Del investigador y escritor estadounidense de temas arqueológicos y antropológicos Patrick Chouinard (de quien presentamos antes unos artículos bajo el nombre de Patrick Fox), ofrecemos aquí en castellano dos nuevos interesantes artículos (renegadetribune.com), el primero publicado en Septiembre pasado que se refiere a quienes postulan la teoría de los antiguos alienígenas o antiguos astronautas, la que no descarta pero considera que no se debiese atribuír a aquéllos cosas que perfectamente fueron creadas por antiguos hombres de la raza blanca, y el segundo, de Octubre del año pasado, citado por el primero, que habla de los orígenes de los arios y de los problemas que hay en precisar sus orígenes, y de uno de sus símbolos más antiguos. La labor de rescate que hace el señor Chouinard de un remoto pasado tiene el valor de dar a conocer los antecedentes que aclaran la identidad de muchos en el presente.
¿Antiguos Alienígenas o Antiguos Hombres Blancos?
¿Están Subestimando a Nuestra Gente?
El viernes [22 de Septiembre] será el final de la temporada Nº 10 de la serie televisiva Ancient Aliens [del canal History Channel]. Dicho programa califica a Erich von Däniken y a Zecharia Sitchin como innovadores. Sin embargo, ninguna de sus ideas, ni gran parte de lo que es sugerido por este nuevo paradigma de la cultura pop, es realmente original, incluyendo las obras de Graham Hancock de que hablé en artículos anteriores. Hancock, quien es un invitado frecuente en Ancient Aliens, a menudo dice que el folklore y la mitología son realmente remanentes de la memoria racial de la Humanidad, y que fue lo que quedaba de una verdadera historia de una civilización perdida lo que fue destruído al final de la última Época Glacial.
La Teoría de los Antiguos Alienígenas, o Teoría de los Antiguos Astronautas, fue primero planteada en tiempos modernos por Von Däniken y Sitchin. Ella declara que una antigua y avanzada raza extraterrestre vino a la Tierra, quizá incluso la colonizó, y creó a los humanos por medio de una manipulación genética, y finalmente compartió su tecnología con nosotros y ha sido una fuerza constante durante toda nuestra Historia. Durante los últimos siete años esta teoría ha tomado vida propia, y ahora la gente afirma que múltiples razas extraterrestres han visitado y siguen visitando la Tierra, y que tienen su propia agenda secreta, trabajando en secreto con los gobiernos del mundo para posiblemente modificar, esclavizar o incluso exterminar a la Humanidad. Ésas son puras tonterías.
La teoría de los Antiguos Astronautas no es nada nuevo. De hecho, como D. M. Murdock [Acharya S.] indica, "debería ser notado que ningún hombre apareció con la teoría de los antiguos astronautas, la que fue en gran parte desarrollada, en primer lugar, por una sociedad ocultista alemana durante el siglo XIX". Dicha teoría era también un tema popular en la Sociedad Edda, la Sociedad Thule, la Sociedad Vril, la Sociedad de la Herencia Ancestral de Himmler —un brazo de investigación de la SS—, e incluso entre miembros principales del NSDAP, incluyendo al propio Hitler. Murdock también señala que la idea misma se remonta no sólo a unas décadas, a Von Däniken o a los nacionalsocialistas, sino más bien a un tiempo muy antiguo:
«Aunque la idea de dioses antiguos que son alienígenas pueda parecer nueva, la tendencia de hacer de los dioses de antaño "gente real" o "de carne y sangre" no es nueva en absoluto, datando de antes del tiempo del historiador griego Heródoto (siglo V a.C.) y desarrollada por el filósofo griego Euhemeros o Evemero (c. 300 a.C.). Esa tendencia es llamada, de hecho, "evemerismo", la cual afirma que los numerosos dioses de las diversas culturas no eran "míticos" sino que fueron en realidad reyes, reinas, guerreros y héroes cuyas vidas fueron convertidas en cuentos fantásticos con la adición de detalles milagrosos a sus biografías. La actual tesis de los Anunnaki es una versión moderna del Evemerismo, aunque procure explicar los milagros como "adiciones" no fabulosas a los cuentos sino como atributos genuinos de avanzados extraterrestres» [1].
Ésta es básicamente la usual historia de "¡Son los Antiguos Alienígenas!"de Giorgio Tsoukalos, en la cual él explica cómo todos nuestros mitos son simplemente "mal interpretados relatos de alienígenas de carne y hueso". Tsoukalos a menudo afirma que al calificar a esos antiguos relatos como mitos estamos privando a los Antiguos de su verdadera historia, la que ha sido bastante confundida y mal interpretada, pero que, sin embargo, es historia verdadera. El mitólogo Joseph Campbell indicó que los Antiguos sabían que se trataba de mitos, pero ellos estaban preocupados más bien con su significado simbólico. Más que interpretar esos mitos en un sentido extraterrestre literal, él los usó como una referencia simbólica a una verdad aún mayor.
Existe evidencia arqueológica concreta de la naturaleza avanzada de la antigua civilización Blanca y pruebas significativas de que los dioses de hecho eran Arios Antiguos. Recientemente enIn Search of Aliens, Giorgio Tsoukalos y David Childress fueron a investigar una serie de cráneos alargados encontrados en Paracas, Perú. Ellos esperaban demostrar que los cráneos eran de un antiguo origen alienígena. Más bien que corroborar esa información, el conservador del museo les dijo que los cráneos alargados se había determinado que pertenecían a una raza desconocida, un grupo real de hombres naturalmente nacidos con cráneos alargados, no una deformidad sino una raza concreta. Su semejanza de ADN más cercana demostró que ellos no eran de origen sudamericano sino que más bien se probó que habían provenido de Dinamarca, Suecia y Finlandia. La fecha era 3500 a.C. Eso fue chocante para ellos.
Desde esa emisión, ellos han dado marcha atrás y afirman ahora que el ADN no calzaba con ningún "organismo" conocido en este planeta. Ése simplemente no es el caso, y ellos nunca presentaron ese programa nuevamente. Las reconstrucciones de la cara muestran una estructura facial muy nórdica, pero por supuesto con el cráneo enorme. Los dibujos originales fueron hechos finalmente en una nueva representación artística que los hacía parecer indios sudamericanos. Supongo que mostrarlos rubios y de ojos azules habría sido demasiado "nazi" o racista para ellos. Yo no estoy ni calificado ni inclinado a sugerir cómo o por qué ellos tenían cráneos alargados. Si yo deseara realmente especular, diría que aquélla podría ser una rama separada de la raza Blanca que siguió su propio camino evolutivo hace más de 5.000 años o más, y luego se extinguió.
El hecho es que esos cráneos, todos probando ser de origen escandinavo o nórdico, son una sólida evidencia para mi teoría de que en tiempos distantes una civilización perdida hace 12.000 años o más había viajado por el planeta y habían sido la fundadora de culturas antiguas, y los cráneos de Paracas son los restos de una población aria antigua existente desde hace mucho tiempo que una vez vivió en Sudamérica. Muchos sitios europeos antiguos, incluyendo aquellos de Malta y Cerdeña, además de las tumbas egipcias, contienen enterramientos de hombres con cráneos alargados.
Esto no va a ser solucionado rápidamente, ya que los académicos no desean apremiar el asunto, no sólo por la implicación de antiguos alienígenas, sino también para no despertar ningún hecho sobre nuestro antiguo pasado ario. Los judíos están usando a tales autores, así como el campo de los Antiguos Alienígenas, para confundir a nuestra raza hasta el punto de que negamos nuestros propios logros como raza. La raza blanca no necesitó antiguos alienígenas para construír nuestras antiguas civilizaciones, o para fundar otras civilizaciones en remotos rincones de la Tierra. Nuestra raza es capaz de muchísimo más. Los teóricos de los Antiguos Alienígenas están subestimando a nuestra gente. Como declaré el año pasado en un artículo titulado "Aryan Genesis", la localización de la patria aria original permanece como un enigma irresoluble. En dicho artículo escribí:
«Durante casi tres siglos, los lingüistas, los antropólogos y los genetistas europeos han estado buscando los verdaderos orígenes de los pueblos indoeuropeos, o arios. Muchos de nosotros identificamos el término "ario" con el Nacionalsocialismo alemán, mientras que algunos académicos judíos y liberales proponen que los arios son una gente inexistente inventada por Hitler para realzar un sentimiento de supremacía germánica. Esto es, por supuesto, falso» [...].
«Sabemos, tanto por los Vedas hindúes como por los antiguos textos zoroastrianos de Persia, que una raza nórdica de poderosos guerreros invadió las áreas de los actuales Irán, India del Norte, Paquistán y Afganistán alrededor de 3500 a.C. y estableció un Imperio conocido como Aryas. Más de 300 palabras en las lenguas indoeuropeas se derivan de ese pueblo, incluyendo el nombre Irán. Los arqueólogos del siglo XIX se refirieron a los arios como tribus indo-europeas o indo-germánicas. Sin embargo, en el hinduísmo y en Irán el término "ario"significa "noble", y esa raza a menudo es llamada como "Los Brillantes" que estaban en oposición a las fuerzas de la oscuridad, a menudo llamada los Dasyuso "Los Oscuros"» [2].
[2] Patrick Chouinard, Aryan Genesis – Who Were the Ancient Aryans?, http://www.renegadetribune.com/aryan-genesis-part-1-ancient-aryans/
El antiguo símbolo del ario era la esvástica. ¿Pero dónde comenzaron los arios a usar ese polémico símbolo?.
«La leyenda hindú dice que la civilización se remonta a un tiempo increíblemente distante, de cientos de miles, si no millones, de años, y que los antepasados de los arios eran rubios, gente a menudo barbuda, de piel blanca, conducida por su Señor Indra»(Ibid.).
El registro más temprano de la esvástica en India se remonta a la civilización del valle del Indo alrededor de 3500 a.C. Ese período de tiempo coincide con la teoría de la invasión aria.
Recientemente fue encontrada una civilización aún más antigua, la civilización Danubiana, que data aproximadamente de 5.000 años a.C., alrededor del tiempo en que un enorme lago de agua dulce al Norte del Bósforo se inundó con agua que se derramó desde el Mediterráneo, lo que lo transformó en el Mar Negro. Ese cuerpo del agua aumentó enormemente en tamaño y sumergió cientos de kilómetros cuadrados de tierra firme.
En Bulgaria, datando de ese tiempo, se descubrió un fragmento de cerámica de la civilización Danubiana que se remonta a 5300 a.C. y que llevaba el signo de la esvástica. En el Museo de Historia Natural de Kiev, una escultura de marfil hecha de colmillos de mamut que se remonta a la era Paleolítica (Antigua Edad de Piedra), hace aproximadamente 25.000 años, lleva ese símbolo. La idea de que un grupo de europeos conocidos como los Solutrenses emigró a través de la capa de hielo del Norte hacia Norteamérica 6.000 años antes de que los mongoloides llegaran en 18.000 a.C. podría indicar por qué los indios americanos, incluyendo a los mayas y aztecas, también usan esvásticas en su arte.
Los autores Graham Hancock y Andrew Collins creen que un sitio antiguo llamado Gobekli Tepe, un vasto complejo ceremonial con gigantescos pilares y altares que data de antes de la inundación del Mar Negro, fue creado por una avanzada cultura desconocida. Ellos son rápidos para suponer que los atlantes o alienígenas lo crearon. Ésos son disparates. Nuestros antepasados Blancos habían estado mirando las estrellas durante miles de años y eran muy avanzados. Los investigadores tampoco nunca han encontrado completamente la localización de la Urheimat (o patria primordial) de los proto-arios. El hecho de que ellos observaran el cielo y fueran los primeros verdaderos astrónomos puede ser el origen de antiguas referencias a gente del cielo, no alienígenas.
Yo sugiero que esos proto-arios evolucionaron en las tierras ahora sumergidas bajo el Mar Negro. El mapa típicamente aceptado de la distribución del ADN ario indica las concentraciones más fuertes de esos pueblos en y alrededor del Mar Negro, que entonces emanaba hacia el exterior a Europa, India y Asia central. La civilización Danubiana se originó poco después del diluvio, conocido como la Gran Inundación.
Un artículo impreso por National Vanguard en la edición de Diciembre de 2005 declara:
«En Junio de 2005 los arqueólogos encontraron la civilización formalizada más antigua de Europa, una red de docenas de templos, 2.000 años más antigua que Stonehenge y las pirámides egipcias. Más de 150 gigantescos monumentos fueron encontrados bajo la superficie de campos y ciudades en Alemania, Austria y Eslovaquia, construídos hace más de 7.000 años, entre 4800 y 4600 a.C.».
Esas ciudades fueron posteriores a Gobekli Tepe; aquel complejo todavía permanece como la estructura más antigua, datando aproximadamente de hace unos 12.000 años. Pero estos descubrimientos muestran que la gente Blanca civilizada ha existido durante un muy largo tiempo.
El artículo de National Vanguard también dice que un descubrimiento en Eslovaquia de esqueletos de 35.000 años de antigüedad de cráneos de dimensiones claramente nórdicas demuestra que es falsa la idea de que éramos en ese tiempo muy parecidos a los africanos. En los años '90, un antiguo primate fue descubierto en lo que es ahora Alemania del Norte. También alrededor de ese tiempo, fósiles más jóvenes que datan de alrededor de 2,5 millones de años y que parecen homínidos de andar erecto que han sido encontrados en África fueron descubiertos en la república de Georgia. Esto sólo intensifica el argumento de Alan Thorne de la evolución independiente de las razas modernas.
Los teóricos de los Antiguos Alienígenas no tienen ninguna verdadera prueba sino sólo pura especulación. Hasta ahora ni un solo fragmento genuino de evidencia ha emergido que diga claramente que los antiguos dioses de la tradición sumeria y babilónica vinieron desde más allá de las estrellas. El hecho de que un dios antiguo tenga alas o una extraña y voluminosa indumentaria no significa que él haya sido un extraterrestre. En mi opinión, es muy probable que visitas de extraterrestres realmente hayan ocurrido en la Antigüedad. Es incluso posible que fuéramos sembrados aquí por una autoridad superior, pero no concluiré que la mayoría de nuestros logros como raza pueden ser atribuídos a extraterrestres. Y si ellos pudieran serlo, creo que hay evidencias de avanzados seres de tipo caucásico que podrían ser nuestros antepasados arios Blancos.–
¿Quiénes Eran los ANTIGUOS ARIOS?
Durante casi tres siglos, los lingüistas, los antropólogos y los genetistas europeos han estado buscando los verdaderos orígenes de los pueblos indoeuropeos, o arios. Muchos de nosotros identificamos el término "ario" con el Nacionalsocialismo alemán, mientras que algunos académicos judíos y liberales proponen que los arios son una gente inexistente inventada por Hitler para realzar un sentimiento de supremacía germánica. Esto es, por supuesto, falso. Según el recurso en línea Ancient History Encyclopedia,
«El término "ario" ha tenido una historia llena de controversia. La fuente de la palabra "ario" viene de la palabra sánscrita "ârya", que es la auto-designación usada por la gente índica védica que emigró hacia el subcontinente indio aproximadamente en 1500 a.C. El término sánscrito tiene un cognado en la palabra irania "arya", que es también una auto-designación. Tanto el término sánscrito como el iranio descienden de una forma "ârya"que fue usada por las tribus indo-iranias para referirse a sí mismas, un término que también está relacionado con la fuente del nombre del país Irán, de una frase que significa "Reino de los Arios"».
Más bien que hablar de una corrupción de la palabra "ario", reconociendo así su asociación con el Nacionalsocialismo, prefiero en general abordar la definición y significado más amplios dados a la palabra, y la aparición fáctica del término Raza Aria. Gran parte del cuidadosamente evitado punto de la ascendencia aria es un resultado directo de la "corrección política" y de la disociación generalizada en cuanto a las palabras asociadas con el Tercer Reich. Sin embargo, con eso dicho, la idea básica es que grupos nacionalsocialistas y pre-nacionalsocialistas, como las Sociedades Edday Thule así como la Germanenorden, los escritos ariosóficos de Guido von List y Jorg Lanz von Liebenfels, esencialmente no estaban totalmente equivocados, si bien engañados en varios puntos menos significativos.
La raza aria, o el concepto de "ario" como una descripción racial de un fenotipo, no es exacta. "Ario" es tanto una tradición lingüística como una cultura común, o mejor dicho varias culturas que comparten la misma ascendencia común. "Ario" corresponde también a una serie de creencias religiosas o populares que también tienen un denominador común. Y la raza que originalmente creó el lenguaje, la cultura y las raíces religiosas de los descendientes de los arios era de la raza nórdica, en base tanto a ejemplos genéticos y arqueológicos como a ejemplos vivientes de pueblos de Europa y de las regiones del Norte más aisladas de Irán, Afganistán, Paquistán, Norte de la India, Kurdistán en Iraq, Asia Menor, y muchas otras regiones similares del Cercano Oriente y asiáticas.
Ejemplos de difuntos de un tipo racial indoeuropeo que comparten tradiciones religiosas, culturales y lingüísticas en común con pueblos antiguo-persas, hindúes y sobre todo celtas y germánicos de Europa fueron los Tocarios, cuyo mejor ejemplo son las momias caucásicas de China, que llevaban vestidos de tartán celta, adornadas sus pertenencias con esvásticas, con tatuajes con símbolos consistentes con todos los pueblos indo-europeos, que tenían artículos religiosos indicativos tanto de India como de Europa, y que físicamente era altos, rubios y de ojos azules, o con el pelo rojo y un claro tipo racial nórdico.
Las pruebas de ADN de las momias caucásicas de China muestran que tenían la misma estructura de ADN que los europeos del Noroeste. Sin embargo, hay un porcentaje sustancial de su ADN que no tiene afiliaciones conocidas entre la moderna población humana. El fanático New Age David Wilcock hizo en la serie Ancient Aliens del History Channel la afirmación de que porque no hay ninguna población conocida en la Tierra que comparta ese porcentaje de ADN, ¡debe necesariamente ser de origen extraterrestre! No, eso sólo significa que hubo otra población humana, otra raza blanca afín que se extinguió hace milenios y que no tiene descendientes existentes.
Aquellos que descartan la idea de los arios como rubios y de ojos azules, como si Hitler hubiera creado la tela entera para engañar al pueblo alemán, deben mirar esas momias y otros ejemplos antiguos en pinturas murales y los restos humanos de la civilización Tocaria de China Occidental y preguntar qué pruebas adicionales hay para el argumento. Nosotros, como estudiosos e individuos reflexivos, conscientes de ciertos tabúes culturales que han existido desde la Segunda Guerra Mundial, somos muy rápidos para juzgar palabras como "blanco", "ario", "nórdico" o incluso "teutónico", como si hubiesen sido creadas para humillar a otras razas, y dejamos de reconocer la importancia de la contribución aria a la civilización occidental y el derecho heredado de los descendientes de los arios a la auto-preservación, el orgullo cultural y la auto-determinación.
Según las creencias hindúes, el padre de los arios fue Manú, o en inglés, "Man". Así, en inglés la palabra "Man"más correctamente significa "ario".
Los indo-europeos, también conocidos como los arios, primero aparecieron en la Historia registrada en 5600 a.C. con las primeras invasiones arias del Oriente Próximo. Los lingüistas y los genetistas por igual remontan sus orígenes a al menos 9000 a.C. Sin embargo, tan pronto como usted cruza el umbral de la Historia registrada alrededor de 1700 a.C. o más, la Historia comienza a difuminarse. A menos que usted tenga pruebas de una estela pétrea, una inscripción o un texto antiguo que use alguna forma del indoeuropeo, se hace confuso qué lengua fue hablada en algún sitio arqueológico particular. Uno sólo puede conjeturar qué cuadro pinta la arqueología y cómo lo compara con el mundo descrito en textos existentes, como los textos Zoarastrianos de Irán o las escrituras sánscritas de India, en cuanto a qué lengua particular fue hablada en algún sitio dado.
Pero definir una cultura como ancestral de un pueblo entero o como legado civilizacional se hace problemático. Para este autor parece sabio concluír que la evolución nos enseña que el cambio es el inevitable flujo y reflujo de toda vida y existencia. El hecho de que las simples sociedades matriarcales de cazadores-recolectores cedieran el paso a civilizaciones neolíticas basadas en la agricultura y luego a belicosas civilizaciones arias de la Edad del Bronce no siempre significa que esas sociedades tempranas fueron conquistadas y sustituídas por otra cultura más avanzada. El cambio de lenguaje y sociedad desde pre-ario a ario podría ser tan simple como Europa sufriendo una transformación evolutiva dentro de la raza blanca en la cual los lenguajes, la mitología, la cultura, e incluso la biología, comenzaran a evolucionar en una forma diferente de hombre completamente. En este caso, la evolución de proto-europeos de la Antigua Edad de Piedra hacia la raza aria blanca de la Edades del Bronce y del Hierro puede ser así entendida.
De esa manera, cambiaría el modo de entender cómo Europa y, para lo que interesa, Asia Central, India y la antigua Persia, se indo-europeizaron. Por lo tanto, nuestro foco principal sería aquello que provocó tales cambios graduales de creencia y estructura social, y cómo los períodos sucesivos de interacción social cambiaron el lenguaje hasta lo que es visto hoy, para no mencionar que no tenemos ninguna pista de qué lengua original fue hablada en la Europa prehistórica hace 30.000 años. Ni siquiera la reconstrucción lingüística puede darnos una respuesta definida a esto. En otras palabras, en nuestra búsqueda de lo que significa ser ario, estamos pensando con mucho esfuerzo. Es así de simple.
Para aquellos que se describen a sí mismos como arios blancos, un sentido de orgullo debe ser sentido también, porque se trata de una idea que sugiere que, más que una cultura exterior que rehace Europa a su propia imagen, es Europa misma la que produjo la cultura aria, la lengua y la mitología pan-europea, y todo lo que hay en ello. Estudios recientes muestran que la mayor parte de todos los europeos de pura sangre de hoy pueden remontar su ascendencia a 40.000 años atrás a un grupo de gente que vivía en lo que es hoy Bélgica. Incluso con sucesivas oleadas de pueblos que llegaron del Este y otras direcciones, nuestros genes como pueblo han permanecido prácticamente inalterados durante decenas de miles de años.
Ha habido diversas tentativas de parte de National Geographic y otras instituciones que promueven el multiculturalismo para mostrar que las reconstrucciones faciales forenses de europeos de la Edad de Piedra tomadas de restos fósiles, tienen un aspecto bastante africano. Pero las reconstrucciones más tempranas tomadas de los mismos cráneos muestran un aspecto muy europeo. La evidencia indica realmente que el aspecto europeo, o fenotipo nórdico, era la norma a través de toda Europa, que comenzó en un tiempo muy temprano. Pruebas recientes muestran que los primeros europeos emigraron desde lo que es ahora el Norte de la India, a través de Arabia y la Fértil Media Luna, pasando por Asia Menor hacia la parte de Europa no congelada por el avance glaciar. De esta manera, no hay ningún movimiento directo saliendo de África, sino más bien un movimiento desde Asia como se supuso en el siglo XIX.
En mi libro Forgotten Worlds, publicado en 2011, hablé del descubrimiento de fósiles de antiguos homínidos de una increíble antigüedad localizados en lo que es ahora la república de Georgia en la región del Cáucaso de Asia del Sudoeste. En cuanto al descubrimiento de esos misteriosos y polémicos huesos, escribí lo siguiente:
«Un nuevo descubrimiento en la antigua república soviética de Georgia ahora vincula una fase principal en la evolución humana con Europa, no con África. Este descubrimiento es una parte de un cráneo que exhibe características similares a un Homo Habilis. Lo que dejó perplejos a aquellos que encontraron dicho cráneo fue el hecho de que una especie de homínido muy primitiva, que tenía 2,7 millones de años, había sido encontrada en Europa de un tiempo anterior a la supuesta colonización del Viejo Mundo por el Homo Erectus. Según la ciencia predominante, hace 3,7 millones de años era el tiempo de Lucy, un homínido más primitivo llamado Australopithecus; las especies de homínidos más avanzadas no estaban en Europa en ese entonces (Gore, 2002).
«Este hallazgo en Georgia sugiere que Europa desempeñó un papel fundamental en la evolución de la especie humana y que muchos de nosotros comparten un linaje directo desde Europa. Los fósiles de la zona de Dmanisi no han sido concluyentemente identificados, pero ellos pueden ser una forma más temprana del Homo Erectus, o probablemente una nueva especie, el Homo Georgicus. Ahora parece posible que el primero de nuestra especie en convertirse en un caminante erecto habitual haya hecho eso en Eurasia, en una región cuyo clima de entonces, hace 3,7 millones de años, era similar al de la Europa de nuestros días (Gore, 2002).
«El paradigma aceptado de la evolución humana, mantenido durante medio siglo, dice que los especímenes totalmente evolucionados del Homo Erectus dejaron África hace más de un millón de años para establecerse a través de toda Europa y Asia. Pero los hallazgos en Dmanisi cambian todo eso. Ahora parece que las formas más primitivas de homínidos aparecieron tan lejos como en Europa y el Cáucaso, y una vez allí siguieron evolucionando hacia formas más modernas. Habría parecido absurdo sólo hace unos pocos años siquiera sugerir que Europa, no África, pudo haber desempeñado un papel tan decisivo en la evolución humana o que el lugar de nacimiento de los proto-indoeuropeos también podría ser el criadero de nuestros ancestros humanos».
Es interesante que desde aquel tiempo, hace casi siete años, casi nada haya sido dicho en cuanto a esos fósiles, y las universidades y los académicos siguen predicando la teoría del origen en África como el evangelio demostrado. La edad de la Humanidad, y más específicamente la Humanidad europea, es también de un interés primario. Un equipo de arqueólogos sudafricanos a principios del siglo XX completó con éxito un análisis del sitio arqueológico de Zimbabwe, y llegó a la conclusión de que aquél era el subproducto de una antigua civilización Blanca. El arqueólogo alemán Karl Mauck pensó que fue construído por antiguos israelitas para la reina de Saba. Ése no parece ser el caso. Posteriormente, a mediados de los años '60, el sitio fue reexaminado y se determinó que era obra de africanos nativos.
Una vez más, estaba claro que los nativos africanos no construyeron el sitio tampoco. A diferencia de Gobekli Tepe, que tiene la existencia de culturas sofisticadas cercanas tanto posteriores como anteriores a su construcción, Zimbabwe no tiene ninguna tal cultura africana nativa. Se han demostrado restos de momias pelirrojas en Nueva Guinea y en África del Norte. El hecho de que esa antigua civilización Blanca nunca fuera buscada posteriormente es desafortunado. Ella podría haber sido un eslabón perdido de muchos misterios del cercano saber africano que describe espíritus fantasmales o dioses con caras pálidas en su mitología, como los presentados en la tribu Dogón de Mali, que dice que espíritus pálidos del cielo les dieron el sagrado conocimiento astronómico, el mismo conocimiento que la gente de Europa había inventado hacía miles de años en el pasado.
La contribución más notable de los antiguos arios a la mitología y la Historia fue su invención de la antigua cultura védica, que ha sobrevivido más que cualquier otra civilización en la Tierra. Incluso siglos de intermezcla racial no han borrado totalmente su esplendor. Fueron los antiguos indo-arios de la India del Norte los que transmitieron las historias del Rig Veda a través de la tradición oral recitada y finalmente por medio de la escritura. Una de las historias más importantes de los arios antiguos era la de Manú, el padre de la Humanidad y el héroe principal del mito de la Gran Inundación de la India. Ese cuento también hablaba de una misteriosa hermandad conocida como los Siete Sabios, una referencia que también aparece tanto en la mitología mesopotámica como en la mesoamericana. Constante en los tres relatos, los Siete Sabios y su líder divino fueron aquellos que trajeron la cultura y la civilización a la raza humana, y condujeron hacia una Edad de Oro. Graham Hancock habla de Manú y sus orígenes en su libro Underworld: The Mysterious Origins of Civilization:
«Manú (cuyo nombre tiene la misma raíz que la palabra inglesa Man) fue el primer y el mayor patriarca y legislador de los pueblos védicos, y es inequívocamente descrito en todas partes de los textos antiguos como el preservador y el padre de la Humanidad y de todas las criaturas».
Aquellos que se llamaron a sí mismos los Aryas, o los arios, fueron considerados sus hijos divinos. Él es conocido como el "Padre Manú" y los dioses mismos son llamados "Los Santos de Manú". En Underworld, Hancock comparó a Manú con el dios egipcio Osiris, con la misma veneración e importancia dada a ambas deidades por sus respectivas culturas. Parece que en ambos casos nunca fue completamente claro lo que Manú, en el Rig Veda, u Osiris, en los Textos de las Pirámides o en el Libro de los Muertos, hicieron para ser colocados en tan alta estima por su gente. Lo poco que sabemos sobre cada uno parece indicar que la profundidad de su importancia era incomparable a cualquier otra figura en sus civilizaciones. En ambos casos la progenie de Osiris y la de Manú es llamada Los Brillantes. En ambos casos su símbolo era el Sol, en India representado por la Esvástica y en Egipto por el disco del Sol, que más tarde se convirtió en el Aten, un símbolo herético que fue destinado para sustituír a las antiguas deidades en lo que fue la primera tentativa en la Historia registrada del mundo para instalar una fe monoteísta entre un pueblo politeísta.
Origen de la Esvástica
En un artículo publicado en Enero de 1980, en Natural History, los autores Stanley y Ruth Freed escribieron:
«La Esvástica es el símbolo de alguna complejidad más antiguo y más difundido de la Humanidad. El nombre se deriva de una palabra sánscrita que significa "objeto de bienestar". Originado hace aproximadamente 6.000 años en el Oriente Medio, el símbolo se había extendido sobre Europa y partes de Asia antes de los primeros siglos de la Era cristiana... es el aura mágica, y su simbolismo tiene raíces en las civilizaciones más antiguas de Mesopotamia e Irán».
Ambas regiones fueron colonizadas tempranamente por tribus indoeuropeas; la antigua Sumeria fue la primera en ser invadida por arios en 3200 a.C. El símbolo mismo podría preceder a los arios en decenas de miles de años puesto que ha sido encontrado en varios objetos que se remontan a aquella remota antigüedad.
«En India, donde es extensamente usada en el ceremonial hindú y como un adorno decorativo, la esvástica combina el simbolismo astronómico y religioso. Esta combinación proporciona nuestra mejor pista para su sentido original, ya que una tradición religiosa continua puede ser trazada desde el hinduísmo moderno hasta la religión de la civilización de Harappa del valle del Indo, que ha sido datada del tercer milenio a.C.».
Arthur Kemp escribió en su estudio March of the Titans que las antiguas poblaciones europeas o mediterráneas habían emigrado hacia el valle del Indo y habían fundado la civilización de Harappa. Esta declaración es demostrada por restos esqueléticos encontrados en las ciudades de Harappa. Su estructura esquelética y dimensiones craneanas coinciden con las de las poblaciones europeas del Sur y del Cercano Oriente de aquel tiempo.
«El rastro comienza con las apariciones registradas más tempranas de la esvástica en Samarra, en Mesopotamia central, y en Susa, en Irán occidental, donde claras esvásticas figuran en la cerámica de aproximadamente 4000 a.C.».
Ambas civilizaciones son arias en su origen y están estrechamente relacionadas con los escitas, a menudo llamados los precursores de los celtas.
«Aproximadamente en 3000 a.C. la esvástica fue representada en la cerámica de Troya en el Noroeste de Asia Menor y, algo más tarde, en los sellos de la civilización de Harappa».
La Esvástica también aparece en el Nuevo Mundo, pero la mayor parte de aquéllas no eran verdaderas esvásticas. Sin embargo, la esvástica aparece realmente en su verdadera forma del Viejo Mundo entre los indios Hopewell de Ohio. Verdaderas esvásticas fueron descubiertas en la cerámica encontrada en la década de 1890. El autor Frank Joseph ha explicado que el pueblo Hopewell puede ser de ascendencia europea, dado que hay muchas pruebas de un contacto precolombino con europeos en el Nuevo Mundo, así como la teoría Solutrense que declara que europeos cruzaron a través de la capa de hielo del Atlántico del Norte 10.000 años antes de la llegada de los asiáticos a través del estrecho de Bering.
También se ha sugerido que los Sviderianos, de quienes Andrew Collins sugiere que construyeron Gobekli Tepe y que yo he identificado como proto-arios, podrían haberse expandido a través de Siberia y también haber viajado a través de Bering directamente, o en embarcaciones a lo largo del litoral del Pacífico, y haberse asentado en Norteamérica, convirtiéndose en la base de los mitos de gigantes rubios y pelirrojos tan prevalecientes en la tradición indígena norteamericana. Ellos podrían haber fácilmente llevado consigo el símbolo de la esvástica, el cual también ha aparecido en ornamentos de conchas y en el Cañón del Chaco, pero en una forma variable.
«Los eruditos han proporcionado un considerable número de teorías para el significado simbólico de la esvástica: que representa al Sol, la Luna, la rotación anual de la Osa Mayor, los puntos cardinales, la eternidad, Zeus, Baal, el fuego, diversas deidades hindúes (entre ellas Agni, Indra, Vishnu y Ganesha), la luz, el rayo tridente, el agua, la unión de los sexos, la fertilidad, y un aparato productor de fuego conocido como el taladro para fuego».
Sabemos, tanto por los Vedas hindúes como por los antiguos textos Zoroastrianos de Persia, que una raza nórdica de poderosos guerreros invadió las áreas de los actuales Irán, India del Norte, Paquistán y Afganistán alrededor de 3500 a.C. y estableció un Imperio conocido como Aryas. Más de 300 palabras en las lenguas indoeuropeas se derivan de ese pueblo, incluyendo el nombre Irán. Los arqueólogos del siglo XIX se refirieron a los arios como tribus indo-europeas o indo-germánicas. Sin embargo, en el hinduísmo y en Irán el término "ario"significa "noble", y esa raza a menudo es llamada como "Los Brillantes" que estaban en oposición a las fuerzas de la oscuridad, a menudo llamada los Dasyus o "Los Oscuros".
La leyenda hindú dice que la civilización se remonta a un tiempo increíblemente distante, de cientos de miles, si no millones, de años, y que los antepasados de los arios eran rubios, gente a menudo barbuda, de piel blanca, conducida por su Señor Indra.
«la raza aria había cometido bestialidad con especies inferiores, que derivaban de una rama más temprana y completamente distinta de la evolución animal...».
De acuerdo a su teología, la Caída simplemente denotaba el compromiso racial del ario debido a un maligno cruzamiento con especies animales inferiores. La consecuencia de esos persistentes pecados fue la creación de varias razas mezcladas, que amenazaron la correcta autoridad sagrada en todo el mundo, especialmente en Alemania donde la raza era más numerosa.
¿Con qué razas entonces se habían mezclado los arios?
Existe una evidencia, fuerte y concluyente, de que nuestros antepasados Blancos se aparearon con otras especies humanas, algunas más cercanamente relacionadas con asiáticos y africanos que con europeos. El proyecto del genoma humano confirma ese hecho.–