX el desarrollo de logias judías se llevó a cabo sostenidamente hasta que la masonería llegó a ser idéntica a las ideas judías de la revolución. Como comentó acertadamente Gotthold Salomon de la logia de Frankfurt "Rising Dawn"(Creciente Amanecer),

     «¿Por qué tampoco hay ningún rastro en el ritual masónico entero del cristianismo de Iglesia?. ¿Por qué los masones no hablan del nacimiento de Cristo, sino, como los judíos, de la creación del mundo?. ¿Por qué no hay ningún símbolo cristiano en la masonería?. ¿Por qué el círculo, la escuadra y las balanzas?. ¿Por qué no la cruz y otros instrumentos de tortura?. ¿Por qué no, en vez de Sabiduría, Fuerza y Belleza, el trío cristiano: Fe, Esperanza y Caridad?» (p. 110).

     Pronto aparecieron movimientos nacionalistas revolucionarios por todas partes de Europa, como la Joven Alemania, la Joven Italia y la Joven Europa. Los subversivos objetivos anti-europeos de las revoluciones del siglo XIX son revelados en un mensaje escrito por el judío Piccolo Tigre:

     «La cosa más importante es aislar al hombre de su familia y hacerlo inmoral... Cuando usted ha infundido la aversión a la familia y la religión en muchas mentes, luego deje caer algunas palabras que exciten un deseo de entrar en las logias. La vanidad de los burgueses al identificarse con la masonería tiene algo tan banal y universal que siempre estoy encantado de la estupidez humana. Me maravillo de que el mundo entero no llame a las puertas del más eminente y solicite ser un trabajador más en la reconstrucción del templo de Salomón» (p. 113).

     Después de la Comuna de París de 1871, los movimientos revolucionarios fomentados por la masonería gradualmente se transformaron en socialistas y comunistas. Marx y sus colegas se encargaron de que el movimiento socialista no fuera un movimiento puramente de trabajadores sino uno que fuera siempre conducido por intelectuales judíos, como Trotsky, Kuhn y Leviné. Al mismo tiempo, el núcleo de la conspiración anti-europea cristalizó en sociedades exclusivamente judías tales como la orden B'nai B'rith fundada en Nueva York en 1843 y en las sinagogas mismas. El rabino principal de Frankfurt, Isidor, por ejemplo, declaró en 1868:

     «Ya los pueblos, conducidos por las sociedades para la regeneración de progreso e ilustración (es decir, los masones), comienzan a inclinarse ante Israel. Pueda toda la Humanidad, obediente a la filosofía de la Alliance Israélite Universelle, seguir al judío, que gobierna a la intelectualidad de las naciones progresistas. La Humanidad vuelve su mirada a la capital del mundo renovado; aquélla no es Londres, ni París, ni Roma, sino Jerusalén, que se ha elevado desde sus ruinas, que es a la vez la ciudad del pasado y del futuro».

    El sionismo fue la culminación de esa ambición judía y consiguió su gran victoria en 1917 cuando Gran Bretaña conquistó Jerusalén a los turcos. En cuanto a la relación de los judíos con los alemanes y el Imperio alemán, Rosenberg procura destacar antes que nada la incompatibilidad esencial de la mente judía, con su aborrecimiento de la religión mística y de todo lo que cayera fuera del reino del cálculo racional, con la mente alemana, puesto que«no hay en Europa quizás ninguna nación que haya explorado y explicado el misterio interior del hombre como la alemana» (p. 94).

     Rosenberg perspicazmente observa que la"profundidad de sentimiento y ternura" que Schiller elogió en Goethe en efecto constituye la esencia misma del alma europea. Ésa es la razón de por qué, mientras que los judíos fueron capaces de vivir muy cómodamente con franceses e ingleses, ellos odiaron de manera extrema a los alemanes, como lo hicieron con los rusos también, cuyas inclinaciones espirituales estaban en marcada oposición a la existencia judía. No es sorprendente entonces que, cuando los judíos comprendieron que el Imperio británico servía al sueño internacionalista sionista con mayor eficacia que el sueño imperial alemán, ellos decidieran respaldar a los ingleses contra los alemanes en la Primera Guerra Mundial.

     Organizados por medio de la"Alliance Israélite Universelle", los judíos se embarcaron en una resuelta empresa de destruír a Alemania. Es verdad que había algunos judíos anti-sionistas en Alemania que temían que el reconocimiento de los judíos como nación significara que ellos ya no podrían esconderse como "ciudadanos del Estado" cuando fueran acusados de traición comercial o política en sus naciones adoptadas. Pero la solidaridad entre los judíos internacionalmente era suprema, y los tempranos temores de Fichte expresados en sus"Discursos a la Nación Alemana"(1808) fueron materializados:

     «¿No les sorprende a ustedes el pensamiento evidente de que si ustedes conceden a los judíos también la ciudadanía en vuestros Estados, judíos que son, a pesar de ustedes, ciudadanos de un Estado que es más fuerte y más poderoso que todos los vuestros, vuestros otros ciudadanos estarán totalmente bajo los pies de ellos?» (p. 135).

     El horror de un dominio judío total sobre la sociedad europea fue primero realizado en la Revolución rusa, cuando los bolcheviques judíos asumieron las riendas del gobierno de manos de elementos más moderados y establecieron un gobierno ruso judío. Rosenberg de hecho había presenciado de primera mano el control judío del Estado soviético cuando él viajó en 1917 y a principios de 1918 desde San Petersburgo a Crimea. Como él revela:

     «En nombre de la fraternidad y la paz los bolchevistas atrajeron hacia sí a multitudes irreflexivas y se pusieron a trabajar inmediatamente con un odio furioso contra todo lo "burgués" y pronto con una matanza sistemática y una guerra civil, si esa masacre unilateral puede ser llamada así. Todos los intelectuales rusos, que durante décadas habían luchado por el pueblo ruso y habían ido a la horca o habían sido desterrados por el bienestar del pueblo, fueron simplemente asesinados dondequiera que ellos eran atrapados... Los trabajadores y los soldados fueron empujados a tal grado que ya para ellos no había retorno, y se convirtieron en las criaturas carentes de voluntad del tenaz dominio judío que había quemado todos los puentes detrás de sí» (p. 143).

* * * *

     El problema con cualquier gobierno judío del mundo es la cualidad defectuosa y peligrosa de la mente judía misma. Eso es lo que Rosenberg explora en la última parte de esta obra [6]. Él al comienzo se ocupa del Talmud como un ejemplo del intelecto judío y apunta a la carencia completa de cualquier valor metafísico o religioso allí. Más bien, todo es estereotipado:«El mundo ha sido creado de la nada por el dios de los judíos, el pueblo que debería gobernar el mundo y al cual cada cosa creada pertenece por derecho». Alrededor de esta premisa fundamental está tramado un tejido enorme de casuística demasiado sutil y sofistería moral que es a veces incomprensible y a ratos obsceno.

[6] Estas observaciones de Rosenberg deberían hacer de las discusiones contemporáneas del CI judío (véase por ejemplo, G. Cochran, J. Hardy, H. Harpending, "Natural History of Ashkenazi Intelligence", Journal of Biosocial Science 38 (5), 2006, pp. 659-693, y Richard Lynn, The Chosen People: A Study of Jewish Intelligence and Achievement, Washington Summit Publishers, 2011) algo sin valor excepto como ejercicios académicos.

     El otro defecto básico de la mente judía, su tendencia técnica, es ejemplificado en las diversas manifestaciones del modernismo. Como Rosenberg indica,

     «Hoy los ferrocarriles y la poesía, los aviones, la calefacción del agua y la filosofía, pertenecen a la cultura; aquí se requiere una diferenciación metódica. Con la palabra "cultura" habría que designar sólo las expresiones del hombre que son el producto (ya sea sentido o pensado) de una concepción del mundo. A esto pertenecen la religión, la filosofía, la moralidad, el arte y la ciencia, en tanto que ellos no son puramente técnicos. El resto es comercio, economía e industria, lo que me gustaría designar como la técnica de la vida. Ahora, me parece ser una importante percepción de la esencia de la mente judía cuando la califico como una mente predominantemente técnica. En todos los campos que he considerado como pertenecientes a la técnica de la vida, como hemos visto, ella siempre ha sido activa con una energía tenaz y con gran éxito. Pero incluso allí, de donde surge la cultura, es sólo el lado técnico externo de ello en sus diferentes formas en las cuales ha dejado su marca o ha poseído» (p. 152).

     De manera similar ocurre con la obsesión judía con las leyes. Como Rosenberg explica:

     «Mientras más clara y definitivamente el sentimiento por la justicia y la injusticia está arraigado en un pueblo, menos requiere una técnica jurídica complicada, y mucho más cultura espiritual poseerá. Así, es un juicio totalmente erróneo ver en la minuciosa enumeración de las actividades permitidas y prohibidas de la vida diaria una expresión derivada de un ethossuperior.

     «Muy por el contrario: ése es un signo de que el foco principal de la moralidad no está dentro del hombre sino que está determinado simplemente por agentes externos, en donde la recompensa y el castigo por su observación son decisivos. Y aquí es característico de la mente judía que la simple moralidad del bien y el mal ha conducido a una maraña de leyes y a un comentario de las mismas durante cientos de años» (p. 153).

     Esto está en contraste con la mente indoeuropea esencial:

     «el conocimiento de los hindúes provino del deseo de inter-conectividad del universo y condujo al conocimiento purificado y simbólico, que así ese conocimiento sirvió sólo como un medio para un objetivo que va más allá del mismo. El judío ha mostrado a través de toda su historia una búsqueda del conocimiento en sí mismo, ha evitado cada metafísica como una enfermedad infecciosa, e instintivamente persiguió a las pocas excepciones que coquetearon con la filosofía. El conocimiento de la Ley era para el judío un objetivo en sí mismo» (p. 154).

     Por eso, indica Rosenberg, la enseñanza de Cristo de un reino "dentro de nosotros" es esencialmente repugnante para el judío.

     Todos los mitos que los judíos aprendieron de los sumero-acadios y, más tarde, de los persas, ellos los convirtieron en hechos históricos que justificaron su único objetivo político de gobernar a otros. Así,

     «Cuando los judíos oyeron hablar de la inmortalidad del alma humana por primera vez de los persas, cuando ellos oyeron de un mesías, un Saoshyant, que libraría al mundo del poder del principio del mal, para establecer un reino divino en el cual entrarían no sólo los santos, sino finalmente también, después de severos castigos, todos los innumerables pecadores penitentes, ellos entendieron de ese principio de un amor que libera al mundo sólo la idea de un mesías dirigente del mundo»(p. 155).

     Aquellos mitos y símbolos adoptados por los judíos en la obra kabalística aparentemente mística llamada el Zohar, se han convertido en «la magia más seca».

     La tendencia técnica de la mente judía es mostrada igualmente en el escrito Moreh Nevukhim [Guía de los Perplejos] de Moisés Maimónides y en las obras de Spinoza, el cual

     «como un genuino técnico judío... llevó a cabo el truco de llevar esas contraposiciones[Descartes y Giordano Bruno] a un denominador común y combinarlas en un ingenioso "sistema". Que él pudiera hacer eso muestra que él no entendió a ninguno» (p. 160).

     De manera similar en la ciencia:

     «No es difícil ahora perfilar la esfera de la mente judía con total rigurosidad. Siempre ha dominado aquel campo de la ciencia que es poseída sólo por medio del entendimiento. La carencia de imaginación y búsqueda interior, que condenó al judío a la esterilidad en religión y filosofía, surge también en la ciencia. Ni una sola idea científica creativa surgió de una mente judía, y en ninguna parte ha señalado nuevos caminos» (p. 162).

     La peligrosa influencia de la mente judía sobre la sociedad tecnológica moderna es resumida por Rosenberg así:

     «Si, gracias a los esfuerzos de hombres llenos de abnegación, la ciencia había sido llevada tan lejos como a estar en la pista de las leyes fundamentales del cosmos, ahora allí apareció un factor que no podría haber surgido fácilmente antes: el procesamiento técnico del conocimiento recolectado que promueve la utilidad inmediata. El hombre comenzó a hacerse cada vez más el esclavo de su creación, de la máquina, y la técnica de la vida se estableció cada vez más. ¡Y eso significó la brecha a través de la cual el judío se precipitó en nuestra cultura!» (p. 163).

     En cuanto a las contribuciones de los judíos a las artes, ellos sólo pueden producir virtuosos que substituyen la calidad de la interpretación por la cantidad, compositores como Mahler que buscan efectos técnicos especiales y empresarios como Reinhardt que producen toda clase de circos de entretenimiento. Los críticos de arte judíos reniegan de la forma por la técnica y favorecen el bolchevismo artístico [7] y el Futurismo, y a pesar de todo se atreven a hablar al mismo tiempo del"alma" y de "experiencias interiores inexpresables".

[7] Hoy en día llamado Marxismo Cultural.

     En el campo literario, Rosenberg señala el caso de Heinrich Heine, quien, a pesar de su barniz de cultura europea, era típicamente judío en su odio al cristianismo. La tentativa de Kant de mostrar que la fe está más allá de la razón era particularmente molesta para la mente de Heine apegada a la razón. De hecho, al final de su vida Heine desistió de todas las tentativas de emular la filosofía europea y dijo en su lecho de muerte:«No tengo que volver al judaísmo, ya que nunca lo he abandonado». Finalmente, el inveterado odio judío al cristianismo ha aparecido en una nueva forma política en la doctrina de Marx, quien predicó el ateísmo materialista para deshacerse de todas las religiones, y el internacionalismo para deshacerse de todas las naciones, de modo que el mundo pudiera ser más fácilmente gobernado por los judíos.

     En el análisis final, la característica esencial de los judíos es una versión completamente nacionalista de la Schopenhaueriana Voluntad de Vivir, el concepto que Nietzsche reinterpretó como Voluntad de Poder [8]. Así «la base del carácter [del judío] es el instinto incontrolado; su objetivo, la dominación mundial; sus medios, su astuto sentido utilitario y su energía». Incapaz de amor y del instinto creativo vinculado a ello, el judío ha dedicado su existencia entera a la adquisición de los medios del gobierno mundial, simbolizado en las óperas del Anillo de Wagner por el oro del Rhin [9]. En contraste con otros conquistadores mundiales, como los romanos, o Napoleón, los judíos están marcados por una esterilidad cultural total detrás del fanatismo religioso que los obliga a representarse a sí mismos como "el pueblo elegido". Pero, al igual que el esclavo que desea representar el papel del señor, el judío sólo tendrá éxito en montar el caballo de su amo hasta la muerte.

[8] Rosenberg descubre la misma característica también entre los otros semitas, los árabes islámicos.
[9] En efecto, tanto Alberich en el Anillode Wagner como Klingsor en Parsifal son retratos vivos del judío eterno.

* * * *

     Una solución al problema de la influencia intelectual judía sobre la sociedad europea, y a su control de ella, sólo puede ser conseguida revocando la emancipación de los judíos:

     «La mente alemana, dejada a sí misma, habría establecido pronto su propio auto-equilibrio, pero por medio del poder judío en la prensa, el teatro, el comercio y la ciencia, aquello fue hecho casi imposible. Nosotros mismos fuimos culpables, ya que no deberíamos haber emancipado a los judíos sino haber creado leyes excepcionales insuperables para el judío, como Goethe, Fichte y Herder habían exigido en vano. Uno no deja el veneno por ahí no observado, no le da una importancia igual que a los antídotos, sino que lo conserva con cuidado en gabinetes oscuros. ¡Esto ha sucedido finalmente —después de 2.000 años— en el Reich Nacionalsocialista!» (p. 165).

     La alarmante expansión del poder judío sólo puede ser contrarrestada por el cese inmediato de la tolerancia, ya que

     «cada europeo debe darse cuenta de que esto es un asunto de todo lo que nuestra mente y nuestro carácter nos han entregado como una tradición heredada para ser fomentada y administrada, y que aquí la tolerancia humanitaria ante la agresiva hostilidad significa claramente el suicidio» (p. 187).

     Un paso crucialmente importante en esa dirección fue sugerido ya por Fichte en el siglo XVIII:

     «Ellos deben tener derechos humanos, incluso si éstos no les pertenecen a ellos como a nosotros... pero darles derechos civiles, no veo ningún medio de hacer eso, en cualquier caso, salvo cortar una noche todas sus cabezas y colocar otras en ellos en las cuales no haya ni una sola idea judía. A fin de protegernos de ellos no veo ningún otro medio que conquistar su alabada tierra para ellos y enviarlos a todos allí» (p. 188).


     Siguiendo a Fichte, Rosenberg sugiere su propio plan para la reducción del poder judío en Alemania, el que aseguraría que

1. Los judíos sean reconocidos como una nación que vive en Alemania. La fe religiosa o la carencia de ella no desempeña ningún papel.

2. Un judío es aquel cuyos progenitores, padre o madre, son judíos según esta nacionalidad; un judío es de aquí en adelante uno que tiene un cónyuge judío.

3. Los judíos no tienen derecho a involucrarse en la política alemana en palabras, escritos o acciones.

4. Los judíos no tienen derecho a ocupar cargos estatales ni a servir en el ejército como soldados o como oficiales. Su desempeño laboral aquí entra en cuestión.

5. Los judíos no tienen derecho a ser líderes en instituciones culturales estatales y comunales (teatros, galerías, etc.) ni a ocupar posiciones profesionales ni pedagógicas en escuelas y universidades alemanas.

6. Los judíos no tienen derecho a trabajar en comisiones, estatales o comunales, de evaluación, control, censura, etc.; ellos tampoco tienen derecho a ser representados en los directorios de bancos estatales o instituciones crediticias comunales.

7. Los judíos extranjeros no tienen derecho a establecerse permanentemente en Alemania. La aceptación en la federación estatal alemana debería estarles prohibida en todas las circunstancias.

8. El sionismo debe ser activamente apoyado a fin de transportar a un cierto número de judíos alemanes cada año a Palestina o generalmente tras las fronteras (p. 189).

     Si bien esas restricciones legales sólo pueden proporcionar las condiciones para el desarrollo natural de la cultura alemana, hay que preocuparse al mismo tiempo de fomentar la cultura alemana. Será necesario en este respecto cultivar un cristianismo que esté igualmente libre de la nociva influencia judía del Antiguo Testamento:«El espíritu cristiano y el "sucio espíritu judío" deben ser separados; con un corte agudo la Biblia debe ser dividida en cristiana y anti-cristiana». En vez de considerar a los antiguos hebreos como los antepasados de los europeos cristianos, sería mucho más apropiado y provechoso estudiar, y absorber, los logros espirituales de los antiguos indoeuropeos, indios, persas, griegos y germanos.

     Aunque los objetivos de Rosenberg del nacionalismo europeo puedan hoy —después de la derrota militar de los nacionalsocialistas— parecer insuperablemente difíciles en vista de la creciente globalización judeo-estadounidense del mundo, uno puede sacar un cierto incentivo del siguiente comentario hecho por Rosenberg en cuanto a la campaña de los nacionalsocialistas para acabar con la esclavitud financiera del Judío Internacional:«Si esto pudiera ser conseguido incluso sólo parcialmente, el hacha habría sido puesta al árbol de la vida del judío»(p. 189).–




Patrick Chouinard - De Antiguos Aliens y Antiguos Arios

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     Del investigador y escritor estadounidense de temas arqueológicos y antropológicos Patrick Chouinard (de quien presentamos antes unos artículos bajo el nombre de Patrick Fox), ofrecemos aquí en castellano dos nuevos interesantes artículos (renegadetribune.com), el primero publicado en Septiembre pasado que se refiere a quienes postulan la teoría de los antiguos alienígenas o antiguos astronautas, la que no descarta pero considera que no se debiese atribuír a aquéllos cosas que perfectamente fueron creadas por antiguos hombres de la raza blanca, y el segundo, de Octubre del año pasado, citado por el primero, que habla de los orígenes de los arios y de los problemas que hay en precisar sus orígenes, y de uno de sus símbolos más antiguos. La labor de rescate que hace el señor Chouinard de un remoto pasado tiene el valor de dar a conocer los antecedentes que aclaran la identidad de muchos en el presente.


¿Antiguos Alienígenas o Antiguos Hombres Blancos?
Los Teóricos de los "Antiguos Alienígenas"
¿Están Subestimando a Nuestra Gente?
por Patrick Chouinard
19 de Septiembre de 2017



     El viernes [22 de Septiembre] será el final de la temporada Nº 10 de la serie televisiva Ancient Aliens [del canal History Channel]. Dicho programa califica a Erich von Däniken y a Zecharia Sitchin como innovadores. Sin embargo, ninguna de sus ideas, ni gran parte de lo que es sugerido por este nuevo paradigma de la cultura pop, es realmente original, incluyendo las obras de Graham Hancock de que hablé en artículos anteriores. Hancock, quien es un invitado frecuente en Ancient Aliens, a menudo dice que el folklore y la mitología son realmente remanentes de la memoria racial de la Humanidad, y que fue lo que quedaba de una verdadera historia de una civilización perdida lo que fue destruído al final de la última Época Glacial.

     La Teoría de los Antiguos Alienígenas, o Teoría de los Antiguos Astronautas, fue primero planteada en tiempos modernos por Von Däniken y Sitchin. Ella declara que una antigua y avanzada raza extraterrestre vino a la Tierra, quizá incluso la colonizó, y creó a los humanos por medio de una manipulación genética, y finalmente compartió su tecnología con nosotros y ha sido una fuerza constante durante toda nuestra Historia. Durante los últimos siete años esta teoría ha tomado vida propia, y ahora la gente afirma que múltiples razas extraterrestres han visitado y siguen visitando la Tierra, y que tienen su propia agenda secreta, trabajando en secreto con los gobiernos del mundo para posiblemente modificar, esclavizar o incluso exterminar a la Humanidad. Ésas son puras tonterías.

     La teoría de los Antiguos Astronautas no es nada nuevo. De hecho, como D. M. Murdock [Acharya S.] indica, "debería ser notado que ningún hombre apareció con la teoría de los antiguos astronautas, la que fue en gran parte desarrollada, en primer lugar, por una sociedad ocultista alemana durante el siglo XIX". Dicha teoría era también un tema popular en la Sociedad Edda, la Sociedad Thule, la Sociedad Vril, la Sociedad de la Herencia Ancestral de Himmler —un brazo de investigación de la SS—, e incluso entre miembros principales del NSDAP, incluyendo al propio Hitler. Murdock también señala que la idea misma se remonta no sólo a unas décadas, a Von Däniken o a los nacionalsocialistas, sino más bien a un tiempo muy antiguo:

     «Aunque la idea de dioses antiguos que son alienígenas pueda parecer nueva, la tendencia de hacer de los dioses de antaño "gente real" o "de carne y sangre" no es nueva en absoluto, datando de antes del tiempo del historiador griego Heródoto (siglo V a.C.) y desarrollada por el filósofo griego Euhemeros o Evemero (c. 300 a.C.). Esa tendencia es llamada, de hecho, "evemerismo", la cual afirma que los numerosos dioses de las diversas culturas no eran "míticos" sino que fueron en realidad reyes, reinas, guerreros y héroes cuyas vidas fueron convertidas en cuentos fantásticos con la adición de detalles milagrosos a sus biografías. La actual tesis de los Anunnaki es una versión moderna del Evemerismo, aunque procure explicar los milagros como "adiciones" no fabulosas a los cuentos sino como atributos genuinos de avanzados extraterrestres» [1].

[1] D. M. Murdock, Who Are the Anunnaki, http://www.truthbeknown.com/anunnaki.htm

     Ésta es básicamente la usual historia de "¡Son los Antiguos Alienígenas!"de Giorgio Tsoukalos, en la cual él explica cómo todos nuestros mitos son simplemente "mal interpretados relatos de alienígenas de carne y hueso". Tsoukalos a menudo afirma que al calificar a esos antiguos relatos como mitos estamos privando a los Antiguos de su verdadera historia, la que ha sido bastante confundida y mal interpretada, pero que, sin embargo, es historia verdadera. El mitólogo Joseph Campbell indicó que los Antiguos sabían que se trataba de mitos, pero ellos estaban preocupados más bien con su significado simbólico. Más que interpretar esos mitos en un sentido extraterrestre literal, él los usó como una referencia simbólica a una verdad aún mayor.

     Existe evidencia arqueológica concreta de la naturaleza avanzada de la antigua civilización Blanca y pruebas significativas de que los dioses de hecho eran Arios Antiguos. Recientemente enIn Search of Aliens, Giorgio Tsoukalos y David Childress fueron a investigar una serie de cráneos alargados encontrados en Paracas, Perú. Ellos esperaban demostrar que los cráneos eran de un antiguo origen alienígena. Más bien que corroborar esa información, el conservador del museo les dijo que los cráneos alargados se había determinado que pertenecían a una raza desconocida, un grupo real de hombres naturalmente nacidos con cráneos alargados, no una deformidad sino una raza concreta. Su semejanza de ADN más cercana demostró que ellos no eran de origen sudamericano sino que más bien se probó que habían provenido de Dinamarca, Suecia y Finlandia. La fecha era 3500 a.C. Eso fue chocante para ellos.


     Desde esa emisión, ellos han dado marcha atrás y afirman ahora que el ADN no calzaba con ningún "organismo" conocido en este planeta. Ése simplemente no es el caso, y ellos nunca presentaron ese programa nuevamente. Las reconstrucciones de la cara muestran una estructura facial muy nórdica, pero por supuesto con el cráneo enorme. Los dibujos originales fueron hechos finalmente en una nueva representación artística que los hacía parecer indios sudamericanos. Supongo que mostrarlos rubios y de ojos azules habría sido demasiado "nazi" o racista para ellos. Yo no estoy ni calificado ni inclinado a sugerir cómo o por qué ellos tenían cráneos alargados. Si yo deseara realmente especular, diría que aquélla podría ser una rama separada de la raza Blanca que siguió su propio camino evolutivo hace más de 5.000 años o más, y luego se extinguió.

     El hecho es que esos cráneos, todos probando ser de origen escandinavo o nórdico, son una sólida evidencia para mi teoría de que en tiempos distantes una civilización perdida hace 12.000 años o más había viajado por el planeta y habían sido la fundadora de culturas antiguas, y los cráneos de Paracas son los restos de una población aria antigua existente desde hace mucho tiempo que una vez vivió en Sudamérica. Muchos sitios europeos antiguos, incluyendo aquellos de Malta y Cerdeña, además de las tumbas egipcias, contienen enterramientos de hombres con cráneos alargados.

     Esto no va a ser solucionado rápidamente, ya que los académicos no desean apremiar el asunto, no sólo por la implicación de antiguos alienígenas, sino también para no despertar ningún hecho sobre nuestro antiguo pasado ario. Los judíos están usando a tales autores, así como el campo de los Antiguos Alienígenas, para confundir a nuestra raza hasta el punto de que negamos nuestros propios logros como raza. La raza blanca no necesitó antiguos alienígenas para construír nuestras antiguas civilizaciones, o para fundar otras civilizaciones en remotos rincones de la Tierra. Nuestra raza es capaz de muchísimo más. Los teóricos de los Antiguos Alienígenas están subestimando a nuestra gente. Como declaré el año pasado en un artículo titulado "Aryan Genesis", la localización de la patria aria original permanece como un enigma irresoluble. En dicho artículo escribí:

    «Durante casi tres siglos, los lingüistas, los antropólogos y los genetistas europeos han estado buscando los verdaderos orígenes de los pueblos indoeuropeos, o arios. Muchos de nosotros identificamos el término "ario" con el Nacionalsocialismo alemán, mientras que algunos académicos judíos y liberales proponen que los arios son una gente inexistente inventada por Hitler para realzar un sentimiento de supremacía germánica. Esto es, por supuesto, falso» [...].

     «Sabemos, tanto por los Vedas hindúes como por los antiguos textos zoroastrianos de Persia, que una raza nórdica de poderosos guerreros invadió las áreas de los actuales Irán, India del Norte, Paquistán y Afganistán alrededor de 3500 a.C. y estableció un Imperio conocido como Aryas. Más de 300 palabras en las lenguas indoeuropeas se derivan de ese pueblo, incluyendo el nombre Irán. Los arqueólogos del siglo XIX se refirieron a los arios como tribus indo-europeas o indo-germánicas. Sin embargo, en el hinduísmo y en Irán el término "ario"significa "noble", y esa raza a menudo es llamada como "Los Brillantes" que estaban en oposición a las fuerzas de la oscuridad, a menudo llamada los Dasyuso "Los Oscuros"» [2].

[2] Patrick Chouinard, Aryan Genesis – Who Were the Ancient Aryans?, http://www.renegadetribune.com/aryan-genesis-part-1-ancient-aryans/

     El antiguo símbolo del ario era la esvástica. ¿Pero dónde comenzaron los arios a usar ese polémico símbolo?.

     «La leyenda hindú dice que la civilización se remonta a un tiempo increíblemente distante, de cientos de miles, si no millones, de años, y que los antepasados de los arios eran rubios, gente a menudo barbuda, de piel blanca, conducida por su Señor Indra»(Ibid.).

     El registro más temprano de la esvástica en India se remonta a la civilización del valle del Indo alrededor de 3500 a.C. Ese período de tiempo coincide con la teoría de la invasión aria.

     Recientemente fue encontrada una civilización aún más antigua, la civilización Danubiana, que data aproximadamente de 5.000 años a.C., alrededor del tiempo en que un enorme lago de agua dulce al Norte del Bósforo se inundó con agua que se derramó desde el Mediterráneo, lo que lo transformó en el Mar Negro. Ese cuerpo del agua aumentó enormemente en tamaño y sumergió cientos de kilómetros cuadrados de tierra firme.

     En Bulgaria, datando de ese tiempo, se descubrió un fragmento de cerámica de la civilización Danubiana que se remonta a 5300 a.C. y que llevaba el signo de la esvástica. En el Museo de Historia Natural de Kiev, una escultura de marfil hecha de colmillos de mamut que se remonta a la era Paleolítica (Antigua Edad de Piedra), hace aproximadamente 25.000 años, lleva ese símbolo. La idea de que un grupo de europeos conocidos como los Solutrenses emigró a través de la capa de hielo del Norte hacia Norteamérica 6.000 años antes de que los mongoloides llegaran en 18.000 a.C. podría indicar por qué los indios americanos, incluyendo a los mayas y aztecas, también usan esvásticas en su arte.

     Los autores Graham Hancock y Andrew Collins creen que un sitio antiguo llamado Gobekli Tepe, un vasto complejo ceremonial con gigantescos pilares y altares que data de antes de la inundación del Mar Negro, fue creado por una avanzada cultura desconocida. Ellos son rápidos para suponer que los atlantes o alienígenas lo crearon. Ésos son disparates. Nuestros antepasados Blancos habían estado mirando las estrellas durante miles de años y eran muy avanzados. Los investigadores tampoco nunca han encontrado completamente la localización de la Urheimat (o patria primordial) de los proto-arios. El hecho de que ellos observaran el cielo y fueran los primeros verdaderos astrónomos puede ser el origen de antiguas referencias a gente del cielo, no alienígenas.

     Yo sugiero que esos proto-arios evolucionaron en las tierras ahora sumergidas bajo el Mar Negro. El mapa típicamente aceptado de la distribución del ADN ario indica las concentraciones más fuertes de esos pueblos en y alrededor del Mar Negro, que entonces emanaba hacia el exterior a Europa, India y Asia central. La civilización Danubiana se originó poco después del diluvio, conocido como la Gran Inundación.

     Un artículo impreso por National Vanguard en la edición de Diciembre de 2005 declara:

    «En Junio de 2005 los arqueólogos encontraron la civilización formalizada más antigua de Europa, una red de docenas de templos, 2.000 años más antigua que Stonehenge y las pirámides egipcias. Más de 150 gigantescos monumentos fueron encontrados bajo la superficie de campos y ciudades en Alemania, Austria y Eslovaquia, construídos hace más de 7.000 años, entre 4800 y 4600 a.C.».

     Esas ciudades fueron posteriores a Gobekli Tepe; aquel complejo todavía permanece como la estructura más antigua, datando aproximadamente de hace unos 12.000 años. Pero estos descubrimientos muestran que la gente Blanca civilizada ha existido durante un muy largo tiempo.

     El artículo de National Vanguard también dice que un descubrimiento en Eslovaquia de esqueletos de 35.000 años de antigüedad de cráneos de dimensiones claramente nórdicas demuestra que es falsa la idea de que éramos en ese tiempo muy parecidos a los africanos. En los años '90, un antiguo primate fue descubierto en lo que es ahora Alemania del Norte. También alrededor de ese tiempo, fósiles más jóvenes que datan de alrededor de 2,5 millones de años y que parecen homínidos de andar erecto que han sido encontrados en África fueron descubiertos en la república de Georgia. Esto sólo intensifica el argumento de Alan Thorne de la evolución independiente de las razas modernas.

     Los teóricos de los Antiguos Alienígenas no tienen ninguna verdadera prueba sino sólo pura especulación. Hasta ahora ni un solo fragmento genuino de evidencia ha emergido que diga claramente que los antiguos dioses de la tradición sumeria y babilónica vinieron desde más allá de las estrellas. El hecho de que un dios antiguo tenga alas o una extraña y voluminosa indumentaria no significa que él haya sido un extraterrestre. En mi opinión, es muy probable que visitas de extraterrestres realmente hayan ocurrido en la Antigüedad. Es incluso posible que fuéramos sembrados aquí por una autoridad superior, pero no concluiré que la mayoría de nuestros logros como raza pueden ser atribuídos a extraterrestres. Y si ellos pudieran serlo, creo que hay evidencias de avanzados seres de tipo caucásico que podrían ser nuestros antepasados arios Blancos.–





GÉNESIS ARIO
¿Quiénes Eran los ANTIGUOS ARIOS?
por Patrick Chouinard
17 de Octubre de 2016


     Durante casi tres siglos, los lingüistas, los antropólogos y los genetistas europeos han estado buscando los verdaderos orígenes de los pueblos indoeuropeos, o arios. Muchos de nosotros identificamos el término "ario" con el Nacionalsocialismo alemán, mientras que algunos académicos judíos y liberales proponen que los arios son una gente inexistente inventada por Hitler para realzar un sentimiento de supremacía germánica. Esto es, por supuesto, falso. Según el recurso en línea Ancient History Encyclopedia,

    «El término "ario" ha tenido una historia llena de controversia. La fuente de la palabra "ario" viene de la palabra sánscrita "ârya", que es la auto-designación usada por la gente índica védica que emigró hacia el subcontinente indio aproximadamente en 1500 a.C. El término sánscrito tiene un cognado en la palabra irania "arya", que es también una auto-designación. Tanto el término sánscrito como el iranio descienden de una forma "ârya"que fue usada por las tribus indo-iranias para referirse a sí mismas, un término que también está relacionado con la fuente del nombre del país Irán, de una frase que significa "Reino de los Arios"».

     Más bien que hablar de una corrupción de la palabra "ario", reconociendo así su asociación con el Nacionalsocialismo, prefiero en general abordar la definición y significado más amplios dados a la palabra, y la aparición fáctica del término Raza Aria. Gran parte del cuidadosamente evitado punto de la ascendencia aria es un resultado directo de la "corrección política" y de la disociación generalizada en cuanto a las palabras asociadas con el Tercer Reich. Sin embargo, con eso dicho, la idea básica es que grupos nacionalsocialistas y pre-nacionalsocialistas, como las Sociedades Edday Thule así como la Germanenorden, los escritos ariosóficos de Guido von List y Jorg Lanz von Liebenfels, esencialmente no estaban totalmente equivocados, si bien engañados en varios puntos menos significativos.

     La raza aria, o el concepto de "ario" como una descripción racial de un fenotipo, no es exacta. "Ario" es tanto una tradición lingüística como una cultura común, o mejor dicho varias culturas que comparten la misma ascendencia común. "Ario" corresponde también a una serie de creencias religiosas o populares que también tienen un denominador común. Y la raza que originalmente creó el lenguaje, la cultura y las raíces religiosas de los descendientes de los arios era de la raza nórdica, en base tanto a ejemplos genéticos y arqueológicos como a ejemplos vivientes de pueblos de Europa y de las regiones del Norte más aisladas de Irán, Afganistán, Paquistán, Norte de la India, Kurdistán en Iraq, Asia Menor, y muchas otras regiones similares del Cercano Oriente y asiáticas.

     Ejemplos de difuntos de un tipo racial indoeuropeo que comparten tradiciones religiosas, culturales y lingüísticas en común con pueblos antiguo-persas, hindúes y sobre todo celtas y germánicos de Europa fueron los Tocarios, cuyo mejor ejemplo son las momias caucásicas de China, que llevaban vestidos de tartán celta, adornadas sus pertenencias con esvásticas, con tatuajes con símbolos consistentes con todos los pueblos indo-europeos, que tenían artículos religiosos indicativos tanto de India como de Europa, y que físicamente era altos, rubios y de ojos azules, o con el pelo rojo y un claro tipo racial nórdico.

     Las pruebas de ADN de las momias caucásicas de China muestran que tenían la misma estructura de ADN que los europeos del Noroeste. Sin embargo, hay un porcentaje sustancial de su ADN que no tiene afiliaciones conocidas entre la moderna población humana. El fanático New Age David Wilcock hizo en la serie Ancient Aliens del History Channel la afirmación de que porque no hay ninguna población conocida en la Tierra que comparta ese porcentaje de ADN, ¡debe necesariamente ser de origen extraterrestre! No, eso sólo significa que hubo otra población humana, otra raza blanca afín que se extinguió hace milenios y que no tiene descendientes existentes.


     Aquellos que descartan la idea de los arios como rubios y de ojos azules, como si Hitler hubiera creado la tela entera para engañar al pueblo alemán, deben mirar esas momias y otros ejemplos antiguos en pinturas murales y los restos humanos de la civilización Tocaria de China Occidental y preguntar qué pruebas adicionales hay para el argumento. Nosotros, como estudiosos e individuos reflexivos, conscientes de ciertos tabúes culturales que han existido desde la Segunda Guerra Mundial, somos muy rápidos para juzgar palabras como "blanco", "ario", "nórdico" o incluso "teutónico", como si hubiesen sido creadas para humillar a otras razas, y dejamos de reconocer la importancia de la contribución aria a la civilización occidental y el derecho heredado de los descendientes de los arios a la auto-preservación, el orgullo cultural y la auto-determinación.

     Según las creencias hindúes, el padre de los arios fue Manú, o en inglés, "Man". Así, en inglés la palabra "Man"más correctamente significa "ario".

     Los indo-europeos, también conocidos como los arios, primero aparecieron en la Historia registrada en 5600 a.C. con las primeras invasiones arias del Oriente Próximo. Los lingüistas y los genetistas por igual remontan sus orígenes a al menos 9000 a.C. Sin embargo, tan pronto como usted cruza el umbral de la Historia registrada alrededor de 1700 a.C. o más, la Historia comienza a difuminarse. A menos que usted tenga pruebas de una estela pétrea, una inscripción o un texto antiguo que use alguna forma del indoeuropeo, se hace confuso qué lengua fue hablada en algún sitio arqueológico particular. Uno sólo puede conjeturar qué cuadro pinta la arqueología y cómo lo compara con el mundo descrito en textos existentes, como los textos Zoarastrianos de Irán o las escrituras sánscritas de India, en cuanto a qué lengua particular fue hablada en algún sitio dado.

     Pero definir una cultura como ancestral de un pueblo entero o como legado civilizacional se hace problemático. Para este autor parece sabio concluír que la evolución nos enseña que el cambio es el inevitable flujo y reflujo de toda vida y existencia. El hecho de que las simples sociedades matriarcales de cazadores-recolectores cedieran el paso a civilizaciones neolíticas basadas en la agricultura y luego a belicosas civilizaciones arias de la Edad del Bronce no siempre significa que esas sociedades tempranas fueron conquistadas y sustituídas por otra cultura más avanzada. El cambio de lenguaje y sociedad desde pre-ario a ario podría ser tan simple como Europa sufriendo una transformación evolutiva dentro de la raza blanca en la cual los lenguajes, la mitología, la cultura, e incluso la biología, comenzaran a evolucionar en una forma diferente de hombre completamente. En este caso, la evolución de proto-europeos de la Antigua Edad de Piedra hacia la raza aria blanca de la Edades del Bronce y del Hierro puede ser así entendida.

     De esa manera, cambiaría el modo de entender cómo Europa y, para lo que interesa, Asia Central, India y la antigua Persia, se indo-europeizaron. Por lo tanto, nuestro foco principal sería aquello que provocó tales cambios graduales de creencia y estructura social, y cómo los períodos sucesivos de interacción social cambiaron el lenguaje hasta lo que es visto hoy, para no mencionar que no tenemos ninguna pista de qué lengua original fue hablada en la Europa prehistórica hace 30.000 años. Ni siquiera la reconstrucción lingüística puede darnos una respuesta definida a esto. En otras palabras, en nuestra búsqueda de lo que significa ser ario, estamos pensando con mucho esfuerzo. Es así de simple.

     Para aquellos que se describen a sí mismos como arios blancos, un sentido de orgullo debe ser sentido también, porque se trata de una idea que sugiere que, más que una cultura exterior que rehace Europa a su propia imagen, es Europa misma la que produjo la cultura aria, la lengua y la mitología pan-europea, y todo lo que hay en ello. Estudios recientes muestran que la mayor parte de todos los europeos de pura sangre de hoy pueden remontar su ascendencia a 40.000 años  atrás a un grupo de gente que vivía en lo que es hoy Bélgica. Incluso con sucesivas oleadas de pueblos que llegaron del Este y otras direcciones, nuestros genes como pueblo han permanecido prácticamente inalterados durante decenas de miles de años.

     Ha habido diversas tentativas de parte de National Geographic y otras instituciones que promueven el multiculturalismo para mostrar que las reconstrucciones faciales forenses de europeos de la Edad de Piedra tomadas de restos fósiles, tienen un aspecto bastante africano. Pero las reconstrucciones más tempranas tomadas de los mismos cráneos muestran un aspecto muy europeo. La evidencia indica realmente que el aspecto europeo, o fenotipo nórdico, era la norma a través de toda Europa, que comenzó en un tiempo muy temprano. Pruebas recientes muestran que los primeros europeos emigraron desde lo que es ahora el Norte de la India, a través de Arabia y la Fértil Media Luna, pasando por Asia Menor hacia la parte de Europa no congelada por el avance glaciar. De esta manera, no hay ningún movimiento directo saliendo de África, sino más bien un movimiento desde Asia como se supuso en el siglo XIX.

     En mi libro Forgotten Worlds, publicado en 2011, hablé del descubrimiento de fósiles de antiguos homínidos de una increíble antigüedad localizados en lo que es ahora la república de Georgia en la región del Cáucaso de Asia del Sudoeste. En cuanto al descubrimiento de esos misteriosos y polémicos huesos, escribí lo siguiente:

     «Un nuevo descubrimiento en la antigua república soviética de Georgia ahora vincula una fase principal en la evolución humana con Europa, no con África. Este descubrimiento es una parte de un cráneo que exhibe características similares a un Homo Habilis. Lo que dejó perplejos a aquellos que encontraron dicho cráneo fue el hecho de que una especie de homínido muy primitiva, que tenía 2,7 millones de años, había sido encontrada en Europa de un tiempo anterior a la supuesta colonización del Viejo Mundo por el Homo Erectus. Según la ciencia predominante, hace 3,7 millones de años era el tiempo de Lucy, un homínido más primitivo llamado Australopithecus; las especies de homínidos más avanzadas no estaban en Europa en ese entonces (Gore, 2002).

     «Este hallazgo en Georgia sugiere que Europa desempeñó un papel fundamental en la evolución de la especie humana y que muchos de nosotros comparten un linaje directo desde Europa. Los fósiles de la zona de Dmanisi no han sido concluyentemente identificados, pero ellos pueden ser una forma más temprana del Homo Erectus, o probablemente una nueva especie, el Homo Georgicus. Ahora parece posible que el primero de nuestra especie en convertirse en un caminante erecto habitual haya hecho eso en Eurasia, en una región cuyo clima de entonces, hace 3,7 millones de años, era similar al de la Europa de nuestros días (Gore, 2002).

     «El paradigma aceptado de la evolución humana, mantenido durante medio siglo, dice que los especímenes totalmente evolucionados del Homo Erectus dejaron África hace más de un millón de años para establecerse a través de toda Europa y Asia. Pero los hallazgos en Dmanisi cambian todo eso. Ahora parece que las formas más primitivas de homínidos aparecieron tan lejos como en Europa y el Cáucaso, y una vez allí siguieron evolucionando hacia formas más modernas. Habría parecido absurdo sólo hace unos pocos años siquiera sugerir que Europa, no África, pudo haber desempeñado un papel tan decisivo en la evolución humana o que el lugar de nacimiento de los proto-indoeuropeos también podría ser el criadero de nuestros ancestros humanos».

    Es interesante que desde aquel tiempo, hace casi siete años, casi nada haya sido dicho en cuanto a esos fósiles, y las universidades y los académicos siguen predicando la teoría del origen en África como el evangelio demostrado. La edad de la Humanidad, y más específicamente la Humanidad europea, es también de un interés primario. Un equipo de arqueólogos sudafricanos a principios del siglo XX completó con éxito un análisis del sitio arqueológico de Zimbabwe, y llegó a la conclusión de que aquél era el subproducto de una antigua civilización Blanca. El arqueólogo alemán Karl Mauck pensó que fue construído por antiguos israelitas para la reina de Saba. Ése no parece ser el caso. Posteriormente, a mediados de los años '60, el sitio fue reexaminado y se determinó que era obra de africanos nativos.

     Una vez más, estaba claro que los nativos africanos no construyeron el sitio tampoco. A diferencia de Gobekli Tepe, que tiene la existencia de culturas sofisticadas cercanas tanto posteriores como anteriores a su construcción, Zimbabwe no tiene ninguna tal cultura africana nativa. Se han demostrado restos de momias pelirrojas en Nueva Guinea y en África del Norte. El hecho de que esa antigua civilización Blanca nunca fuera buscada posteriormente es desafortunado. Ella podría haber sido un eslabón perdido de muchos misterios del cercano saber africano que describe espíritus fantasmales o dioses con caras pálidas en su mitología, como los presentados en la tribu Dogón de Mali, que dice que espíritus pálidos del cielo les dieron el sagrado conocimiento astronómico, el mismo conocimiento que la gente de Europa había inventado hacía miles de años en el pasado.


     La contribución más notable de los antiguos arios a la mitología y la Historia fue su invención de la antigua cultura védica, que ha sobrevivido más que cualquier otra civilización en la Tierra. Incluso siglos de intermezcla racial no han borrado totalmente su esplendor. Fueron los antiguos indo-arios de la India del Norte los que transmitieron las historias del Rig Veda a través de la tradición oral recitada y finalmente por medio de la escritura. Una de las historias más importantes de los arios antiguos era la de Manú, el padre de la Humanidad y el héroe principal del mito de la Gran Inundación de la India. Ese cuento también hablaba de una misteriosa hermandad conocida como los Siete Sabios, una referencia que también aparece tanto en la mitología mesopotámica como en la mesoamericana. Constante en los tres relatos, los Siete Sabios y su líder divino fueron aquellos que trajeron la cultura y la civilización a la raza humana, y condujeron hacia una Edad de Oro. Graham Hancock habla de Manú y sus orígenes en su libro Underworld: The Mysterious Origins of Civilization:

     «Manú (cuyo nombre tiene la misma raíz que la palabra inglesa Man) fue el primer y el mayor patriarca y legislador de los pueblos védicos, y es inequívocamente descrito en todas partes de los textos antiguos como el preservador y el padre de la Humanidad y de todas las criaturas».

     Aquellos que se llamaron a sí mismos los Aryas, o los arios, fueron considerados sus hijos divinos. Él es conocido como el "Padre Manú" y los dioses mismos son llamados "Los Santos de Manú". En Underworld, Hancock comparó a Manú con el dios egipcio Osiris, con la misma veneración e importancia dada a ambas deidades por sus respectivas culturas. Parece que en ambos casos nunca fue completamente claro lo que Manú, en el Rig Veda, u Osiris, en los Textos de las Pirámides o en el Libro de los Muertos, hicieron para ser colocados en tan alta estima por su gente. Lo poco que sabemos sobre cada uno parece indicar que la profundidad de su importancia era incomparable a cualquier otra figura en sus civilizaciones. En ambos casos la progenie de Osiris y la de Manú es llamada Los Brillantes. En ambos casos su símbolo era el Sol, en India representado por la Esvástica y en Egipto por el disco del Sol, que más tarde se convirtió en el Aten, un símbolo herético que fue destinado para sustituír a las antiguas deidades en lo que fue la primera tentativa en la Historia registrada del mundo para instalar una fe monoteísta entre un pueblo politeísta.


Origen de la Esvástica

     En un artículo publicado en Enero de 1980, en Natural History, los autores Stanley y Ruth Freed escribieron:

     «La Esvástica es el símbolo de alguna complejidad más antiguo y más difundido de la Humanidad. El nombre se deriva de una palabra sánscrita que significa "objeto de bienestar". Originado hace aproximadamente 6.000 años en el Oriente Medio, el símbolo se había extendido sobre Europa y partes de Asia antes de los primeros siglos de la Era cristiana... es el aura mágica, y su simbolismo tiene raíces en las civilizaciones más antiguas de Mesopotamia e Irán».

     Ambas regiones fueron colonizadas tempranamente por tribus indoeuropeas; la antigua Sumeria fue la primera en ser invadida por arios en 3200 a.C. El símbolo mismo podría preceder a los arios en decenas de miles de años puesto que ha sido encontrado en varios objetos que se remontan a aquella remota antigüedad.


     «En India, donde es extensamente usada en el ceremonial hindú y como un adorno decorativo, la esvástica combina el simbolismo astronómico y religioso. Esta combinación proporciona nuestra mejor pista para su sentido original, ya que una tradición religiosa continua puede ser trazada desde el hinduísmo moderno hasta la religión de la civilización de Harappa del valle del Indo, que ha sido datada del tercer milenio a.C.».

     Arthur Kemp escribió en su estudio March of the Titans que las antiguas poblaciones europeas o mediterráneas habían emigrado hacia el valle del Indo y habían fundado la civilización de Harappa. Esta declaración es demostrada por restos esqueléticos encontrados en las ciudades de Harappa. Su estructura esquelética y dimensiones craneanas coinciden con las de las poblaciones europeas del Sur y del Cercano Oriente de aquel tiempo.

     «El rastro comienza con las apariciones registradas más tempranas de la esvástica en Samarra, en Mesopotamia central, y en Susa, en Irán occidental, donde claras esvásticas figuran en la cerámica de aproximadamente 4000 a.C.».

     Ambas civilizaciones son arias en su origen y están estrechamente relacionadas con los escitas, a menudo llamados los precursores de los celtas.

     «Aproximadamente en 3000 a.C. la esvástica fue representada en la cerámica de Troya en el Noroeste de Asia Menor y, algo más tarde, en los sellos de la civilización de Harappa».

     La Esvástica también aparece en el Nuevo Mundo, pero la mayor parte de aquéllas no eran verdaderas esvásticas. Sin embargo, la esvástica aparece realmente en su verdadera forma del Viejo Mundo entre los indios Hopewell de Ohio. Verdaderas esvásticas fueron descubiertas en la cerámica encontrada en la década de 1890. El autor Frank Joseph ha explicado que el pueblo Hopewell puede ser de ascendencia europea, dado que hay muchas pruebas de un contacto precolombino con europeos en el Nuevo Mundo, así como la teoría Solutrense que declara que europeos cruzaron a través de la capa de hielo del Atlántico del Norte 10.000 años antes de la llegada de los asiáticos a través del estrecho de Bering.

     También se ha sugerido que los Sviderianos, de quienes Andrew Collins sugiere que construyeron Gobekli Tepe y que yo he identificado como proto-arios, podrían haberse expandido a través de Siberia y también haber viajado a través de Bering directamente, o en embarcaciones a lo largo del litoral del Pacífico, y haberse asentado en Norteamérica, convirtiéndose en la base de los mitos de gigantes rubios y pelirrojos tan prevalecientes en la tradición indígena norteamericana. Ellos podrían haber fácilmente llevado consigo el símbolo de la esvástica, el cual también ha aparecido en ornamentos de conchas y en el Cañón del Chaco, pero en una forma variable.

     «Los eruditos han proporcionado un considerable número de teorías para el significado simbólico de la esvástica: que representa al Sol, la Luna, la rotación anual de la Osa Mayor, los puntos cardinales, la eternidad, Zeus, Baal, el fuego, diversas deidades hindúes (entre ellas Agni, Indra, Vishnu y Ganesha), la luz, el rayo tridente, el agua, la unión de los sexos, la fertilidad, y un aparato productor de fuego conocido como el taladro para fuego».

     Sabemos, tanto por los Vedas hindúes como por los antiguos textos Zoroastrianos de Persia, que una raza nórdica de poderosos guerreros invadió las áreas de los actuales Irán, India del Norte, Paquistán y Afganistán alrededor de 3500 a.C. y estableció un Imperio conocido como Aryas. Más de 300 palabras en las lenguas indoeuropeas se derivan de ese pueblo, incluyendo el nombre Irán. Los arqueólogos del siglo XIX se refirieron a los arios como tribus indo-europeas o indo-germánicas. Sin embargo, en el hinduísmo y en Irán el término "ario"significa "noble", y esa raza a menudo es llamada como "Los Brillantes" que estaban en oposición a las fuerzas de la oscuridad, a menudo llamada los Dasyus o "Los Oscuros".

     La leyenda hindú dice que la civilización se remonta a un tiempo increíblemente distante, de cientos de miles, si no millones, de años, y que los antepasados de los arios eran rubios, gente a menudo barbuda, de piel blanca, conducida por su Señor Indra.

     A principios del siglo XX Jorg Lanz von Liebenfels dijo:

    «la raza aria había cometido bestialidad con especies inferiores, que derivaban de una rama más temprana y completamente distinta de la evolución animal...».

     De acuerdo a su teología, la Caída simplemente denotaba el compromiso racial del ario debido a un maligno cruzamiento con especies animales inferiores. La consecuencia de esos persistentes pecados fue la creación de varias razas mezcladas, que amenazaron la correcta autoridad sagrada en todo el mundo, especialmente en Alemania donde la raza era más numerosa.

     ¿Con qué razas entonces se habían mezclado los arios?

     Existe una evidencia, fuerte y concluyente, de que nuestros antepasados Blancos se aparearon con otras especies humanas, algunas más cercanamente relacionadas con asiáticos y africanos que con europeos. El proyecto del genoma humano confirma ese hecho.–





Patrick Chouinard - Antiguos Orígenes de la Raza Aria

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     De Patrick Chouinard (1979), periodista investigador y escritor sobre antropología, pro-Blanco, presentamos ahora en castellano otro interesante estudio suyo (Ancient Origins of the Aryan Race) publicado en Abril de este año (renegadetribune.com), una revisión de diversas evidencias pasadas y actuales de la antigua raza caucásica en diferentes partes del mundo a la que se le ha atribuído siempre ser la iniciadora y portadora de la cultura y la civilización. En particular se detiene en probables localizaciones de sus orígenes, los que serían bastante más antiguos que lo que se ha venido supuesto. Hemos realizado aquí pequeñas correcciones y adiciones puesto que un periodista muchas veces carece del rigor filológico de las fuentes.


Antiguos Orígenes de la Raza Aria
por Patrick Chouinard
3 de Abril de 2017



     La interminable saga de la evolución humana es provocativa y profunda, y nada es más misterioso que el origen de la población europea blanca del mundo. Contrariamente a la creencia popular, su historia y herencia se remontan a una antigüedad remota y olvidada. Somos una especie con amnesia, no sabiendo de dónde vinimos, sin la memoria de la época pasada y gloriosa de la Humanidad que sólo conocemos al redescubrirla.

     Sabemos por la estadística de hoy que aquellos de ascendencia europea blanca comprenden sólo el 8% de la población del mundo. Somos una de las minorías del mundo más diminutas sólo junto a los judíos, a pequeños miembros tribales primitivos y a los aborígenes australianos. Históricamente, sin embargo, este pequeño porcentaje de la población del mundo ha sido la fuerza principal de la civilización, la tecnología y el progreso tanto en el mundo antiguo como en el moderno. También generalmente ejercimos mayor poder e influencia que cualquiera otra raza o grupo de naciones. De todas las razas de la Humanidad ninguna ha sido más problemática, más controvertida y a la cual el mundo más le debe por su regalo de la Civilización Occidental.

     Los antiguos caucásicosdieron origen a una perdida civilización global a la cual debemos nuestra cultura y civilización de hoy. Aún podemos ver los monumentos que esa civilización perdida nos ha dejado, y oír las historias de los grandes dioses blancos que los construyeron y de los grandes héroes atlantes que vinieron al mundo en su mayor hora de necesidad. Hay enormes pruebas de que en tiempos increíblemente distantes, en regiones ahora conocidas por ser no caucásicas, gentes de piel blanca, rubios o pelirrojos, fueron tanto los fundadores como los defensores de la civilización. Durante siglos ha habido informes de antiguos pueblos caucasoides que florecieron en remotos rincones del mundo que más tarde desaparecieron misteriosamente de la Historia. Esos relatos hablan de gigantes blancos y pelirrojos y bárbaros con el pelo amarillo en países ahora casi exclusivamente poblados por pueblos no caucásicos. Con el tiempo, los arqueólogos modernos han encontrado rastros de sus cadáveres milenarios conservados en arenas desérticas o frígidos glaciares, e incluso muestras viables de su ADN serían descubiertas finalmente.

     Además de tales restos físicos, una gran cantidad de evidencia histórica y mitológica, tanto en forma escrita como de tradición oral, habla de civilizaciones perdidas que consistían en dioses de piel blanca y benefactores de ojos claros que ayudaron a establecer nuevas culturas. Según numerosos relatos de los indios norteamericanos, en el alba de su sociedad ellos fueron visitados por un gran dios Blanco que llegó desde una tierra lejana localizada al otro lado del mar, estableció su nuevo modo de vida, y luego se marchó, prometiendo volver algún día. En efecto, para nuestros antepasados —aquellos que habitaron la parte occidental de Eurasia— nosotros no fuimos hechos a imagen y semejanza del dios sino que más bien los dioses fueron un reflejo de espejo de la nuestra.

     En la cultura aria, esos dioses son ejemplificados por los Olímpicos griegos y los Aesir teutónicos, entre otros. El mundo griego antiguo era mencionado por los helenos como una"Tierra de Dioses y Monstruos". Los egipcios también creían que hubo una época llamada Zep Tepi, el "Primer Tiempo". Ése era un tiempo distante, casi olvidado, cuando los dioses mismos —Osiris, Isis, Seth, Horus, Thoth y otros— se cree que caminaron junto al hombre. También en ese distante tiempo Egipto y su civilización fueron creados por nuestros lejanos antepasados, una olvidada tribu de antiguos caucásicos finalmente revelados a nosotros por el propio ADN del rey Tutankamón y últimamente por muchos otros descubrimientos genéticos y arqueológicos.

     Los arqueólogos afirman que las primeras olas de los modernos humanos en Europa hicieron su camino desde el Golfo paquistaní, y por lo tanto nuestros antepasados, los proto-europeos blancos, se originaron en India, en las áreas del Norte que lindan con las montañas Kush e Himalayas y las tierras altas de Afganistán. Todavía vemos caras de tipo notablemente europeo en aquellas áreas hasta este día. Uno de los rostros más señalados fue presentado en una famosa tapade la revista National Geographic [de 1985], una mujer joven que años más tarde fue ubicada en su casa con su marido y unos niños, una cara que el fotógrafo nunca olvidó.


     Entre los afganos, los hindúes del Norte, los iraníes y los kurdos hay muchos pueblos que se destacan de la muchedumbre como completamente fuera de lugar entre los otros habitantes morenos. Los pueblos de esas regiones son de piel mucho más clara que aquellos del Sur, y muchos ponen en duda la separación de nuestras poblaciones europeas. Ésta es una realidad física de la migración aria que uno no puede descartar fácilmente como simplemente una variación genética arbitraria.

     En su libro"Göbekli Tepe: Genesis of the Gods", Andrew Collins hizo un esfuerzo razonable para teorizar y explicar la antigua leyenda de los Vigilantes como está descrita en el Libro de Enoc y en la alusión a los Nefilim del Libro del Génesis. Collins explica el Libro de Enoc que, por supuesto, es un texto no canónico, no incluído en la Biblia:

     «...allí se cuenta cómo a Enoc, mientas descansaba en su cama una noche, se le acercaron dos seres extraños de aspecto angelical. Llamados Vigilantes, ellos le pidieron que los acompañara a un viaje a los Siete Cielos, uno que incluía el Jardín de la Justicia, donde los cuatro ríos del Paraíso tienen su origen, mientras otro conducía a la morada de los ángeles. Cuando estaban en el establecimiento celestial de los Vigilantes, a Enoc se le mostró una prisión en la cual un grupo entero de esos seres angelicales estaban encarcelados. Al preguntar qué delito ellos habían cometido, el patriarca fue informado de que doscientos de ellos desobedecieron las leyes del cielo descendiendo entre los mortales y tomando mujeres para ellos».

     Collins declara:

    «Después de leer el Libro de Enoc, me convencí de que esos Vigilantes, o "caídos", como los Anunnaki de la tradición sumero-acádica, eran individuos humanos muy poderosos que vivieron durante alguna distante edad de la especie humana. Ellos eran lo suficientemente avanzados para darnos los rudimentos de la civilización, lo que se recuerda en la manera en la cual los ángeles caídos revelaron a los mortales las artes y las ciencias prohibidas por el cielo. Más aún, sus enlaces sexuales con las "hijas de los hombres"expresaron su muy obvia naturaleza humana, así como su habilidad para co-crear a fin de producir una descendencia de carne y sangre que se parecía  a ellos tanto como a sus mujeres mortales. En el Libro de Enocellos son descritos como altos, con cabello blanco o rubio suelto, una tez rubicunda y ojos hipnotizadores que reslandecían tan brillantemente como el Sol. Uno podría comparar esa descripción con la mía posterior de los dioses chinos del Sol que supuestamente construyeron las Grandes Pirámides Blancas de la antigua China, las mismas estructuras que están en sitios planos pero que el gobierno chino niega que existan».

     En la literatura enoquiana, como parte de su castigo, los Vigilantes debían matar a los niños recién nacidos [fruto de su unión con las hijas de los hombres] ya que éstos eran una abominación para Dios. Los Vigilantestambién podrían estar relacionados con el concepto del Cercano Oriente del djinn, los cuales eran gigantes que no quisieron inclinarse ante los Adamu, de manera que fueron exterminados por los dioses, quizá otro ejemplo de los ángeles caídos.

     El descubrimiento de momias de piel blanca en Nueva Guinea y Nueva Zelanda, y las persistentes referencias a pueblos divinos de piel blanca que habitaban masas de tierra ahora hundidas en el Océano Pacífico, plantea algunas interesantes posibilidades de una raza primordial. Sin embargo, la presencia de pueblos caucásicos perdidos en las Américas es sólo la piedra superior de una realidad mucho más amplia.

     Hoy existe un abrumador cuerpo de evidencias que sugieren una población ahora perdida de caucásicos. Las décadas pasadas del siglo XX vieron una revolución en nuestro entendimiento de la profundidad y magnitud de la migración e influencia caucásica prehistórica. En 1959, por ejemplo, comenzaron a emerger evidencias físicas concretas de primitivos pueblos proto-caucasoides que habitaron las Américas durante la Prehistoria.

     Arqueólogos que excavaban en la isla Santa Rosa fuera de la costa de California, desenterraron varios restos esqueléticos que se remontan a 10.000 a.C. con aparentes rasgos caucásicos. Dichos restos son antiguos, y tienen implicaciones mucho más allá de su aparente novedad y singularidad. Ellos son los remanentes físicos de una raza olvidada. Ellos son una serie perdida de tribus humanas cuyos descendientes ahora sólo componen el 8% de la población mundial pero que siguen influyendo en la cultura, la tecnología y los logros científicos y educacionales.

     Esta raza ha superado por lejos a cualquier otro grupo de gente en términos de artes y comunicación. Pero esos pueblos antiguos son muy diferentes de cualquier cosa presente hoy. Su linaje se remonta a una época distante y olvidada de la especie humana. Lejos en la Antigüedad, una raza perdida de hombres produjo una cultura avanzada en una época que los científicos convencionales dicen que ninguna gente podría haber hecho aquello. Ellos son un testimonio para sus dioses y de un estilo de vida que no es, ni puede ser, igualado en el pasado o el presente. Aquélla es una raza perdida de gigantes culturales y tecnológicos cuya civilización anterior se ha perdido para siempre. Su influencia, sin embargo, ha dado origen al inicio de la inteligencia humana como la conocemos, y ha dado nacimiento a la primera civilización antigua; en realidad, a toda la cultura humana.

     Los años '90 vieron el descubrimiento del hallazgo arqueológico más controvertido en historia de Norteamérica, el Hombre de Kennewick, un esqueleto de 9.000 años con rasgos claramente caucasoides, no mongoloides. Las reconstrucciones forenses del cráneo recuperado muestran una cara parecida a la de Patrick Stewart, el actor que interpretó al capitán Jean-Luc Picard en Star Trek: The Next Generation. Descubrimientos adicionales a través de todas las Américas insinuaron una población caucasoide primordial que vagó libremente a través de gran parte del hemisferio occidental.


     Hoy, hay pruebas de que las culturas antiguas alrededor del mundo fueron visitadas por razas caucásicas en antiguos tiempos, y ellas fueron representadas por historiadores y encargados de registros contemporáneos como dioses Blancos. En los textos védicos de la India, los dioses realmente son descritos como teniendo el cabello rubio. Están también las leyendas de los cristianos nestorianos de China y Asia Central que pueden ser la base del reino cristiano del Este dirigido por el mítico Preste Juan. Este autor los conecta con las momias de Tarim. Incluso se ha dicho que Kublai Khan tenía el pelo rojo y ojos verdes. Dado que hay quienes creen que los chinos viajaron hacia el Nuevo Mundo a principios del siglo XV, ellos entonces podrían haber llevado consigo la idea de un salvador que retorna, como creen los mormones.

     En"Aryan Sun Myths: The Origin of Religion" (1899), el autor Charles Morris mencionó la preponderancia del ideal mesiánico y sus orígenes en el mito y el saber indoeuropeo. Él también vinculó a los hebreos originales y los semitas con los arios, como lo hizo la polémica Helena Blavatsky. Esos viajeros de Asia a América también pudieron haber llevado con ellos su ADN caucásico. En efecto, la mayor parte de los historiadores está de acuerdo en que hubo numerosos informes acerca de "indios" caucásicos en las Américas redactados por exploradores europeos durante los primeros años de la colonización Blanca. [Hablando de la gente de la isla Santa Catalina en California, Gerónimo de Zárate relató en 1626 en sus Relaciones que "Las mujeres son muy hermosas y honestas; los niños son blancos y rubios y muy risueños"]. Es posible que nuestras leyendas tanto de gigantes como de deidades de piel blanca puedan estar relacionadas con aquellos tiempos.

     Los escritores de habla castellana del siglo XVI relataron que el pueblo incaico nativo de Sudamérica occidental reverenció a Francisco Pizarro y sus conquistadores como dioses poderosos y se refirió a ellos como "viracochas", porque su dios Viracocha —similar al de los polinésicos, mayas y aztecas— era de piel blanca. En efecto, la antigua ciudad de Tiahuanaco fue postulada como construída por una raza caída de gigantes o dioses Blancos.

     En su libro de 1940"The Shadow of Atlantis" el coronel Alexander Pavlovitch Braghine afirmó que los pueblos caribes contaban leyendas de un barbado hombre Blanco al que ellos llamaban Tamu o Zune. Él había venido del Este, y había enseñado a la gente los rudimentos de la agricultura. Ese personaje después desapareció en dirección del Oriente hacia Europa Occidental. Braghine también promovió la noción de que Manco Capac era igualmente un hombre blanco y barbudo. El autor Gerd von Hassler, que habla acerca de la Atlántida, asoció la perdida raza Blanca con el bíblico Diluvio, y sostuvo aquello como la razón de su desaparición final.

     En Marzo de 2010 la comunidad arqueológica quedó impactada por el descubrimiento de otro esqueleto caucásico, esta vez en Mongolia. El ADN extraído de los huesos de ese individuo confirmó un vínculo genético directo con Occidente. En esencia, dichos restos eran claramente europeos, si no euroasiáticos occidentales. Esta vez, sin embargo, el antiguo cadáver no era tan antiguo, y sólo databa del siglo I d.C. El período de la llegada occidental prehistórica, o residencia en China y Asia de Este, está siendo continuamente empujado hacia atrás en el tiempo a una fecha aún más temprana.Los orígenes de algunas momias caucásicas se remontan a aproximadamente 6.000 años, y algunas son aún más antiguas. Pero el individuo mongol era por lo visto tenido en alta consideración por sus pares, como un actor principal en el Imperio Xiongnu, un crisol multi-étnico de antiguos nómadas euroasiáticos que desafiaron la supremacía de la dinastía Han. Esa antigua conglomeración de lenguas extranjeras y razas no-mongoloides sin duda consistió en muchos pueblos indoeuropeos.

     Durante 2007 investigadores peruanos encontraron literalmente docenas de momias caucásicas en una tumba abovedada sepultada a 25 metros bajo el suelo forestal de la selva del Amazonas. Aquéllas pertenecían a una raza pre-incaica conocida como los Chachapoyas, o "Gente de la Nube". Su descubrimiento confirmó reportes españoles del siglo XVI de "extraños indios blancos” con barbas en la misma región.

     Incluso las gigantescas estatuas de Isla de Pascua (a 3.700 kms. de la costa de Chile) atestiguan la llegada y el paso de una antigua raza caucasoide. Previamente, en 1915, la arqueóloga británica Katherine Routledge (The Mystery of Eastern Island) se enteró por un isleño nativo de la verdadera naturaleza del aspecto étnicamente diferente de los "Orejas Largas" u «hombres que vinieron de lejos en barcos. Ellos vieron que ellos tenían mejillas sonrosadas, y dijeron que ellos eran dioses» (p. 239).

     «El último verdadero ariki, o jefe, se decía que era completamente blanco. "¿Blanco como yo?", pregunté inocentemente. "Usted", dijeron ellos, "usted es roja"; el color de las mejillas europeas, a diferencia del blanco amarillento al cual ellos están acostumbrados, es para los nativos la marca que más nos distingue» (p. 221).

     John MacMillan Brown (citado en Frank Joseph, The Lost Civilization of Lemuria) convino en que "rojo" es «el término generalmente aplicado por los isleños de Pascua a los europeos. Y urukeku[ancestros de los Wai-ta-hanui, la tribu más antigua de Nueva Zelanda, llamados tambien aquellos antepasados como Moriori o Wai-ta-hanui, que se traduce como "gente del Oeste"] a menudo se ha traducido como "pelirrojo"». En efecto, las altísimas estatuas obviamente mostraban para Brown otra cosa que la fisonomía polinésica, «y si las finas caras ovaladas, los ojos grandes, el corto labio superior, y a menudo los labios delgados y arqueados de Apolo son alguna guía para una raza, ello indica una raza caucasoide». Obviamente, los antropólogos están perplejos por la aparente presencia de pueblos caucasoides en el Océano Pacífico prehistórico.

     Pruebas genéticas realizadas durante los años '90 mostraron rastros de ADN vasco en la gente de Rapa Nui y de la Gran Polinesia. Esas antiguas tradiciones orales no sólo están siendo sub-rayadas por los últimos avances hechos en la investigación genética sino que se combinan para mostrar que la prehistoria de América es mucho más rica en su trasfondo humano que lo que antes se sospechó. El argumento para una antigua presencia caucásica en remotas partes del mundo que no deberían tener ninguna tal influencia o afiliación en tiempos muy antiguos es persuasivo. Incluso tribus africanas del Oeste tienen leyendas de criaturas fantasmales que comparten el dominio sobre sus tierras y les dan el poder de pensar, cazar y organizar sus sociedades.

     Hay una masiva evidencia de una presencia aria en el Egipto antiguo. Como ha señalado la recopiladora Mary Sutherland, la momia de la esposa del rey Tutankamón tenía el cabello castaño rojizo. Además, una momia antigua con pelo rojo, bigote y barba también rojos fue encontrada sepultada dentro de las pirámides en Saqqara. Adicionalmente, las cavernas de cocodrilo de Aboutfaida poseían varias momias pelirrojas. El libro "A History of the Egyptian Mummies" [de Thomas Pettigrew] menciona un cadáver primigenio con el pelo castaño rojizo. La momia de Tutmosis II tiene el pelo de color castaño claro. Y, pruebas de una presencia gala y sajona también han sido reveladas por el profesor Vacher de Lapouge. Según De Lapouge, una momia rubia fue encontrada en Al-Amrah, y las medidas de su cráneo eran indicativas de la raza blanca. Momias rubias han sido encontradas en Silsileh también. Durante tiempos pre-dinásticos y del Antiguo Reino, Egipto era principalmente una sociedad caucásica. El ADN de momias examinadas revela que incluso las propias poblaciones de hoy principalmente semíticas y negroides irónicamente tienen rastros de aquel perdido linaje europeo.

     En"The Children of Ra" el autor Arthur Kemp destacó un estudio de ADN realizado por G. Lucotte (publicado en el American Journal of Physical Anthropology en Abril de 2003) que demostró la herencia racial mezclada de Egipto. Pero la investigación que ha continuado ha demostrado que, durante épocas pasadas, Egipto tuvo tres oleadas primarias de habitantes europoides. Durante tiempos pre-dinásticos llegaron miembros de una población pre-aria o antiguo-europea desde Europa del Este y el Mediterráneo. También llegaron invasores nórdicos durante el Antiguo Reino. Y continuadas olas de tribus indoeuropeas durante el reino Medio y principios del Nuevo Reino también llegaron a Egipto. De manera interesante, el perfil racial del rey Tutankamón es decididamente europeo occidental en su origen, y mientras uno se remonte por los orígenes egipcios, más homogénea y avanzada es la población caucásica.

     La gente del Norte de la India contiene una proporción significativa del haplogrupo genético R1a, la firma genética racial aria. Los invasores arios establecieron el sistema de castas, o Varna, que en sánscrito significa "color". El Bhagavad-Gita y los Vedas describen a los dioses de los hindúes como de piel clara y ojos azules. Los antiguos textos hindúes describen tanto los diferentes conflictos raciales de los Antiguos como los inminentes. En ellos, el líder de los arios era Indra, y éste es descrito como "destructor de los Dasyus", los negroides de la India. "Tú eres, Indra, el destructor de todos los castillos del enemigo, el asesino de los Dasyus, el prosperador del hombre, el señor del Cielo" (Rig Veda lib. 8, himno 87).

     El Rig Veda continúa describiendo a los Dasiu y utiliza el término "negro" en el curso de su referencia: "Indra, el matador de Vritra, el destructor de fortificaciones, ha dispersado los ejércitos de los Dasyus que habitan en el vientre negro"(Rig Veda, II, 20:7). El Rig Veda describe detalladamente la naturaleza de piel blanca de los adoradores arios que tienen "luchas que otorgan la luz del cielo"(Rig Veda, I, 130:8).

     En Afganistán tenemos muchos casos de cabellos rubios y ojos azules y verdes entre la población. Durante las batallas post-11 de Septiembre [de 2001, en EE.UU.], es sabido que cuando las razas mezcladas golpeaban el campo de batalla, los luchadores afganos eran implacables, pero, una vez que los arios entraron al campo de batalla, aquellos mismos afganos no eran encontrados en ninguna parte. Algo de la población de esa región ha permanecido intocado durante 8.000 años y es el receptáculo más fuerte del ADN R1a.

     Cuando Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840) primero usó el término "caucásico"en 1795 para describir a la población Blanca de Europa, él apenas podía imaginar la historia épica que iba a desplegarse. Las enseñanzas de Blumenbach —un médico alemán e historiador natural— en anatomía comparada fueron aplicadas a la clasificación de las razas humanas. Él adoptó el término "caucásico"a partir de los habitantes nativos de las montañas del Cáucaso en Europa del Sudeste, una raza que él creyó que era la más hermosa y vigorosa en la Tierra. Sus argumentos ya no están de moda, pero había mucho más en la historia de los antiguos caucásicos que lo que Blumenbach o cualquier otro de su época podría haber imaginado.

     Nuestros antepasados, de aquellos de nosotros que somos de ascendencia europea blanca, habían estado mirando las estrellas y trazando el mapa del movimiento del cielo durante decenas de miles de años. Tanto los lingüistas como los antropólogos culturales han demostrado nuestro antiguo vínculo con la cultura védica de la India y la vecina antigua civilización persa. Los textos sánscritos de la antigua India están basados en una línea de tiempo que precede a cualquier concepción moderna de la proto-Historia. Eso coloca por consiguiente el origen de la civilización aria hace millones de años. Las escrituras sánscritas de la India tratan con la cultura, creencias e historia de los pueblos indo-arios. Muchos eruditos creen que los arios invadieron la India y establecieron los fundamentos de la cultura hindú. Creo que los textos védicos son completamente claros al respecto. Los arios antiguos son una cultura que se remonta a la época más oscura de la Antigüedad. En Europa, sin embargo, las pruebas genéticas así como las conclusiones de la antropología física demuestran que los europeos anatómicamente modernos, con el mismo fenotipo y rasgos culturales similares, aquellos que muestran semejanzas con los antiguos indios e iranios, puede ser remontados a fechas entre 45.000 y 30.000 a.C.

     En un artículo de Diciembre de 2005 los editoresde la revista National Vanguardreportaron:

     «La más antigua evidencia biológica de europeos fue revelada recientemente en Mayo de 2005, cuando huesos encontrados en la República Checa fueron confirmados como representantes del asentamiento más temprano de humanos modernos en Europa. Los huesos, encontrados en Mladec, fueron fechados sometiendo dientes antiguos a la datación del Carbono-14, y se encontró que tenían aproximadamente 31.000 años. Este descubrimiento se relaciona con fechas de otros sitios en Europa que contenían artefactos característicos de la cultura Auriñacense, que datan de entre 30.000 y 40.000 años. Un hueso de mandíbula recuperado desde un sitio en Rumania es realmente más antiguo que el hallazgo en Mladec, pero los huesos de la República Checa representaban a media docena de humanos, la primera verdadera presencia grupal en suelo europeo» (National Vanguard, Diciembre de 2005)».

     El 19 de Septiembre de 1991 en los Alpes Ötztal cerca de la frontera austriaco-italiana, un increíble hallazgo arqueológico fue descubierto por una pareja alemana [Helmut y Erika Simon] que estaba de excursión en las montañas durante vacaciones. Ese milagroso descubrimiento era una "momia húmeda" europea, naturalmente conservada en una antigua capa de hielo. Ese cadáver es de gran significado para el estudio de los orígenes caucásicos y fue descrito en "The Iceman", un libro del científico alemán Konrad Spindler. El "Hombre del Hielo", u "Otzi", como ha sido llamado desde entonces, vivió y cazó en dicha región siglos antes de que el primer bloque de las pirámides egipcias fuera colocado. El Hombre del Hielo también llevaba consigo una lámina de sílex, una capa hecha de hierbas, y otros sofisticados implementos. Él también tenía 61 tatuajes.


     En el episodio de 1998 de la serie televisiva documental NOVA que apareció en el canal Public Broadcasting Service (PBS), titulado "Momias de Hielo: El Hombre del Hielo Retorna", fueron planteadas las principales cuestiones en cuanto a dicho antiguo cadáver:

    «La primera cuestión que los científicos tuvieron que abordar era la edad del Hombre del Hielo. ¿Podría realmente él tener esos [5.300] años? Para averiguarlo, pequeñas muestras de hueso fueron removidas para su datación con radiocarbono. Como todas las cosas vivas, el hueso contiene una forma de carbono llamado Carbono-14. Cuando un organismo muere, aquel carbono comienza a decaer en una proporción precisa como un reloj que transcurre en la eternidad.

    «Junto con el cadáver mismo, también se descubrió una variedad de instrumentos e implementos, incluyendo fragmentos de ropa andrajosa, un hacha de cobre, puntas de flechas a medio terminar, y diversos contenedores hechos de abedul. Los otros objetos eran "cuerdas de cuero crudo, dos hongos secados en correas de cuero... ropa finamente cosida hecha de pieles de animales... un arco inacabado más alto que el propio Hombre del Hielo, y restos de una bota llena de hierba todavía atada a un pie"» (NOVA, 24 de Nov. de 1998, The Iceman Returns).


     El hacha de cobre elegantemente formada era quizás su posesión más notable. Databa de antes de la Edad del Cobre, y los científicos creen que fue usada principalmente para un objetivo ceremonial o simbólico, quizá para denotar el statusdel Hombre del Hielo como un guerrero, sobre todo si él era un proto-ario, ya que los indoeuropeos son principalmente una raza guerrera, y la mayor parte de las raíces de sus palabras están relacionadas con la caza y la batalla, al igual que sus imágenes religiosas. Hasta finales de los años '70 se presuponía que el desarrollo local en Europa había sido un producto de la difusión, es decir, una asimilación gradual de conceptos y tecnologías extranjeros por medio de un contacto con culturas del Mediterráneo del Este y del Cercano Oriente durante largos períodos de migración.

     Por ejemplo, sitios de enterramiento de la temprana Edad del Bronce en Wessex, Inglaterra, fueron una vez considerados como productos de la civilización micénica. Si bien la evidencia actual sugiere que los antiguos caucásicos emigraron hacia e influyeron sobre la aparición de las antiguas civilizaciones de America y China, esta teoría del desarrollo caucásico es completamente incorrecta. Los europeos Blancos y sus antepasados en Asia realmente tuvieron una chispa creativa muy temprana que cambió el destino del mundo. Métodos más actualizados para determinar la edad revolucionaron nuestra conciencia de esa fase de la prehistoria europea.

     Recientemente, los científicos en Balzano, Italia, realizaron una prueba de ADN sobre el Hombre del Hielo. La prueba mostró que su linaje paterno es compartido ahora por casi todos los europeos modernos y está relacionado con algunos pueblos de Europa del Noroeste. Los estudios de su ADN mitocondrial, sin embargo, que puede ser rastreado sólo por el linaje materno, demuestran que él era parte de una raza alpina que se originó en las montañas hace aproximadamente 13.000 años que ahora está totalmente extinguida. Él era realmente una mezcla de sangre nórdica y esta distinta y ahora olvidada raza pre-aria. Esta raza era previamente desconocida por los antropólogos. Sin embargo, algunos aspectos de su ADN paterno también se parecen a aquellos de la gente que ahora se encuentra en Cerdeña.

     Pero ¿vino él de Cerdeña? No, dicen los científicos. La gente de Cerdeña ha estado aislada de otros grupos demográficos europeos durante mucho tiempo, y su antiguo ADN ha permanecido menos diluído por las posteriores oleadas de Blancos que invadieron el continente de Europa hace muchos siglos. De ahí que la gente de Cerdeña hoy se parezca más estrechamente a la mayoría de los europeos de la época del Hombre del Hielo, o al menos así dice la teoría.

     El mundo del Hombre del Hielo era ya antiguo cuando Stonehenge y las Pirámides fueron construídos. La civilización largamente perdida de Otziestá envuelta en las nieblas del tiempo, y la arqueología ha revelado efectivamente sus secretos:

    «En Junio de 2005 los arqueólogos descubrieron la civilización formalizada más antigua de Europa, una red de docenas de templos, 2.000 años más antiguos que Stonehenge y las Pirámides egipcias. Más de 150 monumentos gigantescos fueron encontrados bajo tierra en campos y ciudades en Alemania, Austria y Eslovaquia, construídos hace más de 7.000 años, entre 4800 y 4600 a.C. Más de 150 asentamientos han sido identificados hasta ahora, y se espera que poco a poco se descubran más. Construídos de tierra y madera, ellos tenían terraplenes y empalizadas que se extendían hasta por 800 metros. No debería, por lo tanto, ser sorprendente enterarse de que una gran parte de lo que es tradicionalmente aceptado como cultura europea, y cultura europea cristiana, es de hecho parte de una herencia cultural mucho más antigua y largamente establecida que se remonta a muchos miles de años. El cristianismo sólo ha sido una religión dominante en el continente de Europa durante menos de 1.600 años —y en algunas partes de Europa del Norte y del Este durante menos de 900 años— y entonces es de interés particular ver que muchos rituales y costumbres son, incorrectamente, tan a menudo considerados como cristianos en su origen» (National Vanguard, 2008).

     «Aproximadamente entre 7000 y 3500 a.C. los habitantes de esa región desarrollaron una organización social mucho más compleja que sus vecinos occidentales y del Norte, desarrollando asentamientos que a menudo equivalían a pequeños pueblos, una inevitable especialización en las artes y creando instituciones religiosas»(Marija Gimbutas, [...] 1-10).

     «Un templo prehistórico recientemente descubierto está cuestionando el paradigma aceptado de la civilización humana. Göbekli Tepe ("colina barriguda" en turco) está fechada en alrededor de 12.000-10.000 a.C., o el tiempo de la destrucción de la Atlántida. El sitio incluye masivas piedras esculpidas, incluyendo dos pilares en forma de T. Rodeando a esos megalitos principales, que tienen aproximadamente 5 metros de alto, hay varias piedras más pequeñas que miran hacia dentro. En los costados de las piedras hay adornos detalladamente esculpidos de zorras, leones, escorpiones y buitres»(Andrew Curry, 2008).


     Coppens menciona el descubrimiento de "la ciudad bíblica de Jericó y sus murallas de piedra", que fueron datadas de 8000 a.C. Tal como Göbekli Tepe, el descubrimiento de Jericó empujó hacia atrás la aparición de las primeras ciudades a una fecha mucho más temprana. El descubrimiento de Jericó marcó el primer golpe contra el paradigma mundial aceptado.

     Tanto Andrew Collins como Laird Scranton han hecho un trabajo muy significativo sobre el asunto de los antiguos caucásicos en el mito y en la realidad. Ambos autores vinculan la estructura de entre 12.000 y 25.000 años de Turquía, Göbekli Tepe, con el origen de la civilización antigua. Yo también teorizaría que Göbekli Tepe precedió al nacimiento de la Atlántida, la cual explico que es una antigua civilización indoeuropea que fue inundada y luego hundida bajo el Mar Negro cuando éste fue a su vez inundado hace 7.600 años. Otras culturas, incluyendo los semitas y los indo-iranios, se originaron allí, lo que explicaría las similitudes existentes entre las escrituras bíblicas y hebreas y la de los textos arios.

     Scranton, sin embargo, no logra establecer la conexión entre los antiguos caucásicos, una raza que habitó la región en ese entonces, y pasa demasiado tiempo entusiasmándose con la tribu Dogón, de Mali. Giorgio Tsoukalos y los otros del grupo partidario de los Antiguos Alienígenas creen que los dioses de los dogones, o gente del cielo, eran extraterrestres, no fijándose en los antiguos caucásicos, de quienes creo que tuvieron en un tiempo una tecnología más considerablemente avanzada, como los Vimanasy muchas otra armas y tecnología de vuelo actualmente desconocida por nosotros.

     Yo fui educado como un evolucionista estricto, y creo que hubo un amplio tiempo en este planeta para que nuestra gente evolucionara. He leído el libro "Hamlet's Mill" [de Giorgio de Santillana y Hertha von Dechend] y también he estudiado el colapso del Imperio romano y cómo los europeos descendieron hacia una edad oscura y primitiva donde la gente no podía siquiera identificar las desintegradas ruinas del Imperio como construídas por manos humanas. Pienso que es muy probable que los antiguos caucásicos sean la civilización global perdida que Graham Hancock y otros han estado buscando, y la base de la creencia en gigantes y dioses del cielo. Pienso que después de que la raza de gigantes intelectuales fue destruída, como lo describí en mi libro"Lost Race of the Giants" (2013), tuvimos lo que Graham Hancock había llamado amnesia racial, pero el grupo que cree en los Antiguos Alienígenas va por el camino incorrecto en sus deducciones.

     No tengo dudas de que nuestra especie ha encontrado extraterrestres en el pasado distante, y tal vez ellos incluso sembraron la vida aquí en un tiempo, pero rechazo la noción de que ellos sean los únicos creadores de la antigua civilización o que tengan en sus manos nuestra historia y futuro destino. Aquéllos representan la transmisión de información a los mortales, y creo que los antiguos caucásicos eran más altos, mucho más altos que el humano promedio de entonces, más inteligentes y más físicamente aptos, y que tenían un gran genio tecnológico e ingenieril. Tan racista como esto pudiera sonar, pienso que la Historia exige esta deducción.

     El fenómeno del Mar Negro, como yo lo llamo, no es el único origen probable de los proto-Indoeuropeos o de la localización de su patria. Está el hecho de que India ha permanecido como una de las civilizaciones arias más antiguas y más continuamente habitadas, y en un tiempo la más avanzada. En la escritura sánscrita de la India es presentada una prehistoria épica para la raza aria. La fuerza racial que India una vez poseyó ya ha acabado. Además, su civilización, al menos la civilización de los antiguos arios, se ha ido hace tiempo. Pero tal como China, otra civilización que una vez fue aria, todavía se mantiene como un lugar de integridad y éxito como una nación independiente.

     En su libro"Forbidden Archaeology and Human Devolution", el brillante investigador Michael Cremo planteó el argumento de una mayor antigüedad de la raza humana. Yo acepto la noción de que esos textos védicos hablaban específicamente del origen de los indoeuropeos, quienes pueden haberse originado en las antiguas montañas del Norte de la India, y aquél podría ser incluso el origen de la vieja idea europea de dioses que residen en las montañas, como el monte Olimpo, o el uso mismo del nombre "gente del cielo". Los Antiguos Arios y su dios Indra podrían, en efecto, haber descendido como águilas desde su reclusión en sus montañosos nidos en los Himalayas y el Hindu Kush.


     Los arios antiguos, o grandes dioses Blancos, también pueden haber estado vinculados completamente a las estrellas por medio de la religión astrológica. Sólo por esa razón los antepasados de los indios, iraníes, afganos, kurdos y europeos de hoy, y sus descendientes, pueden haber sido vistos como gente del cielo. Entre pueblos de Asia Occidental, del Sur y Central hay muchos remanentes de aspecto muy nórdico de esa población hace mucho desaparecida. Eso, sin embargo, está disminuyendo lentamente en todas partes, sobre todo en Europa, donde el índice de natalidad de la población nativa está por debajo del nivel de reemplazo y que ahora tiene que luchar con millones de africanos y pueblos árabes musulmanes que se han aglomerado allí; como dijo la judía sionista Barbara Spectre, definitivamente va a haber una transformación. Yo respeto y admiro nuestra propia cultura y civilización, y no doy la bienvenida a esta transformación por ningún motivo.

     Volviendo a Göbekli Tepe, pienso que Scratton subestima o al menos es inconsciente de la investigación hecha en cuanto a los pueblos europeos o indoeuropeos, entre los que se incluye el pueblo védico primordial. El autor racial Arthur Kemp, en su libro "March of the Titans: The Complete History of the White Race", hizo la observación de que el color claro de la piel, los ojos y el cabello puede ser simplemente una mutación genética no relacionada sólo con el medioambiente. Eso podría colocar el origen de la raza caucásica en la antigua India, en las frías regiones de las montañas del Himalaya o en algún lugar más al Sur. En efecto, la idea largamente considerada de colocar a los arios en Asia Central o Europa puede estar equivocada.

     En cuanto a antiguas civilizaciones claves del pasado, Scranton menciona a los dogones de Mali. Eso me parece raro porque a pesar de su muy avanzada mitología relacionada con la astronomía, la cual los teóricos de los Antiguos Alienígenas favorecen fuertemente, los dogones no son ni significativos ni únicos. Pero Scranton mencionó realmente que los dogones, así como otros, sienten que ellos tuvieron un avanzado mentor racial que los guió durante su prehistoria.

    «Ya hemos hablado de diversas culturas cuyas tradiciones con respecto a una creación parecen ser fundamentalmente similares unas con otras. Entre éstas se incluyen las culturas de la tribu Dogón de Mali de nuestros días, los antiguos egipcios, los antiguos budistas, las tribus tibetanas Na-Khi, y los antiguos chinos. En cada una de estas culturas hay una incesante creencia de que las capacidades civilizacionales relativas a la agricultura, el arte textil, la cerámica, la metalurgia, la albañilería de la piedra, la domesticación de animales y el lenguaje escrito —entre otros— fueron intencionalmente dadas a la Humanidad en alguna remota Era por sabios y cuasi-míticos ancestros-maestros o ancestros-deidades» (Laird Scranton, Point of Origin, p. 9).

     Eso puede tener sentido, ya que tanto los asiáticos como muchos otros pueblos tienen algún ADN en común con los antiguos europeos Blancos, similitudes que no están allí simplemente por nuestra herencia humana común. Esto sugiere que algún tipo de mezcla o mestizaje hubo ocurrido en el pasado distante entre pueblos europeos Blancos y no europeos. Esto también sugeriría que los antiguos caucásicos tuvieron una amplia presencia en tiempos antiguos, y el poder y la tecnología para mantener aquella presencia mediante avanzados medios de transporte.

     En la edición de Enero/Febrero de la revista de Historia The Barnes Review se analizó la evidencia mitológica y arqueológica de la influencia blanca sobre el surgimiento de la civilización global, en un artículo titulado "Ancient Caucasians: The Legacy of the Fallen Race". Ese artículo echó un vistazo al enorme número de civilizaciones globales que acreditan que "dioses blancos" llevaron a sus pueblos los fundamentos de la civilización, incluyendo la religión, la astronomía, la medicina, la agricultura, avanzadas técnicas de construcción y más. Entre la gente que a menudo se ha creído que evolucionó independientemente del Mundo Occidental estuvieron los chinos. A principios de los años '90, sin embargo, la solidez de la teoría de unos aislados orígenes asiáticos fue cuestionada para siempre.

     Ya en 1974 la enorme tumba del primer Emperador de China había sido desenterrada, presentando un ejército entero de soldados de terracota individualmente moldeados y adornados como si estuviesen dispuestos a seguir al Emperador en la vida futura. Si bien los soldados de terracota simplemente corroboraron las presunciones chinas sobre sus propios orígenes, otro descubrimiento que se remonta a los primeros años del siglo XX, y finalmente descubierto de nuevo casi 100 años más tarde, resultaría ser dañino para la cosmovisión china. En 1988, en una sala trasera de un viejo museo, el profesor Victor H. Mair de la Universidad de Pennsylvania tropezó con uno de los mayores descubrimientos arqueológicos chinos de todos los tiempos: momias caucásicas.


     Dispersas a través de las desérticas arenas de la cuenca del Tarim en la actual Xinjiang [el desierto Taklamakan al Oeste de China] había momias tan diferentes de la población estándar de Asia del Este que ellas indicaban una historia estimulada por visitantes del Oeste. En efecto, una leyenda antigua en cuanto al nacimiento del mundo decía que un ser gigante, Pan'Ku, que fue descrito como de un largo cabello rubio que cubría la mayor parte de su cuerpo, creó el mundo y su gente de su propio cuerpo y cabello. Esa leyenda refleja antiguos mitos europeos como los de tribus tanto germánicas como célticas.


     El hecho de que fueran antiguos arios los que llevaron a los chinos la rueda, el caballo domesticado, e incluso armas de hierro, ha sido conservado en su mitología como una memoria racial de acontecimientos pasados. Según el mito chino, algunas de sus pirámides más antiguas, incluyendo aquellas que están cerca de Mongolia y la cuenca del Tarim donde las momias caucásicas fueron encontradas, fueron construídas por dioses del Sol. Esos dioses chinos del Sol fueron representados como altos, rubios y de ojos azules, con una tez clara y rubicunda. En el mito hindú los arios son descritos como los brillantes, a quienes el poder del Sol les dio sus derechos de nacimiento.

     También, en el mito tibetano, Agni, el dios del fuego y la creación, usó el símbolo del Sol, una esvástica, como el instrumento de creación, conocida como taladro para fuego [fire-whisk, o también conocida como cruz bifurcada]. La esvástica es el símbolo eterno de los arios, del Sol y la creación, y es también el símbolo de los dioses chinos del Sol.

     Se ha dicho que Kublai Khan tenía el pelo rojo, ojos verdes y pecas, habiendo tomado su padre a una mujer blanca como una de sus compañeras. Los chinos comunistas han negado durante mucho tiempo la existencia de sus pirámides debido a leyendas que afirman que ellas fueron construídas por hombres Blancos, no por sus antepasados chinos.

     Hay una enorme pirámide sumergida en el Mar de China conocida como el monumento Yonaguni. Esa pirámide escalonada, hecha famosa por el popular escritor Graham Hancock y el geólogo inconformista Robert Schoch, está estructurada como las de Asiria, que era originalmente con toda probabilidad una nación aria.


     Las momias chinas presentan un problema único a aquellos que suponen que los asiáticos del Este son más inventivos que los Blancos, o que China fue siempre un país mongoloide. No lo fue. Durante los últimos 2.500 años ocurrió una importante transformación biológica en la población china. Antes de ese gran cambio, ocurrió una modificación aún más dramática. De este modo, los chinos de hoy contrastarían drásticamente con aquellos de hace 9.000 años. A medida que los mongoloides aumentaron en número, sus migraciones desplazaron a la población china blanca nativa, empujándola a través del continente hacia Rusia y Europa. Las autoridades chinas y el establishment liberal y marxista en Europa y Estados Unidos siguen negando estos hechos.

     Andrew Collins ha aparecido con la brillante idea de identificar a los Vigilantes de la Biblia y el Libro de Enoc, con altos chamanes de tipo nórdico que ayudaron a comenzar la edad Neolítica y que bien pueden haber sido aquellos que crearon Göbekli Tepe. En"Göbekli Tepe: Genesis of the Gods", Collins escribe:

     «En la literatura enoquiana ellos son descritos sólo como altos de estatura, con un cabello largo y blanco, piel pálida, tez rubicunda y ojos hipnotizadores que muy literalmente brillan como el Sol».

     Collins cita un texto fragmentario conocido como el Testamento de Amram [de los Rollos del Mar Muerto] que dice que los Vigilantes eran "de cabezas alargadas, con un rostro estrecho, que se calificaría como viperino".Aquí vemos descripciones idénticas de dos culturas distintas, las culturas del Oriente Próximo y la de la antigua China. También se ha dicho que los Vigilantes habían sido portadores del conocimiento sagrado, el cual habrían revelado tanto a Enoc como a las hijas de los hombres con las cuales tuvieron contacto íntimo y produjeron descendientes, los Nefilim, quienes fueron posteriormente muertos por los Vigilantescomo castigo por desobedecer las leyes de Dios y de la Naturaleza.

     Hacia comienzos del quinto milenio a.C. muchas de esas pequeñas tribus entraron en un período de rápida expansión y erigieron estupendos monumentos de piedra llamados megalitos. Éstos fueron construídos con una tecnología todavía desconocida por la ciencia moderna. En las regiones danubiana y báltica, el temprano desarrollo neolítico fue acelerado a un ritmo inimaginable. En las culturas Starcevo (cerca de Belgrado, en la actual Servia) y Danubiana, se alcanzaron grandes niveles de innovación. La cultura Sesklo (en Tesalia, en la antigua Grecia), localizada en los Balcanes del Sur, fue el primer pueblo en Europa que construyó ciudades reales, construídas en una especie de diseño "proto-urbano". Eso fue llevado a cabo hace aproximadamente siete mil años, incluso antes de que las naciones de Mesopotamia surgieran del sofocante polvo de la Tierra. Pueblos fortificados que se parecían muchísimo a algunos centros municipales de las tempranas ciudades-Estados, también en Tesalia, caracterizaron la cultura Dimini (Enciclopedia Encarta 98).

     Las excavaciones en los Balcanes han mostrado que hace 6.000 años el hacha de cobre, el mismo exacto instrumento encontrado junto al Hombre del Hielo, había estado en uso durante décadas en la cultura Vinca (hacia 4500-3000 a.C.). Durante esa nueva edad, el comercio, sobre todo de ámbar del Báltico, se estaba convirtiendo en una parte vital de esas sociedades crecientes. En Europa Central (Bohemia, en lo que es ahora la República Checa), los depósitos de cobre y de estaño fueron utilizados a medida que la Edad del Bronce surgía durante el tercer milenio a.C. Cuando la nobleza, y finalmente la realeza, se convertían en un hecho de la sociedad humana, inmensas tumbas estaban siendo construídas para alojar los cuerpos y las almas de los líderes caídos (Encarta98).

     Nuestra comprensión de los orígenes europeos ha aumentado exponencialmente durante las últimas décadas. Parece que la piel clara y el pelo rubio se hicieron predominantes entre los europeos tan tempranamente como en la Edad del Bronce entre 1000 y 3000 a.C. Antes de ese período, es evidente ahora que los ojos azules, una mutación única entre los europeos, eran generalizados ya hace 8.000 ó 7.500 años entre los europeos nativos, o pre-arios, cazadores-recolectores que tenían la piel morena parecida a aquella vista en India Central o el Oriente Medio. Los expertos del pasado estuvieron de acuerdo en que los europeos descendían de dos linajes ancestrales distintos: los cazadores-recolectores de ojos azules y piel morena, y los tempranos agricultores europeos que llegaron alrededor de hace 7.500 años a lo que es la actual Alemania. Esos tempranos agricultores no eran poblaciones de habla indoeuropea y estaban más principalmente relacionados con los vascos de la península ibérica.

     Un nuevo estudio, sin embargo, indica un tercer linaje. Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y de la Universidad de Tubingen en Alemania han documentado ahora una contribución genética de un tercer ancestro: antiguos euroasiáticos del Norte. Ese grupo parece haber contribuído a los caucásicos actuales también. Ese mismo linaje es el antepasado común tanto de los europeos del Norte como de los indios norteamericanos. De hecho, la mayor parte de los indios norteamericanos comparten más en común con los pueblos más antiguos de Europa que con los de Siberia o África. "El mismo grupo euroasiático del Norte Antiguo contribuyó a ambos". Es incluso verdadero que aquellos europeos que descendieron de recién llegados del Cercano Oriente alrededor de hace 6.000 años comparten conexiones con un linaje aún más antiguo llamado los Euroasiáticos de Base.

     El estudio de cómo evolucionaron los primeros europeos hasta convertirse en la población Blanca de hoy fue iniciado por Johannnes Krause, el profesor de arqueo- y paleogenética de la Universidad de Tubingen y co-director del nuevo Instituto Max Planck para Historia y Ciencias en Jena, Alemania. Para hacer eso él recolectó el ADN de miles de individuos por todo el mundo y nueve antiguos humanos de Suecia, Luxemburgo y Alemania. Ente éstos se incluían ocho cazadores-recolectores de 8.000 años antes de la llegada de la agricultura y uno de hace 7.000 años, entre los cuales también se incluyó el ADN del famoso Hombre del Hielo, llamado Otzi.

     El ADN de antiguos euroasiáticos del Norte no estaba presente en los cazadores-recolectores de hace 8.000 años, ni en los tempranos agricultores de hace 7.000 años. Esto sugiere que este nuevo linaje fue introducido más recientemente. "Casi todos los europeos tienen una ascendencia de todos esos tres grupos ancestrales", dijo Iosif Lazaridis, un investigador en genética del Reich Laboratory [de la Universidad de Harvard, en EE.UU.] y primer autor del informe.

    «Las diferencias entre ellos se deben a proporciones relativas de ascendencia. Los europeos del Norte tienen más ascendencia de cazadores-recolectores —hasta aproximadamente el 50% entre los lituanos— y los europeos del Sur tienen más ascendencia de agricultores».

     «La ascendencia asiática del Norte Antigua», añadió Lazaridis, «es proporcionalmente el componente más pequeño en todas partes en Europa, nunca más del 20%, pero lo encontramos en casi cada grupo europeo que hemos estudiado y también en poblaciones del Cáucaso y el Oriente Próximo. Una transformación profunda debe haber ocurrido en Eurasia del Oeste después de que llegó la agricultura».

     Al principio el ADN euroasiático del Norte era un marcador genético distinto pero desconocido. Ninguna equivalencia de ADN conocido podría ser hecha. Se trataba de algo completamente único para los investigadores. Entonces, en Enero de 2015 un resto euroasiático del Norte fue encontrado en Siberia. Eso permitió a los investigadores determinar a los parientes más cercanos, incluyendo europeos del Norte e indios nativos norteamericanos. El grupo conocido como los Euroasiáticos de Base se bifurcó de todos los remanentes del ADN africano incluso antes de que lo hicieran los aborígenes australianos, haciendo de ese antepasado de los europeos uno de los más antiguos en la Tierra.

     En el curso de este artículo hemos examinado el descubrimiento del Hombre del Hielo, así como sugerencias de que tanto los europeos Blancos como las civilizaciones de Irán e India se remontan a una edad mucho más distante que lo que antes se pensaba. También hemos sugerido que la población de Europa, al menos los indoeuropeos, tuvo su principio fuera de Europa o Asia Central, y puede incluso haberse originado en la montaña, comenzando en el Norte de la India o incluso más al Sur. ¿Pero qué hay del Hombre del Hielo? Con la información recolectada por esta investigación, sabemos lo que sucedió. Hace cinco mil años, un montañista solitario fue de excursión por la escabrosa tierra salvaje alpina. Su verdadero destino e identidad se han perdido para siempre en las arenas del tiempo. Por lo que sabemos, él llegó a una cañada cercana. Agotado, se detuvo y descansó al lado de una gran roca. Lo que pasó después cambiaría al mundo para siempre: él obviamente fue sobrepasado por los elementos y falleció.

     Cincuenta siglos más tarde, él surgiría de su helada tumba para sorprender y cautivar al mundo de los hombres. En 1998 el gobierno austriaco entregó el cuerpo del Hombre del Hielo a Italia, su verdadero lugar de origen. Él fue llevado a la ciudad italiana de Bolzano, en la localización de su asentamiento original miles de años antes. Flanqueado por una escolta militar, fue llevado a un museo de diez millones de dólares construído en su honor. Él había completado el círculo. A Otzi el Hombre del Hielo le puede haber tomado varios milenios, pero su espíritu pudo brillar con toda justicia sobre su cuerpo sin vida y sonreír diciendo "Bienvenido a Casa".

     Otzi, un involuntario viajero del tiempo, plantea muchas preguntas. Dan Rather, el periodista estadounidense, lo calificó como "el cadáver más famoso desde el rey Tutankamón" (NOVA, Nov. de 1998, The Iceman Returns). Ese hallazgo y todos los otros descubrimientos como aquél, son esenciales para el estudio de los orígenes de la Europa del Norte, y en realidad para la subespecie caucásica entera. Lo que es asombroso sobre ese particular desentierro arqueológico es que rivaliza en comparación con algunos grandes hallazgos de Egipto, el Oriente Medio y las Américas, pero fue en el corazón de Europa donde la raza nórdica primero apareció.–




Cosmovisión Mítica versus Religiones Judías

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     Se publicó hace tres días en renegadetribune.comel siguiente texto firmado por Willally que ofrecemos aquí en castellano, una serie de reflexiones acerca de los males representados por la oriental religión del cristianismo, fruto de unos tristes seres cuyo dios les dice que están autorizados para exprimir a los otros pueblos, que en este caso poseían religiones mucho más sanas en sentido social y metafísico.


Una COSMOVISIÓN MÍTICA
versus RELIGIONES JUDÍAS
por Willally
25 de Octubre de 2017



     Las formas físicas son el aspecto más importante de una cultura. Las caras, los gestos, los tipos de cuerpo que vemos en nuestra vida diaria son las fuentes más grandes de información que forman nuestra conciencia. El hecho de que veamos a gente Blanca o a mejicanos alrededor de nosotros tiene más impacto en nuestra visión del mundo que cualquier otra cosa. La cara de una persona Blanca, sus expresiones naturales y posturas, moldean nuestras percepciones del modo más poderoso, y lo mismo es válido cuando vemos alrededor de nosotros a criaturas sobre todo mejicanas o negras.

     Iré tan lejos como a decir que las mayores obras maestras de arte, de literatura, filosofía y ciencia en Europa fueron inspiradas por la experiencia visual diaria de sus creadores.

     En una sociedad multicultural las formas que encontramos son tan confusas que la información ya no tiene ningún sentido y cada uno comienza a apartarse de la vida social y cultural. Esa vida cultural y social se convierte en un teatro grotesco que nadie considera como digno de ser visto.

     En un sentido metafísico, podemos hablar sobre nuestras sociedades que están siendo desmitificadas. Un sentido de destino acompañado por acontecimientos mágicos, extrañas coincidencias, suerte, heroísmo, etcétera, pertenece a la Naturaleza, pero una vez que nuestras sociedades son destrozadas en conglomeraciones de personas solitarias sin relaciones entre sí, nuestro mundo mítico muere y es sustituído por un medioambiente mecánico, totalmente previsible y totalmente controlado.

     Como un ejemplo, enamorarse y encontrar a un compañero es una de las experiencias más mágicas en nuestras vidas, formadas por el destino y lo inexplicable, pero una vez que vivimos en una Tecnocracia será racista y sexista tratar de elegir al propio compañero; el Estado emparejará a la gente usando algoritmos a fin de producir a los empleados necesitados por el mercado. ¿Dónde está el heroísmo de robar su corazón?, ¿dónde está el destino? Respuesta: Ellos son esterilizados por el judío.

¿Dónde está la experiencia mística aquí?

     ¿Parece demasiado loco esto? Vemos ya tendencias hacia esa dirección. Si no tuviéramos un planeta sobrepoblado (sobre todo con gente mediocre) nosotros podríamos fácilmente criar y matar animales de una manera digna a fin de conseguir nuestra carne, pero ahora es inmoral elegir lo que comemos, a saber, comer carne. El mismo crecimiento financiero que creó este problema moral ¡quiere arrebatarnos nuestra libertad a fin de llegar a ser más eficiente! El agente de la enfermedad no ha sido removido, pero ¿pensamos que podemos ser curados dándole más poder sobre nosotros?.

     Mientras sigamos con el crecimiento financiero judío, cada producción posterior de alimentos será problemática, y la carne es sólo el primer síntoma. En el futuro será inmoral elegir lo que usted come, y usted debe estar satisfecho con lo que el Estado arroja sobre vuestro plato, al igual que un animal de granja debe estar contento con lo que el agricultor le da. Así, vemos que nuestra moralidad es determinada en su mayor parte por el mercado; lo que es eficiente para nuestra explotación es anunciado como algo moral.

     Pero volviendo a nuestro tema, eso es precisamente lo que hace cruel el consumo masivo de animales, no el hecho de que ellos sean muertos. En la Naturaleza los animales mueren todo el tiempo sin que sus vidas sean menos felices. La vida en la Naturaleza es emocionante, recompensante, y con lo doloroso que debe ser el hecho de ser comido por un león, la adrenalina y la actitud heroica de ellos aseguran que los animales mueran sin tristeza, sin que eso haga sus vidas menos dignas.

     Lo que hace cruel el consumo masivo es el modo en que los animales son criados; ellos son robados completamente de su sentido del destino y de su experiencia mítica. La muerte sólo parece misericordiosa cuando se la compara con una vida carente de lo Transcendental, que sólo puede ser alcanzado en el contacto con la Naturaleza.

     Para nosotros humanos este proceso de desmitificación de nuestras sociedades comenzó con el cristianismo. El dios judío es el opuesto total de una Naturaleza mítica; ese ser sin rostro rechaza todas las expresiones humanas, incluyendo todas las formas de arte; él representa la nada incomprensible que vive sola y que no necesita nada de nadie. Él creó el mundo como una máquina estática y esas características calzan muy bien con una tecnocracia de materia plástica y algoritmos, que se trata de un mundo completamente controlado, sin lugar para rebeliones, sin la creatividad de la Naturaleza.

     Además, en tal Tecnocracia donde el heroísmo de la Naturaleza está ausente, cada pequeña desgracia se hace abrumadora, la muerte se convierte en un tabú y hasta la agresión más leve es vista como mala. Esa fragilidad cristiana, esa sobresensibilidad y deseo de humanidad, esa excesiva preocupación por cosas morales, ese llorar por todo, es la característica de una raza espiritualmente vacía que ha perdido su contacto con la Naturaleza como su fuente de fuerza, una raza que olvidó que la muerte y las emociones negativas son parte de la Belleza de la vida, una raza que olvidó que las sombras también son necesarias para pintar un cuadro hermoso.

     Podríamos decir que la moral cristiana se parece al síndrome del trauma emocional. Lo que una vez era hermoso, desafiante, excitante e incluso gracioso produce ahora temor y tristeza. Esa persona encuentra alivio sólo cuando está sola en un cuarto vacío, yaciendo en el suelo en posición fetal, donde todo está"seguro", aislada de todas las criaturas.

     Así, la moral cristiana tiene sentido sólo en un mundo donde la gente se siente espiritualmente vacía, impotente, abandonada, etcétera, y aquellos síntomas son característicos de alguien que perdió contacto con la raza, con la necesidad de la muerte y la necesidad de adaptarse a la sociedad.

     ¿Podría ser que la moral cristiana haya estado todo el tiempo preparándonos para esta pesadilla materialista?.

     Para nuestros antepasados la divinidad representaba el total opuesto a aquello. Dios y la Naturaleza eran uno y lo mismo, y por lo tanto la Naturaleza no podía ser inferior a ningún dios. Había un continuum natural desde el humano hacia la divinidad, desde la materia al espíritu; no había dualismos irreconciliables.

     Usted ganaba el aprecio de su enemigo luchando contra él y no al ignorar las diferencias; usted luchaba contra él con respeto y reconocimiento, y él disfrutaba siendo combatido por un enemigo digno. Fue el dios judío el que trajo la arrogancia moral y la idea de transformar al enemigo en algo que él no es.

     En la Naturaleza no hay contradicciones; usted puede odiar sin ser consumido por ello; usted puede no gustar de algo sin realmente hacer daño a nadie; usted puede crear algo positivo a partir de sentimientos negativos, usted puede hacer a alguien un favor al rechazarlo, y esas actitudes son destructivas sólo cuando son atrapadas dentro del pensamiento dualista, como es característico del judaísmo y el marxismo.

     Si un desquiciado admirador de Hitler va y mata a cientos de personas inocentes, él realmente está siendo conducido por el pensamiento dualista implantado en él. Su naturaleza interior se sintió atraída por la belleza de la raza, pero él encontró sólo las mentiras satánicas con las cuales los judíos disfrazan la Naturaleza. Bajo tanto sufrimiento, esa naturaleza interior se convierte en una fuerza destructiva, cruelmente privada de todos los medios de una expresión sana. Demás está decir que esa gente es un reflejo de la mente judía y no de Hitler.


¿El Judío Quiso Ser un Héroe Pagano?

     El judaísmo fue el primer paso hacia una pesadilla materialista; poco después vino el cristianismo, disfrazando al judaísmo con una atractiva forma pagana. Poner a Dios en la Tierra y realizar hechos heroicos (a fin de alcanzar divinidad) es un tema pagano en un 100% y no puede venir de un dios snob que considera este mundo como indigno. Así, los expertos comprendieron hace un tiempo que las aventuras de Jesús en la Tierra fueron tomadas de héroes paganos, probablemente a fin de hacer el monoteísmo más atractivo para los goyim.

     El hecho de que las aventuras de Jesús sean una copia de mitos paganos explica el absurdo de la"vida" de Jesús en la Tierra.

     ¿Por qué tiene él que pasar por una "pasión" en la Tierra si él es ya un dios todopoderoso? Eso tiene sentido sólo si él hubiera sido al principio sólo un humano que quería ganar la divinidad. Los desafíos no lo harán mejor a usted si usted ya es"perfecto" y Jesús ya era"perfecto", y por lo tanto las aventuras de él en la Tierra no tienen ningún sentido teológico y ellas pueden ser entendidas sólo como una estrategia de marketing.

     A propósito, para nuestros ancestros no había tal cosa como diosescompletamente perfectos; los dioses mismos también tenían que pasar por muchos desafíos más.

     ¿Por qué él tiene que ser sacrificado a fin de salvar a la Humanidad? En los mitos paganos era al revés: el héroe debe salvar PRIMERO a su gente (¡no a toda la Humanidad!) a fin de conseguir la divinidad, mientras que Jesús ya es divino sin haber trabajado para ello.

     La divinidad de Jesús no depende del heroísmo, como es el caso de los héroes paganos, sino que realmente no depende de nada, y muy sospechosamente él"salva" a la Humanidad sólo cuando él muere. Eso significa que...

     En el momento en que Jesús deja este mundo nadie puede decir con certeza a quién él salvó, ni cómo sucedió eso, y es nuestro problema definir esa nebulosa salvación mientras Jewsus silenciosamente deja este mundo y desaparece de nuestra vista.

     Si salvar a gente es una buena prueba de heroísmo, nuestros héroes paganos pueden decir con certeza a quién ellos salvaron y cómo, mientras que la salvación de Jesús es artificiosa como todo lo que los judíos hacen. Nuestros héroes paganos siguen las reglas de la Naturaleza salvando sólo a su gente (de otra gente, en efecto), mientras Jesús afirma que él salvó a toda la Humanidad, aunque ésa sea sólo una afirmación.


     Beowulf salva a gente de su raza, mientras está vivo, por medio de hechos heroicos.

     La mayor parte de las personas está de acuerdo en que es mejor hacer algo modesto pero bien en vez de hermosas promesas que son imposibles de cumplir.

     En resumen, las contradicciones de ser divino sin haberlo ganado, y de salvar a la propia gente una vez que usted no puede demostrarlo más, puede ser entendido sólo cuando esas aventuras son vistas como torpes adaptaciones de mitos paganos.

     La actitud pagana de intentar el éxito EN LA TIERRA está también de acuerdo con la realidad, porque no nos hacemos mejores personas y no progresamos espiritualmente cuando simplemente condenamos al mundo entero como malo, esperando ser muertos por nuestra pasividad y nuestra arrogancia moral. Eso pertenece sólo a un espíritu perezoso.


* * * *

     Este tema de un dios todopoderoso que hace un sacrificio es también análogo a un globalista que es todo-riqueza que da dinero para la caridad; eso no tiene absolutamente ningún mérito. Los globalistas judíos pueden, mediante la especulación, disponer del dinero que ellos ya dieron y hasta del dinero que usted tiene ahora en su billetera, de modo que ellos no pierden nada cuando dan dinero para la caridad.

     Lo peor de todo es que esa supuesta caridad es un modo de expandir su poder porque el crecimiento demográfico en el África negra significa más esclavos para expandir el mercado.

     Jesús era todopoderoso ya, y por lo tanto cada desafíoo pasióncarece de significado, y la supuesta salvación de la Humanidad no hizo nada más que arrebatarnos el poder espiritual.

     Por razones que se harán más claras en la siguiente sección, ya no considero al cristianismo como una religión sino como un enfoque moral del comercio. Sus principales valores de universalismo, igualdad y de poner la otra mejilla están destinados a facilitar la circulación de bienes y personas, y parece que las élites habían estado intentando con mucha fuerza legitimar esos valores con un mito fundante, pero todos sus esfuerzos en ese aspecto han fallado miserablemente. Lo mejor con lo que ellos aparecieron fue el vagabundeo de Jesús en la Tierra, pero, como vimos, eso no tiene ningún verdadero significado.


Religión, Dinero y Sociedad

     En este contexto, es interesante ver que el primer dinero registrado en la Historia fue el shekel. Fue inventado en Sumeria (la primera civilización en el Oriente) y esos shekels estaban dedicados a la diosa semítica Inanna, la cual, bastante extrañamente, fue la primera deidad crucificada de la Historia. Inanna pasó por una pasión similar a Jesús y fue crucificada por demonios en el cielo.

     El historiador Richard Carrier ha demostrado en su investigación que las primeras versiones del mito de Jesús se parecían mucho al mito de Innana: En las versiones más antiguas (como La Ascensión de Isaías) Jesús pasó por su pasión a través de diferentes esferas celestes y fue crucificado en el espacio exterior por demonios; fue sólo posteriormente que todo el asunto fue ambientado en la Tierra usando referencias históricas.

     El shekel, como usted puede haber notado ya, es el nombre judío para el dinero hasta este día, y por lo tanto vemos que la conexión entre judíos, dinero y dioses salvadores se remonta al alba de la Historia.

     La conexión entre la religión y un sistema económico, sin embargo, no es una invención judía. El erudito alemán Bernhard Laum mostró ya en 1924 en su libro"Heiliges Geld" (Dinero Santo) que el concepto del dinero se desarrolló a partir de las ofrendas a los dioses en los templos entre muchos pueblos indoeuropeos.

     Se requerirá más investigación para explicar cómo exactamente los judíos desarrollaron su sistema financiero, pero en el caso de nuestros antepasados lo que la gente"pagaba" o sacrificaba a los dioses (al principio, animales) llegó a ser estandarizado, y aquellos estándares fueron extendidos más tarde al intercambio cotidiano. Así, la manera en que la gente sacrificaba a los dioses le dio forma a cómo la gente intercambiaba entre sí, y los valores religiosos participaron en el manejo local.


     Las monedas celtas están llenas de símbolos religiosos y muestran una visión transcendental de la Naturaleza.

     Podemos ver aquí la diferencia entre las verdaderas religiones y las religiones judías. Las verdaderas religiones se originan entre el pueblo y éste se expresa en su sistema económico, mientras que las religiones judías son artificiales, creadas para esclavizar otros pueblos.

     Nuestros antepasados indoeuropeos inventaron una especie de dinero que fomentaba la cooperación, que estaba en sintonía con la Naturaleza y sus dioses, un dinero cuyo valor estaba cubierto por servicios y bienes y no cuyo valor dependía de la especulación y la escasez.

     Así, la diferencia entre religiones heroicas (paganas) y religiones de salvación (judías) no es irrelevante para nuestros problemas financieros hoy; Jesús e Innana crean la usura destructiva, mientras que Wotan y Freya fomentan la Belleza y la cultura.

     Desde los pueblos más primitivos a los más avanzados, los intereses cobrados al dinero siempre han sido considerados como una perversión, con una sola excepción: el judío. Los judíos son el pueblo que impuso la usura en el sistema económico de toda la Humanidad, con consecuencias catastróficas para la Madre Naturaleza y para nosotros.

     Para los que dicen que los judíos fueron obligados a actuar como prestamistas, déjeme contestar que el préstamo de dinero es más bien un privilegio, que casi nadie puede permitirse. Es absurdo que por desesperación ellos tomaran las mejores y más cómodas ocupaciones en aquellos tiempos.

     Más importante es el hecho de que un prestamista puede tener unos ingresos decentes y tener un lugar respetable en la sociedad sin aplicar la usura a su préstamo. Él puede simplemente pedir una cantidad justa que corresponda a su trabajo y sus servicios, jugando limpio con el sistema económico predominante. La diferencia es enorme.

     Tenemos que comprender también que la prohibición de la usura en el cristianismo parece bastante sospechosa ya que sólo se aplica a los cristianos. Casi parece una extensión de la ley judía: al judío se le permite aplicar la usura sólo a los goyim (astuta movida) mientras se permite que los goyim contraten la usura sólo del judío (movida estúpida).

     La Iglesia fue siempre capaz de prohibir toda clase de usura a cada uno (sin tener en cuenta la religión), y si eso nunca sucedió a pesar de las malas consecuencias, debe haber habido alguna colaboración entre la Iglesia y los judíos, como está registrado que ocurrió entre judíos y nobleza.

     Ahora hagamos una comparación entre valores económicos. Dije en mi último artículo que la actitud de Yahvé hacia otros Dioses refleja la arrogancia de los judíos hacia otros pueblos. Ahora vemos que el sistema monetario inventado por los judíos choca violentamente con el sistema económico de nuestros ancestros paganos. La usura es la principal característica de las finanzas judías, y por lo tanto usaré la palabra Intereses/Usura como un sinónimo de finanzas judías:

    • Los intereses judíos obligan a la competencia entre los miembros de una sociedad en vez de la cooperación, como era natural entre nuestros antepasados.
    • Los intereses judíos crean la necesidad artificial del crecimiento, mientras que en una economía céltico-germánica el crecimiento de la economía tenía límites naturales de acuerdo con la sostenibilidad.
    • Los intereses judíos concentran la riqueza en cada vez menos manos, mientras que en las sociedades celtas y germánicas todos los miembros invertían en el bien social, y las diferencias en la riqueza eran relativamente pequeñas.
    • La usura judía se asegura de que la gente pueda invertir sólo en proyectos a corto plazo (a costa de las futuras generaciones), mientras que el sistema de nuestros ancestros era capaz de tomar en consideración factores a largo plazo, como los recursos naturales y la cultura.

     Es interesante que durante los tiempos cuando Europa revivió la economía pagana y prohibió la usura judía, hubo un auge cultural y fueron construídas las edificaciones más hermosas de la Historia, a saber, las catedrales. Aquello sólo fue posible porque la economía pagana puede invertir en proyectos a largo plazo que requieren mucho tiempo, beneficiando SÓLO al bien común en vez de a unos pocos inversionistas.

Esto fue posible debido a un sistema económico pagano.

    • Otra importante diferencia es que el sistema económico de nuestros antepasados paganos se auto-regulaba (tal como un organismo vivo), mientras que la economía judía requiere constantes intervenciones, enmiendas y regulaciones, por parte de bancos cada vez más grandes.
    • La economía de nuestros ancestros estaba respaldada con bienes y servicios, mientras que el valor del dinero en un sistema judío depende de que sea escaso. Todos los bancos centrales hoy compiten con mucha fuerza para mantener escaso su dinero.

     Así, el sistema monetario de una sociedad es como su sistema vascular, ya que asegura que todos los órganos tengan lo que necesitan a fin de estar vivos y desempeñarse bien. Cada raza desarrolla un sistema monetario según sus necesidades especiales, valores y talentos.

     Es de admirar que, a pesar de la usura, los hombres Blancos hayan sido capaces de crear las sociedades más cooperativas, donde las diferencias en riqueza son las más pequeñas, y eso refleja los valores sociales de los Blancos desde tiempos paganos. Obviamente esos objetivos pueden ser alcanzados enormemente mejor con un sistema económico ario, y cada éxito siempre será furtivo mientras sigamos con las finanzas judías.

     Me parece los judíos querían imponer su distópica igualdad a toda la Humanidad, y el único camino posible era a través de la monopolización total del poder y la riqueza; sólo entonces ese régimen anti-natural podía ser impuesto, sólo entonces podrían ellos dictar el equilibrio de poder entre las naciones, fabricando la prosperidad o el estancamiento, cuando fuera necesario para movilizar a las masas.

     Pero había una dificultad, la confrontación directa estaba fuera de cuestión, y tenía que progresar lentamente, de modo que nadie supiera lo que estaba sucediendo. Ellos aparecieron con tasas de interés; de manera indirecta pero segura ellos concentraron toda la riqueza en sus manos, y qué mejor método de anunciar esa nueva invención que con una religión universalista de tolerancia y sumisión ciegas.

     Podemos ver aquí también que si el dinero tiene sus raíces en la religión, un cambio religioso representa un cambio económico. Es nuestro deber desarrollar un sistema económico que derive del alma aria y represente valores arios.

     Hay nuevos experimentos alrededor del mundo con sistemas monetarios que no permiten la usura, incluyendo el Bitcoin. Lo interesante consiste en que muchos de ellos deben ser regionales para que funcionen. Veo como una confirmación que el universalismo es anti-natural y destructivo. Tan pronto como adoptamos un sistema regional, las sociedades reviven otra vez. El regionalismo y la diferenciación son la esencia de la vida.


La Reconstrucción del Cristianismo en Roma

     Un aspecto interesante de cómo los judíos inventan sus religiones se ha hecho conocido sólo hoy en la época de la información. Durante la Edad Media era imposible para la gente saber cómo fue creado el cristianismo, aunque muchos de ellos dudaran ya de su veracidad (en cuanto al escepticismo religioso en la Edad Media recomiendo fuertemente el libro "Belief and Unbelief in Medieval Europe"de John H. Arnold).

     El erudito cristiano Rodney Stark ha demostrado en su investigación que el cristianismo no comenzó como un movimiento de esclavos, como ha sido afirmado desde los primeros escritores cristianos, sino que más bien fue primero bienvenido por las élites privilegiadas y más tarde se difundió a las masas.

     Esta secuencia de acontecimientos tiene mucho sentido; durante los últimos años del Imperio romano de Occidente hubo una lucha política entre financeros, políticos y el pueblo. Al final los políticos corruptos fueron convencidos por los manipuladores judíos para que adoptaran el cristianismo.

     Pronto la que había sido anunciada como una religión de tolerancia fue declarada como la única religión permitida en el Imperio, no sin alguna resistencia de parte de algunos grupos, que vieron las implicaciones de esa tiranía. Los judíos fueron acusados por varios políticos romanos de acumular demasiado poder y confabular contra el Imperio (vea "La Separación y Sus Descontentos"del profesor Kevin MacDonald)

     Cuando los escritores cristianos crearon la narrativa de los acontecimientos, ellos decidieron que la resistencia contra esa tiranía no era nada más que una persecución arbitraria, basada en el odio y la intolerancia. En aquel tiempo no existía aún la palabra "racismo", ya que de otro modo ellos lo habrían retratado como algo como un grupo de "nazis"que perseguían a minorías por causa del racismo.

     Sólo después de que las élites la encontraron buena, esa religión oriental fue difundida entre las masas insatisfechas, por medio de la propaganda y falsas afirmaciones de milagros. Eso se parece al modo en que la mayoría de los políticos de la élite hoy adoptan el multiculturalismo y difunden su mensaje, en base sólo a afirmaciones morales. Las historias de milagros que los Evangelios difundieron en aquellos tiempos son análogas a las falsas afirmaciones sobre paz y prosperidad que son propagadas en los medios de comunicación hoy.

     Pero las analogías no acaban allí. Mientras el Imperio romano estaba siendo destruído por medio de la explotación financiera y una innecesaria expansión, el Imperio fue acusado de haber torturado y sádicamente asesinado al hijo de Dios, quien muy curiosamente resultó ser un israelita. Parece que los romanos no tenían cámaras de gas en ese entonces para ejecutar a Jesús.

     En algunos Evangelios una rama específica del judaísmo también fue hecha culpable, pero eso tiene más que ver con conflictos entre judíos, quienes a veces no están de acuerdo sobre el método menos peligroso de esclavizar a los goyim. Los judíos que promovían el cristianismo quisieron atacar a los judíos conservadores, que se oponían a la cristianización de los goyim.

     La mejor prueba de la perfidia judía es el hecho de que hasta sus propios movimientos se vuelven contra ellos, tan pronto como los crédulos liberales se enteran de sus mentiras. Así, el judío no esperaba que su nueva religión pudiera volverse contra ellos, como sucedió durante la Edad Media, de la misma manera que ellos no esperaban que el comunismo pudiera volverse anti-judío, como ocurrió con Stalin.

     Hoy tenemos un quinto Evangelio en el cual el papel de Roma es asumido por Alemania; la cruz es ahora la columna en una cámara de gas, y Jesús ha reencarnado en 6 millones de sus compañeros raciales. El mensaje, sin embargo, sigue siendo el mismo: los profetas de la universalidad pasaron a través de una "pasión" y fueron ejecutados por los poderes mundanos, los cuales dudaban de sus afirmaciones sobrenaturales. Esa "pasión" legitima el predominio de esos auto-elegidos.

     La crucifixión del hijo de Dios era el peor crimen imaginable en aquellos tiempos, y sirvió para legitimar cualquier futuro genocidio perpetrado por el cristianismo, poniendo la culpa sobre las víctimas. Exactamente lo mismo le sucedió a la Alemania Nacionalsocialista.

     Los Aliados sabían que ellos habían cometido serios crímenes. Ellos bombardearon a 13 millones de inocentes mujeres y niños por sadismo, y aquellas matanzas fueron innecesarias para ganar en el frente de batalla. Ellos apuntaron deliberadamente contra hogares y arte arquitectónico, edificios cuya destrucción no implicó ninguna ventaja militar. En algunas áreas ellos destruyeron tanto como el 90% de toda la arquitectura histórica, la mayor parte de la cual eran obras maestras irremplazables, que databan incluso de la Edad Media.

     Es ridículo ver cuando las películas de Hollywood afirman que los Aliados rescataron obras de arte. El único arte que ellos"rescataron" fue un conjunto de pinturas que Hitler tenía en una base subterránea. Hitler dejó muy claro en su testamento político él quería que esas pinturas sobrevivieran a la guerra y fueran puestas en un museo en München, para que todos las pudieran admirar.

     Dichas obras se habrían quemado en el bombardeo Aliado si Hitler no hubiera tomado algunas medidas; los Aliados las encontraron por casualidad, después de haber destruído todo lo demás. Es más realista decir que Hitler salvó aquellas pinturas de los Aliados que al revés.

     Tal eficacia de destrucción no puede ser obviamente alcanzada de manera acidental. Ellos querían destruír todas las memorias del pasado y hacer lugar para restaurantes McDonald's, centros comerciales y arte abstracto.

     Cuando finalizó su orgía de asesinatos, ellos necesitaron desesperadamente un pecado alemán a fin de alejar la culpa de ellos, y esto me lleva a mi argumento favorito, cuando trato con historiadores cotidianos:

    Los Aliados no tuvieron ni idea del"Holocausto"mientras estaban destruyendo Alemania y matando a millones de inocentes mujeres y niños; por lo tanto ellos tuvieron mucha suerte de encontrar una razón al final; no hubo un"Holocausto", ellos tuvieron que inventar uno a fin de legitimar tal masacre. Si Hitler hubiera usado métodos menos crueles o si él hubiera matado a menos judíos, los alemanes todavía aparecerían como los tipos malos; por lo tanto los Aliados fueron en realidad muy afortunados de que las acciones de Hitler calzaran tan perfectamente con sus necesidades de posguerra.

     Por supuesto sabemos más que eso: el "Holocausto"es una mentira tejida por los Aliados para que satisficiera a sus necesidades de posguerra, pero este argumento muestra cuán absurdo suena todo el asunto aun cuando sigamos la narrativa oficial.

     El número Seis debe tener un significado simbólico para los judíos, tal como la Estrella de David con seis puntas, y ese seis tuvo que ser convertido en millones para que fuera trágico.De esta manera, vemos cómo la Historia moderna nos da una vislumbre de cómo los judíos crean sus religiones. Pero siguiendo con los romanos, ellos no eran realmente Blancos y nunca fueron tan nobles y creativos como los arios, pero ellos fueron sin embargo víctimas de un envenenamiento cultural y un parasitismo financiero, tal como nosotros.

     Podríamos verlos como una versión morena de Estados Unidos: Ellos comenzaron con un reino modesto con una sana moral y sanas tradiciones, y luego llegó el judío transformándolo en un Imperio de esclavos multicultural de rapaz expansión económica, y justo antes de su deliberada destrucción, el cadáver fue hecho culpable de su terrible destino, mediante la propaganda y una nueva religión.


Rescatando Nuestros Mitos

     Nuestro sistema económico me condujo al cristianismo, el cristianismo me condujo a nuestros antepasados paganos, y ahora quiero contar por qué los mitos paganos de nuestros ancestros son tan importantes hoy, a fin de salir de este caos económico.

    Creo que nuestros mitos son ahora más importantes que nunca. Todos hemos experimentado lo Transcendental, o de otro modo no estaríamos visitando este sitio web. Sabemos que hay algo más que una existencia materialista, sabemos que la Madre Naturaleza alcanza a lo mágico y lo divino, y por lo tanto las experiencias religiosas de nuestros antepasados deben tener una base en la realidad.

     Si nuestros ancestros tuvieron una verdadera vida espiritual, de algún modo, el hecho de que este planeta está siendo conducido a la destrucción por una fuerza satánica de fuera de este planeta, no podía habérseles escapado. De hecho, la destrucción que estamos experimentando hoy es la mayor amenaza para nuestra vida espiritual; es la misma fuerza que hizo la guerra contra el paganismo hace unos 2.000 años y que ahora ha esclavizado económicamente a toda la Humanidad.

     El chamán indio yaqui Don Juan Matus sabía acerca del depredador gracias a su contacto con la Naturaleza, y exactamente igual, nuestros ancestros paganos deben haber tenido una idea sobre esa maligna fuerza que amenaza toda la vida en este planeta. Aquí está la famosa cita de Carlos Castaneda sobre el Depredador (de The Active Side of Infinity):

    «Tenemos un depredador que vino de las profundidades del cosmos y asumió el gobierno de nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros. El Depredador es nuestro amo y señor. Nos ha hecho dóciles e indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestra protesta. Si queremos actuar independientemente, exige que no hagamos eso. (...) He estado siendo ambiguo todo este tiempo, insinuándote que algo nos retiene como prisioneros. ¡En efecto, somos mantenidos prisioneros!. Éste era un hecho energéticopara los brujos del Méjico antiguo. (...)

     «Ellos se apoderaron de nosotros porque somos alimento para ellos, y nos exprimen despiadadamente porque somos su sustento. Del mismo modo como nosotros criamos pollos en granjas avícolas, en gallineros, los depredadores nos crían en granjas humanas, en humaneros. Por lo tanto, su comida está siempre disponible para ellos. (...)

    «"No, no, no, no", me escuché a mí mismo diciendo. "Esto es absurdo, don Juan. Lo que usted está diciendo es algo monstruoso. Simplemente no puede ser verdad, para brujos o para hombres promedio, o para cualquiera".
     "¿Por qué no?", preguntó don Juan tranquilamente. "¿Por qué no?, ¿porque te enfurece?"(...) "Bien", dijo él, "aún no has oído todas las afirmaciones". (...)

     «"Quiero apelar a tu mente analítica", dijo don Juan. "Piensa durante un momento, y dime cómo explicarías las contradicciones entre la inteligencia del hombre ingeniero y la estupidez de sus sistemas de creencias, o la estupidez de su comportamiento contradictorio.Los brujos creen que los depredadores nos han dado nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas del bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas y sueños de éxito o fracaso. Ellos nos han dado la codicia, la avaricia y la cobardía. Son los depredadores los que nos hacen complacientes, rutinarios y egomaníacos".

     «"¿Pero cómo pueden ellos hacer eso, don Juan?", pregunté, de algún modo más enfurecido por lo que él estaba diciendo. "¿Susurran ellos todo eso en nuestros oídos mientras estamos dormidos?".
     "No, ellos no lo hacen de esa forma. ¡Eso es idiota!", dijo don Juan, sonriendo. "Ellos son infinitamente más eficientes y organizados que eso. A fin de mantenernos obedientes y mansos y débiles, los depredadores se involucrsron en una maniobra estupenda; estupenda, por supuesto, desde el punto de vista de un estratega bélico.Una maniobra horrenda desde el punto de vista de aquellos que lo sufren. ¡Ellos nos dieron su mente! ¿Me estás escuchando? Los depredadores nos dan su mente, la que se convierte en nuestra mente. La mente de los depredadores es barroca, contradictoria, sombría, llena del temor a ser descubierta en cualquier momento.

     «"Sé que aunque nunca hayas sufrido el hambre", continuó él, "tienes ansiedad de comida, que no es nada más que la ansiedad del depredador que teme que de un momento a otro ahora su maniobra vaya a ser descubierta y la comida vaya a ser negada. Por medio de la mente, la cual, después de todo, es su mente, los depredadores inyectan en las vidas de los seres humanos cualquier cosa que sea conveniente para ellos. Y ellos se aseguran, de esa manera, un grado de seguridad para que actúe como un amortiguador contra el miedo que sienten". (...)

    «"Los brujos del Méjico antiguo estaban muy preocupados con la idea de cuándo [el depredador] hizo su aparición en la Tierra. Ellos razonaron que el hombre debe haber sido un ser completo en cierta ocasión, con estupendas percepciones y logros de conciencia que son leyendas mitológicas hoy en día. Y luego todo parece desaparecer, y tenemos ahora a un hombre sedado". (...)     
     "Lo que estoy diciendo es que lo que tenemos contra nosotros no es un simple depredador. Él es muy listo, y organizado. Sigue un sistema metódico para dejarnos inútiles. El hombre, el ser mágico que está destinado a ser, ya no es mágico. Él es un pedazo común de carne.No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para convertirse en un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil"».

     ¡Vaya!, aquella descripción se ajusta al judío perfectamente. Creo que los mitos de nuestros antepasados son una advertencia también, pero ellos son menos obvios porque ellos querían que sus mitos se aplicaran a todos los tiempos y a situaciones diferentes. Como un primer ejemplo, el generalizado tema en los cuentos nórdicos de hadas acerca del príncipe transformado por un malvado hechicero en un oso asustadizo me recuerda lo que le sucedió a Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.


     El príncipe heroico fue transformado en una criatura medrosa. Imagen del cuento de hadas noruego "East of the Sun and West of the Moon".

     Casi como un hechizo mágico, el judío transformó a Alemania en una bestia por medio de mentiras y propaganda, y Alemania fue obligada a vivir como un paria. La hermosa muchacha campesina representa a la gente Blanca, que debe confiar y aceptar a la bestia, a pesar de su fea forma a fin de descubrir su verdadera identidad. Ella descubre que la bestia es un hermoso príncipe y que su fealdad era debida a un malvado hechizo.

     La gente Blanca debe comenzar a amar su cultura y su raza a fin de descubrir que éstas han sido disfrazadas por el judío, que la raza en realidad es como un héroe virtuoso y no como una bestia brutal.


La Saga Völsunga o El Cantar de los Nibelungos

     Considero la saga de los Volsungos también como una advertencia de lo que sucedió durante la caída de Roma y de lo que está ocurriendo ahora. Aquí tenemos poco espacio para contar la historia entera pero supondré que tenemos una noción de ello y saltaré directamente a la interpretación.

     Personajes en la historia:

    • Siegfried: Él representa a la gente Blanca y nuestros antepasados germánicos.
    • Dragón: Él representa al degenerado Imperio romano.
    • El Oro de los Nibelungos: Representa nuestro sistema financiero judío.
    • Gunnar: Él representa el aspecto mundano del cristianismo y la vida cortesana.
    • Gudrun: Como la hermana de Gunnar, ella representa el cristianismo en su forma germanizada, el cristianismo que surgió del matrimonio con los arios.
    • Brunhild: Ella representa a la Naturaleza, el destino y el paganismo.

     Como recién mencioné, Siegfried representa una raza heroica, idealista, mientras que el dragón desempeña el papel del degenerado Imperio romano. Nuestros ancestros germánicos mataron a ese dragón pero ellos heredaron un tesoro maldito que es nuestro sistema financiero.


     Brunhild representa lo Transcendental en la Naturaleza, los espíritus guardianes de nuestra raza, lo que Adolf Hitler a menudo mencionó como"die Vorsehung" (la Providencia). Ella estaba orgullosa de los logros de Siegfried, y sabía que la caída de Roma podría significar un mejor futuro para los hombres Blancos.

     Brunhild y Siegfried se juraron amor uno al otro, significando eso que nuestros antepasados estaban haciendo lo correcto de acuerdo con la Naturaleza.

     Al entrar en la vida cortesana, a Siegfried se le hace olvidar a su verdadero amor (Brunhild) y se le pide que la case con Gunnar, su nuevo patrón. El propio Siegfried se casa con Gudrun, la hermana de Gunnar.Esto significa que nuestros antepasados germánicos fueron seducidos por la riqueza y el poder ofrecidos por el cristianismo, hasta el punto que ellos terminan casando sus tradiciones (Brunhild) con una fe materialista (el cristianismo), y ese matrimonio tuvo dos aspectos:

     1) La germanización del cristianismo representada por el matrimonio de Siegfried con Gudrun.

     2) La prostitución de nuestras tradiciones, representada por el matrimonio de Gunnar con Brunhild.

     Siegfried puso sus talentos a servicio de algún otro y no de su Raza, y por lo tanto su entrada en la corte de Gunnar y su matrimonio con Gudrun representan la entrada de los hombres Blancos en la vida cortesana y la adopción del cristianismo.

     Gudrun y Brunhild (cristianismo y paganismo) viven juntas en la misma corte durante un tiempo, pero hay tensiones, y al final Brunhild se siente traicionada y ofendida cuando ella comprendió que se había casado con un cobarde (Gunnar, cristianismo) y que Siegfried se había olvidado de su verdadera novia (la Naturaleza).Esto significa que aun cuando tratamos de conciliar el cristianismo con la Naturaleza (usando el auto-engaño), eso siempre significará el sufrimiento de esta última.

     Siegfried le dice a Brunhild que él no estaba consciente de lo que él estaba haciendo porque él tomó una bebida encantada que lo hizo olvidar a su verdadera novia. Esto significa que la riqueza material del cristianismo los sedujo como una bebida encantada que les hace olvidar quiénes ellos realmente son y traicionar a la Naturaleza (Brunhild). Eso sucedió porque nuestros ancestros no sabían aún acerca del judío y la maldad existente detrás del cristianismo.

     El matrimonio de Brunhild con Gunnar significa tambiénel matrimoniode nuestro destino con la fe cristiana; aquél es un matrimonio basado en el engaño y la novia está profundamente insatisfecha, de modo que ella pide la muerte de Siegfried.

     Brunhild ordena a su marido que mate a Siegfried, y Gunnar decide obedecer, aunque eso signifique la ruptura de un juramento sagrado, porque Gunnar quiere el oro de los Nibelungos. En otras palabras, cuando Brunhild ordena que Gunnar traicione a Siegfried eso significa que el cristianismo está obligado por el destino a traicionar a los hombres Blancos; la traición está anclada en la esencia del cristianismo.

Siegfried es muerto por la espalda por orden de Gunnar

     La esencia del cristianismo es el Globalismo, que no es nada más que el gobierno de la avaricia y la traición, y aquellas características están presentes en Gunnar. El hecho de que Gunnar rompa su juramento sagrado significa que esas falsas religiones como el cristianismo y el Multiculturalismo destruyen y esclavizan a pesar de sus afirmaciones morales.

     Gudrun, su hermana, representa el lado femenino del cristianismo, es decir, el cristianismo germanizado, la mejor versión del cristianismo que surgió de su unión con la gente Blanca.

     Gudrun, a pesar de ser de naturaleza noble y de enamorarse de Siegfried, al final es impotente para detener la maldición de los Nibelungos y para desviar el destino. Eso significa que el cristianismo europeo, a pesar de haber sido una fuerza nacionalista en el pasado y de haber luchado de vez en cuando contra el judío o los musulmanes, su poder es todavía insuficiente porque está basado en falsos fundamentos.

     Una religión judía de universalismo está destinada a envenenar y a destruír a quienquiera que la adopte, sin importar cuánto tratemos de germanizarla o de reinterpretarla. Tal como el VIH inactivo, su desarrollo está siempre orientado hacia la destrucción de la fuerza interior.

     Brunhild nunca pierde su amor hacia Siegfried y ella se suicida después de enterarse de la muerte de Siegfried; por lo tanto vemos que la muerte de nuestra raza (Siegfried) provoca la muerte de nuestro destino y nuestra naturaleza interior (Brunhild), pero deberíamos comprender que esta historia es sólo una advertencia y que la saga no termina allí.

     Pienso que la muerte de Siegfried y Brunhild expresa la destrucción traída por el cristianismo en aquellos tiempos. Dicha muerte representa la muerte del héroe germánico y de la fe pagana y no la muerte de los hombres Blancos en sí, y, como la Historia nos muestra, estas dos cosas no están realmente muertas; ellas pueden ser despertadas en nosotros. Además, nuestros antepasados creían en la reencarnación, y todas las sagas tiene sentido sólo bajo esta interpretación.

     Siegfried y su Valquiria protectora pueden haber muerto pero sus espíritus siguen reencarnando en nuestra raza, prosiguiendo la lucha contra la bastardización y la esclavitud.


* * * *

     Nuestros dioses paganos se expresan en nosotros, y Adolf Hitler tenía tanto de Wotan en su espíritu como Arminius. Ninguna encarnación es menos fiel porque nuestros dioses se hacen más perfectos cuando ellos adoptan una forma humana. La Naturaleza envía de vez en cuando héroes que por motivos inexplicables tienen en sus almas más de la Naturaleza que otros, y ¿cuál es la esencia de la Naturaleza si no es el idealismo, la creatividad artística y el heroísmo?.


Hitler fue por sobre todo un artista, un genio inspirado por la Naturaleza.

     Con esta reflexión final podemos finalizar este artículo: Vimos que la divinidad de Jesús está basada en el privilegio y nunca fue ganada, mientras que la divinidad de nuestros héroes paganos dependió de un heroísmo y logros. Esto es lo que diferencia a nuestros dioses de los ídolos semíticos; la divinidad de nuestros dioses depende de su relación con la Naturaleza, y nuestros héroes pueden participar de aquella divinidad, mientras que la divinidad de los dioses judíos depende de estar solo, de rechazar todas las cosas vivientes y a nadie se le permite tomar parte en ello.





Miguel Serrano - De la Llegada de los Dioses y el Yo

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     Del libro del escritor, diplomático y líder NS chileno Miguel Serrano Fernández (1917-2009) "Manú. Por el Hombre que Vendrá" (1991) presentamos aquí cinco capítulos continuos de la sección "En Gerda" (pp. 69-89) de su primera parte, los cuales corresponden al fragmento donde desarrolla una cosmogonía esotérica según él la entiende dentro de un marco hitlerista, describiendo la llegada, la existencia y la "caída" involutiva voluntaria o estratégica de los Aseny los Vanen, míticos ancestros divinos de los pueblos germánicos, en una antiquísima lucha contra el Demiurgo, y realizando una mítico-poética explicación de la vida del Yo en el cuerpo y la conciencia.




LA PLASMACIÓN

     Gerda es el nombre que los antiguos germanos dieron al astro solidario y prisionero que hoy llamamos Tierra. Una Diosa, un Aion femenino, cogido en las redes, como Pistis Sophia. Dentro de la forma esférica, que nosotros le atribuímos, deberá existir el cuerpo de un gigante sombrío y sufriente, un gigante femenino. Nos hemos transformado en sus células, con forma en parte idéntica —a "su imagen y semejanza"—, retenidos por su gravedad, Mas, ¡de aquí no procedemos!... Somos también sus prisioneros.

     La historia lleva millones de años repitiéndose, y es muy lejana. Es la historia de los Dioses que entraron en combate y fueron derrotados. Voluntariamente derrotados.

     Viniendo de la distancia del Huevo Órfico, del Eros Pre-Cosmogónico, al otro lado del Universo demiúrgico de las estrellas prisioneras, se verán entrar como un disco de luz fría, increada, a través de esos Hoyos Negros, compuestos de plasmas, de¡ silencio absoluto, donde ninguna luz de aquí penetra ni perdura. Son los Ovnis, los Vimanas, un "Carro de Fuego", algo redondo, que gira, o que las ondas gravitacionales demiúrgicas hacen girar.

     Con un plan estratégico, los Divinos se han extendido por el Cosmos, residiendo en diversos astros del firmamento, hasta llegar a Gerda. Mas, aunque esto debe apreciarse, desde el espacio-tiempo, como una entrada desde distancias inconmensurables, todo sería como un cambio de estado mental, instantáneo, el traspaso de un plano a otro, de un universo de la Mente a otro. Y también de la Energía, de tal modo que la concepción cátara de los distintos cielos, más sutiles unos que otros, y su afirmación que "desde el Quinto Cielo hacia abajo reinaba la confusión, por la mezcla demiúrgica", sería verídica.

     El Hitlerismo Esotérico considera que cada "Carro de Fuego", Vimana o Disco de Luz que penetra esta atmósfera es un Él desprendido de ELELLA, en busca de su ella, o una Ella desprendida de ELLAEL, en busca de su él. Es un Dios, es Wotan, es Baldur, es Freya.

     Pero "Aquello" que se desprendió del Huevo Órfico no puede entrar aquí entero, pues no cabría, a pesar de haber dejado la mayor parte de sí mismo en el Huevo original. De este modo, nuevamente deberá dividirse, siendo apropiado decir que cada esfera, cada Carro Combatiente, cada Vimana, trae dentro una tripulación compuesta de Einherieren, guerreros procedentes del Walhalla, o del Rayo Verde. Una Compañía, una Comandancia, un Pelotón, una Casa de Familia. Y su entrada a combatir en este mundo equivale al Misterio de la Encarnación, o Plasmación del Arquetipo en la materia cada vez menos sutilizada del Demiurgo.

     A medida que el Ovni o Vimana va pasando por diferentes planos de la condensación de la Energía, se reviste con ella, hasta hacerse visible en Gerda, de modo que podría decirse que se conforma gradualmente de su sustancia, cuando entra y cuando sale. El número de la división del Arquetipo al interior de la Esfera, su "tripulación", estará también condicionado por la densidad de la materia que cruza, o que habitará momentáneamente, por la vibración de su energía. Subsecuentemente, los componentes de la "tripulación" sus cuerpos, deberán adquirir la consistencia del medio por el que transiten, hacia afuera como hacia adentro, siendo los diferentes cuerpos que posee un cuerpo, de que nos hablan algunas doctrinas: espíritu, alma, materia. En el fondo, no hay más que un solo cuerpo que va adquiriendo diversas consistencias, desde el átomo simiente, desde una raíz genética invariable, como hoy se diría. Cuerpos del cuerpo, que serán necesarios para entrary, en especial, para salir. Cuerpos que se han atrofiado, hasta desaparecer como potencia, hasta perder su capacidad de salirse.

     La estrategia en la invasión del mundo demiúrgico por los divinos Divyas se cumple como el "Misterio Eucarístico", por así decirlo. El Dios-Divyase divide. Entra aquí como un Disco de Luz, como un Círculo (cuya circunferencia está en todas partes y su centro en ninguna). Y es Wotan, venido de la Ciudad de Asgard, edificada (en un perenne irse transparente) en alguno de los otros planos más sutiles de la plasmación, en alguno de los cielos anteriores al Quinto (cualquier cielo podría ser mi cielo), en el Walhalla, donde rigen otras leyes y gobierna otro Aion-Tiempo; mas, dentro del Imperio del Demiurgo, siempre en su dominio.

     Abandonando el plano del Espíritu, de la Eternidad, los Dioses que salieron del Huevo pre-Cósmico y penetraron hacia el estadode la materia corrompida, en el campo del Enemigo, edifican también sus ciudades, sus cuarteles, sus castillos con la misma materia, energía y tiempo que allí van encontrando, en la enorme extensión de las estrellas, en las Casas del Zodíaco. Es así que la Asgard de Leo será distinta de la de Aries y de Piscis; la Hiperbórea Celeste, a la Hiperbórea Polar, en Gerda. Aun cuando el modelo, el prototipo de la Ciudad de Asgard, de Agartha, de Shamballah, de la Ciudad de los Césares, se edifique siempre sobre la nostalgia y el recuerdo de la morada ancestral del Rayo Verde. La consistencia de la plasmación de la Ciudad, al igual que del cuerpo de los Divyas, y la materia de que se componga el Carro o Vehículo del Dios, habrá de corresponder a la sustancia y vibración de la energía del mundo que penetren, para hacerse visible, por un instante, al órgano de la percepción de las mentes de los seres que lo habiten.

     Así habrá de comprenderse la afirmación de que "los Platillos Voladores, los Ovnis, son ángeles...". Entran, se ven por un instante y luego desaparecen. Se han "integrado", pero deberán partir rápido para no cristalizar y no perder la capacidad de "desintegrarse". El poder de Odil, de Hvareno, la Ciencia de la Implosión, la capacidad de retornar al Centro ("que está en ninguna parte").

     El Misterio de la Encarnación Odínica no es fundamentalmente distinto al de la Encarnación del Esoterismo Krístico, al Misterio Eucarístico de la Misa, o Mese, que quiere decir siembra, cosecha. Los granos se dispersan sobre la tierra del Demiurgo (¿un grano de trigo es exactamente igual a otro?, ¿lo es en su esencia?, ¿y las espigas, lo son al grano?), los ejércitos se extienden en un plan de ataque prefijado por los guerreros de Asgard, por su Jefe Supremo, el "Señor de los Ejércitos", Wotan, que también es poeta. Su Guerra es un Relámpago, una Blitzkrieg(como la del Führer); se gana o se pierde como el rayo. Porque Wotan también es el viento, el huracán. Y su caballo Sleipnir, de ocho patas, galopa sólo con cuatro en este mundo. Las otras son para la Eternidad.

     Cuando el Ovni baja aquí, se abren sus puertas y salen los guerreros como un huracán. Cada uno de esos Einherier es igual a Wotan, es Él, aunque se llame Baldur, Thor, Siegfried, Tristán o Parzival. Cada uno vivirá una historia arquetípica, que sólo en Wotan se transustancializa. Y es como la Hostia, que también es redonda como el Vimana, como el Ovni, como el Carro de Guerra del Señor de los Ejércitos, de luz radiante y que, al dividirse, en cada una de sus partes contiene al Dios entero.



LA DERROTA.
LOS VANEN Y LOS ASEN

     Mitgard es el Jardín que habitan los Bienaventurados, los Siddhas, un poco más afuera, adentro, o antes, en la respiración demiúrgica, en la Edad Dorada, solar. Quizás en el Sol. Allí, los Wanengötter, los divinos Vanen, son los "Maestros de Disciplina" de sus huestes, de sus batallones. En el Bannwald, "Bosque del Destierro". Son como los espartanos en Esparta, en el "Jardín de la Disciplina". Pero son los Asengötter, los Dioses Asen, quienes, viniendo desde la Ciudad de Asgard han entregado un alma a las formas humanas, que el Demiurgo corrompiera, "robotizándolas". Son ellos los que se enamoran de las hijas de los hombres".

     En el Polo Norte, en tiempos cuando el Eje de la Tierra, la Columna de Gerda —ER, IR— estaba derecha, apuntando recto hacia la Estrella Polar, y no había estaciones sino un clima estable, y las Casas del Zodíaco no ejercían influencia sobre Gerda, ni sobre los Dioses que la visitaban, porque no había precesión de los equinoccios, existió el Continente de Hiperbórea, en el lugar donde hoy reinan los hielos de la muerte. Eternamente verde, Greenland, Tierra Verde, Vanen y Asen lo habitaban.

     Hemos visto que la estrategia del Demiurgo y su Guerra pudo iniciarse con una Explosión (el famoso Big Bang de la ciencia judía) que divide una Totalidad pre-existente en un Universo invisible, de otra Luz. Sobre esa partición el Demiurgo sobrepone su plagio y su falsificación, haciendo aparecer los astros de este Cosmos, visible a los ojos de la carne, las galaxias y los mundos cada vez más numerosos, porque el Demiurgo extiende su plagio a expensas de los Universos de la Nada, de Espíritu, de pura Inexistencia, revistiendo de materia al Círculo, "cuya circunferencia está en todas partes y su centro en ninguna"... Es así como ha puesto el "uniforme del prisionero", en su Campo de Concentración, a todo lo que esclaviza y corrompe. Las ondas gravitacionales son las cadenas, los grilletes del Demiurgo.

     Y logrará extenderse si se lo permitiéramos. Porque todo es creación, invención de la Voluntad. Representación de la Voluntad; en este caso, de la Voluntad del Demiurgo. Voluntad de Poder, de Potencia; Wille zur Macht.

     A la Gravitación debemos oponerle la Plasmación. A la Explosión, la Implosión. La explosión presupone un Universo finito, limitado, que se destruye con el agotarse de la energía expansiva y que se repite eternamente, dentro del Eterno Retorno, en el expirar e inspirar del Demiurgo-Brahma, del Uno, por causa de la inmortalidad de los Dioses prisioneros, decimos nosotros. La Plasmación, por el contrario, está allí, inmóvil, como Plasma y filamentos de Plasma, dentro o más allá de los Hoyos Negros implosivos, de sus campos magnéticos, en un Universo-anti, necesariamente infinito, sin comienzo ni fin, inexistente, como la Nada. Su Tiempo es otro, se halla en reserva, muy parecido a la Eternidad. Si de alguna manera llegara a expresarse sería en ondas electromagnéticas, que no provienen de su esencia, sino como una reacción al contacto con las ondas gravitacionales causadas por el Demiurgo. Y ambas, juntas, en su choque y combate, revestirían la materia, lo que vendría a ser el Universo deformado y plagiado, que nos es dado percibir desde aquí. Tampoco la gravitación es producto del Demiurgo, sino que es como una "exudación" de los Dioses, como un dolor, al ser aprisionados en el cepo de la materia corrompida. La Gravitación es el dolor de los Dioses. Por eso la ciencia judía desea extenderla a todos los Universos. Pero los Dioses son un Plasma (es decir, se han plasmado aquí), el mismo Sol es un Plasma. Y el plasma no es un gas, ni un líquido, ni es un sólido, aunque se "plasme" en ellos y en la forma de los astros y en la humana. Es un cuarto estado de la materia, según se cree. Y habrá un quinto y otros más. El Viento Solar es un plasma. Saturno-Kronos se halla rodeado por Anillos de plasma. Ellos lo sacarán un día de su prisión.

     Cada astro del firmamento es un Dios dividido por la explosión demiúrgica y aprisionado. Sirven ahora como esclavos al Demiurgo, en espera de alcanzar el último día del Ragnarök, cuando serán devorados por el Gran Lobo Fenrir. Pero debajo de cada astro, en su centro intocado, hay un Dios que pena y espera su resurrección, su transfiguración, como dentro de cada roca, de cada planta, de cada animal. Lo hemos dicho: si el Universo demiúrgico vuelve a recrearse, en un nuevo Kalpa, en una nueva Expiración de Brahma, en la Rueda del Eterno Retorno, débese a que los Dioses han entregado su energía Espiritual a ese Vampiro Oscuro. Mas, el día en que todos los Dioses sean liberados y redimidos por el combate de los Héroes, el Demiurgo desaparecerá para siempre, tocado por su propia destrucción, en el Big Crunchde su propia inspiración mecánica, inevitable, devorado por su hambre; o bien, succionado por la Implosión Divina, por ese campo magnético, donde su pura Ilusión se actualizará.

* * * *

     He aquí entonces que nos aproximamos al punto culminante y decisivo del Drama, que cambiará el acontecer dentro del Espacio-Tiempo y también en la Reserva de la Eternidad. Los guerreros divinos, los Siddhas, los Divyas, que, tras la primera explosión, han dividido voluntariamente sus Esferas, aprovechando la "reacción en cadena", esa "palanca" o "punto de apoyo externo", por así decir, han entrado a combatir dentro de los Universos del Demiurgo, tratando de liberar a los primeros Dioses-Aionesque cayeron prisioneros; algunos Él en busca de su "ella", algunas Ella, en busca de su "él". También trataban de despertar a los Dioses Neutrales, pensando poder destruír, o borrar, la "Copia" que el Gran Falsificador ha sobrepuesto sobre el Plasma, o Tela del Universo.

     Todo esto intentaban los Vanen y los Asen desde su Ciudad de Asgard, de Agartha, con su capital Shamballah, también llamada Thule, en una Hiperbórea Polar, materializada sólo a medias, en el Polo Norte, en la Edad de Oro, en el Satya-yuga, regido por Sat-Ur-No y Re-A.

     Los divinos habitantes de la Hiperbórea Polar eran los Él y Ellas desprendidos de ELELLA y ELLAEL, que no fueron hechos prisioneros, habitantes con anterioridad de otras Hiperbóreas del firmamento, de materias aún más sutiles, a veces en la proximidad misma del Sol Negro, del Rayo Verde, o en Venus, la Estrella de la Mañana. En verdad, permanecían poco aquí, para no perder la capacidad de trasladarse de mundo en mundo, entre distintos planos mentales de existencia. Entraban y salían, valiéndose del Órgano Odínico, de Urna, de Hvareno. Visitaban los Astros-Dioses prisioneros, habitados por divinos espíritus, atrapados por el Demiurgo, de distinta consistencia y vibración; "él" y "ella", animales, plantas, rocas, fuego, agua, aire, figuras arquetípicas recurrentes. Estos astros también tuvieron alguna vez otras consistencias más sutiles, porque también ellos fueron ELELLA y ELLAEL. Liberarlos significaría poder restituírles la capacidad de desintegrarse, sutilizando su materia, recuperando así un "cuerpo etérico", "astral", "mental". Para "salir en astral" nuevamente, cosa que los Vanen y los Asen efectuaban a menudo, para retornar al Walhalla, a Asgard.

     Los Vanen y los Asen, aun cuando bienaventurados, templaban sus armas en el Bosque del Destierro, en el Bannwald, envueltos en la semi-penumbra, o semi-luz, de la nostalgia del Hogar Perdido, de la totalidad primigenia, que como una música recóndita les llegaba desde más allá de las estrellas. En los inmensos espacios buscaban la otra parte de su totalidad, en las Rondas del Eterno Retorno, a sabiendas que lo lograrían venciendo en la Gran Guerra. Ellos eran los Dioses-Guerreros; ellas, las Sacerdotisas, las Asinen y Vaninen, que custodiaban el Fuego en Hiperbórea, las Lámparas de Luz Fría. La nacida quinta en una Casa de Familia, en Aryanabaiji—la Hermandad Arya de Thule— tendría la capacidad de representar la visión del Origen, del Huevo Órfico y de iniciar en el A-MorMágico, capaz de resucitar a los Héroes, ya caídos. Ellas poseían la Fuerza femenina llamada Aropa, contraparte del Bundi masculino. Licor dorado del sexo de la Sacerdotisa-Virgen, de la Asina, de la Vanina. Mezclada a Bundi sería capaz de desintegrar la pesada materia de las Estrellas Prisioneras, de derrotar al Demiurgo.

     Cuando era necesario producir nuevos guerreros para invadir los mundos innumerables del Demiurgo, los Divyas creaban otros cuerpos por medio de una partenogénesis mental, tal como Zeus diera vida a Atenea sacándola de su cabeza, en su justa edad y vestida de guerrero.

     Casi todos los astros, en especial aquellos más alejados de la Explosión primera, los que no emitían luz propia, eran huecos y poblados en su interior por seres que vivían historias paralelas a los habitantes de la superficie, aunque al revés. Adentro se ganaban los combates que aquí se perdían, se iba hacia el pasado en lugar de hacia el futuro, se giraba en dirección opuesta. En el inmenso Imperio del Demiurgo, del Uno, regido por Aiones-Esclavos, el Tiempo no es el mismo, marcha con distinta velocidad, porque su espacio es más, o es menos espeso, las cadenas de la gravitación pesan diferente. En la Hiperbórea Polar, los seres no morían, únicamente cambiaban de estado. Y cuando perdieron la capacidad de salirse y de transitar, despojados de Urna, de Hvareno, de Odil, cuando Bundi saltó hacia afuera —ya no integrado con Aropa—, para procrear el Hijo de la Carne, los hiperbóreos vivieron todavía mil años. Esto era en el Satya-yuga.

     Fue con la derrota de los Asen que la Muerte se precipitó como un huracán sobre los inmortales.


EL PECADO RACIAL


     La Muerte es el horno en que el Demiurgo guisa su alimento. La materia se disuelve en la materia, la energía gira, se transforma, y del dolor ascienden los vapores espesos que lo fortalecen. Su mayor alegría la extrae del sufrimiento.

     Mas, la muerte orgánica, provocada por el Demiurgo, es también la falsificación y corrupción de un Arquetipo extra-celeste (¿de la partición del Huevo Órfico, del Eros Cosmogónico?), que la iniciación de los Héroes reproduce en la Muerte Mística, Mágica, cuando al Aryo le ha sido dado descubrir el Camino de la Resurrección, y Wotan, crucificado en el árbol Iggdrasil, del Espanto, ha reencontrado las Runas.

     Pero no nos adelantemos. Estamos aún en Paradesha, la Región Alta, polar, junto al Monte de la Revelación. Asen y Vanen viajaban constantemente a otros astros del firmamento, conformando ellos mismos sus Vehículos, sus Vimanas, desintegrando y rehaciendo sus formas materiales, sutilizándolas o densificándolas. No se han encontrado osamentas fósiles de aquellas lejanías, pues los huesos no existían ni siquiera en el animal-hombre, menos en los "ángeles", ambos de consistencia semi-vaporosa. La gran falla de la "fabricación" demiúrgica queda de manifiesto en la economía con que se han montado los órganos de la reproducción, confusamente mezclados con los de evacuación de residuos corporales. La misma boca que besa, come.

     La sangre original de los Divyas era ígnea, envuelta en ese color azul que desprende la llama. Así, el color del cuerpo y de la sangre de los Hiperbóreos era azul, como el de Krishna y el de Shiva. De este modo se veían aquí. Sus cabelleras eran casi blancas de doradas, como filamentos de seda o de lana. Las guedejas de las Asinen y Vaninen flotaban al viento de los milenios, bajo las encinas de Hiperbórea.

     La sangre era lo más preciado, era un río de fuego frío, de Luz Helada; era la Vía Regia, que aún se preservaba en la conexión de Él y Ella con la Mónada, con lo que aún restaba del Huevo Primigenio, de ELELLA Y ELLAEL, con Aquello que se quedara esperando como al borde de una Fuente (fons perennis). La sangre era el Cordón Dorado que mantenía la unión con lo Indecible, la Nostalgia, la Voz, el Recuerdo de la Eternidad. La Sangre era la Memoria de la Raza de los Inmortales, de los Dioses. Mientras esa sangre se mantuvo pura.

     Y he aquí que los Asen mezclaron su sangre.

* * * *

     Los viejos textos, el "Libro de Enoc", nos cuentan de la caída de los ángeles, del enamoramiento de los Nefelim por las hijas de los hombres. Como la mayoría de los documentos han sido expoliados débese pensar que también aquí existe adulteración. ¿Qué significa "hijas de los hombres"?. ¿Y qué es el hombre?; ¿cómo y cuándo aparece? Sin duda, debe ser también un plagio del Demiurgo, jamás una creación, porque el Demiurgo es incapaz de crear. ¿De dónde obtiene el original para adulterarlo? Pensemos: ¿Qué ha pasado con "él" y con "ella", una vez salidos del Huevo pre-Cosmogónico, que la explosión demiúrgica alcanzara? Ni ese "él" ni esa "ella" tienen realidad ontológica separados de su centro original. Ha sido fácil para el Demiurgo aprisionarlos "vampíricamente", y producir la involución del mono, de los grandes homínidos, del Hombre de Neanderthal, de los antropoides, de los animales que son una degenerada corrupción y subdivisión de los "él" y "ellas", falsificación y copia. Así, la Humanidad sería "él" y "ellas" corrompidos por el Demiurgo, aprisionados, devenidos mortales. He aquí Adán y Eva. Adán, el "hombre rojo", hecho a imagen de Lucifer, corrupción de Odín, pero sin la materia incorruptible, de verdadera Vajra Roja (producto de la Rubedo, de la Alquimia Tántrica), dura como el rubí. Eva, corrupción de Lilith-Freya. Son los animales-hombres, máquinas "robóticas" del Demiurgo, su alimento.

     Pero esa "mujer humana", "hija de los hombres" y de la tierra, en algo preserva su primordial belleza, en un cierto magnetismo irresistible, que fuera capaz de "enamorar a los ángeles", una sustancia femenina abisal. A causa de la muerte, el Demiurgo ha debido dotarla de órganos físicos de la reproducción, que le permiten multiplicar su alimento, y que son capaces de mezclar el placer intenso del orgasmo con el dolor y la sangre de los nacimientos. Así evita el Demiurgo que con la muerte su "combustible" también desaparezca. Con el nacimiento obliga a otros "él" y "ellas" a encarnarse, aprisionándolos en sus redes. La energía capaz de crear nuevos cuerpos y dar nuevas vidas, el Demiurgo la obtiene de esa sangre ígnea que "él" y "ella" también poseían, fuego mágico desprendido del Eros proto-Cosmogónico, potencia que han llamado Kundalini, en sánscrito, y que es una Serpiente de fuego y plumas de fuego, la Serpiente del Paraíso, de Hiperbórea, una pequeñísima parte de la cual se expresa en la energía sexual y una mayor en la Fuerza Odil, con la que Zeus creara a Atenea, Corrompida por el Demiurgo, será capaz de dar vida a nuevos cuerpos, como una trampa para aprisionar en su materia a los "él" y "ellas" trashumantes.

     ¿Qué hizo que los Asen se "enamoraran" de las hijas de los hombres, cayendo en las redes de la reproducción? La leyenda nos cuenta que Hiperbórea se encontraba separada de los otros continentes de esta Tierra por un Cordón Dorado, de oro y plata. Más allá de esos límites habitaban las "hijas de los hombres". Los Asen las vieron un día y no pudieron resistir la tentación de amarlas. Debió ser también el Demiurgo quien dotara a los Asen de los órganos de la reproducción física, de que ellos carecían. ¿Significó un pacto con el Demiurgo?, ¿o fue un riesgo aceptado, puesto que conllevaba la muerte y el peligro de la pérdida de la inmortalidad, riesgo inmenso, pero que ofrecía a cambio algo jamás soñado ni por los más grandes utopistas...?.

     Tampoco habría sido difícil para los divinos Asenhacer aparecer en sus cuerpos los órganos de la reproducción física, por medio del poder de Odil; separados al comienzo de cualquiera otra función biológica, hasta su corrupción demiúrgica. El Mito nos revela que los divinos no pensaban valerse del sexo de un modo permanente. Zeus —el Ziso de los germanos— crea un hijo de la carne, Hefestos-Vulcano, que nace feo y deforme. Por ello lo arroja al centro de la Tierra y deja de procrear de ese modo. Hará nacer a Atenea de su cabeza, como ya lo hemos dicho.

     Hace casi cuarenta años, así relataba [yo] en "Ni por Mar ni por Tierra" [1950] la caída del divino Asen: "Viéndola reposar sobre el primer Monte sobreviviente, el Monte Cassuati, donde cinco hombres se salvaron del Diluvio, descubre reflejos de cielo. Dentro de esa forma está también su mundo; pero más duro, más espeso, más lleno de dolor. Y el Ángel cae (...) ¿Qué gran caída hubo en el Universo? Parece como que la tierra es una escoria, que nuestro mundo lo es... Caída, primero, involución... El Ángel se enamora del hombre... el pecado fue la unión de los Dioses con el animal-hombre...".

     Hace cuarenta años la misma concepción, casi idénticas palabras. Venía yo de vuelta de la Antártica, donde el Hitlerismo Esotérico me había sido revelado por el Avatãra.

     El Demiurgo nada crea. ¿De dónde ha sacado, entonces, la capacidad de hacer aparecer seres nuevos por "inseminación"? Pues, procreación artificial es la que el Demiurgo logra por medio del sexo de los humanos. Copia también, plagio y corrupción de la "partenogénesis" de los Dioses. Al Demiurgo pertenece sólo la Explosión, la división, como revertimiento de la Implosión, del ensimismamiento divino. Partición, destrucción de la Totalidad. Lo hemos dicho: también su Explosión ha venido a servir de palanca o trampolín a los Dioses para salir por la herida o ventana abierta en el Huevo Primigenio, en busca de una "cantidad" que por allí se escapara. Pero el Huevo no se ha roto, únicamente ha adelgazado sus paredes como para permitir filtrarse, salir, a "él" y "ella". Y, luego, a los Él y las Ella. Esa aparente herida abierta ya no cicatrizará jamás, aun cuando el Huevo siga existiendo como  Mónada, como Purusha, como Morada Ancestral. Así, también, de este prototipo se plagia la procreación física demiúrgica. Del ovario, a través de sus paredes adelgazadas, escapa un óvulo que será alcanzado por la "explosión" seminal; se ha filtrado una célula, que es ya predestinada a aprisionar a un "él" o a una "ella" en la tierra.

     ¿Qué es el semen? Es la sangre de los divinos succionada por el Demiurgo y convertida en sustancia espesa de luz blanca con la ayuda de un Aion prisionero, de Surya, el Sol de Oro. El semen es la Runa Odaltransustanciada, el Fuego Azul empalidecido, es el robo del Gral, el aniquilamiento de Kundalini, el debilitamiento y muerte de la Serpiente del Paraíso, de la Serpiente de Quetzalcóatl. El semen es el Poder de los Dioses arrojado a una sentina. Otra forma en que el Demiurgo bebe la sangre de los Dioses, destruyendo su Poder y su Voluntad Creadora. Por ello, la iniciación Tántrica de la India Aria prohíbe la eyaculación del semen a sus adeptos, como una pérdida del Oro alquímico, del aurum potabile.

     Tan grande habrá sido la conmoción producida por la caída de los Asen de Asgard, de Paradesha, de Hiperbórea, que los Vanen no pueden resistirlo y desean castigar a los infractores de la Sagrada Ley Racial de los Divinos. Todos los textos sobrevivientes del más lejano pasado nos cuentan de una Guerra Inmensa acaecida en los cielos (¿del quinto hacia abajo?). El ángel Gabriel lucha contra Lucifer (que en verdad es Miguel, patrono de los germanos). Y Lucifer es exiliado en el Polo Norte, donde cae de cabeza, con los brazos abiertos y extendidos, como la Runa Ir, de la Muerte (Muerte Mística). La simbología de esta Historia Cósmica y sacra deberá ser siempre revisada por el Hitlerismo Esotérico, pues ha sido adulterada por el judeo-cristianismo.

     Por esa Ley de Solidaridad, o "sincronismo", la catástrofe interior de la Raza de los Inmortales será seguida por otra exterior en la Naturaleza y en el Cosmos. Entonces se produce la desviación del Eje de la Tierra y el salto de los polos, de modo que el Polo Norte pasará a ser el Polo Sur, en la Antártica (es allí donde se encuentra Lucifer ahora), helándose el Continente de Hiperbórea y dejando en ambos extremos cerradas las entradas a la Tierra Hueca, las que antes se hallaban permanentemente abiertas, uniendo el interior al exterior, por una escala o rayo de luz ("dentro" y "fuera" eran meras palabras). La Escala de Luz era la Runa Sieg. Ahora esas entradas sólo se abrirán en las estaciones del verano, o en el equinoccio de primavera, conjuntamente con la "Ventana del Ozono", en el Polo Sur y en el Polo Norte.

     Ha desaparecido la Hiperbórea Polar, cubierta por los hielos. Gerda queda prisionera de la ronda de las constelaciones del Zodíaco, por la ley de la gravedad y por la Precesión de los Equinoccios, que a su vez producirá la traslación de los continentes, por la desviación del Eje, que es causa de ese balance de la esfera. Saturno habrá sido transmutado en Satán, desapareciendo el Sat-ya-yuga, o Edad Dorada. El Tiempo-Kronos devora a sus propios hijos y, al final, se lo traga todo, como el Lobo Fenrir.

     Los Vanen no pueden resistir tanta desgracia, entran en la Tierra Interior por la Puerta-Herida del Polo, se trasladan a ese Mundo astral, al alma, a aquello que aún resta de materia más sutil en este planeta, para instalar allí sus Ciudades de Agartha y Shamballah. También la Ciudad de los Césares de la leyenda del Sur, a la que sólo se llega en el Caleuche; con el Hombre que Vendrá.

     La catástrofe cósmica y planetaria se produce cuando una parte importante de los divinos, profundamente distraídos en su amor con las mujeres de la Tierra, ha dejado de luchar por la regeneración de la materia, perdiendo poco a poco la potencia Odínica, y por causa de la impureza depositada en su sangre con la mezcla con el animal-hombre. Así pierden la capacidad de desintegrarse, no pudiendo pasar con sus cuerpos a otros planos menos densos del Universo y a otra dirección del Tiempo. Llegarán a olvidarse de su origen divino, sin recordar que fueron una vez Dioses. Se pensarán iguales a los mortales. Han perdido la posibilidad de restablecer el contacto con los Divyas o Siddhas de Agartha y Shamballa. Ya no podrán entrar a la Tierra Hueca, ni oirán la Voz en la Memoria de la Sangre, por las impurezas de la mezcla con el Sudra. Se habrán olvidado de Asgard, del Paraíso de los Asen y de sus antepasados inmortales. Serán así los verdaderos expulsados del Paraíso, de Paradesha, de la Hiperbórea Polar.

     La Tierra gira ahora en dirección contrapuesta, dextrógiramente. Por ello, los seres del Éxodo llevarán como Emblema la Swástika Dextrógira, guiados por un guerrero de nombre Rama, en la Era del Carnero. La Tierra ha entrado en el círculo de las estaciones; el clima estable ha dado paso al clima cíclico. Los que algún día pretendan regresar a Paradesha deberán hacerlo con la Swástika Levógira, girando hacia atrás, hacia el origen polar. El Guía será Wotan-Lucifer.


LUCIFER, LA ESTRELLA DE LA MAÑANA.
LOS GIGANTES

     Lucifer es la Luz más Bella. Los cátaros lo llamaban Lucibel. Sólo una parte de Él ha caído de cabeza en el Polo Norte, quedando allí encadenado. Lo más esencial, lo mejor de Sí permanece en la Estrella de la Mañana, también llamada Venus y Frija. Es Baldur, es Wotan, es Quetzalcóatl, es Bafomet. Es la Virgen de la Constelación de Virgo, sobre la de Piscis, que ha regido por dos mil doscientos años. El Sol es la Virgen en Leo. Para los germanos el Sol es femenino, die Sonne. Pero la Estrella de la Mañana es doble, pues también es la Estrella de la Tarde. Oyeihue y Yepun para los araucanos. Se representa en la doble Runa Sieg, en los dos guerreros templarios sobre un solo caballo y en Bafomet, con una cabeza y dos rostros. Es un Dios-Diosa, un gran Combatiente que vino a fijarse voluntariamente en el cielo, casi justo cuando el Asen cayó enamorado de las hijas de los hombres. Porque Venus no era una estrella sino un cometa peregrino, viajero del infinito, venido de fuera del espacio demiúrgico, y se detuvo allí para poder ayudar a los héroes prisioneros, recordándoles, con sus señales y su luz, la nostalgia del origen divino y el dolor de la pérdida. Esto sucedería poco antes de la aparición de la luz diurna de die Sonne, "la Sol". Porque la luz de Lucibel es luz andrógina, doble. Por ello, Otto Rahn decía que "Lucifer era un ejemplo para vivir y morir...". A Venus van a residir por un tiempo las divinas Walkirias que partieron de esta tierra para entregar su eternidad al Amado, las Ella, las Lilith, las Medea, Allouine, que ayudan con su recuerdo y nostalgia, en la espera de los guerreros que vencen en el Combate, de los héroes, de los Vîras. Allá les aguardan; porque es en la Estrella de la Mañana donde se encuentra su Walhalla.

     Los hijos de los Dioses y los hombres fueron los gigantes de los tiempos antiguos, al perderse el Continente de Hiperbórea, sumergido por los hielos de la muerte. Emigran hacia el Gobi donde fundan una alta civilización. Y cuando también esa región es transformada en un desierto ("el Desierto se extiende", decía Nietzsche) peregrinan en dirección de Occidente, refugiándose en el Himalaya (en el Himavat) donde existen entradas a la Tierra Hueca, que a menudo ellos no ven.

     Ha comenzado la lucha entre los gigantes y los hombres, entre los héroes, los Vîras y los Sudras. Algunos héroes traicionan y colaboran en la destrucción de los gigantes, como Heracles-Hércules. Utilizan la astucia, que es un subproducto de la mezcla de las sangres. Sin embargo, Hércules también ayudará a Prometeo a liberarse.

     La Guerra ha descendido a la corteza terrestre, y ya no se irá más. El Demiurgo necesita de sus emanaciones y hedores para alimentarse. Y ya nadie sabe por qué se combate. No lo sabrán hasta la llegada del Führer, Adolf Hitler, y hasta la encarnación del Ultimo Avatãra.

     Son los gigantes quienes construyen la civilización del paleolítico, la más grande y sabia civilización instaurada en la Tierra, posterior a la pérdida de Hiperbórea. En esa época aún el hombre semi-divino, el héroe, el gigante, no había perdido totalmente su poder ni la capacidad de sus funciones, superiores a las centradas en el cerebro racional, en la corteza cerebral y terrestre. Pensaba con otro órgano del cuerpo, con otros cerebros, u otro hemisferio del cerebro. Por ello dejó que la Piedra permaneciera en estado crítico, encontrando su equilibrio molecular; o bien, provocó su desequilibrio, por medio de tensiones, para lograr comunicarse con el Dios que allí dentro se halla aprisionado, obteniendo su colaboración. Si hubiese pulido la piedra, habría interferido en su "pensamiento", impidiendo su acción "solidaria", o "sincronismo" con la Mente del Hombre-Divino, del Mago del Armanen. Los menhires, los dólmenes, los cromlesh son muestras de una sabiduría y una magia perdidas en la Historia, pero que fuera activa en la ante-Historia, en la pre-Historia. Stonehenge nos lo muestra. Lo he experimentado personalmente allí. Siempre me llamó la atención, en mis años de India, en la lectura de sus textos sacros y de sus poemas heroicos, lo que solía decirse de los Vimanas, o carros voladores: fueron construídos de piedra. "¿Cómo podría elevarse una piedra?", me preguntaba.

     Muchos años después la respuesta me fue dada. En Stonehenge, en las planicies de Gales. Era un día de Sol, muy frío y transparente, de fuerte viento, con el mar cercano. Penetré en el círculo de menhires y dólmenes, ya incompleto, perdida la mayor parte de su magia y equilibrio, por falta de muchas de sus rocas, desaparecidas o destruídas. Fui a apoyarme en un altísimo dolmen, con las palmas de las manos tocando la roca y reposando allí el cuerpo. Cerré los ojos y escuché el viento, sintiendo que la piedra comenzaba a vibrar, a "murmurar", como si el viento fuera un arco raspando una cuerda; muy quedo al comienzo, pero en aumento constante. Supe que si me dejaba ir, si no interrumpía el "proceso solidario" de la Naturaleza, el viento se transformaría en huracán, y, poco a poco, perdería el control de mi mente, "perdería el  conocimiento". Supe que la piedra se iría, se saldría, como desintegrada, sumida en sí-misma. Y yo me iría con ella, desapareciendo... Éste era el Vimana de Piedra... E interrumpí el proceso; porque aún tengo cosas que hacer aquí...

     Imaginémonos lo que Stonehenge sería en la pre-Historia, cuando estaba completo, con todas sus rocas en tensión equilibrada, cuando era, además, un observatorio estelar y allí sólo entraban los Armanen, los Maestros-Magos de las Runas, los Runenlauteren, los Bauhülte, los "albañiles", poderosos Guías de los gigantes. Sus mantras, sus signos, o mudras, recuperaban la posibilidad de salirse y entrar, gracias al reencuentro con las Runas por el Héroe-Dios Wotan, el Guía de los Asen en el Destierro. Allí se practicaría la Muerte Mística y el A-MorMágico.

     Como en los Externsteine del Bosque de Westfalia, como en Tiahuanacu y en la Isla de Pascua, en Te-Pito-O-Te-Henua, tras el hundimiento de la Lemuria y la desaparición de la Atlántida, como en las rocas de Santo Domingo, en las playas de Chile, las piedras fueron puestas a propósito por una raza de gigantes hiperbóreos.


     En "Adolf Hitler, el Ultimo Avatãra" me he referido detenidamente a los Externsteine y a la crucifixión del Dios-Gigante, Wotan, que ahí se plasmara en la roca, como un recuerdo perenne, para los siglos, dentro del espacio-tiempo, del sacrificio del Gran Asen, en el Árbol Iggdrasil, para poder reencontrar las Runas que redimirían al Héroe de su caída, superando el Destierro. Las Runas son ese Poder perdido en Hiperbórea, hecho visible como Signo exterior durante el Éxodo y con la materialización del Dios. Wotan hará posible así la Resurrección del Héroe, de Baldur, del Hijo-Camarada. La Resurrección de Sí-Mismo.


     El simbolismo profundo de todo esto lo trataremos alguna vez. Por ahora, bástenos señalar cuánto ha plagiado el cristianismo de Roma y de qué modo ha destruído ese simbolismo esotérico de la crucifixión de un Dios-Héroe y de la Resurrección de Baldur-Wotan, sobreponiéndose a la Muerte Mística de un Aryo, un nacido dos veces, un re-nacido; del Héroe que ha sido capaz de remontar la mezcla con los hijos del animal-hombre y purificar su sangre hiperbórea.

     Fue en el Castillo de Wewelsburg, que orientaba sus torreones como la Lanza de Longinus hacia la Crucifixión de Wotan en los Externsteine, donde los iniciados SS trataron también de re-nacer, de resucitar como Aryos, valiéndose de la recuperación del Poder de Odily por el uso mágico de las Runas, del Futharkde Wotan y de la Ciencia Implosiva del Paleolítico. En la sala central del Castillo aún pendía una enorme piedra en "estado crítico", sin pulir, indicándonos lo que el Hitlerismo Esotérico fue y lo que aún es: el grandioso intento de creación del Hombre-Dios, del Superhombre, por medio de la Alquimia Tántrica de la Piedra, de lapis, y de la recuperación de la pureza de la sangre de los Asen divinos, del Fuego de la Serpiente del Paraíso, que en sánscrito se ha llamado Kundalini.


LA APARICIÓN DEL YO

    Con insistencia, una y otra vez, nos repetiremos la pregunta- ¿La mezcla de los divinos con las hijas de los hombres, fue una derrota, una caída, o fue un acto voluntario, propiciado por los Asen?. ¿Una estrategia audaz para el Combate? Si el Demiurgo extendía sus dominios a expensas de los mundos espirituales, la respuesta más apropiada habría sido introducirse a la vez en el mundo del Enemigo, penetrándolo. Ciertamente, el Divya ha puesto en peligro su inmortalidad y hasta su divinidad; pero, si llegara a tener éxito, habría arrebatado al Demiurgo parcelas que le pertenecían; también los prisioneros-zombis, encantados en el Schastel Marveile de Clinschor. Con su sacrificio y heroísmo habrá hecho posible la divinización de algunos Sudras, del animal-hombre, a la vez que Él mismo se hacía parcialmente hombre, descendiendo en el hombre. (Misterio esotérico de la Encarnación-Plasmación-Krística). Se ha servido de la ley demiúrgica de la termodinámica, que rige en esos dominios. El Dios encarnado acata esta ley, además de la entropía, haciéndose mortal.

     Al exponer de este modo un tan profundo Misterio, nos será dado penetrarlo aún más con el Kristianismo Esotérico, nimbado de Luz Odínica y de la Crucifixión de Wotan en el Árbol Iggdrasil; con la Luz que se desprende de Hangatyr, el Crucificado en el mundo de la materia, que con anterioridad fuera Tyrkreis, el Crucificado en el Árbol del Zodíaco. Porque la Crucifixión terrestre, esa Plasmación en la Piedra de los Externsteine, es la reproducción de un Arquetipo astrológico, zodiacal.

     Cumplida la caída y la mezcla de sangres, la Divinidad ha perdido el Poder Odílico. Todo se ha oscurecido, obnubilado, su Universo mismo se ha destruído en una catástrofe solidaria; se ha sumergido Asgard, Hiperbórea, se ha desviado el Eje de la Tierra, la Columna de Gerda, Irmin, el Irminsul. El Lobo Fenrir ha devorado el mundo, el Walhalla de los Dioses. Y en esa oscura noche, Wotan se ha crucificado. Pende allí por nueve noches zodiacales, sufriente, solo, sin hidromiel para beber, sin Soma de su sangre, herido en el costado por la Lanza de un joven Vanen en su shakra cordial, en Anahatha, en la constelación de Aries, hasta el momento en que redescubre las Runas, por su sacrificio y su tormento. O sea, el Poder que se perdiera con la mezcla y que ahora se le retornará en la materia terrestre y cósmica, como Signo, que es la Espada capaz de combatir al Demiurgo y de recuperar la inmortalidad para el Héroe. Rayo de la Victoria, Arma invencible, Lanza de Longinus que hace posible la Resurrección [1]. Éste es el Futhark de Wotan.

[1] La punta de esta Lanza se guardaba en el Castillo de Wewelsburg, de los SS.

     El Dios ha resucitado como el Hijo, de nombre Baldur. Y también como Kristos. Porque Wotan es Zeus-Donar-Thor y también es Júpiter y es Shiva. Y Baldur es el rubio Dios Blanco, Vishnú, de Hiperbórea, de Sveta Dipa, la Isla del Esplendor, en el Polo Norte.

     Por todo esto, Wotan será el Maestro de la Yoga Rúnica, como Shiva lo es de la Yoga Tántrica. Ellos entregarán a los Héroes, que aquí luchan contra el Demiurgo y su propia caída, el Arma y la Sabiduría capaz de hacerlos resucitar desde el abismo de su mezcla, para transmutarse en Hombres-Absolutos, en Sonnenmenschen, en Superhombres, en Hombres-Dioses.

* * * *

     No ha sido el Demiurgo quien ha dado un alma al animal-hombre. Él lo ha degradado hasta el chimpancé, aprisionando en formas decadentes la energía impersonal de un "él" y una "ella", desprendidos de la Divinidad Andrógina. El alma la ha aportado el Asendivino, con el sacrificio de la mezcla con las "hijas de los hombres". ¿Y qué es el alma? Es una Energía implícita, una potencia —Geist, viento, soplo, pneuma, espíritu— capaz de desintegrar la materia demiúrgica, transmutándola en materia espiritual. Es esa Fuerza Odílica—de Odín-Wotan—, que también puede ser un "órgano" de la forma arquetípica de la Divinidad, recuperado para el Héroe-Vîramezclado con el animal-hombre.

     Es entonces que comienza a funcionar con gran intensidad el Molino de Viento de Wotan, llamado Grotti, primero en el firmamento, donde sus granos son los astros-Dioses y, luego, en Gerda. Su producto, como harina de trigo, no ya tan azul ni tan blanca, será el yo de los Héroes, algo que Wotan no ha pretendido conscientemente, pues los Dioses bienaventurados "nada sienten por sí mismos", como decía Hölderlin. Y son las Walkirias, Fenja y Menja, las que hacen girar la Rueda del Molino de los Asen y los Vanen, en dirección contraria al Viento de Satán-Saturno-Kronos, la Swástika Levógira, que los Albañiles Bauhültellamarían la Rueda Katharina, con un extraño parecido al nombre Kathar(Cátaro), y que en griego quiere decir puro.

     Pareciera que nadie habría deseado esto, que se hubiera producido solo, por un azar lleno de sentido. ¿O ya lo presentía el Asencuando puso en práctica su estrategia fatal, aceptando el sacrificio de la mezcla y la plasmación, cuando descendió cabeza abajo en el abismo, con la Runa Ir, para hacer así posible algo jamás soñado ni por los más grandes utopistas?.

     Porque, he aquí que el yo se origina en esa "explosión", en ese choque violento de dos sangres contrapuestas, la terrestre, corrompida por el Demiurgo, como imitación, plagio, química, materia, y la Divina. Allí se genera esa conciencia crepuscular de sí mismo, al tiempo que se atrofia el Órgano de Odín, posiblemente en la hipófisis, o lo que a ello corresponda en un plano más sutil, y que se ha llamado "Tercer Ojo", Ojo de los Gigantes, de Polifemo.

     Junto con aparecer el yo, asciende a la superficie otro continente —la "corteza cerebral"—. Se hunde la "Atlántida"—el cerebro arcaico, del Paleolítico— y aparece el pensamiento racional, hecho para trabajar en el mundo demiúrgico, demoníaco.

     Paulatinamente se ha dado a luz al Héroe, al Vîra, mezcla de lo divino y lo demoníaco, yendo ahora por el delgado territorio, por la angosta cinta del Libre Albedrío, por el doble filo de una Espada.

     Nunca antes, hasta ahora, existió algo semejante, ni en éste ni en otro Universo, porque los Dioses carecen de conciencia de Ellos Mismos, "nada sienten", siendo, además, inmortales. Los Héroes van perdiendo, poco a poco, la inmortalidad, junto con la "memoria-sin recuerdo" de su divinidad. El "yo" pareciera ser así un subproducto de la Muerte, porque es consciente de ella, de su difícil tránsito, y la teme. El "yo" es resultado de una Desgracia, de un Naufragio. De un modo dramático, es la compensación dolorosa por el sacrificio de Wotan, venido a combatir; por su crucifixión; es el resultado de la mezcla del Dios Asencon las "hijas de los hombres", del "enamoramiento" de los inmortales.

     No hay modo ya de poder desentenderse de esta carga. Aún en el más profundo Samadhi, o éxtasis, en esa "pérdida", persiste el "yo", para que se pueda recordar que se ha estado más allá del "yo". Únicamente en la muerte física, cuando Él pareciera ser reabsorbido por su Mónada, o, cuando, perdida finalmente su Batalla, es devorado por el Demiurgo, desaparecerá el "yo". Mas, dentro del Eterno Retorno, en el vientre de Saturno-Kronos, volverá por un número de Rondas prefijadas, mientras guarde energías.

     La única salida que para el Héroe queda, no es escapar de su "yo" terrestre, sino fortalecerlo, de tal modo que pueda transmutarlo en un Yo Absoluto, por medio del éxtasis tántrico llamado Kaivalia (de Kundalini, de la Tantra Kaula, o Kula) que significa "separado", "aparte", al revés de Samadhi, que significa "fusionado con el Uno", con el Ser Primordial, con el Demiurgo, Yahvé, o con Brahma, la Mónada, el Inmóvil, el Anciano de los Días ("Días de Brahma"), el Paralítico Eterno, con el Cristo del cristianismo con "c", o el Brahma de la Yoga Vedanta. El Héroe nunca más retornará a su Purusha, a su Huevo Original, Órfico, para ser reabsorbido, fusionado "vedantinamente", cristianamente en Dios, como un santo. Será, en cambio, un Mago, separado para siempre, más allá de todo, más allá de todo, en la última soledad. Será el Hombre-Absoluto, superior a los Dioses, consciente de Sí-Mismo, será un Astro, "más allá de las estrellas".

     No hay otra salida. Y afanosamente se la buscaba en los Laboratorios alquímicos, tántrico-genéticos, de los SS, en el Castillo de la Iniciación del Hitlerismo Esotérico, en Wewelsburg.

     Aquello que una vez fue el Divya, el Dios encarnado aquí y mezclado, el Asen, el Guerrero Divino, nunca más lo volverá a ser, pues ya no recuperará Asgard, Paradesha, la Hiperbórea Polar, la Atlántida sumergida. Como una vez lo fuera, de la misma forma, con esa pureza prístina, el Vîra, el Héroe mezclado, no lo será más, ni siquiera en la Rueda del Eterno Retorno, en los "Días y Noches de Brahma", en los Kalpas, Manvantaras y Yugas. Porque el Dios fue "contaminado" de un modo irreparable. Su pureza, su ingenuidad primeras, las ha perdido para siempre en la mezcla con las hijas de los hombres, con el animal-hombre, en la encarnación. La bienaventuranza, la inconsciencia de sí Mismo, su luminosa oscuridad, no volverán nunca. El único camino que le resta al Dios devenido Héroe, es seguir en el Combate, no retroceder jamás, insistir, hasta llegar a crear, en el "naufragio de su propia esperanza", la "cosa contemplada", como decía Shelley, su particular Paraíso, su Otra Asgard, su Nueva Totalidad, por medio del A-Mor, creando una Inmortalidad Consciente, fuera de todo, en "algo no soñado, ni por los más grandes utopistas...".

     Es el camino glorioso de los Guerreros Esotéricos del Hitlerismo.

     De cómo esto llegara a suceder, "ni los más grandes sabios, ni los Dioses, en los más altos cielos, lo saben... Pero tal vez los poetas lo sepan, o puedan llegar a imaginarlo...".

     Nos lo dicen los Vedas.

* * * *

     He aquí el Dios, el Asen, sobre la Tierra. Por un instante su forma se reproduce en la luz, se hace visible. Es un gigante luminoso, un Nefelim. Recordemos el cuadro de Leonardo, La Anunciación. El ángel ve a la mujer de carne, hecha de tierra, la "ella" prisionera, encadenada por el Demiurgo, y, en lo más profundo, siente la nostalgia, como un eco lejanísimo de Asgard, del Paraíso de ELELLA. La mujer lo mira sorprendida, con sus ojos traspasados de abismo y le extiende los brazos para invitarlo a participar de su íntimo dolor, del placer ilusorio, de su nada, del sueño de Maya. Y, así, nace el Hijo, un Gigante, un héroe; el Vîra. Porque el Dios ha penetrado en ese abismo, contaminando su sangre, invadiendo el campo del Enemigo.

     El héroe, el Hijo, no es ya un Dios, no es más un Divya; es una mezcla de Dios y hombre. Aún siendo un gigante, Dios no cabe entero en ese cuerpo. Menos en el cuerpo de un gigante-niño. ¡Qué mejor que aquí, en el crecimiento del cuerpo de un ser desvalido, se expresa el drama! Nada puede por sí mismo, ni siquiera caminar. Ya crecido, tendrá muy pocos años de madurez, para luego envejecer y morir, aun cuando en la Edad Dorada, en el Satya-yuga, la vida durara mil años. En la infancia, el niño carece de un "yo" consciente, siendo gobernado desde afuera por un Él ("Angel de la Guarda"). Es por esto que el niño no dice: "yo" quiero comer, sino: "el niño" quiere comer, "el niño" tiene hambre, "el niño" tiene frío. Se está mirando desde afuera.

     ¿Cuándo el niño viene a sentirse "yo"? Sólo cuando el Dios, o la Persona, entra en él, cuando una parte del Ángel lo penetra. Porque tampoco podrá entrar entero. Únicamente una parte de aquel Ser se aprisionará en el cuerpo, pasando a sentirse "yo", algo totalmente nuevo para el Ser, para la Persona, para Él, de modo que permanecerá escindido para siempre, unido solamente por un Cordón de Plata a ese cuerpo material, así como se encuentra unido a ELELLA, al Purusha, a la Mónada, por un Cordón Dorado. Y Alguien se habrá quedado esperando como al borde de una Fuente.

     El "yo" es así un resultado de la mezcla, del encuentro de un Dios con el animal-hombre, de la contaminación de una divina sangre. Encarnado el Dios Asen y aparecido el "yo", entrará en conflicto mortal, dramático con la Divinidad, con la Persona, con el Ángel, que se retira cada vez más a lejanías o profundidades inalcanzables. La seguridad se habrá perdido, conjuntamente con el Poder. Adviene el reino de la duda, tesis y antítesis, en la Constelación de Géminis, donde Cástor es mortal y Pólux inmortal. Es la muerte, la crucifixión de Baldur en Aries. La piel del Cordero sacrificado, el Vellocino de Oro pendiendo de la Encina del Firmamento. En Sagitario, Baldur, el Dios sacrificado, es herido por la flecha del Centauro (el conocimiento del "yo"), por la Lanza de Longinus. Porque el Arquetipo se reproduce y recorre todo el Universo demiúrgico. Lo que es arriba es abajo y viceversa.

* * * *

     Al acercarse el final de la encarnación en la vida de un héroe, por causa de los procesos mecánicos de una biología demiúrgica, por la entropía y la gravedad, por el Tiempo, el "yo" también se va como alejando del cuerpo envejecido, permitiendo que la energía retorne a una fuente, a la Persona que espera, para reabsorberse y desaparecer en ella, hasta el retorno en una nueva Ronda. O para ser devorados todos juntos por el Demiurgo, al terminarse el plazo de las Rondas prefijadas en el Eterno Retorno. En el Ragnarök.

     La diferencia que puede existir entre esta exposición y otras de un conocimiento abstracto, textos de filosofía o metafísica, de un cercano antaño, es la que existe entre un filósofo, un cientista y un Rishide la India védica. Los dos primeros lucubran, permaneciendo al margen de lo por ellos descrito; el Rishiexperimenta con su propia vida y de allí extrae un conocimiento vivencial. Rishi quiere decir "el que ve". Esta exposición la estoy sustrayendo de la Memoria de la Sangre, del recuerdo de lo que yo he visto. Así también se escribieron los textos védicos, las Edda, los versos de Homero, de Píndaro y todas mis obras.

     Es así también como sé que el "yo" se retira del cuerpo de un hombre anciano, poco a poco, porque lo he visto, lo he vivenciado. "Sincronísticamente", por ley de solidaridad, este proceso se reproduce en la biología humana y ha sido llamado arterioesclerosis. La ciencia materialista percibe sólo el cuerpo físico, visible al ojo terrestre. Pero lo que en verdad acontece es la retirada del Ángel, que una vez entrara en el cuerpo del niño, habiéndose ya cerrado su ciclo experimental en ese cuerpo. "Y el anciano volverá a ser como un niño". Es la llamada "segunda infancia de los viejos". Afuera de él mismo, habrá recuperado su Ángel de la Guarda. Habrá retornado a la Fuente.

     Visité al poeta hitlerista Ezra Pound, al final de sus días, cuando ya no hablaba. Su silencio era casi total, había enmudecido. Me senté junto a él, en su casa de Venecia, y, mirándolo a los ojos, fui quien habló y habló, sin obtener respuesta alguna. Con sus manos cruzadas, ni siquiera me veía, yéndose muy lejos, por la pequeñísima ventana de su cuarto, quizás si con las palomas de la Plaza de San Marcos, o sobre la cúpula de la Catedral de la Salutte, o junto al caballo de la estatua del Coleone. Entonces recordé, y me puse a hablarle no a su cuerpo allí sentado, sino un poco más arriba de su cabeza, dirigiendo mi voz hacia el techo... Y Ezra Pound me respondió..."At last you came!... You are one of the few!".

     El único monumento a Ezra Pound está en Medinaceli, en España. Contribuí de un modo decisivo a su instauración y a su inauguración.

     Así, también, recuerdo la primera vez que me sentí "yo", cuando una punta del Ángel entrara en mi cuerpo de niño, en mi existencia humana, mientras la otra parte de esa entidad se retiraba a enormes lejanías. Sucedió allá, en nuestra añosa casona de campo, en los aledaños de Los Andes sagrados. Fue como si de pronto el "yo" entrara de golpe, o bien despertara y comenzara a ver el mundo a través mío. Porque también antes de ese "yo" hubo un "mí", impersonal, es cierto, aunque paradójicamente se sintiera una persona antiquísima, estando diluído en el paisaje, fundido con los animales y las plantas, con la gran encina del jardín, con las anémonas, las rosas, las cumbres nevadas y los cóndores que las circundaban. También, con el agua de los ríos y de las cascadas. Ciertamente, allí había una persona, que pensaba y soñaba como tal, que se sabía muy antigua, depositaria de una dignidad de siglos, cosa que jamás podrá pretender el "yo" advenedizo. Es por esto que si a ese niño se le amonestara, se estaría cometiendo una falta imperdonable, atentando contra su soberanía real. Porque esa persona es un Él desprendido de ELELLA, cumpliendo con el sacrificio de nacer como un niño, en el cuerpo de un animal-hombre para poder recuperar a su "ella" y vencer al Demiurgo que la ha hecho prisionera. Para poder salvar su Mundo, combatiendo al Enemigo de los inmortales.

     La aparición, o advenimiento del "yo", quizá se cumpla cuando una cierta madurez biológica es alcanzada en el desarrollo del cuerpo físico y del cerebro, como si un "conmutador" allí existente se activara. Mas, curiosamente, esto no sucede a todos. El mito del cristianismo ha querido hacernos creer que los hombres son todos iguales, que tienen un alma y una individualidad semejantes, es decir, un "yo". Idéntica creencia del "humanismo" masónico, impuesta en la Masonería por el judío, que bien sabe que no es así. Hay animales-hombres en los que nunca se encarnará un Dios, o un Ángel, sin divinidad sufriente, aprisionada, sin posibilidad de redención, de resurrección. Son las almas inferiores, los semi-monos, llevados a ese grado de involución sin retorno por el Demiurgo. Y también ciertos componentes mestizos, mulatos y bastardos, que están recorriendo las últimas Rondas del Eterno Retorno, antes de ser devorados y disueltos en el vientre de Satán-Yahvé.

     El "yo" deberá nacer en el momento en que el Asen, el Divya encuentra en el cuerpo del terrestre y en su karmaalguna condición que hace posible su encarnación, su penetración, la que se efectuaría a través del cráneo, por alguna abertura allí pre-existente, o que la Mente abre en un determinado instante. Es como si la Mente penetrara en el cerebro nuevo, recién fabricado, su instrumento. Pero no toda la Mente, debiendo seguir trabajando gran parte de ella desde fuera. Al comienzo, el Dios, el Ángel entrará y saldrá repitiendo así el proceso ya descrito en la encarnación de los divinos hiperbóreos, proceso arquetípico de entrar y salir a voluntad en la materia, hasta que, por algún error, o bien, por estrategia guerrera, se pierde esta capacidad y la abertura se cierra, permaneciendo "alguien" prisionero. Es el "yo". La Prisión del "yo". Y la incapacidad de volver a comunicarse con las plantas, los árboles y los cóndores del cielo, de hablar con ellos, de ser ellos.

     Deviene el drama fatal, la tragedia. Él será sólo un Vîra dejado de la mano de los Dioses, de los Ángeles. Tendrá que valerse por sí mismo; también ha sido hecho prisionero. Antes, no dudaba de nada, al igual que los animales y las plantas, o las estrellas. El animal está regido por eso que han llamado instinto, es como un Dios. Jamás un perro duda en el ataque, ni en hacer su presa. Dog ("perro" en inglés) es God—Dios— al revés, en el otro extremo. Sólo el Vîra duda en su acción y en sus decisiones, por causa de su "yo" razonador, dividido entre el impulso y la conciencia, entre la tesis y la antítesis, entre el bien y el mal.

     Desde tiempos inmemoriales se ha buscado encontrar una salida para este drama, que es mucho más intenso en aquellos que recuerdan el momento en que por primera vez se sintieron "yo", sin poder entender que otros también puedan sentirse de igual modo "yo", estando, asimismo, separados e individualizados aquí. Las religiones, las prácticas esotéricas, las yogas de la India post-védica han pretendido encontrar una solución en el aniquilamiento del "yo", por medio de ascetismos y tormentos de todo orden, para volver a fundirse en el Alma impersonal, universal, en el Uno, en Brahma, en lo indiferenciado, en eso que también han llamado Dios. Generaciones de ascetas y de santos cristianos han trabajado en la destrucción del "yo". En la India son los vedantinos de Shankaracharya y los yogas Bahktis, valiéndose del Samadhi, que en sánscrito significa, precisamente, "unido con el Ser Primordial", como ya hemos dicho.

     Este camino y concepción deberán partir del supuesto de que el "yo" es una caída, que la personalidad es un "pecado", que hay que corregir, redimir. Y hasta cierto punto tendrían razón, en el sentido de que el "yo" y la individualidad nacen como algo único en todo el Universo, y, quizás, en todos los Universos; algo impensado, jamás soñado y que ha sido hecho posible por la encarnación de una Divinidad, de un Ser de espíritu puro, en el mundo de la carne, corrupto por el Demiurgo. El Hijo-Héroe ya es un ser mezclado y escindido entre su Dios y un Demonio. Y el "yo" es producto de esa mezcla.

     Pero lo que el Hitlerismo Esotérico no podrá olvidar es que la encarnación, el sacrificio, el "enamoramiento del Asenpor las hijas de los hombres", por la "ella" prisionera del Demiurgo, pudo ser, además de una derrota, de una caída, una estrategia propiciada para vencer en el Combate definitivo de la Inmortalidad y la Resurrección, que, aún sin pensarlo ni soñarlo, ha llevado a hacer posible "algo jamás imaginado ni por los más grandes utopistas...". Siempre que no se destruya el "yo"[2].

[2] Ha sido el judaísmo, desde los más lejanos tiempos del éxodo del Desierto del Gobi, tras la destrucción de esa alta civilización, desde el hundimiento de la Atlántida, que, infiltrando las corrientes del pensamiento estratégicode los arios, de los Vîra, ha desviado sus concepciones hacia el aniquilamiento del yo, sea en el budismo de la India y de China, sea en el hinduísmo epopéyico y heroico de los tiempos de los Grandes Bharathas. Por medio de los judíos Beni-Israel —a los que, ¡vaya uno a saber! a lo mejor pertenecieron Shankaracharia, Ramakrishna y el Ramana Maharishi—, han impuesto la aniquilación del yo con el Samadhi, la pérdida, la fusión en el Uno (que es Yahvé, que es el Demiurgo o Demonio). En el Tíbet, con Padmasanbhava y el Lamaísmo Tántrico, destruyen la civilización guerrera de los Dropasblancos. Todo esto facilitado por el mestizaje fatal de los conquistadores arios con los negroides dravidias, los amarillos y los mongoles. En Occidente ha sido el cristianismo judío, con su más alto producto, el santo, el que ha hecho los más grandes esfuerzos para aniquilar el yo.
     Sin embargo, todo este enorme peligro para el camino de la Resurrección del Héroe-Guerrero-Iniciado, para el Mago y su transmutación en Superhombre, en Hombre-Absoluto, en Sonnenmensch, en Hombre-Sol, viene a ser poco ante el horror que se avecina. Las generaciones actuales han destruído su individualidad con drogas letales y, así, el mundo ario va siendo preparado para hacer su entrada en el aniquilamiento final, por medio del arma decisiva que el Demiurgo ha puesto en manos de sus servidores incondicionales, de su Golem Genético, el judío: la tecnología electrónica, la "informática computarizada", el "robot", el complot "mundialista" tecnocrático, mecanicista, el "dinero plástico" y "electrónico" (transferencia electrónica de fondos), con la marca final del Número de la Bestia, que es 666, en la carne de los goyim, en la frente o en la palma de la mano, para "poder vender y comprar", como lo adelantara ese misterioso documento fatídico, el Apocalipsis, terrible anticipo de los "Protocolos de los Sabios de Sión". Se lo ha atribuído a Juan el Evangelista, pero habría sido escrito en varias épocas, por uno, o más rabinos cabalistas, de la Cábala numeral adulterada. Se ha llegado a atribuír la parte principal, vengativa, política, al agitador celote, de nombre Jeshua, hijo de Judas de Gamala, como un mensaje en clave simbólica, escrito hace dos mil años durante su exilio en Egipto y enviado a sus partidarios que intentaban restaurar para él el trono de David.
     Lo referente al código 666, sería un agregado muy posterior, que entraría de lleno ya en los planes del sionismo para los últimos días, los actuales, y su aplicación definitiva hoy. El 666 ya está en el "código de rayas" de la "marca universal de productos", en las tarjetas plásticas ("dinero plástico") de crédito y débito, y llegará a estarlo en la carne, o sea, en la vida total, en el nacimiento y muerte de los esclavos del "Planeta Electrónico", bajo el gobierno supremo de los Sabios de Sión. Esto sí va a acabar en definitiva con el yo de los Héroes, de los Vîras aún no liberados, con su posibilidad de triunfo en el Combate, engrillados y marcados electrónicamente en su carne, tatuados con láser, prisioneros de la "informática", "empadronados" desde el nacimiento, destruída su capacidad de pensar, inutilizados sus dos hemisferios cerebrales, robotizados, cortados de todo origen divino, nivelados los goyimdel planeta Tierra en una masa amorfa e indiferenciada, sin posibilidad de verdadera inmortalidad y resurrección. Será la esclavitud total en el Imperio Mundial Judío, totalitario, demiúrgico, el último antes de la destrucción del Kalpa, con la desaparición momentánea del universo demiúrgico, dentro de sus fauces, como Lobo Fenrir.

* * * *

    Hacia atrás, el Dios, y hacia adelante el animal; seguros de sí ambos, sin dudar nunca. El Dios vuela, el animal se arrastra; pero no dudan. Por eso el Dios vuela. Los Dioses no dudan porque representan una sola tendencia. Thor es el Dios del Martillo; Freija-Afrodita, del Amor; Brahma es el Creador; Vishnú, el Preservador; Shiva, el Destructor. Y están inmóviles, en una sola posición, como los árboles y las montañas; o en una sola actividad, como Shiva y Krishna, en la Danza. También los animales se especializan, se "programan", como se diría hoy; hay perros de caza, perros guardianes y pastores. Sólo el Vîra, el Héroe, el Dios aprisionado en la materia demiúrgica, se halla escindido entre tendencias contrarias, en ese tormento, y se muere sin poder volar. Pero hubo un momento en que el niño-hombre también voló. Los místicos y los santos nos hablan de la fe y de que ella "mueve las montañas". Y tienen razón. Mas, ¿qué es la fe? Es algo que viene de afuera y que se recibe precisamente cuando, de algún modo, se aniquila el "yo". "La fe viene de Dios", nos dicen. Procede de algo externo, que sobrepasa al individuo. El Héroe, el hijo de un Dios y de una mujer de tierra, ya no tiene esa fe, porque tiene un "yo". Por lo tanto, duda poder volar. Y esa duda diabólica, incontrolable, instantánea, se presenta siempre en los momentos más decisivos de su vida, justo cuando va a empezar a volar. Entonces, se derrumba. Por esto el Héroe es un ser que va atravesando un abismo por sobre una cuerda que él mismo sostiene con sus manos. El joven iniciado SS sale por una ventana de la Torre de la Iniciación del Castillo del Hitlerismo Esotérico, de Wewelsburg. Y ya sin alas, porque no es más un ángel. Si en ese momento lo ataca la duda, caerá irremisiblemente en el abismo, que también él ha abierto para su ser; para poder llegar a ser Sí-Mismo.

     No es la fe la que permite al Héroe cruzar el abismo abierto entre la persona y la personalidad, entre el Dios que fuera y el Superhombre que será. Es la Voluntad.

     El Hitlerismo Esotérico sabe que la solución no se halla en la superación del "yo" por medio de su aniquilación, sino, por el contrario, en su exaltación en un Yo Absoluto. Era esto lo que se pretendía en las prácticas esotéricas y en las disciplinas de esa Yoga nórdica, hiperbórea, enseñada en Wewelsburg y en los Laboratorios mágicos y secretos de la élite SS. Alcanzar el Yo Absoluto, como único medio para el Héroe de superar el drama de la dicotomía de la encarnación. Bien entendido, no se trata tampoco del sistema junguiano de la "psicología de las profundidades", de la "Individuación", donde se está "psicologizando" algo que es espiritual y mágico, alquímico, un proceso de transmutación divina del Héroe, del Vîra. Para Jung, se trataría de trasladar el acento desde el individuo o persona recortada y racional, hacia un punto ideal, equidistante entre la conciencia y lo inconsciente, que vendría a ser el Selbst de Nietzsche, el Sí-Mismo. Ésta es la individuación, la totalización junguiana. Algo ideal.

     Pero el Hombre-Total, el Superhombre, el Sonnenmensch, el Hombre-Sol del Hitlerismo, es un Héroe que, gracias a las prácticas iniciáticas rúnicas y de Signos aun más antiguos que las Runas, redescubiertas por Wotan en el Árbol Iggdrasil, y gracias a la Ciencia Implosiva del A-Mor, de los Minnesänger, de los Armanen, ha llegado a recuperar su "ella", a reintegrarla a su ser, al mismo tiempo que ha encontrado a la Ella de ELLAEL, como Mujer-Absoluta, como Walkiria, y la ha A-Mado. Le ha sido así posible resucitar con el cuerpo, inmortalizándolo en la materia roja de Vajra. Al personalizarse de este modo, le ha dado un Rostro a su alma, el Rostro de la Amada. Ha dejado de ser un "yo" pequeño y recortado, vacilante, para transmutarse en NOS. También, por un proceso mágico e inexplicable a la razón, le habrá donado personalidad a la Persona, que se quedara esperándolo como al borde de una Fuente. Y, sin fundirse en Ella, la habrá recuperado afuera y dentro de sí mismo, unidos y separados para siempre. Así estará el Hombre-Total, Absoluto, frente a ese Dios.

     El éxtasis que acompaña esta Magia no es el Samadhi, que fusiona y pierde, sino el Kaivaliatántrico, que separa. No es el santo, sino el mago. Kaivalia viene de Kundalini, del Tantrismo Kaula, nombres sánscritos, de ese idioma hiperbóreo, y es la Serpiente ígnea, es la sangre de fuego de los Asen y los Vanen, recuperada por el Vîra, por el Héroe resucitado, por el Aryo, el nacido dos veces.

     Se ha recuperado el Poder de Odín (la Runa Odal) en la Memoria de esa Sangre, de modo que se ha vencido la Duda, la vacilación entre los extremos contrapuestos, alcanzando una seguridad artificial, si se pudiera decir, pero ya indestructible, la Voluntad Absoluta, Shudibudishvabhava, y la posesión del Arquetipo (no la posesión por un Arquetipo). Le ha sido posible al Héroe reabrir esa Ventana en la cima de su cráneo, más allá del shakra Sahasrara; Sunya, el Vacío, el Sol Negro, el Hueco Negro. Y redimir al Aion Saturno, liberar a Prometeo por medio de un trabajo de Hércules. Con el mantra Saham, que quiere decir: "Yo soy Tú". Y salirse hacia NOS, con el mantra Hamsa: "Tú eres Yo".

     La "biología robótica", demiúrgica, ha sido derrotada desde dentro por el Héroe, por el Vîra, por el Iniciado Hitleriano, la Naturaleza ha sido transfigurada por el Idealismo Mágico, en el que creían Novalis y los antiguos Minnesänger germanos. El Mago SS se ha dejado traspasar por un rayo, ha hecho estallar un explosivo sobre su cabeza, sin destruírse, ha sido transmutado. El Héroe ha reabierto esa "glándula" espiritual, ese Poder, ese Tercer Ojo del gigante Polifemo, que le permitía salirse y entrar, desintegrarse y reintegrarse, vivir en varios mundos a la vez, ser un Tulku, un Jivanmukti, un Boddhisattva, si lo desea, un Avatãra. Estar como Rudolf Hess, con el Führer y frente al Führer. Porque ha cumplido la Misión que Él le encomendara. La Verdadera Misión, el Verdadero Combate... Ha cruzado el abismo sobre una cuerda que él mismo sujetaba.

     Ésta es la Guerra del Hitlerismo Esotérico.–



Leonidas y el Ethos Espartano

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     Theodore J. O'Keefe (1949), estadounidense editor y escritor de asuntos históricos y políticos, publicó originalmente el siguiente artículo en la revista National Vanguard en su edición de Junio de 1978, habiendo aparecido después en counter-currents.com en Octubre de 2012, de donde lo hemos traducido. Aquí el señor O'Keefe a partir de la célebre batalla de las Termópilas y de la muerte del rey espartano Leonidas realiza alusiones a la educación y valores de Esparta que fue lo que pudo producir gente de tal nivel de heroísmo, protectora de y admirada por toda la antigua Grecia. Entre corchetes hemos puesto algunos añadidos que aportan al texto.


LEONIDAS y el ETHOS ESPARTANO
por Theodore J. O'Keefe
Junio de 1978



     [Cuenta Heródoto, en Los Nueve Libros de la Historia, libro VII, cap. CCVIII, que] El jinete persa condujo con cautela a su caballo. Justo delante la llanura costera se detuvo frente un paso estrecho entre las montañas y el mar, apenas más amplio que un carro. En algún sitio dentro de dicho paso, los griegos se habían reunido para negar la entrada a los persas. Era el deber del jinete determinar el tamaño y la disposición de sus fuerzas. Jerjes, su señor, el Emperador de los persas, sabía que si sus tropas pudieran forzar dicho paso, que los griegos llamaban las Termópilas, sus ejércitos podrían derramarse entonces sin obstáculos en el corazón de Grecia.

     El explorador contuvo su respiración cuando vio a los griegos en el extremo occidental del paso. Su agitación dio lugar a la sorpresa cuando él miró más atentamente. Había sólo aproximadamente 300 de ellos, puestos en orden ante una muralla que bloqueaba el acceso al paso, y ellos se comportaban de la manera más rara. Algunos, completamente desnudos, realizaban ejercicios, como atletas antes de una competición. Otros peinaban sus largos cabellos rubios. Ellos no prestaron atención a su observador.

     ¿Eran aquéllos los tan alabados espartanos? El persa giró su caballo y volvió atrás al campo imperial.

     Jerjes recibió el informe del explorador con un asombro no disimulado. El comportamiento de los griegos parecía imposible de explicar. Hasta ahora su avance por la costa Norte de Grecia había parecido una procesión triunfal. Ciudad tras ciudad se había rendido con el ofrecimiento simbólico de tierra y agua. Cuando por fin los griegos parecían dispuestos a resistir y luchar, sus soldados más bravos, los espartanos, se comportaban más bien como locos que como guerreros.

     El Emperador convocó a Demarato, quien había sido un rey de los espartanos hasta que su participación en intrigas políticas lo hubo obligado a huír a la corte persa. Mientras Jerjes escuchaba desde su trono de oro, Demaratus habló de los espartanos:

     «Una vez antes, cuando comenzamos nuestra marcha contra Grecia, usted me oyó hablar de estos hombres. Le dije entonces cómo esta empresa sucedería, y usted se rió de mí. No me esfuerzo por nada, mi señor, más seriamente que observar la verdad en su presencia; entonces óigame una vez más. Estos hombres han venido para luchar contra nosotros por la posesión del paso, y para aquella lucha ellos se están preparando. Es la práctica común de los espartanos prestar una cuidadosa atención a sus cabellos cuando ellos están a punto de arriesgar sus vidas. Pero le aseguro que si usted puede derrotar a estos hombres y al resto de los espartanos que están todavía en casa, no hay ningún otro pueblo en el mundo que se atreverá a mantenerse firme o a levantar una mano contra usted. Usted tiene que tratar ahora con el mejor reino de Grecia, y con los hombres más valientes» [Heródoto, Historia, lib. VII, cap. CCIX].

     El año era 480 a.C. Durante los tres años anteriores Jerjes había reunido lo que prometía ser la fuerza militar más fuerte que el mundo hubiera visto alguna vez, sacada de cada rincón de sus extensos reinos. Los historiadores modernos son correctamente escépticos de los millones de soldados y marineros meticulosamente enumerados por el gran historiador Heródoto, y de sus interminables catálogos de árabes que montan camellos, escitas con pantalones, y etíopes con el pelo rizado. Sin embargo, el relato de Heródoto da una dramática expresión al sentimiento de los griegos de que todas las innumerables multitudes morenas de África y Asia estaban avanzando sobre ellos.

     Diez años antes, los atenienses, quienes habían despertado la ira del padre y predecesor de Jerjes, Darío, al ayudar a sus primos griegos jonios de Asia Menor en una rebelión fracasada contra sus jefes supremos persas, habían casi aniquilado una expedición punitiva persa en Maratón, a unos pocos kilómetros de Atenas. Era el objetivo de Jerjes vengar aquella derrota y aplastar el poder de los irrespetuosos helenos, como los griegos se llamaban a sí mismos, de una vez para siempre.

     Pero había más que eso en juego. Jerjes era un persa, un ario, del noble linaje aqueménida, que en último término descendía de la misma raza que los helenos. Sus antepasados habían recorrido las montañas y las estepas del Irán y Asia Central, orgullosos y libres.

     Pero cuando los persas habían aumentado su poder y luego habían arrancado a los babilónicos el gran Imperio del Oriente Próximo, sus reyes habían caído víctimas del poder y la parafernalia y la idea del Imperio. Una vez los líderes iranios se habían considerado a sí mismos, y considerado por otros, como los primeros entre arios iguales. Ahora sus congéneres persas, como todos sus otros súbditos, se postraban a los pies de Jerjes. Y tal como sus precursores imperiales, Jerjes tenía la intención de lograr que el resto del mundo conocido hiciera lo mismo.

     Cuando el ejército persa se movió pesadamente a través de los grandes puentes con los cuales el Emperador había unido Europa y Asia en los Dardanelos, los helenos titubearon. Jerjes había acompañado los esfuerzos de sus ingenieros con una campaña diplomática. Mientras sus ingenieros construían los puentes de los Dardanelos y cavaban un canal a través de la península Acte en Tracia por el cual su flota podría eludir el tempestuoso cabo, sus diplomáticos trabajaron para promover el derrotismo en Grecia. Argos y Creta prometieron quedarse neutrales, y la sacerdotisa de Delfos murmuró sombríos oráculos de la conquista persa.


     Los delegados de las ciudades-Estados helénicas que se congregaron en el istmo corintio en la primavera de 480 estuvieron al principio divididos en cuanto a su curso de acción. Los peloponésicos estaban por proteger sólo su península del Sur, mientras que los atenienses y sus aliados en la isla vecina de Eubea presionaron por una expedición al Norte de Grecia. Finalmente el congreso de representantes diplomáticos consintió en enviar una fuerza conjunta de atenienses y peloponésicos al Valle de Tempe, en Tesalia del Norte, que parecía un lugar adecuado para impedir el camino de los persas desde Macedonia hacia Grecia.

     En Tempe, para su consternación, los helenos encontraron que otros pasos permitían la entrada del invasor en la Hellas[nombre de la antigua Grecia] del Norte. Cuando el contingente griego se retiró al Sur, los griegos del Norte abandonaron su determinación de resistir y se sometieron al Emperador persa.

     A medida que las fuerzas de Jerjes comenzaron a avanzar al Sur desde Macedonia a Grecia, los griegos entraron en una suerte de pánico. Después de su primer contacto con la flota persa numéricamente superior, la marina griega huyó por los estrechos entre Eubea y el continente griego. Sólo la pérdida de un número considerable de barcos persas en una tormenta en el cabo Artemisio en la punta Norte de Eubea envalentonó a la flota helénica para navegar hacia el Norte para afrontar al enemigo una vez más. Mientras tanto los atenienses hicieron planes para evacuar a su población a las islas de Salamina y Aegina al Sudoeste.



     Una fuerza permaneció en el campo para confrontar a los persas con una decidida oposición: Leonidas, el rey de los espartanos, había ocupado el crucial paso de las Termópilas.

     Puerta de entrada desde el Norte a Grecia Central, las Termópilas se extendían por más de 6 kms. entre la altísima pared del monte Œta [Eta] y las olas del golfo maliaco. Tanto en sus extremos del Este como occidental, el paso se contraía hasta formar un estrecho camino fácilmente defendible. Durante gran parte de la distancia intermedia, el paso se ensanchaba hasta una extensión más amplia. Allí había varias fuentes termales, tanto de sal como de azufre, de lo cual la Termópilas derivaban su nombre, que significa "puertas calientes".

     La guarnición que resguardaba las Termópilas era al principio bastante más grande que los 300 espartanos que el explorador persa había vislumbrado en la entrada occidental del paso. Detrás de la muralla, que los griegos habían reconstruído de prisa después de ocupar dicho paso, y a lo largo de la elevación del monte Œta, Leonidas había colocado casi 7.000 soldados. Aproximadamente la mitad de ellos eran hombres de las ciudades vecinas de Esparta en el Peloponeso. El resto eran beocios de Tebas y Tespis en Grecia Central, o nativos de las cercanas Focis y Locris.

     Aunque sus aliados griegos fueran muchas veces más numerosos, Leonidas y su guardia espartana formaban la columna vertebral de la fuerza de defensa helénica. En reconocimiento del peligro que conllevaba su misión, los 300 consistían exclusivamente en hombres con herederos varones vivos, de modo que los nombres y los linajes fueran continuados si ellos cayeran. Leonidas y sus hombres eran la élite de una élite, y de su ejemplo dependería la conducta de los otros griegos en las Termópilas.



     ¿Qué suerte de hombres eran los espartanos, que Jerjes vaciló en lanzar sus innumerables ejércitos contra aquellos cientos?.

     Los orígenes de Esparta están envueltos en las nieblas de la antigüedad griega, pero es un hecho cierto que Esparta fue fundada por los dorios. La última oleada de migrantes helénicos desde el Norte, los dorios barrieron a sus precursores griegos, los aqueos, hacia el Oeste a Ática y Asia Menor. Desde el tiempo de las migraciones de los dorios, la tradicional división de los helenos en dorios, jonios y eolios comenzó a tomar forma.

     Los dorios eran probablemente de un tipo más nórdico que las otras tribus griegas. Como escribió el gran clasicista Werner Jaeger [Paideia. The Ideals of Greek Culture, 1939], "La raza dórica dio a Píndarosu ideal del guerrero rubio de orgullosa ascendencia". Como sugiere Jaeger, los dorios —sobre todo los que estaban en Esparta— ponían un premio por la preservación y el mejoramiento de su linaje nativo.

     Una rama de los dorios invadió el distrito de Laconia en el Peloponeso del Sudeste. En palabras del gran historiador John B. Bury [A History of Greeceto the Death of Alexander the Great, 1900],

     "Los dorios tomaron posesión del rico valle del Eurotas, y manteniendo puro su propio linaje dorio de la adición de sangre ajena redujeron a todos los habitantes a la condición de súbditos... La eminente cualidad que distinguió a los dorios de las otras ramas de la raza griega fue aquello que llamamos el carácter; y fue en Laconia que esa cualidad se mostró y desarrolló más totalmente, ya que allí el dorio parece haber permanecido más puramente dorio".



     La ciudad de Esparta surgió de la fusión de varios pueblos vecinos a lo largo del río Eurotas. Los espartanos gradualmente llegaron a manejar poder político sobre los otros dorios en Laconia, llamados perioeci [períoikoi, periecos], quienes sin embargo retuvieron algún grado de autonomía y fueron considerados como ciudadanos laconios, o lacedemonios, no así los racialmente extranjeros ilotas, los habitantes pre-dorios de Laconia, a quienes los espartanos redujeron a la servidumbre y negaron todos los derechos políticos.

     Los ilotassoportaban su servidumbre de mala gana y amenazaron constantemente con rebelarse y derrocar a sus señores. Para contener las inclinaciones revolucionarias de los ilotas, los espartanos organizaban periódicas campañas, que contenían algo del espíritu tanto de la cacería de zorras como del pogrom, en las cuales a sus hombres jóvenes se les daba rienda suelta para causar estragos y eliminar a los más agresivos y peligrosos de sus siervos.

     Durante el siglo VIII a.C. los dorios conquistaron a los mesenios, los cuales habían ocupado el resto del Peloponeso del Sur. Un siglo más tarde, ellos suprimieron un levantamiento mesenio sólo después de una guerra larga y difícil. A partir de aquel tiempo, obligados a manejar a sus propios ilotas y rebeldes mesenios también, los espartanos desarrollaron un ethos[espíritu distintivo, carácter, cultura, escala de valores] único que implicaba tanto la preservación de su integridad racial como un completo sistema de educación y organización militar.

     A un grado mayor que cualquier Estado antes o desde entonces, los espartanos salvaguardaron y mejoraron su herencia biológica con un intransigente programa de eugenesia. El matrimonio fuera de la comunidad racial espartana estaba prohibido, y tampoco la inmigración fue tolerada. Había penas para el celibato y el matrimonio tardío, mientras que los hombres que engendraban varios hijos podían ser eximidos de la vigilancia nocturna, e incluso de pagar impuestos.

     Los espartanos requerían que el recién nacido fuera presentado para su inspección por funcionarios del Estado. El descendiente enfermizo o deforme era dejado morir.

     Según el antiguo biógrafo Plutarco, Licurgo, el legendario legislador de Esparta, incluso estableció disposiciones adicionales para una progenie sana, las que siguieron siendo cumplidas en tiempos clásicos. Después de describir la casta educación de los jóvenes espartanos de ambos sexos, Plutarco continúa:

     "Después de guardar el matrimonio con esta modestia y reserva, él[Licurgo] igualmente tuvo cuidado de desterrar los celos vacíos y mujeriles. Para ese objeto, excluyendo todos los desórdenes licenciosos, él hizo, sin embargo, honorable para los hombres dar el uso de sus mujeres a aquellos que ellos consideraran aptos, de modo que ellos pudieran tener hijos por medio de aquéllos... Licurgo permitió a un hombre que fuera avanzado en años y tuviera una esposa joven recomendar a algún virtuoso y aprobado hombre joven, para que ella pudiera tener un hijo de él, que pudiera heredar las buenas cualidades del padre, y ser un hijo para él. Por otro lado, un hombre honesto que sintiera amor por una mujer casada a causa de la modestia de ella y lo bien favorecido de sus hijos podía, sin formalidad, pedir su compañía a su marido, para que él pudiera cultivar, por así decir, en ese trozo de buena tierra, niños dignos y aliados para él mismo. Y en efecto, Licurgo era de la opinión de que los niños no eran tanto propiedad de sus padres como de la comunidad entera, y, por lo tanto, sus ciudadanos no serían procreados por los primeros llegados sino por los mejores hombres que pudieran ser encontrados; las leyes de otras naciones le parecían muy absurdas e inconsecuentes, donde la gente sería tan solícita de sus perros y caballos para demostrar interés y pagar dinero para conseguir una buena raza, y sin embargo mantenían a sus mujeres cerradas, para que fueran madres sólo debido a ellos, quienes podrían ser tontos, o débiles o enfermizos; como si no fuera evidente que los hijos de una mala clase demostrarían sus malas cualidades primero sobre aquellos que los guardaban y criaban, y los niños de buena familia, de manera parecida, sus buenas cualidades"[Plutarco, Vidas Paralelas, tomo I, Licurgo, cap. XV].

     Como podría concluírse, las mujeres de Esparta eran consideradas, en primer lugar, como las madres de niños espartanos. Las mujeres jóvenes eran educadas para la maternidad. Ellas se involucraban en vigorosos ejercicios gimnásticos y bailes, a menudo desnudas, para escándalo de los otros griegos, aunque las mujeres espartanas eran proverbiales por su castidad. Indudablemente a consecuencia de la herencia así como una buena forma física cuidadosamente cultivada, las mujeres de Esparta eran consideradas las más hermosas en Hellas.



     A pesar del énfasis en su papel como madres, las mujeres de Esparta eran las más libres en Grecia. En efecto, ellas fueron acusadas de dominar a los hombres espartanos. Cuando Gorgo, la esposa de Leonidas, fue por ello criticada, ella resumió la situación de las mujeres espartanas sucintamente: "Nosotras gobernamos a los hombres con buena razón, ya que somos las únicas mujeres que dan a luz a hombres"[Plutarco, Licurgo, XIV].

     Los hombres de Esparta eran criados para ser soldados. Ellos dejaban la dirección de los asuntos comerciales y los comercios a los periecos y se dedicaban exclusivamente al negocio del gobierno y la guerra. Cada ciudadano espartano se sustentaba a sí mismo de un trozo hereditario de tierra, cultivada por los ilotas, tierra que no podía ser enajenada ni por venta ni división.

     Entre los siete y veinte años de edad los espartanos recibían su formación militar. Ellos adquirían mucho más que un dominio mecánico de las habilidades militares. Sus instructores se esforzaban por inculcar en sus cadetes una lealtad absoluta a Esparta, la capacidad de soportar cualquier privación, y un coraje inconmovible en el campo de batalla.

     Para mantener el coraje en los hombres jóvenes, el sistema de entrenamiento espartano ponía a prueba las exigencias de la disciplina contra el espíritu desafiante y aventurero de la juventud. Los jóvenes espartanos eran forzados a robar su comida, y sin embargo sometidos a un castigo severo si ellos eran atrapados, una aparente paradoja personificada en la historia del muchacho espartano que dejó a la zorra que él ocultaba bajo su capa desgarrar sus órganos vitales más bien que delatarse. La escuela espartana era cruel pero eficaz, ya que atrapaba a sus estudiantes en el entusiasmo del desafío y peligro constantes.

     Cuando alcanzaba la edad de 20 años el joven espartano se convertía en un soldado hecho y derecho. Durante los siguientes diez años él vivía la vida de cuartel con sus camaradas. Permitido de tomar una esposa, él la veía sólo durante visitas breves y furtivas. En tiempos de paz, los hombres jóvenes eran instructores de los muchachos espartanos.

     En su cumpleaños trigésimo el espartano era investido con el resto de sus derechos y deberes cívicos. A partir de entonces él asistía a la apella, la asamblea del pueblo, y podía votar acerca de medidas propuestas por los dos reyes o por los ephoroi [éforos], la judicatura de cinco hombres de Esparta. El espartano podía establecer por fin su propia casa, aunque estaba todavía obligado a cenar en común con sus pares.

     El principal alimento en esas comidas comunes era un caldo negro [melas zomós] muy favorecido por los espartanos [de cerdo, sal, sangre y vinagre], aunque otros helenos lo encontraran difícil de digerir. Después de participar en una comida espartana un visitante de la opulenta Sibaris se supone que exclamó: ["Es bastante natural que los lacedemonios sean los más bravos de los hombres, ya que cualquier hombre con sus sentidos cabales preferiría morir diez mil veces antes que vivir en una forma tan miserable como ésta"; en Ateneo de Náucratis, Los Deipnosofistas, lib. IV. cap. XV].

     Los espartanos condimentaban sus comidas con un ingenio seco y conciso renombrado a través de Hellas tanto por su sustancia como por su agudeza. Como Plutarco lo cuenta, Licurgo contestó a un espartano que había abogado por la democracia: "Comienza, amigo, y establécela en tu familia". O, como se supone que las mujeres espartanas habrían dicho al entregar a sus maridos e hijos sus escudos antes de que ellos marcharan para luchar: [Regresa] "Con él o sobre él"[ya que regresar de la guerra sin el escudo era la marca de un desertor, que lo abandona en su huída, en tanto los que perecían en batalla eran llevados de vuelta sobre aquél].



     La ley espartana reforzaba el desprecio de sus ciudadanos por el lujo prohibiendo la propiedad privada de oro y plata. El resultado, según Plutarco, era que "los comerciantes no enviaban ningún cargamento a los puertos de Laconia; ningún maestro de retórica, ningún adivino itinerante, ningún proxeneta, ningún artífice de oro o plata, ningún grabador o joyero, ponía el pie en un país que no hacía uso de dinero; de modo que el lujo, privado poco a poco de lo que lo alimentaba e instigaba, se reducía a nada y se desvanecía de por sí"[Plutarco, Licurgo, IX]. Tal como la voluntad de los espartanos, sus monedas estaban hechas de hierro.

     La vida militar de Esparta no sofocaba las mentes y los espíritus de sus ciudadanos. Temprano en su historia Esparta era un centro principal de poesía y música. Terpandro y Alcman llevaron la lira y la lírica desde Asia Menor a las orillas del Eurotas. El cojo Tirteo, el hijo natural de Lacedemón, formó el espíritu moral (ethos) de su país con sus canciones marciales. Siguieron las canciones y los bailes corales, en que los hombres espartanos melódicamente afirmaban su patriotismo, y las doncellas espartanas los animaban a futuros hechos de valor. Con toda justicia Píndaro cantó de Esparta:

     "El consejo de ancianos sabios aquí, / y la lanza conquistadora de los hombres jóvenes, / y danza, y canción y alegría aparecen" [Píndaro, fragmento citado por Plutarco, Licurgo, XXI].

     No fueron tanto las obras de arte de los espartanos como el ideal espartano el que les ganó la admiración de grandes pensadores helénicos como Platón. Había algo noble en la severa simplicidad del estilo de vida espartano. Las leyes fundamentales de Esparta, las rhetroi, que Licurgo dijo que había recibido directo de "Apolo de cabello dorado"eran pocas, no escritas, y directas y concisas. Su objetivo, moldear a los hombres de carácter al servicio del bien común, golpeó una cuerda sensible por toda Hellas.

     No es difícil descubrir en la melancólica alabanza que los helenos brindaban a Esparta una añoranza de los valores y los usos de sus antepasados indoeuropeos. Fuera de Esparta aquéllos a menudo habían sido demasiado olvidados entre los señuelos del lujo oriental, o perdidos para siempre debido a la mezcla de la sangre helénica. Los espartanos, tal como ellos transformaron las toscamente construídas grandes casas de madera de sus antepasados del Norte en relucientes templos dóricos, desarrollaron desde su innata perspectiva racial una guía y baluarte para su Estado.

     Y, por supuesto, fue en el campo de batalla que la aretéespartana, o excelencia viril, encontró su principal expresión. Los espartanos no preguntaban cuántos eran los enemigos, sino sólo dónde estaban ellos. Ellos no sabían de rendición, pero sabían bien cómo morir.

     Pero dejemos que Plutarco hable una vez más:

     "Era a la vez una visión magnífica y terrible verlos marchar a la melodía de sus flautas, sin ningún desorden en sus filas, ningún desconcierto en sus mentes o cambio en sus semblantes, tranquila y alegremente avanzando con la música a la mortal lucha. Los hombres de ese carácter probablemente no serían poseídos por el miedo o algún transporte de furia, sino con el deliberado valor de esperanza y confianza, como si alguna divinidad los estuviera asisitiendo y conduciendo"[Plutarco, Licurgo, XXII].

     Tales eran los hombres que enfrentaron a Jerjes y su ejército en las Termópilas.



     Jerjes esperó durante cuatro días, con la esperanza de que los griegos abandonaran su posición, como lo habían hecho en Tesalia. Su tentativa en la guerra psicológica fue algo que se desperdició en los espartanos. Cuando un temeroso griego del campo circundante informó al espartano Dieneces que "tantos son los arqueros persas que sus flechas bloquean el Sol", Dieneces fue imperturbable: "Si los persas esconden el Sol, tanto mejor, pues tendremos nuestra batalla a la sombra sin que moleste el calor" [Heródoto, Historia, lib. VII, cap. CCXXVI].

     Durante el quinto día, hirviendo de cólera por la impertinencia de los griegos, Jerjes envió adelante una fuerza de asalto de medos y cisios, parientes iranios de sus propios persas.

     Las tropas de Jerjes asaltaron la puerta occidental de las Termópilas con un valor que excedía a su habilidad en el combate. Los espartanos se les enfrentaron y los abrumaron en el estrecho espacio entre las rocas y el agua. Bien armada, manejando sus largas lanzas de manera experta, la infantería pesada espartana era más que un equivalente para los iranios con sus espadas cortas y escudos de mimbre. Los espartanos los redujeron por cientos a corta distancia.



     Desde una colina vecina, sentado en su trono de oro, Jerjes miraba los enfrentamientos, furioso por lo que él consideraba la incompetencia de sus soldados. Para llevar el asunto a un rápido final, él ordenó que su guardia de élite, los Immortales del Rey, avanzaran hacia el mortal paso. Otra vez los espartanos pelearon mejor que los hombres del Emperador.

     De repente los espartanos se dieron vuelta y huyeron, aparentemente en una miedosa confusión. Con un grito, los Inmortales se precipitaron al ataque de manera desorganizada. Pero los espartanos estuvieron todos alrededor de ellos en un instante, y cortaron en pedazos a las tropas escogidas del Emperador. Según Heródoto, Jerjes, mirando desde su colina, "saltó a los pies del trono tres veces, de terror por su ejército"[Ibid., cap. CCXII].

     Los enfrentamientos del día siguiente no fueron mejor para los persas. Los aliados griegos entraban por turnos relevando a los espartanos en la entrada occidental, y otra vez los helenos realizaron una sangrienta cosecha. Al ponerse el Sol sobre las montañas occidentales, las aguas del golfo se volvieron bermejas por los montones de persas en la orilla.

     Esa noche, como Jerjes estaba amargamente perplejo por cómo romper el apretón de muerte que tenían los griegos en las Termópilas, apareció un traidor de un distrito local, buscando una rica recompensa. La información que él dio al Emperador fue la perdición de los hombres de las Termópilas.

     Efialtes el maliense reveló a Jerjes la existencia de un camino sobre las colinas y a lo largo de la cresta del monte Œta, por atrás de las Termópilas. El camino no era desconocido para los defensores de las Termópilas, y Leonidas había colocado las tropas focias a lo largo de las elevaciones del monte Œta para rechazar los intentos enemigos de flanquear sus fuerzas en dicho paso.

    Al amanecer la mañana siguiente, los focios oyeron el sonido de pies que marchaban y avanzaban por las hojas caídas que alfombraban el suelo del bosque de robles debajo de la cumbre del monte Œta. Cuando los griegos saltaron para armarse, los Inmortales, reforzadas sus filas, se lanzaron por la ladera. Los focios se retiraron al punto más alto del monte bajo una lluvia de flechas persas, pero las tropas escogidas del Emperador se no dignaron acercárseles. Virando bruscamente a la izquierda, hicieron su camino abajo por la montaña hasta un punto al Este de la entrada trasera de las Termópilas [Ibid., cap. CCXVIII]. Los helenos que estaban en el paso fueron atrapados entre dos fuerzas persas.

     Leonidas se enteró de la amenaza gracias a sus vigilantes que estaban a lo largo del monte Oeta y a rezagados del contingente focio. Él rápidamente examinó las cambiadas circunstancias. Era evidente para el rey espartano que el paso no podía ser defendido durante mucho más tiempo. Los griegos que estaban al Sur tenían necesidad de las tropas involucradas en la defensa de las Termópilas.

     Pero había otras consideraciones. Leonidas y sus 300 hombres eran los primeros de todos los espartanos. Las leyes y costumbres de su ciudad natal les ordenaban triunfar o morir en los puestos que se les asignaran, cualquiera fuese la superioridad de los números del enemigo. Y hubo un oráculo, hecho conocido al principio de la invasión persa, que predijo que Esparta o un rey espartano debían caer en el inminente conflicto.

     Leonidas despidió a las tropas aliadas, a todas excepto los hombres de Tebas y Tespias. El resto de los peloponésicos, así como los focios y locrios, hicieron su camino a través de las colinas entre los ejércitos persas, para luchar otra vez otro día.

     La mañana siguiente, después de que Jerjes había vertido una libación al Sol naciente, sus hombres asaltaron las Termópilas desde ambos lados. Desdeñoso de sus propias vidas, Leonidas y sus hombres se levantaron para encontrar a los persas en el terreno abierto antes de la estrecha entrada al paso. Como seres divinos los espartanos barrieron hacia adelante, abriéndose paso por entre las filas de los enemigos. Una vez más ellos cobraron un gran número de víctimas, a medida que los oficiales persas conducían a sus hombres desde atrás, haciendo gran uso de sus látigos [Ibid., cap. CCXXIII].



     Los helenos lucharon con coraje impetuoso y con determinación implacable. Cuando sus lanzas se astillaron y rompieron, ellos lucharon con sus espadas. Leonidas cayó, y una lucha feroz arreció por el cuerpo del rey espartano. Cuatro veces los persas fueron rechazados, y muchos de sus líderes, incluyendo dos de los hermanos de Jerjes, fueron muertos [Ibid., caps. CCXXIV-CCXXV].

     Gradualmente los espartanos restantes, llevando al caído Leonidas, retrocedieron a una pequeña elevación dentro del paso. Allí ellos hicieron una última resistencia. Al lado de ellos lucharon los bravos ciudadanos de Tespias. Los tebanos se cubrieron con la desgracia al arrojar sus armas y rendirse abyectamente ante Jerjes [Ibid., cap. CCXXXIII].

     Después de una resistencia breve pero furiosa, los espartanos y los tespios fueron aniquilados por la abundante infantería persa. Cuando todo estuvo quieto, y Jerjes caminó entre los muertos en el campo de batalla que él había evitado hasta entonces, el Emperador persa fue lleno de cólera por la tenacidad que Leonidas había mostrado para frustrar su voluntad imperiosa. Él ordenó que el rey espartano fuera degollado, y que su cabeza fuera puesta en una estaca [Ibid., cap. CCXXXVIII].

     Una vez más Jerjes convocó a Demarato.

     "Demarato", comenzó él, "eres un hombre de bien. Todo lo que me has dicho ha resultado verdadero. Ahora dime, ¿cuántos hombres quedan de los lacedemonios, y son todos ellos guerreros tales como estos hombres caídos?".
     "Señor", replicó Demarato, "hay muchos hombres y ciudades en Lacedemonia. Pero le diré lo que usted realmente quiere saber: Esparta sola se jacta de ocho mil hombres. Todos ellos son los iguales de los hombres que lucharon aquí" [Ibid., cap. CCXXXIV].



     Cuando Jerjes oyó esto, palideció. La memoria de las palabras de Demarato debe haber estado mucho tiempo con él durante los meses siguientes, hasta que los compañeros espartanos de Leonidas lo vengaron en la culminante batalla de Platea y expulsaron a las hordas persas para siempre del suelo helénico.

     Los griegos erigieron varios monumentos en las Termópilas, que tenían inscripciones convenientes. Un león marcó el punto donde Leonidas pereció. Pero fue la piedra conmemorativa que los espartanos levantaron en memoria de sus 300 conciudadanos la que mejor evoca el espíritu de su gente. Con brevedad lacónica, dice:

     "Extranjero, si vas a Esparta, diles allí / que nos has visto yaciendo aquí, obedientes a sus leyes".–





Guillaume Durocher - La República Racial de Platón

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     En el sitio theoccidentalobserver.netse publicó en Agosto de 2016 el siguiente texto del ensayista francés Guillaume Durocher (Plato's Racial Republic) que hemos aquí traducido, donde, en un trabajo de lectura atenta, pone el acento en algunos aspectos contenidos en la obra "La República"(Πολιτεία) del filósofo griego Platón (427-347 a.C.), que se refieren a la importancia de la herencia genética y de la identidad cultural para la constitución de una sociedad plenamente funcional e integrada.


La República Racial de Platón
por Guillaume Durocher
29 de Agosto de 2016



     Los igualitaristas han sostenido que las nociones de nación y razason en gran parte constructosmodernos. Los marxistas en particular típicamente han afirmado que las clases dirigentes occidentales inventaron esas ideas para consolidar el poder de Estados burgueses o como un mero pretexto para dividir a la clase obrera a lo largo de líneas raciales (supuestamente imaginarias) y para oprimir a sus súbditos coloniales.

     Es importante entonces mirar el registro real de la discusión de los conceptos de tribu, nación y raza en nuestra tradición europea. En efecto, los temas de herencia genética y etnocentrismo han estado presentes en el pensamiento occidental desde un comienzo. Un ejemplo de eso sería Heródoto, el primer historiador, que hace 2.500 años ya definió el ser parte de la nación griega de acuerdo a cuatro criterios: religión común, sangre común, lenguaje común y costumbre común [1].

[1] https://martinaurelio.wordpress.com/2016/06/11/four-elements-of-identity/

     En este artículo, daré razón del pensamiento racial y étnico existente en el monumental tratado filosófico de Platón "La República", que es ampliamente reconocido como el texto fundante de la tradición entera del pensamiento occidental. Demostraré los siguientes puntos:

Desigualdad: La idea de que los hombres son creados desiguales es absolutamente omnipresente a través de toda La República y es fundacional de su ética. Platón afirma que los individuos tienen diferencias innatas en lo físico, en su personalidad y en su inteligencia, además de diferencias debidas a la educación.

Herencia y eugenesia: Platón nota que las diferencias humanas son considerablemente hereditarias, y muy a menudo se refiere a soluciones eugenésicas para mejorar tanto a la sociedad como a las élites, con comparaciones explícitas con la cría de animales.

Patriotismo: Platón sostiene que el patriotismo es un bien y lo compara con el amor por la propia familia.

Identidad griega racial y étnica: Platón sostiene que los "lazos de sangre y parentesco" significaban que los griegos no deberían emprender la guerra entre sí o esclavizarse unos a otros, reservando eso para los no-griegos, y que su identidad común debería ser cultivada por medio de prácticas religiosas conjuntas.

     La República de Platón presenta una poderosa visión de un Estado aristocráticoracialmente consciente [2]. La élite dirigente, conocida como los "guardianes", y en menor grado la ciudadanía en general, mejorarían constantemente tanto en sentido cultural por la educación y biológicamente por la eugenesia. La élite alcanzaría la verdad mediante una constante reflexión y dialéctica, mientras que tanto ella como las masas serían condicionadas por medio de una educación religiosa (civil), siendo enseñadas a considerar la búsqueda de esos bienes culturales y biológicos como un sagrado imperativo moral [3].

[2] Por supuesto, hay que procurar no tomar literalmente todo lo que Platón dice en La República. Dicha obra es principalmente una exploración de la psicología humana y la naturaleza de la moralidad. La discusión de política es presentada como una analogía del alma humana: la ciudad-Estado ideal (Calipolis) se supone que debe servir como un modelo a macro-escala que puede ayudarlo a uno a explorar qué podría parecer el alma humana ideal. Algunas de las políticas más extrañas de Calipolis[bella ciudad, o bello Estado, 527c] —compartir esposas entre la élite dirigente, llevar al campo a todos los niños mayores de diez años al fundarse la ciudad— deben ser entendidas como medidas necesarias para la imaginación de esta utopía. En particular, esas medidas aseguran la unidad perfecta entre la élite (no estando ya dividida en familias o propiedades), reflejando la unidad de la razón en un individuo, y la educación perfecta de la nueva generación. Para el lector moderno, La República es quizá mejor leída como una exploración intelectual, como un experimento del pensamiento, análogo a la ciencia-ficción. Nada de lo dicho, sin embargo, le quita mérito al argumento más amplio de que la desigualdad innata, la eugenesia, el patriotismo, y la identidad racial y étnica griega eran importantes para el pensamiento de Platón.
[3] Schopenhauer y Tocqueville, a propósito, plantearon argumentos en gran parte análogos acerca del papel de la religión (civil) en la educación y moralización de las masas.


Desigualdad Natural y Aristocracia

     Platón considera la desigualdad humana innata como evidente. Él escribe:

    «Cuando distingues a la gente como naturalmente competente o incompetente con respecto a algo, ¿no quieres decir que algunas personas encuentran fácil aprender aquello, mientras que otros lo encuentran difícil?, ¿y que algunas personas comienzan a hacer su propio trabajo original sobre el asunto después de sólo un poco de estudio, mientras que otros no pueden siquiera retener lo que han aprendido incluso después de mucho estudio y cuidado?, ¿y que los cuerpos de algunas gentes sirven adecuadamente a sus mentes, mientras que los de otros son un obstáculo?. ¿No son éstos los rasgos que te permiten definir a algunas personas como naturalmente competentes, y a otras como incompetentes?» (República, 455b-c).

     Platón se refiere a «hombres necios» (598c), a «espíritus tardos» (526b), a «personas indignas» (495c), y a «hombres inferiores» (545a). Él nota que los niños nacen sin la razón y que «me parece que algunos de ellos no participan en nada de la razón» (441a-b). La inferioridad moral e intelectual era en parte innata y en parte debida a una mala educación. Platón sin embargo afirma que incluso una buena educación no puede deshacer la imperfección congénita: «La educación no es capaz de hacer lo que algunos proclaman. Ellos afirman introducir ciencia en un alma que no la tiene, como si ellos estuvieran introduciendo la vista en ojos que son ciegos» (518c).

     Platón también reconoció diferencias físicas y mentales innatas entre hombres y mujeres, considerando a las mujeres como «el sexo más débil en todos los respectos» en cuanto a guerra y política (455e). (Sin embargo, Platón sostiene que las mujeres deberían tener iguales oportunidades para ser guardianas o tener cualquier otro papel en la comunidad, en tanto tengan la capacidad. Ese "feminismo" meritocrático era completamente radical dado que las mujeres estaban en gran parte segregadas y excluídas de la política en la antigua sociedad griega).

     El reconocimiento de la desigualdad humana para Platón no estaba de ningún modo destinada a humillar o dañar a los menos dotados. Más bien, el punto era organizar la sociedad con un reconocimiento de esas diferencias, ya que «gente diferente es intrínsecamente conveniente para actividades diferentes» (370a-b). Calipolis, su ciudad-Estado ideal, es un régimen meritocrático completamente orientado hacia una especie de clasificación cognoscitiva y moral de la gente, con los mejores (definidos como los más inteligentes, valerosos y morales) siendo seleccionados para formar parte de la élite dirigente de guardianes. El fracaso en reconocer la desigualdad y, en particular, la excelencia de la élite moral, significa que ésta «termina por vivir una vida que es inadecuada para ellos y que no es auténtica para sus naturalezas» (495c).

     El reconocimiento de la realidad de la desigualdad no sólo está omnipresente a través de toda La República, sino que es central para el argumento moral entero. Para expresarlo simplemente: tanto un alma humana como una sociedad están compuestas de partes diferentes y conflictivas, algunas mejores que otras; la moralidad es cuando lo mejor vence a lo peor. Platón consideraba que eso se lograba cuando una persona o sociedad era gobernada por la razón, en alianza con las emociones más nobles, subordinando a estas últimas el mero placer y dolor [4].

[4] Como un ejemplo: un alcohólico puede sufrir una incomodidad inmediata por la falta de bebida, aunque su razón sepa que él debería abstenerse. Su orgullo podría ayudar a su razón para resistir la tentación.

     Considerando todo esto, no es sorprendente que Platón sea despectivo hacia los igualitaristas. Éstos son gente que no discierne ni discrimina, que tiene mal gusto, un juicio pobre y bajo estándares o bien ninguno. Por cuanto los individuos igualitaristas (y el régimen político equivalente, la democracia) son incapaces de distinguir entre el bien y el mal, Platón los considera entre los más inmorales, sólo un poco por encima de un psicópata o un tirano [5].

[5] La descripción que hizo Platón de la democracia es, dicho sea de paso, una de las más poderosamente condenatorias que yo haya leído alguna vez.


Herencia y Eugenesia

     Platón reconoce que la desigualdad humana no sólo es innata sino que es substancialmente hereditaria. Este punto es afirmado en varias ocasiones, a veces muy sorprendentemente. Por ejemplo, si «un obrero metalúrgico calvo y de menguada estatura... de sus grilletes recién liberado» resultara enriquecerse por casualidad y se casara con «la hija de su amo», su descendencia sólo sería «bastarda y de baja estofa» (495e-496a). Platón sostiene que la filosofía «debería ser practicada por hombres bien nacidos, no por bastardos» (535c). Él también vincula la belleza física y la calidad mental, sosteniendo que su clase dirigente de filósofos-reyes debería ser "dentro de lo posible, gente que sea del mejor aspecto" (535b). (Ésta es quizá una declaración sorprendente, dado que el mentor de Platón, Sócrates, que plantea el punto en el diálogo, era considerado completamente feo).

     Dada la realidad de la innata desigualdad humana hereditaria, Platón considera la decisión en cuanto a quién debería reproducirse como un asunto de interés público [6]. Existe un interés público en la composición del fondo genético. Como tal, Platón plantea un poderoso argumento en favor de la eugenesia, tanto positiva como negativa. Él hace una analogía explícita con la cría de animales:

    «He visto muchos perros de caza y aves finas en tu casa (...) ¿No es verdad que aunque ellos sean todos criaturas de raza, algunos de ellos resultan ser excepcionalmente buenos?(...) Entonces ¿los reproduces a todos ellos indiscriminadamente, o tienes cuidado de elegir a los excepcionales tanto como sea posible? (...) ¿Y no considerarías un fracaso resultante en la prosecución de ese programa de cría como un empeoramiento de tu raza de aves y perros? (...) Vamos a necesitar gobernantes realmente excepcionales si el mismo principio se aplica a los humanos también» (459a-b).

[6] ¿Cómo puede maravillar que, considerando la base biológica y genética de la existencia humana, la composición del fondo genético de las generaciones actuales y venideras no pueda ser considerada un asunto de interés público?.

     Platón saca la conclusión: «La unión sexual debería ocurrir preferentemente entre hombres y mujeres que sean excepcionalmente buenos, y debería ocurrir tan poco como sea posible entre hombres y mujeres de un sello inmensamente inferior. (...) Así es cómo se maximiza el potencial de nuestra multitud» (459d).

     De manera similar, Platón sostiene que los hombres excepcionales, particularmente los guerreros, deberían ser recompensados con más sexo:

    «Y el principal privilegio y recompensa que cualquier hombre joven que sea bueno en el combate o en alguna otra actividad debería recibir es el derecho de dormir con las mujeres con mayor frecuencia, de modo que tantos de los hijos como sea posible sean engendrados por esa clase de personas...»(460b).

     Muchas de estas políticas específicas son tan radicales que Platón probablemente pensó que ellas deberían ser entendidas como utópicas. En efecto, él explícitamente declara que el régimen concebido en La República podría no ser realizable [7]. El punto, sin embargo, está en el principio que implica: considerando la realidad de la herencia genética, mejorar el fondo de genes (o la clase o la raza) es un bien moral. Platón, de esta manera, argumenta poderosamente en favor de regular el sexo y la reproducción, y no dejar tales asuntos a los caprichos animalísticos de los individuos: «el sexo promiscuo (o cualquier cosa indisciplinada en realidad) es una profanidad, y los gobernantes no lo permitirán» (458e) [8]. Este programa también justifica que el Estado conscriba a los jóvenes que cría en el régimen: «Pero a vosotros, nosotros os hemos formado» (520b).

[7] Dados los actuales descubrimientos en biología, sin embargo, parece que incluso la eugenesia humana se hará cada vez más practicable. Pienso en particular en las posibilidades de la selección de embriones.
[8] Platón, a propósito, parece equiparar lo profano con lo que es dañino para la comunidad: «Nuestra siguiente tarea es asegurar que los matrimonios estén alejados de la profanidad tanto como sea posible, lo cual sucederá si ellos contribuyen al bienestar de la comunidad» (458e).

     Platón también aboga por la eugenesia negativa. Esta radical subordinación del interés individual a la comunidad le parece extrema e injusta a nuestra época. Pero los griegos antiguos vivieron vidas mucho más difíciles y violentas. Por consiguiente, prácticamente todas las ciudades-Estados griegas consideraban el exceso de población como algo indeseable y tomaron medidas contra ella, incluyendo la práctica del infanticidio. Los más sistemáticos a este respecto fueron los espartanos, que abandonaban a los recién nacidos deformes para que muriesen. Platón sostiene que los hijos de los peores padres y aquellos que son congénitamente minusválidos deberían ser segregados [9] de la élite, ya que «de otro modo nuestra raza de guardianes llegará a corromperse» (460c).

[9] O quizá dejados morir; el lenguaje no es explícito.

     Platón en otra parte nota que Asclepio, el dios griego de la medicina, era «una persona de espíritu cívico» porque

    «él no trató de usar la dieta para drenar y llenar gradualmente cuerpos que estuvieran enfermos hasta la médula, y así ser responsable de que una persona tuviera una vida larga y horrible y con toda probabilidad que produciría hijos con las mismas aflicciones(...) Tal persona no hace ningún bien, ni a sí mismo ni a su comunidad»(407d-e).

     De acuerdo con la práctica griega antigua, incluso en la democrática Atenas, Platón subordina radicalmente los intereses del individuo a los de la comunidad de la cual él depende:

    «Sócrates [10]: Estas dos prácticas[legal y médica] tratarán los cuerpos y las mentes de aquellos de tus ciudadanos que son naturalmente bien dotados en estos respectos; en cuanto al resto, aquellos con una pobre constitución física, se les permitirá morir, y aquellos con mentes irredimiblemente putrefactas serán llevados a la muerte. ¿Correcto?.

    «Glaucón: Sí. Hemos mostrado que éste es el mejor curso para aquellos que reciben el tratamiento así como para la comunidad» (409e-410a).

[10] Sócrates es el personaje principal en la mayor parte de los diálogos de Platón. En cada caso atribuyo a Platón los puntos que plantea Sócrates.

     Platón sostiene que la imposición de esas medidas eugenésicas podría ser conseguida por medio de la educación religiosa o el mito. La crianza de niños de calidad inferior se convertiría en un tabú religioso:

    «Diremos que él ha pecado tanto contra los dioses como contra los hombres engendrando a un niño que (si su concepción pasa inadvertida y el niño nace) nacerá no bajo los auspicios de los ritos y plegarias que las sacerdotisas y los sacerdotes y la comunidad entera rezan en cada festival de bodas —para que cada generación de niños supere a sus padres en excelencia y valor— sino que en cambio habrá sido engendrado en oscuridad y producto de una extrema incontinencia»(461a-b).


Familia y Patriotismo

     La República medita con mucho detalle sobre el problema de cómo hacer que la gente ame a su ciudad-Estado y la sirva desinteresadamente. Con sorprendentes paralelos con Alexis de Tocqueville en su libro "Democracy in America" [11], Platón sostiene que el gobierno de espíritu cívico puede ser promovido por medio de una educación religiosa (civil) y apelando al sentimiento de familia y al patriotismo.

[11] http://www.theoccidentalobserver.net/2016/07/20/tocquevilles-patriotic-republic-nationalist-themes-in-democracy-in-america-part-1/

     Platón, como la antigua sociedad griega en general, tomó a la familia sumamente en serio. Él enumera entre los pecados del tirano, que «en su lengua y en su boca impía está el sabor de la sangre de un pariente» [565e]. En La República, Platón imagina una sociedad en la cual los miembros de la élite serían desinteresados porque todos ellos pertenecerían a una sola familia (principalmente por medio de la utópica institución del compartir esposas). Los guardianes serían seleccionados de entre aquellos niños que muestren desinterés y patriotismo:

    «Ellos tienen que demostrar amor a su comunidad mientras son probados tanto en circunstancias agradables como dolorosas, y dejar claro que ellos no arrojarán su patriotismo independientemente de las ordalías o temores con que ellos se encuentren, o cualesquiera sean las cambiantes situaciones que ellos soporten. Cualquiera que sea incapaz de retener aquello debe ser excluído, mientras que cualquiera que surja de cada prueba sin impurezas (como el oro probado en el fuego) debe ser hecho un gobernante y se le deben dar privilegios y recompensas tanto en vida como después de su muerte»(503a).

     Más generalmente, Platón sostiene que la sociedad entera podría ser condicionada para pensar en sí misma como una familia ampliada, por medio de la enseñanza de un mito religioso:

    «Voy, pues a hablar, aunque no sé dónde encontrar la determinación o las palabras para contar la historia. Trataré sobre todo de convencer a los propios gobernantes y a los militares, y secundariamente al resto de los ciudadanos, de que todo el cuidado y educación que les hubimos proporcionado les sucedió en una especie de ensueño; que en realidad, ellos entonces estaban siendo formados y nutridos profundamente dentro de la tierra, y su armamento y su equipamiento en general también estaban siendo fabricados allí. Cuando ellos fueron productos acabados, la tierra, su madre, los envió arriba a la luz; y ahora cuando se preocupan de la política deben considerar el país en el que se encuentran como su madre y nodriza, y deben defenderla contra la invasión, y considerar al resto de los ciudadanos como sus hermanos nacidos de la misma tierra» (414d-e).

     Cada guardián, un miembro de la élite dirigente, no ve a otro guardián como un «extraño»sino como a «un padre o una madre, un hijo o una hija, un nieto o un abuelo» (463c). Aquel sentimiento de familia sería particularmente poderoso durante la guerra:

    «[Los guardianes] muy probablemente lucharán bien contra fuerzas enemigas, en tanto ellos muy con poca probabilidad abandonarán a los otros, ya que ellos se consideran entre sí como hermano, padre, hijo, y se llaman entre sí por estos nombres. (...) Estoy seguro de que esto haría nuestra milicia completamente invencible» (471d).

     De manera significativa, Platón enumera a un fracaso en distinguir entre ciudadanos y extranjeros como una de las características de un régimen que degenera hacia el igualitarismo: «comienza a no hacer ninguna diferencia si uno es un ciudadano o un extranjero residente, o incluso un visitante del extranjero: cada uno está en el mismo nivel» (563a). Aquellos que carecen de discernimiento e identidad ya no son capaces de distinguir entre aquellos que comparten su sangre, cultura, educación y responsabilidades cívicas, y aquellos que no.


Solidaridad Racial y Étnica entre los Griegos

     Platón tenía un sentido muy fuerte de identidad griega que era tanto cultural como racial (o étnico). En un asombroso pasaje, Platón sostiene que la guerra entre ciudades-Estados griegas debería ser considerada como "conflictos" internos limitados, mientras que la "guerra" verdaderamente brutal debería ser reservada para los forasteros no-griegos:

    «Los griegos están unidos unos con otros por lazos internos de sangre y parentesco, pero se relacionan con los no-griegos como con gente que es extranjera y que vive fuera de su ámbito.(...) Cuando griegos y bárbaros luchan, entonces, afirmaremos que ellos son enemigos naturales, y que el término "guerra" debería referirse a ese tipo de hostilidad. Pero cuando los griegos están involucrados en esa clase de cosa con otros griegos, afirmaremos que ellos son amigos naturales, y que en una situación como ésa Grecia está enferma y en conflicto, y sostendremos que el término "disputa interna" debería referirse a ese tipo de hostilidad»(470c-d).

    Platón sostiene que los griegos que emprenden una guerra brutal unos con otros no deberían ser considerados "patrióticos", usando nuevamente una analogía de familia: «si ellos fueran [patrióticos], ellos dejarían inmediatamente de devastar a su nodriza y madre»(470d). En vez de ello, argumenta Platón, los griegos deberían «reservar para los no-griegos el tratamiento que los griegos actualmente se dan unos a otros» (471b). Prácticamente, los griegos no deberían esclavizar, humillar o arruinar a otros griegos:

    «Sócrates: ¿Piensas que es justo que las ciudades de griegos esclavicen a otros griegos?. ¿No deberían ellos hacer todo lo posible para impedir que alguna otra ciudad esclavice a los griegos y convertir en la norma el respetar al linaje griego, por temor a que ellos mismos sean esclavizados por no-griegos?.

    «Glaucón: Es absolutamente crucial que ellos respeten a los griegos.

    «Sócrates: Ellos no sólo no deberían poseer esclavos griegos, entonces, sino que también deberían aconsejar a otros helenos para que sigan su ejemplo.

    «Glaucón: Sí. Eso debería animarlos a concentrarse en los bárbaros y dejarse en paz mutuamente. (...)

    «Sócrates: Y no llevaremos las armas de los enemigos a nuestros templos como ofrendas tampoco, sobre todo si ellas vinieron de griegos, si estamos en algo interesados en tener buenas relaciones con los demás griegos. Es muy probable que temamos la contaminación posible implicada en privar a nuestros parientes de sus armas y llevarlas a un sitio sagrado, excepto cuando dicha práctica es divinamente sancionada.(...) ¿Y qué diremos de devastar la tierra y quemar las casas de griegos?(...) Pienso que ellos evitarán ambas prácticas y sólo robarán la cosecha anual» (469b-470b).

     El mero robo de cosechas era preferible al daño permanente ya que deben «pensar que habrán de reconciliarse y no siempre estar en guerra» (470e).

     Además, más allá de los límites políticos de la ciudad-Estado, Platón sostiene que los griegos podrían cultivar su identidad común y sentimiento de parentesco por medio de prácticas religiosas compartidas: «¿No sentirán ellos amistad hacia sus congéneres griegos?. ¿No considerarán ellos a la Hélade como su propia tierra y se unirán a todos los otros griegos en sus ritos religiosos comunes?» (470e).

     Todos los argumentos relativos al parentesco de las ciudades-Estados griegas a menudo en guerra son igualmente válidos para los Estados-naciones europeos. En efecto, el cristianismo durante mucho tiempo unificó a los europeos tanto espiritual como culturalmente. Si la civilización occidental y los pueblos europeos están muriendo hoy, quizá la razón contingente más importante es que los europeos dejaron de reconocer suficientemente su parentesco con otros europeos.

     Por motivos emocionales comprensibles ligados a la psicología del etnocentrismo (bajo la cual la gente tiende a identificarse con una pertenencia étnica/nación local, típicamente delimitada por el idioma, más bien que con un grupo racial genéticamente definido más amplio) y debido a la realidad de la política de pequeño Estado, los nacionalistas del pasado, a menudo identificando la "otredad" radical de africanos y asiáticos, también típicamente no lograron reconocer genuinamente a sus congéneres europeos como pueblos parientes [10].

[10] Habría que tener en cuenta que los instintos etnocéntricos y sistemas emocionales de los europeos, y en realidad de todos los humanos, en gran parte evolucionaron en nuestro pasado prehistórico cuando las sociedades generalmente no eran más grandes que una tribu. En tal contexto, una lengua común probablemente habría sido un buen distintivo de parentesco étnico y semejanza genética. En un contexto moderno, el instinto etnocéntrico parece permitir la identificación más amplia posible con naciones lingüísticamente definidas.

     Enfatizo, sin embargo: la guerra fratricida entre europeos no fue de ningún modo únicamente causada por nacionalistas extraviados. La guerra entre europeos antecede con mucho a la Era del nacionalismo. E incluso en la época del nacionalismo, las élites dirigentes predominantes, a menudo universalistas, fueron con frecuencia los actores principales en la búsqueda de guerras entre nosotros mismos. Además, durante ambas Guerras Mundiales, los europeos racialmente conscientes fueron aquellos que más se opusieron a entrar en conflicto.


Guardianes Europeos

     Hasta este día, Platón es reverenciado como el fundador de la tradición filosófica occidental —sin duda la más sofisticada en el mundo—, y todavía tiene posibilidades de ganar como quizás el mayor filósofo de todos los tiempos. De esta manera, para nosotros, herejes, es consolador saber que una tan gran figura tomara tan en serio las nociones de raza y nación, las influencias genéticas sobre el comportamiento y por lo tanto la composición del fondo genético como un asunto evidente de interés público, el patriotismo como una extensión del sentimiento de familia y un bien obvio, un respeto por lo sagrado definido como lo que fomenta los intereses del grupo entero, y la importancia de la solidaridad entre pueblos parientes. El pensamiento etnocéntrico y de la genética hereditaria tiene el abolengo más fino. Estamos en una ilustre compañía.

     Platón tuvo una reputación como un hombre cuya cabeza estaba pegada en las nubes contemplando abstracciones. No obstante, estoy sorprendido por la "modernidad" y las implicaciones prácticas de muchos de sus argumentos. Él postuló una sociedad ideal ordenada y cultivada mediante una extensa educación, buena música, rigurosos ejercicios mentales y físicos, mitos y rituales religiosos, y eugenesia. El programa social de Platón es a la vez refrescantemente conocedor de la realidad humana básica y decididamente holístico y sistemático. El objetivo era prevenir lo malo, definido como una sociedad o individuo que era de mala "clase" e "inculto", y promover el bien.

     En el fondo, argumenta Platón, una buena sociedad humana es en último término definida como una que tiene una buena cultura y buenos genes. ¿Hay algo que sea a la vez tan obvio y sin embargo tan brutalmente negado por el actual establishment dirigente igualitario e individualista? Inspirado por Platón, uno puede imaginar fácilmente la creación de una orden militar y espiritual de "guardianes europeos", sacados de entre los mejores individuos de todas nuestras naciones en la madre Europa y en la diáspora europea, entusiastamente dedicados al mejoramiento cultural y genético de nuestra gente. Aquello puede parecer utópico hoy. Pero el siglo XXI es todavía joven.–




M. Finley - Sobre Rapsodas y Héroes Griegos

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     Moses Finley (1912-1986), cuyo verdadero apellido era Finkelstein, fue un historiador judeo-estadounidense izquierdista que se exilió y se nacionalizó inglés, especializado en la literatura y la sociología de la Grecia antigua. Autor de diversos libros, en 1954 publicó su famosa obra The World of Odysseus, de la cual presentamos aquí su capítulo segundo (Bards and Heroes). Para ello nos hemos basado en la traducción castellana de M. Hernández, y en base al texto original inglés la hemos retraducido realizando variadas correcciones. Hemos comprobado con diversas traducciones todas las citas de los autores clásicos antiguos. Dicha versión castellana incluye (aquí entre corchetes) algunos añadidos de la segunda edición inglesa (1977), pero a la vez carece de otros significativos párrafos de la edición original de Finley. Este interesante capítulo analiza con erudición literaria y antropológica diversos aspectos de las obras del poeta griego Homero y su relación con otros, el papel y características e importancia de los aedas y versificadores similares, y de la validez histórica de todo ello, lo cual al final redunda en una mejor comprensión de la antigua sociedad de los griegos y de la poesía épica en general.


BARDOS y HÉROES
por Moses Finley, 1954



     La fábula de la decadencia y caída del hombre ha sido narrada de muchas maneras. Una versión elaboradamente construída, probablemente de origen iranio, decía que el hombre estaba destinado a atravesar cuatro edades, cuatro etapas que lo apartaban cada vez más de la justicia y la moralidad, del paraíso en que lo habían situado originalmente los dioses. Cada edad estaba simbolizada por un metal siguiendo este orden descendente: oro, plata, bronce o cobre, y hierro. Con el tiempo, ese mito llegó al Oeste hasta Grecia. Pero cuando lo encontramos allí por vez primera, en "Los Trabajos y los Días"de Hesíodo, había asimilado un elemento completamente nuevo. Entre la Edad del Bronce y la entonces presente Edad del Hierro, había sido introducido un quinto elemento [1].

     «Después de que la tierra hubo escondido esta generación [la Edad de Bronce] Zeus Cronida suscitó otra divina raza de héroes más justos y mejores, que fueron llamados Semidioses en toda la tierra por la generación presente. Pero la lamentable guerra y la refriega terrible los destruyeron a todos, a unos en la tierra Cadmeida, delante de Tebas la de las siete puertas, en tanto combatían por los rebaños de Edipo; y a los otros, cuando en sus naves fueron a Troya surcando las grandes olas del mar, a causa de Helena la de hermosos cabellos, los envolvió allí la sombra de la muerte. Y el padre Zeus les dio un sustento y una morada desconocidos de los hombres. Y estos héroes habitan apaciblemente las islas de los Bienaventurados, allende el profundo Océano. Y allí, tres veces por año, les da la tierra sus frutos»[Hesíodo, Los Trabajos y los Días, 157-173].

[1] Hesíodo escribió "razas" (genei), no "edades", pero estas últimas son un equivalente más apropiado en un idioma moderno.

     No sabemos si fue Hesíodo o algún anónimo predecesor suyo quien convirtió el mito oriental de las Cuatro Edades en este mito helénico de cinco edades, ni tampoco importa, porque lo esencial está claro. Una tradición griega separada fue impuesta sobre la importación mal digerida, y la fusión fue realizada de manera floja y descuidada. En la época en que llegó a Grecia el mito oriental, los helenos habían fijado firmemente en la historia de su pasado una Edadde los Héroes. De ninguna manera renunciarían a aquel breve periodo de honor y de gloria. En lugar de eso, lo insertaron en la sucesión de metales, dejando a los eruditos modernos que ahondaran en la tosquedad y en las contradicciones y que completaran las explicaciones.

     Pocos griegos, primitivos o tardíos, dudaron alguna vez de la existencia de una época de héroes. Sabían todo lo referente a ellos: sus nombres, sus genealogías y sus hazañas. Homero era su más autorizativa fuente de información, pero en ningún caso la única. Desgraciadamente, ni Homero ni Hesíodo tuvieron el más mínimo interés por la Historia en el sentido en que nosotros podemos entenderla. A los poetas les interesaban ciertos hechos del pasado, no su relación con otros hechos pasados o presentes, y en el caso de Homero, ni siquiera las consecuencias de aquellos hechos.

     El resultado de la guerra, de la caída y destrucción de Troya y los frutos de la victoria griega habrían tenido gran importancia para un historiador de la guerra. Pero el poeta de la Ilíada fue totalmente indiferente a todo ello, y el poeta de la Odiseaapenas si mostró un poco más de interés. Algo parecido ocurre respecto a las edades fijadas para el hombre. En la versión de Zoroastro hay una precisión matemática: cada edad era de 3.000 años, y en cada una de ellas la ley y la moralidad decaían en una cuarta parte. En Hesíodo no hay la menor indicación acerca de fechas o duraciones, del mismo modo que Homero no da ninguna información acerca de la fecha en que ocurrió la guerra de Troya aparte de "Hubo una vez...".

     Más tarde, los griegos establecieron la cronología con todo detalle. Aunque no llegaron a ponerse completamente de acuerdo, pocos se apartaron demasiado de una fecha equivalente a 1200 a.C. para la guerra con Troya y de un periodo de cuatro generaciones en cuanto a la Era de los Héroes. Decidieron que Homero vivió cuatrocientos años más tarde, y que Hesíodo fue contemporáneo suyo (según una tradición, fue incluso su primo).

     Naturalmente, los héroes son ubicuos. Siempre hay hombres llamados héroes; y esto lleva a confusión, porque la identidad en la clasificación encubre una desconcertante diversidad de sustancia. En cierto sentido, los héroes siempre buscan honor y gloria, y eso también puede producir confusión si no se define con mayor exactitud el contenido del honor y del camino hacia la gloria. Pocos héroes de la Historiao de la literatura, desde el drama ateniense del siglo V a.C. hasta nuestro tiempo, compartieron la determinación de sus contrapartes homéricas. En éstas, todo giraba alrededor de un simple elemento de honor y virtud: fuerza, bravura, valor físico, proezas. De manera inversa, no había ninguna debilidad, ningún rasgo no heroico, salvo uno: la cobardía y la consiguiente incapacidad para perseguir metas heroicas.

     «¡Oh, Zeus y los demás dioses!—invocaba Héctor—, concededme que este hijo mío llegue a ser como yo, el más ilustre entre los troyanos, fuerte y valiente, y que reine poderosamente en Ilión; que digan de él cuando vuelva de la batalla: "¡Es mucho más valiente que su padre!". Que pueda él regresar con los despojos teñidos con la sangre de los hombres que mató, y que pueda regocijar el corazón de su madre» (Ilíada, VI, 476-481).

     No hay conciencia social alguna en estas palabras, ninguna huella del Decálogo, ninguna responsabilidad aparte de la familiar, ninguna obligación con nadie o nada sino solamente para con las propias proezas y el propio ímpetu hacia la victoria y el poder.

     La edad de los héroes, entonces, tal como la entendía Homero, fue una época en la cual los hombres sobrepasaban los posteriores estándares de un grupo de cualidades específicas y severamente limitadas. En cierta medida, aquellas virtudes, aquellos valores y capacidades, fueron compartidos por muchos hombres de aquel periodo, ya que de otro modo no hubiera habido una definida edad de héroes entre la del bronce y la del hierro. Particularmente en la Odisea, la palabra "héroe"es una expresión de clase para toda la aristocracia, y a veces hasta parece comprender a todos los hombres libres. «Mañana—instruyó Atenea a Telémaco— convoca a los héroes aqueos a una asamblea» (Odisea, I, 272), con lo cual ella quería decir "Reúne a la asamblea regular de Ítaca".

     Que de hecho nunca había habido una edad heroica de cuatro generaciones en Grecia, en el sentido preciso e inherente de Homero, apenas requiere demostración. El problema serio para el historiador es el de determinar si en los poemas hay, y hasta qué grado, algo que se relacione con la realidad social e histórica; en otras palabras, cuánto del mundo de Odiseo existió solamente en la imaginación del poeta, y cuánto fuera de ella, en el espacio y en el tiempo. La cuestión primordial que debe considerarse es de dónde tomó el poeta sus ideas acerca de ese mundo, y sus historias de sus guerras y de las vidas privadas de sus héroes.

     El poema heroico, género del cual la Ilíada y la Odisea son los más grandiosos ejemplos, debe ser distinguido de la épica literaria como la "Eneida" o "El Paraíso Perdido". La poesía heroica es siempre poesía oral; es compuesta oralmente, con frecuencia por bardos iletrados, y es recitada en un canto ante un auditorio que la escucha. Formalmente es inmediatamente reconocible por la constante repetición de frases, versos y grupos enteros de versos. El amanecer es casi siempre en Homero: «Y cuando apareció la Aurora de rosáceos dedos, la hija de la mañana...». Cuando es enviado un mensaje verbal (y los mensajes homéricos nunca son escritos) el poeta hace que el mensajero escuche el texto exacto y después lo repite palabra por palabra al que lo recibe. Atenea tiene «ojos de lechuza», la isla de Ítaca está «rodeada por el mar», Aquiles es «saqueador de ciudades». No obstante, no se trata de una repetición simple y monótona. Hay treinta y seis diferentes epítetos para Aquiles, por ejemplo, y la elección se halla rigurosamente determinada por la posición en el verso y por la forma sintáctica requerida. Se ha calculado que sólo en la Ilíada hay unas veinticinco expresiones de fórmulas, o de fragmentos de fórmulas, en los primeros veinticinco versos. Aproximadamente la tercera parte del poema entero consiste en versos o grupos de versos que aparecen más de una vez en la obra, y lo mismo ocurre en la Odisea.

     Los lectores exigentes de libros impresos a menudo han comprendido equivocadamente el artificio de la repetición como una señal de imaginación limitada y del estado primitivo del arte de la poesía. A raíz de ello, los críticos franceses de los siglos XVI y XVII situaron a Virgilio por encima de Homero precisamente porque el primero no se repetía a sí mismo sino que siempre encontraba un nuevo fraseo y nuevas combinaciones. Lo que no llegaron a percibir es que la expresión repetida es indispensableen la poesía heroica. El bardo compone directamente ante su auditorio; él no recita versos memorizados. En 1934, a petición del profesor Milman Parry, un bardo servio de sesenta años, que no sabía leer ni escribir, recitó para él un poema de las dimensiones de la Odisea, construyéndolo a medida que lo recitaba, pero manteniendo un metro y una forma e inventando una compleja narrativa. La recitación duró dos semanas, con una semana de intervalo, cantando el bardo durante dos horas cada mañana y durante otras dos en la tarde.

     Una proeza de esa especie exige una enorme concentración tanto del bardo como del auditorio. Que eso pueda ser hecho sólo puede atribuírse a que el poeta, un profesional con largos años de aprendizaje tras él, tiene a su disposición las materias primas necesarias: multitud de incidentes y de fórmulas, acumulados por generaciones de trovadores anteriores a él. El acervo griego incluía numerosas variaciones de mitos, irremediablemente contradictorios, que habían sido creados en relación con sus ritos religiosos; todo género de fábulas sobre héroes mortales, algunas fantásticas y otras razonablemente seguras; y las fórmulas que podían convenir a cualquier incidente: la proximidad del amanecer y del anochecer, escenas de combate, de funerales y de banquetes, actividades cotidianas de los hombres (levantarse, comer, beber y dormir), descripciones de palacios y praderas, de armas y tesoros, metáforas del mar o de los pastizales, y otras más allá de su enumeración. Con todos esos componentes básicos el poeta construye su obra, y cada obra —en otras palabras, cada presentación— es nueva, aunque todos los elementos puedan ser viejos y ampliamente conocidos.

     La repetición de lo familiar es igualmente esencial para el auditorio. Poner atención a un cuento largo y polifacético, narrado frecuentemente durante varios días y noches, cantado en un lenguaje que no es el de la conversación cotidiana, con su artificial orden de las palabras impuesto métricamente y sus extrañas formas gramaticales, no es tampoco un logro menor, hecho posible precisamente por los mismos recursos formulísticos que son indispensables para el creador. El poeta y el auditorio por igual descansan frecuentemente, por así decir, cuando van siendo relatadas las familiares auroras de rosáceos dedos y se repiten los mensajes palabra por palabra. Mientras ellos descansan, uno prepara el verso o el episodio próximo, y los otros se preparan para escucharlo.

     Ahora bien, es posible que, según se ha dicho recientemente, la Ilíada, tal como la conocemos, fuera compuesta por escrito y no oralmente. Y es casi indiscutible que la Ilíadaostenta una cualidad de originalidad y genio que supera a todos los demás poemas heroicos, incluso a los mejores de ellos, por ejemplo, el "Beowulf", el"Poema del Mío Cid" o "El Cantar de Roldán". Aun así, tanto la Ilíada como la Odisea revelan en máxima medida todas las características esenciales de la poesía heroica no escrita de todo el mundo. Detrás de ellas yace una larga práctica en el arte del bardo, que desarrolló el notable, pero totalmente artificial, dialecto de los poemas, un dialecto que jamás habló ningún griego, pero que permaneció permanentemente fijo como el lenguaje de la épica griega. Tras dichas obras están, asimismo, todas las generaciones que habían creado los elementos formulísticos, los componentes básicos de los poemas.

     Con la Ilíada y la Odisea la poesía heroica griega alcanzó su gloria. Muy pronto el bardo que componía a medida que cantaba comenzó a ceder su lugar al rapsoda, que fue primitivamente un recitador de versos memorizados, y al escritor contratado que reelaboraba versiones de escaso mérito literario. Nuevas formas escritas, el poema lírico breve y después el drama, reemplazaron a la épica oral como los vehículos de la expresión artística. Cuándo ocurrió exactamente el cambio es discutido sin parar por los expertos, y no parece que llegarán alguna vez a un acuerdo. Un punto de vista plausible es que la Ilíada recibió su forma aproximada, pero no exactamente, en la que ahora la tenemos, en el siglo VIII a.C., más probablemente en la segunda mitad del siglo; que Hesíodo floreció una generación después, poco más o menos, y que la Odisea fue compuesta a su vez una o dos generaciones después de Hesíodo.

     Este esquema de fechas, con dos Homeros separados por un centenar de años, parece ser imposible a primera vista. Durante más de dos mil años, los hombres de gusto, inteligencia y experto saber jamás cuestionaron la tradición de que hubiese sido un solo individuo quien escribió la Ilíada y la Odisea, y su juicio unánime se apoya en el estilo y lenguaje de los poemas, que son prácticamente indistinguibles. Pero una vez que la técnica de la antigua composición de los bardos fue descubierta nuevamente, y con ella el secreto de la engañosa uniformidad del estilo, entonces las diferencias realmente grandes entre los dos poemas pudieron ser vistas en su perspectiva total.

     Algunas de esas diferencias ya habían sido comentadas en la Antigüedad. El romano Plinio hizo notar que hay más magia en la Odisea, y tenía razón hasta cierto punto. En la Ilíadalas intervenciones de los dioses tienen el carácter de milagros menores, pues ni aun Aquiles posee poderes mágicos, aunque Tetis, su madre divina, vela sobre él constantemente. La Odisea presenta intervenciones semejantes, pero contiene también el episodio de Circe, que se apoya en una serie de fórmulas mágicas con un sentido y forma más precisos.

     Una diferencia más pronunciada puede observarse en las relaciones entre los héroes y los dioses. Aunque las decisiones básicas son tomadas en el Olimpo en ambas narraciones, en la Ilíada los dioses intervienen sólo esporádicamente, y en la Odisea Atenea dirige a Odiseo y a Telémaco paso a paso. El segundo poema comienza en los cielos con la petición de Atenea a Zeus para que ponga fin a las pruebas del héroe, y termina cuando la diosa detiene la sangrienta contienda entre el héroe y los parientes de los pretendientes a quienes había dado muerte. Incluso la motivación de los dioses difiere: en la Ilíadaes personal, es la expresión del agrado o el desagrado de las divinidades individuales hacia uno u otro héroe, mientras que en la Odiseael elemento personal se complementa, en parte y en forma rígida y rudimentaria, por los requerimientos de la justicia.

     La Ilíada está repleta de la acción de los héroes. Incluso cuando se aparta de su tema central —la cólera de Aquiles—, su atención nunca se desvía de los hechos e intereses heroicos. La Odisea, aunque más breve, tiene dos temas distintos y esencialmente desconectados: las fabulosas andanzas de Odiseo, y la lucha por el poder en Ítaca.

     Dada su ambientación en una edad de héroes, la Odiseatiene solamente un verdadero héroe, el propio Odiseo. Sus compañeros son mediocridades anónimas. Su hijo Telémaco es dulce y obediente, y quizá cuando crezca se convierta en héroe, pero el poeta no lo lleva tan lejos. Los pretendientes de la mano de Penélope son villanos, lo cual es una incongruencia, ya que "héroe" y "villano" no son propiamente antónimos; no son siquiera expresiones comparables; de ahí que no hay villanos en la Ilíada. La misma Penélope es poco más que un conveniente personaje "mitológicamente disponible" [2]. Ella llegó a ser una heroína moral para las generaciones posteriores, la encarnación de la bondad y de la castidad, a ser comparada con la traicionera y asesina Clitemnestra, esposa de Agamenón; pero el término "héroe" no tiene género femenino en la época de los héroes.

[2] Rhys Carpenter, Folk Tale, Fiction and Saga in the Homeric Epics, University of California Press, 1946, p. 165.

     Finalmente, la Ilíada está orientada hacia el Este, desde el punto de vista de Grecia, y la Odisea hacia el Oeste. Las relaciones griegas con Occidente comienzan relativamente tarde, no antes de mediados del siglo VIII a.C., y en una forma más bien tentativa, para llegar a convertirse durante el siglo siguiente en una extensa penetración y migración hacia Sicilia, Italia meridional y aún más lejos. La presuposición es, por lo tanto, que la Odisea refleja ese nuevo aspecto de la historia de Grecia tomando los materiales tradicionales y poniéndolos de cara al Oeste. Eso no quiere decir que los viajes de Odiseo por tierras imaginarias puedan trazarse sobre un mapa. Todos los intentos de hacer aquello —y han sido numerosos desde tiempos antiguos— han fracasado. [Como dijo el geógrafo Eratóstenes a fines del siglo III a.C., «sólo se podría encontrar la escena de las andanzas de Odiseo cuando se descubra al remendón que cosió el odre de los vientos» (Estrabón, Geografía, lib. I, 2.15)]. Incluso los detalles topográficos de la isla hogar de Odiseo, Ítaca, se puede demostrar que son incongruentes, ya que hay varios rasgos esenciales propios de la vecina isla de Leucas, pero completamente imposibles para Ítaca.


     A pesar de estas diferencias, la Ilíada y la Odisea forman una unidad frente a los poemas de Hesíodo, en particular frente a "Los Trabajos y los Días". Por todo su uso del lenguaje y de las fórmulas, Hesíodo no pertenece propiamente a los poetas heroicos. Siempre que él trata de asuntos que no son evidentemente mitos, cuando trata de la sociedad y de la conducta humanas, él es siempre personal y contemporáneo en su perspectiva. Tampoco los héroes ni los mortales comunes de tiempos pasados son sus personajes, sino Hesíodo mismo, su hermano, sus vecinos. Hesíodo forma totalmente parte de la Edad de Hierro del presente, específicamente del arcaico mundo griego de los siglos VIII y VII a.C.

     No sucede lo mismo con la Ilíada ni con la Odisea. Ellas miran hacia una Eradesaparecida, y su substancia es inequívocamente antigua. La Odisea en particular abarca un amplio campo de actividades y relaciones humanas: estructura social y vida familiar, realeza, aristócratas y plebeyos, celebración de banquetes, arado de la tierra y cría de cerdos. Ésas son cosas sobre las cuales sabemos poco en lo que se refiere al siglo VII, durante el cual la Odisea fue aparentemente compuesta, y lo que sabemos y lo que relata la Odisea simplemente no son lo mismo. Basta con señalar la polis(ciudad-Estado), forma de organización política extendida por entonces en el mundo helénico. En la isla de Quíos, que con mayor insistencia ha reclamado ser el lugar de nacimiento de Homero, la polisincluso había derivado hacia la democracia, según la evidencia de una fragmentaria inscripción en una piedra, de fecha escasamente posterior a la Odisea. Sin embargo en ninguno de los dos poemas se encuentra huella alguna de una polis en su sentido político clásico. Polis, en Homero, no significa otra cosa que un lugar fortificado, un pueblo. Los poetas de la Ilíada y la Odisea, a diferencia de Hesíodo, básicamente no fueron ni personales ni contemporáneos en sus referencias.

     En nuestros actuales textos cada poema está dividido en veinticuatro "libros", uno por cada letra del alfabeto griego. Eso fue un arreglo posterior, obra de los eruditos alejandrinos, y su arbitrariedad es evidente. Los libros individuales varían en longitud y no siempre tienen unidad de contenido, aunque muchos presentan tal independencia con respecto a los otros que uno se ve tentado a pensar que fueron planeados para ser recitados de una sola vez. Para analizar debidamente los poemas, hay que leerlos sin considerar la división alejandrina. Entonces se hace claro cómo en la Odisea la historia de la guerra de Troya, la lucha con los pretendientes, y una historia fabulosa —las aventuras de un Simbad el Marino griego— fueron hilvanadas (un rapsoda era, literalmente, un "hilvanador de cantos") junto con muchas pequeñas piezas, como el mito del adulterio entre Ares y Afrodita, los mitos sobre el más allá, y la narración del secuestro de un joven príncipe y su venta como esclavo (el porquero Eumeo). La Ilíada no tiene piezas grandes tan obviamente independientes, pero los pequeños trozos son innumerables. Cada reminiscencia y leyenda genealógica pudo haber circulado —e incuestionablemente lo hizo— como un breve poema heroico independiente. La narración de los juegos funerales para Patroclo era adecuada, sin otra alteración que un cambio en los nombres, dondequiera que la narrativa requería el entierro de un héroe. Los fragmentos de la mitología olímpica calzan en cualquier parte.

     El genio de la Ilíada y la Odisea no reside en las piezas individuales, ni siquiera en el lenguaje, porque todo ello era un acervo común de materiales, disponible para cualquier bardo en cantidad excesiva. La preeminencia de un Homero yace en la escala a la cual trabajó y en el frescor con que seleccionó y manipuló lo que había heredado, en las pequeñas variaciones e invenciones que introdujo, en el hilvanado. Paradójicamente, cuanto mayor es la masa de materiales acumulados, mayor es la libertad del poeta, dado un deseo y la habilidad para ejercer dicha libertad. Por medio de su destreza sin paralelo en la elección de incidentes y en las fórmulas de fondo, y en sus combinaciones, un Homero pudo crear un mundo a su propia imagen, notablemente diferente en ciertos aspectos esenciales de lo que los bardos más antiguos le habían transmitido; y, sin embargo, en apariencia permanece dentro de la senda fijada por la tradición de los rapsodas, y de hecho retiene gran parte de aquel tradicional mundo.


     Meramente como narrativa, la Ilíada y la Odisea juntas, debido a su longitud sin precedentes, omiten muchísimo de lo que era en su tiempo la historia aceptada de la guerra de Troya y sus consecuencias. Aquello era un asunto de libre decisión, ya que los poetas conocían muy bien toda la historia, así como suponían que sus auditorios igualmente la conocían. Después fueron compuestos otros largos poemas épicos, claramente inferiores, tomados del patrimonio tradicional, hasta que hubo un ciclo de siete poemas que contaban la historia desde la creación de los dioses hasta la muerte de Odiseo y el casamiento de Telémaco y Circe. Durante un cierto tiempo todos ellos fueron atribuídos a Homero; el Homero a quien Jenófanes atacó era probablemente un nombre colectivo para el ciclo troyano [3]. Sin embargo, las incomparables cualidades de la Ilíaday la Odisea fueron tempranamente evidentes, aunque no fue sino hasta los siglos IV y III a.C. que se concluyó que no había sido Homero el que había escrito también el resto del ciclo. Los otros poemas sobrevivieron durante quinientos o seiscientos años después y luego desaparecieron, excepto unos pocos versos en antologías o citas.

[3] Jenófanes nació cerca del año 570 a.C., quizá no más de dos generaciones posteriores a la composición de laOdisea. La mordacidad de su crítica es prueba tanto de la enorme atracción popular de los poemas y de la rapidez de su aceptación. a mediados del siglo VI a.C. A fines de ese siglo, Teágenes de Rhegium escribió la primera exégesis de Homero que hoy se conoce, y quizás inició el método alegórico de interpretación que luego fue común.

     Es bastante probable que los bardos que dieron finalmente forma a la Ilíada y a la Odisea lo hicieran por escrito. Sin embargo, la difusión de los dos poemas fue oral. El mundo griego de los siglos VIII y VII a.C. era profundamente iletrado, a pesar de la introducción del alfabeto. De hecho, la literatura griega continuó siendo oral durante un muy largo tiempo. El género de las tragedias, por ejemplo, fue seguramente compuesto por escrito, pero ellas eran leídas por no más de unos cuantos centenares de individuos, aunque eran escuchadas y vueltas a escuchar por decenas miles de personas en toda la Hélade. La recitación de poesía —heroica, lírica o dramática— fue siempre una característica esencial de los numerosos festivales religiosos. Los orígenes de esa práctica se pierden en la época prehistórica, cuando el mito era con frecuencia un drama ritual, la vívida representación, ante el pueblo reunido, de la sucesión de las estaciones o cualquier otro fenómeno que inspirara la ceremonia.

     En los tiempos históricos el drama ritual siguió viviendo y continuó floreciendo en el culto a Deméter y en otros ritos conocidos colectivamente como "misterios". Pero ellos ya no eran las grandes ocasiones festivas de representación dramática y recitación poética. El lugar de Homero estaba en las conmemoraciones oficiales en que se honraba a los dioses olímpicos, algunas de ellas pan-helénicas, como los cuadrienales juegos olímpicos dedicados a Zeus, otras pan-jónicas, como el festival de Apolo en Delos, y otras más puramente locales, como las pan-atenaicas anuales en Atenas. El drama ritual había desaparecido, salvo por algunos vestigios; en vez de ello, los dioses eran celebrados por otros medios, que invocaban una comunión menos directa y menos "primitiva" entre los hombres y los inmortales.


     En gran parte, los recitadores y representadores eran profesionales, y uno de los hechos interesantes de la historia social es que en muchos sectores de aquel mundo ellos fueron de los primeros que infringieron la antigua ley de que un hombre vive, trabaja y muere dentro de su tribu o comunidad. Hay una insinuación de esto en la Odisea, cuando el porquero Eumeo, reprendido por haber llevado un mendigo extranjero al banquete en el palacio, insinceramente rechaza la culpa con una pregunta retórica: «¿Quién llama alguna vez a un extranjero y lo trae con él, como no fuere de los que ejercen su profesión en el pueblo: un adivino, un médico para curar las enfermedades, un carpintero o un inspirado aedo [θέσπινοιδόν] que nos deleite con su canto?»(Odisea, XVII, 382-385).

     El marco de referencia aquí es, por supuesto, la fiesta privada, puramente secular, y no un festival religioso. Pero el ejecutante de rituales viajero (incluso la compañía organizada, tal como [la orden religiosa secreta de] los Arioi de las Islas de la Sociedad y los Hula de Hawai) es conocido desde sociedades mucho más primitivas. Los artistas viajeros fueron importantes en Grecia a lo largo de toda su historia. El diálogo "Ion" de Platón toma su nombre de un rapsoda, Ion de Éfeso en Asia Menor. Cuando comienza el diálogo, Ion le dice a Sócrates que él acaba de llegar de Epidauro, donde ganó el primer premio por su recitación homérica en los juegos cuadrienales en honor a Asclepio, y que espera ser igualmente vencedor en el próximo festival pan-atenaico en Atenas.

     La combinación de la transmisión oral con la falta de centralización política pudo con el tiempo producir muchas Ilíadas, cada vez más distintas de la "original". La tentación de alterar el texto debe de haber sido grande, sólo por razones políticas. Como la autoridad incuestionada acerca de la historia primitiva, Homero fue con frecuencia una incomodidad para, por ejemplo, los atenienses, cuyo papel patéticamente pequeño en la gran guerra "nacional" contra Troya, cada vez corespondía menos con su creciente importancia en los asuntos políticos griegos. Pero en su agria lucha en el siglo VI con Mégara por el control de la isla de Salamina, que domina el puerto ateniense, Atenas pudo justificar su reclamo por razones históricas. «Ayax—dice la Ilíada (II, 557-558)— había traído de Salamina doce naves, y llevándolas, las colocó cerca de las falanges atenienses». A eso Mégara tenía sólo una respuesta —ya que ni la exactitud de la historia de Homero ni su relevancia en disputas territoriales estaban sometidas a discusión—, y ésa era acusar de que se trataba de una falsificación. La frase «y llevándolas», decían los megarenses, fue una deliberada interpolación ateniense, y no una parte del texto auténtico en absoluto.

     En el caso de Salamina, los eruditos alejandrinos de los siglos siguientes tendieron a estar de acuerdo con Mégara. El falsificador, pensaron ellos, fue Pisístrato, tirano de Atenas desde 560 hasta 527 a.C., quien, junto con SoIón, había arrebatado Salamina a Mégara. Mucho más importante fue que se atribuyó a Pisístrato el haber resuelto de una vez por todas el problema de un texto homérico auténtico, al haberlo hecho fijar por expertos y al comprometerse a hacerlo escribir en una edición formal, por así decir. Hubo una tradición discordante que asignaba ese papel a Solón, autor de la gran reforma constitucional ateniense del año 594 a.C. En palabras de Diógenes Laercio, que escribió sus "Vidas, Opiniones y Sentencias de los Filósofos Más Ilustres" en el siglo III d.C., pero que en esa obra cita a un autor de una Historia de Megara del siglo IV a.C., fue Solón quien «prescribió que los rapsodas recitaran los poemas de Homero a partir de una compilación por escrito, de modo que donde acabara el primero, el siguiente comenzara desde ese punto» (Vidas, I, Solón, 57).

     Que hubo una revisión crítica (recensión) ateniense, relativamente antigua —del siglo VI—, que está en la raíz de nuestros actuales textos de la Ilíada y la Odiseaparece haber sido demostrado tras un estudio atento del dialecto de los poemas. Hay algunas razones para aceptar la tradición de que fue Pisístrato el patrocinador de aquella "edición". El atribuírla a Solón parece sospechosamente como un esfuerzo tardío por transferir el crédito de ello desde un tirano al hombre que había llegado a ser para los griegos el contra-símbolo, el aristócrata constitucional y moderado, a la vez contrario a la tiranía y al despotismo, y contrario al "gobierno de la plebe".

     Un Homero de Pisístrato plantea dos problemas. El primero y más simple es el siguiente: nuestros actuales textos de los poemas derivan de manuscritos medievales, ninguno anterior al siglo X d.C., y de numerosos fragmentos en papiro, unos pocos tan antiguos como del siglo III a.C. ¿Cuánto fue cambiado el texto desde el tiempo de Pisístrato, gracias a errores de los copistas, a la censura, o a cualquiera de los otros males que plagan a todos los textos antiguos transcritos a mano? La respuesta, basada principalmente en una comparación con las extensas citas de Homero hechas por Platón, Aristóteles y otros escritos griegos, es: substancialmente poco, y notablemente poco en realidad, aparte de cambios verbales de interés sólo para los filólogos.

     Pero ¿cuán cercana al original era la edición ateniense del siglo VI? Aquí tenemos poco para continuar. Una cosa parece segura: no hubo una alteración excesiva en lo esencial. Los editores atenienses pueden haber permitido ocasionalmente que sus propios hábitos lingüísticos se hayan introducido. Quizá ellos incluso agregaron el verso referido a Áyax alineando sus doce navíos junto a los atenienses. Pero ellos no modernizaron conscientemente los poemas, de lo que podemos estar prácticamente seguros, ni ajustaron de ninguna manera radical las implicaciones políticas a las necesidades de los asuntos extranjeros atenienses del siglo VI. Si hubieran intentado hacer eso, difícilmente hubieran tenido éxito. Los poemas ya eran demasiado conocidos y demasiado profundamente venerados en las mentes de los griegos y, en cierto sentido, en sus emociones religiosas. Además, la Atenas del siglo VI carecía completamente de la autoridad, política o intelectual, para imponer a los demás helenos un Homero corrompido y distorsionado. Nada de esto es decisivo, por cierto, pero permite al historiador trabajar con su Ilíada y su Odisea con precaución y siempre con sospecha, y sin embargo con una razonable seguridad de que está trabajando con una objetiva aproximación a los poemas de los siglos VIII y VII a.C.

     A lo largo de toda esta oscura historia de la antigua transmisión, de la representación pública y de la preservación textual de los poemas, un papel clave puede haber sido desempeñado por un grupo de la isla de Quíos que se llamaban a sí mismos los Homéridas, lo cual significa, literalmente, los descendientes de Homero. [Eran rapsodas profesionales, organizados en una especie de gremio]. Sus comienzos se han perdido; pero sobrevivían por lo menos en el siglo IV a.C., ya que Platón dice en su diálogo "Fedro": «Dicen algunos de los homéridas sobre el Amor dos versos, sacados, creo, de los poemas apócrifos de Homero» (Fedro, 252b).

     Por todo lo que sabemos, los homéridas pueden, en efecto, haber estado ligados a "Homero" por parentesco. Entre los modernos bardos eslavos hay ejemplos notables de transmisión de dicha habilidad dentro de una familia durante varias generaciones, y la especialización de la familia en diversas artes es un fenómeno bastante común en las sociedades primitivas y arcaicas. Pero eso realmente importa poco. Sea por parentesco de hecho o por ficción aceptada, los homéridas fueron las autoridades reconocidas en cuanto a Homero durante dos o tres siglos. Y podemos estar seguros de que ellos hubieran sido celosos al oponerse a cualquier esfuerzo, de Pisístrato o de cualquier otro, de socavar su conocimiento superior y debilitar su especial posición profesional mediante la producción de un texto completamente reescrito.

     En cierto aspecto, los propios homéridas fueron capaces de introducir una nota falsa. Comúnmente, los rapsodas preludiaban sus recitaciones con breves prólogos, a veces de composición propia. En esa medida ellos representaban una forma de transición entre el bardo y el actor. Como los poseedores reconocidos de los "escritos no publicados" de Homero, los miembros del gremio homérida podían asegurar una autoría homérica directa de los prólogos que ellos escribían. Los pocos que todavía existen fueron recopilados posteriormente y combinados con cinco poemas míticos más extensos bajo un título único, "Himnos Homéricos", engañoso en sus dos palabras. Algunos de aquellos treinta y tres poemas muy probablemente se originaron entre los homéridas en los siglos VII y VI a.C. El más extenso de ellos estaba dirigido a Apolo; su primera sección termina con estos versos altamente personales:

     «Mas, ¡ea!, que Apolo y Artemisa nos sean propicios. ¡Salud a todas vosotras! Y en adelante acordaos de mí, siempre que alguno de los hombres de la tierra, un desdichado extranjero llegue y os pregunte: "Oh, muchachas, quién es para vosotras el más melodioso de los aedas que vienen aquí, y con el cual más os deleitáis?". Entonces responded, todas, sin excepción, elogiosamente: "Es un varón ciego [Homero], que habita en la rocosa Quíos. Todos sus cantos serán por siempre los mejores". Y nosotros llevaremos vuestra fama por cuantas tierras recorramos, a las bien pobladas ciudades de los hombres. Y ellos por cierto nos creerán, porque en realidad ésta es la verdad» [Himnos Homéricos, Himno a Apolo, vv. 166-177].


     Incluso Tucídides (Historia de la Guerra del Peloponeso, lib. III, cap. 104, 4) el historiador más cuidadoso y, en el mejor sentido, el más escéptico que el mundo antiguo alguna vez produjera, explícitamente aceptaba la autoría de Homero de ese himno, y la alusión personal de las líneas finales. Ése fue un error verdaderamente asombroso. El lenguaje de los "himnos" es homérico, y la comparación termina justo allí; ellos están en un plano inferior, no sólo como literatura sino también en su mundo conceptual, en su visión de los dioses.

     «Porque en realidad ésta es la verdad». Si los griegos se vieran obligados a explicar cómo su Homero, el trovador ciego, pudo ciertamente cantar acerca de acontecimientos de cuatrocientos años antes del tiempo de él, como ellos creían casi sin excepción, habrían señalado la tradición transmitida de generación en generación, y habrían apuntado a la chispa divina. "Un inspirado aedo", decía Eumeo el porquero. La palabra griega "thespis"[θέσπιν = aedo, cantor] significa literalmente "producido o mostrado por un dios". Y "thespis"proporciona el marco de referencia necesario para el primer verso de la Ilíada: «Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles».

     Hesíodo dio comienzo a su "Teogonía"con una introducción más larga, en la cual la simple invocación se ha convertido en una completa visión y una revelación personal:

     «En otro tiempo enseñaron ellas [las Musas] a Hesíodo un hermoso canto, mientras apacentaba sus rebaños al pie del sagrado Helicón. Y así me hablaron las Musas olímpicas, hijas de Zeus que lleva la égida: "¡Oh, rústicos pastores que pasáis la vida al aire libre, raza vil, que no sois más que vientres! Sabemos contar muchas mentiras que parecen verdades, pero sabemos también, cuando nos place, decir cosas verdaderas". Así me hablaron las veraces hijas del gran Zeus. Cogieron después una hermosa rama de verde laurel, y me lo dieron como cetro, y me inspiraron una voz divina, para así poder cantar las cosas pasadas y futuras; y me ordenaron que cantase a la raza de los dichosos Inmortales y a ellas mismas, y que siempre las invocara al principio y al fin» [Hesíodo, Teogonía, vv. 22.34].


     La divina voz de Hesíodo parece como una cita directa de la descripción del adivino Calcante, «que conocía lo que es, lo que iba a ser y lo que había sido»(Ilíada, I, 70). Este cercano vínculo entre poesía y conocimiento divino de lo pasado y lo futuro encuentra su personificación en Orfeo, el dulce y legendario cantor en cuyo nombre ha sido amontonada una gran cantidad de escritos místicos y mágicos a través de los siglos. Como si se quisiese sub-rayar este punto, cuando los griegos llegaron a dar una genealogía a Homero, como inevitablemente lo harían, trazaron su ascendencia diez generaciones atrás, precisamente hasta Orfeo.

     Sería erróneo descartar estas cosas como simples fantasías poéticas. Cuando el bardo Femio dijo en la Odisea: «He aprendido de mí mismo, y un dios en la mente me inspira toda clase de cantos» (XXII, 347-348), para el poeta y su auditorio eso tenía un significado literal y debía aceptarse como todo lo demás en el poema, como la historia de Odiseo y los cíclopes, o de Odiseo dándose a conocer por su habilidad para manejar el arco que ningún otro tenía la fuerza para doblar. El mejor testigo es el propio Odiseo. En el palacio de Alcinoo, rey de los feacios, donde el héroe había aparecido de incógnito, había un aedo llamado Demódoco, «a quien dio, sobre todos, la deidad gran maestría en el canto» (VIII, 44-45). Después de narrar varios cuentos acerca de la guerra de Troya, Odiseo le dijo: «Yo te alabo, Demódoco, más que a otro mortal cualquiera, pues la Musa, hija de Zeus, te ha enseñado, o el mismo Apolo, porque cantas muy bien lo ocurrido a los hombres aqueos, sus desdichas, hazañas y cuantos reveses tuvieron, cual si tú en persona lo hubieses visto o sabido por ellos» [Odisea, VIII, 487-491].

     Pero todavía otro eco es aprovechable, en un hombre que ni supo de Homero ni participó de sus fórmulas heredadas, un bardo kirguizo del siglo XIX de la región Norte del Hindu Kush: «Yo puedo cantar cada canto, porque Dios ha plantado el don del canto en mi corazón. Él pone la palabra en mi lengua sin que yo tenga que buscarla. Yo no he aprendido ninguno de mis cantos; todo surge de mi ser interno, de mí mismo» [4].

[4] En C. M. Bowra, Heroic Poetry, Londres, 1952, p. 41.

     El veredicto del historiador no puede, obviamente, basarse en la fe en el origen divino de los poemas, ni en la noción alguna vez común de que una suficiente antigüedad es una adecuada garantía de la verdad: «Tenemos la certeza de lo que los antiguos y sabios hombres consideraron como verdad», dice el prólogo al Heimskringla, la saga de los reyes nórdicos. El historiador, habiendo establecido que ni la Ilíada ni la Odisea fueron esencialmente contemporáneas en su perspectiva, debe después examinar su validez como cuadros del pasado. ¿Hubo alguna vez en Grecia una época en que los hombres vivían como cuentan los poemas (después de que éstos son despojados de las intervenciones sobrenaturales y de capacidades sobrehumanas)? Pero, antes que nada, ¿hubo una guerra de Troya?.

     Todos conocen la emocionante historia de Heinrich Schliemann, el comerciante alemán que tuvo una visión y amor por el lenguaje de Homero, que excavó el suelo de Asia Menor y descubrió nuevamente la ciudad de Troya. A unos cinco kilómetros de los Dardanelos, en un lugar llamado ahora Hisarlik, estaba uno de los montículos que son los signos casi ciertos de un antiguo asentamiento. Por medio de un cuidadoso análisis de los detalles topográficos en antiguos escritos, Schliemann concluyó que bajo aquel montículo estaban los restos de la ciudad de Ilión, en la que más tarde los griegos se habían establecido, en el lugar que ellos pensaban que era la localización de Troya, y que sobrevivió al Imperio romano durante bastantes siglos. Cuando Schliemann hizo túneles en el montículo encontró capas de ruinas, la más antigua de las cuales, sabemos ahora, data de alrededor de 3000 a.C., y dos de dichas capas tienen signos inequívocos de una violenta destrucción. Una de esas capas, la séptima, según los excavadores más recientes, era sin duda la ciudad de Príamo y Héctor. La historicidad de la narración homérica había sido demostrada arqueológicamente.

     Es lamentable tener que contrariar una tan bella y rara historia de éxito, pero existen suficientes hechos perturbadores que obligan a la conclusión de que hay algo equivocado o bien con la Troya de Schliemann o bien con la de Homero [5]. Sin entrar en análisis arqueólogicos técnicos, podemos destacar el terreno de las batallas. La Ilíada está llena de detalles, porque ésa es la materia de la narrativa heroica. Básicamente ellos son tan consistentes que un aprovechable mapa del área puede ser dibujado a partir de las especificaciones del poeta. El mapa y la región de Hisarlik no logran coincidir, y las discrepancias son tan cruciales que ha resultado imposible recrear escenas esenciales de la Ilíada en el sitio actual.

[5] Carpenter, Folk Tale, Fiction and Saga, p. 51.

     [Los descubrimientos de Schliemann hicieron época; no obstante, dígase lo que se diga, el hecho irrefutable es que nada de lo que él o sus sucesores descubrieron, ni una sola pieza, relaciona la destrucción de Troya VIIa con la Grecia micénica, ni con una invasión, de cualquier procedencia, y nada de lo que se conoce por la arqueología de Grecia o de Asia Menor, o por las tablillas Lineal B, coincide con el relato homérico de una coalición que se hizo a la vela en Grecia con rumbo a Troya. No se nos ocurre ningún motivo apropiado. Resulta que Troya VIIa fue un poblado insignificante y miserable, sin tesoro, sin edificios grandes o importantes, sin nada que remotamente se parezca a un palacio. No se la menciona en ningún documento de la época, en hitita o en cualquier otro idioma, como tampoco una "guerra de Troya". Y el relato tropieza con otras dificultades arqueológicas, especialmente de cronología].

     Más interesante que la desaparición de la ciudad es la desaparición total de los propios troyanos. Para empezar, como una nacionalidad en la Ilíada ellos carecen de características nacionales que los distingan. Ellos son tan griegos y tan heroicos como sus oponentes en cada respecto. Si el verso inicial de la Ilíada presenta a Aquiles, el verso de cierre presenta el adiós a Héctor, el principal héroe troyano: «Así ellos llevaron a cabo los ritos funerales de Héctor, domador de caballos». Héctor es un nombre griego (a diferencia del nombre de su padre, Príamo), y tan tardíamente como a mediados del siglo II d.C. a los viajeros que iban a Tebas en Beocia, en la tierra griega continental, se les mostraba la tumba de él, cerca de la Fuente de Edipo, y se les contaba cómo sus huesos habían sido llevados desde Troya por mandamiento del oráculo de Delfos. Este típico trozo de ficción debe querer decir que hubo un antiguo héroe tebano llamado Héctor, un griego, cuyos mitos precedían a los poemas homéricos. Incluso después de que Homero situó a Héctor en Troya para todos los tiempos, los tebanos se aferraron a su héroe, y el oráculo délfico proporcionó la aprobación necesaria.


     Entre los aliados de los troyanos había pueblos que ciertamente no eran griegos. Fue para uno de ellos, los carios, que el poeta reservó el epíteto de barbarophonoi (que hablan un lenguaje bárbaro, es decir, ininteligible). Los carios son bien conocidos históricamente; la tumba de su rey del siglo IV a.C., Mausolo, nos ha dado la palabra mausoleo. Otros aliados de los troyanos son también históricamente identificables, y eso sirve para destacar el curioso hecho de que los propios troyanos, al igual que los mirmidones de Aquiles, hayan desaparecido tan completamente. Incluso si aceptáramos la antigua explicación de la desaparición de la ciudad, que fue demolida tan completamente por los vencedores que «no existe ningún vestigio de susmurallas» (Eurípides, Helena, 108) —lo cual nos metería en nuevas dificultades con Schliemann y sus sucesores, que encontraron huellas de murallas—, es difícil descubrir un paralelo para el misterioso fracaso del pueblo troyano mismo en dejar algún rastro.

     Por el lado griego hay una alta correlación entre los importantes nombres de lugares dados en la Ilíada y los centros de la llamada civilización micénica, redescubierta por los arqueólogos modernos, aunque la pobreza de los hallazgos en la Ítaca de Odiseo representa una notable excepción. Esa civilización floreció en Grecia en el periodo entre 1400 y 1200 a.C., y ahí el nombre de Schliemann como el primer descubridor debe permanecer incuestionado. Pero nuevamente Homero y la arqueología se separan rápidamente. En general, él sabía dónde había florecido la civilización micénica, y sus héroes vivieron en grandes palacios en la Edad del Bronce, desconocidos en los propios días de Homero. Y esto es prácticamente todo lo que él sabía acerca de los tiempos micénicos, ya que el catálogo de sus errores es muy extenso. Sus armas se parecen a las armaduras de su propio tiempo, totalmente distintas de las micénicas, aunque él persistentemente los presenta con el anticuado bronce, no con hierro. Los dioses de Homero tenían templos, y los micénicos no construyeron ninguno; y aunque construyeron grandes tumbas abovedadas en las cuales sepultaban a sus jefes, el poeta dice que los incineraban. Un claro punto débil lo proporcionan los carros de combate. Homero había oído hablar de ellos, pero no visualiza realmente lo que se hacía con los carros en una guerra. De esa manera, sus héroes normalmente se alejan de sus tiendas poco más de un kilómetro en los carros, desmontaban cuidadosamente, y luego procedían a combatir a pie.


     La clave de la confusión homérica radica en la técnica de los bardos. [Solemos olvidar que Homero no tenía ninguna idea de una edad micénica, ni del súbito rompimiento entre ella y la nueva época que siguió a su destrucción. La edad micénica es un concepto puramente moderno; el poeta creía que estaba cantando al heroico pasado de su propio mundo griego, a un pasado que él reconocía por la transmisión oral de los bardos que lo habían precedido]. Las materias primas del poema eran la masa de fórmulas heredadas, y a medida que ellas fueron transmitidas a lo largo de generaciones de bardos, sufrieron cambio tras cambio, en parte por la deliberada acción de los poetas —sea por razones artísticas o por consideraciones políticas más prosaicas—, y en parte por falta de cuidado y por indiferencia respecto a la exactitud histórica, combinado con los errores que son inevitables en la transmisión oral.

     [No menos completo es el contraste entre el mundo de los poemas y la sociedad revelada por las tablillas Lineal B. La existencia misma de las tablillas es decisiva: el mundo homérico no sólo desconocía la escritura o los registros, sino que su sistema social era demasiado sencillo y sus operaciones demasiado limitadas, a una escala demasiado pequeña, para que se necesitaran los inventarios o los registros que aparecen en las tablillas. En éstas se han identificado cerca de cien distintas ocupaciones agrícolas e industriales; Homero sólo conocía una docena, poco más o menos, y el porquerizo Eumeo las conserva todas fácilmente en la memoria, junto con el inventario de los rebaños de Odiseo. Paralelos de la burocracia micénica y su registro de todas las facetas de la vida pueden encontrarse en los reinos del Medio Oriente de la época, no en el mundo griego, en ningún momento, desde Homero hasta después de las conquistas orientales de Alejandro Magno].


     No hay duda de que hubo un núcleo micénico en la Ilíada y en la Odisea, pero era pequeño, y lo poco que había de ello fue distorsionado más allá del sentido o de reconocimiento. A menudo el material era contradictorio, pero eso no era un obstáculo para su uso. Los convencionalismos poéticos exigían fórmulas tradicionales, y ni el bardo ni su auditorio comprobaban los detalles. El hombre que lo comenzó todo raptando a Helena, es llamado tanto Alejandro, que es nombre griego, como Paris, que no lo es (del mismo modo que su ciudad tenía dos nombres, Ilión y Troya); es a la vez un despreciable cobarde anti-heroico, y un verdadero héroe. Como de costumbre, las generaciones posteriores comenzaron a buscar explicaciones, pero no así el poeta de la Ilíada.

     Podemos dar por seguro que hubo una guerra de Troya en tiempos micénicos; más correctamente, que hubo varias guerras troyanas. La guerra era algo normal en aquel mundo, y la referencia de Achchiyava en los registros hititas muestra que los ancestros de los helenos de dicha historia combatieron en Asia Menor. Incluso es concebible que la guerra fuera luchada por causa de una mujer. «La gente de Asia», dice Heródoto, «cuando sus mujeres les eran raptadas, no hacían un problema de ello, mientras que los griegos, por causa de una sola mujer lacedemónica, congregaron un ejército numerosísimo, fueron a Asia, y destruyeron el reino de Príamo» (Heródoto, Historia, I, 4). Pero una guerra de diez años, o de un número menor de años, es totalmente improbable. «Ojalá fuese tan joven hoy y mis fuerzas tan robustas como cuando luchamos contra los eleos por un robo de bueyes (...) En aquel campo logramos un cuantioso botín de cincuenta vacadas, otros tantos rebaños de ovejas, de cerdos y de cabras; asimismo nos apoderamos de ciento cincuenta yeguas bayas, y algunas tenían debajo el potrillo. Esa noche llevámoslo a Pilos, ciudad de Neleo, y éste mostró una gran alegría cuando supo el botín que mostré, aun cuando yo era bisoño en la lucha»(Ilíada, XI, 670-684).

     Ésa era una "guerra" típica, tal como la narró Néstor: una incursión en busca de botín. Aun cuando se repitiesen año tras año, aquellas guerras no eran más que incursiones únicas. Hay una escena en el libro III de la Ilíada en que Helena se sienta al lado de Príamo entre las almenas de Troya e identifica para el anciano rey a Agamenón, a Odiseo y a otros héroes aqueos. Eso podría tener sentido al comienzo de la guerra, pero no puede tenerlo en el décimo año (a menos que estemos dispuestos a creer que el poeta no pudo encontrar un mejor medio para presentar algunos detalles de menor importancia). Podía también tener sentido en una guerra breve, y quizá éste sea un ejemplo de la manera en la cual un tradicional trozo de la historia fue preservado después de que la guerra había sido inflada a diez años y ese trozo había llegado a ser racionalmente incongruente. Además, mientras la guerra continuaba dilatándose, los bardos no se preocuparon de hacer los arreglos adecuados para que nuevos guerreros sustituyeran a los hombres caídos, ni del abastecimiento de sitiadores y sitiados, ni del establecimiento de alguna clase de comunicación entre el campo de batalla y las bases en la tierra de los griegos.

     La glorificación de incidentes insignificantes es común en la poesía heroica. El francés "Cantar de Roldán"habla de una gran batalla en Roncesvalles en el año 778 d.C. entre los ejércitos de Carlomagno y los sarracenos. Como Homero, el poeta de la epopeya francesa es desconocido, pero ciertamente vivió en el siglo XII, en la época de las Cruzadas. A diferencia de Homero, él sabía leer y había tenido acceso a las crónicas, que él explícitamente dice que usó. Pero los hechos son éstos: la verdadera batalla de Roncesvalles fue un encuentro menor en los Pirineos entre un pequeño destacamento del ejército de Carlomagno y un grupo de atracadores vascos. No fue ni importante ni del tipo de una Cruzada. Los doce capitanes sarracenos del poema y su ejército de 400.000 hombres son pura invención; algunos incluso tienen nombres germanos o bizantinos. Y todos los detalles del entorno son inexactos. [Incluso hay poderosos argumentos para afirmar que el propio Roldán es un personaje imaginario].

     El Cantar de Roldán puede ser cotejado con registros escritos. La Ilíada y la Odisea no, y, en la medida en que están involucrados detalles históricos, no hay manera de revertir el proceso de distorsión y restablecer el núcleo original. La comparación con otros ejemplos del género conduce a lo que Rhys Carpenter ha llamado el "teorema... de que mientras más un poeta oral parece conocer acerca de un acontemiento distante, menos él sabe realmente acerca de ello y más ciertamente él está inventando" [6].

[6] Carpenter, Folk Tale, Fiction and Saga, p. 32.

     El Cantar de Roldán comparte también con la Ilíada y la Odisea otro aspecto negativo. No es contemporáneo en sus condiciones sociales, en su política y en sus detalles de guerras y guerreros. No es que carezca de realismo. Por el contrario, es de la esencia misma de la poesía heroica el que «dado que los héroes se mueven en lo que se presume que es un mundo real, su trasfondo y sus circunstancias deben ser descritos... con realismo y objetividad» [7]. Específicamente, el entorno de Roldán es la Francia de aproximadamente un siglo antes de la propia época del poeta, como si las fórmulas y las tradiciones que provienen desde los días de Carlomagno se hubieran congelado alrededor del año 1000 y luego hubiesen proseguido con poco cambio posterior.

[7] Bowra, Heroic Poetry, p. 132.

     [La clave de esta "aberración" cronológica se halla en las fórmulas que tienen la flexibilidad necesaria para llevar la sustancia junto con los cambios del mundo mismo y, al mismo tiempo, para no dejarla caer en una excesiva contemporaneidad, límite éste impuesto por la necesidad de conservar la imagen de "Érase una vez...". Para Homero, el análisis lingüístico técnico ha mostrado que las fórmulas continuamente se perdían, y eran elaboradas y reemplazadas siempre con una cierta lógica. Así, para el mar, el idioma siempre es arcaico y estable, mientras que la descripción de cascos y escudos siempre es fluída].

     Esto sugiere lo que los indicios de la literatura griega y los estudios comparativos tienden a confirmar: que el cuadro homérico es análogo. El mundo de Odiseo no era el del siglo VII a.C. ni tampoco el de la época micénica 500 ó 600 ó 700 años antes. [La lista de exclusiones de instituciones y prácticas de la época es muy larga y significativa: no hay Jonia, no hay dorios de que hablar, no hay armas de hierro, no hay caballería en las escenas de batalla, no hay colonización, no hay mercaderes griegos, no hay comunidades sin reyes]. Si el mundo de Odiseo ha de ser ubicado en el tiempo, ya que todo lo que sabemos sobre poesía heroica dice que debe serlo, los siglos más probables parecen ser el X y el IX. Cuando los largos años de transhumancia e infiltración acabaron, cuando la mezcla de razas y culturas había sido completada, la catástrofe que derribó a la civilización micénica y que se hizo sentir por todo el Mediterráneo oriental había sido olvidada [8] [o, antes bien, se había convertido en el "recuerdo" de una ya inexistente edad de héroes, de auténticos héroes griegos]; y allí había comenzado la historia de los griegos como tal [9].

[8] Los hititas, que en el mismo periodo habían gobernado gran parte de Asia Menor y dominado el Norte de Siria y Chipre, estaban igualmente olvidados. No hay rastro de ellos en las tradiciones griegas que han llegado a nosotros.
[9] Importante nueva evidencia para esta conclusión viene de la ampliamente publicitada sugerencia de Michael Ventris y John Chadwick de que el lenguaje de las tablillas micénicas es griego. Sus primeras lecturas tentativas, publicadas en el Journal of Hellenic Studiesde 1953, revelan (si están en lo correcto) un mundo completamente diferente del homérico, uno que era materialmente mucho más avanzado, como ya sabíamos por la arqueología, e institucionalmente más complejo, y reminiscente del antiguo Cercano Oriente.

     Esencialmente la descripción del entorno ofrecida por los poemas es coherente. Fragmentos anacrónicos persisten en ellos en ciertos puntos, algunos demasiado antiguos y otros, particularmente en la Odisea, demasiado recientes, reflejos de la propia época del poeta. Para el estudio histórico, la exactitud del entorno es completamente separable de la demostrable inexactitud de los episodios y del detalle narrativo o acción. «Homero—escribió Aristóteles— es digno de que se le ensalce por muchas otras razones, y especialmente porque sólo él entre los poetas percibe la parte que él debería desempeñar. El poeta, en efecto, debería hablar lo menos posible por cuenta propia»(Poética 24, 1460a). Pero esa virtud técnica, que se convierte en un vicio para poetas de un mundo distinto, no debería inducirnos a error, como lo hizo nada menos que con un crítico tan talentoso como Coleridge. «No hay ninguna subjetividad en la poesía homérica», fue el juicio de Coleridge el romántico, «ni la subjetividad del poeta, como la de Milton, que está ante sí mismo en todo lo que escribió», ni la «subjetividad de la persona, o personaje dramático, como en todas las grandes creaciones de Shakespeare»[10].

[10] Table Talk, May 12, 1830.

     Este mantenerse a distancia de sus personajes y de su comportamiento, que es la marca de la técnica homérica, nada tiene que ver con la indiferencia, con el desinterés, con la falta de disposición a verse involucrado. El poeta trasmitió sus heredados materiales de fondo con una precisión engañosamente fría. Eso nos permite tratar sus materiales como materia prima para el estudio de un mundo real de hombres reales, un mundo de historia y no de ficción. Pero también rodea nuestro análisis con trampas, porque siempre está presente la tentación de ignorar las implicaciones en la selectividad consciente del poeta y de dejar de lado las evidentes confusiones y contradicciones en materias sociales o políticas (distintas de los incidentes narrativos) como nada más que la despreocupación de un bardo a quien realmente no le importaban. [Las sociedades auténticas nunca son transparentes: a este respecto, las confusiones homéricas son mejor garantía de la historicidad del cuadro que una coherencia y una consistencia absolutas].

     Por supuesto, debe haber una especie de licencia o libertad de historiador en el hecho de localizar el mundo de Odiseo en los siglos X y IX a.C. Y dicha licencia debe extenderse más aún. Hay secciones en los poemas, tales como la narración del adulterio de Ares y Afrodita, o la escena en el Hades en el último libro de la Odisea, que parecen tener un origen posterior a las otras secciones. Tomándonos una "licencia", ignoramos aquí la distinción que debe hacerse en la parte mayor, tal como hablamos algunas veces de un solo Homero, como si la Ilíada y la Odisea fueran obras contemporáneas, productos de la creación de un solo hombre. De ello resulta alguna distorsión, pero el margen de error puede ser mantenido en un mínimo bastante aceptable, porque los patrones que extraemos se basan en un análisis general de los poemas, no en algún verso, segmento o incidente narrativo aislado; porque todas las partes, antiguas o tardías, fueron construídas en gran parte con las viejas fórmulas; y porque la historia griega posterior y el estudio de otras sociedades juntos ofrecen un gran grado de control.

     Finalmente, es la conveniencia más bien que la licencia lo que sugiere conservar la guerra de los diez años, y los nombres de Aquiles, Héctor y Odiseo y todos los otros famosos, como etiquetas útiles para un rey X y un capitán Y que desconocemos.–





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