El analista Israel Shamir publicó hace casi un mes en unz.com una serie de reflexiones que presentamos aquí en castellano, que se refieren a la exagerada histeria del virus creada por oscuros intereses y promovida día y noche por los medios de comunicación comprometidos, cuya justificación, según el autor, estaría dada por un golpe de mano que pretendería producir una así llamada revolución digital y cuyos beneficiarios serían grandes corporaciones.
Conspiraciones del Coronavirus
por Israel Shamir
22 de Mayo de 2020
Me gustan las teorías de conspiración; ellas tratan de inyectar significado en conjuntos de hechos heterogéneos que por otro lado carecen de sentido. Ellas introducen el Logos en nuestra vida, como diría nuestro amigo E. Michael Jones. Un enemigo de las teorías de conspiración escribiría en el New York Times denunciando a SirIsaac Newton como un notorio teórico de conspiración: a partir de hechos totalmente desconectados (caída de una manzana, bombeo del agua, bombardeo de artillería) él urdió la teoría de conspiración de la gravitación afirmando que los cuerpos son mutuamente atraídos proporcionalmente a su masa. Eso es obviamente falso, diría ese periodista, como usted puede observar en cualquier playa; si debería haber una fórmula, es la de la proporcionalidad inversa. Las muchachas y los muchachos delgados se atraen bastante más que los cuerpos obesos, y la reciprocidad no tiene que ver con esta ecuación. Sin embargo el fraude de la gravitación de Newton ha sido enseñado en las escuelas. Según el New York Times, eso simplemente "difunde mentiras sin base y evidentes disparates que sólo son rumores falsos".
El gran pánico del coronavirus del año 2020 con sus enormes consecuencias es un acontecimiento que exige una explicación razonable. ¿Cómo podría una enfermedad menor que mata a una parte infinitesimal de la población (0,000045%) haber causado el derrumbe de la civilización como la conocimos? ¿Por qué una civilización que resistió con firmeza el asesinato de la flor de su juventud en los campos de Verdún y Stalingrado es incapaz de sobrevivir al deceso de algunos hombres jubilados retirados en un auto-aislamiento, a la vez que renuncia a la fe, al amor al prójimo, a oponerse a los viejos enemigos y luego destruye su economía, su educación y su reproductividad?
Uno quiere encontrar una conspiración para tratar de explicar aquello. ¿Quién hizo eso? ¿Quién puso a miles de millones de personas bajo arraigo domiciliario; quién indujo a hombres y mujeres a mirarse unos a otros como una fuente de peligro mortal en vez de amigos potenciales o incluso amantes; quién convirtió las iglesias, mezquitas y sinagogas en edificios vacíos e innecesarios? Hay muchas fuerzas que disfrutaron el acompañante golpe de fortuna, y realmente unos pocos estaban preparados para ello desde hace mucho tiempo. Pero hay una explicación no-conspiratoria: quizá experimentamos un cambio tan sistemático que ninguna fuerza sola hubiera sido capaz de lograr, un desplazamiento sistémico de magnitud nunca vista durante centenares de años.
Estamos todavía en una temprana etapa de la transformación en curso; todavía esperamos que se terminará en el verano [boreal], o al menos en otoño, o el próximo invierno, pero más probablemente nuestra vida como la conocimos se terminó. ¿Le podemos echar la culpa al virus, incluso si fue manufacturado en los nocivos laboratorios de Estados Unidos o China? Hay millones de virus, y el género humano había logrado vivir con todos ellos. No había razón para descontrolarse y destruír nuestra civilización por otro virus.
Imagínese a un hombre que recibiera una carta desde Nigeria, prometiéndole millones de dólares; y que él vendiera su casa, tomara un préstamo, y enviara a su mujer y sus hijos a mendigar a la calle para cobrar él los millones nigerianos. Nosotros no diríamos que la carta nigeriana provocó su perdición, porque muchas personas han recibido cartas con la estafa nigeriana, pero sólo uno actuó como él. Sin duda, la carta fue un sucio intento para defraudar, pero el problema estaba en él, no en la carta nigeriana.
El previo cambio de tal magnitud ocurrió a fines del siglo XVIII; es llamado la Revolución Industrial. En ese entonces los dueños de fábricas habían comenzado a reemplazar su mano de obra calificada con máquinas baratas, y los trabajadores estaban perdiendo sus trabajos, su sustento y su autoestima. En 1811 los trabajadores formaron el movimiento Ludita [que se oponía al progreso tecnológico]. Los reaccionarios irrumpían en las fábricas y destruían las máquinas textiles. Eso duró hasta 1816, cuándo el movimiento perdió su fuerza. Los trabajadores estaban derrotados (una buena cantidad de ellos escapó hacia Estados Unidos), y la burguesía británica prosperó. Se requirieron largos años hasta que los trabajadores recobraron algo de sus posiciones previas en la sociedad, principalmente debido a la amenaza de la revolución comunista.
Ahora estamos llegando a la nueva Revolución Digital, con trabajadores siendo reemplazados por computadoras inteligentes y un futuro de Inteligencia Artificial. Millones de empleados de oficina ya hacen las veces de una interfaz humana para la computadora. Usted pudo haber notado eso cuando usted habla con ellos: están entrenados para evitar tomar decisiones; dicen frases que fueron escritas para ellos, y las decisiones son tomadas por la computadora que fue programada para hacer la voluntad de su amo. Como el confinamiento social forzó a millones de personas a comunicarse con computadoras directamente, una buena cantidad de trabajadores se volvió innecesaria.
El proceso de deshacerse de millones de trabajadores en el sistema económico existente tiene probabilidad de ser doloroso para los desocupados. El confinamiento y el control digital, por los que se le echó la culpa al virus, permiten que los dueños de las compañías digitales lleven a cabo dicha revolución con riesgos mínimos para ellos. Lo que necesitaría un involucramiento militar y policíaco en contra de trabajadores desempleados insubordinados, puede ser logrado con mayor facilidad bajo la amenaza de la pandemia. La economía será modernizada y hecha más eficiente. Desafortunadamente, para nosotros este guión presagia el destino de los tejedores altamente capacitados de la Inglaterra del siglo XVIII, aunque evitemos la toma total del poder por parte de la Inteligencia Artificial de estilo Terminator.
Probablemente las noticias más espeluznantes no son acerca de los números de "infectados". Ésa es una palabra sin sentido, pues hay portadores persistentes del virus que no sucumben a la enfermedad; la inmensa mayoría de los "infectados" son asintomáticos, lo que significa que ellos no están enfermos y no son contagiosos; el número de "infectados" está en proporción directa al número de pruebas realizadas; las pruebas son dudosas en el mejor de los casos, y ninguna es verificada de acuerdo a los métodos aceptados en medicina pre-corona, mientras que la metodología aprobada e impuesta por la OMS no puede ser descrita como científica. No tiene que ver con muertes, pues no experimentamos más muertes que en 2018. Además, en muchos países, principalmente en Francia y Noruega, hay un 30% menos de muertes en ciertas semanas de Abril y Mayo en este año que en el último año.
El evento noticioso más espeluznante es que Zoom [una compañía y software de videoconferencias] vale más que las siete aerolíneas más grandes. Esas aerolíneas con su trabajo acumulado (millones de horas de trabajo, cientos de miles de empleados, pilotos altamente entrenados, cantidades de sofisticado equipamiento) simplemente no pueden valer tanto como un trabajo hecho en un mes por unos cuantos programadores y que puede ser hecho de nuevo en otro mes. El dinero y los precios de la bolsa de valores son herramientas útiles si miden esfuerzos humanos; pero ellos ya no hacen eso. Lo que comenzó con banqueros ganando más dinero en un día que lo que cien trabajadores especializados e ingenieros durante toda su vida, finalizó con los señores de la alta tecnología ganando más que un millón de trabajadores durante toda su vida. Eso quiere decir que el Dinero había contado con la Economía Digital, una unión hecha en el Infierno, mientras que lo que estaba en juego era la economía real.
El dinero decidió que ya no volaremos más. Ellos, los nuevos amos, volarán en sus jets privados; la época del acceso masivo se terminó. Usted se satisfará con Zoomy PornHub, en lugar de la cosa real. Agregue a eso el futuro precio negativo del petróleo y los centros de emisión emitiendo cada vez más dinero, intentando apagar el fuego con gasolina, y usted tendrá una imagen del mundo que viene. Probablemente no hay ningún lugar para usted y para mí en este mundo.
¿Es la gran actualización de tecnología de Inteligencia Artificial una necesidad objetiva?, y ¿traerá ella eventualmente algo bueno para el género humano? Quizá. Pero eso no quiere decir que el proceso debería ser diseñado por el Dinero y la Economía Digital, explicado por los medios predominantes de comunicación, justificado por bio-horrores y llevado a cabo a expensas del público. Tiene que hacerse de manera diferente si queremos preservar los logros del largo (1945-2020) período de paz.
El Dinero y el Dígito son simplemente sombras del mundo real. El problema es que las sombras han olvidado su lugar apropiado, a los pies de su amo. "Los tipos pequeños que llevan puestos yarmulkes todos los días y cuentan mi dinero", en palabras de Trump, habían aprendido el arte de convertir el dinero de Trump (y el vuestro) en el dinero de ellos. Si ellos tienen tanto dinero, ellos establecen las prioridades, reemplazando al mundo real y a la gente real con sombras. Así es que la verdadera solución para el problema no está en una vacuna o un encierro forzado, sino que ha de ser encontrada devolviendo a la Sombra a su lugar apropiado, a los pies del Mundo Real.
Las compañías digitales, llamadas GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) tienen demasiado poder. Ese poder necesita más control público para que no puedan abolir medios de comunicación libres o comprar demasiado del mundo real. Esas cosas tienen que ser atendidas urgentemente. El COVID es menos urgente, porque es simplemente el humo usado por GAFAM y sus hermanas para llevar a cabo su Revolución Digital en la forma más provechosa (para ellas).
Y ahora podemos regresar a las teorías de conspiración. Si el virus es el gran destructor, como ha sido presentado, ¿por qué los países pobres de poco valor y sin alta tecnología no sufrieron? ¿Por qué no ha sido la pobre Camboya devastada por el COVID? Los camboyanos tienen una pequeña asistencia médica, y aceptaron un cargamento entero de pasajeros "infectados" del yate Diamond Princess. También tienen miles de turistas chinos. Y no tienen ningún COVID en su pobre país. ¿Por qué Mongolia, vecina de China, con sus conexiones muy fuertes con China, no tiene COVID?
¿Por qué sufren sólo los países ricos? ¿Por qué son sólo los países con una poderosa prensa liberal, con una conexión positiva con la OMS, con una desarrollada infraestructura de alta tecnología y sus propias autoridades digitales? ¿Podría ser simplemente porque tienen algo para saquear? Tiene sentido saquear Bélgica, y los belgas tienen un montón de COVID. Pero tiene poco sentido saquear Mongolia o Camboya. Si usted me sigue hasta ahora, también verá que tales cosas no pueden ocurrir por sí mismas. GAFAM es la fuerza motriz y el beneficiario, mientras que Bill Gates es el enlace entre ellos y la OMS.
Sin la bendición de la OMS ningún país hubiera considerado la idea del confinamiento. La OMS ha aprendido mucho desde 2009, y eventualmente ha decidido manipular el COVID tan ampliamente como pueda. El Presidente Trump tiene buenos instintos, aunque él proporcione explicaciones equivocadas. La OMS es ciertamente un jugador central en la conspiración. Ellos incluso tuvieron que matar en Enero de 2020 a su propio alto ejecutivo [Peter Salama] que objetó notoriamente el clasificar al COVID como una pandemia. La OMS le ofreció un soborno de 60 millones de dólares al Presidente Lukashenko de Bielorrusia para clausurar su nación, pero el Presidente rehusó el soborno ya que él se sentía responsable del bienestar de Bielorrusia. Y ciertamente, la Bielorrusia libre tiene aproximadamente la misma parte de infecciones y muertes por COVID que sus cerradas vecinas Ucrania y Polonia. Polonia está un poco peor porque es una presa más gorda que la delgada Bielorrusia. La OMS incluso intentó sobornar a Madagascar, que desarrolló su propio tratamiento médico de baja tecnología para víctimas del COVID con resultados sorprendentemente buenos. La OMS le ofreció un soborno a su Presidente para que dijera que las personas murieron por el tratamiento. (No es que Madagascar, siendo pobre, tuviera mucho que preocuparse por eso).
El Presidente Trump ha tenido motivos para estar descontento acerca de China, ya que ese país inventó el encierro como una herramienta para combatir las epidemias en 2009, cuando el mundo estaba preocupado por la gripe porcina H1N1. En ese entonces China comenzó a practicar masivos confinamientos, poniendo en cuarentena ciudades enteras, declarando que centenares de miles estaban infectados, restringiendo los viajes aéreos y produciendo una vacuna. Las medidas fueron tomadas cuando sólo 30 personas sucumbieron a la gripe, y la OMS desaprobó las acciones chinas. Finalmente 3.000 personas murieron en Estados Unidos, y 800 en China. Las ganancias de comercializar la vacuna fueron enormes. "Golpe de fortuna para la gran industria farmacéutica", reportó la agencia Reuters. La OMS también se benefició, pero no reportó acerca de su propio involucramiento. Así se formó la asociación de la Gran Industria Farmacéutica, China y la OMS, y ellos estaban dispuestos a repetir el viejo libreto a una escala más grande. Ellos lo hicieron en 2020.
Los chinos no dudaron en clausurar Wuhan en 2020, y esta vez su ejemplo ha sido seguido por otros países. Los enemigos de China dicen que propagando su modelo los chinos quisieron atacar las economías de otros Estados para comprar sus activos a un bajo precio. Otros continúan diciendo que China clausuró ciudades problemáticas como Wuhan, que era vista como probable a rebelarse siguiendo el modelo de Hong Kong. Los amigos de China dicen que la crítica contra ella está vinculada al deseo de Estados Unidos de incumplir el pago de su deuda de US$1.300 billones con China. Y además, China había sido agredida muchas veces por bio-armas estadounidenses, así es que tuvo que ser cuidadosa.
Digamos que China no forzó ni podía forzar a ningún Estado para que usara su modelo. Por otra parte, la OMS y diversas fuerzas en otros países se dieron prisa para reconocer las ventajas del encierro para ellos, y eso no fue por ninguna razón epidemiológica. Algunos querían beneficiarse como lo hicieron en 2009, pero a una escala más grande; algunos tenían razones políticas, elecciones, agitación social; otros quisieron poner a la gente común bajo su control. Ellos tuvieron éxito, a costa nuestra y a expensas del Mundo Real.
El actual encierro ha llevado al mundo al borde de una preocupante distopía totalitaria. Si bien la enfermedad real había sido contenida, y los perpetradores del plan necesitan cada vez más falsificaciones crudas para demostrar lo contrario, su motivación para controlar simplemente ha aumentado.
En Israel todo el mundo tiene que instalar y usar la aplicación telefónica preparada por el Mossad que rastrea todos sus contactos. La aplicación le puede enviar a usted un mensaje de texto diciendo: "Usted pasó al lado de una persona infectada con corona; usted tiene que dirigirse inmediatamente hacia su casa y quedarse allí en reclusión por unas dos semanas". Usted no puede discutir con la aplicación, y la aplicación no pagará su hipoteca ni sus cuentas en la tienda de comestibles.
En Moscú el régimen de control es también por medio de una aplicación. Una persona que visitó un hospital o incluso fue al médico, tiene que instalar la aplicación, y enviar una selfie cada vez que la aplicación lo demande, incluso en medio de la noche. No acceder a aquello en el plazo de un minuto está penado con una multa de 4.000 rublos (US$55). Si usted duerme profundamente, usted se despertará en la mañana con un montón de esas multas.
El régimen de Moscú de vigilancia y control es extremadamente estricto. Usted tiene que solicitar una autorización en código QR [código de barras bidimensional] para salir de su casa, marcando su destino y la razón de salir. Las iglesias y los parques no se encuentran enumerados como destinos permitidos. Sólo algunas personas están en desacuerdo con la disposición. Las personas en general se lo toman con calma. Ellas comparten en Facebook su satisfacción con el sistema, entusiasmándose con que fue fácil solicitar y recibir la autorización. ¿Se debe eso al entrenamiento de sus padres bajo Stalin, o a la esclavitud (hasta 1861) de sus antepasados más remotos que adoptaron esa conformidad y obediencia?, reflexioné, pero entonces me percaté del informe del Estado de Washington, amante de la libertad:
"El gobernador de Washington, Jay Inslee (Demócrata), indicó que las personas que se rehúsan a cooperar con los trazadores de contacto no tendrán permiso para salir de sus casas, ni siquiera para ir a la tienda de comestibles o a la farmacia".
Lamentablemente, las personas a lo largo y ancho del mundo son fácilmente doblegables ante la voluntad de las autoridades, especialmente si son asustadas por la jerga médica. Los latinoamericanos, gente supuestamente irascible, acataron plácidamente las reglas para el COVID; pero antes de eso, ellos obedecieron a sus tiranos y dictadores. En la democrática Nueva Zelanda fue aprobada una ley que otorgó a la policía amplios poderes para potencialmente entrar en las casas sin autorización para implementar las reglas del COVID, a pesar de objeciones de la oposición, y de que la Comisión de Derechos Humanos dijera que aquello fue "un gran fracaso de nuestro proceso democrático". El libro de Ken Kesey"One Flew Over the Cuckoo's Nest", hecho también película (Atrapado Sin Salida), nos recuerda que no hay muchos rebeldes. La mayoría acepta incluso los regímenes más brutales. Estoy en contra del confinamiento porque aprecio la libertad más que lo que aprecio la vida, pero ésta es simplemente una preferencia personal.
Para convencer a las personas, quienes imponen el COVID dicen que lo hacen “para salvar a los ancianos y a la gente vulnerable". Ésa es una mentira patética. En verdad ellos crearon un régimen sumamente incómodo para la gente mayor. En Israel hay un plan (aún por materializar) para publicar un "parche verde" para las personas mayores de 60 años. Sólo las personas que exhiben el parche verde tienen permiso para entrar a un espacio público. Un adulto mayor corre riesgo de ser arrestado y multado si no muestra el parche. El parche será emitido por la policía después de un reconocimiento médico, y será válido por un año. Incluso los portadores del parche verde tendrán prohibido abordar un avión. Aquello no suena como una protección a las personas de edad. Israel no está solo: en la Samoa Estadounidense [en el Pacífico Sur] las personas sobre 60 años deben quedarse en casa, aprisionados. Usted puede mirar las limitaciones de la libertad natural en diversos países para ver cómo ellos compiten sobre quién hará a sus ciudadanos más miserables. Aquello hace que la lectura sea deprimente.
¿Fue necesario del todo el confinamiento por razones puramente médicas? ¿Salvó vidas aquello? No lo creo, pero usted decidirá. Sabremos la respuesta exacta dentro de un año. Si el COVID-19 se irá como sus predecesores la gripe aviar (2003) y la gripe porcina (2009), el encierro no habrá sido una idea demasiado mala. Quizá no fue realmente necesario, pues salvó a algunas personas pero con un enorme costo social. Sin embargo, si el virus ha llegado para permanecer e invadirá cada cierto tiempo, el confinamiento no tiene sentido en absoluto.
Los expertos del COVID tienden a pensar que deberíamos esperar la segunda ola, y más olas después. Algunos de ellos predican prolongar la cuarentena por un año o más. Eso no puede hacerse porque no sobreviviremos como especie a un arresto domiciliario tan largo. Lo que es irritante es que ellos insisten en imponer el llevar puestas mascarillas, e incluso guantes, y mantenerse a distancia de las personas ahora mismo y por siempre. Ellos también bloquean los viajes internacionales. El ministro ruso de Exteriores Sergei Lavrov predijo que nuestra libertad de movimiento pre-COVID no volverá de nuevo.
Si bien probablemente no podemos descarrilar el progreso ni detener la Revolución Digital, sí podemos terminar con el fraude acompañante y las restricciones extra-legales contra nuestra libertad para movernos. También deberíamos apreciar mucho las pocas plataformas restantes que nos permiten expresar y compartir puntos de vista poco ortodoxos.–