Y con esta tercera parte que ofrecemos en castellano completamos la presentación del ensayo de 1974 de Austin J. App titulado A Straight Look at the Third Reich. Aquí el autor termina de hacer el inventario de atrocidades cometidas por los vencedores de la Segunda Guerra en contra de Alemania, la expulsión de quince millones de alemanes orientales desde el Este, la prohibición del Nacionalsocialismo, la denuncia del presunto militarismo alemán, la falsa acusación del anti-cristianismo de Hitler, y la invención de la más famosa de las calumniosas mentiras, todo ello con el objetivo de tapar los groseros horrores realizados por los Aliados, y originado en una envidia insuperable por los magníficos logros sociales y económicos de la política implementada por el Nacionalsocialismo, logros no alcanzados aún por ninguno de los otros sistemas económicos, cosa que los instigadores de la guerra bien lo saben.
Una Mirada Franca al Tercer Reich (III)
por Austin J. App, 1974
LOS TRES GRANDES EN POTSDAM ¡DECRETAN LA EXPULSIÓN!
El cardenal Aloisius Muench, en ese entonces obispo de Fargo, en Dakota del Norte, escribió: "La migración forzosa de millones de personas es el mayor crimen de esta época. No hay nada en toda la Historia que lo iguale". Incluso Churchill, un co-conspirador de ello, al final la calificó como "una tragedia a una escala prodigiosa". ¡Aquello fue el robo total y el apaleamiento hasta la muerte del 20% de ellos, y su expulsión desde tierras que ellos y sus padres habían cultivado durante siete u ocho siglos!. Aquélla fue la mayor atrocidad de masas en la Historia, y fue desencadenada por Truman, Attlee y Stalin en la Conferencia de Moscú. ¡Truman y Attlee, sin embargo, simplemente confirmaron lo que Roosevelt, Churchill y Stalin habían confabulado en Yalta!.
Irónicamente, al mismo tiempo que los linchadores legales de Núremberg estaban procesando a alemanes quienes, según se afirmó, "deportaron a la fuerza a habitantes que eran predominantemente no alemanes e introdujeron a miles de colonos alemanes", los Tres Grandes en Potsdam ordenaban "que tendrá que emprenderse la transferencia a Alemania de poblaciones alemanas o elementos relacionados, que aún permanecen en Polonia, Checoslovaquia y Hungría". Esta "transferencia" forzada y horriblemente brutal involucraba a millones de alemanes inocentes (contra quienes ningún cargo fue hecho nunca), en comparación con una transferencia relativamente ordenada llevada a cabo por los nacionalsocialistas de, no millones, sino —según propia admisión de los Aliados— sólo miles de personas. Tal transferencia, realmente un intercambio de algunos miles, había tenido durante mucho tiempo una aprobación internacional. Aquello sucedió especialmente en los Balcanes después de la Primera Guerra Mundial, y significó una transferencia, y un cambio, de hábitat y de propiedad, ¡no un robo total!.
Pero la orden de Potsdam abrió las compuertas al más masivo, y totalmente carente de principios, robo, expulsión y asesinato de las páginas de la Historia. ¡Esto precipitó el robo y expulsión de 15 millones de personas, no de miles, y el apaleamiento, violación y congelamiento hasta la muerte de 2.500.000 hombres, mujeres y niños de Alemania Oriental y Checoslovaquia, además de medio millón procedente de los Balcanes, principalmente de la Yugoslavia de Tito.
¿QUIÉN HIZO DE LA ATROCIDAD DE LA EXPULSIÓN DE MASAS UNA PRÁCTICA ACEPTADA?
Después de la Primera Guerra Mundial, tales expulsiones masivas ni siquiera fueron consideradas. Cuando los dictadores de la paz de Versalles entregaron a Polonia a los alemanes de Danzig y del Corredor polaco, ellos ni siquiera soñaron con expulsar a esos antiguos nativos alemanes; ni cuando ellos entregaron a un cuarto de millón de alemanes del Tirol del Sur a Italia, ni los tres millones y medio de alemanes de los Sudetes a Checoslovaquia, ellos ni por un momento pensaron en instituír una atrocidad de expulsión de masas que incluso superó a lo peor cometido por los paganos.
¿Quién puso este principio de atrocidad en sus cabezas y lo hizo aceptable? Quién: ¡los mismos talmudistas que intentan encubrir los rastros de sus atrocidades gimoteando que los nazis"gasearon" a 6 millones de judíos! Sus fórmulas conspirativas de atrocidades contra los alemanes, que afectan sobre todo no a los nacionalsocialistas sino a los cristianos alemanes, son tan espantosas, tan brutales y tan genocidas para millones y millones de inocentes, que ellos tienen que hacer uso de mentiras y engaños, y verdades a medias y fraudes, como el de los 6 Millones, para ocultar sus huellas. Ellos estuvieron en el fondo de cada atrocidad de masas que hicieron de la paz de Yalta y de Potsdam, como la revista Time la llamó, ¡"la paz más aterradora de la Historia"!. ¡Ésta es la paz que en la Carta Atlántica, en 1941, había sido predicha como la más humana!.
EXPULSIONES DE MASAS, UNA POLÍTICA DE MORGENTHAU
El decreto de Potsdam para la atrocidad de masas de robo total y expulsión consiguió su nacimiento y su aprobación en el Plan Morgenthau. En éste, Morgenthau, Baruch y el comunista Harry Dexter White exigían que millones de pacíficos habitantes del Ruhr, el área más industrializada de Alemania, fueran totalmente desvalijados, sus minas y sus fábricas destruídas, y luego junto con Alemania del Sur, por inferencia, hechos pasar hambre hasta la muerte. En Quebec, Morgenthau consiguió que Roosevelt hiciera de este plan una política oficial, y ambos sobornaron a Churchill, quien al principio se resistió, para que lo adoptara. En Inglaterra, Morgenthau consiguió que Eisenhower lo aprobara, aliviando su conciencia al hacer pasar a todos los alemanes como "paranoicos". Según Robert Welsh (The Politician, p. 26) fue sólo un hombre, James Forrestal (a quien los comunistas más tarde, directa o indirectamente, asesinaron), "quien impidió a Eisenhower y a sus impulsores comunistas" destruír Alemania para siempre con el Plan de Morgenthau.
LA CONFERENCIA DE POTSDAM LE ABRIÓ LAS PUERTAS A LOS GENOCIDAS EXPULSIONISTAS
La Conferencia de Potsdam elevó las brutales expulsiones a la categoría de política aceptable. Los búlgaros, los rumanos, los húngaros, todos se subieron al carro de la victoria para robar totalmente y expulsar a sus minorías alemanas, algunos de ellos como los sajones Siebenbuerger, que estaban allí desde la época en que Colón descubrió América, y la mayoría al menos desde los tiempos de la Independencia estadounidense. El más bestial fue Tito de Yugoslavia, quien hizo apalear a cientos de miles hasta la muerte durante el genocidio. ¡Quizá por eso en los círculos judíos y liberales Tito es siempre glorificado!. Comparado con sus bestialidades, ¡cualquier cosa que pueda ser alegada contra Hitler es cosa de un boy scout!.
Más masivo y casi tan bestial fue lo que Benes, otro ídolo izquierdista, y Masaryk hicieron a los 3.500.000 alemanes de los Sudetes, cuyas antiguas tierras habían sido en el Pacto de Munich, correctamente, si bien tardíamente, incorporadas a Alemania. Ellos por lo tanto eran ciudadanos alemanes. Pero Benes y sus Rojos no sólo los despojaron totalmente a todos ellos y los expulsaron hacia Baviera y Austria con sólo una maleta de pertenencias, sino que asesinaron muy bestialmente a 2.250.000 de ellos. Ellos empujaron a las mujeres hacia el río para ahogarlas, destrozaron a sus bebés y lanzaron las partes sobre ellas, mataron a tiros a los hombres o los apalearon hasta la muerte. ¡Lo que los checos hicieron a los alemanes de los Sudetes es muchísimo peor en cantidad y brutalidad que cualquier cosa que los nacionalsocialistas son acusados de haber hecho a los judíos!.
LA EXPULSIÓN DESDE LA REGIÓN DEL ODER-NEISSE, LA PEOR ATROCIDAD DE MASAS DE LA HISTORIA
Tan pronto como el Pacto de Potsdam les dio la luz verde, los polacos expulsaron a los varios millones de alemanes de las áreas dadas a ellos después de la Primera Guerra Mundial, sobre todo en violación del principio de Wilson de la auto-determinación. Ellos robaron totalmente y asesinaron a miles de ellos.
Pero una vez que sintieron que el Plan Morgenthau y el Pacto de Potsdam habían elevado las expulsiones genocídicas a una categoría de respetabilidad, ellos y los rusos soviéticos también procedieron a expulsar a los 9 millones de alemanes, que, desde tiempo inmemorial, habían desarrollado Prusia del Este, Pomerania, Prusia de Oeste y Silesia. Esas tierras eran alemanas, y sólo habían sido puestas bajo administración rusa y polaca; ¡ellas eran tan indiscutible y totalmente alemanas, que incluso los hipócritas que promulgaron el Tratado de Versalles no cuestionaron su germanidad total! Tampoco los expulsionistas hicieron una afirmación en contrario, ni los acusaron de ninguna maldad. ¡Ellos los expulsaron simplemente por razones racistas, por su germanismo étnico!.
Todos los males hechos a los Negros estadounidenses en 300 años, o a los judíos en 1.000 años de historia alemana, no igualan al genocidio, barbaridad, brutalidad e inhumanidad de estas expulsiones desde el Oder-Neisse. Los genocidas razonablemente creyeron que su genocidio estaba aprobado por el Plan estadounidense de Morgenthau y por la firma de Truman en el Pacto de Potsdam.
HABITANTES EXPULSADOS CON POCO TIEMPO DE AVISO, TOTALMENTE ROBADOS, Y EL 20% MUERTO EN EL PROCESO
A los habitantes del territorio del Oder-Neisse se les ordenó con breve aviso previo ir a la plaza del mercado, se les dijo que dejaran las puertas abiertas y sus vacas y caballos desatendidos, y que tomaran con ellos sólo una pequeña maleta con ropa. En la plaza del mercado se les ordenó que viajaran a pie hacia Alemania Occidental. En el a menudo amargo frío del invierno, escasamente vestidos, ellos viajaron a pie. Y en el camino los polacos y los rusos caerían sobre ellos, tomarían de sus maletas lo que les placiera, a menudo rasgando la ropa de sus cuerpos. Frecuentemente las bestias genocidas violarían a mujeres y niños, y de una manera u otra asesinarían al 20% por el camino, demostradamente a 2.100.000 de ellos. Esta horrenda cantidad de víctimas asesinadas no incluye a los mutilados y minusválidos de por vida. La expulsión desde el Oder-Neisse de nueve millones de alemanes desde sus casas antiguamente establecidas es el crimen más numeroso de racismo, de genocidio, en toda la Historia registrada. Esto supera en diez veces cualquier fechoría que los judíos pudieran haber sufrido por parte de los nacionalsocialistas. Y la mayor parte de los judíos que sufrieron eran de algún modo culpables —como partisanos, espías o saboteadores—, mientras que los expulsados alemanes no fueron acusados de ninguna maldad.
Los judíos que siguen quejándose ruidosamente sobre los males que los nacionalsocialistas les hicieron, deberían reflexionar en cuanto a que esta la más masiva atrocidad genocídica de la Historia contra los alemanes orientales debe con toda honestidad ser considerada como instigada por publicistas y políticos judíos germanófobos, como Ilya Ehrenburg, Henry Morgenthau, Harry Dexter White, Bernard Baruch (quien apoyó vehementemente el Plan Morgenthau), y Theodore N. Kaufman, por nombrar a los peores. Los medios judíos de comunicación, el New York Times, el Washington Post y el resto, apoyaron el genocidio germanófobo. Estos periódicos, increíblemente, incluso tenían simpatía por el libro de Theodore N. Kaufman [Germany Must Perish!], que ¡exigía la castración de todos los varones alemanes, para exterminar la raza alemana en dos generaciones!.
EL PACTO DE POTSDAM PROHÍBE UN EJÉRCITO ALEMÁN Y AL NACIONALSOCIALISMO
El mismo Pacto de Potsdam, cuyos firmantes, sólo sobre la base de su orden de expulsión, deberían haber sido ahorcados como criminales de guerra, prohibió el militarismo alemán y el Nacionalsocialismo alemán con azufre y los fuegos del infierno. Y ellos amenazaron con prisión a cada miembro del Partido Nacionalsocialista. El juez Robert H. Jackson, el principal fiscal estadounidense en Núremberg, incluso quería que 7 millones de soldados alemanes fueran juzgados y probablemente ahorcados ¡por haber pertenecido a dicho partido!.
El 17 de Julio de 1945, Truman, Churchill, Attlee y Stalin se reunieron cerca de Potsdam para dictar el destino de Alemania. Ya que ellos habían obligado al pueblo alemán a rendirse incondicionalmente, ellos actuaron como si los alemanes no tuvieran ningún derecho, y por lo visto, ni siquiera el derecho de oponerse a la violación de sus mujeres. Los Cuatro no hicieron ni la más mínima referencia a "los convenios abiertos [de Wilson] a que abiertamente se había llegado". Tal pretencioso idealismo había servido a los estadistas Aliados sólo para engañar y estafar al pueblo estadounidense tanto en la primera como en la segunda "cruzadas" contra el pueblo alemán. Después de que el truco había tenido éxito, ellos cambiaron su política, para matar a tantos alemanes como pudiesen antes de un armisticio, incluyendo el baleo de mujeres y niños desde el aire, como ellos pudieron. Después del armisticio su política fue privar de comida, expulsar de sus casas, seducir o violar a tantos como les fuera posible, y colgar como criminales de guerra ¡a tantos líderes como el mundo cristiano tolerara!.
LOS VENCIDOS NO TIENEN DERECHOS, NI SIQUIERA A UN EJÉRCITO O AL PARTIDO QUE ELLOS DESEEN
De este modo, en Potsdam los grandes dictadores "democráticos" de la paz procedieron en base al principio de que los vencidos no tienen derechos y de que los vencedores han sido moralmente encargados por su propio genio, no por Dios—ya que los Estalinistas eran ateos virulentos—, para decirle a los alemanes cómo ellos deben ser gobernados para siempre y qué forma de gobierno ellos pueden tener, ¡como si los alemanes fueran niños pequeños! El gobierno que ellos impusieron al pueblo alemán, democráticamente, debe estar sometido para siempre al "desarme completo y la desmilitarización" y nunca tener ninguna "industria que pudiera ser usada para objetivos militares"(el Plan Morgenthau), y debe concentrarse en "el desarrollo de la agricultura y de industrias domésticas pacíficas" (también el Plan Morgenthau). En suma, ellos prescribieron la industria textil y la siembra y cosecha de papas a un país que desde 1945 tiene la mitad del tamaño de Texas y seis veces su cantidad de gente. En resumen, esto era el Plan Morgenthau formulado en un lenguaje hipócrita, para exterminar al pueblo alemán por medio del hambre.
HIPÓCRITA EXPRESIÓN DE IDEALES
Hasta la náusea se han repetido frases tales como "igualdad de derechos para todos los ciudadanos, sin distinción de raza, nacionalidad o religión". Y esto, correctamente traducido, significa ¡"no criticar jamás a los judíos y asegurarse de darles cada ventaja posible"!. Pero prohibidos para toda la raza alemana quedaban "todos los tipos de avión y barcos de alta mar" y la "producción de metales, productos químicos y maquinaria". Aquí otra vez está el Plan de Morgenthau dejándose traslucir, ¡proponiendo matar de hambre a la raza alemana en un pastizal para vacas! Pero donde aquel montón de criminales de guerra dictadores de la paz —los del New Deal, los monárquicos, y los vulgares ateos bolcheviques— mostraron su idealismo santurrón, fue en su condena del Nacionalsocialismo y su prohibición de ello al pueblo alemán para toda la eternidad so pena de un tratamiento aún más genocídico que el que ellos estaban impartiendo ya a la raza alemana.
LOS HIPÓCRITAS PONEN EN LA MIRA AL NACIONALSOCIALISMO
Los dictadores de la paz, los santos "cruzados", en Potsdam declararon su objetivo al ocupar Alemania, de la siguiente manera:
"Destruír al Partido Nacionalsocialista... disolver todas las instituciones nacionalsocialistas, asegurarse de que ellas no sean revividas en ninguna forma, e impedir toda actividad o propaganda nacionalsocialista y militarista".
Ellos tienen como propósito controlar la educación alemana de manera de "eliminar completamente las doctrinas nacionalsocialistas y militaristas". Y todos "los líderes nacionalsocialistas, los partidarios nacionalsocialistas influyentes... serán detenidos y privados de libertad". Aparentemente para tales nacionalsocialistas no debía ser concedida la "igualdad de derechos sin distinción raza, nacionalidad o religión": ellos debían ser detenidos por ninguna otra razón que por sostener una filosofía política, una que es intrínsecamente anti-comunista.
Al mismo tiempo "todas las leyes nacionalsocialistas que... establecieron la discriminación por motivos de raza, credo u opinión política, serán abolidas". Sin embargo, estos hipócritas, mientras simulan proteger a la "opinión política", ¡quieren arrestar a cualquiera que tenga la opinión política del "Nacionalsocialismo"!.
EL PECADO OCULTO APARECE EN LAS PALABRAS ACERCA DEL "MILITARISMO" ALEMÁN
Pero lo que ha hecho del desarrollo de una Alemania realmente auto-confiada e independiente algo prácticamente imposible, es la prohibición, para "eliminar completamente, [de] las doctrinas nacionalsocialistas y militaristas" y para "asegurarse de que ellas no sean revividas en ninguna forma". Esto significa que los vencedores podrían etiquetar en cualquier momento a cualquier cosa realmente patriótica y auto-confiadamente alemana como "neo-nazi". También debería estar claro que si los Aliados occidentales se han atribuído el poder de imponer su clase de "democracia" sobre los indefensos alemanes occidentales, ¡los rusos soviéticos podrían tomar esto como una luz verde para someter a los alemanes de la Zona Soviética a su propia forma abominable de bolchevismo!.
El negocio de Estados Unidos era insistir en que los alemanes tenían el derecho y el deber de asumir cualquier forma de gobierno que ellos desearan, incluyendo, absolutamente, también el Nacionalsocialismo o lo que es llamado fascismo. También debería ser obvio que mientras EE.UU. puede decir a Alemania qué tipo de gobierno y qué clase de partidos políticos puede tener, ello es porque ¡Alemania Occidental es su satélite, tal como la erróneamente llamada República Democrática Alemana es el satélite de la Rusia soviética!.
NI ALEMANIA NI EL TERCER REICH EXCLUSIVAMENTE MILITARISTAS
Todo el clamor contra el militarismo alemán sólo enmascara la determinación Aliada de mantener débil a Alemania. Y esto no tiene nada que ver con el Nacionalsocialismo. Después de la Primera Guerra Mundial los Aliados también prohibieron una marina y un ejército alemanes (excepto por una fuerza simbólica de 100.000 hombres). El Nacionalsocialismo no había nacido entonces. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Rooseveltianos también prohibieron un ejército y una marina a Japón (no porque Japón fuera nacionalsocialista sino porque, también, era fuerte).
Negar un ejército y una marina y una fuerza aérea a Alemania (o a Japón) es antes que nada un crimen monstruoso. En segundo lugar, es una estupidez aún mayor. El 26 de Septiembre de 1973, el congresista Daniel J. Flood de Pennsylvania dijo en el Congreso:
"Las funciones históricas de Alemania y Japón han sido servir como diques contra la expansión rusa en Europa y en el Lejano Oriente, respectivamente. La Segunda Guerra Mundial destruyó aquellos dos grandes baluartes contra la expansión soviética en lo que finalmente se convirtió en una de las series más extensas de conquistas territoriales que el mundo haya conocido alguna vez. Eso estaba destinado al establecimiento de un sistema global de repúblicas socialistas.
"En Europa, la donación de 10 naciones anteriormente independientes, mediante acuerdos secretos por fuerzas pro-comunistas en Washington, aseguró la dominación soviética en Europa del Este...".
¡El congresista Flood puso su dedo en el punto correcto cuando él puso la culpa de esta estupidez sobre las "fuerzas pro-comunistas en Washington"!.
ESTUPIDEZ CONTRAPRODUCENTE
Una prueba de una estupidez (y de un crimen) es que resulta ser inaplicable o poco práctica. ¡Difícilmente los Rooseveltianos hubieran impuesto el desarme total permanente en Alemania cuando los comunistas comenzaron a rearmar su Zona Soviética e instigaron la guerra en Corea! Y Estados Unidos, que en 1945 había amenazado con ejecutar a cualquier alemán encontrado con un arma, ¡hacia 1949 prácticamente amenazó a los alemanes occidentales con campos de concentración si no consentían en rearmarse! No, por supuesto, para rearmarse efectivamente, para defenderse realmente a sí mismos y liberar sus esclavizadas tierras, no, sino sólo lo suficiente para convertirse en infantería para Estados Unidos y la OTAN; en suma, ¡sólo lo suficiente para ser elegibles como futuros criminales de guerra! Las armas modernas, que deben incluír armamento nuclear, a ellos todavía le son negadas. Por eso, y ésa es la única razón, ¡Europa occidental no puede defenderse y necesita un contingente de tropas estadounidenses estacionadas allí!.
Lo central de esto es que una Alemania que no puede tener un ejército, una marina y una fuerza aérea modernos, es una invitación a la dominación rusa soviética. Y esto también fue así antes de que Hitler rearmara a Alemania.
LA VERDAD SOBRE EL MILITARISMO ALEMÁN O NACIONALSOCIALISTA
Ni la Alemania imperial ni la Alemania nacionalsocialista eran exclusivamente militaristas, ni tampoco tenían un ejército de tiempo de paz tan grande como sus vecinos más cercanos, Francia y Rusia. Lo que a los Aliados les gusta identificar erróneamente como militarismo es la valentía y el patriotismo del Ejército alemán, que en una guerra lucha más eficazmente que sus oponentes. Cuando 5.000 israelíes derrotan a 25.000 árabes, los medios de comunicación no lo atribuyen al militarismo israelí sino que en cambio fantasean sobre el maravilloso heroísmo y eficiencia de los soldados israelíes. Pero cuando Alemania con 4 millones de hombres hace retroceder a 15 millones de franceses y rusos y británicos, entonces ¡aquello es debido al militarismo robótico!.
Se ha olvidado que el Estados Unidos de tiempos de paz, antes de la Primera Guerra Mundial, no tenía servicio militar obligatorio, y un muy pequeño ejército, pero una vez en guerra y movilizado, sólo el ejército alemán podía equiparársele como fuerza combatiente. ¿Hizo esto de EE.UU. un robot militarista? Obviamente no. Simplemente demostró que una nación altamente civilizada con el suficiente patriotismo puede en unos meses convertirse en una poderosa máquina militar. Lo mismo ocurió con el Tercer Reichde Hitler. Quien puede construír los mejores automóviles y las mejores autopistas, ¡también pueden construír los mejores tanques y disparar más derechamente!. ¡Y negar a un país altamente civilizado un ejército, una armada y una fuerza aérea modernos, es buscar y merecer una guerra mundial!.
EL NACIONALSOCIALISMO, EL TERCER REICH, NO ERA TAN MILITARISTA COMO LA MAYORÍA DE SUS VECINOS
Cuando los dictadores de la paz tratan de equiparar Nacionalsocialismo con militarismo revelan su deshonestidad y su odio contra una Alemania fuerte. Pero no sería más justo impedir a Alemania ser tan fuerte como sus virtudes intrínsecas se lo permiten, que castigar a Estados Unidos porque afirma ser la nación más poderosa de la Tierra. Impedir la fuerza alemana fue la causa básica y criminal de ambas guerras mundiales.
Cuando Hitler en 1939 decidió liberar a los habitantes de Danzig por la fuerza —después de una espera de 20 años por la justicia de los Aliados— él tenía un ejército mucho más pequeño que el de Francia, y menos de la mitad que el de la Rusia soviética. Y Gran Bretaña y EE.UU. tenían cada uno una armada tres veces más poderosa y una fuerza aérea casi equivalente.
Incluso durante los tres primeros años de la guerra Hitler no movilizó a Alemania tan totalmente como Francia, Rusia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Albert Speer (Inside the Third Reich, 1970, pp. 220-221) se queja de que incluso en Abril de 1943 Hitler no permitía reclutar mujeres para la industria. ¡Más mujeres estaban empleadas en 1918 que en 1942!.
Parece literalmente verdadero que Hitler era un hombre de arquitectura y arte, no de armamentos y guerra. Él no estaba impaciente por llamar a la gente a las armas, sino más bien reacio.
¿QUIÉN TIENE LA MAYOR PARTE DE LA CULPA POR LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL?
Los vencedores en su desesperación por encontrar atrocidades alemanas reales iguales a las de los vencedores mismos, se escudaron en la acusación, más fácilmente hecha creíble sin tener ninguna evidencia, de que Hitler y el Nacionalsocialismo fueron "culpables exclusivos" de la Segunda Guerra Mundial. En Versalles, sin el más mínimo fragmento de prueba, ellos acusaron de lo mismo a la Alemania imperial. ¡Los sinvergüenzas y los hipócritas de esta manera tratan de justificar su propia muy demostrable culpa y sus atrocidades de masas!.
Para culpar al Tercer Reich ellos rechazan absolutamente las causas, y quieren concentrarse sólo en quién disparó el primer tiro. Cuando los israelíes dispararon el primer tiro en 1967, los leprosos periodísticos rápidamente los exoneraron alegando amenazas árabes. Pero el hecho de que después de 20 años, los polacos, con la connivencia de Gran Bretaña y EE.UU., hubieran rechazado dar la auto-determinación a los habitantes de Danzig, ellos rechazan reconocerlo como la justificación de Alemania para finalmente ir y liberarlos por la fuerza. Aquélla fue una "acción policial" justificable, ¡no una guerra mundial!. ¡Culpar de la guerra al que dispara primero es como culpar a la policía por disparar primero cuando ellos sorprenden a una pandilla que está robando un banco!.
De una vez por todas, Hitler no sólo estaba moralmente justificado para recurrir finalmente a la fuerza para liberar a Danzig, sino que tenía el deber de hacer aquello, puesto que cada líder tiene que ir en ayuda de sus compatriotas oprimidos. En vista de que la traición de Roosevelt finalmente hizo que Hitler fracasara en su caballeroso intento, este último estratégicamente se equivocó. Uno no tiene ningún derecho de usar la fuerza si no hay ninguna perspectiva de éxito. Pero ése es un asunto que se aprecia al mirar retrospectivamente. La verdad es que en la Segunda Guerra Mundial el Tercer Reich luchó por la justicia, y los Aliados lucharon por impedir la justicia, ¡y su propia doctrina Wilsoniana de la auto-determinación! En el posterior ataque preventivo de Hitler contra la Rusia soviética, él estaba mucho más justificado que los israelíes en sus ataques supuestamente preventivos contra Egipto en 1956 y 1967. Hitler entonces también luchó para proteger a Europa más que sólo a Alemania. Aquel que niegue esto, que mire en el mapa lo que resultó cuando Roosevelt arrebató la espada de la mano de Hitler en Stalingrado, con camiones y armamentos de préstamo-arriendo por el valor de 11.000 millones de dólares. ¡La mitad de Europa y la mitad de Asia ahora se retuercen y languidecen bajo el terror comunista!.
TAMPOCO EL NACIONALSOCIALISMO FUE INTRÍNSECAMENTE RACISTA
Además del presunto militarismo, el Pacto de Potsdam prohibió por toda la eternidad al Nacionalsocialismo por causa de su racismo, es decir, en realidad por su confrontación con los judíos. Si bien es verdadero que algunos nacionalsocialistas a menudo condenaban a los judíos poniéndolos a todos ellos bajo un denominador racial común, el hecho fácilmente demostrable es que el Nacionalsocialismo quería sacarse de encima a sus judíos, hacer que ellos emigraran, no esencialmente por motivos raciales sino ideológicos. Se consideraba que los judíos talmúdicos eran subversivos, pro-comunistas y anti-alemanes.
Hitler mismo se expresó muy claramente con respecto a esto. Él le dijo al ganador del Premio Nóbel Max Planck:
"No tengo nada en absoluto contra los judíos mismos. Pero los judíos son todos comunistas, y éstos son mis enemigos. Son éstos a los que estoy combatiendo... todos los judíos se mantienen unidos como erizos... Depende de los judíos mismos trazar una línea divisoria entre las diferentes clases. Pero ellos no han hecho eso, y por lo tanto debo proceder uniformemente contra todos los judíos"(véase "Max Planck and Adolf Hitler", Bulletin of American Association of University Professors, Otoño de 1959, p. 439).
En otras palabras, su actitud no es racial, no es anti-judía, sino que es anti-talmúdica, ¡tal como Cristo lo fue cuando él calificó a tales judíos como mentirosos y como la descendencia de Satán!.
La prueba más concluyente de que Hitler y el Nacionalsocialismo no eran racistas, ni fueron anti-semíticos en el verdadero sentido, es que el Tercer Reich trató a los judíos cristianizados de manera preferente. ¡El Tercer Reich nacionalsocialista distinguió cuidadosamente entre judíos talmúdicos y judíos cristianizados! Incluso los judíos talmúdicos reconocen esto. Philip Freedman (Their Brothers' Keepers, Nueva York, 1957) por descuido muestra que los nacionalsocialistas no eran anti-semíticos sino anti-talmúdicos. Él escribe: "En vista del hecho de que los judíos bautizados eran eximidos de muchos decretos nacionalsocialistas, 4.500 abrazaron el cristianismo"(p. 73).
El 27 de Febrero de 1943, cuando 10.000 judíos debían ser deportados desde Berlín, "las esposas cristianas de aquellos detenidos fueron capaces de obtener concesiones de parte de los nacionalsocialistas, que liberaron a los hombres"(p. 93).
¡Los Rooseveltianos no les evitaron de manera similar a los cristianos nisei [estadounidenses hijos de japoneses inmigrantes] e issei [japoneses inmigrantes en EE.UU.] los campos de concentración de la costa Oeste!.
INCLUSO EL FALSO BAUTISMO SALVÓ A LOS JUDÍOS DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN
El 12 de Julio de 1944, los nacionalsocialistas establecieron que los judíos convertidos podían "fundar sus propias organizaciones, Unión de Judíos Bautizados. Más de 70.000 certificados de ingreso se recibieron... y de ese modo fueron salvados de la deportación"(p. 86). Freedman posteriormente revela:
«Una táctica que demostró ser exitosa fue la verdadera epidemia de "bautismo por piedad"... Otra fueron los matrimonios mixtos... Después de 1941 las conversiones fueron administradas a una escala masiva con el acuerdo tácito de ambas partes de que el converso podría renunciar a su voto después de la guerra» (p. 105).
De manera no sorprendente, el gobierno finalmente "puso una fecha límite para las conversiones". ¡Deberá recordarse que toda la tragedia de la Inquisición española fue causada por tales conversiones falsas!.
En Lwow (Lemberg) después de que los nacionalsocialistas ocuparon la ciudad, Freedman relata que "no menos de 4.000 judíos intentaron evadir la red alemana por medio del bautismo" (p. 125). Incluso Drew Pearson, un mentiroso congénito y un odiador de lo alemán, casado con una esposa judía, relató que desde la Rumania ocupada por los nacionalsocialistas, los judíos "podían marcharse como cristianos, pero no como judíos. Por ello, durante la noche... el obispo Roncalli los hizo católicos" ("Pope a Rebel", 5 de Diciembre de 1959).
Es importante enfatizar que los judíos salvados por el bautismo fueron salvados de ser INTERNADOS EN CAMPOS DE CONCENTRACIÓN. Nunca hubo una cuestión de ser ellos destinados para un "gaseamiento". Sólo la imaginación culpable de los vencedores y talmudistas podría suponer que los nacionalsocialistas habían sido tan genocidas como ellos mismos resultaron ser. ¡Los nacionalsocialistas tenían más derecho de poner a los judíos en campos de concentración como "potenciales peligros", que Roosevelt lo tuvo para poner a los nisei en sus campos estadounidenses!.
HITLER Y EL TERCER REICH, BÁSICAMENTE CRISTIANOS
Además, el hecho de que Hitler y el Tercer Reich dieron inmunidad a los bautizados, a los judíos cristianizados, debería demoler de una vez para siempre la vil difamación de que el Nacionalsocialismo estaba intrínsecamente contra el cristianismo. No lo estaba. El Nacionalsocialismo era fundamental y positivamente cristiano. En una conferencia con Friedrich Christian príncipe de Schaumburg-Lippe, Hitler declaró que una confrontación entre religión y política es perjudicial para ambos, que el Estado necesita "ciudadanos religiosos como el fundamento para una sociedad moral y limpia", pero que "no es cristiano abusar de la religión en interés de la política o la economía". Y posteriormente:
«Es la enseñanza cristiana la que le da a la gente la necesaria firmeza de creencia... Su Partido por lo tanto no quería poner límites demasiado estrechos, sino que apoyaba un "cristianismo positivo"... un cristianismo no obligado confesionalmente... Percibir este cristianismo como fuerte, era para él de la mayor importancia» (Citado de Wer War Hitler? de H. S. Ziegler, Tuebingen, 1970, pp. 10-11).
Es lamentable cómo los clérigos estadounidenses, Protestantes y católicos, predicaron que Estados Unidos debía ayudar a los bolcheviques a pulverizar Alemania porque el Tercer Reich y Hitler eran anti-cristianos. Esto muestra cuán lavada de cerebro puede llegar a ser incluso gente sincera. La Rusia soviética era abiertamente atea, y destruyó totalmente, o convirtió en garajes o museos, miles de iglesias cristianas, mientras que el Tercer Reich ninguna. ¡Y sin embargo estos clérigos cristianos, lavados de cerebro o prostituídos, bramaron contra el Tercer Reich e idealizaron a la Unión Soviética!.
ENTRE UN RÉGIMEN FUERTE Y UNA IGLESIA FUERTE SIEMPRE HAY UN POCO DE TENSIÓN
Ciertamente hubo a menudo tensión entre el gobierno nacionalsocialista y la Iglesia cristiana, especialmente la católica. Y monseñor Neuhaeusler y el pastor Niemoeller fueron puestos en el campo de concentración de Dachau. ¡Pero los soviéticos asesinaron a aproximadamente 7.000 sacerdotes y obispos! ¿Y acaso no hubiera puesto Roosevelt al sacerdote Coughlin en prisión si éste no hubiera sido capaz de acobardar a su obispo hasta el punto de que éste le prohibió escribir y predicar? ¡Y él de hecho encarceló a algunos de tales clérigos nobles como el pastor luterano Kurt Molzahn de Filadelfia!.
La Iglesia Católica nunca prosperó más que en el Tercer Reich. Y cuando los obispos protestaron por una proyectada política del gobierno de eutanasia, el "malvado" gobierno nacionalsocialista escuchó a los obispos y rescindió la política. Nuestra Corte Suprema y nuestro Gobierno hasta ahora ¿han rescindido su política inhumana y vergonzosa del aborto, de acuerdo con la protesta de nuestros obispos? No. Al contrario, ellos siguen diciendo a las Iglesias, católica y Protestante, que ¡no se metan a aconsejar al Gobierno!.
No, la tensión entre el gobierno nacionalsocialista y las Iglesias católica y luterana era la tensión normal entre Religión y Política, cuando ambas son activas, dedicadas y agresivas. Ésta es la vieja tensión entre lo que es de Dios y lo que es del César. ¡En este momento el muy católico gobierno de España, el de Franco, está teniendo una pelea con un obispo vasco y con el Vaticano! Ésta es una pelea de familia. Y esto y no más, resume la tensión entre Hitler, el Nacionalsocialismo, el Tercer Reich, y las Iglesias católica y luterana. Durante toda la guerra, el Tercer Reich subvencionó escuelas luteranas y católicas. Nuestro "democrático" Gobierno ¿ha hecho algo parecido por el cristianismo?.
No puedo sino pensar que, excepto por los clérigos lavados de cerebro, los liberales que profesan deplorar la "persecución" de Hitler contra la Iglesia, en realidad en sus corazones ¡esperaban que Hitler liquidara a la Iglesia de la manera en que sus amados rusos soviéticos liquidaron a la Iglesia cristiana allí! Parte de su odio a Hitler y al Nacionalsocialismo es probablemente atribuíble subconscientemente al hecho de que bajo Hitler las Iglesias florecieron como nunca antes!.
EL BALANCE DE LAS ATROCIDADES ALIADAS Y NACIONALSOCIALISTAS
Tan lavados de cerebro y propagandizados han sido el público estadounidense y el británico, que si usted les preguntara qué lado cometió la mayor parte de atrocidades, los alemanes o los vencedores, ellos se indignarían y negarían que hubo alguna atrocidad Aliada en absoluto, y dirían que las atrocidades más abominables de la Historia fueron cometidas por los alemanes. Y sin embargo, ¿cuál es el balance? Como lo hemos indicado ya, aquí está un resumen:
• VIOLACIONES: Los VENCEDORES, sobre todo los rusos soviéticos, violaron a un millón de niñas y mujeres alemanas, austríacas y húngaras; las fuerzas armadas alemanas, prácticamente a ninguna.
• PRISIONEROS DE GUERRA TRABAJANDO COMO ESCLAVOS: Los VENCEDORES obligaron a trabajar como esclavos aproximadamente a 2 millones de prisioneros de guerra alemanes, a una mayoría hasta la muerte; los ALEMANES, a ninguno.
• EXPULSIÓN DE POBLACIONES NATIVAS: Los VENCEDORES expulsaron a 15 millones; los ALEMANES, a unos pocos miles, y no por expulsión, sino por intercambio.
• ROBO TOTAL: Los VENCEDORES expropiaron totalmente granjas, hogares, ganado, mobiliario, todo, de alemanes étnicos del Oder-Neisse y de los Sudetes, por un valor de miles y miles de millones de dólares; los alemanes, prácticamente ningún robo a civiles y sólo requisiciones internacionalmente legales por lo demás.
• ASESINATO DE CIVILES: Los VENCEDORES apalearon, violaron, abusaron hasta la muerte a 2.500.000 alemanes expulsados de los Sudetes y del Oder-Neisse, y a otro medio millón o más de alemanes balcánicos; los ALEMANES prácticamente a nadie excepto en represalias internacionalmente legales por asesinatos y sabotaje partisano, como en Lidici y en Roma, contándose como máximo en miles.
• ASESINATO A SANGRE FRÍA DE OFICIALES PRISIONEROS DE GUERRA: Los VENCEDORES (los rusos soviéticos) asesinaron a 15.000 oficiales polacos en Katyn y en otras partes, no como represalia sino a sangre fría, y luego en los Juicios de Núremberg atribuyeron esos asesinatos a los nacionalsocialistas; los ALEMANES, a ninguno.
• REPATRIACIÓN FORZOSA DE CIVILES Y DE PRISIONEROS DE GUERRA: Los VENCEDORES, a saber, los anglo-estadounidenses, apalearon, balearon y drogaron a aproximadamente 2 millones de prisioneros, que habían huído de la Rusia soviética hacia la más civilizada Alemania Nacionalsocialista, y los devolvieron a la Unión Soviética, donde sus líderes fueron fusilados y los soldados rasos fueron esclavizados para trabajar. El nombre de esa atrocidad es "Operación Keelhaul"; los ALEMANES, no culpables de la "Operación Keelhaul".
• DESMANTELAMIENTO: Los VENCEDORES, aunque ellos hubieran convertido en escombros a un tercio de Alemania mediante bombardeo de áreas, demolieron toda fábrica que hubiera quedado y transportaron las partes desmanteladas a sus propias tierras, sobre todo a la Rusia soviética; los ALEMANES (en sus territorios ocupados), no culpables de desmantelamiento.
• ROBO DE CIVILES EN ZONAS OCUPADAS: Los estadounidenses VENCEDORES, apuntando sus armas o con amenazas, tomaron de civiles alemanes, relojes, cámaras, anillos, pinturas, cualquier cosa que ellos pudieran llevar y enviar, y los rusos soviéticos robaron todas estas cosas y todo lo demás que ellos pudieron transportar por ferrocarril, incluyendo campanas de iglesias; los ALEMANES, en sus territorios ocupados, fueron correctos.
• CAMPOS DE CONCENTRACIÓN: Los VENCEDORES tenían al menos 10 veces más campos de concentración, y sobre todo bestialmente inhumanos (Rusia soviética); incluso los Estados Unidos Rooseveltianos tenían diez para nisei e issei, aparentemente para personas "potencialmente peligrosas"; los alemanes también tenían tales campos de concentración, ni la cuarta parte ni tan brutales como los que tenían los vencedores, y aquéllos no eran campos de exterminio como se ha alegado, sino campos de trabajo, incluyendo Dachau y Auschwitz. Los campos de concentración no son intrínsecamente más malos que cárceles y prisiones.
• TRABAJO EXTRANJERO O RECLUTADO: Los VENCEDORES, justo después del armisticio, buscaron ansiosamente a científicos alemanes y los reclutaron para trabajar en Estados Unidos, Gran Bretaña y la Rusia soviética; los ALEMANES durante la guerra reclutaron trabajo extranjero desde sus territorios ocupados, tal como Alemania Occidental ahora ha reclutado a casi 3 millones de trabajadores extranjeros (Gast Arbeiter). El uso nacionalsocialista de trabajo extranjero durante la guerra fue absolutamente legítimo. ¡Estados Unidos contrató trabajo mejicano durante la guerra! En general los alemanes trataron a sus trabajadores extranjeros esencialmente como a los suyos propios, tan bien como las condiciones de guerra lo permitían.
EL BALANCE GENERAL DE LAS ATROCIDADES PONE A PRUEBA LA ESTRATEGIA ALIADA DE OCULTAMIENTO
Como ya dije, los Aliados, impresionados por su propia injustificada destrucción de Europa Central, decidieron con juicios por crímenes de guerra y otros quejarse de y exagerar supuestas atrocidades nacionalsocialistas, de manera que el público perdonara la propia barbaridad de ellos y dijera: "Y aunque Hitler hubiera tenido razón en Danzig, y aunque Roosevelt engañó a Estados Unidos para meterlo en la guerra por la puerta de atrás, ¡de todos modos los nacionalsocialistas fueron tan bestiales que eso estuvo justificado!". Ésta ha sido la estrategia Aliada. Y todavía lo es. ¡Ése fue el propósito de los Juicios de Núremberg, del juicio a Eichmann, y de la orden dada a Alemania Occidental para que continuara con los procesos contra alemanes, pero que, so pena de condenación eterna, ni siquiera una vez juzgara a los criminales de guerra Aliados, ni tampoco usara como defensa el que los Aliados hicieron algo similar, o peor! Esto se hizo obviamente difícil de manejar ya que cada vez más y más pruebas indicaban que los crímenes y atrocidades de guerra cometidos por los Aliados eran diez veces más numerosos y más bestiales que cualquiera alegado contra los nacionalsocialistas (p. ej., violaciones). Como una consecuencia, ellos recurrieron a la especulación y a la fabricación de mentiras.
LA ESPECULACIÓN COMO UNA AYUDA PARA EL OCULTAMIENTO
Por cuanto los crímenes de guerra Aliados eran mucho peores que los del Tercer Reich, los hipócritas Aliados recurrieron a la especulación en cuanto a, no lo que Hitler realmente hizo o dijo, sino lo que él HABRÍA HECHO si hubiera ganado. Para dejar estupefactos a los clérigos crédulos, ellos especularon que él habría destruído las iglesias. No hay ni un solo fragmento de evidencia para esa especulación. Pero hay muchas pruebas de que las iglesias habrían prosperado casi como nunca antes. Otra especulación consiste en que él habría seguido conquistando el mundo. Ésa es una imputación condenable y absurda. Hitler dejó en claro a través de toda su carrera que él simplemente quería corregir el Tratado de Versalles y establecer una Alemania unida dentro de los límites correspondientes a la auto-determinación de Wilson. Incluso en el auge de sus victorias, él ofreció retirarse a los límites legítimos de Alemania tan pronto como los Aliados estuvieran de acuerdo con la paz. Los israelíes —habría que señalar— ¡sumergieron al mundo entero en una crisis energética antes que retirarse a los límites formales de 1967! De acuerdo con su correcta política, Hitler no anexó Checoslovaquia, sino que simplemente extendió un "protectorado" sobre ella, tal como lo ha hecho Estados Unidos a menudo en Iberoamérica.
Otra especulación consiste en que él habría dictado una paz injusta y habría desmembrado naciones y habría cambiado límites en violación de la auto-determinación. Si Hitler hubiera sido el diablo encarnado él no podría haber cometido una desmembración más violenta ni el robo territorial más brutal que lo que llevaron a cabo los vencedores. Sin duda por eso la conciencia de éstos inspiró aquella especulación. En este sentido, sólo los vencedores crearon lo que la revista Time llamó "la paz más aterradora de la Historia".
La sobria verdad, desagradable para los estadounidenses, es que mientras Hitler fue victorioso él arbitró los más justos límites en los Balcanes que Europa hubiera conocido alguna vez. Hitler fue el arbitrador más justo y más honorable de límites en la historia de Europa. Especular que él habría involucionado hasta cometer las prácticas criminales Aliadas si él finalmente hubiera ganado, es un ejercicio de hipocresía y satanismo digno de los culpables de la atrocidad más masiva de la Historia, la expulsión de los alemanes de los Sudetes y del Oder-Neisse.
EL ÚLTIMO RECURSO DE LOS MENTIROSOS: INVENTAR UNA ATROCIDAD DE MASAS
No encontrando culpables a los nacionalsocialistas de crímenes de guerra reales en absoluto que se igualaran a los monstruosos de los vencedores, ellos recurrieron a la única alternativa que les quedaba abierta a los hipócritas y mentirosos, a saber, fabricar una atrocidad de masas. Esto ellos lo hicieron con la leyenda de los seis millones de judíos"gaseados", cuatro millones en Auschwitz y dos millones en otras partes. Ésa es una fabricación y un fraude en un 95%. Ellos ni siquiera han intentado ofrecer un fragmento de evidencia históricamente válida para esto. Auschwitz, por ejemplo, tenía un total de no más de 450.000 presidiarios, y ninguna "cámara de gas".
Ni siquiera en el juicio de Eichmann ellos fueron lo bastante desvergonzados para hablar de 6 millones de judíos muertos por los nacionalsocialistas, aunque ellos basaran la débil difamación entera en los rumores de que Eichmann alguna vez le habló a sus subordinados Hoettl y Hoess de 5 millones de víctimas en general, no específicamente de judíos (Time, el 6 de Junio de 1960, reporta esto como cinco millones; la judía Newsweek, el 6 de Junio de 1960, se aventura a seis millones). Eichmann, incluso si hubiera dicho aquello, no podía conocer las cifras verdaderas. Él mismo nunca mató a un judío; ¡él simplemente organizó el transporte de judíos a campos de concentración en el Este, tal como alguien, probablemente Milton Eisenhower, organizó el transporte de 112.000 nisei desde California a Colorado, Nevada y Utah!.
En suma, los fabricadores del fraude de los Seis Millones nunca han aparecido con ninguna prueba válida en absoluto. Y ellos aterrorizan y difaman como anti-semita a cualquiera que investigue realmente este mito de una manera concienzuda. Mientras más estudiamos el asunto, más parece que más mujeres y niños fueron bombardeados y baleados hasta la muerte en 24 horas en Dresden por los Aliados, que judíos —si exceptuamos a aquellos legítimamente muertos como partisanos y saboteadores— fueron ejecutados por los nacionalsocialistas. (Para más información vea "El Fraude de los Seis Millones", por el doctor App, 30 págs.; y "El Mito de los Seis millones", 2a edición, 1973, 119 págs.).
PRECISAMENTE ¿POR QUÉ EL PAROXISMO DE ODIO CONTRA EL NACIONALSOCIALISMO?
Preguntamos nuevamente: precisamente ¿por qué en Potsdam y en nuestros medios de comunicación es el Nacionalsocialismo (y lo que éstos llaman "neo-nazismo") odiado y prohibido con frenesí orgiástico, pero el bolchevismo tratado benignamente?. ¿Por qué es tolerado un partido comunista, si es que no fomentado, en Alemania Occidental, pero un partido nacionalsocialista es prohibido por toda la eternidad?.
Ciertamente gran parte de este odio rencoroso es debido a la doctrina judía del "ojo por ojo", no por los judíos ejecutados por el Tercer Reich, sino por ¡el deseo no disfrazado del Tercer Reich de hacer que los judíos emigraran desde Europa Central a un hogar nacional propio, como Madagascar! Los judíos consideran la aversión que cualquiera sienta contra ellos como un insulto tal, que por ese motivo ellos fueron principalmente responsables de sumergir al mundo en la Segunda Guerra Mundial, para establecer la paz más genocídica e injusta de la Historia, para mantener un odio incesante y una campaña de difamación contra todas las cosas alemanas, ¡y para chantajear a Alemania con reparaciones astronómicas por ese presunto "insulto" al amor propio judío! Por supuesto, a lo que no se hace referencia es al triste hecho de que todas las naciones civilizadas (excepto la atea Rusia soviética) en secreto de buena gana se sacarían de encima a sus judíos, y de que los judíos mismos acusan a todas las naciones de anti-semitismo, no siendo la menor nuestro cristiano Estados Unidos. Por ejemplo, en Diciembre de 1960, la judía Liga Anti-Difamación (ADL) y la Universidad de California emprendieron un estudio del anti-semitismo. Esto ellos lo definieron como cualquier cosa crítica hacia los judíos, justificada o equivocada. ¿Y con qué aparecieron ellos? Con la aterradora información de que un tercio de la población estadounidense es intensamente anti-semítica, y que otro tercio es moderadamente anti-semítico.
Si éste es el caso en la "democracia" estadounidense, entonces ¿no debería ser nuestra "democracia" tan violentamente prohibida por toda la eternidad tal como los dictadores de la paz en Potsdam condenaron en su integridad al Nacionalsocialismo? Es importante señalar que el odio mundial judío contra el Tercer Reich fue tan violento en 1933 —antes de que un pelo de cualquier judío hubiera sido chamuscado en Alemania— como lo es ahora. ¡El boicot mundial contra los bienes alemanes fue introducido en 1933! Por lo tanto la propaganda entera acerca de los seis millones de judíos muertos por los nacionalsocialistas simplemente intenta llevar a Gentiles y cristianos hacia un odio genocida contra todo lo alemán que los judíos del mundo han tenido desde 1933.
LA POLÍTICA DEL PODER Y LA ENVIDIA DEL ÉXITO, LAS VERDADERAS CAUSAS DEL ODIO CONTRA EL NACIONALSOCIALISMO
Excepto por el odio rencoroso de los judíos, el odio al Nacionalsocialismo sólo puede ser entendido como política del poder, como miedo y envidia de un sistema que demostró ser más exitoso social e industrialmente que el bolchevique y que incluso la "democracia" masónica de los vencedores. Hitler y el Nacionalsocialismo en unos breves años convirtieron el cadáver "democrático" de la Alemania de Weimar en el dínamo "corporativo" del Tercer Reich. Y los hipócritas que apalearon a la gente alemana para que aceptara el Tratado de Versalles —democracia por medio de la desmembración y el bloqueo de hambre— ¡nunca perdonaron aquello!.
Como Harry Elmer Barnes, citado antes, escribió, Roosevelt estaba realmente poco «preocupado por la política anti-judía de Hitler; él estaba más mucho molesto por el hecho de que el "Nuevo Trato" de Hitler había tenido éxito en una manera espectacular mientras su propia política económica había fracasado». Allí está el secreto de por qué EE.UU., Inglaterra, Francia y Rusia odiaron al Nacionalsocialismo alemán —y todavía lo odian—; y, para no ser avergonzados por la comparación otra vez, ¡lo prohibieron eternamente!.
En Noviembre de 1936, Churchill le dijo al general Robert E. Wood: "Alemania se está haciendo demasiado fuerte, y debemos aplastarla". Y en 1938, Bernard Baruch, más tarde un importante promotor del genocídico Plan Morgenthau, le dijo al general George C. Marshall: "Vamos a derrotar completamente a ese tipo Hitler. Él no se va a salir con la suya". (Ambas citas, en Blasting the Historical Blackout, pp. 24, 25). ¿Salirse con qué?, ¿con haber convertido la Alemania de Weimar desde ser un cementerio de desempleo y desesperación hasta la alegría y prosperidad, las autopistas y el entusiasmo, del Tercer Reich?.
LA ALEMANIA NACIONALSOCIALISTA, EL RÉGIMEN MÁS EFICIENTE DEL MUNDO
La verdad indiscutible y terriblemente seria es que Hitler y el Nacionalsocialismo fue posiblemente el régimen más exitoso de la Historia. El hecho de que EE.UU. y la Rusia soviética y el Imperio británico después de 6 años hubieran sido capaces de derrotarlos y Morgenthauizarlos, no contradice esto. Ello simplemente demuestra que naciones veinte veces más grandes y más militarizadas que otra pueden aplastarla finalmente: ¡un elefante puede aplastar a la más pintada cebra!.
Hablamos del milagro de la recuperación de Alemania Occidental después de la guerra. Y en efecto fue un "milagro". Pero esto ocurrió durante un auge económico mundial, y tuvo la buena voluntad y la ayuda del Plan Marshall de Estados Unidos, y sobre todo no fue obstaculizado por un boicot judío mundial. Por el contrario, el renacimiento de Alemania desde 1933 hasta 1939, desde la ruina al éxito económico, ocurrió durante una depresión mundial (que incluso la "democracia" de Roosevelt no pudo corregir), tuvo que competir contra un boicot judío internacional (esto ¡antes de que un solo pelo de un judío hubiera sido chamuscado y sin que existiera la fabricación de los "seis millones"!), y comenzó desde el fondo del país entero en un punto muerto de cesantía y agitación comunista (provocada sobre todo por judíos). Dentro de unos pocos años, ¡se acabó el desempleo, se construyeron autopistas, y el país entero estaba floreciente! Desde la depresión ¡se había cambiado en esperanza y alegría!. Alemania llegó a ser en efecto ¡el país más próspero de entonces en el mundo!.
¿CÓMO HITLER Y EL NACIONALSOCIALISMO CREARON ESA MILAGROSA RECUPERACIÓN?
Algo del impresionante éxito puede ser debido a la personalidad carismática de Hitler, pero incluso Hitler no podría haberlo hecho sin una filosofía gubernamental sana y un sistema político eficiente.
El doctor Burton Klein (Germany's Economic Preparation for War, Harvard University Press, 1959), de acuerdo a la reseña hecha por Harry Elmer Barnes, atestigua este milagro de recuperación como sigue:
"Alemania en Agosto de 1939 era una unidad política más poderosa e impresionante que lo que había sido conocido alguna vez en esa área en la historia de Europa. Alemania alcanzó entonces la cumbre de su poder, ya fuera el sistema deseable o no"(véase Barnes, Revisionism and Brainwashing, p. 29).
Seguramente es irónico que los dictadores de la paz prohibieran de una manera perentoria un sistema de gobierno que había superado a todos los otros en eficacia. ¿Qué otro motivo pudieron haber tenido, y tienen todavía, aparte de la política del poder y la envidia y una determinación de mantener a Alemania como un limpiapiés de los vencedores?.
Algunos han dicho que la prosperidad nacionalsocialista fue debida al rearme. Pero los mismos expertos, refiriéndose a la tragedia de que el nivel de vida en la Rusia soviética es hoy en día lamentable, todavía en el nivel de 1913, atribuyen esto a los recursos gastados en exceso en armas. Y cuando se ha señalado que Israel sólo puede seguir adelante con la ayuda de enormes donaciones desde EE.UU. y los miles de millones como "reparaciones" desde Alemania, ¡rápidamente se añade que eso es debido al drenaje provocado por la preparación militar contra los árabes! Pero cuando la Alemania de Hitler fue exitosa económica e industrialmente de un modo que no tenía precedentes, he aquí que los expertos lo atribuyen a su presunto "militarismo".
ÉXITO ECONÓMICO NO DEBIDO AL REARME
Aquello debería haber debilitado económicamente al Tercer Reich, pero a pesar de su modesto rearme, disfrutó de un sorprendente auge económico. El doctor Klein desacredita "una acusación fundamental contra Hitler... la aseveración de que la Alemania nacionalsocialista fue una economía puramente militar". El doctor Barnes, examinando el libro del doctor Klein, afirma: "Este libro ha refutado de manera demoledora la acusación contra la Alemania nacionalsocialista de haber sido un campo industrial militar que había sido diseñado únicamente para emprender la guerra. Francia y Gran Bretaña cada una gastó tanto (o más) en armamentos como lo hizo Alemania, y sumado todo, ellas gastaron mucho más"(Revisionism and Brainwashing, p. 4), y la Rusia soviética, por supuesto, era un coloso militar, cuantitativamente, comparada con la Alemania nacionalsocialista del tiempo de paz.
No, había algo en el Nacionalsocialismo alemán intrínsecamente eficaz y superior al bolchevismo, e incluso prácticamente a todas las "democracias" establecidas a punta de cañones por los vencedores después de la Primera Guerra Mundial, y ciertamente superior a casi todas las establecidas (excepto hasta ahora Alemania Occidental y Japón) después de la Segunda Guerra Mundial. ¡La mayor parte de dichas "democracias" son ahora satélites rusos soviéticos, dictaduras totalitarias, rodeadas por alambre de púas! Incluso Italia, todavía en Occidente, ha tenido 36 diferentes Gobiernos en 31 años, ¡todo desde que EE.UU. impuso violentamente la "democracia" sobre ella y prohibió el "fascismo" para siempre! (Wall Street Journal, 11 de Marzo de 1974).
QUIZÁS EL "CORPORATIVISMO" EXPLICA EL ÉXITO DEL TERCER REICH
Es irónico que el tan calumniado Nacionalsocialismo haya sido económica y socialmente diez veces más exitoso que cualquier régimen bolchevique, y aún más que la mayoría de los regímenes "democráticos". No necesitó, como el comunismo, cerrar sus fronteras. Sus ciudadanos no querían escaparse en masa, y ni siquiera los judíos querían marcharse. Por extraño que parezca, los otros regímenes así llamados derechistas y "fascistas", como la Italia de Mussolini, la España de Franco, el Portugal de Salazar, y actualmente Brasil, Grecia y Chile (desde el derrocamiento de Allende el comunista) ¡tenían y tienen fronteras abiertas!.
Pero no sólo eso. Ellos también fueron o son relativamente exitosos económicamente, socialmente, industrialmente. Mientras que el Chile comunista en unos pocos años tenía solamente caos e inflación, la así llamada toma "fascista" del poder ya está sacándolo desde la ruina hacia la prosperidad. La misma cosa sucedió en Brasil.
EL CORPORATIVISMO PARECIÓ LLENAR DE ENERGÍA AL NACIONALSOCIALISMO Y AL FASCISMO
Debemos por lo tanto concluír de mala gana que algunos principios presentes en el Nacionalsocialismo y en el así llamado fascismo parecen ser energizantes y estimulantes. La respuesta probablemente es el "corporativismo". Éste era el sistema político preferido entre los teóricos católicos, hasta que los vencedores prohibieron decir alguna buena palabra al referirse a él. En una sociedad corporativa, el capitalismo y el trabajo cooperan, y los empleados y los empleadores en la misma industria están organizados de manera recíproca. Y la propiedad privada es supervisada a la vez que asegurada por el Estado. En el comunismo, por el contrario, la propiedad privada es abolida, incluso las pequeñas granjas. Y el así llamado proletariado es organizado para odiar a los industriales y a los empleadores privados. El comunismo predica el odio de clases; el Nacionalsocialismo (y parece que los gobiernos fascistas en general) pone al propietario y al trabajador en el mismo "club", haciéndolos socios, no antagonistas.
En los gobiernos llamados "democráticos", los sindicatos, también, tienden a ser antagonistas contra empleadores y dueños. Los descontrolados sindicalistas, en la cabina electoral, superan por lejos en número a los patrones, y de ser entrenados para la confrontación, pueden arruinar no sólo cualquier industria sino al país entero. Así es cómo la República de Weimar fue sacudida por huelgas y caos, e Inglaterra e Italia ahora. Y el poder sindical y la insensatez parecen estar poniendo en peligro la "democracia" en nuestros EE.UU.
A menudo se comenta cómo, hasta que Alemania estuvo bajo los socialistas Brandt, Weliner y Bahr, los trabajadores y los industriales alemanes trabajaron y prosperaron en una maravillosa armonía. Uno puede especular razonablemente que esa armonía se debía al persistente recuerdo e influencia del corporativismo del Tercer Reich. El comunismo es esencialmente un sistema de odios mutuos; la democracia es puesta en peligro por la conflictividad del sindicalismo y el antagonismo fomentado entre trabajo e industria; el Nacionalsocialismo (y el Fascismo) organiza la ocupaciones y negocios e industrias en equivalentes de los antiguos gremios, y pone a los trabajadores y a quienes dan empleo en el mismo "gremio", en sociedades. Esto propicia un interés común y un esfuerzo mutuo. Ésa puede ser la razón esencial de por qué el Nacionalsocialismo fue tan asombrosamente exitoso (y en España e Italia el fascismo lo fue relativamente también).
Ésa también parece ser la razón intrínseca y de fondo de por qué los vencedores tienen un odio tan insano contra el Nacionalsocialismo (y el Fascismo) y quieren prohibirlo para siempre de la Tierra. Ésta es la política del poder y la envidia en su peor aspecto; es estúpida y criminal. Y es trágica y peligrosa en el mejor de los casos.
LA EQUIPARACIÓN HECHA POR LOS ALIADOS DE NACIONALISMO CON NEO-NAZISMO (O FASCISMO) ES TERRIBLEMENTE PELIGROSA
El no permitir a los pueblos soberanos elegir qué forma de gobierno ellos desean, aunque fuera uno de tipo fascista, es obviamente criminal. Eso es también indescriptiblemente estúpido. Si la forma de gobierno deseada fuera totalmente mala, ella colapsaría rápidamente, como el régimen Rojo de Chile, de no ser asistida por extranjeros armados y tanques. Si dicha forma de gobierno tiene mucha virtud, entonces ninguna combinación de vencedores y sinvergüenzas políticos ansiosos de poder puede suprimirla para siempre.
El terrible peligro en nuestro tiempo consiste en lo que he declarado al principio y que es la razón de mi escritura de este folleto. Consiste en que el modo en que el Nacionalsocialismo es condenado y prohibido en el Acuerdo de Potsdam, anima a los comunistas, a los talmudistas y a los enemigos del poder político de una Alemania unida y fuerte, a etiquetar cada propuesta alemana en favor del patriotismo y el nacionalismo como "neo-nazi". Esto, primero, efectivamente da a la Rusia soviética, en virtud de los Artículos de Naciones Unidas 53 y 107, luz verde para invadir Alemania Occidental. En segundo lugar, ya que el odio contra el Nacionalsocialismo parece ser principalmente un fetiche estadounidense y judío, el pueblo alemán cada vez más ha llegado a desesperar de la ayuda estadounidense para poner en efecto la reunificación de Alemania; y en tercer lugar, si su patriotismo y nacionalismo son denunciados y prohibidos como "neo-nazis", el pueblo alemán no tiene más remedio que favorecer o fingir favorecer al comunismo y a la Rusia soviética con la esperanza de una eventual reunificación por obra de éstos.
Ése es un peligro real. Es bastante probable, y es también para la gente alemana una estrategia prácticamente necesaria, si los vencedores occidentales no dejan pronto de equiparar el patriotismo alemán con el Nacionalsocialismo, a la vez que, de hecho, ellos hablan acerca de permitir a todos los pueblos adoptar un gobierno de su propia elección, pero hipócritamente dicen a los alemanes que, bajo pena de destrucción, no elijan un gobierno derechista. Sólo los gobiernos derechistas pueden salvar a Europa y pueden reunificar Alemania. Denunciar a los movimientos derechistas como "radicales" o "neo-nazis", y prohibirlos, es criminal y estúpido. Incluso si algún pueblo de Europa elige el Nacionalsocialismo o el fascismo, no es asunto nuestro, no más que lo es el suyo oponerse a nuestra marca de "democracia", ¡con Watergatey todo!.–
PRIMERA PARTE:
SEGUNDA PARTE: